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II SIMPOSIO SOBRE PATOLOGIZACIÓN DE LA INFANCIA LIC. ESTEBAN LEVIN ( psicomotricista) “NIÑOS DESATENTOS E HIPERACTIVOS EN LAS AULAS” Desde ya les voy a pedir disculpas porque me voy a mover un poco, soy bastante hiperquinético, seguro que si me hubieran tomado alguno de esos test, hubiera salido bastante mal, me hubieran diagnosticado como ADD. Pero me parece que ya se habrán dado cuenta que en la mesa hay un debate en juego, cuando hay un debate en juego, cuando hay un debate uno trata de esconderlo al debate porque como somos todos profesionales, no vamos a … el debate es central para mí. Por supuesto saben algo voy a hacer, alguna cosa que no pensé, cuando uno hace alguna cosa que no piensa esta más cerca de la infancia, porque la infancia cuando juega no piensa que está jugando, juega, es decir voy a tratar de transmitirle algunas de las ideas que voy teniendo y que me parecen por lo menos para mí importantes y que las estoy elaborando, y que no las tengo del todo elaboradas, por suerte porque cuando uno tiene muy elaborado una cosa, uno no hace más que repetirla, cuando uno repite solo una cosa y reproduce. Le pasa como a los niños, los niños generalmente reproducen, y si ustedes han ido al último congreso de educación donde se da el último método para que el niño aprenda lectoescritura, a los 3 años, uno hace un curso, va a su jardín de infantes, ya no a la primaria, para poder armar los métodos lo antes posible, van, se lo cuentan al equipo, el equipo dice vamos dale, dale, 3 años por lo menos, además poner en la propaganda, que ustedes ya empiezan a enseñar a los 3 años, o computación a los 2, o trilingües, porque ya bilingües es como una decadencia, o taller de ecología, 2 años, como una cuestión para poder producir en esta máquina en la cual estamos, entonces bueno, el chico aprende, entonces a los 4 años lo tenemos que sabe escribir, por supuesto a los 8, 9 años ya saben leer y escribir pero no les interesa, es decir hemos podido enseñarles algo sin que les interese, es decir sin que el deseo esté en juego, esto es por una cuestión, porque les damos pero no le donamos, se trata de una diferencia central, entre el dar y el don, yo te doy una cosa vos me das otra, y se trata de un intercambio, este es el dar, el don no se tiene, se arma en la experiencia compartida con el niño, en la experiencia del “nos – otros”, en una experiencia que nos tiene que conmover.

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II SIMPOSIO SOBRE PATOLOGIZACIÓN DE LA INFANCIA

LIC. ESTEBAN LEVIN ( psicomotricista)

“NIÑOS DESATENTOS E HIPERACTIVOS EN LAS AULAS”

Desde ya les voy a pedir disculpas porque me voy a mover un poco, soy bastante hiperquinético, seguro que si me hubieran tomado alguno de esos test, hubiera salido bastante mal, me hubieran diagnosticado como ADD.

Pero me parece que ya se habrán dado cuenta que en la mesa hay un debate en juego, cuando hay un debate en juego, cuando hay un debate uno trata de esconderlo al debate porque como somos todos profesionales, no vamos a … el debate es central para mí.

Por supuesto saben algo voy a hacer, alguna cosa que no pensé, cuando uno hace alguna cosa que no piensa esta más cerca de la infancia, porque la infancia cuando juega no piensa que está jugando, juega, es decir voy a tratar de transmitirle algunas de las ideas que voy teniendo y que me parecen por lo menos para mí importantes y que las estoy elaborando, y que no las tengo del todo elaboradas, por suerte porque cuando uno tiene muy elaborado una cosa, uno no hace más que repetirla, cuando uno repite solo una cosa y reproduce. Le pasa como a los niños, los niños generalmente reproducen, y si ustedes han ido al último congreso de educación donde se da el último método para que el niño aprenda lectoescritura, a los 3 años, uno hace un curso, va a su jardín de infantes, ya no a la primaria, para poder armar los métodos lo antes posible, van, se lo cuentan al equipo, el equipo dice vamos dale, dale, 3 años por lo menos, además poner en la propaganda, que ustedes ya empiezan a enseñar a los 3 años, o computación a los 2, o trilingües, porque ya bilingües es como una decadencia, o taller de ecología, 2 años, como una cuestión para poder producir en esta máquina en la cual estamos, entonces bueno, el chico aprende, entonces a los 4 años lo tenemos que sabe escribir, por supuesto a los 8, 9 años ya saben leer y escribir pero no les interesa, es decir hemos podido enseñarles algo sin que les interese, es decir sin que el deseo esté en juego, esto es por una cuestión, porque les damos pero no le donamos, se trata de una diferencia central, entre el dar y el don, yo te doy una cosa vos me das otra, y se trata de un intercambio, este es el dar, el don no se tiene, se arma en la experiencia compartida con el niño, en la experiencia del “nos – otros”, en una experiencia que nos tiene que conmover.

