Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva latinoamericana

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  • 7/25/2019 Cmo hacer anlisis crtico del discurso. Una perspectiva latinoamericana

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    Neyla Graciela Pardo Abril

    Cmo haceranlisis crtico del discurso

    Una pe rspectiva latinoamericana

    f ras i s

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    A t odo s a que llos a q uienes qui ero :

    a mi familia y a mis amigos de siempre.

    Cmo hacer anlisis crtico del discurso.Una perspectiva latinoamericana

    PRIMERA EDICIN abril de 2007ISBN I0: 956-8170-11-I

    ISBN 13: 978-956-8170-11-0

    O Neyla Graciela Pardo Abril, 2007REGISTRO PROPIEDAD INTELECTUAL 158.679

    O Frasis, 2007Diagonal Paraguay 481, Of. 148

    Fonofax (562) [email protected] www.frasis.clSantiago de Chile

    EDICIN Y DISEO

    Tipo grfica www. tipografica. cl

    Impreso en Chile

    ESTN TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

    Ninguna parte de esta publicacinpuede ser reproducida, por medio alguno,

    sin permiso previo del editor.

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    I Tabla de contenido

    9 Pr lo go

    13 Introduccin

    t 7 CAPTULO I. El camino hacia el estudio del discurso

    17 El discurso como prctica social: aproximacin a un panoramaepistemolgico

    1 7 La crtica a la ciencia, a la modernidad y a la razn:el fundamento del lenguaje como pensam iento

    2 5 La tecnologa, la comunicacin y el lenguaje:centro de la construccin del mundo global

    27 Discurso y accin: com unicacin, uso e interaccinz8 Antecedentes de los estudios del discurso

    3 5 Conceptualizacin de `discurso'4o Resumen

    4 3 CAPTULO 2. El discurso: sus recorridos analticos

    4 3 Estudios franceses y anglosajones del discurso

    4 3 Escuela francesa de estudios del discurso: enunciacin y descripcin49 Escuela anglosajona de estudios del discurso5 8 Anlisis crtico del discurso5 9 Teun va n D ijk : b as es de l AC D y s u c om prom iso po lt ico -so cia l6z Norman Fa irclough: mbitos, horizontes y focos del discurso

    en el nuevo orden64 Robert de Beaugrande: la agenda ecolgica66 Ruth Wodak: historicidad en el anlisis crtico del discurso67 Th eo va n L eeu we n: soc iol og a d el dis cur so y la s nuevas t ecn olo ga s6 8 Otros aportes al anlisis crtico del discurso69 Psicologa social discursiva7 1 Anlisis cultural del discurso73 Anlisis del discurso desde la antropologa cognitiva y cultural7 5 Resumen

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    77 C A P T U L O 3. Cmo abordar el discurso

    77 Preliminares8o Corpus y su categorizacin: exploraciones83 Visualizacin textual84 Categorizacin del corpus97 Construccin de la base de datos a partir de la categorizacin del corpus100 Preparacin del corpus y exploracin con paquetes de anlisis textuallot Resumen

    103CAPITULO

    4. Estrategias analtico-descriptivaspara el ACD1 o Tcnicas de anlisis de datos textuales107 Identificacin y caracterizacin de las unidades de anlisis1 1 q Identificacin de asociaciones y su representacin grfica1 1 7 Clasificacin y jerarquizacin de las unidades de anlisis120 I ticas de anlisis lingsticot z Anlisis de la consistencia y la coherencia discursiva1 , 1 9 Anlisis de la transformacin discursivat S t a Anlisis de las. formas de legitimacin163 Resumen

    165 CAPTULO S. Estrategias interpretativas para el ACD

    1 69 Procesos y organizacin del conocimiento173 Reconstruccin de los niveles de significacinI 7 3 La conceptualizacin de la experienciat 77 Formulacin de los modelos mentalesI 79 Formulacin de los esquemas fundacionalest 8o Estructuracin de los modelos culturales187 Organizacin de las representaciones sociales1 93 Aproximacin al desentraamiento de las ideologas201 Resumen

    2 . 0 3 Colofn: El punto de partida

    205 Ane xo de ref ere nci as

    211 Re fere nci as b ibli ogr fic as

    Prlogo

    Este libro s e instala en un camino que realzo, el de la reflexin acerca de lametodologa utilizada para investigaciones lingsticas, especialmente enel rea del anlisis crtico del discurso (AcD) en Latinoamrica. Si bien ellibro refiere a todos los estudios del discurso, sin duda, el ACD ocupa unlugar de privilegio. Su autora, Neyla Pardo Abril, es adems una conociday renombrada analista crtica colombiana. Y cmo no habra de dejar suimpronta el lugar desde el cual se construye gran parte de la identidad de laspersonas? Es por esto que la ejemplificacin de este libro se realiza a partir de

    la indagacin acerca de los actores armados en el conflicto colombiano.En mi opinin, la historia del ACD est fuertemente ligada no slo aEuropa sino a Latinoamrica; son dos continentes luchando desde loacadmico por generar un cambio de paradigma (del positivismo al in-terpretativismo) y por nuevos ideales polticos. As como en Europa lasluchas interraciales acaecidas de modo ms fuerte desde la cada del murode Berln y como consecuencia directa del neoliberalismo y su poltica deredistribucin del trabajo han sido factores que despertaron el inters deciertos grupos de intelectuales que no slo intentaban estudiar este procesosino cambiarlo, en Latinoamrica suceda algo parecido, ya que los gruposde estudio intentaban indagar en el discurso de sus dictaduras y, al mismotiempo, crear la posibilidad del advenimiento de la demo cracia. De estemodo, el ACD fue una manera de entendernos mejor a nosotros mismos. Yes aqu donde yo u tilizara el trmino identidad, ya que ste fue el modoque encontramos de afirmar y entender nuestra idiosincrasia. Neyla Pardopropone otro trmino, quiz ms amplio, que es el de cultura. Entendiendoque el lenguaje es uno de los artefactos culturales ms relevantes y que elhecho de compartir una lengua u otra es decisivo para hablar de una culturaespecfica. Y aclara que al dar esta relacin p or entendida, se dejan delado las explicaciones sobre la importancia de analizar las relaciones entrela cognicin, el lenguaje en uso y sus correlatos en la estructura social,abandonando as su determinacin en la cultura.

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    Me parece interesante este modo de abordar el discurso desde la culturay esta aclaracin de la autora, entre otras razo nes porque dos de los aspectosms interesantes de este libro son: a) la bsqueda de una rigurosa integra-cin entre discurso (texto ms contexto) y c ognicin, y b) la observacinclara de la forma en q ue se vinculan datos cualitativos con cuantitativos.

    Pero antes de presentarnos estos dos momentos altamente relevantesde este libro, Pardo Abril realiza un recorrido a travs de los estudios deldiscurso y del anlisis crtico del discurso que va desde Europa a Latino-amrica. Ahora bien, no se trata slo del reconocimiento a ciertas figuras

    claves de ambos continentes para este tipo de estudios, sino de un a expli-cacin coherente y profusa sobre la historia del discurso en s y sobre lascausas de los cambios epistemolgicos de los ltimos tiempos. Podemosentonces encontrarnos con un a descripcin y reflexin sobre el porqu seprodujo una fuerte crtica a la ciencia, a la modernidad y a la razn por unlado y, por otro, con las consec uencias que ha acarreado la tecnologa, lacomunicacin y sobre cmo el lenguaje se ha hecho eje de la construccindel mundo global.

    Creo que tanto el captulo uno como el dos funcionan como unalcida introduccin para aquellos que quieran comprender gran partede la historia de la lingstica de las ltimas dcadas, pasando desde los

    fundamentos ms filosficos a los sociolgicos y polticos y finalizandocon los lingsticos.Luego, la autora nos lleva a conocer el modo en que ella aborda el

    discurso y comienza, entonces, el corazn d e este libro. Comprendiendoa la metodologa como la aproximacin general al estudio de un objeto oproceso, es decir, como el conjunto de medios tericos, conceptuales y tc-nicos que un mbito de estudios desarrolla para la obtencin de sus fines,la autora nos propone cuatro pasos para llevar a cabo una investigacin:

    el reconocimiento de un fenmeno sociocultural y la apropiacindel corpus;

    el anlisis y la sistematizacin del corpus con tcnicas cuantitativas

    ancladas en la estadstica textual; el anlisis en perspectiva cualitativa que da paso a la formulacin de

    redes semnticas, esquemas conceptuales, modelos culturales;

    el anlisis en perspectiva cultural-cognitiva que permite analizar einterpretar modelos y representaciones.

    De estos cuatro pasos, los que despiertan mayor curiosidad en mson el segundo y el tercero. Muy probablemente, porqu e soy en extremocualitativa en mis datos, no uso programas de so ftw are, slo los datos

    estadsticos que necesito en algunos casos para el proceso etnogrfico.Es ms, admito tener bastante rechazo por este tipo de programas. Peroclaro, todo depende de quin y cm o los use. De golpe me vi enfrentadaal Systeme Portable pour L'Analyse des Do nees Textuelle (Spad. T), pero lacomprensin de su funcionamiento es gil y rpida por el modo en que laautora nos va poniendo en materia. El corpus, que est c onformado pornoticias de prensa de los dos ltimos perodos presidenciales de Colombia,comprendidos entre 1997 y 2004 (caracterizados por incluir dentro desu agenda procesos de paz), se formaliza en una base de datos y luego se

    procede al tratamiento del Spad. T.Neyla Pardo explica minuciosamente todo este proceso y qu datosse obtienen y cmo deben ser interpretados de modo cualitativo. Algorealmente notable y valioso de su libro es que logra hacer claro y evidentetodo este desarrollo. Por eso las ho jas se llenan de cuadros, d e grficos yde informacin sobre los programas, modo de aprovecharlos y de criteriospara su uso, pero nunca olvida que los datos obtenidos deben interpretarsea la luz de una metodologa cualitativa.

    As llega mos al cap tu lo cuat ro sobre est rate gias ana ltic as y nos aden-tramos en el anlisis de la consistencia y coherencia discursiva, de la topi-calizacin y de estrategias como la de la segmentacin, hasta enfrentarnos

    a la transformacin discursiva. sta se define como el fenmeno dis-cursivo de acuerdo con el cual se hace acopio de un conjunto de recursoslingsticos que permiten construir o eliminar a un actor social o discursivoespecfico. Mientras recorremos distintas noticias de la prensa, la autorada cuenta de los modos en que se activan o pasivizan a los actores, los pro-cesos de impersonalizacin, la persuasin, la justificacin, la negociacin,la acusacin, entre muchos otros.

