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ORGANIZACION Y NUTRICION DE LOS PROTISTAS La mayor parte de los linajes de protistas incluye únicamente especies unicelulares (fi gura 22.2a-c y tabla 22.1). Sin embargo, hay algunos protistas que forman colonias y varios grupos han evolucionado como multicelulares (fi gura 22.2d,e). Ciertos protistas multicelulares tienen cuerpos de gran tamaño que constan de muchos tipos de células diferenciadas. Muchos protistas son heterótrofos en el agua o la tierra. Se alimentan de materia orgánica en descomposición o son depredadores de organismos más pequeños como las bacterias. Otros protistas heterótrofos viven dentro de organismos más grandes, incluidos los seres humanos. En algunos casos, los endosimbiontes protistas no dañan a los huéspedes o incluso los benefi cian. Por ejemplo, los protozoarios fl agelados que habitan en el intestino de las termitas imparten a estos insectos la capacidad de digerir la madera. Otros protistas son parásitos y algunos infectan a los humanos. Los protistas autótrofos tienen cloroplastos y realizan fotosíntesis. Los cloroplastos de los protistas evolucionaron por dos mecanismos ligeramente distintos. En la sección 20.4 se explicó de qué manera las cianobacterias fueron englobadas por una célula heterótrofa y evolucionaron hasta convertirse en cloroplastos. Este proceso se llama endosimbiosis primaria. El ancestro común de las algas rojas y verdes obtuvo sus cloroplastos de ese modo. Más tarde, diversos protistas heterótrofos englobaron células de algas rojas o verdes; algunas de ellas sobrevivieron y evolucionaron hasta formar cloroplastos por el proceso denominado endosimbiosis secundaria. Ciertos protistas (pocos) son los únicos eucariontes que funcionan tanto como autótrofos o como heterótrofos. Estos “mixótrofos” versátiles cambian de modo nutricional según las condiciones del entorno. CLASIFICACION Los protozoarios flagelados son organismos unicelulares sin pared con uno o más flagelos. Todos los grupos son heterótrofos en su totalidad o en su mayor parte. Una película o capa de proteínas elásticas justo por debajo de la

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ORGANIZACION Y NUTRICION DE LOS PROTISTAS

La mayor parte de los linajes de protistas incluye únicamente especies unicelulares (fi gura 22.2a-c y tabla 22.1). Sin embargo, hay algunos protistas que forman colonias y varios grupos han evolucionado como multicelulares (fi gura 22.2d,e). Ciertos protistas multicelulares tienen cuerpos de gran tamaño que constan de muchos tipos de células diferenciadas. Muchos protistas son heterótrofos en el agua o la tierra. Se alimentan de materia orgánica en descomposición o son depredadores de organismos más pequeños como las bacterias. Otros protistas heterótrofos viven dentro de organismos más grandes, incluidos los seres humanos. En algunos casos, los endosimbiontes protistas no dañan a los huéspedes o incluso los benefi cian. Por ejemplo, los protozoarios fl agelados que habitan en el intestino de las termitas imparten a estos insectos la capacidad de digerir la madera. Otros protistas son parásitos y algunos infectan a los humanos. Los protistas autótrofos tienen cloroplastos y realizan fotosíntesis. Los cloroplastos de los protistas evolucionaron por dos mecanismos ligeramente distintos. En la sección 20.4 se explicó de qué manera las cianobacterias fueron englobadas por una célula heterótrofa y evolucionaron hasta convertirse en cloroplastos. Este proceso se llama endosimbiosis primaria. El ancestro común de las algas rojas y verdes obtuvo sus cloroplastos de ese modo. Más tarde, diversos protistas heterótrofos englobaron células de algas rojas o verdes; algunas de ellas sobrevivieron y evolucionaron hasta formar cloroplastos por el proceso denominado endosimbiosis secundaria. Ciertos protistas (pocos) son los únicos eucariontes que funcionan tanto como autótrofos o como heterótrofos. Estos “mixótrofos” versátiles cambian de modo nutricional según las condiciones del entorno.

