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¿Cómo influye la luna en el desarrollo de la planta?
ECOagricultor el 9 diciembre, 2012 en Agricultura Ecológica, Blog, Maceto Huerto | 2 Comentarios »
lunafases
Desde tiempos antiguos los agricultores observaron que las fases de la luna influyen en la producción de los cultivos, estimulando la rápida germinación o retrasándola, sobretodo en la agricultura ecológica donde las plantas crecen de forma natural sin el uso de estimulantes químicos.
La influencia de las fases de la luna en la productividad y en la calidad de los cultivos se manifiesta a través del ascenso o descenso de la savia (alimento de la planta), al parecer la luz proveniente de la luna, según la intensidad propia de cada fase, interviene en la germinación y crecimiento de las plantas, debido a que los rayos lunares tienen la capacidad de penetrar a través del suelo.
La influencia de cada fase lunar en el cultivo de hortalizas es la siguiente:
Cuarto creciente
La disponibilidad de luz lunar va en aumento y las plantas tienen un crecimiento balanceado, en el que se favorece el crecimiento de follaje y raíz.
En este período dentro del suelo se producen grandes movimientos de agua que afectan su disponibilidad para las raíces. Al haber mayor disponibilidad de agua en el suelo, las semillas tendrán la oportunidad de absorber agua más rápidamente y germinar en el tiempo previsto, siempre y cuando las condiciones climáticas y del suelo sean favorables.
Esa es la razón por la cual las semillas de germinación rápida (hortalizas) que se siembran dos o tres días antes o a inicios de esta fase germinan más rápidas y en forma más homogénea que aquellas que se siembran en otros períodos.
Luna llena
En esta fase sigue aumentando la luz lunar y hay poco crecimiento de raíces, pero mucho crecimiento del follaje.
Las plantas cuentan con una mayor cantidad y movimiento interno de agua y savia. En el caso de propagar a través de estacas y esquejes (trozos de tallo) que se utilizan para la propagación vegetativa, no es conveniente cortarlas en esta fase, pues al haber mucha agua dentro de ellas las hormonas que promueven el enraizamiento (auxinas) estarán muy diluidas y no ayudarán a estimular la emisión de raíces. Además, el agua que está dentro de las estacas tenderá a salir, provocando con ello su rápida deshidratación.
Cuando se hace el trasplante en este período las plantas tienden a crecer rápido y a producir mucho follaje.
Cuarto menguante
En esta fase la intensidad de los rayos lunares empiezan a disminuir.
Este es un buen período para el trasplante y se ha visto un crecimiento rápido y vigoroso de raíces. Al existir poca cantidad de luz el crecimiento del follaje es lento, razón por la cual la planta puede emplear buena parte de su energía en el crecimiento de su sistema radicular. Con su raíz vigorosa y bien formada, la planta puede obtener nutrientes y agua suficientes para un crecimiento exitoso.
Luna nueva
En esta fase la intensidad de los rayos lunares continúan disminuyendo hasta niveles más bajos.
En esta fase se ha observado un lento crecimiento del sistema radicular y del follaje. Al parecer este es un período de poco o muy poco crecimiento, como de reposo, en donde las plantas se pueden adaptar fácilmente al medio sin sufrir ningún daño.
Muchos agricultores prefieren realizar sus labores agrícolas en este período de reposo, porque consideran que las plantas pueden adaptarse con mayor facilidad a los cambios y prepararse para el siguiente período (Luna Nueva a cuarto creciente) en el que se espera un crecimiento balanceado de las plantas. Las labores realizadas son aporques, deshierbos, podas, desahíjes, tutorados, abonamientos, etc.
¿Cómo influye la luna en el desarrollo de la planta?
ECOagricultor el 9 diciembre, 2012 en Agricultura Ecológica, Blog, Maceto Huerto | 2
Comentarios »
Desde tiempos antiguos los agricultores observaron que las fases de la luna influyen en la producción de los cultivos, estimulando la rápida germinación o retrasándola, sobretodo en la agricultura ecológica donde las plantas crecen de forma natural sin el uso de estimulantes químicos.
