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La harina de maíz, el pollo y el café encabezan la dieta criolla|De cada 100 venezolanos 95 comen tres veces o más por día

Publicado el 16 junio, 2013 en Alimentación,Impacto,Inicio,Venezuela

Quienes relatan que en Venezuela se comió perrarina o se prepararon teteros con agua de espaguetis no exageran. En los años 90 del siglo XXI, en pleno apogeo del neoliberalismo, no era raro llegar a Nueva Tacagua (una de las zonas de pobreza de Caracas) y encontrarse con una olla que albergaba un líquido blancuzco, del que saldría el almuerzo o la cena para el bebé.

Más de 20 años han pasado desde que, en 1999, se instauró en la nación el régimen neoliberal; en ese tiempo no solo han cambiado las políticas económicas y sociales, sino los números. Venezuela recibirá mañana -representada por

el presidente Nicolás Maduro- un reconocimiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) por su lucha contra el hambre. Las cifras del presente -sin desconocer la pobreza que todavía persiste- bien podían ser motivo de orgullo: En Venezuela 94,6% de la población consume tres y más comidas al día, 5,2% ingiere dos comidas y 0,2% una sola comida, confirma el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri. De ese 94,6% más de la mitad (52,8%) “come tres comidas”, puntualiza Eljuri, en conversación con el Correo del Orinoco. Pero hay que destacar que 25,6% ingiere cuatro, y 11,6% recibe cinco diarias. “En todos los estratos se está consumiendo igual número”, señala el docente.

Con base en los datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (ENCA) y de la Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos (ESCA), ambas elaboradas por el INE, hay una conclusión clara: las venezolanas y los venezolanos “satisfacen adecuadamente sus requerimientos nutricionales”, como lo resalta Ever Gutiérrez, consultor interno del instituto. Cada día se consumen 2.285 calorías en promedio, y las necesarias son 2.304; es decir, “que estamos comiendo bien”, expuso Eljuri.

De acuerdo con el estudio ESCA, los 10 productos de la canasta básica más consumidos en el país son: pollo, harina de maíz, arroz, carne de res, plátano, pasta alimenticia, azúcar, pan de trigo, lechosa y cambur.

La ENCA reporta los siguientes alimentos que componen el patrón de consumo nacional:

Harina de maíz precocida, con 114,7 gramos por persona por día. Café negro, con 78 gramos por persona por día.

Arroz blanco, con 74,3 gramos por persona por día. Bebidas gaseosas, con 65,4 gramos por persona por día. Pollo, con 44,5 gramos por persona por día. Jugo de frutas pasteurizadas, con 42,8 gramos por persona por día. Azúcar blanco, con 36,3 gramos por persona por día. Plátanos, con 33,3 gramos por persona por día. Melón, con 31,8 gramos por persona por día. Pasta alimenticia, con 30 gramos por persona por día. Carne de res, con 26,1 gramos por persona por día. Pan de trigo (salado), con 22,9 gramos por persona por día. Lechosa, con 21,7 gramos por persona por día. Queso blanco duro, con 21,6 gramos por persona por día. Leche líquida pasteurizada, con gramos por persona por día. Huevos de gallina, con 20,1 gramos por persona por día. Aceite vegetal, con 16,3 gramos por persona por día. Guayaba, con 15,4 gramos por persona por día. Caraotas negras, con 15,2 gramos por persona por día. Leche en polvo completa, con 14,1 gramos por persona por día.

La red pública de alimentos, creada y subsidiada por el Gobierno Nacional, “ha tenido una gran importancia en estos resultados, y la ESCA lo demuestra, porque nos dice que 17 millones de personas están consumiendo en Mercal”, sintetiza el presidente de la institución.

Antes “la gente compraba semanalmente” y ahora “estamos notando que 15 y último son los días en los que los hogares” hacen mercado, describe José Rafael López, gerente general de estadísticas sociales y ambientales del INE.

Picar entre comidas: práctica común

La ENCA revela que en el oriente del país, por ejemplo, 74,8% de la población consume más de tres comidas por día. En la región central (Aragua, Carabobo, Miranda y Vargas) 66,3% ingiere tres comidas por jornada, detalla Laura Núñez, coordinadora de estadísticas de consumo de alimentos del INE.

“Las personas no asumen” todo lo que comen, sentencia Gutiérrez, aunque todo eso “se traduce en calorías”. Incluso el café “aporta energía”, aunque la gente no lo

cuente. La encuesta “refiere que las personas pican entre comidas, en todo el país”, agrega. De hecho “los snack están entre los primeros 20 alimentos”, destaca Núñez.

Venezuela es un país “chuchero”. También es amante del café, especialmente en la región andina y en el oriente (donde se bebe el guayoyo). “Incluso se ve consumo en los niños”, ilustró Gutiérrez.

