Comentario Del Libro de Ester - B. H. Carroll

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  • 8/14/2019 Comentario Del Libro de Ester - B. H. Carroll

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    Comentario Sobre el Libro de

    EsterJohn C. Whitcomb

    Introduccin

    Captulo 1:VASTI DEGRADADA (1:1-22)

    Captulo 2: ESTER SE CONVIERTE EN REINA (2:1-23)

    Captulo 3: AMAN PLANEA LA DESTRUCCIN DE ISRAEL (3:1-15)

    Captulo 4: LA DECISIN DE ESTER (4:1-17)

    Captulo 5: EL PRIMER BANQUETE DADO POR ESTER (5:1-14)

    Captulo 6: AMAN HUMILLADO ANTE MARDOQUEO (6:1-14)

    Captulo 7: EL SEGUNDO BANQUETE DADO POR ESTER (7:1-10)

    Captulo 8: MARDOQUEO PUBLICA UN NUEVO DECRETO (8:1-17)

    Captulo 9: LOS JUDOS OBTIENEN LA VICTORIA Y SE INSTITUYE ELPURIM (9:1 10:3)

    INTRODUCCIN

    El libro de Ester es una parte vitalmente importante del conjunto que forman las SagradEscrituras. Al igual que sucede con Deuteronomio, con los Salmos o con Isaas, es un libinspirado, histricamente exacto, cannico, con autoridad divina y significativo desde el pude vista teolgico. No cabe duda de que esto resulta difcil de comprender para algunos cristiadebido a que el libro no hace mencin alguna de Dios ni de actividades religiosas y tambin

    el hecho de que parece que se centra solamente en la mera supervivencia fsica de los judoexpensas de sus enemigos los gentiles. Y lo que es peor an, al hroe (Mardoqueo) y a la hero(Ester) rao parecen preocuparles ni las leyes ni el testimonio de su Dios. Cmo podemos, pasegurar que Ester es una parte vital de la Sagrada Escritura?

    A medida que las respuestas a estas preguntas comiencen a descubrirse ante nuestra visllegaremos a comprender aquellas verdades acerca, de nuestro Dios que son preciosas y queotro modo no llegaramos a conocer. Resulta especialmente alentadora para el creyenteimportancia de este libro en relacin al status de la nacin de Israel en nuestros das. Servimo

    http://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/introduccion.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/001.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/002.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/003.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/004.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/005.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/006.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/007.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/008.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/009.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/introduccion.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/001.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/002.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/003.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/004.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/005.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/006.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/007.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/008.ziphttp://e/My%20Webs/lgs/comentarios/ester/009.zip
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    amamos a un Dios que no puede mentir y cuyos propsitos para el mundo, llenos de gracia, pierden, a pesar del pecado y de Satans, ser derrotados Es, por lo tanto con esta esperanzcon la seguridad de que Dios, el Espritu Santo, abrir los ojos de aquellos que realmente desconocer Su verdad (Sal. 119:18) que realizo la introduccin del estudio de este libro de Ester.

    AUTOR Y FECHADe la misma manera que desconocemos quin escribi 1. y 2. de Reyes, tampoco sabem

    quin fue el autor inspirado del libro de Ester, pero a pesar de los esfuerzos que han realizaciertos eruditos por colocar la fecha de este libro durante la era de los Macabeos, su fecha pse va haciendo ms evidente al inspeccionarlo ms detenidamente. Carey A. Moore, que nieginspiracin y la absoluta historicidad del libro admite, sin embargo, que el ncleo narrativolibro tuvo que ser escrito durante el perodo persa (1) porque el hebreo que se utiliza en el li pertenece a una era anterior a la literatura de Qumrn (siglo II a. de C.), (2) porque en el li brilla por su ausencia el vocabulario griego y (3) porque el hebreo que se utiliza en Esterasemeja ms al de Crnicas, que est fechado alrededor del ao 400 a.C..1 Es ms, la actitud

    compasiva de Ester para con el rey gentil es bastante probable para un escritor judo del per persa (539-332), pero resulta menos apropiada para el perodo helenstico (331-168) y bastimprobable durante el perodo macabeo (167-135).2

    Aquellos estudiantes que no estn condicionados por las suposiciones de la crtica negatde ms alto nivel se sentirn libres para mirar con mayor detenimiento las detalladdescripciones del inters del palacio de Susa (cp. Est. 1:6-7; 7:8) y as poder discernir la auridad de uno que estuvo presente en dicho escenario, ante ese magnfico palacio, antes dedestruccin (435 a.C.).

    En lo que al autor mismo se refiere, hay una sugerencia que valdra la pena tener en cuentes la de que la falta de referencia a Jerusaln y la mencin de los judos "esparcido y distribuentre los pueblos" (3:8) indicaba que el propio autor era uno de los de la Dispora... Las palaby el conocimiento de las costumbres persas que contiene el libro sugieren que su escritor viviPersia... es una conjetura plausible de que el autor era un judo persa que haba ido a vivJudea y deseaba ensalzar el guardar el Purim a las gentes de aquella tierra.3

    CANONICIDAD

    Hasta hace poco tiempo, los crticos liberales no llegaron al acuerdo general de que el lide Ester fue considerado como cannico hasta el denominado Concilio de Jamnia (90 d.C.). ejemplo, L.B. Patn, afirm que en Palestina, as como en Alejandra, hubo una prolongoposicin antes de que fuese admitido dentro del Canon,4 pero que ms adelante el judasmohizo lo posible por compensar dicha oposicin de sus predecesores alabando el libro en trmun tanto extravagantes.

    Sin embargo, el .Concilio de Jamnia no canoniz Ester ni ningn otro libro pertenecieal Antiguo Testamento, sino que ms bien se limit a reconocer lo que haca ya largo tiempo

    1 Carey A. Moore, Esther., The Anchor Bible (Carden City N. Y.: Dou-bleday, 1971), p. Ivii.2 Ibid., p. IX.3 Lewis B. Patn, Estilen, International Critical Commentary (Nueva York: Scribner's, 1908), p. 63.4 Ibid., p. 97.

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    Dios haba canonizado por medio de la inspiracin del texto original.5 Existe una importantedistincin entre canonicidad y comprensin teolgica, pues no todo lo que apareca en el teinspirado y cannico de la Escritura lo comprenda o lo apreciaba todo judo, pero no por elldejaban fuera de la Biblia. La Iglesia de nuestros das se enfrenta con la misma cuestin, pueque algunos telogos tienen el arrojo de asegurar que existe error en el texto original de

    Escritura sencillamente porque no encaja con sus nociones filosficas preconcebidas, peroCristo ni sus apstoles trataron de semejante manera la Sagrada Escritura.6Aquellos eruditos del Antiguo Testamento que son de creencia ms liberal adopt

    actualmente una opinin ms moderada sobre el asunto. Carey A. Moore, por ejemplo, admque Josefo (37-100 d.C.) consider que el libro era cannico, ya que reconoci la antigedadmismo y lo parafrase en sus Antigedades sobre los judos. La lista de libros jud pertenecientes al canon, que poseemos incluye tambin el libro de Ester (Baraitha en BBathra I4b-I5a, siglo n d.C.). Moore concluye diciendo: Resulta fcil sospechar los motivoslos cuales se afirma que el libro obtuvo su canonicidad durante el Concilio de Jamnia: (1) el lafirma ser un relato histrico exacto de un tiempo durante el cual los judos se salvaron de cquedar exterminados por completo y (2) el libro se convirti en la razn de una popu

    festividad religiosa. Por otra parte, cuando tuvo lugar el Concilio de Jamnia los judos, despde haber sido destruida Jerusaln por los romanos en el ao 70 d.C. y de que el pueblo hubisido esparcido an ms que antes, tenan buena causa como para encontrar consolacin enesperanza de que surgiesen otra Ester u otro Mardoqueo.7

    El hecho de que algunos cristianos de los primeros siglos de la historia de la Iglesia aceptasen la canonicidad del libro de Ester no resulta decisivo al menos por dos motivPrimeramente, porque los lmites del canon judo no quedaron determinados por la Iglesia, s por Israel (cp. Ro. 9:4). Segundo, durante el perodo intertestamentario y los primeros siglola era cristiana la verdadera naturaleza y propsito de la nacin de Israel en el plan eternoDios resultaron un tanto enigmticos. Los escritos y su amplia aceptacin de The GreAdditions to Esther (Las adiciones griegas a Ester) (c. 100 a.C.) con su esfuerzo artificial espiritualizar el libro cannico suministrando motivos y palabras piadosas para EsterMardoqueo, demuestra sencillamente el malentendido fundamental del libro que caracteriz mayora de los judos y de los cristianos durante aquellos siglos.

    Moore afirma que los cristianos del Este que vivan ms cerca de los centros judogeneralmente rechazaban la canonicidad del libro, pero que los cristianos de Occidente (tacomo Hilary, Rufino y Agustn y hasta es posible que Clemente de Roma, del primer siglo dera cristiana) tenan tendencia a aceptar su canonicidad.8 8Pero el mapa que ilustra la condicinde canonicidad de Ester en la Iglesia cristiana primitiva9 9de Moore parece contradecir estaopinin. Los testigos del Este a favor del canon, que se encontraban ms cerca de PalestinaConstantino de Chipre, Damasco de Siria y hasta de Cesrea y Jerusaln en Palestina) todaceptaban la canonicidad del libro de Ester. La diversidad de opiniones que existe entre cristianos primitivos sobre dicho tema, especialmente a la luz de una ignorancia muy esparc

    5 Cp. R. Laird Harris, Inspiraton and Canonicity of the Bible (Grand Ra-pids: Zondervan, 1969), p. 155 yR. K. Harrison, Introduction to the Od Testa-ment (Grand Rapids: Eerdmans, 1961), pp. 277-79.6 Cp. Harold Lindsell, The Battle for the Bible (Grand Rapds. Zonder-van, 1976).7 Moore, p. xxiv.8 Ibid., pp. xxv, xxviii.9 Ibid., pp. xxvi-xxvii.

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    sobre el autntico propsito del libro no prueba en realidad nada respecto a la canonicidad libro de Ester.

    HISTORICIDADAl incrementar nuestros conocimientos sobre la historia del Prximo Oriente, gracias a

    descubrimientos arqueolgicos y a un detenido examen de documentos que tenamos ynuestra disposicin, la crtica radical del libro de Ester, que caracteriz a los siglos xix principios del xx, resulta cada vez menos digna de credibilidad. Al principio de este siglo LeB. Patn asever que el libro de Ester no era histrico y hasta resulta dudoso que exista en ncleo histrico en su narrativa.10 Podemos situar actualmente semejante afirmacin en elmuseo de opiniones que nada tienen de cientfico (para no decir de cristiano) respecto al libro

    Cul es la base correcta para nuestro enfoque respecto a la historicidad de Ester? cristiano reconoce con franqueza su propensin a aceptar la completa verdad histrica de libros cannicos de la Biblia por respeto a las afirmaciones tan claras y repetidas que hizoSeor Jesucristo.11 Est, por lo tanto, dispuesto a aceptar el texto tal cual es, convencido de que autor conoca mucho ms acerca de las circunstancias exactas que rodearon a los sucesos

    describe. Reconociendo claramente, en la mismsima naturaleza del caso, que resulta imposesperar una confirmacin absoluta, extrabblica, de cada una de las afirmaciones que aparecela Biblia, por lo cual el cristiano da prioridad a la autoridad de la Escritura, ya que las fuenque no son bblicas no son inspiradas y solamente la Escritura es inspirada por Dios (2.a3:16) y, por lo tanto, completamente autoritaria y fidedigna.

