Comentario bibico hispanoamericano 1 y 2 eugenio green

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  • 1 PEDRO Y 2 PEDROEugenio Green

    COMENTARIO

    HISPANOAMERICANOEDITOR

    Justo L. Gonzlez

    CONSEJO EDITORIALGuillermo CookRen Padilla

    Samuel PagnMarcos Antonio Ramos

    Juan Rojas

  • Ttulos que ya han sido publicadosGNESIS 1 - 11EsDRAS. NEHEMAS y EslERAMS y ABDIASMARCOS

    HECHOSl TIMOlEO. 2 TIMOlEO

    y TITOSANTIAGO y JUDASl PEDRO y 2 PEDROTEORA y PRCTICA

    DE LA PREDICACIN

    Esteban VothSamuel Pagn

    Washington PadillaGuillenno Cook y

    Ricardo FoulkesJusto L. Gonzlez

    Marcos A. RamosPablo A. DeirosEugenio Green

    Cecilio Arrasta

    1 Pedro y 2 PedroEugenio Oreen

    A l sea la gloria y el imperiopor los siglos de los siglos. Amn.

    Ttulos que aparecern prximamenteDEUlERONOMIOl SAMUEL y 2 SAMUELJEREMAS 1-20MAlEO

    Edesio SnchezFrancisco Garca-Treto

    Jorge A. GonzlezRafael Cepeda

  • 1993 EDITORIAL CARIBE, INC.9200 S. Dadeland Blvd., suite 209Miami, FL 33156

    ISBN: 0-89922-3737

    Reservados todos los derechos.Prohibida la reproduccin totalo parcial de esta obra sinla debida autorizacinde los editores.

    Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

    Presentacin generalLmpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino, cantaba elpoeta de antao. Aquella lmpara que hace siglos ilumin los pasos delpoeta hebreo sigue hasta el da de hoy alumbrando el camino de quienesse acogen a su luz. Sin ella, los caminos de nuestro siglo son tan oscuroscomo los de las peores pocas de la humanidad. Nos ha tocado caminaren medio de guerras y rumores de guerras, entre pestilencias que matande noche e injusticias que matan de da. La noche es oscura; el camino,incierto. Hay luces que nos deslumbran y nos hacen perder el camino.Empero, hoy como antai'o, la Palabra de Dios sigue siendo lmpara anuestros pies y lumbrera a nue~ro camino.

    La importancia y autoridad de las Escrituras fueron principios fun-damentales de la Reforma Protestante del Siglo XVI. Empero tal nfasissobre la Biblia no es caracterstica exclusiva de la Reforma Protestante.Tanto es as, que bien podra decirse que la historia de la iglesia no es sinoun largo comentario que el pueblo creyente ha ido escribiendo, no solocon sus palabras, sino tambin con sus actividades. Buen comentaristafue el cristiano que entreg su vida por su fe. Buen comentarista fue elque supo amar al prjimo, hacer justicia, anunciar perdn. Mal comenta-rista fue el que persigui a quienes no concordaban con l, o el que usde su fe para escapar de su responsabilidad frente al prjimo. Y, si bienes cierto que en la Reforma del siglo XVI la Biblia jug un papel de sumaimportancia, tambin es cierto que en nuestros das, a fines del siglo XX,otra gran reforma comienza a despuntar; y en ella, como en el siglo XVI,el redescubrimiento de las Escrituras ha de jugar un papel central.

    La lmpara que alumbra el camino es til en tanto y en cuanto a suluz se dirige hacia el camino por donde andamos. Hay que cuidar de lalmpara; hay que asegurarse de que sus lentes estn limpios; pero al fin

  • 6 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    de cuentas lo ms importante es ver el camino mismo a la luz de lalmpara.

    Es por eso que un comentarista como el presente ha de tratar, nosolamente del texto en la situacin original en que fue escrito, sinotambin del texto dentro del contexto en que nos ha tocado vivir. 1 Haycomentarios escritos en otros tiempos y otras latitudes que nos son todavade gran provecho. Pero no nos basta con tales recursos. Ya nos vahaciendo falta un comentario que arroje la luz de la Palabra sobre lossperos caminos por los que transita el pueblo de habla hispana en todoeste vasto hemisferio; ya nos va haciendo falta un comentario escrito porquienes acompaan a nuestro pueblo en ese duro camino; ya nos vahaciendo falta, como nuestro propio ttulo lo llama, un ComentarioBblico Hispanoamericano.

    Es nuestro deseo y nuestra esperanza que el Comentario BblicoHispanoamericano sea a la vez un llamado y una contribucin a eseredescubrimiento de las Escrituras.

    EL CONSEJO EDITORIAL

    I En los comcntarios. la seccin el tcxto cn nucslro contexto aparece dcstacada con un tipode letra diferente.

    PrefacioEste comentario sobre las Epstolas de Pedro naci de la inquietud de quelos pastores, los maestros y los estudiantes de la Biblia en Amrica Latinano tienen acceso a suficiente lileratura evanglica para ayudarles en suestudio de las Sagradas Escrituras. Adems, la gran mayora de los librosque llenan nuestras bibliotecas y libreras evanglicas son textos popula-res y no muy avanzados ni tcnicos. Si un pastor o maestro quiereprofundizar en la interpretacin de un libro, con pocas excepciones sunico recurso son los estudios realizados por telogos europeos que sehan traducido al castellano. Las perspectivas teolgicas presentadas enesos libros son en su mayora no evanglicas. Tambin, son investigacio-nes escritas para contestar las inquietudes de otras latitudes y no respon-den directamente a las necesidades de los obreros de las iglesias latinoa-mericanas. Como profesor de Nuevo Testamento, he lamentado no tenerms recursos que recomendar a mis alumnos. Mi esperanza es que estecomentario responda en parte a esta situacin que nos confronta.

    Mi inters personal en I Pedro comenz en 1977 cuando inici misestudios doctorales sobre este libro. En parte el comentario es el fruto deesa investigacin preliminar sobre la relacin entre la teologa y la ticaen I Pedro. Ultimamente he tenido varias oportunidades de ensear estaepstola y refiexionar sobre su importancia para la iglesia en AmricaLatina. Por otro lado, mi estudio de 2 Pedro comenz en serio durante lapreparacin de este comentario y confieso que sigo luchando con sumensaje y su significado para nosotros.

    Hay un aspecto de este libro que quizs sea inquietante para varioslectores. Reconocemos que Pedro no escribi en un vaco cultural oliterario, y que hay un dilogo constante entre el autor y su contexto. Lostextos y las inscripciones antiguas, sean bblicos o extrabblicos, nosiluminan respecto del significado de las palabras, nos informan sohre las

  • 8 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    ideas y los valores corrientes en aquel\a poca, y nos dan un marco dentrodel cual podemos entender el mensaje del libro. Por lo tanto, en lainterpretacin de muchos versculos fue necesario recurrir a informacinque proviene de esos documentos e inscripciones para mejor entender elmensaje del apstol. Incluir referencias a la literatura extrabblica noimplica que el autor crea que son autoritativas o inspiradas. Se incluyensolamente para contextualizar el mensaje.

    Este libro no representa el esfuerzo de una sola persona y por esoquisiera agradecer a los que han colaborado en su produccin. Durante1990 se me present la oportunidad de dejar mis responsabilidades en elSeminario ESEPA en San Jos, Costa Rica para estudiar y escribir en labiblioteca de Tyndale House, ubicada en Cambridge, Inglaterra. Agra-dezco profundamente a aquellos hermanos y hermanas en la fe, en CostaRica, los Estados Unidos y Gran Bretaa, que ofrendaron para que pudierarealizar este trabajo. A Bruce Winter y David Deboys, director y biblio-tecario de Tyndale House, les doy gracias por brindarme su ayuda pormedio de su ministerio en Tyndale. Mis compaeros en el ministerio deESEPA, Guillermo Brown, David Baer, Kevin Jezequel y GabrielaMurillo, asumieron mis responsabilidades para que pudiera dedicarme aesta labor y a ellos les expreso mi ms sincera gratitud. Agradezco muchola ayuda que me brindaron Elizabeth Montero de Alfaro y Justo Gonzlez.Leyeronel manuscrito e hicieron las correcciones de estilo necesarias paraque el libro saliera en buen castel\ano. A los estudiantes de ESEPA quedieron sus sugerencias y comentarios sobre el manuscrito les doy muchasgracias. No tengo palabras suficientes para expresar mi gratitud por elapoyo que me ha dado mi familia. Mis hijas, Gil\ian y Christi, nosacompaaron con gozo durante nuestra peregrinacin en Inglaterra y miesposa Deborah me ha apoyado y animado a cada momento. Tambin,agradezco mucho su labor en la produccin del mapa. Finalmente, le doygracias a Dios por su direccin y ayuda, y por este gran equipo.

    ContenidoPresentacin general . . 5Prefacio. . . . . . . . . . 7Lista de Abreviaturas 15Bibliografa selecta . . 17

    1 PedroIntroduccin general 23

    I. El autor de I Pedro . 23A. Pedro y I Pedro . 23B. La autenticidad de la epstola . 25C. El lugar de composicin ... 33

    Ch. La fecha de composicin . . . 341I. Los destinatarios de I Pedro. . . . . . . . . . . . . . . . 34

    A. El lugar de los destinatarios. . . . . . . . . . 34B. La fundacin de las congregaciones . . . . . .36C. Composicin social de las comunidades cristianas 36

    Ch. La situacin de los destinatarios . . . . . . . . . . 39D. El mensaje de 1 Pedro a los cristianos en Asia Menor . 42

    III. La composicin de I Pedro . . . . . . 42IV. Las fuentes de la enseanza de I Pedro 45V. El esquema de I de Pedro . . . . . . 48

    Bosquejo de 1 Pedro . . . 51I. La salutacin epistolar (1.1-2) . 53

    Palabra de Pedro, Palabra de Dios 58

  • 10 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO Contenido 1I

    Expatriados en una sociedad hostil . La primitiva teologa de la Trinidad

    11. La existencia cristiana (1.3-2.10)A. La nueva vida (1.3-12) . . . . . . . . . . . . .

    1. La alabanza a Dios por el nuevo nacimiento y su promesa(1.3-5) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    2. El gozo de la salvacin en medio del sufrimiento (1.6-9)3. La salvacin esperada y realizada (1.10-12) .

    La esperanza escatolgica y la vida diaria La seguridad cristiana. . . . . . . . . . . . Una teologa del sufrimiento . . . . . . . . El mensaje proftico y la predicacin evanglica

    B. El llamado a la santidad (1.13-2.3) .1. Ser santos (1.13-16) .

    La teologa y la tica . . . . . . . . La verdadera santidad. . . . . . . .

    2. Conducirse en el temor de Dios (1.17-21) . Padre nuestro, nuestro juez . . . . . . El xodo .

    3. Amarse los unos a los otros (1.22-25) . La comunidad de amor . . . . . . . . El poder del evangeiismo, la Palabra del Seor

    4. Desear la leche espiritual (2.1-3) . . . . . . Renuncia y aceptacin .

    C. La nueva existencia como elegidos de Dios (2.4-10)1. La Piedra (Cristo)(2.4) .....2. Las piedras (los cristianos) (2.5)3. La Piedra (Cristo) (2.6-8) ...4. El pueblo de Dios (2.9-10) . . .

    El sacerdocio de los creyentes . Identificacin e identidad; rechazo y resultados

    111. Las obligaciones cristianas (2.11-5.11) ...A. En las estructuras sociales: Consejos generales

    (2.11-3.12) .1. Introduccin: Abstenerse de deseos carnales (2.11-12)

    La vida cristiana en la sociedad pagana El testimonio . . . . . . . . . .

    2. El cdigo de sujecin (2.13-3.7)

    5961

    6363

    636873787981828383899193

    101103104110113115119122122124127131136141145

    145145150151153

    a. Todos a las autoridades gubernamentales (2.13-17) El cristiano y el estado . . . . .

    b. Esclavos a sus amos (2.18-25) El cristianismo y la esclavitud . La imitacin de Cristo .....

    c. Mujeres a sus maridos (3./-6) . . . . .ch. Maridos: Ser comprensivos con sus mujeres (3.7) .

