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Combinar Investigación y Calidad Literaria

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Combinar investigacin y calidad literariaLa nueva crnica argentina: Sebastin Hacher, Josefina Licitra, Graciela Mochkofks, Javier Sinay y Cristian AlarcnCECILIA GONZLEZ18 FEB 2012 - 13:28CETParecen, pero no son ficcin. Estn escritos a partir de una construccin narrativa literaria y se asemejan a alguna novela. Pero son libros periodsticos, basados en la realidad, sin invencin alguna. Bajo ese pacto, un puado de periodistas argentinos est alimentando la rica y larga tradicin de un periodismo que siempre supo combinar una exhaustiva investigacin con la calidad de estilo. Son ellos quienes estn contando, lo que pasa en una Argentina llena de vida, de fuerza y de problemas.En 2011, Sebastin Hacher, Josefina Licitra y Graciela Mochkofsky publicaronSangre salada(Marea Editorial),Los otros(Debate) yPecado original(Planeta). Poco antes lo hicieron Javier Sinay conSangre joven(Tusquets) yCristian Alarcn(nacido en Chile pero criado desde su infancia en Argentina) con su famosoSi me quers, quereme transa(Norma). Los cinco abordan temas diversos, pero todos reflejan mejor que cualquier diario o programa televisivo la realidad vital de su pas.Hacher document, en un relato que quita el aliento, el nacimiento de una de las ferias ms formidables de Amrica Latina, un mercado de ropa y productos electrnicos que mueve decenas de millones de dlares, pero al que hay que ir de madrugada y en el que los territorios tienen fronteras que es mejor no traspasar. Mochkofsky se meti en el avispero de la relacin entre el Grupo Clarn y los Kirchner y prob, por fin, framente y con toda clase de datos, uno de los conflictos polticos que ha estado rodeado de ms mentiras y engaos. Licitra recorri una zona del conurbano de Buenos Aires y nos dej una narracin estremecedora de violencia entre pobres, mientras que Sinay se aproxim a un problema cruel y soterrado de las sociedades latinoamericanas: el asesinato de jvenes por jvenes. Sus libros tienen una mirada personal y una narracin literaria, algo que es esencial en el buen periodismo pero que peridicos y revistas, llenos de fronteras y de formas impuestas, terminan por constreir y les impiden publicar.Hay todo un sector de la prensa que es bastante resistente a lo narrativo. Dicen que nos queremos hacer los escritores, cuenta Hacher en una entrevista colectiva en la que queda abierto el debate sobre periodismo y literatura. Licitra acota: Cuando me preguntan cmo me tienen que presentar digo que como periodista, pero es un error no poder asumirnos como escritores. Uno se resiste porque teme que alguien vaya a pensar que me quiero hacer algo que no soy. Alarcn, tambin autor deCuando me muera quiero que me toquen cumbia(Norma, 2003), prefiere ser identificado como cronista; en cambio, a Sinay le basta y le sobra con ser, simplemente, un periodista, idea compartida por Mochkofsky, autora, entre otros, deTimerman, el periodista que quiso ser parte del poder(Sudamericana, 2003): Nunca he querido ser otra cosa. Lo que hago es periodismo y me parecen muy importantes los valores de la honestidad, la rigurosidad, la informacin y el chequeo de datos, por ms narrativo o literario que sea el estilo.En las definiciones de estos periodistas asoma de manera recurrente el reconocimiento a Rodolfo Walsh como uno de los principales maestros argentinos del periodismo escrito como literatura. Resuenan, tambin, los ejemplos de Roberto Arlt, Toms Eloy Martnez, Martn Caparrs, Leila Guerriero y un menos conocido Enrique Raab. Alma Guillermoprieto, Vasili Grossman, J. M. Coetzee, Foster Wallace, Raymond Carver y, sobre todo, Ryszard Kapuscinski, son otros autores extranjeros que influenciaron los trabajos de estos periodistas, cobijados por un mercado editorial que les abre las puertas pese a su juventud, porque Alarcn, Hacher, Licitra, Mochkofsky y Sinay publicaron sus primeros libros cuando apenas tenan entre 28 y 33 aos.Mochkofsky explica que a partir de los noventa hubo un boom de libros de periodistas que vendan cien mil, doscientos mil ejemplares. Se dio un cambio fundamental en el periodismo argentino, que adquiri el modelo norteamericano del periodismo que investiga y controla al poder. Durante el Gobierno de Menem hubo una enorme produccin de libros sobre la corrupcin, lo que instal a los periodistas como autores para las editoriales.Hoy, los ms viejos del grupo reunido por Babelia apenas si superan los 40 aos y siguen inmersos en investigaciones, sin intencin alguna de dejarse tentar por la ficcin para realzar sus relatos. No vale la pena inventar y la realidad siempre es mucho ms interesante, considera Hacher. Para Sinay, quien convoca a escapar de los estereotipos de buenos y malos al momento de presentar a sus personajes, cuanta ms verdad hay, ms atrapante es el texto porque el lector sabe desde el principio que no se le est mintiendo. Licitra explica: El lmite es que lo que estoy contando tiene que haber pasado, las personas que cito tienen que existir porque es la nica manera de no vulnerar el pacto con el lector. Segn Mochkofsky, las nuevas tecnologas ayudan a que atrapar a un periodista mentiroso sea ahora mucho ms fcil, adems de que la concepcin misma del periodismo es diferente porque hay una expectativa mucho ms rigurosa por parte de los lectores. Alarcn, director de la coleccin Ficciones Reales de Editorial Marea (estrenada con el libro de Hacher), es an ms contundente: No tiene sentido mentir, mi estructura psquica no lo soportara. Lamenta, tambin, el mito de ustedes se lo inventan que cay encima del periodismo narrativo a raz de que se descubriera que Kapuscinski no cont siempre la verdad. Los trabajos de Alarcn, Hacher, Licitra, Mochkofsky y Sinay tambin destacan porque fueron realizados en una Argentina copada por la dura pelea entre el Gobierno y un sector de la prensa, un enfrentamiento que abrasa al periodismo argentino desde hace aos. Los cinco dejaron de un lado la polarizada y agotadora discusin entre periodistas militantes y periodistas opositores y se dedicaron a ver, documentar y narrar, a revitalizar la magnifica crnica latinoamericana y a demostrar que el periodismo narrativo, literatura de no ficcin, es posible en cualquier tiempo y circunstancia. OCecilia Gonzlez,periodista, corresponsal en Buenos Aires, es autora, entre otros libros, deEscenas del periodismo mexicano. Historias de tinta y papel(Fundacin Manuel Buenda) y ha participado en el proyecto72 migrantes.Sebastin Hacher:Sangre salada. Una feria en los mrgenes(Marea Editorial).Josefina Licitra:Los otros. Una historia del conurbano bonaerense(Debate);Los imprudentes. Historias de la adolescencia gay-lsbica en la Argentina.(Tusquets).Graciela Mochkofsky:Pecado original. Clarn, los Kirchner y la lucha por el poder(Planeta);Timerman, el periodista que quiso ser parte del poder(1923-1999) (Sudamericana, 2003).Javier Sinay:Sangre joven. Matar y morir antes de la adultez(Tusquets).Cristian Alarcn:Si me quers, quereme transa(Norma);Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vidas de pibes chorros(Norma).