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Compendio de la Dolarización en Ecuador, por Profesor J Ramón Jiménez de León para la Materia de Finanzas Internacionales de la Facultad de Contaduría, Administración e Informática de la UNAM. México DF, a Mayo del 2005. Correo : [email protected] El caso de Ecuador nos anticipa lo que puede pasar con Argentina (Y otros países) América Latina hacia la dolarización, 12 de marzo del 2001, por Pascual Serrano. Los planes de EEUU para imponer el billete verde en todo el mundo América Latina se enfrenta a una ofensiva colonizadora sin precedentes que está pasando desapercibida en Europa, la dolarización de la economía de todo el continente, es decir, la sustitución de la moneda nacional por el dólar estadounidense. Si ya la autonomía política de los países latinoamericanos está seriamente limitada por su dependencia de la economía liberal vía norteamericana, la dolarización supondrá el fin de la soberanía de estos países que se verán convertidos en definitivas colonias del vecino del Norte. En EE.UU. un proyecto de ley, la Ley para la Estabilidad Monetaria Internacional (IMSA), presentado por el senador por Florida y presidente del Comité de Asuntos Económicos, el ultraconservador Connie Mack, define la estrategia y las condiciones para implantar la dolarización en el continente. Los gobiernos latinoamericanos que acepten este engendro, se convertirían en gobernadores provinciales de segunda categoría, el papel del Estado en dichas economías no se reduciría sino que se eliminaría y los países se volverían lo mismo que dejaron de ser hace muchos años, colonias. Y, precisamente, esa es la verdadera intención de este Proyecto de Ley: la colonización monetaria de América Latina y más tarde la completa anexión a Estados Unidos. En palabras bien sencillas, todas las ideas de Simón Bolívar y José Martí volarían en pedazos y la palabra soberanía prácticamente se excluiría del diccionario de esos países. A Panamá que adoptó esta medida en 1904, se han unido recientemente Ecuador -24 de marzo del 2000- y El Salvador, eel pasado 1 de enero. Argentina se encuentra desde 1991 en una situación intermedia tras la Ley de Convertibilidad que establece un cambio invariable de uno a uno entre su moneda y el dólar. El ex presidente Carlos Menem se encuentra en plena campaña para implantar la dolarización. El Congreso de Guatemala ha aprobado una ley que permitirá a partir del próximo mes de mayo, la libre circulación y el pago de sueldos en dólares. En Costa Rica, el presidente del Banco Central, Eduardo Lizano, insiste en la posibilidad de hacer oficial la dolarización.

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Compendio de la Dolarización en Ecuador, por Profesor J Ramón Jiménez de León para la Materia de Finanzas Internacionales de la Facultad de Contaduría, Administración e Informática de la UNAM. México DF, a Mayo del 2005. Correo : [email protected] El caso de Ecuador nos anticipa lo que puede pasar con Argentina (Y otros países) América Latina hacia la dolarización, 12 de marzo del 2001, por Pascual Serrano. Los planes de EEUU para imponer el billete verde en todo el mundo América Latina se enfrenta a una ofensiva colonizadora sin precedentes que está pasando desapercibida en Europa, la dolarización de la economía de todo el continente, es decir, la sustitución de la moneda nacional por el dólar estadounidense. Si ya la autonomía política de los países latinoamericanos está seriamente limitada por su dependencia de la economía liberal vía norteamericana, la dolarización supondrá el fin de la soberanía de estos países que se verán convertidos en definitivas colonias del vecino del Norte. En EE.UU. un proyecto de ley, la Ley para la Estabilidad Monetaria Internacional (IMSA), presentado por el senador por Florida y presidente del Comité de Asuntos Económicos, el ultraconservador Connie Mack, define la estrategia y las condiciones para implantar la dolarización en el continente. Los gobiernos latinoamericanos que acepten este engendro, se convertirían en gobernadores provinciales de segunda categoría, el papel del Estado en dichas economías no se reduciría sino que se eliminaría y los países se volverían lo mismo que dejaron de ser hace muchos años, colonias. Y, precisamente, esa es la verdadera intención de este Proyecto de Ley: la colonización monetaria de América Latina y más tarde la completa anexión a Estados Unidos. En palabras bien sencillas, todas las ideas de Simón Bolívar y José Martí volarían en pedazos y la palabra soberanía prácticamente se excluiría del diccionario de esos países. A Panamá que adoptó esta medida en 1904, se han unido recientemente Ecuador -24 de marzo del 2000- y El Salvador, eel pasado 1 de enero. Argentina se encuentra desde 1991 en una situación intermedia tras la Ley de Convertibilidad que establece un cambio invariable de uno a uno entre su moneda y el dólar. El ex presidente Carlos Menem se encuentra en plena campaña para implantar la dolarización. El Congreso de Guatemala ha aprobado una ley que permitirá a partir del próximo mes de mayo, la libre circulación y el pago de sueldos en dólares. En Costa Rica, el presidente del Banco Central, Eduardo Lizano, insiste en la posibilidad de hacer oficial la dolarización.

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De todas las situaciones, probablemente Ecuador nos aporte la experiencia más interesante al cumplirse un año de esta medida económica. El anuncio de la dolarización de Ecuador lo hizo el entonces presidente Jamil Mahuad el 9 de enero del pasado año en medio de una fuerte crisis económica, política y social, y presionado por los empresarios de la ciudad porturaria de Guayaquil, pero con la oposición del presidente del Banco Central, Pablo Better. El anuncio de Mahuad desencadenó el aumento de las movilizaciones sociales y el 21 de enero del 2000 organizaciones indígenas apoyadas por oficiales progresistas de las Fuerzas Armadas tomaron el Congreso, provocaron la caída de Mahuad e intentaron instaurar un gobierno popular. Pero horas más tarde, y con la participación de la embajada norteamericana, los mandos militares dieron un golpe de estado a favor del vicepresidente Gustavo Noboa, quien asumió el poder el 22 de enero y confirmó la dolarización. El Banco Central cambió hasta septiembre de ese año todos los sucres en circulación por dólares procedentes de sus reservas, a una cotización de 25.000 sucres por dólar cuando hacía un año estaba a 7.000 sucres. La situación de los ecuatorianos era desesperada. A lo largo de 1999 la pobreza había aumentado del 38 al 44 %, la inflación alcanzó un 60 %, el paro asciende al 50 %, el salario real ha disminuido en un 20 %, los niños escolarizados entre 6 y 15 años han descendido de un 50 % a un 4 %. La moneda, el sucre, bajó su valor dos tercios y la dolarización ha tirado por los suelos el valor del salario real. Un tercio de la población no tiene acceso al agua potable y más del 40 % no dispone de condiciones de higiene ni de servicios de salud mínimos. ¿A qué se debía esa situación en un país como Ecuador, miembro de la OPEP y rico en recursos naturales?. El origen se remonta a 1983, cuando el FMI obligó al gobierno de Ecuador a hacerse cargo de las deudas privadas que la clase dirigente de Ecuador tenía con bancos extranjeros. Para esta operación de rescate de entidades financieras estadounidenses y ecuatorianas, Ecuador pidió un préstamo de 1.500 millones de dólares. Para que pudiera devolverlo, el FMI exigió un aumento de precios de la electricidad y de otros bienes de primera necesidad. Y cuando el dinero procedente de esa vía no fue suficiente, llegó un nuevo plan de asistencia condicionado a la eliminación de 120.000 puestos de trabajo. Ante la nueva crisis provocada, el gobierno de Noboa recurre, una vez más, al FMI y al BM, los cuáles recetan una nueva dosis de la misma medicina. Acceden a conceder un nuevo préstamo denominado Stab-by Arrangement al gobierno ecuatoriano en marzo del 2000 a cambio de la dolarización y de la aprobación de un plan de reformas sociales y económicas. Se trataba de un préstamo cuyo único objetivo era garantizar el pago de Ecuador a diferentes acreedores, en absoluto iba a mejorar las condiciones de los ecuatorianos. Las condiciones a cumplir por el gobierno ecuatoriano para acceder a los préstamos de estas instituciones internacionales se reflejaron en diferentes modificaciones y enmiendas a la Ley para la Transformación Económica. Entre ellas, la dolarización, es decir, la cesión en materia de política monetaria y financiera ecuatoriana a la Reserva

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Federal Norteamericana mediante el cambio de 25.000 sucres por dólar, en 18 meses los haberes en sucre disminuyen su valor en un 70 %. La "receta" del BM y del FMI incluye además la liberalización de las formas de contratación, supresión de 26.000 puestos de empleo público antes del 2002, establecimiento de medidas encaminadas a debilitar el poder negociador de los sindicatos, reducción de los niveles salariales con el objeto de que la economía resulte más competitiva para atraer el desembarco de las multinacionales. En fin, la habitual "propuesta" de las instituciones económicas internacionales. El saqueo de Ecuador continúa. Las multinacionales se harán cargo de dos empresas públicas de telecomunicaciones, seis de provisión energéticas y 18 empresas de distribución que serán privatizadas sin que el gobierno de Ecuador haya establecido ninguna media que asegure a los ciudadanos más pobres el acceso a las telecomunicaciones y a los servicios eléctricos. . Todo eso en un país que desembolsa 160 millones de dólares al año en concepto de intereses devengados de deudas anteriores, una cifra mayor de la destinó a salud en 1999. En 1998, la deuda externa de Ecuador equivalía al 66 % del PNB. En 1999, con la reducción de su PNB, la depreciación del sucre y la crisis bancaria, llegó al 90 % del PNB. Durante el 2000, el pago de intereses de la deuda externa alcanza los 1.200 millones de dólares. El creciente peso de la deuda caerá directamente sobre los ciudadanos ecuatorianos por el aumento vertiginoso de los impuestos y los recortes en todos los servicios públicos. Todo ello en un país en el que los últimos cuatro presidentes están encarcelados o han dimitido por corrupción. Pero veamos cuál es la situación ahora, un año después de la dolarización. Ecuador ha terminado el año 2000 con una inflación récord en su historia, el 91 por ciento anual. Representantes de los partidos, de los movimientos sociales e incluso del mundo empresarial han hecho un balance negativo del primer año de dolarización debido a que la actividad económica no se ha recuperado. El ex presidente de la Federación de Exportadores Luis Maldonado aseguró a la agencia de noticias IPS que el nuevo sistema sólo disparó la inflación, mantiene altas las tasas de interés y provoca recesión. "Si la inflación no fue mayor es por la contracción del poder adquisitivo de los ecuatorianos, lo que no permitió que aumentara el consumo en los últimos tres meses del año", dijo Maldonado. Sandro Coglitore, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, indicó que estos doce meses de nuevo esquema monetario fueron "críticos" para su sector, ya que la dolarización restó competitividad a los exportadores. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos justificó la alta inflación del 2000 a que, bajo un esquema dolarizado, los precios de bienes y servicios fueron ajustándose a las cotizaciones internacionales. Los pronósticos oficiales para el 2001 son poco alentadores. Según el Banco Central, la inflación se situará entre el 24 y el 31 por ciento. La situación social también ha empeorado más, si cabe, con la dolarización. Más de tres mil empresas han cerrado por quiebra, más de 200.000 personas han perdido su empleo y otras 170.000 salieron del país en búsqueda de mejor suerte, un fenómeno que en España conocemos bien.

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La situación hubiera podido ser peor de no haberse producido la subida del petróleo (Ecuador exportó 2.045 millones de dólares en el 2000) y gracias a los 1.200 millones de dólares que ingresaron los ecuatorianos del exterior. Pero la peor de las consecuencias de la dolarización es la pérdida de la soberanía económica y la capacidad de creación de mercados regionales entre los países latinos al margen de EE.UU. La dolarización va a a facilitar un proceso de unificación económica y comercial con Estados Unidos como centro hegemónico, que evitaría los mercado regionales y presionaría para desintegrar los existentes. La dolarización conlleva a un hundimiento aún más grave de los países latinoamericanos y a entregar lo último que nos queda de soberanos: la moneda. Muchos países verán desaparecer su banca central, lo que significará poner sus políticas económicas en manos de la Reserva Federal de Estados Unidos. Por el momento, una buena parte de la clase media de Argentina, Ecuador y El Salvador han visto como sus ahorros en moneda nacional se han venido abajo. Mediante la dolarización, e incluso con la convertibilidad, los gobiernos dejan de ser libres para emitir moneda o utilizar sus reservas. No existe otra forma de cubrir los déficits de balanza comercial ni del presupuesto nacional que no sea con préstamos del exterior, y más ahora que ya está terminando en casi todos los países el remate de casi todos los bienes del Estado. En un país dolarizado o simplemente en situación de convertibilidad (cambio fijo con el dólar), al no poder operar con la tasa de cambio, el único modo de hacer competitiva su economía es el salario, es decir, menos prestaciones sociales, menos salario y más horas de trabajo. Pero, además, la dolarización suele ir unida a fuertes medidas de ajuste impuestas por BM y el FMI. Retomando el ejemplo de Ecuador, entre las 167 condiciones impuestas por el FMI para la concesión de créditos encontramos la obligación el próximo mes de julio de transferir la propiedad de su mayor sistema de suministro de agua a operadores extranjeros y conceder a Arco, filial de Bristish Petroleum, autorización para construir su propio oleoducto a través de los Andes. Después, el primero de noviembre, el gobierno de Ecuador tiene órdenes de subir el precio del gas doméstico un 100 %, eliminar 26.000 puestos de trabajo y reducir en un 50 % los salarios de los trabajadores restantes en cuatro etapas a lo largo de pocos meses. Lo que Gregory Pallast, de la publicación The Guardian Weekly, ha llamado "un golpe de Estado financiero". La rebelión de los indígenas ecuatorianos ha logrado frenar, al menos por el momento, alguna de estas imposiciones. Las movilizaciones iniciadas el 21 de enero que paralizaron el país durante diez días y que fueron duramente reprimidas por el gobierno, lograron arrancar al presidente Gustavo Noboa un acuerdo firmado el 7 de febrero. El documento, compuesto por 23 puntos y 4 transitorias, contempla, entre otras cosas, la revisión parcial del paquete de medidas económicas dictadas a fines de año pasado. Así, el gobierno accedió a reducir al 60 % el alza del 100 % del precio del envase de gas doméstico, y a congelar por un año el precio de los combustibles. Acordó reestructurar y capitalizar el Banco Nacional de Fomento para que pueda otorgar créditos a los pequeños y medianos productores, tomar medidas más enérgicas

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para recuperar las deudas de la banca estatal, brindar apoyo a los emigrantes dentro y fuera del país y no involucrar a Ecuador en el Plan Colombia. Pero la dolarización ya está consumada. Los ciudadanos latinoamericanos tienen el reto de enfrentarse, una vez más, a la enésima agresión a su soberanía. A la colonización cultural, la ocupación y agresión militar y el engaño político se le suma ahora la pérdida de su moneda. Pascual Serrano.

¡La dolarización es una bomba de tiempo!

Alberto Acosta 1[1] 25 de octubre del 2002

Con la dolarización plena de su economía, el 9 de enero del 2000, Ecuador

se transformó en el primer país de América Latina que sacrificó oficialmente su moneda nacional e impuso una moneda extranjera como de curso legal completo.2[2] Se incorporó a la lista de 26 colonias o territorios que hasta entonces utilizaban una moneda extranjera en todo el mundo, 11 de ellos el dólar norteamericano. A esta lista habría que agregar a El Salvador desde el año 2001, en camino estarían Timor Oriental, Guatemala, Afganistán3[3].

Para poder realizar una evaluación a los casi tres años de la imposición de la

dolarización conviene recordar los ofrecimientos que justificaron el sacrificio de la moneda nacional, el sucre. El pequeño grupo de economistas y empresarios, aglutinados en el Foro Económico, que planteó como alternativa la dolarización, como Carlos Julio Emanuel, quien fuera ministro de Economía hasta junio del 20024[4], ofrecía, entre otras maravillas, "una baja inmediata de las tasas de interés, de la inflación y la entrada de capitales foráneos, dando paso a la reactivación inmediata de los sectores productivos" (Diario El Universo, Guayaquil, 7.1.2000).

1[1] Ecuatoriano. Economista, Universidad de Colonia, Alemania. Miembro del Foro Ecuador Alternativo. Profesor universitario. Consultor internacional y del ILDIS-Ecuador. Asesor de organizaciones indígenas y sociales. Dirección electrónica: [email protected] 2[2] Un análisis de la dolarización en el Ecuador debe incorporar el aspecto geopolítico, pues en juego está el afán de los EEUU por ampliar su influencia en su “patio trasero”, por cierto sin asumir las responsabilidades que se derivarían de una unidad monetaria simétrica. La dolarización unilateral asoma, entonces, como parte de una estrategia no explicitada por Washington, que se engarza con la creciente militarización de su política de relaciones exteriores; no es una casualidad que se haya dolarizado en Ecuador al mismo tiempo que se entregaba la base aérea de Manta a las FFAA norteamericanas. 3[3] Este país, sin embargo, ha empezado ya a emitir su propia moneda como paso al restablecimiento de su soberanía monetaria. 4[4] Carlos Julio Emanuel tuvo que abandonar el cargo envuelto en masivas denuncias de corrupción, que afectan a varios de sus más estrechos colaboradores que forman parte del mencionado Foro Económico. Emanuel se encuentra prófugo fuera del país.

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¿Cayó inmediatamente la inflación? No. En promedio anual, ésta pasó de 52% en 1999 a 97% en el 2000, antes de declinar lentamente a un 38% en el 2001; alcanzando en diciembre pasado recién un 22,4%, la inflación más alta de América Latina, casi diez veces el nivel inflacionario de los EEUU. La posibilidad de lograr una inflación de un solo dígito en el año 2002 se aleja, a pesar de que al finalizar el mes de julio5[5] se registró, por primera vez desde mayo de 1996, un nivel negativo en el ritmo inflacionario de -0,07% de variación mensual, con un índice anual de 12,9%, ¡en dólares!. En septiembre cerró con un índice similar que bordea el 12% anual.

La tasa negativa de julio, lejos de alentar una perspectiva satisfactoria,

comienza a delinear tendencias recesivas y aún deflacionarias, que podrían desembocar en nuevas complicaciones cuando los precios de algunos productos queden por debajo de los elevados costos de producción que las empresas tienen que asumir.

Lo que sí está claro es que en estos más de dos años y medio de dolarización se ahondó el deterioro de la distribución del ingreso y es notable la falta de creatividad y esfuerzos para incrementar la productividad interna de la economía ecuatoriana.

Ni la relativa calma conseguida por la ausencia de la devaluación se refleja en una sustantiva caída de las tasas de interés en dólares, pues las tasas activas superan en la práctica el 20% para la mayoría de actividades productivas (para empresarios pequeños y medianos, las tasas reales estarían alrededor del 50%) y aún el 80% para compras a plazos en establecimientos comerciales privados. La diferencia entre las tasas pasivas y activas es de más de diez puntos (Ver Cuadro 1).

Cuadro 1

Ecuador: diferencia en puntos porcentuales entre tasa activa y pasiva 2000 – 2002

Fuente: Boletines mensuales. Boletines de coyuntura.Banco Central del Ecuador

7,55

10,56

9,03

0

2

4

6

8

10

12

Mar-00

May-00

Jul-00

Sep-00

Nov-00

Ene-01

Mar-01

May-01

Jul-01

Sep-01

Nov-01

Ene-02

Mar-02

May-02

Jul-02

promedio anual

activa-pasiva

5[5] Este mes y el de agosto registran estacionalmente bajos niveles de inflación por las vacaciones en la Sierra, así como el ingreso al mercado de las cosechas de la Costa.

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Tampoco ha bajado a niveles regionales el riesgo país: Argentina al finalizar

julio del año 2002, según el índice EMBI, estaba en 6640 puntos básicos, Uruguay 2842, Brasil 2165 (por el pánico que provoca Lula a los capitalistas internacionales). Ecuador llegó a 1.6626[6], subiendo en más de 700 puntos desde abril; valores mucho más elevados que los de Colombia, Perú o Chile, países que no tienen sus economías dolarizadas.

¿Se reactivó de inmediato el aparato productivo? Tampoco. Fue falsa la

propaganda que aseguraba que la medida es tan poderosa que por sí sola comienza a hacer girar las ruedas de la reactivación económica. En el 2000, luego del bajón de 1999, la economía apenas frenó su caída. Y recién convalece en el 2001 con un 5,6%, sin que con esto el PIB haya recuperado el nivel de 1998. Sin embargo, para el primer trimestre del año 2002 cayó el PIB en relación al último trimestre del año anterior, para subir nuevamente en el segundo trimestre. Las expectativas de crecimiento para el 2002 son de 2,5 a 3% (gracias a la lotería de los precios del petróleo).

Luego de registrar un crecimiento de importantes sectores del aparato

productivo durante siete trimestres ininterrumpidos, desde el segundo trimestre del 2000 hasta el año anterior, en los tres primeros meses del año 2002 se registra una desaceleración de -0,9% del PIB, no explicable sólo por una menor actividad económica luego de la Navidad; recuérdese que en el primer trimestre del año 2001 el PIB creció en 1,5% (Ver Cuadro 2). Los siguientes rubros, que representan el 75% del PIB, registraron una desaceleración: el sector petróleo y minas, la industria manufacturera, el comercio, el sector transporte, los servicios financieros, resto de servicios (hoteles, bares, restaurantes, comunicaciones, alquiler de vivienda, servicios a empresas y a hogares), así como otros elementos del PIB (derechos arancelarios, impuestos directos e impuestos indirectos netos). Para el segundo semestre, luego de la caída registrada, se recuperaron todos los rubros mencionados.

6[6] Luego de la primera vuelta electoral del 20 de octubre los “mercados financieros internacionales” comenzaron una campaña de ablandamiento a los electores y candidatos ecuatorianos ante la posibilidad de que se instaure un gobierno que pueda cuestionar el manejo fondomonetarista. El viernes 18 de octubre el índice de riesgo-país cerro en 1.897 y abrió el lunes 21 alcanzó 2.393 puntos. Este “terrorismo económico” puede,. A su vez, afectar las bases de una economía que tiene un elevado grado de fragilidad.

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Cuadro 2 Ecuador: producción por rama de actividad económica

Tasa real de crecimiento por trimestre 2001 – 2002

I. 2001

II. 2001

III. 2001

IV. 2001

I. 2002

II. 2002

Agricultura 3.9 -0.3 0.8 -0.7 2.6 1.6 Petróleo y minas 1.0 -1.2 1.8 -3.1 -4.2 3.9 Manufactura 1.7 1.2 -0.8 0.8 -1.9 3.3 Electricidad, gas, agua 1.8 4.1 -0.7 -6.6 4.2 6.4 Construcción 0.4 3.2 4.4 3.2 2.3 3.5 Comercio 4.0 1.5 1.9 3.3 0.4 3.5 Transporte -4.9 2.7 0.8 3.9 -3.1 3.1 Servicios financieros 2.8 3.7 2.1 3.4 -1.2 2.9 Otros servicios (1) 1.2 0.5 -0.7 0.4 -0.8 2.8 SUBTOTAL INDUSTRIAS

1.6 0.7 0.7 0.4 -0.7 3.0

Servicios gubernamentales

-3.4 1.9 -2.4 0.1 2.1 4.7

Total Valor Agregado Bruto

PIB 1.5 0.9 0.6 0.6 -0.5 3.2 (1) Incluye : Hoteles, bares y restaurantes ; comunicaciones ; alquiler de vivienda ; servicios a las empresas y a los hogares.

Fuente: Banco Central del Ecuador El consumo final total cayó el primer trimestre en -0,9%. La disminución del

gasto de los hogares fue de -1,3%. Aquí, el argumento “navideño” pierde vigencia al constatar que las reducciones más significativas en el consumo final corresponden a refinados del petróleo; maquinaria, equipo y material de transporte; y, servicios de transporte. Desde otra perspectiva, el crecimiento anterior se debió quizás a un adelanto en las compras, en la expectativa (correcta) que los precios iban en alza. O sea que parte de los ahorros fueron utilizados en ese periodo y ahora la gente (dado que tampoco se puede endeudar a las altas tasas de interés y que no todos tienen acceso al mercado financiero internacional) sólo puede financiar los gastos en base a sus ingresos corrientes.

La inversión registró en el primer trimestre del 2002 un decrecimiento de -

8,6%; recuérdese que gran parte de las inversiones y una porción nada despreciable de las importaciones se explican por las actividades de construcción del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Las importaciones, en el primer trimestre del 2002, también experimentaron una reducción de -7,4%, especialmente en refinados del petróleo, en productos manufacturados, en servicios de transporte. Y las exportaciones ecuatorianas se redujeron nuevamente en -3,6%. Estas cifras del primer trimestre, a pesar de la recuperación en el segundo trimestre, adelantan signos de una recuperación poco sustentable y con riesgo de terminar pronto por efecto del estrangulamiento externo.

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Los partidarios de la dolarización sugieren que la recuperación del año 2001 fue una prueba de la eficacia de esta decisión. Absurdo. Toda recesión finalmente termina, sobre todo si tiene recursos foráneos que ayudan a superarla. Con la dolarización, al igual que con la convertibilidad en la Argentina, el dilema es inexcusable: la economía funciona mientras entran capitales externos en abundancia o, en caso contrario, se tiene que ajustar por la vía de la recesión, pero esa no es por lo pronto la situación ecuatoriana... pero que podrá acontecer, también como resultado de las lógicas recesivas del ajuste fondomonetarista, a cuya sombra se cobijan los principales grupos dominantes del país.

Lo que interesa averiguar hoy es de dónde vienen los dólares para esta

recuperación por demás desequilibrada y como se ve, inestable. Sobre todo cómo se financian las crecientes importaciones, mientras caen las exportaciones no petroleras. Un pilar importante para sostener la oferta monetaria se encuentra en el monto de recursos demandados por la construcción del nuevo oleoducto, así como en los ingresos generados por las ventas de petróleo en el mercado mundial hasta antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre, que provocaron una drástica caída del precio del crudo, tendencia que se revirtió a inicios del año 2002.

La dolarizada economía se apuntaló también con las remesas de los

emigrantes. Ya en el 2000 las remesas de los emigrantes por 1.360 millones de dólares, (superiores a las exportaciones sumadas de banano, camarón, café, cacao y atún), habían salvado la dolarización, al igual que los altos precios del crudo. En el año 2001 alcanzaron 1.415 millones de dólares, superiores a todas las inversiones petroleras, superiores a los cinco productos mencionados, superiores en casi tres veces a la inversión social y en más de dos veces a la llamada ayuda para el desarrollo (Ver Cuadros 3 y 4).

Las remesas, por otro lado, han representado un 16% del consumo nacional

en el 2000 y un 11% en el 2001. Sin embargo, en los primeros tres meses del año 2002 las remesas, por tercer trimestre consecutivo, experimentaron un marcado debilitamiento.