    No es de sorprender, por tanto, que un amplio abismo separe al enfoque conservadrespecto al libro de Ester del enfoque liberal. Ningn escrito puede evitar por completo un ci prejuicio de tipo teolgico o filosfico. La pregunta que podramos hacer es: Qu prejuicio ga un determinado investigador? Fijmonos, por ejemplo, en la sincera confesin que hace CaA. Moore: Como no tardar en descubrir el lector, la Historia de las Guerras Persas,deHerodoto, no es tan slo una fuente prctica para el conocimiento del historiador actual en lo se refiere a la antigua historia y cultura persas, sino que es, al mismo tiempo, un crite primordial por medio del cual es posible juzgar la factible historicidad y autenticidad numerosos "hechos" que aparecen en Ester.12 Si damos por sentado, desde el principio, que unhistoriador griego que describa la vida cortesana de Persia, desde la perspectiva de un extraoms de fiar que el autor del libro de Ester, entonces no cabe duda de que las conclusiones aque lleguemos sobre la historicidad del libro de Ester estarn claramente predeterminadas.

    Pero, cules son, exactamente, las objeciones principales respecto a la historicidad del lique Lewis Patn y Carey Moore, dos de los principales crticos negativos de Ester en este sihan escogido? La larga lista de objeciones hechas por Patn incluyen tres de gran importancia

    (1) Los personajes principales del libro, Vasti, Aman, Ester y Mardoqueo, sodesconocidos en la historia.13 Pero la situacin es totalmente diferente en nuestros das de lo quelo fue cuando fue publicado por vez primera el libro de Patn (en 1908). J. Stafford y WilliamShea14 han mostrado cmo el nombre de Vasti muy bien podra ser una transliteracin dAmestris, el nombre que Herodoto asigna a la primera reina de Jerjes (vanse mis comentar

    10 Patn, p. 75.11 Vase The Chicago Statement on Biblical Inerrancy que pueden conseguir de la siguiente direccin:International Council on Biblical Inerrancy, P. O. Box 13261, Oakland, California 94661, USA.12 Moore, p. xlv, se ha aadido la letra cursiva.13 Patn, p. 65.

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    ms adelante sobre 1:9-12). Aman el agagueo (3:1) no era descendiente del Agag al que mSamuel, sino que vino de una regin en Media llamada Agag (cp. mis comentarios ms adelsobre 3:1). En cuanto a Ester, las evidencias circunstanciales respecto a la existencia de usegunda reina en la corte de Jerjes y en el harn han quedado destacadas por William Shea enartculo Ester y la historia (vanse mis comentarios ms adelante sobre 2:16-18).

    ltimamente, aunque no menos importante, Mardoqueo ha comenzado a salir de las tinieblala oscuridad histrica (aparte de la Escritura) hasta tal punto que incluso el propio Carey Mose ve obligado a admitir: Mardoqueo pudo muy bien ser un personaje histrico15 (vanse miscomentarios ms adelante sobre 2:5-6).

    (2) La afirmacin de que las leyes de los medas y de los persas no podan ser alterad(1:19, 8:8) ... est sin confirmar por las evidencias antiguas.16 Sin embargo, J. Stafford Wright,demuestra de manera convincente que semejante evidencia existe en realidad (vanse comentarios sobre 1:19-20).

    (3) Ester no pudo ser nunca la reina de Jerjes porque el testimonio dado por Herodoto 3dice que la reina solamente poda ser escogida de entre siete de las ms nobles famil persas.17 Pero a pesar de ello Wright ha contestado con toda claridad a esta objecin tambi

    (vanse mis comentarios sobre 1:14).Dos generaciones despus de Patn, Carey A. Moore parece ms cauto en sus acusacioen contra de la historicidad del libro. Despus de seleccionar unas cuantas de las improbablafirmaciones hechas por Patn respecto a Ester nos advierte: Aunque resultan improbables, supuesto, es posible que estas cosas hayan sido ciertas.18 Pero incluso las ms gravescontradicciones del libro (de las cuales hay una lista bajo las objeciones hechas por PatnMoore no le parecen concluyen tes, ya que dice: Si las tomamos de manera individual, pocaes que algunas, de estas inverosimilitudes y contradicciones son suficientemente graves co para minar la historicidad esencial de Ester.19

    Adems de todo esto, Moore facilita ciertas evidencias que vienen a apoyar la historiciddel libro. Comienza diciendo:

    A primera vista el relato parece ser verdad. Aparte de la supuesta irrevocabilidad de lasleyes persas y tal vez las vctimas de la batalla que tuvo lugar el trece de Adar, segn semenciona en 9:16, nada de lo que aparece en el libro suena a improbable, cuanto menos aincreble, especialmente por el hecho de que la narrativa se centra sobre las intrigas depalacio y los prejuicios tnicos. Es ms, el autor, que comienza su obra de la manera tpicade todos los relatos bblicos, anima a sus lectores a que confirmen los detalles de suhistoria, poniendo a su alcance las fuentes histricas (cp. 10:2). Solamente un escritor queobre de buena fe se atreve a extender semejante invitacin a sus lectores. Adems de esoel mismo libro es evidencia, por s mismo, de que el autor saba mucho sobre la poca, ellugar y el marco de su relato... Gran parte de lo que dice el autor sobre Jerjes parece

    14 J. Stafford Wright, The Historicity of Esther en J. Barton Payne, ed., New Perspectives of the OdTestament (Waco, Texas: Word, 1970), pp. 37-47 y William H. Shea, Esther and History, AndrewsUmversity Semmary Studies 14, n. 1 (primavera 1976), pp. 227-46.15 Moore, p. 1.16 Patn, p. 72.17 Ibid.18 Moore, p. xlv.19 Ibid., p. xlvi.

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    perfectamente compatible con lo que sabemos sobre l gracias a otras fuentes literarias yarqueolgicas.20

    (Vanse adems las sorprendentes afirmaciones citadas de Moore en mis comentarios so2:16-18.)

    Para concluir, digamos que la confianza que el pueblo de Dios ha depositado, a lo largolos siglos, en el libro de Ester ha sido grandemente confirmada durante nuestra generaci Ningn historiador podra, en justicia, demandar que cada uno de los detalles del libro fuconfirmado por evidencias procedentes del exterior, pues en la mismsima naturaleza del ceso se encuentra totalmente por encima de los lmites de la historiografa cientfica. Al protiempo, ahora es ms evidente que nunca que ninguna de las afirmaciones hechas en el li pueden quedar demostradas como errneas. En vista de la abundancia de nombres, de fechaslugares y de las costumbres mencionadas en el libro, esto es tan sorprendente que sita a Esteun dominio totalmente superior de realidad que los libros apcrifos de Judit y Tobas con los se le ha comparado con frecuencia. El cristiano puede afirmar con toda confianza, en lo qulibro de Ester se refiere, as como a cualquier otra parte cannica de la Escritura: Tu palabrverdad (Jn. 17:17).

    PROPOSITO

    Qu puede decirse acerca del propsito religioso o del mensaje de un libro de la Biblia menciona a un cierto rey persa 190 veces en 167 versculos, pero que no menciona a Dios pnada? Cmo es posible encajar en el canon judo un libro que est lleno de crisis y de peli para la nacin, pero que se abstiene de hacer ninguna referencia a Jerusaln, al Templo, a la Lal Pacto, al sacrificio, a la oracin, al amor o al perdn? Esta es, como es lgico, la razn pocual la canonicidad (si no la historicidad) del libro ha sido discutida por algunos de l principales pensadores judos y cristianos durante ms de dos mil aos. Probablemente sea tambin la razn por la que el libro de Ester no ha sido encontrado entre los manuscritosQumrn.

    Se dice que Martn Lutero dijo durante un momento de su carrera: Soy un enemigo acrrimo del segundo libro de los Macabeos y del de Ester que deseara que nunca hubiellegado hasta nosotros porque en ellos existen demasiadas cosas faltas de naturalidad paganas.21 Como es natural, la mayora de los eruditos cristianos no son tan audaces, pero pesar de ello albergan muchas dudas y sienten confusin en cuanto al verdadero mensaje Dios desea transmitir a Su pueblo por medio de esta porcin de Su santa Palabra.

    El problema bsico tiene su origen en su falta de discernimiento con respecto al prograque Dios tiene para Israel que es diferente de Su programa para la Iglesia. Si las diversas mecristianas y sus ministerios bien definidos se sobreponen en el Antiguo Testamento o inclusolos cuatro evangelios, el resultado ser inevitablemente la confusin y la frustracin. Si estocierto en lo que se refiere a los relatos normativos y teocrticos de Levtico, de Josu o inclde Crnicas, es an ms cierto en situaciones que no son normativas y que estn descritasJueces, en parte de Samuel y de Reyes, pero de manera especial en el libro de Ester.20 Ibid , p. xxxv.

    21 Martn Lutero, The Table Talk af Martn Luther, nueva edicin y traduccin de Wilham Hazlitt (Londres:Bohn, 1857), p 11. (Seccin xxiv de Table Talk).

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    En realidad el problema viene a ser doble. En primer lugar, la mera idea de una teocraisraelita les resulta ofensiva a un gran nmero de cristianos de nuestros das. Podemos tomaserio la idea de que Dios libr a millones de israelitas de la esclavitud egipcia y los situCanan cuando el hacerlo iba a representar la muerte de un enorme nmero de egipcios ycananeos? Acaso eso no es contradictorio a la tica cristiana?

    El segundo problema resulta an ms serio. Cmo poda ese Dios santo de Israel contindestruyendo gentiles, no solamente en Palestina, sino por todo el Imperio Persa durante los ddel rey Jerjes y a continuacin dejar registrada esa matanza en el libro de Ester sin referenalguna a s mismo ni a ninguna de Sus instituciones teocrticas reveladas?

    La respuesta a la primera pregunta se encuentra en los atributos fundamentales de Dios yla naturaleza del hombre post-admico a la luz de los designios eternos de Dios. Los homb pecaminosos no merecen vivir en la tierra que es de Dios y ese es el mensaje bsico del diluque aconteci durante los tiempos del Gnesis. Dios es absolutamente santo, pero al mistiempo imparte Su gracia y ha determinado bendecir a las naciones en proporcin a la respude las mismas a Su mensaje, dado por medio de una nacin, Israel, creada por Su gracia div(Gn. 12:1-3; Dt. 7:6-11). Las naciones y las personas que odiaban a Israel demostraban, de

    modo, su rechazo del plan de Dios, lleno de gracia, de salvacin y eran destinadas a destruidas.Es importante notar que esta negativa o aspecto violento de la teocracia israelita no

    opcional y no estaba en manos de los miembros ms indignos o no regenerados de la nacinrealidad eran los hombres ms espirituales (por ejemplo, Abraham, Moiss, Josu, SamueDavid) los que eran llamados por Dios para matar a otros para el cumplimiento de Sus propsen la tierra. Para que los judos hubiesen adoptado la actitud pacifista de vivir y dejar vivcuando se trataba de los gentiles idlatras que estaban en Palestina y que realmente mereca juicio divino (cp. Jue. 1-2).

