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FEDERACION DE COLEGIOS DE VALUADORES, A.C. LII CONGRESO NACIONAL DE VALUACIÓN
“Retos y Oportunidades"
Con el lema:
Revalorando México
Ponencia:
¿Qué es el Capital Natural? Conceptos, importancia, su Valor
y estado del Arte en México.
Por:
Netzahualcoyotl Flores Lázaro Colegio e Instituto Mexicano de Valuación de Michoacán, A. C.
José Ma. Iglesias No. 207, Col. Chapultepec, Sur, C. P. 59680
Morelia, Michoacán, México, Tel.: 01 351 5156445
Hermosillo, Sonora. junio de 2016
Netzahualcoyotl Flores Lázaro
Colegio e Instituto Mexicano de Valuación de Michoacán, A. C.
José Ma. Iglesias No. 207, Col. Chapultepec, Sur, C. P. 59680
Morelia, Michoacán, México, Tel.: 01 351 5156445
El Capital Natural incluye los bienes naturales de la Tierra (suelo, aire, agua, flora y fauna)
y los servicios de los ecosistemas derivados, que hacen posible la vida humana. Los
bienes y servicios provenientes del Capital Natural tienen un valor de miles de millones
de USD cada año y proporcionan alimentos, fibras, agua, salud, energía, seguridad
climática y otros servicios esenciales para todos. Ninguno de estos servicios, ni el stock
de Capital Natural que los produce, son adecuadamente valuados en comparación con
el capital social y financiero. Aunque sean fundamentales para nuestro bienestar, su uso
diario pasa casi inadvertido en nuestro sistema económico. Utilizar el Capital Natural de
esta manera no es sustentable. El sector privado, gobiernos, y todos nosotros, debemos
día con día comprender y darnos cuenta del uso del Capital Natural, reconociendo el
verdadero costo del crecimiento económico y del bienestar humano de hoy y mañana.
Este Capital lo proporcionan los ecosistemas mediante servicios ambientales esenciales
para la vida diaria, como la captura y el almacenamiento de agua en acuíferos, lagos y
ríos; la producción de alimentos a partir de los ecosistemas agrícolas y pecuarios; la
posibilidad de extraer del medio silvestre otros productos útiles, como medicinas y
madera; la captura del bióxido de carbono producido por la actividad humana al quemar
combustibles fósiles; la estabilidad climática por la regulación del ciclo hídrico y la
regulación de la humedad y temperatura del aire, y el mantenimiento de suelos fértiles y
el control de deslaves y arrastres masivos de suelo por el efecto de lluvias torrenciales.
La transformación de un ecosistema para extraer ciertos beneficios, como la tala de un
bosque para fines agrícolas, implica siempre una transacción, pues los servicios que
dicho ecosistema aportará ahora serán distintos: se gana la capacidad de producción de
alimentos pero se pierden otros servicios como la captura de agua, la retención de suelos
y la captura de bióxido de carbono. Estas transacciones no han sido hasta ahora
valoradas de manera adecuada y no se acostumbra comparar los costos de la pérdida
de unos servicios con los beneficios por la obtención de otros.
Por lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo el poner en relieve la importancia
de los bienes y servicios ecosistémicos que nos proporcionan los ecosistemas naturales
y la interrelación hasta hoy ignorada por la sociedades humanas, sobre todo cuando los
mercados no reconocen los valores intrínsecos del capital natural, el cual es la base de
toda economía. Sin menoscabo de la importancia del factor ecológico. El Capital Natural
constituye un área de oportunidad de estudio para el gremio de la valuación en México.
¿Qué es el Capital Natural? Conceptos, importancia, su Valor y estado del Arte en México.
Introducción
El Capital Natural incluye los bienes naturales de la Tierra (suelo, aire, agua, flora y fauna)
y los servicios de los ecosistemas derivados, que hacen posible la vida humana. Los
bienes y servicios provenientes del Capital Natural tienen un valor de miles de millones
de USD cada año y proporcionan alimentos, fibras, agua, salud, energía, seguridad
climática y otros servicios esenciales para todos. Ninguno de estos servicios, ni el stock
de Capital Natural que los produce, son adecuadamente valuados en comparación con
el capital social y financiero. Aunque sean fundamentales para nuestro bienestar, su uso
diario pasa casi inadvertido en nuestro sistema económico. Utilizar el Capital Natural de
esta manera no es sustentable. El sector privado, gobiernos, y todos nosotros, debemos
día con día comprender y darnos cuenta del uso del Capital Natural, reconociendo el
verdadero costo del crecimiento económico y del bienestar humano de hoy y mañana.