La influencia de las fases de la luna en la productividad y en la calidad de los cultivos se manifiesta a través del ascenso o descenso de la savia (alimento de la planta), al parecer la luz proveniente de la luna, según la intensidad propia de cada fase, interviene en la germinación y crecimiento de las plantas, debido a que los rayos lunares tienen la capacidad de penetrar a través del suelo.
La influencia de cada fase lunar en el cultivo de hortalizas es la siguiente:
Cuarto creciente
La disponibilidad de luz lunar va en aumento y las plantas tienen un crecimiento balanceado, en el que se favorece el crecimiento de follaje y raíz.
En este período dentro del suelo se producen grandes movimientos de agua que afectan su disponibilidad para las raíces. Al haber mayor disponibilidad de agua en el suelo, las semillas tendrán la oportunidad de absorber agua más rápidamente y germinar en el tiempo previsto, siempre y cuando las condiciones climáticas y del suelo sean favorables.
Esa es la razón por la cual las semillas de germinación rápida (hortalizas) que se siembran dos o tres días antes o a inicios de esta fase germinan más rápidas y en forma más homogénea que aquellas que se siembran en otros períodos.
Luna llenaEn esta fase sigue aumentando la luz lunar y hay poco crecimiento de raíces, pero mucho crecimiento del follaje.
Las plantas cuentan con una mayor cantidad y movimiento interno de agua y savia. En el caso de propagar a través de estacas y esquejes (trozos de tallo) que se utilizan para la propagación vegetativa, no es conveniente cortarlas en esta fase, pues al haber mucha agua dentro de ellas las hormonas que promueven el enraizamiento (auxinas) estarán muy diluidas y no ayudarán a estimular la emisión de raíces. Además, el agua que está dentro de las estacas tenderá a salir, provocando con ello su rápida deshidratación.
Cuando se hace el trasplante en este período las plantas tienden a crecer rápido y a producir mucho follaje.
Cuarto menguanteEn esta fase la intensidad de los rayos lunares empiezan a disminuir.
Este es un buen período para el trasplante y se ha visto un crecimiento rápido y vigoroso de raíces. Al existir poca cantidad de luz el crecimiento del follaje es lento, razón por la cual la planta puede emplear buena parte de su energía en el crecimiento
de su sistema radicular. Con su raíz vigorosa y bien formada, la planta puede obtener nutrientes y agua suficientes para un crecimiento exitoso.
Luna nuevaEn esta fase la intensidad de los rayos lunares continúan disminuyendo hasta niveles más bajos.
En esta fase se ha observado un lento crecimiento del sistema radicular y del follaje. Al parecer este es un período de poco o muy poco crecimiento, como de reposo, en donde las plantas se pueden adaptar fácilmente al medio sin sufrir ningún daño.
Muchos agricultores prefieren realizar sus labores agrícolas en este período de reposo, porque consideran que las plantas pueden adaptarse con mayor facilidad a los cambios y prepararse para el siguiente período (Luna Nueva a cuarto creciente) en el que se espera un crecimiento balanceado de las plantas. Las labores realizadas son aporques, deshierbos, podas, desahíjes, tutorados, abonamientos, etc.
Las fases de la Luna y la agricultura: por qué no me lo creoPublicado en Divulgación, Lecturas y reflexiones por thetuzaro en 7 febrero 2013
Mirar la Luna en una noche de verano, mientras se toma uno una cervecita, o lo
que cada cual quiera, es una esas actividades relajantes que consiguen que
carguemos las pilas después de la jornada laboral y que pensemos, aunque sea
por un momento, que el mundo no está tan mal a pesar de todo. Si además la
Luna está llena, ves su reflejo en el océano, y te encuentras en Gran Canaria en
buena compañía ya ni te cuento lo placentero que resulta. Es normal que la Luna,
con esa especie de cara que hacen las sombras de su superficie, con sus cambios
de fase, haya encandilado a la humanidad desde que diéramos nuestros primeros
pasos en el planeta, y que haya dado pie a la invención de mitos y leyendas. El
acervo popular incorpora bastantes mitos sobre la influencia de la Luna en las
personas como los hombres lobo y los rumores de que en Luna llena hay más
partos, suicidios y crímenes. En los últimos años, y gracias a las redes sociales, he
recibido varias veces un mensaje que contiene una de estas tradiciones: cómo
utilizar las fases de la Luna para sembrar una planta de modo que se optimice su
desarollo. Sin embargo, yo no me creo que esa influencia exista o, al menos, que
sea como la pintan, y en esta entrada os voy a explicar por qué.
