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CIUDADES SOSTENIBLES.
Esta columna se envía a todos los municipios que cuentan con correo electrónico, aproximadamente más de 1000 Enero 30 de 2012…………………………… ……………………………………Columna 147
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CIUDADES SOSTENIBLES. Egren Pliego Castrejón1
Una de las metas que se han fijado
algunos de los países del mundo, y entre
ellos México, es contar con que sus
ciudades sean sustentables, la verdad es
que sustentabilidad es un palabra que ha
seducido a muchos, pero parece ser un
sueño imposible, que se diluye y más
lejana se torna en cuanto no se tiene bien
claro, siquiera, lo que significa, ni en qué
consiste la sustentabilidad, y si aun se
puede arribar a ese ideal. En esta etapa
de desarrollo del mundo, gran parte del
planeta se encuentra contaminado, de una
o de otra forma, y muchos de sus
ecosistemas están atrofiados, y en algunos
casos se comienza a considerarlos como
sitios agotados.
Por otro lado, llaman la atención los
conceptos de capacidad de carga y el de
la huella ecológica, que son herramientas
importantes para evaluar, medir y poder
estar conscientes de la capacidad de
carga que tienen los países, cada ciudad y
1 Arq. Egren Pliego Castrejón, egresado de la UNAM, Catedrático de la carrera de Arquitectura de la FES Aragón, Técnico en Desarrollo Urbano en la DGDUyS de la SEDESOL desde 1984.
cada localidad, en todas las naciones del
Mundo. Llevarlo a cabo es muy complejo,
por lo heterogéneo de la tierra, los cinco
continentes presentan diversidades en
todos sus aspectos, cada uno de ellos
tiene diferentes rasgos, además de las
diferencias que existen de región en región
y de país en país, donde los recursos son
también abismales y muy distintos, así
como las culturas, sus densidades y los
niveles y estilos de vida, lo que significa
que cada lugar necesita distinta capacidad
de carga.
¿Qué capacidad de carga se requiere en
el mundo para soportar las demandas de
consumo de la población mundial, no sólo
en la actualidad, sino para satisfacer, las
necesidades de las generaciones
venideras? La capacidad de carga se
refiere a la cantidad de tierra productiva
necesaria para satisfacer todas las
necesidades de un ser humano, de una
comunidad o de todo un país, no todos los
humanos necesitan los misma cantidad de
recursos y estos varían de acuerdo a la
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cultura que pertenecen, y a sus estilos de
vida; los países desarrollados requieren
más energía para sostener su forma de
vida, por ese motivo entre más elevado
sea éste, se demanda más cantidad de
tierra productiva para satisfacer sus
necesidades; los humanos dentro de la
zonas urbanas, consumen más energía y
más productos que las personas del
campo. Por ello los países desarrollados,
al tener más adelantos tecnológicos
demandan más capacidad de carga. Si
estandarizamos el nivel de vida de todos
los seres de acuerdo al que tienen en la
actualidad ciudadanos de Norteamérica,
Europeos o Canadienses y con esa norma
calculamos la capacidad de carga
necesaria para sustentar a toda la
población mundial y continuar con el
mismo nivel de vida que tienen los
ciudadanos de esos países desarrollados,
se necesitarían, según, Mathis
Wackernagel, más de tres planetas,
iguales a la tierra que contengan la misma
cantidad de riquezas naturales y
energéticos, solo así se podría conservar
el ritmo de consumo que tienen esos
países desarrollados, y equilibrar el nivel
de los ciudadanos de los países sub
desarrollados.
El problema real, es que el ritmo de
consumo es tan acelerado, y el
crecimiento de población tan explosivo y
extensivo, que no le permite tener tiempo
al planeta de absorber todos los desechos
que arrojamos a la tierra en forma de
basura, en lugar de almacenarlos y
gestionarlos como subproductos
reaprovechables; además de que el
hombre, con el modo de producción
capitalista está depredando a la
naturaleza, sin dejar que se produzca el
equilibrio natural y se renueve la
capacidad de carga y de recuperación de
nuestro planeta. Esto condiciona la
existencia de miles de especies de seres
vegetales, animales y por supuesto del
mismo hombre.