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Cuadro 3 Ecuador: remesas de los emigrantes y exportaciones

1992 – 2001

Exportaciones años PIB remesas de

emigrantes petroleras tradicionales industrializados

1992 12.430 149 1.345 1.438 374 1993 14.540 276 1.257 1.293 544 1994 16.880 346 1.305 1.848 684 1995 18.006 450 1.530 1.996 824 1996 19.157 553 1.749 2.012 1.063 1997 19.760 719 1.557 2.565 1.011 1998 19.710 902 923 2.177 1.004 1999 13.769 1.142 1.480 1.815 1.062 2000 13.649 1.364 2.442 1.302 1.229 2001 17.982 1.415 1.900 1.319 1.233

Fuente: Boletines mensuales. Banco Central del Ecuador

Cuadro 4 Ecuador: remesas de los emigrantes, inversión social y servicio de la deuda

externa 1991-2001

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 remesas 109 149 276 346 450 553 719 902 1142 1364 1415

inversión social 513 567 551 737 1038 1099 1170 1040 853 717 685 servicio de la deuda 603 652 538 769 1806 1630 2392 1736 1788 1680 1688

* Inversión social incluye: educación, cultura, salud, desarrollo comunal, desarrollo agropecuario. Fuente: Boletines mensuales del Banco Central del Ecuador

Otra fuente de financiamiento es el endeudamiento externo privado. Su

crecimiento es vertiginoso; seguramente sirve para comprar barato afuera y vender caro adentro. De 2.239 millones de dólares en enero del 2001 a 4.528 millones en junio del 2002, ha crecido en 2.309 millones de dólares: una duplicación en un año, llegando a su nivel máximo en toda la historia económica. Mientras que la deuda externa pública prácticamente se mantuvo inalterada alrededor de los 11.300 millones (Ver Cuadro 5).

En este lapso debe haber ingresado una cuantía importante de narcodólares y

de dólares falsos, que han inundado la economía ecuatoriana; en estos dos casos sí alentados por la dolarización. Y por cierto, el Ecuador se ha transformado en un paraíso de los dólares falsos.

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Cuadro 5

Ecuador: movimiento mensual de la deuda pública y privada En millones de dólares al final del período

2000 – 2002 Pública Privada

Ya casa adentro, el consumo también se ha nutrido del descongelamiento de

los depósitos bancarios (El "corralito" ecuatoriano se gestó, con tecnología Argentina -made in Fundación Mediterránea- en marzo de 1999 y todavía no ha sido totalmente desmantelado); este congelamiento, vale recordarlo, sirvió para proteger a la banca frente a una potencial corrida generalizada. Muchos de los clientes de los bancos, atemorizados por el congelamiento de sus depósitos, han preferido destinar los recursos que se van liberando paulatinamente, al consumo de bienes (vehículos, por ejemplo) o a la construcción, sector que ha experimentado un crecimiento importante, alentado también por una política de subsidio a la vivienda de sectores de clase media.

Este convalecimiento de la economía ecuatoriana vino acompañado con una

reducción de los índices de desempleo y subempleo, pero no por efecto de un incremento de la actividad productiva que pudiera haber creado muchos nuevos puestos de trabajo, sino especialmente por la corriente continua de emigrantes. Recuérdese que entre 700 y 800 mil personas (mucho más de un 10% de la Población Económicamente Activa - PEA), habrían huido del país por la crisis; fuga que se mantiene imparable. Así, en la actualidad, todavía más del 50% de la población económicamente activa está en situaciones laborales precarias o desempleada: el subempleo afecta a casi un 35,9% de la PEA (hay estimaciones que dicen que esta cifra no se ajustaría a la realidad, pues se afirma que su volumen real debe al menos bordear el 50%), el desempleo abierto un 8,8% y más de un 10% se encuentra fuera del país...

11

Las condiciones salariales con la dolarización no han mejorado. El ingreso mínimo mensual de una familia de 4 miembros con 1,6 perceptores es de 224 dólares (un salario mínimo vital es de 140 dólares) no cubre el costo de la canasta básica familiar, que llegó a 336 dólares en julio del 2002.

No sorprende, entonces, que en estas condiciones al inicio del 2002, más del

45% de la población adulta, según una encuesta de alcance nacional, haya expresado su deseo de salir de este paraíso dolarizado... y que la mayoría de la población repudie la dolarización.

En este punto, tal como se manifestó, aparecen claros síntomas de nuevos

estrangulamientos externos. El Ecuador, preso en la trampa cambiaria, ya enfrentó en el 2001 un déficit comercial de -302 millones de dólares, mientras consolida cada vez más un modelo aperturista que fomenta las importaciones, sin disponer de herramientas para enfrentar coyunturales pérdidas de competitividad provocadas, por ejemplo, por la devaluación de los vecinos. Así las cosas, las expectativas de un mayor déficit comercial se mantienen para el año 2002, aunque con una desaceleración de las importaciones por la menor actividad económica relativa, con estimaciones que superan mil millones de dólares; el déficit comercial para el primer semestre del año 2002 llega ya a -593 millones de dólares, y ya superó los 700 millones al finalizar julio (Ver Cuadros 6 y 7).

Cuadro 6

Ecuador: balanza comercial millones de dólares FOB

2000 – 2002

* Año 2002: estimación del ILDIS Fuente: Banco Central del Ecuador

Es importante destacar esta tendencia. Mientras las exportaciones han caído sistemáticamente en el primer semestre de los últimos tres años, las importaciones han crecido a un ritmo elevado. Las exportaciones entre enero y junio del 2000 fueron de 2.510 millones, en el 2001 de 2.477 millones y en el 2002 de 2.371 millones;

4927

3401

1526

4678 4936

-258

46625929

-1267

exportaciones importacionesbalanza

comercial

2000 2001 2002*

12

mientras que las importaciones pasaron de 1.411 millones en el mismo período del 2000 a 2.339 millones en el 2001 y a 2.964 millones en el 2002. Este repunte de las importaciones es considerado, sin embargo, como una muestra del éxito de la dolarización...

Cuadro 7 Ecuador: tasa de crecimiento de las exportaciones e importaciones

primer semestre de cada año 2000 – 2002

Fuente: Boletines mensuales. Banco Central del Ecuador.

18,5%

-1,98%-1,3% -4,3%

26,7%

65,8%

exportaciones importaciones

2000

2001

2002

por efecto de la macrodevaluación

por efecto de la macrodevaluación

por efecto de la dolarización

por efectode la dolarización

Este déficit comercial, más allá de la miopía de algunos dolarizadores, preocupa en una economía caracterizada por un déficit crónico de la balanza de servicios, provocado particularmente por la sangría de la deuda externa. Lo que dejaría al país con una cuenta corriente deficitaria creciente, que podría alcanzar un valor que podría acercarse a los -1.500 millones de dólares en el año 2002, lo que representaría un salto descomunal comparado con -735 millones de déficit del año anterior (Ver Cuadro 8). Si esta tendencia se mantiene, la nueva crisis ya estaría programada, independientemente de si hay o no déficit fiscal, aunque con éste, como es obvio suponer, las cosas serían mucho peores.

Cuadro 8

Balanza de pagos: evolución anual en millones de dólares 1997 1998 1999 2000 2001

Cuenta corriente -458 -2099 919 916 -735 Cuenta de capital y

financiera -2 1459 -1333 -6608 939

Errores y omisiones -56 -146 -531 -15 -435 Balanza de pagos

global -515 -785 -945 -5707 -230

Fuente: Boletines mensuales. Banco Central del Ecuador

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En marcha hacia una petrodolarización migratoria Hace dos años y medio, en Ecuador, se ofreció resolver todos los problemas

del país con la dolarización oficial. Ahora, cuando no se ha podido ni abatir el azote inflacionario, se exige dar una respuesta a todas las tareas pendientes para que funcione la dolarización. Se dice que hay que ser pragmáticos y proceder al “blindaje” de la dolarización. En la desesperación por conseguir dólares, cerrando la puerta a la urgente necesidad de pensar en una salida ordenada y oportuna de la trampa cambiaria, se apuesta por una petrodolarización de la economía.

Por eso, para “avanzar”, se ha vuelto la mirada al petróleo. Con el

incremento de la producción y exportación de crudo se espera sostener la dolarización. La apuesta es reeditar otro auge petrolero como en la década de los setenta en el siglo XX, pero en un ambiente diverso. Hay que tener presente que el país ha sido ajustado y reajustado sostenidamente. Su aparato productivo se encuentra muy debilitado y enfrenta una creciente y desigual competencia externa, mientras que su mercado financiero no ha superado la crisis. Por otro lado, la apertura de cuenta de capitales es presentada como un logro del ajuste, cuando en realidad es otro de los puntos flacos de la economía ecuatoriana.

Como para completar este escenario poco alentador, los potenciales ingresos

petroleros serán muy inferiores a los de los años setenta para la sociedad en su conjunto, en tanto los contratos de hidrocarburos existentes no dejarán ingresos importantes para el país, pues en el mejor de los casos la participación estatal en la renta petrolera será de un 18 al 20% (En los años setenta la sociedad ecuatoriana percibía más del 85% de dicha renta). Además, varias empresas petroleras no pagan el impuesto a la renta porque declaran pérdidas, no cancelan el impuesto al valor agregado o reclaman su devolución, no pagan las glosas al Estado y hasta consiguen tarifas arancelarias preferenciales para sus importaciones.

Por otro lado, los ingresos estimados por las inversiones del nuevo

oleoducto, que públicamente se fijaron en más de 1.100 millones, bordean, en realidad, unos 850 millones: 697 millones de inversión real (de los cuales un 70% serán importaciones), 100 millones de costos financieros, 50 millones por impuestos y aranceles, eso si es que pagan las compañías petroleras) y unos 20 millones para indemnizaciones. Además, los ingresos esperados no auguran el milagro anticipado, pues, en el caso de que el precio del crudo pesado bordee los 20 dólares, el país apenas recibiría unos 400 millones de dólares al año, de los cuales el 70% se destinará -por ley, gracias a las presiones del FMI- a la recompra de la deuda externa.

Por lo tanto, si se mira más allá del espejismo consumista inicial, que podría alentarse aún un tiempo con los nuevos ingresos petroleros, Ecuador sigue en terreno movedizo. El país depende de las fluctuaciones de los precios de varios productos primarios en el mercado internacional.

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Una entrada significativa de capitales tenderá a aumentar el crédito y la demanda internos, alentando la actividad económica e incrementando los pasivos externos; en cambio, ante un mayor déficit de cuenta corriente o una salida de capitales, si no hay posibilidad de contratar más deuda externa, la defensa de la dolarización conllevará la subida de las tasas de interés y la consecuente disminución de la actividad económica.

La pérdida de competitividad relativa de las exportaciones, alentada por la

rigidez cambiaria (Ver Cuadro 9), resulta preocupante en un mundo imperfectamente competitivo, dominado todavía por tasas de cambio variables. Algo angustioso en una economía que tiene uno de los niveles más bajos de competitividad: el Ecuador sigue al final de la tabla de la competitividad actual, en el puesto 68 entre 75 países que son estudiados en el Global Competitiveness Report 2001-2002. Ante cualquier variación de las cotizaciones de uno de sus principales socios comerciales, Colombia o Perú, por ejemplo, el impacto ya no será vía precios, por efectos de la devaluación defensiva, sino vía cantidades menores salarios, más desempleo, menor utilización de la capacidad instalada o aún una significativa quiebra de empresas, tal como sucedió en Argentina con la convertibilidad, una suerte de dolarización minus... Así, las exportaciones se verían obligadas a mejorar su competitividad despidiendo personal o reduciendo los salarios, así como forzando a cualquier costo la renta de la naturaleza, esto es con crecientes destrosos ambientales.

Cuadro 9 Ecuador: índice del tipo de cambio real mensual.

2000 – 2002

Fuente: Boletines mensuales. Banco Central del Ecuador. * Se utiliza una muestra de 18 países que tienen mayor comercio con el Ecuador, excluyendo petróleo.

En suma, el esquema dolarizador ecuatoriano sólo podrá sobrevivir mientras

se garantice el ingreso abundante de recursos externos provenientes de exportaciones primarias, particularmente petroleras (inestables e impredecibles), crecientes remisiones de emigrantes o si se logra mendigar el financiamiento externo necesario para mantenerla en vida, a través de una mayor deuda externa, a más de los coyunturales y magros ingresos provocados por las privatizaciones y por la inversión extranjera directa, que en el caso ecuatoriano no tendrá una trascendencia mayor. Recursos que, sin embargo, se verán estructuralmente amenazados por las crecientes importaciones y la pérdida de competitividad de las exportaciones.

por efectos de dolarización

70

140

210

efectivo real 207 177 150 140 132 125 116 109 107 105 104 101 97 94 94 94 92

Ene-00

M ar-00

M ay-00

Jul-00

Sep-00

Nov-00

Ene-01

M ar-01

M ay-01

Jul-01

Sep-01

Nov-01

Ene-02

M ar-02

M ay-02

Jul-02

Sep-02

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Por eso, incluso para cuando la inflación descienda a un solo dígito bajo (cercano a la inflación de los EEUU que bordea el 2%), el esquema dolarizador no garantizará un crecimiento económico sostenido y una expansión sustantiva del empleo. Pero eso sí, se profundiza el esquema primario-exportador de acumulación, se consolidan las tendencias desindustrializantes y se congela la eterna genuflexión frente a los mercados foráneos.

Por eso, aún si se considera el potencial estabilizador de la dolarización para

ampliar la previsión en las decisiones de inversión y consumo, al haberse eliminado las devaluaciones sucesivas de los años del régimen democristiano de Jamil Mahuad, no se puede obviar los múltiples costos sociales que conlleva y los graves riesgos que implica la rigidez cambiaria para el aparato productivo. Con un esquema de apertura -comercial y de capitales- y una inmovilidad cambiaria extrema, una sostenida caída de la competitividad está programada; un fenómeno que ya se experimenta en muchos segmentos del aparato productivo.

Por otro lado, la dolarización tampoco garantizará un equilibrio fiscal, pues el Presupuesto del Estado consolidará su posición como el campo de confrontación por excelencia, con lo cual las presiones políticas podrán reflejarse en nuevas inestabilidades fiscales. Y, como ya se manifestó antes, no será una sorpresa si el país, en poco tiempo, vuelve a un acelerado y continuado proceso de endeudamiento externo, algo que ya se registra por parte de los agentes económicos privados. Argentina es un buen ejemplo; aunque aquí cabrían ciertas diferencias: Argentina terminó el año 2001, en plena crisis, con una deuda pública interna y externa que no superó el 59% del PIB, Ecuador lo hizo sólo para su deuda pública externa con un monto superior al 63% del PIB, y eso luego de haberla renegociado en el año 2000. Sin embargo, Ecuador por su elevado nivel de deuda y por su limitado peso específico en el concierto de las finanzas internacionales difícilmente será "el niño mimado" del mercado financiero internacional y de los organismos multilaterales de crédito como lo fue Argentina...

En estas circunstancias el Ecuador será lo que siempre ha sido. Un país

productor y exportador de bienes primarios. El petróleo asoma como la principal fuente de divisas para paliar las tensiones que provocará un déficit comercial crónico en la cuenta de exportaciones e importaciones no petroleras. La desesperación por aumentar la oferta de dólares, conduce al Ecuador hacia una petrodolarización en la que los impactos ambientales aumentarán peligrosamente, al igual que las tensiones políticas, pues, en medio de la actual ola privatizadora, quien logre controlar directamente la riqueza petrolera se apoderará de hecho del poder del Estado, el cual aún manteniendo formalmente la apariencia democrática se volverá en la práctica más autoritario.

La dolarización es una bomba de tiempo

No hay duda, la decisión final sobre la dolarización oficial plena en el

Ecuador, que no ha resuelto el azote inflacionario y que ya ha transformado a esta economía en una de las más caras de la región andina, fue el resultado de decisiones y angustias políticas.

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No fue "impuesta por el pueblo ecuatoriano al gobierno", como conclusión

de un proceso de dolarización "espontánea"; no fue el anuncio de un nuevo modelo económico al margen del neoliberalismo y del mismo FMI; menos aún significa que el Ecuador dolarizado "ya tiene un pie en el primer mundo", como afirman ostentosa e ingenuamente algunos de sus promotores.

Esta castración monetaria fue, para decirlo descarnadamente, producto de la

mediocridad de las élites gobernantes y el resultado directo de un ajuste estructural interminable, que incluyó, como saldo de la liberalización financiera forzada por el FMI, un salvamento bancario sostenido por una incesante devaluación, un demoledor feriado bancario y un congelamiento de depósitos.

Mucha razón tuvo el economista brasileño Paulo Nogueira Batista jr.,

cuando afirmó el 13 de enero del 2000, en la Fohla de Sao Paulo, a los pocos días de la adopción de esta medida improvisada, que "un gobierno de quinta categoría acaba de anunciar la intención, de cometer suicidio monetario y dolarizar la economía del país. Incapaz de enfrentar una seria crisis económica y amenazado de destitución, el presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad, que visiblemente no tiene capacidad ni siquiera para ser el síndico de un edificio o presidente de una asociación de barrio, se desesperó y optó por humillar a su país, desistiendo de uno de los elementos centrales de soberanía".

Y lo más grave estaría por venir. En economía se puede hacer cualquier cosa, menos evitar las consecuencias,

solía repetir John Maynard Keynes. Anclar el tipo de cambio puede ser recomendable por un tiempo, pero mantenerlo indefinidamente congelado, en medio de una economía internacional predominantemente flexible, termina por provocar explosiones como las que experimenta Argentina. Joseph Stiglitz, el flamante Premio Nóbel de Economía, es categórico cuando afirma, refiriéndose al FMI en su gestión en Argentina, “debería haber sabido que un régimen de tipo de cambio fijo siempre está condenado al fracaso”. No reconocer esta realidad raya en la torpeza o en la irresponsabilidad.

En este punto, es interesante anotar qué tan profundo ha calado la crisis

Argentina, que hasta en círculos empresariales ecuatorianos, hasta hace poco entusiastas promotores de la rigidez cambiaria, la pregunta que circula con insistencia es cuánto más durará la dolarización... lo que falta es fortalecer la necesidad de preparar ya una salida ordenada y oportuna, demostrando que ésta no sólo es necesaria, sino sobre todo posible.

Cambios en el frente social y político Para comprender de mejor manera la metamorfosis económica y social que

provoca la dolarización, habría que analizar la conformación y recomposición de los bloques a favor y en contra de este esquema monetario y por cierto del modelo. Hay que identificar a perdedores y ganadores.

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Esto implica ubicar especialmente a aquellos segmentos que difícilmente puedan dar un salto cualitativo en términos de competitividad, pues, como es obvio, ésta se construye pausada y sacrificadamente, no se improvisa. Igualmente hay que identificar a aquellos segmentos del empresariado que empiezan a renegar de la dolarización, aunque todavía son amplios los grupos que, a pesar de haberse frustrado por los resultados reales de la economía dolarizada, todavía creen que no se puede superar la dolarización.

En la lista de ganadores, por lo pronto, asoman muy bien posicionados los

importadores (a la cabeza los contrabandistas). Otros beneficiarios son el negocio inmobiliario de alta plusvalía y la construcción de vivienda para clase media, por la posibilidad de realizar operaciones financieras con plazos más largos; el gran comercio con capacidad para crear también sistemas de financiamiento con plazos relativamente extensos para sus clientes; parte de la industria mayor, protegida de alguna manera por el Estado, que pueda mantener su competitividad en mercados externos en base a importaciones de insumos y piezas, utilizando poca mano de obra y no muy cara: ensamblaje (¿sector automotor?); la banca nacional, especialmente mientras pueda sacar tajada de los elevados diferenciales en las tasas de interés; en esta lista asoman como potenciales beneficiarias aquellas empresas que quieren lucrar de las privatizaciones, particularmente las empresas de teléfonos y electricidad, a las cuales les quiere vender con precios muy bajos y con tarifas más altas que las del mercado internacional. Los grupos de clase media que se mantengan como tales, esto es vinculados a los sectores ganadores, podrán obtener alguna ventaja de esta nueva situación económica en un ambiente atractivo para el consumo, en particular de aquellos bienes susceptibles de ser comercializados vía crédito, por supuesto accesibles sólo para quienes tienen ingresos suficientes como para atender su repago.

Mientras que los perdedores están en gran parte en el lado de los productores

de bienes transables; en aquellos segmentos del sector exportador que no logran mejorar su competitividad en base a una mayor explotación de la naturaleza y de la mano de obra, o que no tienen capacidad de reacción frente a los choques externos; en el comercio mediano y pequeño, en especial el tradicional; en un enorme sector de industrias medianas y pequeñas, así como en unidades productivas campesinas y agrícolas, que resultan incompetentes ante el ingreso de bienes importados o aún por una disminución de la demanda de importantes capas de la población o por la consolidación de las grandes cadenas comerciales que controlan sus propias líneas de producción o por los elevados costos financieros; en el turismo de clase media sobre todo de aquel orientado a atender la demanda de Colombia y Perú por el incremento del costo de la vida en el Ecuador; en los asalariados y especialmente en los jubilados.

Y no es extraño que, en estas circunstancias, se esté procesando un recambio

de actividades de ciertos empresarios: un creciente número de industriales ha optado por transformar sus empresas manufactureras en unidades importadoras, ciertos fabricantes han dejado de comprar materia prima en el interior para adquirirla en el exterior con el fin de mantener su posición en el mercado, más de un exportador se transforma en importador y otros han empezado a trasladar sus inversiones al exterior...

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Estas tendencias sociopolíticas repercutirán más temprano que tarde en la

sociedad ecuatoriana. Este país andino, que experimentó con un -7,3% la peor caída de su economía en 1999, como consecuencia de un largo proceso de ajuste estructural (desde 1982), presenta un escenario de empobrecimiento explosivo. Entre el año 1995 y el año 2000, el número de pobres creció de 3,9 a 9,1 millones, en términos porcentuales de 34% al 71%; la pobreza extrema dobló su número de 2,1 a 4,5 millones, el salto fue de 12% a un 31%. Lo anterior vino acompañado de una mayor concentración de la riqueza. Así, mientras en 1990 el 20% más pobre recibía el 4,6% de los ingresos, en el 2000 captaba menos de 2,5%; entre tanto el 20% más rico incrementó su participación del 52% a más del 61%.

Entonces, si la rigidez cambiaria es intrínsecamente insostenible, sobre todo

en un ambiente internacional de tipos de cambio flexibles, no cabe sentarse a especular simplemente sobre la duración de la dolarización. La receta para un fracaso programado, tal como se manifestó antes, se completa con una amplia apertura comercial y financiera, así como con un muy bajo nivel de competitividad. Con mucha razón en la revista ecuatoriana GESTION de febrero del 2002, cercana a círculos empresariales y bancarios, se pregunta “¿es la dolarización una bomba de tiempo? La respuesta, lamentablemente es sí”. Una realidad que es ya percibida a través de una creciente frustración ciudadana: en julio del año 2002, según la encuestadora Informe Confidencial, un 65% de los habitantes de Guayaquil y Quito consideraba negativa la dolarización, rechazo que en enero recién bordeaba el 52% en el puerto y apenas era de un 48% en la capital. Es más, ahora un 67% de la población en Quito y un 58% en Guayaquil estaría dispuesta a cambiar sus dólares por un nuevo sucre.7[7]

Por tanto, a la sociedad ecuatoriana le urge preparar y procesar una salida

ordenada de la trampa cambiaria, sin creer que con eso se van a resolver todos los problemas. Sería una irresponsabilidad histórica esperar a que explote la dolarización, para recién entonces intentar salvar desesperadamente los restos del aparato productivo y tratar de pacificar a un país en llamas, como sucede en la Argentina, cuyos esfuerzos por salir de la convertibilidad podrían ser aleccionadores para discutir las posibles alternativas que eviten los destrozos de una crisis anunciada. De la dolarización se sale en forma programada y en el momento oportuno, o la dolarización le saca al Ecuador de una manera atropellada.8[8] Y que quede claro: SI SE PUEDE salir en forma planificada

7[7] El triunfo en la primera vuelta electoral del coronel Lucio Gutierrez, apoyado por diversas organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda, representa también un rechazo a la dolarización y por cierto a las políticas fondomonetaristas. 8[8] Téngase presente que los EEUU tuvieron que suspender la libre convertibilidad del dólar en oro en agosto de 1971, porque esta rigidez estaba afectando gravemente la competitividad de sus empresas. Este largo período de convertibilidad es explicable no sólo por la fortaleza de la economía norteamericana, sino, en especial, por la vigencia de un sistema de cambios regulados internacional mente en el marco de los acuerdos de Bretton Woods.

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1. Introducción

El domingo 9 de enero, el entonces Presidente de la República del Ecuador, Dr. Jamil Mahuad, anunció su decisión de dolarizar la economía ecuatoriana, después de anclar el precio de la divisa en un nivel de 25.000 sucres; para lo cual dijo: "El sistema de dolarización de la economía es la única salida que ahora tenemos, y es el camino por donde debemos transitar". Entre los factores que explica la implementación de la dolarización, y que han jugado un papel importante en el proceso están: la inestabilidad macroeconómica, el escaso desarrollo de los mercados financieros, la falta de credibilidad en los programas de estabilización, la globalización de la economía, el historial de alta inflación y los factores institucionales, entre otros. El tema de la dolarización se dividirá en dos partes, en primer lugar, se revisarán los antecedentes, conceptos, ventajas y desventajas de la dolarización en la economía, etc.

La dolarización ecuatoriana Antecedentes De La Moneda Norteamericana El Gobierno de los Estados Unidos, mediante decreto, creó como unidad de circulación al dólar a partir del 2 de abril de 1792. Las primeras monedas acuñadas en esta denominación salieron dos años más tarde, es decir, en 1794, hechas en la Casa de Filadelfia "Philadelphia Mint". Se emitieron monedas del dólar del tamaño de las monedas coloniales españolas, en plata pura. Ininterrumpidamente ese tamaño se mantuvo en los Estados Unidos desde 1794 a 1935. Entre 1971-1978 se acuñaron, pero en aleación de cobre-níquel, el tipo Eisenhower. Para 1979 a 1981 se acuñaron monedas de tamaño pequeño. El dólar es la primera unidad de dinero que fue divida en unidades decimales: un dólar igual a cien centavos. Hoy, la mayoría de países usan un sistema decimal similar.

Antecedentes y fin del sucre En la Constitución firmada en 1830 en Riobamba, nada está claro, con respecto a los asuntos monetarios del país. El caos monetario que se vivía entonces obligó al Gobierno de Flores a crear en 1832 una casa de moneda, encargada de acuñar una moneda nacional, para sanear el sistema de circulación monetaria. Pero ese objetivo nunca se dió. Poseer una moneda ecuatoriana, en esa época, era tener una credencial de desventaja ante cualquier otra moneda del mundo. Ante esas circunstancias, en 1863, esta casa fue eliminada, y el país continuó con la improvisación. Luego de la desaparición de la casa de amonedación de Quito, en 1863, se formaron los primeros bancos particulares, los cuales solicitaron al Gobierno permiso para acuñar moneda de circulación nacional, y este lo concedió. En esas circunstancias nació el Sucre, en 1884, cuya adopción como moneda oficial obedeció a la necesidad de racionalizar una actividad económica totalmente viciada. En el año 2000 el sucre cumplió 116 años, totalmente acabado, sin poder adquisitivo. Aunque en el decreto de creación del sucre, firmado el 22 de marzo de 1884, no se mencionan las razones del nombre, resulta evidente que las autoridades quisieron rendir homenaje al mariscal Antonio José de Sucre, héroe de la Independencia ecuatoriana. Así, el sucre nació a fines del siglo XIX, para apalear una época económica débil y corrupta; ahora desaparece, con el mismo objetivo, por el descalabro económico del país. En el mismo decreto, se prohíbe la importación de moneda inferior en peso o ley a la nacional; la que se introdujera sería decomisada y reexportada en forma de barras. Era el Gobierno del entonces presidente José María Plácido Caamaño.