La influencia de la Luna en las cosechas según la cuentan
Figura 1. Uno de los carteles explicativos que se pueden encontrar en internet del ciclo de la Luna y
su supuesta influencia en las plantas. (Haz clic sobre la imagen para ampliarla y que se pueda leer).
Como suele ocurrir con muchas otras tradiciones, no hay un consenso claro sobre
cuál es la supuesta influencia de la Luna en las cosechas. No obstante, en líneas
generales la receta es la que se puede ver aquí, y que reproduzco en la Figura 1.
Brevemente, la idea es que, puesto que la Luna es responsable de las mareas en
los mares, y como las plantas tienen una savia, que transporta los nutrientes, y
que es líquida, la Luna debe de influir también en la savia. Así que hay que sacar
partido de los movimientos de la savia en el interior de la planta. Si uno quiere
plantar tomates, tiene que hacerlo en luna llena (o, en algunas versiones de esta
tradición, en cuarto creciente), que es cuando el satélite atrae más al agua, y la
savia sube a los tomates. Si uno quiere plantar patatas, tiene que hacerlo en luna
nueva (o, también, cuarto menguante, según dónde mire uno), que la Luna atrae
menos, y la savia se va hacia abajo, hacia las patatas.
A primera vista, parece que la cosa tiene sentido, al fin y al cabo la savia es
principalmente agua, y puede parecer conveniente que, si uno está cultivando
tomates, intente que estén bien nutridos haiendo que la savia pase más tiempo en
su entorno gracias a la atracción lunar. Sin embargo, si lo piensa uno con un poco
más de detenimiento, esta teoría tiene varios fallos y plantea algunas cuestiones
de difícil resolución. Antes de ocuparnos de estas cuestiones, tenemos que
repasar cómo se producen las mareas y cuál es la influencia de la Luna en ellas, y
también qué son las fases de la Luna, porque es en lo que se basa esta tradición
que estamos comentando.
Las mareas: un resumen
Que nadie se asuste. No es necesario que os abrochéis los cinturones ni que
recojáis a las criaturas, porque, aunque vamos a hablar de la Ley de la
Gravitación Universal (más conocida popularmente como Ley de la Gravedad), lo
vamos a hacer en un tono ligero para todos los públicos.
Como todos sabéis, la Tierra, este bello planeta en el que vivimos, forma parte del
Sistema Solar, y se encuentra atrapado por el campo gravitatorio del Sol.
“¿¡Qué!?”, me parece escuchar al fondo de la sala. Pues que el Sol atrae a la
Tierra (y viceversa) de manera que esta última no puede salir disparada en línea
recta, que es lo que quisiera, sino que da una vuelta al año alrededor del Sol. Del
mismo modo, la Luna está atrapada en el campo gravitatorio de la Tierra, y da
una vuela al planeta cada 27.3 días. En general, la atracción gravitatoria entre
dos objetos es tanto más grande cuanto mayores sean las masas de estos objetos,
y tanto más pequeña cuanto más lejos entre sí estén estos objetos.
Concretamente, la fuerza de la gravedad disminuye con el cuadrado de la
distancia. Esto significa que si separamos los objetos, de manera que la distancia
entre ellos es el doble de la que era anteriormente, la fuerza gravitatoria entre
ellos es la cuarta parte de la que era antes de separarlos.
Figura 2. Efecto de la atracción gravitatoria de la Luna sobre el agua de la superficie de la Tierra.