    Finalmente, en el captulo cinco se integran todos los elementos y serecupera la hiptesis (que yo calificara de terica dado que, por ser unmtodo cualitativo, estas ideas no son a priori sino que surgen de la expo-sicin a los datos y de modo inductivo).

    Para la interpretacin de los datos, la autora toma la ruta trazada porJrgen Habermas en lo que ref iere a las cie ncias socia les cr ticas . En c uantoa los aspectos lingsticos y cognitivos, Neyla Pardo desarrolla un excelenteprograma diseado a partir de un cuadro que propone un proceso y unaorganizacin del significado. En l pueden verse los mecanismos de interfasey sus procesos de estructuracin. All se encadenan los procesos de objeti-

    vaci n y anc laje, se da cuenta de las ideo log as, se ex plica n los fenm enosde esquematizacin y tematizacin, redes conceptuales, modelos mentales,esquemas fundacionales, modelos culturales y representaciones sociales.

    Ahora bien, no slo lo expone sino que tambin lo ejemplifica con losdatos sobre el conflicto armado en Colombia que se venan analizando en

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    el libro. De este modo se cierra el volumen. Cada captulo, quiero agregar,presenta un resumen en su final que sintetiza su contenido. Tambin laautora provee una amplia bibliografa.

    Creo que si hay algo importante en una lectura es que el camino quetodo libro abre sea interesante, ameno y que nos permita aprender. Estees el caso. Con este trabajo, no solamente Pardo Abril se posiciona comouna analista crtica de relieve sino que coloca a Colombia como un pas

    profusa mente rico en estos estud ios. Celebro q ue se generen teoras y m-todos que surgen de datos de nuestros pases latinoamericanos. Aliento aque sigan apareciendo libros como ste que nos permitan conocernos ennuestra identidad y cultura.

    MARA LAURA PARDOConsejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas

    Universidad de Buenos Aires

    I n t r o d u c c i n

    Este trabajo acopia mltiples experiencias e indagaciones que se articulana una docencia de ms de veinticinco aos en la Universidad Nacionalde Colombia, en la que la pregunta relativa a cmo analizar crticamente

    los discursos siempre ha estado presente y su respuesta se ha caracterizadopor ser aplazada o asumida de modo parcial. A partir de las ltimas dosdcadas del siglo xx, el anlisis crtico del discurso (en adelante ACD ) haestado comprometido de manera sistemtica en la tarea de consolidar su

    fundamentacin terica. Sin embargo, los esfuerzos por formular unametodologa y desarrollarla an son desarticulados y dispersos.

    Cmo hacer anlisis crtico del discurso surge de la necesidad de elaboraruna reflexin sobre un campo disciplinar que es cada vez m s estratgico enla explicacin y comprensin de los objetos de investigacin en la cienciassociales y humanas. El anlisis crtico del discurso se ha consolidado comoun lugar de inters para la problematizacin de la accin discursiva como unaprctica transformadora , constituyente y con stitu tiva de la realidad socia l.En esta perspectiva, proponer formas de acercamiento al discurso implicaarticular principios y categoras tericas que provienen de diversos desarrollosde las ciencias sociales y humanas con las tcnicas, herramientas y procedi-

    mientos construidos para el abordaje de los objetos de estudio, en los que serelaciona la teora con la observacin, la explicacin, la interpretacin y lacrtica de los fenmenos socioculturales propios de la accin discursiva.

    Esta propuesta aspira a formular procedimientos para aprehenderfenmenos culturales desde los discursos, teniendo como parmetro deorientacin la constante reflexin sobre el modo en que se pueden articularperspectivas tericas y analticas para constituir maneras de acceder a la

    interpretacin del discurso social. Para ello, se revisan teoras y metodo-

    logas, las cuales, desde diversos campos y disciplinas, se han formuladopara dar cuen ta de la real idad social repre sent ada en el d iscurso.

    El ACD es una postura terica y metodolgica que surgi en la dcada

    de los ochenta y ha producido cambios fundamentales en la concepcin

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    sobre lo que implica para el an alista del discurso, sea lingista o no, analizary comprender los problemas socioculturales desde los discursos propios delos grupos y las comunidades, con miras a desentraar y resistir el ejerciciodel poder, particularmente, cuando s e ejerce para profundizar formas dedesigualdad, discriminacin y, en ltimas, de exclusin social.

    Como se desglosa en este texto, el ACD se asume como un proyectomultidisciplinar cuyo objeto e s dar cuenta de las maneras como opera el

    lenguaje en su ineludible relacin con la cognicin y la sociedad, para ex-plicitar las estructuras y est rategias que s e i mbrican cuando se producen,

    interpretan y usan los discursos en una colectividad. En esta perspectiva,el ACD interrelaciona aspectos esenciales de la accin y del ser humano demanera que, al hablar de sus relaciones con la cognicin y la sociedad, se

    puede aproxim ar un a vis in exhaustiva de la na turaleza d el sig nificado, encuanto ste participa en la constitucin de los grupos y, en consecuencia,de la cultura. Esta ltima s e entiende como el conocimiento compartidoque involucra las costumbres, los artefactos, las tradiciones, lo que se sabey se hace para actuar como se acta y, en general, el entramado de repre-sentaciones o modelos que se sitan entre lo individual y lo social, cuya

    expresin ms tangible se observa en el uso del lenguaje. Es intuitivamenteclaro que el ACD ha alcanzado niveles de refinamiento en los prcesos deanlisis e interpretacin de los contenidos discursivos, logrando una mayorarticulacin entre el uso de la lengua, el sujeto que produce e interpreta lasignificacin y las condiciones sociales y culturales que originan y estruc-turan el hecho discursivo.

    Por lo general, se acepta que el lenguaje e s uno de los artefactos culturalesms relevantes, y que el hecho de compartir una lengua u otra e s decisivo

    para habla r de una cultu ra especf ica. Al dar es ta re lacin por entendid a sedejan de lado las explicaciones sobre la importancia de analizar las relacionesentre la cognicin, el lenguaje en uso ysus correlatos en la estructura social,abandonando as su determinacin en la cultura. Dado que esta relacinno se ha articulado suficientemente en la comprensin de lo discursivo y,menos an, cuando los anlisis lingsticos pretenden la comprensin de

    la cultura, las propuestas metodolgicas que involucren, en algn grado,estas relaciones, pueden contribuir a que los estudios discursivos asuman sucarcter multidisciplinario y aborden de manera ms sistemtica la esenciade la relacin natural que el discurso implica en trminos de lo cognitivoy lo social para la interpretacin de lo cultural.

    Por las razones previas, en este texto se intentan establecer algunas ma-neras de proceder para abordar el discurso en sus dimensiones cognitivas ysociales, con miras a explicarla configuracin de significados individualesy colectivos y su papel en la constitucin de la cultura. Para lograr esteobjetivo se realiza una exploracin panormica de lo q ue se han considerado

    las aproximaciones ms relevantes en anlisis del discurso y se formula unapropuesta metodolgica. Se reconoce como pionero a Teun A. van Dijk,

    para quien los procesos y las representaciones mentales en sus distintosniveles son determinantes, no slo en la constitucin de la comunicacin

    humana, sino de la funcin especfica que cumplen en la producciny comprensin discursiva. Adems, dichos procesos y representacionesperm iten dar cuen ta de la s fun ciones, las consecuencias y las condicionesarticuladas a unas circunstancias societales especficas, que pueden intuirsey recuperarse en estructuras discursivas, sean stas lingsticas o no, a travs

    de las cuales se descubren formas de control y poder.As, el primer captulo del trabajo consiste en una exposicin sobre lagnesis de los estudios discursivos articulados a los paradigmas cientficosdel siglo xx, con sus rupturas, extraamientos y particularidades ancladas enlas implicaciones que se derivan de la consolidacin de una sociedad global,informatizada y meditica. En esta perspectiva, por una parte, se reconocentres desarrollos fundamentales: los que proceden de la filosofa analticadesde la obra de Ludwig Wittgenstein; los aportes del giro lingstico y lascontribuciones de la Escuela de Francfort con los avances de la teora crtica.Por otra parte, se explcita la redefinicin de la sociedad contempornea,

    caracterizada por los avances de las tecnologas de la informacin y lapreponderancia de la comunicacin masiva, con las implicaciones que se

    derivan no slo en la constitucin de los discursos, sino, adems, en lasformas de distribucin del conocimiento y de la organizacin social.

    Este captulo se cierra con el concepto de discurso en perspectiva multi-disciplinar, el cual se concibe como un objeto de estudio descifrable en sushorizontes cognitivo y social, articulados a los niveles de anlisis lingsticoen su doble dimensin, estructural y funcional. Todo con el propsito de

    dar cuenta de sus mecanismos y categoras, de los recursos y estrategiasintra y extralingsticas y de la representacin sociodiscursiva que se puededilucidar cuando se realiza una indagacin desde el discurso.

    Una vez ubicados epistemolgicamente los estudios del discurso, seprocede, e n el captulo segun do, a presentar los d iversos posicionam ientos,

    susceptibles de ser agrupados de manera laxa en escuelas, con el propsitode reconocer sus aportes y maneras de abordar el discurso como objeto deestudio. Para este efecto se recuperan los plateamientos de Foucault, las ela-bora ciones de lo s tericos de la enunciac in, como Ducr ot y Char audeau,y la propuesta del grupo de Constanza y del Coloquio de Amsterdam . Seponen de relie ve perspectivas y principios formulado s por inve stiga doresnucleares para el ACD, como Teun van Dijk, Norman Fairclough, Robert deBeaugrande, Ruth Wodak y Theo van Leeuwen. Finalmente, se reconocenlos aportes que, para el anlisis del discurso, ha hecho la antropologa, la

    psico loga y la socio loga .

