284

Click here to load reader

Codice Borbonico.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • 21 b

    COlECClON AMERICA NUESTRA america antigua

    AMRICA NUESTRA es una coleccin que Siglo XXI proyecta como una expresin coherente del examen de la realidad que nuestros pases viven desde siglos: tierra (olonizada que no logra liberarse. Qlu'remos difundir, con sistema, textos que exhiban t,lIlto la grandeza de las culturas destruidas por 1,1 Conquista como los testimonios de la hl< h,I por la liberacin que llega hasta nuestros cl." y 11111' tiene expresin en la obra y las ideas d .. 1m hombres que las orientan. Nada m"Ior PM,I d .. finir esa intencin que las p,II.Illf," 11111' I'~rribi Jos Mart: '~ __ la historia d. Am'rlu, de los incas ac, ha de .n"".,,, .1 dedillo, aunque no se ensee la de 101 ."IInl .. de Grecia. Nuestra Grecia es preferlbl ... l. Grecia que no es nuestra. nos es m n .. r ... rl .... Injrtese en nuestras repblir ..... 1 mundo; pero el tronco ha de ser de nuestr r .. publlc ..... "

  • siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. ( 1 11RO DEL AGUA 248. DELEGACiN COYOACN. 04310 MXICO. D F

    siglo veintiuno de espaa editores, s.a. I 111 I I 1' 1117 A 5. 28043 MADRID. ESPAA

    DESCRIPCiN, HISTORIA Y EXPOSICiN DEL CDICE BORBNICO (edicin facsimilar) por FRANCISCO DEL PASO Y TRONCOSO con un comentar io explicativo por E.- T. HAMY

    SIGLO VEI f\/TI UNO )l() ~!1W~~

  • traduccin del apndice por josefina oliva de coll edicin al cuidado de mart soler

    primera edicin. 1898 impresa en florencia por la tipografa de salvador landi

    primera edicin facsimilar siglo xxi. 1979 sexta edicin. 1993 e siglo xxi editores. s.a. de c.v. con un apndice con el texto introductorio de e.t. hamy a la edicin facsimilar del cdice publicado en pars por ernest leroux en 1899 ISBN 968-23-.0569-1

    derechos reservados conforme a la ley Impreso y hecho en mxico/printed and made in mexico

    1NDICE GENERAL

    DESCRIPCIN, HISTORIA Y EXPOSICIN, por FRANCISCO DEL PASO Y TRONCOSO

    ADVERTENCIA V

    INTRODUCCIN: NOCIONES DE FONOLOGA MEXICANA ix:

    ESTUDIO DESCRIPTIVO 1

    Importancia del Cdice, 1 Descripcin, 2 Historia, 14 Asunto, divisiones y mtodo de exposicin, 42, Exposicin sucinta, 62

    1. Cuenta de los das (pginas 1 a XX), 63; II. Pri-mera cuenta de los aos (pginas xxI y XXII), 77; III. Cuenta de las veintenas o meses (pginas XXIII a XXXVI), 97; IV. Segunda cuenta de los aos (pginas XXXVII a XL), 288

    SUPLEMENTO: ADICIONES Y CORRECCIONES 323

    APNDICE: COMENTARIO EXPLICATIVO DEL CDICE BORB-NICO, por E.-T. HAMY 369

    Introduccin, 371; Captulo 1, 374; Captulo II, 382; Captulo III, 403; Captulo IV, 408

  • NOTA DEL EDITOR

    Al publicar por primera vez en Amrica la reproduccin del Cdice Borbnico, Siglo XXI se honra tambin en editar facsimilarmente el estudio que de l hizo en 1898 el erudito mexicano don Francisco del Paso y Troncoso. Se incorpora asimismo el texto que el americanista fran-cs E.-T. Hamy escribi para presentar la edicin facsimi-lar que se hizo en Pars en 1899.

    Adems de su valor esttico, este cdice tiene un sin-gular papel histrico: es el nico manuscrito salvado de las hogueras que ilustra todos los elementos cuya com-binacin forman el ciclo de 52 aos: 20 series de 13 das, 18 "meses" de 20, as como algunas otras indicaciones es-clarecedoras. Ciclo que rega la vida individual y comu-nitaria de los antiguos nahuas, ya que el ao solar, para nosotros gua exclusiva del tiempo, no era ms que uno de los tantos componentes de este cmputo de tan alta sabidura astronmica y filosfica.

    Como lo seala el irremplazable maestro Alfonso Caso, pocos son los trabajos relativos a este cdice:

    Aubin escribi una carta en 1841, publicada despus con ligeras variantes como Memoria en 1859, describiendo el cdice en sus partes esenciales.

    En 1845, Jos Fernando Ramrez escribi una Memoria sobre el cdice que permanece indita y que no conozco; pero fue conocida por Francisco del Paso y Troncoso que la cita.

    El tercer comentarista, el ms importante de todos, fue

  • precisamente Del Paso y Troncoso; segn l mismo lo dice en la obra citada, pudo examinar el original durante tres semanas en la Bibliotheque Nationale.

    Tambin es importante el comentario de Hamy que acom-paa la edicin facsimilar hecha por el duque de Loubat y el gobierno mexicano [p. 103J.1 Esta ltima edicin del Cdice que publicamos ahora

    -previa confrontacin directa con los colores del original de la Biblioteca de la Cmara de Diputados de Pars-, la ofrecemos como un material de estudio que tiene el valor adicional de ir acompaado por el texto de Del Paso y Troncoso mencionado, cuya vigencia es clara a pesar de haber sido escrito hace casi un siglo. Admira y sorprende el tono y la modestia de este autor, que escribe:

    De mi obra sobre los Libros del Anhuac desgloso estas pginas y me atrevo a presentarlas al pblico por un com-promiso de actualidad. As que el tomo que presentamos no son ms que algunas pginas escogidas entre muchas otras; damos conocimiento de ellas slo por compromiso de actualidad.

    Pginas que confiesa adems haber sido escritas: ... separado de mis libros y de. mis apuntes desde hace varios aos, y pulsando varias dificultades en Italia para proporcionarme obras impresas y manuscritas que ne-cesitara consultar ...

    Por esta razn el autor est convencido de que:

    ... debo creer que mi trabajo contendr muchsimos erro-res que agradecer que se me seale y me obligo a en-mendarlos, pues este opsculo es un simple memorial que con gusto someto al examen y correccin de los inteli-gentes ... [Advertencia].

    La calidad humana que las lneas anteriores manifiestan brilla todava ms al comprobar que Alfonso Caso, el me-

    1 Alfonso Caso, Los calendarios prehispnicos, UNAM, Instituto de Investigaciones Histricas, Mxico, 1967.

    or conocedor actual de los libros antiguos, se apoya en ese estudio para tratar problemas acaloradamente discu-tidos:

    Aubin cree que el documento, que l llama Codex Mexica-nus, es "muy bello y muy autntico", y lo considera de carcter religioso y adivinatorio, sirviendo a la vez de ri-tual y de diurnal para la celebracin de las fiestas y para los pronsticos.

    Ramrez dice que: "es un original y, a mi juicio, anterior al descubrimiento de Mxico", a lo que aade Del Paso y Troncoso que sin ser tan absoluto, se inclina ms bien a pensar que la pintura es prehispnica ...

    Hamy piensa tambin que es prehispnico y dice, refi-rindose al cambio del principio del siglo de 1 conejo a 2 caa, que el comentarista del Cdex Telleriano-Remensis pone en 1507:

    "Si fuera as el Cdex Borbonicus pertenecera a la l-tima parte del reinado del penltimo soberano de Mxico y habra sido pintado algunos aos solamente antes de la llegada de los conquistadores", y aade que "esta fecha tarda parecera justificarse por el buen estado del ma-nuscrito, la riqueza de los colores y en fin, y sobre todo, la precisin del dibujo, muy superior en algunas de sus lmi-nas a lo que nos haba dado hasta ahora la iconografa de Mxico", y al comentar las seis vrgulas que aparecen como representantes de los nemontemi en el Cdice Telleriano, y que han sido consideradas como prueba de la existencia del bisiesto, en contra de lo que afirman las pginas 21 y 22 del Borbnico, dice: "Pero es menester observar que el manuscrito en el que aparece tal figura es posterior a la llegada de Corts y sus compaeros." Por lo que se ve que indudablemente considera al Borbnico como prehisp-nico.

    Seler lo califica de un manuscrito "propiamente mexica-no y muy hermoso".

    Vaillant dice que es "una pictografa azteca original". En estudios anteriores... nosotros tambin hemos considera-do que el Cdice Borbnico es azteca y que fue pintado en la poca prehispnica.

    En contra de estas opiniones Donald Robertson, en su

  • importante libro sobre las pinturas mexicanas de la tem-prana poca colonial, ha sostenido la idea de que el Cdice Borbnico fue pintado despus de la Conquista, pero antes de 1540 y pertenece a la misma escuela de pintores tenoch-cas, ya dentro de la Colonia. En consecuencia, para l, el Cdice Borbnico tuvo que ser pintado entre 1522-1540, lo que nos da 18 aos para fijar su fecha" (pp. 103-104). Pese a la superioridad de las opiniones contrarias, Caso

    no descarta definitivamente la hiptesis de Robertson ms que aduciendo las razones por las cuales su ilustre pre-decesor "se inclina" a considerar el Cdice como anterior a la intromisin extranjera.

    Nueve son las razones que Del Paso y Troncoso presenta y slo despus de haberlas citado por entero Caso con-firma la suya propia:

    Por nuestra parte... sostuvimos, con fundamento en las opiniones anteriores de Del Paso y Troncoso, en la obser-vacin directa del Cdice que hicimos en Pars, y en fo-tografas a color del manuscrito, que el documento era autntico y que fue pintado antes de la Conquista, pues las ideas, el dibujo y los colores son absolutamente ind-genas, sin contaminacin con lo europeo, y aunque tiene leyendas en espaol, nos pareci evidente que stas fueron puestas despus por algunos que ignoraban casi siempre lo que estaban comentando. Sus noticias pictricas estn en absoluto acuerdo con lo que sabemos por otras fuentes y parecen ilustraciones de lo que Sahagn, Durn y Cris-tbal del Castillo nos dicen; y adems nos dan noticias que slo encontramos en esta fuente y que nos ilustra ampliamente sobre ceremonias que no se encuentran en otra parte... [p. 105].

    Al cumplir este esfuerzo editorial que Siglo XXI ha que-rido hacer como un aporte para los estudios de la cultura nativa del pas, debemos agradecer especialmente la co-laboracin prestada por la Biblioteca del Museo Nacional de Antropologa e Historia de Mxico, que facilitara los materiales necesarios para la preparacin de esta edicin del Cdice y de la obra de Del Paso y Troncoso.

    ,

    DESCRIPCION HISTORIA y EXPOSICIN

    DEL

    CDICE PICTRICO DE LOS ANTIGUOS NUAS

    QUE SE CONSERVA

    EN LA

    BIBLIOTECA DE LA CMARA DE DIPUTADOS DE PARIS (antiguo Palais Bourbon)

    POR

    FRANCISCO DEL fASO Y TRONCOSO Director del MUSEO NA.CIONA.L de Mxico

    FLORENCIA TIPOGRAFA DE SALVADOR LANDI

    Via delle Seggiole, 4

  • CDICE DEL

    PALAIS BOURBON DE PARIS

    (CHAMBRE DES DPUTS)

  • 11

    i

    ADVERTENCIA

    De mi obra sobre Los Libros de Anuac desgloso estas pginas y me atrevo presentarlas al pblico tan slo por un compromiso de actualidad. Cuando estn concluidas las ilustraciones que deben acompaar mi obra, ver la luz bajo los auspicios de uno de mis mejores amigos y en mejor forma de la que puedo darle actualmente. Separado de mis libros y de mis apuntes desde hace varios aos, y pulsando serias dificultades en Italia para proporcionarne obras impre-sas y manuscritas que necesitaria consultar, debo creer que mi trabajo contendr muchsimos errores: agradecer que se me sealen y me obligo enmendarlos, pues este opsculo es un simple memorial que con gusto someto al examen y correccin de los inteligentes.