Como el Gobierno carecía de capital para emprender por su cuenta, la acuñación de la nueva moneda, recurrió a la banca nacional. Fue el Banco de Quito el encargado de contratar la elaboración de 40.000 sucres en moneda de níquel (30.000, en monedas de medio décimo; 5.000, en monedas de un centavo; y 5.000 en monedas de medio centavo); por lo cual ofrecería al Gobierno el 5% de la utilidad, es decir, 2.000 sucres. Los datos señalan que el Banco de Quito cumplió el contrato con ayuda del Banco Internacional, que por entonces se formaba en Guayaquil., y así mandó a acuñar las monedas de vellón en la casa inglesa de Birminghan entre 1884 y 1886.

20

A principios del siglo XX, la banca privada controlaba el movimiento económico en el Ecuador, lo cual dio lugar a numerosos fraudes, como el del Banco Comercial y Agrícola, que emitieron billetes sin respaldo por más de 18 millones de sucres, cifra astronómica para esa época. Ese fue solo uno de tantos actos de corrupción que atentaron contra la moneda ecuatoriana. El 9 de octubre de 1925, se expidió el decreto de fundación del Banco Central del Ecuador, con lo cual se intentó ordenar la economía, pero todo esfuerzo ha fracasado. En la actualidad, existen defensores del sucre que inclusive al cambio de modelo económico, lo han denominado la segunda muerte de sucre: "la primera muerte ocurrió en la selva de Berruecos. La segunda, en el símbolo monetario que consagró su memoria".

2. Concepto de dolarización

Según Pablo Lucio Paredes, en su libro de la dolarización, en la Pág. 18, lo define de la siguiente manera: "es simplemente un proceso mediante el cual la moneda de uso corriente en el Ecuador deja de ser el sucre y pasa a ser el dólar. En consecuencia, todo tiene que ser expresado en la nueva moneda: salarios, precios, cuentas bancarias, etc....".

Mientras que el folleto "la dolarización" emitido por el Banco Central del Ecuador, dice "Un concepto amplio de dolarización es el que se refiere a cualquier proceso donde el dinero extranjero reemplaza al dinero doméstico en cualquiera de sus tres funciones.

En efecto, la dolarización de una economía es un caso particular de sustitución de la moneda local por el dólar estadounidense, como reserva de valor, unidad de cuenta y como medio de pago y de cambio. El proceso puede tener diversos orígenes, uno es por el lado de la oferta que significa la decisión autónoma y soberana de una nación que resuelve utilizar como moneda genuina el dólar (tal es el caso de Panamá). Otro origen posible, por el lado de la demanda, es como consecuencia de las decisiones de cartera de los individuos y empresas que pasan a utilizar el dólar como moneda, al percibirlo como refugio ante la pérdida del valor de la moneda doméstica en escenarios de alta inestabilidad de precios y de tipo de cambio. El uso del dólar deriva, en este último caso, de la conducta preventiva de la suma de individuos que, racionalmente, optan por preservar el valor de su riqueza manteniéndola en dólares y refugiándose así del devastador efecto de las devaluaciones y la alta inflación. Cuando la dolarización es un proceso derivado de decisiones de los individuos, es muy difícil pensar en su reversión....." Adoptar como política la dolarización total de una economía, implica una sustitución del 100% de la moneda local por la moneda extranjera, lo que significa que los precios, los salarios y los contratos se fijan en dólares. Conociendo el concepto de dolarización, se puede decir que existen dos clases de dolarización:

o La dolarización informal; y,

o La dolarización oficial.

La dolarización informal.- Por lógica, un proceso de dolarización primero adquiere un carácter informal. Que es un proceso espontáneo, en respuesta al deterioro del poder adquisitivo de la moneda local. Los agentes, entonces, se refugian en activos denominados en monedas fuertes, normalmente el dólar, aunque la moneda extranjera no sea de curso obligatorio.

El proceso de dolarización informal tiene tres etapas:

• Primera, conocida como sustitución de activos, en que los agentes adquieren bonos extranjeros o depositan cierta cantidad de sus ahorros en el exterior;

21

• Segunda, llamada sustitución monetaria, los agentes adquieren medios de pago en

moneda extranjera, billetes dólares o cuentas bancarias en dólares; y finalmente, • Tercera, cuando muchos productos y servicios se cotizan en moneda extranjera:

alquileres, precios de automóviles o enseres domésticos, y se completa cuando aún bienes de poco valor se cotizan en la moneda extranjera, alimentos, bebidas, diversiones, etc.

El cuadro 1.1 adjunto, publicado por el Banco Central del Ecuador, demuestra que la economía ecuatoriana estaba dolarizada informalmente, en especial desde 1995. Se debe tener en cuenta que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), una economía es altamente dolarizada, si las transacciones de los agentes económicos superan el 30% en dólares.

CUADRO 1.1

Año Depósitos Moneda extranjera/ Depósitos totales % Cartera moneda extranjera/ Cartera total% 1989 14,7 1,9 1990 13,3 1,6 1991 14,5 3,0 1992 20,0 6,8 1993 16,9 13,4 1994 15,6 20,3 1995 19,2 28,3 1996 22,3 32,8 1997 23,6 45,1 1998 36,9 60,4 1999 53,7 66,5

Fuente: Banco Central del Ecuador

Claramente se observa, el Ecuador, en 10 años ha pasado de ser una economía poco dolarizada a una economía altamente dolarizada, tanto desde el lado de los depósitos realizados, como por los créditos contratados, especialmente a partir de 1995. En 1999 Ecuador se había dolarizado en más del 50%, La dolarización oficial.- Como se indicó, los procesos de dolarización surgen en un país como resultado de la pérdida de confianza en las funciones tradicionales de la moneda local. La dolarización total descansa sobre algunos principios específicos: (tomado del folleto "la dolarización" emitido por el Banco Central del Ecuador).

• La moneda única es el dólar y desaparece la moneda local. En el caso del Ecuador se contempla que la moneda local circula solamente como moneda fraccionaria.

• La oferta monetaria pasa a estar denominada en dólares, y se alimenta del saldo de la balanza de pagos y de un monto inicial suficiente de reservas internacionales;

• Los capitales son libres de entrar y salir sin restricciones; y, • El Banco Central reestructura sus funciones tradicionales y adquiere nuevas

funciones.

Varios analistas en América Latina y en el Ecuador, consideran que, previa a la implementación de la dolarización formal se requieren de ciertos requisitos como: un elevado nivel de reservas internacionales, un sistema bancario y financiero solvente, equilibrio en el sector fiscal y externo de la economía y flexibilidad laboral, sin embargo, si estas condiciones existieran, tendría poco sentido dolarizar formalmente la economía, puesto que significaría que la política monetaria habría sido la correcta e iba por el sendero de la estabilidad.

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La dolarización formal es una medida extrema y tiene sentido porque el manejo económico ha causado crisis y solamente un cambio de rumbo puede romper las expectativas inflacionarias y devaluatorias. Para dolarizar, se necesita por lo mínimo reemplazar los billetes sucres por billetes dólares, es decir, la emisión. También se debe tener suficiente cantidad de dólares para cubrir los depósitos de la banca en el Banco Central y los bonos de estabilización monetaria (BEMs), por ser éstos pasivos fácilmente convertibles por los bancos en billetes. Claro está, no se necesitan dólares billetes para cubrir todos los depósitos bancarios a la vista y a plazo, porque los depósitos son rubros contables, son entradas numéricas en los libros de los bancos, se convierten en billetes cuando un depositante retira sus fondos. En el mundo actual es imposible no tener cuentas bancarias y utilizar solo billetes.

3. Diferencia entre dolarización y convertibilidad

Pablo Lucio Paredes en su libro de la dolarización Pág. 31, lo diferencia así: " las diferencias entre los dos son muy pequeñas pero a la vez gigantes......... ....la dolarización consiste, en que todos los sucres que circulan en la economía...tienen que ser efectivamente cambiados por los dólares del Banco Central. De esta manera circulan dólares en la economía y desaparecen los sucres. En la convertibilidad, lo que hace el Banco Central es decir a la gente: en el país va ha circular sucres y dólares a conveniencia....al mismo tiempo que asegura, que cuando la gente quiera cambiar sucres por dólares en cualesquier momento, el mismo lo va ha cambiar" Entonces, en convertibilidad.- el sucre no desaparecería, se hubiese, como primer paso, realizado una paridad cambiaria de 25.000 sucres, equivalen a un dólar; pero los sucres no desaparecen del mercado y la población puede escoger cualquiera de las dos monedas. Mientras que en la dolarización se canjean todos los sucres por dólares; es decir, se retira de circulación la moneda nacional, para cambiarla por el dólar. Pero aquí surge una pregunta: ¿en el Ecuador que es lo que se esta implementado? ¿Convertibilidad o dolarización?, sabiendo que el Banco Central del Ecuador decidió acuñar monedas nacionales, que será el 20% del circulante en el país, entonces el nuevo esquema económico, ¿es verdaderamente una dolarización total?, ¿es un esquema híbrido?, tema que en este caso no me pertenece profundizar.

Pasos De Una Dolarización Formal El folleto "la dolarización" emitido por el Banco Central, determina los siguientes pasos para la dolarización formal

1. Determinar la tasa de cambio. 2. Adquirir dólares billetes por parte del Banco Central. 3. Acuñar monedas. 4. Intercambiar sucres por dólares. 5. Período de transición. 6. Estabilizar todos los pasivos del Banco Central y dolarizar sus cuentas. 7. Nuevas funciones para el Banco Central.

4. Ventajas y desventajas de la dolarización

Al implementar un nuevo esquema económico, de hecho que tiene ventajas y desventajas, y en especial, en una economía inestable como la nuestra. A continuación se anotaran según mi criterio, las principales ventajas y desventajas, pero no se profundizará sobra cada una de ellas, por cuanto no es el objetivo del presente trabajo. Ventajas de la dolarización.- Las autoridades de gobierno y analistas económicos, han mencionado que la dolarización traerá las siguientes ventajas al Ecuador.

• La inflación, que es el ritmo del incremento de precios, se reducirá a un solo dígito (por debajo del 10%) a mediano plazo. En el año de transición, que es el 2000, la inflación inclusive crecerá, por el proceso de nivelación de los precios.

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• Las tasas de interés internas se ajustarán a los niveles internacionales, se ubicarán

en alrededor del 14% para los créditos y en el 8% para los depósitos, (spread de 6 puntos).

• Se recuperará el ahorro, porque se elimina el riesgo de la devaluación, y se facilitará el financiamiento porque es más factible acceder a créditos en el sistema financiero.

• Aumento de la productividad de las empresas, ya que podrán reducir sus costos, en especial los financieros.

• Beneficia a los asalariados, a los empleados; por cuanto no se deteriora la capacidad adquisitiva de sus sueldos, cuando, como dicen los analistas económicos: "se sincere la economía".

• Facilita la planificación a largo plazo, pues permite la realización de cálculos económicos que hacen más eficaces las decisiones económicas.

• Se genera disciplina fiscal, en tanto el gobierno no puede emitir dinero. La corrección del déficit fiscal solo se puede hacer mediante financiamiento, vía préstamos o impuestos.

Desventajas de la dolarización.- Como se mencionó, con la dolarización existen también desventajas, entre las principales están las siguientes:

• Pérdida del señoreaje que es la diferencia que existe entre el costo intrínseco del papel, más su impresión como billete y el poder adquisitivo del mismo, al dolarizar la economía, significará la pérdida del señoreaje para el Estado Ecuatoriano, según datos del Banco Central significará entre US$ 35 y 40 millones; no obstante, las autoridades económicas esta manteniendo conversaciones con las autoridades del Tesoro de los Estados Unidos y de la Reserva Federal para que el señoreaje sea compartido.

• Pérdida de flexibilidad en la política monetaria, en un sistema monetario dolarizado el gobierno nacional no puede devaluar la moneda o financiar el déficit presupuestario mediante la creación de inflación porque no puede emitir dinero.

• Problemática de shocks externos. • Los productos costarán más, pero luego de un proceso de adaptación, habrá una

estabilidad. • El costo por una sola vez, de convertir precios, programas de computación, cajas

registradoras y máquinas vendedoras automáticas de moneda doméstica a moneda extranjera

• Costo de perder un Banco Central local como prestamista de última instancia, en especial para los bancos ineficientes. Para las Cooperativas de Ahorro y Crédito, jamás ha existido un apoyo, más bien nos van quitando ciertas ventajas competitivas (pagar el impuesto a la renta).

5. Cronología de la dolarización ecuatoriana

9 de enero: Jamil Mahuad, entonces Presidente de la República, anuncia la aplicación del nuevo esquema, y decide fijar el tipo de cambio den 25 000 sucres, y pide al Banco Central apruebe la reforma. El 3 de enero el dólar se ubicaba en 21 600 sucres, llegó a cotizarse hasta en 28 000. Enero 10: El Directorio del Banco Central aprueba la propuesta de dolarización, cuatro de los cinco miembros llegaron a un acuerdo. El Fondo Monetario ofrece apoyo al Ecuador y el ministro de Finanzas explica que la dolarización tendrá tres etapas: la adopción de un tipo de cambio fijo, la adopción de una serie de reformas y la sustitución de los sucres por dólares.

Enero 11: Se da la propuesta de desagio; se plantea que, mediante una fórmula, la tasa para los créditos se ubique en 14,05% y la tasa para los depósitos en 8,27%. Las autoridades inician la discusión del proyecto "Trolebús". La tasa referencial del Banco Central, a corto plazo, se reduce de 150% al 25%.

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Enero 13: Los consumidores advierten un exagerado incremento de precios de productos de consumo básico. La reacción, según las autoridades, es especulativa. Los comerciantes sostienen que se trata de un ajuste a los niveles de un dólar de 25 000 sucres. Los analistas advierten que el ajuste es normal en una primera etapa de la dolarización. Enero 17: Walter Zunic comanda el grupo de expertos del Banco Mundial que asesora a la Superintendencia de Bancos, en los ajustes para implementar la dolarización. Llegan alrededor de 44 millones de dólares de la reserva monetaria del país, desde los Estados Unidos, para respaldar el proceso dolarizador. Enero 19: Los indígenas llegan a Quito, organizan marchas. El ministro de Defensa (e), Carlos Mendoza, recibe a una delegación de la Conaie. Enero 20: El Gobierno anuncia que el costo de la hora de trabajo se fijará en 60 centavos de dólar. Se plantea, dentro de las reformas, la unificación salarial y la contratación por horas. Enero 21: El Gobierno de Mahuad es derrocado por una intentona golpista, de civiles y militares. Enero 22: El efímero triunvirato (Vargas, Mendoza y Solórzano), da paso a Gustavo Noboa, quien se posesiona como presidente de la República. Noboa confirma la dolarización. Enero 28: Se instalan los nuevos miembros del Directorio del Banco Central: Eduardo Cabezas y Jorge Ycaza. Modesto Correa es el nuevo presidente del Directorio y Miguel Dávila, gerente del mismo. Enero 31: El INEC anuncia que la inflación de enero es el 14,3% y la anual se proyecta en 78,1%. Febrero 1: Las autoridades preparan un nuevo decreto para reducir las tasas de interés. El Conelec anuncia, para julio, un incremento del 135% de las tarifas eléctricas para ajustarlas a un esquema de dolarización. Febrero 2: Las Cámaras apoyan una alza salarial del 50% para que los salarios recuperen, en parte, su capacidad adquisitiva. Los empresarios exigen reformas previas. Febrero 7: El ministro de finanzas anuncia que el Gobierno procederá al envío de un primer paquete de reformas para sustentar la dolarización y emite un documento para insistir en la reducción de las tasas de interés. Marzo 13: En el registro oficial No. 034 se oficializa la dolarización en el Ecuador, la ley se denomina Ley de Transformación Económica del Ecuador.

6. La dolarización y las tasas de interés

Hablar de tasas de interés, es también hablar de inflación, con la dolarización, una de las ventajas es que la inflación bajará a niveles internacionales, a un dígito (a excepción del año 2000, que es el año de transición), por lo tanto, las tasas de interés también se verán obligadas a bajar. Inclusive el gobierno de ese entonces, Doctor Mahuad, con fecha del 20 de enero del 2000, mediante decreto ejecutivo No: 1723 regula las tasas de interés, tanto activas como pasivas, o lo que se le conoce como la ley del desagio, lo que obligó a las empresas de intermediación financiera a bajar las tasas de interés, inclusive las pactadas. Para lo cual el se utilizó una formula que es la siguiente: NT = {{ CC * ( 1 + TC )} * 100 } Donde: NT = Nueva tasa. CC = Coeficiente de conversión (0.659 para tasas activas y 0.743 para tasas pasivas) TC = Tasa de contrato.

7. La dolarización y el ahorro

El esquema supone un serio ajuste para la economía de los ecuatorianos. El salario básico representa, a un tipo de cambio de 25 000 sucres, un total de 50 dólares; ésta cifra es más de dos veces inferior a la de diciembre de 1998. En un primer momento, el efecto de la dolarización reducirá la capacidad de compra de la población, y por tanto, volverá más pobres a los ecuatorianos; pero, se estima que a mediano plazo la economía podría recuperarse, aunque tal posibilidad depende de la seriedad de la aplicación del nuevo sistema económico, es decir, los sueldos y salarios no cubren ni siquiera la canasta básica familiar, entonces es lógico pensar que no existe capacidad de ahorro, por más atractivas tasas de interés que se oferten.

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En el pasado (con el sucre), en especial los jubilados y otros ahorristas que "sobrevivían" de las tasas de interés, se sienten perjudicados por la baja de las mismas, pero es necesario realizar un análisis detenidamente al respecto, ya que con la modalidad anterior en lugar de ganar, estaban perdiendo, pero con el nuevo esquema, aunque se gane poco en los ahorros verdaderamente se está ganando Por ejemplo un ahorrista tiene 10 millones de sucres para ahorrar en un banco, en una economía inflacionaria bien se podría estar recibiendo una tasa de interés del 50% por la inversión, lo que equivaldría a 5 millones de sucres anuales, o 416.666 sucres mensuales, aparentemente bastante; pero de hecho es un engaño, ya que si le restamos la inflación del año 1999 que fue del 60.70%, resulta que en lugar de ganar se ha estado perdiendo (10.7 puntos menos), porque al fin del año, para mantener la capacidad adquisitiva debería tener 16 millones de sucres, mientras que con la tasa de interés apenas llega a 15 millones de sucres. Para un mejor entendimiento del como determinar la tasa real que paga una intermediaria financiera, es bueno valerse de la siguiente formula; está se aplicará a las tasas e interés pasivas que mantenía u banco, en el año 1999.

De lo que se puede decir que el banco estaba pagando a sus ahorristas una tasa negativa real del 23.58%, por lo que en lugar de apoyar a la red de ahorristas, les a perjudicado, para subvencionar a la red de deudores, que se vieron beneficiados significativamente. Pero si los ahorristas hubiesen invertido en dólares, si bien la tasa de interés, es mucho menor pero hubiesen mantenido el poder adquisitivo de su dinero. Para confirmar lo anotado, se realizará un ejemplo con la misma formula y con la tasa de interés pasiva actual de un banco que es del 6%, y la inflación que se dice, bajará en unos dos años a un 3% anual. Por lo tanto la tasa de interés pasiva real será la siguiente:

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FUNDAMENTOS DE LA DOLARIZACIÓN

Reporte del Comité de Asuntos Económicos del Congreso de los Estados Unidos (Joint Economic Committee) Oficina del Presidente del Comité, Senador Connie Mack. Julio 1999

Este reporte expresa la opinión del autor únicamente. Los puntos de vista expresados no necesariamente reflejan las opiniones del Comité económico, su Presidente, Vicepresidente o de sus miembros.

SUMARIO

La dolarización ocurre cuando los residentes de un país usan extensamente moneda extranjera junto a o en vez de la moneda doméstica. La dolarización puede ocurrir en forma extraoficial, sin una aprobación legal, o puede ser oficial, esto es, cuando un país deja de emitir la moneda doméstica y usa solo moneda extranjera. La idea de dolarización ha ganado prominencia en meses recientes porque varios países, en especial Argentina, han considerado la dolarización oficial.

Debido a que el interés en la dolarización oficial es bastante nuevo, la información que se ha publicado sobre este tema es bastante escasa. Este estudio explica las características fundamentales de la dolarización: que forma toma, donde existe, cómo funciona, cuales son los costos y beneficios de la dolarización oficial y cuales son los problemas que surgen al implementar la dolarización oficial.

Por lo tanto, con el nuevo esquema, por lo menos el banco entregará a su socio ahorrista, una tasa de interés real positiva de un 2.91%, razón por lo cual el banco debe capacitar a sus ahorristas en este campo, para que no den opiniones ligeras con respecto a las tasas de interés. Por lo tanto para los ahorristas que quieren vivir de los intereses en los ahorros, se ven truncadas sus aspiraciones. Este periodo de transición de hecho va ha ser muy dura, por lo tanto, se tiene que buscar alternativas de solución.

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1. INTRODUCCION

La dolarización ocurre cuando los residentes de un país usan extensamente el dólar de los Estados Unidos u otra moneda extranjera junto a o en vez de la moneda local. La dolarización extraoficial se produce cuando los individuos mantienen depósitos bancarios o billetes en moneda extranjera para protegerse contra la alta inflación de su moneda local. La dolarización es oficial cuando un gobierno adopta la moneda extranjera como curso legal exclusivo o predominante.

La dolarización extraoficial ha existido en muchos países por años. Esto ha sido motivo de estudio por los economistas, pero ha recibido menos atención de los políticos porque, hasta cierto punto, está fuera del control de los gobiernos. La dolarización ha estado en las noticias últimamente debido al interés en dolarización oficial. El gobierno argentino ha declarado que pretende un acuerdo formal con los Estados Unidos para dolarizarse oficialmente. Argentina puede dolarizarse oficialmente aun sin un acuerdo formal, pero su gobierno prevé beneficios económicos y políticos como resultados de un convenio. La acción de Argentina ha provocado la discusión sobre dolarización oficial en otros países latinoamericanos.

El país independiente más grande que actualmente está dolarizado oficialmente es Panamá. Sin embargo, potencialmente la dolarización tiene amplia aplicación en países en desarrollo porque pocos tienen monedas que se han desempeñado tan bien como el dólar de los Estados Unidos. Efectuemos una simple prueba, que conste de tres partes, sobre la calidad de la moneda a partir de 1971 (el último año del patrón oro) al presente: ningún año de inflación sobre el 20 por ciento, pérdida de valor contra el dólar de no más del 25 por ciento, y ninguna restricción sobre compras de moneda extranjera desde el fin del patrón oro. Los Estados Unidos pasa la prueba, pero entre los países en desarrollo que son miembros del Fondo Monetario internacional (FMI), solo Panamá aprueba. Esto indica que muchos países en desarrollo pudieron haber tenido monedas de más alta calidad reemplazando la moneda emitida localmente con el dólar. Si no hubieran querido usar el dólar, también les hubiera ido mejor usando el marco alemán o el yen japonés, las otras dos monedas internacionales importantes.

Hasta que Argentina empezó a considerarla, la dolarización oficial no recibió prácticamente ninguna atención porque se la consideraba una imposibilidad política. En consecuencia, la información publicada sobre este tema es muy escasa. Para hacer la dolarización más ampliamente disponible, este reporte explica las características básicas de la dolarización: las variaciones que toma, donde existe, cómo funciona, cuales son los costos y beneficios de la dolarización oficial y cuales son los problemas que surgen al implementarla.

Un reporte anterior del Comité de Asuntos Económicos del Congreso de los Estados Unidos (JEC 1999) enfocó la dolarización oficial desde el punto de vista de los Estados Unidos y únicamente discutió la "dolarización" en términos del dólar de los Estados Unidos. Este reporte tiene un enfoque más amplio, así dolarización aquí se refiere a cualquier moneda extranjera que se use junto a o en vez de la moneda local, sea que se use en forma oficial o extraoficial.

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Sin embargo, la dolarización oficial usando el dólar de los Estados Unidos recibirá un énfasis especial por cuanto es la variedad de dolarización más relevante para la discusión de políticas en los Estados Unidos. Este reporte se enfoca en los aspectos prácticos de la dolarización. Un reporte del Comité de la Banca del Senado de los Estados Unidos (Stein 1999) analiza los argumentos económicos a favor y en contra de la dolarización oficial.

2. MODALIDADES DE DOLARIZACION

La dolarización se presenta bajo tres modalidades principales: dolarización extraoficial; dolarización semi oficial; y dolarización oficial.

Dolarización extraoficial. La dolarización extraoficial ocurre cuando la gente mantiene una gran parte de su riqueza financiera en activos extranjeros aun cuando la moneda extranjera no sea de curso legal. (Curso legal significa que una moneda es legalmente aceptable como pago para todas las deudas, a menos que tal vez las partes contratantes hayan especificado el pago en otra moneda. Curso legal difiere de curso forzoso el cual significa que la gente debe aceptar una moneda en pago, aun cuando ellos preferirían especificar otra moneda.) El término "dolarización extraoficial" se refiere a ambos casos, esto es, cuando mantener dinero extranjero es legal y cuando es ilegal. En algunos países es legal mantener algún tipo de activos extranjeros, tales como cuentas en dólares en un banco local, pero es ilegal mantener otros tipos de activos extranjeros, tales como cuentas bancarias en el extranjero, a menos que se le haya otorgado un permiso especial.

La dolarización extraoficial puede incluir mantener cualquiera de los siguientes activos:

• Bonos extranjeros y otros activos no monetarios, generalmente en el exterior; • Depósitos de moneda extranjera en el exterior; • Depósitos en moneda extranjera en el sistema bancario doméstico; o • Billetes extranjeros (moneda papel) en billeteras y colchones.

La dolarización extraoficial a menudo ocurre en etapas que corresponden a las funciones del dinero como lo estipulan los libros de texto, esto es, medida de valor, medio de pago y unidad de cuenta. En la primera etapa, lo que los economistas algunas veces llaman "sustitución de activos", la gente mantiene bonos extranjeros y depósitos en el exterior como "reserva de valor". Hacen esto porque quieren protegerse contra la pérdida de riqueza a través de la inflación de la moneda doméstica o a través de la franca confiscación que han hecho algunos países. En la segunda etapa de la dolarización extraoficial, llamada a veces por los economistas "sustitución monetaria", la gente mantiene grandes cantidades de moneda extranjera en el sistema bancario doméstico (si le permiten), y luego billetes extranjeros, tanto como medio de pago como para mantener su valor. Los sueldos, impuestos, y gastos diarios tales como alimentos y cuentas eléctricas tienen que pagarse en la moneda local, pero artículos más caros tales como automóviles y casas se los paga a menudo en moneda extranjera. En la etapa final de la dolarización extraoficial, la gente piensa en términos de la moneda extranjera, y los precios en la moneda local se los relaciona con el índice de la tasa de cambio.

