Conceptos Sobre La Vida Cristiana

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Sobre la vida cristiana, conceptos útiles

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Conceptos sobre la vida cristianaSobre nuestro sufrimientoTodos nuestros sufrimientos, y an mayores, los carg Cristo sobre s.Santa Gertrudis le pregunt al Seor, en una aparicin que esta tuvo, que qu sera lo que pudiera ofrecer a este de ms agrado, y l le respondi: Hija ma, con lo que ms me agradaras sera con sufrir pacientemente cuantos dolores y padecimientos te llegaran Ms vale un solo da clavado en una cruz que cien aos de retiros espirituales. Ms vale un gracias a Dios en la adversidad que 6000 gracias en la prosperidad. Desconocemos el valor de padecer por Dios, si lo conociramos, robaramos las ocasiones del padecimiento. Por eso el sufrimiento es quien nos ensea a amar. Por medio del dolor, Dios nos estrecha ms junto a s, apartndonos del desorden que hay en nuestra naturaleza herida por el pecado, destruye todos los movimientos desordenados de nuestra alma y nuestros sentidos, por esto las enfermedades, desprecios, humillaciones, prdidas de parientes y de amigos, tentaciones y dems contrariedades, nos son necesarias para que luchando y de victoria en victoria, lleguemos a extinguir en nosotros las perversas inclinaciones y no las sintamos ms, pudindonos unir con el Amado. Habremos llegado a la divina unin cuando las adversidades no solo no nos parezcan desagradables, sino que se nos tornen amables por el mucho amor que tengamos al Seor. Pdele ms fe al Seor, y que te aumente las fuerzas para amar su Voluntad, que nicamente busca nuestro mayor bien. A Dios no hay que entenderle, a Dios hay que amarle.Lo que nosotros llamamos desgracia, es en realidad una gracia grandsima que Cristo nos ofrece. Cuando estemos en el Cielo veremos que en verdad todas las cruces que l permita que nos llegasen, eran ocasin para nuestra mayor santidad y felicidad posterior. Solo all podremos comprenderlo todo. Por eso hay que ver a Dios siempre detrs de todas las desgracias que nos ocurren. Nada sucede si l no lo ha permitido antes. Se nota aqu quin mira con ojos de fe, sobrenaturales, o con ojos del mundo, meramente naturales y anclados en lo superficial.La tierra es campo de merecimientos para el Cielo, ser pues, por lo mismo, campo de sufrimientos. El sufrimiento es el camino de la santidad, es la prueba que demuestra el amor. Algunas personas piensan que Dios las ama mucho porque no tienen nada que sufrir y todo parece marcharles bien, sin embargo, se equivocan, porque Dios prueba la fidelidad de los que le aman en la adversidad y no en la prosperidad. Ofrece todo tu sufrimiento por tu santificacin y la salvacin de las almas. La adversidad es una fuente inagotable de oro donde se pueden sacar las ms sublimes virtudes y mritos inagotables. Sufrir muchas adversidades por amor a Cristo es el camino ms corto para llegar al Cielo. Sufrir paciente y constantemente, he aqu la ciencia de los santos. Dios no quiere darnos el paraso en la tierra, sino hacer que lo merezcamos tan perfecto como sea posible. El que recibe las mayores cruces, es ms amado por Cristo, la medida de su amor es la medida de sus cruces. Cristo fue la persona ms amada por l, y mira que gigantesca Cruz le envi. "Dios castiga a los que ama". Ofrece todos tus dolores contemplando a Jess en la agona, triste hasta la muerte. No existe ninguna espina en tu camino que Cristo antes no haya regado con su sangre.Cuando unimos nuestros cuerpos a la Pasin de Cristo, estos se transforman en partculas de valor infinito, porque nuestros cuerpos, por el Bautismo, son transformados en carne de Jess sacrificado, que salva almas, por tener un valor infinito. Cuando hacemos esto, Cristo concede la conversin a una serie de pecadores. En este mundo estaremos poco tiempo, y aun as, son muchos los sufrimientos por los que hemos de pesar.Jesucristo, el hombre despreciado, tratado como el ltimo de todos, el hombre de dolores, porque la vida de Nuestro Seor estuvo repleta de trabajos y sufrimientos. No hay cosa que ms agrade a Dios que el contemplar a un alma que con paciencia lleve todas las cruces que le mande.Los padecimientos del tiempo presente no guardan comparacin con la gloria que se ha de