    El Cdice pictrico del cual doy aqu una ligera idea, co-mentndolo brevemente, fu objeto de prolijas investigaciones que hice para descubrirlo, por lo cual ha llegado serme fa-miliar una parte de su historia. Debo confesar que me intere-saba desde antes de haberlo tenido por primera vez en mis manos, 10 cual se verific en Julio de 1896, cuando, de trn-sito para Londres, me detuve por muy pocos das en Paris.

  • - VI--

    Me 10 mostr con la mayor complacencia MR_ LAURENT, bibliotecario entonces de la Cmara de Diputados; pero, por haberlo examinado muy de paso, en el mismo local donde se conserva, y en tiempo de sesiones, apenas pude hacerme cargo de la grande importancia que tiene, acerca de la cual habl con el SR. DUQuE DE LOUBAT, quien al punto se in-teres en que fuese publicado, mand hacer varias repro-ducciones fotogrficas de l, y me obsequi con un ejemplar.

    N otando en el arreglo de las pginas, hecho por el fot-grafo, alt. 1nos defectos de colocacin, y faltndome adems la nocin: los colores, fu de nuevo Paris en Mayo del ao prximo pasado, y obtuve, debido las gestiones del mismo Sr. Duque, apoyadas eficazmente por el venerable MR. LOPOLD DELIsLE, administrador de la Bibliotheque Nationale, que se pasara el Cdice esta ltima biblioteca, donde, por espacio de tres semanas, 10 examin con deten-cin, tom nota de los colores, y d las pginas de mi ejem-plar su verdadera disposicin. Tanto los caballeros que arriba cito, cuanto los Seores jefes y empleados de la Seccin de manuscritos de la Bibliotheque N ationale, me han col-mado de atenciones, por 10 cual creo justo dar las gracias en este lugar todas las personas que han favorecido mis estudios.

    Conozco dos comentarios del Cdice, formados hace algn tiempo, y, en este momento, se redacta otro segn noticia que leo en el Journal ojjict"el de la Rfublique Fran{:at"se del 27 Junio 18g8. La competencia de los tres intrpretes no admite discusin. El primero por orden cronolgico fu Mr. Joseph Marius Alexis Aubin, cuyo comentario ma-nuscrito llevaba esta subscripcin: Paris, 6 Janvier I842 -Aubin - Rue St Hyacinthe St Mzchel n.O 8,. su trabajo se public el ao 1860 en el volumen III de la Revue Orien-tale el Amricaine. - El segundo comentador fu D. Jos Fernando Ramrez, entonces Conservador del Museo Na-

    - VII-

    cional de Mxico, quien, debido los buenos oficios de MR. P. MARTIN, en aquel tiempo bibliotecario del Cuerpo Legislativo, pudo examinar el Cdice fines del ao 1855, Y redact una memoria que se ha conservado indita; pero que ms tarde ver la luz en el cuerpo de los Anales de nuestro Museo de Mxico. Mi buen amigo el Dr. Ernest Thodore Hamy, Miembro del Instituto, es el tercer co-mentador, y su trabajo se redacta en estos momentos: su-pongo ver la luz cuando sea publicada la magnfica repro-d uccin dispuesta por el conocido editor MR. ERNEsT LEROUX, del Cdice mexicano conservado en la biblioteca del Palais Bourbon.

    Razones que ampliar su tiempo, y en otra obra, me han hecho comprender cuan necesario es relacionar nuestros C-dices de Anuac con los nombres de sus primeros comen-tadores de los personajes eminentes que los poseyeron y favorecieron su conservacin y su estudio, hacindolos acce-sibles al pblico. En las denominaciones excluyo los nom-bres de localidad por ser demasiado comprensivos, en 10 ge-neral vagos, y en ciertos casos muy largos para las citas, en las cuales debe ocurrir la posible brevedad. Hllase nuestro Manuscrito mexicano en este ltimo caso, y ha sido citado unas veces con el ttulo de Codex du Corps Lgislatif, otras con el ms largo aun de Codex de la Chambre des Dputs de Paris.

    Si en el manuscrito pictrico del Palais Bourbon hemos de substituir esos ttulos con el apellido de alguno de los co-mentadores, no podriamos aplicarle ni el nombre de Aubin ni el de Rar,nrez, porque uno y otro se han dedicado C-dices bien conocidos; el de Aubin al manuscrito intitulado Histoire de la Nation Mexicaine defut"s le dfart d' Aztlan jusqu'a .... I607 (que corresponde al nmero 14, VIII del Catalgo de Boturini), del cual se han hecho ya dos edicio-nes; el de Ramrez otro manuscrito que se intitula Re-

  • - VIII -

    lacin del origen de los indz'os que habitan esta Nueva Espaa, y que public en 1881 el SR. D. Jos MARA VIGIL, junta-mente con la Crnica Mexicana de TEzoz6MOC. Adems, por motivos que dar adelante, debemos dedicar al Cdice del Pa1ais Bourbon un nombre francs, ya que la Cmara fran-cesa le ha conservado en su biblioteca para los estudiosos: propongo pues que le llamemos Cdice Harny, en honor de su tercer intrprete, ilustre sabio bien conocido en el mundo cientfico, y generalmente apreciado y respetado de todos los americanistas.

    F. DEL PASO y TRONCOSO.

    Florencia, Julio de 1898.

    INTRODUCCIN

    NOCIONES DE FONOLOGA MEXICANA

    SUMARIO

    Explicacin de los signos ortogrficos. - Los tres procedimientos empleados por los pueblos de Anuac para su escritura figurativa: objetivo, ideogrfico y fontico-figurativo. - Relacin de la escritura figurativa con la lengua nuatl mexicana: excelencias y deficiencias de la lengua. - Alfabeto de los sonidos mexicanos creado por los misioneros. - Alfabeto fisiolgico mexicano em-pleado en este opsculo: exposicin de sus signos y ejemplificacin de todos sus sonidos.

    Los vocablos mexicanos comprendidos en este opsculo estn escritos con arreglo un plan nuevo y uniforme, ba-sado en varias reglas prcticas, y son las siguientes:

    I.a Que cada sonido simple tenga un solo signo, evi-tando as la confusin que resulta de tener un sonido dos 6 ms signos, y de aplicar un solo signo dos sonidos ms. As, por ejemplo, en espaol representamos con la e, la k la q el sonido articulado gutural, bien conocido, de la segunda letra, mientras que aplicamos el signo e dos so-nidos, uno de la clase de las aspiraciones, como ce, ei, y el otro de la clase de las articulaciones, como ca, eo, eu. Para evitar confusiones excluyo del alfabeto fisiolgico mexicano los dos signos e, q, cuando tienen sonido gutural, y los

  • I

    ~ I 1I ':11

    li

    I i I

    - x-

    sustituyo con la k: por la misma causa sustituyo la e con la {: para el sonido aspirado, fin de que sea uniforme la ortografa del signo delante de las S vocales a, e, i, o, u. Como complemento de la regla quito el signo h de todos aquellos vocablos en que no da sonido, y 10 conservo cuando suena como aspiracin.

    2.a Que los signos adoptados en el alfabeto se acomo-den, en cuanto fuere posible, la pronunciacin de varias lenguas, para que sean emitidos con facilidad: por eso excluyo al signo z que para el alemn y el italiano seria un diptongo consonante en que articularian tambin la t; que el francs y el ingls pronunciarian vibrante, y el espaol balbuciente ceceoso: sustituyndola con la {: se tendr el verdadero so-nido que hasta hoy se ha representado impropiamente por la z mexicana, equivalente la (: francesa la s espaola, por 10 que algunos han querido sustituirla con esta ltima letra, sustitucin impropia si se desea generalizar el sonido, porque la s simple suena vibrante en las otras cuatro len-guas. Por la misma razn excluyo la eh pronunciada como en espaol, porque un italiano la emitiria como k, y un francs con sonido equivalente la sh inglesa, mientras que un ale-mn la pronunciaria con aspiracin gutural que no tiene: la he sustituido con un signo especial (x), por ser este sonido un diptongo consonante que adelante quedar explicado cuando trate del signo x, al cual conservo el sonido de sh inglesa que tenia en el espaol antiguo.

    3.a Que cuando se pierda por contraccin alguna vocal en una palabra, quede representada ortogrficamente por me-dio de un apstrofo. Esta regla, si se aplica con precisin, se podr utilizar por los estudiosos, quienes evitar mu-chos errores, dndoles base firme para la traduccin y para las etimologas. En mexicano se pierden las vocales por con-traccin, generalmente, cuando un vocablo, su radical, se unen partculas, si aqullos comienzan y stas terminan por vocal; los casos ms comunes ocurren cuando un prefijo posesivo se junta con el nombre,' un prefijo transitivo se une con el tema verbal. Ejemplos: naui quiere decir 4; pero

    - XI-

    si se le halla escrito n'aui se sabr que hay una contraccin de no-aui, mi tia. Un principiante podria buscar en tlalpilli los nombres tlal-li, pli, noble de la tierra: vindolo escrito tlal'pilli le indicar esto la contraccin y le ser fcil hallar el tema verbal ilpa, ata, y su participio ilpli, atado, para traducir atado de algo, atadura.

    4.a Que para fijar el acento prosdico de los vocablos mexicanos se pongan acentos ortogrficos en todos los casos dudosos, como cuando la palabra termine por consonante por dos vocales, ya formen no diptongo. Sin tener pre-sente que la lengua mexicana es grave por esencia, escribi-mos y pronunciamos Cuautitln, Tizapn, Chieomozte, Tla-te, Topiltzn, considerando agudos los vocablos; en este opsculo se hallarn escritos y acentuados de otro modo: Kuauhttlan, TZf;pan, Xikom-{:tok, Tllok, Toplt{:in. Ms grave aun es otro vicio de acentuaciqn por desconocimiento de los diptongos, como cuando se pronuncia Motolnia, oeht-Na diptongando por error las dos ltimas vocales, cuando se dice naha por ignorar que las dos vocales del fin forman diptongo: se debern escribir y pronunciar los vocablos Mo-totz'na, oxtita, noa, y mejor aun nua.

    S.n Varios otros signos especiales y nuevos establec para los temas de mexicano que dictaba en la Escuela Nacional Preparatoria de Mxico cuando tuve mi cargo aquella clase, uno de los cuales emplebamos para distinguir el saltillo, acentuacin caracterstica del mexicano; y otro servia para dar conocer los diptongos y triptongos. Desgraciadamente la premura con que debo preparar este trabajo no ha per-mitido que se fundan todas las matrices necesarias, y tendr que reservar el uso y exposicin de los nuevos signos para un tratado especial. El saltillo mexicano se pone sobre las ;') vocales cuando vienen seguidas de una ligera detencin, que se ha comparado con el singulto, y de la cual puede dar idea la viva voz tan slo: algunos gramticos mexicanos 10 han representado por medio del acento que los franceses llaman grave (a, e, t, 0, ti) y del cual usar tambin para este opsculo, aunque de un modo provisional. En cuanto

  • - XII-

    los signos que deben servir para los diptongos y tripton-gos, tendr que reservarlos para mejor ocasin, sin poder sustituirlos por ahora, lo cual siento doblemente, por ser tan prctico y de tanto inters el asunto: en mis lecciones hice uso del corchete para diptongos y triptongos; pero la forma de imprenta resultaba recargada, y pronto expondr otro signo que no presenta ese inconveniente. Para el saltillo con-servo, como en mis lecciones, el acento circunflejo invertdo.

    * Hechas las explicaciones que anteceden, puedo dar co-

    nocer el alfabeto fisiolgico adoptado por m para el mexi-cano, agregando ligeras nociones fonolgicas acerca de la misma lengua, y anteponiendo algunas noticias histricas como introduccin al estudio indicado.