O la infancia nos conmueve o la verdad que estamos trabajando con algo que es infancia pero que se transforma en la infans, en algo que es diagnostico que ya está pensado, y estandarizado, si la infancia no nos conmueve como podríamos transmitirles el don, el don no se enseña el don se transmite, es aquello que nos pasa cuando con un niño invento un juego, es decir que se inventa un juego es porque no lo sabía es que para mí también ese juego es una invención, es decir y pongo este ejemplo porque los quiero introducir en un tema, porque no quiero eliminar el debate, porque quiero que el debate produzca es decir que haya interdisciplina, no hay interdisciplina cuando pensamos lo mismo, hay interdisciplina cuando justamente hay una cierta rebelión, es decir como la infancia se rebela a la estereotipia, se rebela a aquel que hace siempre lo mismo, se rebela a aquel docente o a aquel profesional que ya sabe lo que tiene que hacer con el niño porque es un TGD, digo TGD, y no ADD, porque ahora está más de moda, porque no sé si han notado que ahora hay más TGD, que ADD, por eso va haber que empezar a pasar el DSM 5 que ya va a venir seguramente, y se pone en juego esto.

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Vieron que hay un debate, que hay un debate en juego que tiene que ver con esto, tomando algo de lo que estamos pensando en relación, a pensar si el llamado ADD, es un síntoma y entonces aquí no hay nada orgánico, o si en verdad hay alguna base orgánica, esta es una cuestión que la vamos a tomar ahora …

Volviendo al don, el don no se tiene, no es del orden del intercambio es del orden de la pérdida, es lo que dejo para que el otro lo pueda recoger, es lo que dejo sin darme cuenta que lo dejo, cuando el don se dona no se percibe que se está donando, es decir si ustedes le dan un beso a otro no están diciendo… “tengo que sentir el beso, tengo que sentir el beso”, si están pensando demasiado en eso y no lo sienten, es decir más vale que en la escena del acto educativo o el acto clínico que implica poner en juego algo del orden de lo infantil, si trabajamos en la infancia es porque, “somos contemporáneos de la infancia que fuimos”, es una frase de Demeus, esto tiene que ser central para nosotros, y una frase que me venía a la cabeza y con la cual voy a retomar y pensar sin eliminar este debate es la siguiente, una frase de Agambel muy interesante que yo la doy vuelta, porque cuando uno tiene una frase interesante más que repetirla es si empieza a producir, y empieza a producir pensamiento, es como cuando le pasa a un niño, a un niño le pasa algo de esto, y este filósofo decía algo de esto, “el concepto de perro, no ladra”, concepto para nosotros, porque si conocemos a un niño, primero ladra, y después arma el perro, de eso quiero hablar: de la experiencia.

La subjetividad se constituye en acontecimientos subjetivos, hemos perdido esa dimensión sensible de la puesta en escena, de aquello que nos pasa, que me pasa con el niño, es decir de aquello que le puedo transmitir, y esa experiencia, que si no es una experiencia marcante para el niño, no produce, es decir marcante, es una experiencia que deje una huella, y esa huella esta en relación con el don, con ese afecto y esa pasión, que uno coloca cuando juega con un niño, y cuando juega con un niño, uno no sabe a qué va a jugar, por eso casi no falla, un acto no falla, es un acto, esto es un juguete, (muestra un autito ), no es un juguete, un juguete puede ser aquello es una cosa pero puede ser cualquier otra, un juguete es aquello que tiene vida, la vida del juguete no está en el juguete, la vida del objeto no está en el objeto, la vida de un síntoma, y valla que tiene vida un síntoma, no está en el síntoma, está en lo que produce, está en lo que provoca, está en lo que justamente puede producir un niño con un objeto, (haciendo ruidos de autos, y comentando el recorrido del mismo, se desplaza por la sala de conferencias), y representa algo que no sabía que iba a representar cuando se pone a jugar, jugar que implica representar.

