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CIRCULAR UE LA APOSICION HISTORICA DEL CENTENARIO A S U S DELEGADOS PARTE SEGUNDA 1536-1910 SANTIAGO DE CHILE IMPRENTA ((CAMILO H ENRIQUEZ* 1910

CIRCULAR sabal, clon Ignacio Fernández Jua, n de Dios Espejo, Francis-co de Borja Venegas, Eujenio Mulon, Miguel Antonio Venegas i Juan Bainville, que sirvi poó r ma s d e treinta

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C I R C U L A R

UE LA

APOSICION HISTORICA DEL CENTENARIO

A S U S D E L E G A D O S

PARTE SEGUNDA

1536-1910

SANTIAGO DE CHILE

I M P R E N T A ( ( C A M I L O H E N R I Q U E Z *

1910

CIRCULAR SECCION CULTO

Es el Vice-presidente de la Esposicion, prebendado señor don Manuel Antonio Román, quien dirije esta sección, acom-pañado de los señores presbíteros don Luis Roa Urzúa, don Luis Francisco Prieto i don Julio N. Labbé: hace de secretario el presbítero clon Elias Lizana.

Se comprende la importancia que tiene esta repartición con sólo nombrarla, i hai que dejar aquí constancia de que en nuestras antiguas catedrales i en el seno de nuestras viejas e ilustradas órdenes monásticas, se encuentran los objetos mas apropiados para figurar en nuestra Esposicion Histórica.

Deben pues buscarse en los viejos claustros e iglesias de Satiago i del resto de la república, vinajeras, paramentos i vasos sagrados, imájenes, cuadros i esculturas de santos, can-deleras, candelabros, palmatorias, frontales, campanillas, flo-reros, lencería de sacristía, misales, rituales, lámparas, mue-bles; en una palabra, todo objeto que por su antigüedad o por su valor intrínseco o artístico, merezca llamar la aten-ción del público.

Curioso será, ver modo, de enviara esta Esposcion, anti-guas pilas bautismales; retratos, no sólo de miembros de la Iglesia, sino de civiles, militares, de majistrados o de bene-factores de ella; arcas antiguas, atriles, instrumentos de mú-sica; incunables, manuscritos i todo cuanto a biblioteca se refiera; deben también buscarse en nuestros claustros, anti-guos testos de enseñanza i útiles que se usaron en las escuelas conventuales i en los seminarios de nuestra diócesis, que fue-ron los primeros de Chile.

También pueden encontrarse antiquísimas campanas; i útiles de labranza viejísimos deben aun guardarse en los fundos ele nuestras comunidades.

Si los señores curas párrocos de la república, los priores i comendadores de nuestras órdenes relijiosas i las abadesas de las diversas reparticiones monásticas que existen en elpais, toman con entusiasmo la idea de a\rudar al buen éxito de la Sección del Culto, esta será la mejor representada de toda la Esp'osieion Llistórica.

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SEPTIMA SECCION

M A N U S C R I T O S E I M P R ' E S O S

Preside esta Sección clon Enrique Matta Vial con dos se-cretarios: de manuscritos don Tomas Thaj-ea Ojeda i don Enrique Blanchard Chessi de impresos. Los otros miembros son. don José Toribio Medina, el jeneral don Vicente del So-lar, don Luis Merino, don Alberto Edwarcls, don Agustín Palma Riesco, don Ramón A. Laval, don Patricio Blest Ga-na, don Juan Luis Espejo i don Nicanor Molinare.

A esta seceion se puede dar vastísima estension, toda vez que, en ella cabe, cuanto con la imprenta se relaciona; a ella pertenecen todos los incunables que existan en el pais; i a fin de que se sepa, que es un incunable, diremos que ese nombre se dá a todo libro impreso antes del año de 1500.

Podemos aseverar que en Chile existen numerosos ejem-plares de incunables, i que ahora ha llegado el momento de buscarlos i esponerlos.

Deben también exhibirse las dos primeras imprentas que llegaron a Chile: la del padre frai Sebastian Diaz i la de La Aurora de Chile; ambas están en servicio i las dos conservan sus antiguos tipos, menester es esponerlos.

Fuera de los incunables, existen pequeñas antiquísimas bibliotecas, que no es difícil encontrar; así los herederos del Marquesado de Casa Real, señores García Iíuidobro, guar-dan la librería de su primer Marques.

No será difícil reunir entonces, si se pone eficaz empeño, ejemplares antiquísimos de libros repartidos en Concepción. Valdivia, Ancud, Anjeles, Chilián, Talca, Rancagua, San Fer-nando, Curicó, San Felipe, Serena, Copiapó, Valparaíso i otros pueblos de la República.

Los viejos i polvorosos archivos conventuales de las ór-denes de San Francisco, San Agustín, Santo Domingo, La Merced, Agustinas, Capuchinas, Claras, Rosas i Carmelitas, deben guardar, i guardan con seguridad, antiquísimos bre-viarios, misales, libros místicos i también profanos, de méri-to especialisimo, que deben hoi ser exhumados del olvido i expuestos como ejemplares de otra época.

Las bibliotecas de nuestros Seminarios, la Nacional, la del Instituto, la de la Recolección Dominicana, las ele muchos liceos provinciales, los archivos de San Franciso de Chilián,

de Concepción, de Aneud, Serena, Talca, Valparaíso i demás de la República deben ponerse a contribución i ayudar al buen éxito de la Sección de Impresos i ^Manuscritos de la Es-posicion Histórica.

En materias de impresos debe tenerse presente que la Es-posicion exhibe: diarios, folletos, incunables, libros antiguos de la clase que se sea, de enseñanza, historia, leyes, medicina, matemáticas, etc; revistas, diccionarios, piezas de música, tarjetas, invitaciones a bailes, banquetes, fiestas teatrales, primeras misas, casamientos, bautizos, entierros, conciertos, fiestas relijiosas, meetings, reuniones comerciales, juntas pa-trióticas, citaciones judiciales, citaciones u órdenes militares proclamas de jefes militares o civiles, bandos militares, pre-gones, actas, invitaciones políticas, árboles jenealójicos im-presos o manuscritos; periódicos de caricaturas, boletos de exámenes, calificaciones, votos para elecciones, lunetas de te-atro, avisos teatrales, de circos, títeres i otras funciones pú-blicas; vistas fotográficas; despachos i títulos militares, di-plomas de medallas ele órdenes relijiosas i honoríficas como la del Mérito i clel Sol; diplomas de masones ilustres, de so-ciedades secretas, la Lojia Lautarina, etc.

Por lo que respecta a manuscritos, curioso es reunir ár-boles jenealójicos, que sabemos existen muchos, siendo en su mayor parte escritos a mano; antiguos libros como el de La-cunza por ejemplo; copias de testos de enseñanza u orijinales oficios, actas, títulos militares, licencias matrimoniales; dere-chos a montepío; reales cédulas; cartas de graneles elignata-rios de la colonia, dejenerales, capitanes jenerales, oidores, miembros de juntas cíe gobierno, de presidentes etc.

Reunir todo manuscrito ejue tenga relación con los gran-des dignatarios de la conquista i colonia; juntar todo lo e|ue se refiera a la independencia a

Pedro de Valdivia Bernardo O'Higgins Alonso de Ercilla Martínez de Rozas Ignacio José Miguel, i Luis Juan José

Carrera Ignacio Zenteno Joaquín Echeverría Tomas de Figueroa

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Luis de La Cruz El Abate Molina Marcò elei Pont Lacunza Ramon Freire Manuel Bianco Encalada Fernando Marqtiez de La Piata Bernardo Ossorio José de San Martin José Ordonez J osé Berganza Antonio Quintanilla Manuel Baranao Los Albano Cochrane Wooster Ildefonso de Elorriaga Roberto Simpson Antonio J. de Irrizarri Gavino Gainza Francisco de La Lastra Pedro Godoi Joaquin Prieto Manuel Bülnes Diego Portales Juan Manuel Pico Francisco Antonio Pinto José Manuel Borgono Juan Gregorio de Las Heras José Maria de La Cruz Andres Bello Claudio Gay Benjamin Viel José Antonio Rodriguez Aldea Manuel Rodriguez Santiago Bueras Juan de I)ios Rivera Juan de Dios Vial Santelices Vial del Rio Hipólito de Yillegas Los Egana

A l ca lde i tantos otros insignes servidores que seria largo enu-merar.

En materia de manuscritos se puede también formar una coleccion numerosísima de autógrafos de personas notables.

Creemos que de provincias puede llegar mucho a esta Sección.

No hai para que decir que en todo caso debe siempre te-nerse presente que el objeto que se quiera esponer tenga al-guna relación con la historia.

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OCTAVA SECCION

M O N E D A S I M E D A L L A S .

Esta Comision la componen donJosé Toribio Medina, don Guillermo Amunátegui, clon Toribio Lira Artigas, don Ra-món Bascuñan Varas i don Jerman Greve.

En ella se exhibirán todas las monedas chilenas que han circulado en el pais desde el año 1756 hasta nuestros días.

Creemos que para esta Sección deben buscarse los retra-tos de los fundadores ele nuestra Casa de Moneda i de algu-nos de sus empleados; los de don Francisco García Huidobro i de los Superintendentes don Cárlos Vijil,don Silvestre Mar-tínez de Oehagavía, don Bernardino Altoloaguirre i don José Santiago Portales; el de don Juan José Concha, ensayador jeneral; i el de sus grabadores: don Manuel Ortega i Balma-ceda, clon Jorje Eaus, don Agustin Tapia, don Rafael de Na-sabal, clon Ignacio Fernández, Juan de Dios Espejo, Francis-co de Borja Venegas, Eujenio Mulon, Miguel Antonio Venegas i Juan Bainville, que sirvió por mas de treinta años ese em-pleo.

No deben olvidarse las fichas usadas en los tranvías, es-tablecimientos comerciales, sean ellos salitreras, grandes em-presas mineras, fábricas, astilleros, etc.; en una palabra, en esta Sección se coleccionarán monedas i todo cuanto las re-presente.

Cuños antiguos, los que se han usado en nuestros talle-res de amonedación, pueden exhibirse también.

Deben tenerse presente los libros i manuscritos que de a-

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moneclacion traten; albums i demás concernientes a la mate-ria.

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Las .medallas tienen una importancia especial, porque a pesar de nuestras victorias, jamas se han prodigado; las ofi-ciales son pocas.

Hemos tenido en Chile solamente una Orden, «La del Mé-rito» que no ha sido derogada por lei ninguna, solo ha caido en desuso; de ella debemos buscar ejemplares.

Para que sea mas fácil darse cuenta de esta Sección i po-der hacer mejor la colecta de medallas, claremos aquí una nó-mina de las que el gobierno independiente ha concedido.

Por la acción de Maipú se decretaron medallas de oro i plata a los jefes i oficiales que en ella se econtraron.

El 16 de Junio de 1837, se dieron dos medallas, una de oro i otra de plata a los vencedores del Barón, 6 de Junio del mismo año; para el jeneral Blanco Encalada se decretó una especial con un brillante en cada uno de los rayos de la es-trella; la de los oficiales tiene esmaltados los rayos de la misma; las de los sarjentos fueion de plata.

Por la batalla de Yungav se concedió el 28 de Marzo de 1839 el uso de una medalla de honor a los jenerales, jefes, ofi-ciales i tropa que concurrieron a esta batalla, siendo para los jenerales i jefes de oro con brillantes; de oro solamente para los oficiales, i de plata para la tropa.

Con la misma fecha se dió una medalla 'de honor a los je-fes, oficiales i tropa que se encontraron-en el combate naval de Casma, el 11 de Diciembre de 1839.

Por el motin de 20 de Abril, el gobierno decietó el uso de una medalla de oro paro los jetes i oficiales, i de plata para la tropa.

La toma de Valdivia, 3 de Febrero de 1820, fué premia-da con tina medalla de oro para los jefes i oficiales, i de plata para la tropa, por decreto de 12 de Marzo del mismo año.

El 6 de ¡Setiembre de 1836 se concedió una medalla de oro especial para Manuel Zapata i José Rojas, por su lealtad pa-ra conservar la fragata «Monteagudo».

El 12 de Setiembre de 1879 se decretó una medallá de o-ro para los jefes i oficiales i de plf ta para los tripulantes i para don Agustín Cabrera Gacitúa también de oro, a los so-

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brevivientes ele Iquique, con esta inscripción «me hallé en el combate ele Iquique el 21 de Mayo ele 1879».