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    En cl captulo tercero se instaura la ruta que concilia los modos tradi-cionales de indagar el discurso y se procede a explorar un corpus que sirvede referencia a lo largo del desarrollo de la propuesta metodolgica. Enesta lnea se reconoce, en primer lugar, el papel del investigador en la in-terpretacin yen la explicacin de un fenmeno sociocultural; en segundolugar, se identifican las maneras de constitucin y tratamiento del corpusy, en tercer lugar, se ilustra el modo en que puede acopiarse, explorarse,describirse y categorizarse un corpus a propsito de un fenmeno socialespecfico, en este caso la representacin de los actores armados del con-

    flicto colombiano.En el captulo cuarto se desarrolla e ilustra cada uno de los procedimien-tos y pasos del anlisis cuantitativo y lingstico. Se reconoce el modo enque la frecuencia, la asociacin y la jerarquizacin estadstica contribuyenen la formulacin de las redes conceptuales, con base en los desarrollos del

    anlisis de datos textuales. Asimismo, se articulan los fenmenos sociodis-cursivos de consistencia y coherencia, de transformacin y de legitimacin,

    desde sus estrategias discursivas y sus procesos lingsticos constitutivos.Finalmente, en el quinto captulo, se integran los diferentes procedimientos

    cuantitativos y lingsticos en el abordaje cultural del discurso, lo cual permitela formulacin de la manera como se encuentra organizado el conocimiento

    en distintos niveles de significacin. Se interrelacionan, entonces, redes con-ceptuales, modelos mentales, esquemas fundacionales, modelos culturales,representaciones sociales e ideologas en la reconstruccin de un fenmeno

    social, teniendo como elementos centrales el anlisis, la interpretacin y lacrtica a los saberes construidos y transportados en los discursos.

    La propuesta metodolgica que aqu se desglosa es similar a la labordel baquiano que abre una trocha cuya potencialidad para constituirseen una ruta til procede de que otros transentes la recorran mltiplesveces, perfeccionando y eliminando los baches que slo la experiencia yla rectificacin sistemtica pueden iluminar. En este sentido, la propuesta

    presenta los lmites inherentes de asumir el riesgo de recuperar en lo cuan-titativo su carcter cualitativo y de llevar los tejidos multidisciplinares a

    los procedimientos analticos, en los que necesariamente se imbrica unamirada culturalista del discurso. El resultado obtenido es una ruta me-todolgica y coherente que integra, por un lado, descripcin, anlisis einterpretacin en la consolidacin de fundamentos para las elaboracionescrticas y, por otro lado, la revisin estructural y funcional de los discursosa travs de una secuencia de niveles, fases y pasos que permiten reconocerlos recursos, procesos, estrategias y fenmenos que estructuran, reproducen

    y transforman el significado.

    1 I El camino h acia el estudio del discurso

    El discurso como prctica social:aproximacin a un panorama epistemolgico

    Un trabajo de organizacin y formulacin metodolgica para una disci-plina reciente requiere, en primer lugar, de la presentacin de sus orgenesy, en segundo lugar, de la estructuracin del escenario de validez de susresultados, para desde all revisar y proponer los procedimientos, tcnicas,herramientas y caminos a seguir en la generacin de nuevo conocimiento.As, la pretensin de este captulo es abordar los antecedentes de los estudios

    discursivos como disciplina, al tiempo que se plantea una aproximacin asu objeto de estudio: el discurso.

    La compresin de las condiciones de surgimiento de los estudios discur-sivos remite a dos sucesos definitorios del siglo xx: el cuestionamiento delquehacer y del valor de verdad del ejercicio cientfico, y la transformacinde los medios de comunicacin y su incidencia en los fenmenos socialesy polticos. A partir de estas transformaciones del conocimiento, de latecnologa, de la sociedad y de la poltica, se intenta explicar la vuelta hacia

    el lenguaje en la comprensin del mundo y el establecimiento del discursocomo objeto transversal a todas las disciplinas de las ciencias humanas ysociales. En este sentido, las condiciones de surgimiento de los estudios

    discursivos implican el reconocimiento de los rasgos cognitivos, antropo-lgicos, polticos, culturales, sociales, psicolgicos y lingsticos que secondensan en las investigaciones discursivas de fenmenos sociales.

    La crtica a la ciencia, a la modernidad y a la razn:el fundamento del lenguaje como pensamiento

    El siglo xx, de una parte, consolida en gran medida el proyecto de la mo-dernidad y, de otra, pone en evidencia sus falencias. La consolidacin seobserva en el acelerado avance del conocimiento acerca de diversos fen-menos y distintos escenarios del acontecer humano, es decir, en un mayor

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    ejercicio de la racionalidad y en la bsqueda de mtodos que acerquen ala comprensin y explicacin de las distintas dimensiones del universo,

    Adems, los estrechos v nculos entre saber y poder y los nuevos modos deinteraccin social mediados por los avances tecnolgicos, han coadyuvadoa que este conocimiento sea una enorme influencia en la transformacinindividual y social. Sus falencias son observadas de modo especial en lasdiscusiones filosficas sobre el quehacer cientfico, cuyo resultado es elfin de las dicotomas objeto/sujeto de estudio y objetivo/cientfico-subje-tivo/no cientfico y su consecuente crtica a la unicidad de la racionalidad

    y del mtodo, y la evaluacin de la ciencia como el mecanismo vlido ynico en la construccin de conocimiento capaz de orientar las relacionessociales hacia la bsqueda de la fraternidad, la libertad y la igualdad delser humano.

    En esta perspectiva, y de manera reaccionaria, surge a mediados del siglo xxun esfuerzo por dar relevancia a los preconceptos, a la subjetividad, al saberpopular y a lo local, como respuesta a la hegemona racional y cientfica,como ejercicio propositivo de m etodologas y lgicas alternativas a losprocedimientos cientficos y como explicitacin de la semiosis como unacto creativo y productivo, en el que se consolida el significado cultural.

    Estas transformaciones, en la relacin de quien investiga con lo inves-tigado y el cuestionamiento de la validez cientfica, convergen en la puestaen consideracin de la posibilidad de la existencia de mltiples formas deconocer y la valoracin de esos conocimientos como mecanismo eficaz enla pretensin de comprender el mundo y la humanidad. As, en los pilaresde la modernidad, se encuentra una concepcin de progreso centrada en lasmaneras alternativas y mltiples para conocer y explicar la realidad.

    Cuando se con sidera el replanteamiento de la ciencia y las crticas alconocimiento cientfico, se retorna el acervo de reflexiones realizadas por losfilsofos crticos que convergen en la lingstica, cuya consecuencia es unareconstruccin disciplinar. La lingstica va ms all de la reconstruccinnormativa y pertinente de la manera como una lengua funciona en uncontexto determinado, y se propone como un escenario desde el cual se

    pueden interpretar y leer las relaciones sociales, las estructuras de pensa-miento y los modos en los cuales se reproduce y transporta generacional eintergeneracionalmente la cultura. El lenguaje se configura entonces comouna prctica social con dimensiones cognitivas, culturales y comunicativas,mediante el cual una comunidad ejerce poder.

    En esta lnea, no es de extraar que la ciencia se entienda como undiscurso cuyo ejercicio de poder frente a lo n o cientfico, lo popular, loparticular y lo `no racional', matiza su constante devenir y se explica inclusodesde su mismo surgimiento como alternativa y resistencia a las ideologasreligiosas imperantes en su momento histrico. La propuesta contempor-

    neo d e l a c ien, fortalece los saberes populares y locales y establece una suerted

    relativismo cultural y de diversidad tolerante, que se hace evidente en elmulticulturalismo y sus relaciones de poder atravesadas por el resurgimiento

    y potenciacin de expresiones de fanatismo y de dogmatismo.Sin embargo, la crtica a las verdades instauradas en la modernidad no

    < Instituye un esclarecimiento nico y suficiente para poner de relieve ellenguaje como centro de las explicaciones en los ms diversos campos

    ares. Quiz, para una mejor compresin del lugar que pasa a ocupar el

    lenguaje, sea til reconocer los aportes realizados por Wittgenstein (1954,1984), el giro lingstico y Habermas (1984b, 1988, 1989, 199 4). Esteltimo adopta la comunicacin y el lenguaje como centro de reflexin enla construccin de una teora crtica, que comparte las bases de la Escuelade Frncfort al tiempo que la supera en sus aportes y propuestas.

    Desde el punto de vista epistemolgico, el pensamiento de Wittgenstein,el giro lingstico y el giro habermasiano anclado en la teora crtica, pueden ,considerarse como los antecedentes inmediatos de los estudios discursivoscontemporneos. De acuerdo con Wittgenstein (1954), debe aclararse lafuncin del lenguaje en relacin con la 'representacin del mundo y larealidad, como tambin debe valorarse la verda d y el estado de conoci-

    miento. Esta preocupacin de Wittgenstein constituye el fundamento dela descripcin de las prcticas lingsticas como entramados de juegos dellenguaje para dar cuenta de la realidad.

    Ludwig Wittgenstein (1954) considera el lenguaje como una actividadinmersa en un sistema de prcticas, que constituyen una forma de vida,que tienen un carcter regulado, comprensible a partir de la observacinde las diversas reglas sustentadas en las prcticas mismas. El seguimientode reglas implica el uso consistente, es decir, la costumbre. En este pun to,cobran importancia las creencias como trasfondo d e las prcticas, en tantolas sustentan y rigen la accin. El sistema de creencias se establece como unasuerte de mitologa conocida como imagen de mundo, sin bases slidasy sobre las que se constituye y de las que forma parte el lenguaje.

    Las creencias, en tanto sustento de los juegos de lenguaje, son certezasprcticas a la manera de reglas que gobiernan el actuar. Con el trminocreencias no se hace alusin a entidades mentales y subjetivas, sino a algocompartido que supone una conducta regular. Tanto las reglas c omo lascreencias pueden ser implcitas o explcitas, dado que pueden ser algo quese reconoce o que se acepta como obvio, o no se cuestiona o no es posibleformalizar. Lo anterior puede comprenderse porque algunas cosas sonaprendidas de modo explcito y otras no. Adicionalmente, las creencias ylas reglas se relacionan como un sistema que subyace a las prcticas. Eneste planteamiento, se intuye una manera de comprender la cognicin

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    social corno un bagaje de saberes compartidos que ocurren en procesos deintercambio y que contribuyen a construir conjuntamente la realidad.

    Los juegos de lenguaje tienen un ciclo vital y repercuten sobre unadefinicin de lenguaje como un conjunto de fenmenos relacionados,de modo que el uso determina el significado de una expresin. El uso seentiende como la utilizacin de una expresin, es decir, el lugar que ocupadentro del discurso. En este sentido, la comprensin del lenguaje implicay depende de la interrelacin de los diversos componentes de un juego delenguaje determinado.

    Un juego de lenguaje, como parte de una forma de vida, orienta lasignificacin dada a una expresin, y el lenguaje, entendido como unaprctica, se comprende y aprende en funcin de su uso. Esto es, los con-ceptos se constituyen por la descripcin de los usos posibles que tenga unaexpresin y no como un saber sustantivo de lo que es una palabra puntualfuera del uso.