Y … otra frase de Agambel, “ en el origen de la infancia está el lenguaje”, ( aquellos que saben de Lacan … es bien Lacaniano), y va la segunda la que nos conmueve, “ pero en el origen del lenguaje esta la infancia”, la pucha cuando leí esa frase, la voy a decir de nuevo, porque es una frase que te rompe el espejo, claro no lo dijo Lacan pero lo dijo este señor, entonces nos da como para empezar a jugar, claro … si en el origen de la infancia esta el lenguaje, pero en el origen del lenguaje esta la infancia, que es de la infancia la EXPERIENCIA… ¿ qué experiencia?, aquella que produce una diferencia, tengo acá un balde con agua, (muestra el balde), cuando me preguntaron para que quería un balde les dije que este es mi power point, ahí se calmaron… porque la pregunta es entonces, bien, si en el origen del lenguaje esta la experiencia, estamos hablando de una experiencia infantil, entonces ¿qué es una experiencia?, no es una experiencia que está acá, sino que está afuera, tiro agua, (toma un poco de agua y salpica), ¿cómo les transmito a ustedes lo que sentí?, aunque intento transmitirle algo de esta experiencia, no les puedo transmitir esto que sentí, no sé, frío, humedad, etc., hay algo de la experiencia que no puedo transmitirle, pero si esta experiencia me pasa, es decir que algo me pasa al hacerlo, es decir que cuando yo hago, esto, tiro algo me pasa, significa que esta experiencia que esta afuera porque no soy yo, al hacerla vuelve de una manera distinta, me transforma algo, me pasó y a partir de ahí podemos jugar hacer alguna cosa, esta experiencia

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me pasa a mí, compromete lo que llamamos la imagen del cuerpo, es una experiencia entonces, que está afuera, que la hago, la tengo que hacer, la infancia la tiene que hacer, ese es el peligro de la imagen, es decir, del goce de la imagen donde tenemos a niños que están aproximadamente unas diez a doce horas frente a la imagen, ¿cuál es el problema? , que en vez de jugar al caballo, lo miran, y entonces no lo hacen, ¿cómo apropiarse del concepto caballo?, se apropian pero no lo realizan, no hacen el gua guau, que hablaba Espinosa, sí?

El niño tiene que poder vivenciarlo y ponerlo en escena, para que entonces tenga vida y por eso jugar es estructurante, no es que el niño construye el jugar, es el jugar el que estructura lo infantil, construye a la infancia, y es por eso que jugamos, algunos psicólogos, algunos psicoanalistas, algunos psicopedagogos, algunos docentes pensamos que hay que jugar, no porque jugar es placentero, porque cuando un niño juega, juega a lo imposible, que interesante jugar lo imposible, lo que no se entiende, es tratar de apropiarse de algo de lo que no se entiende, ¿ por qué digo esto?, porque un niño que tiene lo que se llama síndrome de desatención, está angustiado es decir que no para de moverse, es decir que toca el agua, pero esta experiencia queda afuera, queda afuera porque toca esto, toca otra cosa, toca, toca… no deja de tocar, como ese niño que vimos (haciendo referencia a un video visto en la presentación anterior), que saca el revólver, es decir toca todo mueve todo, y que también lo vamos a ver en un caso que traje, cuando un niño hace así (moviendo la mano), y que eso queda ahí, porque no hay ningún afecto para transmitir, la experiencia pasa, pero no “le pasa”, pregunta central, ¿ cuántos aprendizajes hay, que pasan, pero que no le pasan?