Actualmente estamos rebasados en la capacidad del planeta, para producir los bienes y
recursos que requieren los 7,000 millones de habitantes que somos. Para satisfacer las
necesidades básicas de la creciente población mundial (alimentos, fibras, el aire limpio,
el agua limpia), la extrema importancia de las reservas de capital natural y el ecosistema
servicios que proporcionan debe ser reconocida. De acuerdo con ello, ya que la a finales
de 1960 se ha producido un creciente interés en el análisis de la servicios prestados por
los ecosistemas y la necesidad de incluir en ellas procesos de toma de decisiones con el
fin de lograr un desarrollo sostenible. Varios estudios han proporcionado marcos para la
descripción y la valoración de los servicios de los ecosistemas (Costanza et al., 1997; de
Groot et al., 2002; MEA, 2005), pero con demasiada frecuencia son pocos los
ecosistemas estudiados (Balmford et al., 2002, Daily et al., 1997; Turner y Daily, 2008)
están de acuerdo en que nuestra capacidad para comprender el capital natural de nuestro
entorno y el propio suelo y la servicios de los ecosistemas que proporciona es incompleta,
a pesar de una buena comprensión de la formación del suelo y el funcionamiento. Como
los suelos son un importante determinante de la situación económica de las naciones
(Daily et al., 1997), es esencial para incluirlos en servicio de los ecosistemas marcos que
informan las políticas ambientales y la toma de decisiones.
Los efectos ambientales de la producción y el consumo, fácilmente reconocibles a lo largo
y ancho del planeta, no sólo son visibles en la creciente escasez de muchos recursos
para la producción, también pueden apreciarse en la degradación y la reducción de los
hábitats naturales, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación del aire, suelo y agua,
entre los más importantes, sin olvidar las consecuencias debidas al cambio climático (uno
de los problemas globales más importantes hoy en día) y sobre la salud humana (MEA,
2005; Conabio, 2008; UNEP, 2010; IPCC, 2015). Aunado a ello, es sabido que el
deterioro ocasionado por los patrones de producción y consumo insostenibles no se ha
circunscrito a la esfera ambiental: sus efectos sociales y económicos agravan en muchas
regiones del globo las condiciones de pobreza y vulnerabilidad que sufre una parte
importante de la población. Por ello para lograr un desarrollo sustentable, el cambio de
paradigma actual, donde lo que importa en la renta obtenida en el menor tiempo posible,
con independencia de las consecuencias ecológicas y sociales. Debe cambiar, hacia el
de la conservación capital natural lo cual es inaplazable, porque en un planeta como la
tierra no se puede crecer indefinidamente (Sarukhán, 2012).
Por lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo general:
Poner en relieve la importancia de los bienes y servicios ecosistémicos que nos
proporcionan los ecosistemas naturales y la interrelación hasta hoy ignorada por las
sociedades humanas, sobre todo cuando los mercados no reconocen los valores
intrínsecos del capital natural, el cual es la base de toda economía.
Específico
Poner en contexto al Capital Natural como área de oportunidad de estudio para el gremio,
profesionales, académicos y estudiantes de la valuación en México.
Antecedentes
¿Qué es el Capital Natural? En la economía actual se distinguen tres tipos de capital1:
El capital fijo, que se genera a través de la actividad económica, por medio del
trabajo humano y el cambio tecnológico, estos son los medios de producción. Esta
definición de capital puede encontrarse comúnmente en los textos de economía.
