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CÓMO CUBRIR ELECCIONES Manual para periodistas María Teresa Ronderos María Fernanda Moreno

Colombia Manual

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  • Cmo Cubrir eleCCiones

    Manual para periodistas

    Mara Teresa RonderosMara Fernanda Moreno

  • Elaboradopor

    Mara Teresa Ronderos

    Mara Fernanda Moreno

    Publicadopor

    Votebien, una alianza de Revista

    Semana, Fescol, Terra, Congreso

    Visible, Conexin Colombia y

    Transparencia por Colombia

    Elaboradoconelapoyo

    financiero de

    Usaid, a travs de Casals AAA

    Impresoconelapoyode

    Fundacin Friedrich Ebert en

    Colombia - Fescol

    Diagramacinycorreccin

    Publicaciones Semana

  • Introduccin. Para qu este manual?

    1. Descubrir el juego del poder

    2. Todo lo que usted quera saber sobre el sistema electoral

    3. Ms all de los discursos

    4. Quin es quin en la campaa

    5. Siga la plata

    6. Las encuestas: una herramienta poderosa

    7. Y despus de las elecciones?

    Apndices

    A. Breve directorio de entidades que producen informacin til.

    B. Las funciones e inhabilidades de los cargos de Alcalde,

    Gobernador, Concejal y Diputado a la Asamblea.

    C. Formato de derecho de peticin de informacin pblica.

    ndice

  • Este pequeo libro es una gua para cubrir las elecciones. Propone un periodismo ms sintonizado con los ciudadanos y menos dependiente de las fuentes oficiales. El lector encontrar aqu conceptos y recomendaciones acerca de cmo se puede cubrir periodsticamen-te un proceso electoral en funcin de los ciuda-danos. Se busca que stos tengan la informacin ms completa posible a la hora de votar, y que por ello, puedan elegir en forma ms responsable y consciente.

    La poca electoral tambin es un tiempo de reflexin y revisin ciudadana sobre los gober-nantes y las polticas oficiales que se estn lle-vando a cabo, y los medios de comunicacin son cruciales para incentivar y enriquecer este debate. El tiempo de campaa debe ser plural, diverso, de mltiples voces, lluvias de ideas; un espacio para reflexionar si en nuestras ciudades y pueblos, en el campo, en el pas, estamos cons-truyendo el tipo de sociedad que queremos. Y, por supuesto, para descubrir qu debemos hacer para cambiarla.

    Quin puede considerar hoy que en Co-lombia hay una democracia ideal? Quiz pocos. Pero qu es exactamente lo que no funciona? La gente suele dar respuestas similares a estos interrogantes: que la democracia no es perfec-ta porque hay corrupcin o porque una mayo-ra no tiene siquiera condiciones mnimas para

    llevar una vida digna o porque la justicia slo es para los de ruana. Detrs de estas respuestas espontneas hay sabidura. La gente intuye que democracia no es slo votar y elegir dignatarios. sta tiene que ser un sistema poltico que les permita a las personas desarrollar su potencial humano. Por eso ser ciudadano de una demo-cracia, implica no slo contar con una reglas de juego transparentes para poder escoger gobierno y participar con libertad, sino que son tambin esenciales una debida proteccin de los derechos fundamentales de las personas y una gestin p-blica lo suficientemente eficaz y equitativa para que todos, hombres, mujeres y nios, puedan vivir dignamente y tengan una autntica oportu-nidad de realizar sus sueos.

    Al cubrir el mundo de la democracia y en particular las elecciones que son el escenario central donde sta se renueva, los medios sue-len tener una mirada que se limita a su dimen-sin puramente poltica. Por eso, esta cobertura casi siempre se centra en los discursos de los can-didatos, las acciones de los partidos polticos, la carrera entre aspirantes, los incidentes violentos que perturben el proceso y, en ocasiones, algo de pedagoga para el votante.

    Si, por el contrario, los periodistas conciben la democracia en su sentido ms amplio enton-ces informarn de manera diferente acerca del proceso electoral. Cubrir las elecciones significa

    Introduccin

    Para qu este manualLa democracia es ms que un conjunto de condiciones para

    elegir y ser elegido (democracia electoral); tambin es una manera de organizar la sociedad con el objeto de

    asegurar y expandir los derechos de las personas (demo-cracia de ciudadana).

    Guillermo ODonnell, citado en el estudio La Democracia en Amrica Latina del Programa

    de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud)2004

  • informar tambin sobre el estado de los dere-chos civiles y las libertades de los ciudadanos y las propuestas para fortalecerlos; la calidad de vida de la gente y las polticas posibles para mejorarla. Tambin implica mirar crticamente las instituciones democrticas, sean estatales o no, evaluar su legitimidad, vigilar si estn o no cumpliendo con el inters pblico. Son las ins-tituciones de calidad, ms que los salvadores de turno, las que garantizan el ejercicio de la ciudadana democrtica.

    Como bien lo explic el gran estudio La De-mocracia en Amrica Latina que public el Pnud, la democracia no se construye por s misma; tam-poco las libertades, ni el estado de derecho. Todos ellos requieren de la poltica, es decir la accin de-liberada de las sociedades y sus gobiernos. Esa ac-cin necesita de la mayor informacin posible para iluminar los criterios con que se expresan las aspi-raciones sociales y se formulan las polticas. Pro-veer esa informacin es la tarea primordial del periodista.

    En las elecciones locales y departamentales de 2007 en Colombia, ciudadanos y ciudadanas de cada municipio van a salir a escoger a sus manda-tarios en el Ejecutivo (alcaldes y gobernadores) y tambin a quienes llevarn su voz en los rganos deliberantes, como son las Juntas Administrado-res Locales (JAL), los Concejos Municipales o Distritales y las Asambleas Departamentales. Los reporteros y los medios pueden hacer un apor-te fundamental a estas democracias regionales a lo largo del proceso electoral. Pueden evaluar la gestin y las polticas de los mandatarios sa-lientes para poner en discusin con la gente qu es lo que quisieran cambiar. Pueden investigar acerca de la calidad de las instituciones que sus-tentan el ejercicio democrtico. Si una Registra-dura departamental, o las fiscalas regionales, o una secretara municipal de salud, por ejemplo, son ineficaces, o si estn al servicio de intereses particulares, es tarea del reportero difundir esa verdad, y no hay un momento ms propicio que la campaa electoral.

    Con una visin amplia de la democracia como teln de fondo, este manual le ofrece al

    reportero herramientas prcticas de enriquecer la cobertura que haga de las elecciones para as responder mejor a las necesidades de los ciudadanos.

    El lector encontrar siete captulos que pre-sentan distintas maneras de cmo los periodistas pueden cubrir el proceso electoral, y completar as un trabajo periodstico integral. Los primeros dos captulos establecen las grandes preguntas que no pueden faltar en una cobertura electo-ral: qu est en juego y cmo funciona el sistema electoral. El tercer captulo ofrece otra forma de mirar las propuestas de los candidatos en campa-a, centrada en los ciudadanos. El cuarto y quin-to captulos les dan ideas a los reporteros sobre cmo escudriar a fondo a los partidos polti-cos, los candidatos que presenten a los diferentes cargos y sus finanzas. El sexto captulo muestra cmo las encuestas son herramientas tiles que van mucho ms all de medir la carrera de aspi-rantes a los cargos. Y el ltimo, propone historias que se pueden hacer despus de las elecciones. Al final, hallarn apndices tiles con directorios de fuentes e informacin complementaria.

    Muchos de los conceptos y los ejemplos que aqu se exponen han sido puestos en prctica en el sitio virtual especializado Votebien.com, en sus tres versiones durante las elecciones de 2002, 2003 y 2006. Es una experiencia que presenta-mos a los colegas de todo el pas, con la esperan-za de que en las prximas elecciones, les sirva de inspiracin y enriquezca su trabajo en la cons-truccin de una democracia mejor.

    Votebien.com fue creado bajo el liderazgo de la revista Semana, la organizacin Transparencia por Colombia y el portal virtual Terra, con el apoyo financiero de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (Usaid). Dos de los socios clave de este proyecto han sido la Fundacin Friederich Ebert en Colombia (Fescol) y el proyecto Congreso Visible de la Universidad de los Andes. Adems, este sitio ha tenido aliados periodsticos en sus distintos momentos, entre ellos, Colprensa, El Colombiano, El Pas y la FM radio. La idea y el diseo original de Votebien.com es de Mara Teresa Ronderos, quien ha asesorado el proyecto a lo largo de su existencia. Claudia Garca fue fundamental en ponerlo a marchar. La primera directora de Votebien fue Polly Martnez en 2002, luego lo dirigi lvaro Mon-tes en 2003 y en 2006, la direccin estuvo a cargo de Juanita Len y la coordinacin, de Mara Fernanda Moreno, junto con Ronderos, autoras de este manual.

  • Durante una eleccin, en cada pas o ciudad, se vuelven a poner en juego unas polticas pblicas clave que definen el rumbo a se-guir. En otras ocasiones, en un pas o en una re-gin que est en crisis y se vienen cuajando cier-tos procesos polticos, las elecciones representan oportunidades para salir de las dificultades y para reinventar las soluciones. Parte de un buen cu-brimiento periodstico es identificar aquello que est sobre la mesa, bien sea el modelo de gobier-no o la salida de una crisis. En otras palabras, si las elecciones son una competencia por el poder, es necesario desnudar ese poder, ver quines es-tn detrs y qu es lo que se quiere hacer con ese poder.

    Cuando hay uno o varios candidatos que re-presentan un cambio en la lnea seguida por go-biernos anteriores, el cubrimiento periodstico debe ahondar en cules son esas propuestas de un nuevo modelo, qu impacto tendr, qu riesgos y cules oportunidades. As por ejemplo, en las elec-ciones bolivianas, cuando Evo Morales era can-didato presidencial, los electores tenan la opcin de escoger una va alternativa de izquierda demo-crtica que, necesariamente, implicara profundos cambios en las polticas pblicas: nacionalizacin del petrleo, distanciamiento de Estados Unidos y recambio de la elite gobernante, entre otras. Algo similar sucedi en Mxico cuando se enfrentaron Felipe Caldern, quien significaba la continuidad en el poder del partido PAN y Andrs Manuel Lpez Obrador del PRD. Cada uno representaba intereses encontrados. Se podra decir lo mismo de Bogot, cuando subi a la Alcalda Antanas Mockus, sin respaldo alguno de los partidos po-lticos tradicionales o en Pasto, cuando gan An-tonio Navarro.

    En esos momentos es decisivo identificar qu puede cambiar con la eleccin de este candidato

    de ruptura; cul es el nuevo modelo de pas que ofrece; qu polticas en curso seguiran y cules seran abandonadas o reemplazadas. Por ejem-plo, si Carlos Gaviria, el candidato del Polo De-mocrtico Alternativo, ganaba las presidenciales de 2006, Colombia hubiera echado para atrs el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, o como mnimo, lo hubiera intentado renegociar en otros trminos.