El 12 ele Setiembre ele 1880, se elictó el decreto, que con-cedió la medalla por la campaña ele Tacna i Arica; es de oro i plata; el 14 de Enero de 1882, se concedió la condecoraeion por la campaña de Lima: medalla de oro para los jefes i ofi-ciales i ele plata para la tropa.

Huamachuco, acción peleada el 10 de Julio ele 1883, ob-tuvo también su conelecoracion en 27 de Diciembre del mis-mo año.

Por leyes i decretos especiales se han concedido medallas a los señores Jeneral elon Manuel Baquedano, Jeneral don Márcos 2" Maturana i al Contra Almirante Riveros.

A los Comandantes de la Thetis, Penguin, Decres i Gari-baldi, señores Prescott W. Stephens, Artliur C. H. Paget, E, Chevalier i Constantino Morin una medalla de honor por sus ausilios prestados a los náufragos del Loa, el 3 de Junio de 1880

No conocemos otras medallas militares concedidas por leyes o decretos a consecuencia de acciones de guerra.

Hé aquí ahora los parches i escudos ele honor de orijen ofieial.

Se concedió escudo por la acción de Cucha Cucha, 12 de Febrero ele 1813; por la batalla ele Chacabuco; por el paso elel rio Carampangue, 28 de Mayo ele 1817; por Maipú para la tropa; por la acción Cañada ele Concepción para jefes, ofi-ciales i tropa; la acción de Guias también se premió con par-che de honor; i las acciones de Llaclla i Buin merecieron la misma elistincior.; i a los guardias mai'inas que se batieron en Casma se les agració con su correspondiente escudo.

En 1812 en Julio el gobierno ele Buenos Aires, dió a los axiliadores chileno un parche con la inscripción «Con el valor i la espada salve a la patria amagada».

Enumerar aejuí todas las medallas ejue en el pais se han acuñado no es trabajo que entre en esta circular; ellas se vie-nen elaborando, puede decirse desde que existe Casa de Mo-neda; elurante la Colonia se acuñaron algunas ejue recuerdan las juras i proclamaciones de los monarcas españoles i otras para recordar algún suceso o hecho notable; mas tárele, du-rante la independencia i orgauizacion elal pais se han acuña-do muchas mas con motivo de los infinitos acontecimientos ejue hemos presenciaelo relacionados con las artes, industrias

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esposiciones,inauguraciones de puentes,ferrocarriles,telégra-fos, flajelos. instrucción, beneficencia etc.

Los triunfos mismos de la guerra del Pacífico, han hecho que se elaboren variadas condecoraciones que han sido ofre-cidas a los vencedores ele esa campaña, no por el gobierno,si-no por sociedades i particulares; así, sabemos que, las Muni-cipalidades de Valparaíso, Ouillota, Serena, Copiapó etc. hi-cieron acuñar hermosas medallas; que el probo ciudadano don Francisco Echaurren Huid obro, hizo fundir otras etc. pues bien, es necesario buscar i exhibir esos ejemplares que re-cuerdan servicios eminentes prestados a la patria.

Condecoraciones estranjeras posee también el ejército i la Armada de Chile, ofrecidas por los gobiernos ele la Arjentina Colombia, Bolivia, Perú i Ecuador i que recuerdan las bata-llas de Chacabuco, Cucha-Cucha, Maipú, Cerro de Pazco, Rendición del Callao, Miráves, Junin, Ayacucho, Sepita, Pun-ta clel Médano, Abtao i Papudo, debe hacerse todo lo posi-ble por obtener ejemplares de ellas; lo mismo que sobre la «Orden del Sol» fundada por San Martin, en el Perú.

El gobierno español decretó una medalla por Rancagua, en 1814; gran cosa sería encontrar un ejemplar.

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NOVENA SECCION

F I L A T É L I C A

Don Ramón A. La val, el Doctor don Jerman Greve, don José Miguel Besoain, don Patricio Aldunate Solar, don Víc-tor Bezanilla i don Tristan Guerrero, son los que dirijen la Sección Postal i Filatélica.

Tienen cabida en ella todos los utensilios que han servido para la manipulación i trasporte de la correspondencia, como son los buzones, sacos de carteros i valijas; los timbres ele ser-vicio, con los nombres de los artefactos que se usaron duran-te la colonia i en los primeros años de la vida independiente.

Hai cjue reunir también antiguas ordenanzas de correos i tarifas postales, matasellos, moldes con las filigranas de los primeros sellos de franqueo i planchas cjue sirvieron para im-primirlas.

Deben también esponerse viejas balanzas para pesar la

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correspondencia i fijación de posta; sellos de franqueo, sobres i tarjetas, en todas sus emisiones, variedades i colores, inclu-yendo los proj^ectos, ensayos i demás curiosidades que inte-resan a los coleccionistas.

Se pueden exhibir también sobres o cubiertas de cartas que sean anteriores a la primera emisión de estampillas; co-lecciones de estampillas de Chile i de todas partes del mundo; albums i utensilios que se usan en la filatélica.

Será también curioso buscar los retratos de los primeros directores i administradores de correos de la colonia, inde-pendencia i organización de la república; de los señores don Alejo Curriel i don Francisco Solano Astaburuaga. que fué su primer director.

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DÉCIMA SECCION

ARMAS E INSIGNIAS MILITARES

Preside esta Comision don Domingo Toro Herrera i lo a-compañan, eljeneral don Arístides Pinto, el coronel don Jo-sé ¡María Barí, el teniente coronel clon Eduardo Mizon, el ca-pitan don Luis Merino, don Patricio Blest Gana, don Lean-dro Nuvarro, don Felipe Casas Espinóla i don Nicanor Mo-linare.

Entre los apreciados objetos que en esta sección pueden esponerse, se encuentran todas las banderas tomadas al ene-migo desde Cliaeabuco a la ocupacion de Arequipa en 1883.

Así deben reunirse los estandartes de los Rejimientos Ta-lavera, Burgos, Infantes don Cárlos, Dragones de La Fron-tera; Batallón Concepción i Arequipa; banderas que tremo-laron en Valdivia, en la Esmeralda i María Isabel; la que a-rrió la Covadonga, Huascar i Pilcomayo; la que tremolaba en el Palacio de los Pizarros en Lima en 1881 i las que se rin-dieron en Yungai, Dolores, Tacna, Arica, Chorrillos, Miraflo-res, Pucara, Huamachuco i Arequipa.

Hai que buscar los viejos cañones que hicieron fuego en Maipú; ejemplares de los que trajo San Martin en el N9 3 de Artillería de los Andes; i buscar aun mas léjos, los que se ba-tieron en Menbrillar i Rancagua.

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Deben presentarse tipos de antiguas armaduras, cascos, bacinetes, borjoñotas, almetes, celadas, gorjeras, petos, so-brevestas, perneras, espuelas, puñales de misericordia, espa-das, estoques, masas de armas, lanzas, armas que usaron los primeros conquistadores: sin olvidar arcos, ballestas, flechas saetas i hondas.

Deben juntarse clarines, cornetas i tambores antiguos. En materia de armas de fuego habrá que presentar desde

el primitivo mosquete de mecha i la morizca espingarda hasta los rifles Minie, usados en 1870 en Chile.

Creemos que, en armas blancas, pueden juntarse varieda-des i curiosidades de primer orden; así hai que reunir corbos, puñales de dos filos, de uno solo, cuchillos vcrduqu.es anti-guos, i de matanza; machetes de los que usaban nuestros campesinos; fichas de bomberos, i ele abordaje; espadas de infantería, i de marina; espadas antiguas de baiiia de cobre, i de metal.

Deben también coleccionarse proyectiles de todas clases, i de todas armas; reunir desde la bala antigua de bronce co-bre o hierro hasta las modernas de hoi clia; juntar proyectiles de fusil, carabina, escopeta pistola revolver i cañón.

Si se pone empeño podran reunirse armas que fueron de uso personal de O'Higgins, Las Heras, los Carrera, Zenteno, Freire, Búlnes, Vi el, Yidaurre Leal, Pinto, Riquelme, Ron-dizzoni, Prat, Prieto, De La Cruz. Rivera, Simpson, Goñi, Linch, Baquedano, ¡Uaturana. Hinojosa, Lagos, Gana, Ló-pez, Aldunate, Borgoño, Condell, Riveros, \Yilliams i de mu-chos otros jenerales i almirantes.

Estimamos, que los señores delegados, pueden i deben hacer el mayor esfuerso a fin de reunir cuanto objeto histó-rico militar se encuentre i no omitir sacrificio para enviarlo a la esposicion.

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FNDÉCIMA SECCION

MEDICINA I CIENCIAS ALIADAS

Como presidente honorario ele esta sección tenemos al Decano de la Facultad de Medicina, doctor don Vicente Iz-quierdo; presidente efectivo el doctor don Jerman Valenzuela,

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B., i a los doctores Cornelio Guzman, Ramón Corbalan M., Edmundo Jaramillo, Jerman Greve, Pedro L. Ferrer i Arturo Prado M. de directores, junto con los señores Guillermo N. Silva Rafael Gallardo Rojas i Eujenio Haeberle; como secretad-no don Nicanor Molinare.

La Sección de Medicina se encarga de reunir: retratos de médicos notables, cirujanos, alquimistas, dentistas, quími-cos, boticarios, farmacéuticos, matronas, enfermeras, admi-nistradores de hospitales i establecimientos de beneficencia i benefactores públicos.

Juntará también: cuadros de nuestras instituciones mé-dicas, químicas, farmacéuticas, dentísticas, etc. que represen-ten acontecimientos importantes en la historia de la medici-na i sus ciencias aliadas.

Habrá que juntar medallones, medallas i monedas que tengan atinjencia con sucesos médicos chilenos, como por ejemplo, medallas que recuerden la epidemia de viruelas de 1872.

Se deben reunir manuscritos raros, incunables, periódicos, libros i folletos relacionados con asuntos científicos, quími-cos, médicos i otras ciencias aliadas; débense buscar autógra-fos, cartas, diplomas antiguos, títulos, relaciones de esperi-mentos, aparatos i reliquias personales de profesionales..

Será curioso presentar ejemplares de antiguas medicinas i ajenies curativos: recetas i fórmulas de edades pasadas; bo-tiquines antiguos i modernos, civiles, militares i navales; ofrendas votivas para la salud; talismanes antiguos, amule-tos medicinales, sellos, emblemas, medallas i hechizos; reli-quias médicas de los aboríjenes nuestros, reliquias astrolóji-cas médicas; curiosidades sobre eirujía, odontolojía i veteri-naria; i equipos antiguos de los hospitales de San Juan de Dios i San Borja.

No deberán tampoco olvidarse las curiosidades anatómi-cas i los modelos anatómicos; bueno será presentar también la historia i desarrollo de los instrumentos de la eirujía, den-tística i obstetricia, i coleccionar instrumentos quirúrjicos de araucanos.

En materia ele obstetricia deben presentarse los antiguos modelos que en Chile se han usado para su enseñanza.

Cálculos i otros ejemplares patolójicos deben también acopiarse.

Los señores farmacéuticos pueden coleccionar: balanzas,

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pesos i medidas antiguas; recetas raras; viejos alambiques, morteros e instrumentos ele la profesión; curiosidades en ma-teria de botellas, retortas, alambiques, vitrinas, jarros para ungüentos i especias, tarros para drogas, aguamaniles, po-tes, molinos i demás aparatos de laboratorio.

Tiene también cabida en la farmacia los anuncios, avisos, circulares de mostrador, lista de precios, libros de recetas, rótulos antiguos, libros antiguos, fórmulas farmacéuticas primitivas, preparaciones de productos químicos, ejemplares de alcaloides raros, etc.

Los herbarios antiguos de plantas chilenas coleccionadas en el pais también tienen cabida en esta Sección; i la Cirujia Dental debe presentar antiguas dentaduras artificiales, ins-trumentos, i todo cuanto con la dentística se relacione.

En materia de óptica no deberán olvidarse, ni los lentes i anteojos, ni tampoco los instrumentos empleados por los o-eulistas.

La fisiolojia, antropolojia, microscopía, bactereolojia; i biolojia deben estar bien representadas; i todo cuanto se re-lacione con avisos, carteles i manifiestos sobre enfermedades epidémicas, merecerá atención especial.

La sección Ambulancias reunirá todo cuanto a ella se re-fiera como: sillas para partos; camillas para conducir heri-dos, carpas; biberones para creaturas; tazas para alimentos, orinales, botellas, vasijas de cama; i equipos, completos de ambulancias militares, navales, policiales i de ferrocarriles.

Los curanderos elídenos, los charlatanes médicos de nuestra tierra, deben tener también aquí representación i bue-no es presentar cuadros antiguos que recuerdan matasanos de otra época i ejemplares de sus medicinas, recetas, anuncios i carteles que han usado i usan aun.