No sólo la Tierra atrae a la Luna, sino que la Luna atrae a la Tierra con una fuerza
de igual magnitud, pero de sentido opuesto. A esto se le conoce como Tercera Ley
de Newton. La parte sólida de la Tierra es rígida y no es fácil de deformar por
efecto de la atracción gravitatoria de la Luna (aunque algo sí se deforma, pero
para el caso presente lo podemos despreciar). Sin embargo, el agua de los
océanos sí es fácil de deformar, como sabrá cualquiera que haya jugado con un
globo lleno de agua. Puesto que, como hemos dicho más arriba, la Luna atrae con
más fuerza al agua que tiene más cerca que a la que tiene más lejos de sí, el agua
que cubre la superficie de la Tierra acaba teniendo una forma abombada, como la
que he dibujado con regular éxito en la Figura 2. Es algo parecido a un balón de
rugby que apuntara permenentemente hacia la Luna. Por supesto, la escala de la
Figura 2 está exagerada para que la cosa se vea mejor. Cuando la Tiera gira sobre
su eje una vez al día, también gira con respecto al balón de rugby. Para alguien
que esté quieto a la orilla del mar es como si el balón de rugby acuático girara con
respecto a él una vuelta completa al día (más o menos) y puede ver cómo el nivel
del agua sube y baja un par de veces al día.
Las fases de la Luna
Figura 3. Diagrama de las fases de la Luna.
Ahora que hemos visto cómo se producen las mareas, que es uno de los
ingredientes de la hipótesis agrícola que estoy criticando aquí, vamos a recordar
(porque todo el mundo lo sabe, ¿verdad?) qué son y cómo se producen las fases de
la Luna. La Luna no emite ninguna luz que podamos ver. Si somos capaces de
admirarla en lo alto del firmamento es porque refleja parte de la luz del Sol que
indice sobre ella.Desde nuestro punto de vista [1], el Sol y la Luna giran a nuestro
alrededor a distintas velocidades, de modo que la Luna está a veces iluminada por
delante (según la vemos nosotros), por detrás o por los lados, como intento
explicar en la Figura 3 [2]. Así, se produce luna llena cuando la cara de la Luna
que vemos desde la Tierra está totalmente iluminada por el Sol, luna nueva
cuando el Sol ilumina la parte de atrás de la Luna, la que nunca vemos, y los
cuartos creciente y menguante son las situaciones de transición entre las lunas
llena y nueva, es decir, cuando el Sol ilumina a la Luna de lado. Este ciclo se
repite con un periodo de 29.5 días.
Influencia de las fases de la Luna en las mareas: la distancia Tierra-Luna
Figura 4. La órbita de la Luna alrededor de la Tierra tiene forma de elipse, como la de esta figura
(que está muy exagerada). La Tierra ocupa uno de los focos de la elipse.
Ahora que tenemos los dos ingredientes principales, mareas y fases de la Luna,
vamos a intentar ver qué influencia tienen las segundas sobre las primeras.
Hemos dicho antes que la atracción de la gravedad es mayor cuanto más cerca
entre sí están los objetos en cuestión. También sabemos que la orbita de la Luna
alrededor de la Tierra es elíptica, con la Tierra ocupando uno de los focos de la
elipse, como se ve en la Figura 4. Es decir, la distancia Tierra-Luna no es
constante, y en el punto de máximo alejamiento, el apogeo, es un 12% mayor que
en el de máximo acercamiento, el perigeo. ¿Puede ser que la Luna esté más cerca
de la Tierra cuando hay luna llena y por eso haya mayor atracción? La repuesta
es, en general, que no, como veremos ahora.
El avispado lector se habrá dado cuenta de que he dado dos cifras diferentes para
los ciclos lunares: 27.3 y 29.5 días. La primera de estas cifras se conoce
como periodo sidéreo. La cuestión es que queremos medir cuánto tarda la Luna
en dar una vuelta a la Tierra, pero como la Tierra está a su vez girando, tenemos
que buscarnos alguna referencia externa. Cuando hablamos de ciclo sidéreo
estamos tomando como referencia las estrellas que, a estos efectos, se consideran
fijas y muy lejanas: la Luna tarda 27.3 días en retornar al mismo punto con
respecto a las estrellas, al escenario del fondo. Para la segunda cifra, el punto de
referencia es el Sol, de modo que 29.5 días es el tiempo que tarda la Luna en
cubrir todas sus fases y volver al punto inicial con respecto al Sol: es el periódo
sinódico (y es el periodo que he dibujado en la Figura 3).