    La esposa cristiana . . . . .... El esposo cristiano . . . . . . . .

    3. Conclusin: Hacer el bien (3.8-12) La recornpensa y la vida buena . .

    B. En las estructuras sociales: Bajo persecucin(3.13-4.6) .l. Sufrir por hacer el bien y no el mal (3.13-17) .

    La reaccin cristiana al sufrimiento inmerecido2. El ejemplo de Cristo (3./8-22) .

    I Pedro 3.18-22 y la predicacin cristiana . La interpretacin de los espritus encarcelados La victoria de Cristo sobre el mundo demoniaco

    3. No volver a hacer el mal (4.1-6) .. No vuelvo atrs, no vuelvo atrs .

    C. En la comunidad cristiana (4.7-1 1) .1. Orar a la luz del fin (4.7) .2. Amar fervientemente (4.8-9) . . . . .3. Servir como buenos administradores (4.10-1 1)

    La cohesin de la comunidad de los ltimos dasCh. En las estructuras sociales: Bajo persecucin (4.12-19)

    l. Gozarse en el sufrimiento (4.12-14). . . . . . . . . .2. Sufrir como cristianos y no como criminales (4.15-19)

    El porqu y el cmo del sufrimiento . . . .D. En la comunidad cristiana (5.1-7) .....

    l. Exhortacin a los ancianos: Pastorear (5.1-4)2. Exhortacin a los jvenes: Someterse (5.5a) .3. ExhortaCIn a todos: Humillarse (5.5b-7)

    El liderazgo cristiano . La congregacin cristiana. . . . . . . . . .

    E. En las estructuras sociales: Bajo persecucin (5.8-11) .l. Resistir al diablo (5.X-9) . . .2. La fortaleza de Dios (5.1 (}-II) . . . . . . . . . . ...

    154160164174177180187190194196202

    .205

    .205 212 216.227 228 231 233.243.247 247

    ~ 249 251 254 258 258.262 267 274.274

    280281284289

    . 290290

    293

  • 12 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO Contenido

    382387

    368373378

    390398

    347 349.349 352

    353354356359

    361 361

    366

    Los fundamentos de la vida cristiana.B. La respuesta humana (1.5-9) ...

    1. Las virtudes morales (1.5-7) . . . . .2. Los que tienen estas virtudes (1.8) . .3. Los que no tienen estas virtudes (1.9) .

    C. La afirmacin del llamado (1.10-11) Las virtudes ascendientes . Caer o entrar: Las dos opciones .. .

    111. Defensa de la fe contra los maestros falsos(1.12-3.13) .A. El testamento de Pedro (1.12-15) . . . . . . . .

    El testamento de Pedro . . . . . . . . . . . . .B. I refutacin: Testimonio de los testigos oculares

    ( 1.16-18) .C. 2Q refutacin: Testimonio de los profetas (1.19-2 1)

    La defensa de la fe .Ch. La venida y la condenacin de lo~ falsos maestros

    (2.1-3) . Los falsos maestros . . . . . . . . . . . . . . . . .

    D. 3 refutacin: Seguridad de destruccin y de salvacin(2.4-IOa) .

    Juicio futuro, juicio seguro .E. El pecado de los falsos maestros y su condenacin

    (2.lOb-22) . . . . . . . . . . 4001. Su arrogancia (2.1 Ob-13a) . . . . . . . . . . . .. . 400

    La arrogancia del error . . . . . . . . . . . . . .. . 4042. Su maldad no contenida (2.13b-16) . . . . . . . . .. " 406

    El cuadro de la sensualidad y de la avaricia 4103. Apostasa y seduccin de los recin convertidos (2.17-22) . 414

    La apostasa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422F. 4 refutacin: El da del Seor (3.1-13). . . . . . . 426

    l. Recordatorio de la enseanza proftica y apostlica0.1-2) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426

    2. Crtica de los burladores acerca del da del Seor (3.3-4) . 428 Recordar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431 El escepticismo escatolgico y la inmoralidad. . 433

    3. La certeza del juicio (3.5-7) . 434 El cataclismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437

    335339341

    343 343

    .. 295

    . 299 .. 303

    . . . . . . . . . 307. . . . . . . .. 307

    .308309

    310 310 311 311 312 312 312 312 314

    316 317 317 318 319

    319322326

    327.327 330

    331 333

    2 PedroIntroduccin a 2 Pedro. . . . . . . .

    1. El autor .A. 2 Pedro en la iglesia antigua . . .B. 2 Pedro en la iglesia moderna. . .

    l. Argumentos en contra de la autenticidad.a. Problemas literarios y estilsticos .b. Problemas histricos . . . . . . . . .c. Problemas doctrinales . . . . . . . .

    ch. El problema de las alusiones personalesd. El problema del gnero literario ....

    2. Argumentos a favor de la autenticidad de la cartaa. Problemas literarios y estilsticos .b. Problemas histricos . . . . . . . . . .c. Problemas doctrinales . . . . . . . . .

    ch. El problema de las alusiones personalesd. El problema del gnero literario

    3. Consideraciones finales .11. Los destinatarios de 2 Pedro .

    A. La identificacin de los primeros lectoresB. La situacin de los destinatariosC. El mensaje de 2 Pedro ...

    11I. La relacin entre 2 Pedro y Judas ..A. La relacin literaria .B. La identificacin de los falsos maestros

    IV. El esquema de 2 Pedro .Bosquejo de 2 Pedro .

    I. La salutacin epistolar (1.1~2) El carcter de la autoridad ... Una fe igual . . . . . . . . . . .

    11. La declaracin del tema: El escape de lacorrupcin en el mundo (1.3-11)A. El llamado a la piedad (1.3-4) .

    Resistid al diablo, y huir de vosotros . . ..

    IV. Exhortacin y salutacin finales (5.12-14) En conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . .

  • t4 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    4. El tiempo y la paciencia del Seor (3.8-10) . . . . . . . La apologtica petrina .

    5. La vida rreprensible a la luz del da del Seor (3.11-13) . La promesa y la conducta . . . . . . . . . . . . .

    IV. Exhortaciones y doxologa finales (3.14-18) .A. Primera exhortacin: Ser irreprensibles (3.14-16)

    La autoridad de los escritos apostlicosB. Segunda exhortacin: No caer (3.17) .C. Tercera exhortacin: Crecer (3.18a)

    Ch. Doxologa final (3.18b) En conclusin

    Mapa .

    439444446449451451455457459459460

    462

    Lista de AbreviaturasVersiones de la Biblia

    BA Biblia de las AmricasBJ Biblia de JerusalnNBE Nueva Biblia EspaolaNC Nacar ColungaNVI Nueva Versin InternacionalRVR Reina ValeraRVA Reina Valera ActualizadaTM Texto masorticoVP Versin Popular (Dios Habla Hoy)

    Otras abreviaturasBAGD

    RDF

    BGU

    RibBICBQCNDIB

    DI

    Walter Bauer. A Greek-Englisll Lexicon oftlle NewTestament and other Earlv Christian Literature,traducido y editado por William F. Arndt y F.Wilbur Gingrich; revisado por F. WilburGingrich y Frederick W. Danker, The UniversityofChicag6 Press, Chicago y London, 1979.F. Blass yA. Debrunner, A Greek Grammar oftlle NewTestament, traducido y editado por Robert W.Funk, The University of Chicago Press, Chicagoy London, 1961.Agyptische Urkunden al/s den Koniglichen Museen,Greichliche Urkunden, Berlin.BiblicaBoletn TeolgicoCatholic Biblical QuarterlyColliectanea NeotestamenticaWilton M. Nelson, ed., Diccionario ilustrado de la Biblia,Miami, Editorial Caribe, 1977.Dilogo Teolgico

  • 16 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    DTNT

    EstBibEstEcIEQExpTimFfHTRHUCAJBLJETSJSJ

    JStNTJTSLN

    LSJ

    MM

    NTStRevisBibRestorQSB

    StThThDicNT

    TynBullZntW

    Lothar Coenen; Erich Beyreuther; y Hans Bietenhard,Diccionario teolgico del Nuevo Testamento, 4tomos, Ediciones Sgueme, Salamanca,1980-1984.Estudios Bib/icosEstudios EclesisticosEvange/ica/ Quarter/yExpository TimesFi/osofia y Te%giaHarvard The%gical ReviewHehrew Union College Annua/Jouma/ ofBihlica/ LiteratureJournal ofthe Evangelica/ The%gica/ SocieryJournalfor the Study ~lJudaism in the Persian.Hellenistic,and Roman PeriodJouma/for the Study ~(the New TestamentJouma/ ofThe%gical StudiesJohanne P. Louw y Eugene A. Nida, Greek-English Lexicon ofthe New Testament Based on Semantic Domains,2 tomos, United Bible Society, New York, 1988.H. D. Lidell y R. Scott, A Greek-English Lexicon. Revisadopor H. S. Jones, Clarendon Press, Oxford, 1958.James Hope Moulton y George Milligan, The Vocahulary ofthe Greek New Testament, Wm. B. EerdmansPublishing Company, Grand Rapids, 1930.New Testament StudiesRevista Bfh/icaRestoration QuarterlyHerma" L. Strack y Paul Billerbeck, Kommentarzum NeuenTestament aus Talmud und Midrasch, 6 tomos,C-H. Beck'she Verlagsbuchhandlung,1926-1961.Studia The%gicaGerhard Kittel y Gerhard Friedrich, eds., The%gicalDictionary of the New Testament, traducido porGeoffrey W. Bromily, Wm. B. EerdmansPublishing Company, Grand Rapids, 1964-1976.Tyndale Bu/letinZeitschrift fr die neutestamentliche Wissenschaji

    Bibliografa selecta

    Comentarios

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    and Sr. .lude, T. & T. Clark, Edinburgh. 1902.Edwin A. Blum,

  • 18 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO Bibliogratia selecta 19

    Wayne Grudem, 1 Peta, Inter- Varsity Press y William B. Eerdmans PublishingCompany, Leicester y Grand Rapids, 1988.

    F. J. A. Hort, The First Epistle ofSto Peta 1.1-11.17, Macmillan and Co. Ltd., Lon-don, 1898.

    J. N. D. Kelly, A Commentary on the Epistles ofPeter ami Jude, Baker Book Hou-se, Grand Rapids, 1969.

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    millan and Co., London, 1907.John H. McClanahan, J Pedro: Mensaje de estimulo, Casa Bautista de Publicacio-

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    Religiosa Editora Mundo Crislao, Silo Paulo, 1988.Bo Reicke, The Epistles ofJames, Peta, and Jude, Doubleday & Company, Gar-

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    J. W. C. Wand, The General Epistles ofSt. Peta and Sto Jude, Methuen & CO.,London, 1934

    Otros estudios

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    William Joseph Dalton, Christ' s Proclamation to the Spirits, Pontifical BiblicalInstitute, Rome, 1965.

    John H. Elliott, A Home for the Home/ess, Philadelphia, Fortress Press, 1981.John H. Elliott, The Elect and the Ho/y, E. 1. Brill, Leiden, 1966.Tord Fomberg, An Early Church in a Pluralistic Society, CWK G1eerup, Lund,

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    Siebeck), Tbingen, 1989.Charles H. Talbert, OO., Perspectives on J Peter, Mercer University Press, Macon,

    1986.

  • IPEDRO

  • Introduccin generall. El autor de 1 Pedro

    A. Pedro y 1 PedroSegn 1 Pedro 1.1, el autor de la epstola es Pedro, quien se identificacomo apstol de Jesucristo. En 5.1, donde se dirige a los ancianos delas congregaciones cristianas, declara que es anciano tambin con ellos,y testigo de los padecimiento"s de Cristo. Aparte de estas indicaciones,no hay otros detalles explcitamente autobiogrficos en la epstola. Siqueremos conocer la vida del autor, tenemos que recurrir a los Evangeliosy el libro de Hechos.

