CONCHEROS TARDÍOS EN EL NORTE DE COLOMBIA

Carlos Ángulo Valdes Universidad del Norte

Desde el Golfo de Uraba hasta la Peninsula de la Guajira, se extiende el litoral caribe de Colombia. Su longitud, a partir de Cabo Tiburón, hasta Castilletes, es de 1600 kilómetros (4). Estos dos puntos geográficos determinan limites con las repúblicas de Panamá y Venezuela, respectivamente. A lo largo de este litoral se desarrolla una amplia zona costera que en el pasado fué asiento de numerosos concheros. Algunos de ellos han sido objeto de estudios sistemáticos: Puerto Hormiga (6), Barlovento (7) y la Ciénaga Grande de Santa Marta (1). Actualmente, un equipo interdisciplinario de la Universidad de Antioquia está excavando otro yacimiento arqueológico de este tipo, ubicado en las cercanías de la población de Turbo en el Golfo de Uraba (8).

En Puerto Hormiga y Barlovento, sitios estudiados por Gerardo Reichel Dolmatoff (6-7), se han encontrado datos interesantes para la arqueología del continente. Puerto Hormiga, por ejemplo, nos ofrece hasta donde llegan nuestros conocimientos actuales, la fecha mas antigua para la cerámica de suramerica' (6:53); y Barlovento, las bases sobre las cuales Reichel propuso un horizonte arcaico para Colombia (7:266 - 67).

Entre 1977 y 1978 el autor excavó 8 de los numerosos concheros que se encuentran en las orillas de la Ciénaga Grande de Santa Marta y la flecha litoral de Salamanca, a saber: Los Jagüeyes, Tasajeras, Palmira, Loma de Lopez, Mina de Oro, Loma del Chuchal, Cecilio y Tia María.

La flecha litoral impropiamente llamada Isla de Salamanca, se extiende de este a oeste de los últimos 17 kilómetros de la banda oriental del Río Magdalena y la Boca de la Barra, lugar donde ligeramente sobrepasa un kilometro de anchura. En sus 45 kilómetros de longitud, la isla describe un arco suave y concavo que remata frente a Pueblo Viejo. Dentro de los factores condicionadores de su clima, los vientos, las temperaturas y las lluvias son los más destacados. Durante los meses de abril ajioviembre, caen sobre la isla^un promedio de 685 mm. de lluvia, acompañados de una acentuada inflexion en el mes de junio, que las gentes llaman veranillo de San Juan. Esta inflexión determina dos estapas para el régimen de las precipitaciones: abril-junio y julio-noviembre. La alternabilidad entre baja lluviosidad y períodos secos, combinados con una temperatura media de 29 grados C , influye en la distribución del paisaje: mientras el mangle crece como un cinturón verde a lo largo de las orillas que miran hacia la Ciénaga Grande y a manera de enclaves en ciertos trechos de la playa, un

1 3090 más o menos 70 a. de C.

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matorral achaparrado, en el que abundan plantas espinosas y cacteceas, se extiende por el resto de la isla. Durante el periodo seco, al cual hay que agregar la acción de los vientos alisios, el matorral se agosta y la isla adquiere aspecto semidesértico.

La Ciénaga Grande de Santa Marta, en cambio, es una albufera de

400 K2 que se extiende por el sur y el peste hasta la porción deltica del Río Magdalena. Por el este, a través de ríos y caños que se abren paso por entre pantanos, se pone en contacto con las tierras planas que se extienden desde el pie de monte occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta. Por el Norte, bordea el extremo meridional de la Isla de Salamanca. La anchura de la ciénaga, tomado en sentido norte-sur es de 25 kilómetros, mientras que de este a oeste, llega a 20 kilómetros. A pesar del acarreo de sedimentos que transportan los ríos que descienden de la Sierra Nevada y los caños que se desprenden del Rio Magdalena, la ciénaga muestra aún profundidades que oscilan entre 0.50 y 15 metros. Un cinturon de mangle le sirve de límites naturales. Esta vegetación se combina con otras especies en sus tramos sur y oriental, como consecuencia de las numerosas corrientes de 'agua dulce' y la proximidad de la tierra firme.