El capital natural, que consta de tres componentes principales:
o recursos no renovables, tales como petróleo o minerales que son extraídos
de los ecosistemas;
o recursos renovables, como peces, madera y agua para consumo humano
que son producidos y mantenidos por los procesos y funciones de los
ecosistemas; y
o servicios ecosistémicos, esenciales para la vida diaria, como la captura y el
almacenamiento de agua en acuíferos, lagos y ríos; la producción de
alimentos a partir de los ecosistemas agrícolas y pecuarios; la posibilidad
de extraer del medio silvestre otros productos útiles, como medicinas y
madera; la captura del bióxido de carbono producido por la actividad
humana al quemar combustibles fósiles; la estabilidad climática por la
regulación del ciclo hídrico que incluye el control de inundaciones y el
suministro de agua potable, la regulación de la humedad y temperatura del
aire, y el mantenimiento de suelos fértiles y el control de deslaves y
arrastres masivos de suelo por el efecto de lluvias torrenciales, la
conservación de la calidad de la atmósfera, , asimilación de residuos,
reciclamiento de nutrientes, generación de suelos, polinización de
siembras, provisión de productos marinos y el mantenimiento de una vasta
biblioteca genética. Estos servicios cruciales son generados y sustentados
1 “Capital cultural, capital natural y desarrollo sustentable: una perspectiva sistémica”. Fikret Berkes y Carol Folke,
http://www2.ine.gob.mx/publicaciones/gacetas/152/capital.html
por el trabajo de los ecosistemas (Odum, 1975; Folke, 1991). Sólo a través
del mantenimiento de un ecosistema integrado y funcional puede
asegurarse cada bien y servicio: éstos no deben ser manejados uno por
uno, como bienes independientes.
Más recientemente, (TEEB, 2014), en sus glosario de términos describe al capital como:
“Una acción que posee la capacidad de dar lugar a flujos de bienes y / o servicios. Capital
social se desagrega en diferentes tipos de capital: financiero, fabricados, intelectuales,
humano, social / organizacional y natural (también llamada ecológica o ambiental) de
capital. Cada una de estas poblaciones produce un flujo de «servicios», que sirven como
insumos en el proceso productivo”.
Capital natural
La acción finita de los recursos naturales (aire, agua, suelo, hábitats) a partir del cual los
bienes y el flujo de los servicios en beneficio de la sociedad y la economía. Se compone
de los ecosistemas (proporcionando recursos renovables y servicios), y los depósitos no
renovables de fósiles combustibles y minerales.
Antecedentes del concepto
Desde hace más de 20 años la noción de biodiversidad y de su papel en el
funcionamiento de los ecosistemas ha tomado cada vez mayor importancia a nivel
mundial. Desde esa época, los científicos y los periodistas comenzaron a utilizar los
términos capital natural y servicios ecosistémicos. Sin embargo, fue a partir de la
preocupación sobre el cambio climático y sus efectos devastadores, cuando se reconoció
la importancia del vínculo entre la ecología y la economía, fundamento básico para
interpretar la actual crisis ecológica, así como la formulación de posibles soluciones.
(Aronson J. et al 2007)
El capital natural es un concepto clave en Economía ecológica, desarrollado por pioneros
economistas ecológicos a finales de 1980 (por ejemplo Costanza y Daly, 1992). El capital
natural se refiere a las diversas formas en que la producción potencial y, de hecho es
compatible con el entorno con la mayoría de los aspectos del ser humano existencia. El
capital natural proporciona una importante ampliación el concepto de "tierra", uno de los
clásicos factores de producción en la teoría económica. Tiene ambas dimensiones no
renovables y renovables, la este último incluyendo su generación de servicios de los
ecosistemas y otras funciones de soporte vital (De Groot, 1992; Daily, 1997). El concepto
ha ayudado en con lo que los problemas y las preocupaciones ambientales en
pensamiento económico y la toma de decisiones.
La literatura sobre servicios de los ecosistemas a menudo se refiere a grupos de procesos
tales como, por ejemplo, "el ciclo de nutrientes" (MEA, 2005) como un servicio. Autores
como (Balmford et al, 2008; Boyd y Banzhaf, 2007; Fisher y Kerry Turner, 2008; Wallace,
2007), an argumentado; que al hacerlo se mezcla la "Medios de producción", los
procesos, los servicios reales. La fotosíntesis, por ejemplo, es un proceso esencial para
el crecimiento vegetal y no debe ser confundido con el servicio ambiental que da soporte,
que es la provisión de alimentos y fibras.