    Pero a pesar de la ausencia de notas expresamente autobiogrficas,Pedro ha dejado muchas de sus huellas en este escrito. La enseanza deJess empapa el pensamiento del apstol,2 y forma la base de mucha desu instruccin. Por ejemplo, el eco de la enseanza de Jess en el Sermndel Monte, Bienaventurados los que padecen persecucin por causa dela justicia (Mt. 5.10), se oye en 3.14, Mas tambin si alguna cosapadecis por causa de la justicia, bienaventurados sois.

    Pedro est consciente de la diferencia entre l y sus lectores, siendoque era testigo ocular de los padecimientos y la glorificacin del Seor(5.1) Y los lectores no tuvieron ese privilegio (1.8). Pero a pesar de nohaber tenido esa prerrogativa, amaban y crean en el Seor y llegaron aser participantes de los padecimientos de Cristo (4.13). Al reconocer queen este libro el apstol Pedro trata de explicarles el significado de los

    I Sobre la vida de Pedro. vase Osear Cullmann. Pedro - Discfpulo. Apstolo eMrtir, Aste,Sao Paulo, 1964; DIB. pp. 493, 494.

    2 Vase p.4S.

  • 24 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO l. El autor de 1 Pedro 25

    sufrimientos en la vida de Cristo y de los cristianos, vemos aspectosmaravillosos del carcter de Pedro.

    En los das del ministerio terrenal de Jess, Pedro rechaz la idea deun mesas que sufriera, y reprendi al Seor Jess cuando ste anuncisu muerte (Mt. 16.21-23). Resisti a los que vinieron a arrestar a Jess yle cort la oreja derecha al siervo del sumo sacerdote (Jn. 18.10-11). Jess10 reprendi y luego, en el patio de Ans donde el Seor fue interrogado,Pedro lo neg a l (Jn. 18.15-18, 25-27). Jess lo mir en ese momento,y Pedro, saliendo fuera, llor amargamente (Le. 22.62). Sus lgrimasse convirtieron en gozo (Le. 24.41) Yfue restaurado al compaerismo conel Seor (Jn. 21.15-19). A la luz de estos acontecimientos, no es posibleque 1 Pedro J.3 incluya un testimonio personal? Alaba a Dios diciendo,Bendito el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que segn su grandemisericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurreccinde Jesucristo de los muertos.

    En esta epstola, Pedro pretende animar a los cristianos que estabanconfundidos a causa de l()s padecimientos a qUe:: tenan que enfrentarsecomo seguidores de Cristo (4.12). El apstol puede aconsejarles porqueahora entiende bien el lugar de los sufrimientos de Cristo en el plan deDios (1.10, 11). En vez de tener una teologa triunfalista que no da cabidaal sufrimiento, entiende que los sufrimientos de Cristo son parte funda-mental del propsito de Dios para la salvacin (1.18, 19; 2.24). Y bienentiende el apstol que 10 que Cristo tuvo que sufrir viene a ser el modelopara los cristianos, quienes siguen sus pisadas. Los padecimientos delcristiano son participacin en los sufrimientos de Cristo, y por eso sonmotivo de gozo (4.13). Pedro predica a sus lectores una teologa de gloriaque viene ligada con una teologa del sufrimiento, y esta combinacin esel resultado de haber sido testigo de los padecimientos y de la victoria delSeor Jess.

    El consejo que Pedro proporciona nace de su experiencia con el Seory tambin de su propia vida en los aos despus de la ascensin. Pedromismo sufri en manos de los lderes de su nacin (Hch. 4.1-22; 5.17-42;12.1-19) Y por eso saba de primera mano lo que significaba padecercomo cristiano (1 P. 4.14). Su consejo a sus lectores, tentados a abando-nar su fe en medio del rechazo sociaI,3 haba sido probado en el crisol dela persecucin. No son palabras ligeras sino profundas, experimentadasy maduras. El que haba sido inestable en su fe en los dasde la crucifixinde Jess, y que haba quedado firme en sus propios sufrimientos por elNombre, ahora anima a los cristianos en las provincias romanas de Asia

    3 Vase la seccin sobre los destinatarios de la epstola. p. 34.

    Menor cuya fe es puesta a prueba por la discriminacin, las calumnias yel sufrimiento.

    B. La autenticidad de la epstolaEn la poca moderna no pocos eruditos han puesto en duda la

    atribucin de la epstola a Pedro, diciendo que realmente es un documentoseudnimo (es decir, con nombre falso).4 En la antigedad era prcticacomn escribir libros bajo el nombre de una persona famosa, as dndolepeso al mensaje del mismo. Varios ejemplos son La Epstola de Berna-b, El Evangelio de Toms, El Evangelio de Felipe, y El Apoca-lipsis de Pedro)). No es posible que 1 Pedro sea un libro seudnimotambin?

    Primeramente, tenemos que reconocer que la iglesia antigua noacept en el canon5 lIos libros de cuya paternidad se sospechaba. Encon-tramos una actitud muy negativa al respecto entre los padres de la iglesia.Por ejemplo, a med~ados del segundo siglo un presbtero de la provinciade Asia escribi un libro titulado Los Hechos de Pablo)).6 Tertuliano

    I(fines del segundo siglo) comenta sobre el autor y su obra diciendo, quese sepa que en Asia el presbtero que compil el documento, pensandoaadir por s mismo a la reputacin de Pablo, fue descubierto. Y aunquedeclar que 10 haba hecho por amor de Pablo, fue despedido de suposiciO)).7 Tertuliano nos aclara cun grave era esta prctica a los ojosde la iglesia. Tambin Serapin, obispo de Antioqua (190 d.C.), da sujuicio respecto al libro seudnimo titulado El Evangelio de Pedro)). Dice,Por nuestra parte, recibimos a Pedro y a los otros apstoles como aCristo, pero como hombres de experiencia rechazamos los escritos quefalsamente llevan sus nombres, sabiendo que tales no nos fueron entre-gados)).R El criterio de canonicidad que presenta es la autenticidad de laobra, y no deja ningn lugar a los escritos seudnimos. Adems, el CanonMuratori, escrito durante la segunda parte del segundo siglo, explcita-mente rechaza ciertos libros por razones doctrinales y tambin por serseudnimos. Menciona dos libros falsificados con el nombre de Pabloque promovan la hereja de Marcin. De la misma manera Jernimo,

    4 Roy S. Nicholson. 1 Pedro" en Comentario bfblico Beacon. Casa Nazarena de Publicacio-nes. Kansas City. 1967. 10:263. dice equivocadamente. La mayora de los eruditos hoy estnde acuerdo en que Pedro escribi la epstola.

    5 En los escritos patrsticos kanon lleg a tener dos sentidos: 1) la doctrina ortodoxa, enoposicin a la heterodoxa; 2) las Escrituras como norma de fe y de conducta. De modo que unlibro que consideraban haba sido inspirado por Dios. se tena por "cannico"". DIB. p. 98.

    6 Acta Pauli.7 De Baptismo. 17.R Citado en Eusebio, Historia eclesistica, 6.12.3.

  • 26 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO l. El autor de 1 Pedro 27

    Cirilio de Jerusaln, y las Constituciones Apostlicas evidencian unaactitud negativa no solo hacia los libros herticos sino tambin hacia losfalsificados.

    Es a la luz de esta posicin respecto a los libros seudnimos quepodemos apreciar la aceptacin que 1 Pedro disfrutaba en la iglesiaantigua. Eusebio (270-340 d.C.) divide los libros existentes en tresgrupos; los aceptados (

  • 28 COMENTARIO nfnuco HISPANOAMERICANO l. El autor de 1 Pedro 29

    religiosos en Hechos 4.13 parece confirmar esta evaluacin de Pedro ysus habilidades. Era un hombre sin letras y del vulgo.

    Pero la palabra traducida sin letras (griego agrammatos) no siem-pre significa analfabeto. En ciertos contextos denota que la persona norecibi educacin teolgica en las escuelas rabnicas. Considerando elalto porcentaje de la poblacin que tena la capacidad de leer y de escribiren la poca del Nuevo Testamento, debemos entender agrammatos deesta manera.24 De igual modo los judos se maravillaron al escuchar lasenseanzas de Jess, sabiendo que no haba estudiado en las casas deinstruccin de los rabinos (Jn. 7.15). La segunda palabra, vulgo (griegoidiotes), sealaba que uno era laico y no experto en la ley, y era proba-blemente sinnima de agrammatos. 25 Estas palabras no implican quePedro no conociera bien el griego.

    Adems, Pedro era originalmente de Betsaidaen Galilea (Jn. 1.44) yen algn momento se traslad a Capernaum (cf. Mc. 1.21 y 29). Esteltimo pueblo quedaba por una de las vas comerciales ms importantesde Galilea, la Via Maris, que se extenda hacia Damasco. Hubo muchointercambio con los gentiles en esa regin, como lo muestra el nombreGalilea de los gentiles (Mt. 4.15). De hecho, el hermano de Pedro,Andrs, tena un nombre griego. Felipe, cuyo nombre era griego tambin,era de la misma ciudad de Betsaida. Y debemos recordar que Dios us aeste mismo Pedro para abrir la misin a los gentiles (Hch. 10). Tenarelaciones cercanas con los gentiles, como Hechos 10.24-48 Y Glatas2.12 nos ensean. Tomando en cuenta toda esta evidencia, podemos darpor sentado que Pedro hablaba griego y probablemente su habilidad enese idioma era ms notable de lo que generalmente se admite.26

    Cualquier consideracin del estilo griego de la carta tambin debetomar en cuenta 1 Pedro 5.12: Por conducto de Silvano, a quien tengopor hermano fiel, os he escrito brevemente)). En aquel tiempo era prcticacomn utilizar los servicios de un amanuense (secretario), y posiblementeSilvano ocup esa posicin. Este es el mismo predicador cristiano queacompaaba a Pablo en su segundo viaje misionero (Hch. 15.40-18.5) yque era el co-autor de dos de las epstolas paulinas (1 Ts. 1.1; 1 Ti. 1.1).27Siendo que Silvano era una de las personas que el Concilio de Jerusalnescogi para acompaar a Pablo en la misin a los gentiles, y que era

    24 BAGO, p. 13; LN, 1.329.25 OTNT,3.412.26 Sobre el conocimiento del griego en Palestina durante el primer siglo. ver lN. Sevenster, 00

    You KnowGreek?, EJ. Bril1, Leiden, 1968; Joseph A. Fitzmyer. The Languages ofPalestinein the First Century A.D.. CBQ 32 (1970), pp. 501-531; Robert H. Gundry, The LanguageMilieu ofFirst-Century Palestine, JBL 83 (1964), pp. 404-408.

    27 Silvano es la transliteracin de la forma latina de su nombre y Silas es la versin griega.BAGO, p. 750.

    ciudadano romano con nombre griego, es probable que tuviera la habili-dad de hablar y escribir bien el griego. Si Silvano sirvi como amanuensede Pedro, el estilo pulido de la epstola bien puede debrsele. 211

    Pero varios comentaristas han interpretado las palabras Por conduc-to de Silvano... os he escrito)) de otra manera. Michl declara, La expre-sin en s quiere decir, en su sentido ms obvio, que Silvano es quien llevala carta a los destinatarios)), aunque no niega la parte que Silvano tendraen la redaccin.29 Los que dicen que las palabras escribir por conductode alguiem) (griego grafo dia) eran un modismo que sealaba al mensa-jero de un documento apoyan su argumento con referencias a los paralelosen Hechos 15.23, en varias cartas de Ignacio (Romanos 10.1; Filadelfios11.2; Esmirniotas 12.1), Yen la carta de Policarpo (14.1). Pero en todosestos ejemplos no podemos estar seguros de que la persona o las personasnombradas fueran solamente mensajeros. En Hechos 15.22-23 el conciliode Jerusaln enva (vs. 22) y escribe (vs. 23) por conducto de Judas y Silas.Adems, en l Pedro 5.12 Pedro dice, Por conducto de Silvano... os heescrito brevemente)). La inclusin de la palabra brevemente)) exige queentendamos escribin) en su sentido normal y no como parte de unmodismo que significa envian). Por eso, podemos concluir que Silvanoera el amanuense de Pedro y que bien puede ser la persona que dio a laepstola su distintivo estilo griego, aunque el contenido es definitivamentede Pedro (

  • 30 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO l. El autor de 1 Pedro 31

    cuenta el simple hecho de que las persecuciones son las de los destinata-rios que vivan en Asia Menor (1 P. 1.1) Y no las del autor que seencontraba en Roma cuando escribi la carta.J3 La persecucin de Nernse limit a la ciudad imperial.