    Los mexicanos no conocian los signos que nosotros llama-mos letras: no habian llegado por consiguiente descom-poner los vocablos en sus elementos fonticos para formar alfabeto. Si querian expresar grficamente sus pensamientos 10 hacian por medio de dibujos, ya objetiva, ya ideogrfica-mente; por ejemplo: si querian decir HOMBRE, pintaban su figura; si querian decir PALABRA pintaban una virgulilla que salia de la boca. A estos dos procedimientos primitivos se uni ms tarde otro que han llamado silbico-figurativo, y que consistia en expresar silbicamente una palabra por me-dio de varias figuras, cada una de las cuales daba en la com-posicin su primera slaba, salvo la ltima figura, que mu-chas veces se lea completa: abundan los ejemplos en obras especiales. A este ltimo procedimiento le conviene mejor el nombre de jontico-jigurativo, porque no siempre son s-labas las que deben leerse por medio de las figuras, sino ra-dicales de palabras y aun vocablos completos combinados entre s.

    Los dos primeros procedimientos eran muy antiguos, y venian desde que se invent la escritura figurativa en estas regiones; pero el ltimo era mllcho ms reciente. Algunos

    - XIII -

    creen que no se comenz emplear sino despus de la llegada de los espaoles; pero el mtodo es tan original y tan ajeno las ideas de los conquistadores, que se puede asegurar no haber sido enseado por stos, ni es creible que naciera en la mente de los indios cuando su antigua civilizacin se des-quiciaba, y se dedicaban ellos, no inventar, sino imitar ms bien servilmente todo lo nuevo que observaban. Hay pruebas adems, en monumentos pintados y esculpidos, de haber sido prehispnico el procedimiento, que, ciertamente, se habr perfeccionado con la llegada de los espaoles; pero que antes existia.

    Las naciones de Anuac cumplian una evolucin importan-tsima cuando fueron descubiertas, y era sta la de su cen-tralizacin y unificacin que los aztecas no tuvieron tiempo de completar. Habian vivido aisladas entre s; cada una si-guiendo sus tendencias, satisfaciendo sus aspiraciones, y de-fendiendo sus intereses; pero sin preocuparse del adelanto de las otras. Los mexicanos todo 10 invadieron, todo 10 es-cudriaron; se asimilaban todo 10 bueno que hallaban, 10 planteaban en su territorio, y 10 introducian en las comarcas que iban dominando: no llegaron realizar la unin; pero en 80 aos que su hegemona dur, bastante hicieron: ese corto perodo de supremaca de los aztecas debemos referir, con cierta probabilidad, la introduccin del nuevo procedi-miento silbico. El mtodo fontico-figurativo, de donde naci sin duda el silbico, habr s do ms antguo, y no me aven-turo sealarle fecha. Uno y otro les hubieran conducido, poco poco, al establecimiento de una fontica ms perfecta.

    Mas no hubo tiempo para ello, y, cuando los espaoles minaron los cimientos de aquel imperio nuevo, podemos de-cir con toda propiedad que la lengua mexicana se hablaba, pero no se escribia sino de un modo incorrcto, es decir: podian reducirse las ideas palabras habladas mas no pa-labras escritas. Y todavia podemos aadir que la manera de hablar era simple; pero el mtodo para escribir era doble-mente complexo: en la composicin yen la representacin. En la composicin, porque los tres procedimientos: objetivo,

  • I I

    - XIV-

    ideogrfico y fontico se combinaban muchas veces para com-poner un asunto; en la representacin porque una figura podia corresponder las veces un vocablo; pero por 10 comn encerraba una oracin, una frase, un perodo, un p-rrafo, un captulo entero: ideolgicamente, y para dar de ella perfecta explicacin, la deberiamos llamar ESCRITURA SINTTICA.

    N o se crea que divago al hacer estas aclaraciones: quien se dedique exponer la escritura figurativa de Anuac, ten-dr que adoptar un procedimiento analtico tan difcil, tan laborioso y tan complicado como el del qumico cuando ana-liza una sustancia por lente, soplete y va hmeda para re-conocer primero y despus aislar sus diversos elementos. As el comentador: un elemento 10 explicar con aplicar la figura el vocablo correspondiente; otro elemento, llegando por tanteo la idea que representa; otro ms, descompo-nindolo en radicales, en slabas, y uniendo stos como el nio cuando deletrea, pero con la desventaja de que un prvulo sabe por donde ha de comenzar, y el comentador no, porque las figuras fonticas no van siempre dispuestas en el mismo sentido.

    Expuesta ligeramente la escritura figurativa, paso tratar de la lengua nuatl mexicana; pero antes debo hablartle las relaciones que ambas tienen entre s, por 10 que pudiera interesar al comentador. A ste le importa no desconocer la lengua, cualquiera que sea el procedimiento, de los tres antes explicados, que debiere aplicar, pues aun cuando para comentar exponer las figuras ideogrficas pueda servirse de cualquiera lengua, sern siempre ms acertadas sus in-terpretaciones si posee la del pueblo que represent aquellas ideas por medio de dibujo~. Y si la figura hubiere de co-rresponder, ya el nombre del objeto, ya los elementos sil-bicos del nombre mismo, con doble razn debe tenerse co-nocimiento de la lengua, y no slo para darle aplicacin en las figuras de los vocablos aislados, sino tambin en 10 que tuviere relacin, figurativamente, con la fraseologa y con la ideologa del idioma. Baste con 10 expuesto aqu en trminos

    - XV-

    generales, que los ejemplos ya los ir poniendo medida que vaya comentando el Cdice, cuidando entonces de referirme 10 que digo en este lugar.

    Intrnsecamente considerado, el idioma nuatl mexicano reune las principales condiciones de una lengua culta: so-NOH I DAD, de donde le viene su primer nombre, nuatl, que quiere decir cosa que suena bien, significado que pas luego por extensin los que hablaban esa lengua; RIQUEZA, pues, adems de ser copiosa en vocablos, sus combinaciones son inagotables, como quiera que la lengua es polisinttica; FLUIDEZ Y ELEGANCIA, ya que no slo tiene facilidad en el estilo, sino fuerza y elevacin en los conceptos; EXPRESIN, por ser aguda, ingeniosa, sensible, y la vez vigorosa en la manifestacin de sus afectos, empleando para ello formas es-peciales, commovedoras por su ternura; CORTESANA, pro-piedad en la cual aventjase todas las lenguas conocidas en 10 comedida y urbana, en 10 corts y ceremoniosa, te-niendo modos exquisitos y gradaciones acentuadas, en sus frmulas reverenciales, para dirigirse al inferior, al igual y al superior, para invocar y manifestar el respeto sus n-menes, de tal manera que los prefijos y principalmente los sufijos de cortesa se unen al verbo, al atributo, los com-plementos, los calificativos, las partculas, las personas con quien y de quien se habla; pero jams la primera per-sona, pues hace gala, quien habla, de su modestia, de su discrecin y del desprecio en que s mismo se tiene, para enaltecer los dems con el contraste; por ltimo, SUA-VIDAD, condicin que dejo para el fin porque pronto debo exponer y analizar los elementos fonticos de una lengua que sufre la comparacin con el italiano y le gana en dul-zura, pues tiene como l terminaciones abundantes y dbiles en t', duplicaciones melfluas de la l, y en cambio carece de las articulaciones duras y de ias aspiraciones vibrantes que no son extraas al italiano.

    He sealado las ventajas de la lengua mexicana, y ha-blar ahora de sus inconvenientes, expresando en primer lu-gar de qu dependen. Dije ya que careca de letras, 10 cual

  • - XVI-

    no significa que fuera precisamente una lengua inculta; pero s nos est indicando que su cultura no era literaria: podia trasmitir las ideas, mas no con la fijeza que tienen los con-ceptos cuando son escritos con la frmula invariable de los caracteres alfabticos. Su escritura objetiva ideogrfica (pues la silbica estaba en mantillas) exigia una exposicin en que repetiria cada comentador las mismas ideas que los dibujos expresaban, mas no con palabras uniformes ni aun ,con frases concordes. Esa era, sin embargo, la nica literatura que co-nocian los indios, y, por 10 mismo que no hacia las veces de pauta, como la nuestra, ejercitaba las facultades mentales de los intrpretes, daba movilidad sus expresiones inspi-racin sus ideas. As habr ido progresando la lengua de los nuas hasta llegar producir esos modelos acabados de retrica y de oratoria que admiramos en sus antguas pl-ticas, recogidas y conservadas por los misioneros cristianos.

    Mas, para considerarlas de tal modo, ni debemos vaciar sus plticas en el molde de nuestras formas gramaticales, ni aplicarles el rigorismo de nuestra sintaxis, porque resu1tarian entonces sus mejores discursos, deficientes del todo. Aunque puestros indios conocian el verbo sustantivo, era frecuente que no 10 emplearan, contentndose con anteponer al atri-buto un prefijo pronominal: yo-escritor, por ejemplo, si-gnificaba yo soy escritor. De los casos del nombre, solo el vocativo existe claramente; los dems, dependen de su colocacin, como el acusativo despues del verbo, o se suplen con sufijos, como el ablativo en que se pone una postposi-cin despus del nombre; se reemplazan con giros, como el genitivo, en el cual para decir la casa de Pedro, 10 expresaban as: Pedro, su casa. Los pronombres relativos, tan necesarios en nuestra fraseologa, eran desconocidos, y, otras muchas circunstancias, que omito mencionar, ejercitan la paciencia del traductor y hacen laboriossima una versin del mexicano.

    He aqu un nuevo motivo para dedicarse al conocimiento de la lengua de los nuas como preliminar para el estudio de su escritura figurativa. El traductor, familiarizado con las

    - XVII -

    dificultades y avezado vencerlas, ejercitado en el estudio y aleccionado por la experiencia, ha de ir adquiriendo gra-dualmente, y sin darse cuenta de ello, las cualidades que de-ben distinguir un buen comentador: mtodo, perspicacia, paciencia y perseverancia. MTODO para traducir los vocablos aisladamente, desentendindose del sentido que pudieran for-mar unos con otros, y reunirlos despus, reconstruyendo su sentido, 10 cual equivale comenzar por el anlisis, conclu-yendo por la sntesis; PERSPICACIA, para dar todos aquellos vocablos incoherentes las categoras y funciones que les co-rresponden: discernir el sujeto, hallar los complementos, res-tablecer las preposiciones para llegar los casos, y reponer los pronombres y las particu1as de relacin para distinguir la oracin principal de las incidentales; PACIENCIA para ven-cer las dificultades, recomendndose que, cuando alguna pa-rezca insuperable, se pase adelante, como en Paleografa se hace, con la esperanza de hallar en 10 que sigue la solucin del caso; en fin, PERSEVERANCIA, pues de otro modo se per-deria por desaliento, y en pocos momentos, el fruto de mu-chos dias de trabajo.

    Lo repetir para concluir con esta parte de mi estudio: la lengua mexicana era deficiente, si la consideramos colo-cndonos en el punto de vista de nuestras ideas y de nues-tros recursos literarios; mas no 10 era si nos trasportamos los tiempos en que floreci, y consideramos las funciones que desempeaba. Para las comunicaciones verbales de un sujeto otro; para trasmitir las impresiones y las ideas de un or;-dor sus oyentes, la lengua de los nuas cuenta con sobra-dos recursos, expresados ya cuando trat de sus condiciones intrnsecas: con la expresin, con las actitudes, con las pau-sas, con la entonacin y la mmica del orador suplia todas las deficiencias que acabo de sealar. As era como los nuas la empleaban y no de otro modo; as naci, creci y adquiri vigor y elegancia; trascribindola con nuestros caracteres al-fabticos, los misioneros la hicieron salir de su cauce natural , y, pulsando actualmente sus deficiencias, olvidamos nosotros este principio: La lengua mexicana se us para comunicar

  • - XVIII -

    las ideas verbalmente, y no jor medio de caracteres alfabti-cos; en suma: ju un lenguaje hablado, no un idioma escrito.