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Donde existe dolarización extraoficial. Es difícil medir la extensión de la dolarización extraoficial. Estadísticas confiables sobre cuanto tiene la gente en bonos, depósitos bancarios, o billetes y monedas extranjeras, generalmente no están disponibles. Sin embargo, estimaciones sobre cuantos billetes de dólares de los Estados Unidos y otras monedas circulan fuera de su país de origen, dan una idea aproximada de cuan extendida es la dolarización extraoficial. Investigadores del Sistema de Reserva Federal estiman que los extranjeros mantienen entre un 55 a 70 por ciento de billetes en dólares de los Estados Unidos, principalmente en forma de billetes de $100 (Porter y Judson 1996, p. 899). La cantidad de dinero en dólares en circulación es actualmente cerca de $480 mil millones, lo que implica que los extranjeros mantienen aproximadamente $300 mil millones. Un estudio hecho por el Bundesbank, el banco central de Alemania, estima que los extranjeros mantienen un 40 por ciento del marco alemán en billetes (Seitz 1995). Otra manera de medir la dolarización extraoficial es calculando la proporción de los depósitos en moneda extranjera en el sistema bancario doméstico. Un estudio reciente de países en desarrollo seleccionados efectuado por el FMI, encontró que 52 países estaban altamente o moderadamente dolarizados en 1995 (Baliño y otros 1999, p. 2-3).(1) Las notas del Cuadro No. 1 presenta una lista de los países. En la mayor parte de los países dolarizados extraoficialmente, el dólar de los Estados Unidos es la moneda extranjera que se elige. Eso es particularmente cierto en América Latina y el Caribe, donde los Estados Unidos representa el primer o segundo socio comercial más grande y la mayor fuente de inversión extranjera para casi todos estos países. Rusia también está dolarizada extraoficialmente en su mayor parte: se ha estimado que Rusia mantiene tanto como $40 mil millones de dólares en billetes (Melloan 1998). El marco alemán es la moneda extranjera de elección en los Balcanes. El marco es ahora una subdivisión del euro europeo lo mismo que el franco francés, la lira italiana, la peseta española y un número de otras monedas de Europa Occidental. Las monedas y los billetes del euro reemplazaran las monedas y billetes domésticas en toda la "Eurolandia" en el 2002. El euro entonces deberá ser el rival más fuerte del dólar como la moneda que elijan los países de la ex Unión Soviética, África y el Oriente Medio. El Cuadro No. 1 presenta los países que tienen dolarización extraoficial en el sentido del uso difundido de cualquier moneda extranjera, no sólo el dólar de los Estados Unidos. El dólar y el marco son las únicas monedas tan ampliamente usadas fuera de sus países de origen que tienen significado mundial. El uso de otras monedas en el exterior es limitado; en particular, a pesar del gran tamaño de la economía japonesa, el yen japonés parece ser poco usado en el exterior. Dolarización semi oficial. Más de una docena de países tienen lo que puede llamarse dolarización semi oficial o sistemas oficiales bimonetarios. Bajo la dolarización semi oficial, la moneda extranjera es de curso legal y aun puede dominar los depósitos bancarios, pero juega un papel secundario con respecto a la moneda doméstica para pagar salarios, impuestos y los gastos diarios tales como las cuentas de alimentos y luz eléctrica. A diferencia de los países oficialmente dolarizados, los semi dolarizados mantienen un banco central doméstico u otra autoridad monetaria y correspondientemente poseen cierta flexibilidad para conducir su propia política monetaria. El Cuadro No. 1 presenta una lista de los países dolarizados semi oficialmente.

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Cuadro No. 1. Países extraoficialmente y semi oficialmente dolarizados

Extraoficialmente dolarizados--dólar de los Estados Unidos: La mayoría de los países de América Latina y del Caribe, especialmente Argentina, Bolivia, México, Perú y Centro América; la mayoría de los países de la ex Unión Soviética, especialmente Armenia, Azerbaiján, Georgia, Rusia y Ucrania; otros varios países, incluyendo Mongolia, Mozambique, Rumania, Turquía y Vietnam.

Semi oficialmente dolarizados--dólar de los Estados Unidos: Bahamas, Camboya, Haití, Laos (también el baht de Tailandia), Liberia.

Extraoficialmente dolarizados--otras monedas: franco francés/euro--algunas ex colonias francesas en Africa; marco alemán/euro--Balcanes; dólar de Hong Kong--Macau y el sur de China; el rublo ruso--Belarusia.

Semi oficialmente dolarizados--otras monedas: Bután (rupia india); Bosnia (marco alemán, kuna croata, dinario yugoeslavo); Brunei (dólar de Singapur); Isla de Man (libra británica); Islas de la Mancha (libra británica); Lesotho (rand de Africa del Sur); Luxemburgo (franco belga); Namibia (rand de Africa del Sur); Tajikistán (se permite el uso de monedas extranjeras--el rublo ruso es el más extendido).

Notas: La lista de las economías extraoficialmente dolarizadas no incluye a todas porque es difícil medir cuantos son los países extraoficialmente dolarizados. Un estudio del FMI basado solamente en los datos sobre depósitos en moneda extranjera clasifica 18 países como "altamente dolarizados" hasta 1995, lo que significa que los depósitos en moneda extranjera exceden 30 por ciento de la medida amplia de la oferta monetaria. Los países son Argentina, Azerbaiján, Belarusia, Bolivia, Cambodia, Costa Rica, Croacia, Georgia, Guinea-Bissau, Laos, Latvia, Mozambique, Nicaragua, Perú, Sao Tomé y Príncipe, Tajikistán, Turquía y Uruguay. El estudio clasifica como "moderadamente dolarizados" otros 34 países, en los cuales los depósitos en moneda extranjera promedian 16,4 por ciento de la medida amplia de la oferta monetaria. Estos países son Albania, Armenia, Bulgaria, Dominica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Estonia, Filipinas, Guinea, Honduras, Hungría, Jamaica, Jordania, Lituania, Macedonia, Malawi, México, Moldova, Mongolia, Pakistán, Polonia, República Checa, República Eslovaquia, Rumania, Rusia, Sierra Leona, Trinidad y Tobago, Ucrania, Uganda, zbekistán, Vietnam, Yemen y Zambia (Baliño y otros 1999, pp. 2-3).

El FMI (1998) identifica como países semi oficialmente dolarizados aquellos que tienen moneda extranjera como "otra de curso legal", queriendo decir que la moneda extranjera circula ampliamente pero juega un papel secundario con respecto a la moneda doméstica. Otros pocos países, en especial Argentina y Bolivia, otorgan a la moneda extranjera una función legal pero aparentemente no tan extensa como en los países extraoficialmente dolarizados, por lo tanto, la lista los omite.

Dolarización oficial. La dolarización oficial, también llamada dolarización total, ocurre cuando la moneda extranjera adquiere el status exclusivo o predominante de curso legal completo. Esto significa no solamente que es legal el uso de la moneda extranjera en los contratos privados, sino que el gobierno lo usa para hacer sus pagos. Si existe moneda doméstica, ésta se restringe a un papel secundario, tal como ser emitida solamente en la forma de moneda fraccionaria de poco valor.

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Los países oficialmente dolarizados varían dependiendo del número de monedas extranjeras de curso legal que se permiten, así como de la relación entre la moneda doméstica--si existe--y la moneda extranjera. Dolarización oficial no necesariamente significa que una o dos monedas extranjeras son únicamente de curso legal total; la libertad de elegir puede ofrecer alguna protección contra quedarse entrampado usando una moneda que puede hacerse inestable. La mayoría de los países oficialmente dolarizados le otorgan solamente a una moneda extranjera el status de curso legal total, pero Andorra le otorga este papel tanto al franco francés como a la peseta española. Algunos países dolarizados no emiten ninguna moneda local, mientras otros, tales como Panamá, la emiten pero con un papel secundario. Panamá tiene una unidad de cuenta llamada el balboa igual al dólar y emite moneda fraccionaria pero no billetes. En la práctica, no existe diferencia entre el balboa y el dólar; el balboa es simplemente el nombre panameño para el dólar. Donde existe la dolarización oficial. Muchos países han usado moneda extranjera en algún momento en su historia: en los Estados Unidos, las monedas extranjeras tuvieron curso legal hasta 1857.(2) Como muestra el Cuadro No. 2, actualmente 28 países usan oficialmente el dólar de los Estados Unidos o alguna otra moneda extranjera como su moneda predominante. De estos, 15 son territorios que no son independientes, tales como las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Con excepciones menores, estos territorios usan la moneda de su "madre" patria. El cuadro incluye solo países dependientes que tienen un alto grado de gobierno propio, pero hay casos límites, que algunos estudiosos pueden incluirlos como parte de la madre patria. De los 13 países oficialmente dolarizados que son independientes, Panamá es varias veces más grande en población y economía que todos los demás combinados. Para 1997, Panamá tenía 2.7 millones de habitantes y un producto interno bruto (PIB) de $8,7 miles de millones. Los países independientes oficialmente dolarizados usan ya sea la moneda de un país grande o, en el caso de las islas del Océano Pacífico, las monedas de su ex metrópoli. La dolarización oficial es rara hoy en día, excepto entre países muy pequeños por el simbolismo político que representa la moneda nacional y por factores económicos tales como los costos que se supone acarrea la dolarización. Argentina tiene 33 millones de habitantes y un PIB de cerca de 300 mil millones, de manera que la dolarización oficial sería un salto gigante comparado a los países donde existe actualmente. Sin embargo, comparado a los Estados Unidos, la economía de Argentina o de cualquier otro país en desarrollo, es pequeña. La economía de Argentina es aproximadamente el mismo tamaño de Michigan, esto es, 3,4 por ciento de la economía de los Estados Unidos. Desempeño de los países dolarizados. El desempeño económico de los países extraoficialmente y semi oficialmente dolarizados ha sido muy variable, pero generalmente no es impresionante. Una razón de esto es que sus monedas domésticas a menudo han sido de baja calidad y han interferido el desarrollo económico causando alta inflación y otros problemas. Las leyes que obligan a la gente a usar la moneda doméstica, especialmente para efectuar pagos de salarios e impuestos, crean una demanda artificial aun para las monedas domésticas de baja calidad. Parece que no existen estudios que comparen sistemáticamente el desempeño de países oficialmente dolarizados con el desempeño de países que tienen otros sistemas monetarios. Parte de la explicación es que la información es difícil de encontrar excepto en Panamá.

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Panamá ha tenido un crecimiento económico respetable, aunque no espectacular, una tasa promedio de inflación aún más baja que la de los Estados Unidos, y no ha tenido grandes fracasos bancarios. Las tasas de interés para los préstamos al detalle han sido aproximadamente dos puntos de porcentaje más altos que las tasas en los Estados Unidos, mientras que las tasas inter bancarias han sido aún más cercanas a los niveles de los Estados Unidos. Además del Estado Asociado de Puerto Rico, Panamá es el único país Latino Americano donde los prestamistas privados están dispuestos a hacer préstamos hipotecarios a tasa fija a 30 años. Un reporte anterior (JEC 1999, p. 330) resume el desempeño de Panamá e información detallada está disponible en otros trabajos (Moreno-Villalaz 1999). Aun cuando faltan estudios sistemáticos que enfoquen países oficialmente dolarizados, existen estudios más generales. Ellos analizan el desempeño de países en desarrollo con bancos centrales y los comparan con países en desarrollo que tienen sistemas monetarios bajo ciertas reglas, incluyendo dolarización oficial y cajas de conversión. Estos estudios demuestran que mientras más reglas tiene el sistema monetario, su desempeño es mejor comparado a la banca central en los países en desarrollo (Ghosh y otros 1998, Hanke 1999, Hausmann y otros 1999, Schuler 1996). Otra evidencia importante, pero frecuentemente no tomada en cuenta, se origina en la experiencia interna del país más que entre países. La dolarización oficial funciona bastante similar a un sistema monetario entre regiones de un mismo país: Panamá tiene la misma relación con Nueva York que tienen Pennsylvania y Puerto Rico. Entre regiones de un mismo país, los sistemas monetarios típicamente operan sin muchos de los problemas que surgen a nivel internacional entre países que tienen monedas separadas.

Cuadro No. 2. Países oficialmente dolarizados

País Población PIB ($

mil millones)

Estado político Moneda Desde

Andorra 73 12 independiente franco francés/euro, peseta española/euro*

1278

Chipre Norte 180 14 independiente de facto

lira turca 1974

Ciudad del Vaticano

1 0 independiente lira italiana/euro, moneda propia

1929

Groenlandia 56 9 región de Dinamarca con gob. propio

krone de Dinamarca antes de 1800

Guam 160 30 territorio de los EE.UU.

dólar de los EE.UU. 1898

Isla de Pitcairn

42 0 dependiente de Gran Bretaña

dólares de Nueva Zelandia y los EE.UU.

siglo XIX

Islas Cocos (Islas

600 0 territorio australiano

dólar australiano 1955

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Keeling) externo Islas Cook 18.5 1 territorio de

Nva Zelandia con gobierno propio

dólar de Nueva Zelandia 1995

Islas Mariana del Norte

48 5 territorio asociado de los EE. UU.

dólar de los EE.UU. 1944

Islas Marshall

61 1 independiente dólar de los EE.UU. 1944

Islas Norfolk 1.9 0 territorio externo de Australia

dólar australiano antes de 1900

Islas Turcas y Caicos

14 1 colonia británica

dólar de los EE. UU. 1973

Islas Vírgenes Británicas

18 1 dependiente de Gran Bretaña

dólar de los EE. UU. 1973

Islas Vírgenes de los EE. UU.

97 12 territorio de EE.UU.

dólar de los EE.UU. 1934

Kiribati 82 1 Independiente dólar australiano, moneda propia

1943

Liechtenstein 31 7 independiente franco Suizo 1921 Micronesia 120 2 independiente dólar de los EE.UU. 1944 Mónaco 32 8 independiente franco francés/euro 1865 Nauru 10 1 independiente dólar australiano 1914 Niue 1.7 0 territorio de

Nva Zelandia con gobierno propio

dólar de Nueva Zelandia 1901

Palau 17 2 independiente dólar de los EE. UU. 1944 Panamá 2,7 mn 87 independiente dólar de los EE.UU., moneda

el balboa panameño 1904

Puerto Rico 3,8 mn 330 estado asociado de los EE.UU.

dólar de los EE. UU. 1899

Samoa Americana

60 2 territorio asociado de los EE.UU.

dólar de los EE.UU. 1899

San Marino 26 1 independiente lira Italiana/euro, moneda propia

1897

Santa Helena 5.6 0 colonia británica

libra británico 1834

34

Tokelau 1.5 0 territorio de Nueva Zelandia

dólar de Nueva Zelandia 1926

Tuvalu 11 0 independiente dólar Australiano, moneda propia

1892

Estados Unidos

268 mn 8.1 independiente dólar de los EE. UU. siglo XVII

Fuentes: Banco Mundial 1999; CIA 1998; FMI 1998; The Statesman's Year-Book.

Notas: Los itálicos indican países que usan el dólar de los Estados Unidos. La población y el producto interno bruto (PIB) son de 1997 o el año más reciente disponible. Se incluyen los Estados Unidos para efectos de comparación.

*Emite el diner de Andorra para coleccionistas. 3. COMO FUNCIONA LA DOLARIZACION Dolarización extraoficial. La mayoría de los estudios que han efectuado los economistas sobre la dolarización han sido sobre la dolarización extraoficial, especialmente la fase de "sustitución de la moneda". (Esta es la fase en la cual la gente usa moneda extranjera para pagar artículos caros aun cuando legalmente se supone que deben usar la moneda doméstica). Los resultados de estos estudios varían ampliamente porque la dolarización extraoficial tiene efectos contrapuestos. Por una parte, puede hacer inestable la demanda de la moneda local. Si la gente cambia a la moneda extranjera repentinamente, puede ocasionar que la moneda doméstica se deprecie, iniciando una espiral inflacionaria. Cuando la gente mantiene cantidades sustanciales de depósitos en moneda extranjera, un cambio en las tasas de interés doméstica o extranjera puede producir grandes movimientos de una moneda a otra, como una manera de especular con la tasa de cambio. Estos cambios de posición complican la labor de un banco central que está tratando de apuntar a la oferta de dinero doméstica. Por otra parte, la dolarización extraoficial ofrece una protección contra la inflación de la moneda doméstica y puede aumentar la estabilidad del sistema bancario. Permitir a los bancos domésticos que acepten depósitos en moneda extranjera significa que los depositantes no tienen que enviar su dinero fuera del país cuando quieren cambiarlo a una moneda extranjera. Por lo tanto, disminuye el riesgo de que una devaluación cause una corrida bancaria. En algunos casos, el "efecto inestabilidad" en la demanda de dinero es más importante, mientras en otros casos el "efecto estabilidad" en el sistema bancario es más importante. Consecuentemente, los economistas están divididos en cuanto a si es deseable o no la dolarización extraoficial o semi oficial (ver Revista 1992). Dolarización oficial. La dolarización oficial es más fácil de analizar que la dolarización extraoficial porque mediante la eliminación de la moneda doméstica, se eliminan los problemas que surgen por cambios de la moneda doméstica a la extranjera. En vista de que la alta inflación y otros problemas monetarios en los países en desarrollo a menudo se originan más en la moneda doméstica que por el mayor uso de monedas extranjeras, la dolarización oficial elimina esos problemas. Un país dolarizado oficialmente es parte de una zona unificada de moneda con el país cuya moneda usa, llamado el país emisor. Repitiendo, Panamá tiene en su mayor parte la misma relación con Nueva York que tienen Pennsylvania y Puerto Rico.

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Un país dolarizado oficialmente renuncia a una política monetaria independiente e "importa" la política monetaria del país cuya moneda usa. Dentro de la zona de moneda unificada, el arbitraje--compra y venta para tomar ventajas de las diferencias en precios--tiende a mantener los precios de bienes similares dentro de un rango estrecho. Si una computadora cuesta $500 en los Estados Unidos, en Panamá no puede costar más de $500 además de los impuestos adicionales y los costos de envío, de otra manera resultaría más rentable embarcar computadoras de los Estados Unidos a Panamá hasta que la diferencia de precios desaparezca. Lo mismo es verdad con respecto al comercio de computadoras entre los Estados Unidos y México, pero como México tiene una moneda separada, los riesgos de la moneda imponen un costo extra al arbitraje que no existe en el comercio entre los Estados Unidos y Panamá. Debido a que el arbitraje tiende a mantener los precios de bienes similares dentro de un rango estrecho en toda la zona de moneda unificada, las tasas de inflación tienden a ser bastante similar a través de toda la zona. La inflación no tiene que ser necesariamente la misma en toda la zona, sin embargo, los precios de bienes que no se mueven fácilmente, en particular bienes raíces y mano de obra, pueden subir más rápido que el promedio en áreas de rápido crecimiento, reflejando el hecho de que el crecimiento económico está haciendo los bienes más valiosos. No hay nada fuera de lo usual en eso; lo mismo pasa en diferentes regiones de un mismo país. Las tasas de interés también tienen la tendencia a ser bastante similar a través de la zona: si las hipotecas a 30 años tienen una tasa de interés de 8 por ciento en los Estados Unidos, la tasa no puede ser más alta en Panamá, de otra manera sería más rentable para los bancos prestar dinero para hipotecas en Panamá hasta que la diferencia desaparezca. Alguna diferencia en las tasas de interés puede persistir, sin embargo, debido al riesgo país (factores políticos que afectan la seguridad de los derechos de propiedad). Las tasas de interés se sincronizarían más estrechamente si hubiera integración financiera, la que discutiremos a continuación. Lo mismo que en una región dentro de un país, en un país oficialmente dolarizado la oferta de dinero se determina automáticamente por la balanza de pagos, la cual en si misma refleja las preferencias de las gentes por mantener el dinero en vez de gastarlo. El país emisor determina la cantidad de base monetaria en existencia (billetes y monedas en circulación, además de las reservas bancarias). La base monetaria entonces pasa a poder de las manos de la gente en varias regiones o países de acuerdo a la intensidad de su demanda. Si la gente desea adquirir más billetes en moneda extranjera, tienen que gastar menos, si las condiciones se mantienen; si ellos tienen más billetes en moneda extranjera que las deseadas, se deshacen de ellos gastando más. Para una región, sin embargo, la balanza de cuentas corrientes (el intercambio en bienes y servicios) no determina rígidamente la oferta de dinero, porque la gente puede también adquirir o deshacerse de su poder de gastar a través de transacciones en la cuenta de capital (intercambio en activos financieros--en otras palabras, obteniendo o haciendo préstamos). Asumamos que en un año Panamá ha vendido $6 mil millones en bienes y servicios al resto del mundo pero ha comprado $7 mil millones; en consecuencia, su déficit en cuenta corriente durante el año es $1 mil millones. Eso no significa que su oferta de dinero debe contraerse en $1 mil millones. Si durante ese mismo año los Panameños no invirtieron fuera del país y los extranjeros invirtieron $2 mil millones en Panamá, el exceso en la cuenta capital es $2 mil millones, haciendo el surplus combinado $1 mil millones, lo que significa que la oferta de dinero puede expandirse en vez de contraerse.

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Un país oficialmente dolarizado no puede responder a los choques económicos, tales como un aumento en el precio del petróleo, alterando la tasa de cambio de su moneda. Sin embargo, tiene otros métodos de ajuste a su disposición: flujos de capital dentro o fuera del país para compensar el choque, cambios en el presupuesto del gobierno, y cambios en precios y (menos a menudos) salarios. El país que experimenta un choque económico "real" en última instancia tiene que ajustarse experimentando ganancia o pérdida "real". Alterando la tasa de cambio tal vez suaviza, pero no evita la necesidad de un ajuste real. Integración financiera. Si la dolarización oficial no va más allá de usar una moneda extranjera, no logra todos sus beneficios potenciales. Un país oficialmente dolarizado tiene una moneda unificada con el país emisor, pero no necesariamente un sistema financiero integrado. Para alcanzar una integración financiera, el país debe permitir a las instituciones financieras extranjeras competir con las instituciones financieras nacionales. Una integración financiera completa se produce cuando la ley permite a las instituciones financieras una amplia libertad de acción para competir y no discrimina contra instituciones extranjeras. En particular, significa que las instituciones financieras extranjeras pueden establecer agencias, aceptar depósitos y hacer préstamos, comprar hasta un cien por ciento instituciones nacionales, y mover fondos libremente dentro y fuera del país. La integración financiera más la dolarización oficial, usando una moneda internacional prominente (el dólar, euro, o yen), hace al país parte de una gran fuente internacional de fondos líquidos. Consecuentemente, el sitio donde se hacen los préstamos no tiene necesariamente que estar conectado cerca del sitio donde están los depósitos. El Citibank, por ejemplo, no necesita balancear sus préstamos y depósitos en Panamá, de la misma forma como no necesita balancear sus préstamos y depósitos en Pensilvana. Puede adquirir dinero en préstamo donde el costo de los fondos es más bajo y a su vez prestar dinero donde los beneficios potenciales ajustados al riesgo es más alto en cualquier parte de la zona dolarizada. La habilidad del sistema financiero para mover los fondos sin los riesgos de tasas de cambio entre un país oficialmente dolarizado y el país emisor reduce los períodos de bonanza y depresión de capital extranjero que ocurren a menudo en países con política monetaria independiente y sistemas financieros no bien integrados al sistema mundial. También ayuda a estabilizar la tasa de cambio real (una medida de los efectos de la tasa de cambio y la inflación en la competitividad de las exportaciones [Moreno-Villalaz 1999, pp. 422-4]). Además de ayudar a estabilizar la economía, la integración financiera mejora la calidad del sistema financiero porque permite a los consumidores acceso a las instituciones financieras que han probado su competencia internacionalmente. Eso obliga a las instituciones financieras locales a ser de alta calidad para poder competir con las instituciones extranjeras. Por otra parte, las instituciones financieras extranjeras pueden prestar fondos a las instituciones locales cuando a éstas les falta liquidez. Un acceso rápido a fondos extranjeros ofrece al país dolarizado un sustituto a las funciones del Banco central como prestamista de última instancia. 4. COSTOS Y BENEFICIOS PARA LOS ESTADOS UNIDOS Consideremos ahora las consecuencias para los Estados Unidos de que más países usen el dólar de los Estados Unidos como su moneda oficial.

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Señoraje. Los ingresos provenientes de la emisión de dinero se conocen como señoraje. Señoraje neto es la diferencia entre el costo de poner dinero en circulación y el valor de los bienes que se comprarán. (Señoraje bruto, un concepto relacionado, no toma en cuenta el costo de poner el dinero en circulación.) Una manera de medir el señoraje es como un capital (stock)--una ganancia que se hace solo una vez. Un billete de $1 cuesta aproximadamente 3 centavos imprimirlo, pero el gobierno de los Estados Unidos puede usarlo para comprar bienes por un valor de $1. Si el billete circulara eternamente, el señoraje neto sería 97 centavos. En realidad, es menor porque después de 18 meses, el billete de $1 promedio se gasta y necesita ser reemplazado; como otros gobiernos, el gobierno de los Estados Unidos reemplaza sin cobrar por ello, los billetes y monedas gastados.(3) En una forma más general, el concepto de señoraje se aplica no sólo a los billetes de $1, sino a toda la base monetaria--billetes y monedas en circulación, más las reservas bancarias. Bajo este enfoque, señoraje bruto es el cambio en la base monetaria durante un período dado, dividido por el nivel de precios promedio durante el período, si se desea corregir por inflación. Otra forma de pensar sobre el señoraje es como un flujo de ingresos en el tiempo. Los billetes y las monedas no pagan interés. Alguien que mantiene billetes puede en vez de eso adquirir un bono y ganar interés sobre ese bono. Manteniendo billetes es como si una persona le está otorgando al gobierno emisor un préstamo sin interés. En este enfoque, el señoraje bruto es la base monetaria promedio multiplicada por algún índice inflacionario o la tasa de interés en un período dado. Cuando se considera el señoraje como capital (stock) es similar a lo que piensa un dueño de casa en términos del precio en que la puede vender al contado, mientras que el concepto del señoraje como flujo es en términos de lo que el dueño de casa recibe como ingreso por la renta mensual. Usando una tasa apropiada de interés que tome en cuenta que un dólar en el futuro tiene menos valor que un dólar hoy, las dos medidas deben ser iguales. Para el gobierno de los Estados Unidos, el señoraje neto de emitir dólares, medido de acuerdo al flujo de pagos que el Sistema de Reserva Federal hace al Tesoro, es aproximadamente $25 mil millones al año. Esa es una gran cantidad en términos de dólares, pero es menos que 1,5 por ciento del total de los ingresos del gobierno federal y apenas un 0,3 por ciento del producto interno bruto de los Estados Unidos. Cuando los extranjeros mantienen dólares en billetes, ellos crean señoraje para el gobierno de los Estados Unidos. Como mencionamos antes, se estima que los extranjeros poseen del 55 al 70 por ciento del valor total de billetes en circulación, lo cual implica que a ellos se debe tal vez $15 mil millones al año del señoraje por la emisión de dólares. En la misma forma que los Estados Unidos, otros países ganan señoraje por emitir la moneda local. De acuerdo a las disposiciones actuales, aquellos países que dolarizan oficialmente pierden el señoraje. Si Argentina reemplazara el peso con el dólar, el gobierno de los Estados Unidos recibiría el señoraje que el gobierno argentino recibe actualmente. Eso puede ser tanto como $759 millones este año o alrededor de 1,2 por ciento del presupuesto del gobierno federal argentino. La perspectiva de perder señoraje es un factor que explica por qué la dolarización oficial es rara hoy en día, a pesar de los beneficios potenciales que se describirán posteriormente. Para reducir la pérdida de señoraje como un obstáculo para la dolarización oficial, los Estados Unidos puede considerar la posibilidad de compartir el señoraje con los países que dolaricen oficialmente. Un reporte anterior del Comité Económico del Congreso de los Estados Unidos describe en detalle como funcionaría la participación en el señoraje (JEC 1999).