    Hubo dos persecuciones a principios del segundo siglo. Una de ellastuvo lugar en una regin donde residan los receptores de esta carta.Debemos prestarles atencin, porque si alguna de estas dos persecucionescorresponde sin lugar a dudas a la situacin de los lectores de 1 Pedro,tendramos que darle a la epstola una fecha posterior a la muerte de Pedro,con lo cual se negara la autenticidad del documento. La primera perse-cucin fue la de la poca de Domiciano (95 d.C.) y la otra ocurri duranteel tiempo cuando Plinio el Joven era gobernador de Bitinia (112 d.C.).No es probable que la carta se escribiera durante la persecucin deDomiciano contra los cristianos porque sa, como la de Nern, se limita Roma.34 Mucho ms convincentes han sido los argumentos de los queven detrs de 1 Pedro las persecuciones en Bitinia durante el tiempocuando Plinio el Joven era gobernador de la provincia. Bitinia era, segn1 Pedro 1.1, uno de los lugares donde los destinatarios de la epstolaresidan. Plinio el Joven escribi una carta a Trajano, el emperador,preguntndole qu hacer con los cristianos. Quera saber si solamente laconfesin de ser cristiano, aunque sin los crmenes, o solamente loscrmenes asociados con ella, son dignos de castigo. Le explica alemperador cul ha sido su lnea de accin:

    Los interrogu a ellos si eran cristianos. A quienes lo confesaban, se lopregunt dos veces ms, amenazndolos con el suplicio; a los queperseveraban, los hice ejecutar; fuere cual fuere el significado de suconfesin, estaba seguro de que haba que castigar al menos su obsti-nacin y su empecinamiento inflexible.

    Se redact y se public una lista que contena un gran nmero denombres. A los que negaban que fueran cristianos o que lo hubieransido, si invocaban a los dioses segn la frmula que les haba dictadoy sacrificaban incienso y vino delante de tu imagen que yo habaordenado colocar con esta intencin entre las estatuas de las divinida-des, si adems blasfemaban contra Cristo -

  • 32 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO l. El autor de 1 Pedro 33

    observacin hace caso omiso de las repetidas alusiones a la enseanza delSeor en la epstola:

    1 Pedro 3.14 - Mateo 5.101 Pedro 4.13-14 - Mateo 5.11-12I Pedro 2.12 - Mateo 5.161 Pedro 1.18 - Marcos 10.451 Pedro 5.3 - Marcos 10.42I Pedro 5.7 - Lucas 12.22I Pedro 1.24 - Lucas 12.28I Pedro 1.4 - Lucas 12.33l Pedro 1.13 - Lucas 12.35I Pedro 4.10-11 - Lucas 12.42I Pedro 4.14 - Lucas 6.22I Pedro 4.13 - Lucas 6.23I Pedro 3.9 - Lucas 6.27-28I Pedro 3.16 - Lucas 6.281 Pedro 2.19-20 - Lucas 6.32-33I Pedro 1.16 - Lucas 6.3640

    .Las secciones de la enseanza de Jess a que Pedro alude son muypertmentes a sus lectores porque en ellas el Seor trata la cuestin delmantenimiento de una vida santa en medio de una situacin adversa.

    La prxima objecin a la autenticidad de 1 Pedro tiene que ver conla relacin de la enseanza del documento con las ep(stolas de Pablo. Lapresencia de expresiones paulinas (como en Cristo) e ideas quesuenan como las del apstol a los gentiles (p.ej. compare 1 P. 2.24 YRo.6.2) dan la impresin de que el autor de nuestro documento no era uno delos discpulos originales, sino que tena que depender del pensamientoteolgico de otro. Pero debemos reconocerque si Pedro realmente hubierautilizado las obras de Pablo, esto no sera suficiente razn para poner enduda la autenticidad de la carta. La influencia de Pablo era extensa y

    sabe~os que l y Pedro se conocan (G. 2; Hch. 15). Adems, podemosexplIcar muchos de los paralelos entre sus obras con referencia a laenseanza bsica comn de la iglesia de aquel entonces. Lo ms probablees que ambos Pablo y Pedro utilizaban material tradicional en la redaccinde sus cartas (cf. l P. 2.13-17 YRo. 13.1-7; l P. 2.18-20 YEf. 6.5-8; l P.3.1-6 YEf. 5.22-24; l P. 3.7 YEf. 5.25).

    40 Sobre el debate respec~o.~ la las pala~ de Jess (verba Christi) en 1 Pedro, vase RobertH. Gundry, Ve~",!Chnstlln 1 Peter: Thelf lmplieations conceming the Authorship of 1 Peterand the Authentlclty ofthe Gospel Tradition, NTSt 13 (967) pp 336-350' Emest Best 1Peter and the Gospel. T~~diti.on, NTSt I~ (1970), pp. 95-113; YR~bert H. Gundry, FurtherVerba on Verba Chnstt In Flrst Peter, BIb. 55 (1974), pp. 211-232.

    El ltimo argumento contra la autenticidad de la carta a considerares el uso de material tradicional en la composicin. Lohse dice, La cartaest caracterizada por el hecho de darse cabida a elementos de tradicinde diversa ndole: parnesis, expresiones formularias, confesiones de fe,himnos. Por consiguiente, la carta no est en los orgenes de la tradicincristiana primitiva, sino que presupone tales orgenes.41 Como veremosen la seccin sobre Las fuentes de la enseanza de I Pedro,42 es ciertoque el autor de I Pedro utiliz mucha de la enseanza que circulaba enforma oral o escrita en la iglesia primitiva. Pero este hecho no pesa encontra ni a favor de la autenticidad de la carta. Siendo que Pedro era unode los primeros y principales apstoles, bien puede ser que tuvo parte enel desarrollo de esa enseanza bsica. Y aun si dependa de materialoriginalmente desarrollado por otros, esto en s no es argumento contrael origen apostlico del escrito. El apstol Pablo tambin hizo uso dedicho material, como en su enseanza sobre obligaciones recprocas (Ef.5.21-6.9; Col. 3.18-4.1) Ysobre la relacin del cristiano con el estado (Ro.13).

    c. El lugar de composicinPedro escribi la carta desde la iglesia que est en Babilonia... y

    Marcos, mi hijo (5.13). En el comentario acerca de 1 Pedro 5.13argumento a favor de la interpretacin segn la cual Babilonia es laciudad de Roma.43 La confirmacin de esta posicin procede de Euse-bio,44 quien adems relata que Pedro lleg a Roma y ah fue crucificadocabeza abajo.45 Esto se ratifica por una tradicin antigua que afirma quePedro sufri martirio en Roma durante la persecucin de Nern. Si estahistoria es de confiar, entonces debe afirmarse que Pedro estuvo en Roma,lo cual hace lin ms probable que este fuera el lugar donde escribi lacarta.

    41 1nlroduccilI allvI'. p. 221.4~ Vase p. 4543 Ver A. Yarho Collins. Roma como smbolo del mal en el cristianismo primitivo, Conc 220

    (1988). pp. 417427.44 Historia eclesistica. 2.15.45 1bid.. ~.I. En 2.25 Eusebio aduce que Pedro estaba en Roma por los nombres de Pedro y Pablo

    que aparecen inscritos en el cementerio. Adems cuenta con los testimonios, como evidenciaconfirmatoria. de un escritor llamado Gayo y de Dionisio el obispo de Corinto. Una discusincompleta sobre la evidencia al respecto se encuentra en Cullman, Pedro--Discpulo. Apstoly Mrtir.

  • 34 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO n. Los destinatarios de 1 Pedro 35

    Ch. La fecha de composicinNo podemos determinar con precisin la fecha de la composicin de

    1 Pedro. Si nuestro anlisis de la evidencia respecto a la autenticidad dela carta es correcto, el terminus ad quem de la composicin del documentotiene que ser antes de la muerte del apstol. Una tradicin muy antiguaubica a Pedro en Roma a finales de su vida y testifica de su martirio enaquella ciudad durante los das de Nern.46 Muchos autores han sealadola evaluacin positiva del estado en 1 Pedro 2.13-17 como evidencia deque Pedro escribi antes del comienzo de la persecucin de Nern que seinici durante el otoo del ao 64 d.C.

    Respecto al terminus a quo de la composicin, Cullmann cita aPorfirio, quien indica que Pedro pastore en Roma durante unos pocosmeses.

    47 Siendo que este testimonio viene de un enemigo de los cristianosque escribi a fmales del tercer siglo, es de dudoso valor. De ms confianzaes Eusebio, el historiador cristiano, que testifica que Pedro estuvo en Romahacia el fin de su vida.4R Eusebio no especifica la duracin de la estada dePedro en Roma, pero da la impresin de que no estuvo en la ciudad imperialpor mucho tiempo. Si decimos que el apstol escribi 2 Pedro en vsperasde su muerte,49 quizs entre los aos 63 y 64 d.C., la fecha ms tempranapara la composicin de 1 Pedro sera entre los aos 62 y 63 d.C.

    11. Los destinatarios de 1 Pedro

    A. El lugar de los destinatariosPedro enva su epstola a los cristianos que residen en Ponto,

    Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (I.I ).50 Estos lugares son cincoprovincias de Asia Menor (territorio que hoy pertenece a Turqua) queformaban parte del vasto imperio romano. Los nombres tambin podandesignar varias regiones de Asia Menor cuyas fronteras no correspondanexactamente a los lmites de las provincias. Es posible que Pedro estpensando ms bien en las regiones, siendo que hace distincin entre Pontoy Bitinia, y durante la ocupacin romana estas dos regiones constituanuna sola provincia. Sin embargo, la evidencia de inscripciones demuestraque an durante esa poca se haca distincin entre los dos sectores de laprovincia unificada. Adems, la ausencia de referencias a las otras regio-

    4f\ Cullmann presenta la discusin ms completa de la evidencia en lbid.47 lbid.4ft Hisloria ec!esislica, 3.1.2.

    4~ Vase la Introduccin a 2 Pedro. p. 307.50 Vase el mapa al final de este volumen, p. 462.

    nes que quedaban dentro del territorio abarcado por 1Pedro 1.1 argumen-ta a favor de la identificacin de los nombres con las provincias romanas.51Siendo que Pedro no hace mencin de las provincias de Licia y Panfilia,ni de Cilicia, es probable que los destinatarios de la carta vivieran en lastierras ubicadas al norte de las Montaas del Tauro, la gran cadena delsudeste de Asia Menor.

    Hace aproximadamente cien aos F,J.A. Hort sugiri que el orden delos nombres en 1.1 traza la ruta que el mensajero sigui cuando llev 1Pedro a sus primeros lectores y oyentes.52 Las vas romanas que cruzabanesas provincias llevaron al mensajero de la ciudad de Sinopo o quizsAmiso en Ponto,53 al sur por el sector norteo de Galacia, de ah porCapadocia, y luego otra vez por Galacia pero ahora atravesando el sectorsur donde se ubicaban las ciudades de Derbe, Listra e lconio. De ah fuea las ciudades de Colosas y Laodicea en la provincia de Asia, quizsllegando a varias de las iglesias mencionadas en Apocalipsis 2 y 3.Finalmente, pasando hacia el norte de nuevo, fue a Nicea y parti deBitinia desde Calcedonia o Nicomedia.