manifestar en nosotros San PabloTan grande es el bien que espero, que las penas se me convierten en gozos San FranciscoNo puede darse premio sin mrito, y mrito sin paciencia. Y el que luche con ms paciencia y mansedumbre, mayor premio le cabr en el corazn, pues ms lo habr ensanchado. No es tanto el padecer, sino el padecer por amor a Cristo, la seal ms segura para ver si un alma le ama.Jess dice: Quien quiera seguirme, cargue con su cruz y sgame Y nos promete que no nos dejar solos para llevarla.Quieres llorar? Llora ante el sagrario.Tanto vale el amor cuanto es lo que se atreve a sufrir. El sufrimiento aqu es un purgatorio anticipado, mucho menos doloroso, y en el que se pueden ganar innumerables mritos para el Cielo. Solo una cosa debe temer el cristiano: perder la gracia de Dios.Cuando te aceche la tentacin de desesperarte por las contrariedades que te sobrevengan, piensa en que han sido permitidas por Dios, y son su Santa Voluntad, pdele ayuda para amarla con toda tu alma.Cuando te asole la tristeza, te recomiendo que veas este vdeo que hice sobre esto: https://www.youtube.com/watch?v=NyvxypgkxJ4Sobre la maduracin de la fePuede suceder, y sucede que, en ocasiones, el que no tiene una fe interiorizada, y se dedica a los meros actos de prctica religiosa, al venir un fuerte sufrimiento, o una serie de acontecimientos no deseados y que producen frustracin, en vez de amar ms a Dios, le rechazan totalmente, pues su fe era tan diminuta que no poda resistir ningn asalto. Eran cristianos mientras todo iba bien, mas cuando sobrevino la desgracia, dejaron de serlo. La fe no se va de la noche a la maana. Una mayora ingente de cristianos son cristianos por razones que no son relevantes para la verdad o falsedad del propio Cristianismo; son cristianos por accidente de nacimiento y continan sindolo por ese mismo accidente.Sabes por qu tantos jvenes, despus de hacer la comunin, incluso habiendo tenido una educacin catlica presumiblemente decente, llegan a la universidad y pierden la fe?Para muchos, la verdad del cristianismo es ms una intuicin que una conviccin. Es decir, nunca han madurado su fe. El mundo de los incrdulos (los que no creen) est lleno de personas que nunca cruzaron el puente que separaba una religin infantil a otra adulta. Nos achacan a los catlicos entonces que tenemos una religin pueril, y, tiene razn, porque la nica concepcin que ellos tienen del cristianismo es una concepcin pueril, que se qued casi en la primera comunin.Muchos cristianos, de las clases cultas, tienen un cristianismo reducido a unos determinados hbitos rutinarios, y que no gira alrededor de un sostn o esqueleto de convicciones firmes. Nunca han tenido un encuentro firme con Cristo, yo no estoy culpndoles, porque seguramente nadie les ha invitado a madurar su fe y la mayora carecen de culpa debido tambin a la insuficiencia de una debida formacin. (Otros no, otros han elegido no seguir la formacin obtenida, eligindose a s mismos antes que a Dios)Se trata en estos casos de un cristianismo regalado fruto de una herencia social, y no de una aceptacin consciente de la inteligencia y la voluntad.Nunca hay que olvidar que la fe es un don de Dios. Es un regalo que l hace a los humildes, a los que se abajan ante l, y a los que se la piden con devocin. Dijo Cristo: "Pedid y se os dar", y no hablaba en vano ni tampoco nos menta. Yo le pido todos los das ms fe al Seor. "Dios mo, aumntame la fe". Lee y medita con el Nuevo Testamento, y con algn libro piadoso, como "La amarga Pasin de Cristo", o "El combate espiritual". Dios deja la suficiente luz para creer, pero las suficientes sombras para permitirnos dudar.Porque si no, si se nos apareciese a cada uno, no habra ningn mrito en creer, estaramos obligados a hacerlo, y entonces, el Cielo no podra ser, porque no seramos seres libres y no podramos elegir amar libremente, por tanto, no habra ningn mrito posible.El justo vive de la fe, y no gracias al sentimiento. Ni aun a sus almas ms predilectas las llena Dios de sentimientos clidos hacia l, no por sentir mucho amor vamos a amarle ms, pues el amor espiritual, que es el que Dios valora y el que tiene mrito pues depende de nosotros, pertenece a la voluntad, no as el amor inferior, sujeto a las volubles e inconstantes pasiones . La fe es una