Figura 5. Diferencia entre los ciclos sidéreo (con respecto a las estrellas) y sinódico (con respecto al
Sol) de la Luna. El ciclo sidéreo es más corto, lo que implica que la distancia Tierra-Luna cuando hay
Luna llena no es siempre la misma.
Vamos a hacer un pequeño experimento mental, ayudados de la Figura 5, para ver
por qué la Luna llena y la mínima distancia Tierra-Luna, el perigeo, no suelen
coincidir. Supongamos que la luna llena coincide con el perigeo (punto 1 de la
figura). Dejemos que el tiempo corra casi un mes y veremos como la Tierra se
mueve alrededor del Sol,la Luna alrededor de la Tierra, y 27.3 días después, la
Luna está de nuevo en el mismo punto con respecto a la Tierra y las estrellas fijas:
la Luna ya ha dado una vuelta completa a la Tierra y se encuentra de nuevo en el
perigeo. Sin embargo, quedan aún 2.2 días para la luna llena: ya no coinciden
perigeo y plenilunio. Si dejamos correr otro mes, el perigeo será 4.4 días antes de
la luna llena, y así sucesivamente hasta que, después de 12 ciclos más o menos
(algo menos de un año), la luna llena y el perigeo vuelven a coincidir. De modo
que es incorrecto que la luna llena sea el momento en el que más cerca entre sí
están la Luna y la Tierra y que la atracción gravitatoria entre ambas sea mayor.
Entonces, ¿las fases de la Luna no influyen nada en las mareas?
Figura 6. Efecto de la atracción gravitatoria de la Luna y el Sol sobre el agua de la superficie de la
Tierra.
Aunque con lo que he contado hasta ahora parezca que no, la respuesta es sí
tienen relación, y vais a entender cómo es posible con un as que me he guardado
en la manga al principio. Os he dicho que las mareas están producidas por la
atracción gravitatoria entre la Tierra y la Luna. Esto verdad, pero no es toda la
verdad. Las mareas están también afectadas por la acción gravitatoria del Sol
salvo que, debido a la gran distancia entre el Sol y la Tierra (150.000.000 Km más
o menos) este efecto es mucho menor que el producido por la Luna. El efecto del
Sol en las mareas, visto de forma cualitativa, es decir, sin preocuparnos de las
cantidades, es el mismo que el de la Luna: abombar la superficie del agua como
un balón de rugby que apunta en dirección al Sol. De modo que, en cada
momento, el agua sobre la superficie de la Tierra está sujeta a dos acciónes
simultáneas: la de la Luna y la del Sol.
En la Figura 6 he intentado dibuajr lo que he descrito con palabras en el párrafo
anterior. Por un lado el agua se abomba como un balón de rugby en dirección a la
Luna y, por otro, se abomba, aunque mucho más levemente, en dirección al Sol. El
astuto lector estará pensando en las fases de la Luna (Figura 3) y se habrá dado
cuenta de un detalle muy importante: si la Tierra, la Luna y el Sol están sobre una
misma línea, los dos abombamientos de los que estamos hablando apuntarán en la
misma direción y colaborarán; por el contrario, si la línea Tierra-Sol y la línea
Tierra-Luna forman un ángulo recto, los abombamientos también formarán un
ángulo recto entre si, y las mareas solar y lunar tenderán a contrarrestarse y a
competir.
Así que sí es cierto que las fases de la luna tienen una correlación (que
no influencia) sobre las mareas. En general, y para bastantes lugares del globo,
hay dos mareas por día [3]. Si hay luna llena o nueva, las mareas altas son más
altas y las bajas más bajas que la media. Es lo que se llaman mareas vivas. Por
otro lado, si hay cuarto creciente o menguante, las mareas altas con más bajas
que la media, y las mareas bajas son más altas de lo normal: a esto se le conoce
como mareas muertas. Aquí tenéis una animación en la que todo esto se ve un
poco más claro.
Figura 7. Explicación de la influencia conjunta del Sol y la Luna en las mareas. Cuando el Sol, la
Tierra y la Luna forman una línea recta, se dan las mareas vivas. Si los tres cuerpos forman un ángulo
recto, se dan las mareas muertas.