    Precisamente esa tragedia fue la que sucedi por fin. Debido a que durante siglos fuerdesobedientes al programa teocrtico de su Dios, especialmente en el compromiso religiosque llegaron con sus vecinos gentiles, primeramente con las tribus del norte (722 a.C.) y lucon Jud (586 a.C.) fueron deportados y esparcidos por toda Mesopotamia y ms all. Lformas externas de la teocracia fueron destruidas por las naciones gentiles que odiaban al Dde Israel.

    Sin embargo, en el ao 536 a.C., solamente medio siglo antes de las primeras escenas qaparecen en el libro de Ester, cincuenta mil judos fueron conducidos por un Dios bondad para que regresasen a Jerusaln, bajo la direccin de un gobernador llamado Zorobabel ysumo sacerdote llamado Josu. Ellos erigieron con gozo un altar para el sacrificio y comenzaa reconstruir su Templo. De este modo Jerusaln se convirti nuevamente en el centro programa redentor de Dios para el mundo entero (Hag. 2; Zac. 4). Muchos judos piadosos, coDaniel, no pudieron regresar con esa explicacin, pero sus corazones s fueron con los dem(cp. Sal. 137:4-6; Dn. 6:10). Como es lgico, encontramos viviendo en Babilonia (Esd. 7) ySusa (Neh. 1-2), muchos aos despus, a jvenes que amaban a su Dios, pero el punto crucievidente es que cuando surgi la oportunidad pudieron realizar el deseo de sus corazonregresando a Jerusaln para llevar a cabo el plan teocrtico de Dios.

    La situacin descrita en el libro de Ester, sin embargo, es totalmente diferente de la Zorobabel, de Josu, de Esdras y Nehemas. Esto nos ofrece la clave a la solucin del segund principal de los problemas. No parece existir ninguna evidencia que apunte al hecho de quMardoqueo ni Ester albergaran ningn deseo de relacionarse con el centro del program

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    teocrtico de Dios viajando a la ciudad de Jerusaln, ofreciendo los sacrificios prescritos Moiss sobre el altar, por mediacin del sacerdocio levtico y orando a Jehov en Su santemplo. Ni tampoco existe evidencia alguna que indique que hubiese nada que les impidiese i

    Ahora bien, la relacin personal de Mardoqueo y de Ester con el Dios de Israel no es usencilla cuestin acadmica, pues sobre la respuesta adecuada a esta cuestin reside, en g

    parte, la explicacin de que no aparezca en el libro el nombre de Dios, el que dicho libroformara parte del canon hebreo y la relacin teocrtica del actual Israel con Dios. Por stootros motivos, esta cuestin ha sido debatida muy seriamente a lo largo de los siglos y merececuidadoso anlisis.

    Casi todas las personas que estudian detenidamente el libro tienen que admitir que tantohroe como la herona del mismo daban muestras de algunos elementos de alta moral en caracteres. Esto es especialmente evidente en la crisis que sufri Ester, en el captulo 4, cuaMardoqueo, en su splica a Ester para que apelase ante el rey a favor de su pueblo (4:13-1hizo una referencia, aunque de modo un tanto cubierta, a la providencia de Dios, a la luz Pacto hecho a Abraham, y cuando Ester pidi a los judos de Susa que ayunasen por el(4:16) durante tres das, mientras ella se preparaba para aparecer ante el rey, aun a riesgo de

    propia vida.Si bien podemos admitir todo esto, el anlisis que nuestro Seor hace de los judos de tiempo, que fcilmente apelaban al Pacto hecho a Abraham (Mt. 3:9; Jn. 8:39) debiramos eadvertidos de que debemos encontrar evidencias ms positivas que stas a fin de poder clasifa un determinado judo como perteneciente al verdadero resto de Israel (Is. 4:2-3; cp. Jn. 1y Ro. 9:6-8). Al fin y al cabo en el Israel actual siguen existiendo muchos Mardoqueosmuchas Ester que demuestran un gran valor y nobleza en su determinacin a morir, si efuese necesario, para la perpetuacin de su nacin e incluso de su religin, pero debemosmismo tiempo, reconocer que lamentablemente muy pocos de estos valerosos israelitas conoa su Dios, que lo fue tambin de sus padres, en el sentido de confiar en la provisin que El h para su eterna salvacin por los mritos del Mesas (cp. Is. 53; Ro. 11:25,28).

    Debemos reconocer que Ester deseaba ser esposa de Jerjes, que era un ferviente seguidorZoroastro. A ella no la llevaron por la fuerza al harn del rey (vase mis comentarios sobre 2Adems del hecho de que ocult su nacionalidad comiendo alimentos inmundos durante mucmeses (2:9). No cabe duda de que eso habla muy poco en favor de Ester porque no solameest en su contra el hecho de que no cumpli con las reglas dietticas, sino que al propio tiemno tuvo en cuenta la autoridad de la ley. Ella no dio muestras de ese "judasmo a ultranza" distingui a Daniel e incluso a la apcrifa Judit... ella mantuvo su secreto durante al menos ciaos (cp. 2:16; 3:7). Para que el engao pudiese durar tantsimo tiempo, tuvo que hacer ms comer, vestir y vivir como una persona. Debi de adorar tambin como si lo fuese!22 A pesar de la insistencia de lo que dice en 2:20 respecto a que Ester no declar su identidad como judebido a que Mardoqueo as se lo haba mandado, queda an la impresin de que el judasmoEster era ms un hecho de nacimiento que de conviccin religiosa.23

    Nos enfrentamos con un problema similar con respecto a la espiritualidad de MardoquResulta impensable que un judo piadoso ocultase su identidad durante un largo perodotiempo y que ordenase a otra persona que tambin lo hiciese. Bajo estas circunstancias, ehecho no puede ajustarse a la intencin del primero de los Diez Mandamientos, ni puede

    22 Cari A. Baker, An Investigation of the Spirituality of Esther (M. Div tesis, Grace TheologicalSeminary, 1977), pp. 21-22.23 Moore, p. liv.

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    negativa a inclinarse ante Aman explicarse en base a su conviccin religiosa (vanse mcomentarios sobre 3:2 y 3:4). J. Stafford Wright concluye diciendo: El juicio cristiano en lo al libro de Ester se refiere se ha visto innecesariamente obstaculizado por el sentimiento de por ser Mardoqueo un personaje de la Biblia, deba de ser un buen hombre... cuando al igualsucedi en el caso de Jeh puede que no pasase de ser uno que cumple su propsito. La Biblia

    emite juicio moral alguno respecto a l, pero s que espera que nosotros hagamos uso de nuesentido cristiano. El fue tomado por Dios, pero no fue necesariamente un hombre santo.24Vista a la verdadera luz del programa revelado por Dios para la teocracia israelita, la mue

    de 75.000 gentiles que odiaban a los judos, por todo el Imperio Persa, durante el reinadoJerjes no puede facilitarnos una objecin vlida respecto a la inspiracin y canonicidad del li(vanse mis comentarios sobre 8:11) como tampoco lo fuera la muerte de los primognitos todo Egipto una base para poner en duda la inspiracin del libro de xodo. Estos librinspirados nos demuestran que Dios tom en serio el pacto abrahmico; en el primer casomanera milagrosa y en el otro de modo providencial, ya que Dios impidi que Satans triunfen sus esfuerzos desesperados por destruir al pueblo de Su pacto. Si no hubiera existidoxodo, los descendientes de Israel hubiesen acabado por ser absorbidos y hechos paganos por

    egipcios que eran idlatras. De ese modo ni habra habido un Cristo ni una salvacin paramundo.Pero Purim no es menos significativa por esta razn. Muchos judos han secularizado

    fiesta (como, de hecho, han secularizado toda su religin de manera efectiva [Is. 1 y Mt. 23]).hecho el Talmud (Megillah 7b) recomendaba que los judos bebiesen vino durante la celebracde Purim hasta que fuesen incapaces de distinguir entre Bendito sea Mardoqueo! y Malsea Aman!. Pero esta profanacin no puede oscurecer la maravillosa providencia de Dios esuspense extraordinario de este gran drama de la confrontacin divina y satnica que desarrolla sobre el escenario que es la historia, con la mano de Dios (aunque no de una mantan empricamente visible como en el xodo), claramente discernible tras el teln. No debemde olvidar que si el complot de Aman hubiese triunfado, no solamente los judos que encontraban en Susa, sino toda la comunidad teocrtica en Jerusaln hubieran sido barridos dfaz de la tierra. Como observ Jacob Hoschander, el que no hubiese existido la fiesta de Puhubiese representado que tampoco hubiese existido Israel y, por lo tanto, tampoco cristianismo.25

    Por qu, pues, resulta evidente que el nombre de Dios y todas las ideas teocrticas se evia lo largo de todo el libro? No era porque la presencia de Dios fuese algo vago o incierto,tampoco porque miles de gentiles muriesen a manos de los judos. Ni se debe este hectampoco a que el hroe y la herona del libro, ambos judos, fuesen probablemente personasregeneradas.

    La verdadera razn es que Mardoqueo, Ester y los judos de Susa no solamente encontraban fuera de la tierra prometida, sino, lo que es ms, ni les preocupaba siquiera el pteocrtico de Dios que se centraba en aquella tierra. Por otro lado, Dios se identific oficialmcon judos no regenerados y ruines, que ocupaban puestos en la realeza o en el sacerdocio, dede la teocracia, judos como Sal, Ajaz, Zedequas e incluso hombres como Acab y Jehoramel reino del norte. Esta distincin, de vital importancia, fue algo de lo que no se apercibieron

    24 Wright, p. 45.

    25 Jacob Hoschander, The Book of Esther in the Light af History (Fila-delfia: Dropsie College, 1923), p.10.

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    judos del perodo intertestamentario, que se esforzaron por mejorar el libro de Ester por medel apcrifo Aadiduras a Ester. Mediante un rechazo tan absurdo y deliberado de advertencias del Deuteronomio 4:2a; 12:32, y de Proverbios 30:6 (no aadas nada a s palabras, para que... no seas hallado mentiroso) estos judos intertestamentarios logradistorsionar de manera permanente el mensaje de Dios que aparece en el libro de Ester.

    Creemos que esto nos ofrece la mejor explicacin y la que resulta la ms definitiva respea la omisin del nombre de Jehov. El sugerir que este nombre ofendiese a los oficiales Purim y que, por lo tanto, toda referencia a El se excluyese con todo cuidado del libro es teuna pobre opinin sobre la inspiracin de la Escritura. Hace una generacin John Urquhart lla la conclusin, muy apropiada, de que la historia de la obra de Dios sobre la tierra no pununca asociarse con los judos no creyentes, que deliberadamente se desligan del prograrevelado por Dios. En Su providencia los cuidar y los liberar, pero el nombre de ellos ySuyo no aparecern juntos en los anales del trabajo y en el perodo de espera antes desalvacin de la tierra.26 Edward J. Young y Gleason L. Archer concuerdan en esta opinin.27

    La providencia innegable de Dios, tal y como se observa en la manera en que El cuida a pueblo, en los detallados sucesos de este libro asombroso, unido al hecho de que se omite

    nombre (para no decir nada de la total falta de intervenciones sobrenaturales), apuntan tanto tragedia como a la esperanza del Israel actual. A pesar de que ya han regresado muchos judla tierra prometida, que es Israel, como nacin, son personas no regeneradas y que no tienacceso alguno a las instituciones teocrticas del Antiguo Testamento. Israel ha visto al Mes pero tambin le ha rechazado y lo mismo que sucede con las ramas originales que han sdesgajadas del olivo, las bendiciones de Dios han quedado separadas de Israel (Ro. 11:16-2Por lo tanto, el Espritu Santo advierte a la Iglesia por medio del apstol de los gentiles: As en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros (Ro. 11:28). Esa es la tragediaIsrael en nuestros das.