certeza intelectual. Sabemos, pues que Dios sigue estando ah, no solo a nuestro lado, sino dentro de nosotros (si el alma est en gracia).Cmo vamos a tener fe si Dios no nos la da? Cmo nos la va a dar si no se la pedimos? Cmo la pediremos si no hay oracin? El mejor momento para pedirle nuestros santos deseos al Seor es ese rato de diez minutos en que tenemos a Dios en nuestro cuerpo despus de comulgarle. Lo importante en la oracin no es la cantidad sino la calidad de nuestra actitud y calidez en la expresin de nuestro amor hacia l. Por esto tiene ms mrito espiritual un solo Avemara que mil rosarios rezados a la carrera. Las canciones en misa, por ejemplo, son otra forma de rezar y de orar, por esto son cantos de alabanza a Dios y hay que tratar de realizarlos con el fervor de un mstico.Cuando oramos, antes de terminar la oracin, l ya nos tiene concedido lo que le pedimos, siempre que sea algo que convenga a nuestra salvacin.No hay gracia que no podamos desear que no alcancemos pidindola. Todo nos lo ha dado! Para qu nos habra creado, si no fuera para que furamos eternamente felices? Nada nos puede negar, ninguna gracia, ni el perdn, ni la perseverancia, ni la perfeccin, ni el Paraso, pues si se ha dado a s mismo, lo mximo que nos podra ofrecer, quin, estando en su sano juicio, negara sabiendo eso, que no nos dara Dios lo que le pidamos? Pero es necesario pedirlo, porque Dios es generossimo con quien le ruega. Nos dar todo lo que propicie nuestra salvacin, y, no, en cambio, nos dar lo que nos pueda hacer infelices. Pero se requiere la fe."Pedid y se os dar".Sobre la Santa misaQu es y cmo hay que vivirla para que d fruto.El santo sacrifico de la Misa es esencial y absolutamente el mismo que se ofreci sobre la cruz en la cima del Calvario, con esta sola diferencia: que el sacrificio de la cruz fue sangriento, y no se ofreci ms que una vez, satisfaciendo plenamente el Hijo de Dios, con esta nica oblacin, por todos los pecados del mundo; mientras que el sacrificio del altar es un sacrificio incruento, que puede ser renovado infinitas veces, y que fue instituido para aplicar a cada uno en particular el precio universal que Jesucristo pag sobre el Calvario por el rescate de todo el mundo. De esta manera, el sacrificio sangriento fue el medio de nuestra redencin, y el sacrificio incruento nos da su posesin: el primero nos franquea el inagotable tesoro de los mritos infinitos de nuestro divino Salvador; el segundo nos facilita el uso de ellos ponindolos en nuestras manos.Con la misma devocin con que vamos a alimentarnos del Cuerpo de Cristo, deberamos escuchar su Palabra, pues tambin es alimenta para nuestra alma.Cuantas gracias ganaramos con considerar, cuando vamos a misa y cuando estamos en ella, que nos dirigimos al Calvario para asistir a la muerte del Redentor.A continuacin pongo una serie de textos que te harn vivir considerablemente mejor la Santa Misa. SANTO TOMS explica cules son nuestras deudas u obligaciones para con Dios, y entre ellas cita especialmente cuatro, y todas son infinitas.La primera, alabar y honrar la infinita majestad de Dios, que es digna de honores y alabanzas infinitas.La segunda, satisfacer por los innumerables pecados que hemos cometido.La tercera, darle gracias por los beneficios recibidos.La cuarta, en fin, dirigirle splicas, como autor y dispensador de todas las gracias.Ahora bien: cmo se concibe que nosotros, criaturas miserables que nada poseemos en propiedad, ni an el aire que respiramos, podamos, sin embargo, satisfacer deudas de tanto peso? He ah el medio ms fcil y el ms a propsito para consolarnos y consolar al mundo. Procuremos asistir con la mayor atencin al mayor nmero de Misas que nos sea posible; hagamos celebrar muchas, y por exorbitantes que sean nuestras deudas, por ms que sean sin nmero, no hay duda que podremos satisfacerlas completamente por medio del inagotable tesoro de la Santa Misa.Qu ofrenda podr ser jams digna de Dios, sino el mismo Dios? Es preciso, pues, que Aqul que est sentado sobre su trono en lo ms alto de los cielos, baje a la tierra y se coloque como vctima sobre sus propios altares, para que los homenajes tributados a su infinita majestad estn en perfecta relacin con lo que ella merece. He aqu lo que se verifica en la Misa: en ella Dios es tan