La criminolojia tiene cabida en esta sección i a ella perte-nece coleccionar: venenos curiosos relacionados con causas de criminales célebres i también instrumentos usados por a-sesinos famosos.

En esta Sección cabe también coleccionar cuanta medici-na i especifico falsificado i adulterado se haya tratado ele vender, en materia de drogas, medicinas, alimentos i de to-rios acpiellos artículos cjue afectan la salud i c[üe están aso-ciados con la c|uímica, dentistica, farmacia i demás ciencias aliadas.

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DIr< »DÉCIMA SECCION

UNIFORMES MILITARES

Don Domingo ele Toro Herrera preside esta Comision junto con don Cárlos Eduardo Justiniano, don Rodolfo Sali-nas, el comandante don Eduardo Mizon, el eapitan don Luis Merino, don Pedro Subercaseaux B., don Luis Perez, i don Nicanor Molinare, Secretario.

Es esta una Sección que no tiene un solo objeto que espo-ner; pero, presentará en revista los trajes que usaron los soldados de la colonia, i los viejos tercios españoles que se batieron durante las campañas de nuestra emancipación po-lítica con los reclutas independientes; los de los soldados del año 1820; los de los veteranos de 1838, i los que siguieron sirviendo bajo las banderas de la patria hasta 1879, median-te la buena voluntad i jenerosidad del director don Cárlos Eduardo Justiniano que fabrica i obsequia todos estos uni-formes i sus correspondientes maniquíes.

He aquí una nómina de los rejimientos i batallones que se espera uniformar:

Rejimiento de Infantería Portugal; Dragones de La Rei-na, Piqueros; Batallón de Infantería Chile o Concepción, en tres diferentes épocas, 1780, 1814 i 1848: batallón Valdivia, en tres épocas como el anterior; Compañía de infantería de línea de Santiago, 1800; batallón Chillan; batallones Caza-dores de Chile, Real de Lima, Castro i Chiloé; rejimiento Ta-laveras; batallones Arequipa, Burgos e Infante don Cárlos, rejimiento Cantabria, Dragones de La Frontera, Lanceros del Rei i de Arequipa, Húsares de La Concordia, Real Cuerpo de Artillería, milicias elisciplinadas de infantería urbanas i rura-les; de artillería i de caballería.

Cuerpos de milicias: rejimiento de infantería el Rei, bata-llón de infantería de San Felipe; Dragones de Sagunto; reji-miento de caballería de El Príncipe, Princesa i Farnesio.

Algunos de los batallones nombrados que fueron colonia-les, conservaron durante los primeros tres años de la Patria Vieja sus primitivos nombres; entre ellos se encuentran El Príncipe, La Princesa, Sagunto, Borbon i otros; despues de 1814, esas denominaciones se perdieron para siempre.

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La lista de los batallones independientes que sirvieron desde setiembre de 1810 al 2 de Octubre de 1814, de los cua-les se podrá hacer uniformes, hela aquí:

Real Cuerpo de Artillería, que mas tarde se denominó sencillamente Artillería de a pié, de a caballo, Brigada de Ar-tillería, Artillería de la Capital, i cuyos primeros jefes fueron en ese período don Francisco Javier de Reina, don José Do-mingo Valdes i don Luis Carrera. Trataremos al dar los cuerpos patriotas de nombrar también a sus jefes, a fin de obtener, si es posible, sus retratos i prendas personales que de ellos existan.

Campañía de Infantería de Santiago, su jefe don Juan de Dios Santelices.

Batallón de Infantería Granaderos de Chile, organizado por don Juan de Dios Vial Santelices i por don José Santiago de Luco i Herrera; mas tarde mandaron este cuerpo clon Juan José Carrera, don Cárlos Spano i don Juan Rafael Bascuñan.

El Rejimiento de Infantería El Rei, cuyo jefe era en 1810 don Domingo Díaz de Salcedo i Muñoz; este cuerpo era de an-tigua data.

Comandante del Batallón de Pardos fué donjuán de Dios Portillo en 1810; los Pardos se convirtieron en Voluntarios de la Patria con Pérez Cotapos de jefe; se llamaron clespues batallón de Injenuos i tuvieron a don Ambrosio Rodríguez Ordoiza de Comandante, en Setiembre de 1814; en 1817 se organizaron bajo el nombre de Infantes ele La Patria, con don Santiago Bueras; despues peleó en Maipú bajo las órde-nes de don José Antonio Bustamante, i por fin se convirtieron en Infantería ele Marina, hajo la dirección de don Guillermo Miller i ele don José Ramón Gormaz.

El batallón Auxiliares de La Patria reconocía por jefe al Teniente Coronel don Enrique Larenas i a don Santiago Díaz.

El Talca, batallón de infantería, fué mandado por don Vicente de La Cruz, don José Antonio Antúnez i don Juan de Dios Castro.

El batallón San Felipe lo comandó clon José Santos Mas-cayano, don Pedro Fermín de Torres, don Martin Prats, i don Pablo Silva que lo mandó en el Perú el año de 1839.

El de los Andes o de Fernando VII, reconoció por jefe a don Rafael Ruiz de Arbulú.

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El Rejimiento de Caballería Húsares de la Gran Guardia lo organizó don José Miguel Carrera; i en 1814 lo mandaron don José María Benavente i don Juan Antonio Diaz de Sal-cedo.

Los Dragones de Chile, se formaron en 1810, i sus jefes fueron don José Joaquin de Toro, don Joaquín de - Guzman i don Carlos Vijil; se reorganizaron en 1813 con don Andrés del Alcázar i don José Bernardo Yidela,

En 1811 mandaba los Dragones de la Reina don Juan Manuel de Ugarte.

La Asamblea de Caballería, antiguo cuerpo escojido de esa arma, tenia por jefes en 1811 a don Juan de Dios Vial Santelices i a don José María Botarro; despues la mandó don Raimundo Sesé i Belveder.

Don Pedro José Prado Jara Quemada estaba al frente del Rejimiento de La Princesa, Junto con clon Domingo José de Toro.

El Rejimiento de El Príncipe tenia de jefes al marques de Montepío don Joaquin de Aguirre i a don José Estanislao Portales.

Las milicias de Caballería de San Fernando fueron man-dadas por don Manuel Matías Fernández de Valdivieso, don José María de Vivar; don Santos Lira i por el Comandante Formas en 1814.

Don Francisco de Labbé Ruiz de Gamboa, comandó los escuadrones de Curicó; i en 1814 era su jefe don Francisco Lino de Villota.

El Rejimiento de Caballería Farnesio de San Felipe tuvo de jefes a don José Antonio Martínez de Luco, a don José An-tonio de Echavarría, a don José María Portus, a don Fran-cisco de Paula Caldera í a don Miguel de Aldunate.

En los Andes, mandaron al Fernando VII, don Juan Agus-tín Alcalde, Conde de Quinta Alegre; don Tomas Vicuña, don José Agustín de La Fuente, don Manuel Cortes, don Ramón Meneses, don Rafael Antonio del Villar i Fontecilla, i don Pe-dro del Canto.

Valparaíso tenia su Rejimiento de Caballería en 1809, mandado por clon Jerónimo Pisana i Muñoz de Guzman i don Cristóbal Váleles; despues lo mandaron clon Manuel García Ortiz i don Francisco José de Moya.

Los Dragones de Sagunto o de Rancagua,'estuvieron a las órdenes del marques de Larrain, de don Manuel de Sotoma-

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yor, de don Agustín de Almarza que muiió mandándolos en Membrillar el [año 14, i de don Bernardo de las Cuevas que sucumbió el mismo año en el asedio de Rancagua.

Don Francisco de Ovalle i Soto fué Comandante de la Ca-ballería de Quillota.

El rejimiento ele Borbon de Melipilla lo comandaron clon Manuel de Barros i don Francisco Achurra que se batió a su frente en el Membrillar.

Fie aquí los nombres de los jefes realistas que tuvieron mando de Cuerpos durante la Patria Vieja: don Juan Zapa-tero, don Manuel Reinal Olaguer Feliú, don José de Bergan-za i don Manuel Montoya, en la Artillería; infantes fueron: clon Tomas de Figueroa, clon Lucas A. Molina Agüero, clon Juan Nepomuceno Carvallo, clon Clemente Lantaño, don José Rodríguez Ballesteros, clon Ramón Jimenez Navia, don Ra-fael Maroto, don Leandro Castilla i clon José Vildósola; la caballería la acaudillaban don Antonio Quintanilla, clon Juan Antonio Oíate, don José María de La Arriagada, don Anjel Calvo, don Diego Padilla i Freire, clon Manuel Barañao, don Antonio Morgaclo, don Ildefonso de Eliorreaga, los Urrejola; en las impedimentas del ejército real anotaremos a don Ma-tías de La Fuente, don Manuel Fernández i clon José Ignacio Arangua.

No se debe olvidar en esta nómina al famoso Vicente San Bruno que formaba en Talaveras.

Gran cosa seria encontrar algunos retratos de estos se-ñores i también objetos, prendas de su uso personal, de su uniforme.

Durante la reconquista hat ta 1818 en que fué derrotad o el ejército español, sus cuerpos se aumentaron con las siguien-tes unidades:

Batallón ('azadores de Chile; organizado en 1815 por clon Manuel de Balmes i Quevedo, que tenia uniforme con vi-vos verdes.

Rejimiento de Infantería Burgos, del comando de clon Jo-sé María Beza.

Don Bernardo de La Torre estaba al frente del rejimiento Infante clon Cárlos; i clon José Ramón Rodil, el que jamas se rindió en el Callao, dirijia el Arequipa.

Los Dragones de Arequipa los mandaba Rodríguez, i los de Chillan clon Cipriano Palma.

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El Cantabria llegó a Chile a fines de 1818, con don Faus-to del Hoyos.

No tomamos aquí en cuenta algunas tropas de milicias que formó Ossorio.

O

San Martin i O'Higgins emprendieron en 1816 la organi-zación del Ejército chileno.

En 1816 don Juan de Dios Vial Santelices, en Mendoza, principió a organizar el Rejiiniento N° 1 de Infantería de Chi-le; su plana mayor, todos sus oficiales i clases i unos pocos soldados se encontraron en Chacabuco; existen documentos en la Biblioteca Nacional que comprueban nuestro dicho.; pa-sada la batalla, el Tejimiento se acantonó en San Felipe, i ahí Vial con don Enrique Campino i don Hilarión Gaspar conti-nuaron en sus labores de organización; en Julio de 1817 tomó el mando del cuerpo donjuán de Dios Rivera; lo mandó has-ta 182.7.

El N9 1 de Cazadores de Chile lo organizó don Luis de La Cruz con don Isaac Thompson, en 1817, i murió en Tarpe-llanca, en 1821.

El 29 de línea se formó en el mismo año de 17 bajo la di-rección de don José Bernardo Cáceres; en 1819 lo mandó don José Antonio Bustamante; en 1820 partió al Perú con don Santiago Aldunate, i allá fué jefe de él don Pedro José Reyes.

La División de Fronteras se organizó también en 1817, en el mes de Abril, bajo la dirección de don Ramón Freire: en Setiembre se conviitió en el N9 3 de Arauco con don José Ra-món Boedo de comandante; por muerte de éste asumió el mando don Agustín López, que lo entregó en 1818 a don San-tiago Diaz que fué sujete hasta 1827 en que bajo el nombre de Carampangue quedó a las órdenes de don José Antonio Villagran; don Estanislao Anguita lo mandaba en 1831; en Yungai murió su jefe don Jerónimo Valenzuela; su último jefe en 1851 era don Manuel Zañartu.

En los últimos dias de Diciembre de 1817 se mandó for-mar el 49 de línea i se le dió a don Pedro Ramón Arriagada; al partir al Pet'ú lo comandaba don José Santiago Sánchez; en 1824 donjuán Estéban Fáez, i en 1826 se disolvió;

En 1820 se organizó el 59 de línea por don Mariano La-rrazábal i don Pedro Nolasco de Friondo; don Francisco An-

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tonio Pinto lo mandó en 1822 i despues don Pedro José Re-yes; de este cuerpo solo volvieron a Chile del Perú, 28 hombres al mando del saijento ma_yor don Vicente González en 1824; en 1825 fué su jefe don José Santiago Aldunate, i despues se disolvió.

Don Enrique Campino, organizó el 69 de linca en 1820, el que fué al Perú. En 1820 se formó el 79 de línea por don José Antonio de La Cruz: en Marzo ele 1823 se nombró Coman-dante a don .José Rondizzoni cjue fué su jefe hasta que desa-pareció en Lircai con el nombre de ConcepciónN° 7 el año 30.