    * Pasemos dar cuenta de sus elementos fonticos, comen-

    zando el estudio por los primeros ensayos de los misioneros para crear un alfabeto que representara los sonidos de aquella lengua. Pobres y mezquinos aparecern tales ensayos si los examinamos la luz de la ciencia moderna; pero suficientes y metdicos, si los juzgamos con el criterio de su poca. Los misioneros oian hablar una lengua nueva, y repre~entaban sus sonidos por medio de los signos usados entonces en el alfabeto espaol. U na obra monumental de nuestros tiempos, el Dz'c#onnaire de la langue nahuatl ou mexicaine, de RMI SIMON, ha visto aquellos ensayos con el ms profundo respeto, ya que ha preferido conservar hasta sus incongrl.t~ncias para no introducir innovaciones, en 10 que hizo Ullen aquel autor, que no se propuso ensear pronuncia:! el mexicano, sino legarnos un lxico etimolgico adaptable la traduccin de los textos anticuados, por 10 cual tuvo que respetar varios vicios ortogrficos que hall, y allW los re-sabios de clasificacin fontica, dejando la i con la y, y embebiendo en la c, la ch.

    Comencemos por las vocales nuestro examen del alfabeto creado por los misioneros. Distinguian bien el sonido de la y cuando era en mexicano consonante, y de la i cuando era vocal; pero usaban de uno y de otro signo, promiscuamente, poniendo z~ por ejemplo, cuando el sonido es consonante, y y cuando el sonido es vocal (coiotl, por kyotl, lobo mexi-cano; ioalli por yolli, noche; yua por tua, enviar; yuan por uan, y; yuitl por huitl, pluma), porque as se acostum-braba entonces en el espaol escrito, no porque confundieran los sonidos. Comprndanse las tribulaciones de quien no sepa pronunciar el mexicano, ni atine de pronto con el valor que debe atribuir una y otra letra, y tenga que formar, con tan pobres recursos, una buena etimologa. Otro tanto dire-

    - XIX-

    mos de la u y de la v, que, si las vemos escritas en textos anticuados, sonarn ambas como vocal, pues no habia en mexicano el sonido de v consonante; pero en espaol se usa-ban entonces los dos signos promiscuamente, como vocal consonante uno y otro, y as los emplearon los misioneros en su escritura: veve por uue, viejo; vavaloa por uauala, ladrar.

    En las consonantes aspiradas usaban de la h unas veces para separar slabas, sin darle sonido, como en huehuetl, tam-bor; otras en vocablos que aspiraban la letra, como ehecatl, viento, y el inexperto no sabe cuando debe aspirar y cuando no: escribiremos nosotros uuetl, ehkatl. Este vicio en el uso del signo ha nacido con la modificacin gradual de la ortografa espaola, que introdujo la h delante de los dipton-gos ua, ue, ui, adoptando la corruptela muy pronto los gra-mticos mexicanos, que comenzaron escribir nalzuatl por nuatl; huel por uel, etc. - De la {: usaron al principio con el sonido que hasta hoy conserva en francs; pero cuando el espaol alter el sonido de la {7, y la suprimi y reem-plaz por la z, introdujeron y extendieron los misioneros y doctrineros esta letra, como inicial, en la lengua mexicana, que no tiene ni ha tenido nunca el sonido de la z balbu-dente y ceceosa espaola; as vemos escrito zan por {7an, so-lamente; ze por {:e, uno, etc.; adems, no hallando en el espa, flol escrito, ejemplo ninguno de la {7 final, escribian siempre z cuando percibian el sonido al fin de slaba de vocablo. -A la x la usaron con el sonido propio del castellano hablado en el siglo XVI, en el cual tiempo no representaba ese sig-gno, como actualmente, un doble sonido equivalente cs gs, sino un sonido simple, idntico al de la sh en ingls, y as 10 dice Alonso de las Casas en su Vocabulan'o de las dos lenguas toscana y castellana (Sevilla, 1583, 4): La x, con qualquier vocal, vale como en toscano sc, con e, z', como CtlXa, enxuto, suenan como all, jascz'a, ascz'uto; sin em-bargo, el P. Olmos en su gramtica (Paris, 1875, 8, p. Ig8), pretende dar la x mexicana el valor de cs, y en esto se equivoc. - A la 1 cuando la oan duplicada la escribian

  • 1

    1I I

    - XX-

    doble; pero atribuyndole, como era propio, el sonido de la 1 doble latina italiana, no el de la elle espaola, como no-sotros; as es que procedieron con mucho acierto y con buen mtodo en este caso.

    Entre las consonantes articuladas, no introdujeron los mi-sioneros ms confusin que la que resulta de -haber usado de dos signos como c y q para expresar el so~ido nico que resulta de las slabas ca, que, qui, co, cu, tal como nosotros las pronunciamos en espaol; pero en esto somos tan de-ficientes en nuestra lengua, hoy mismo, como lo fueron ellos hace 300 aos, puesto que continuamos el abuso de semejante aberracin. Para los estudios etimolgicos es grave conser-var ambos signos, por la confusin que resulta.

    Pasando los diptongos consonantes consonantes com-binadas, los misioneros representaron el sonido de la ch espa-ola con el signo de nuestro alfabeto castellano, sin preocu-parse de sus elementos, porque en sus tiempos no se curaban de ello. - Usaron el sonido combinado de la t y la (:; pero no hallando ejemplo en la escritura espaola de semejante unin, y repugnando tal vez poner la (: en fin de vocablo, la cambiaron en z, y representaron el sonido con el signo doble tz, creando as confusin para el principiante, quien duda si aquella z sonar como la ceceosa espaola la vi-brante francesa. - En cuanto al doble sonido tl no le cam-biaron el signo porque no se prestaba para ello, y adems porque hallaron uno que otro ejemplo que 10 comprobara, como Atlas, atleta etc. ; pero se comprende que tenan dificul-tad para pronunciarle, pues en los vocablos que fueron pa-sando del mexicano al castellano, se ha suprimido muchas veces la 1 se ha cambiado el doble signo en el.

    * He aqu la obra de los misioneros, que no es precisamente

    irracional en todas sus partes, y de la cual es justo conservar todo 10 bueno en el nuevo alfabeto de los sonidos mexica-nos. ste lo expongo en seguida, dividindolo en los cuatro

    - XXI-

    grupos principales admitidos por los lingistas: uno para las VOCALES y tres para las consonantes. Se han dado las l-timas los nombres que siguen, correspondientes cada uno de los grupos: 1. Consonantes aspiradas ASPIRACIONES, que se producen cuando las superficies articulantes quedan dispuestas de modo que permitan el paso constante del aire espirado: lI. Consonantes articuladas ARTICULACIONES, en que las mismas superficies interrumpen el paso del aire espi-rado, por un momento, para la emisin del sonido: lII. Con-sonantes combinadas DIPTONGOS CONSONANTES, formados en mexicano por una articulacin seguida de una aspiracin. -El alfabeto consta de 15 sonidos simples y 3 combinados, sean 18 en junto.

    Para la nomenclatura de las letras adopto las ideas de Monlau, emitidas en su Vocabulario gramatt"cal, usando exclu-sivamente de la e, combinada con el sonido propio de la letra, para dar nombre cada signo consonante; con esta diferencia: en los nombres de las aspiraciones, la e precede y sigue al sonido aspirado, y el nombre resulta DIsLABO TRILTERO; pero en las articulaciones entra la e una sola vez, siguiendo la consonante en las articulaciones comu-nes, y precedindola en las articulaciones nasales; el nom-bre, segn esto, resulta MONosLABO BILTERO en ambos casos; por ltimo, para denominar los diptongos conso-nantes col case la e, como en las articulaciones comunes, despus de las 2 consonantes combinadas, yel nombre que se obtiene as es MONosLABO TRILTERO. Todo ello tiene la ventaja de que la enunciacin simple del nombre de la letra nos da su clasificacin.

    Ejemplos de los nombres de las aspiraciones: la h llamo ehe (aspirndola); la y, eye; la x, exe (pronuncindola como en italiano esce); la (:, e'te: la 1 conserva su antiguo nombre, ele. Las 4 primeras aspiraciones resultan del paso simple del aire espirado; pero en la 1 vibran oscilatoriamente, al mismo tiempo, los bordes laterales de la lengua, cuya punta queda fija contra los dientes superiores; bien se le puede imponer el nombre de aspiracion oscilatoria trmula.

  • 11

    1,

    Ili

    I1

    1

    I

    - XXII -

    Teniendo presente que los gramticos han dado estos so-nidos el nombre de SEMI VOCALES, porque se pueden emitir y sostener facilmente sin ayuda de vocal, se justifica, en sus denominaciones, la repeticin de la vocal e, para dar en-tender que su emisin es casi tan natural y tan fcil como la de las vocales mismas.

    Ejemplos de los nombres de las articulaciones; la n llamo en; la JIl, em; la k, ke: la t y la p conservan sus nom-bres antiguos te, pe. Antepongo la e los signos Jl, 1tl, para tener los nombres en, em, porque as se percibe ms cla-ramente la propiedad nasal de ambos sonidos, que, aunque sean inicialmente, uno d,~nto-1ingual, y otro interlabia1, pro-ducen la vibracin del aire, despus, en las cavidades fa-ringo-nasales. Tenemos pues en mexicano tres articulaciones comunes: k, t, p, Y dos nasales: 11, tIt. A estas consonantes han llamado los gramticos MUDAS, porque, si bien algunas, con ms menos dificultad, se pueden emitir solas, resulta ms faci1, clara y perceptible su emisin, si se ayudan de vocal; adems, el sonido nunca se puede sostener como en las semivocales, dependiendo esto de que las superficies ar-ticulantes se juntan y separan para la emisin, interrum-piendo as el paso del aire espirado.

    En cuanto los diptongos consonantes, por venir todos precedidos en mexicano de una articulacin comn, que es la t, llevan nombres anlogos los de las articulaciones de aquella clase. Ejemplos: la tx, que por abreviatura escribo x, llamo txe *e (pronuncindola como en espaol che, en francs tche, en italiano ce); la t( llamo t"e, y la tl, tle. Los diptongos consonantes pu,eden emitirse faci1mente sin ayuda de vocal; mas no sostenerse con su sonido com-binado, porque no persiste ni se percibe ms que la aspi-

    . , raCIOno

    El alfabeto de los sonidos, que adopto para los vocablos mexicanos en este opsculo, consta de 5 vocales, 5 aspira-ciones, 5 articulaciones y 3 diptongos consonantes, en todo 18 sonidos: 15 simples y 3 combinados. - Las vocales van (lispuC'stas en orden de gravedad descendente. desde la ms

    - XXIII -

    grave, u, hasta la ms aguda, i. Las aspiraciones, segun el sitio en que se producen, comenzando por las ms prximas al rgano de la voz; primero las pa1adia1es h, y, luego la linguo-pa1adia1 x y al fin las dento-linguales (, l, de las cua-les la ltima tiene un caracter especial y es ir1tlula. Lo mismo se ordenan las articulaciones: primero las comunes k (pa1adia1), t (dental), p (labial); y separadamente las nasales: Jl (dental), JIl (labial). El alfabeto es el que sigue, ordenado se-gn las ideas expuestas por el Profesor Max. Ml1er, de Ox-ford, en sus Lecciones sobre la Ciencia del Lenguaje, salvo alguna diferencia de poca importancia:

    Vocales. . . . ...... u o a e i (serie circular) (s~rie sub.eHptica)

    Aspiraciones. ..... h Y x "

    l (ehe) (eye) (exe) (ere) (ele)

    Articulaciones . ..... k t P n m (ke) (te) (pe) (en) (em)

    Diptongos consonantes tx , o *"

    ter tI (txe xe) (tre) (tle)

    Las 5 vocales u, o, a, e, i suenan como en espaol, y mejor como en italiano, pues la ltima lengua tiene doble sonido para la o, uno abierto y otro cerrado que se aproxima bastante al sonido de la u. - Las vocales, en realidad, for-man dos grupos series. En el primero entran las dos vo-cales graves: U, o, que se producen redondeando los labios (serie circular): con pequeo dimetro resulta la u, y si el dimetro se aumenta, la o. Estas dos vocales, en mexicano, se usan, con frecuencia, promiscuamente: son los ejemplos tan numerosos que me contentar con citar dos: ((oatl (:Iuatl, mujer ,; o(omldli u(umatli, mona: en todos los casos de promiscuidad la o mexicana equivale la cerrada ita-liana, y se debe pronunciar como sta. Ejemplo de la o abierta lo tenemos en los verbos terminados en a: las dos vocales no pertenecen la misma slaba. y la segunda se puede diptongar pasando ser ua, ya en el tema verbal, ya en los nombres d~rivados: tlapa tlapua, l cuenta; tla'tda,

  • - XXIV -

    l habla, cuyo derivado es tl(,'touani; y se pueden citar mu-chos nombres primitivos que siguen la regla, como katl, culebra; {:atl, mujer, que hacen kuatl, {:uatl. Esta dipton-gacin sirve para variar los sonidos, haciendo la o menos abierta y tendiendo de nuevo la promiscuidad. (1)

    En la segunda serie grupo entran la vocal media, a, y las dos agudas e, i: se producen las tres con los labios abiertos de un modo natural. y la figura que forman stos tiende ser elptica (serie sub-elptica). Sin cambiar las di-mensiones de la abertura labial pueden emitirse las tres vo-cales, con levantar contra los dientes inferiores la punta de la lengua, y contraer la base de la misma en direccin al pa-ladar, estrechando interiormente ms y ms el tubo de emisin de la voz medida que vaya siendo ms aguda la vocal.