honrado como lo exige su dignidad, puesto que Dios se honra a s mismo. Jesucristo se pone sobre el altar en calidad de vctima, y por este acto de humillacin inefable adora a la Santsima Trinidad tanto como es adorable: y de tal manera, que todas las adoraciones y homenajes que le tributan las puras criaturas desaparecen ante este acto de humillacin del Hombre-Dios..Cuntase que un alma santa, abrasada por el fuego del amor de Dios y llena del deseo de su gloria, exclamaba con frecuencia: "Dios mo, Dios mo! Yo quisiera tener tantos corazones y lenguas como hojas hay en los rboles, tomos en los aires y gotas de agua en el mar, para amaros y alabaros tanto como merecis! Ah! Quin me diera que yo pudiera disponer de todas las criaturas para ponerlas a vuestros pies, a fin de que todas se inflamasen de amor por Vos, con tal que yo os amase ms que todas ellas juntas, ms an que los ngeles, ms que los Santos, ms que todo el paraso!" Un da que ella se entregaba a estos dulcsimos transportes, oy la voz del Seor que le deca: "Consulate, hija ma; con asistir a una sola Misa con devocin me dars toda esa gloria que deseas, e infinitamente ms todava".Un alma que asiste a la Santa Misa con devocin, tributa a Dios ms gloria que todos los ngeles y Santos con las adoraciones que le dirigen en el cielo. Como stos no son ms que puras criaturas, sus homenajes son limitados y finitos; mientras que en la Santa Misa Jess es quien se humilla, Jess cuyas humillaciones son de un mrito y precio infinito: de lo cual se deduce que la gloria y el honor que por su medio damos a Dios, ofrecindole el santo sacrificio de la Misa, es una gloria y honor infinitos.En cuanto a las almas que viven en estado de gracia, la Santa Misa les comunica una fortaleza admirable para perseverar en tan dichoso estado, y borra inmediatamente, segn la opinin ms comn, todos los pecados veniales, con tal que se tenga dolor general de ellos. As lo ensea clara y terminante mente SAN AGUSTN. "El que asista con devocin a la Misa, dice este Santo Padre, ser fortalecido para no caer en pecado mortal, y alcanzar el perdn de todas las faltas leves cometidas anteriormente".me dirs acaso, bastar or o hacer celebrar una sola Misa para pagar las enormes deudas contradas con Dios por tantos pecados como hemos cometido, y satisfacer todas las penas por ellos merecidos, toda vez que la Misa es de un precio infinito, y por ella se ofrece a Dios una satisfaccin infinita. Poco a poco, si te place. Aunque lamina et peccata etiam ingentia dimittit". (Sess. 22, c. II)10.Sin embargo, como no tenis conocimiento cierto, ni de las disposiciones interiores con que os la Santa Misa, ni del grado de satisfaccin que le corresponde, debis tomar el partido ms seguro de asistir a muchas Misas, y asistir con la mayor devocin posible. Dichosos vosotros, s, una y mil veces dichosos, si tenis una gran confianza en la misericordia de Dios y en este Divino Sacrificio, en donde brilla admirablemente! Dichosos si asists siempre a la Santa Misa con fe viva y con gran recogimiento! Ah! en este caso os digo que podis alimentar en el fondo de vuestro corazn la dulcsima esperanza de ir derechamente al Paraso sin parar un instan-te en las penas del purgatorio. A Misa, pues, a Misa! y sobre todo que vuestros labios no pronuncien jams esta proposicin escandalosa: "Una Misa ms o menos poco importa".Ah! Qu dones tan preciosos, qu gracias y virtudes nos alcanza la Santa Misa! En primer lugar, nos proporciona todas las gracias espirituales, todos los bienes que se refieren al alma, como el arrepentimiento de nuestros pecados, la victoria en nuestras tentaciones, ya sean exteriores, como las malas compaas o el demonio, ya sean interiores, como los desrdenes de nuestra carne rebelde: la Misa nos alcanza los socorros actuales, tan necesarios para levantarnos, para sostenernos y hacernos adelantar en los caminos de Dios. La Misa nos obtiene muchas buenas y santas inspiraciones, muchos saludables movimientos interiores, que nos disponen a sacudir nuestra tibieza y nos mueven a ejecutar todas nuestras acciones con ms fervor, con una voluntad ms pronta, con una intencin ms recta y pura, lo cual nos proporciona un tesoro inestimable de mritos, que son otros tantos medios eficacsimos, para alcanzar la gracia de la