    Aunque la mayora de los cristianos convertidos bajo el ministeriode Pablo eran urbanos, no podemos concluir que todos los convertidos enel primer siglo vivan en las ciudades. De hecho, Elliott ha argumentadoa favor de la posicin de que los destinatarios de 1 Pedro eran principal-mente habitantes de reas rurales. Apoya su anlisis sobre las metforasrurales (1.22-24; 2.25; 5.2-4, 8), el vocabulario que viene de una matrizrural (p.ej. en 1.5 guardados recuerda las fortalezas romanas en elinterior de Asia Menor), y la ausencia de terminologa urbana como laque encontramos en Pablo.54

    Pero esta evidencia no es suficientemente fuerte para concluir queestas congregaciones cristianas eran exclusivamente, o aun predominan-temente, rurales. Es cierto que a principios del segundo siglo Plinio elJoven declar que el cristianismo en Bitinia haba llegado no solo a lasciudades sino tambin a las aldeas y las reas rurales.55 Pero aun estaevidencia identifica la fe cristiana como un fenmeno inicialmente urba-no. Por eso, no podemos compartir por completo la conclusin de Elliott.Sin embargo, la mayora de la poblacin de esas provincias era rural y

    51 Vase John H. ElIiott, A Homefor Ihe Homeless. Philadelphia, Fortress Press. 1981. p. 60.52 F. J. A. Hort. The Firsl Epislle o/SI. Peler 1.1 -//.17. London. Macmillan and Co.. Ltd, 1898.

    pp. 17, 157-184.53 C. J. Hemer. "The Address of 1 Peter, ExpTim 89 (1977-78). pp. 239-243. estudi~ la

    geografa y los caminos en la regin y argumenta que el punto de entrada al mtenor era Amlso.54 Home for Ihe Homeless, p. 63.55 Cartas, 10.96.

  • 36 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO 11. Los destinatarios de 1 Pedro 37

    este hecho en s mismo hace posible si no probable la conclusin de quemuchos de los receptores de la carta vivan en lugares rurales.

    B. La fundacin de las congregacionesProbablemente varias de las iglesias que leyeron la epstola eran fruto

    del ministerio de Pablo. Aunque sabemos algo de su historia por el librode Hechos y las epstolas paulinas, no tenemos datos histricos sobre lafundacin de las otras congregaciones, como las de Bitinia y Ponto, lasdel sector norteo de Galacia, y las de Capadocia. No parece que Pedrofuera uno de los evangelistas que les llevaron el Evangelio, porque hablade los predicadores que llegaron a esas zonas en la tercera y no la primerapersona (

  • 38 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO 11. Los destinatarios de 1 Pedro 39

    que era muy consciente de la distincin entre las clases sociales, pona alos esclavos en el nivel ms bajo. Pedro se dirige tambin a los libres en2.17. Muchas personas libres en la sociedad romana sufran econmica-mente, y su situacin econmica era peor que la de muchos esclavos.62Pero no todos los libres eran pobres, especialmente muchos de los queeran miembros de las comunidades cristianas en Asia Menor. En 2.14,15, Pedro habla a los que tenan los recursos econmicos para serbenefactores cvicos.63 Adems, muchas de las mujeres eran suficiente-mente acaudaladas para necesitar que se les exhortara contra la ostenta-cin en 3.3. Las iglesias cristianas llegaron a tener una combinacin nicade personas de distintas clases y niveles sociales.

    Una contribucin muy importante a la discusin de las clases socialesen estas iglesias ha sido la de John H. Elliott.64 Elliott ha demostrado quelos destinatarios de 1 Pedro eran extranjeros (griego paroikoi) en lascomunidades donde vivan. Los paroikoi eran personas que se diferen-ciaban de los nativos entre los cuales vivan con respecto a su patria, susraces tnicas y familiares, sus puntos de visia y opiniones distintas, y sulenguaje, propiedad y religin.65 El nivel social de los extranjeros erams bajo que el de los que tenan ciudadana romana. Junto a los artesanosy esclavos, los extranjeros constituan la clase obrera en el imperioromano.66 Si los recipientes de 1 Pedro eran paroikoi antes de su conver-sin, o llegaron a tener este nivel social a causa de su conversin es unacuestin que hemos de explorar ms adelante.67 Por lo menos podemosdecir que sus vecinos inconversos no pensaban de ellos como parte denosotros sino como los otros, ellos. Los cristianos eran los foraste-ros en sus comunidades.

    Los cristianos a los cuales Pedro escribi eran en su mayora reci~nconvertidos. Pedro habla de ellos como nios recin nacidos)) necesita-dos de leche espiritual (2.2). No haban escuchado el evangelio porprimera vez en un pasado lejano (1.12), sino que su nuevo nacimiento erauna experiencia fresca (1.3, 23). Varias de las exhortaciones moralesparecen ser para personas recin salidas del paganismo (4.15, 3). Lasorpresa de sus contemporneos ante su falta de participacin con ellos

    fi2 Ramsay MacMullen, Roman Sacial Rela(ions. Vale University Press, New Haven andLondon, 1974. pp. 92-93.

    fi3 Vase el comentario para la discusin de esta interpretacin.M Home for (he Homeless. En castellano, vase Rafael Aguirre, resea critica de A Home for

    (he Homeless, por John H. Elliott en FT 21 (1984). pp. 116-120; Y en portugus. Enio R.Mueller, 1 Pedro, Sociedade Religiosa Edi~s Vida Nova e Associa~o Religiosa EditoraMundo Cristo. Silo Paulo, 1988, pp. 28-33.

    M Homefor (he Homeless., p. 67.M lbid., p. 68.fi7 Vase las pp. 95-97.

    en sus borracheras, orgas e idolatras indica que la ruptura social erareciente (4.3-4).

    Pero no podemos decir que todos los cristianos en estas comunidadesfueran recin convertidos. La presencia de ancianos en las congregacionespresupone que ciertos miembros haban alcanzado madurez e~piritual(5.1). Tambin, si la carta se escribi en los primeros aos de la ~cadade los 60, lo ms probable es que varios miembros de las comumdadeshubieran llegado a la madurez espiritual.

    Ch. La situacin de los destinatariosHablando en general, la situacin que los cristianos en Asia Menor

    tenan que enfrentar era la persecucin, pero no una persecucin formaly programada sino discriminacin social. Para entender el mensaje de laepstola, nos es importante escudriar las causas y la naturaleza de estapersecucin y el efecto que tuvo en las comunidades cristianas.

    En la epstola misma tenemos varias pistas que indican la causa de ladiscriminacin social contra los cristianos.68 Ellos, que antes participabancompletamente en la vida social y religiosa de sus comunidades, ahora semantienen apartados de tales actividades (4.3, 4). Abandonaron porcompleto la religin ancestral (1.18) Yllegaron a ser creyentes de un Diosinvisible (1.21) y seguidores de un judo del Oriente que haba sidocrucificado (2.24). Desde luego, crearon una nueva alianza o herman-dad)) entre s (2.17). Nada de esto nos parece extrao a los que vivimosen los pases hispanoamericanos. Pero a los habitantes de Asia Menor loque los cristianos hacan les era muy sospechoso.

    Para entender la percepcin que los paganos tenan de los cristianosdurante el primer siglo, conviene leer lo que los historiadores romanosSuetonio y Tcito decan sobre los cristianos durante la poca de Nern.Suetonio dice que Nern castig a los cristianos, quienes eran una clasede hombres de una supersticin nueva y daina)).69 Tcito dice que Nernacus a los cristianos de haber causado el incendio de Roma. Su cargo esque eran:

    una clase de hombres, odiados a causa de sus vicios, que la multitudllamaba cristianos. Christus, el fundador del nombre, haba sufri-do la pena de muerte durante el reinado de Tiberio por la sentencia delprocurador Poncio Pilato. La supersticin perniciosa se detuvo breve-

    fiR Sobre el tema, vase Diego Losada, Sufrir por el nombre de cristiano en la Primera Cartade Pedro, RevisBib 42 (1980), pp. 85-1O\.

    fi9 Vidas. 6.16.

  • 40 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO 11. Los destinatarios de 1 Pedro 41

    mente, pero luego resurgi, no solamente en Judea, la cuna de laenfermedad, sino tambin en la capital misma, donde todas las cosashorribles o vergonzosas en el mundo se congregan y se celebran.7o

    Cowell observa que Nern no hubiera hecho a los cristianos unacabeza de turco si no hubieran incurrido en la antipata de la poblacin.71Varios aos despus del tiempo de Nern, Plinio llam a la fe cristianauna supersticin pervertida y excesiva, y les exigi a los seguidores dela fe volver a la adoracin de los dioses clsicos y del emperador.72 Losromanos insistan en la adoracin de los dioses estatales, y su reaccinera muy negativa contra cualquier culto cuyos seguidores abandonaran elculto oficial.73 La situacin era especialmente crtica para los esclavos ylas mujeres (2.18-3.6). La expectativa social era que siguieran el culto desu amo o esposo respectivamente. Con estas actitudes predominantes enel medio ambiente, bien podemos entender las causas de la discriminacinsocial contra los cristianos. Por eso, el comentario de los judos en Romabien caracteriza la actitud comn respecto a los cristianos, Porque deesta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella (Hch.28.22). A los ojos de todos, Estos que trastornan el mundo enterotambin han venido ac (Hch. 17.6). La opinin de los romanos respectoa los judos quizs nos ayuda a entender la reaccin comn contra loscristianos. Tcito (Historias, 5.4) dice: Los judos consideran comoprofano todo lo que consideramos como sagrado; por el otro lado, ellospermiten todo lo que nosotros aborrecemos. Tcito critica severamentela distancia social que los judos mantenan de los dems (5.5).

    Al examinar la evidencia de 1 Pedro respecto a la naturaleza de laspersecuciones, descubrimos que no eran parte de un programa oficial delestado contra las comunidades cristianas. Las persecuciones estatalesantes del tercer siglo eran locales,74 pero stas a que Pedro se refiere eranmuy extensas (5.9). La terminologa usada para describir las persecucio-nes no es legal, sino que se habla de rechazo social y abuso verbaJ.75 Los

    70 Anales, 15.44.71 Emest Cadman Colwell, Popular Reactions against Christianity in the Roman Empire, en

    Environmental Faetors in Christian History, editado por John Thomas McNeill; MatthewSpinka; y Harold R. Willough, University of Chicago Press, Chicago, 1939, p. 54.

    72 Cartas, 10.96.73 Vase David L. Balch, t Wives be Submissive: The Domestie Code in J Peter, Scholars

    Press, Chico, 1981, pp. 65-76. .74 W.C. van Unnik, Christianity According to 1 Peter ExpTim 68 (1956), p. 762.75 La nica excepcin posible es 3.15, Estad siempre preparados para presentar defensa con

    mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razn de la esperanza que hay envosotros. Pero la palabra defensa (griego apologia) no es una palabra limitada exclusiva-mente al campo legal. De hecho, Pedro dice que tienen que presentar defensa ante todo yno simplemente a las autoridades. Vase el comentario.

    incrdulos murmuran contra los cristianos como de malhechqres (2.12;3.16), los maldicen (3.9), los calumnian (3.16), los vituperan (4.14), ydenuncian su fe en Dios (4.13).76 En cualquier momento los cristianostendran que dar cuentas de su fe y de su conducta (3.15, 16). Habandejado la vida tradicional de sus antepasados y de su comunidad, y poreso eran rechazados socialmente (4.3, 4; compare 2.18, 14). La tensinera especialmente aguda donde existan relaciones sociales (y legales)muy estrechas, como entre la esposa y su marido o entre el esclavo y suamo (2.18-3.6). Siempre exista la posibilidad de encontrarse en apuroscon las autoridades (2.13-17; 4.15).

    Aunque la persecucin se manifestaba principalft;lente como rechazosocial y abuso verbal (2.15), en ciertos casos exista la posibilidad de quela hostilidad llegara a ser fsica. El esclavo viva especialmente expuestoa este peligro (2.20), como tambin las mujeres casadas con inconversos(3.6),77 Pero no slo estos grupos dentro de la comunidad cristiana, sinotambin todos los cristianos estaban en peligro de padecer fsicamentepor su fe (4.1).