En 1820 don Jorje Beauchef organizó en Valdivia el Pro-visional de Valdivia que tomó el N° 8 en 1824; don Guillermo de Vic Tupper fué su jefe despues hasta Abril de 1830; en Lir-cai, pereció-Tupper i su batallón, con el nombre de Pudeto N" 8.

En 1824 don Manuel Riquelme organizó el 69 de línea que se nombró Maipú; don José Francisco Gana i don José Antonio Viclaurre fueron mas tarde sus jefes. Se mandó di-solver en 6 de Marzo de 1829.

El Rejimiento de la Guardia de Honor lo mandó formar O'Higgins en 1820; jefe accidental fué don Manuel Riquel-me; mas tarde se llamó Guardia Directorial, i despues ele la abdicación de O'Higgins se le denominó Republicana; el coro-nel Pereira fué nombrado su jefe a fines de 1822. Despues se dividió i se formó el segundo 69 de línea en 1824, el que se di-solvió en 1829.

A clon Isaac Thompson se le ordenó organizar los Tira-dores de la República en 1826, cuerpo que vivió poco.

A fines de 1829 don Nicolás Maruri formó el batallón-Constitución, que se disolvió al año siguiente.

El año de 1819 se organizaron los Inválidos en forma ele batallón i se le elió el nombre de «Cuerpo de Aguerridos»; en su plana maA'or figura ese año únicamente clon Diego Gonzá-lez; a principios de 1820 se hizo cargo de su comandancia don Mariano Larrazábal con clon José Antonio Mangas; en 1824 lo mandaba el Sarjento Mayor clon Bernardo Barrue-to; hai que advertir que en 1820 este cuerpo espedicionó a Valdivia a pedido de Beauchef.

La Academia Militar se mandó organizar en Marzo de 1817. Su primer director fué clon José Antonio Arcos; clon Mariauo Necochea vino en seguida; luego la mandaron don Mariano Larrazábal i clon Manuel La Barca; Beauchef fué

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su primer Ayudante Mayor. En 1823 don Santiago Ballar-na fué nombrado director de este establecimiento i consiguió sacar algunos oficiales; en 1831 inicia sus trabajos la Escuela de Pereiraque cierra sus aulas en 1838; en 1843 se abrió nue-vamente la Escuela Militar i se nombró de director al Coronel clon José Francisco Gana López; el Jeneral don Santiago Al-dunate la mancló desde 1847 hasta 1861 en que le sucedió el Coronel don Antonio de La Fuente que falleció en 1868; fue-ron distinguidos directores de nuestra escuela los jenerales don Erasmo Escala, don Emilio Sotomayor, vencedor de Pi-sagua i Dolores ; el ilustrado militar don Luis Arteaga i el almirante don Anacleto Goñi.

Cazadores a Caballo se formó en Setiembre de 1817 i fué don Ramón Freire su organizador i primer jefe; don Santiago Bueras era su segundo i comandaba el Escuadrón de La Es-colta Directorial en Aiaipú cuando murió cargando al enemi-go. Han sido Comandantes de este cuerpo los señores: don Luis .José Pereira, don José María Benavente, don Fernando Baquedano, donjuán Manuel .Jarpa, don Vicente Las Casas, don Vicente Villalon i don Manuel Baquedano que lo era en 1879.

Los Húsares de Marte se crearon el 27 de Noviembre de 1820, bajo la base del 4o escuadrón de Granaderos de los An-des; su primer jefe fué don Benjamín Viel que los mandó has-ta Setiembre de 1822, en que se disolvieron, sirviendo de ba-se para formar el Rejimiento Dragones de Chillan que orga-nizó el mismo Viel con su antiguo cuerpo i la Compañía de Plaza de Chillan. Dragones de Chillan fué de corta duración.

En Abril de 1819 don Cárlos María O'Corrol inició la formación de Dragones de La Patria; muerto en el Pangal, le sucedió don Domingo Torres. En 1821 se le cambió nom-bre i se le llamó Dragones de La República i mas tarde toma-ron el de Dragones de La Libertad.

Don Manuel Jordán, que murió en Longaví en 1825, era Comandante del I o i 2o Escuadrones ele este rejimiento.

Don Manuel Quintana lo mandó en 1827 hasta 1828 en que se disolvió.

Los Guias del Ejército son del año 1823; su jefe fué don Mariano Merlo.

El mismo año, don Domingo Urrutia formó los Carabi-neros.

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Don Ventura Ruiz organizó en 1827 la Escolta del Go-bierno.

Don Eduardo Gutike fué el primer jefe de los Coraceros el año de 1827; al año siguiente fueron disueltos.

Los prmeros datos que tenemos de Granaderos a Caba-llo son de 1828; fué su jefe el Teniente Coronel don Manuel Bulnes. El Coronel don Bernardo Letelier estaba a su frente en 1831; el coronel Jarpa los mandó en Yungai; los señores: Yávar, Luna, Pantoja, Silva Claro, San Martin i Tomas Yá-var que murió a su frente en 1881, fueron jefes de este Teji-miento.

Don José María Palacios mandó las Milicias de San Fer-nando en 1818; don Ramón Formas en 1820; don Estéban Manzano los escuadrones de Talcahuano en el mismo año.

Los Dragones de Chile que fueron al Perú en 1820, los formó don Diego Guzman Ibáñez.

En 1817 organizaba don Joaquín Prieto nuestra Artille-ría i la mandó hasta 1825; durante ese tiempo sirvieron con Prieto, comandando diferentes secciones: don Francisco f o r -mas, don Antonio Milán, don Anjel Argüelles, don Rafae' Barainca i don Ramón Picarte; en 1825 fué primer jefe don José Manuel Borgoño.

Durante Ios-años de 1820 a 1823, Borgoño mandó en el Perú nuestra artillería, que también estuvo a las órdenes de don Juan Nepomueeno Moría i de Argüelles.

Don Máreos Maturana mandaba en Yungai la artillería nuestra, i en 1851 todavía era su jefe; le sucedieron don Timo-teo González i don Erasmo Escala.

Los batallones de infantería que hicieron la campaña de 1838 i 1839 al Perú fueron:

Voluntarios de Aconcagua, al mando dedon Pablo Silva. Batallón Carampangue, a las órdenes de don Jerónimo

Valenzuela. Voluntarios de Colchagua, mandados por clon Pedro -

Urriola. Batallón Portales, de don Manuel García. Don José María Sessé estaba al frente del Santiago de

línea. Al Valdivia lo dirijia clon Mariano Rojas, i al Valparaíso

don Juan Vidaurre Leal. Don José Inojosa i don Ignacio García acaudillaban el

Escuadrón Lanceros i a los Lanceros de La Frontera.

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Despues ele Ynngai se redujo la infantería de línea a los batallones: Carampangue, Valdivia, Portales i Yungai.

En 1845 se disolvió el Portales, i al año siguiente se for-mó el Chacabuco.

Los batallones Carampangue, Yungai, Valdivia i Chaca-buco se disolvieron todos en 1851; en su lugar se organizaron el Buin I o de línea, el 3o, 4(? i 5o de línea; el Buin tuvo de or-ganizador al Coronel don Manuel García; don José Manuel Pinto mandaba el 5o; el 4o se le entregó al Coronel don José Francisco Gana i López; clon Juan Viclaurre Leal organizó el 3o de línea.

El batallón 2" de línea es también de esta época; a prin-cipios ele 1859 se organizó por don Santiago Amengual el 79

de línea, que mas tarde se convirtió en Zapadores. Don Gre-gorio Frratia, mas tarde jeneral, fué notable jefe ele este Teji-miento.

En 1865 existían los batallones N'-'l, 2, 3, 4 i 7o de línea, i a consecuencia de la guerra con España se organizaron los números 8, 9, 10 i 11 por los señores Coronel clon Viviano Antonio Carvallo, Teniente Coronel clon José María Silva Chávez, Teniente Coronel clon José Antonio Bustamante i don Márcos 2° Maturana.

I arga es la lista de los batallones i Tejimientos que ha te-nido Chile; el año de 1879, el ejército estaba reducido a cerca de 3,000 hombres; sin embargo se crearon nuevos cuerpos, cuyos nombres no caben en esta circular, que ojalá sirva para ayudar a buscar los retratos i prendas de uso personal de to-dos los jefes que hemos citado; pueda ser que algo se encuen-tre de estos señores.

O

La Marina de Chile tiene puesto de honor en nuestra Es-posicion; ¿cuántas reliquias de nuestros hombres de mar no pueden exhibirse? La Esmeralda sola es un arsenal; el Huás-car ¡qué de curiosidades no guarda en su seno! I así, solo con poner a contribución nuestros arsenales podremos reunir mu-chos objetos de valor histórico incomparable, como es todo cuanto se refiere al heroico combate de Iquique i Punta Grue-sa; a Prat, Condell, Riquelme, Orella, Serrano, Aldea, Vicíela, Thompson, Williams, etc.; sin olvidar por cierto a Blanco, Cochrane, Simpson i Bynon.

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Es necesario esponer: colecciones de armas, de sables de abordaje, hachas, chuzos, etc.; ele antiguas pistolas i revol-vers de los primeros sistemas; fusiles, carabinas i cuanta ar-ma rara antigua se haya usado a borelo.

Cañones, exhibir uno siejuiera de la Esmeralda o Cova-donga; del viejo Maipú i del mas viejo Aquiles, Monteagudo o Lautaro.

Bueno seria traer el bote, la canoa o chinchorro mas vie-jo que se guarde en los arsenales de marina; alguno del tiem-po de La Chile o mas antiguo aun.

Velas, amarras, ehumaseras, timones, faroles i luces ele señales; bronces, chapas, cierros, remos, coyes, etc. Trajes antiguamente usados en nuestra escuadra.

Banderas de tocias clases, gallardetes i flámulas; planes de señales; libros de vitacóra: útiles ele comedor, como ser platos, fuentes, teteras, etc.; buscando aquellos cpietengan el nombre del barco a que pertenecieron.

Cables, calabrotes i drisas; anclas, anclotes i cadenas; viejos mascarones de proa i adornos de cámara ele los anti-guos bucj[ues ele guerra.

Escobillones, estopines, balas esféricas, id. cónicas, tarros de metralla, proj'ectiles ele las primeras ametralladoras, al-zas, muestras de las diferentes clases ele pólvora usadas an-taño; brújulas, cronómetros, barómetros, termómetros, es-canelallos i demás instrumentos usados a borelo, etc.

Debe también buscarse cuadros al óleo, acuarelas, etc., ejue representen buques, combates i escenas relacionadas con nuestra escuadra, puertos i costas.

Sabemos cjue existen en Valparaíso, en el Círculo Naval, en los Arsenales de Marina, en las oficinas de la Armada i en la Escuela Naval, modelos de muchos de los barcos de nues-tra Armada; los hai del

Esmeralela OTIiggins Blanco Encalada Simpson Zenteno Coehrane Arturo Prat Chacabuco Huáscar

Baquedano Esmeralda (la que está en el Japón) Gálvez.

Se comprende el espléndido éxito que tendría la Sección Naval, si todos estos modelos se exhibieran; se deben agre-gar también en este lugar los planos que sirvieron para la fabricación de los buques; colecciones de fotografías, de rema-ches i pernos para blindajes, de maderas usadas en sus cons-trucciones; de herramientas para calafatear, de pinceles, bro-chas, aceiteras, etc.

Recordaremos también aquí que en materia de proyecti-les incendiarios se podrían reunir cohetes a la Congreve, bom-bas esféricas inflamables, de las que usó la escuadra españo-la para incendiar a Valparaíso; voladores ele señales i todo lo cj[ue se refiere a los atiguos bombardeos.

Si algo hemos olvidado, los señores delegados suplirán este defecto con su clilijencia i buena voluntad.

o

Muchos son los barcos de guerra que han enarbolado la bandera tricolor; de modo que es tarea séria ciar una nómi-na de todos ellos; la que sigue llega hasta 1810; trataremos ele anotar los nombres ele sus comandantes a fin de buscar retratos i objetos ele su uso personal.

La Perla i El Potrillo, fueron los primeros barcos ele nuestra escuadra que, en 1813, enarbolaron nuestra insignia en el Pacifico; don Francisco de La Lastra, fué quien los equi-pó; don Antonio Barba mandaba la Perla; don Vicente Guz-mán, clon Francisco Solano Lastarria, clon Vicente Barba, clon José Molina, clon Luis Ovalle i clon José Rodríguez eran los oficiales cjue montaban esos barcos.