Es decir en el “le”, está el MOI, el MÍ, esa posibilidad de que se apropie de esa experiencia, leímos, leímos, y leímos pero no nos dimos cuenta de algo que es central, a ver cómo les puedo explicar, voy a tratar de transmitirlo con esta fuerza; sabemos que en estas épocas, son totalmente diferentes a otras épocas, por ejemplo a la de los nuestros maestros, Piaget ni se imaginaba lo que era la televisión, , ni siquiera Lacan, ni siquiera Winicot, de ninguna manera conocían la televisión en el sentido de la imagen, el video, todo lo que implica la experiencia de hoy de un niño, que es totalmente distinto a otras épocas, podemos repetir los estadios tal cual como lo hacían en 1925, tenemos que poder modificar y pensar como construye ahora el niño su universo infantil, con todo lo que implica, porque hay una inversión de la promesa, el decir que la promesa ya no está en el padre, en el pater familia, sino en el niño, y no es una promesa a largo plazo, sino es una promesa ahora, y es en la escuela, por eso debemos decir que lamentablemente cada vez va a haber más síntomas en la escuela porque es el lugar del niño, es ahí donde el docente muchas veces no sabe muy bien lo que hay que hacer, hubo revoluciones, la caída del muro de Berlín, revoluciones a nivel químico, a nivel de la bioquímica, a nivel de la arquitectura, ¿cuál es la revolución que modifica sustancialmente el concepto de infancia?, de la cual no nos dimos cuenta,

Central: no es lo mismo pensar a un niño después de eso, lo pongo con toda esta fuerza, y creo que no se ha hablado de esto en el congreso, lo han mencionado de costado, se lo debemos a la NEUROLOGÍA, cuando habla del concepto plasticidad neuronal, concepto central, es una revolución el concepto de plasticidad neuronal, es decir nos vienen a decir y bienvenido, ¿qué nos vienen a decir, cuál es la revolución?... que la neurona se modifica a través de la experiencia, increíble, es decir que la experiencia deja una huella, llámala a esa experiencia medio ambiente, llámala a esa experiencia lo que te pasa, llámala como quieras pero es decir que la experiencia, produce sinapsis, perfecto hasta ahí, hasta ahí genial.

¿De qué experiencia se trata?, de la de Agambel, de la que habla el psicoanálisis, se trata de experiencia que produce plasticidad neuronal, es decir, más sinapsis, más redes sinápticas, perfecto entonces lo que hicieron los conductistas, y lo que hicieron todos los investigadores, cuando encuentran esto, van a tratar de pasar lo que veían en el bichito o en el caracol, van a

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tratar de pasarlo al plano humano, bueno a quién nos referimos, bueno vamos a los psicólogos, bueno pero, ¿qué psicólogos?, uno trató de transmitirlo, ¿qué???, plasticidad neuronal de qué?, no!, bueno vamos a los psicólogos cognitivistas, a ver a donde van a ir, a hacer psicología experimental, van a tratar de ver si haciendo una experiencia se modificaba la plasticidad, la plasticidad cuando el niño aprendía, ¿saben qué?, hay plasticidad, las nuevas técnicas nos dicen hay plasticidad, muy interesante, central, entonces si un niño aprende hay plasticidad, entonces si tengo un niño que no camina, y un día se larga a caminar, ¿esto produce plasticidad?, sí, pero si ese niño camina, (Esteban Levin, camina sin parar por todo el salón), pero hace … y hace gestos, ¿ hay plasticidad?, sí, perfecto, hay plasticidad pero la plasticidad tiene tenacidad o firmeza o no tanta tenacidad o no tanta firmeza, que significa que un niño en el campo de la psicosis, o del TGD, o como quieran llamarlo que no logran la imagen del cuerpo, y logra caminar, ¿produce plasticidad?, sí, pero esta plasticidad es tenue, se transforma en un hábito, y va perdiendo fuerza, entonces si se la estimulo, entonces le pongo figuras para que pueda ir al inodoro para que controle esfínteres, y figuras y figuras, entonces le hago un lenguaje alternativo, le quito ese estímulo cognitivo conductual y pierde tenacidad, entonces vuelve a ser como era antes.