Aguascalientes
En el actual proceso de crecimiento de
nuestras ciudades se presentan rasgos
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similares en la mayoría de ellas:
predomina el crecimiento desordenado y
radial, falta de planeación, con la inevitable
mezcla de usos incompatibles,
discontinuidad en la traza urbana, en
calles y en las infraestructuras; barrios
aislados y sin integración a la trama
urbana general, la mayor parte de la
ciudad se asienta en lugares inadecuados,
en algunos casos en sitios peligrosos, ya
sea porque son deslizables, expansivos e
inundables, o en otros casos son suelos
con alta vocación productiva y
potencialidad económica. La tierra se ha
convertido en mercancía especulativa,
aunque no esté en condiciones de
urbanizarse y se localice en los lugares
más inadecuados. La presión del
crecimiento demográfico es tan fuerte que
se dan asentamientos en tierras agrícolas,
sobre elementos del medio físico natural
como los cerros, márgenes de los ríos,
lagunas, lechos de lagos y pantanos que
son tan importantes y que quedan
irremediablemente perdidos, provocando
la desertificación. Otro factor que afecta el
estado actual del planeta es el retraso en
la tecnología, la introducción de
mercancías chatarras, la falta de servicios
y de empleos, y la mala calidad de los
combustibles, todo esto ha contribuido al
deterioro de las zonas urbanas y a
acrecentar la huella ecológica de las
ciudades.
La huella ecológica de una ciudad no
termina en el límite de la mancha urbana,
sino que su impacto va más allá de
muchos ámbitos y de muchos
ecosistemas, más, desde los lugares en
donde se producen los alimentos, la
energía, el agua, las materias primas, en
fin todo lo que se necesita para que los
miembros de una ciudad pueda llevar un
vida con cierto grado de calidad y un estilo
estereotipado para que la gente se crea
feliz.
Plaza de San Marcos, Aguascalientes
Según Mathis Wackernagel, el autor de la
huella ecológica, para que una comunidad
sea sustentable tiene que producir en su
propio territorio todo lo que se requiera
para que funcione la localidad en forma
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óptima, sin afectar a los elementos del
medio físico natural, sin alterar el equilibrio
de la cadena alimenticia, respetando la
biodiversidad y sin más gastos de lo que la
tierra puede producir y reproducir en el
tiempo natural de cada ciclo. Para ésto se
tiene que tener un nivel cultural y
educativo para que todos los miembros de
la comunidad o de la ciudad tengan
respeto por su medio ambiente, y que
consuman lo necesario sin impactar
negativamente en el agua, el aire y el
suelo.
Mathis, presenta tres requisitos para que
se dé un desarrollo sustentable en una
ciudad o en una comunidad.
1.- Salud Ecológica: el uso de la
productividad de la naturaleza sin dañarla,
con impacto.
2.- Salud Comunitaria: promover el
bienestar humano, al fomentar la justicia,
la equidad y la cooperación.
3.- Salud Individual: asegurar comida,
vivienda, el cuidado de la salud,
educación, etc., a todos y cada uno.
Palacio de Gobierno, Aguascalientes
Las ciudades utópicas han despertado la
ambición de muchas personas, por querer
estar en un lugar idílico en donde vivir, un
sitio en el cual el hombre viva en armonía
con los hombres y su medio ambiente,
desde los griegos con Platón y su
República, hasta Fukuyama que plantea el
fin de la historia al no preverse
alternativas, más las que nos brinda el
sistema de consumo capitalista, el
neoliberalismo y la globalización, que
como resultado dan la polarización de las
riquezas aumentando la cantidad de
paupérrimos y disminuyendo el número de
ricos que cada día atesoran más, y éstos
sí son los siniestros que tienen el mundo
así.
El sueño de los ambientalistas es el de
que tengamos ciudades sustentables o
sostenibles, estas palabras o términos, se
acuñaron tan oportunamente, que son
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indispensables hoy en día, para todo tipo
de discursó y más para el político.
Pueden abrigar tantos significados y tan
pocos, así como dar esperanzas de frenar
el desajuste ambiental, dando pie a que se
crea, en la posibilidad de que se den las
ciudades sostenibles, pero a mi entender
esto es una utopía lejana y como
Fukuyama, nos marca el fin de la historia,
y con ello da también el fin de la utopía.
Museo Ferrocarrilero, Aguascalientes
Bibliografía: FUKUYAMA, Francis, (1990), “¿El fin de la historia?”, Clave de razones prácticas, Nº 1, 85-96. FUKUYAMA, Francis, (1992), “El fin de la historia y el último hombre”, Planeta.FUKUYAMA, Francis, (2001), “Seguimos en el fin de la historia”, El país, Edición de Madrid, 21-22. FONTANA, Josep, (1992), “La historia después de la historia”, Barcelona, Critica.WACKERNAGER Mathis, (1994), “La huella ecológica”, Universidad de British, Columbia en Vancouver Canadá.
Brevísimas
En la sección de Documentos encontrará la Columna Ecos del Desarrollo Urbano Visítenos… http://www.desarrollourbano.sedesol.gob.mx/index/index.php?sec=18 Si desea que se le publique algún artículo diríjase a la siguiente dirección: [email protected]