    El entramado de convenciones preexistentes en las sociedades planteala relevancia del bagaje cultural y potencia la descripcin de la experienciasubjetiva. Es decir, se explicita el concepto ms reciente de contexto, demodo que las condiciones de posibilidad de compresin y expresin de unaexperiencia, que sirva como descripcin y narracin de la realidad y delmundo, estn antecedidas por significados convencionalmente establecidosy desligados de las propiedades del objeto verbalizado.

    El contexto de las expresiones, en sus versiones ms contemporneas,supera el uso; est constituido por otras expresiones, los eventos o acciones

    no lingsticas contingentes, as como por el bagaje de saberes compartidos

    que contribuyen a construir sentido. La diversidad de significados quepuede adoptar una expresin favorece que sta se encuentre inmersa endiversos juegos del lenguaje. As, Wittgenstein (1954) va a sealar que elvalor de verdad de una proposicin recae en las reglas que delimitan su uso,/con lo cual se prefigura una correspondencia entre el significado y la reglade uso. Esta mirada del lenguaje orienta su valoracin como una actividaddentro de un sistema de prcticas que pueden definirse como una forma

    de vida, en la que adems se implican los sistemas de conocimiento.La bsqueda de los fundamentos de los estudios discursivos y del

    anlisis crtico del discurso, en particular, remite adems al giro lings-tico atribuido en principio a las contribuciones de Hammann, Herder yHumboldt, quienes en forma complementaria ofrecieron una definicinde lenguaje diferente a la tradicional. El centro del giro lingstico loconstituye el establecimiento de la relacin entre lenguaje y razn, que enla tradicin pona al lenguaje como un instrumento de representacin dela realidad, es decir, que designa y representa un mundo independiente deste. Hammann va a revisar el trabajo elaborado por Kan t (1985a, 1985b)

    y a formular una metacrtica en la que la raz de la razn y la sensibilidad(anhelada por Kant en Crtica a la razn pura y Crtica a la razn prctica)la constituye el lenguaje, en tanto posee los elementos estticos en el signoy conceptuales en el significado.

    De esta manera, la tradicin inaugurada por Hammann fomenta eldesplazamiento de la razn como centro del acontecer y esencia de lohumano, y la va a sustituir por el lenguaje, pasando por una considera-cin inicial de la razn como equivalente al lenguaje. Sin embargo, losalcances de Hammann son limitados en cuanto a una consideracin del

    lenguaje como elemento fundamental de la construccin de la realidad,es por esto que Humboldt va ms all y proporciona un fuerte rechazo ala consideracin del lenguaje como un simple sistema de signos, sealan-do que en las palabras y en su sintaxis se determinan los conceptos y unmodo de funcionamiento de la razn. En este sentido, lo que se proponees reformular el paradigma racionalista y entrar en una etapa del lenguaje,en la que no slo se pone de relieve una igualdad entre lenguaje y razn,entre hablar y pensar, sino que se establece que en el lenguaje existe unadiversidad que da cuenta de distintas perspectivas del mundo.

    La visin tradicional e instrumental del lenguaje lo defina como unproducto, un resultado del acercamiento y de la experiencia de contacto

    con el mundo, pero luego del giro lingstico el lenguaje ocupa el lugar demotor del pensamiento, de las perspectivas de mundo y de fundamentode las percepciones sobre lo real. Bajo esta perspectiva, la comunicacinva a convertirse en un proceso intersubjetivo fundamental y exponentede la actividad racional.

    Los planteamientos de Humboldt determinan el posterior anlisis dellenguaje en dos dimensiones: la cognitiva o perspectivas de mundo y lacomunicativa o medio para el entendimiento. Estas dos dimensiones sernradicalizadas por Heidegger mediante la revisin de la dimensin comu-nicativa del lenguaje y su reformulacin como una relacin intersujetiva

    precedida por unos implcitos que hacen posible el habla o articulacinsignificativa de la compresin como ser en el mundo.

    La comprensin del giro lingstico implica una revisin de los plan-teamientos de Heidegger en relacin con el lenguaje. En la obra de estefilsofo puede verse una radicalizacin de la posicin presente en la tradi-cin Hammann-Herder-Humboldt (Lafont, 1993; Corredor, 1999). Suteora tambin puede leerse como una crtica interna al giro lingstico. Deacuerdo con Heidegger, la nocin del lenguaje que implica las dimensiones

    cognitiva y comunicativa, por conservar una bsqueda de la esencia dellenguaje, mantiene una suerte de razonamiento objetivista y, en conse-cuencia, conservador de la tradicin de la filosofa del lenguaje.

    La posicin que adopta Heidegger va a reconfigurar el lenguaje como

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    habla pero, para diferenciarlo de la perspectiva de Humboldt, hace nfasisen el carcter develador del mundo presente en el lenguaje, cuya expresines el habla (Lafont, 1993). El lenguaje entendido como habla implica elreconocimiento de aquello sobre lo que se habla, de lo hablado, de la ex-presin y de la comunicacin. Estos elementos del habla se convierten enlas dimensiones del lenguaje que implican necesariamente que en el hablaya existe un lugar comn entre los interlocutores (Corredor, 1999).

    El habla es, entonces, la articuladora de la inteligibilidad ser-en-el-mundo, a la que es inherente el ser-con-el-mundo. Debe entreverse en

    este caso, una resignificacin de `mundo', definido como una totalidadestructurada simblicamente y, en este sentido, el lenguaje cobra la formade una apertura de mundo, en tanto rene la condicin de la existencia enla totalidad simblica compartida. En esta direccin, el lenguaje no poseeesencia que deba ser conocida sino que es en s misma que se revela.

    El lenguaje como apertura del mundo obliga a la estimacin del hablacomo algo ms que un fenmeno de carcter pragmtico y desvirta laconsideracin presente en Humboldt de un lenguaje al servicio del esprituo de lo mental. As, queda expresada una dimensin semntica en la formade apertura del mundo y una dimensin pragmtica implcita en el habla,pese a que Heidegger prev el reduccionismo al que puede ser sometida lacomprensin del lenguaje en una acepcin de perspectiva de mundo confuncin de entendimiento.

    Dado que esta mirada del lenguaje hace nfasis en su carcter cognitivo,se establece un crculo de la comprensin, en el que el modelo bsico detrabajo es la conversacin. Esta ltima es descrita como el escenario enel que se da el habla, caracterizada por la bsqueda de un acuerdo sobrela base de un acuerdo previo. El acuerdo al que se hace referencia es ellenguaje, que se constituye en condicin de posibilidad y fin.

    Una posicin que puede considerarse intermedia entre los plantea-mientos de Humboldt y Heidegger puede encontrarse en Gadamer. Esteautor es concebido como partcipe del giro lingstico en tanto recuperael aspecto comunicativo del lenguaje relegado por Heidegger, pero es con-

    sistente con la radicalizacin en el abandono del carcter instrumental dellenguaje. La inclusin de Gadamer dentro del giro lingstico puede verseinfluida por el historicismo y su comprensin de lo histrico como objetode investigacin desde el que puede recobrarse el valor de la tradicin enla dimensin comunicativa y cognitiva del lenguaje (Lafont, 1993).

    Gadamer (1998), luego de un recorrido histrico, considera que el len-guaje ha permanecido en el inconsciente como elemento de reflexin paralas explicaciones filosficas, siendo la tradicin griega la que va a formularuna distincin entre palabra y cosa que posteriormente es transformada enuna distincin entre signo, designacin y concepto. Esta tradicin gener

    una discriminacin entre el mundo y el sujeto que lo conoce, en virtud d e labandono de una reflexin sobre el lenguaje que implicara la comprensinde ste como el constructor del mundo.

    De acuerdo con Gadamer (2000, 2001), en el centro de la funcionalidaddel lenguaje se encuentra el entendimiento de las miradas de mundo, lascuales son consecuentes con un carcter variable en su constitucin porparte de los sujetos. De modo que la base para el abordaje del lenguaje noes el habla sino el entendimiento.

    Desde esta perspectiva, la conversacin se propone como un medio-fin,

    al que es inherente un carcter interpretativo. La conversacin se establececomo mediadora en virtud del hecho de que la relacin con el mundo estestructurada simblicamente. As, Gadamer va ms all en la consideracinde la perspectiva de mundo como una apertura del mundo ya compartida,presente en Heidegger, y de la mirada pragmtica de la conversacin enla que se menoscaba la con exin interna entre significado y validez, queHumboldt supona dicha en la intersubjetividad del dilogo.

    Gadamer (2000, 2001) supone que el modelo de la conversacin es del tipopregunta-respuesta, cuyas principales caractersticas son: la relacin sujeto-suje-to de la conversacin, la comunidad de prejuicios sustentadores del contenidopresentes en la anticipacin de sentido, y en el hecho de ser algo dado.

    Otro antecedente de inters en los estudios del discurso es la Escuelade Frncfort, de modo que es necesario hacer un breve recorrido por susprincipales postulados y concluir con el trabajo de Habermas. Un punto departida de la Escuela de Frncfort para la elaboracin de una teora crticalo constituye el posicionamiento frente a la filosofa que les preceda y lospostulados del marxismo. Para efectos de es te trabajo, interesa la crtica quela Escuela de Frncfort dirigi a las verdades absolutas como portadoras deformas autoritarias y totalitarias de poder, con lo cual se cuestionaron losplanteamientos de la filosofa hegemnica, el ejercicio cientfico imperante,el marxismo, la religin y dems ideologas y teoras de identidad ante lascuales deba tenerse una actitud suspicaz. La mirada crtica frente a lasidentidades implic una reflexin sobre las industrias culturales y la cultura

    de masas como herramientas inhibitorias de la emancipacin social.La filosofa crtica del siglo xx y la postura posmoderna formulan lainexistencia del progreso y retoman el papel de la conciencia histrica y dela accin como elementos fundamentales en la interaccin y comprensinde la realidad. En este sentido, la nocin de progreso , entendido comodireccin positiva y tendiente al mejoramiento de las condiciones de vidae interaccin de la humanid ad, es fuertemente criticada a la luz de losniveles de crueldad y brutalidad alcanzados en las dos guerras mundiales.Esta contradiccin encontrada en el curso h istrico favorece el anlisis y laformulacin de los ideales de la modernidad como un proyecto fracasado

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    y, en Consecuencia, la negacin de la razn y la ciencia como mecanismosnicos y vlidos de produccin del conocimiento. Ade ms, en el anlisisfilosfico del conocim iento cientfico, la Escuela de Frncfort introducela nocin de historicidad, procedente del marxismo, para explicar elsurgimiento del conocimiento como el producto de las condiciones deposibilidad propias de los acontecimientos histricos, sociales y polticosen los cuales se encuentra inmersa la ciencia.

