Después de la Segunda Guerra Mundial, el arte comenzó un nuevo proceso. El arte abstracto tomó impulso, ya que halló su fuerza en la expresión vital del artista.

En la década de 1960, se inició un arte abstracto basado en los efectos ópticos que producían las obras y, paralelamente, surgió el Arte Pop, que utilizó los lenguajes artísticos como un medio de representar la nueva sociedad de consumo.

El período transcurrido durante la guerra había servido para que el público empezara a familiarizarse con las nuevas propuestas.

El Fauvismo, el Cubismo, el Surrealismo cedieron el paso a numerosos movimientos nuevos que se sucedieron a un ritmo cada vez más rápido.

Movimiento pictórico europeo desarrollado a partir de 1945 en paralelo al expresionismo abstracto estadounidense.

El término informalista se adoptó para referirse a la abstracción lírica, opuesta a las tendencias más próximas al cubismo o al rigor geométrico (el neoplasticismo o De Stijl).

Dentro de esta corriente artística se incluyen las obras de Wolfgang Wols, Jean Fautrier, Jean Dubuffet, Hans Hartung, o Alberto Burri, entre otros muchos.

Los informalistas, que huyen del arte figurativo para entrar en el abstraccionismo, buscan la autenticidad de la pintura, del puro acto de pintar, esto es, la caligrafía, las formas, la mancha y las texturas. En definitiva, la expresión del mundo interior del artista.

Postularon, en cambio, un arte basado en la experiencia visual y mental del artista, que reivindicara la libertad de su práctica como premisa fundamental.

Los horrores de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias eran demasiados monstruosos para permitir una representación directa.

El fin de la guerra manifestó una tendencia artística basada en el abandono de las reglas y en una forma artística que dejara de representar la realidad.

El artista informalista estableció una nueva relación con la materia y con su transformación a partir del gesto. Todos sus seguidores estaban, sin embargo, unidos por un denominador común: reemplazar la figura y la forma por la fuerza del signo, es decir, por la huella que dejaba el artista en sus grafismos.

El Informalismo fue un arte sin forma, que se oponía a todo tipo de estructura precisa para otorgarles especial atención a la materia y al signo.

Inmediatamente después de la liberación de Francia de manos de los alemanes, se exhibieron los cuadros de los informalistas Wols -seudónimo de Alfred Wolfang Schulze, (1913-1951)-, Jean Hartung (1904-1989), Jean Fautrier (1898-1964) y Jean Dubuffet (1901-1985).

El término Informalismo para designar a este grupo de artistas surgió recién en 1952, luego de una exposición que ellos llamaron Signifiants de l’ informel ('Significantes de lo informal').

Gracias a sus centros en París y en Nueva York, el movimiento se difundió rápidamente por el mundo y fue adoptado por numerosos artistas.

Es básicamente matérico, con empleo de cartón, papel, hilos, cuerdas, polvo de mármol, superficies quemadas, madera, hierro, etc.

Subraya el material pictórico, la escritura, la sugestión

Sustituye la composición, frecuentemente por seriación y distribución regular de los elementos.

Rebeldía frente a toda estructuración

preconcebida y racional.

Fomenta la sensibilidad táctil y el valor de la textura de los materiales.

El Expresionismo Abstracto es el primero de los grandes movimientos artísticos de la posguerra. Su centro de creación era Nueva York, ciudad que había recibido a muchos artistas europeos exiliados -Max Ernst (1891-1976), Roberto Matta (n. 1911) y Peggy Guggenheim (1898-1979), entre otros-.

Quien logró vincular el Surrealismo europeo con su manifestación norteamericana fue Arshile Gorky, de origen armenio, quien había arribado a los Estados Unidos en 1920 . El expresaba: " ... trabajo con quince o veinte cuadros a la vez, lo hago porque me gusta. Me gusta pintar, porque es algo que no tiene fin".

Jackson Pollock pasó su juventud en el oeste de los Estados Unidos, en Arizona. En la década de 1930, recibió la influencia de los pintores mexicanos: el entusiasmo de Diego Rivera por el arte público contribuyó a que Pollock desarrollara el sentido de gradación.

  Sus obras abstractas están cargadas de un

fuerte Expresionismo, son muy ricas en color y tienen una estructura difícil de entender. Su técnica del dripping (en inglés, 'goteado') se realiza mediante salpicaduras de color sobre una tela puesta en suelo.

Con respecto a las reglas de la lógica, las obras de Pollock aparecen como un conjunto de cuadros pintados sobre la misma tela, cuyos temas se entrecruzan y se interfieren en una compleja trama. Una de las consecuencias más radicales del método de trabajo de Pollock es el cambio en el tratamiento del espacio: se crea un espacio ambiguo.

Tanto por su temperamento como en virtud de las teorías que profesaba, Pollock era un artista intensamente subjetivo. Para él, la realidad interior era la única realidad.

  Según algunos teóricos, existen dos tendencias dentro del Expresionismo Abstracto: una, enérgica y gestual, cuyos exponentes son: Pollock, Franz Kline (1910-1962) y Willem De Kooning; otra, puramente abstracta, representada por Mark Rothko (1903-1970).

 En las pinturas de Rothko, las relaciones cromáticas se entrelazan y se influyen mutuamente dentro del espacio y, además, producen una suave pulsación rítmica. La pintura se vuelve foco de las apreciaciones del espectador.

  En sus obras, es notable la influencia del español

Joan Miró, quien, durante la década de 1920, pintó formas caligráficas que parecían flotar sobre un fondo suave, profundo y opaco. Las divisiones horizontales de Rothko pueden funcionar de un modo similar a los paisajes horizontales de Miró.

 

   El gesto pictórico de Rothko es un gesto

uniforme, como el de un pintor de brocha que colorea un muro, sigue el ritmo regular del movimiento que distiende el color; la tinta va cambiando la situación ambiental y; allí -donde no había más que un corte en la continuidad del espacio-, nace un espacio.

Una de las características de su obra, la audaz imagen central, se convirtió en uno de los distintivos de la nueva pintura estadounidense, aspecto que la diferenciaba de la europea.