En 1815, en Buenos Aires, se alistó la Goleta Constitu-ción, que por desgracia, naufragó en el Estrecho de Magalla-nes, muriendo su comandante clon Oliverio Bussell, el Canó-nigo clon Julián de üribiiel Capitan ele Artillería clon Nicolás García.

En Febrero ele 1817, arribaba a Valparaíso el Aguila, procedente de Panamá, con su Capitan clon Auacleto Góñi; se le apresó i armó en guerra, dándole de Comandaute al Te-niente del N9 1 de Cazadores de Infantería de los Andes, clon

Raimundo Morris; despues mandó este barco don Fernando Yasquez; mas tarde se le cambió nombre, se le dió el de Puei-rredon i se le entregó a don Guillermo Prunnier que fué su úl-timo jefe.

Barcos de 1817, fueron el bergantín Carmelo i la goleta Fortunato, capitaneadas por clon Santiago Urel i don Ma-nuel Bernel.

En Marzo de 1817, llegó a Valparaíso, la fragata Win-dham, el gobierno la adquirió; la denominó Lautaro i se la entregó a don Jorje O'Brien, valiente i heroico oficial que, por desgracia, sucumbió en el primer combate en que tomó parte, en el con la Esmeralda i el Pezuela, el 27 de Abril de 1818.

Despues mandaron sucesivamente a La Lautaro, don Cárlos Wooster, clon Martín Jorje Guisse, i don Roberto Foster.

La Corbeta Coquimbo, mas tárele Chacabuco, fué aclqui-da el 6 de Julio de 1818; su primer Comandante fué clon Francisco Díaz; mas tarde mandaron este barco: clon Juan Robinson, don Claudio Charles, don Roberto Simpson (1823), don Matías Godomar (1824) i clon Cárlos García del Posti-go (1825).

El Araucano, antiguo Columbus, es de ese mismo año; re-cibió a su bordo como jefe al mismo Morris que había man-dado el Aguila.

El Navio Cumberland, mas tarde San Martín, ingresó también en 1818 a la escuadra chilena; clon Guillermo Will-ltinson fué, quien primero lo mandó; despues enarbolaron en el su insignia, Blanco Encalada, como primer Comodoro de la escuad ra nacional i Lorcl Tomas Cochrane como su primer almirante.

Don Martín Jorje Guisse, arriba a Valparaíso con el ber-gantín Lucv en 1818; lo vende al gobierno de Chile que le dá el nombre de Galvarino, i es el primer Comandante que enar-bola la bandera tricolor.

El 29 de Octubre ele 1818, don Manuel Blanco Encalada despues ele un reñido coinbate captura a la María Isabel, a quien el gobierno bautiza con el nombre ele O'Higgins, dándo-le su comando a don Nathaniel Bell; i Lorcl Tomas Cochrane la monta como.su primer almirante.

La fragata María Isabel, tomada por Blanco Encalada, el 29 de Octubre de 1818, i a quien se denominó O'Higgins, tuvo de primer Comandante a clon Cárlos Guillermo Woos-

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ter; en 1819 la mandaban Cochrane i Tomas Jackevilli Cros-bic; en 1825 durante la espedicion a Chiloé, Blanc.o Encalada elevó su insignia de almirante en este barco; poco mas tarde, 1826, Chile lo vendió a. la Arjentina i se perdió en los mares del sur mandado por don Enrique Cobbett.

La fragata Valdivia o Esmeralda, la montaba en 1820 el Capitan don Henry Cobbett; don Toribio Hidalgo, fué su jefe en 1823; se perdió en Valparaíso en 1825.

Don Jorje Young fué Comandante del bergantín Intrépi-do en 1819.'

La corbeta 'Independencia tuvo de jefe en 1822 a don Guillermo Willkinson; don Roberto Forster, don Pablo Déla-no i Cobbett, también fueron sus capitanes.

Don Guillermo Winter, mandó la Motesuma; el capitan Gordon Kobertson fué comandante del Galvarino hasta 1823 en que tomó su mando clon Santiago forje, despues fué su je-fe don Matías Godomar i mas tarde Winter.

El año 23 mandaba la goleta Mercedes clon Ignacio Ba-rragan; despues le fué don José Antonio Silva; don Miguel Burges clirijía el bergantín Indiano;

El Voltaire llegó a Chile a órdenes del capitan Boulanger; a su bordo venían Zegersiclon Cárlos María Buston en 1822; pocos años despues, 1824, se perdió en los mares ele Ancucl, mandado por don Roberto Simpson.

Don Pedro Angulo, capturó en Filipinas, en 1825, el ber-gantín Aquiles i se le nombró primer Comandante; Wooster lo mandó durante la campaña a Chiloé ese mismo año; clon Tomas Ruedas fué mas tarde su jefe.

De la goleta Colocolo, en 1830, era capitan don Roberto Foster.

En 1837, mandaba la goleta Peruviana, don Tomas Ruedas.

Los buques de guerra que poseía Chile en 1838 eran: La Libertad "montada por don Cárlos García del Postigo; el Aqui-les de don Jorje Bvnon; La Colocolo ele don Leoncio Señoret; La Valparaíso de don Manuel Diaz; la Monteagudo, Confe-deración, la Santa Cruz, Janequeo, Valparaíso, Orbegoso, i Socabaya.

En 1849 la República contaba con una escuadra com-puesta, ele la fragata Chile mandada por don Roberto Simp-son de quien fué cirujano distinguido don R. Markmann; la Corbeta Janequeo de clon Ramón Cabieses; el bergantín Con-

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dor de quien era Comandante el Teniente l 9 don Patricio I/ynch; don Buenaventura Martínez, mandaba la Magallanes i el transporte Confederación don Benjamin Muñoz Gamero.

No continuaremos esta nómina, porque desde 1850 los nombre® de nuestros barcos de guerra, están en la memoria de todos; así, ¿quien no sabe que tuvimos un Cazador, una Esmeralda, un Maipú? Que existió la Covadonga, el Meteo-ro, Paquete del Maule, ¿quién no lo recuerda?

La ü'Higgins, la Chaeabuco, la Magallanes, el Abtao, el Cochrane i el Blanco, son buques de ayer; pero son barcos de los cuales es fuerza que den muchos objetos, que pueblan hoi los oscuros rincones de nuestros arsenales de marina.

Esas oficinas, conviene visitarlas i buscar en ellas lo mas antiguo; todo lo que tenga atinjencia con nuestra jente de mar, con nuestros Viejos lobos marinos, que tan en alto han colocado i tienen la enseña de la estrella solitaria en el Paci-fico; todo lo que sea histórico debe reunirse, coleccionarse i exhibirlo en la Esposicion Histórica.

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Los primeros empleados, que hemos encontrado en los servicios de la Armada, en 1810, son: don José de Llano, Ca-pitan de Puerto de Talcahuano i don José Manuel Vial. En 1811, anotamos únicamente, la labor hecha en Valparaiso, por don Juan Mac-Kenna; i en 1813, los trabajos de don Francisco de La Lastra, para equipar al Potrillo i a la Per-la, junto con don Juan José Tortel; en Abril de 1817 se hace cargo de la Comandancia Jeneral de Marina el mismo Tortel; despues sirve ese puesto don Francisco Calderón, Blanco En-calada, Lastra, Zenteno, don Luis de La Cruz etc.

En aquellos primeros años se hacen notar como Minis-tros Contadores, empleados de la < 'omisaria de Marina, res-guardo de Valparaiso, i Arsenales, don Fernando Urizar Gar-fias, don José Santiago de Campino. don Felipe O'Relli, don José Santiago Guzman, don José Alejo Montaneda, don Juan Agustín Reiner, don Tomas Ruedas, don Victorino Garrido, don José Manuel Vial, don Bartolomé Mujica, don José Pi-carte, don Pablo del Rio, don Joaquín de Aeevedo, don Alejo Ruiz, donjuán de Dios Lorie, Naranjo, Gallinato, i muchos otros señores, que sirvieron bien, durante aquellas rudas campañas.

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La Armada debe recordar también a sus primeros ciruja-nos; i entre ellos citaremos a los que se encontraron en la to-ma de la María Isabel, el 29 de Octubre de 1818, a los seño-res: Juan Green, cirujano maj^or; Tomas Craig i José Mora-les de La Lautaro; a don José Blas Tello, del Araucano; i a don Juan Logan, cirujano primero del San Martin i a Frai Pedro del Cármen, relijioso de San Juan de Dios, Cirujano 29

del mismo barco. Agregaremos a los doctores, señores: Wi-lliams White, Juan de Saunderssons, Colliers Sharp, Alejan-dro Walsk, Pedro Solis. Ebeniser Oliver, Owen Owens, San-tiago Tips, John Bankes, Santiago Croket i Jorje Douglas Crisp, que hicieron su servicio dásele 1818, i que se enoontra-ron en casi tocias las primeras campañas de nuestra naciente marina,

Don Francisco Javier Villanueva, fué por los años de 1849, cirujano mayor de nuestra Armada.

Si algún objeto de uso personal, de los señores nombra-dos, se encontrase, o existiesen sus retratos, nuestros dele-gados harían bien en remitirlos a esta dirección.

o

A propósito hemos dejado para el final a nuestra . Escue-la Naval.

Se sabe que la formó O'Higgins, que Zenfeno refrendó el decreto, que Blanco Encalada fué su inspirador; que clon Francisco Díaz fué su primer director; que todo esto ocurría a principios de Agosto de 1818; que los noveles aspirantes eran cadetes de la Academia Militar, que se llamaban: Agus-tín Qrella, Manuel Herrera, Fermín Calderón, Martin Salva-dor ele La Cuadra, Francisco Saavedra, Bartolomé Navarre-te, José Nicolás Ahumada, Juan Saavedra, Casimiro Briceño, Antonio del Campo i Miguel Queveclo; que poco despues in-gresaron Cabrera, Castillo, Miguel Prado, Nicolás Gorigoi-tia i Agustín Gana a la Armada; que sus estudios náuticos, no fueron ningunos, porque, junto con llegar a Valparaíso, ántes del 15 de Agosto ele 1818, fueron distribuidos en el Puvrredon, Lautaro i demás barcos de nuestra naciente ma-rina militar.

El hecho es cjue, en Octubre ele 1818, enla toma de la Ma-ría Isabel, se batieron todos esos aspirantes como guardias marinas, menos Cabrera, a cjuien no hemos encontrado en

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las listas que acreditan su presencia en aquella acción, «OUE DIÓ A CHILE EL DOMINIO DEL PACÍFICO».

Duró, dias únicamente, la primera Escuela Naval: la se-gunda, se organizó en 1824, don Manuel García Capitan de fragata fué su director; en "1826 se clausuró este curso.

Tres profesionales, fueron el alma de la 3ÍL Escuela: don José de Villegas i Cordoba, don Ramón Ascarate i don Do-mingo Salamanca.

Se distingneron como profesores de esa época los Tenien-tes señores: Manuel Olmos i Francisco Dublé, i los Capitanes de fragata Hurtado i Lopes.

Esta escuela hizo la campaña del 38; se batió en Casma; entre sus alumnos, merece especial mención, el guardia mari-na don Domingo Prieto, que adquirió desde entonces fama ele bravo, i a cjuien Simpson recomendó especialmente.

En esta escuela se educaron: don Juan Williams Rebolle-do, clon Manuel Escala i otros.

El señor Coc Port, francés ele nacimiento, rejentó tam-bién nuestra Academia Náutica; a Coc Port sucedió don Juan María Gtitierrez, quien, en 1843, trasladó a bordo de la Chile a la 3í;l escuela, cjue inició al año siguiente de 1844.

En 1845, don Manuel Búlues i el jenera.l ministro don Jo-sé Santiago Aldunate, reabrieron el establecimiento por. de-creto Supremo 12 de Junio, dejándola siempre a bordo de la Chile.

A pesar de los buenos deseos del gobierno esta cuarta Academia cerró pronto sus puertas.

Fué en 1851, cuando se organizó la 59 escuela; los Capi-tanes de Corbeta don Miguel Hurtado i'clon Manuel López, fueron el alma ele este curso ejue tuvo por base a los cadetes ele la Academia Militar señores: Cárlos Woocl, Felipe ele La Fuente, Andronieo Iñiguez, Rodolto Valdivieso, Vicente i Zeu-riel Carvallo, Victor Laporte, Benjamín Carrasco i dos mas que aun viven.

Sus profesores mas distinguidos fueron: don.Miguel Man-terola, clon Amable Cammas, Mr. Stevenson, don Anatolio Desmadryl i el reverendo padre Mercedario frai Marcelino Varela, que en 1875 era aun capellan ele la escuela.