    El cuestionamiento de la legitimidad de la ciencia como productora deverdad, adem s de expon er la parcialid ad en la com pre sin del e nto rno y,

    en muchas ocasiones, la imposibilidad de ver el conocimiento como re-presentacin de la realidad, lleva consigo la reflexin sobre los nexos entreel conocimiento y el poder, as como la manera como la ciencia se desvide los fines otorgados por el pensamiento moderno y se dedic a servir alos fines ms dismiles y deshumanizantes, cuya principal materializacinse observaba en la sustentacin de los gobiernos totalitarios del siglo xx yen el perfeccionamiento de las estrategias blicas.

    La propuesta de la Escuela de Frncfort se condensa en la obra deHabermas, quien no slo la t iene en consideracin, sino que la conectacon otras disciplinas para formular, adems de crticas, alternativas decomprensin y form as de pensar el con ocimiento cientfico. La teora cr-tica abordada por Habermas retorna los apo rtes de la tradicin filosfica,en especial de los ideales de la Ilustracin, y parte de la consideracin delconocimiento como desarrollo alcanzado en virtud de ciertos intereses in-herentes al trabajo y la interaccin. La mirada sobre los intereses, presenteen la primera parte de la obra de Habermas, se materializa en el interscognitivo tcnico o rescate de la dimensin del trabajo en la interaccinhumana, el inters cognitivo prctico ligado a la comunicacin simblica yel inters cognitivo emancipatorio relacionado con la dimensin existencialde la humanidad. Estos intereses son la base para la posterior construccinde la teora de la accin comunicativa.

    El giro dado a la ciencia a raz de la crtica al conocimiento puede versecondensado en la nocin de la ciencia como una narracin, propuesta

    por Brunner (1997), que se encuentra presente en la consideracin ha-bermasiana de la comunicacin como proceso fundamental y vlido parala aprehensin del mundo de la vida. En este sentido, la comprensinde la realidad parte de las siguientes intuiciones: primero, q ue existe unaindudable relacin entre razn y realidad; segundo, que la realidad seconstruye, en gran m edida, en la interaccin, a travs de la comunicacin,y tercero, que la razn debe estar tambin estructurada de forma que eluso del lenguaje sea el fundamento de la comprensin del mundo y sirvacomo mecanismo que valida la capacidad para comprender la verdad, larectitud y la veracidad que caracterizan la accin comunicativa.

    La propuesta de Habermas (1989) se puede describir corno una teorade la racionalidad, que tiene, entre otros objetivos, tipificar las identidadesde la racionalidad para construir una teora de la racionalidad com unica-tiva; formular una crtica de la dialctica de la racionalizacin social, queIta orientado la evolucin de las sociedades modernas; integrar las teorasde la accin y la sistmica en un concepto de sociedad, y construir undiagnstico de la sociedad actual.

    La direccin tomada por Habermas en trminos de centrar sus plantea-mientos en funcin de la comunicacin encuentra obligado el abordaje del

    lenguaje como mecanismo fundamental de la comunicacin humana y, enconsecuencia, su consideracin como prctica que permite la compresindel mundo y la realidad.

    La tecnologa, la comunicacin y el lenguaje:centro de la construccin del mundo global

    La transformacin de las maneras de concebir la ciencia se consolid enlas reflexiones sobre el lenguaje. Estos giros inciden, adems, en la elevadaevolucin tecnolgica contempornea y, en particular, sobre la tecnologade la comunicacin. De modo tal, que la vida cotidiana se ve atravesadapor los efectos de la difusin tecnolgica masiva (Mattelart, 1998). La

    redefinicin de la sociedad contempornea procede de la transformacindel proceso comunicativo cara a cara, en el que se diluyen en el espacio yen el tiempo todos los me canismos existentes de contextualizacin paraquienes se comunican y desde los cuales los sentidos de la comunicacinse resuelven en los implcitos, utilizados para la optimizacin de la com-prensin de los interlocutores. Las formas actuales de contextualizacin seconfiguran en los nuevos formatos y la integracin de mltiples recursosexpresivos, que incluyen el color y la forma de las herramientas disponibles(Yus, 2001).

    La transformacin relacional que proponen las nuevas tecnologas de lacomunicacin comienza con la puesta en entredicho de los rasgos definitoriosde los seres hum anos: el sexo, la raza, la condicin social, entre otros, queson decantados en la conversacin mediante la observacin de la situa-cin comunicativa e indicios de diferente ndole. En el c aso del chat, porejemplo, y en otros desarrollos del intercambio generado por la Internet,lo que se observa es una desaparicin corprea del otro y una confianza ensu expresin verbal desde la cual es po sible establecer las relaciones.

    El papel de la informacin y de la comunicacin en materia de cons-truccin de lo nacional a partir del siglo xiv es de cisivo, en tanto sirve dederrotero de la soberana y el ejercicio pblico de las comunidades. En estesentido, la industria de la informacin ha contribuido en la construccin

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    de las formas de organizacin democrtica y econm ica, as como en laorganizacin del nuevo espacio mundial. Adems, la comunicacin y lainformacin han hecho posible ingentes transformaciones en los inter-cambios, en especial en la consolidacin del ideal de la libre circulacindel pensamiento y las op iniones (Mattelart, 1998).

    Las tecnologas de la comunicacin han promovido las industrias in-formativas y las industrias culturales. En cuanto a las primeras, se observala consolidacin de las grandes agencias de informacin y su estrecho

    vnculo con la soc iedad en p leno , a pa rtir d e las redes de profesionales de

    la comunicacin. En cuanto a las segundas, son el producto directo de lavinculacin industr ial y el desa rrollo de e spacios com unicativos com o e lcine, la radio, la msica, la educacin y dems mbitos de la v ida socialque sirven para la distribucin de bienes culturales en formatos masivos yde fcil acceso para sus usuarios. El resultado es la aparicin de un espacio

    virtual en el que se integra el mercado libre y global con todos los usos queproceden de las maneras como los seres humanos se relacionan.

    Una consideracin relevante acerca del desarrollo de la tecnologa dela comunicacin y de la informacin procede de la estrecha relacin entretcnica y democracia, que est en el centro de la evolucin de la comu -nicacin hacia la constitucin de una sociedad informatizada (Wolton,2000). La sociedad de la informacin recoge de cierta manera el vnculoentre una teora de la comunicacin y una teora de la sociedad, en la queson las formas de organizacin social y cultural las que en ltimas trans-forman las concepciones del mund o y las redistribuciones de las relacionessociales. En la perspectiva de Wolton (2000), la sociedad vive primero unarevolucin en el pensar, en la concepcin del ser humano y su relacincon los otros, y en las costumbres y producciones simblicas, que sirvende trasfondo a la posterior aparicin de una revolucin permanente de latcnica, con repercusiones claras sobre las formas de ejercicio laboral, ladistribucin del conocimiento y el ejercicio del poder, entre otros aspectosde la constitucin de la realidad humana.

    As, la evoluc in tecnolgica va a constitui rse en funcin del desarrollo

    efectivo de la democracia propuesta por los medios masivos de comunica-cin, en tanto alcanza todos los pblicos y permite la construccin de unacultura de masas que se diferencia del modelo colectivo o individualista desociedad propuesto hasta el momento. Esto, en virtud de que la comuni-cacin va a pasar a ocupar el lugar de la ciencia, la poltica y la religin enla configuracin de las sociedades.

    En otra perspectiva, podra pensarse que la sociedad informatizada haven ido consol idando com unidades virt uales, con miembros que tienenalgo en comn que es til para establecer un entorno cognitivo mutuo,en el que una diferencia fundamental con las otras formas de interaccin

    eliy portadores de elementos que cumplen la funcinde la informacin captada por el otro. Aun as, las

    virtua les se estructuran alreded or d e discurso s verbales, dee integran mecanismos de interaccin diversificadosp a r a

    que s u s miembros se pongan en contacto.

    Discurso y accin: comunicacin, uso e interaccin

    e investigadores sociales de las ltimas dcadas desde Sapiry W o r f

    (1971) hasta van Dijk (2003), sostienen que la explicacincomo la cultura, el tejido social, la identidad y, en general,

    c atae a lo especficamente humano, ha entrado en un procesocu

    alitivamente distinto a la investigacin social preponderante en gran

    del siglo xx, tal como se ha venido indicando. Las nuevas realidadesdan cuenta de un proceso de globalizacin que afecta todasl a s

    reas de la experiencia humana, dada la capacidad que la tecnologa de l acomunicacin le otorga a las sociedades actuales. La afirmacin de la dife

    a tendencias homogeneizantes ha modificado drsticamentelamanera como se concibe la posibilidad de relacin con los dems, cualq u i e r

    que ella sea. Por esta razn, el cambio en la reflexin social que see s t

    dando en Amrica Latina y en el mundo apunta a la comprensin delanaturaleza de la vida social y cultural contempornea, centrada en unade

    las ms relevantes actividades humanas: la comunicacin.Este acaecer tan evidente para los investigadores sociales preocupados

    por la actividad comunicativa, da cuenta de una epistemologa en la que

    coexiste una filosofa y un pensamiento crtico que interroga la verdadpreestablecida, el conocimiento estructurado y consolidado, las formasde

    ejercicio de poder, la significacin descontextualizada del mundo

    si mblico, as como el poder explicativo de la razn objetiva y universal.En esta lnea de trabajo, las ciencias sociales sealan la imposibilidad deconstruir un discurso terico a partir de una realidad fija y descubrible en

    todas sus dimensiones, tal como lo estableca el hacer y el decir cientficopositivista, el cual es cuestionado como otra forma social de reproducir yperpetuar relaciones de poder.

    En el trasfondo de esta discusin se descubre una renovada preocupa-cin por la comunicacin lingstica, en tanto accin social. Dando unpaso ms, se puede inferir que el hacer-decir social se apropia de mltiplessignificaciones, con lo cual los discursos sociales se convierten en objetode interpretaciones pluralistas y diferentes. Asimismo, los significados ysentidos del discurso se traslapan y amalgaman, tienen capas superpuestasque portan significaciones que no siempre son evidentes y el significado

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    convencional en la lengua asume presuposiciones que emergen con lasdiferentes lecturas e interpretaciones. De manera que lo no dicho, lo queno aparece en el discurso, genera tanto significado como lo que est dichoy est presente en la superficie discursiva.