    Pero al mismo tiempo, el libro de Ester es un mensaje divino de esperanza para Isra porque a pesar de su condicin de nacin que no es salva, que es cortada, por causa deincredulidad, de las instituciones dadas por Dios, no han sido olvidadas por El. Puede quehaga tiempo que las naciones del mundo se hayan olvidado del Pacto que Dios hizo cAbraham, pero Jehov no se ha olvidado. He aqu, no se adormecer ni dormir el que guardIsrael (Sal. 121:4). Es cierto que El la cort del rbol de Su bendicin, pero tambinsorprendentemente cierto que y an ellos [Israel], si no permanecieren en incredulidad, seinjertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar (Ro. 11:23). Cmo puede ser esLa respuesta aparece clara: Porque no quiero, hermanos, que ignoris este misterio...: queacontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentileluego todo Israel ser salvo (Ro. 11:25-26). Es Israel en nuestros das de verdad un enemigoDios, que no merece ni siquiera oficialmente Su nombre? S, lo cual resulta trgico (cp. 1.a2:14-16). Pero en cuanto a la eleccin [de Dios], son amados por causa de los padres. Porirrevocables son los dones y el llamamiento de Dios (Ro. 11:28-29). Esta es la esperanza derael y la de todo el mundo (Ro. 11:12-16).

    26 John Urquhart, Esther, Book of, en The International Standard Bible Encyclopedia, 5 vols., ed.James Orr (Grand Rapids, 1946), 2:1009.27 Edward J. Young, Una Introduccin al Antiguo Testamento (Grand Rapids: Editorial T. E. L. L., 1977),p. 415, y Gleason L. Archer, A Survey of Od Testament Introduction, ed. rev. (Chicago: Moody Press,1974), p. 417.

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    Y se es el misterio y el mensaje que el libro de Ester tiene para nuestro mundo de hoExiste el rechazo de la divinidad, pero al mismo tiempo existe la providencia divina. Htragedia, pero hay al mismo tiempo esperanza. Lo cierto es que Mardoqueo no pudo llegacomprender que la fiesta de Purim no poda resolver la autntica tragedia. Para millonemillones de judos su advertencia a Ester ha tenido un cumplimiento: T y la casa de tu pa

    pereceris (Est. 4:14), pero habl tambin muy por encima de sus conocimientos cuand prometi: Vendr de alguna otra parte respiro y liberacin para los judos (4:14). Esa o parte result ser el propio Mesas de Israel, que habl con una autoridad mil veces superiocon un conocimiento de la tragedia que se iba a cernir sobre Israel adems de la esperanCuntas veces quise juntar a tus hijos... y no quisiste! He aqu vuestra casa os es dejada desta. Porque os digo que desde ahora me veris, hasta que digis: BENDITO EL QUE VIENE EL NOMBRE DEL SEOR (Mt. 23:37-39).

    ***

    1VASTI DEGRADADA(1:1-22)

    DURANTE EL LTIMO DA de una fiesta de siete das de duracin en la ciudad real de Susa, el reJerjes mand que la reina Vasti apareciese en su presencia, delante de los nobles que estab borrachos para mostrar su belleza. La negativa de ella provoc la ira del rey y ste siguiconsejo de Memucn, que era uno de los siete prncipes, de que ella fuese degradada por mede un decreto pblico para que todas las esposas del Imperio Medo-Persa honrasen a smaridos.

    la. Aconteci en los das de Asuero.Este no puede ser otro que el nombre hebreo de eseemperador de Persia, hombre caprichoso, cruel, pero no por ello inconsecuente, que rein deaos 486 a 465 a.C., cuyo autntico nombre fue Khshayarsha y que fue conocido entre griegos como Jerjes. Aunque Josefo sigui a los traductores de la Septuaginta en su nocequivoca-de de que se trataba del hijo de Jerjes, Artajerjes, la erudicin actual le identificamanera casi unnime como Jerjes. Por ejemplo, el telogo liberal Lewis B. Patn podra decir

    Identificando a Asuero con Jerjes concuerdan todas las declaraciones del libro de Ester,que era un rey persa que rein tambin sobre Media (1:3, 18), extendindose su imperiodesde la India a Etiopa y que contena 127 satrapas (1:1, 8:9, 9:30), incluyendo al propiotiempo las islas del Mediterrneo (10:1), estando su capital en Susa en Elam (1:2 , etc.).Todo esto es cierto respecto a Jerjes, pero no sobre ningn otro monarca persa. El

    carcter de Asuero tal y como est descrito en el Libro de Ester, concuerda tambin con elrelato de Jerjes, dado por Herodoto y por otros historiadores griegos. Por estos motivos,existe un acuerdo general entre los eruditos actuales judos, catlicos y protestantes que al decir Asuero el autor del libro de Ester quiere decir Jerjes. 28

    28 Lewis B. Patn, Esther, International Critical Commentary (Nueva York, Scnbner's, 1908), p. 54,cursiva aadida. Vase tambin William H. Shea, Esther and History, Andrews University Seminary Studies 14, n. 1 (primavera 1976): p. 288, n. 4.

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    Existe un factor de suma importancia bblica para la identificacin de Jerjes y se encuenen Esdras 4:5-7, que coloca a este Asuero despus de Ciro y de Daro, peroantesde Artajerjes.29Jerjes debe ser, adems, el rey al que se hace referencia en Daniel 11:2 como el cuarto y el mrico de los reyes persas, el que alzara a todo el imperio en contra del reino de Grecia.

    En su gran campaa en contra de Grecia, que dur de 481 al 479 a.C., con un ejrcito

    probablemente doscientos mil hombres y una armada de muchos cientos de navos, Jerjes intedesesperadamente vengar la humillante derrota que sufri su padre Daro I (552-486 a.Cdurante la batalla de Maratn (490 a.C.). Pero a pesar de un planeamiento y una estratesorprendentemente hbil, su ejrcito qued casi bloqueado por los espartanos en el pasoTermopilas y fue derrotado en Plataea, al noroeste de Atenas (479 a.C.), poco despus de quegran armada fuese destrozada ante sus propios ojos en Salarais, al oeste de Atenas (480 a.C.).30

    Fue de manera especial en sus tres ltimos volmenes acerca de lasGuerras PersasdondeHerodoto (485?-425? a.C.) se destac como historiador.31 Si bien es cierto que Herodoto dijoalgunas cosas positivas acerca de Jerjes, l y especialmente otros historiadores grieg posteriores, tales como Ctesias, Jenofonte, Strabo y Plutarco nos han pintado un retrato tradinal de Jerjes, como un gobernante incompetente y corrupto. Pero el otro aspecto administrat

    que llega hasta nosotros, de este monarca persa, comienza ahora a hacer su aparicin al ponerarquelogos a nuestra disposicin inscripciones y monumentos en diversos lugares de su vaimperio.

    Un estudio de los anales persas indica que Jerjes fue un gobernante que tuvo mucho mxito de lo que sugiri Herodoto. Hijo de Daro y de la reina Atosa, que era hija de Cirohermana de Cambises, Jerjes naci para reinar y durante los ltimos doce aos sirvi covirrey de Babilonia. Apenas haba ascendido al trono cuando Egipto y luego Babiloniarebelaron en su contra y l reprimi ambas rebeliones con toda presteza e impuso severcastigos a los ofensores... Teniendo estos antecedentes se encontr bien equipado, a la muertesu padre, para asumir las dos tareas que Daro haba dejado sin concluir: la conquista de Grecel completar el palacio real que se encontraba en Perspolis. Como todo el mundo sabe, Jefracas de modo aplastante en la primera de estas empresas... pero como pocos lectores sabJerjes tuvo un gran xito en su segunda labor: la construccin de Perspolis.32

    A pesar de que Jerjes era un adorador de Ahuramaz-da y de que mostr menos toleranciacuanto a otras religiones y sus templos que sus predecesores reales, no fue un Zoroastra puJerjes se encontr, en espritu, ms lejos de Zoroastro que su propio padre, pero a pesar de parece que se adhiri conscientemente a este ltimo y que distorsion, de puro propsitoforma de la religin del Profeta, tal y como le haba sido interpretada por el Mago.3329 Cp. J. Finegan, Light from the Ancient Past, 2." ed. (Princeton: Prince-ton U., 1959), p. 238 y RobertGordis, Megillat Esther (Nueva York: Ktav, 1974), p. 5.

    30 Para toda la historia, vase A. T. Olmstead, History of the Persian Empire (Chicago: U. de Chicago,1948), pp. 248-61, y especialmente C. Hignett, Xerxes Invasin of Greece (Oxford: Oxford U., 1963), y A.R. Burn, Persia and the Greeks: The Djense af the West 546-478 a.C. (Nueva York: Minerva, 1968), pp.318-546. Para dibujos ilustrativos vase la National Geographic So-ciety,Greece and Rome (WashingtonD. C.: Nat. Geo. Soc., 1968), pp. 148-63.31 Cp. Hignett, p. 25-40 y Burn, pp. 1-17.32 Carey A. Moore, Esther, The Anchor Bible (Carden City, N. Y. Dou-bleday, 1971), p. xxxviii.33 Burn, p. 316, citando a R. C. Zaehner, The Dawn and Twillght of Zoroastrtanism, The Putnam Historyof Religin (Nueva York: Putnam, 1961), p. 161. Vase tambin Robert J. Littman, The Religious Policyof Xerxes and the Book of Esther, The Jewish Quarterly Review, n. s. 65, n. 3 (enero, 1975), pp. 145-55.

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    1b. El Asuero que rein desde la India hasta Etiopa.A fin de evitar cualquier posibleconfusin con el Asuero (Dn. 9:1) cuyo hijo, Daro el Meda, fue gobernador de todas antiguas provincias babilonias, bajo Ciro el Grande, desde 539 hasta ms o menos 525 a.Cautor apunta hacia el amplio territorio sobre el cual gobern Jerjes (cp. Est. 8:9; 10:1)34

    La India a que se hace referencia aqu (en hebreohdd =el ro Indus en snscrito) esequivalente a la provincia del Punjab en el Pakistn actual. Herodoto, el gran historiador gridel siglo v a.C., nos dice que tanto India como Etiopa (en hebreoks)estaban sometidas bajo el poder de Jerjes (3:94-98; 7:9), habiendo sido la India conquistada por su padre, Daro I, y Etio por Cambises (530-522 a.C.). An de mayor importancia que este testimonio es descubrimiento, en Perspolis, de una tablilla que dice en parte: As habla el rey Jerjes: Esson los pases, adems de Persia, sobre los que soy rey, bajo la sombra de Ahuramazda:India... [y] Kush.35

    1c. Sobre ciento veintisiete provincias.Algunos eruditos han considerado que esto escontradictorio a lo que afirm Herodoto, que dio una lista de solamente veinte satrapas p

    Daro I (3:89-94), y al libro de Daniel, el cual se refiere a 120 strapas, nombradas por DarMeda (Dn. 6:1). Sin embargo, la palabra provincias (hebreomedina)se refiere en este caso aunidades gubernamentales (o raciales) ms pequeas, dentro del imperio, tal como la provide Jud (Neh. 1:3), mientras que Herodoto se refera a las ms amplias unidades de impuestal como la quinta satrapa, que inclua a toda Fenicia, Palestina, Siria y Chipe (3:91). Por olado, el libro de Daniel no habla de ninguna de estas unidades territoriales, ya que se limitdecir que Daro el Meda nombr 120 strapas sobre el reino. (Dn. 6:1).36

    2. Que en aquellos das, cuando fue afirmado el rey Asnero sobre el trono de su reino, cual estaba en Susa, capital del reino.-Susa (que es el nombre griego) o Susn (que es elhebreo) era la antigua capital de Elam, que Daro I reconstruy como la capital de invierno Imperio Persa. En verano el calor resultaba intolerable, de modo que se estableci una capitaverano en Ecbatana (actualmente Hamadan) en las montaas, doscientas millas (322 kilmetal norte (vase Esd. 6:1-2). Otras capitales eran Babilonia, que se encontraba a doscientas mi(322 kilmetros) al oeste y Pasagarde y, ms adelante, Perspolis, ambas a trescientas mil(483 kilmetros) al sureste.