En el estudio del abundante material cultural rescatado en los concheros de esta area, utilizamos el Método Cuantitativo para la Obtención de Cronologías Culturales (3)• Una síntesis de los aspectos mas relievantes de la arqueología de esta zona ofrece los siguientes resultados:

La ocupación de la Ciénaga Grande y la Isla de Salamanca es un fenómeno tardío en la arqueología del norte de Colombia. Los jagüeyes, el asentamiento mas antiguo en la Isla de Salamanca, ha sido fechado en

(1 ) el siglo IV de nuestra erav '\ Mina de Oro, en la culata meridional de

la Ciénaga Grande, en el siglo V d. de C.' . Esta actividad continuó

en el area de Pajaral, done la fecha mas temprana de la occupacion,

obtenida en el sitio Cecilio, se remonta al siglo XI d. de C . ^ .

(Fig. 1).

Estas fechas, obtenidas con jsase en conchas de moluscos y carbón vegetal, parecen confirmar, además, el origen reciente de la Ciénaga Grande de Santa Marta. Estudio de detritus vegetal de edad pre-ciénaga

(9), sitúan este fenómeno alrededor del año 2000, aproximadamente (2t)'.

(1) IAN - 90 (2) N - 1475 (3) IAN - 89 (4) UGA - 149

UGA - 150 UGA - 151 UGA - 152

1615 i 100 B.P. 1490 + 100 B.P. 960 í 375 B.P. 2300 +- 65 B.P. 1920 í 65 B.P. 1920 * 65 B.P. 2430 i 85 B.P.

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Ateniéndonos al volumen de los concheros, estos son de dos tipos: unos representan campamentos temporarios, utilizados, probablemente, durante períodos cortos; otros muestran evidencias de haber sido sitios ocupados por largo tiempo. El análisis de la cerámica demuestra, ademas, que esta ocupación se produjo cuando la alfarería había alcanzado un alto grado de desarrollo en el norte de Colombia. Sin embargo, durante los once siglos de relaciones entre los grupos que habitaron esta extensa zona, se echaron las bases de una tradición cerámica que fué distinta de las áreas vecinas; tradición que, en el fondo, no pudo sustraerse del todo a las influencias de algunas culturas del Bajo Magdalena y de la Sierra Nevada, particularmente de la cultura Tairona (Lam.I).

No encontramos evidencias de casas en los concheros. Los fogones, tan abundantes en ellos, aparecen estratificados a lo largo de los cortes. En algunas ocasiones dos o tres fogones se hallan a la misma altura, separados entre si 20 o 30 centímetros. Por estas razones nos parece aventurado tomarlos como indicio de pisos de habitaciones. Si a esto agregamos las observaciones que el autor hizo entre los recolectores actuales de almejas de la zona, nuestras sospechas parecen fundadas. El proceso es el siguiente: terminada la recolección de almejas, preparan un fogón con tres piedras sobre las cuales descansa una olla de barro o metal; cuando el agua está en ebullición, se echa en el recipiente cierta cantidad de almejas; 10 minutos más tarde, las valvas se han separado y la operación de extraer el molusco es sencilla, y rápida. A esto hay que agregar que, por haber sido cocidos, pueden ser conservados durante mas tiempo. Es probable que los recolectores de moluscos de la Ciénaga Grande conocieron este sistema y a ello se deba la presencia de fogones sobre los concheros distribuidos en la forma que hemos señalado.

La estructura física de los cortes y el análisis del material cultural de los mismos ha permitido distinguir dos períodos claramente definidos en la historia de la Ciénaga Grande. El primero, que hemos llamado Período Temprano, corresponde a comunidades con tradición agrícola, y el segundo a grupos con economía de pescadores.