    Tambin estn las elecciones en las que no est en juego un cambio de modelo, sino la op-cin de que un nuevo gobierno saque al pas de una crisis profunda (econmica, institucional, etc.). lvaro Uribe fue elegido Presidente en 2002 para resolver el grave problema de insegu-ridad en que se hallaba el pas, con casi 0 se-cuestros por da, con miles de personas atemori-zadas huyendo al exterior, carreteras bloqueadas por las guerrillas y, en general, una percepcin de zozobra frente al poder violento e intimidan-te de las Farc. As mismo fue importante en esa eleccin la percepcin de que Uribe encarnaba la anticorrupcin, el pragmatismo y el freno a la politiquera. Muchas personas votaron por l porque creyeron, acertadamente o no, que era el candidato ms antipoltico.

    Por ltimo, estn las elecciones en las que se vislumbra la continuidad de las polticas del gobierno del momento. En estos casos, los aspi-rantes opcionados no representan cambios radi-cales, sino ajustes de algunas polticas. Esto suce-de, sobre todo, cuando el candidato es el mismo gobernante buscando la reeleccin, o si los elec-tores perciben a un poltico como el sucesor del mandatario actual o si es del mismo partido. Por ejemplo, si se presentaran a la candidatura para suceder a Lucho Garzn como alcalde de Bogo-t, dos figuras del Polo Democrtico, es probable que ambos personajes ofrecieran un enfoque si-

    unoDescubrir el juego del poder

  • milar que continuara, en trminos generales, la lnea de la actual administracin.

    Es saludable para la democracia, que los elec-tores estn conscientes de lo que est en juego en una eleccin. Que sepan si se trata de un giro dramtico en el gobierno o no. A veces esto es obvio para los ciudadanos. A veces no lo es. Por eso para informar bien, los medios deben anali-zar los procesos de cambio que se estn dando en la democracia, hacer visible el juego del poder, lo que est pasando en el lugar que gobernar cada candidato y las polticas que vienen gestndose desde hace varios perodos. El ejemplo del TLC respecto a Carlos Gaviria aplica tambin en este caso, pues, era una poltica iniciada en el pero-do Uribe que se pondra en marcha slo hasta el perodo siguiente.

    LasItuacInactuaLEn las elecciones territoriales de 2007, sern

    elegidos gobernadores y diputados a la Asam-blea de 32 departamentos, cuatro alcaldes y los concejales en las ciudades que tienen la categora de distritos (Bogot, Barranquilla, Cartagena y Santa Marta), .094 alcaldes municipales y los correspondientes concejales. Y por ltimo, los ediles de las JAL en las ciudades donde funcio-nan estas entidades. La Constitucin dispone que son perodos institucionales de cuatro aos para todos los elegidos.

    En estas elecciones, en cada entidad territo-rial, habr cuestiones en juego pertinentes slo a esa entidad. As, por ejemplo, en Barranquilla y en Cali ser crucial la renovacin de la clase po-ltica local y la transparencia en la nueva admi-nistracin, luego de que sus respectivos alcaldes salientes hayan terminado sus mandatos con gra-ves acusaciones de corrupcin. Cada reportero podr abordar estos procesos segn las realidades de su departamento o municipio pero, sin duda, analizar sus dimensiones nacionales, ayudar a los ciudadanos a comprender mejor lo que pasa en su ciudad o pueblo.

    Debemos tener en cuenta que hay procesos polticos que, como ros profundos, corren por todo el pas. As, por ejemplo, de estas elecciones

    depender que los gobiernos locales tengan una mayor o menor infiltracin de los grupos ilegales armados que han intentado controlarlos, en di-ferentes regiones del pas. Es importante que los medios alerten a los ciudadanos de aquellas re-giones donde, por ejemplo, paramilitares o gue-rrilleros han emergido como un poder detrs del trono y han logrado desviar rentas, ocupar car-gos pblicos o corromper la justicia. Es necesario que sepan que en estas elecciones vender el voto o votar a cambio de un sancocho, puede tener consecuencias gravsimas para la estabilidad de la democracia local, y afectar por muchos aos sus libertades ciudadanas. Por eso ser decisivo para el futuro del pas detectar, denunciar y anali-zar si los poderes paramilitares, guerrilleros o del narcotrfico quieren quedarse con una porcin de poder en las elecciones regionales de 2007. Sin el fortalecimiento del Estado legtimo en el nivel regional, ser difcil que Colombia alcance la paz y perfeccione la democracia. Es importan-te, por ello, que los ciudadanos comprendan la trascendencia de su decisin a la hora de votar.

    De otra parte, el pas ha estrenado reciente-mente una nueva legislacin de partidos. Cada partido debe presentar una sola lista para cada cargo o corporacin (una lista para Asamblea y un candidato a gobernador en cada departamento y una lista para Concejo y un aspirante a alcalde en cada municipio). Quienes salgan elegidos debe-rn seguir con disciplina las decisiones de bancada de su partido, sea para dictar una Ordenanza en la Asamblea, o un Acuerdo en el Concejo o para adoptar un modelo de gobierno en los cargos eje-cutivos. Casi todos los partidos polticos colom-bianos que emergieron en 2006 de las primeras elecciones al Congreso, despus de la Reforma Poltica de 2003, son an endebles, o les falta or-ganizacin o, incluso, algunos nacieron fractura-dos. Por eso tambin en esta eleccin est en juego el que los partidos crezcan y se fortalezcan en las regiones, un requisito indispensable para que la democracia funcione mejor.

    Los reporteros pueden hacer historias sobre cmo los nuevos partidos tejen sus alianzas loca-les, si han tenido procesos democrticos internos para escoger sus candidatos y autoridades y si los

  • estn cumpliendo; o si, por el contrario, estn atrayendo sus dirigentes a travs de los viejos mtodos clientelistas: apuntalar a alguien como su candidato a la Alcalda porque pone muchos votos para la Gobernacin, conseguir el apoyo de un barn electoral local, a cambio de prometerle contratos de obra en el futuro gobierno, etc.

    As mismo, hay otros procesos en el tapete, tales como el avance o retroceso de la descentra-lizacin poltica, administrativa y fiscal, el im-pacto ambiental de los cultivos de coca y de su fumigacin, la reinsercin de los desmovilizados, la puesta en marcha del sistema del transporte masivo o el proceso de verdad, justicia y repa-racin de las vctimas del conflicto armado. Es funcin de los periodistas identificar estos proce-sos, hacerlos visibles e informar cmo stos se es-tn manifestando en su regin, y cmo piensan encararlos los diversos candidatos.

    Un deber tico del periodista es contarle a su comunidad lo que le est pasando y tratar de ex-plicar por qu sucede lo que sucede. Por ello es parte esencial de su oficio hacer visibles las deci-siones que estn en juego detrs de una eleccin y definan la suerte de esa comunidad.

    QuhacEr?Los periodistas pueden, a travs del debate

    con sus colegas en las salas de redaccin, o del dilogo con las comunidades o con fuentes ex-pertas, identificar los procesos que se estn lle-vando a cabo en su regin. Cules sern los temas clave en el prximo perodo?; qu polti-cas del gobierno saliente merecen continuidad?; qu representa cada uno de los candidatos: con-tinuidad o ruptura?, etc.

    Las siguientes son algunas ideas de pregun-tas que podrn hacerse los reporteros en diversas regiones:

    Antes de desmovilizarse, varios de los jefes paramilitares tena una fuerte influencia poltica en buena parte de la Costa Caribe y en otros de-partamentos. En estas elecciones podr compro-barse qu tan fuertes siguen siendo los vnculos

    del grupo armado desmovilizado, o de sus jefes, con los candidatos regionales. Seguirn presio-nando a los electores para que voten por ciertas personas? Seguirn apareciendo candidatos ni-cos como pas en 2003 con las candidaturas a la Gobernacin de Cesar de Hernando Molina o de Magdalena de Trino Luna, y las de otros a alcaldas?

    La eleccin del Gobernador del Meta en octubre de 2003 fue anulada y se tuvieron que realizar elecciones atpicas para definir su reem-plazo. En Barranquilla y Cali los alcaldes fueron acusados por la Procuradura y la Fiscala de graves delitos que los oblig a retirarse de sus cargos, mientras se definen sus casos. Y otros mandatarios terminaron enjuiciados por co-rrupcin, posible complicidad con paramilitares o guerrilleros, etc. Cmo podrn los electores en esas ciudades evitar que se repita la historia? Qu organizaciones nacionales o ciudadanas se requieren para vigilar y controlar especialmente estas maltrechas administraciones?

    Nario, por sus corredores de drogas, es importante para los grupos armados, en Caque-t se juega la derrota o no de la guerrilla, y en Buenaventura, el reto es derrotar la delincuencia. Qu tendran que hacer los nuevos gobernan-tes de esas regiones para enfrentar estos graves problemas? Cules seran las polticas ms ade-cuadas? Qu deberan exigir los nuevos manda-tarios del gobierno nacional? Qu instituciones o inversiones especiales requieren para asegurar que el Estado tenga all el monopolio de la fuerza y de la justicia?

    PosIbLEshIstorIas Cul es el tema ms importante en la

    agenda poltica de la localidad? La regin necesita nuevas polticas y fijar

    nuevas prioridades o continuar con las existen-tes? La respuesta a esta pregunta no es obvia. Por ejemplo, ser completamente diferente en Cali que en Medelln, y averiguarlo requiere de una rigurosa reportera.

    Existe una crisis grave en su departamento

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    o ciudad?, si existe, de qu ndole es? corrup-cin?, violencia extrema?, inseguridad?, con-taminacin ambiental?, falta de educacin? o pobreza extrema?, crisis econmica? Qu pro-puestas han surgido en la campaa para sacar al departamento o al municipio de esa crisis? Son viables?

    Hay candidatos que representen giros ra-dicales frente al modelo de ciudad o de depar-tamento de anteriores gobiernos?, sern estos cambios benficos para la regin o la ciudad?

    Analice quin en su ciudad ha tenido siem-pre el mayor poder est este poder en riesgo, hay alguien o algo cuestionndolo? Es eso bue-no o malo para el departamento o la ciudad?

    Cmo se estn alinderando las fuerzas po-lticas? Se ven partidos disciplinados que sigan los lineamientos nacionales o siguen actuando como antes de la Reforma Poltica de 2003, cada uno por su cuenta?

    Puede estar en riesgo la gobernabilidad democrtica de su ciudad o de su regin? El po-der local representa un inters privado (legal o ilegal) que podra poner a las instituciones loca-les a su servicio?

    LaExPErIEncIaDEVotEbIEnEn 2002, tanto el avance de la guerrilla,

    como la sangrienta ofensiva paramilitar que de-jaba miles de vctimas de masacres tenan al pas en una fuerte depresin econmica y anmica. Los analistas hablaban, en su momento, de que Colombia se estaba convirtiendo en un Estado fallido, al estilo del de los pases africanos ms crticos, con seores de la guerra suplantando al Estado en buena parte del territorio. Por eso se hicieron debates entre los candidatos sobre cu-les seran las mejores maneras de salir de la crisis, y se report en extenso el estado de la violencia guerrillera o paramilitar, que influa en las elec-ciones.

