Santa Comunión para las personas enfermas

OBJETIVO del acompañamiento a los enfermos Es pasar de lo negativo a lo positivo, de lo natural a lo sobrenatural. No pararse y bloquearse al momento de la crisis, del estrés y la enfermedad, de la pérdi-da o del conflicto, sino seguir dinámica-mente realizando el propio proyecto de santificación y salvación que nada y na-die podrá nunca destruir.

Comisión Nacional de

Pastoral de la Salud

PROPÓSITO de este acompañamiento

Saber ORAR significa orientarse con la mirada y el corazón hacia los infinitos horizontes de Dios, entrar en su mundo sobrenatural donde todo es Amor, Paz, Libertad y Verdad. Los problemas no desaparecen como desea la “mente mágica”, pero el suje-to, a través de la oración, tiene otra fuerza, estabilidad y orientación para vivir en el problema, sentirse acompa-ñado y afrontarlo con otro espíritu y otra actitud mucho más positiva y divi-na.

COMISIÓN NACIONAL DE

PASTORAL DE LA SALUD Mons. Manuel Camilo Vial Padre Pietro Magliozzi Hna. María Luisa Cavalli Padre Patricio Marambio Roberto Águila Claudio Moyano Luis Epuñán María Inés López Rosario Letelier

PASTORAL DE LA SALUD EN CHILE

Si necesita escucha, consulta por los/as voluntarios/as de pastoral de la salud presentes en tu hospital o parroquia

Si necesita recibir un Sacramento a domici-lio o que alguien te acompañe el domingo a la Sta. Misa, acércate a tu parroquia y consulta por los agentes de pastoral de la salud y ministros/as extraordinarios de la comunión

Si quieres una compañía en la soledad pue-des sintonizar en Radio María, 89.3 FM, “Pastoral de la Salud, para una Iglesia pro-fética, una Iglesia sanante”

Si quieres dar sugerencias para la pastoral de la salud en Chile, escribe a rletelier@caritaschile.org

Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día».

Palabra del Señor. Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús.

Oración de reparación

Enfermo: Mi Señor y Salvador Jesucristo, estoy cansado y enfermo. Mi cuerpo se ha vuelto tan débil, pero Tú vienes a mí porque ya sabes que tengo necesidad de tu amor especial. Me alegro en lo hondo de mi corazón que vengas a mí. Te amo como alguien que sabe que todo lo que soy y tengo lo he recibido de tu mano. Ven Señor Jesús; ven a salvarme y santificarme. Amén. Ministro: Antes de recibir la Santa Comunión, reconozcamos que somos pecadores. Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante…. Señor ten Piedad, Todos: R. Cristo ten piedad, Todos: R. Señor ten piedad, Todos: R.

Después de la comunión

Enfermo: para Ti vivo; Jesús, por Ti quiero mo-rir. Tuyo soy por la vida y por la muerte, amén. Lo que tú quieras, Señor; que yo viva lo que Tú quie-ras. Gracias por todo. Que sea lo que Tú deseas.

Sacramento

Todos: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo danos la paz. Ministro: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. ¡Dichosos los invitados a la cena del Señor! Todos: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanar-me. Ministro: El Cuerpo de Cristo Enfermo: Amén

Palabra de Dios

Jn 6,51-56 «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si al-guien come de este pan, vivirá para siem-pre; y el pan que yo les voy a dar, es mi car-ne, por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

(continúa en pág. Siguiente)

COMUNION ESPIRITUAL (para quien no puede recibir la Comunión

sacramental) Enfermo:

Señor Jesús, mi estado actual no me permite recibir tu Cuerpo y tu Sangre. Hoy puedo re-cibirte sólo espiritualmente. Me es posible alcanzarte en lo más íntimo de mi ser, donde es tu morada y donde tú me esperas. Creo, de hecho, que tú estás presente en lo más hondo de mí, como un manantial de agua viva que nutre mi fe, sustenta mi espe-ranza, acrecienta mi fuerza de amar y susci-ta el deseo total y gozoso de tu gloria y de la salvación de todos mis hermanos y herma-nas. A este manantial inagotable quiero comuni-carme ahora con todo mi espíritu. Amén.