Estudios relevantes del estado de los ecosistemas en México.
En el evaluación del estado del medio ambiente de México en el el año de 2008, Bollo-
Manent et al. (2014) identificaron 145 Unidades Ambientales Biofísicas (UAB). BEUS se
evaluaron utilizando 15 indicadores para la gestión de los recursos naturales, incluyendo
las que se refieren a la modificación antrópica y socioeconómica estado.
Aproximadamente el 50% del territorio mexicano tenía alguna grado de degradación
(Carabias et al 2007. Anta-Fonseca et al. 2008; Bollo-Manent et al. 2014). Además,
aproximadamente el 48% del área cubierta por la vegetación mostró algún grado de
degradación y la desertificación, y el 6% de la BEUS fueron analizados clasificados con
los cuerpos de agua en estados críticos (Tabla 1). Esta nivel de degradación fomenta
otros problemas relacionados con invasiva especies: se reportaron 197 plantas invasoras
que ocurre en color natural comunidades, y 39 plantas invasoras como tener un alto grado
de capacidad de invasión (Domínguez et al., 2009). El más invasivo especies de plantas
en los ecosistemas terrestres eran hierbas (es decir, Andropogon gayanus, Bromus
tectorum, y B. rubens), mientras los ecosistemas acuáticos se registraron como bajo la
amenaza de los taxones de la Hydrocharitaceae, Potamogetonaceae, y Salviniaceae
(Domínguez et al., 2009). En las islas, la invasión de mamíferos exóticos tales como gatos
salvajes y cabras habían causado o amenazado la extinción de muchas especies
endémicas de aves y roedores (Aguirre-Muñoz et al., 2008). Estos estudios mostraron
que casi la mitad del territorio mexicano es inestable y el medio ambiente que casi todas
las áreas naturales bajo protección federal por el Gobierno de México (Áreas Naturales
Protegidas, CONANP 2014) están bajo amenaza potencial de especies de plantas y
animales invasoras.
Humedales
La figura 1 muestra un mapa de los municipios de México indicando el porcentaje de
pérdida de humedales con base en las cuatro categorías porcentuales establecidas.
Puede verse que predominan los porcentajes en los rangos que indican pérdida alta,
tanto en zonas costeras, como en el Altiplano y en el sureste del país. En la tabla 1
aparece, para cada una de las cuatro categorías definidas, el número de municipios que
pertenecen a dicha categoría y la superficie en hectáreas que se ha perdido de
humedales en los municipios que caen en esa categoría. Se trabajó con 384 municipios
de un total de 2,463 municipios en el país. Ciento treinta y nueve municipios han perdido
más del 75% de su superficie de humedales, 81 municipios han perdido entre el 51% y
el 75% del área que los humedales ocupaban, en 88 municipios ha desaparecido entre
el 26% y el 50% y en 76 de ellos ha desaparecido entre el 0% y el 25%. Dentro de la
categoría de mayores pérdidas (75%-100%) se ubica el número más alto de municipios
y por tanto, abarca la mayor superficie de los mismos. Los humedales perdidos
representan el 8.6% de la superficie de los municipios, lo cual representa 4,116,747 ha
perdidas. En las otras tres categorías el número de municipios es similar entre sí. En total
se calcula se han perdido 6,968,452 ha de humedales en un periodo de 30 a 40 años.
Figura 1. Pérdida porcentual de humedales por municipio, con base en cinco categorías
Una de las presiones sobre los bosques se tiene es la práctica de consumo de leña en
las zonas rurales y en algún porcentaje importante en las zonas urbana como
combustible.
Figura. 2 Consumo de leña
Fuente: Balvanera 2012
Figura 3. Zonas Áridas de México
Incluso los ecosistemas desérticos ofrecen un potencial productivo, el cual no ha sido
estudiado adecuadamente para su aprovechamiento.