    Resulta fascinante el darnos cuenta de que la ciudad de Susa, en la cual se desarrollaron sucesos del libro de Ester, fue visitada por Daniel en el ao 551 a.C. en una visin (Dn. 8:1-8)la cual vio, por adelantado, un rpido ascenso del Imperio Medo-Persa (que comenz un despus, en la gran victoria de Ciro sobre el anciano y corrompido Astyages el meda). Dancontempl adems las victorias posteriores de Alejandro el Grande, sobre el Imperio Persa (3323 a.C.). Otra nota interesante es que en los aos 446445 a.C., una generacin despus de tuviesen lugar los acontecimientos del libro de Ester, encontramos a Nehemas sir-xendo

    34 Vase John C. Whitcomb, Darius the Mede (Nutley, N. J.: Presbyterian & Reformed Publishing, 1963),pp. 17-24.

    35 James B. Pritchard, ed., Ancient Near Eastern Texis, 3." ed. (Princeton: Princeton University, 1969), p.316. Para el texto original vase Roland G. Kent, Od Persian (New Haven: American Oriental Society,1953), p. 151.36 Cp Whitcomb, pp 31-33

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    Susa como copero de Artajerjes durante los meses de invierno, o sea de diciembre a marzo Neh. 1:12:1).37

    3a. En el tercer ao de su reinado hizo banquete a todos sus prncipes y cortesanos.Estagran fiesta (hebreomisten,literalmente, una fiesta para beber; esta misma palabra hebrea se

    usa en Jueces 14:10 con relacin al banquete de bodas de Sansn) y los seis meses deliberacin que les precedieron tuvieron lugar en 483/482 a.C. El propsito de esta gran reunno se explica, pero es casi seguro que durante la misma Jerjes realiz sus planes para la invasde Grecia. Herodoto describe esta importante ocasin del siguiente modo:

    Disponindose Jerjes a tomar bajo su mando la expedicin que iba a dirigirse contraAtenas, hizo convocar una asamblea de los ms nobles persas para enterarse de susopiniones y para exponer ante ellos sus propios designios. De manera que cuando loshombres estuvieron reunidos, el rey les habl con las siguientes palabras: ...mi intencines construir un puente sobre el Helespon-to y hacer que un ejrcito pase a travs deEuropa, hasta llegar a Grecia, con el propsito de vengarme de los atenienses por losmales que cometieron en contra de los persas y en contra de mi padre [7.8]. 38

    Herodoto explica asimismo que contando con la recuperacin de Egipto [durante el primao ntegro del reinado de Jerjes: 485 a.C.], Jerjes se tir cuatro aos enteros reuniendo a huestes y preparndose todo lo que habran de necesitar sus soldados (7:20). La gran campen contra de Grecia comenz en la primavera del ao 481 a.C. Vale la pena darse cuenta de los anales bblicos y la fecha, en lo que a este despliegue de poder militar y real se refiere, dseis meses (vanse mis comentarios sobre Est. 1:4-5), encajan de maravilla con los hechos dhistoria secular: la manifestacin de poder tuvo lugar debidamente cuando estaban presentesvisitantes, teniendo lugar cuando se estaban reuniendo las tropas para la campaa y aconteantes de que la expedicin partiese hacia Grecia.39

    Los telogos liberales, totalmente entregados a sus suposiciones en contra de sobrenatural, como pudiera ser su creencia de que las Escrituras no estn totalmente inspira por Dios y que, por lo tanto, no siempre son ciertas en cuanto a su contenido histrico, sigimpasibles por esas armonas tan maravillosas e inesperadas (para ellos) entre la historia sagry la secular. Por ello se nos dice que estas especulaciones en cuanto al porqu del banquete de inters solamente si uno est convencido del carcter estrictamente histrico del libro.40

    Igualmente significativo e imposible de explicar como sencilla coincidencia literaria esintervalo de cuatro aos de duracin entre la degradacin de Vasti en el ao 482 a.C. (1:3) y

    37 La fascinante historia de Susa y los otros grandes lugares imperiales del Imperio Persa han sidodescritos por Romn Ghirshman, The Arts of Ancient Irn (Nueva York: Golden, 1964), pp. 137-208 y por Charles F. Pfeiffer y Hoxvard F. Vos, The Wycliffe Historical Geography of Bible Lanas (Chicago: MoodyPress, 1967), pp. 263-87. Vase tambin Edwin M. Yamauchi, The Achaemenid Capitals, Near East

    Archaelogical Society Bulletin, n. s. 8 (1976), pp. 5-81. Un erudito que niega la historicidad de Ester admite que las excavaciones del lugar no han demostrado nada en contra de las afirmaciones, aunqueresulten un tanto vagas, que se hacen en Ester referente a Susa (Moore, p. 5).

    38 Todas mis citas de Herodoto son de la traduccin de George Rawlin-son en Francis R. B. Godolphin,ed., The Greek Historians, 2 tomos (Nueva York, Random House, 1942).39 Cp. Shea, p. 231.40 Moore, p. 12, citando con la aprobacin de Patn, p. 129.

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    coronacin de Ester, que tuvo lugar en el ao 479 a.C. (2:16) (vanse mis comentarios sobrey 2:16). Ese patrn cronolgico en la narrativa es lo que podramos esperar si, como nos forman los historiadores griegos, Jerjes particip durante ese perodo de tiempo en su campmilitar contra los griegos. Carey A. Moore insiste en que el texto bblico no dice por qu fue precisos cuatro aos, despus de que Vasti fuera degradada, para poder encontrar a su suceso

    y contina diciendo: aquellos que estn a favor de la historicidad de Ester citan con frecuenel hecho de que Jerjes debi encontrarse ausente, en Grecia, durante dos de esos cuatro aocomo si la ausencia de Jerjes fuese una explicacin sorprendente e inesperada para ese espade cuatro aos.41 La posibilidad de que la Palabra de Dios sea real e histricamente exacta y quesa evidencia circunstancial, en cuanto a su historicidad, son prueba convincente de su exactes algo que, al parecer, escapa a la actual crtica negativa.

    3b. Teniendo delante de l a los ms poderosos de Persia y de Media, gobernadores prncipes de provincias.-Durante los tiempos de Daro el Meda (que era un subordinado deCiro), dos generaciones anteriores, Media era normalmente mencionada antes que Persia (cp. 6:8), pero despus Persia se convirti en ms importante en la doble monarqua. L

    gobernadores y los prncipes representan a los gobernantes civiles del imperio en contraslos gobernantes militares.

    4-5.Para mostrar l las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por muchos das, ciento ochenta das. Y cumplidos estos das, hizo el rey otro banqu por siete das en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que haba en Susa, capitdel reino, desde el mayor hasta el menor.Durante los 180 das Jerjes discuti los planes de gue-rra con sus subordinados y los intimid con la opulencia y la grandeza de su corte. Despusesto se celebr una fiesta de siete das de duracin (w. 3 y 5 probablemente se refieren amisma fiesta o banquete)42 porquetodo l pueblo que haba en Susa, capital del reino,incluyendo a los dirigentes de las diferentes provincias que haban venido para los planrealizados durante esos 180 das.El patio del huerto del palacio real.Esto debe referirse alterreno, o al parque, que rodeaba al palacio. Todo el conjunto confirma, al pie de la letra profeca que Daniel pronunci en el ao 536 a.C., segn la cual habr tres reyes en Per[Cambises, Pseudo-Smerdis y Daro I], y el cuarto [Jerjes] se har de grandes riquezas ms qtodos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantar a todos contra el reino de Grecia (11:2).

    6. El pabelln era de blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y prpura eanillos de plata y columnas de mrmol; los reclinatorios de oro y de plata, sobre losado d prfido y de mrmol, y de alabastro y de jacinto.Los significados de algunas de estas palabrassiguen siendo oscuros, pero las versiones Reina-Valera y Nacar-Colunga dan el sentido geneEl cortinaje de algodn (hebreoharpas = lino fino) blanco y azul (los colores reales [cp. Est.8:15]) estaba colgado de calumnas de marfil por medio de anillas de plata. Haba adems divade oro y plata (cp. 7:8) sobre suelos hechos de piedras, que haban sido colocadas de diver

    41 Moore, p. 24.42 Vase C. F. Keil, The Books of Eva Nehemiah, and Esther, trad. Sophia Taylor, Bibllcal Commentary on the Od Testament, de C. F. Keil and F. De-litzsch (1873); reimpresin, Grand Rapids: Eerdmans,1950, pp. 322-24.

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    colores. Este palacio, de una belleza extraordinaria qued totalmente destruido por el fuealrededor del ao 435 a.C., a finales del reinado de Artajerjes, hijo y sucesos de Jerjes.43

    7-8.Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino reade acuerdo con la generosidad del rey. Y la bebida era segn esta ley: Que nadie fuese obligad

    a beber; porque as lo haba mandado el rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciesla voluntad de cada uno.La gran variedad en los vasos que se utilizaban para beber eran un lujen Persia. Herodoto nos dice que cuando los griegos derrotaron a sus invasores persencontraron en su campamento muchas tiendas ricamente adornadas con muebles de or plata, muchos divanes cubiertos por platos de lo mismo y muchos cuencos dorados, copas y ovasos para beber (9:80).De acuerdo con la generosidad.La generosidad de Salomn quedaexpresada de manera similar (1. R. 10:13).La bebida era segn esta ley: Que nadie fueseobligado a beber (v.8). Normalmente el rey haca un brindis con sus invitados y beban uncierta cantidad, pero luego podan beber tanto o tan poco como desearan. Herodoto inform los persas disfrutaban mucho del vino y lo beban en grandes cantidades... era adems normellos el deliberar sobre asuntos de peso estando borrachos... aunque en algunas ocasiones,

    embargo, estaban sobrios durante la primera deliberacin, pero en ese caso volvan a considel asunto bajo la influencia del vino (1,133).