perseverancia final, de la que depende nuestra salvacin eterna, y para tener una certeza moral, la mayor posible en esta vida, de estar predestinados a una feliz eternidad. Adems, la Santa Misa nos alcanza tambin todos los bienes temporales, en tanto que puedan contribuir a nuestra salvacin, como son la salud, la abundancia de los frutos de la tierra y la paz; preservndonos a la vez de todos los males que se oponen a estos bienes, como de enfermedades contagiosas, temblores de tierra, guerras, hambre, persecuciones, pleitos, enemistades, pobreza, calumnias e injurias: en suma, de todos los males que son el azote de la humanidad; en una palabra, la Santa Misa es la llave de oro del parasoSi quieres seguir mi consejo, pide a Dios en todas las Misas que haga de ti un gran santo. Cmo ser posible dudar que no est dispuesto a concederte todas las virtudes y la perfeccin necesaria para llegar a ser santo, y un gran santo en el cielo? Oh bendita Misa! Ensancha, pues, animosamente tu corazn, y pide grandes cosas, considerando que te diriges a un Dios que no se empobrece dando, y que cuanto ms le pidas ms alcanzars.El que asiste a la Santa Misa con devocin, se conserva en la buena vida, crece constantemente en mrito y en gracia, y adquiere nuevas virtudes que le hacen ms y ms agradable a su Dios.A todo lo dicho aade SAN BERNARDO que se gana ms oyendo una sola Misa con devocin (entindase en cuanto a su valor intrnseco), que distribuyendo todos los bienes a los pobres y marchando en peregrinacin a todos los santuarios ms venerados del mundouna Misa encierra todos los frutos, todas las gracias y todos los tesoros que el Hijo de Dios reparti en su Esposa la Santa Iglesia por medio del cruento sacrificio de la cruz"Tendrs todava dificultad alguna en conceder que una sola Misa (abstraccin hecha de nuestras disposiciones, y slo en cuanto a su valor intrnseco) tiene tal eficacia que, segn afirman muchos Doctores, bastara para salvar todo el gnero humano? Figrate, por ejemplo, que Nuestro Seor Jesucristo no hubiese sufrido la muerte en el Calvario, y que en lugar del sangriento sacrificio de la cruz hubiese instituido solamente el de la Misa, y con precepto expreso de no celebrar ms que una en el mundo. Pues bien, admitida esta suposicin, ten entendido que esta sola Misa, celebrada por el sacerdote ms pobre del mundo, hubiera sido ms que suficiente, considerada en s misma y en cuanto al mrito de la obra exterior, para alcanzar la salvacin de todas las criaturas. S, s, no me canso de repetirlo, una sola Misa, en la anterior hiptesis, bastara para merecer la conversin de todos los mahometanos, de todos los herejes, de todos los cismticos, en una palabra, de todos los infieles y malos cristianos: bastara para cerrar las puertas del infierno a todos los pecadores, y sacar del purgatorio a todas las almas que estn all detenidas.Oh, qu desdichados somos! Cunto restringimos la esfera de accin del santo sacrificio de la Misa! Cunto pierde de su eficacia provechosa por nuestra tibieza, por nuestra indevocin, y por las escandalosas inmodestias que cometemos asistiendo a ella! Que no pueda yo colocarme a una elevada altura para hacer or mi voz en todo el mundo ex-clamando: "Pueblos insensatos, pueblos extraviados, qu hacis? Cmo no corris a los templos del Seor para asistir santamente al mayor nmero de Misas que os sea posible? Cmo no imitis a los Santos ngeles, quienes, segn el pensamiento del Crisstomo, al celebrarse la Santa Misa bajan a legiones de sus celestes moradas, rodean el altar cubrindose el rostro con sus alas por respeto, y esperan el feliz momento del Sacrificio para interceder ms eficazmente por nosotros?" Porque ellos saben muy bien que aqul es el tiempo ms oportuno, la coyuntura ms favorable para alcanzar todas las gracias del cielo. Y t? Ah! Avergnzate de haber hecho hasta hoy tan poco aprecio de la Santa Misa. Pero, qu digo? Llnate de confusin por haber profanado tantas veces un acto tan sagrado, especialmente si fueses del nmero de aqullos que se atreven a lanzar esta pro-posicin temeraria: Una Misa ms o menos poco importa.fue opinin aprobada y confirmada por SAN GREGORIO en su cuarto Dilogo, que cuando un sacerdote celebra la Santa Misa bajan del cielo innumerables legiones de ngeles para asistir al Santo