CLASIFICACION

Los protozoarios flagelados

son organismos unicelulares sin pared con uno o más flagelos. Todos los grupos son heterótrofos en su totalidad o en su mayor parte. Una película o capa de proteínas elásticas justo por debajo de la membrana plasmática, ayuda a las células a retener su forma. Las células haploides predominan en el ciclo de vida de estos grupos, y se reproducen asexualmente por fisión binaria: una célula duplica su ADN y organelos, y después se divide a la mitad. El resultado son dos células idénticas. Los flagelados anaerobios Las diplomónados y los parabasálidos tienen fl agelos múltiples y son de los pocos protistas que pueden vivir en agua con escasez de oxígeno. Carecen de las mitocondrias típicas, y en vez de ello presentan hidrogenosomas, organelos que producen algo de ATP por una vía anaerobia.

Los tripanosomas y otros cinetoplástidos

Los cinetoplástidos son protozoarios flagelados con una sola mitocondria de gran tamaño. En el interior de la misma, cerca de la base del flagelo, hay una acumulación de ADN que corresponde al cinetoplasto del cual se deriva el nombre del grupo. Algunos cinetoplástidos se alimentan de bacterias de agua dulce y del mar, pero los tripanosomas, el subgrupo más grande, son parásitos y habitan en plantas y animales.

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Los tripanosomas son células cónicas largas con membrana ondulatoria (fi gura 22.5). Un flagelo único unido a esta membrana ocasiona su movimiento ondulatorio característico. Los insectos que pican actúan como vectores para muchos tripanosomas parásitos de los humanos. De nuevo, un vector es un insecto u otro animal que transmite un pató- geno entre hospederos. Las moscas tse tsé transmiten el Trypanosoma brucei, que ocasiona la tripanosomiasis africana, llamada comúnmente mal del sueño africano. Cuando la infección no se trata, puede ser mortal. Los insectos que se alimentan de sangre transmiten Trypanosoma cruzi, que causa la enfermedad de Chagas. El gran flujo de inmigrantes de América Central y del Sur a Estados Unidos aumentó la preocupación por contaminación de suministro de sangre con t. cruzi.

Los euglenoides

Los euglenoides son protistas flagelados relacionados de manera cercana con los cinetoplástidos. La mayor parte vive en agua dulce y ninguno es patógeno humano. Por lo general son depredadores diminutos, algunos son parásitos de organismos más grandes y alrededor de una tercera parte presenta cloroplastos (fi gura 22.6). La estructura de los cloroplastos euglenoides y los pigmentos en su interior indican que estos organelos evolucionaron a partir de las algas verdes por endosimbiosis secundaria. Los euglenoides fotosintéticos detectan la luz, gracias a una mancha ocular cerca de la base de su largo flagelo. Por lo común realizan nutrición heterótrofa cuando los niveles de luz disminuyen o las condiciones para la fotosíntesis son desfavorables. Un euglenoide es hipertónico en relación con el agua dulce. Igual que en otros protistas de agua dulce, una o más vacuolas contráctiles contrarrestan la tendencia del agua a difundirse al interior de la célula. El exceso de agua se recolecta en vacuolas contráctiles que, al contraerse, la expulsan al exterior.

Los foraminíferos de concha calcárea

Los foraminíferos son protistas unicelulares con concha de carbonato de calcio (CaCO3) en torno a su membrana plasmática (fi gura 22.7a). En general habitan en el fondo del mar, buscando presas en el agua y los sedimentos. Otros foraminíferos forman parte del plancton marino, organismos en su mayoría microscópicos que flotan o nadan en mar abierto. Hace mucho tiempo, los restos ricos en calcio de los foraminíferos y otros protistas con conchas de carbonato de calcio comenzaron a acumularse en el fondo del mar. En vastos márgenes de tiempo, los depósitos se transformaron en piedra caliza o pizarra (fi gura 22.8). Las rocas calizas ricas en foraminíferos fueron empleadas para construir las pirámides de Egipto y la Esfi nge, y aún son materiales de construcción importantes. Los foraminíferos desempeñan