    Al escudriar el efecto de la persecucin en las congregaciones,descubrimos que estaban afligidos (1.6; 2.19) Y tenan profundo temor(3.6,14). El rechazo que padecan les causaba perplejidad (4. 12) y llenabasu corazn de ansiedad (5.7). Pero el problema que Pedro trataba decorregir no tena que ver simplemente con su estado emocional. Habancomenzado a avergonzarse de su fe (4.16).7R En sus padecimientos sentanla tentacin de vengarse (3.9; compare 2.23) y de conformarse a un estilode vida ms aceptable a sus vecinos inconversos (4.2, 3; 1.14). Nosolamente experimentaban la tentacin de volver a los pecados que habandejado cuando se convirtieron, sino tambin tenan que enfrentar latentacin mxima, la de la apostasa (5.8, 9). Por eso, el problema quePedro enfrenta en esas congregaciones no es solamente el desni,mo queles sobrevino a causa de su situacin adversa. La lucha es por su fe y ticaevanglicas que estaban a punto de abandonar. Pedro les dice, Os heescrito brevemente, exhortndoos y atestigundoos que sta es la verda-dera gracia de Dios; perseverad en ella (5.12 BJ).

    76 Vase el comentario.77 La amenaza de abuso fTsico es probablemente la causa de su temor.

    7~ La forma del imperativo en griego implica que tenan que dejar de avergonzarse. Vase elcomentario.

  • 42 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO In. La composicin de 1 Pedro 43

    D. El mensaje de 1 Pedro a los cristianos enAsia Menor

    En el comentario examinaremos en detalle el mensaje de nimo y lasexhortaciones que Pedro dirige a los cristianos que padecen por su fe. Enesta Introduccin trazaremos solamente el perfil de su mensaje. Comohemos visto, los cristianos todava viven en las estructuras de la sociedad(p.ej. 2.13-17), pero han dejado de comportarse como participantes en supecaminoso estilo de vida (4.3,4). Su relacin con la sociedad no cristianaes de continuidad y de discontinuidad. Es en esta situacin que surgen losproblemas de los lectores. Pedro no los exhorta a separarse de los dems,como lo hacan los miembros de la comunidad de Qumrn, quienes seapartaban de todos los dems israelitas. Ms bien, Pedro los llama aempearse en la sociedad, haciendo el bien en medio de los incrdulosque los han rechazado (p.ej. 2.11-3.7). En esto, l.es ensea a acudir a lagracia de Dios ya todo lo que sta implica (5.12). El mensaje de la epstolaes la conducta cristiana en medio de una sociedad hostil. Cmo sedesarrolla este mensaje ser la preocupacin de este comentario.

    En la lucha contra el retroceso de los cristianos a su vieja manera devivir, Pedro no solamente los exhorta a mantenerse santos delante de Dios(1.14-16). Aunque se preocupa principalmente por el bienestar de loscristianos, Pedro, el pescador de hombres, les insta a que mantengan subuena manera de vivir para hacer callar las calumnias de sus contempo-rneos (2.15). Pedro cree que si mantienen buena conducta bajo presin,sus perseguidores llegarn a avergonzarse de su trato hacia ellos (3.16).l espera que tal conducta gane a los inconversos (3.1) Yque sea el mediopor el cual estos gentiles lleguen a ser glorificadores de Dios (2.12).Pedro le dice a los cristianos: Aunque ustedes son perseguidos a causade su buena conducta cristiana, su persistencia en el hacer bien en mediode las presiones que vienen a causa de no ser conformistas, a la postreencomendar el evangelio a los incrdulos. Su mensaje es prctico ymoral, pero al mismo tiempo est ligado ntimamente con las grandesverdades de la fe cristiana.79

    111. La composicin de 1 PedroEl mensaje de 1 Pedro se presenta en forma de carta.110 Pero durante

    el ltimo siglo varios han conjeturado que el contenido del documento

    79 Pedro si sabia la situacin concretade sus lectores, y poreso no es correcto hablardel carctergeneral de la enseaza de 1 Pedro, como hace Peler H. Davids, The First Epistle o/ Peter,Wm. B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, 1990, p. 9.

    80 Ver los comentarios sobre la forma epistolar del documento, p. 53.

    existi originalmente en otra forma. Bornemann, por ejempl~, argu~entque 1 Pedro 1.3-5.11 era un sermn bautismal que el ancI~no SIlvanopredic, y que los versculos 1.1-2 y 5.12-14 se ag.regaron mas.tarde paradarle al sermn una forma epistolar.81 Perdelwltz fue el pTlmero quepropuso este tipo de teora de. composic~n. Ofreci la ~~ptesis de. que1.3-4.11 era un sermn bautismal predicado a los reclen convertidos,mientras la ltima seccin de la epstola se redact primeramente comouna carta paraexhortar a los cristianos que ~ufran ~rs~cuci~n.ll2 ~r~~sker,en sus notas editoriales en el comentano de Wmdlsch, sugmo que1Pedro era un resumen de un culto bautismal escrito por un testigo ocular.Segn su teora, 1.3-4.11 era la liturgia bautismal, mientras 4.12-5.11 eraun sermn predicado a toda la congregacin. EL. Cr~ss m.odific~ estahiptesis una vez ms, diciendo que 1 Pedro era una hturgla bautismalpara el Domingo de Resurreccin. En su opinin, 1:~.11 es la parte delcelebrante en el rito bautismal. Pero Cross no claTlflCa el papel del restodel documento.84

    C.F.D. Moule ha propuesto otra alternativa respecto a la composicinde 1 Pedro. Sugiere que 1 Pedro era originalmente dos documentos qu.ese unieron en la poca cuando la iglesia coleccion los escritos ap~st.~hCOS.85 Segn Moule, la primera carta (1.1-4.11 y 5.12-14) se escnblo alos que todava no haban enfrentado la persecucin, mientras la segunda(1.1-2.10 Y4.12-5.14) se destin a los que ya experimentaban el fuegode la persecucin. . ., .

    Debemos cuestionar estas teoras de composlclOn. En pTlmer lugar,los que argumentan que la epstola originalmente era un tipo de homilao liturgia bautismal tienen que enfrentar la objecin de que son poca~ lasreferencias y las alusiones al bautismo en la epstola. Pedr~ menclo.naexplcitamente el bautismo solamente en 3.21, Yexisten poSIbles alUSIO-nes al rito en pocos otros versculos (1.3, 22-23).86 El bautismo era elcontexto de la conversin/iniciacin de los convertidos, pero el rito en sno es la preocupacin principal del autor de la epstola. Adems, debemospreguntar cul podra ser la motivacin de un ~utor .para h~cer de unsermn o de una liturgia una epstola. Qu pertmencla tendna para los

    XI W. Bornemann, Der erste Petrusbrief -eine Taufrede des Silvanus? ZntW 19 (1919-20),pp. 143-165. .

    X2 Richard Perdelwitz, Die Mysterienreligionen und.das Pr?hlem de:t l. Petrl~thnefe~.Verlagvon Alfred Topelmann, GieBen, 1911. Hans Windlsch, DIe iwtho/schen Brtefe, edItad? porHerbert Preisker, Verlag lC B. Mohr (Paul Siebeck), Tbingen, 1951. adopta est poSICintambin.

    83 Ibid.84 F.L. Cross, 1 Peter: A Paschal Liturgy, Mowbray, London, 1954.85 C.F.D. Moule, The Nature and Purpose of 1 Petef, NTSt 3 (1957), pp. 1-11.X6 Ver el comentario sobre estos versos.

  • 44 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO IV. Las fuentes de la enseanza de 1 Pedro 4S

    creyentes que vivan fuera de Roma, donde supuestamente se utiliz porprimera vez? Si originalmente fue una liturgia o un sermn, por qu seelimin toda referencia directa a su uso original? Adems, cuando Pedrohace referencia directa al bautismo en 3.21, su intencin es recordarles alos lectores el compromiso hecho en ese rito, ahora que estn en peligrode olvidarlo en medio de sus tribulaciones.87 Debemos reconocer queestas reconstrucciones del contexto bautismal original de la epstola sonmuy subjetivas. Por eso la gran mayora de los comentaristas las harechazado. 1 Pedro nos viene en forma epistolar, y no hay evidenciasuficientemente fuerte para persuadimos de que existiera originalmenteen otra forma.

    La reconstruccin de Moule respecto a la composicin de la epstolatambin carece de bases firmes. En primer lugar, en toda la epstola elautor habla de la persecucin como una realidad presente que los lectorestenan que enfrentar. No podemos dividir la carta en dos secciones, unapara los que iban a sufrir persecucin y otra para los que ya la padecan.El rechazo social es una realidad no slo en la ltima parte de la epstola(p.ej. 4.12) sino tambin en la primera seccin (1.6-7; 2.12; 3.16; 4.4).88Aun la seccin sobre el cdigo de sujecin (2.13-3.6), que Moule asociacon la supuesta carta dirigida a los que no padecan persecucin todava,trata sobre la reaccin cristiana a los poderes con los cuales los cristianosya estaban en conflicto. Adems, no existe ninguna evidencia textual d~que la carta originalmente existiera en dos secciones.89

    Concluimos que 1 Pedro se compuso originalmente como una cartadestinada a las comunidades cristianas sufrientes de Asia Menor. Eradesde el principio una unidad literaria que responda a las necesidades delos creyentes que enfrentaban el rechazo social a causa de su conversina Cristo. Pero negar que la carta fuera originalmente un sermn o unaliturgia bautismal no es pasar por alto que el autor hizo uso de muchomaterial didctico que circulaba independientemente en la iglesia primi-tiva, como veremos en la prxima seccin.

    M7 Ver el comentario sobre 3.21.MM Ver el comentario sobre estos versos.89 Entre los que defienden la unidad de la epstola, ver p.ej. Frederick W. Danker, 1 Peter

    124-217 - A ~onsolatory Pericope, ZntW 58 (1967), pp. 93-102; T. C. G. Thorton, 1 Peter,a PaschaJ LJturgy, JTS n.s. 12 (1961), pp. 14-26; Wolfgang Nauck, Freude im Leiden,ZntW 46 (1955), PP: 68-80; Edward Gordon Selwyn, The First Epistle o[Peter, Baker BookHouse, Grand Raplds, 1947; Ernest Best, J Peter, Wm. B. Eerdmans Publishing Co. yMarshall, Morgan & SCOlt, LId., Grand Rapids Y London. 1971; Kelly, Epistles o[ Peter;Schelkle. Cartas de Pedro; Davids, First Eptle o[Peter.

    IV. Las fuentes de la enseanzade 1 Pedro

    Desde hace muchos aos los comentaristas han reconocido que elautor dc I Pedro utiliz muchas fuentes diversas en la redaccin de sucarta. Pedro no era una isla solitaria en medio de las corrientes depensamiento de sus das. En su respuesta a la situacin urgente de suslectores, hizo uso de material didctico que estaba a la mano. Reconocerla influencia de su medio ambiente sobre su trabajo no es negar el papelnico del Espritu Santo guiando su pensamiento. Pedro no fue un simpleesclavo de las ideas que le rodeaban. Ms bien, adopt y adapt susfuentes, de acuerdo con la revelacin de Dios en Jesucristo y con lasnecesidades de sus lectores.

    El ejemplo ms claro de este proceso es su uso del AT en el desarrollodc su enseanza. Cita o alude al ATa cada rato, a veces sealando que setrata de una cita con frmulas introductorias como porque escrito est(1.16, citando Lv. 19.2) o por lo cual tambin contiene la Escritura (2.6,agregando Is. 28.16). En otras ocasiones incluye una referencia al AT sinindicar que lo hace (p.ej. 2.9, que combina Is. 43.20-21 y x. 19.6).90 ParaPedro, el AT era la autoridad suprema en cuestiones tocantes a la tica yla teologa. Su tendencia era utilizar secciones del AT (como el Sal. 34 eIs. 53) y desarrollar temas basados sobre su enseanza (como el tema delpueblo de Dios en 2.9-10, que cita x. 19.5; Is. 43.20; y Os. 1.6,9-10;2.23).91 En el transcurso de este comentario observaremos las varias citasy alusiones al AT sobre las cuales Pedro bas mucha de su instruccin.