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Aplicando una fórmula apropiada, compartir el señoraje puede aumentar la cantidad de señoraje que el gobierno de los Estados Unidos recibe ahora creando incentivos para la dolarización oficial en países que de otra manera continuarían emitiendo su propia moneda. La dolarización oficial tiende a aumentar la demanda por los billetes de dólares, permitiendo que la Reserva Federal aumente la oferta de dólares en billetes y el señoraje que los billetes generan.(4) Riesgos posibles. Un riesgo que se puede presentar al promover al dolarización oficial en otros países es hacer más difícil para la Reserva Federal el manejo de la política monetaria. Sin embargo, el crecimiento mayor en la cantidad de dólares en billetes en poder de los extranjeros aparentemente ha ocurrido en años recientes (Judson y Porter 1996, p. 896), y ha sido precisamente durante ese período que el sistema de Reserva Federal ha reducido exitosamente la inflación a un 3 por ciento y ahora menos que 2 por ciento anual. Otro riesgo posible es que los países oficialmente dolarizados presionarán a los Estados Unidos para asumir responsabilidad en la solución de sus problemas económicos. Sin embargo, con el fin de explícitamente negar la responsabilidad de efectuar préstamos a los bancos en problemas en los países oficialmente dolarizados o de supervisar los sistemas bancarios extranjeros, el Sistema de Reserva Federal y el Tesoro puede notificar a los países considerando dolarización oficial que la responsabilidad descansa en el gobierno nacional. Funcionarios del Sistema de Reserva Federal y del Tesoro ya han enfatizado este punto repetidamente en declaraciones públicas. Un riesgo que se puede presentar es cuando la Reserva Federal aumente las tasas de interés, los países oficialmente dolarizados presionen para mantener las tasas inapropiadamente bajas. Sin embargo, como lo ha testificado el Presidente del Comité de la Reserva Federal, Alan Greenspan en una audiencia ante el Subcomité Bancario del Senado el 22 de abril, la Reserva Federal ya recibe críticas y las resiste. Las políticas de la Reserva Federal ya afectan aun a los países que tienen monedas domésticas separadas y tasas de intercambio flotantes. Además, los aumentos de un cuarto y medio punto porcentual en las tasas de interés que hace la Reserva Federal, son pequeños comparados con los incrementos de 10 y 20 puntos porcentuales que los bancos centrales han hecho en países tales como Brasil, Ecuador, Indonesia y Rusia en los últimos años. Una forma de asegurar que la Reserva Federal resista la presión política, ya sea extranjera o doméstica, es otorgarle a la Reserva Federal un mandato más claro, estableciendo explícitamente que la estabilidad de precios es su meta primaria a largo plazo. El Senador Connie Mack de Florida tiene el plan de introducir una ley justamente para ello, el Acta de Crecimiento Económico y Estabilidad de Precios. Esta Acta es similar a las leyes que el Senador Mack y el Representante Jim Saxton han introducido en Congresos anteriores. Otro riesgo es la posibilidad de que un gran número de extranjeros que usan el dólar repentinamente se cambien al euro u otra moneda, causando una inundación masiva de dólares y forzando a la Reserva Federal a aumentar la tasa de interés para prevenir que se dispare la inflación. Pero mientras el dólar continúe gozando de confianza una inundación de dólares es improbable. La mejor manera de prevenirlo es que el dólar continúe desempeñándose tan bien como lo ha hecho en los últimos 17 años o más. Beneficios. El riesgo monetario (el riesgo de la devaluación o revaluación de una moneda) casi desaparecería para los americanos que tengan relaciones con los países oficialmente dolarizados.

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Desaparecerían los costos de convertir monedas tan familiar a los turistas y negociantes. Los ahorros directos productos de la eliminación de estos costos serían pequeños, pero abrirían el camino para ahorros indirectos más grandes en la forma de un mayor crecimiento económico en los países oficialmente dolarizados debido a una moneda mejor y contactos financieros más cercanos con los Estados Unidos. Eso a su vez, crearía más demanda para los bienes de los Estados Unidos y un mayor crecimiento económico en ese país. Al aumentar el número de países que utilizan el dólar, la dolarización oficial contribuirá a mantener el dólar como la primera moneda internacional, una posición que el euro está desafiando. La dolarización de uno o más de los países latino americanos más grandes expandiría significativamente el número de personas que usan el dólar oficialmente, haciendo la población de la zona del dólar mayor que la zona del euro. En adición, la dolarización oficial debería reducir las quejas de los productores americanos con respecto al dumping de bienes por parte de los extranjeros al eliminar la posibilidad de que un país dolarizado pueda devaluar contra el dólar. La mayor parte de la controversia sobre el dumping se suscita debido a que devaluaciones grandes e inesperadas hacen que los productos se vuelvan más baratos de lo que eran antes, no por ninguna ventaja tecnológica, sino por una caprichosa política cambiaria. Cabe notar que las recientes controversias sobre las importaciones de acero involucraron a Rusia y Brasil, cuyas monedas se han depreciado en gran medida. 5. COSTOS Y BENEFICIOS PARA LOS PAISES QUE SE DOLARIZAN OFICIALMENTE En proporción al tamaño de sus economías, muchos países que dolaricen oficialmente tienen las de ganar aún más que el país emisor. Debido a que esta sección no concierne específicamente a los Estados Unidos, la dolarización oficial que se discute aquí incluye cualquier moneda extranjera, no sólo el dólar. Costo por pérdida de señoraje. Al discutir los costos de dolarización, los economistas han enfocado en la pérdida de señoraje producto de reemplazar la moneda doméstica con una moneda extranjera. Regresando al tema de señoraje que vimos en páginas anteriores, se puede considerar este costo como un costo de capital (stock) realizado por una vez o en forma equivalente, como un flujo continuo. El costo de stock es el costo de obtener suficientes reservas extranjeras necesarias para reemplazar la moneda doméstica en circulación. (Como se explicará más tarde, la moneda en circulación es más precisa que la base monetaria como un indicador de la necesidad de reservas extranjeras). En un importante estudio, Stanley Fischer, quien es hoy el Primer Subdirector del FMI, utilizó información de 1970 para estimar que el costo de stock de la dolarización oficial para un país promedio hubiera sido 8 por ciento del producto nacional bruto (PNB, un concepto relacionado estrechamente al PIB usado más comúnmente ahora [Fischer 1982, p. 305]). Esa es una gran cantidad: para los Estados Unidos hoy, excedería los $700 mil millones. Sin embargo, desde los 1970s, los adelantos en la tecnología han permitido transferencias de depósitos para reemplazar billetes y monedas en muchos tipos de transacciones. Debido a que la gente usa billetes y monedas menos que antes en la mayor parte de los países, el costo de reemplazarlos expresado como un porcentaje del PIB, es también menor--generalmente de 4 a 5 por ciento en vez de 8 por ciento. Una forma alternativa de pensar acerca del costo de la pérdida de señoraje es como un costo de flujo--una cantidad que se pierde continuamente año tras año.

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Los bancos centrales u otras autoridades monetarias que poseen activos extranjeros, mantienen poco o nada en billetes extranjeros o monedas; más bien, tienen bonos u otros activos que ganan interés. La dolarización oficial les priva del interés. Un método de calcular el costo del flujo es multiplicar la moneda en circulación por la tasa de interés en activos extranjeros. Otro método es multiplicar la base monetaria (la cual, recordemos, es mayor que la moneda en circulación) por la tasa de inflación doméstica o por alguna tasa de interés de la moneda doméstica, la cual generalmente es más alta que la tasa de interés en activos extranjeros. El primer método, el cual llamaremos "estimaciones de tramo bajo", es apropiado para un país que desea tener baja inflación y bajas tasas de interés; el segundo método, al cual llamaremos "estimaciones de tramo alto", es más apropiado para un país que trata de usar inflación alta como una herramienta para generar señoraje. Los cálculos de Fischer, hechos con estimaciones tipo tramo bajo, indican que en los 1970s el promedio del costo del flujo por el uso oficial del dólar de los Estados Unidos hubiera sido aproximadamente 1 por ciento del PNB anual. En los 1990s, la inflación en los Estados Unidos y en muchos otros países ha sido significativamente más baja que en los años 1970s. Una inflación más baja se traduce en flujos de costos más bajos, como se puede observar en las estimaciones de tramo bajo en el Cuadro No. 3, los cuales son mucho más bajos que las estimaciones de Fischer. En el Cuadro No. 3 se calculan las estimaciones de tramo bajo y de tramo alto del flujo de costos bruto de la dolarización oficial para países latino americanos seleccionados. Se asume, como lo hizo Fischer, que los países dolarizados oficialmente no participarán del señoraje ganado por el país emisor. Cuando ellos participan del señoraje, el flujo de costos neto de la dolarización oficial disminuye. Si, el cálculo se efectúa usando la tasa de interés en activos extranjeros, el flujo de costo bruto para la Argentina por el uso del dólar es el 0.2 por ciento del PIB anual, pero si los Estados Unidos participa del 90 por ciento de esa cantidad, el flujo de costos neto es solo 0.02 por ciento del PIB anual.

Cuadro No. 3. Estimaciones del flujo de costos bruto de la dolarización oficial para países seleccionados País Años Estimaciones tramo bajo

(% de PIB por año) Estimaciones tramo alto (% de PIB por año)

Argentina 1991-6 0.2 0.5 Brasil 1994-6 0.1 1.3 Ecuador 1991-7 0.2 7.4 El Salvador 1991-6 0.2 2.3 México 1991-7 0.2 0.8 Fuentes: Para las estimaciones de tramo bajo se han utilizado cálculos hechos por el autor; para las estimaciones de tramo alto, los de Bogetic (1999). Ambas estimaciones utilizan información de Estadísticas Financieras Internacionales del FMI.

Notas: La estimación del tramo bajo es la moneda en circulación al final del año (línea 14ª de las Estadísticas Financieras Internacionales) como un porcentaje del PIB (línea 99b) multiplicada por la tasa de interés promedio anual de los documentos comerciales en los Estados Unidos (línea 60bc para los Estados Unidos).

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El documento comercial--bono a corto plazo emitido por las corporaciones--es una de las inversiones a corto plazo más rentables que es bastante líquido. La estimación de tramo alto es la tasa promedio anual de cambio de la base monetaria (calculada en base a la línea 14 de las Estadísticas Financieras Internacionales) multiplicada por la tasa de interés anual promedio (calculada de la línea 64).

Brasil se calculó sobre la base de 1994-6 debido a que su hiperinflación a principios de 1990 hace aparecer los costos erróneamente grandes.

Note que estas son estimaciones de flujo de costos brutos, esto es, asumen que el país emisor no compartirá señoraje con los países en este cuadro, si ellos se dolarizan oficialmente. Si el país emisor comparte señoraje, el flujo de costos neto es menor que el flujo de costos bruto.

Otros costos. Los costos de stock y de flujo de la dolarización oficial son relativamente fáciles de estimar. Otros costos varían de lo cuantificable a lo vago. El costo por una sola vez de convertir precios, programas de computación, cajas registradoras y máquinas vendedoras automáticas de moneda doméstica a moneda extranjera, varía considerablemente a través de países. En Argentina, por ejemplo, sería casi cero porque el peso argentino vale un dólar, de manera que cambiar precios sería innecesario. En México, el costo sería más grande porque el peso mexicano tiene una tasa de cambio flotante contra el dólar. En países con una alta inflación, aun pueden tener un beneficio neto en vez de un costo porque habrá una necesidad menos frecuente de revisar precios y un cálculo económico más eficiente. Muchos economistas argumentan que hay un costo al perder un banco central local como prestamista de última instancia. En este tema, el primer asunto a considerarse es si el gobierno de un país dolarizado oficialmente puede obtener fondos suficientes para rescatar los bancos individuales si lo desea. Una solución es hacer los arreglos para líneas de crédito en bancos extranjeros, como lo han hecho en el sistema similar a la Caja de conversión en Argentina (BCRA 1998). Las agencias de los bancos extranjero también pueden ofrecer crédito directamente a los bancos domésticos sin involucrar al gobierno, como se ha hecho en Panamá. El segundo problema es si un sistema oficialmente dolarizado puede manejar problemas que envuelvan a todo el sistema bancario. En este punto se debe pensar comparativamente. Países oficialmente dolarizados en ocasiones han sufrido problemas generalizados, pero con menos frecuencia y a un costo más bajo para los contribuyentes que los países con banco central como prestamistas de última instancia (ver Caprio y Klingebiel 1996a, b; Lindgren y otros, 1996). Esto sugiere que no tener un banco central puede en la realidad ser un beneficio en vez de un costo. Se ha afirmado también que hay un costo de pérdida de flexibilidad en la política monetaria, como cuando el país emisor restringe la política monetaria durante un auge mientras que un país oficialmente dolarizado lo que realmente necesita en una política monetaria expansiva porque está en un recesión. En un sistema monetario dolarizado, el gobierno nacional no puede devaluar la moneda o financiar el déficit presupuestario mediante la creación de inflación porque no emite dinero. Pero, en la práctica, la falta de flexibilidad ha sido beneficiosa en vez de costosa.

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Muy al contrario de lo que sostiene la justificación teórica a favor de la banca central, en América Latina una mayor flexibilidad en política monetaria ha hecho las tasas de interés más volátiles, en vez de menos, en respuesta a cambios en las tasas de interés en los Estados Unidos (Frankel 1999, Hausmann y otros 1999). Nuevamente, esto sugiere que no tener un banco central es en verdad un beneficio más que un costo. Beneficios. Los beneficios de la dolarización oficial se generan al usar una moneda que se presume es mejor que la que el banco central doméstico puede ofrecer. En vez de hacer un listado de los beneficios particulares, es más simple pensar en términos de las variadas clases de beneficios que ofrece. Una clase de beneficios proviene de costos de transacción más bajos--los costos de intercambiar una moneda por otra. Estos costos toman la forma de una diferencia entre las tasas de compra y de venta por convertir moneda doméstica a moneda extranjera. La dolarización oficial elimina los costos de transacción con otros países dentro de la zona unificada de moneda. Efectuar operaciones compensatorias por el riesgo monetario con esos países se hace innecesario, lo cual tiende a aumentar el intercambio y la inversión con ellos. En el caso particular del dólar de los Estados Unidos, la dolarización oficial aun reduce los costos de transacción con otras monedas. Transacciones más grandes entre, digamos el peso mexicano y el yen japonés ocurren en dos pasos--un intercambio peso-dólar y un intercambio dólar-yen, porque esos mercados son tan grandes y eficientes que usándolos es en realidad menos costoso que haciendo la transacción directa peso-yen. Usando el dólar reduciría los costos de las transacciones de México con Japón porque eliminaría uno de los pasos de la negociación. Otro aspecto de los costos de transacción más bajos es que sin la existencia de una moneda doméstica aparte, los bancos podrían mantener reservas más bajas, consecuentemente reduciendo su costo de hacer negocios. La existencia de un moneda doméstica separada implica la necesidad para los bancos de separar, digamos, sus portafolios de pesos y de dólares. Con la dolarización oficial, el portafolio en pesos y el portafolio en dólares se convierte en un gran fondo. Un estudio afirma que en Panamá, la dolarización oficial permite que las reservas de los bancos sean 5 por ciento del PIB más bajo que lo que serían si Panamá tuviera una moneda doméstica separada (Moreno-Villalaz 1999, p. 437).(5) Una segunda clase de beneficios resulta de la inflación más baja y menos riesgo de inflación futura. Al usar una moneda extranjera, un país oficialmente dolarizado se asegura de una tasa de inflación cercana a la del país emisor. Usando el dólar, euro, o yen se reduciría la inflación a un solo dígito en vez de los niveles de dos dígitos que muchos países en desarrollo tienen ahora. Se confía en que la inflación del dólar, el euro y el yen continuará siendo baja, en consecuencia, estas monedas tienen tasas de interés bajas y relativamente estables. La baja inflación aumenta la seguridad de la propiedad privada. El dinero es la forma más difundida de propiedad privada. La inflación es un tipo de impuesto sobre el dinero, y mientras más baja y menos variable es la inflación, más asegurados están los derechos de propiedad sobre el dinero. Debido a que otros activos financieros están denominados en dinero (unidades monetarias), la inflación baja también aumenta su seguridad, lo cual a su vez estimula el ahorro y los préstamos a largo plazo. Panamá es el único país independiente de América Latina donde hay disponibles hipotecas a un plazo de 30 años sin subsidios del gobierno porque es el único país que no ha sufrido de alta inflación y devaluaciones monetarios en los últimos 15 años.

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La inflación baja también ayuda a los jubilados, personas con ingresos fijos y gente demasiado pobre para tener cuentas corrientes por la seguridad de que sus ahorros mantendrán su valor. El Gráfico No. 1 ilustra el potencial de la dolarización para reducir tasas de interés. El gráfico compara información diaria de tres países con diferentes sistemas monetarios: Brasil, que tiene un banco central; Argentina, que tiene un sistema similar a la Caja de conversión ligado al dólar; y Panamá, que tiene dolarización oficial. Las tasas de interés en el gráfico se expresan en términos del spread (premium) que cada gobierno tiene que pagar por sus bonos en dólares comparados a los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Como los bonos de los Estados Unidos tienen virtualmente un riesgo de cero, este premium refleja el "riesgo país", esto es, la posibilidad de que el gobierno no pague. Típicamente, el gobierno paga tasas de interés más baja que cualquier otro prestamista en el país porque tiene los recursos más grandes, de manera que el grado del riesgo país proporciona una idea aproximada de la seguridad de la propiedad privada en el país. Teniendo en cuenta que Panamá no es aparentemente más estable políticamente que Argentina o Brasil, es difícil atribuir las tasas bajas de interés en los bonos Panameños a nada más que a otro de los beneficios de la dolarización. El Gráfico No. 2 compara información mensual de las tasas de interés de la moneda doméstica de los depósitos bancarios en Brasil, Argentina y Panamá. Una vez más se puede observar que las tasas en Panamá son las más bajas, aunque las tasas en Argentina se aproximan bastante. [Gráfico No. 1 y Gráfico No. 2] Finalmente, otra clase de beneficios resulta de la mayor apertura económica y transparencia, especialmente de parte del gobierno. Porque no hay moneda doméstica que necesita ser apuntalada, la dolarización oficial elimina crisis de balanza de pagos y la racionalidad de los controles de cambio (restricciones en la compra de moneda extranjera), tales como tienen muchos países. Eliminando el poder del gobierno de crear inflación, la dolarización oficial estimula la disciplina presupuestaria. Eso no significa necesariamente que el presupuesto del gobierno va a estar balanceado cada año--Panamá ha tenido en ocasiones grandes déficits--lo que significa es que el déficit debe financiarse a través del método más o menos transparente de impuestos más altos o más endeudamiento en vez del oscuro método de imprimir dinero. Cómo medimos costos y beneficios? Hasta ahora sólo tenemos un listado de los costos de la dolarización versus sus beneficios. El análisis fuera mejor si pudiéramos medirlos en términos del PIB ganado o perdido. Si la dolarización oficial es beneficiosa, debería resultar en un crecimiento económico más alto de lo que actualmente es. El gobierno argentino ha estimado que la dolarización oficial incrementaría el desarrollo económico tanto como 2 puntos en el porcentaje anual del PIB. Aun si los Estados Unidos no compartiera el señoraje, el costo del señoraje perdido sería solamente de un 0,2 por ciento del PIB anual (BCRA 1999). Y como hemos dicho, los países en desarrollo sin bancos centrales en general han tenido un mejor desempeño que aquellos con bancos centrales, lo que sugiere que los beneficios de la dolarización oficial excederían en mucho los costos para la mayoría o todos los países que son posibles candidatos.

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6. ¿CUALES PAISES SON CANDIDATOS PARA LA DOLARIZACION OFICIAL? Al considerar los costos y beneficios de la dolarización oficial surge la pregunta de que países se podrían considerar candidatos posibles para la dolarización oficial. La respuesta envuelve consideraciones de índole económica y política. Hay que enfatizar que la dolarización oficial será una decisión voluntaria de parte del país que dolariza. Sería inapropiado que los Estados Unidos o cualquier otro país presionara un país para que dolarice. Consideraciones económicas. La principal consideración económica que convierte a un país en particular en un candidato posible, es una historia de pobre desempeño monetario que deteriora la credibilidad de su moneda. Como hemos mencionado anteriormente, la mayoría de los países en desarrollo tienen una historia similar. La falta de credibilidad obliga a los prestatarios en esa moneda a pagar altas tasas de interés y reduce el crecimiento económico. La otra consideración económica importante que hace de un país un candidato potencial es que cobra poco señoraje por emitir su moneda doméstica debido a que la dolarización extraoficial está ya extendida. La dolarización oficial involucraría comparativamente una pequeña pérdida de señoraje, y la pérdida sería aun menor si el país emisor comparte el señoraje. Muchos economistas proponen usar la "teoría de áreas monetarias óptimas" para juzgar si la dolarización es deseable. De acuerdo a la teoría, una economía es parte de un área monetaria óptima cuando un alto grado de integración económica hace más beneficiosa una tasa de cambio fija que una tasa flotante. Desafortunadamente los economistas no están de acuerdo en la definición de las áreas monetarias óptimas en la práctica, aunque generalmente reconocen que un área monetaria óptima existe donde hay un país grande que tiene una moneda dominante y en donde una parte considerable del comercio, mano de obra e inversión fluye entre él y sus vecinos más pequeños. La falla con la teoría de áreas monetarias óptimas, en la forma como la aplican los economistas, es que los economistas asumen la determinación de los costos y beneficios para los consumidores, en lugar de reconocer que son las evaluaciones de los consumidores que determinan los costos y beneficios que los economistas deben considerar. Si los argentinos prefieren mantener dólares, eso indica que para ellos Argentina es parte de un área de moneda óptima con los Estados Unidos, sin importar lo que piensen los economistas (ver White, 1989). No obstante, esta teoría es útil en cuanto hace notar los problemas que pueden surgir cuando países vecinos tienen políticas cambiarias radicalmente diferentes. La dolarización oficial funcionaría mejor en Argentina si Brasil, su socio comercial más grande, estuviera también dolarizado, porque entonces los empresarios argentinos no tendrían que preocuparse por los riesgos cambiarios cuando negocian con Brasil. Como no parece factible que Brasil se dolarice oficialmente, a Argentina no le quedan sino opciones que involucran dificultades. Si adopta la moneda de Brasil, Argentina estaría sujeto a los muchos problemas que experimenta Brasil. Si adopta una tasa de cambio flotante para el peso Argentino, podría correr el riesgo de repetir la hiperinflación que sufrió Argentina antes de aplicar el sistema similar al de una caja de conversión en 1991. Permanecer en el sistema similar a la Caja de conversión o establecer la dolarización oficial parece la mejor opción a pesar de los problemas posibles ocasionados por más depreciación de la moneda brasileña.

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Consideraciones políticas. La consideración políticas más importante que hace que un país sea un candidato posible para la dolarización oficial es que la gente no considere la moneda doméstica como un elemento indispensable de la identidad nacional. (Cuando existen manifestaciones de deseos de mantener una moneda doméstica como un elemento de identidad nacional, la emisión de moneda doméstica fraccionaria es una solución potencial.) La dolarización oficial promueve la globalización, aumenta la influencia de fuerzas económicas internacionales con respecto a las fuerzas políticas nacionales. El debate en varios países sobre si es deseable o no se ha centrado en el concepto de soberanía nacional. Hasta ahora, sin embargo, los participantes en el debate muy raras veces han definido precisamente que significa soberanía nacional, tampoco han explicado por qué debería ser más importante que el principio de "soberanía del consumidor"--la libertad de elegir que sustenta la economía de mercado. Además, la soberanía nacional está perdiendo su antiguo incuestionable status como base para el diseño de política monetaria. A medida que avanza la globalización, las reglas políticas de la política monetaria están cambiando su énfasis en soberanía nacional a la integración regional. El ejemplo más notable es el advenimiento del euro para reemplazar las monedas nacionales en 11 países europeos occidentales a principios de este año. El interés en dolarización oficial es otra manifestación de estos cambios. Países donde se ha considerado recientemente la dolarización oficial--Argentina. Últimamente se ha considerado en forma muy seria la dolarización oficial en varios países, y en forma preliminar en otros. El caso más prominente de consideración seria ha sido Argentina. Por su sistema similar a una caja de conversión, Argentina ya tiene una tasa de cambio fija en relación con el dólar (1 peso argentino = un dólar de lost Estados Unidos) y mantiene suficientes reservas en dólares para una dolarización inmediata si así lo quisiera. Argentina ha permitido una amplia dolarización extraoficial, al punto de que la mayor parte de los depósitos y préstamos bancarios se hacen en dólares. En enero de 1999, el Presidente Carlos Menem anunció que el gobierno estaba estudiando la posibilidad de la dolarización oficial. El se vio obligadoa hacerlo debido a crecientes dudas sobre la credibilidad del sistema similar a la caja de conversión. A pesar del buen desempeño del sistema, Argentina ha experimentado saltos súbitos en la tasa de interés en 1992, durante las crisis monetarias de México en 1994-5, y de Asia y de Brasil a partir de 1997. Funcionarios del gobierno argentino han discutido con los del gobierno de los Estados Unidos la posibilidad de establecer firmemente la dolarización oficial mediante un tratado de asociación monetaria con los EUA. Argentina pretende tres objetivos: compartir el señoraje producto del uso del dólar en Argentina; acceso de los bancos argentinos a la ventana de descuento del Sistema de Reserva Federal, lo que les permitiría préstamos en caso de problemas; y, cooperación en la supervisión de los bancos. Además, ellos piensan que un acuerdo formal haría políticamente más firme la integración económica. (BCRA 1999, Castro 1999). Como hemos indicado anteriormente, los funcionarios del Tesoro de los Estados Unidos y del Sistema de Reserva Federal han indicado que los Estados Unidos no otorgará acceso a la ventana de descuento ni supervisará los bancos de los países dolarizados, pero si están abiertos a la posibilidad de compartir señoraje.