    En 2003 se hicieron mltiples foros regiona-les, con la participacin de acadmicos y analis-

    tas de cada ciudad, para debatir lo que all estaba en ciernes. Uno de los temas centrales fue la le-gitimidad de los gobernantes locales y la posibi-lidad de que dineros sucios o presiones violentas la pusieran en riesgo. Se trabajaron en detalle los casos de Soacha y Medelln.

    En Votebien 2006, se les consult a los par-tidos y a los candidatos a la Presidencia sobre su voto o la continuidad que le daran a polticas iniciadas durante el primer gobierno de Uribe, como TLC, Ley de Justicia y Paz y la reeleccin. A partir de las respuestas, los electores podan decidir entre partidos y candidatos qu echaran para atrs del camino andado o qu seguiran adelante. Las posiciones de los partidos se pueden consultar en http://www.terra.com.co/eleccio-nes_2006/partidos/23-02-2006/nota276409.html y la de los presidenciales en http://www.terra.com.co/elecciones_2006/presidenciales/

    Tambin inform sobre cmo se vivan las campaas al Congreso en ciertas regiones, a par-tir de sus particularidades. Por ejemplo, en Ba-rranquilla se centr en las amenazas de fraude electoral; en Bolvar, en la alteracin del mapa poltico por cuenta del naciente poder electoral del hijo de Enilce Lpez, Hctor Julio Alfonso Lpez, candidato a la Cmara; y, en Caquet, en las amenazas de las Farc que impidieron que los candidatos hicieran campaa en municipios como San Vicente del Cagun, Puerto Rico y Cartagena del Chair, slo para citar algunos casos. Puede encontrar el mapa interactivo con toda la informacin en el home www.votebien.com (haga clic en As se vivieron las campaas para el Congreso).

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    dosTodo lo que usted quera saber sobre el sistema electoral

    si hay un momento en que los periodistas pueden ejercer su tan reputada labor de perros guardianes de la democracia es a la hora de vigilar que las reglas del juego de las elec-ciones se cumplan. Gran parte de la legitimidad de la poltica se fundamenta en que, en efecto, se respete la voluntad popular en las urnas. Eso significa muchas cosas. Que nadie haya sido in-timidado para presentarse como candidato a al-gn cargo o corporacin. Que ningn ciudada-no haya sido coaccionado a votar por alguien o se haya prestado para algn tipo de fraude, como vender su voto o prestar su cdula para que otro vote por l o ella, etc. Que los jurados hayan po-dido constatar que se cumpli con el sufragio en perfecta normalidad. Que las autoridades electo-rales sean independientes, no favorezcan a nin-gn amigo poltico ni se corrompan. Que las quejas de los voceros partidistas sean razonables y escuchadas por las autoridades. Que ante duda de fraude, la justicia electoral falle rpido. La prensa debe estar atenta a estos y otros procesos que garanticen que las reglas del juego democr-tico, en su escenario central, que son las eleccio-nes, se cumplan en forma justa y transparente.

    Ya Colombia tiene suficientes ejemplos del costo que tiene para sus instituciones cuando las auto-ridades que emergen de unas elecciones no son legtimas. Cuando han comprado las curules, for-zado al votante, impedido el voto libre, el resulta-do es que quienes asumen el gobierno (alcaldes o gobernadores) o controlan al Ejecutivo y escriben las normas (concejos y asambleas) terminan traba-jando para quienes les compraron su cargo, y no para el ciudadano que los eligi. Esa captura del Estado ha llegado a extremos graves en muchos departamentos colombianos. En las elecciones lo-cales, esta captura se ahondar o no dependiendo, en parte, de la manera adecuada en que la prensa vigile el proceso electoral.

    LasItuacInactuaLEl sistema electoral colombiano est lejos

    de corresponder al modelo democrtico ideal. Una de las democracias ms antiguas del con-tinente debera tener una prensa libre para in-formar sobre las irregularidades y defectos del sistema. La teora democrtica pone nfasis en la libertad de prensa como una condicin para que el proceso electoral sea democrtico y, en particu-lar, para que sea realmente competitivo, se lee en el informe del Pnud sobre la Democracia en Amrica Latina. No obstante, Colombia es uno de los pases ms peligrosos del continente para ejercer el periodismo. Los periodistas que de-nuncian corren el peligro de ser asesinados. El riesgo sube en tiempos de campaa, como lo ha documentado la Fundacin para la Liber-tad de Prensa en las elecciones de 2003 y 2004. Por eso muchos prefieren informar nicamente sobre lo evidente. Esto sucede en regiones con presencia de grupos armados o delincuenciales, con inters en capturar las entidades pblicas para su beneficio.

    La teora tambin dice que las autoridades electorales deben ser independientes de los intereses de partidos polticos, y las entidades electorales, organismos tcnicos, administra-dos por funcionarios escogidos por meritocra-cia. El caso colombiano est lejano a este ideal. El Registrador Nacional y los delegados depar-tamentales son producto de una negociacin entre partidos polticos. Claro est que uno de los logros de la Reforma Poltica de 2003 fue quitarle al Consejo Nacional Electoral la res-ponsabilidad de elegir al Registrador. Como a partir de 2007, ste ser designado por los presidentes de las altas cortes judiciales, se es-pera que escojan a un gerente de las elecciones independiente de todos los partidos, idneo y eficaz.

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    En el Consejo Nacional Electoral (CNE), la mxima autoridad de la rama, se seleccionan los nueve magistrados en negociaciones polti-cas entre los congresistas, que son quienes los eligen. Por ejemplo, para la eleccin de los ma-gistrados que hoy rigen al CNE, y lo harn por cuatro aos, hubo una alianza entre el Partido Liberal y Cambio Radical, para consolidar una mayora de cinco; mientras que las otras fuerzas uribistas consiguieron slo cuatro. Como las decisiones en el organismo deben tomarse por mayora calificada, es decir, seis votos, ambas partes tendrn que hacer concesiones para sacar adelante las propuestas.

    Un proyecto de reforma electoral, que con-templa que los magistrados dejen de ser elegidos en representacin de los partidos, fue presentado a finales de agosto de 2006, pero no es probable que sea aprobado antes del cierre de la legislatura el 20 de junio de 2007. As que es de esperar que las autoridades electorales sigan amarradas a los intereses partidarios.

    Otra de las falencias graves del sistema elec-toral colombiano es que en el Censo Electoral, que incluye a todos los ciudadanos con derecho a votar, no estn todos los que son ni son todos los que estn. Por razones de obsolescencia o incompatibilidad tecnolgica entre los diferen-tes sistemas donde estn registradas las cdulas de ciudadana de los colombianos, ha sido muy difcil depurar el censo de muertos, condena-dos u otros inhabilitados para votar, y a la vez mantenerlo al da incorporando a los nuevos ciudadanos. Por eso no se sabe a ciencia cierta cunto es exactamente el nivel de abstencin o de participacin electoral en Colombia, y por eso tambin es fcil suplantar la identidad con cdulas de personas que no pueden votar.

    En su estudio, el Pnud identifica algunos otros factores que suelen obstaculizar el buen funcionamiento del orden democrtico y, por ende, el sistema electoral de los pases de Am-rica Latina: grupos de inters, la compra de votos, la fabricacin de candidatos, y el narco-trfico. De este ltimo, el estudio sostiene que implica un doble desafo. Es un desafo directo

    porque intenta controlar parte del aparato estatal y partes significativas del territorio (...) y es un de-safo indirecto con la corrupcin: el dinero sucio tiene efectos devastadores sobre el comportamiento de una parte de los dirigentes polticos y sobre el funcionamiento de las instituciones.

    En ese sentido, la teora tambin indica que en un pas democrtico, los ciudadanos son libres a la hora de votar. Pero en Colombia, por cuenta del conflicto armado, la influencia del narcotr-fico, la politiquera y la corrupcin, la libertad del votante se ha ido erosionando gravemente, al punto de que hay departamentos donde un gru-po violento ha sido capaz de imponer a la fuerza, o mediante el fraude, a un gobernante.

    LaLIbErtaDDELsufragIoEstEntoncEscErcEnaDaPor:

    Candidatos asesinados: la experiencia de las elecciones locales, en 2003, habla por s sola. Fueron asesinados 50 candidatos a lo largo de la campaa: 6 aspirantes a alcaldas, uno a gobernador y 5 a concejales. Otros sie-te fueron secuestrados y seis se salvaron de atentados. Cuatro aos despus, a pesar de los esfuerzos realizados, hacer poltica en algunas regiones del pas todava es difcil y peligroso. Los grupos armados ilegales, sean guerrillas o paramilitares, o bandas delincuenciales que tie-nen hoy considerable control poltico en varias regiones o ciudades, van a tratar de mantenerlo en la ronda electoral de 2007, y para ello, es muy probable que sigan apelando a los mismos mtodos violentos.

    Votantes presionados: en las elecciones legislativas de 2006, la abstencin en Buena-ventura super el 60 por ciento. Los analistas interpretaron el hecho de dos formas: primero, apata hacia la poltica tradicional y, segundo, miedo de los ciudadanos de acercarse a las ur-nas. El control del puerto se lo disputan las Farc y un reducto de un bloque de las AUC. Das antes de las elecciones hubo enfrentamientos y actos terroristas. As mismo, el da de las elec-ciones, algunos medios denunciaron que en las comunas de Medelln, los ciudadanos fueron

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    presionados para votar por algunos candidatos con conocidos vnculos con los paras. stos son slo dos casos, pero los periodistas locales sa-brn, mejor que nadie, cules son los munici-pios en los que los grupos armados intentarn imponer por quin votar.

    Fraude electoral: ms adelante en este cap-tulo se explicarn las modalidades de fraude ms conocidas. Pero el tema merece estar aqu, porque es una de las razones que enturbian las elecciones. Adems, porque son los periodistas y, sobre todo, las autoridades electorales los que tienen que es-tar pendientes de los nuevos recursos ilcitos que se imponen en cada eleccin. Por ejemplo, como ya ha sido ampliamente denunciado y hoy la jus-ticia lo investiga, en la Costa Atlntica, algunos jefes de la AUC planearon una estrategia de frau-de, segn la cual a cada poltico respaldado por ellos le indicaban dnde poda hacer campaa, y se aseguraban de que la gente (a la fuerza) votara por ellos o consiguieron informacin privilegiada sobre los censos de votantes para luego marcar tar-jetones de ciudadanos que nunca fueron a votar, pero que figuraron hacindolo. De esta forma, al-gunos candidatos lograron hasta el 90 por ciento de los votos de un pueblo, cuando histricamente nadie haba alcanzado arrasar de esta forma. Pero, como esta modalidad ya se conoci y ahora toda la atencin de los medios y de las autoridades est puesta en este tipo de votaciones atpicas, los pa-ramilitares y polticos corruptos fueron ms dis-cretos en 2006 y lo sern an ms en 2007. As que hay que estar pendientes.

    El fraude, algunas veces se ha impuesto a tra-vs de la intimidacin, el asesinato o la corrup-cin de los funcionarios electorales. Hay que conocer bien quin es el registrador delegado, de dnde viene, a qu grupos polticos representa, y dar la alarma si se encuentra algo sospechoso.