Servicios ecosistémicos de provisión
En cuanto a la provisión de alimentos, nuestro país cuenta con un crecimiento en los
últimos años, incluso superando la balanza comercial con nuestro principal socio
comercial, como se observa en la siguiente figura:
Figura 4. Valor de los servicios ecosistémicos de provisión en México
Los ecosistemas generan ingresos importantes por concepto de turismo. México alcanzó
una captación récord de divisas por visitantes internacionales de 16 mil 257.9 millones
de dólares en 2014, lo que confirma que el turismo se consolidó como uno de los mayores
captadores de ingresos para el país por esa vía, destacó la Secretaría de Turismo
(Sectur). De acuerdo con el informe anual de Banco de México (Banxico), agregó la
dependencia federal, esta cifra representa un crecimiento de 16.6% respecto a 2013 y de
más de 27% con relación a 2012. En un comunicado, detalló que en cifras absolutas, los
ingresos de divisas por visitantes extranjeros son superiores en dos mil 308.9 millones
de dólares a los de 2013 y superan por más de 3,500 millones a los que se generaron en
2012. Esto se debe en gran medida al capital natural a todo lo largo del país tenemos
destinos de playa, turismo gastronómico, ecoturismo, turismo de aventura, bosques,
selvas, áreas naturales, incluso desiertos. También la áreas naturales protegidas
constituyen un importante área de desarrollo económico.
Figura 5. Áreas naturales protegidas en México
Fuente: CONANP.
El proyecto científico denominado “Capital natural en México”
Sin duda alguna, el trabajo más relevante en materia ambiental en nuestro país, es la
obra el Capital Natural de México. Éste documento reúne las principales ideas y
reflexiones contenidas en un estudio de evaluación del estado que guarda la
biodiversidad en los ecosistemas marinos y terrestres de México, así como de los
servicios ecosistémicos que dichos ecosistemas proporcionan a la población mexicana.
Dicho estudio, que se conoce como Segundo Estudio de País, se está realizado bajo la
coordinación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y
(CONABIO, 2007); en su elaboración participaron más de 400 autores mexicanos,
expertos en diversas disciplinas.
El Segundo Estudio de País tiene cerca de 60 capítulos, organizados en cuatro
volúmenes, que abarcarán la caracterización de los ecosistemas y la biodiversidad que
albergan, los cambios y la tendencia de los mismos registrada en años recientes, así
como los factores responsables de esos cambios; las políticas públicas, las formas de
uso de los recursos naturales y la normatividad establecida para responder a las
necesidades de conservación y manejo sustentable de la diversidad biológica de México,
y la efectividad que han tenido en los últimos años; incluye también el análisis de
escenarios económicos, demográficos y de políticas públicas recomendables y sus
posibles consecuencias en la conservación y el manejo sustentable de los ecosistemas
del país.
México es un país multifacético, plural y diverso en numerosos aspectos. El rasgo más
distintivo del país es su gran heterogeneidad. Albergamos en nuestro territorio infinidad
de variados paisajes, muchas y singulares culturas, contrastantes niveles sociales y
económicos. Todo eso nos hace únicos, ha moldeado nuestro carácter y nuestra unidad
como nación; también define las peculiaridades de nuestros problemas. Nuestra
característica más valiosa es la diversidad, la pluralidad; en ella destaca la gran
diversidad tanto ecológica como cultural. No obstante, a lo largo de la historia, en el
ámbito de las políticas públicas por lo general hemos procedido como si tal diversidad no
existiera, de acuerdo con la visión de quienes han tenido en sus manos la conducción de
la vida nacional, basada en intereses personales y de grupo. Esto ha significado actuar
con una concepción simplista y limitada de nuestra nación, que ha tenido consecuencias
muy negativas en los ámbitos ecológico y social y, consecuentemente, en el desarrollo
del país.
La megadiversidad biológica de México constituye un privilegio y un potencial para el
desarrollo del país, y también una responsabilidad hacia nuestra sociedad y hacia el
mundo. Sin embargo, su manejo y conservación son muy complicados.
El desarrollo de la humanidad depende totalmente de los ecosistemas y los servicios
ambientales que nos brindan; a pesar de ello, hasta ahora no hemos sabido valorarlos.