    Tienden tambien la promiscuidad las vocales de esta se-gunda serie, aunque no de un modo tan acentuado como las de la primera, notndose que la i puede pasar e y esta ltima se convierte muchas veces en a. - Hay localidades en que la i final de las palabras es emitida tan abierta, que se oye como e; y en alguna regin cambian la i final de casi todos los numerales en e, diciendo: makuille 5, matlk-tle 10, kaxtolle 15, {:empoualle 20, en lugar de makuilli, matlaktli etc. 01;>srvase otro caso curioso en la comarca de Puebla con la i final, y es que la escriben pero no la pronun-cian; adems, pasan el acento prosdico la slaba anterior para que la palabra sea siempre grave; as dicen: yomtlantl por yomotlnf#, costado; ne{:auli{:tl por ne{:aual{tli, ayu-no etc. - Otros vocablos sanse con i e indistintamente; v, g: {:ia {:ea, l consiente; i{:a e{:a, l se ensangrienta; kuyatl kuyatl, rana; {:titl {:tetl, ua; titl tetl, vien-tre, mz'kki mikketl, muerto, nepa niPa, all; cuetlaxtli cuitlaxtli, lobo; tlaPixkz' tlapzxketl, guardin; noxe{:tli noxz{:tli, grana, etc.

    (1) A las veces la u se hace muda cuando viene seguida de aspiracin y precedida de i .. por ejemplo, dicen: ih, ihki, as, por iuh, iuhki; lfihka por l'fiuhka, pronto jete.

    - XXV-

    La e se cambia en a tambin pero con menos frecuencia. En la sierra del Estado de Veracruz dicen: nhuatl, thuatl. yhuatl, yahuntin, yo, t, l, ellos, por nhuatl, thuatl etc. En otros casos hay verdadera promiscuidad; como cuando, para nombrar las Cabrillas Plyades dicen Mek Miak; para decir nariz yekt{ol ykatl; para el adverbio, ya, ye ya; la niera llaman pt'lmeme pt'lmama (literalmente la que carga nios; del tema verbal meme mama, l carga); tlapz'e tlaPia, l guarda; xien xan, una especie de salvia; tlaxe tlaxa, l aguarda; yeuala yauala, l rodea, etc.

    La e, por ltimo, es uno de los signos de la pluralidad, funcin gramatical importantsima que desempea en la len-gua nuatl, y que comparte casi exclusivamente con la n, formando el sonido final de los plurales, tanto en el nombre como en el verbo. ste, las veces, por medio de un saltillo final menos acentuado que el saltillo medio, forma un plural que podriamos llamar latente; pero cuando 10 forma de un modo real hcelo agregando al singular las slabas ke kan. En cuanto al nombre, tambin tiene un plural efectivo y otro latente (es decir, que no se revela por las terminaciones), for-mando aqul, ya por agregacin, ya por sustitucin: en am-bos casos las slabas de plural son: me, ke, tt'n, t~in, ton y uan; es decir, silabas terminadas en e en n. Resumiendo: ms de la mitad de los plurales en el verbo, y un gran n-mero en el nombre, terminan por e. Ejemplos en el verbo del plural por agregacin: uet~, out~i~, cay, caer; plu-rales: ouet{:ke, ouet{:i{:ke, cayeron, caern. (1) jemplos en el nombre: 1. Por sustitucin: tto-tl, ave; toto-me, las aves: n. Por agregacin xane, dueo de casa; xaneke, los due-os. - El ltimo ejemplo nos conduce otra funcin impor-tante de la e final (que comparte con la slaba ua), y es la

    (1) En la Sierra de Veracruz se forma al plural del futuro por simple agre gacin de la e al singular: #uetflfe, an-uetfife, uetflfe, caermos, caeris, cae-rn: en cuanto al plural del prterito, sustituyen la e la i en que acaba el singular. pues all se forma ste de un modo diferente del usual, segn lo dir adelante.

  • 1,

    1I

    - XXVI-

    de formar los nombres que llaman derivados posesivos, como de kall-i, casa, se deriva kall-e, el dueo de la casa; de kdx-itl, escudilla, kax-e, el dueo; etc.

    Es ms limitado en la pluralizacin el empleo de la l, pues penas desempea tal funcion en los verbos gerundivos; pero en cambio es abundantsima como sonido terminal de los nombres, ya primitivos, como los que acaban en tU, ti, ya derivados, como los verbales en ki, lIi, li{:tli, ani, oni. Todo ello viene confirmar 10 que ya en otro lugar dije (p. xv) que son tan abundantes como en el italiano las terminaciones dbiles del mexicano. Y aun se puede asegurar que hayan sido ms copiosas en tiempos anteriores, pues el nduatl cum-plia una evolucin en que se suprimian las terminaciones en i, teniendo indicios de ello, no solo por la i muda de los verbales en lli, N(tli, fenmeno que ya seal (p. XXIV), sino tambin por la existencia de ciertos vocablos anticuados como te(katli, espejo; koatli, culebra; etc. que hoy se pronuncian t(katl, katl, lo cual es signo de una primera contraccin por apcope, que todavia se acenta ms en ciertas localida-des de la sierra de Puebla, donde pronuncian t{:kat, kat. La historia del Lenguaje debe recoger todos estos datos para reconstruir la evolucin del idioma, ya sea qu se admitan contracciones sucesivas, ya ms bien una evolucin oscilato-ria por ascensos y descensos; es decir, de kat, que parece la forma ms antigua, a koatli, y de esta ltima a katl, que es la forma del da. Es un problema intere~ante al cual deben consagrar su atencin los lingistas.

    La h (ehe) produce una aspiracin suave, como en ingls cuando se aspira el mismo signo en los vocablos horse, house. Al fin de la slaba, y sobre todo del vocablo, se acenta un poco ms el sonido; pero sin llegar ser duro nunca: en principio de palabra no se halla, sino es cuando se imitan ciertos estados del nimo, como en algunas exclamaciones de risa de dolor, para llamar la atencin del que oye.(!)-

    (1) Algunos abusan de la k como inicial y escriben: hoho11U!, hoontell, de dos en dos; holkuuitl, arbol de ule; homiyo, velloso; hok, todavia; hokkz'

    - XXVII -

    Los nuas de algunas regiones aspiran ms que los de otras: donde los de Tlaxcala, por ejemplo, emiten la h aspirada, los de Tetzcoco dejan oir muchas veces el saltillo, y mutua-mente se motejan, diciendo stos de aquellos que hablan como serranos, y aquellos de los de Tetzcoco que son muy afectados en su habla. Pondr como ejemplos los pronom-bres nhuatl, thuatl, yhuatl, yo, t, l, pronunciados en Tetzcoco neuatl, teuatl, yeuatl, con detencin entre la pri-mera slaba y la segunda, como si se tratara de dos mono-slabos: si la aspiracin fuere muy dura es viciosa, suave no es ingrata, y as he "odo pronunciar aquellos vocablos en muchas partes. - Como ejemplo de la aspiracin final pondr la de los pretritos perfectos de los verbos en ua, porque aqu hay una doble regla fontica digna de memoria: la may,or fuerza de la aspiracin final, y la aspiracin de la u cuando queda como final. Tlapua es tema verbal que quiere decir l cuenta: la regla para formar pretrito es que se anteponga una o y se quite la vocal del fin; quedaria pues el vocablo as: otlapu; pero se pronuncia otlapuh, y del mismo modo se ha de escribir. (1) Se aspira tambin algunas veces al fin de slaba en vocablos derivados y compuestos, cuando el radical uno de los radicales acaba en u; v. g.: kuduitl, rbol; mdut~ l teme, dan los radicales kuduh, mduh,

    l quin? etc.: es mala ortografia y psima pronunciacin; pero con viene conser-var estas formas, por su carcter anticuado, para la historia del Lenguaje.

    (1) En la Sierra de Veracruz forman el pretrito de otra manera: no ante-ponen la o al tema verbal, y, al quitar la vocal del fin, agregan la silaba ki. Ejemplos: utfi, cae; tlapua, l cuenta, forman hoy sus pretritos uetf, otlapduh,' pero all dicen uetfki, tlapuhki, cay, cont, que al mismo tiempo quieren decir cado, contador, 10 cual nos enseiia que los verbos y los nom-bres verbales tuvieron primitivamente una forma comn, y esto es interesant-limo para la Historia del Lenguaje. Hay otro modo anticuado de formar el pre-

    t~rto, y es quitar la vocal del fin sin anteponer la o: cay, cont, se dicen Nllf, IlaPduh: la forma de arriba es ms intE'resante y probablemente ms an-tigua. El futuro, que se forma poniendo una f despus del presente, ofrece una terminacin igual y anticuada en ki para el singular: uetfzfki, tlapouafki, caer, contar, y la formacin anloga de los dos tiempos es perfectamente l-Ica, y explica muy bien el origen del plural en ke.

  • - XXVIII -

    y los derivados kuduhtla, arboleda; mauhta, l pone temor.-Despus de la 1, y antes de los diptongos ua, ue, ui hay aspiracin suave casi siempre: con menos frecuencia se ob-serva tambin despus de otras consonantes, ya simples, ya combinadas. Ejemplos de la 1: ydlhua, ayer; mamalhudetli, una constelacin; Xlhua, el hroe de los cholultecos; lhuitl, fiesta; ilhukatl, cielo; tldlhuatl, tendn nervio; y otros muchos vocblos, como los verbos acabados en lhua, v. g.: tlalhua, l echa tierra; hua, l dice otro; italhua, l dice de otro, para otro; manalhua, l trata bien; tlatlakal-hua, l ofende; etc. Otros ejemplos: despus de la x (exe): ixhuuhtli, nieto; kdxhua, el que tiene escudilla; despus de {: (e

  • - XXX-

    un radical terminado en x se une con un vocablo que co-mienza por el mismo signo: de ix-tli, haz, y xoloxa, l dobla, resulta el compuesto ixxoloxa, que pronuncian ixo-loxa, l dobla la haz: IU. No siempre se duplica la x en el caso de que hablo en la regla la, sino que permanece simple aun despus de haber eliminado la n,. as: por ni-norenxoxima#, me regocijo del todo, dicen: ninocexoximati: IV. Por ltimo, la x desaparece cuando le sigue un sonido ms fuerte, por ejemplo un diptongo consonante: tenextli es cal, y si quieren decir calecilla, en lugar de tenextrintli que produciria un sonido ingrato, pronuncian tenetrintli.