Al parecer, nos encontramos frenta a un fenómeno de reorientation de la cultura tradicional de los primeros ocupantes de la ciénaga, cuyo contexto cultural aparece emparentado con tribus ribereñas del curso bajo del Río Magdalena (Lam. II) y con aquellas asentadas en la Sierra Nevada de Santa Marta. Este cambio en el género de vida y modos de actividad debió ser resultado de la adaptación a un medio ecológico diferente, donde la baja lluviosidad y la presencia de un piso de estructura dunosa, como ocurre en la Isla de Salamanca, o el predominio de pantanos a lo largo de las orillas de la ciénaga, dificultaron, como ocurre todavía, toda actividad agrícola.

El tejido y la cordelería parecen estar ausentes de la Ciénaga Grande. Es probable, sin embargo, que el alto grado de humedad de la región hubiera destruido cualquier indicio de esta actividad. Tampoco aparecen figurinas y las conchas, hasta donde llega nuestra información

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no se utilizaron para preparar adornos o utensilios de uso doméstico. Son frecuentes los entierros secundarios y primarios; para los últimos se utilizaron pozos de boca y fondo rectangulares, donde el cadaver siempre fué colocado en aposición supina, pero sin orientación particular. Fuera del ajuar funerario, consistente en una, dos o tres vasijas que contenían conchas de moluscos o espinas de pescado, no aparecen otras evidencias que permitan relacionarlas con detalles funerarios particulares.

Si comparamos las fechas más tempranas de concheros como Puerto Hormiga: 3090 mas o menos 70 a. de C. (6 : 53)- Barlovento: 1560 mas o menos 100 a. de. C. (6 : 53). y Canapote: 1940 más o menos 100 a. de C. (6 : 53). citado por Bischof), con los concheros de la Ciénaga Grande de Santa Marta: Los Jagüeyes (363 más o menos 100 d. de C. (1-164) y Cecilio 1018 más o menos 375 d. de C. (1-165), podemos observar, en lo que a Colombia se refiere, que la estrecha dependencia del mar para muchas de las poblaciones aborígenes de su litoral caribe abarcó un largo período que se extendió, probablemente, hasta el contacto indio-hispano.

BIBLIOGRAFÍA

1. Ángulo Valdes, Carlos, Arqueología de la Ciénaga Grande de Santa Marta, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República, Bogota. 1978.

2. Bischof, Henning. The origins of pottery in South América. Atti del KL Congresso Internazionale degli Americanisti, Volume 1. Genova. 1973.

3- Ford, James A. A Quantitative Method of Deriving Cultural Chronology. Pan American Union, Washington, 1972.

4. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Atlas de Colombia, Bogota. 1977.

5. Meggers, Betty J. y Evans Clifford. COMO INTERPRETAR EL LENGUAJE DE LOS TIESTOS. Smithsonian Institution. Washington, D.C. 1969.

6. Reichel-Dolmatoff, Gerardo. EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN PUERTO HORMIGA (DEPARTAMENTO DE BOLIVAR). Antropología 2. Ediciones de la Universidad de los Andes. Bogota, 1965.

7. Reichel-Dolmatoff, Gerardo. Excavaciones en los Conchales de la Costa de Berlovento. REVISTA COLOMBIANA DE ANTROPOLOGÍA. Volumen IV, Bogota. 1955.

8. Universidad de Antioquia. Boletin No. 2 Comité de Investigaciones Arqueológicas. Medellin. 1978.

9. Wiedemann, Hartmut U. Comunicación personal. 1971.

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Convenciones • • COLECCIONES SUPERFICIALES

• EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS

ig» PALAFITOS

U Figure 1. Mapa del area estudiada.

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Arriba: Isla de Tia María, en la Ciénaga de Pajaral. Abajo:-Izq., JSorte 1, Loma del Chucal. Der., Corte 2,

Loma de Lopez. Ciénaga Grande de Santa Marta.

85

Urnas funerarias del Período Tardío. Isla de Salamanca LAM. I

86

Cerámica del Período Temprano. LAM. II

Ciénaga Grande.

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