    Otra fuente que Pedro emple fue la enseanza de Jess, tema queya tocamos en este comentario en la seccin sobre la autora de laepstola.92 Por ejemplo, 3.14 (

  • 46 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO IV. Las fuentes de la enseanza de 1 Pedro 47

    dar instruccin moral a los que vivan en medio de un mundo hostil a sufe (compare, p.ej., 1 P. 2.12 YM. 5.16).

    Antes de la composicin de las epstolas ya circulaba entre lascongregaciones algn material de instruccin doctrinal y moral. No pocosautores han reconocido que el autor de 1 Pedro, igual a otros autores delas epstolas, us extensamente este material. La existencia de esta ins-truccin pre-epistolar explica en gran parte la presencia de las mismasideas en los escritos de distintos autores (compare, por ejemplo, 1 P.2.13-14 YRo. 13.1-4). Pero aunque hay un consenso respecto al hecho dela existencia de tal enseanza, y su incorporacin en l Pedro, los que hanestudiado el tema no concuerdan respecto a los detalles y la forma a dichainstruccin. Varios han tratado de descubrir y sealar elementos de 10 quellaman un catecismo primitivo.93 Carrington, por ejemplo, argumentaque el catecismo tena cuatro partes, las cuales se incorporaron a 1 Pedro:1) Deponentes, Desechando, pues, toda malicia (2.1, 11); 2) Subiecti,Someteos (2.13-3.9); 3) Vigilate, Velad en oracim> (4.7; 5.8); 4)Resistite, Resistid al diablo (5.8-9).94 Selwyn, en cambio, reconocecinco secciones en el catecismo primitivo: 1) La entrada a'la nueva vidaen el bautismo (que sirve como base doctrinal para las otras secciones);2) La renuncia de la corrupcin moral; 3) La vida y la adoracin de lanueva vida; 4) Las virtudes sociales y las obligaciones de la nueva vida;y 5) La enseanza sobre la persecucin.9s

    Probablemente la mejor explicacin de la mayora de los elementoscomunes que encontramos en las epstolas (como entre 1 Pedro y lasepstolas de Pablo y Santiago) es que haba una forma de enseanza, quecirculaba oralmente, de la cual los varios autores sacaron su instruccin.96Pero llamar a este cuerpo de enseanza un catecismo quizs no escorrecto. Las variantes en su uso (compare, por ejemplo, l P. 5.5-9 YStg.5.6-7) indican que este cuerpo de enseanza era fluido y no fijo.97. Era93 Alfred Seeberg, Der Kalechismus der Ur-Chrislenheil, A. Deichert'sche Verlasbuchhand-

    lun.g Nachf., .Leipzig, I~~; Gottleib Klein, Der A/lestechristliche Katechismus, GeorgeRe~mer,. Berlln, 1909; ~hlllp Carrington, The Primitive Christian Catechism, CambridgeUmverslly Press, Cambndge, 1940; Selwyn, First Epist/e ofPeter, pp. 363-466; C.H. Dodd,The 'Primitive Catechism' and!he Sayings of Jesus en More New Testament Studies. Wm.B. Eerdman's Publishing Co., Grand Rapids, 1968, pp. 11-27; entre otros.

    94 Carrington, Primitive Christian Catechism.95 Selwyn, First Epistle of Peter, pp. 363-466.96 Es.ta aclaraci~ no explic~ la presenciade todos los supuestos paulinismos en 1Pedro (como

    p.~J ..I~ expresin en Cnsto en 5.14). La influencia tan profunda de Pablo en la iglesiapnmltlva hace probable que Pedro adoptara ideas del apstol a los gentiles. Adems Pedroconoca a Pablo (Hch. 15; G. 1,2). Pero Pedro no era de ninguna manera un plIulinista que

    ~implerm:nte repitiera las perspectivas paulinas. 1 Pedro representa un desarrollo teolgicomdependlente de Pablo (ver, p.ej., el comentario sobre 2.24).

    97 James E. Cro~ch, The Origin and Intention of the C%ssian Haustafe/, Vandenhoeck &Ruprecht, Gllltmgen, 1972, pp. 13-18, correctamente cuestiona si podemos reconstruir elsupuesto catecismo con la exactitud que Carrington y Selwyn proponen.

    ms bien un bosquejo que cambiaba y se desarrollaba con el uso. ComoKelly comenta, Si es cierto que el autor utiliz esbozos convencionales...tambin es cierto que no eran fijos verbalmente, y que se senta en libertadpara ampliarlos y rehacerlos segn sus propsitos.9R

    Una variante ms fructfera de la teora de un catecismo cristianoprimitivo es la que propone la existencia de un cdigo domstico(alemn Haustafel) del cual los autores del NT derivaron parte de suenseanza moral. Estudiaremos el perfil de esta instruccin ms adelanteen el comentario.99 Este cdigo enfatizaba las responsabilidades mutuasde los varios miembros o sectores de la sociedad, con nfasis especial enla necesidad de sujecin. Este tipo de enseanza se halla en Colosenses3.18-4.1, Efesios 5.21-6.9, l Timoteo 6.1-2, Tito 2.1-10, Romanos13.1-7, y l Pedro 2.12-3.7. 100 La presencia de la misma enseanza enPablo y Pedro sobre la sujecin del ciudadano al estado, del esclavo a suamo, y de la esposa a su marido no argumenta a favor de una dependencialiteraria entre Pedro y Pablo. Las diferencias en su desarrollo de estostemas lleva ms bien a la conclusin de una dependencia mutua de unafuente comn.

    Varios autores han propuesto que algunos himnos cristianos influen-ciaron la enseanza del apstol en esta epstola. 101 La posible presenciade himnos en las epstolas no nos debe sorprender, siendo que la himno-loga de la iglesia primitiva parece haber sido muy rica (Mt. 26.30; Hch.16.25; l Co. 14.26; Ef. 5.19; Col. 3.16; y ver el ejemplo de 1 Ti. 3.16).Windisch propone que 1 Pedro 1.18-21; 2.21-25; Y 3.18-22 contienenfragmentos de himnos primitivos, mientras Bultmann reconstruye unhimno de 1.2; 2.18, 19,22, reconociendo fragmentos hmnicos tambinen 2.21-25 y 3.18-22. Boismard en cambio ha aislado cuatro himnos: 1)1.3-5; 2) 1.20; 3.18,22; 3) 2.22-25; 4) 5.5-9. Pero en el mejor de los casos,estas reconstrucciones son tentativas. No existe un acuerdo sobre sirealmente Pedro refleja la himnologa de la iglesia primitiva en estospuntos. A mi parecer la abundancia de clusulas relativas y las frasesbalanceadas en 2.22-25 pueden indicar que Pedro tom su enseanza deun himno, el cual se basaba sobre Isaas 53. Pero bien puede ser que los

    9ft Kelly, Episl/es ofPeler and Jude, p. 21.99 P. 143-187.lOO En castellano, lase el excursus sobre El cdigo familiar en Schelkle, Carlas de Pedro,

    pp. 134-137.101 Reinhard Deichgrliber, Golteshymnus und Chrislushymnl/.f in der frhen Chris~enheit,

    Vandenhoeck & Ruprecht, GOttingen, 1967; M.-E. Boismard, Qualre Hymnes BaptIsmo/esdan /a Premiere Epilre de Pierre, Les Editions du Cerf, Paris, 1961; Rudolf Bultmann,Bekentis- und edfragmente im ersten Petrusbrief, CN 11 (1947), pp. 1-14; J. Coutts, ~ph.1:3-14 and I Pel. 1:3-12, NTSI 3 (1957), pp. 115-127; Windisch, Die kalho/ischen Bnefe;Roberto Garrett, 1 Pedro y la adoracin: La composicin literaria de la epstola, DT 20(1982), pp. 20-30.

  • 48 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO V. El esquema de 1 de Pedro 49

    elementos litrgicos reflejen simplemente el estilo retrico del autor dela epstola o de su secretario (ver 5.12 y comentario).

    En el transcurso del comentario observaremos tambin los paralelosentre el pensamiento del apstol y la literatura juda y las ideas filosficashelensticas. Si es cierto que Pedro hizo uso de las varias fuentes yamencionadas, no se debe concluir que era meramente esclavo de lastradiciones que le rodeaban. Al contrario, Pedro adopta y adapta dichasideas segn su propsito. 102

    ~ El esquema de 1 de PedroLo que digamos sobre el esquema de 1 Pedro se relacionar ntima-

    mente con nuestras conclusiones respecto al gnero literario de la epstola.Como hemos visto, varios creen que el documento era una liturgiabautismal o pascual que luego fue redactada en forma epistolar. Estosgeneralmente dividen el texto en cuatro partes bsicas: la Introduccin(1.1-2), la Exhortacin Bautismal (1.3-4.11), la Epstola para los Perse-guidos (4.12-5.11), y la Conclusin (5.12-14). Otros opinan que laepstola originalmente era dos cartas, una dirigida a comunidades quesufran persecucin (1.1-2.10; 4.12-5.14) Yla otra destinada a los que nohaban sufrido todava (1.1-4.11; 5.12-14), Y que estas dos cartas seunieron en una en el transcurso de la recoleccin de los documentoscannicos. Para todos estos comentaristas, el plan de 1 Pedro es unelemento secundario, y no parte inherente de la composicin original. Enla seccin sobre la composicin de 1 Pedro he refutado estas reconstruc-ciones de la composicin del documento, optando por la posicin tradi-cional que reconoce que la carta fue, desde el principio, una unidadliteraria que el autor compuso para ayudar a las comunidades jvenes decristianos en su lucha por la existencia e identidad en un mundo hostil asu nueva fe. 103

    Otros niegan que Pedro tuviera un plan especfico cuando escribi lacarta. Bigg dice, ...la conexin de ideas, que es la de una conversacin,[es] como la de un buen hombre viejo hablando con sus hijos. No hayningn plan definido ni evolucin lgica de un hilo de pensamiento.I04Salguero casi se hace eco de esta perspectiva, aunque no va al extremode Bigg. Dice, Siendo nuestra epstola casi en su totalidad parentica oexhortativa, resulta difcil hacer una divisin perfecta. Si exceptuamos laintroduccin y la conclusin, lo dems es una continuacin ininterrumpi-

    102 Ver. p.ej. el comentario sobre 3.1.103 Ver La composicin de 1 Pedro. p. 42.104 Bigg. Epistles ofSto Peter, p. 6.

    da de exhortaciones morales, estrechamente asociadas a consideracionesdoctrinales que las justifican.105 Pero debemos reconocer que lo queparece evolucin lgica de ideas al lector occidental del siglo veinte nopuede ser la medida absoluta para evaluar el hilo de pensamiento de unapersona oriental del primer siglo.

    Dos autores que han hecho contribuciones notables en el estudio delplan de la epstola son Dalton y Talbert. I06 Ambos escritores hacen unintento de descubrir la estructura inherente en la epstola y reconocen queun elemento bsico de la misma es la forma quistica del pensamiento dePedro. Quiasma es un estilo retrico en que dos partes de una unidadliteraria (p.ej. un prrafo) son un reflejo exacto la una de la otra. Elesquema ms comn de la estructura quistica es a b / b1 a l , pero muchasvariantes de ste se han reconocido en la literatura hebrea, griega ylatina. lO? En 1 Pedro el esquema quistico es muy dominante a nivel delprrafo. 108

    Pero tambin el anlisis de las secciones grandes de la epstola revelaque el mismo tipo de alternacin de ideas en forma quistica caracterizatoda la estructura de 1 Pedro. En el bosquejo presentado abajo he tratadode indicar este plan por medio de los ttulos de los varios prrafos dellibro.