Figura 6. Impactos sobre la biodiversidad
La biodiversidad representa el capital natural de la nación y es tanto o más importante
que otros capitales como el financiero o el manufacturado. Debemos promover y adoptar
una cultura de su valoración en el contexto del desarrollo de México. Las
transformaciones de los ecosistemas naturales para obtener bienes y servicios para la
humanidad han traído beneficios, pero también han representado severos costos
ambientales; no sabemos aún cómo valorar el balance entre costos y beneficios.
El argumento de que el desarrollo está confrontado con el uso sustentable de los recursos
y la conservación de nuestro capital natural es falaz e irresponsable. Responde al
desconocimiento de información o a la prevalencia de intereses individuales o de grupo
sobre el interés público.
El propósito de Capital natural de México ha sido adelantar el nivel de conocimiento
acerca del patrimonio natural nacional; transitar de la definición de problemas al
planteamiento y diseño de soluciones, y pasar de la reacción ante los problemas a la
anticipación de los mismos.
El nuestro es un país privilegiado por la excepcional diversidad biológica de su territorio,
expresada en la multiplicidad de ecosistemas y sus numerosas especies que presentan
una amplia variabilidad genética, en particular evidente en el caso de las especies
cultivadas. Gran parte de la diversidad biológica de México es exclusiva de nuestro país
y eso nos confiere una gran responsabilidad en los ámbitos regional y global. Debido a la
gran variabilidad ecológica, la biodiversidad de México se distribuye heterogéneamente,
lo que tiene importantes implicaciones para su conservación. En el país existe una
enorme diversidad de ecosistemas terrestres. Los detalles cuantitativos sobre los
servicios ambientales que nos prestan están mal conocidos, pero no cabe duda sobre
su importancia económica.
La concentración de la población en asentamientos urbanos es un proceso irreversible
de grandes alcances sociales, económicos y ambientales. Actualmente, las ciudades
tienen un impacto crítico sin precedentes en el ambiente global.
El impacto de la actividad humana en la modificación de ecosistemas naturales y la
desordenada ocupación del territorio para fines urbanos o de producción agrícola ha
exacerbado el efecto de los fenómenos naturales, causando desastres con costos
sociales y económicos muy elevados.
Los organismos genéticamente modificados que son liberados al campo así como a las
cadenas productivas y de consumo humano deben ser analizados y evaluados bajo
medidas de bioseguridad. Esto es de especial importancia en México, que es un
importante centro de origen, de diversidad genética y de domesticación de numerosas
plantas cultivadas.
Figura 7. Impacto de la actividad humana sobe los ecosistemas
El ordenamiento ecológico del territorio es un instrumento muy poderoso de planeación
regional, que ha sido aplicado de manera intermitente y territorialmente desigual.
Recientemente se han creado y aplicado instrumentos económicos de valoración de
servicios ambientales; sin embargo, aún tienen un impacto incipiente y fragmentado. Se
han desarrollado mecanismos para una mejor participación social en la toma de
decisiones sobre asuntos ambientales; esta es una herramienta que debe ampliarse y
mejorarse. El tránsito hacia la sustentabilidad ambiental, a pesar de sus avances, se ha
enfrentado a serios obstáculos que es necesario superar. Se ha insistido mucho
recientemente en la transversalidad gubernamental de la agenda ambiental y su
incorporación a las consideraciones económicas del país; aún falta largo trecho para que
esto sea una realidad. Los cambios requeridos para lograr la sustentabilidad ambiental
deben ampliarse y consolidarse. El país debe fijarse metas y tiempos para lograr la
conservación, el manejo sustentable y la restauración de la biodiversidad y sus servicios
ambientales, mediante instrumentos regulatorios, económicos y de mercado que valoren
la biodiversidad y sus servicios ambientales y acciones integrales, coordinadas y
transversales.
De acuerdo con los diagnósticos y estudios específicos sobre el estado d elos
ecosistemas en México se pretende coordinar una serie de acciones como se observa
en la siguiente figura.
Figura 8. Estrategia nacional en materia ambiental en México
Figura 8. Línea de tiempo de los instrumentos y estudios clave para la biodiversidad en México.
Modificado de CONABIO 2014.