Sacrificio.Ve a la iglesia como si fueses al Calvario, y permanece en presencia de los altares como si estuvieses delante del trono de Dios y acompaado de los santos ngeles. Considera ahora cules deben ser tu modestia, tu atencin y respeto, si quieres recoger de los misterios divinos los frutos y beneficios que Dios se digna conceder a los que asisten a ellos con un exterior devoto y sentimientos religiosos.Comuniones espiritualesLa Comunin espiritual es tan til, que puede causar las mismas gracias y aun mayores que la Comunin sacramental. En efecto, aunque la recepcin real de la Sagrada Eucarista produzca por su naturaleza ms fruto, puesto que, siendo sacramento, obra por su propia virtud; puede no obstante suceder que un alma deseosa de su perfeccin haga la Comunin espiritual tan humildemente, con tanto amor y devocin, que merezca ms a los ojos de Dios que otro comulgando sacramentalmente, pero con menor preparacin y fervor.El mejor momento para realizar la comunin espiritual es cuando el sacerdote comulga a Cristo en misa.Sobre la ConfesinSi se comete un pecado mortal, el alma del sujeto que lo ha cometido deja de estar en gracia y queda en peligro de condenacin, por tanto, debe acudir a confesarse cuanto antes pueda. A quin le gusta confesarse? A quin le gusta contar lo ms podrido que tiene dentro? No creo que encuentres a muchas personas. La confesin es un acto de humildad ante Dios. Por qu es conveniente confesarse, no solo inmediatamente despus caer mortalmente, sino de forma asidua, cada semana o como mucho quincenalmente, para ser santo? Para ir totalmente limpios de cualquier mancha a recibir a Dios en la comunin. Para, si ests en pecado mortal: recobrar la gracia santificante, el Espritu Santo vuelve a poder posarse en tu alma para santificarte. Para matar al pecado y resucitar a una nueva vida Para recibir dones y gracias que te ayudarn en tu vida interior y en la lucha por el pecado. La confesin sirve para crecer en humildad, es decir, para saberte y reconocerte pecador pues Jess ama a los de corazn humilde, porque "los que se enaltecen sern humillados, y los que se humillan sern enaltecidos". Nosotros somos dbiles por nuestra naturaleza corrupta por el pecado original, por lo que nuestras inclinaciones estarn dirigidas a lo ms vil. Las dems, las que son buenas, solo pueden venir de Dios. Para luchar con tus errores y mejorar como cristiano y como humano. Para obtener paz, tranquilidad y sosiego en el alma.Para pedir perdn a Dios por la ofensa y el ultraje que contra l hemos cometido.Para mantener una conciencia impoluta, limpiaLos sacramentos han sido instituidos por Dios para acercarnos a l de una manera eficaz, es decir, de la nica manera, sin esos no es posible llegar verdaderamente a Dios. Acercarnos a la confesin, a la comunin etc, facilitar que el Espritu Santo vaya moldeando nuestra alma, porque no nos santificamos nosotros, sino que le dejamos a l que lo haga. Por esto, cuando vamos a la confesin, a misa, hacemos sacrificios, etc, se lo estaremos poniendo fcil, no as cuando cometemos pecados o nos olvidamos de frecuentar los sacramentos, pues le impediremos que pueda actuar en nosotros. De esto se deduce que cuanto ms santo quiera ser uno, ms se confesar. Cuanto mayor arrepentimiento tengamos de nuestros pecados, mayores gracias recibiremos con la absolucin, como san Pedro, que cometi tres pecados gravsimos renegando de Cristo tres veces pero despus teniendo un arrepentimiento superior a sus pecados, llorando amargamente.El Papa Francisco se confiesa todas las semanas, por algo ser.Porque la confesin no es un sacramento de tristeza sino de alegra. Quien valora su alma y la vida divina conoce bien el valor inmenso de la confesin.Sobre la santidad y la gracia. Conceptos generalesIr recorriendo algunos puntos fundamentales de forma sistemtica: Todos los hombres nacemos en pecado mortal a causa del pecado original.Ahora bien, aquellos que son bautizados son salvados y eximidos del pecado por la gracia de Cristo, por los mritos de su pasin y cruz. Es decir, pasan de estar en pecado mortal a estar en gracia de Dios. Estar en gracia significa tener al Espritu Santo en nuestra alma, por eso, los catlicos en gracia, literal y no simblicamente hablando, "somos templos del Espritu Santo", nuestro