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INTRODUCCIÓN A LA LECTURA DE LAS CARTAS PASTORALES (1Tm; 2Tm; Tt) Introducción Presentación. Además de Filemón, tres cartas de Pablo no son dirigidas a comunidades sino a individuos: Timoteo (1Tm y 2Tm) y Tito (Tt). Estas tres cartas, bastante similares en vocabulario y perspectiva, han sido denominadas “pastorales” pues se centran en la guía pastoral de las comunidades. Pseudoepigrafía. También se llaman “trito-paulinas” pues se discute que fueran escritas por Pablo y representan un estadio avanzado de la tradición paulina (h. 100 d.C.; cf. las tres generaciones en 2Tm 1,5). El apóstol, ausente no sólo geográfica sino también temporalmente, ya no puede visitar las comunidades, puede tardar (cf. 1Tm 3,14; 4,13-14), por eso les escribe a través de sus discípulos. Son un discurso indirecto, ya que Pablo interviene a través de sus colaboradores, exhortandoles a exhortar. Muy probablemente las “pastorales” son doblemente pseudónimas, pues ambos, emisor y destinatario, parecen ficticios. Algunos datos pintorescos como la petición del abrigo y los libros (2Tm 4,13), que son aducidos por algunos para afirmar la autenticidad paulina de las cartas, responden más bien a una estrategia pseudoepigráfica que busca autentificar de forma inteligente la autoría ficticia. Últimamente, sin embargo, algunos estudiosos defienden de nuevo la autoría paulina (Reicke; Johnson; Prior y Murphy-O’Connor proponen que 2Tm sí sería paulina). Coleccción y orden. Las pastorales nacieron probablemente como una colección completa, concebida para ser leída conjuntamente. No están de acuerdo con ello los que defienden la autoría paulina. Algunos (Quinn, Klauck) proponen que el orden original fue Tt, 1Tm y 2Tm. Esta sugerencia se basa, a nivel tradicional, en el canon de Muratori y, a nivel interno, en los extensos prescripto de Tt (1,1-4) y conclusión epistoral de 2Tm (4,9-22), lo que indicaría que estas dos cartas debían ser leídas al principio y al final. Otros (Wolter, Aune) prefieren ordenarlas: 1Tm, Tt y 2Tm, debido a la importante sección autobiográfica introductoria de 1Tm 1,12-17. El orden canónico actual responde al criterio de la extensión: de mayor a menor (1Tm, 2Tm, Tt). Género. Las pastorales son afines a las cartas administrativas de una autoridad a un sub-oficial (cf. Trajano a Plinio). Pervo ha propuesto el género antiguo de las novelas epistolares (cf. Quión de Heraclea). Así lo sugiere el que fueran compuestas conjuntamente, las secciones narrativas y la frecuente mención de personajes. Propósitos de las cartas pastorales Fijar la tradición y reafirmar la identidad. Las pastorales fueron escritas para orientar y corregir a comunidades, probablemente de Asia Menor. Para ello, se fija la tradición correcta, frente a las doctrinas de falsos maestros. Esta sana doctrina(1Tm 1,10; 6,3...) pasa de Pablo a sus colaboradores (cf. 2Tm 2,2). Otro útil medio para reafirmar la identidad de un colectivo es la presentación de ejemplos, tanto negativos como positivos. Por un lado Pablo, Timoteo y Tito aparecen como figuras tipológicas de ministros ideales que deben ser imitadas. Por otro, los falsos maestros son antitipos que deben ser repudiados. El lector avisado notará que los tipos y antitipos suelen ser presentados en forma contrastante (cf. por ejemplo el contraste entre Timoteo, ejemplo positivo, e Himeneo y Fileto, antitipos en 2Tm 2,14-25; o entre Tito y los falsos doctores en Tt 1,10-2,15). Ofrecer un modo de vida plausible en la sociedad. Las pastorales intentan responder al reto de vivir la fe cristiana en una situación histórica concreta. Son un ensayo de “inculturación”. Basados en la idea de que “Dios quiere que todos los hombres se salven” (1Tm 2,4) y en una visión positiva de la creación (1Tm 4,4), las pastorales reflejan la lucha de unas comunidades por cohabitaren su sociedad. Por ello, es muy importante lo que piensan los de fuera(1Tm 3,7; etc.). La virtud más ensalzada es la eusebeia (“piedad”: 1Tm 2,2; 3,16; 4,7-8; etc.) que indica un modo de vida ordenado y armonioso con Dios, con los otros y con el mundo. Esta actitud dialogante hace, por un lado, más plausible la vida cristiana en la sociedad pero, por otro, resta radicalismo evangélico (cf. la tendencia a recluir a las mujeres en las casas, y el tratamiento desfavorable de los esclavos). Líneas teológicas: (i) articulación de exhortación y soteriología que la motiva; (ii) sana doctrina, buen depósito. Epifanía de la salvación. Dios ha querido desde siempre que los hombres se salven (1Tm 2,4; 2Tm 1,9; Tt 1,2-3). Esta salvación se ha manifestado(epifanía) en la historia en Cristo, en su ministerio, pasión, muerte y resurrección (2Tm 1,10), y se volverá a manifestar en su venida gloriosa (1Tm 6,14-15; 2Tm 4,1.8; Tt 2,13). La casa de Dios como lugar de la vida cristiana (1Tm 3,14-15) en la que cada uno debe ocupar bien su puesto. Pablo, heraldo, apóstol y maestro (2Tm 1,10). Pablo es mediación obligada e intérprete correcto de la tradición. Ministerio. Las pastorales reflejan un estadio avanzado en la organización del ministerio. Los ministros ya no aparecen como itinerantes, sino como responsables estables preocupados en la ordenación, educación familiar, enseñanza, exhortación y comportamiento adecuado. Los ministros son instituidos por medio de la imposición de manos (1Tm 5,22; 2Tm 1,6; etc.). Los oficios de obispo, siempre en singular, (1Tm 3,2-7; Tt 1,7-10), presbítero, tendencia al plural (1Tm 4,14; 5,17-19; Tt 1,5-9) y diácono (1Tm 3,8-10) son mencionados, aunque sus relaciones no son especificadas (cf. Y. REDALIÉ, Cartas pastorales, en MARGUERAT, Introducción al NT, 322-323). A los ministros se les recomienda una vida moral y espirtual cualificada (2Tm 1,6). No deben arredrarse con los sufrimientos, antes bien deben dar testimonio en todo momento (2Tm 1,8-12; 2,3-7).