    Otros factores que afectan la libertad de ele-gir y ser elegido son:

    La falta de informacin oportuna para el ciudadano (cuntas personas no alcanzan a inscribir su cdula?, cuntas no saben cmo se vota?, cuntas ni siquiera saben quines son los candidatos?, etc.).

    Los problemas de imprevisin, falta de ca-pacitacin y logsticas de las autoridades electo-rales. En las elecciones de 2006 algunos jurados le marcaban el dedo a los votantes y a otros no. En las de 2003, el mismo registrador de Bogot sali por los medios de comunicacin dando in-formaciones erradas sobre las personas aptas para votar en Corferias. Eso desestimula al votante.

    QuhacEr?En muchas regiones de Colombia, an trans-

    curren las elecciones normalmente y los candi-datos pueden competir y los ciudadanos votar li-bremente. Pero es importante que los periodistas de todos modos estn alerta de posibles intentos de fraudes o de manipulaciones y para ello hagan un plan de cobertura para la campaa y la jor-nada electoral. Sin embargo, si en una regin, el riesgo de fraude, presiones indebidas o violencia, es alto, los medios tienen el desafo de denunciar todas las irregularidades. Esto implica prepararse para ello, con un plan de trabajo ms cuidado-so, que busque responder a los ciudadanos con informacin veraz sobre lo que sucede, pero a la vez, proteja lo mejor posible a los reporteros. Al-gunos de los puntos de ese plan pueden incluir:

    La rotacin de diversos reporteros en los temas ms arriesgados para evitar represalias del denunciado contra uno solo.

    Tejer alianzas con otros medios (puede ser uno de radio con uno de televisin o uno de prensa local con uno de prensa nacional, etc.) para proteger al medio ms vulnerable. As si se pretende denunciar a un personaje potencial-mente muy violento, se pueden publicar notas simultneas en todos los medios de una regin, de manera que el personaje no pueda atacar a todos a la vez.

    Los reporteros y sus editores no deben ol-vidar que no son jueces; deben mostrar hechos y sustentar las investigaciones con pruebas. Pero no deben condenar, ni perseguir al delincuente. Esa es tarea de las autoridades judiciales o de se-guridad.

    Es ms seguro para un medio o para un periodista no tomar partido pblicamente, ni

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    trabajar en ratos libres, por ningn candidato. Que los ciudadanos vean que est cumpliendo con su deber y no sospechen sobre la posibili-dad de estar denunciando a uno para favorecer a otro. Muchos periodistas han sido asesina-dos por los enemigos de sus padrinos polticos que creyeron que ejercan su profesin con un sesgo.

    El cubrimiento de elecciones tambin debe tener un componente de capacitacin. Es una buena idea invitar un da a un experto para que explique a la redaccin la mecnica electo-ral. No basta con que el periodista poltico est enterado. Frecuentemente ocurre que hasta el periodista deportivo tiene que apoyar el da de elecciones y lo hace sin conocer el tema.

    Otra idea es crear una seccin permanente de pedagoga ciudadana. Explicar en lenguaje sencillo qu es una lista de votos preferente o cules sern los retos del prximo alcalde del pueblo.

    Aun antes de pensar en hacer las grandes in-vestigaciones y denuncias, cualquier reportero que cubra las elecciones debe planear algunas historias que den cuenta de cmo est funcio-nando el sistema electoral, cules son sus auto-ridades, o si existen grupos ilegales actuando all que puedan afectar el proceso electoral.

    Los reporteros que cubran las elecciones de-ben estar familiarizados con el sistema electoral, cmo est constituido?, cmo estn distribui-dos los partidos en las registraduras regiona-les?, etc.

    Hay que informar dnde estn las urnas, dnde estn los registrados, cmo se cuentan exactamente los votos, desde que el ciudadano lo deposita en la urna hasta que aparece en el boletn de la Registradura. (Ver adelante, ABC del sistema electoral).

    Es importante que los periodistas cultiven fuentes en los rganos electorales y en los par-tidos. Adems, que contacten a las firmas en-cargadas de la parte tcnica de los comicios. Su conocimiento es muy til a la hora de investigar fraudes.

    abcDELsIstEMaELEctoraLorganizacindelsistemaelectoral

    Las instituciones detrs de cada eleccin son ms complejas de lo que los periodistas creen. No slo la Registradura y el CNE son los res-ponsables de que todo salga bien. Entidades tan diferentes como la Procuradura y los hospitales tienen la responsabilidad de garantizar, con ta-reas diferentes, el buen funcionamiento de las elecciones. (Ver grfico pgina 20 para conocer las responsabilides de cada uno y saber a quin acudir en caso de preguntas o denuncias)

    algunosdatosclave(ver grfico pgina 9) Qu es un clavero? Es el encargado de

    introducir en el arca triclave los sobres con los documentos electorales (acta, tarjetones y for-mulario con los registros de los votantes de cada mesa). Hay tres claveros por municipio: un juez, el alcalde y un delegado de la Registradu-ra. Slo los tres juntos pueden abrir el arca el martes siguiente para iniciar el escrutinio, y son los responsables por la seguridad de los sobres.

    Qu es el escrutinio? Es el conteo ofi-cial de votos. Se hace a partir de las actas que llenaron los jurados en cada mesa de votacin, con el nmero de votos para cada candidato y partido. Los escrutadores son notarios y jueces de cada municipio, nombrados por la Alcalda. Adems de sumar los votos municipales, depar-tamentales o nacionales dependiendo del tipo de eleccin, las Comisiones Escrutadoras son las encargadas de resolver denuncias sobre irre-gularidades.

    Qu es un jurado? Un grupo de jurados es elegido por la Registradura por sorteo. Otro grupo se elige a partir de las listas que envan los partidos. Segn el organismo, estas sugerencias casi nunca son rechazadas. Los jurados son los encargados de contar los votos en cada mesa, y entregar los resultados previos (preconteo), ade-ms de las actas que despus sern escrutadas.

    Qu son los testigos electorales? Son propuestos por los movimientos polticos a la

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    Registradura. Durante las elecciones habr un testigo electoral por partido en cada mesa de votacin. Su funcin es vigilar las elecciones y, en determinados casos, presentar reclamaciones. Segn el cdigo electoral, estos casos pueden ser: cuando el nmero de votantes de una mesa ex-ceda el de ciudadanos que podan votar en ella; cuando tenga razones para creer que en las actas de escrutinio se incurri en error aritmtico al computar los votos; cuando, con base en las pa-peletas electorales y en las diligencias de inscrip-cin, aparezca de manera clara e inequvoca que en el acta de escrutinio se incurri en el error al anotar el nombre o apellidos de uno o ms can-didatos; y cuando los dos ejemplares de las actas de escrutinio de los jurados de votacin estn fir-mados por menos de tres de stos.

    otrosactoresdelprocesoelectoral:La Comisin Nacional de Televisin y el

    Mincomunicaciones son los encargados de adjudicar los espacios de televisin para que los partidos y candidatos expongan sus pro-gramas. El Consejo de Estado decide sobre las demandas de prdida de investidura. La Fuerza Pblica y las Fuerzas Militares entran en acuartelamiento de primer grado y hasta se pueden convocar a las reservas para garantizar el orden pblico durante elecciones. El Conpes y el Ministerio de Hacienda tienen reuniones especiales para proveer las asignaciones presu-puestales destinadas a la compra del material electoral, la logstica y la seguridad.

    LosVotosLos votos que depositen los ciudadanos pue-

    den ser vlidos, si cumplen con todos los requisi-tos o nulos, si el ciudadano los tach, marc ms de una casilla o escribi en el tarjetn. Entre los votos vlidos, estn los que escogen al candidato o lista de un partido, y estn los votos en blanco, en los cuales el ciudadano manifiesta su incon-formidad con las opciones que se le presentan en el tarjetn. Los votos blancos son contabilizados en el censo a la hora de definir el umbral.

    MoDaLIDaDEsDEfrauDEELEctoraLLos fraudes electorales ya hacen parte del C-

    digo Penal Colombiano, lo que les da carcter de

    delito. Una de las funciones de los periodistas en el cubrimiento electoral es visualizar estas faltas y, adems, informarle a los colombianos dnde pueden hacer sus denuncias.

    Perturbacin de certamen electoral (Art. 386). El que por medio de alguna maniobra perturbe o impida la votacin pblica. Esta in-fraccin ser castigada con una condena de dos a seis aos de crcel. Cuando la conducta se realice por medio de violencia, la pena ser de cuatro a ocho aos.

    Constreimiento al sufragante (Art. 387). El que utilice armas o amenace por cualquier medio a un ciudadano o extranjero, con el fin de obtener su voto por determinado candidato, tendr prisin de tres a seis aos. La misma pena recibir el que a travs de la amenaza impida el libre ejercicio de derecho al sufragio. Cuando esta conducta delictiva es cometida por un ser-vidor pblico, la pena aumenta.

    Fraude al sufragante (Art. 388). El que me-diante engao lleve a un ciudadano o extranjero a votar por determinado candidato, partido o en blanco, ir a la crcel de uno a cuatro aos.

    Fraude en inscripcin de cdulas (Art. 389), (trasteo de votos). El que por cualquier medio indebido logre que ciudadanos inscriban cdulas de ciudadana en un municipio diferente a aquel en donde hayan nacido o residan, con el propsito de obtener ventaja en las elecciones, recibir una pena de tres a seis aos.

    Corrupcin de sufragante (Art. 390). (Compra de votos). El que prometa o entregue dinero a un ciudadano para que apoye a determi-nado candidato, no vote o lo haga en blanco ser enviado a prisin y se le impondr una multa de 00 a 500 salarios mnimos legales mensuales vigentes.

    Voto fraudulento (Art 39). El que suplan-te a un ciudadano o vote ms de una vez ser castigado con cuatro aos de crcel.

    Favorecimiento de voto fraudulento (Art.

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    392). El servidor pblico que permita la suplan-tacin de un ciudadano o que consienta que al-guien vote dos veces en la misma eleccin recibi-r cuatro aos de crcel.

    Mora en la entrega de resultados electora-les (Art. 393). El servidor pblico que no entre-gue oportunamente a la autoridad competente el registro electoral y los sellos de urna, tendr una condena de por lo menos tres aos.

    Alteracin de resultados electorales (Art. 394). El que altere el resultado de una votacin o introduzca documentos o tarjetones invlidos, ser enviado a la crcel de dos a cinco aos. Si esto lo hace un servidor pblico, la pena es ma-yor.

    Ocultamiento, retencin y peticin ilcita de una cdula (Art. 395). El que desaparezca o retenga cdulas de ciudadana recibir tres aos de crcel.

    Denegacin de inscripcin (Art. 396). El servidor pblico encargado de la inscripcin de candidatos o listas de candidatos para elecciones que no cumpla con esta funcin ser castigado con uno o ms aos de prisin.