cuerpo se sacraliza. Cuando este conocimiento se tiene presente en la vida diaria, entonces es cuanto mayor puede el alma ir aprovechando para escalar en santidad, pues se sabe siempre acompaada de Dios en lo ms ntimo de su ser. El Cielo, como no corresponde a nuestro orden natural pues es de un orden sobrenatural (la posesin de Dios), es decir, como no lo podemos merecer por nuestras propias fuerzas, solo nos es posible merecerlo con la gracia de Dios. Por esto, los que mueren en gracia se salvan, los que mueren en pecado mortal, dado que no tienen la gracia, van directamente al Infierno, al nico sitio al cual su alma puede ir.Lo mejor que nos puede pasar a los catlicos es recibir al mismo Dios. Lo tenemos de forma espiritual en nuestra alma si estamos en gracia. Y cuando lo recibimos corporalmente lo tenemos fsicamente presente en nuestro cuerpo. En ese momento, nosotros nos adentramos en el mismsimo Dios. Y ese es el mayor acto que podemos hacer en la tierra, comulgar a Cristo, preludio de la Gloria futura.Hay que aprovechar muy bien el momento justo antes de comulgar, y el de despus para pedirle al Seor lo que necesites, pues es cuando ms provecho podemos sacar de nuestras peticiones. El Espritu Santo trabaja segn nuestras disposiciones interiores, cuanto mayor sea nuestro fervor (de voluntad) al comulgarle, participar en la Santa Misa, hacer oracin, ofrecer el da, mortificarse, etc, ms podr santificarnos, pues no somos nosotros, sino el Espritu Santo quien nos santifica. Lo peor que nos puede pasar en este mundo es perder la gracia de Dios, porque si lo perdemos a l, lo perdemos todo, porque no somos nada por nosotros mismos, y esto es una verdad afirmada por el mismo Cristo: Sin m, nada podisLa misa tiene gracias infinitas, pues es Dios mismo el que se da a los hombres Todo l!, el lmite para la recepcin de su gracia es nuestro estado interior para acogerla. Es decir, con cuanta ms fe y devocin, escuchemos la Palabra de Dios, las palabras del sacerdote, y, finalmente, comulguemos a Cristo, ms gracias recibiremos y mejor se lo pondremos al Espritu Santo para que nos santifique pudiendo penetrar ms perfectamente en nuestra alma.Dios habla sutilmente, no deja de llamar a las personas, pero estas estn ocupadas, inmersas en el mundanal ruido, y es entonces cuando van a una charla, una frase de un amigo creyente, un acontecimiento doloroso, lo saca de su ensimismamiento y le hace dirigir la mirada hacia arriba, en busca del Ser trascendente, de Dios. Deca Lewis: el dolor es el megfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos Los santos amaban a Dios mucho ms que a s mismos. Lo propio del amante es unirse con el amado. Por eso, ellos buscaban siempre la unin con Dios.Cmo hacerse santo? "Haz lo que debes y est en lo que haces"Cumpliendo la Voluntad de Dios en todo momento.Dios nunca va a dejarte llevar una carga que no puedas soportar, si no, sera injusto. Y un Dios injusto es imposible que exista, y si fuera injusto, no sera Dios, pues la injusticia es la disconformidad con la regla, pero encontramos con que l es el autor mismo de la Regla., siendo fundamento en s mismo, de tal forma que si obrara injustamente, estara actuando contra su propio ser y ordenacin interna, cosa que evidentemente es una contradiccin."El que no toma su Cruz y me sigue, no es digno de m" Eso lo dijo Cristo. Dios quiere que seamos todos santos en nuestra vida diaria. Pero no somos capaces de nada por nuestras solas fuerzas, por eso hay que pedrselo. "Pedid y se os dar". Lo que ms agrada al Seor es que alguien sufra con paciencia los sufrimientos. Es muy difcil, pero no imposible, de hecho, con la gracia de Dios se puede hacer. Y as lo hicieron los santos. No confiaron ellos en s mismos, confiaron en Dios, se abandonaron en l.El demonio, que es ms listo que el hambre, aprovecha nuestra debilidad. Y nos atormenta mucho, sobre todo cuando nos damos continuamente vueltas a nosotros mismos. Nos desanima, y eso es un pecado contra la virtud de la esperanza. Si te asaltaran pensamientos de angustias, te recomiendo realizar comuniones espirituales. Yo quisiera, Seor, recibiros, con aquella pureza, humildad y devocin con que os recibi vuestra Santsima Madre, con el espritu y fervor de los santos". Es de mucho provecho