Lo anterior no sería posible sin actualizar y alinear la legislación del país para poder realizar lo
conducente en la materia, para ello se cuenta con el marco jurídico acorde con las principales
líneas de acción científica para su desarrollo. Como se observa en la siguiente figura.
Figura 9. Marco jurídico en Materia ambiental
Fuente: Leyes Vigentes de la Cámara de Diputados (http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm).
Marco metodológico para el estudio del Capital Natural
El Millenium Assessment Ecosystem
El Millennium Ecosystem Assessment (MA) es un programa de trabajo internacional
diseñado para satisfacer las necesidades de los tomadores de decisiones y el público
para obtener información científica sobre las consecuencias del cambio de los
ecosistemas para el bienestar humano y las opciones para responder a esos cambios.
La MA fue lanzada por Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas en junio
de 2001 y se terminó en marzo de 2005. Sus conclusiones y recomendaciones le ayudan
a satisfacer las necesidades de evaluación del Convenio sobre la Diversidad Biológica,
La MA provee el marco y la síntesis definitiva sobre el estado y las tendencias globales
de los ecosistemas y de los servicios que éstos proveen. Uno de los documentos claves
del MA, subtitulado A framework for the Assessment (MA, 2003), señala la necesidad de
que ese marco metodológico sea dinámico. En este sentido, numerosos autores han
reconocido la necesidad de evolución del propio concepto de “servicios ecosistémicos”,
con el fin de validar cómo éste es definido y utilizado por los científicos, gestores, actores
locales, tomadores de decisiones o educadores ambientales (Carpenter et al., 2006).
Este marco es útil para identificar y analizar el conjunto completo de servicios de los
ecosistemas disponibles dentro de un área geográfica determinada. También nos ayuda
a comprender la complejidad de las dependencias, retroalimentaciones y las
compensaciones entre los servicios y los beneficiarios humanos, y pueden proporcionar
información útil para la toma de decisiones por:
De acuerdo a lo anterior, para el presente estudio, en esta primera etapa tomaremos
como base el Assessment Ecosystem Millenium (2003:56-60) el cual reconoce y agrupa
estos en servicios en cuatro categorías generales de servicios ambientales que pueden
ser válidos para diferentes tipos de ecosistemas:
a) Servicios de aprovisionamiento: son productos que se obtienen de la naturaleza,
principalmente alimentos, fibras, combustibles, recursos genéticos, productos
bioquímicos, medicina natural y productos farmacéuticos, recursos ornamentales y agua.
b) Servicios de regulación: éstos son los beneficios que se obtienen de la regulación de
procesos ecosistémicos, entre estos se consideran el mantenimiento de la calidad del
aire, la regulación climática, la regulación del ciclo hidrológico, el control de la erosión,
purificación de agua y manejo de desperdicios, regulación de enfermedades humanas,
control biológico, polinización y protección contra fenómenos hidrometeorológicos.
c) Servicios culturales: se consideran de este tipo los beneficios no materiales que la
gente obtiene de los ecosistemas a partir de la reflexión, el desarrollo de conocimiento,
la recreación y las experiencias estéticas. Entre éstos se incluyen la diversidad cultural,
valores espirituales y religiosos, sistemas de conocimiento, valores educacionales,
inspiración, valores culturales e históricos, así como recreación y ecoturismo, entre otros.
d) Servicios de soporte: éstos son aquellos servicios que son necesarios para la
producción y el mantenimiento del resto de los demás servicios, se diferencian de los
demás porque sus impactos se perciben en períodos de tiempo más largos que el resto
de los servicios (por ejemplo la formación del suelo o la provisión de oxígeno).
La EM permitió además elaborar un marco conceptual para abordar el análisis de la
vinculación entre los cambios en los ecosistemas y el bienestar humano: los impactos
que las actividades humanas tienen sobre la salud de los ecosistemas afectan los
servicios que brindan los ecosistemas y esto tiene consecuencias sobre los diferentes
componentes del bienestar humano (la seguridad, el material básico para una buena vida,
la salud, y las relaciones culturales y sociales); estos componentes del bienestar son
influenciados por las decisiones de las personas, pero a su vez tienen una influencia
sobre la libertad de elección y acción de las personas
(Figura 3).Enfoque: Consecuencias de los cambios en los ecosistemas para el bienestar
humano
Fuente: (MA, 2005).