Quisiéramos seguir dando noticias de nuestro primer gran establecimiento naval; mas, estamos ya en 1860, i fuer-za es que, terminemos esta revista, dando los nombres mas culminantes del curso ele 1858, en el ejue anotamos a.

Arturo Prat Carlos Condell javier Molina Emilio Yalverde i Guillermo J. Peña, tres de ellos muertos en. acción de guerra.

En la Escuela Naval se educaron así mismo, Manuel Thompson, Ignacio Serrano, i Ernesto Riquelme.

Entre los Directores mas distinguidos, que ha tenido este Instituto, anotaremos a los señores: don Ramón Vidal Gor-maz. don Luis A. Lynch, i don Galvarino Riveros.

Arturo Prat fué en mas de una ocasion Sub-director déla Escuela Naval.

Escusaclo será pidamos a los distinguidos jefes de nuestra Armada i entusiastas vecinos de Valparaíso, su intelijente cooperacion; sin ella, sin su buena voluntad, creemos difícil llegar a presentar bien, en forma que llame la atención del público ilustrado que ha de visitar la Esposicion, la sección destinada especialmente a la marina de guerra nacional.

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DÉCIMATERCIA SECCION

INSTRUCCION PÚBLICA

I)on Domingo Amunátegui Solar; está al frente de esta sección, con los señores: Enrique Matta Vial, Rafael Luis Diaz Lira, prebendado don Roberto Tapia, Moisés Vargas, Tomas de La Barra, David Montt Julio, Enrique Blanchard Chessi, M. Guzman Maturana, José A. Alfonso, Luis Puga, Juan N. Espejo, Marco Antonio de La Cuadra, Nicanor Mo-linare i el Secretario señor Onofre Herrera Labbé,

Creemos, que esta Sección, tiene una importancia espe-cial, puesto que la instrucción es la base del engrandecimien-to de las naciones; hai que prestarle, por cierto, especial pre-ferencia.

Pueden colectarse, para esta Sección, todo cuanto se re-lacione, con los testos de enseñanza usados en el pais: así, se-ría curiosísimo encontrar una de aquellas antiquísimas car-tillas de plata, oro o cobre, que se usaron durante el si-glo XVI I I i principios del XIX, con su correspondiente pun-

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tero: el antiguo Catón Cristiano i los viejos silabarios ele an-taño. Cartillas, tablas de cuenta, catecismos dejeografía, epitomes, gramáticas castellanas i latinas de Iriarte i Nebri-ja; testos manuscritos que se usaban corrientemente en el si-glo XVI I I i aun después, i hasta el presente.

Deben buscarse: testos dejeografía, aritmética, jeometría latin, teolojía, filosoiía, catecismo e historia; no se deben ol-vidar los libros de medicina; anatomías, patolojías i artes de curar; diccionarios médicos i libros de recetas i boticas; tam-bién habrán de presentarse obras de lejislacion: viejas edicio-nes de las partidas, dijestos i obras de Justiniano, de los vie-jos comentadores.

Libros de ciencia militar; antiguas ordenanzas de infan-tería, de artillería, de caballerría i de injenieros militares; ar-te de fortificación, de aparejar i carenar buques; libros sobre artillería de sitio, montaña i campaña i todo cuanto con la instrucción militar se relacione.

Nuestros seminarios, colejios conventuales, de institu-ciones religiosas, deben tener guardadas verdaderas joyas, en materia de instrucción; natural es que, ahora, presten esos objetos para ayudar al buen éxito de este torneo histórico.

Hai que buscar mapas murales antiguos; atlas i globos jeográficos i celestes; pizarras grandes i pequeñas; lapiceras, tinteros, campanillas; sombras para escribir; bancas, escrito-rios, pupitres, sillas, mesas, i si posible fuese, catres comple-tos, veladores etc.

No se deben olvidar así mismo, los instiumentos de casti-go: la antigua palmeta, el guante i los famosos gorros, que cubrían las cabezas de los niños, cuando se les paraba o arro-dillaba.

Cabe también reunir los retratos de todos aquellos se-ñores que, por su especial actuación en la instrucción pública, tienen ganado un puesto ele honor en esta Esposicion; aun-que en la Sección ele Retratos i Cuadros, hemos ciado ya la lista ele los c|ue en esta materia se han distinguido, bueno se-rá volver sobre ella i recordar cjue, en la Real Universidad de San Felipe, en los Seminarios ele Santiago i Concepción, en el Consistorio ele San Francisco Javier, en el colejio Carolino. Instituto Nacional, Escuelas Conventuales, Escuela ele Jóve-nes del Estado, Academia ele Cadetes ele Cuerpo, Academias Militares i Navales, Colejios particulares ele los señores: clon Juan de Dios Romo, ele don Manuel José Zapata, en el de clon

Mariano Cabezón, Mora, maclame Versin; en el colejio San-tiago, de Portez i Richard (1830);en el de la señora de Mora; en el Liceo, de clon Juan Quezacla, en el Colejio de Zegers (1831), en el de clon José Coupelon; en las clpses que en su propia casa hacia clon Andrés Bello, en 1832, de derecho ro-mano, natural i de jentes; en las de francés que daba JBeau-chemin; en el colejio de niñitos de clon Domingo Acevedo; en el de la señora de Valenzuela (1832); en el que ejercian el pro-fesorado don Francisco de La Puente, Zegher, clon Bernardo Alcedo profesor de dibujo, clon Isidro Santos de música, Geli-net de baile; i de marcado, costura i bordado las señoras Are-nas i Wottara; en el curso especial del famoso profesor de Caligrafía Zuderell (1833); en los de filosofía ele don Pedro Nolaseo Carvallo; en el de las señoritas Cabezón, de doña Cármen Arias Molina de Fredes, de doña Bruna Venegas de Riquelme, i de tantas otras distinguidas personas que se han dedicado a las ingratas tareas ele la enseñanza primaria i su-perior, deben buscarse los retratos i también los objetos que de ellas se conserven.

En esta sección pueden reunirse métodos para enseñar música; así, deben juntarse: ele guitarra, piano, violin, flauta, clave, armoniums, órganos, etc.

En la sección de dibujo, de escultura i pintura es necesario reunir: cinceles, espátulas, pinceles, cajas de pintura, lápices, gomas de borrar, telas, papel; pintura, estombas, etc.

Atriles para música i-aparatos papa pintar; ma,rcos, al-buras para retratos i para acuarelas.

Bien puede ser que, en esta sección, olvidemos algunos objetos; los señores delegados i el público se encargarán ele suplir nuestra falta.

O ,

DÉCIMACTARTA SECCH >N

ÚTILES DE ARTES MANUALES

En esta Sección se encuentran los señores Agustín Palma Riesco, üárlos A. Corbalan, Bonifacio Depassier, Arcadio Du-coing, Zenon Torrealba, Rafael Puelma i Nicanor Molinare.

Cuanta herramienta se relacione con la arquitectura cabe aquí; deben tenerse presente: los carpinteros, albañiles, empa-

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peladores, pintores, gasfiters, estucadores, electricistas, mar-molistas, barnizadores, tapiceros i vidrieros.

En los oficios manuales no debe olvidarse a los sastres, zapateros, sombreros i peluqueros.

Los herreros, plomeros, bronceros i cobreros; armeros, hojalateros, fundidores i los carroceros; los mineros i picape-dreros; impresores, cajistas i litógrafos; los rienderos, fabri-cantes de frenos, de estribos i pellones; los talabarteros i te-jedores de frazadas, mantas i ponchos; los que fabrican loza,' tinajas i objetos de greda; los carpinteros de ribera i calafates; i en una palabra, todos los oficios o artes tienen derecho en esta sección a que se les tome en cuenta.

En materia de carpintería se reunirán: cajas antiguas pa-ra herramientas; bancos viejos; serruchos de costilla, punta i hoja; sierras, guillamé, escoplo, gubias, martillos, compa-ses, reglas, metros, atornilladores, garlopa, garlopin, mazos, escuadras, gamin, torito, puntos, taladros, barrenos, cepi-llos, limas, tornillos, prensas, gatos, saijentos, hachuelas, piedras de asentar, esmeriles, molejones i cuchillón.

Los albañiles deben coleccionar: niveles, planas, plomos, planchuela, lienzas, hachuelas i roldanas.

El gremio de empapeladores no usa sino la brocha ancha, la tijera i su tabla.

Los pintores pueden juntar pinceles, brochas, espátulas i lámparas para quemar la pintura o el ÍDarniz; i si son pinto-res de letras podrán agregar pinceles finos, cajas de pintura, escuadras, paletas, etc.

Los gasfiters hojalateros podrán exhibir: tarrajas, tena-zas, taladros, tijeras, cautines, calderos i compases.

No tienen mucha herramienta los estucadores; podrán presentar espátulas, planas i reglas.

El sastre tiene la aguja, el dedal, la plancha, de la cual existen antiguos i variados modelos; la tabla de aplanchar, la máquina de coser que podrá presentar variadísimos ejem-plares, la tijera que tiene muchas i diferentes formas, los me-tros para medidas, tiza, reglas, modelos o moldes i mani-quíes.

Los zapateros presentarán hormas que; deben existir an-tiquísimas; colecciones de zapatos; cuchillos, aleznas, estaqui-llas de metal i madera; máquinas para coser, aparar i cortar el calzado; moldes; ojetillos, saca-bocados, punzón, plancha, martillo i tirapié.

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Los útiles que usa el sombrerero son: la plancha, la hor-ma, máquinas para tomar la forma de la cabeza, etc.; puede buscarse una coleccion de sombreros o formar una.

El peluquero tiene que esponer bacías, tijeras, navajas, espejos, estuches antiguos, capas blancas, rociadores, peines, peinetas i útiles de tocador. Antiguamente las bacías eran de plata. Necesario será coleccionar pellicas que recuerden los antiguos peinados.

Los marmolistas i picapedreros presentarán: antiguos cinceles, martillos, escofinas, martillinas o villardas, el testu-do, la taedera que sirve para pulir, puntas, compases, baibel 0 escuadras curvas, esmeriles i el carril.

Los tapiceros i vidrieros pueden presentar martillos pe-queños, agujas, diamantes i espátulas.

El capacho, combo, barreno, lámpara, cuña, barreta, chuzo, pala, carretilla, escaleras de patilla, i las antiguas i tradicionales prendas de nuestro minero, deben exhibirse también; sin que falte ni el bonete, culero, ojotas, bolsas ta-baqueras, yesquero i la famosa chaquetilla i tradicional pon-cho.

Nuestros impresores, cajistas i litógrafos cleben coleccio-nar ehivaletes, armarios, mármoles de imponer, ramas, cu-ñas, llaves para apretar, aplanadores; rociones para puebas, viejas prensas de imprimir, de mano, de pedal, mecánicas o de cilindro; componedores, pinzas i regletas; galeras, galeri-nes i volanderas; viñetas, imposiciones, filetes; colecciones de tipos antiguos; máquinas de cortar, de foliar, de coser, de ra-3rár; cartoneras; lumbetas, tijeras, martillos. Piedras litográ-íieas, buriles, prensas de litografía, etc., etc.

No debemos olvidar las herramientas de labranza: viejos arados, palas, barretas i azadones; instrumentos de agricul-tura como ser podones, tijeras de podar, tuzar i trasquilar; mareas para señalar el ganado; rasquetas, hechonas, lagares 1 útiles de quesería i mantequillería.

Nuestros antiguos telares, con sus lanzaderas, husos i navetas, i los fabricantes ele pellones, riendas, frenos i estri-bos; los talabarteros deben acompañar ejemplares ele sus va-riadas herramientas.

Imajinamos cjue esta sección llamará la atención del pú-blico, i ele desear es que tenga gran éxito

DÉCIMA*¿UINTA SECCION

MAPAS I PLANOS

D011 Alberto Edwards preside esta eomision; tiene de vo-cales a los señores José del Cármen Fuenzalida, Luis Risso Patrón, Ernesto Greve; sirve de secretario don Nicanor Moli-nare.

El incendio clel Congreso consumió los planos orijinales ele casi tóelas las grandes obras de Chile; de ahí la dificultad para llevar a cabo esta sección, cpie habrá de subsanarse a fuerza de trabajo i constancia.

La eomision necesita exhibir los planos ele las batallas ele la independencia; el comandante ele injenieros don Alberto Bacler D'Albe levantó i elibnjó los de las batallas de Gavilan, asalto ele Talcahuano, sorpresa de Cancha Rayada, Maipú, Cerro de Pasco, Mocopulli i Pudeto.