    La gnesis de esta postura crtica es, como se hace explcito en el apartadoanterior, la visin relativista de la lengua, en la que su uso es de naturalezainteractiva y convencional; es una prctica social, y en ese sentido todo loexpresado como discurso adquiere su significacin en el contexto en el cual

    es usado. Como se ha formulado y desarrollado desde la hiptesis Sapir-

    Whorf (Whorf, 1971), la percepcin humana de la realidad se moldea enel uso de la lengua y sta, a su vez, determina formas de percepcin, por loque las actividades y las categoras derivan su estatus epistemolgico de las

    definiciones que el ser humano crea. Este incesante interrogar la realidadsocial se refleja en el creciente desarrollo de la investigacin analtica deldiscurso dentro de las ciencias sociales.

    Antecedentes de los estudios del discurso

    , los estudios del discursose constituyeron con los aportesprovenientes de los trabajos sobre la estructura social y la cultura surgidosa mediados del siglo xx, los estudios etnogrficos, la semitica en sus

    diversas perspectivas analticas, la sociolingstica, la pragmtica y la et-nometodologa; luego, en la dcada de los setenta, las reflexiones efectuadas

    por la psicologa cognitiva, la psicologa cultural, la antropologa cognitivay cultural y, de manera ms reciente, los estudios de la comunicacin.

    Las diversas procedencias del anlisis del discurso dan cuenta de lasnecesidades que la investigacin social ha venido formulando a propsitodel discurso. Los estudios del discurso, ms all de los paradigmas que laciencia ha desarrollado para la explicacin de la realidad, aprehenden, demanera aislada o en interrelacin, las distintas expresiones simblicas, los

    procesos de conocimiento con los saberes implicados y las diversas mane-ras como los grupos se arrogan discursivamente o asumen otros grupos y

    culturas. Siguiendo el planteamiento de van Dijk (2000a), el anlisis deldiscurso surge de modo independiente o integrado cuando se explora elconjunto de expresiones verbales, los procesos de conocimiento y las manerascomo las culturas o los grupos apropian, crean o reproducen discursos.

    Lo anterior tiene implicaciones sobre las distintas perspectivas adoptadaspara el estudio del discurso y, en consecuencia, para la formulacin de lostipos de estudios discursivos como los que hacen nfasis en las estructuras,en los niveles y en las dimensiones del uso de la lengua; de los estudios deinteraccin discursiva en sus diversas expresiones y formatos; de los abor-dajes epistemolgicos del discurso; y en otra perspectiva, de los estudios

    descriptivos, crticos y aplicados. "lodo lo cual puede sintetizarse en treslneas: investigacin comunicativo-formalista, sociocognitiva culturalistay sociocognitiva. En sentido similar, van Dijk (2000) formula la tradainvestigativa discurso, cognicin y sociedad, como las macrocategoras que

    subyacen a los estudios del discurso, y Charaudeau (2000) reconoce tresgrandes problemticas cuando se intenta comprender la amplia gama deinvestigaciones que se han desarrollado como teoras del discurso: teorascognitivistas, anlisis cornunicacional e investigacin interpretativa.

    En primer lugar, lo que se ha denominado teoras del discurso cogniti-

    vistas se caracteriza por centrar su reflexin en torno al conjunto de ope-raciones y procesos que ocurren cuando se produce y comprende un actode lenguaje. En esta perspectiva, es posible dar cuenta de dos posicionesbsicas: la mentalistay la sociocultural.

    La investigacin del discurso mentalista pretende dar cuenta de la rela-cin que existe entre las estructuras mentales y las estructuras lingsticasdesentraando el proceso cognitivo de la informacin sobre el mundosocial, para lo cual se explicitan los mecanismos de produccin y com-prensin discursiva en trminos de esquemas de conocimiento y accin,o se ponen en evidenciadas formas de coherencia y cohesin, los recursosque hacen posible la organizacin lgica de lo expresado discursivamente

    conectores o los recursos de valoracin (modalizacin discursiva).Uno de los trabajos ms recientes en esta lnea, en el marco de la ciencia

    lingstica, es el de Sperber y Wilson (1994), en el cual se da cuenta de cmoocurren los procesos inferenciales en un acto lingstico, cmo se desarrollaactualiza la capacidad humana para identificar y producir figuras retricas,entre otros enunciados que son expresiones interpretativas del pensamientodel hablante. El sujeto de esta investigacin es un ser cognitivo, capaz deconocimiento, gnesis y centro de operaciones de pensamiento.

    El anlisis del discurso con perspectiva sociocultural se propone esta-blecer cmo los procesos cognitivos se articulan a los de significacin, atravs de las relaciones con las condiciones sociales y culturales en que se

    produce e interpreta un discurso dado. Uno de sus primeros exponentes

    es Teun van Dijk (1977), para quien este anlisis relaciona las estructurasdiscursivas con las estructuras y condiciones sociales y cognitivas quedeterminan el proceso de produccin y comprensin de los discursossociales. En su momento, este anlisis del discurso se propona formularuna teora general del discurso que diera cuenta de las estructuras grama-ticales y pragmticas, incluyendo sus formas de relacin en circunstanciasdistintas, constituyndose en una teora general de los hechos discursivosen las sociedades.

    Investigadores de otras disciplinas, como la psicologa, la sociologa o laantropologa, han trabajado en perspectivas similares. Billig (1991), a partir

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    de categoras sociocognitivas como creencias y percepciones, explica queel discurso y el pensamiento son fenmenos ideolgicos que dan cuentadel carcter social de los seres que se expresan y piensan. A s, el anlisis dela conversacin le permite dar cuenta de la complejidad del pensamiento( mecanismos cognitivos) y de su relacin con las circunstancias histricasy sociales (contenidos de pensamiento social) que lo determinan.

    La obra de Potter y Wetherell (1987, 1990) es otro punto de referenciapara abor dar el anl isis del discurso con claros p rinc ipios socioculturalesy reconocer los factores cognitivos en los procesos discursivos. Tal vez el

    aporte ms importante del trabajo de Potter y Wethereli es el reconoci-miento de la variabilidad discursiva. Lo que las personas dicen dependedel contexto particular en el que se est hablando y de la funcin quecumpla en esas circunstancias; de esta manera, cuando las personas seinvolucran en una interaccin discursiva, construyen y negocian signifi-

    cados, o la `realidad' misma sobre la que estn hablando. En este sentido,el anlisis del discurso da cuenta de la variabilidad inherente en lo quelas personas dicen.

    Integrando las bases tericas y empricas de la pragmtica, la etnome-todologa y la semitica, se establece que las personas usan la lengua para`hacer cosas' y para alcanzar ciertos fines. Esto es, el discurso no es, sim-

    pleme nte, un conjunto de herra mientas abst racta s usa das para establecer odescribirla realidad, sino que se usa esencialmente para transformar ciertosestados o acontecimientos en la sociedad; en este sen- tido, tiene carcterfuncional. As, el anlisis del discurso debe hacer explcitas las maneras

    como las personas usan las ms variadas expresiones discursivas para darcuenta, comprender y hallar sentido a la vida diaria. Adems, enfatizan lanaturaleza y el papel constructivo de las expresiones lingsticas, si se tieneen cuenta que cuando los ser es humanos se expresan no slo se nombrala realidad fsica o social, sino que se establecen relaciones complejas designificado que generan realidad.

    Siguiendo con las teoras del discurso, se encuentra, en segundo lugar, laperspectiva de anlisis comu nicac ional . Es te tipo de anl isis p roblematiza,

    en lo que se aspira a describir, los factores constitutivos de la situacinespacio-temporal en la que el acto de comunicacin ocurre con el con-

    junto de las condiciones que lo hacen posible. Cuatro posiciones pueden

    ser diferenciadas en el marco de este tipo de investigacin. La primera sedenomina sociolingstica variacionista, centrada en el trabajo de WilliamLabov (1979, 1983, 1996). La variabilidad lingstica explica la existenciade comunidades distintas que hacen uso de lenguas diferentes, de comu-nidades distintas que hacen uso de una misma lengua o de su s variedadesy de comunidades que hacen uso de dos o ms lenguas y sus variedades;

    adems, al interior del uso de una lengua se da cuenta de cmo y por qu

    los hablantes hacen uso de ciertas unidades lingsticas en determinadas

    circunstancias, a lo cual se puede denominar variabilidad interna en el usode una lengua. En este caso, el analista se propone establecer las relacionesque existen entre la estructura de la lengua y la estructura social, con elpropsito de deducir normas de comportamiento sociocultural caracteri-

    zadoras de una comunidad de habla.La segunda es la sociolingstica funcional de Halliday (1973)

    y Bernstein (1971), quienes centran sus explicaciones en el carctercontextual del habla, integrando sus significados a funciones especficas

    del contexto social. Aunque con perspectivas distintas, estos dos autoresasumen una actitud emprica y descriptiva que pone en correspondenciamarcadores lingsticos y sociales, generando una interpretacin social dellenguaje cuya gnesis puede rastrearse, primero, en Malinowsky (1994) y,posteriormente, en Firth (1957).

    La tercera posicin reconoce el influyente trabajo de John Gumperz yDell Hymes (1972) o de la etnografa del habla y de la comunicacin. Unncleo central en esta lnea es el principio de que la estructura lingsticay los factores sociales se correlacionan y determinan entre s; su objetivoes formular un mtodo para la descripcin y anlisis del habla cotidiana,

    poniendo en evidencia los recursos comunicativos y los acontecimientos

    que ocurren en una situacin comunicativa autntica. Metodolgica y

    epistemolgicamente, el analista del discurso entiende que es posible darcuenta del conocimiento cultural que circula en la interaccin comunicativaque los hablantes de una comunidad realizan, para lo cual el investigador

    se constituye en parte integral de esa comunidad. En esta perspectiva, elestudio del uso de la lengua en una comunidad implica reconocerla comoun sistema de comunicacin, cuya interpretacin se liga al contexto, paralo cual se hace necesario que el analista reconozca grupos y se integrecon los recursos de la observacin participativa para que sea posible lainterpretacin real de las formas de interaccin propias de la comunidad.Desde la lingstica antropolgica, vale la pena m encionar en este campolos trabajos de Sherzer (1990) y Duranti (1997).