¿Cómo se compara todo esto con esta hipótesis agrícola?
Después de haber llegado a la conclusión de que sí que existe una correlación
entre las fases de la Luna y las mareas, la pregunta es si la hipótesis agrícola que
estamos examinando es consistente con todo lo explicado hasta ahora.
Recordemos, pues, en qué consiste básicamente dicha hipótesis. La idea es que, si
nuestra planta tiene a va a tener frutos por encima de la superficie, todo lo que le
hagamos (sembrar, podar, transplantar) ha de hacerse durante el cuarto creciente
o la luna llena porque es cuando la atracción de la luna es mayor sobre la savia,
de la misma manera que pasa con las mareas. Y viceversa: para las plantas con
frutos subterráneos es mejor que realicemos las tareas en cuarto menguante o
luna nueva, que es cuando las mareas con más bajas, y por analogía la savia es
atraída más débilmente por la Luna y se va a las raíces.
Hemos visto en la sección anterior que las mareas sí tienen una correlación con
las fases de la Luna, pero no es la que los que proponen esta práctica agríola
creen. No es que con la luna llena haya más atracción y mareas más altas y con la
luna nueva haya menos atracción y mareas más bajas. Hay dos mareas todos los
días (es decir, dos altas y dos bajas). Los días de luna nueva y de luna llena, las
mareas altas son más altas que el promedio y las bajas más bajas que el promedio.
En otras palabras: las dos situaciones descritas en la Figura 1 como “aguas
arriba” y “aguas abajo” se darían el mismo día varias veces, solo que, tanto en
luna nueva como luna llena, serían más pronunciadas que la media.
Alguien podría decir ahora: “bueno, pues entonces es que el cartel de la Figura 1
está mal, pero la influencia de las fases de la Luna sí existe: lo que hay que hacer
es sembrar, podar y demás, siempre en luna llena o nueva, que es cuando más
probabilidades hay de que la savia tenga movimientos extremos arriba-abajo”.
Esto tampoco tiene demasiado sentido por dos motivos. El primero, es que no se
entiende que para plantar algo con frutos subterraneos tengas que usar las lunas
nueva y llena, sabiendo que la savia, en algún momento, podría estar lejos de tus
frutos, cuando la marea sea alta. El segundo, que es el más importante, es que el
efecto que todo esto pueda tener en la savia de una planta es minúsculo y nada
significativo. Sí, la superficie del océano se puede mover unos pocos metros hacia
arriba y hacia abajo según la posición de la Luna, pero esto es porque los océanos
son muy grandes y, como dijimos al prinpio, la fuerza de la gravedad entre la
Luna y los océanos no depende sólo de la masa de la Luna, sino también de la de
los océanos. Habría manera muy sencilla (que nunca he probado) de ilustrar esto.
Este fin de semana, poned agua en un vaso y meted una pajita dentro. De alguna
manera os las tenéis que apañar para marcar el nivel del agua en la pajita, porque
la idea es darse cuenta de que a lo largo del día dicho nivel no ha cambiado tanto,
independientemente de que la marea esté alta o baja. Una posibilidad sería tapar
el extremo superior de la pajita con el dedo, para que el agua no se escape por el
extremo inferior, sacar la pajita y marcar el nivel del agua con un rotulador.
¡Pero, ciudado, tenéis que ser capaces de poner la pajita de nuevo en el vaso
exactamente en el mismo sitio y de la misma manera en la que estaba!
¿Qué otros problemas tiene esta hipótesis agrícola?
Aparte de los claros errores en lo que a la astronomía respecta, la hipótesis
agrícola que estamos examinando tiene otros muchos problemas que voy a
enumerar aquí, en muchos casos como preguntas que necesitarían una respuesta.
Primero, como he mencionado más arriba, se nos dice que lo importante es,
digamos, sembrar los tomates en luna llena porque la savia irá hacia arriba, hacia
donde estarán los frutos. Pero ya hemos visto que la savia no se va a ver
prácticamente afectada por la atracción gravitatoria de la Luna. Además, incluso
si así fuera, si hoy hay luna llena, la savia alcanzaría su punto más alto, pero
también su punto más bajo, debido a que todos los días hay marea alta y baja.