Rejistranelo la obra de «San Martin» de clon Adolfo'Ca-rranza, se encuentran datos de algunas de estas batallas, i también de otros planos del mismo Bacler D'Albe; existen un «Croejuis de la marcha de la División de Vanguardia del Ejér-cito Libertador en .Pisco, 1820» (páj. 156), i un mapa de Li-ma al norte (foja 177).

Sabemos ejue distinguidas pesonaliclacles chilenas poseen los orijinales a que nos hemos referido; ebra de patriotismo seria exhibirlos.

101 injeniero señor Alberto Liona trabajó el plano ele la acción ele Chacabuco, para el señor Barros Arana. Miller en sus Memorias elá también uno ele esta batalla.

Plano de la toma de Valdivia, por Cochrane, no existe; pero el almirante encontró, a bordo del Potrillo, una carta de acpiella loealielael dibujada por injenieros clel gobierno es-pañol, i rectificada por clon José ele Moralecla; nos consta ejue ese plano fué llevado a España por Malaspina i se grabó en cobre en Madrid; se hace necesario buscar, aunque mas no sea, una buena copia de este trabajo.

El 6 ele Diciembre de 1820 se peleó la batalla de Cerro de Pasco, que ganó el jeneral don Juan Antonio Alvarez ele Are-nales; su hijo clon José Arénales, injeniero militar i que per-tenecía al Ejército Libertador, dibujó el plano de estajornaela. Miller, en sus Memorias, elá los planos ele Junin i Ayacucho.

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En la obra «Diario militar ele la campaña que el ejército unido restaurador abrió en el territorio peruano el año-de 1838, etc.)), por el coronel don Antonio Plaseneia, se encuen-tran planos de las acciones de Matucana i Puente de Buin, i el de la batalla de Yungai, que se cree son de don Francisco de La Caña.

El 17 de Abril de 1830 se dió la batalla de Lircai; el sar-jento mayor de Injenieros don Cárlos Wood dibujó el plano de esa acción; álguien nos ha aseverado que del mismo autor quedan planos de Yungai, Matucana i Puente de Buin,

Deben buscarse los planos del sitio de la Serena, acción de Petorea i batalla ele Loncomilla; en los «Diez a ños de la Administración Montt)) de Vicuña Mackenna, se dan facsími-les de ellos.

Sabemos que existen también los de la acción de Los Lo-ros i de Cerro Grande.

El litógrafo señor Pedro Cadot filé quien grabó en su es-tablecimiento todos los planos de la campaña de 1879-1884; en el «Boletín Oficial de la G uerra del Pacífico ;> se rejistran los siguientes:

Carta'de Iquique i ferrocarril a ¡a Noria. Mapa topográfico de la Alta planicia de Bolivia. Carta occidental dé la América del Sur. Combates de Iquique i Punta Gruesa, 21 de Mayo de

1879. Segundo combate de Iquique, del 9 al 10 de Julio de 1879. Carta de la Hoya del Lago Titicaca, etc. Croquis de la acción del Loa, el 12 de Abril de 1879, de

12 m. a 1 p. m. Desembarco i toma de l'isagua, 2 de Noviembre de 1879,

croquis del Teniente 2'-' don Alberto Silva Palma. Combate de Aligamos, 8 de Octubre de 1879; croquis del

Teniente 29 don Alvaro Bianehi Tupper. Dibujo del monitor peruano Huáscar, con anotaciones de

sus averías, hecho por la Oficina Hidrográfica. Batalla de Tarapacá, 27 de Noviembre de 1879. Cartas del Perú, litoral comprendido entre Islai i Chilea. Batallas de Chorrillos i Miraflores, 13 i 15 de Enero de

1881, de la Oficina Hidrográfica. Croquis de las anteriores batallas según los primeros da-

tos, por la misma Oficina Hidrográfica.

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Creemos, i con razón, que el archivo de la litografía Ca-dot, que hoi posee el señor Eduardo Cadot, debe guardar, no solo los planos nombrados, sino otros muchos, ele gran im-portancia; entre ellos se encuentra el de Santiago, dibujado en 1841 por el injeniero francés Herbage, grabado en cobre.

Varios de los trabajos enumerados han sido hechos por do Alejandro Bertrand; algunos por don Cárlos M. Prieto.

Estimamos cjue seria conveniente esponer esos planos. De Santiago existen varios; he aquí una lista ele ellos: El del Paclre Ovalle, de 1641, que,se viji'laen la Biblioteca

Nacional. El ele Frezier, ele 1712. No sabemos si existen los ele 1780 i ei de don Ambrosio

O'Higgins. John Miers tiene uno dibujado en 1825. El paclre Guzman cía otro en su historia. Don Claudio Gay tiene uno del año 1840. Herbage, a-

quien hemos nombrado, hizo su dibujo en 1841. En 1851 publicó el suyo Dejea-a. Gillis elió a luz otro en 1853. El año ele 1863 salió el ele Fioretti. Anssart trabajó el stfvo en 1877. Don Tomas Thayer Ojeda ha publicado, no haec mucho

tiempo, un plano de Santiago, hecho teniendo en cuenta do-cumentos históricos de valía i representando a la ciudad en el siglo XVI; este plano honra a su antor; ronvenelria presen-tarlo en una escala mayor, con las esplicaciones del señor Thayer.

Algunos de los nombrados se encuentran en la Biblioteca Nacional; otros existen en la Dirección ele Obras Municipales: muchos suponemos en poder ele particulares.

Creemos cpie no es difícil llegar a reunir los enumerados. En el Instituto Nacional, en "la Escuela Naval, en la Sere-

na, en la antigua Escuela de Minería, en los Ferrocarriles del Estado, creemos que pueden encontrarse mapas i planos vie-jísimos i ele ínteres realmente histórico.

Nuestros Liceos provinciales, especialmente los de Con-cepción, Talca, Serena, Copiapó, Ancud, Chillan i Valdivia, deben guardar mapas murales antiguos cjue seria curioso cs-poner.

La Dirección Jeneral de la Armada i la Escuela Naval po-elrian proporcionar dibujos, mapas, cartas jeográficas i pía-

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nos, no solo de los barcos de nuestra escuadra, sino también de nuestros diques i fortificaciones; ele los puertos i costas ele Chile.

No hai para qué mencionar lo que la Oficina Hidrográfi-ca puede proporcionar; creemos cjue esa repartición puede formar esta sección.

Seria buena obra buscar i exhibir los planos del Ferroca-rril de Copiapó a Caldera, el primero que se construyó en Sucl-América, por don Guillermo Weelhtrigth, junto con los del de Santiago a Valparaíso.

No se deben buscar estos planos, como se ha dicho, en la Dirección de Obras Públicas, porque ese archivo se quemó; pero pueden encontrarse en el archivo jeneral de Gobierno, en el Ministerio de Hacienda o del Interior, en las intendencias de Copiado o Valparaíso.

O

Se deben tener muí presentes, en esta sección, los trabajos arquitectónicos i de todos órdenes que nos ha dejado don Joaquin Toesca.

He aquí una nómina de ellos: Plano de la Casa de Moneda de Santiago, de 15 de Fe-

brero de 1781; advertiremos que los primeros que se hicieron para dicha casa fueron los de don Domingo E3'zaguirre, en-sayador mayor de ella, que no fueron, aceptad os en Lima.

En 1785 los de la Casa de Ayuntamiento i Cárcel Pública de la Capital cuya fachada principal fué de orden Toscano.

El del camino de Valparaíso a Santiago en 1792 junto con don Pedro Roco i de orden de don Ambrosio O'Higgins.

Con Baradan hizo los de los tajamares en 1783. Abrigamos la grata esperanza de que, si se hace una in-

vestigación séria en el Archivo Municipal de Santiago, se po-drían encontrar, sino los orijinales de Toesca, al ménos copia de los que hizo; el viejo Archivo del Tribunal de Cuentas, guar-da su seno muchas curiosidades; bueno -seria ponerlo a eon-tribucion i buscar en sus antiguos anacjueles.

O

La Pérouse, visitó a Concepción en 1786 i levantó una carta de Talcahuano, bocas del Bio-Bio i sus contornos.

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Don Alejandro Malaspina nos ha dejado: Un plano jeneral de todo el valle del Mapoeho dirijido

por don Juan Yernacai, alferez de navio de la espedicion de Malaspina.

Una carta jeodésica de parte de Chile i de Arjentina has-ta Buenos Aires, para diseñar el camino ele Valparaíso a la capital Arjentina, pasando por Uspallata i tomando la re-jion chilena comprendida entre el Choapa i el Maule; ésta carta fué levantada por los oficiales de Malaspina, el teniente de navio don José de Espinoza i el alferez don Felipe Bauzá.

Estos mismos injenieros, fijaron en esa época, 1794,1a situación de Santiago, en 33° 29' 20" de latitud i 64° 34' de lonjitud oeste de Cádiz.

Don Pedro Novo i Colson, ha publicado el viaje de Malas-pina; ahí se encuentran casi todos los planos, sus cai'tas jeo-gráficas; conveniente seria presentar esa obra.

Malaspina tiene también un buen plano de Aneud i sus inmediaciones.

No se debe olvidar el Atlas jeográfieo de la América Sep-tentrional de clon Tomas López, que consta ele 40 mapas en los que se encuentran muchos ciatos sobre Chile.

Hai que buscar un mapa de Chile que dá la Araucana de Ercilla de 1776 i que es el mismo que se publica en La Histo-ria Civil de Chile de don Juan Ignacio Molina, hechos poi-don Juan i don Tomas López.

Nicolas Belin, publicó en ese mismo tiempo, cinco volú-menes con 575 mapas bajo el título de «Le petit Atlas mari-nine, recueil de caries et plans des qnatre parties du monde»/ 189 cartas pertenecen a la América del Sur i especialmente a su parte austral, a Chile.

En la Biblioteca Nacional existe « Una relación o descrip-ción jeográñea del Obispado de Santiago)), de los señores don Francisco de La Sotta i don José Fernández de Campi-no, tesoreros reales, que lleva la fecha ele 14 de Junio ele 1744, C|ue es una excelente olirà i cjue debe exhibirse en esta Sec-ción.

O

Los trabajos de don José de M or aleda, ej[ue esplorólos mares i el Archipiélago de Chiloé, merecen particular aten-ción.

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Una parte de sus cartas quedaron en Chiloé, las demás las llevó en 1790 para Lima.

En Ancud, dejó Moraleda, una copia de su diario i de sus memorias.

Hizo un plano del puerto de Valdivia i otro de la bahía de Ancucl.

Todo los documentos que Moraleda dejó en Ancucl los trajo a Santiago, Freire, en 1826; estos consistían en dos vo-lúmenes, mui bien escritos i «con vistas i viñetas» hermosísi-mas.

En la Biblioteca Nacional hai una copia de estos manus-critos.

En la Oficina Hidrográfica existe otra copia. Se dice que los orijinales no están completos; no sabemos

a donde se encuentren tampoco. El Jeneral Aldunate, hizo publicar los mapas en 1845. Damos a continuación una lista de todos los mapas i car-

tas que Moraleda entregó bajo recibo al gobernador del Ar-chipiélago, tomada del mismo inventario «Una Carta hidro-gráfica reducida que contiene la Costa de tierra firme com-prendida entre los esteros Maullin i Palena, con inclusión de la isla grande i todas sus inmediatas»

«Otra idem, comprensiva de media isla grande de Chiloé. con el camino de Cayacunghen, que conduce desde San Cár-los a Castro.»

«Otra idem, que contiene la Costa intermedia, entre este puerto i el rio Bueno, en que se incluye el terreno de la anti-gua ciudad de Osorno, i dirección del camino, o picado de monte que el año pasado ele 1787 hicieron los Comisionados para esplorar la situación de dicha ciudad arruinada.))

«Los planos particulares 1 hasta 14, cjue son los puer-tos de San Cárlos, Chacao, Linao, Huito, Castro, con los ca-nales que conducen a él por las partes Norte i Sur ele la isla ele Lemui; el estero de Ichnac; la bahía de Terao, Queilen, Compu, Huildad, Caglicl, Talad, la laguna i de Cucao i el puerto de Calbuco.»

Se sabe que estos trabajos no han sido superados; clon Ramón Vidal Gormaz, Serrano Montaner, tienen estudios sobre Moraleda i el Capitan Maldonado, que darán mucha luz a esta Sección.

El mismo Vidal Gormaz, tomó en Madrid, las copias que posee la Oficina Hidrográfica.

