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COLOMBIA: EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS No tuve que caer por un agujero de conejo ni fumarme algo raro para darme cuenta que vivo en el país de las maravillas, un país que parece sacado de los cuentos de los hermanos Grimm o alguna historia de hadas parecida, veamos su descripción: Vivo en un país gobernado por Santos ineptos que presentan proyectos de ley para luego objetarlos; un país donde legisla Simón el bobito, quien no lee los proyectos de ley y los firma llenos de “micos”, cosa que hace en compañía de otros 119 payasos, de los cuales algunos hacen actos de circo como manejar ebrios y hacer destituir comandantes de la policía por no dejarlos hacer lo que a bien tienen. Como si esto fuera poco, vivo en un país donde los Jueces venden sus conciencias por 4 años más en el cargo de magistrados y donde a raíz de ello la justicia que debería ser ciega alcanza a ver un artilugio típico conocido como “la ruana” y, como es lo único que ve, la persigue por todas partes olvidándose de todo lo demás. Es un país donde los Santos (esos que gobiernan el país) se rebajan a pelear con el señor de la tienda donde venden los huevitos; huevitos que sirvieron para enriquecer a reinas de belleza con el dinero que debió ir a parar en manos de los campesinos más pobres (esos que usan el artilugio típico ese) y donde por ese hecho detestable nadie ha ido a parar a la cárcel y si hubiera ido de todas formas andaría en la calle haciendo campaña política a la misma hora en que tiene una cita con el médico o un permiso especial de 72 horas otorgado por los jueces de negra conciencia. Ese es el país donde vivo, uno donde se discutió arduamente sobre la reelección de su máximo gobernante. Al final dicha reelección fue aprobada por los payasos; sin embargo, tiempo después, se descubrió que a varios de ellos les habían pagado con notarías y otras dádivas para que ejecutaran su acto en una forma favorable a la reelección cuando por ese acto no podían cobrar, pues ello daba cárcel. Sin embargo, de todos los payasos a quienes les pagaron y de todos los que pagaron por tal hecho, la única que fue a parar a la cárcel fue la gorda del circo, quien al parecer usaba ruana y a quien luego le volvieron a pagar pero para hacer el bochornoso espectáculo de posar desnuda y aparecer como Dios la trajo al mundo en la portada de una revista…que espectáculo más desagradable aun viniendo de un circo. En fin, vivo en un país donde hay cosas tan raras como “chuzadas telefónicas”, “falsos positivos”, “carruseles de contratación” y “grafiteros baleados”; un país donde el jefe de los paramilitares (dueño de la tienda donde venden los huevitos) los desmoviliza con ayuda de un tipo denominado “el doctor ternura”, pero luego resulta que esas desmovilizaciones también son falsas pero sirvieron para enviar a todos sus lugartenientes de un paraíso llamado “ralito” a unas cómodas instalaciones en el “imperio”, eso ya sonó a guerra de las galaxias cuando estamos hablando del país de las maravillas pero así fue, y allí en esas instalaciones no durarán más que unos pocos años y a cambio de información y unos cuantos millones de dólares, lograrán su libertad. Pero bueno, no nos desviemos del tema, sigamos mejor con el país de las maravillas, ese donde se dan autorizaciones para hacer hoteles siete estrellas en una reserva natural; ese donde los recursos son explotados por multinacionales extranjeras que no les importa el medio ambiente; ese donde la educación es mala para los pobres y donde los

COLOMBIA: El país de las maravillas

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COLOMBIA: EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

No tuve que caer por un agujero de conejo ni fumarme algo raro para darme cuenta que vivo en el país de las maravillas, un país que parece sacado de los cuentos de los hermanos Grimm o alguna historia de hadas parecida, veamos su descripción:

Vivo en un país gobernado por Santos ineptos que presentan proyectos de ley para luego objetarlos; un país donde legisla Simón el bobito, quien no lee los proyectos de ley y los firma llenos de “micos”, cosa que hace en compañía de otros 119 payasos, de los cuales algunos hacen actos de circo como manejar ebrios y hacer destituir comandantes de la policía por no dejarlos hacer lo que a bien tienen.

Como si esto fuera poco, vivo en un país donde los Jueces venden sus conciencias por 4 años más en el cargo de magistrados y donde a raíz de ello la justicia que debería ser ciega alcanza a ver un artilugio típico conocido como “la ruana” y, como es lo único que ve, la persigue por todas partes olvidándose de todo lo demás.

Es un país donde los Santos (esos que gobiernan el país) se rebajan a pelear con el señor de la tienda donde venden los huevitos; huevitos que sirvieron para enriquecer a reinas de belleza con el dinero que debió ir a parar en manos de los campesinos más pobres (esos que usan el artilugio típico ese) y donde por ese hecho detestable nadie ha ido a parar a la cárcel y si hubiera ido de todas formas andaría en la calle haciendo campaña política a la misma hora en que tiene una cita con el médico o un permiso especial de 72 horas otorgado por los jueces de negra conciencia.