Dicho de otra manera: si la savia se viera afectada significativamente por la
atracción lunar todas las plantas tendrían dos “periodo de aguas arriba” y dos de
“aguas abajo” diarios, con el añadido de que dos veces el mes esos periodos serán
más fuertes de los normal, y otras dos veces al mes, coincidiendo con los cuartos
menguate y creciente, más flojos de lo normal. De todo esto se deduce que cada
día hay un momento bueno para cada tipo de planta, lo que, si retocamos la frase,
significa que todos los días son buenos para todas las plantas.
Segundo, la hipótesis se basa en la atracción gravitatoria de la Luna sobre la
savia. Ahora bien, ¿cómo puede afectar esto a las semillas? Suponiendo que todo
lo que hemos demostrado hasta ahora que está equivocado no lo estuviera, y la
noche de luna llena la savia subiera a lo más alto de las copas de los árboles…
¿cómo puede afectar eso a la semilla de tomate que estoy plantando hoy, que por
no tener, aún no tiene tallo ni raíz? ¿Cómo puede ser que la fase de la Luna de
hoy afecte a como llegue la savia a los tomates que saldrán en unos meses?
Tercero. Y si la atracción gravitatoria de la Luna afecta a las semilla, ¿no
deberíamos sembrarlas de una manera particular, boca arriba o boca abajo, o
girada 90º?
Cuarto, y último, para no liar el artículo más: si lo bueno de la luna llena es que la
savia, cargada de nutrientes, llega a los frutos de superficie, a nuestos tomates,
¿de dónde ha saca esos nutrientes, si hace dos semanas que la savia no se pasea
por la raíces, y pasarán otra dos hasta que lo vuelva hacer?
Conclusión
Estos son los motivos por los que no me creo la hipótesis agrícola de la influencia
de las fases de la Luna en las plantas, al menos tal y como se suele explicar.
Primero, hay mareas altas y bajas todos los días, no sólo cuando hay luna llena.
Segundo, las mareas altas son más altas cuando hay luna llena, efectivamente,
pero también cuando hay luna nueva. Tercero, el efecto gravitatorio de la Luna en
la savia de la plantas no debe de ser significativo. Cuarto y último, cada día se
producen los supuestos efectos positivos para cada tipo de planta, de donde se
deduce que todos los días son buenos para todas las plantas. Eso es todo por hoy,
espero no haberos aburrido mucho.
Notas
[1] Sí, la Tierra gira alrededor del Sol, que también se mueve por el espacio. Por
eso enfatizo lo de “desde nuestro punto de vista”, ¿o es que no veis el Sol moverse
cada día por el cielo?
[2] Ojo, que la Figura 3, como todas las demás, es una repesentación en dos
dimensiones de la situación. Obviamente cuando digo que la Tierra, la Luna y el
Sol están alineados me refiero a más o menos alineados: si estuvieran alineados
perfectamente tendríamos un eclipse de Luna o de Sol.
[3] Hay más factores que afectan al número de mareas diarias en un punto
concreto de la Tierra y a sus características, como podéis leer aquí. Como estoy
considerando sólo al Sol y a la Luna, y como la Luna es el factor principal, voy a
decir todo el rato que hay dos mareas por día, aunque a lo mejor en tu ciudad no
sea exactamente así.About these ads
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Etiquetado con:agricultura biodinámica, agricultura y fases lunares, en menguante nada plantes, fases de la Luna,influencia de las fases de la Luna, podar en cuatro creciente, sembrar en luna llena
8 comentarios
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8 comentarios
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1. Piedra said, on 12 febrero 2013 at 20:57
Hola, entré por otro artículo pero este me ha llamado la atención, demuestra que nunca has
tenido un huerto.
Efectivamente la explicación, el porqué puede que sea otro, pero cualquier agricultor, aun sin
saber leer ni escribir tendrá mejor producción que tu o cualquiera que desprecie el saber
milenario de la agricultura, que por menosprecio de la historia no es tenido, como es, en una de
las más importantes columnas de nuestro desarrollo.