    La ct (ere) suena como la r francesa en ca, limaron,. como la s espaola en suave, raso, como la ss doble italiana y francesa en esso, essai. Como anteriormente dije (p. XIX) los antiguos usaron la r mas no al fin de las slabas, pues all la cambiaban por Z: ms lgico es emplearla de un modo general, conservndole su sonido propio en todo lugar: rara ka, l acarrea; tf;kirtli, escoba; mororomar, se enojar. Ocurre tambin con mucha frecuencia en la lengua mexicana, y queda sujeta, como la x (exe) las reglas eufnicas de du-plicacin, elimin

  • - XXXII -

    siguiente, no figura en los lxicos, 10 cual pudiera interpre-tarse creyendo que, no existia, era muy rara en la lengua; pero bastaria examinar un texto mexicano para desengaarse y ver que abunda, entrando una, dos y ms veces en un solo vocablo, ya como sonido simple (sonoro y sordo), ya como doble . sonido sonoro, ya como sonido sordo combinado con el de la t. Pondr algunos ejemplos de la 1 sonora (simple y doble), y de la 1 sorda, dejando los del diptongo t1 para su lugar propio. - De la 1 simple sonora: elele, interjeccin para quejarse cuando se padece un dolor; de donde ha na-cido nuestro vocablo telele introducido al castellano, y que significa un accidente con dolor y aun desmayo; olololhua, forma reverente del tema verbal olola que quiere decir cu-brir, arropar.

    De la 11 doble sonora ocurren ejemplos incontables, siendo ste uno de los sonidos ms melfiuos del nuatl, y del cual usaban con profusin los indios. Hay en mexicano muchos nombres y adjetivos terminados en lt~ de los cuales me servir para estudiar las causas de la duplicacin, que algunas veces no ha dependido, sin duda, sino de afectacin por pausas en el discurso, pronunciando los vocablos con cierta lentitud. Vemos efectivamente que muchos nombres quedan escritos en los textos con una l con II doble; como caN calli, casa; kuetrpaNn kuetrpallt"n, lagartija; oNn ollt"n, movi-miento: si el vocablo se pronuncia con rapidez resulta la pri-mera forma, y la segunda se obtiene si pronunciamos los nombres pausadamente: para la historia del Lenguaje puede asegurarse que los primeros vocablos habrn sido los ms anticuados, tanto por ser ms raro encontrarlos, cuanto por-que se usaban en localidades menos cultas.

    Otras veces la 11 doble parece que se ha introducido por simple artificio fontico para distinguir nombres de verbos; as, por ejemplo, de los temas verbales ku, come, y te-maxta, ensea, salen los derivados kuala y temaxtila, cu-yos pretritos anticuados (v. pg. XXVII) serian, desentendin-dose de los prefijos, kualt~ temaxtiN, comi, ense, que se confundian con el adjetivo kuallz~ bueno (salido del verbo

    - XXXIII -

    ku), y con el sustantivo temaxtilN que significa la doctrina 6 lo que se ensea: duplicando la l cesaba la confusin, y por eso vemos que los verbos en mexicano, ni se escriben con l doble, ni se nota que recalquen el sonido en ellos los que hablan el idioma, como 10 hacen con los nombres. -En otras ocasiones la duplicacin de la l depende tan solo de una regla eufnica, como cuando un radical acabado en l se une con un vocablo que comienza por tl; pero de este ltimo caso hablar cuando trate del diptongo consonante tl (tle).

    De la 1 sorda, final en slabas yen vocablos, he dicho ya como se forma; pero, poniendo ejemplos, establecer todavia un trmino de comparacin. En primer lugar veamos como la define Fr. Andrs de Olmos (Gramtica, ed. Paris, p. 200): Tambin es de notar que quando alguna diccion acabare en l, despues de la l se a de escrivir h, porque los naturales pronuncian mas que l, y parece ser pronunciacion de h. Ex: nocalh, mi casa; etc. Dije ya que no conformaba mi opinin con la suya por ser la h (ehe) una aspiracin pala-dial, mientras que la que aqu se forma es dento-lingual; pero si he de acentuar un poco ms la diferencia entre nues-tra l final, sonora, y la l final, sorda, de los nuas, tomar como ejemplo el pronombre de ~a persona l, comparado con vocablos mexicanos compuestos en que figura la misma s-laba, que Olmos escribe elh. Pronunciando nuestro pronom-bre aisladamente, interrumpimos con brusquedad la vibracin de la l y producimos un sonido final susceptible de ser en-tonado, agradable al oido, y que, ni se sostiene por si solo lin esfuerzo, ni tenemos el hbito de sostenerlo: tal nos pa-rece que viene seguida la l de una vocal muda que no hubo tiempo para emitir. En el mismo vocablo escrito como 10 hace Olmos (elh), no se interrumpe la l, contina pasando el aire espirado; pero no es susceptible de entonacin, por-que forma, no un sonido, sino un ruido, ya que no ingrato, .i apagado, sordo y persistente, porque los indios han con-traido el hbito de sostenerlo. Confieso haber sido uno de 101 que tuve ms trabajo para imitar, habindome causado

  • - XXXIV -

    gran sorpresa la primera vez que le percib, porque no ima-ginaba siquiera su existencia. Ciertos vocablos primitivos, casi siempre monoslabos, que Olmos escribe ualh (hcia ac); uelh (bien), auelh (mal), telh (empero); y la serie de los nom-bres en lti 'que, al unirse con prefijos posesivos, pierden las dos ltimas letras y quedan terminados en l (como notlxkalh, mi pan; moupilh, tu camisa; ixmalh, su escudo) son ejem-plos de los vocablos terminados en l sorda; pero este so-nido se percibe aun en las slabas medias, cuando acaban con l y vienen seguidas de articulacion; v. g: kulhtin, bue-nos; kulhkan, temprano; etc. Olmos exagera el uso de los ltimos, por ser aqul sin duda un modo especial de hablar de la regin donde compuso l su gramtica. (1)

    La k (ke) suena como en las lenguas romanas la e delante de a, o, u; y como en espaol y en francs la qu delante de e, i: un italiano pronunciaria estas dos ltimas slabas que, qUt~ como nosotros cue, cu. Con la k evtase tal incon-veniente, se uniforma el sonido delante de todas las vocales, y resultan ventajas etimolgicas, ortogrficas y fonticas que ya seal (pp. xx y XXVIII) Y que saltan la vista. Un prin-cipiante, por ejemplo, acertar difcilmente con la etimologa de los vocablos oquexpa, oquc, iquin si los halla escritos con qu, y acertar menos todava si, cambiando sta en e, re-sultan escritos ocexpa, ocie, icin: en el primer caso le_desviar la ortografa, y en el segundo el sonido, mientras que reem-

    (1) Expongo simplemente cmo escribia estos vocablos el P. Olmos; mas no convengo con sus ideas, ni los escribir como l. La 1 sorda se debe repre-sentar con nuevo signo; pero no he vodido disponer las cosas mi albedro, y aqu me conformo con indicar los estudiosos como deben pronunciarla cuando la vean escrita en fin de vocablo: en cuanto la 1 final de las slabas medias, el uso tan solo puede indicar cuando se debe pronunciar sorda y cuando no. Tengo reunidos los materiales para una Gramtica de la lengua nuatl, y en ella expondr de nuevo el alfabeto fisiolgico mexicano, dando la 1 sorda un signo particular, con 10 cual subir el nmero de las aspiraciones seis. Adems, si se me demostrare que la !6 (xe) no es diptongo consonante, sino articulacin simple, como sabios lingistas lo aseguran, quedar el alfabeto mexicano formado por 19 sonidos: 5 vocales, 6 aspiraciones, 6 articulaciones y z diptongos consonantes.

    - XXXV-

    plazando uno y otro signo con la k (ke), aparecern as: okexpa, okik, ikin, y se atinar mejor con sus elementos: ok, expa, otras tres veces; ok, ik, raices que, aisladamente, quieren decir cada una entre tanto, y las dos juntas ex-presan 10 mismo con ms fuerza, por una combinacin pleo-nstica propia del genio de la lengua mexicana; ik, t'n, raices que, reunidas, quieren decir cuando?, preguntando; la se-gunda expresa 10 mismo, y la primera es una partcula ex-pletiva, genial tambin del nduatl, que significa por eso, y que ha pasado la lengua vulgar hablada en Mxico, c.on el carcter de z'dea introducida, no siendo raro en las poblaCiOnes cortas donde predomina el elemento indgena, que una pre-gunta venga precedida de semejante locucin por eso. Baste con esos pocos ejemplos, aunque se podrian poner mu-chisimos, y terminar 10 que hay que decir acerca de la k (ke) con el estudio de la duplicacin del signo, que corres-ponde con una duplicacin del sonido, como facilmente se puede percibir oyendo los vocablos siguientes que tienen k simple, y sus derivados que tienen dos kk; advirtiendo que la duplicacin ocurre algunas veces cuando de un verbo aca-bado en kz' se forma un nombre derivado, y con ms fre-cuencia cuando un adverbio de modo se deriva de otro vo-cablo primitivo. Ejemplos: mikz' quiere decir l muere, y de aqu sale mikkz~ el muerto; ixteki significa l roba (literalmente l corta, tekz', las hebras, ix-tti, pues los aztecas no tenian ms medio de cerrar sus petacas, que atarlas con cordeles, y los ladrones cortaban las hebras para robar~, y del tema verbal sale su derivado z'xtekki, el ladrn ; pakz, l le regocija, da origen al. derivado pakka, regocijadamente; yektti, bueno, da el adverbio derivado yekka, buenamen-te; etc. - Aqu, como en todos los dems ejemplos de le-tras dobles, ya vocales, ya consonantes, corresponde uno de los sonidos duplicados al fin de una slaba y el otro al prin-cipio de la slaba siguiente.

    La t (te) suena como en castellano, y 10 mismo la p (pe). Son tan claros los dos sonidos, que nada ocurre decir en e1los, y estudiar tan slo su duplicacin. Es rarsima la de

  • I

    1'1 11

    1

    - XXXVI -

    la t, Y se observa en uno que otro vocablo como z"tta, el ve; yakatto, primeramente; yakattuh, l va delantero, no siendo facil atinar siempre con la causa de la duplicacin. En el ltimo vocablo tenemos la forma ge1undivo-separativa de un verbo derivado nominal, por 10 que, partiendo del

    -nombre ykat-l, nariz, parte anterior, llegamos al tema ver-bal yakat-a, l es delantero, y, agregando la desinencia ttuh se tiene reconstituida la palabra y explicada la duplicacin de la t. Pero en el penltimo vocablo, la explicacin no se hace tan claramente, aunque puede presumirse que haya si-nalefa entre yk-atl y axto, primeramente, para dar yak-axto, forma pleonstica expresando 10 mismo, primeramente; y de aqu, por cambio de la x en t llegar al vocablo yakatto, con 10 cual queda tambin explicada la duplicacin. No sucede lo mismo con z"tta, que resiste al anlisis, como no pasemos por una de sus formas reverentes #{:tila i{:tila. para llegar una raiz z"t{:, Zf; ix, que relacionara el rgano ix-tli, ojo, con la funcion de ver: Carocci creia ver en el verbo una forma anticuada z"t{:a en vez de itt, y, de todos modos, la duplicacin debe depender de alteraciones fonticas en este caso. - Las reglas eufnicas aplcanse la t principalmente cuando se combina con {: 1 para formar los diptongos con-sonantes t{: (tye) y tl (tle); pero tambin ejercen alguna in-fluencia sobre la x ("*e) cuando sta precede la t simple, pues bien que no se pierda el sonido, s se modifica suavi-zndose hasta parecer x (exe): v. g: oxtila, forcejear, maxta, ensear parece que pronuncian oxtila, maxta.