    9-12. Asimismo la reina Vasti hizo banquete para las mujeres, en la casa real del rey Asnero. El sptimo da, estando el corazn del rey alegre del vino, mand a Mehumn, Biz Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas, siete eunucos que servan delante del rey Asue-ro, qtrajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos ya los prncipes su belleza; porque era hermosa. Mas la reina Vasti no quiso comparecer a laorden del rey enviada por medio de los eunucos, y el rey se enoj mucho, y se encendi en irDurante el ltimo da de la fiesta, el rey embriagado envi a sus siete eunucos (hebreo saris; cp.vv. 12, 15), que eran su medio de comunicacin con el harn, a que buscasen a Vasti. Ecostumbre que las reinas persas comiesen a la mesa del rey, pero no necesariamente cuandotrataba de un banquete. Probablemente, temiendo por su dignidad en medio de un grupo borrachos (cp. Herodoto 5.18), se neg rotundamente a obedecer al llamamiento. F precisamente bajo circunstancias similares que una generacin de la nobleza filistea haba sdestruida (Jue. 16:25-30) y, ms adelante, uno de los hijos de David perdi su vida (2 S. 13:2

    Los crticos han afirmado con frecuencia que el libro de Ester no es histricamente exa porque se presenta a Vasti como la reina, mientras que Herodoto identifica a la reina coAmestris (9.108-13). Pero J. Stafford Wright ha mostrado claramente un posible eslabn lgstico entre el nombre persa Vasti y el nombre griego Amestris.44 Sus conclusiones se hanvisto confirmadas y fortalecidas por William H. Shea.45 Carey A. Moore, como es tpico de l,deja totalmente de lado el asunto diciendo: De hecho, la identidad de Vasti es de importanvital solamente para aquellos eruditos actuales, tales como Johannes Schildenberger, que tie

    43 Cp Olmstead, p. 352.

    44 J. Stafford Wright, The Historicity of Esther, en J. Barton Payne, ed., New Perspectives on the Od Testament (Waco, Texas: Word, 1970), pp. 40-42.45 Shea, pp. 235-37.

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    un profundo inters apologtico en la estricta veracidad histrica de Ester.46 Vase mi discusinadicional en 2:16-18.

    13. Pregunt entonces el rey a los sabios que conocan los tiempos (porque asacostumbraba l rey con todos los que saban la ley y el derecho).Estos consejeros reales

    estaban profundamente familiarizados con las leyes y las costumbres persas, pero iban an mall porque conocan los tiempos. Esto implica claramente que eran astrlogos y magVanse mis comentarios sobre 3:7.

    14. (Y estaban junto a l Carsena, Setar, Admata, Tarsis,Meres, Marsena y Menucn, siete prncipes de Persia y de Media, que vean la cara del rey y se sentaban los primeros del reino)Es posible que en Persia el nmero siete fuese un nmero sagrado (cp. Esd. 7:14; Est. 1:10; 2Estos nombres, como los de los eunucos (v. 10) son innegablemente persas. Carey A. Moore mite que la falta de evidencia en cuanto a una influencia griega en lo que a estos nombresrefiere es ciertamente significativa para fechar Ester.47

    En el ao 458 a.C. (veinticinco aos despus de que Vasti fuese depuesta), Artajerj

    decret que Esdras fuese enviado a Jerusaln de parte del rey y de sus siete consejeros (E7:14); esto es evidentemente una referencia al mismo cuerpo oficial. Herodoto inform qDaro I destron a Pseudo-Smerdis (522 a.C.) con la ayuda de siete conspiradores que fue premiados con un especial acceso al rey. Es ms, el rey deba hacer juramento para casasolamente con alguien de las familias de los conspiradores (Herodoto 3:84). Muchos erudestaran de acuerdo con la opinin de Carey A. Moore en el sentido de que Ester no podra, ello, haberse convertido en la reina de Jerjes porque las reinas persas tenan que procederuna de las siete familias nobles persas, costumbre que automticamente hubiese descartado a juda insignificante.48

    J. Stafford Wright contesta de manera efectiva a esta objecin:

    Resulta lamentable que un comentador copie a otro sin comprobar los hechos por smismo. No cabe duda de que Daro se cas con otras esposas, adems de la que procedade entre los Siete (Herodoto III, 88); y su hijo Jerjes, que le sucedi, no era hijo de suesposa. Amestris, la esposa de Jerjes, era hija de Otanes, pero este Otanes era hijo de uncierto Sisamnes (Herodoto V, 25; VII, 61), mientras que Otanes, que era uno de los Siete,era el hijo de Farnaspes (Hero_doto III, 67). Ctesias XIII, 51, dice adems que era la hijade Onofas y l no era uno de los Siete. 49

    15. Les pregunt qu se haba de hacer con la reina Vasti segn la ley, por cuanto nohaba cumplido la orden del rey Asnero enviada por medio de los eunucos.El rey se mostrmuy ansioso porque su venganza se llevase a cabo de manera legal para que pasado el tiempo perdiese su efectividad.

    46 Moore, p. 8.

    47 Ibid., p. 9.48 Ibid.. p. xlvi.49 Wright, pp. 38-39.

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    16. Y dijo Memucn delante del rey y de los prncipes: No solamente contra el rey h pecado la reina Vasti, sino contra todos los prncipes, y contra todos los pueblos que hay etodas las provincias del rey Asuero.Memucn, uno de los siete prncipes, se aprovech de laoportunidad para convertir el asunto de la familia real en una crisis pblica y nacional, posibmente debido a que con anterioridad se produjesen conflictos entre la reina y los prncipes.

    solamente desafiaran las esposas de los ciudadanos corrientes a sus esposos (v. 17), sino qtambin lo haran las esposas de los siete prncipes incluso hasta entonces (v. 18) demandaigualdad por deseo de imitar a su reina.

    17-18.Porque este hecho de la reina llegar a odos de todas las mujeres, y ellas tendrnen poca estima a sus maridos, diciendo: El rey Asuero mand traer delante de s a la reinVasti, y ella no vino, y entonces dirn esto las seoras de Persia y de Media que oigan el hechde la reina, a todos los prncipes del rey; y habr mucho menosprecio y enojo.Este es untestimonio fascinante tocante a la estricta estratificacin social que se mantena en la antigPersia. Robert Gordis dice que en el versculo 17, el trmino genricokol hannasimesutilizado, pero en el versculo 18 el trmino especfico sart paras maday.Por tanto, el trmi-

    no anterior todas las mujeres (a excepcin de las de palacio), por ejemplo, la mayora demujeres, mientras que la segunda frase significa las seoras de la aristocracia... esta estrucno es meramente literaria porque el desafo de Vasti al rey tuvo lugar durante el segun banquete que era para todo el pueblo (v. 5). Sus esposas (v. 17) seran, por lo tanto, primeras en enterarse y las esposas de la nobleza se enteraran del hecho poco despus (v. 18).50

    19-21. Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entrelas leyes de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti no venga ms delantdel rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella. Y el decreto que dicte el re ser odo en todo su reino, aunque es grande, y a todas las mujeres darn honra a sus maridodesde el mayor hasta el menor. Agrad esta palabra a los ojos del rey y de los prncipes, e hizel rey conforme al dicho de Memucn.Esta apelacin a la inmutabilidad de las leyes persas eraal parecer para proteger a los prncipes de la venganza de Vasti, si alguna vez regresaba al poPara afirmaciones similares respecto al hecho de que las leyes no podan ser alteradas, co prese Ester 8:3 y Daniel 6:8, 12,15. Carey A. Moore se encuentra entre los muchos crtinegativos que insisten en que no hay evidencia en cuanto al hecho de que la ley persa fuirrevocable... Ciertamente una ley as parece inflexible y paralizante para un buen gobiern por ello, improbable.51 Incluso una erudita conservadora como lo es J. G. Baldwin puedeafirmar que no encontramos referencia extrabblica de lo irrevocable de las leyes de los med persas, aunque ella contina diciendo que a pesar de ello tal doctrina concuerda con su orgnacional que podra perjudicarse al ser admitido que sus leyes podran ser mejoradas.52

    A la luz de esto, resulta sorprendente que los eruditos del Antiguo Testamento no hay prestado ms atencin al incidente registrado por Diodoro Siculo (17:30) respecto a Daro(335-331 a.C.), quien, enfurecido, conden a muerte a un cierto Caridemo. Sin embargo, madelante, cuando la ira del rey se amain, se arrepinti inmediatamente y se culp a s mis

    50 Robert Gordis, Studies in the Esther Narrative, Journal of Biblical Ltterature 95, R. 1 (marzo, 1976),p. 46.51 Moore, p. 11.52 J G. Baldwin, Ester, en Donald Guthrie y Alee Motyer, eds.,Nuevo Comentario Bblico: Revisado(El Paso: Casa Bautista de Publicaciones), p. 317.

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    por haber cometido tan tremendo error, pero... no era posible deshacer ya lo que la autoridad haba ejecutado.53

    (Griego, all' ou gar en dunaton to gegonos da tes basilikes exousias agenetonkataskeuasai).54 Si esto significa simplemente que ya no era posible traer a Caridemo de entlos muertos, sera, en palabras de J. Stafford Wright: Una sentencia moralizadora y

    mejorara al aadir "la autoridad real".55

    Es ms, el uso aqu del participio perfecto(to gegonos)y el adjetivo(basilikes)hace de la afirmacin un comentario general sobre la ley persa,56 en lugar de ser tan slo una experiencia personal de Daro III, especialmente cuandohace referencia a la ley de los persas unas diez lneas ms arriba. De este modo tenemos enhistoriador, anterior al cristianismo, un testimonio bastante claro sobre la existencia de la clde ley medo-persa a la que se hace referencia tanto en Daniel como en Ester.

    Moore sugiere que la omisin del ttulo reina delante de Vasti en el versculo 19 (contraste con los anteriores) es probablemente intencionado.57

    22a. Pues envi cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a suescritura, y a cada pueblo conforme a su lenguaje.Esta afirmacin, juntamente con otros

    comentarios similares sobre el sistema postal persa en 3:13 y 8:10, 14, constituye un testimode gran importancia respecto a la historicidad del libro de Ester. El antiguo historiador Herodde Halicarnaso(c. 484-425 a.C.), viaj por la parte occidental del Imperio Persa no muchdespus del reinado de Jerjes, pudiendo describir, por ello, el magnfico sistema comunicaciones:

    No hay nada mortal que viaje con la velocidad que lo hacen los mensajeros persas. Elplan completo es una invencin persa y he aqu el mtodo que utilizan. A lo largo de todoel camino hay hombres (dicen) estacionados con caballos, en nmero igual al nmero delos das que ha de durar el viaje, permitiendo un hombre y un jinete por da y nadaimpedir a estos hombres llevar a cabo, a la mejor velocidad que les permita la distanciaque hayan de cubrir, ni la nieve ni la lluvia, ni el calor, ni la oscuridad de la noche. El primer

    jinete hace entrega de su despacho (mensaje) al segundo y ste se lo pasa al tercero y, deese modo, va pasando de mano en mano, a lo largo de toda la lnea, como la luz en lacarrera de antorchas, que los griegos celebran a Ephaestus. Los persas dan este correo acaballo el nombre de angareion (8.98).

    Richard T. Hallock cree que pudo haber un cambio de montura en cada estacin abastecimiento, es decir, cada veinte millas (32 kilmetros) ms o menos. El famoso poexpress (1860-161), que iba, en los Estados Unidos, pasando de San Jos, en Missouri y cramento, en California, y que cubra unas 1.838 millas (2.957 kilmetros) en un mnimo de ddas, tena postas que se encontraban de siete a veinte millas (once a treinta y dos kilmetrosdistancia.58

    53 Wright, pp. 39-40.54 27. Ibid., p. 39.55 Ibid., p. 40.56 Ibid.57 Moore, p. 11.58 Richard T. Hallock,Persepolis Fortification Tablets (Universidad de Chicago, 1969), p. 6, citado por Shea, p. 238.