    Para cada eleccin, el Ministerio del Inte-rior y la Fiscala habilitan lneas para recibir las quejas de los ciudadanos. Si los involucrados en el fraude son servidores pblicos, el organismo responsable es la Procuradura.

    rEforMaDE2003La Reforma Poltica fue pensada para forzar a

    los candidatos dispersos en movimientos y gru-pos personalistas, a congregarse en torno a un partido poltico con una lista nica y, una vez elegidos, votar como una bancada coherente y estructurada. Se puso a prueba por primera vez en las legislativas de 2006, en las que se presenta-ron movimientos con personera jurdica y otros creados con el respaldo de firmas. Hubo partidos que presentaron sus listas abiertas, que le permi-ten al elector escoger al candidato de su prefe-rencia dentro de la lista. Esto es lo que se conoce como el voto preferente, que segn la Reforma

    qued opcional y por eso otros partidos presen-taron listas cerradas, en las cuales el ciudadano slo poda marcar la casilla del partido y, de salir elegidos, entraran en el orden que estableci el partido.

    Otro cambio de la Reforma Poltica fue la cifra repartidora, como el nuevo mecanismo de reparticin de curules (asientos en los rganos legislativos). Esta cifra resulta de una operacin matemtica: dividir sucesivamente por uno, dos, tres, cuatro, etc., el nmero de votos obtenidos por cada lista. Despus se ordenan los resultados en forma decreciente hasta que se obtenga un nmero total de resultados igual al nmero de curules por obtener. El resultado menor es lo que se llama cifra repartidora. Como alcanza a verse en la explicacin, establecer la cifra repartidora es un trabajo dispendioso. Por eso un consejo: la Registradura tiene todo el desarrollo tecnol-gico para establecer la cifra repartidora minutos despus de cerrar las mesas de votacin. Ya cuan-do d a conocer la cifra, los periodistas podrn determinar cul es el partido que va ganando para los rganos legislativos. Pero eso tambin lo informa la Registradura a la par que publica sus boletines.

    Los partidos que no alcanzaron el umbral electoral (como mnimo el 2 por ciento de la votacin vlida total, bien sea a la Cmara o al Senado), perdieron su personera. Es decir que no podrn presentarse a las prximas elec-ciones. La Reforma cre este mecanismo para desestimular las aventuras polticas individuales y estimular la creacin de colectividades fuer-tes, cohesionadas, coherentes y representativas. Pero ese ideal est an muy lejos. Muchos de los actuales partidos no comparten ideologa, intereses, ni tienen actividades ms all de las puramente electoreras. Algunos son un grupo que termin junto por coyuntura o convenien-cias del momento. Otros tienen tradiciones centenarias, pero han atravesado crisis severas. Habr que esperar la consolidacin de estos partidos en los aos por venir, a ver cules de los 5 que hoy figuran oficialmente, perduran. Quizs algunos ni siquiera lleguen a la prxima eleccin. Por eso antes de comenzar a hacer el

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    cubrimiento electoral, cercirese de cules son los partidos vigentes y los que van a participar en la contienda en su regin, entrando a la p-gina del CNE (http://www.cne.gov.co).

    PosIbLEshIstorIasEs importante entender el sistema electoral y

    tenerlo siempre en la cabeza, pues, aporta contex-to y facilita la compresin de los procesos. Pero las historias enfocadas exclusivamente en describir el sistema, pueden resultar aburridas. No lo sern, en cambio, las que contribuyan a hacerlo ms transpa-rente, las que denuncien las irregularidades, las que adviertan potenciales peligros que afecten la legiti-midad de los elegidos y la libertad de los electores.

    Quin es el Registrador? Quines los clave-ros? Ha habido cambios de funcionarios ltima-mente? Son cuotas polticas? Cmo se reparte el poder poltico en los organismos de control de su zona? Como se explic antes en este captulo, lo ms probable es que en las elecciones territoriales de 2007 haya organismos de control politizados. Es clave tener claro de qu partido son cuotas los delegados de la Registradura y contrastar esto con las medidas que ha tomado desde su cargo.

    Cmo se han escogido los jurados de cada mesa? Quin quiere ser jurado y por qu?

    Estn tranquilos los candidatos y partidos con el nombramiento de jurados electorales? No hay denuncias? Y qu de sus testigos en las mesas de votacin? Tendrn suficientes testigos los parti-dos para enviar a todas las mesas?

    En qu lugares de su regin hubo proble-mas de fraude o intimidacin en las elecciones de 2003? El medio puede ir a esos lugares y averiguar si hay riesgo de que se repitan los problemas en esta eleccin.

    Hay rumores de dineros fluyendo a rodos durante la poca de campaa? Sgalos.

    Hay denuncias en la Defensora, las perso-neras, las ONG sobre posibles presiones a candi-datos o a ciudadanos?

    Hay un asesinato o una masacre puede

    tener algo que ver con la lucha por el poder poltico en la regin?

    El da de elecciones: contacte la mayor can-tidad de ciudadanos, jurados, testigos electorales para que tenga fuentes variadas que le informen en caso de irregularidades. Entreviste a los testigos y jurados para ver si todo avanza normalmente.

    Despus de las elecciones: Hubo denuncias de los testigos electorales de cada partido? Esta in-formacin puede servirle de contexto para investi-gar casos de fraude. Lo peor que usted podra hacer, sera publicar la denuncia de un testigo tal cual se la cont. Recuerde que hacen parte de un partido poltico. Entonces la frmula es investigar.

    Aunque en el captulo Siga la plata, se detalla bien cmo se pueden verificar las financiaciones de los partidos y candidatos, nunca pierda de vista el dinero. Si un Registrador empieza a gastar ms de la cuenta, si un grupo de jurados de unas eleccio-nes, al poco tiempo, compra automviles nuevos, ponga el ojo!

    Hay otros mecanismos de rendicin de cuentas de los candidatos y partidos que no slo se refieren al dinero. Qu tan eficientes son esos mecanismos en su regin?

    Algunos otros aspectos que se pueden cubrir, no se relacionan directamente con la transparencia del sistema electoral o de las reglas, pero s tienen que ver con la cultura poltica de una regin, que tambin influye en la libertad con la cual vota un ciudadano. Por ejemplo, se pueden hacer historias sobre:

    Por qu no votaron los ciudadanos? La absten-cin sigue siendo uno de los grandes problemas de nuestro sistema electoral. Identificar las razones por las que los habitantes de cierta regin no se acerca-ron a las urnas es un elemento clave del panorama poltico de este lugar. Hubo amenazas de los gru-pos armados?, estn cansados de las viejas prcti-cas polticas?, ningn candidato cumpli con las expectativas de los electores?

    ExPErIEncIaDEVotEbIEnUno de los aportes ms interesantes de Vo-

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    tebien.com en las elecciones de 2002 fue una investigacin bastante completa sobre el estado del censo electoral, los problemas graves que tenan las bases de datos de las cdulas ciuda-danas, y las implicaciones de este desorden acu-mulado durante aos, sobre la falta de transpa-rencia del sistema electoral. Colombia no saba entonces ni cuntos ciudadanos podran votar si todos se registraran (potencial electoral), ni cuntos siguen votando despus de muertos, ni cuntos tienen an dos cdulas y votan en va-rios municipios a la vez.

    En 2002 tambin se denunciaron los frau-des en las mesas electorales, donde se enmenda-ron muchas actas de votacin, para sumarles a varios congresistas ms votos de los que haban obtenido.

    En 2003 se siguieron con mayor detenimiento dos elecciones locales y se detectaron y denuncia-ron posibles fraudes: compras de votos en Barran-quilla, y en Cali, probable injerencia del narcotr-fico. Tambin Votebien hizo un informe completo sobre aquellos departamentos y municipios don-de los grupos armados ilegales estaban presionan-do a los votantes y a los candidatos para obedecer sus designios. Desde entonces, se denunci, por ejemplo, que varios aspirantes a gobernaciones de la Costa tuvieron que renunciar por presiones de los paramilitares que haban autorizado a un ni-co candidato para presentarse.

    En la edicin 2006 Votebien present un

    ABC electoral para explicar algunos conceptos clave introducidos por la Reforma Poltica y otros como los alcances del voto en blanco y las modalidades de fraude y cmo denunciarlo.

    Las nicas historias que tocaron de alguna manera las falencias del sistema electoral fueron Y las cuentas?, sobre las dificultades del CNE para vigilar la financiacin de los candidatos y los partidos (http://www.terra.com.co/eleccio-nes_2006/reportaje/20-06-2006/nota289322.html) y Contra el fraude, sobre algunas anoma-las que se presentaron en ciertos departamentos (http://www.terra.com.co/elecciones_2006/re-portaje/6-05-2006/nota285477.html).

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    A partir del censo electoral, la Registradura encarga el diseo e impresin de los tarjetones y otra papelera incluida en el kit electoral, que se reparte por todo el pas das antes de las elecciones. En las zonas de alto riesgo de fraude, la Procuradura y la Fiscala acompaan el pro-ceso de entrega y apertura, el da de las elecciones.

    El ciudadano depo-sita su voto en la urna. El registro de los votan-tes queda consignado en el formulario E-11, que llenan los jurados de cada mesa

    Los jurados rea-lizan el preconteo. Registran nmero de votantes y votos por candidato en dos for-mularos idnticos (E-14) que se ponen en dos sobres sellados.

    Los escrutadores municipales (los mismos claveros) sa-can del sobre slo las actas firmadas por el presidente del jurado de cada mesa y consolidan los votos. Dependiendo del tipo de eleccin, las pasan a la Comisin departamental o nacional. En el caso de alcaldes y concejos, el escrutinio se queda en el municipio y la Comisin declara al ganador o ga-nadores. Si es de gobernadores y asambleas, sta comisin le pasa la informacin municipal a la Comisin Departamental, que, a su vez, consolidar los resultados para todo el depar-tamento.

    Los colombianos tendrn los resultados oficiales de las votaciones un par de das despus de las elecciones. Los que conocieron horas despus, el mismo domingo, fueron re-sultados previos que, segn la Registradura, tienen un mar-gen de error del 0,02%.

    Un mes despus de las elecciones, los partidos tienen que presentar sus cuentas para que el CNE les haga segui-miento y proceda a la reposicin de votos.

    Si antes o despus del es-crutinio se denuncia alguna in-consistencia en el preconteo o el depsito de los formularios en los sobres, los escrutadores tendrn que hacer un recuento de vo-tos. Y si hay alguna reclamacin sobre el escrutinio, el proceso pasa a la instancia inmediata. Es decir, si hay dudas sobre el es-crutinio municipal, la Comisin departamental pasa a evaluar el caso. Si las dudas son sobre el departamento, la Comisin nacio-nal interviene. Y si el problema es nacional, la Procuradura entra a investigar.

    Un sobre se va para los regis-tradores departamentales. Ellos envan los datos a la Registradura Nacional. Esta transmite los re-sultados previos que se cono-cen esa misma noche.

    El otro sobre se introduce en el arca que slo podrn abrir los tres claveros juntos, para que el martes siguiente comience el escrutinio.