    En la primera seccin mayor (1.3-2.10) Pedro examina la nueva vidade los cristianos, enfocando primeramente la naturaleza de su nueva vida(1.3-12). Despus de instruir a sus lectores sobre las implicaciones bsicasde esta nueva existencia (1.13-2.3), vuelve a una explicacin ms ampliadel carcter de su vida como elegidos de Dios (2.4-10). En la segundaseccin mayor (2.11-5.1 1) Pedro alterna entre exhortaciones sobre cmoel cristiano debe conducirse en un mundo hostil a su fe y enseanzasrespecto a lo que debe ser su actitud y conducta como miembro ntegrode la comunidad de los elegidos.

    Lo problemtico de este anlisis de la epstola es la divisin entre4.11 y 4.12. La presencia de la doxologa y el Amn en 4.1 1, ms la

    105 Jos Salguero, Epstolas catlicas. Apocalipsis, en Biblia Comentada, ed. por los Profe-sores de Salamanca, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1965,7.97. R. Franco, Cartasde San Pedro en La Sagrada Escritura. Nuevo Testamento, editado por los Profesores de laCompaa de Jess, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1962. 3.230, est de acuerdo:Es Imposible establecer una divisin que siga todos los matices del pensamiento.

    106 William Joseph Dalton, Christ's Proclamation to the Spirits, Pontifical Biblical Institute,Rome, 1965, pp. 72-102; Charles H. Talbert, Once Again: The Plan of 1 Peleo> en Perspec-Uves on I Peter, ed. por Charles H. Talbert Mercer University Press Macon 1986 pp141-151. ' " ,.

    107 P.ej. a.b e / el bl aloa b e / al bl el, etc. Ver BDF, f477; John Beekman y John Callow,Translatlnf? the Word ofGod, Zondervan Publishing House, Grand Rapids, 1974. pp. 226-228.

    IOR P.ej. e~ I P. 3.1-6 el pensamiento es: a - Exhortacin (3.la); b - Motivacin (3.1b-2); al_ExhortaCIn (3.3-4); bL Motivacin (3.5-6)

  • SO COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    splica comenzando con la palabra Amados en 4.12, parecen sealaruna divisin mayor en la epstola. MichaelslO9 divide la epstola en estepunto, pero reconoce que Pedro vuelve a los temas de la seccin anterior,y dice que 4.12-19 es una digresin: Pedro no puede abstenerse de volversobre los puntos que toc en la segunda parte una vez ms, y lo hace conelocuencia.110 Esta digresin es nada menos que la presencia de laforma quistica de su pensamiento. La presencia de una doxologa y unamn no necesariamente sealan una divisin principal en un libro,como el ejemplo de Romanos 9.5 demuestra. Pueden ser incluidos sola-mente para subrayar un punto solemne e importante. Por eso, aunquereconozco una divisin entre 4.11 y 4.12, he optado por no indicar unanueva seccin en este punto para mostrar ms claramente el ritmofundamental del progreso de las ideas. 1t 1

    109 J. Ramsey Michaels, J Peler, Word Books, Waco, 1988, pp. xxxv-xxxix.110 [bid., p. xxxvi.111 Es enteramente posible que Pedro se propona terminar el libro despus de 4: 11, pero se le

    ocurrieron unos pensamientos ms que quiso incluir y por eso continu con los prrafossiguientes. Obviamente no podemos probar esta especulacin.

    Bosquejo de 1 Pedrol. La salutacin epistolar (1.1-2)

    11. La existencia cristiana (1.3-2.10)A. La nueva vida (1.3-12)

    l. La alabanza a Dios por el nuevo nacimiento y su promesa(1.3-5)

    2. El gozo de la salvacin en medio del sufrimiento (1.6-9)3. La salvacin esperada y realizada (1.10-12)

    B. El llamado a la santidad (1.13-2.3)1. Ser santos (1.13-16)2. Conducirse en el temor de Dios (1.17-21)3. Amarse los unos a los otros (1.22-25)4. Desear la leche espiritual (2.1-3)

    C. La nueva existencia como elegidos de Dios (2.4-10)1. La Piedra (Cristo)(2.4)2. Las piedras (los cristianos) (2.5)3. La Piedra (Cristo) (2.6-8)4. El pueblo de Dios (2.9-10)

    111. Las obligaciones cristianas (2.11-5.11)A. En las estructuras sociales: Consejos generales (2.11-3.12)

    l. Introduccin: Abstenerse de deseos carnales (2.11-12)2. El cdigo de sujecin (2.13-3.7)

    a. Todos a las autoridades gubernamentales (2.13-17)b. Esclavos a sus amos (2.18-25)c. Mujeres a sus maridos (3.1-6)

    ch. Maridos: Ser comprensivos con sus mujeres (3.7)3. Conclusin: Hacer el bien (3.8-12)

  • 52 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANO

    B. En las estructuras sociales: Bajo persecucin (3.13-4.6)1. Sufrir por hacer el bien y no el mal (3.13-17)2. El ejemplo de Cristo (3.18-22)3. No volver a hacer el mal (4.1-6)

    C. En la comunidad cristiana (4.7-1I)l. Orar a la luz del fin (4.7)2. Amar fervientemente (4.8-9)3. Servir como buenos administradores (4.10-11)

    Ch. En las estructuras sociales: Bajo persecucin (4.1 2-19)1. Gozarse en el sufrimiento (4.12-14)2. Sufrir como cristianos y no como criminales (4.15-19)

    D. En la comunidad cristiana (5.1-7)1. Exhortacin a los ancianos: Pastorear (5.1-4)2. Exhortacin a los jvenes: Someterse (5.5a)3. Exhortacin a todos: Humillarse (5.5b-7)

    E. En las estructuras sociales: Bajo persecucin (5.8- 11)1. Resistir al diablo (5.8-9)2. La fortaleza de Dios (5.10-11)

    IV. Exhortacin y salutacin finales (5.12-14)

    l. La salutacin epistolar(1.1-2)

    I Pedro, apstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersin dePonto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, 2elegidos segn la prescien-cia de Dios Padre en santificacin del Espritu, para obedecer y serrociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

    En su comunicacin Pedro usa la estructura comn de la correspondenciaen el mundo antiguo. A diferencia de las cartas modernas, era la costum-bre poner primeramente el nombre del autor, luego el nombre del desti-natario, y despus un saludo. Al final el autor inclua una despedida(compare I P. 5.13-14). Por ejemplo, una carta del a041 d.C. comienza,Serapin a nuestro Heraclides, saludos. Despus de esta introduccinviene el cuerpo de la carta y al final Serapin dice, Saluda a Diodorocordialmente. Adis! Saluda a Harpocracio)).1 Pero las cartas en laantigedad eran mucho ms cortas que I Pedro y la mayora de las otrasepstolas del NT, como se ve en Hechos 15.23-29; 23.25-30, Yen la cartade Pablo a Filemn. Haba otra categora de escrito, la carta-ensayo)),que utilizaba la estructura epistolar pero que era un tratado ms extensoy formal. 2Aunque Pedro sigue esta convencin literaria, su epstola noera una comunicacin universah) sino que escribi a congregacionescristianas especficas con necesidades reales y profundas.

    1 Pedro es la traduccin griega del nombre arameo del apstol,Cefas)), el sobrenombre que recibi del Seor Jess (Jn. 1.42). Sunombre de pila era Simefi)) (Hch. 15.14; 2 P. 1.1) que es la translitera-

    J A.S. Hum y E.e. Edgar. Select Papyri, 4 lomos, Harvard Universily Press, Cambridge, 1970,1.297-299.

    2 P.ej. 2 Macabeos y El Martirio de Policarpo.

  • 54 COMENTARIO BBLICO HISPANOAMERICANOl. La salutacin epistolar (1.12) 55

    cin de su nombre hebreo. Los judos nombrados Simen normalmenteusaban el equivalente en griego, Simn.3 Pedro escribe como apstolde Jesucristo. El ttulo apstol se refiere a uno que es enviado con laautoridad de la persona que lo enva.4 El trasfondo de este oficio es lainstitucin juda del saliaj. El saliaj era una persona con la autoridad dehablar y actuar en nombre de otra, como el siguiente ejemplo de la MisnBerakhoth ilustra: El saliaj de un hombre es como el hombre mismo(5.5). Por eso, el apstol no es meramente un enviado o un misionerosino uno que lleva a cabo una misin con la autoridad de otro, y actabajo dicha autoridad. En este caso el otro es Jesucristo. 5 Lo que Pedroensea en la epstola no es mero consejo humano sino palabra del Seor.

    Pedro se dirige a los expatriados de la dispersin. La palabra expa-triados (griego parepidemois) significa el que durante un corto lapso detiempo reside como extranjero en un lugar, el extranjero, el advenedizo.6Muchos han visto en esta palabra el pensamiento de que el cristiano estseparado de su verdadero hogar, los cielos (Flp. 3.20; Heb. 11.13-16; 1 P.1.4), Ypor eso es como un extranjero que no tiene residencia permanenteen este mundo. Pero John H. Elliott ha puesto en duda esta interpretacin,diciendo que los que recibieron esta carta eran extranjeros en la sociedady que luego se convirtieron a Cristo. Elliott critica a los que le dan a lapalabra un sentido figurado o espiritual. Enfatiza que los extranjeros eranun grupo definido en las comunidades romanas que experimentaba ladiscriminacin social y que exista alejado de los dems de la sociedad.?Aunque Elliott es correcto en su crtica de los que han hecho caso omisode la dimensin sociolgica de la situacin de los destinatarios, la eviden-cia de la epstola sugiere que ellos vinieron a ser extranjeros en supropia sociedad a causa de su conversin. Antes seguan la religin desus padres y participaban completamente en la vida social de sus comu-nidades (4.3, 4; 1.18). Pero ahora experimentan la discriminacin socialde parte de sus contemporneos a causa de su nueva fe.R Esta nuevaposicin social es la raz de sus problemas.

    Las palabras los expatriados de la dispersin... [que son] elegidosaparecen juntas en el texto griego, con el adjetivo elegidos antes deexpatriados. Se deben traducir, a los expatriados elegidos de la disper-

    3 Richard J. Bauckham, lude, 2 Peter, Word Books, Waco, 1983, p. 166; G. H. R. Horsley,New Documents lllustrating Early Christianity, Macquaries University New South WalesAustralia. 1978, 1.94. "

    4 DTNT, 1.139-146; ThDicNT, 1.398-447.~ Compare G. 1.1.~ DTNT, 2.163. En la versin griega del AT la palabra se encuentra en Gn. 23.4 y Sal. 39.12,

    yenelNTenHeb. 11.I3yl P.2.11.7 Elliott, Homelor the Homeless, pp. 37-49.R Ver la Introduccin, pp. 39-40, Yel comentario sobre 1.17.

    sim~. 9 Elegido significaba selecto en los papiros antiguos, pero aquprobablemente debemos entenderlo segn su uso teolgico: Ellos son losescogidos de Dios (Dt. 4.37; 7.6; 14.2; Is. 41.8-9; 45.4), Y como talherederos del ttulo originalmente dado a los israelitas. En Deuteronomio4.37 y 7.6-8 vemos que la eleccin de Israel era la base de su redenciny separacin de Egipto y de su peregrinacin en el desierto. La idea dePedro es igual: La eleccin es la causa de su posicin social de extranjerostransentes. 10 Dios los escogi para ser los expatriados de la dispersin.

    Pedro dice que sus lectores son de la dispersin. 11 La dispersinera el conjunto de los judos que vivan fuera de Palestina (Jn. 7.35; Sal.147.2; 2 Mac. 1.27). Pero tambin la palabra poda significar el lugardonde los expatriados judos vivan (Jdt. 5.19). Pedro usa el trmino paradenominar a los cristianos porque refuerza la realidad de su separacinde su verdadero hogar. Los judos, bajo la predicacin proftica, recono-cieron que su dispersin de Palestina les sobrevino a causa del juicio deDios provocado por sus pecados (Jer. 17.1-4; Ez. 12.15; 22.15). Pero lateologa rabnica modific esta concepcin y le dio a esta realidad unainterpretacin positiva. El rabino Eleazer de Modiim dijo, Dios dispersa Israel entre las naciones pa