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    Se ha hecho una interesante luz arqueolgica sobre este sistema: En el clima ms secfavorable de Egipto se ha encontrado una saca de cuero, evidentemente una reliquia del anticorreo persa, que contena diferentes pergaminos oficiales, sellados, escritos por los aloficiales persas en la escritura e idioma de los antiguos papiros arameicos.59

    Pero a pesar de este antiguo sistema del "pony express", que era un medio

    comunicacin, se vea grandemente complicado por la enorme cantidad de lenguas quehablaban por todo el imperio.60

    22b. Que todo hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase esto en lalengua de su pueblo.El significado es un tanto oscuro, pero al parecer significa que egobierno del esposo en la casa deba mostrarse por el hecho de que sera la nica lengua nadel cabeza de la casa y que toda la familia la utilizara.61 Comprese la situacin en Judea unageneracin despus, donde las mujeres de Asdod determinaban la lengua que haba que hablaalgunos hogares judos (Neh. 13:23-24). El decreto podr parecer extrao, en especial pornormalmente dominaba en el hogar en el antiguo Oriente Prximo, pero tanto la eviden bblica como la extrabblica concuerdan en lo absurdo de algunas de las proclamaciones emit

    por Jerjes. El hecho de que el decreto resultase esencialmente imposible de hacerse obligatoaparentemente no se le ocurri a este monarca. Debemos de darnos cuenta de que alguna dinformacin anterior acerca del desafo de Vasti a su esposo pudo muy bien haber quedaincluida en la forma final de dicho decreto.

    ***

    2ESTER SE CONVIERTE EN REINA

    (2:1-23)

    Cuando Jerjes comenz de nuevo a echar de menos a Vasti, se propuso que se le encogiuna nueva reina de entre las mujeres ms hermosas del pas. Ester, una joven juda, que hasido criada por su primo mayor Mardoqueo, se encontraba entre las mujeres que fueron llevaa la casa del rey. Jerjes la am ms que a ninguna otra y la escogi para que fuese su reina. Pdespus, Mardoqueo descubri un complot en con-tra del rey, asunto que le fue informado medio de Ester, y los criminales fueron ejecutados.

    1. Pasadas estas cosas, y sosegada la ira del rey Asuero, se acord de Vasti y de lo que ehaba hecho, y de la sentencia contra ella. Las palabras se acord llevan implcito en econtexto el recuerdo afectuoso. Ester se convirti en reina en diciembre del ao 479 o en endel 478 a.C. (2:16), y ms de un ao debi de haber transcurrido entre el decreto del 2:3 ycasamiento (cp. 2:12), de manera que el deseo del rey debi conocerse, en cuanto a Vasmientras an se encontraba ocupado en su gran campaa contra Grecia (481479 a.C.). Va59 R. A. Bowman, Arameans, Aramaic, and the Bible,Journal o Near Eastern Studies 7, n. 2 (abril,1948), pp. 65-90.60 Se pueden ver fotografas de los decretos reales de Jerjes en Persia, en Elam y en Babilonia enBenjamn Mazar, ed. Illustrated World of the Bible Library (Nueva York: McGraw HU, 1961).61 Keil, p 332.

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    mis comentarios sobre 1:3 y 2:16. 2-4. y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busqu para el rey jvenes vrgenes de buen parecer; y ponga el rey personas en todas las provinciassu reino, que lleven a todas las jvenes vrgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la cde las mujeres, a cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den satavos; y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agrad a los o

    del rey, y lo hizo as. Dndose cuenta de que el restaurar a Vasti en su puesto representara udesgracia para ellos (vase mi nota sobre 1:19), los cortesanos (no los prncipes, sino los qatendan personalmente al rey Jerjes) hicieron una proposicin muy atrevida. En lugar de touna esposa de entre las siete familias de los consejeros (vase mi nota sobre 1:14), deba escouna nueva reina de entre las ms hermosas vrgenes de todo el imperio. Es fcil imaginahorror causado por esta requisa entre las nias, cuyo cruel destino era ser arrebatadas de hogares para ser recluidas durante su vida como concubinas del rey. Qu condena parahermosura!62

    A la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres 3). Comprense los versculos 8 y 15. Solamente los eunucos tenan acceso a la casa de mujeres (v. 3). Y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agra

    a los ojos del rey, y lo hizo as (v. 4). El modismo hebreo "ser bueno a los ojos de" [traduc por "agrade" y "agrad" en nuestra Biblia] aparece en dos ocasiones en este versculo y debe,duda, ser traducido de manera diferente en cada caso. En este caso (4b) la proposicin parelgica en lugar de agradable, puesto que el rey reconoci que era un consejo poltico senlo que le sugeran: todo rey haba de tener una reina. El hecho de que su casa de mujeaumentase y se rejuveneciese era un incidente muy grato, pero era al mismo tiempo el resultde una necesidad poltica y social.63

    5-6.Habla en Susa, residencia real, un varn judo cuyo nombre era Mardoqueo, hijo d Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamn; el cual haba sido transportado d Jerusaln con los cautivos que fueron llevados con Jeconas, rey de Jud, a quien hiztransportar Nabucodonosor, rey de Babilonia.Carey A. Moore habla tambin a favor de laescuela de la crtica negativa en cuanto a que el primer nombre, Mardoqueo, est en lugar de e insistiendo, por lo tanto, en que el versculo 5 no es histrico.64 Evidentemente, Mardoqueo no pudo ser exiliado de Jerusaln con el rey Jeconas (o Joaqun) en el ao 597 a.C., para ser luascendido a primer ministro del Imperio Persa 123 aos despus, en el 474 a.C.! Aquellos se aferran a la historicidad del libro poco consuelo encontrarn en la aseveracin hecha Moore de que la genealoga argumenta un tanto a favor de la historicidad de Mardoque porque de haber sido un personaje totalmente ficticio, el autor de Ester podra fcilmehaberle hecho descendiente directo de Sal [en lugar de serlo de Cis, padre de Saestableciendo, de ese modo, un perfecto paralelo con Aman, que era un descendiente de Agag65Algunos escritores conservadores revelan tambin mucha confusin respecto a este punto.66 El problema ha quedado resuelto de manera satisfactoria por J. Stafford Wright, que llega a62 J. G. Baldwin, Ester, Donald Guthrie y Alee Motyer, eds. Nuevo Comentario Bblico (El Paso:Casa Bautista de Publicaciones, 1977). P. 31763 Carey A. Moore, Esther, The Anchor Bible (Carden City, N. Y.: Dou-bleday, 1971), pp. 18-20.64 Ibid., pp. 20, 26-27.65 Ibid.. p. 19.66 E. G. Baldwin, pp. 317 y C. F. Keil, The Books of Eva, Nehemiah and Esther, trad. Sophia Taylor,Biblical Commentary on the Od Tcstament por C. F. Keil y F. Delitzsch (1973; reimpresin, GrandRapids: Eerdmans, 1950), p. 336.

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    conclusin de que: Si el pronombre relativo se aplica al ltimo nombre en la genealoga (coen 2 Cr. 22:9 y Esd. 2:61), era Cis, el bisabuelo de Mardoqueo, el que fue llevado con JoaqEn Ester 2:5-6 hay tres pronombres relativos y cada uno de ellos se refiere al nombre que precede de inmediato.67

    Mardoqueo (as como su prima Ester) era, por lo tanto, un descendiente directo de uno

    los diez mil ciudadanos principales de Jerusaln, incluyendo a Ezequiel, a los que descriJeremas como higos buenos (Jer. 24:5) en contraste con los malos higos que quedaronJerusaln con Sedequas. Solamente podemos hacer especulaciones en cuanto al modo en cllegaron Mardoqueo, o sus antepasados inmediatos, a la capital de Susa, que se encontrabdoscientas millas (322 kilmetros) al este de Babilonia. All por el ao 722 a.C., SargnAsira haba deportado a cientos de miles de israelitas de Samara a las ciudades de los med(2. R. 17:6). Es posible que algunos de estos israelitas, procedentes del norte, se encontraentre los judos que vivan en Susa en los das de Mardoqueo y de Ester.

    En un importante artculo, titulado Mardoqueo, un problema histrico, Siegfried H. Hha hecho notar que mientras el nombre de Mardoqueo aparece cincuenta y ocho veces en los captulos de Ester, ni l ni Aman aparecen mencionados en ningn otro documento antiguo co

    primeros ministros de Jerjes.68

    Los telogos liberales se han sentido, por tanto, con plena libertad para desechar a Mardoqueo como personaje ficticio.Aparte, incluso, de la poderosa ratificacin de todo el canon judo por el Seor Jesucri

    (cp. Mt. 5:18; Le. 24:27,44; Jn. 10:35), la mencin del nombre de Mardoqueo en relacin cofiesta de Purim en el libro intertestamental de 2 Macabeos (15:36), y la confirmacin deobservacin universal juda de esta fiesta por Josefo (Antigedades 11.6.13), debiera haber ssuficiente como para que aquellos que niegan la historicidad de Mardoqueo se andasen cautela. Para una ms amplia discusin de estos testimonios exteriores sobre la fiesta de Purvanse mis notas sobre 9:26. No resultaba algo fuera de lo normal el que los judos de tiempos de Mardoqueo tuviesen nombres babilonios y, por lo tanto, el hecho de qMardoqueo proceda del nombre del dios babilnico Marduc, no es ms problemtico quque Sesbasar (Esd. 1:8, 11; 5:14, 16) fuese nombrado segn Shamash, el dios babilonio del Vanse tambin mis comentarios sobre 2:7 concernientes a Hadasa-Ester.69 Esdras (2:2) y Nehemas (7:7) mencionan a otro Mardoqueo como participante en el primer regreso a JerusaAl igual que el apstol Pablo, Mardoqueo era un descendiente de Benjamn, pero era conoccomo judo (Est. 2:5, cp. Ro. 11:1; G. 2:15).

    Pero ahora, en la providencia de Dios, han salido a la luz nuevas evidencias a favor dehistoricidad de Mardoqueo. El catedrtico A. Ungnad de Berln public un artculo en 1941el cual hizo notar la definida posibilidad de que un cierto Marduk, mencionado en una tabcuneiforme (Tableta Amherst n. 258) como un importante oficial de la corte de Susa durante primeros aos de Jerjes (o los ltimos aos de Daro I), pudiera ser el Mardoqueo del libroEster.70

    67 J. Stafford Wright, The Historicity of Esther, J. Barton Payne, ed. New Perspectives on the OdTeslamenl (Waco, Texas: Word, 1970), p. 38; cp. Gleason L. Archer, A Survey of the Od TestamentIntroduction, ed. rev. (Chicago: Moody, 1974), p. 419.68 Siegfried H. Horn, Mordecai, a Historical Problem, Biblical Research 9 (1964), pp. 14-52.69 Para otros ejemplos, vase Hora, pp. 16-17, esp. n. 13.70 Arthur Ungnad, Keilinschriftliche Beitrage zum Ezra und Esther, Zeitschrift fr die alttestammtlichcWissenschaf 58 (1940-41), pp. 240-44 y 59 (1942-43). p. 219. Horn, p. 20; cp. Moore, p. 1 y Wright, p.44.