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América Central. Durante 1994-5 el gobierno de El Salvador anunció primero que trataría de establecer una caja de conversión y luego procedería directamente a la dolarización oficial. Retiró el plan frente a la oposición doméstica al eliminar un símbolo de identidad nacional y declaraciones de parte de instituciones financieras internacionales afirmando que la economía y la situación fiscal de El Salvador no era lo suficientemente saludable para la dolarización (Chronicle 1995). A principios de 1999, el Presidente Armando Calderón Sol, luego que el debate en la Argentina lo puso en las noticias, reiteró su interés en la dolarización oficial. El sucesor de Calderón, Francisco Flores, manifestó durante su discurso inaugural el 1 de junio, un interés menos específico en prevenir devaluaciones de la moneda en el futuro. En Costa Rica, el presidente del banco central ha expresado interés en dolarización oficial, y un diputado del Congreso de Costa Rica ha presentado una ley para eliminar el banco central. El ministro de finanzas de Guatemala también ha indicado que su país está considerando adoptar dolarización a principios de la nueva centuria (Hernández 1999). Ecuador. A raíz de la devaluación del Brasil en enero de 1999, el sucre ecuatoriano soportó un aumento en la presión especulativa. Se lo devaluó el 2 de marzo; el mismo día cerraron ocho bancos que estaban en problemas. El 11 de Marzo, el gobierno congeló los depósitos en la totalidad del sistema bancario. El descontento sobre la crisis financiera y el estado de la economía en general, indujo a algunos observadores a proponer la dolarización oficial (Cordeiro 1999). Entre los que manifestaron interés en dolarización están el presidente del Congreso y un ex presidente de la república y actualmente alcalde de Guayaquil, la ciudad más grande del Ecuador. México. A partir de su crisis monetaria de 1944-5, prominentes personalidades mexicanas y extranjeras han debatido la posibilidad de que México establezca una caja de conversión o dolarice. Este año un buen número de empresarios y asociaciones gremiales muy conocidas han expresado su apoyo a la dolarización. El gobernador de un estado, que es probable sea candidato presidencial por el Partido de Ación Nacional (PAN), ha expresado interés en dolarización oficial y en algo similar a un sistema de caja de conversión (Tricks 1999). Otros países. En varios otros países, incluyendo Brasil, Canadá, Hong Kong, Indonesia, Jamaica, Perú, Rusia y Venezuela, economistas y otros observadores han discutido la dolarización oficial usando el dólar de los Estados Unidos, aunque los funcionarios del gobierno han rechazado la idea por ahora. Al momento, el interés en la dolarización oficial en estos países no es tan extendido como en los países latino americanos mencionados anteriormente. 7. PROBLEMAS EN LA IMPLEMENTACION DE LA DOLARIZACION OFICIAL Un país que considera la dolarización oficial necesita tomar en consideración algunos problemas. A fin de aclarar este tema, en esta sección y en la siguiente nos concentraremos en lo que parece ser la dificultad mayor: convertir rápidamente un sistema de banco central en uno de dolarización oficial. Convertir a la dolarización oficial un sistema de caja de conversión supone mucho menos problemas porque ésta tiene ya importante similitud a la dolarización oficial. ¿Existen precondiciones? Algunos observadores argumentan que los países que desean reemplazar la banca central con algún otro sistema monetario debe llenar ciertas precondiciones, tales como un alto nivel de reservas en dólares, un sistema bancario solvente, finanzas públicas sanas, y salarios flexibles.

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Sin embargo, si un país ya tiene todas esas cosas, la dolarización no sería especialmente atractiva porque su política monetaria ya debe ser buena. Los críticos olvidan que la dolarización elimina la posibilidad de financiar los déficits presupuestarios de los gobiernos mediante la inflación, y al hacerlo así ataca el problema que es la raíz de muchos otros problemas económicos de los países en desarrollo. No es necesario tener disponibles todas las reservas en dólares para la dolarización oficial, siempre y cuando la cantidad que falta se la pueda obtener en los mercados financieros o en fuentes tales como el FMI. La experiencia del sistema similar a la caja de conversión en Argentina, Bulgaria y otros países confirma que una reforma monetaria drástica en sí misma ayuda a crear las condiciones para el éxito económico, en vez de éste sea una precondición para la reforma. La dolarización oficial no garantiza que un país implementará buenas políticas económicas, pero en muchos países en desarrollo aumentará las posibilidades de éxito. ¿Qué moneda debe usarse? Un país puede otorgar status de curso legal a más de una moneda. En realidad, puede permitir a su gente usar cualquier moneda que deseen para hacer préstamos, facturaciones, pagar salarios, etc. Sin embargo, en la mayor parte de los casos las economías de escala son tales que la gente tenderá a usar solo una moneda, siempre y cuando esa moneda permanezca relativamente buena. Se puede juzgar cual será esa moneda observando cual moneda se usa ya en forma más difundida extraoficialmente. Generalmente, es la misma moneda que el banco central apunta en sus operaciones en el mercado de cambio internacional. Para países con caja de conversión, se elegirá probablemente a la moneda extranjera que se utiliza como ancla en la tasa de cambio. ¿Dolarizar unilateralmente? Siempre y cuando se posean o se puedan obtener reservas extranjeras suficientes, un país puede dolarizar unilateralmente, sin un acuerdo formal o aprobación informal del país emisor. Sin embargo, pueden existir ciertas ventajas económicas y políticas con un acuerdo formal. ¿Emitir monedas? Panamá y otros países oficialmente dolarizados emiten monedas fraccionarias. Debido a que las monedas fraccionarias son una parte subsidiaria de la oferta monetaria, la existencia de monedas fraccionarias emitidas domésticamente no ha puesto en peligro la credibilidad de la dolarización oficial en Panamá o en otra parte. La razón técnica principal por la que un país puede desear emitir su propia moneda fraccionaria bajo dolarización oficial es que debido a su volumen, embarcar monedas es mucho más costoso que embarcar una cantidad equivalente de billetes desde el país emisor. Acuñar monedas domésticamente evita los gastos de envío y, repetimos, puede satisfacer los deseos políticos de tener una moneda doméstica como un elemento de identidad nacional. Problemas relacionados con las reservas extranjeras. Un tema clave es cuanto en reservas extranjeras necesita un país. Al responder a este tema, surgen otras preguntas. Asumamos que la moneda extranjera a usarse es el dólar de los Estados Unidos y que la moneda doméstica es el peso. Hay que hacer notar que estos problemas no se presentan en los países con una caja de conversión porque se solucionaron al establecer la caja de conversión. ¿Qué constituyen las reservas? Las reservas extranjeras que mantiene un banco central típicamente no son billetes extranjeros porque éstos no pagan interés; en vez de eso, tiene depósitos en moneda extranjera en bancos en el exterior y bonos en moneda extranjera. El banco central en un país dolarizado no necesita mantener billetes de dólares en efectivo hasta el momento en que debe reemplazar los billetes de pesos en circulación con billetes de dólares.

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Si el banco central mantiene sus existencias de reservas extranjeras en formas no apropiadas para la dolarización, tales como bonos en yen japonés, es posible convertirlos a reservas en dólares siempre y cuando sean de suficiente alta calidad. Casi todas las reservas extranjeras del banco central deben reunir estas condiciones. Sin embargo, bonos en pesos pueden ser de tales características que al venderlos en una gran escala en un período corto, pueden hacer daño al mercado doméstico de bonos y a la hoja de balance de algunos bancos comerciales. ¿Qué pasivos se los debe redimir con reservas? Un típico banco central posee como reservas activos tales como depósitos bancarios en moneda extranjera y bonos del tesoro de los Estados Unidos, y activos domésticos tales como bonos del gobierno nacional. Como pasivos, un típico banco central tiene obligaciones que ha contraído para pagar moneda extranjera; la base monetaria doméstica; depósitos del gobierno; y otras obligaciones domésticas tales como sus propios bonos si los emite. Cómo mínimo, la dolarización oficial implica aceptar todos los billetes de pesos y monedas en circulación que el público desea convertir en alguna forma de dólares de los Estados Unidos. El proceso puede avanzar y convertir no sólo billetes de pesos y monedas sino también los otros componentes de la base monetaria: las reservas de los bancos comerciales. Cuando se requiere que los bancos comerciales mantengan grandes cantidades de reservas que no ganan interés, como una forma de crear demanda por la moneda doméstica, no es necesario convertir todas las reservas en pesos a dólares. Los requisitos de reservas se pueden reducir hasta llegar a cero y la mayor parte de las reservas requeridas se las puede convertir a bonos del gobierno, o extinguirlas. Típicamente, los pesos en billetes y las monedas se las puede convertir en billetes y monedas fraccionaria de dólares, pero también es posible entregarles a los bancos comerciales otros activos en dólares fácilmente intercambiables, tales como bonos del Tesoro de los Estados Unidos, si así lo prefieren. Los depósitos bancarios en pesos se transforman en depósitos bancarios en dólares; no es necesario tener suficientes billetes de dólares y monedas a mano para convertir cada uno de los depósitos en pesos. Los bancos comerciales poseerán reservas fraccionarias (reservas de menos del 100 por ciento) contra los depósitos en dólares, en la misma forma como lo hacen ahora con los depósitos en pesos y como lo hacen los Estados Unidos con sus depósitos en dólares. Siempre y cuando los bancos inicien la dolarización con reservas en pesos adecuadas, convertir parte o todo de la base monetaria en pesos a alguna forma de base monetaria en dólares, debe darles las adecuadas reservas en dólares. ¿Son realmente disponibles las reservas existentes? Muchos bancos centrales no son solo agentes de política monetaria, sino también depositarios de dólares propiedad de otros individuos. Puede parecer que la reserva en dólares que el banco central tiene disponible para la dolarización oficial se vea reducida por esta circunstancia, pero no es así. Todas las reservas en dólares del banco central pueden estar disponibles. Así como la dolarización oficial elimina la moneda doméstica, también elimina la necesidad de mantener una canasta especial de reservas extranjeras. Los individuos que mantienen dólares en el banco central pueden recibir una cantidad equivalente de bonos del gobierno, los cuales serán ahora pagados en dólares y por lo tanto, ahora serán más comercializables que antes. Tasa de cambio. Además de depender de que clase de pasivos se redimen con las reservas en dólares, la cantidad de reservas en dólares necesaria depende de la tasa de cambio con el peso.

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La tasa de cambio que se usa para convertir pesos a dólares no debiera ser sustancialmente sobrevaluada ni subvaluada en relación a la tasa de mercado. Una tasa sobrevaluada perjudicará a las industrias de exportación, mientras que una tasa subvaluada perjudicará a los consumidores de productos importados; ambos extremos van en detrimento del crecimiento económico. Si la dolarización ocurre a una tasa de cambio cercana a la tasa de mercado, los bancos no debieran experimentar una demanda repentina para convertir depósitos a billetes en dólares, no más de lo que usualmente convierten depósitos en pesos a billetes en pesos. La tasa de cambio del mercado y la estructura de las tasas de interés operarán para balancear las ganancias de mantener billetes versus depósitos. Los países que en los 1990s, han establecido sistemas similares a la caja de conversión, que es parecida a la dolarización, han encontrado que el sistema a estimulado a la gente a traer a los bancos domésticos los depósitos que tenían anteriormente en bancos extranjeros y billetes en moneda extranjera que mantenían bajo el colchón. Por lo tanto, no es muy creíble imaginarse que bajo la dolarización la gente querrá convertir una proporción sustancial de los depósitos bancarios a billetes. Velocidad de la dolarización. Una rápida dolarización oficial es técnicamente factible. Países han hecho drásticas reformas monetarias similares, tales como introducir nuevas monedas, casi de un día a otro en muchos casos. La parte mecánica de introducir nuevos billetes y monedas se la puede realizar dentro de pocos días o semanas. Un punto a favor de la rápida dolarización es que un período largo de implementación puede hacer nacer dudas sobre si el gobierno está realmente comprometido a dolarizar. Actitud del país emisor. Un problema final que necesita ser considerado es si el país emisor ofrece alguna ayuda al país dolarizado oficialmente. El Tesoro de los Estados Unidos y el Sistema de Reserva Federal han indicado muy claramente que ellos no rescatarían bancos domésticos en los países oficialmente dolarizados, ni que tampoco desean tener un papel en su supervisión. Sin embargo, el Tesoro y la Reserva Federal si parecen estar abiertos a la posibilidad de compartir señoraje, y parece factible usar el flujo de señoraje como colateral para abrir líneas de crédito a los cuales puedan acudir los países oficialmente dolarizados cuando sus bancos tengan problemas. El Banco Central Europeo aparentemente no ha establecido una posición con respecto a temas de "eurorización" oficial porque la discusión, hasta el momento, se ha centrado en los países donde predomina el dólar de los Estados Unidos. 8. PASOS EN LA DOLARIZACION OFICIAL Un sistema de banco central que desea dolarizarse oficialmente, puede hacerlo tomando pasos como los siguientes. Los pasos 4-7 son simultáneos. Un sistema de caja de conversión puede saltarse a la segunda parte del paso 4--declarar el dólar como de curso legal--en vista de que el sistema ya posee suficientes reservas extranjeras para dolarizarse oficialmente en forma inmediata y una tasa de cambio apropiada en relación al dólar.(6) Todavía asumimos que la moneda extranjera a usarse es el dólar de los Estados Unidos y que la moneda doméstica se llama peso. 1. Determine la parte del pasivo del banco central que debe ser dolarizada. Cómo mínimo ésta debe ser los billetes y las monedas en peso en circulación, y puede también incluir la entera base monetaria en pesos. 2. Evalúe la posición financiera del banco central y del gobierno. La cantidad de dólares necesaria depende de la tasa de cambio, la cual no será conocida con exactitud hasta el paso 4 pero se la puede calcular dentro de un cierto rango de valores.

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Si el banco central ya tiene suficiente reservas extranjeras netas, puede simplemente vender sus reservas extranjeras por dólares y darle a la gente dólares a la tasa de cambio fija por la parte de pasivos que se van a dolarizar. Como se mencionó previamente, los activos en pesos del banco central pueden no ser líquidos y no convertibles rápidamente en dólares. Si el banco central necesita más reservas en dólares de lo ya tiene, puede todavía ser posible dolarizar inmediatamente mediante el préstamo por parte del gobierno de suficientes dólares para cubrir el déficit de reservas. El banco central cesará de existir en su forma actual y sus activos y pasivos se transformarán en activos y pasivos del gobierno. 3. Si hay dudas sobre la tasa de cambio apropiada para la dolarización, permita flotar el peso por un período breve, preestablecido. Hay tres tipos básicos de tasas de cambio: a un extremo, las tasas fijas; en el otro extremo, las tasas flotantes; y en el medio, arreglos combinados que no son fijos ni flotantes, incluyendo las tasas ancladas (pegged rates), mini devaluaciones (crawling bands) y las bandas cambiarias (target zones). La tasa fija es aquella en la cual la tasa de cambio en relación a una moneda extranjera "ancla" permanece constante porque existen instituciones monetarias apropiadas que permiten que la tasa se mantenga. Los sistemas dolarizados oficialmente y las cajas de conversión tienen tasas fijas. En la tasa flotante, la tasa de cambio no se mantiene constante en términos de ninguna moneda extranjera. Los tipos de tasas combinados son aquellos en los cuales el banco central limita el rango de fluctuación en una forma más o menos bien definida en un momento dado, pero no puede garantizar que esa fluctuación permanezca en ese rango. La experiencia histórica muestra que los bancos centrales generalmente no pueden mantener una verdadera tasa de cambio fija, y aquellos que tienen tipos combinados a menudo dejan que la tasa de cambio se sobrevalúe, creando las condiciones para ataques especulativos monetarios y devaluaciones. Si la tasa de cambio es un tipo combinado que se muestra sobrevaluado, puede ser necesario permitir a la tasa de cambio flotar durante un breve período de manera que pueda encontrar un nivel apropiado determinado por el mercado. El mejor indicador para establecer una tasa fija de cambio apropiada al convertir los precios en pesos a precios en dólares, es la tasa de mercado que evolucionará cuando la gente sepa que el valor del peso se fijará pronto y que entonces el dólar reemplazará al peso. Puede ser que la demanda por pesos aumente, en cuyo caso la tasa de cambio se apreciaría. El gobierno no debe tratar de manipular la tasa de cambio para que alcance algún nivel en particular; debe dejar que los participantes en el mercado determinen el nivel. Manipular la tasa de cambio es costosa. Una tasa de cambio sobrevaluada encarecerá las exportaciones con relación a los mercados internacionales y puede crear una recesión, mientras que una tasa de cambio altamente subvaluada hará las importaciones más caras y prolongará la inflación. La tasa de cambio debe flotar durante un período preestablecido que no exceda, por ejemplo, de 30 días. La flotación debe ser limpia, es decir, el banco central no debe tratar de influenciar la tasa de cambio.(7) Durante la flotación, se debe prohibir al banco central que aumente sus pasivos, a menos que obtenga reservas extranjeras iguales en un 100 por ciento del aumento del pasivo. Esa medida evitará que el banco central genere una explosión final de la inflación. El banco central debe publicar diariamente las cuentas claves de su hoja de balance del día hábil anterior, de manera que sus acciones sean transparentes y no causen sorpresas desestabilizadoras. Si existe control de cambios, debe abolirse al momento de iniciar el paso 3.

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4. Al final del período de flotación (si éste es necesario), declare una tasa de cambio fija con el dólar de los Estados Unidos y anuncie que efectivo inmediatamente, el dólar es de curso legal. Por ejemplo, declare que a partir de ese momento, la tasa de cambio es 9,5 pesos por dólar de los Estados Unidos, o alguna otra tasa de cambio que se determine apropiada. La tasa fija de cambio debe estar dentro del rango de las tasas de mercado durante el período de flotación, particularmente hacia el final del período. Establecer una tasa de cambio es un arte más que una ciencia, y no existe una fórmula mecánica para hacer la transición de una tasa flotante a tasa fija apropiada. Si hay dudas sobre la tasa apropiada, es mejor equivocarse del lado de una aparente ligera subvaluación en vez de una sobre valuación en relación a las tasas de mercado recientes, de manera que no se cause un retraso en el crecimiento económico. La experiencia indica que la economía se ajustará rápidamente a una tasa de cambio que es aproximadamente correcta. Repetimos una vez más, que una sobre valuación grande y deliberada o una sub valuación es indeseable porque requerirá innecesariamente grandes ajustes económicos. Se requerirá que el banco central cambie sus pasivos en pesos determinados en paso 1 por activos en dólares adecuados--en el caso de billetes en pesos y monedas, principalmente a billetes y monedas en dólares; en el caso de sus depósitos en pesos, tal vez a bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Se declarará al dólar como moneda "doméstica" con todos los derechos que tiene el peso como moneda de curso legal. Se permitirá que los pagos en pesos se hagan en dólares a la tasa de cambio fijada. 5. Anuncie que efectivo inmediatamente, todos los activos y pasivos en pesos (tales como depósitos bancarios y préstamos bancarios) sean activos y pasivos en dólares a la tasa de cambio fijada. Anuncie un período de transición de no más de 90 días para reemplazar cotizaciones de los salarios y precios en la moneda local con cotizaciones en dólares. Después que ha terminado el período de flotación y la tasa de cambio se ha fijado, los depósitos bancarios en pesos serán depósitos en dólares, mientras que los préstamos bancarios en pesos serán préstamos en dólares. Los bancos no cobrarán comisión por efectuar la conversión. Durante el período de transición, los salarios pueden cotizarse opcionalmente en pesos, de manera que los empleadores y bancos tengan tiempo para modificar sus contabilidades y sistemas de computación. Los precios también pueden continuar cotizándose en pesos opcionalmente durante el período de transición, de modo que los comerciantes no tengan que cambiar los precios de sus productos en los estantes. Después del período de transición, los salarios y precios dejarán de cotizarse en pesos. 6. Congele el total de los pasivos del banco central y dolarice los pasivos determinados en el paso 1. Una vez que el banco central empieza a redimir la base monetaria en pesos por dólares, no se permitirá a los bancos comerciales cobrar comisión por convertir pesos a dólares. Los bancos comerciales probablemente desearán convertir sus reservas en pesos a activos en dólares inmediatamente, y esto puede hacerse, pero intercambiar los billetes y monedas en pesos en circulación a dólares será más lento. El banco central o el gobierno debe continuar aceptando billetes de pesos y monedas por un período determinado, por ejemplo, un año, aunque lo grueso del cambio se hará durante los primeros 30 días. Entre 30 y 90 días, los billetes de pesos deben dejar de ser de curso legal para pagos de mano a mano.

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7. Decida lo que hay que hacer respecto a las monedas. Con tiempo suficiente, se pueden hacer los arreglos necesarios para tener disponibles un suministro de monedas de Estados Unidos para reemplazar las monedas de pesos cuando ocurra la dolarización. Sin embargo, si la dolarización se empieza apuradamente, la cantidad de monedas de los Estados Unidos puede ser insuficiente. Además, la tasa de cambio fija puede ser que no tenga una relación conveniente de números enteros en relación al dólar. Si es así, monedas, y solamente monedas, pueden ser devaluadas o revaluadas a un número entero equivalente que permita divisiones decimales del dólar. Como en Panamá, las monedas domésticas pueden circular junto a los billetes de dólar. En vista de que en la mayor parte de los países, las monedas son solo una pequeña porción de la base monetaria, los efectos en su totalidad serán pequeños y la importancia de este paso será igualmente escaso. 8. Reorganice los componentes del banco central como sea necesario. El banco central cesará de ser una institución para hacer política monetaria. Sus activos y pasivos se pueden transferir al gobierno o a un banco comercial que opere como fideicomisario para el gobierno. A los funcionarios que trabajan en estadísticas financieras, regulación de instituciones financieras, análisis económicos y contabilidad se los puede transferir al ministerio de finanzas o a la superintendencia de bancos. En forma alternativa, el banco central puede convertirse en una nueva autoridad independiente a cargo de las estadísticas financieras y de la regulación financiera, manteniendo su estructura organizacional sin mayores cambios. 9. TEMAS TECNICOS ADICIONALES EN LA DOLARIZACION OFICIAL La dolarización oficial puede generar algunos problemas técnicos adicionales que necesitan discutirse. Nuevamente asumamos que la moneda extranjera a usarse es el dólar y la moneda doméstica se llama peso. ¿Impetu inflacionario? La única diferencia entre el último día del peso y el primer día de la dolarización oficial es que en vez de ser cotizados en pesos, los precios serán cotizados en su equivalente en dólares. Si el país dolarizándose estaba sufriendo de una inflación alta bajo el peso, el ímpetu inflacionario puede persistir durante un corto tiempo después de la dolarización, pero se revertirá en vista de que la base monetaria en dólares está fuera del control local. En los países dolarizados extraoficialmente, la gente no incrementa los precios en dólares solo porque la inflación alta hace subir los precios en la moneda doméstica, sino más bien, porque los precios en dólares son estables y los precios en la moneda doméstica fluctúa de acuerdo a los cambios en la tasa de cambio. Ciclos económicos. La dolarización oficial enlazará los ciclos económicos locales más estrechamente a los ciclos económicos de los Estados Unidos que lo haría una tasa de cambio flotante. El crecimiento en importaciones domésticas y exportaciones tendrían una mayor sincronización con el crecimiento de las importaciones y exportaciones del país emisor porque los cambios en la tasa de cambio del dólar contra, por ejemplo, el yen japonés, tendrá efectos similares en los Estados Unidos y en el país dolarizado. Sin embargo, el país dolarizado pueden crecer aun cuando los Estados Unidos experimente una recesión, y puede experimentar recesión aun cuando los Estados Unidos crezca. Asuntos legales. Las tasas de interés en dólares son más bajas y concentradas en un rango más estrecho que las tasas en la moneda doméstica en la mayor parte de los países en desarrollo. Si los prestatarios estaban pagando 50 por ciento de interés anual en pesos con alta inflación y ahora están pagando 50 por ciento al año en dólares con baja inflación, eso es un salto inmenso en la tasa real de interés (por inflación) .

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Afortunadamente, bajo la dolarización oficial, los prestamistas estarán dispuestos a ofrecer tasas de interés más bajas porque su riesgo de perder dinero mediante la inflación será menor, de manera que existirán oportunidades de refinanciar préstamos. Los contratos en pesos serán contratos en dólares a la tasa de cambio fija establecida al final del período de flotación. Surgirán temas legales con respecto a tasas de interés, redondeo de precios en pesos a su valor más cercano equivalente al dólar, y cosas por el estilo. Una manera eficiente de manejar los aspectos técnicos de la dolarización es hacerlo por decreto, guiado por un comité de expertos legales y financieros. Sin embargo, hasta cierto punto, se debe permitir a los negocios hacer los ajustes necesarios como ellos lo consideren conveniente sin tener que obedecer un extenso aparato de decretos. Aunque habrá que resolver numerosos detalles, son molestias menores comparadas al alivio que traerá la dolarización en muchos casos. Solvencia del sistema financiero. Muchos sistemas bancarios en los países en desarrollo han permanecido con problemas a pesar de los rescates de los bancos centrales. Cuando los bancos hacen prestamos malos, alguien tiene que pagar los costos, independiente del sistema monetario que exista. A menudo la gente que posee la moneda doméstica son las que más pagan, a través de la inflación que reduce el valor real de los activos. La inflación en efecto transfiere riqueza de manos del público en general a los accionistas de los bancos y cuentacorrentistas. La dolarización oficial elimina la inflación como una manera de manejar crisis bancarias. En vez de eso, es una combinación de accionistas del banco, cuentacorrentistas y el gobierno (lo que significa en última instancia el público que paga impuestos) los que tienen que pagar. En vista de que el banco central no tiene la habilidad mágica de hacer que desaparezcan las pérdidas, un sistema bancario con problemas no es un argumento para retrasar la dolarización. Una sección previa anterior describe algunas maneras como un país oficialmente dolarizado puede hacer préstamos a bancos comerciales aun cuando carece de un banco central como prestamista de última instancia. Deuda externa. En casos extremos, la dolarización oficial puede ocurrir cuando una alta inflación y otros problemas bajo un sistema de banco central hayan conducido al gobierno y a las corporaciones a no pagar su deuda en moneda extranjera. La dolarización puede mejorar esta situación, porque la moneda doméstica puede apreciarse antes de que sea reemplazada por el dólar, reduciendo el peso de la deuda extranjera en términos de la moneda doméstica. Sin embargo, aun si la mejoría no es suficiente para permitir al gobierno y corporaciones resumir el pago de la deuda, la dolarización oficial puede proseguir. La dolarización oficial impide al gobierno imprimir moneda doméstica para obtener recursos que le permitan pagar su deuda en moneda extranjera. En lugar de eso, el gobierno debe obtener recursos en forma no inflacionaria o renegociando la deuda con los acreedores. Contrario a lo que sucede típicamente en regímenes con banco central, con dolarización oficial, un país puede tener una buena moneda aún sin buenas finanzas públicas. 10. CONCLUSION En unos pocos meses, la dolarización oficial ha pasado de una oscura idea a ser debatida diariamente en un número cada vez mayor de países. En vista de que el interés en la dolarización oficial es tan reciente, hace falta información básica. Aunque muchos detalles necesitan ser investigados, este reporte ha descrito los fundamentos básicos de la dolarización en forma tal que incite a promover la discusión informada, tanto en los Estados Unidos como en otros países que están considerando la dolarización.