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un papel esencial en el ciclo del carbono. Incorporan dióxido de carbono (CO2) a sus conchas. Cuando el foraminífero muere, su concha se disuelve liberando calcio y iones carbonato (CO3 − ). El carbonato actúa como amortiguador o buffer, con lo cual contribuye a que los mares no se acidifi quen demasiado (sección 2.6). El aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera debido a las actividades humanas podría alterar este sistema. A medida que más CO2 penetra a la atmósfera, se disuelve mayor cantidad en el agua del mar. Algunos modelos sugieren que cuando haya demasiado CO2 en el mar, el sistema natural de amortiguación dejará de funcionar, con lo cual el agua de los mares se acidifi - cará demasiado. El agua ácida del océano impediría que los foraminíferos construyeran su concha, dejando aún más CO2 en la atmósfera y el agua. El aumento de CO2 atmosférico constituye un problema, pues contribuye al calentamiento global (sección 7.9).

Los radiolarios de concha vidriosa

Los radiolarios son protistas heterótrofos con concha de sílice vidrioso por debajo de su membrana plasmá- tica (fi gura 22.7b). La mayor parte constituye el plancton marino, que habita desde el agua superfi cial hasta una profundidad de 5,000 m. Numerosas vacuolas de la capa externa del citoplasma se llenan con aire y permiten que las celulas floten

Tres grupos de protistas (los ciliados, los dinofl agelados y los apicomplejos) son alveolados, miembros de un linaje que se caracteriza por poseer una capa de sacos justo debajo de la membrana plasmática. La palabra “alveolo” signifi ca saco.

Los ciliados, o protozoarios ciliados, son heterótrofos muy diversos e incluyen a unas 8,000 especies. Se encuentran en casi cualquier sitio donde haya agua y la mayoría son depredadores (fi gura 22.9). Cerca de la tercera parte habita dentro del cuerpo de otros animales.

Balantidium coli es el único ciliado parásito de los humanos. También infecta a los cerdos, y la gente por lo general adquiere la infección cuando los quistes de B. coli, excretados en las heces de cerdo, contaminan el agua potable. Esta infección provoca náusea y diarrea.

El Paramecium es un ciliado de agua dulce (fi gura 22.10). Toda su superfi cie está recubierta de cilios que baten en sincronía, asemejándose a un pastizal movido por el viento. Comenzando en un surco oral en la superficie de la célula,los cilios barren el agua cargada de bacterias, algas y otras partículas alimenticias hacia el citostoma. , el Paramecium tiene organelos llamados tricocistos debajo de su película (fi gura 22.10c). Un tricocisto contiene un hilo de proteína que puede expulsar para ayudar a la célula a capturar presas o defenderse de un depredador. Los ciliados se reproducen asexualmente por fisión binaria, aunque la mayoría lo hace sexualmente por conjugación.

DINOFLAGELADOS

El nombre dinoflagelado significa “flagelado que gira”. Estos protistas unicelulares por lo común tienen dos flagelos: uno se extiende desde la base de la célula y el otro está enrollado en torno a la parte media, como un cinturón (fi gura 22.11a). La acción combinada de estos dos flagelos provoca que la célula gire al desplazarse hacia delante. los dinoflagelados