Cereales y pollo en primer lugar

Los cereales son las principales fuentes de energía en el país. “Es lo esperado para la población venezolana”, explicó Gutiérrez. En Venezuela “se consume más harina de maíz que arroz y pasta”, detalla. En cuanto a los lácteos, la mayor ingestión es de queso blanco duro que de otros productos; le siguen los huevos y la leche en polvo.

El pollo es uno de los alimentos más populares. Lo es no solo por el costo, sino “por el patrón de consumo”, añade.

Pero “eso es ahora”, resalta Eljuri. “Viví en 1971 en Puerto Ordaz y conozco lo que se comía: bollitos con un poquito de mantequilla y espaguetis”.

-¿Ha habido un cambio en el acceso a la proteína?

-Sí, como no- responde Gutiérrez con decisión.

Por día cada persona consume 73,8 gramos de proteínas provenientes de fuentes diversas, animales y vegetales; lo que necesitaría es 68,2%. Es decir, se consume más de lo que se necesita.

La dieta venezolana es muy diversa: “Nosotros hemos identificado 235 preparaciones y más de 825 alimentos individuales”, sostiene. “Por eso no es correcto decir que el del venezolano es un consumo homogéneo o limitado”.

Más frutas

En la nación hay cambios positivos, celebra Gutiérrez. “El consumo de frutas ha aumentado. La ingestión de jugos naturales es mayor que la de bebidas gaseosas”, remarcó. En esto influyen la disponibilidad y el rendimiento, ya que el refresco es más costoso que la fruta.

Ahora “se consume más pollo, más leche en polvo”, y eso lo reflejan ambas encuestas del INE.

Por hogar y por persona

En el segundo semestre del año 2003 comenzó a hacerse la ESCA porque “no teníamos estudios sobre el consumo aparente de alimentos”, recuerda Eljuri. “Se va a los hogares y en los hogares se ve cuál es la disponibilidad que tienen en la despensa”. La ENCA evidencia “el consumo real”, distingue el docente. Los estudios se realizan con distintas metodologías.

La unidad de análisis de la ESCA es el hogar: “Medimos las adquisiciones de alimentos en el hogar: se va al hogar y se observa qué se adquirió de los alimentos asociados con la canasta”, precisa Ninoska Díaz, gerente de estadísticas sociales del INE. Se evalúan unas 21 mil viviendas, apunta López. La unidad de análisis de la ENCA es la persona, a quien “se pregunta sobre cantidades consumidas”. Son analizadas 6.967 personas de tres años de edad en adelante, acota Ever Gutiérrez.

La última vez que se hizo en el país una encuesta nacional de nutrición fue entre 1981 y 1982. “Treinta años han pasado hasta que se volvió a hacer”, expuso. En las tres décadas aumentó la ingestión de calorías por día, así como la de proteínas. La nación desconoce los números de lo que sucedió durante los años del neoliberalismo, porque no se hicieron los estudios respectivos. Pero la experiencia habla por sí sola; por ello, Eljuri asegura que “antes de llegar el presidente Chávez el consumo de carne y

pollo era realmente bajo”.

Mitos rotos

En la actualidad en Venezuela “comemos más de lo que creemos”, sostiene Gutiérrez. “El consumo de calorías que tenemos está bastante cercano a lo que debe ser”, alega Eljuri. “Estamos consumiendo las calorías necesarias, y en la distribución de esas calorías estamos cumpliendo con una buena alimentación”.

Las venezolanas y los venezolanos “no han sacrificado su consumo de alimentos, no ha variado su patrón de consumo”, analiza Gutiérrez. Si los estratos I y II

prefiere el queso amarillo, los estratos IV y V optan por el queso blanco.

Las medidas

La primera recomendación que hace el presidente del INE es que los resultados de las encuestas sirvan como base para la planificación de la producción y la orientación de la alimentación, concluye Eljuri. También insiste en la urgencia de incrementar la producción nacional, con las medidas que ello conlleva.

Con base en la información obtenida con ambos estudios, López insiste en que los 10 rubros más consumidos “hay que cuidarlos”; ello implica garantizar la soberanía alimentaria en alimentos como harina de maíz, pollo y café. Las encuestas muestran que mensualmente se destina a la compra de alimentos 37% del ingreso, calcula el analista del INE.

Uno de los señalamientos, en cuanto a políticas públicas, es la ampliación de la red de comercialización y distribución de alimentos, aporta Gutiérrez. Los datos también son relevantes para el sector privado, que puede plantearse la elaboración de nuevos productos.

El consultor comenta que, aunque en el país se comen alimentos con calcio, “no estamos consumiendo la cantidad necesaria para satisfacer los requerimientos”. Las adultas y los adultos “disminuyen el consumo de estos productos”, señala. La mayor fuente del mineral, para las venezolanas y los venezolanos, es queso “y más nada, y ahí entra el problema”. De acuerdo con Gutiérrez “solo satisfacemos alrededor de 58% de las necesidades de calcio”, por lo que es perentorio aumentar la ingestión de leche, queso y yogurt, preferiblemente descremados.

T/ Vanessa Davies

F/ Miguel Romero y Cortesía

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