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El siglo XX ha sido una época de creciente fragmentación monetaria. A principios del siglo habían mucho menos países independientes que los que existen hoy, y la gran mayoría de sus monedas estaban ligadas a la plata o al oro, dividiendo al mundo en efecto en dos grandes bloques monetarios. Ocurrieron crisis monetarias, pero fueron menos frecuentes y severas que en la última parte del siglo. A partir de la Primera Guerra Mundial, el número de monedas con políticas monetarias independientes ha crecido casi continuamente al mismo tiempo que el número de países independientes. Parece que el mundo ha iniciado un período de consolidación monetaria que nuevamente dividirá el mundo entre dos o tres grandes bloques monetarios. La sustitución de monedas nacionales con el euro en 11 países de Europa Occidental a principios de 1999, ha creado el primer rival verdadero del dólar en más de 50 años, y ha estimulado un sentido de urgencia in los países en desarrollo para hacer sus propios arreglos regionales o unirse a los bloques del dólar o del euro. La dolarización oficial puede ser una opción importante para lograr un sistema monetario internacional más sólido y menos vulnerable a las crisis. Sus beneficios hacen válida considerarla en los países en desarrollo y es un curso de acción que puede estimular los Estados Unidos ofreciendo compartir el señoraje. Preparado por Kurt Schuler, Economista Senior al Presidente del Comité, (202) 224-0379. Este reporte expresa la opinión del autor únicamente. Los puntos de vista expresados no necesariamente reflejan las opiniones del Comité económico, su Presidente, Vicepresidente o de sus miembros. La traducción de este documento al español de su original en inglés fue efectuada en el Instituto Ecuatoriano de Economía Política. REFERENCIAS Baliño, Tomás J., Adam Bennet, y Eduardo Borensztein. 1999. Monetary Policy in Dollarized Economies. Occasional Paper 171. Washington: Fondo Monetario Internacional. Banco Mundial. 1999. World Development Indicators on CD-ROM. Washington: Banco Mundial. BCRA. 1998. Banco Central de la República Argentina. Argentina and the Contingent Repo Facility. Buenos Aires: Banco Central de la República Argentina, octubre. BCRA. 1999. Banco Central de la República Argentina. "Tratado de asociación monetaria. Profundizar la convertibilidad: un camino hacia la Unión Monetaria Americana." 21 de enero. Bogetic, Zeljko. 1999. "Official or 'Full' Dollarization: Recent Issues and Experiences." Documento no publicado, Fondo Monetario Internacional, 9 de junio. Disponible en internet: http://users.erols.com/kurrency/bogdllr.htm Calvo, Guillermo A., y Carlos Végh. 1996. "From Currency Substitution to Dollarization and Beyond: Analytical and Policy Issues." En Guillermo A. Calvo, Money, Exchange Rates, and Output. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. Caprio, Gerard, Jr., y Daniela Klingebiel. 1996a. "Bank Insolvency: Bad Luck, Bad Policy, or Bad Banking?" En Michael Bruno y Boris Pleskovic, editores, Annual World Bank Conference on Development Economics, pp. 79-114. Washington: Banco Mundial. Caprio, Gerard, Jr., y Daniela Klingebiel. 1996b. "Bank Insolvencies: Cross-Country Experience." Banco Mundial, Policy Research Working Paper 1620, julio.

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[3]. La impresión de los nuevos billetes de $20, $50 y $100 cuesta casi el doble porque tienen características más elaboradas para protegerse contra la falsificación, pero también tienen promedio una vida más larga que un billete de $1. [4]. Algunos bancos centrales multinacionales comparten señoraje entre sus países miembros, pero los únicos países que actualmente ganan señoraje de la circulación de moneda extranjera dentro de sus límites son Lesotho y Namibia. Antes de que empezaran a emitir su propia moneda, estos países usaban el rand de Africa del Sur y la tasa de cambio entre sus monedas era 1 a 1 con el rand. Como parte de un convenio formal llamado el Area Común Monetaria, Africa del Sur comparte con ellos el señoraje del uso estimado de los billetes rand. Suazilandia y Botswana tuvieron arreglos similares con Africa del Sur, pero no lo tienen actualmente (Collings y otros, 1978). [5]. Los ahorros no son el 5 por ciento de su PIB, sino 5 por ciento multiplicado por la diferencia entre la tasa de interés más bajo que los fondos ganarían como reservas y la tasa más alta que estos fondos pueden ganar en otros tipos de inversión. [6]. Para una explicación específica de los pasos necesarios para la dolarización oficial en Argentina, ver Hanke y Schuler 1999. [7]. Una flotación limpia implica que el banco central no participa en intervención esterilizadora (cambiar la oferta de moneda doméstica para equilibrar los cambios en el mercado de moneda extranjera).

La dolarizacion y el TLC son dos eventos, aunque diferentes por sus objetivos, pero similares en la confusión para las autoridades y el pueblo ecuatoriano. Fue los EEUU (FMI) quien inicio el sistema de la dolarización, después de ver que los funcionarios ecuatorianos del ministerio de finanzas y economía no pudieron combatir con la inflación ecuatoriana, esta que llego hasta el 313%, y los EEUU en su intención de salvar sus intereses monetarios, ideo y apoyo a la adaptación del dólar. Durante esta transformación monetaria, el presidente de la republica también intervino, al igual que los pudientes del país, estos que se beneficiaron por el cambio de 25.000 sucres por un dólar, dejando al pueblo mas pobre de lo que estaba. Son los EEUU (FTAA) quienes promueven a que Ecuador sea participe del grupo andino, promoviendo que esta agrupación de comercio será en beneficio del país, pero es conocida que no, ya que los subsidios americanos hacia sus agricultores es parte de la negociación, mas no así la de los agricultores andinos.

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Es el presidente actual el que esta también participando aquí, y naturalmente serán los mas ricos e industriales del país los que mas se beneficien, pues los pequeños empresarios morirán o desaparecerán, ya que el TLC es parte de la globalización, es decir va en contra del pequeño industrial, este que no puede competir con las abundantes tecnologías ni con el volumen del capital americano. La dolarización no fue lo mas aconsejable, pues hoy en día hay mas pobreza, ya con un dólar solo se compra el periódico, o un limón, o un ajo, que mientras con 25.000 sucres se adquiría mas productos, había menos inmigrantes en el país, y había menos fugas de ecuatorianos hacia los países industrializados. De adoptar las reglas del TLC, Ecuador también económicamente sufrirá, el desempleo aumentara, mas de 3/4 partes de los péquenos industriales o comerciantes desaparecerán, y habrá aumento a la pobreza, esta que esta hoy en día al 70% de la población. Se espera que a partir del 2005 el TLC funcione. Ecuador, de aceptar esta membresía, en un solo corto tiempo dará malas sorpresas económicas al pueblo. Estén alertos. Kirk Nelson, New York.

La dolarización es “irreversible” en Ecuador M. Gidrón , Revista Expansión -------------------------------------------------------------------------------- La dolarización aplicada en Ecuador desde 2000 para salir de una crisis económica y financiera se mantendrá durante el Gobierno de Alfredo Palacio. El presidente de las Cámaras de Comercio de Ecuador, Blasco Peñaherrera, afirmó ayer que este proceso es “irreversible”, mientras el precio del crudo se mantenga alto. La nueva Administración ecuatoriana pretende realizar una consulta popular sobre “algunas correcciones del sistema presidencialista”, culminar con éxito las negociaciones del TLC con Estados Unidos, reformar las leyes de hidrocarburos y aduanas, y luchar contra los monopolios, los oligopolios, el desempleo y el subempleo, anunció Peñaherrera.

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“Palacio ha comprendido que este es un Gobierno de transición para devolver la tranquilidad al país y conseguir que el próximo proceso electoral (en octubre de 2006) se celebre en paz”, señaló el presidente de las Cámaras. El empresario ecuatoriano acusó al ex presidente Lucio Gutiérrez de “haber violado la Constitución y haberse convertido en un dictador” por destituir la Corte Suprema de Justicia. Estas medidas “indecentes” provocaron la caída de su régimen, en abril pasado. Peñaherrera acudió a un encuentro con empresarios en Madrid, organizado por Iberoamérica Empresarial en el Centro Financiero Génova, para explicar los objetivos del nuevo Gobierno ecuatoriano.

Dolarización en América Latina, política monetaria del imperio Por David Rodríguez, economista ecuatoriano -------------------------------------------------------------------------------- La dolarización de América Latina hace parte de una estrategia orquestada por el gobierno de Estados Unidos, bajo el nombre de Ley para la Estabilidad Monetaria Internacional, conocida como IMSA por su sigla en inglés. Esta expone las supuestas ventajas de adoptar el dólar como moneda: estabilidad monetaria, reducción de la inflación y de las tasas de interés hasta los niveles de EU, mayor crecimiento económico que estimule el ahorro y la inversión, disciplina fiscal, contribución al fortalecimiento del sistema financiero. La Reserva Federal, el Banco Central gringo busca manejar la moneda de los demás países para facilitar los movimientos especulativos del capital financiero. Con la dolarización plena, el dólar toma las funciones del dinero: unidad de cuenta, medio de cambio y reserva de valor. En consecuencia, desaparece la moneda nacional.

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Uno de los objetivos principales de las autoridades monetarias en los países bajo la férula del FMI, se centraba a finales de los ochentas en los programas para reducir la inflación, evitar pérdidas a los especuladores financieros y garantizarles altas rentabilidades. Esta estrategia se consolidó en los años noventas. En el caso de Colombia, la inflación se llevó de tasas por encima de 22% a cifras de un dígito en la actualidad, pero constriñendo la demanda interna, es decir, reduciendo la producción de bienes y servicios para el mercado nacional y deprimiendo el salario de los trabajadores. Estos fenómenos, sumados, disminuyeron el consumo y por tanto los precios no suben, pues no hay quien compre lo que se produce. Ahí está la razón del éxito proclamado por el Banco de la República. Al finalizar la década de los noventas, el centro de las discusiones se traslada hacia cómo disminuir la ocurrencia cada vez mayor de crisis cambiarias. Tales crisis generan los famosos paquetes de emergencia del FMI, con el fin de garantizar a los señores del capital cubrir sus pérdidas, a costa de la postración de las economías, víctimas de un mayor endeudamiento. En este panorama surge la dolarización para devolverles la confianza a los inversionistas extranjeros. Esto pone a la economía de un país a depender del sector financiero internacional, pues requiere de la entrada de capitales, del endeudamiento y del superávit de la balanza comercial. La mayoría de los países de América Latina padecen de déficit comercial, por lo que quedarían subordinados a los dos primeros factores, estrictamente controlados por los agiotistas de Wall Street. Ante un desequilibrio de la balanza de pagos, es decir, que lo que entra por exportaciones y flujos de capital sea menor que lo que sale por pago de importaciones e intereses de la deuda externa, no habrá más remedio que la cesación de pagos y una mayor restricción al consumo interno para impulsar las exportaciones, las cuales como no se puede devaluar se impone como única solución la rebaja directa de los costos de la mano de obra. El caso ecuatoriano Ecuador dolarizó su economía en enero de 2000. En el cuadro se observa la evolución económica en el cuatrienio 1998 – 2001, es evidente que las cifras para el último año son aparentemente positivas, al igual que lo eran para el caso de Argentina al inicio de la Ley de Convertibilidad, todo no es más que una historia conocida. Y es el famoso boom consumista, que se presenta por la masiva importación de bienes que entran a competir en condiciones favorables frente a los nacionales, además de la fuerte inyección de inversiones extranjeras aprovechando la estabilidad que ofrece el dólar. Los datos que muestra el cuadro 1 para 2001 parecen rebatir los argumentos del presente artículo, pero no es así, veamos por qué: En primer lugar, es necesario valerse de las mismas cifras que presentó el presidente Gustavo Noboa ante el Congreso a principios de este año, en la cual afirmaba que en el 2001 la inversión extranjera aumentó en 55%.

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Este valor representa 1.370 millones de dólares, recursos canalizados a través de los bancos extranjeros, 80% de los cuales se dirigieron hacia la inversión privada en petróleo (900 millones de dólares), la compra de electrificadoras y las telecomunicaciones. Aquí tenemos uno de los ingredientes de la dolarización y es la entrada de capitales. El crecimiento del PIB está explicado por las inversiones privadas en el sector petrolero y los servicios públicos. Otra cifra que se muestra como exitosa es la disminución del desempleo, que bajó a 11%. Lo que no se dice es que esto obedeció a la fuerte emigración de fuerza de trabajo hacia Estados Unidos y principalmente a España. Para el 2001 los giros de los ecuatorianos desde el exterior hacia su país representaron 1.415 millones de dólares, es decir, el segundo renglón por entrada de divisas después del petróleo. Y por otro lado está la cifra del subempleo, que se acerca a 66%, es decir, la gente está empleada pero vendiendo cachivaches en las aceras. En segundo lugar, las importaciones crecieron 46% entre 2000 y 2001. Aquí se configura el segundo ingrediente de la dolarización y es el déficit de la balanza comercial de 4.5% del PIB, con el agravante de que los bienes importados desplazan la producción nacional. Simplemente es vivir al debe. Y los ingresos por exportaciones son destinados en mayor medida al pago de los intereses de la deuda externa, como se aprecia en el cuadro. En tercer lugar, en el caso del salario y la inflación pasa lo mismo que en Colombia. Allá el salario real empezó el 2001 en 105 dólares, al finalizar el año se ubicaba en 92 dólares, lo que significa aproximadamente 211 mil pesos colombianos. La pregunta es: ¿qué se puede pagar con esa ínfima cantidad de dinero? Si tenemos en cuenta que el déficit de la canasta familiar frente al ingreso de los hogares se incrementó en 12% al pasar de 67 a 75 dólares. Con el agravante de que diez millones de ecuatorianos de los doce de población total, viven en la pobreza absoluta, por tanto, el descenso de la inflación se da por ausencia de capacidad de compra de la población. Por último, viendo la cifra de crecimiento del salario real (11.7%), no se compensa en ninguna forma la caída de 21.9% en los tres años anteriores. Es evidente que uno de los objetivos centrales que lleva tras de sí la dolarización es facilitar las condiciones para que Estados Unidos se apodere de los mercados internos de los países, especialmente los latinoamericanos. Al decir de los sabios del FMI, la dolarización facilita la instauración del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y de paso arrasar los mercados nacionales, subordinando procesos de integración como el Mercosur. Esto en otras palabras significa que si, por ejemplo, tomamos el caso de Argentina, en los actuales momentos los socios comerciales son en su orden: 35% Estados Unidos; 30% Brasil; 20% Europa y 15% otros países, cifras que significan la lucha planteada entre la Unión Europea y Estados Unidos por el control del Mercosur. La dolarización golpea las demás economías desarrolladas representadas en monedas como el euro y el yen, ya que garantiza a los norteamericanos tener un control imperial sobre los aparatos productivos de exportación de los países latinoamericanos, al no permitir su diversificación hacia otros mercados distintos.

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En el mundo se perfila la competencia por el dominio del mercado mundial de capitales y las políticas que lo rigen entre lo que hace la Reserva Federal gringa y el Banco Central Europeo. Por tanto, la dolarización es la punta de lanza de la política monetaria imperialista de Estados Unidos en los países latinoamericanos y su imposición les facilita a los organismos financieros internacionales la implantación de los enfoques unilaterales y homogéneos que promueven. Con estas maniobras, se obliga a los países a suscribir cláusulas de condicionalidad para desembolsar el préstamo de los recursos, lo que afecta directamente el aparato productivo e institucional de un país. Así, lo que inicialmente es la pérdida de la soberanía monetaria, que lleva implícita la decisión de la dolarización total, se traduce finalmente en la pérdida de la soberanía política y el sometimiento aún mayor del país. La dolarización trae como consecuencia un hecho muy grave y es el privilegio que se le otorga a la economía financiera sobre la economía real, al no sustentar el crecimiento de un país en su mercado interno, llevando al estrangulamiento de la agricultura, la industria y la población en general. Se persigue orientar las políticas fiscal y monetaria, a garantizar el pago efectivo de la deuda externa y a complementar la desregulación financiera neoliberal, otorgando posibilidades ilimitadas de participación extranjera, especialmente norteamericana, y eliminando los obstáculos que originan las monedas nacionales, que representan una de las posibilidades reales de ejercer la soberanía. En economías dolarizadas cada vez más dependientes del flujo de divisas, con un aparato exportador postrado y con un déficit fiscal creciente, las divisas se van o simplemente no entran cuando se presenta una caída de las exportaciones. La cantidad de dinero en la economía disminuye, se incrementa el costo del crédito y se contrae la demanda interna, porque no hay posibilidad de inyectarle liquidez a la economía. Ante la situación ruinosa de las finanzas públicas, el instrumento del gasto gubernamental se anula, ya que los recursos fiscales tienen que servir como garantes del sistema financiero, y los recursos para salud, educación, son desviados hacia la constitución de reservas para atender las fugas de la banca. La política fiscal, que supuestamente está en manos del Estado, queda así maniatada. La arremetida globalizadora obliga a los pueblos a responder a la agresión y liderar la resistencia civil que salvaguarde la soberanía de sus naciones.

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Crisis, dolarización y pobreza en el Ecuador9

Carlos Larrea M.10

Introducción El Ecuador es un país de bajo desarrollo relativo en América Latina, con un ingreso por habitante equivalente al 43 % del promedio latinoamericano, y una sociedad históricamente caracterizada por profundas inequidades sociales, étnicas y regionales. Los programas de ajuste estructural y promoción de exportaciones, aplicados a partir de 1982, no han logrado superar el estancamiento económico. Por el contrario, su costo social, en términos de incremento de la desigualdad social y persistencia de la pobreza y el desempleo estructural, ha sido elevado. Este panorama se vio agravado por la crisis iniciada hacia 1998, cuando la convergencia de tres eventos negativos conllevó un pronunciado deterioro económico, una crisis social y un levantamiento popular que condujo a salida del presidente Mahuad en Enero del 2000. Los antecedentes fueron las inundaciones provocadas por el fenómeno del El Niño en 1998, el colapso de los precios del petróleo (principal producto ecuatoriano de exportación) en 1998 y 1999, y la crisis financiera internacional iniciada en el Sudeste Asiático en 1997, que repercutió en la quiebra de la mayor parte de los bancos privados del país en 1999 y 2000.11 En enero del 2000, en medio de una profunda crisis económica, el gobierno de Mahuad decretó la dolarización de la economía, convirtiendo al Ecuador en el primer país latinoamericano que elimina su moneda nacional.

9 Esta ponencia sintetiza y actualiza los resultados del proyecto de investigación “Dolarización, Crisis y Pobreza en el Ecuador” realizado en el IEE con auspicio del programa CLACSO-CROP. 10 Profesor de FLACSO-Ecuador e Investigador del IEE. 11 La crisis asiática tuvo dos repercusiones negativas sobre la economía ecuatoriana. Por una parte la contracción del sudeste asiático precipitó la caída de los precios del petróleo en 1998, y por otra la masiva pérdida de confianza en los mercados emergentes condujo a la retirada de capitales y contracción del crédito internacional en América Latina.

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El objetivo principal de este proyecto es analizar los efectos económicos y sociales de la dolarización y de la crisis en el Ecuador. Ajuste, crisis y pobreza en América Latina Al cabo de 21 años de la aplicación de políticas de ajuste estructural y promoción de exportaciones en América Latina, inspiradas en el “Consenso de Washington”, la mayor parte de los países de la región no han logrado superar la crisis económica desatada con la moratoria de la deuda externa mexicana en 1982. La recuperación observada a inicios de los años 90 fue corta, y ni el notable crecimiento de los volúmenes exportados ni la apertura comercial han conducido a la reactivación económica; el crecimiento alcanzado ha sido mínimo, con una tasa media regional de solamente el 0.3 % anual entre 1980 y 2001.12 La inestabilidad económica reciente – crisis mexicana en 1995, ecuatoriana en 1999 y Argentina en 2001 – ha agravado la situación. Los resultados nacionales son heterogéneos. Por una parte, los países grandes e industrializados de la región (Argentina, Brasil y México) han alcanzado un moderado crecimiento de su ingreso por habitante, acompañado por una significativa expansión de su capacidad adquisitiva de las exportaciones por habitante. Algunos países intermedios y relativamente diversificados (Chile, Costa Rica, Colombia y República Dominicana) han logrado un crecimiento mayor en su ingreso por habitante, con un dinamismo algo menor en sus exportaciones. Finalmente, entre los 11 países restantes, que corresponden al 23 % de la población regional, el ingreso promedio por habitante ha declinado y la capacidad adquisitiva por habitante de sus exportaciones en 2001 es apenas comparable a la de 1980. Estos países con resultados desfavorables, entre los que se encuentra el Ecuador, son generalmente pequeños o medianos, con economías predominantemente primarias y escasamente diversificadas. Los resultados pueden observarse en el Cuadro 1. Al deslustrado desenvolvimiento económico se añaden la persistencia de la pobreza, el incremento de las desigualdades sociales y el repunte del desempleo estructural. Según la CEPAL, la pobreza continúa siendo masiva en la región, afectando a 235 millones de personas en 2002, equivalentes al 44 % de la población, y su incidencia ha aumentado desde 1980, cuando alcanzaba el 40.5 % de la población, afectando a 136 millones de personas. 13 La desigualdad social en América Latina, considerada la más alta del mundo, ha aumentado en casi todos los países de la región, de acuerdo a los coeficientes de Gini en la distribución del ingreso, y el desempleo abierto alcanzó en 2002 el 9.1 %, una cifra record. 12 ECLAC, Statistical Yearbook of Latin America for Latin America and the Caribbean. 2000. 13 CEPAL. Panorama social de América Latina. 2001-2002 y 2002-2003.

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Cuadro 1 Indices económicos de América Latina por grupos de países: 1980-2001

Indices 2001 (base 1980: 100)

Grupo de Países Ingreso por Habitante

Capacidad Adquisitiva de las Exportaciones por Habitante

Población 2001

% Población

Grandes 109.7 278.5 302.5 61.8 Mayor dinamismo 137.8 187.2 72.2 14.8

Restantes 85.6 102.2 114.4 23.4

Total 105.7 189.5 489.0 100.0 Nota: Los países grandes son Argentina, Brasil y México, los de mayor dinamismo son Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Uruguay, y los restantes incluyen Perú, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Haití, Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Panamá y Honduras. Fuente para el análisis: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe. Varios números. El contexto socio-económico ecuatoriano Hacia 1982 el “boom petrolero” se agotó, y el país inició su transición hacia un nuevo período de su historia bajo los lineamientos del “Consenso de Washington”. Aunque estas políticas se han dado en forma tardía y poco consistente, hacia mediados de los años 90 el Ecuador había liberalizado los tipos de cambio y de interés, desmantelado su protección arancelaria, abierto sus mercados, eliminado subsidios y desregulado parcialmente el sistema financiero y el mercado laboral. Los resultados económicos de esta estrategia han dejado mucho que desear. El ingreso por habitante en 1998 era apenas un 5 % superior al de 1980, con un crecimiento medio anual del 0.3 %. Aunque las exportaciones experimentaron una fuerte expansión durante la primera mitad de los años 90, sus efectos sobre el crecimiento de la economía fueron reducidos. La baja diversificación de las exportaciones ecuatorianas, el predominio de bienes primarios, y su limitado dinamismo reflejan problemas estructurales de competitividad que han afectado históricamente a la economía, como resultado del carácter eminentemente rentista de las clases dominantes, la inequidad social, el bajo desarrollo del capital humano, deficiencias en el desarrollo institucional y la inestabilidad política, entre otros elementos (Larrea y North, 1997). Varios índices comparativos de competitividad ubican al Ecuador en condiciones desventajosas. La calidad de la educación básica ha sido calificada como la peor entre 19 países de América Latina (Fretes-Cibils, Guigsale y López-Calix, 2003). El Indice de Percepción sobre la Corrupción ha ubicado al Ecuador en 2003, en la posición 114 entre 133 países, superando en América Latina solamente a Haití y Paraguay (Transparency International Web Site). El 88 % de las exportaciones ecuatorianas corresponden a productos primarios. En América Latina, solamente Nicaragua y Venezuela tuvieron porcentajes más altos (CEPAL, 2002).

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La ONUDI ha elaborado un índice de desempeño competitivo industrial, y el Ecuador se ubicaba en 1998 en la posición 61 entre los 87 países estudiados (UNIDO, 2002). De acuerdo a los índices de competitividad internacional elaborados anualmente por el World Economic Forum, el Ecuador se ubicaba en 2002 en las posiciones 73 y 78 entre los 80 países estudiados, manteniéndose, por sus condiciones institucionales, tecnológicas y macroeconómicas, entre los países menos competitivos del mundo (World Economic Forum, 2002). En medio del estancamiento económico y la apertura comercial, los problemas estructurales de inequidad social, exclusión y pobreza se profundizaron en el Ecuador. En 1995 la pobreza alcanzó el 56 % de la población, y el 76 % en el área rural, cifras superiores a los promedios latinoamericanos. La concentración del ingreso, estimada por el coeficiente de Gini (0.57), ubicaba al Ecuador en la tercera posición más desventajosa en la región, solamente después de Brasil y Paraguay (IADB, 2000). En 1994, el 57 % de la población urbana ocupada tenía empleos de baja productividad (CEPAL, 2001), el analfabetismo afectaba al 10.5 %, y la escolaridad media de la población adulta llegaba a 7 años (1995) (PNUD, 2001). En 1998, el 26 % de los niños menores de 5 años sufría de desnutrición crónica (Larrea, Freire y Lutter, 2001). De la crisis a la dolarización A finales de los años 90 el panorama se agravó. El fenómeno de El Niño en 1998, la caída de los precios del petróleo y la crisis financiera internacional desencadenaron una profunda crisis económica, social y política. En 1999 y 2000 el sistema financiero nacional sufrió el cierre o transferencia al Estado de más de la mitad de los principales bancos del país. Como resultado, en 1999 el ingreso por habitante cayó en el 9 %, luego de haber declinado el 1 % en 1998. La crisis se manifestó en una vertiginosa expansión del desempleo abierto, el subempleo y la pobreza. El primero ascendió, en las tres principales ciudades el país, del 8 % en 1998 al 17 % a mediados de 1999, mientras la pobreza urbana pasó del 36 % al 65 %. Se produjo también una masiva migración internacional. Al menos 800.000 ecuatorianos han dejado el país a partir de 1998. Ante la amenaza de hiperinflación y otros problemas generados por la inestabilidad y especulación, el Estado adoptó la dolarización oficial de la economía en enero de 2000. Aunque la medida no logró evitar la caída de Mahuad, los siguientes gobiernos la respaldaron, con una estrategia de estabilización y recuperación económica. Noboa y Gutiérrez han buscado estabilizar la economía a través de la dolarización, y consolidar la recuperación mediante la inversión extranjera en el sector petrolero. Se esperaba que las divisas del petróleo, la austeridad fiscal, la mayor eficiencia tributaria, y la reducción de la inflación y las tasas de interés bajo la dolarización crearan un ambiente de estabilidad y confianza, favoreciendo la inversión y la reactivación.

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Resultados económicos de la dolarización Algunos elementos del contexto han repercutido en condiciones externas altamente favorables a partir de 2000.

• El precio del petróleo se recuperó desde mediados de 1999, alcanzando valores altamente favorables hasta el presente.

• La masiva emigración internacional a España, Estados Unidos e Italia repercutió en elevadas trasferencias de divisas. Las remesas se ha convertido en la segunda fuente de divisas después de las exportaciones de petróleo, ascendiendo de 200 millones de dólares en 1993 a 1.539 millones de dólares en 2003.

• La construcción del oleoducto de crudos pesados (OCP) ha dinamizado la economía y ha constituido la inversión extranjera más voluminosa en el Ecuador desde los años 1980.

• El tipo de cambio al que se adoptó la dolarización (25.000 sucres por dólar) permitió precios relativos excepcionalmente favorables para las exportaciones en el año 2000, que al momento de la dolarización duplicaron su valor de 1994.

• Las tasas internacionales de interés han alcanzado su nivel más bajo en muchos años, como resultado de las políticas de reactivación norteamericanas.

Algunas de las condiciones favorables han comenzado a agotarse, configurando una situación más vulnerable.

• Aunque los precios del petróleo se han mantenido elevados, los ingresos petroleros se han limitado por la menor producción petrolera estatal, que ha caído en un 37 % desde 1993. La producción de crudos pesados por empresas privadas compensa solo parcialmente esta declinación, ya que la participación nacional es menor, los costos son mayores, y los precios más bajos.

