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5. El infatigable Stephen King es uno de los maestros contemporáneos del género de
terror. No te fatigaré enlistando aquí algunas de sus obras que son mis favoritas, pero sí
te diré que suman catorce y que El resplandor va en primer término. Ante el eterno dilema
de optar entre la versión publicada y la versión fílmica de una obra, por fortuna aquí,
gracias al talento de Stanley Kubrick, no hay tal: tanto la película como la novela son
escalofriantes y hacen los honores a la tortuosa imaginación del autor y a las expectativas
del público. Ahora bien: como era de esperarse, en la película quedaron fuera pasajes del público. Ahora bien: como era de esperarse, en la película quedaron fuera pasajes
que en la novela son de los más aterradores. Descuida, que seguiré siendo cuidadoso,
como hasta ahora, en no revelarte datos que te estropearían la lectura. Pero sí te diré que
tales pasajes son al menos cuatro y que todos los protagoniza un niño.
4. De ningún modo, tratándose de quien esto escribe, podría faltar en un recuento así la
genial Drácula de Bram Stoker. Ahora bien: ¿qué decir de obra tan famosa, múltiplemente
editada, filmada, imitada, parodiada y analizada por legos y por eruditos?, ¿qué añadir a
lo que ya sabemos o suponemos sobre Drácula aunque jamás hayamos leído la novela?
Mi respuesta: leámosla. Sospecho que este famoso vampiro, origen y síntesis de todos
los que le siguieron, tiene tal presencia en nuestra cultura que solemos darlo por conocido
sin más datos que los provistos por sus versiones filmadas. Eso mismo me pasó y por eso sin más datos que los provistos por sus versiones filmadas. Eso mismo me pasó y por eso
la leí, hace apenas unos quince años. Créeme cuando te digo que soy un veterano con
más de cuarenta años de lecturas de terror, y que muy pocas de ellas han logrado
producirme pesadillas como esta obra.
Cinco de terrorRamón Córdoba
La humanidad puede dividirse en dos clases de personas: las que disfrutan de las
historias de terror y las que no. Probablemente eres de las primeras y por esa razón estás
leyendo esta nota y continuarás haciéndolo. De seguro tienes en mente una buena
cantidad de obras que te han espantado en extremo y quizás hasta podrías armar una
lista de las cien mejores. Yo también, por supuesto, pero, haciendo un esfuerzo supremo,
voy a limitarme a recomendarte sólo cinco de los libros que me han puesto los pelos de
punta. Si ya los leíste, disfrutemos de nuestra complicidad; si no, hazme caso y léelos enpunta. Si ya los leíste, disfrutemos de nuestra complicidad; si no, hazme caso y léelos en
cuanto puedas:
1. Los cuentos de Edgar Allan Poe. Clásicos, en el mejor sentido del término, hacen surgir
la oscuridad del corazón de sus protagonistas, a quienes impulsan las pasiones insanas y
a quienes torturan sus culpas a tal grado que parecen estar no sólo deseando, sino
propiciando su castigo. Los ambientes son tenebrosos; las miradas, enfebrecidas; la
locura, casi una cualidad. El horror va surgiendo despacio y aposentándose en la escena
hasta volverse angustioso. Y entonces, cuando la tensión es insoportable, irrumpe con
toda su fuerza. No puedes dejar pasar la lectura de, por ejemplo, “El gato negro, toda su fuerza. No puedes dejar pasar la lectura de, por ejemplo, “El gato negro,
“El corazón delator” y “La caída de la casa de Usher”.
3. Aunque no tengamos tantas opciones como en otras literaturas, también en español se
escriben grandiosas historias de horror, como prueba, por ejemplo, la apabullante Vlad,
de Carlos Fuentes, donde el vampiro que da nombre a la novela se instala en una Ciudad
de México intemporal y demuele hasta sus cimientos la vida de un hombre. Hay un
jorobado de rostro angelical. Hay una niña de afilados colmillos. Hay un laberinto blanco,
agujereado por pequeñas coladeras. Hay horrores sin nombre al acecho. ¿Qué daríamos
a cambio de la vida de un hijo? ¿Seríamos capaces de hacer un pacto siniestro para a cambio de la vida de un hijo? ¿Seríamos capaces de hacer un pacto siniestro para
regresarlo de la muerte? Estas son apenas dos de las interrogantes que sugiere esta
lectura perturbadora.
2. Continuemos con los cuentos: el volumen La lotería de Shirley Jackson es una de esas
joyas del género que muy pocas personas conocen. En los mundos que esta autora
imagina, todo tiene la apariencia de eso que solemos llamar “normalidad”, pero debajo de
las apariencias hay horrores ocultos, amenazantes y asfixiantes porque son como un
vórtice maligno que nos atrae inexorablemente. Los escenarios son decadentes y
polvorientos, muchos de ellos aislados en boscosos parajes naturales que deberían ser
idílicos y son escalofriantes. Los personajes se resisten a creer que el Mal acecha. idílicos y son escalofriantes. Los personajes se resisten a creer que el Mal acecha.
Y, lo más perturbador, terminar de ponerle atributos a ese Mal es tarea de los lectores.