Valoración del Capital Natural
El paso siguiente para la adecuada valoración del capital natural, existen dos enfoques
básicos para abordar el tema de la valoración en función del Valor Económico Total
(VET). El primer enfoque con base en el Valor de uso y el segundo en Valor de no uso;
cada uno contempla un cierto número de técnicas. El marco comúnmente aceptado es la
teoría del valor económico total desarrollada por Pearce y Turner (1990) y Pearce (1993).
Esta teoría tiene la bondad de adaptar la economía a la cuantificación de los recursos
naturales y ambientales (Fig.2).
Fig. 2. Valor Económico Total. (VET)
Fuente: Elaboración propia a partir de (Pearce et al., 1990) y (Pearce D., 1993).
Sin embargo, el término valor tiene connotación cuantitativa y cualitativa, por lo cual,
habrá de reconocer que no hay consenso sobre un modelo de valoración especifico (FAO,
2005), en su mayoría dominan los criterios económicos sobre los ecológicos y sociales,
el primero eminentemente cuantitativo y los segundos cualitativos, sin duda el problema
se agrava por la falta de información
Conceptualmente, el valor económico total (VET, Cuadro 2) de un recurso cualquiera,
está dado por el valor de uso (VU) y el valor de no uso (VNU). El valor de uso puede
dividirse en valor de uso directo (VUD), valor de uso indirecto (VUI) y valor de opción
(VO) o valor de uso potencial. Por otro lado, las categorías del valor de no uso (VNU), es
el valor de existencia (VE) y valor de legado (VL), por lo tanto se puede representar de la
forma siguiente: VET = VU + VNU ó VET = (VUD + VUI + VO) + (VE + VL)
Conclusiones
Dada la importancia de los ecosistemas que a través de la producción de bienes y
servicios ecosistémicos que nos proporcionan constituye el Capital Natural, por lo cual se
hace necesario ampliar el estudio hacia servicios críticos no solo para México sino para
Latinoamérica, es imprescindible que la selección de servicios ecosistémicos a estudiar
participen actores locales, los recursos no maderables muchas veces no se incluyen en
VALOR ECONOMICO TOTAL (VET)
VALOR DE OPCIÓN (VO)
VALOR DE USO INDIRECTO
(VUI)
VALOR DE USO DIRECTO (VUD)
VALOR DE LEGADO (VL)
VALOR DE EXISTENCIA (VE)
VALOR DE USO (VU)
VALOR DE NO USO (VNU)
los estudios, así como los servicios culturales, debemos planear objetivos nacionales y
no a agendas internacionales, (Balvanera, 2012), muchas regiones del país están
prácticamente ignoradas de estudios, la agenda científica mexicana tiene un enorme
campo de acción para generar estándares metodológicos, por ejemplo para identificar
entre oferta y demanda de servicios, indicadores para evaluar la sustentabilidad y las
escalas apropiadas, actores, consumidores y beneficiarios de los servicios, vinculando
explícitamente los servicios con distintos componentes del bienestar
La importancia de revalorar México, no se puede explicar sin valorar los servicios
ecosistémicos desde una perspectiva socio-ecológica, vincular la valoración de los
servicios ecosistémicos a la toma de decisiones, los actores e instituciones
correspondientes, valorarlos desde la perspectiva de los distintos componentes de los
servicios ecosistémicos, para poder incidir en la toma de decisiones a distintas escalas.
Sin menoscabo de la importancia ecológica que representa para nuestro país el Capital
natural que nos proveen los ecosistemas, para los académicos, científicos estudiantes y
desde luego para el profesional de la valuación el campo de oportunidad es tan grande
como la imaginación nos permita.
Referencias bibliográficas
Aguirre-Muñoz, A., Croll, D. A., Donlan, C. J., Henry III, R. W., Hermosillo, M. A., Howald,
G. R., & Samaniego-Herrera, A. (2008). High-impact conservation: invasive mammal
eradications from the islands of western Mexico. AMBIO: A Journal of the Human
Environment, 37(2), 101-107.
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