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pertenecen al linaje de los alveolados. La mayor parte deposita celulosa en alveolos (sacos) por debajo de su membrana plasmática. La celulosa se acumula como placas gruesas pero porosas. Encontramos dinoflagelados planctónicos en el mar y en sitios donde se mezcla agua dulce con agua salada. Las células son haploides y por lo general se reproducen asexualmente. Las condiciones adversas estimulan la reproducción sexual; dos dinofl agelados se fusionan y forman un quiste que después experimenta meiosis. Cerca de la mitad de los dinoflagelados son heterótrofos. La mayoría son depredadores, aunque algunos son parásitos de peces e invertebrados acuáticos. Algunas especies de dinoflagelados fotosintéticos son endosimbiontes en células de corales que construyen arrecifes. Un coral es un animal invertebrado, y su relación con los protistas es mutuamente benéfica. Los dinofl agelados suministran al coral hospedero azúcar y oxígeno para respiración aeróbia. A su vez, el coral provee a los protistas nutrientes, abrigo y el dióxido de carbono necesario para la fotosíntesis. Los dinoflagelados fotosintéticos de vida libre u otros protistas en ocasiones experimentan incrementos considerables de población, fenómeno conocido como fl orecimiento de algas. En hábitats ricos en nutrientes, por ejemplo, por lixiviación de aguas agrícolas, cada litro de agua puede contener millones de células. Los florecimientos de ciertas especies provocan “mareas rojas”, durante las cuales la abundancia de células tiñe de rojo el agua. Los florecimientos de algas pueden enfermar a los humanos y matar a los organismos acuáticos (fi gura 22.11b). Las bacterias aerobias que se alimentan de residuos de algas pueden consumir el oxígeno del agua, de modo que los animales acuáticos se sofoquen. Algunas toxinas de dinofl agelados también provocan la muerte de manera directa. Karenia brevis produce una toxina que se enlaza con proteínas de transporte en la membrana plasmática de las células nerviosas. Los mariscos contaminados con esta toxina pueden provocar mareo y náusea a la persona que los ingiere debido a una intoxicación neurotóxica. Los síntomas suelen desarrollarse poco después de ingerir los alimentos y persisten varios días. Los florecimientos de K. brevis ocurren casi cada año en el Golfo de México, pero su gravedad y sus efectos son variables. Algunos dinoflagelados son bioluminiscentes (fi gura 22.12). Igual que las luciérnagas, tienen una enzima (luciferasa) que transforma la energía del ATP en energía luminosa (sección 6.5). La emisión de luz puede proteger a la célula asustando a depredadores pequeños a punto de engullirla. Según otra hipótesis, el parpadeo luminoso actúa como la alarma de un automóvil. Atrae la atención de otros organismos, incluyendo depredadores de los posibles consumidores de dinoflagelados.

Los apicomplejos que viven en celulas

son alveolados parasitarios que pasan parte de su vida dentro de las células de sus hospederos. Su nombre se refiere a un complejo de microtúbulos en el extremo apical (superior) que les permite penetrar en la célula hospedera. A veces también se denominan esporozoarios. Los apicomplejos infectan a diversos animales, desde gusanos e insectos hasta humanos. Su ciclo de vida puede involucrar a más de una especie hospedera. Por ejemplo, en la figura 22.13 se muestra el ciclo de vida de Plasmodium, el agente de la malaria. . Los síntomas de la malaria suelen iniciarse una o dos semanas después del piquete, cuando las células hepáticas infectadas se rompen y liberan merozoítos y desechos celulares a la sangre. Tras el episodio inicial, quizá los síntomas desaparezcan. Sin embargo, la infección continua daña el cuerpo y mata al hospedero tarde o temprano. La malaria ocasiona la muerte de más de un millón de personas al año. Otra enfermedad producida por apicomplejos es la toxoplasmosis, causada por Toxoplasma gondii. Las personas saludables a menudo albergan a T. gondii dentro de su cuerpo sin efectos nocivos. Sin embargo, en

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personas con inmunosupresión, como quienes padecen SIDA, una infección de este tipo puede ser mortal. Además, la infección de una madre por T. gondii durante el embarazo puede provocar defectos neurológicos de nacimiento. Consumir quistes en carne mal cocida es una de las causas principales de toxoplasmosis. T. gondii infecta al ganado, las ovejas, los cerdos y las aves. Los gatos también lo transmiten. Un gato infectado excreta quistes en sus heces (fi gura 22.14). Por tal motivo, se aconseja a las embarazadas y a personas con un sistema inmune débil que eviten el contacto con heces de gatos. Los gatos que pasan algún tiempo en el exterior pueden exponerse a quistes de T. gondii en la tierra o en animales silvestres, y tienen probabilidades de infectarse. Mantener al minino dentro de la casa y alimentarlo únicamente con productos comercialmente preparados minimiza el riesgo de infección.

ESTRAMENOPILOS

estramenópilos. Este nombre significa “cabellos de paja” y se refiere a una célula con un flagelo largo similar a un vello (izquierda), el cual se forma durante el ciclo de vida de muchos miembros de este grupo. Sin embargo, los estramenópilos se definen principalmente como resultado de comparaciones de su secuencia de genes, más que por sus características visibles.