    Cul es el trnsito de un voto? grfico 1

  • Controlar la actividad de los funcionarios; velar por la transparencia y el orden; y ade-lantar investigaciones sobre fraudes.

    Procuradura Personera Defensora del Pueblo Fuerza Pblica Fiscala Jueces y magistrados

    1Organizacin electoral

    2 Ministerio Pblico

    3 Gobierno (nacional,

    departamental y municipal)

    CNE Registradura Nacional

    Vigila al Registrador Nacional y a los Partidos Polticos

    Comits de Seguimiento Electoral

    Suspender elecciones, en caso de emergencia

    Nombrar claveros

    Apoyar con presu-puesto. Los departa-mentos y municipios tienen que aportar para sus elecciones.

    Inscripcin de cdulas, divulgacin de fechas, pedagoga, administracin general del da de las elecciones Elaboracin del censo Inscripcin de candidatos Nombramiento de jurados de votacin Capacitacin de actores Disposicin de elementos (actas, tarjetas electorales, etc.)

    Organiza y dirige

    Funciones de los siete actores del proceso electoralgrfico 2

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    Nombrar a los escrutadores

    4 Tribunales

    Superiores del Distrito Judicial

    Empresas Sociales del

    Estado (ESES- Hospitales) y Empresas de Servicios

    Pblicos (ESP)

    Jurados y Testigos

    Electorales

    Enviarle a la Registradura una lista con los jurados de votacin (que casi nunca son rechazados por el orga-nismo) y los testigos electo-rales.

    Garantizar el comportamiento tico de sus miembros

    Son sugeridos por los par-tidos polticos. Se encargan de velar por la transparencia en las elecciones.

    Las ESP son las encargadas del funcio-namiento de las redes elctricas. Son las responsables de atender los posibles cortes de luz.

    Apoyar el proceso electoral

    6Partidos Polticos

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    tresMs all de los discursos

    L a manera clsica de cubrir una campaa poltica es publicar los discursos de los candidatos en los diferentes escenarios, fotografiar, filmar, grabar o describir las mani-festaciones pblicas en su favor y estar atento a las denuncias o crticas entre uno y otro aspiran-te. Es una cobertura que muchas veces satisface a los polticos porque amplifica sus mensajes y quiz tambin al editor, si las historias estn bien narradas y los debates son picantes y captan la atencin del pblico.

    El problema con esta clase de cubrimiento es que el ciudadano suele quedar mal informado. Puede ser que entre ataque y ataque de un can-didato a otro, un elector descubra que le gustan ms los argumentos de uno, o le resulta ms inte-ligente o carismtico otro. Pero no sabe si aque-llo que estn prometiendo esos candidatos para resolver sus problemas es posible o imposible de realizar. La campaa tampoco le ayuda a definir cules son las mejores soluciones, ni le permite aportar ideas sobre ventajas o debilidades de las propuestas.

    De ah que no sorprenda lo que encontr el informe sobre la Democracia en Amrica Lati-na del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). De 9.279 personas consul-tadas en la regin sobre por qu los gobernan-tes no cumplen sus promesas electorales, el 64,7 por ciento respondi que mienten para ganar las elecciones; el ,5 por ciento, que porque el sis-tema no los deja cumplir; el 0, por ciento, que porque ignoran lo complicado que son los pro-blemas; y el 9,6 por ciento, que porque siempre aparecen otros problemas ms urgentes.

    Es por esto que para informar mejor al ciu-dadano es necesario que los periodistas y medios investiguen para identificar el estado de los pro-

    blemas de la ciudad o de la regin, difundir las posibles soluciones y contrastar esta realidad con las ideas y promesas de los candidatos. Este pro-ceso informativo no puede ser de una sola va; debe ser participativo, uno en el cual los ciu-dadanos opinen, debatan, comparen y aporten ideas a la construccin de una mejor sociedad.

    LasItuacInactuaLHoy se podra decir que los medios estn

    en una situacin de transicin entre esta mane-ra tradicional de cubrir las campaas, que an abunda, y una nueva actitud de servicio al ciu-dadano en tiempos electorales. No hay que ol-vidar que las elecciones son el escenario central de renovacin de la democracia y, por tanto, no slo son un recambio de figuras en el poder, sino tambin una oportunidad para hacer un corte de cuentas sobre lo logrado y los problemas que an falta resolver. Es una oportunidad para confir-mar polticas pblicas acertadas, que estn dan-do resultados y revisar aquellas que no se estn traduciendo en una mejora en la calidad de vida de la gente.

    En lo poltico tambin ha habido un pro-

    greso en las regiones del pas donde la democra-cia est ms consolidada (hay ms educacin, menor pobreza, mayor participacin, etc.) en el sentido de que los candidatos preparan mejor sus ofertas al electorado. Mediante encuestas y entrevistas en profundidad a grupos de ciuda-danos (llamados en el argot del mercadeo focus groups), las campaas ms sofisticadas saben cules son los problemas que ms le preocupan a la gente. Es sobre estas preocupaciones que centran sus mensajes de campaa, consiguen expertos en cada rea y proponen soluciones. Se podra decir que, por ejemplo, las campaas de los ltimos aos para la Presidencia de la Re-

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    pblica y para algunas Alcaldas ya son de este corte, ms sofisticado.

    Esto no facilita la tarea del periodista. Al contrario, se la complica, pues debe evaluar la conveniencia de propuestas ms complejas y di-seadas por expertos. Tambin debe diferenciar entre los discursos que son apenas para endul-zarle los odos al elector, dicindole lo que ya el candidato y sus expertos saben que quiere or, y las propuestas genuinas y de fondo. Adems, es-tas campaas cuentan con expertos en maquillar errores o cambiarles rpidamente el sentido para que parezcan aciertos, lo que en mercadeo pol-tico se llaman los spin doctors o especialistas para hacer girar un mal momento. All los periodistas deben aguzar su ojo crtico y no dejarse engaar por estos doctos de la manipulacin.

    No obstante, muchas de las campaas en Colombia son an de la antigua guardia y se basan, en algunos casos, en el carisma del can-didato y la fe que le tiene la gente de su vo-luntad para cambiar las cosas. Otros aspiran-tes polticos aceitan sus campaas para que la maquinaria clientelista de favores funcione a todo vapor. Paradjicamente, el poltico logra ser reelegido porque el Estado no funciona. As, la gente sigue necesitando que interceda en su favor para conseguir educacin, salud, un cargo pblico o cualquier otro beneficio. Si su administracin fuera mejor, los servi-cios pblicos seran ms eficientes y la gente requerira menos de las gestiones del poltico. En estos casos, las propuestas de los candida-tos no suelen ser muy estudiadas, ni han sido elaboradas con la participacin de la comuni-dad, aunque hay, por supuesto, algunos lderes populares excepcionales que no entran en esta generalizacin.

    Los periodistas que cubren estas campaas tienen el desafo, entonces, de poner a los can-didatos a profundizar en sus propuestas. Sus informaciones periodsticas deben llevar a estos aspirantes a confrontar los diversos problemas de la ciudadana, a explicar por qu no se han so-lucionado y cmo piensan encararlos si resultan elegidos.

    Es cierto que, a partir de la Constitucin de 99, la legislacin le da al ciudadano una herra-mienta legal para defenderse de los candidatos que llegan al poder y no cumplen sus promesas. Se trata de la revocatoria del mandato. El candida-to debi haber inscrito previamente su programa de gobierno en el Consejo Nacional Electoral y, en caso de ser elegido y no cumplirlo, su man-dato puede ser revocado. Pero es difcil poner en marcha la revocatoria del mandato. Se necesita conseguir un nmero de firmas de ciudadanos que equivale al 5 por ciento de los votos que eli-gieron a ese candidato. As, si el aspirante obtuvo 00.000 votos, para revocarle su mandato se re-quiere que 5.000 ciudadanos firmen que quieren que el elegido se vaya del poder. Reunir a esta mayora, en forma espontnea, no es sencillo. Sin embargo, si lo consigue, despus tendr que pasar otra prueba. En la consulta misma para la revo-catoria deben participar no menos de la mitad de quienes votaron en la eleccin. En el caso anterior sera 50.000 personas. Quiz por eso no le han revocado el mandato a ningn gobernante, aun-que ha habido algunos intentos. Por ejemplo, en mayo de 2006, se presentaron a la Registradura 8.000 firmas para revocarle el mandato al al-calde de Cali, Apolinar Salcedo, pero el nmero que result vlido no fue suficiente para pasar a la segunda etapa y la revocatoria naufrag.

    Muchos gobernantes, no obstante, incum-plen lo prometido no porque deliberadamente quieran engaar al elector, sino porque des-conocen realmente a fondo los problemas que tendran que enfrentar, no haban profundizado en las posibles soluciones y durante la campa-a, ni los medios ni los ciudadanos les ayudaron a hacer bien la tarea. Por eso, la mejor manera que tienen los ciudadanos de defenderse de los malos gobernantes es recibir la informacin ms completa posible, para participar en el debate electoral con sus opiniones y elegir mejor. En ese proceso, la calidad del trabajo periodstico es fundamental.

    QuhacEr?No tiene mayor sentido que los medios gas-

    ten tiempo y espacio para darle al ciudadano la

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    misma informacin que un poltico ya ha pu-blicado en sus volantes, propagandas o en su pgina de Internet. El ciudadano necesita que los medios le den una informacin que vaya ms all. Requiere que los medios le pongan en contexto estas promesas y lemas a travs de una reportera rigurosa sobre cules son los pro-blemas, cules las soluciones que se han inten-tando y si esas promesas innovan o presentan alternativas viables de solucin.

    La siguiente sera una posible batera de pre-guntas que el periodista podra intentar respon-der a lo largo de una campaa, por ejemplo, para Alcalde o Gobernador:

    Cules son los problemas ms urgentes que afectan a la mayora de los habitantes del municipio, distrito o departamento?

    Qu puede hacer un alcalde al respecto; es decir, qu depende de l o ella, y qu es del resor-te del gobierno nacional o departamental?

    Qu soluciones se han intentado anterior-mente y por qu stas no han funcionado o lo han hecho slo parcialmente?

    Hay algo nuevo en las ideas del candidato?Hay gato encerrado en alguna propuesta? Cul es el estado de las finanzas de la ciu-

    dad y cmo piensa el candidato financiar sus propuestas de cambio?

    Si el poltico es repitente, cumpli las pro-mesas de la campaa anterior?, cules de sus po-lticas funcionaron?

    Est prometiendo lo que estar en su po-der cumplir porque es propio de su cargo, tendr cmo financiarlo, y es realizable en la prctica?

    Imagnese por un momento una ciudad don-de la prensa local les responda todas estas pre-guntas a los electores, y no slo eso, sino que los llame a participar para definir los problemas y aportar a las soluciones. No sera ms probable que estos ciudadanos voten mejor, lo que quiere decir que voten mejor informados y, por ende, con mayor conciencia?

    Los periodistas pueden poner a prueba a los candidatos cada da. Pueden hacerles aterrizar sus propuestas frente a problemas concretos.