• Las remesas de los emigrantes han dejado de crecer y posiblemente declinarán en los próximos años. La migración a Europa se ha reducido desde la imposición de visas, y en Estados Unidos los controles migratorios y la crisis la han afectado también.

• El tipo de cambio se ha tornado desfavorable como resultado de la inflación, afectando la competitividad de las exportaciones no petroleras.

• La construcción del OCP ha concluido. Las inversiones privadas han sido inferiores a las planificadas, y el nuevo oleoducto operará durante los próximos años por debajo de su capacidad instalada. La participación nacional en estos recursos es limitada.

La recuperación no permite aún reestablecer los niveles de ingreso por habitante de 1998. En 2003, éste un 3 % bajo su valor en 1998, y a un nivel comparable al de 1980. Las proyecciones auguran un crecimiento moderado en los próximos años, excluyendo el sector petrolero. La dolarización no fue el resultado de una estrategia económica de largo plazo. Por el contrario, se adoptó como una medida emergente para evitar la hiperinflación en un contexto de aguda crisis.

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Como resultado de la acelerada devaluación del sucre en los meses previos a la dolarización, los salarios reales cayeron dramáticamente, se ampliaron los subsidios y se generaron notables distancias entre los precios relativos y los costos reales. Como consecuencia de factores como los desequilibrios acentuados en los precios relativos al momento de la dolarización, la capacidad de los oligopolios y otros agentes económicos para elevar los precios, la demanda de las remesas internacionales, y la reducción de algunos subsidios, el país mantuvo altas tasas de inflación, a pesar de la eliminación de la emisión monetaria. Aquella llegó al 91 % en 2000, 22 % en 2001, 9 % en 2002, y 6 % en 2003. Solo a fines de 2004 se ha reducido la inflación a valores internacionales (3 % anual). La inflación no solamente ha eliminado las ventajas alcanzadas por el sector externo en el tipo de cambio real, sino que ha revertido la situación, afectando gravemente la competitividad internacional del país. El índice de tipo de cambio real descendió de 207 en enero de 2000 a 90 en febrero de 2003, su valor más bajo en 10 años, y luego se ha recuperado por la devaluación del dólar, llegando a 95.3 en septiembre de 2004. El tipo de cambio desfavorable limita el crecimiento y diversificación de las exportaciones no petroleras. Si la inflación ecuatoriana continúa superando a la internacional, el panorama se tornará más difícil, configurando una situación similar a la argentina desde 1995. El crecimiento abultado de la importación de bienes de consumo confirma los efectos desfavorables de la dolarización. Las perspectivas para compensar las desventajas en los precios relativos de los bienes no transables mediante incrementos en la productividad del trabajo son limitadas, debido a las frágil situación del sistema bancario, las altas tasas activas de interés, y un contexto institucional desfavorable. La recuperación obedece principalmente a las remesas de emigrantes, al alza del precio del petróleo y al impacto de la construcción del OCP, pero no refleja una dinamización de las exportaciones. Por el contrario, los principales productos no petroleros enfrentan problemas serios, principalmente en los casos del banano y el camarón, y ningún otro producto presenta perspectivas muy favorables. El petróleo tiene dificultades por la limitación de las reservas, la baja calidad de los crudos pesados y sus impactos ambientales negativos. La expansión en la producción de crudos pesados tendrá un impacto limitado en el crecimiento económico, debido a la participación modesta del Estado en el excedente petrolero, y en el empleo previsto de la mayor parte de estos recursos en el pago de la deuda externa. Las reservas petroleras remanentes, evaluadas en 4.629 millones de barriles (Fretes-Cibils, Guigsale y López-Calix, 2003) permitirán la extracción de petróleo por 18 a 25 años, dependiendo de los nuevos yacimientos. El 40 % de estas reservas corresponde a crudos de alta densidad con altos costos y bajos precios.

En este contexto, las exportaciones no petroleras son medulares. Estas están afectadas por un tipo de cambio real desfavorable. Como telón de fondo, los productos agrícolas de exportación, y en particular los monocultivos, se hallan afectados tanto por sus precios inestables y declinantes, como por la amenaza de plagas.

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La experiencia reciente del camarón, cuya exportación cayó en el 60 % a partir de 1999 por efecto de las plagas, es ilustrativa. El tipo de cambio real posterior a la dolarización ha generado un abaratamiento relativo de los bienes importados. La disponibilidad de crédito para consumo y las crecientes remesas de divisas de los emigrantes han facilitado un crecimiento acelerado de las importaciones, en particular de bienes de consumo. El crecimiento total de las importaciones es significativo. Su promedio mensual entre julio de 2002 y junio de 2003 es 63 % mayor al de 1996. A pesar del peso de la construcción del OCP, el rubro de mayor crecimiento es el de bienes de consumo. Como resultado, la balanza comercial se ha deteriorado dramáticamente. Este desequilibrio profundo es insostenible en el mediano plazo, sobre todo considerando el peso de la deuda externa, cuyos compromisos superan los 2.000 millones de dólares anuales, y el incierto panorama del sector externo y los precios del petróleo. El crédito ha influido en la escasa capacidad de la economía para adaptarse a las nuevas condiciones impuestas por la dolarización. Podría haberse esperado que, ante el tipo de cambio favorable entre inicios de 1999 y fines de 2001, se produzca una expansión de las exportaciones, y posteriormente se compensen los efectos de un tipo adverso de cambio con mejoras sostenidas en la productividad. Estas transformaciones, sin embargo, presuponen una disponibilidad de crédito a tasas de interés que permitan la adecuada rentabilidad de las inversiones. Desafortunadamente la crisis bancaria de 1999, y la quiebra de la mayor parte de los bancos privados, han creado una restricción prolongada de crédito, de forma que el crédito disponible es escaso, con tasas de interés demasiado altas, y en su mayor parte se canaliza al comercio o al consumo. El crédito para la agricultura, la industria y la construcción ha declinado en al menos el 50 % respecto a sus valores previos a 1998, y en su mayor parte se canaliza con fines no productivos como el consumo o el comercio. Las tasas activas de interés se han mantenido entre el 13 % y el 17 % después de la dolarización, y las tasas pasivas han fluctuado entre el 6 y el 10 %. Entonces el sistema financiero ha perdido en gran parte su rol de canalización del ahorro hacia la inversión. En consecuencia, las transformaciones productivas se han restringido a las empresas con acceso al crédito internacional. El sector exportador perdió en gran medida la oportunidad generada por el tipo de cambio favorable, y actualmente carece de crédito adecuado para adecuarse a condiciones desfavorables. El resultado es un ajuste recesivo y concentrador, en el cual sobreviven únicamente las empresas grandes con acceso al crédito internacional, o aquellas establecidas en ramas menos vulnerables. La inversión social ha declinado fuertemente. El gasto social en el Ecuador no solamente se encuentra entre los más bajos de América Latina, sino que ha sufrido una tendencia decreciente a partir de 1982 (Vos, 2002). La caída es tan pronunciada que, en términos reales por persona, el gasto público social de 2001 fue menos de la mitad del valor alcanzado en 1981. En síntesis, el Ecuador ha experimentado una limitada recuperación económica, atribuible a condiciones externas favorables.

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Las perspectivas económicas de mediano plazo, sin embargo, son poco alentadoras, en vista de la magnitud de la deuda externa, el tipo de cambio real sobrevaluado, y la limitada competitividad del país. El impacto positivo esperado de las exportaciones petroleras en los próximos años no permitirá alcanzar un crecimiento significativo, debido tanto a limitaciones en la calidad del crudo y las reservas existentes como a la reducida participación del Estado. Perspectivas económicas Pese a la riqueza y diversidad de sus recursos naturales, el Ecuador se ubica entre los países con mayor pobreza e inequidad social en Sudamérica. Su prolongado estancamiento refleja problemas estructurales de competitividad internacional por su débil capital humano, deficiente sistema educativo, debilidad institucional y falta de infraestructura. Esta difícil situación se ha agravado por la creciente vulnerabilidad del país ante desastres naturales (agravados por el calentamiento global) y crisis económicas como la de 1999. La crisis condujo a la dolarización, y se esperaba que la estabilidad favoreciera la recuperación económica. Los hechos demuestran no solamente que la economía no se ha estabilizado, sino que han aparecido nuevos desequilibrios (déficit fiscal y en la balanza de pagos, tipo de cambio sobrevaluado) y el ajuste en el futuro posiblemente tomará una forma recesiva, ante la rigidez de los salarios y precios a la baja. Las perspectivas favorables en los albores de la dolarización no pudieron aprovecharse porque la reconversión productiva demandaba crédito y el sistema financiero nacional no pudo responder. El contexto actual es menos favorable, como resultado del deterioro en el tipo de cambio real, y la incertidumbre en los mercados de los productos de exportación. La vulnerabilidad externa del país se acrecienta por la rigidez en el tipo de cambio. Los problemas de competitividad del país requieren una sólida institucionalidad pública para su superación. La crisis, sin embargo, aumenta la conflictividad social, reduce la gobernabilidad, y aleja las perspectivas para escapar del círculo vicioso generado por la inequidad social, el estancamiento económico y la debilidad de las instituciones. Efectos sociales de la crisis y dolarización Se analizan en particular la pobreza, el empleo y los salarios, a partir de encuestas de hogares.14 La información nacional disponible sobre la pobreza desde 1995 sugiere un aumento significativo iniciado en 1998, que se habría mantenido hasta el 2000, y una declinación posterior que no compensa la totalidad del deterioro. La pobreza subió de 56 % in 1995 al 69 % en 2000, declinando hasta el 61 % el 2001 y 60 % en 2003. El deterioro se concentra principalmente en las ciudades, donde las cifras correspondientes son 42 %, 60 %, 52 % y 49 %. En el caso de la indigencia se observa un deterioro más perdurable y una recuperación más modesta. 14 La metodología y fuentes se analizan en detalle en: Larrea, Carlos. Pobreza, dolarización y crisis en el Ecuador. Quito: Abyayala, 2004.

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Pobreza, salarios y empleo en las principales ciudades. A partir de las series de pobreza, (gráfico 1) salarios y empleo en Quito, Guayaquil y Cuenca pueden diferenciarse tres fases:

a. Deterioro social. Comprendida desde el inicio de la serie (marzo de 1998) hasta mayo de 2000 (4 meses después de la dolarización). La pobreza asciende del 35 % al 68 %, los salarios reales caen en aproximadamente el 40 %, y el desempleo abierto sube del 8 % al 17 %, con un deterioro similar en términos de subempleo.

b. Recuperación. Entre mayo de 2000 y diciembre de 2001 se producen

simultáneamente una reducción de la pobreza e indigencia, una recuperación salarial, y una caída del subempleo y desempleo. Aunque la recuperación en general no llega hasta niveles previos a la crisis, es significativa. La pobreza desciende hasta aproximadamente el 49 %, el desempleo abierto cae hasta el 8 % y los salarios recuperan casi todo su valor inicial.

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c. Nivelación. En 2002 la recuperación comienza a agotarse, dando lugar a un nuevo escenario con características diferentes al período previo a la crisis. El desempleo abierto repunta hasta su nivel actual del 10 %15, y la pobreza e indigencia tienden a bajar lentamente, llegando a mediados de 2003 al 45 % y 20 % respectivamente, valores superiores a los iniciales. Sin embargo, la recuperación de los salarios reales continúa hasta alcanzar los niveles de 1998.

Este panorama tiene perfiles definidos por ciudades. Mientras Guayaquil sufre más fuertemente la crisis y tiene una recuperación débil, Quito presenta una evolución más simétrica en las dos fases principales, y en Cuenca la recuperación es vigorosa; tanto la pobreza como el desempleo se reducen a niveles inferiores a los de 1998.

Gráfico 1 Pobreza e Indigencia en Quito, Guayaquil y Cuenca: 1998-2003

Pobreza e Indigencia en Quito, Guayaquil y Cuenca: 1998-2003

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30

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1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

Pobreza

Indigencia

Dolarización

Fuente de datos ara el análisis: Banco Central del Ecuador. Encuesta de empleo urbano. Base de datos no publicada. Pueden explicarse estas diferencias a partir de la estructura social en estas ciudades. Guayaquil no solamente sufrió más fuertemente el impacto social del fenómeno de El Niño, sino que esta ciudad tradicionalmente tiene un sector informal más numeroso, sectores medios más débiles, mayor inequidad social, una menor presencia del sector público, y niveles más bajos de escolaridad. Cuenca, la ciudad menos afectada y la de más dinámica recuperación, se ha beneficiado de una masiva emigración internacional y la remesa de divisas, que han promovido el consumo y la construcción. Además, se ha destacado por otros factores como el turismo. Quito se ubica en una posición intermedia. La crisis se expresa principalmente mediante el empobrecimiento de los estratos medios, y en su recuperación influyen la remesa de divisas, la migración, y el repunte de la construcción 15 La tasa de desempleo abierto alcanzo el 8.2 % en enero de 2003 (BCE-PUCE), y el 10 % en junio de 2003 (BCE-FLACSO).

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Pobreza e indigencia. El incremento de la pobreza en la primera etapa se explica por la declinación de los salarios, el aumento del desempleo y subempleo, y la crisis financiera que condujo al congelamiento de los depósitos y a la virtual eliminación temporal del crédito formal. En la recuperación influye principalmente la masiva emigración internacional desde 1998, que conduce a una reducción del desempleo. La remesa de divisas, comparable con los ingresos petroleros, permite una recuperación del consumo de los hogares pobres. La emigración internacional no está compuesta únicamente por trabajadores no calificados, sino que incluye obreros especializados, técnicos y profesionales. Como resultado, en varias ramas comienza a observarse una escasez de mano de obra, que contribuye a la elevación de los salarios y a la reducción de la pobreza. A estos factores se añade la bonanza fiscal originada en la elevación de los precios del petróleo, y la generación de empleo vinculada a la construcción el OCP. Mercado laboral. En general, el ciclo de caída y recuperación salarial se manifiesta en forma similar al desagregarlo por sexo y por sectores informal y moderno. El análisis por ciudades revela, en contraste, no solamente diferencias significativas en los niveles salariales (atribuibles a diferencias en escolaridad a favor de Quito y Cuenca respecto a Guayaquil), sino también una recuperación más pronunciada en Cuenca, como efecto de las migraciones y remesas. Salarios y género. Hay evidencia de una situación discriminatoria contra la mujer en el mercado laboral. A igualdad de otras condiciones -educación, experiencia, inserción laboral, horas de trabajo, etc.- las mujeres reciben remuneraciones inferiores a los hombres en un 13.4 %. También se observa una segmentación del mercado de trabajo, con remuneraciones menores para los trabajadores informales (20 %) y de servicio doméstico (42 %), bajo condiciones similares. Cabe recordar que estos sectores concentran el trabajo femenino. Otra dimensión de la discriminación laboral de la mujer se produce por su inserción más precaria. El subempleo y el desempleo afectan principalmente a las mujeres La recuperación laboral es, además, más lenta entre las mujeres. En enero de 2003 el subempleo femenino era del 50 % frente al 25 % para los hombres, mientras que las correspondientes cifras para el desempleo abierto eran 11 % y 6.5 %. Hay también un deterioro no revertido en la calidad del empleo. La participación del sector moderno declina del 64 % al 57 %, en beneficio tanto del sector informal como del servicio doméstico. Esta evolución confirma que la caída en el desempleo abierto no se debe a una recuperación del empleo, sino a la emigración internacional. La recuperación en el empleo adecuado es consecuencia principalmente del alza en los salarios reales, que reduce el subempleo invisible (debido a baja productividad). Pese a su declinación, el subempleo afecta al 40 % de la fuerza laboral, superando el 50 % en Guayaquil.

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En síntesis, la situación actual muestra una recuperación salarial amplia, aunque no completa ni uniforme, acompañada de una caída de la pobreza y el desempleo hasta límites cercanos a los iniciales. Sin embargo, en 2003 se observa un repunte del desempleo abierto, que habría ascendido del 8 % en enero al 10 % en junio. Evaluación y Perspectivas La dolarización en Ecuador ha logrado consolidarse en su crítica etapa inicial, principalmente debido a condiciones externas favorables, como los precios del petróleo, las remesas de divisas y la construcción del OCP. La inflación ha socavado la competitividad internacional del país, dificultando la diversificación y crecimiento de exportaciones no petroleras. El incremento proyectado en la producción petrolera, central en la estrategia de recuperación promovido por el Estado, difícilmente alcanzará una magnitud y estabilidad suficientes para sustentar por sí solo una recuperación consistente. Los límites de esta estrategia se originan el las reducidas reservas, la baja calidad del crudo, y la limitada participación del Estado. Las perspectivas de crecimiento se ven limitadas por la sobrevaloración del tipo de cambio, los problemas del sector externo, y factores estructurales como la deuda externa y las condiciones institucionales y de desarrollo tecnológico en el país. Aunque a partir de 2000 se observa una recuperación en las condiciones sociales en el área urbana –reducción de la pobreza, aumento salarial y caída en el desempleo- la consolidación y continuidad de esta evolución favorable parecen, al menos, inciertas. La recuperación se ha originado principalmente en la masiva emigración internacional, que ha aliviado la sobreoferta laboral y ha conducido a una recuperación de los salarios, y a la remesa de divisas, que bordea el 6 % del PIB. No hay una reactivación consistente en el aparato productivo, ya que ésta última se ha concentrado en una sola rama de limitada articulación con la economía nacional: el sector petrolero. En un futuro con crecimiento económico modesto, la mejora en las condiciones de vida va a depender de la capacidad y efectividad del sector público para implementar políticas sociales con efectos dinamizadores y redistributivos. Estas políticas requieren una inversión substancial en formación de capital humano (educación, ciencia y tecnología, nutrición y salud), la formación de empleo productivo entre las pequeñas y medianas empresas en sectores estratégicos de la economía, y un apoyo consistente a los campesinos y pequeños productores rurales, acompañado de una redistribución de la tenencia de la tierra. Si, por el contrario, las políticas sociales siguen basadas en las expectativas de una distribución progresiva de los frutos del crecimiento por mecanismos de mercado, como ha ocurrido en las últimas décadas, las perspectivas de una mejora en las condiciones de vida serán efímeras.

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Crisis, dolarización y desarrollo El objetivo central del desarrollo es la satisfacción sustentable de las necesidades humanas, incluyendo tanto las necesidades básicas como la participación libre de las personas en la construcción de su destino bajo sus propias pautas culturales. La sustentabilidad implica un desarrollo que mantenga y preserve los recursos naturales en armonía con las necesidades humanas. La pobreza es una situación estructural que impide a las personas la satisfacción de sus necesidades básicas, excluyéndolas del umbral mínimo para la expansión de sus potencialidades humanas. La pobreza constituye como tal, la carencia y negación de los prerrequisitos para el desarrollo humano. En el caso ecuatoriano, la capacidad económica actual permitiría holgadamente la satisfacción de las necesidades básicas de toda la población, ya que el ingreso por habitante es aproximadamente el doble de la línea de pobreza. La pobreza masiva es una consecuencia de la desigualdad social. La inequidad social se constituye en el obstáculo principal para el desarrollo humano. El uso no sustentable de los recursos naturales amenaza la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras, y genera la inequidad intergeneracional, una segunda dimensión de desigualdad que se añade a las diferencias sociales en el presente. La sociedad ecuatoriana sufre desde la colonia por la pobreza masiva, y grandes desigualdades sociales, étnicas, regionales y de género. La inserción del Ecuador en el mercado mundial se ha fundamentado en ventajas comparativas tradicionales, como la abundancia de mano de obra barata no calificada, y la riqueza de sus recursos naturales, muchos de ellos no renovables, con frecuencia explotados en forma no sustentable. En estas condiciones el crecimiento económico ha consolidado la inequidad social y se ha fundamentado en ella, y también a conducido a una explotación no sustentable de los recursos naturales. Las políticas ajuste estructural no han logrado restablecer el crecimiento económico, y han tenido un costo elevado sobre la pobreza, la distribución de la riqueza y el empleo. Adicionalmente, la capacidad institucional, reguladora y redistributiva del Estado se ha debilitado, y la presión de la economía sobre los recursos naturales ha crecido como resultado del aumento de los volúmenes exportados de productos primarios, y del empleo no sustentable de los recursos naturales. Además, la vulnerabilidad del país crisis económicas y financieras internacionales, caídas de los precios de los productos de exportación o desastres naturales agravados por el cambio climático se ha acrecentado. El debilitamiento del Estado y el comportamiento rentista de algunos sectores dominantes han impedido un adecuado desarrollo institucional en el país, y han fortalecido la corrupción y formas políticas clientelares y populistas, donde los intereses particulares y de corto plazo han prevalecido ante las demandas de un proyecto nacional integrador. En este contexto socio-político, no solamente se ha afectado el desarrollo de infraestructura básica sino que, al mismo tiempo la calidad y cobertura de los servicios sociales básicos en educación, salud y seguridad social se han deteriorado, debilitando varios elementos centrales para la competitividad internacional en el contexto de la globalización, que han afectado la inserción internacional del país, confinándola a la

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exportación de a un grupo de productos primarios tradicionales, en un contexto internacional en el cual las ventajas comparativas tradicionales pierden relevancia frente a otras dimensiones, vinculadas al capital humano y a la investigación científica y tecnológica, al fortalecimiento institucional y a la equidad social. La dolarización, adoptada como una medida de emergencia en un contexto de crisis, buscaba reducir la vulnerabilidad externa, favoreciendo la convergencia de la inflación y las tasas de interés a sus niveles internacionales y reduciendo los costos de transacción con la economía mundial. Se esperaba que la estabilidad resultante impulsara el crecimiento. Al cabo de cuatro años, estas expectativas no se han cumplido, y por el contrario, la propia dolarización ha generado desequilibrios macroeconómicos difíciles de superar. El desajuste en los precios internos condujo a una prolongada inflación, afectando el tipo de cambio real y generando un desequilibrio crónico en la balanza de pagos, cuya superación solo puede darse, dentro de los rígidos parámetros vigentes, por la vía recesiva, la contracción económica y el deterioro social. La escasez y el alto costo del crédito han agravado la situación, ya que el debilitado sistema financiero no canaliza del ahorro nacional hacia la reconstrucción de la estructura productiva. En el mediano plazo, la vulnerabilidad del país ante eventuales crisis financieras internacionales, los avatares en los mercados de productos primarios –en particular el petróleo- o desastres naturales y climáticos es alta. En este contexto es difícil vislumbrar una contribución positiva del tipo de cambio fijo al desarrollo humano en el largo plazo. El mantenimiento y consolidación de la dolarización demanda de una substancial inversión en capital humano y físico que eleve la productividad y conduzca a una diversificación de la oferta de bienes transables en condiciones internacionalmente competitivas. Un cambio de esta magnitud solo puede operarse en el mediano plazo, y requiere flujos financieros y condiciones institucionales difícilmente disponibles en el corto y mediano plazo. El mantenimiento de la dolarización en las condiciones actuales, mediada por ajustes recesivos, conducirá a un escenario de lento crecimiento, creciente inequidad social y deterioro de los recursos naturales, difícilmente compatible con un régimen democrático. Las alternativas de retorno a un tipo de cambio flexible tampoco son simples, ni se vislumbran caminos sencillos de transición. Entre los problemas para estas vías se destacan la necesidad estabilidad y confianza de los actores económicos, la distribución social y regional de los costos y beneficios del cambio, y las políticas complementarias que enfrenten los obstáculos estructurales al desarrollo, como la pobreza, la inequidad social, el deterioro de los recursos naturales, el desempleo, las carencias en educación y salud y la limitada institucionalidad. Más allá del debate sobre el régimen cambiario, se acrecienta la evidencia de la incapacidad de las fuerzas del mercado para conducir a un crecimiento económico compatible con la equidad social, la superación de la pobreza y la armonía con la naturaleza.

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Las políticas de desarrollo social deben trascender su rol actual, que las limita a programas asistencialistas de emergencia y a la provisión de servicios básicos de baja calidad, principalmente en educación y salud. La estrategia alternativa que se plantea, por el contrario, busca el aprovechamiento integral del potencial de los sectores populares, mediante un apoyo a las iniciativas de generación de empleo, la dotación universal de servicios de educación y salud, encaminados al desarrollo del capital humano, como base para una transformación productiva, y el impulso a la distribución del ingreso y los activos productivos. Esta política social se constituye en el eje de una estrategia nacional participativa hacia el desarrollo (Larrea y Sanchez, 2002, Coraggio et. al , 2001). Los principios de equidad y respeto a la diversidad cultural y étnica guían la propuesta. El énfasis en la equidad no solamente proviene de principios éticos y filosóficos que hacen inaceptable la desigualdad social prevaleciente en el Ecuador, sino también de la necesidad de constituir bases sólidas para una estrategia participativa de desarrollo social y ambientalmente sustentable. La igualdad de oportunidades y derechos no se opone a la diversidad de culturas, posiciones políticas y opiniones. El Ecuador debe reforzar su carácter multicultural. La estrategia social propuesta se articula en torno a tres líneas complementarias de acción: la promoción de empleo productivo, el desarrollo del capital y las potencialidades humanas, y las políticas redistributivas. La política de promoción de empleo productivo se basa en el apoyo integral a sistemas productivos socialmente eficientes y económicamente sostenibles, a partir de la articulación de micro, pequeñas y medianas empresas y organizaciones económicas cooperativas y comunitarias. Sus instrumentos básicos son la provisión de crédito, capacitación, asistencia técnica, información e investigación en ciencia y tecnología para fortalecer este sector. Esta estrategia está concebida como un marco de acción transversal, integrador y estructurante del conjunto de las políticas sociales y económicas en el corto y mediano plazo, y no meramente como una política sectorial al lado de otras políticas sociales. Las políticas de desarrollo del capital y potencialidades humanas se proponen, en primer lugar, consolidar el acceso universal a una educación dignificante, que promueva la creatividad y participación, respetando y fomentando la diversidad cultural y étnica del país, y preparando los recursos humanos para enfrentar adecuadamente los retos del desarrollo científico y tecnológico del futuro; adicionalmente, se promueve un sistema de capacitación laboral que fortalezca el empleo productivo, prevenga el desempleo y democratice el acceso al conocimiento técnico entre los trabajadores; finalmente, se plantea la consolidación de un acceso universal a servicios primarios de salud y protección social, reduciendo la inequidad actualmente existente en este campo, y protegiendo, de manera, especial, a los grupos más vulnerables de la población, como los niños. Finalmente, las políticas redistributivas se proponen promover directamente la equidad social, no solamente ampliando las oportunidades de acceso a los activos productivos, como la tierra, el crédito y la asistencia técnica a los sectores populares, y mejorando su calidad, mediante programas de riego, conservación y recuperación de

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suelos, control de la erosión, etc. sino también fomentando su capacidad productiva mediante programas de asistencia técnica, capacitación y educación. Estas tres estrategias se complementan mutuamente, para su aplicación en un contexto participativo, que integre esfuerzos del estado central, los gobiernos locales, las agencias de promoción social y organizaciones de base. Su implementación requiere la consolidación y el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado, y la promoción simultánea de un esfuerzo de diversificación productiva que apoye la soberanía alimentaria y promueva nuevas formas de inserción internacional sobre bases sustentables, como el turismo y ecoturismo. Los rumbos futuros de la sociedad ecuatoriana están condicionados por factores políticos, el contexto internacional y, en última instancia, la capacidad de los actores sociales, y en particular los sectores subalternos, para superar los obstáculos para la construcción participativa de su propio destino.

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