Las diatomeas

Las diatomeas son protistas unicelulares o formadores de colonias que tienen una concha de sílice de dos partes (fi - guras 22.2c y 22.15). La mayoría son fotosintéticos. Sus cloroplastos y los de otros estramenópilos fotosintéticos están teñidos de marrón por un pigmento accesorio llamado fucoxantina. Evolucionaron a partir de algas rojas mediante endosimbiosis secundaria. Las diatomeas habitan en los mares, el agua dulce y la tierra húmeda. En mares templados constituyen uno de los principales componentes del fitoplancton, la porción fotosintética del plancton. Las diatomeas son organismos fotosinté- ticos que captan alrededor de 25 a 35% del carbono. Cuando las diatomeas se reproducen asexualmente, cada nueva célula hereda la mitad de la concha de la célula madre. Emplea la porción heredada como “capa” y sintetiza un nuevo “fondo” que se adapta dentro de ella. Como resultado, el tamaño promedio de la célula disminuye un poco en cada generación. La fertilización produce un cigoto, el cual se desarrolla para dar una célula de gran tamaño. Las conchas de diatomeas acumuladas en el fondo del mar durante millones de años constituyen la fuente de la tierra de diatomeas, material que se emplea para filtros y limpiadores y como insecticida no tóxico para los vertebrados.

Las algas cafés multicelulares

Las algas cafés son un grupo de protistas multicelulares que habitan en agua de mar templada o fría, desde las zonas intermareales hasta el mar abierto. Pueden ser de color verde olivo, doradas o café oscuro (fi guras 22.2e, 22.16 y 22.17). En tamaño varían desde filamentos microscópicos hasta el kelp gigante que puede medir hasta 30 m de largo. Los kelp gigantes como Macrocystis, es uno de los protistas de mayor tamaño. Su ciclo de vida presenta alternancia de generaciones, con cuerpos multicelulares haploides y diploides (fi

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gura 22.3b). El esporofito del kelp constituye la etapa más grande y prolongada en su ciclo de vida (fi gura 22.16).

Los kelps son de enorme importancia ecológica. El kelp gigante forma zonas similares a bosques en las aguas costeras del Noroeste del Pacífi co. Como los árboles de un bosque, el kelp alberga a gran variedad de otros organismos. El Mar de los Sargazos en el océano Atlántico del Norte lleva este nombre por su abundancia de Sargassum. Este kelp forma extensas matas flotantes que miden hasta 9 m de espesor. Estos tapetes sirven como hábitats para peces, tortugas marinas e invertebrados. Algunas algas cafés se emplean comercialmente. Las alginas del kelp ayudan a espesar muchos alimentos, bebidas, cosméticos y otros productos. Las algas cafés también se cosechan para uso como alimentos, suplementos naturistas y fertilizante.

Los mohos heterótrofos acuáticos

Los mohos acuáticos u oomicetos son heterótrofos. Forman una malla de filamentos que absorben nutrientes y antiguamente eran clasificados como hongos, cuyo patrón de desarrollo es similar. Sin embargo, a diferencia de los hongos, los mohos de agua tienen paredes celulares de celulosa, no de quitina, y sus filamentos están formados por células diploides, más que haploides. La mayoría de los mohos de agua descomponen materia orgánica en los hábitats acuáticos, pero algunos son parásitos acuáticos. Por ejemplo, Saprolegnia a menudo infecta a los peces de los acuarios, las granjas pesqueras y los criaderos (fi gura 22.18). Otros mohos de agua habitan en sitios húmedos sobre la tierra o en los tejidos vegetales. Algunos son patógenos importantes que infectan plantas

LAS ALGAS VERDES

El nombre “algas verdes” es el nombre informal de alrededor de 7,000 especies fotosintéticas cuyo tamaño varía de células microscópicas hasta formas filamentosas o ramificadas multicelulares de más de un metro de largo. La mayor parte de las algas verdes son clorofitas, un grupo grande que puede ser monofilético. Otras pertenecen a uno de diversos linajes llamados colectivamente algas carófitas. Se cree que uno de estos linajes es un grupo hermano de las plantas terrestres. Todas las algas verdes se parecen a las plantas terrestres porque almacenan azúcares en forma de almidón y depositan fibras de celulosa en su pared celular. Además, al igual que las plantas terrestres, presentan cloroplastos que evolucionaron a partir de endosimbiosis primaria de cianobacterias. Estos cloroplastos tienen doble membrana y contienen clorofi a a y b.