    Por ejemplo, qu hacer para que la regin con el crecimiento econmico ms bajo, progrese; cmo reducir los asesinatos; cmo combatir la desercin escolar; cmo mejorar el transporte pblico, etc. Los ejemplos pueden ser miles, dependiendo del tipo de campaa que se est cubriendo. Pero el secreto no est solamente en hacer que los polticos hablen de los problemas de la gente y se esfuercen por aportar soluciones viables, sino que el periodista debe conocer esos problemas y esas soluciones para poder repre-guntarle al poltico y no dejarlo ser superficial o mentir.

    PosIbLEshIstorIasLas siguientes son el estilo de preguntas que

    se podran hacer los periodistas regionales con miras a unas elecciones regionales. Cada interro-gante puede dar lugar a una o a varias historias periodsticas:

    Cul es el peor problema de la ciudad o pueblo donde usted vive? Se puede realizar un reportaje sobre el problema ms acuciante de esa ciudad, que explore cmo se lleg a esta situacin, por qu los gobernantes anteriores no lograron enfrentarlo y qu han hecho otras ciudades con un problema similar. Con esta informacin completa, se pueden confrontar y contextualizar las propuestas de los candidatos. (Piense en los problemas ms cotidianos: la baja cobertura en agua potable, la pobreza extrema, el maltrato infantil, la mala calidad de los ser-vicios de salud, la carencia de vivienda popular, la contaminacin del ro, las basuras, la corrup-cin, etc.).

    Qu proponen los candidatos para ata-car el problema ms grave de la regin? La his-toria se adapta para cualquier tipo de eleccin, en cualquier ciudad, departamento o municipio. Por ejemplo, qu proponen los candidatos a la Alcalda de Betitiva (Boyac) para que el pueblo deje de ser el lugar del pas dnde ms nios se mueren de desnutricin? O qu proponen los candidatos a la Gobernacin de Meta para que su departamento deje de ser el lugar con el ma-yor nmero de hectreas cultivadas de coca del pas? O qu haran los candidatos al Concejo de

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    Medelln para mejorar la calidad del empleo? Qu proponen los afectados para solu-

    cionar el problema? Abrir foros radiales, discu-siones en foros virtuales, entrevistas y encuestas a ciudadanos para escuchar sus ideas sobre cmo resolver, por ejemplo, el problema de la corrup-cin o el de la carencia de justicia. El periodista no slo debe conocer bien el tema para confrontar las propuestas de los polticos, sino tambin debe ser exigente al confrontar las de la ciudadana. Luego se puede entrevistar al candidato o candidata con base en las diversas ideas de los ciudadanos.

    Qu tanto se diferencian las propues-tas de los candidatos ms opcionados, del modelo impuesto por la administracin que pretenden reemplazar? Este tema clasifica para Alcaldas y Gobernaciones. Por ejemplo, en Me-delln, quieren los candidatos para la Alcalda copiar el modelo de Sergio Fajardo, o darle un giro radical? Qu tanto afectara o beneficiara esto a la ciudad?

    Qu hay detrs de las propuestas? Hay ideas de los candidatos desinteresadas y fundamentadas en el bien pblico. Pero otras no tanto. Por eso los periodistas deben ser cr-ticos y tener toda la informacin de contex-to posible para determinar qu hay detrs de las propuestas de los candidatos. Por ejemplo, el candidato quiere acabar con el transporte colectivo tipo TransMilenio, pero uno de sus principales financiadores es el zar de los viejos buses en la ciudad. As mismo puede suceder que proponga entregar la empresa de acueduc-to en concesin privada, pero detrs lo apoyan empresas privadas interesadas en ganarse esa concesin. Los electores deben tener estas in-formaciones antes de ir a votar.

    Por partes Los periodistas pueden pu-blicar esta informacin en diferentes forma-tos: pequeas notas diarias, una pregunta cada da con el contexto, una columna escrita o ha-blada de un experto frente a las propuestas de los candidatos, un foro, un debate en directo, etc. Cada uno podr ajustar este cubrimiento segn las fortalezas de su medio de comunica-cin, cuidando que sus informes sean fciles

    de entender, atractivos y se ajusten a los espa-cios y tiempos del medio y del periodista.

    LaExPErIEncIaDEVotEbIEnPor ser un sitio en Internet, Votebien.com

    cont con mayor espacio que los medios de comunicacin tradicionales para hacerles se-guimiento a las elecciones. Por eso en los pro-yectos 2002 (Congreso y Presidencia), 2003 (Alcaldas, Gobernaciones, Concejos y Asam-bleas) y 2006 (Congreso y Presidencia) pudo abarcar las propuestas de los candidatos desde diferentes ngulos. Sin embargo, al ser un sitio que intentaba cubrir la enorme diversidad de campaas de todo el pas, tuvo que hacer una seleccin de aquellos problemas que conside-raba prioritarios y concentrarse slo en algu-nas ciudades.

    En la primera versin de Votebien.com en 2002, el equipo periodstico trabaj dos proble-mas cruciales para el pas: la corrupcin y la vio-lencia. De esta manera, promovi debates entre los candidatos presidenciales sobre estos temas y los confront con entrevistas documentadas.

    Por ejemplo entrevist al candidato lvaro Uribe sobre su compromiso frente a la corrup-cin. (Ver: http://www.terra.com.co/elecciones_2002/el_debate/23-05-2002/nota58073.html.)

    De otra parte, hizo informes especiales sobre cmo la violencia poltica estaba coartando las campaas de candidatos al Congreso en todo el pas. Un ejemplo de estos informes es La po-ltica secuestrada. (ver: http://www.terra.com.co/elecciones_2002/cubrimiento_especial/con-flicto/25-0-2002/nota47287.html.)

    En la versin de las elecciones regionales de 2003, Votebien quiso profundizar de nuevo en el tema de la corrupcin y la transparencia y, adems, en cmo los candidatos enfrentaran el problema de la creciente pobreza. Unos de los informes ms completos, fue un especial multimedia que indag la situacin de la po-breza en el municipio del pas con el mayor nmero de pobres, Soacha, Cundinamarca, en las goteras de Bogot. Cmo la vivan los ciudadanos? y cmo los candidatos, que lle-

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    vaban gobernando este municipio durante varios aos, haban fracasado en aliviar esta tragedia.

    (Ver: http://www.terra.com.co/proyectos/soacha/soacha.htm.)

    En 2006, los usuarios podan encontrar en Votebien, sin ninguna edicin, los planes de gobierno de los candidatos a la Presidencia, tal y como ellos queran que los colombianos los vieran. Pero, para ir ms all, se recogi una vieja experiencia que haba hecho el diario El Tiempo en las campaas presidenciales de 994, con un informe especial llamado Usted decide en el que se escogieron cuatro proble-mas centrales del pas: conflicto armado, co-rrupcin, servicios sociales deficientes y bajos ingresos de la mayora de los colombianos. Se les pregunt en detalle a los candidatos sobre sus propuestas; a cada uno se le pidi que cri-ticara las de sus competidores; se entrevistaron ciudadanos del comn al respecto, y se les pi-di a diversas instituciones especializadas que analizaran las ideas de los candidatos.

    Esta vez, en Votebien se les solicitaron pro-puestas concretas para acabar con los tres pro-blemas ms graves del pas: la desigualdad, el conflicto y la corrupcin. Despus de recibir las respuestas de todos los aspirantes, se les pidi a tres analistas estudiar las de cada uno y califi-carlas. Paradjicamente, los aspirantes ms op-cionados, no fueron necesariamente los mejor librados. (Vea todas las propuestas y anlisis de los expertos en http://www.terra.com.co/eleccio-nes_2006/reportaje/9-05-2006/nota285646.html)

    Tambin se les pidi a los candidatos solu-cionar un problema concreto, que en tiempo de elecciones tena alguna coyuntura: el maltrato intrafamiliar. Despus de revelar el caso de Ken-nedy, un barrio de Bogot que presenta uno de los ndices ms altos de este fenmeno en todo el pas, cuatro de los seis candidatos respondieron preguntas concretas y mostraron sus propues-tas para acabar con este problema (Ver: http://portal2.semana.com/wf_InfoArticuloNormal.aspx?IdArt=9477 )

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    cuatroQuin es quin en la campaa

    Alcanza el corto lapso de una campaa para conocer bien a los candidatos? Co-nocemos cul ha sido la trayectoria del

    partido al cual pertenece y cul es su lealtad a ese partido? Sabemos realmente de qu estn hechos estos polticos, si aguantarn presiones, si sortearn crisis, si sern autcratas y vertica-les, o demcratas y abiertos, si sern honrados o pcaros, pusilnimes o seguros, si son coherentes ideolgicamente con su partido o lderes solita-rios? Podemos decir a ciencia cierta qu une a los candidatos de un mismo partido?

    Si los medios de comunicacin y los perio-distas no revelan la trayectoria, la filosofa, el carcter, los logros de los aspirantes a Alcalde o a Gobernador; a Diputado o a Concejal, es probable que la mayora de los ciudadanos ter-mine depositando en la urna su voto por un candidato que no sabe con qu le va a salir. Una vez elegido, vienen las sorpresas y, generalmen-te, stas no son agradables. As mismo, es im-portante evaluar la coherencia entre el discurso de los candidatos con sus partidos.

    Por eso es una tarea importante de los medios que durante el tiempo de campaa, les cuenten con total independencia a los ciudadanos real-mente quines aspiran a gobernarlos.

    Y qu debe saber una persona sobre sus po-sibles gobernantes? La respuesta depende del cargo, del lugar y de las opciones que haya. Ob-viamente, las habilidades para ser Alcalde de Bo-got son diferentes a las que se requieren para ser Alcalde de Sahn, Crdoba. Y si en Choc, un gobernador debe saber administrar recursos es-casos; en Antioquia, debe saber gerenciar rique-za. No es tan importante quiz que un concejal sepa liderar un equipo, pero es indispensable que un alcalde lo haga bien.

    No obstante, en cualquier lugar y para cual-quier dignidad es clave saber por lo menos cinco cosas acerca de los candidatos: . Si estn pre-parados para ejercer el cargo al que aspiran; 2. Si tienen el carcter para defender el inters p-blico; 3. Cul es su ideologa o su modelo de ciudad o pas?; 4. Si ha sido coherente o no con la lnea ideolgica de su partido o movimiento poltico; 5. Qu tan transparentes han sido las actuaciones de ese poltico?

    Muchas veces, la imagen que la gente tiene de una figura pblica es diferente a la real. Por ejemplo, un candidato se presenta como alguien de ideas progresistas, de vanguardia y dice que en la universidad haba sido rebelde. Al investigarlo, se descubre que como universitario perteneci un grupo religioso catlico que rezaba cada se-mana. Por qu puede ser importante saber esto? Pues nos permite pronosticar con mayor preci-sin cmo reaccionara ante una crisis. A un can-didato le puede parecer prioritario preservar el estado de cosas y, por eso, teme emprender cual-quier cambio que genere conflicto. Otro, quiz, tiene una filosofa ms autoritaria, por lo que es menos amigo del dilogo y ms de la imposicin de sus ideas.

