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Desayuno con diamantes (1962) es la primera colaboración importante entre el director Blake Edwards y Henry Mancini. El tema principal de la película, Moonriver, aparece varias veces en distintas situaciones: tocado en la guitarra y cantado por la protagonista, o como música de fondo en distintas situaciones, hasta su apoteosis final con coros en la escena final. El bueno, el feo y el malo (1966) es quizá la colaboración más importante entre Sergio Leone y Ennio Morricone. En la banda sonora de esta película se combinan instrumentos tradicionales (guitarra, flauta, trompeta y percusión) con silbidos y voces, de una forma muy original. La película lanzó al estrellato a un actor de televisión casi desconocido: Clint Eastwood. Los años 70 Cuando ya parecía que el concepto tradicional de banda sonora había pasado a la historia, y que la música en el cine había dejado de cumplir las funciones para las que había nacido, sustituida por las canciones, a mediados de los años 70 se produce un redescubrimiento de la música sinfónica de la mano del que será el compositor más popular del género de todos los tiempos, John Williams. Williams no muestra ningún interés por los avances tecnológicos y sus posibilidades de conseguir nuevos efectos y sonidos gracias a los sintetizadores; sus partituras son, como la música cinematográfica de los años 40, en la que se inspiran, plenamente sinfónicas. Su obra maestra es la banda sonora de La guerra de las galaxias (1975), que ha sido imitada hasta la saciedad. Jerry Goldsmith ha sido el único compositor que ha podido rivalizar con John Williams, y para algunos críticos es mejor que él, sobre todo por la 10

Cine y Música 10

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Cine y Música 10

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Page 1: Cine y Música 10

Desayuno con diamantes (1962) es la primera colaboración importante entre el

director Blake Edwards y Henry Mancini. El tema principal de la película,

Moonriver, aparece varias veces en distintas situaciones: tocado en la guitarra

y cantado por la protagonista, o como música de fondo en distintas

situaciones, hasta su apoteosis final con coros en la escena final.

El bueno, el feo y el malo (1966) es quizá la colaboración más importante entre

Sergio Leone y Ennio Morricone. En la banda sonora de esta película se

combinan instrumentos tradicionales (guitarra, flauta, trompeta y percusión)

con silbidos y voces, de una forma muy original. La película lanzó al

estrellato a un actor de televisión casi desconocido: Clint Eastwood.

 Los años 70

Cuando ya parecía que el concepto tradicional de banda sonora había

pasado a la historia, y que la música en el cine había dejado de cumplir las

funciones para las que había nacido, sustituida por las canciones, a

mediados de los años 70 se produce un redescubrimiento de la música

sinfónica de la mano del que será el compositor más popular del género de

todos los tiempos, John Williams. Williams no muestra ningún interés por

los avances tecnológicos y sus posibilidades de conseguir nuevos efectos y

sonidos gracias a los sintetizadores; sus partituras son, como la música

cinematográfica de los años 40, en la que se inspiran, plenamente

sinfónicas. Su obra maestra es la banda sonora de La guerra de las galaxias

(1975), que ha sido imitada hasta la saciedad.

Jerry Goldsmith ha sido el único compositor que ha podido rivalizar con

John Williams, y para algunos críticos es mejor que él, sobre todo por la

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