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    El Mardukde esa tableta aparece como el contable, plenamente fiable, del bien conocidstrapa Ustannu de Babilonia y de la regin que est m all del ro. Ungnad enfatiz ya, en primeros artculos sobre esta cuestin, que "es improbable que existiesen dos Marduks en Scomo altos oficiales" durante ese tiempo, por cuyo motivo l "consider muy probable que texto fuese... la nica mencin extrabblica de Mardoqueo".71

    En vista de esta evidencia epigrfica, Carey A. Moore puede, entonces, permitirse el llea la conclusin de que la historia de Mardoqueo muy bien puede tener en ella un algo verdad.72 Pero esta actitud de extremo escepticismo parece ser ms bien la excepcin entre leruditos actuales. Robert Gordis, por ejemplo, cree que el descubrimiento del nombre Mardconstituye el ms fuerte apoyo hasta el momento en cuanto al carcter histrico del libro y esta identificacin apoyara la opinin presentada en base interna en cuanto al estudio Mardoqueo, quien ocup un puesto dentro del gobierno, una vez que Ester hubo ascendidotrono.73

    7. Y haba criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su to, porque era hurfana; y la jovenera de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padres y su madre murieron, Mardoque

    la adapt como hija suya.Nos enteramos, gracias al versculo 15, de que el nombre del padrede Ester era Abihail (el to de Mardoqueo). Imaginando, pues, que Cis fuese un hombre jovcuando fue deportado a Babilonia en el ao 597 a.C., su hijo Simei pudo nacer alrededor del 580 a.C. El hijo mayor de Simei, Jar, pudo nacer sobre el ao 550 a.C. y su hijo menor Abihalrededor del ao 545 a.C. Mardoqueo pudo haber sido concebido por Jar alrededor del ao a.C. y la hija de Abihail, Ester, alrededor del 505 a.C., haciendo que Mardoqueo fuese uquince aos mayor que su prima, con lo cual Ester tendra unos veintisis aos cuando nombrada reina, en el ao 479 o el 478 a.C.

    ***

    Cuando Daniel y sus tres amigos fueron llevados a Babilonia recibieron nombres oficiaque eran babilnicos (Dn. 1:7). Del mismo modo, Ester tena dos nombres, uno hebraico y el no hebraico, derivndose

    71 Horn, p. 22.72 Carey A. Moore, Archaeology and the Book of Esther, The Biblical Archaeologist 38, n. 3-4 (1975),p. 74.73 Robert Gordis, Megillat Esther (Nueva York: Ktav, 1974), p. 6.

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    este ltimo o bien de la palabra persa stra, que es estrella o de Ishtar, la diosa babilnicaamor.74 En cuanto su nombre hebraico Hadasa, la mayora de los eruditos siguen los Targumque interpretan el significado como "mirto" (cp. Is. 41:19; 55:13; Zac. 1:8, 10, 11): "porquedice el Targum II del mismo modo que el mirto da su fragancia por todo el mundo, etambin esparca sus buenas obras".75 Vase, adems, el anlisis del nombre de Mardoqueo en

    2:5-6.8-9. Sucedi, pues, que cuando se divulg el mandamiento y decreto del rey, y haba

    reunido a muchas doncellas en Susa, residencia real, a cargo de Hegai, Ester tambin fullevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres. Y la doncella agrad a sus ojos, y hall gracia delante de l, por lo que hizo darle prontamente atavos y alimentos, ydio tambin siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llev con sus doncellas a lo mejde la casa de las mujeres.No se menciona un nmero determinado de doncellas, pero pudohaber muchas. Por ejemplo, Josefo dice que fueron llevadas cuatrocientas vrgenes y, segPlutarco, el rey persa Artajerjes tuvo trescientas sesenta concubinas, todas ellas mujeres de g belleza (Artajerjes XXVII.5).76

    Los trminos residencia real y casa del rey constituyen un paralelismo, y, por tanto, palabra palacio o casa del rey tiene, en este caso, un significado ms amplio que el de cdel rey, segn aparece en el versculo 13, con lo cual quiere decirse el lugar mismo donhabitaba el rey. No han quedado registrados en el relato los sentimientos personales de Estercuanto al asunto, pero no existe evidencia bblica que demuestre que odiase el mero pensamiede convertirse en la concubina o reina del pagado y corrupto Jerjes. Siglos despus, tal valrededor del ao 100 a.C., un escritor judo intent describir a Ester como una mujer mespiritual, poniendo en labios suyos la siguiente oracin: Vosotros lo sabis todo; y sabis qodio la ceremonia de los malvados y detesto el lecho de los incircuncisos y de cualquextranjero.77 Esto demuestra, sencillamente, que el verdadero propsito del libro de Ester fue malentendido durante el perodo intertestamentario. Algunos encontraran en la expresin Etambin fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai (v. 8) la idea de que esto acontecicontra de su voluntad, pero el verbo que se utiliza en este caso (Iqh) no sugiere nadesagradable, ya que fue utilizado tambin por el autor en el versculo 15 para describirmanera en que Mardoqueo adopt a Ester78

    Hizo darle prontamente atavos y alimentos(v. 9). Debido al hecho de que Ester no dio aconocer su nacionalidad (cp. v. 10), no pudo rechazar aquellos alimentos ceremoniosos, queeran limpios, tal y como lo hizo Daniel. Las implicaciones que tiene este hecho en lo que relacin de Ester con Dios se refiere, con ese Dios de Israel y toda la comunidad teocrtica, un tanto significativas. Vase para ello la Introduccin.

    10-11.Ester no declar cul era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le habamandado que no lo declarase. Y cada da Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa d

    74 Moore, Esther, p. 20. Cp. A. S. Yahuda, The Meaning of the Name Esther, Journal of the Royal AsiatcSociety, 1946, pp. 174-178.75 Moore, Esther, p. 20.76 Ibid., p. 21.77 Ibid.. p. 107.78 Ibid., p. 21.

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    las mujeres, para saber cmo le iba a Ester, y cmo la trataban.No resulta fcil determinar por qu Mardoqueo le encarg a Ester que mantuviese en secreto su nacionalidad (cp. v. 20), aunes posible que temiese por su seguridad (v. 11) o tal vez estuviese profundamente preocupa por el remanente de Israel, esparcido por todo el imperio, a la luz de ciertos acontecimiensiniestros que haba observado en el horizonte poltico, y tena la esperanza de que, de al

    modo, Ester pudiese desempear un importante papel, librando a su pueblo en la hora en aquella crisis resultara inevitable (cp. 4:14).

    12-15.Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuerodespus de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues as scumpla el tiempo de sus atavos, esto es, seis meses con leo de mirra y seis meses con permes aromticos y afeites de mujeres, entonces la doncella vena as al rey. Todo lo que ell peda se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey Ella vena por la tarde, y ala maana siguiente volva a la casa segunda de las mujeres, acargo de Saasgaz, eunuco del rey, guarda de las concubinas; no vena ms al rey, salvo si el rela quera y era llamada por nombre. Cuando le lleg a Ester, hija de Abihail, to de Mordoque

    quien la haba tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procur sino lo que di Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que lvean.Carey A. Moore ha concedido recientemente que la

    interpretacin de los datos arqueolgicos continan clarificando detalles de hechos.Demostrando, por ejemplo, que algunos quemadores de incienso, que han sido en-contrados en Hureida, en Hadramaut y en Laquis y Gezer, en Israel, eran en realidadcosmticos usados normalmente con los quemadores. W. F. Albright mostr que la palabrahebrea bbsmym que aparece en Ester 2:12 significa en realidad con un quemador decosmticos y no con perfumes. Por lo tanto, deberamos traducir ahora Ester 2:12bcomo (pues ese era el tiempo prescrito para su tratamiento: seis meses con aceite demirra y otros seis meses perfumndose con otros perfumes indicados para mujeres). Al

    igual que las mujeres rabes, semi-nmadas, del este del Sudn durante el ltimo siglo,hace mucho, mucho tiempo, las mujeres como Ester se perfumaban a s mismas,saturando su pelo, piel y poros con los perfumes procedentes de los quemadores decosmticos.Hay algo que est perfectamente claro y es que cuanto ms aprendemos acercadel trasfondo y de los antecedentes sobre el relato de Ester, tanto ms fascinante y emocionante resulta la historia misma, pues, son tan, tan diferentes todas las cosasrespecto al mundo que rodeaba a Ester en comparacin con el mundo que nos rodea anosotros!79

    Estas palabras resultan tremendamente sorprendentes si tenemos en cuenta que procedenun erudito que ha negado la historicidad del relato de Ester.80

    Despus de todo un ao de todas esas preparaciones, le llegaba el turno, a cada una de doncellas, de presentarse ante el rey. Para esa visita poda tener cada doncella (o utemporalmente?) cualquier adorno, joya o aderezo que desease. A pesar de que estas muchac79 Moore, Archaeology and the Book of Esther, p. 78, cursiva ma. Elizabeth Achtemeier et al., A Lighlunto my Path: Od Testament Studies in Honor of Jacob M. Myers, ed. Howard N. Bream et al.,Gettysburg Theologi-cal Studies, n. 4 (Filadelfia: Temple University, 1974), pp. 25-32.80 Moore, Archaelogy and the Book of Esther, pp. 78-79.

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    disponan de todos los lujos y podan escoger cualquier adorno que realzase su belleza, regre ban de la presencia del rey a la casa donde se encontraban las concubinas, como si fuesencillos bienes personales, esperando el placer del rey, si es que alguna vez volva a acordade ellas. Es fcil de comprender el que Mardoqueo hubiese deseado hacer que la vida de su adoptiva fuese lo ms agradable posible.81

    Ninguna cosa procur [Ester'] sino lo que dijo Hegai(v. 15). El sentido comn gui aHegai, el eunuco encargado de las vrgenes y de Ester, a evitar la excesiva ornamentacin podra haber sido apropiada en el caso de otras mujeres menos hermosas. Ester posea cualidades naturales en su carcter y la belleza fsica, que haba heredado de sus antepasadosdos; no fue necesariamente el ser interior de la persona, en el incorruptible ornato de espritu manso y apacible, que es de gran valor delante de Dios (1.a P. 3:4) lo que hizo que e bajo la maravillosa providencia de Dios, ganase eu favor de todos los que la vean (Est. 2:15que incluso hallase gracia y favor de parte del poderoso Jerjes (v. 17).

    16-17. Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes dcimo, que es el mde Tebet, en el ao sptimo de su reinado. Y el rey am a Ester ms que a todas las otr

    mujeres, y hall ella gracia y benevolencia delante de l ms que todas las dems vrgenes puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. Ese fue el mes de diciemdel ao 479 o el de enero del 478 a.C. Hace un siglo, C.F. Keil hizo notar la larga demoracuatro aos desde que Vasti, durante el tercer ao del reinado de Jerjes, fue degradada (483 a.Un intervalo cuya duracin no puede explicarse de manera adecuada por las afirmaciohechas en el libro que tratamos.82

    Ester pudo muy bien haber sido hecha reina al cabo de los dos aos, pero ese intervalocuatro aos es exactamente lo que se precisara para que Jerjes lanzara a uno de los m poderosos ejrcitos del mundo antiguo en contra de los griegos, y que sufriese la terrible deren la tierra y en el mar. Vanse mis otros comentarios de 1:3 y 2:1.