    Finalmente, la cuarta posicin es la investigacin interaccional quetiene sus fundamentos en el trabajo de Gumperz (1982). En este caso, el

    anlisis de las interacciones verbales se articula a un significado simblicoque se evidencia en las negociaciones y juegos que construyen quienesparticipan en la interaccin comunicativa. L a des cripcin e interpretacinde la actividad comunicativa pasa por hacer explcitos rituales, secuen-cias, turnos o juegos estratgicos que permitan configurar modelos sobreel funcionamiento de la actividad verbal y no verbal que constituye lacomunicacin en una comunidad o grupo social. Desde este marco, lapsico loga socia l, la antropolog a cu ltura l y la soc iologa han desarrollado

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    i mportantes investigaciones, que tienen como referencia la teora de losrituales de acceso, cuyo eje es reconocer que la actividad comunicativa esuna puesta en escena articulada a las relaciones interpersonales tal comolo propuso Goffman (1981).

    En esta lnea terica y metodolgica se encuentra el anlisis conversa-cional, el cual se propone dar cuenta de cmo ocurre el comportamientosociocomunicativo de los hablantes. El trabajo analtico, en consecuencia,se centra en describir dilogos hablados reales y transcribirlos con tal pre-cisin, que recuperen los aspectos esenciales que hacen parte de la accin

    de conversar, tales como: los constituyentes de las estructuras conversa-cionales con sus microacciones, la estructura temtica y los turnos, entreotras; las descripciones de las acciones contextuales que contribuyen a laconstitucin del significado, a propsito de lo cual es posible desentraaresquemas interpretativos comunes de cuya pertinencia depende el sentidoglobal de la conversacin. Algunos trabajos destacados en anlisis conver-sacional son los realizados por Tannen (1991, 1999), Schiffrin (1987) y,en una perspectiva ms interdisciplinaria, Antaki (1988).

    Con respecto a la tercera problemtica propuesta por Charaudeau,s e puede ubicar la denominada posicin interpretativa o hermenutica,cuyo ncleo es el ACD. En este caso, se reconoce que la actividad cognitiva

    humana posibilita que los grupos sociales interacten discursivamente

    haciendo acopio de formas de racionalidad, de explicacin, de justifi-cacin en torno a su realidad y a la de los otros. Todas las formas deracionalidad permiten ubicar al sujeto en una determinada comunidado grupo, lo cual se puede considerar corno un proceso de constitucinde conciencia social.

    En este caso, se consideran los trabajos de van Dijk (2000a, 2000b),Fairclough (1989), Beaugrande (1981, 1999, 2000, 2002), sin desconocerlos trabajos de Martn Rojo y Whittaker (1998), Wodak y Meyer (2000),van Leeuwen (2001), Scollon (1998), Fowler, Hodge, Kress,Trew (1983),Dressler (1985), y en Amrica Latina Magalhes (1995), Fonte (2002),Bolvar (1999), Carb (2002, 2004), Marcuschi (2003), Lavandera (1984,

    1985, 1988), Pardo (1992, 1996, 2002), Berardi (1999), Pardo Abril yCeleita Reyes (1991), Pardo Abril (1996, 200 0a, 2000 b y 200 5) y Vasilachis(1997, 2003). Cabe resaltar que la llegada de los estudios del discurso aAmrica Latina constituye una de sus principales razones de crecimientoy expansin, por cuanto se han desarrollado mltiples aplicaciones de losprincipios tericos en el anlisis de situaciones y problemticas concretas,todo lo cual ha redundado en el desarrollo de las teoras, los mtodos y laampliacin de perspectivas de anlisis del discurso. Los temas de mayorinters estn relacionados, de acuerdo con Bolvar (2003), con las teoras,la identidad, los medios, la ideologa, la educacin y la interaccin coti-

    diana, desde miradas multidisciplinarias, con una alta contribucin de lasemitica visual y del estudio multimodal.

    A manera de sntesis, en la figura 1 se presentan de modo esquemticolas diversas fuentes de los estudios del discurso, determinadas por unconjunto de disciplinas y su especializacin en fenmenos comunicati-vo-discursivos producto de la confluencia de diversos campos del saber.

    De esta amplia gama de disciplinas e interdisciplinas surgen los estudiosdiscursivos y, en particular, los tres modos no siempre delimitables deabordaje del discurso, es decir, desde la pregunta por la relacin entreforma y funcin en la comunicacin, o desde la pregunta por el papeldel discurso en la construccin de la realidad sociocultural, o a partir delinterrogante acerca de la manera cmo se estructura discursivamente elpensamiento en la interaccin comunicativa desde el bagaje compartidode conocimientos.

    Estas tres problemticas o centros de inters de los estudios discursivospueden integrarse en escuelas, si se tiene en cuenta afinidades epistemo-

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    lgicas, grupos de investigadores y maneras de abordar los estudios deldiscurso desde fuentes comunes o cercanas. Provisionalmente, se organizan

    los estudios del discurso en tres grandes escuelas: la alemana, la anglosajo-na y la francesa. En el esquema de la figura 1 se propone una manera deentender el problema en cuestin, el cual se aborda de modo ms puntualen el captulo siguiente.

    Adems, se reconoce que la evolucin de los estudios discursivos procedefundamentalmente de la escuela alemana, en cuya gnesis se evidencianlos fundamentos del anlisis crtico del discurso como una interdisciplina

    o una multidisciplina (asunto an en debate) que bien puede hacer con-fluir los diversos intereses de los estudiosos del discurso y avanzar en lacomprensin de formas complejas de construccin y representacin de larealidad en el discurso.

    La aproximacin a la definicin del discurso como objeto del anlisisdel discurso implica poner de relieve elementos de tensin fundamentalesque an no son resueltos de modo satisfactorio. A este respecto, el primerelemento en cuestin es la distincin entre el carcter metodolgico y elcarcter de disciplina que se puede encontrar en los estudios del discur-so. Para quienes se inclinan por el carcter disciplinar, posicin que seadopta en este libro, el segundo elemento en cuestin gira en torno a lacomprensin de la integracin o la distincin de un escenario cientficoque es interdisciplinar, multidisciplinar o transdisciplinar. El balance sobrelo que significa optar por el anlisis del discurso como una metodologamuestra como lo indican Antaki, Billig, Edwards y Potter (2003) quelas diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanas en la bsquedade nuevos mtodos y modos de conceptualizar la investigacin social haconducido a que el anlisis del discurso se reduzca a la formulacin, nosiempre sistemtica, de parfrasis, sntesis, uso argumentativo o circulardel corpus, justificacin de posicionamientos o identificacin de rasgos

    preestablecidos en los datos. Hechos que no constituyen la tarea central delanlisis del discurso y tcnicas que no proceden como estrategias analticas.

    El procedimiento analtico, el cual puede por optar mltiples perspectivas

    y caminos, implica un compromiso con el desentraamiento sistemticoy sofisticado de los sentidos discursivos vislumbrados en los datos socio-culturales en funcin de la teorizacin sobre el discurso.

    En el debate sobre el carcter disciplinar de los estudios del discurso,ste se formula como un conjunto de conocimiento producido, se presentacomo informacin organizada en funcin de ciertos fines y con arregloa ciertos principios, lo cual supone una tradicin de preguntas entornoal discurso; en este caso, puede afirmarse que se opta por una posturade carcter disciplinario, es decir, por la delimitacin de un objeto deestudio, unos procedimientos particulares y un problema principal. En

    consecuencia, como disciplina, crea realidades en las que se entreteje lateora, la prctica y la tica.

    En las posturas ms contemporneas, el objeto de estudio es la relacinentre la forma y la funcin de la comunicacin, fenmeno que le otorgaun carcter ms interdisciplinar. En este sentido, los estudios del discursose ven nutridos por los aportes de diversas disciplinas para la resolucinde problemas concretos, en la bsqueda de una comprensin integrada delos fenmenos estudiados. Sin embargo, puede ocurrir que se amalgamenformas multidisciplinarias o transdisciplinarias de entender la realidad.

    As, lo transdiciplinario hace referencia a un intercambio entre disciplinas,en las que cobra preeminencia el compartir la finalidad, el contenido y elcontexto, eliminando la frontera identitaria de las disciplinas, siempre ycuando se conserve la excelencia y la relevancia. Por excelencia se entien-de el no desdibujar la exactitud y cnones establecidos por las cienciasentrecruzadas; la relevancia, por su parte, se refiere ms a la importanciasocial del cruce cientfico, en especial en aras del cumplimiento social dela funcin cientfica: innovar, generar y transformar conocimiento. Elcarcter multidisciplinario procede de la manera como se organizan losinvestigadores que comparten metas, pero difieren en el contenido de sustrabajos y en el contexto en que lo formulan y aplican.

    El debate por el carcter de los estudios del discurso deja claro que loslmites entre lo disciplinar, lo interdisciplinar y lo multidisciplinar siguesiendo un asunto sin fronteras, por lo que con frecuencia los investigadoresamalgaman los conceptos, los entrecruzan o los hacen equivalentes. Estoexplica que los analistas del discurso consideren que tanto la teora comola metodologa son eclcticas (Wodak y Meyer, 2003).

    Conceptualizacin de `discurso'

    El consenso bsico de los analistas del discurso se encuentra en el hechode que los estudios del discurso abarcan diversos aspectos: el conjunto deinteracciones comunicativas propias de un grupo o sociedad, el contexto,

    la adopcin del discurso como prctica social de los integrantes de ungrupo y su categorizacin, la secuencialidad y funcionalidad de los nivelesy dimensiones del discurso, el anlisis del sentido, las estrategias empleadas

    en la construccin del discurso y la cognicin social (van Dijk, 2000b).Estas disertaciones y ramificaciones del estudio del discurso demandan unadelimitacin terica de su unidad de anlisis. En un sentido coloquial, eldiscurso significa una forma de utilizacin del lenguaje (lo que se dice enuna manifestacin poltica, por ejemplo), la expresin de ideas y filosofasdivulgadas por pensadores (por ejemplo, el discurso neoliberal) y un suceso

    de comunicacin (el discurso del presidente). La impronta que el sentido

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    comn deja para una definicin ms refinada de discurso se observa enel hecho de que quien participa del discurso hace algo, bien sea usar ellenguaje, comunicar ideas o interactuar (van Dijk, 2000b).