Las fases de la luna influyen, no se si por esto o por aquello, pero ante todo es fácil de
comprobar, solo hacen falta unas cuantas semillas, tierra y un poco de tiempo. (De todo esto se
ha tenido por milenios, y ha sido bien aprovechado).
Saludos.
Responder
o thetuzaro said, on 24 febrero 2013 at 18:58
Hola, Piedra:
Tu comentario había acabado en la carpeta de “no deseados” y no lo he visto hasta ahora,
disculpa.
Lo primero es agradecer tu interés y el haber comentado. Como bien dices, nunca he tenido
un huerto, solamente algunas plantas ornamentales en casa. El resto de tu comentario, con
todos los respetos, simplemente no me lo creo.
Cualquier agricultor, tanto si no sabe leer ni escribir, como si es ingeniero agrónomo, tendrá
más producción que yo porque yo no tengo ni idea de agricultura y ellos sí, pero eso no
significa que la Luna les ayude en nada. El desarrollo de una planta depende de tantas
variables, que la influencia que la Luna pudiera tener, seguramente sea despreciable.
Hablando de despreciar, lo de que alguien desprecie a la agricultura y no la tenga por pilar
de nuestro desarrollo… no sé dónde lo has oído, la verdad. Vale que hoy en día en los
supermercados hay de todo durante todo el año, y no tenemos tanta conexión con el
proceso de producción de los alimentos, pero de ahí a lo otro hay un trecho.
Y en cuanto al último párrafo: si las fases de la Luna influyen, son los que creen que es así
los que tienen que aportar las pruebas. De momento, las explicaciones que hasta mí han
llegado han sido, o bien contradictorias o incosistentes (para algunos hay que sembrar en
llena, para otros en creciente…), o bien erróneas como la que criticaba aquí. Y de
demostraciones o pruebas no he visto nada.
Un saludo y gracias de nuevo por tu interés.
Responder
o thetuzaro said, on 2 marzo 2013 at 18:27
Por cierto, y sobre el experimento que planteas (y que tengo pensado hacer en cuanto esté
un mes seguido en casa), no sólo hacen falta semilla, tierra y tiempo. Hace falta plantear el
experimento de manera que la única influencia que pueda haber se la de las fases de la
Luna y se excluya cualquier efecto debido a otros factores, como humedad, profundidad,
temperature, sesgo del que observa…
Responder
2. Montiel said, on 12 mayo 2013 at 19:12
Yo soy Ingeniero Agronomo de profesion por ende tengo algún conocimiento acerca de las
plantas, la fases de la luna tienen gran influencia en el desarrollo de las plantas, un ejemplo muy
vivido es cuando se corta madera, de eucalipto para ser un poco mas especifico si lo haces
cuando esta de menguante los retoños tardan mucho más tiempo en aparecer, pero son de
mayor vigor al contrario si lo haces de creciente estos aparecen más rápido pero son mas
larguiruchos y débiles.
Yo he comprobado todo esto además as en un Jardín personal, realizado podas y trasplantes en
diferentes fases de la luna y los resultados obtenidos han sido bien marcados entre una fase y
otra.
La agricultura moderna no se vale de estos conocimientos debido a que las plantas son
artificialmente fertilizadas con una gran cantidad de productos que en simples palabras fuerzan
un crecimiento y desarrollo desmesurado para obtener grandes rendimientos, los cuales no se
obtienen de manera natural, por ende es fácil restarle importancia a las fases de la luna y decir
esto no sirve para nada o es cuento de viejito como decimos en mi país.
Yo era un escéptico de esta práctica y pues no la aplico a mis cultivos extensivos por la razones
antes mencionadas, pero si tu idea es tener un huerto ecológico o un jardín esta práctica es muy
buena para obtener un crecimiento controlado de tus plantas y obtener buenas producciones.
Otro ejemplo que no tiene mucha relación con lo discutido pero donde es palpable como la
alimentación artificial afecta el crecimiento es en los pollos de engorde, estos estan listos para
su sacrificio a las tres semanas de nacidos, diferencia de un pollo que se cria de manera natural
tarda muchos meses en alcanzar un tamaño y peso óptimo para ser consumido.
Muchas Gracias.
Responder