    La p se duplica ms frecuentemente, y con ms claridad se descubre tambin la causa de su duplicacin, que depende siempre de sustituciones fonticas. Cuando al contar, por ejem-plo, decimos oppa, dos veces; nappantti, cuatro hileras, en vez de ompa -nauhpantti, apreciamos primera vista que la otra p ha venido reemplazar la m la uh.. en el primer caso para evitar la homonmia, pues ompa quiere decir tambien all; eh el segundo, sin duda por abreviar el vo-cablo, pues la cacofona no existe; y siempre que venga doble la p no se tratar sino de una sustitucin fontica. N o es rara

    - XXXVII -

    la de la p la m, y mucho ms frecuente la de la p la uh.. ceppa, una vez, por rempa; xikoppa, 7 veces, por xi-kompa; xz"ppoalti, cuenta de aos, por xz"uhpoatli; z"cz"ppa por iciuhpa, de maana; kuappetlakatlz" por kuauhpetlakatlz", caja de madera; kuappantlz" por kuauhpantti, puente de madera. (1) Aunque ms rara la sustitucin de la.p la z" para quedar doble, suele hallarse uno que otro ejemplo, como el de yeppa, antes de ahora, que se dice tambin ye-z"pa, y literalmente significa sobre (10 que) ya, es decir, sobre 10 pasado, lo que pas antes.

    Las dos nasales n (en) y m (em) tambin dan un sonido muy claro y que no necesita explicaciones. Las afinidades de los dos sonidos son ms estrechas en mexicano que en espaol, pues no solo se usan uno y otro indistintamente, aunque rara vez, en los mismos vocablos, como cuando se dice noxi moxi, todo; noxtin moxtin, todos; sino que, cuando uno de los sonidos, n m, queda eliminado en una serie de vocablos, el otro le reemplaza, y viceversa. La m, por ejemplo, nunca debe quedar como final de vocablo, y cuando pasa esto en composicin, se cambia por n: tekm-atl, calabazo; k1JZ-z"tI, olla; xm-z"tl, adobe, si se juntan con los prefijos posesivos no, mio; mo, tuyo; i, suyo; etc. pier-den las ltimas letras, quedando entonces la m como final; pero se cambia en n y se dice, notkon, mkon, xa1t; mi calabazo, tu olla, su adobe. Otro tanto pasa con los temas verbales que toman la forma de pretrito perdiendo la vocal del fin: si la penltima letra es m, se cambia en n: nemi, l vive, hace nen, vivi; tlamz", se acaba, tlan, se acab; etc. Viceversa, cuando terminan los prefijos pronominales y po-sesivos en n, y se sigue immediatamente vocal, se cambia

    (1) Ntese aqu tambin que sirve la pp doble para distinguir, en los voca-blos complexos, el radical kuuh de kuu-itl, rbol madera, que se trasforma en kuap, del radical ku, de ku-itl, cabeza, que no toma la p: cuando de-cimos kuapitfuak, sonando simple la p, quiere decir el vocablo: kua, cabeza extremidad, Pitfuok, delgada, y en junto figura de huso; }) pero si dijra-mos kuoppitfaktli, sonando dos pp, querria decir entonces kuap, madero, Pitfoktli, delgado.

  • - XXXVIII -

    la n en m; as: de dmatl, papel, sale z'm-amduh, el papel de ellos, y debia ser zn-amduh,. para decir vosotros llegais, pronuncian y escriben am-aci, y no an-tlCi,. yo los cojo, di-cen: nikim-ana debiendo ser nikin-ana,. etc.

    De la n debo sealar otras dos propiedades: la de ser muda, y la de servir para la formacin del plural, funcin que comparte casi exclusivamente con la e, como ya se dijo ,(p.-~v). - De su eliminacin delante de y (eye), X (exe) y et (ec;e) he tratado al hablar de aquellos sonidos, y adelante, cuando llegue los diptongos consonantes, dir como se eli-mina tambin delante de ellos; pero el fenmeno ms cu-rioso de la n muda es el que ocurre cuando viene al fin de vocablo, pues desaparece del todo. Cuando los indios hablan se oye que dicen ra y no ran, slo; ua y no uan, y; te-pz"to y no tepton, pequeo; y 10 mismo pasa con gran n-mero de vocablos acabados en n. (1) - Dej dicho en otro lugar que la mayor parte de los plurales terminan en e en n, y all enumer las slabas acabadas en n que sirven como terminaciones de plural; pero es todavia ms eficaz la funcin de la n si ella sola es la que se agrega para formar el plural, como pasa con ciertos adjetivos de cantidad, cuando pluralizan, y con algunos pronombres, ya personales, ya de-mostrativos: zxaxi, mucho, hace zxaxin, muchos; moxz' noxz', todo, da moxin noxin, todos; de kerki, cuanto (pre-guntando) sale ker:kin, cuantos; yehua, l, en plural es y-huan, ellos; yehua z~ yehua o, este, ese, hacen sus plurales yhuan in, yhuan on, estos, esos; etc.

    La m se duplica por sustitucin, ya eliminando la n, ya reemplazando la uh. Los casos de la primera eliminacin no son raros; as por ejemplo, las partculas an, in, on, ken cambian la n final en m cuando preceden un vocablo que comience por este ltimo signo. An, prefijo pronominal de 2.a persona de plural, juntndose con los temas verbales mant',

    (1) Si se les manda escribir el vocablo, lo hacen con n final; pero quien escucha no la oye sino rara vez, lo cual quiere decir que han tomado la cos-tumbre de no pronunciarla.

    - XXXIX -

    est; maka, da, otros anlogos, se pronuncia am-mani, am-maka, estais, dais. - In, prefijo posesivo de 3." persona de plural, se pronuncia y escribe im delante de nombres que tengan m inicial; v. g: m-metl, el metate de ellas; m;...matl, la red de ellos: 10 mismo pasa cuando es partcula exple-tiva; por ejemplo: mdnel quiere decir aunque; pero si se quiere dar la expresin ms fuerza elegancia, se le an-tepone z'n, que aqu se convierte en im, y se dice im-mdnel, aunque. - On es prefijo expletivo en los verbos, y partcula conjuntiva en los numerales; pero si 10 ponemos delante de un numeral de un verbo que comience por m, ese on se vuelve om, y as decimos: om-mani, l est; y si contamos 25, decimos cempoualli om-makuilli. - Ken quiere decir cmo (preguntando); max, dicen que, y componindolos diremos km-max cmo dicen que? cmo puede ser? - Como ejemplos de la slaba uh eliminada por duplicacin de la m, pondr los dos que siguen: kuam-mdzll, rama de rbol, por kuduh-md#l,. kuam-mz'mz"lli, pilar de madera, por kuduh-mimz"lH.

    Los tres diptongos consonantes comienzan con la t como articulacin comn, y sus frmulas son stas: t + x = txe *e; t + et = tete; t + 1 = tle. En cada uno de los dipton-gos estn los dos sonidos tan ligados entre s al tiempo de articularlos, que se oyen como si fuese uno solo. Tapia Zen-teno, el ms juicioso y original de todos los gramticos mexi-canos, habla en estos trminos de las consonantes combinadas al tratar en general de las letras del alfabeto nduatl: De estas letras hay tres cuya inteligencia es necesarsima en el mexicano, y todas se componen de otras dos que forman una sola, como en el latino los diptongos. La primera es tz que, como dice el P. Carochi, corresponde a el tsade hebreo .... y si aquel se escribe con t y s, insisto en que se debia la z borrar en el mexicano, escribiendo solo la s. Este general-mente se usa en primas, medias y finales .... En todas se pro-nuncia cerrando los dientes, y difundiendo por ellos la lengua formando un ligero silbo sin violencia. - La segunda letra se forma de e y h (sic), la cual solo se usa en medias y fina-

  • -- XL-

    les, como .... noehPoeh (no' xpox) mi hija. En las primeras no hay particularidad, y as se pronuncia como en castellano, porque regularmente se sigue vocal quien hiere; y cuando en ls medias se sigue tambien vocal, no es menester regla especial para su pronunciacion. Para proferir esta letra se cerrarn bien los dientes sin tocarles la lengua, y los labios juntos en los extremos, abiertos poco en el medio. - La ter-cera letra se forma de t y 1, que solo Birve para las finales de los nombres .... en los principios y medios que regularmente se le sigue vocal, no ha menester regla, porque se pronuncia como en castellano .... Esta letra se expresar abiertos los la-bios, sacando algo la lengua por entre los dientes y afirmn-dola hacia el lado izquierdo, procurando no equivocarla con la e, como los que, ignorando este dialecto, dicen claclacolH, elamancli,- etc. Acert en unas cosas y err en otras como su tiempo 10 dir; pero su apreciacin es bastante jui-ciosa. - Los diptongos consonantes del nuatl tienen una propiedad comn, y es que para emitirlos se apoya la punta de la lengua contra los dientes superiores, para producir la t, y luego se retrae ms menos hcia atrs para emitir el sonido aspirado: los espaoles los reemplazaban con otros diptongos de mecanismo inverso, pues la ti sustituian la el, la tr: la tz,- yen ambas, las superficies que se ponen en con-tacto para la articulacin, quedan hcia atrs de las super-ficies que se aproximan para producir el sonido aspirado.

    La * (xe) suena como la eh espaola; como la e italiana en las slabas da, ce, d, do, du,- como la teh francesa. El signo que aqu representa ese sonido se debe un lin-gista espaol, citado por Monlau, y que floreci en el si-glo XVII, cuando todavia se pronunciaba la % (exe) como la sh inglesa: aquel sujeto, con la raya horizontal, quiso expresar sin duda, la presencia de la t, combinada con el so-nido aspirado de la % (e%e). - N o todos consideran la x (xe) como diptongo consonante; al contrario, lingistas muy res-petables opinan que su sonido es el de una consonante ar-ticulada; p.ero aun ellos mismos confiesan que se compone de una media t y una media % (exe) sh inglesa, que dan

    - XLI-

    una consonante simple, la x (*e); opinando tambin que hay un esfuerzo de los rganos para pronunciar la t; pero que tal esfuerzo se contrara se modifica antes de producirse. (1) En mi opinin la t forma parte del sonido; pero queda la-tente porque la oculta el chasquido de la % (exe), que es mucho ms fuerte: quien emita una x (xe) atendiendo con cuidado al mecanismo de la emisin, tiene conciencia de haber articulado la t; pero quien escucha no la oye por la causa que dije; (2) y si emite la x (xe) sosteniendo el sonido, sin que se vuelvan tocar las superficies articulantes, notar que persiste y se sostiene la % (exe), es decir, uno de los com-ponentes, como pasa en iguales circunstancias, con las dems consonantes combinadas, pues en la t(: (t(:e) persiste y se sos-tiene la (: (e(:e) como sonido aspirado; y en la ti (tle),' la 1 sorda final, propia de la lengua nuatl. Por 10 dems, quien hubiere aprendido pronunciar de viva voz los dos ltimos diptongos consonantes, muy bien sabe que los sonidos de las aspiraciones (: (e(:e) y 1, sobre todo si se sostienen algo como pasa en todos los diptongos finales, penas dejan oir la t que les precede, y si no la encubren del todo es porque sue-nan con ms suavidad que la x (exe) en la x (*e); pero que se oyen tan ligadas articulaci6n y aspiraci6n, que parecen un solo sonido; y aun el de la t(: (t(:e), cuando se pronuncia muy cerrada, se aproxima bastante al de la x (*e), por lo cual no es extrao que vocablos pronunciados en mexicano con t(:, como t(:ot(:okolli, cntaro; at(:it(:ikulotl, un ave; t(:it(:i-ka(:tlz~ ortiga; etc., hayan pasado al castellano con x (*e) y se pronuncien hoy ehoehoeol, ehiehicuilote, ehiehieastle " etc.

