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Según Salim Rabi “existe una evolución en la definición social de patrimonio a partir del escenario multicultural, de al violencia simbólica radicada en el ámbito social de la modernidad se para a la valorización del capital simbólico contenido en culturas y subculturas específicas. (Rabi, 2007: 145) Mirta Halpert (2007) editora del libro “habita el patrimonio” nos plantea claramente esta nueva visión estableciendo que “llegamos al siglo XXi con el dilema de asumir que el patrminio no es solamente un concepto complejo que nos plantea esencialmente la disyuntiva de la selección de objetos, de inmuebles, de costumbres (…) sino que acá se entrelazan tres instancia de construcción discrusiva: retazos de historia, desarrollo histórico y valoraciones sociales. Tres instancias inseparables entre si que posibilitan múltiples lecturas de la trama de acontecimientos históricos, donde serán las valoraciones sociales –explícitas o no- las que en el discurso patrimonial marquen el tiempo de la construcción de la imagen histórica Halpert considera que el nombrar algo como patrimonial es oficializaren algún objeto u acto, alguno oalgunos ddee los valores constituyentes de los que cada sociedad reconocen como su identidad. El hecho patrimonial nos permite acceder a que es lo propio, qué es lo que nos identifica, pero más importante aun dar cuenta del modo de habitar y de construir nuestros espacios (halperte, 2007: 9) Lo relevante para Halpert no está en hacer taxonomáis como tanguible e intanguible sino cuestionarse el cómo se habitan esos valores. Son las tradiciones, historias comunes e individuales de pobladores y barrios, viviendas y espacios de lo cotidiano las que tienen el valor de lso contruido y heredado, y en consecuencia, es memoria urbana que también se manifiesta o materializa en edificios, calles o plazas y se convierten en referentes para la

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Según Salim Rabi “existe una evolución en la definición social de patrimonio a partir del escenario multicultural, de al violencia simbólica radicada en el ámbito social de la modernidad se para a la valorización del capital simbólico contenido en culturas y subculturas específicas.

(Rabi, 2007: 145)

Mirta Halpert (2007) editora del libro “habita el patrimonio” nos plantea claramente esta nueva visión estableciendo que “llegamos al siglo XXi con el dilema de asumir que el patrminio no es solamente un concepto complejo que nos plantea esencialmente la disyuntiva de la selección de objetos, de inmuebles, de costumbres (…) sino que acá se entrelazan tres instancia de construcción discrusiva: retazos de historia, desarrollo histórico y valoraciones sociales. Tres instancias inseparables entre si que posibilitan múltiples lecturas de la trama de acontecimientos históricos, donde serán las valoraciones sociales –explícitas o no- las que en el discurso patrimonial marquen el tiempo de la construcción de la imagen histórica

Halpert considera que el nombrar algo como patrimonial es oficializaren algún objeto u acto, alguno oalgunos ddee los valores constituyentes de los que cada sociedad reconocen como su identidad.

El hecho patrimonial nos permite acceder a que es lo propio, qué es lo que nos identifica, pero más importante aun dar cuenta del modo de habitar y de construir nuestros espacios (halperte, 2007: 9) Lo relevante para Halpert no está en hacer taxonomáis como tanguible e intanguible sino cuestionarse el cómo se habitan esos valores.

Son las tradiciones, historias comunes e individuales de pobladores y barrios, viviendas y espacios de lo cotidiano las que tienen el valor de lso contruido y heredado, y en consecuencia, es memoria urbana que también se manifiesta o materializa en edificios, calles o plazas y se convierten en referentes para la comunidad a través de complejos procesos sociales de asimilación y selección (Aguirre y Saborido, 2007)