espiritual y merecedora de copiosas gracias.No pienses que Cristo se ha olvidado de ti, pues en memoria de su amor te dej la mayor prenda que tena, que no es otra que l mismo en el Sacramento del Altar.Cada persona vale toda la sangre de Cristo, si hubiera habido una sola persona en la tierra, t solo!, habra muerto por ti. El rencor es veneno para el corazn, no guardes ni una pizca en l, como hizo Cristo, pues si hay alguien que se podra quejar, es l, que fue muerto, con la muerte ms cruel y deshonrosa posible, por haberlo hecho todo bien.Es necesario despegarse tambin de las cosas del mundo, para alcanzar con Dios la unin perfecta. Desasirse de los placeres mundanos con pequeas mortificaciones iniciadas por voluntad propia. Pero sobre todo, lo que ms agrada a Dios, son las mortificaciones que no nos hemos impuesto nosotros, sino las que sobrevienen a nuestra vida, pues sabemos que esa es exactamente la Voluntad de Dios. No dejes de pedirle todos los das ms fe y amor hacia l.Las tentaciones son continuas, por tanto, continua deber ser nuestra peticin a l.Soportar pacientemente las humillaciones, contrariedades, afrentas, palabras punzantes. Cunto valor tiene eso a los ojos de Dios! La paz, pues, se encuentra cuando identificamos plenamente nuestra voluntad a la de Dios. El gozo, sin embargo, llegar en el Cielo.Pero nosotros, mediante nuestras solas fuerzas, no haramos nada, es por eso que hemos de suplicar a Cristo fervientemente: "Dios mo, hazme santo", o "Dios mo, djame dejarte hacerme santo". Entonces el socorro divino suplir nuestra flaqueza. Estar en gracia de Dios es lo ms importante que te pueda pasar en el mundo. De la oracin depende, pues, que seamos santos.No nos vayamos a pensar que cuantas ms ternuras o agrado sintamos, seamos por eso ms amadas de Dios, porque no est en eso la perfeccin, sino en mortificar nuestra voluntad unindola a la Voluntad divina.Sucede, en ocasiones, que Dios deja y permite, como hizo con tantos santos, dejar a las almas en un esto prximo a la desolacin interior. Entonces, aprovecha el demonio, que le sugiere al alma que Dios le ha abandonado, y, entonces le induce tambin a dejar la oracin, para despus, cuando el alma ya no tenga posibilidad de ningn socorro divino, hundirla con l en el precipicio, puesto que el socorro divino nos lo da Cristo en la oracin oyendo nuestra peticin.Debemos, por tanto, olvidarnos de nosotros mismos, salir de s propio, y cuando nos aceche la tentacin de que Dios nos ha abandonado, rechazarla y hacer actos de confianza en Dios, como la antes mencionada comunin espiritual.Ten por cierto, que las almas que mayor afliccin padecen en esta tierra, tanto ms consuelo, si son fieles a Dios, hallarn en el Reino de los Cielos. Ni el ms mnimo sufrimiento padecido por amor a Dios es comparable a la felicidad que nos espera all.Un pecado mortal expulsa a Dios del alma, rechaza ese amor, se elige un bien momentneo y finito en vez del Bien Infinito.Dios mo, diste la vida por nosotros, pero cuantos te devuelven ni una pizca si quiera de amor, qu ingratitud la de los hombres! Por los cientos de miles que te abandonan, yo no te quiero abandonar. No quiero crucificarte junto a los dems, quiero sufrir contigo, Jess mo, sufrir de amor. Pero no te quiero suficiente, aydame a quererte!A quin amo ms, a Cristo o m mismo? Qu busco, cumplir la Voluntad de Dios, o a medias, una vez la suya, otra la ma?Tu cruz no es ligera? Te quejas por el sufrimiento que padeces? No te has entregado entonces totalmente al Seor. O se opta por Dios o se opta contra Dios. Pero, sabemos acaso qu significa este rechazo? Rechazndolo a l, rechazamos a felicidad, rechazamos la salvacin y el Cielo.Cuando caigamos en pecado mortal, debemos hacer un acto de contricin perfecto, que restituye la gracia: consiste en rezar el Seor mo Jesucristo y tener el firme propsito de confesarte de tus pecados cuanto antes puedas, al mismo tiempo que te arrepientes de todos ellos. Despus de hacer tal acto, recuperamos la gracia, pero solo si se cumplen las otras dos condiciones. Por eso debemos ir a confesarnos lo antes posible. Si no tenemos a Dios en el alma, estamos entonces muertos. Ninguna accin vale para la vida eterna y si no morimos corporalmente, es solo porque Dios espera nuestro arrepentimiento.