Las cloroftas

Las algas clorfitas incluyen células únicas que habitan en el suelo, sobre el hielo o participan con los hongos en la formación de líquenes. Sin embargo, la generalidad de las clorofiTAas unicelulares se encuentra en agua dulce. Melvin Calvin empleó una de ellas, Chlorella, para estudiar las reacciones de fotosíntesis independientes de la luz (sección 2.2). En la actualidad, Chlorella se cultiva comercialmente y se vende como alimento natural. Chlamydomonas es una especie unicelular común en los estanques (fi gura 22.20). Las células flageladas haploides (llamadas esporas) se reproducen de manera asexual cuando abundan los nutrientes y la luz (fi gura 22.20a). Cuando las condiciones no favorecen su crecimiento, se desarrollan y fusionan los gametos, dando lugar a un cigoto con pared

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protectora gruesa (fi gura 22.20b-f). Cuando las condiciones son de nuevo favorables, el cigoto experimenta meiosis y germina, liberando a la siguiente generación de esporas fl geladas haploides (fi gura 22.20g). Volvox es una especie colonial de agua dulce. De cientos a miles de células fl ageladas que se parecen a las Chlamydomonas se encuentran unidas por diminutos hilos de citoplasma formando una colonia esférica y giratoria (fi gura 22.21a). Se crean colonias hijas dentro de la esfera madre, que con el tiempo se rompe dejándolas en libertad.

Otras clorofitas de agua dulce forman largos filamentos. Theodor Engelmann empleó una de ellas, Cladophora, en sus estudios sobre la fotosíntesis (sección 7.2). Algunas clorofi tas son las algas “de mar” comunes. Las capas de Ulva se adhieren a las rocas costeras (fi gura 22.21b). Estas capas son más largas que el brazo de una persona, pero suelen medir menos de 40 micras de espesor. Ulva se conoce comúnmente como lechuga marina y es un alimento popular en Escocia. Codium fragilis es una especie marina ramifi cada de color verde oscuro con un nombre poco atractivo: Dedos de muerto (fi gura 22.21c). Nativa del Pacífi co, fue introducida a las aguas cercanas a Connecticut en la década de 1950 y actualmente predomina a lo largo de la costa del Atlántico.

Algas carófitas

Además de las semejanzas entre las algas verdes y las plantas terrestres que antes se examinaron, las algas carófitas y las plantas terrestres comparten otros rasgos singulares. Como resultado, los botánicos actualmente consideran que estos grupos forman un clado. La generalidad de las carófi tas habita en agua dulce. Por ejemplo, los desmidiales son un grupo unicelular de agua dulce. En la figura 22.22a se muestran dos células de desmidiales formadas por división asexual. Otras caró- fitas, como Spirogyra, forman filamentos largos no ramifi - cados. Otras más forman discos multicelulares. Las comparaciones genéticas indican que los charales, stoneworts o piedras mosto, son las algas carófi tas relacionadas más de cerca con las plantas terrestres. Igual que las plantas presentan plasmodesmos (sección 4.12), y dividen su citoplasma por formación de placa celular (sección 9.4).

ALGAS ROJAS VIVEN A MAYORES PROFUNDIDADES

Entre más de 4,000 especies de algas rojas, casi todas habitan en las corrientes de agua marina tibia y en los mares tropicales transparentes. De todos los protistas fotosinté- ticos, ciertas especies de algas rojas viven a mayor profundidad. Algunas forman una corteza al secretar carbonato de calcio. Sus restos llegan a formar parte de la estructura de algunos arrecifes de coral. Los cloroplastos de las algas rojas contienen clorofi la a y pigmentos llamados fi cobilinas (sección 7.1), los cuales absorben la luz azul-verdosa y verde, y refl ejan la roja. La luz azul-verdosa y verde penetra más profundo en el mar que otras longitudes de onda, y la capacidad de absorber esta luz permite a las algas rojas desarrollarse a mayor profundidad. Las algas rojas de agua poco profunda presentan poca fi cobilina y su apariencia es verdosa. Las que habitan en las profundidades son casi negras. Las algas rojas y las verdes comparten un ancestro común que presentaba cloroplastos derivados de cianobacterias. Los cloroplastos de las algas verdes perdieron la capacidad de sintetizar fi cobilinas, pero los de las algas rojas aún la conservan. Más tarde, las algas rojas unicelulares