    Tapia Zenteno admite dos sonidos para la x (*e): uno en

    (1) MAX. MLLEJI., Nouvelle.s lefons sur la Science du Ltmgage, vol . r, pp. 177-178.

    (2) A las veces hay personas inhbiles para emitir la !6 6 cn espaliola: uno conoc que la pronunciaba como x (exe) 6 sh inglesa, y decia mushasko, ca-shusha, etc. Observando que articulaba facilmente la t, le aconsej que la emi-tiese antes de la x (exe),' y. al principio con torpeza, mas luego con natura-lidad, pudo decir mucnacho, cachucha, etc. Si se repite la experiencia con algn otro inhbil, entiendo que se obtendr el mi~mo resultado.

    6

  • - XLII -

    princlplo de slaba, y otro en slabas finales en slabas me-dias, si la x (*e) quedare antes de consonante. Su explica-cin no es muy clara, por 10 cual dir mi vez como he oido que la pronuncian. Delante de vocal, como en caste-llano, con chasquido fuerte: xalxuz'tI, piedra fina, suena como nuestro vocablo chalcht'huz'te. Al fin de vocablo con-serva su sonido propio; pero el chasquido es ligero; ejem-plo: Tnox, el fundador de Mxico. En slabas medias y antes de consonante articulada suna con chasquido suave como al fin de vocablo: z'xpkatl, doncella; axkduhtlz', prin-cipal; t'xmkatl, cuerda de maguey. Pero delante de t y tl (tIe) se suaviza de tal modo que suena casi como x (exe), se-gn 10 dije ya cuando trat de la t (p. XXXVI); por ejem-plo, para decir doncella tienen otro vocablo, z'xpoxtlz', y, cuando lo pronuncian, casi suena t'xpoxtlt~ la primera x (*e) con chasquido suave, y la segunda casi como x (exe), con 10 cual queda explicado porque algunos han escrito toxtlz', Huitzz'lopoxtlz', PaxtH, Paxtontlz' por toxtlz', Uitr;-opoxtlz', Paxtlz', Paxtontlz', porque se aproxima .el sonido ms la x (exe) que la x (*e), y, emitiendo el primero, entendern bien las palabras los indios; pero se debe siempre conservar el sonido de x (*e) por ligero que sea. La sustitucin del sonido x (exe) al sonido x (*e) queda explicada en este caso por la tendencia del nduatl evitar la cacofona. En efecto, la x tiene por frmula t + x, y, si se antepone la tl ten-driamos este dursimo sonido txtl que rechaza el mexicano, por ser tan suave la lengua. En trascripciones de textos an-ticuados he visto varios vocablos anlogos los anteriores, escritos de la siguiente manera: opuchitH (opuxitlt), zurdo, por opuxtlz' " mapachz'tlz' (mapaxitlt), tejn, por mapaxtlz',' nuchitla (nuxitla), tunal, por nuxtla .. sin duda en tiempos remotos se pronunciaron claramente as todas las palabras de la misma clase, y gradualmente se fu haciendo muda la z' colocada entre los dos diptongos x y N. hasta que, siendo ya into-lerable la concurrencia de los dos, fu suavizndose la x (*e) y se aproxim al sonido de la x (exe) como se observa en el da. - Delante de x (exe), r; (er;e) y tr; (tr;e), .el sonido de

    - XLIII -

    la x (*e) desaparece por eufona, y por la misma causa nunca se duplica. Ejemplos: xz'po-xeHuz', hender el tumor por medio (que viene de Xtpox-tH, tumor, y de aqu nace nuestro vo-

    c~b~o chzpote, introducido al castellano) en vez de xzpox-xe-ltuz, ~ue da un sonido tan ingrato; n'ame-r;elta, empleado por ntamex-r;elta para decir yo os recibo; telpo-tr;z'ntlz' el mancebillo usado por telpox-tr:z'ntlz', diminutivo de telpoxtlz', mancebo; por ltimo, si quisiramos decir pulmn izquierdo

    b~staba escribir opu-xt"J(z"tl en vez de opux-xixz'tl, porque ya dlJe que la x (*e) nunca se duplicaba.

    La tct (tr:e) da el sonido combinado de sus dos elementos: t + r; (e

  • - XLIV -

    La tI tambin representa el sonido de sus dos elementos (t + l); pero es de advertir que forma doble combinacin, porque si el diptongo consonante fuere final, se combinar siempre la t con la 1 sorda propia del nuatl; pero si vi .. niere al principio y en medio de vocablo, por 10 comn se combinar la t con la 1 sonora de los idiomas europeos, aun-que tambin se une las veces con la 1 sorda; siendo nece-sario algn ejercicio de la lengua para conocer cuando debe ser empleada la ltima combinacin sin abusar de ella. -Tratar primero de la tl final. Es abundantsima en la len-gua nuatl, como quiera que los pronombres personales en singular, y un grupo muy numeroso de nombres, ya primi-tivos, ya derivados abstractos, terminan con esa consonante combinada, que, invariablemente, cuando viene al fin de vo-cablos, da el sonido suave y persistente de la 1 sorda, tal como queda explicado en otro lugar (pg. XXXI). Olmos, que tan bien conoci, explic y ejemplific el sonido de la 1 sorda final, cuando viene aislado no hizo mrito del diptongo tl cuando es final, pues ni lo explica en su Arte, ni pone de l ejemplo alguno escrito. Tapia Zenteno 10 defini, como ya dije (pg. XL), pero sin ejemplificarlo, mientras que Moto-Una puso ejemplos numerosos, que concuerdan con los que Olmos di para la 1 sorda final, en que viene seguida la ti de una h, estando escritos los vocablos as: amatlh, papel; metlh, maguey; Ttitlh, un mes del ao mexicano; y de igual manera otros muchos que se pueden ver en la Historia de los Indios (edicin espaola). No hay una sola palabra del nuatl terminada en tl que deje de pronunciarse con el so-nido sordo y sostenido de la 1 final, segun antes 10 expliqu; por 10 cual, en otro estudio que preparo, quedar represen-tada la 1 sorda con su signo especial. - En el caso de la tl, suena sordo el diptongo entero, predominando el sonido de la 1 y oyndose poco la t: se necesita la viva voz para pronunciarlo bien, no habiendo en nuestros idiomas un sonido con el cual pueda compararse, pues aunque Rmi Simon dijo que tenia semejanza con el de las voces in-glesas castle, little, aqu, adems de ser sonora la tl' viene

    - XLV-

    reforzada su sonoridad por la e muda, segn 10 expliqu antes (pg. XXXIII).

    La tl de las sla:bas iniciales y medias se pronuncia, segn Tapia Zenteno, como en espaol, con 10 cual quiso decir que se combinaba la t con la 1 sonora, pues en realidad las pa-labras castellanas que tienen la tl son poqusimas; y en Es-paa dislocan el diptongo, dando la t la slaba que ante-cede, y la 1 la que sigue, as es que pronuncian at-las, At-ln#co, etc.; y tai grado llega el idioma espaol en su aversin por el diptongo tl, que, al tomar del mexicano las palabras en que figura, las ha introducido con t sola, como metate, de mtlatl; tomate, de tmatl, etc.; y en otros casos ha cambiado en el la tl' dicindose elaco, moneda de cobre, por tlr'tko; escuinele, perro, por itr:kuintli, etc. - En cuanto la combinacin de t con 1 sonora, de hecho, vi-niendo la tl delante de vocal, ha de participar de su sono-ridad en cierto modo, y no puede oirse tan sorda como al fin de vocablo, ni sostenerse como all; pero esta sonoridad queda velada por la trabazn perfecta de las dos consonantes, con predominio de la segunda; y ambas condiciones, dado el genio de la lengua mexicana, no se realizan sino ex-pensas de la sonoridad de la 1, por 10 cual podemos decir que no es enteramente sonora cuando se combina con la t al principio y en medio de vocablos, pues el diptongo se une con la vocal por medio de aspiracin ligera, que no es muy perceptible causa de la rapidez con que se produce: slo de viva voz puede darse idea de su carcter. Se percibe mejor en aquellos vocablos que tienen la tl al principio y al fin de la misma slaba, como tlatl, especie de ballesta; mtlatl, red; Ptlatl, petate estera; tletl, fuego, etc. - Est sujeto el diptongo la eliminacin parcial y total: 1 Cuando un vocablo que comienza por ti viene despus de otro que acaba en 1, se pierde la t del diptongo; v. g: cosa enjabonada, de-biamos decir tlaamol-tlalz"lli y se dice tlaamollalilli: es uno de los casos de duplicacin de la 1 que no sufre ninguna excepcin: II Si un vocablo terminado en tl debiere unirse con otro que comience tambin por ti, se pierde la del vo-

  • - XLVI --

    cablo anterior; as ~ diremos: ontetlemitl, dos incensarios, por ontetl tlemt'tl. - La ti (tle), sin duda ninguna, es el ms co-pioso de los diptongos consonantes propios .del nuatl, y, sobre todo, el ms caracterstico de la lengua; por eso he creido necesario detenerne algo en l para cerrar la enume-racin de sus elementos fonticos.

    * El campo de los conocimientos humanos ha ido extendin-

    dose ms y ms cada da, y los mtodos deben irse per-feccionando proporcionadamente; por 10 cual, todos los es-tudiosos amantes de la Ciencia ven con verdadero inters los adelantos de la Fontica y las reformas ortogrficas que pueden conducir al establecimiento de buenos alfabetos fisi.o-lgicos, adaptables cada idioma en particular. Esa tendenCIa, que todava sufre muy sria oposicin; pero que ganar terreno poco poco, ha de conducir tarde temprano al estudio de otra cuestin de orden y de inters muy superiores, que se impone la consideracin de los lingistas y que algunos han defendido ya: la creacin de un alfabeto internacional, ms compr-ensivo, en el cual entraran, con diferente signo, todos los sonidos de las lenguas cultas ms generalizadas en el mundo; agrupando, como ensayo, algunos de los idiomas europeos que hayan adoptado caracteres alfabticos del mismo tipo, y limitndose, por 10 pronto, los de filiacin germ-nica y romana, que tienen tan copiosa literatura. Combinado ese alfabeto con un buen sistema qe acentuacin ortogrfica, que no dejase duda respecto de los acentos prosdicos, ten-driamos ya los e!ementos para poder pronunciar bien cada

    u~a de aquellas lenguas, y se perfeccionarian notablemente los mtodos de su enseanza prctica. Gradualmente podrian entrar los idiomas del grupo eslavo, alguno de los cuales (el ruso) ha de irse difundiendo con creciente rapidez. Es. indu-dable que las lenguas ms cultas han de irse generalIzando en el mundo, y las que no 10 sean tanto se irn restringiendo en su empleo literario, por 10 cual no ser quimrico asegu-

    - XLVII -

    rar que, con el tiempo, se podr plantear y resolver el pro-blema del alfabeto general para las lenguas literarias europeas.

    He aqu por qu razn, al vaciar la Fontica mexicana en el molde lingstico moderno, he respetado algunos sig-nos mientras que desechaba otros y aun creaba nuevos, con-ciliando as las modestas exigencias de la lengua nuatl, que penas tiene 15 16 sonidos simples, con la riqueza de los idiomas romanos y germnicos. En otra obra insistir acerca .del asunto: por ahora me limito recordar 10 que dije ya en las reglas 1 a y 2 a puestas anteriormente como explicacin de los signos ortogrficos (pp. IX Y X), insistir tan solo en los dos signos x (exe) y x (*e) que se hallan fuera de las reglas, por ser el segundo nuevo, y representar el pri-mero en casi todos los alfabetos romano-germnicos, actual-mente, un sonido combinado equivalente es gs. Por eso precisamente 10 adopto, porque, tarde temprano, el signo ser desechado en las lenguas romano-germnicas, y reem-plazado por sus elementos. Habria que pensar en sustituir ese signo, tan solamente, si ms adelante se concertasen con los de la Europa occidental otros alfabetos, como el ruso por ejemplo, en que