Ese es el país donde vivo, uno donde se discutió arduamente sobre la reelección de su máximo gobernante. Al final dicha reelección fue aprobada por los payasos; sin embargo, tiempo después, se descubrió que a varios de ellos les habían pagado con notarías y otras dádivas para que ejecutaran su acto en una forma favorable a la reelección cuando por ese acto no podían cobrar, pues ello daba cárcel. Sin embargo, de todos los payasos a quienes les pagaron y de todos los que pagaron por tal hecho, la única que fue a parar a la cárcel fue la gorda del circo, quien al parecer usaba ruana y a quien luego le volvieron a pagar pero para hacer el bochornoso espectáculo de posar desnuda y aparecer como Dios la trajo al mundo en la portada de una revista…que espectáculo más desagradable aun viniendo de un circo.

En fin, vivo en un país donde hay cosas tan raras como “chuzadas telefónicas”, “falsos positivos”, “carruseles de contratación” y “grafiteros baleados”; un país donde el jefe de los paramilitares (dueño de la tienda donde venden los huevitos) los desmoviliza con ayuda de un tipo denominado “el doctor ternura”, pero luego resulta que esas desmovilizaciones también son falsas pero sirvieron para enviar a todos sus lugartenientes de un paraíso llamado “ralito” a unas cómodas instalaciones en el “imperio”, eso ya sonó a guerra de las galaxias cuando estamos hablando del país de las maravillas pero así fue, y allí en esas instalaciones no durarán más que unos pocos años y a cambio de información y unos cuantos millones de dólares, lograrán su libertad.

Pero bueno, no nos desviemos del tema, sigamos mejor con el país de las maravillas, ese donde se dan autorizaciones para hacer hoteles siete estrellas en una reserva natural; ese donde los recursos son explotados por multinacionales extranjeras que no les importa el medio ambiente; ese donde la educación es mala para los pobres y donde los

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presidentes de las multinacionales salen a decir que es mejor tener técnicos y tecnólogos que profesionales y doctores, como si eso fuera lo que hiciera avanzar un país.

Este es un país donde en la “catedral” no vivieron religiosos sino narcotraficantes, matones, políticos y personajes de la farándula” y donde se prefiere perder el tiempo viendo su historia por televisión (o viendo unos personajes conocidos como los “protagonistas de novela”) que viendo programas científicos, periodísticos o culturales.

En fin, tendría mucho más para decir pero el espacio es poco y no quiero aburrirlos con tanta fantasía, además tengo que dejar algo para la segunda parte de este documental. Por eso, comienzo mi despedida diciendo que este es un país que vale la pena, aun a pesar de todo lo narrado y que ello ocurra con la complicidad de quienes venden su voto y su conciencia por veinte o treinta mil pesos.

Es un país donde también hay gente buena, trabajadora, honesta, estudiosa, algunos con cualidades artísticas únicas, otros con aptitudes científicas fenomenales, etc. Además, es un país donde sino fuera por las primeras maravillas narradas, sería una maravilla vivir en él.

Será por eso que me siento ORGULLOSO de ser COLOMBIANO y aunque somos: a) un país productor de petróleo con la onceava gasolina más cara del mundo1; b) un país donde los mayores ingresos (en un fin de semana) de la multinacional cervecera que tiene monopolizado el mercado nacional se obtienen de uno de los lugares más pobres del país conocido como “ciudad bolivar”; c) un país donde le quitan espacio a la gente (que paga valorización e impuestos como renta, predial, etc.) y a los dueños de los vehículos (que pagan sobretasa a la gasolina, valorización, semaforización y rodamiento, etc.) para hacer obras como “Transmilenio”, “Megabus”, “Mio”, etc., que son buenas obras pero a las cuales debieron haberles comprado terrenos propios y no andar restándole espacio para andar a los demás; d) un país donde la gente se muere cuando va de paseo (“paseo millonario”, “paseo de la muerte”, “pesca milagrosa”, etc.) y e) un país donde existe un flagelo llamado “Narco-guerrilla” y “Narco-paramilitarismo”; veo el futuro con optimismo pensando en el próximo partido de la selección Colombia y en las otras maravillas que me hacen falta contar.

Con todo que viva Colombia…el problema es que vivirá cuando todos nos demos cuenta que no podemos seguir viviendo en el país de las maravillas y que cada uno con su voto, con su trabajo, con su estudio, con su esfuerzo, con su honestidad y con su voz de protesta puede construir una nueva realidad. Amén

DIEGO JAVIER MESA RADA

1 http://www.noticiascaracol.com/economia/video-260086-la-gasolina-colombia-la-mas-cara-del-mundo