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evolucionaron a plástidos de apicomplejos, y cloroplastos de ciertos dinofl agelados. Aún subsisten algunas especies unicelulares de algas rojas, pero la mayoría son multicelulares. Suelen desarrollarse como placas o en un patrón ramifi cado (fi guras 22.23 y 22.24). Su ciclo de vida es variable y a menudo complejo, además de exhibir tanto fase asexual como sexual. No hay etapa fl agelada. Las algas rojas tienen muchos usos comerciales. El agar es un polisacárido que se extrae de las paredes celulares de algunas algas rojas. Mantiene la humedad de algunos alimentos horneados y cosméticos, ayuda a que cuajen las jaleas, y se emplea en cápsulas que contienen medicamento. El carragenan o musgo de Irlanda, otro polisacárido de las algas verdes, se agrega a la leche de soya, los alimentos lácteos y al líquido que se rocía sobre los aeroplanos para evitar la formación de hielo. Porphyra se cultiva actualmente a nivel mundial como alimento (fi gura 22.23). Se cosechan más de 130,000 toneladas al año de esta especie.

CELULAS AMEBIODES EN LAS ENCRUCIJADAS

Los amebozoarios son uno de los grupos monofi léticos actuales que se derivan del antiguo y confuso reino de los protistas. Pocos amebozoarios tienen pared celular, concha o película; casi todos experimentan cambios dinámicos en su forma. Una célula de forma difusa puede enviar con rapidez seudópodos para moverse y captar alimentos (sección 4.13). Las amibas viven individualmente. En la fi gura 22.25a se muestra la Amoeba proteus. Como la mayor parte de las amibas, es un depredador de agua dulce. Otras amibas habitan en el intestino humano y de otros animales. Al año, alrededor de 50 millones de personas son afectadas por disentería amebiana tras beber agua contaminada con quistes de Entamoeba histolytica. Los mohos mucilaginosos son “amibas sociales”. Los mohos mucilaginosos plasmodiales pasan la mayor parte de su ciclo de vida como un plasmodio. Esta masa multinucleada surge de una célula diploide que experimenta mitosis muchas veces sin división del citoplasma. El plasmodio se desliza por el piso del bosque alimentándose de microbios y materia orgánica (fi gura 22.25b). Cuando el suministro de alimento escasea, el plasmodio desarrolla cuerpos fructíferos formadores de esporas (fi gura 22.25c). Los mohos mucilaginosos celulares, como Dictyostelium discoideum pasan gran parte de su existencia como células ameboides (similares a amibas) (fi gura 22.26). Cada célula se alimenta de bacterias y se reproduce por mitosis. Cuando el alimento escasea, miles de células se unen; a menudo forman una “masa” que migra en respuesta a la luz y el calor. Cuando esa masa llega a un lugar adecuado se transforma en un cuerpo fructífero. Se forma un tallo que se alarga, así como esporas no mótiles en su punta. La germinación de una espora libera una célula ameboide diploide que inicia de nuevo el ciclo. El Dictyostelium y otros amebozoarios nos dan indicio de la posible evolución de las vías de señalización en organismos multicelulares. El comportamiento coordinado (la capacidad de responder a estímulos como unidad) es una característica de los organismos multicelulares. Requiere de comunicación entre las células, que quizá se haya originado en los ancestros ameboides unicelulares. En Dictyostelium, un nucleótido llamado AMP cíclico es la señal que induce a las células ameboides solitarias a unirse. También desencadena cambios en la expresión de genes, debido a los cuales algunas células se diferencian en componentes de un tallo o como espora. El AMP cíclico también tiene funciones en vías de señalización de organismos multicelulares. Es intrigante que las comparaciones moleculares sugieran que los animales y hongos descendieron de un ancestro de tipo amebozario