    Al intentar una tipificacin del concepto de discurso, la lingsticacontempornea da cuenta de una categora cuyos lmites tericos siguensiendo inciertos. En la lingstica estructural, por ejemplo, discursoy parole

    pare cen dar c uen ta del mism o fen meno, esto es, del habla en la pers pecti vade Saussure (1991). En esta misma lnea, el discurso es concebido comouna unidad lingstica en la que un mensaje es expresado en un enunciado

    que supera la oracin.Por su parte, en la perspectiva funcionalista, el discurso es un mecanismoque condiciona el enunciado, que se estructura en un cdigo y en el marcode unas circunstancias en las que genera unos condicionamientos para su

    produccin y comprensin. As, para Benveniste (1971), por ejemplo, eldecir supone la presencia individual de un uso de la lengua en el discurso;en este sentido, se supone el sujeto que dice, el sujeto a quien se dice y elconjunto de condicionamientos para que el significado implique dichossujetos. No menos controvertida es la idea de que el discurso es el lugar decreacin y contextualizacin que confiere valores nuevos y renovados al usode la lengua o de cualquier otro cdigo. De este breve panorama, lo quese estabiliza en torno al concepto de discurso implica el uso de un cdigo,

    el carcter accional que impuso dicho uso y la relacin ineludible entre elsentido y el conjunto de factores que constituyen el acto comunicativo.

    Aunque el discurso, en trminos generales, es una secuencia de accionesorganizadas lgicamente, en la delimitacin de su definicin es importanteaclarar algunas nociones relacionadas. Una de ellas es su carcter verbalo no verbal; en el primer caso, se entiende como producto de los actosverbales, los cuales incluyen niveles de uso oral o escrito y, en el segundocaso, atiende aquellas expresiones portadoras de significado que apropiancdigos no verbales como la lnea, el color, el movimiento o los sonidos.Otra nocin es su carcter interactivo-comunicativo, en el que se impone,

    por una parte, la construccin e interpretacin colectiva de significados

    y, por otra, el reconocimiento del interlocutor. Y la nocin de contexto,que es propuesta como el conjunto de factores espaciotemporales y socio-cognitivos que determinan el significado de lo expresado discursivamente.Asimismo, dentro de la perspectiva de van Dijk (2000a), en una definicinde discurso debe tenerse en cuenta la mirada en la que se reconoce sucarcter especfico y disciplinar.

    En el significado del discurso se encuentra una problemtica profundaque va desde la manera como se asigna el sentido a un discurso, cmo stees comprendido y cmo es interpretado y culmina en el carcter social-mente compartido del trasfondo discursivo. La relevancia dada al sentido

    en los estudios discursivos ha redundado en la formulacin de estudiosdedicados al contenido, como cuando se analiza la coherencia, en los queprevalece el an lisis y estab lecimi ento d e las conexione s entr e proposic iones ,ci abordaje del tpico discursivo o la cuestin de la cual trata el discurso;y el estudio de la referencia o el modo como el discurso y sus sentidos serelacionan con los sucesos reales o imaginarios de los cuales se habla y losdesentraamientos de los temas del discurso.

    La cuestin de forma, contenido, contexto e interaccin se ve acompa-ada de los anlisis estilsticos del discurso, en la medida en que al darse

    cuenta del formato de la interaccin, simultneamente, se da cuenta de losactores discursivos y facilita la puesta de relieve de las variaciones en funcindel contexto y del nivel de expresin discursiva que realizan las personascuando conservan los formatos. Esto se complementa con la revisin, den-tro de los trabajos sobre el discurso, de un aspecto de vital importancia: elestudio de la dimensin retrica, en particular el carcter persuasivo quedesempea en el discurso pblico. En esta ltima perspectiva, es factiblemirar el discurso como un conjunto de estructuras globales que favoreceel anlisis del discurso en trminos de un conjunto de categoras formalestpicas, su orden y funciones que pueden describir gneros.

    El discurso ha sido explicado, adems, como accin e interaccin. Eneste caso, las nocin de acto de habla (actos locutivos, actos elocutivos oactos proposicionales, por ejemplo) remite a la idea de que todo discursotiene una dimensin social, en la que al producir un acto de habla se cum-plen condiciones de adecuacin, intenciones, conocimientos y opinionesinsertas en el contexto del hablante.

    El discurso tambin es analizado en su dimensin cognitiva, es decir,bajo la idea de que supone conocimiento compartido; en otras palabras,que las personas de un grupo tienen en comn un conjunto de creenciasy saberes socioculturales y de sus procesos de representacin, en el que,por ejemplo, el conocimiento de las reglas de uso del lenguaje socialmentecompartido influye en la manera como se produce y entiende el discurso.En este sentido, los procesos mentales favorecen la construccin de lo

    real bajo la influencia del contexto, lo dicho y el bagaje de conocimientopersonal configurado a travs de modelos individuales o representacionesesquemticas de las creencias de una persona.

    As, el discurso presenta como dimensiones fundamentales la forma,el sentido, la interaccin y la cognicin, atravesadas por el contexto. Esteltimo se organiza de modo similar a los otros elementos del discurso, esdecir, como una estructura que es consecuente con todas las propiedadesde la situacin social que son pertinentes para la produccin o recepcindel discurso. En este sentido, el contexto puede ser descrito en trminosde estructuras de conocimiento social, expresadas como intenciones,

    i l l b j d b id d F i l i (S b 1985) i l l

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    metas, propsitos y, en general, el bagaje de saberes comp artidos por unacomunidad o grupo; estructuras locativas, que incluyen la situacin, losparticipantes y los roles sociocomunicativos; y la estructuras socioculturalesque estn conformadas por el conjunto de categoras sociales, institucio-nales y culturales.

    La organizacin conceptual presente en el discurso fin ltimo delanlisis crtico del discurso en perspectiva cultural-cognitiva se entiendecomo una aproximac in a la cultura. De acuerdo con Shore (1996), lacultura es una compilacin heterognea y extensa de modelos, que existencomo artefactos pblicos en el mundo y como constructos cognitivosen la mente de los miembros de una comun idad. En consecuencia, loespecficamente cultural es el entramado de modelos culturales que seestablecen como coherentes intrnsecamente y distintivos de una comu-nidad. As, lo cultural abarca un conjunto de formas de representacinque, en virtud de su grado de formalizacin y de institucionalizacin,son conscientes e inconscientes, y constituyen modos de comprensinconvencional de la realidad social propia de un colectivo en un espacio yen un tiempo determinado.

    Esto es coherente con los planteamientos de Tooby y Cosmides (1992),en tanto la cultura es el producto manufacturado de mecanismos psico-lgicos evolucionados, situados en individuos que viven en grupos. De

    manera que la cultura implica cualquier fenmeno mental, conductualo material que es compartido por una comunidad, que emerge de unaestructura fsica y psicolgica en interaccin con una estructura social.En consecuencia, un modelo cultural constituye una representacin queoriginalmente existe en al menos un a mente, que llega a existir en otrasmentes gracias a la observacin e interaccin entre la fuente y el observa-dor. Este tipo de representacin se caracteriza por ser una inferencia quedepende de las condiciones de realizacin y de la informacin de origeny, en consecuencia, hace posible que a partir de la misma observacin serealicen inferencias diferentes, o que en dos momentos distintos se lleguea distintas conclusiones a partir de la misma informacin.

    En este sentido, Tooby y Cosm ides (1992) afirman que el problemade aprender la `cultura' consiste en dedu cir las representaciones ocultasy los elementos regulatorios encajados en las mentes de los dems, queson responsables de la generacin de su conducta, pues de esa m aneraes factible la reconstruccin internalizada y adaptada a las condicionesespacio-temporales de representaciones presentes en el entorno socialinmediato. Este nicho cognitivo, o relacin cooperativa informacional deorigen psicgeno, se estima como una ventaja evolutiva, en cuanto garantizael acceso indirecto a informacin de la realidad por medio de los otros.Desde esta perspectiva, los fenmenos culturales son patrones ecolgicos

    de Fenmenos psicolgicos (Sperber, 1985) y, en consecuencia, la culturaentendida como entramado de modelos constituye una interfase entre loeminentemente social y lo estrictamente individual.

    En este concepto de cultura quedan recogidas las propiedades que leatribuye Quinn y H olland (1987); primero, aparente sistematicidad delconocimiento que favorece la pervivencia de ciertos temas que permitensu reconocimiento y diferenciacin; segundo, el dominio individual deuna gran cantidad de conocimiento sobre el mundo que es puesto en usoa diario en las interacciones con el entorno (D'Andrade, 1984); tercero, suuso como herramienta explicativa de las experiencias particulares; cuarto,el carcter cambiante de sus significados con la consecuente preservacinde rasgos identitarios, que permiten que los sistemas de significado seadapten a las contingencias y las complejidades de la vida cotidiana y, porltimo, su capacidad generativa.

    De la revisin previa, es posible constituir un acercamiento al objeto deestudio de los anlisis del discurso y formularlo como un hacer-decir socialaprehensible en la interaccin comunicativa, que tiene la potencialidad dematerializar y movilizar la diversidad de formas de representar la realidad.Dar cuenta del papel que desempea el discurso en las sociedades y hacerexplcitas las formas como se construye el significado es comprender lacultura, lo cual demanda desentraar la estructura y las funciones de los

    distintos niveles de representacin, todo lo cual se recupera en recursosy estrategias lingsticas. El discurso se constituye, por lo tanto, en la ex-presin privilegiada, en la que las sociedades acrisolan su pensamiento eidentidad. En este sentido, en el discurso confluye el carcter cognitivo ysocial que tipifica el saber comn compartido por un grupo. Una maneraesquemtica de ver cmo se ha abordado el discurso y sus implicacionesconceptuales puede verse en la figura 2.

    El discurso como objeto de estudio es abordado en sus niveles cognitivo,semntico, pragmtico, sintctico y cultural, lo cual significa que, desdeuna comprensin funcional y una mirada lingstica de las interaccio-nes comunicativas, se pueden establecer mecanismos de estructuracin

    discursiva. En esta tarea, el abordaje del discurso se ha realizado en tresperspectivas o lneas diferentes: formal, de sentido y de contexto, accin einteraccin, que de forma aleatoria han producido trabajos investigativosde tipo descriptivo, analtico e interpretativo.

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    Resumen

    El anlisis crtico del discurso hace parte de un campo de estudio amplio,que implica una variedad de perspectivas y responde a tradiciones acad-micas, lingsticas y no lingsticas. El ACD es un entramado de preocu-paciones en torno al discurso como fenmeno cultural, social, cognitivoy discursivo. En este captulo, se abordan los orgenes en relacin con lamanera de concebir el hacer cientfico en el siglo xx y las implicacionesde la constitucin de la sociedad informatizada y mediatizada, por una

    parte, y, por otra, en estrecha relacin con el proceso de desarrollo de ladisciplina, se elabora una reflexin en torno a las maneras como se haconceptualizado el discurso.

    En el siglo xx el paradigma cientfico termina de consolidarse, pero,de m