Clase 52 Introduccioìn Pastorales

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Page 1: Clase 52 Introduccioìn Pastorales

INTRODUCCIÓN A LA LECTURA DE LAS CARTAS PASTORALES (1Tm; 2Tm; Tt)

Introducción ― Presentación. Además de Filemón, tres cartas de Pablo no son dirigidas a comunidades sino a individuos:

Timoteo (1Tm y 2Tm) y Tito (Tt). Estas tres cartas, bastante similares en vocabulario y perspectiva, han sido denominadas “pastorales” pues se centran en la guía pastoral de las comunidades.

― Pseudoepigrafía. También se llaman “trito-paulinas” pues se discute que fueran escritas por Pablo y representan un estadio avanzado de la tradición paulina (h. 100 d.C.; cf. las tres generaciones en 2Tm 1,5). El apóstol, ausente no sólo geográfica sino también temporalmente, ya no puede visitar las comunidades, puede tardar (cf. 1Tm 3,14; 4,13-14), por eso les escribe a través de sus discípulos. Son un “discurso indirecto”, ya que Pablo interviene a través de sus colaboradores, exhortandoles a exhortar. Muy probablemente las “pastorales” son doblemente pseudónimas, pues ambos, emisor y destinatario, parecen ficticios. Algunos datos pintorescos como la petición del abrigo y los libros (2Tm 4,13), que son aducidos por algunos para afirmar la autenticidad paulina de las cartas, responden más bien a una estrategia pseudoepigráfica que busca autentificar de forma inteligente la autoría ficticia. Últimamente, sin embargo, algunos estudiosos defienden de nuevo la autoría paulina (Reicke; Johnson; Prior y Murphy-O’Connor proponen que 2Tm sí sería paulina).

― Coleccción y orden. Las pastorales nacieron probablemente como una colección completa, concebida para ser leída conjuntamente. No están de acuerdo con ello los que defienden la autoría paulina. Algunos (Quinn, Klauck) proponen que el orden original fue Tt, 1Tm y 2Tm. Esta sugerencia se basa, a nivel tradicional, en el canon de Muratori y, a nivel interno, en los extensos prescripto de Tt (1,1-4) y conclusión epistoral de 2Tm (4,9-22), lo que indicaría que estas dos cartas debían ser leídas al principio y al final. Otros (Wolter, Aune) prefieren ordenarlas: 1Tm, Tt y 2Tm, debido a la importante sección autobiográfica introductoria de 1Tm 1,12-17. El orden canónico actual responde al criterio de la extensión: de mayor a menor (1Tm, 2Tm, Tt).