    Ante una huelga, un gobernante puede pre-ferir reprimir que negociar; otro, en cambio, es ms dado a sentarse a la mesa de conversacin y buscar acuerdos. Ante una incmoda denuncia de un medio, el instinto llevar a uno a tratar de censurar, y al otro, en cambio, a informar con mayor transparencia.

    Si un candidato miente sobre sus ttulos aca-dmicos o sobre su trayectoria profesional, esa mentira revela hasta dnde puede llegar para con-seguir lo que se propone. Si otro ha cambiado de partido segn su conveniencia, conoceremos ms

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    sobre la fortaleza de sus ideas. Y si otro ms ha dicho en pblico que defiende una postura y en privado respalda la opuesta, ser claro para los vo-tantes qu tan transparente ser su gobierno.

    Estos son detalles que nos revelan de qu est hecho un candidato, y que le permiten al ciu-dadano conocerlo mejor. A mayor informacin, menor la incertidumbre de los ciudadanos sobre cmo sera su gobierno!

    Los polticos son ms conscientes que nadie de aquella vieja premisa que dice que lo que no est en los medios no existe. Por eso se mueren por aparecer en ellos y usan toda suerte de es-trategias para lograrlo y venderse como el me-jor candidato para el cargo al que aspiran. Los periodistas no pueden servirles de idiotas tiles y conformarse con la imagen superficial que el candidato a veces con todo un equipo de estra-tegas detrs quiere vender.

    Es frecuente que algunos periodistas, en el afn de cubrir una campaa, presenten slo unos datos bsicos de cada candidato, generalmente, suministrados por los mismos polticos. Se di-vulgan sus hojas de vida con los estudios y cargos que ocup; y, de vez en cuando, sale una nota con aspectos de su vida familiar o una entrevista que da cuenta de sus pasatiempos y sus libros favoritos.

    Es ms, gran parte de la imagen que tienen los ciudadanos del candidato o la candidata no la han construido con la informacin racional que escuchan en la radio o ven en la tele. sta ha sido elaborada a travs de los mensajes simblicos de la publicidad, y de los gestos, escenarios y frases cuidadas que les arman sus genios del mercadeo poltico, cuya sofisticacin vara con la del candi-dato. As, el uno aparece siempre junto a la ban-dera nacional para que lo asocien con patriotismo; al otro le han puesto, discretamente, la imagen de una virgen sobre su escritorio, para enviar el men-saje de que es piadoso y pulcro, a la vez.

    Las imgenes del aspirante equis a la Alcal-da de Bogot, rodeado por su familia y jugando con su perro en un parque pblico, enternecen

    a cualquiera, y las amas de casa se enloquecern por elegirlo. Pero, puede trabajar en equipo?, de qu tipo de personas se rodea?, quin lo llev a la poltica?, son preguntas que pocas veces que-dan resueltas en estas campaas publicitarias.

    Ir ms all de de esta informacin superficial es tarea prioritaria de los reporteros durante una campaa.

    LasItuacInactuaLCon la crisis de los partidos polticos tradi-

    cionales y la llamada operacin avispa por la cual cada candidato se convirti en una es-pecie de microempresa electoral que consegua sus propios votos y su financiacin y las nicas lealtades que cultivaba eran personales el cu-brimiento de los candidatos se hizo an ms difcil para los periodistas. En las campaas al Congreso y dems cuerpos legislativos, los me-dios han tenido el desafo de cubrir literalmente a miles de candidatos, lo que les ha hecho impo-sible profundizar siquiera un poco en revelarle al pblico realmente quines son. As, por ejemplo, en las elecciones de octubre 2003 inscribieron candidatos 69 partidos, movimientos o grupos de ciudadanos. Presentaron 54.469 candidatos a Concejos, 4.783 a las Asambleas y 2.673 a las Juntas Administradoras Locales (JAL).

    La Reforma Poltica de 2003 vuelve a un sistema electoral que privilegia los partidos mayoritarios, y obliga a los llaneros solitarios a agruparse y formar partidos o movimientos para sobrevivir en la poltica. Por eso en las elecciones de 2006, se comenz a vislumbrar un renacer de grandes agrupaciones electorales (como fueron los partidos Liberal y Conserva-dor durante casi todo el siglo XX) que aspiran a convertirse en Partidos Polticos coherentes, cada uno con una visin de pas y una lnea poltica diferenciada.

    Esto, si se mantiene, le har la vida ms fcil al periodista que va a cubrir las eleccio-nes. Cuando tenga que escudriar las listas al Senado o al Concejo, ya no tendr que ir nom-bre por nombre a ver quin es quin, sino que podr profundizar en cada partido que ha pre-

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    sentado una lista, sus lderes, su trayectoria, su financiacin, etc.

    Pero an falta mucho para que se pueda ha-blar de estos partidos modernos. Si bien la Re-forma Poltica de 2003 consagr las listas nicas, y oblig a la agrupacin en partidos, estableci el voto preferente, con lo que preserv la tradicin de las microempresas electorales. Pocos candida-tos terminaron debindole su curul a su partido, sino que, ms bien, los partidos les deben a los candidatos y stos pueden irse con todo y vo-tos de un partido a otro sin el menor problema, como sucedi en la ltima eleccin de 2006.

    Por todo lo anterior, es de esperar que en las elecciones de 2007 los partidos pesen ms que en 2003. Algunos se disolvern por disputas inter-nas, otros afianzarn su ideologa de derecha, de izquierda, o de centro; sus intereses (campesinos o religiosos o empresariales); sus posiciones frente algunos temas (a favor o en contra del aborto, del TLC, de la negociacin con las guerrillas); su ali-neacin internacional (con Estados Unidos o con el Movimiento de los No Alineados); su represen-tacin poltica (partidos multiclasistas, u obreros, o ecologistas, o de jubilados o de ex policas), etc. Por eso los periodistas deben aclararle al ciudada-no las posiciones que los partidos tomarn una vez lleguen al poder. Al igual que el Congreso, las Asambleas y los Concejos debern actuar por ban-cadas de partidos. Estas bancadas escogern a sus voceros para sentar sus posiciones, dirn quines harn los debates de control poltico y fiscalizacin de Alcaldes y Gobernadores, cmo conformarn las alianzas para escoger Personero o Contralor; y, sobre todo, tendrn que votar sus Acuerdos u Ordenanzas en bloque. Es decir, el alcalde o el gobernador negociarn con cada bancada y no con cada Diputado o Concejal. Lo que decida la bancada es, con algunas excepciones, de obligato-rio cumplimiento para sus miembros. De ah que sea importante darles a conocer a los electores las posiciones de los partidos y la coherencia de sus miembros frente a diversas polticas.

    Sin embargo, el periodismo debe seguir con el ojo puesto en los barones electorales de cada regin que an pesan bastante ms que sus par-

    tidos. Son ellos los que, en muchos casos, im-pondrn la lnea partidista en los Concejos y las Asambleas y votarn, como siempre, segn sus intereses y su agenda, y segn quines estn de-trs.

    As mismo, con las nuevas reglas del juego que favorecen la consolidacin de grandes par-tidos fuertes, el periodismo tendr el reto de vi-gilar que realmente sean democrticos y permi-tan la renovacin y la participacin de facciones minoritarias. Por ejemplo, hay que preguntar cmo fueron seleccionados los candidatos que cada partido presenta a las corporaciones y a los cargos de su regin.

    QuhacEr?1.Su carcter y su estilo de gobierno:

    Quiz lo que mejor indica qu clase de go-bernante sera el candidato es ahondar en su ca-rcter y su estilo de liderazgo.

    Cmo suele tomar decisiones, sobre todo, en situaciones difciles?, consulta?

    Cmo manda? Delega o pretende con-trolarlo todo? Grita a sus subalternos con fre-cuencia o es suave y pedaggico en el trato? Da rdenes precisas o es ambiguo? Lo respetan por miedo o por admiracin, o no lo respetan?

    Cmo piensa? Qu ideas lo formaron o lo marcaron, dnde estudi, qu ley, qu pen-sadores admira?

    Ha sido coherente en su trayectoria po-ltica, entre lo que predica y lo que ha hecho?, en sus discursos? Ha sido leal a un partido o da bandazos?

    2.Su formacin y sus conocimientos para el cargo que busca ocupar:

    Conocer qu sabe el candidato, va ms all de la hoja de vida formal

    Ha demostrado un criterio poltico y tc-nico adecuado en las decisiones que ha tomado?

    Qu tanto conoce su ciudad/regin o lu-gar geogrfico que quiere representar?

    Conoce lo que podr hacer desde su cargo y cules sern sus limitaciones?

    3.Sus realizaciones y fracasos: Las polticas que ha implementado en car-

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    gos pblicos o privados anteriores han funcio-nado?

    Han sido sostenibles estas polticas, luego de que l o ella haya salido del cargo?

    Ha tomado decisiones correctas o se ha equivocado?

    Ha sacado adelante lo que se ha propuesto? Ha cumplido promesas anteriores? Lo quiere la gente por simpata o porque

    ha hecho cosas que la han beneficiado?

    4.La personas que lo rodean: Quines han sido sus aliados, sus apoyos,

    sus patrocinadores, sus jefes polticos? Suele rodearse de personas que le dicen

    que s a todo, o de gente que incluso sabe ms que l o ella?

    Suele rodearse de personas con muchos intereses privados, de gente que busca hacer negocios?

    Qu tanto influyen otras personas en sus decisiones: sus colaboradores cercanos, su espo-sa/esposo, su familia, sus financiadores?

    Conoce a su equipo ms cercano desde hace rato o suele cambiarlo a menudo?

    5.El dinero:Adems de lo que se discute en el captulo de

    este manual Siga la Plata, es importante que la ciudadana sepa cul es el patrimonio del candi-dato o la candidata y cmo lo ha construido. Si es rico, de dnde ha salido su fortuna; si es po-bre, por qu lo es. Cmo vive, qu declaraciones pblicas de bienes ha hecho; si se ha declarado impedido en algn cargo por conflicto de intere-ses, cules han sido esos intereses, etc.

    6.En algunos casos, su salud y sus hbitos personales:

    Hay problemas de salud o hbitos que afec-taran su capacidad o su independencia para gobernar?. Si un aspirante es borracho perdido, pues la gente tendr que saberlo antes de votar por l; si sufre de alzheimer, pues tambin. Y si es un jugador empedernido, el presupuesto corre peligro.

    Para conseguir parte o toda esta informacin acerca de los candidatos a Alcalde o Gobernador,

    a Concejal o a Diputado, obviamente, no basta con interrogar al candidato y a su equipo de ase-sores. Lo mejor es cubrir todos los ngulos, pre-guntndoles a ellos, pero tambin recurrir a los archivos periodsticos que le darn contexto para juzgar acciones anteriores del candidato; hacer derechos de peticin para saber si tiene cuentas pendientes con la justicia; conocer la evaluacin de su desempeo en cargos anteriores; entrevis-tar a su familia, a quienes hayan sido subalternos o jefes y los conocieron en cargos anteriores de gobierno; a los contradictores polticos u otras personas con las que el candidato haya tenido al-gn en