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Aun subalterno de Moralecla, don José Ignacio Colme-nares, hai que tenerlo también presente, por su Carta sobre la Mocha de 1804 i que ha publicado Gay, en el Atlas de su Historia de Chile.

o

El padre Menénclez, es otro esplorador del sur que debe tenerse en cuenta; los trabajos i mapas publicados por los señores Fonk i Hers en 1856, los de Vidal Gormaz de 1872 i otros de reciente data, darán mucha luz a la Comision en ésta materia.

Frai Pedro González de Agüero, relijioso franciscano, pu-blicó una «DESCRIPCION HISTORIAL DE LA PROVINCIA EE CHI-LOÉ» el año ele 1790; en esta obra se rejistra un mapa ele Chi-loé cpie es una reducción del ejue emvió a España el goberna-dor ele Chile, Conde de Superunda.

En 1803, el Capitan de Injenieros clon Juan Oieia, escri-b i ó la «DESCRIPCION DE LA FRONTERA DE LA CONCEPCION DE CHILE», i al mismo tiempo levantó una Carta Jeneral ele toda la frontera Araucana o del Bio Bio, es autor este notable in-jeniero, ele muchos planos; entre ellos se pueden anotar los de las casas i eolejios ele la Compañía de Jesús; de cementerios de varias ciudades del reino i ele muchos fuertes ele la frontera.

Se sabe que el Conde del Maule don Nicolás ele Cruz i Ba-hamondes, hiso grabar en cobre todos los trabajos de Ojeda, para publicarlos en la historia del Abate Molina.

O

Del Valparaíso Colonial, existen tina antiquísima vista tomada en 1621 del «Bombardeo i desenbarco ejecutado en Valparaíso el 12 de Junio ele ese año por el almirante holan-dés Jorje Spilbergen», que clon Benjamín Vicuña MacKenna;-publieó en la Historia de Valparaíso, tomada del álbum ar-tístico denominado «MIROIR OOST WEST INDÍCALO que se en-cuentra en nuestra Biblioteca Nacional; en esta obra se rejis-tran vistas de las islas Mocha i Santa María, de Concepción, Valparaíso, Quintero i un plano del Estrecho de Magallanes.

En 1646 el padre ele la Compañía de Jesús, Alonso ele Ovalle, publicó en Roma su plano ele Valparaíso c[ue también publica en su historia Vicuña Mae-Kenna; la litografía Gillet

debe conservar la piedra litogràfica de este plano; i el Museo de Valparaíso nos parece tiene también una copia.

En 1709, el padre Feuillé, dibujó tina vista de Valparaí-so, que así mismo litografió Gillet; en estos mismos talleres se grabó otro plano de Frezier, que tiene la data de 1712; el mismo marino, publicó una carta hidrográfica de la bahía de Valparaíso de Lagunilla a Quintero.

Le Gentil ha dejado en sus « Viajes» un plano de Valparaí-so de principios del siglo XVI I I .

Hemos nombrado al señor Gillet, i creemos que es necesa-rio conseguir con esta gran casa editora, exhiba una colec-ción ele piedras litográficas i de planos históricos que debe conservar en sus bodegas i'archivos.

Las oficinas de alta Administración Naval, deben ayudar al buen éxito ele esta Sección proporcionando los planos de nuestros bucjues i fuertes.

Creemos que las oficinas públicas, i municipales, de nues-tro primer puerto, cleben tener los planos que, despues de 1830, se han levantado ele Valparaíso; todos ellos pueden ex-hibirse.

La Sección de Mapas i Planos, debe hacer, cuanto pueda, por obtener de los señores albaceás, de don Diego Barros Arana, la gran coleccion de cartas, mapas planos i dibujos, que este historiador poseía; ejue son tQclos ele un valor histó-rico imponderable; i que unidos a los de la oficina Hidrográ-fica, darían la nota mas científica que podamos imajinar.

El ilustrado personal de la Armada, nuestros estudiosos injenieros de gobierno i particulares, i las oficinas de obras municipales, son las encargadas de dar todo el brillo del caso a la Sección ele Mapas i Planos.

o

La historia de nuestras grandes obrasvde irrigación tiene datos interesantes, ejue es necesario tomar en cuenta para buscar los planos ele ellas.

Ustaris, presidente de Chile, fué el primero C[ue se preocu-pó en dotar a Santiago con un gran Canal sacado del Maipo por los años de 1709; este mandatario habla ele este provec-to en su correspondencia con el reí ele España.

En 1725, Cano de Aponte nombró una Comision com-puesta del Correjidor don Juan de La Cerda, del alarife o

agrimensor clon José Gatica, de don Francisco Arnous Lorie, francés qtie hacia de Arquitecto, i del padre jesuita Guillermo Millet para que recorriese el rio Maipo e indicasen el lugar por donde poclía sacarse el (.'anal; advertiremos que el padre Millet habia clirijido los trabajos clel Canal de La Calera de Tango, fundo que en 1725 fertilizaba ya el agua del Maipo. Los padres ele la Compañía ele Jesús podrán dar datos so-bre los planos de Millet.

La Comision nombraela cumplió su cometido en un pri-mer reconocimiento i, para dar mejor fin a su labor, se agre-garon los .señores: jeneral clon Juan Francisco de Barros, oidor clon Martin de Recabárren i el gobernador Cano de Aponte.

¿Hizo planos el alarife de esta Comision don-José Gati-ca?

Quizás los acuerdos del Cabildo de Santiago de 8 de Ma-yo i 3 de Agosto de 1726 i el ele 8 de Junio ele 1742, i la obra de Carvallo Goyeneche, «Descripcipeion Histórica Jeográfica ete,» Tomo-II pájina 273puedan encontrarse estos planos de 1725.

En 1742, el Presidente Manso ele Velasco, Conde de Su-perunda, hiso otra tentativa para regar el gran llano con agua clel Maipo; i al efecto pusiéronse al trabajo los señores: Rejiclor de Santiago, jeneral don Juan Francisco de Barros, el Capitan don Francisco Navarro i el paelre jesuita Petri; en esta vez se sabe c[ue hubo planos porque así lo espresó el Su-perintendente de la obra correjidor don.Juan Francisco ele Larrain en un acuerdo del Cabildo,de Santiago de l y ele Ju-nio ele 1744, agregando ejue ale parecía conveniente se abrie-se dicha toma mas arriba, haeiendo nuevo mapa por las per-sonas que nombra el señor presidente etc.))

Leído lo anterior nos parece oportuno estudiar bien los archivos de la Municipalidad de Santiago, desde los años de 1725 a 1750.

Mas tarde don Matías ele Ugareta emprendió la apertura del Canal, años de 1776, en tiempo de don Francisco Javier de Morales: ¿con cjué planos?

Don Ambrosio O'Higgins, en decreto ele 28 de Abril de 1796, e:>rc!enó la apertura inmediata del Canal; i ante el ve-hemente cleseo del rnarc[ues de Ballenary, se presentaron va-rios proponenentes para ejecutar la obra; entre otros don Juan José Goicolea, don José María Nieves, don Mariano i

don José Antonio Prado; de suponer es que estos señores pre-sentasen planos, ya que Goieolea pedia por su trabajo ciento sesenta mil pesos.

El I o de Agosto de 1800 don Agustín Caballero, injenie-ro, presentó nuevos planos, que fueron aprobados en 1802; se sabe, por desgracia, que ese plano, junto con otro que le-vantó el mismo profesional, del rio Maipo, se lian perdido.

Hai noticias documentadas que en 27 de »Setiembre de 1802 don Juan José Goieolea i don Jerónimo Pizana, presen-taron planos e informes sobre esta grande obra. V .Mas tarde dibujaron planos para el Canal de Maipo los íiijenieros señores, Manuel María de Atero i Manuel Olagüer Feliú, en Marzo i Noviembre de 1809.

Los señores profesionales nombrados desde 1709 a 1809, un siglo, parece que fueron únicamente los que como injenie-ros o peritos entendieron en el gran Canal.

Agregaremos que los planos i trazados que hicieron los señores Navarro, Barros i el jesuíta Petri, sirvieron para abrir el Canal de Ochagavía, cuyas1 aguas fertilizan los campos de la parte occidental del llano de Maipo, desde 1750 mas o mé-nos.

No sabemos quiénes hayan sido los injenieros que delinea-ron los canales de Mallaranco, Lucano i otros; pero creemos que no es difícil encontrar los planos i nombres de sus profe-sionales.

El Canal de las Mercedes fué estudiado i delineado por el injeniero don Adriano Silva Molinare; en la oficina de esa empresa podrían encontrarse esos planos.

Los profesionales que mas se han distinguido en el ramo de irrigación entre nosotros, son los señores Navarro, padres jesuítas Guillermo Millet i Petri; don José Gatica, don Fran-cisco Armous Lorie, don Matías de Ugareta, donjuán José Goieolea, don Agustín Caballero, don Manuel María de Ate-ro, clon Jerónimo Pizana, clon Manuel Olagüer Feliú, don Do-mingo de Eyzaguirre, don Adriano Silva Molinare, don N. Amenábar, don Ismael Renjifo Font, don Francisco Basterri-ca, don Ignacio Valdivia i otros señores que, sin serlo, han arriesgado sn fortuna en grandes empresas canalisias, como clon Patricio Larrain Alcalde, merecen que esta sección ador-ne su local con sus retratos.

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Abrumados por el trabajo i la falta de tiempo, olvida-mos en la Seeeion de Retratos a los guerreros que durante siglos se batieron en las guerras de Arauco: debernos buscar retratos de Gaixía Hurtado de Mendoza, Ercilla, Lautaro, Caupolican, üalyarino, Fresia, Guacolda, Villagran, Ambro-sio O'Higgius, Senmatnat, Cabrito, Meneses, Alcázar, Bena-vente, Gaspar Ruiz, Itivera, Barnaehea, Manuel i Francisco Búlnes, Freire, Riquelme, Zañartu,; de clon Bartolomé Sepúl-veda, José Manuel Pinto, Cornelio Saavedra; Basilio Urrutia; San Mariin, Gregorio Urrutia, José Domingo Amunátegui, Xicanor Silva Arriagada, Ricardo Santa Cruz i otros que du-rante la conquista i en los últimos años, pelearon rudas ba-tallas, fundaron pueblos, adelantaron líneas de fronteras, i-conquistaron con el rifle, el libro, el hacha, la locomotora i el telégrato, la inmensa, inculta e indómita Araucanía.

1 para terminar esta lar^íi circular daremos aquí los nom-bres ele los modestos e intelijenfees Secretarios, u Oficiales Ma-yores del Ministerio ele la Guerra, que cual organizadores de la victoria ha tenido, Chile, la suerte de encontrar eru clon Manuel Javier Rodríguez (1814) don Anuonio José ele Irriza-rri, don Tomas Ovejero, clon Andrés N. de Orjera, clon Ignacio Zenteno, (1816-1818) don Bartolomé Mujica, clon Victorino Garrido (1830) don Antonio García Reyes, clon Moisés Var-gas, Vijil, Rodríguez Peña, i quién sabe cuántos mas, a quie-nes la historia hará mas tarde justicia. Estos señores no de-ben ser olvidados D̂or la Comision de Retratos.

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l 'na última palabra para concluir esta circular: creemos que el buen éxito de nuestra Esposieion Histórica depende del común esfuerzo de la colectividad; es necesario no clesma-3rar, sino tener presente que con este torneo histórieo vamos a probar que en nuestra tierra jerminan i se aunan en inti-mo consorcio, las ciencias, las artes, el amor a la patria, a la relijion, al trabajo, a la virtud.

La Esposieion Histórica, confía en que los señores dele-gados i las personas que reciban o lean esta circular le pres-ten su eooperacion, ya sea esponiendo objetos, aconsejando a que se les esponga, o indicando c-1 lugar en que se encuen-tren.

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Declaramos, así mismo, que los objetos que se exhiban son prestados; que la dirección clá por ellos el recibo corres-pondiente; que los gastos de embalaje i viaje de ida i vuelta, son de cargo de la Esposicion; i que la vijilancia mas absolu-ta, mas severa, se ejercerá, a fin de no sufrir ningún reclamo,

Santiago, Junio de 1910.

J o a q u í n F i g u e r o a , Presidente.

NICANOR MOLINARE,

Secretar io J ene ra l .

NOTA. — Hemos dejado, a las listas del tostó, el mayor márjen posible, a fin de que, los que lean este trabajo, lia-gau anotaciones, tendentes a indicar el lugar en que se en-cueuentran los retratos, cuadros u objetos que se conser-van, i para que así den con mas facilidad > viso a ésta direc-ción.

La Secretaría de La Esposicion Histórica, se encuentra en Catedral 1956; i se atiende al público en todo cuanto con ella se refiera, desde las 10 A. M. a 12 M. i de 2 P. M. a ? P. M.

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