― Género. Las pastorales son afines a las cartas administrativas de una autoridad a un sub-oficial (cf. Trajano a Plinio). Pervo ha propuesto el género antiguo de las novelas epistolares (cf. Quión de Heraclea). Así lo sugiere el que fueran compuestas conjuntamente, las secciones narrativas y la frecuente mención de personajes.

Propósitos de las cartas pastorales ― Fijar la tradición y reafirmar la identidad. Las pastorales fueron escritas para orientar y corregir a comunidades,

probablemente de Asia Menor. Para ello, se fija la tradición correcta, frente a las doctrinas de falsos maestros. Esta “sana doctrina” (1Tm 1,10; 6,3...) pasa de Pablo a sus colaboradores (cf. 2Tm 2,2). Otro útil medio para reafirmar la identidad de un colectivo es la presentación de ejemplos, tanto negativos como positivos. Por un lado Pablo, Timoteo y Tito aparecen como figuras tipológicas de ministros ideales que deben ser imitadas. Por otro, los falsos maestros son antitipos que deben ser repudiados. El lector avisado notará que los tipos y antitipos suelen ser presentados en forma contrastante (cf. por ejemplo el contraste entre Timoteo, ejemplo positivo, e Himeneo y Fileto, antitipos en 2Tm 2,14-25; o entre Tito y los falsos doctores en Tt 1,10-2,15).

― Ofrecer un modo de vida plausible en la sociedad. Las pastorales intentan responder al reto de vivir la fe cristiana en una situación histórica concreta. Son un ensayo de “inculturación”. Basados en la idea de que “Dios quiere que todos los hombres se salven” (1Tm 2,4) y en una visión positiva de la creación (1Tm 4,4), las pastorales reflejan la lucha de unas comunidades por “cohabitar” en su sociedad. Por ello, es muy importante lo que piensan “los de fuera” (1Tm 3,7; etc.). La virtud más ensalzada es la eusebeia (“piedad”: 1Tm 2,2; 3,16; 4,7-8; etc.) que indica un modo de vida ordenado y armonioso con Dios, con los otros y con el mundo. Esta actitud dialogante hace, por un lado, más plausible la vida cristiana en la sociedad pero, por otro, resta radicalismo evangélico (cf. la tendencia a recluir a las mujeres en las casas, y el tratamiento desfavorable de los esclavos).

Líneas teológicas: (i) articulación de exhortación y soteriología que la motiva; (ii) sana doctrina, buen depósito. ― Epifanía de la salvación. Dios ha querido desde siempre que los hombres se salven (1Tm 2,4; 2Tm 1,9; Tt 1,2-3).

Esta salvación “se ha manifestado” (epifanía) en la historia en Cristo, en su ministerio, pasión, muerte y resurrección (2Tm 1,10), y se volverá a manifestar en su venida gloriosa (1Tm 6,14-15; 2Tm 4,1.8; Tt 2,13).

― La casa de Dios como lugar de la vida cristiana (1Tm 3,14-15) en la que cada uno debe ocupar bien su puesto. ― Pablo, heraldo, apóstol y maestro (2Tm 1,10). Pablo es mediación obligada e intérprete correcto de la tradición. ― Ministerio. Las pastorales reflejan un estadio avanzado en la organización del ministerio. Los ministros ya no

aparecen como itinerantes, sino como responsables estables preocupados en la ordenación, educación familiar, enseñanza, exhortación y comportamiento adecuado. Los ministros son instituidos por medio de la imposición de manos (1Tm 5,22; 2Tm 1,6; etc.). Los oficios de obispo, siempre en singular, (1Tm 3,2-7; Tt 1,7-10), presbítero, tendencia al plural (1Tm 4,14; 5,17-19; Tt 1,5-9) y diácono (1Tm 3,8-10) son mencionados, aunque sus relaciones no son especificadas (cf. Y. REDALIÉ, “Cartas pastorales”, en MARGUERAT, Introducción al NT, 322-323). A los ministros se les recomienda una vida moral y espirtual cualificada (2Tm 1,6). No deben arredrarse con los sufrimientos, antes bien deben dar testimonio en todo momento (2Tm 1,8-12; 2,3-7).