¿Qué es lo que está faltando?, lo que me parece que podríamos llamar, PLASTICIDAD SIMBÓLICA, es decir que aquello que permite que un movimiento se transforme en un gesto, es aquello que no depende sólo de él, sino que depende del otro, le permite a un niño apropiarse de esa experiencia, y me parece que lo que llamamos plasticidad simbólica, es justamente esa capacidad de la infancia de poder jugar y producir un aprendizaje que produce plasticidad neuronal, pero al mismo tiempo produce una plasticidad simbólica que permite apropiarse de esa experiencia, que esa experiencia “lo” represente, que esa experiencia le signifique para él una huella, psíquica, no sólo sináptica, ambas se complementan, como se tocan y aquí está el campo de la interdisciplina, no podemos desconocer los avances impresionantes que hay a nivel del cerebro, y de la plasticidad.

Bienvenida sea la plasticidad neuronal, pero permítanme transmitirle nuestra idea compañeros de lo que es la plasticidad simbólica, es decir que acá se trata de un punto de toque, que acá se toca, justamente este niño, que se lanza a caminar en el campo del otro, es decir con aquel que le dona lo infantil, el que arma la escena para que el niño se incorpore, y entonces el niño tenga deseos de…, deseos de curiosidad, es decir que estamos frente a una infancia curiosa, curioso es aquel que quiere encontrar otra cosa, no es aquel que no puede apropiarse de una experiencia ni siquiera de la del agua, curioso es aquel que él puede construirse un espejo y apropiarse de esa experiencia; la plasticidad simbólica se toca con la plasticidad neuronal, y hace que ese niño aparezca entonces a través de un acontecimiento, los acontecimientos en la infancia tienen que suceder por primera vez, tiene que suceder que un niño lea, por primera vez tendrá que ocurrir que un niño juegue, hable, se siente, mire al otro, a ver si me siguen, pero la primera vez es la última vez, es la última vez que es la primera, … perfecto éste es el diagnóstico, un diagnóstico ocurre por primera vez, y esa primera vez, ese primer encuentro con el niño no sé lo que va a pasar, me arrojo a ver qué pasa en esa experiencia, puedo tener un montón de conocimientos pero tengo que poder captar la sensibilidad, tratar de jugar con él o por lo menos armar un lazo con él, armar una relación en donde puedo transmitirle un deseo, ese deseo de donar al otro, no algo que tengo, no espero nada a cambio, le dono lo infantil de la infancia, aquello que hizo pregunta en mí, por lo cual elegí trabajar con niños, sino hubiera elegido trabajar con otros.

No sé qué pasa ni tengo los medios para saber qué pasa con la plasticidad en una adolescente, en un geronte, pero en la infancia, desde el punto de vista neurológico, y desde el punto de vista simbólico es central, es central en un punto donde si el aprendizaje está acompañado de esa posibilidad donde el otro arme una experiencia con él, donde se juega cierta pasión y algo

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se inscribe, la huella sináptica está en relación con esa huella psíquica, ¿cuál es el peligro de lo cognitivo conductual?, que se le enseñe al niño, aprende los colores, sí finalmente de tanto insistir e insistir aprende los colores, pero el aprendizaje de los colores no está apoyado en la plasticidad simbólica, entonces, un aprendizaje produce plasticidad neuronal, pero no toda plasticidad neuronal produce plasticidad simbólica, porque es la plasticidad simbólica la que le permite la niño apropiarse de eso.

Ahí entonces la sinapsis es más tenaz, más firme, porque está en juego él como sujeto y no él como objeto, por supuesto los compañeros de trabajo en el área cognitivo conductual han hecho, de los estímulos la posibilidad de sinapsis, incluso un niño que antes no se lavaba las manos, que no comía con tenedor, ahora le ponemos la fotito de la mesa y va a la mesa, está mucho mejor, claro arma plasticidad, porque hay un aprendizaje, pero no está sustentada en esta relación que no se da sino que se dona, y para donar hay que poder perder la propia herencia y transmitírsela al otro.

Se trata de dos herencias, la herencia genética y la herencia simbólica, y que nos dicen entonces los neurólogos, los genetistas, algo central, que en el propio gen hay una porción indeterminada, y ¿quién la determina?, la EXPERIENCIA.

Perfecto nos dan pié, nos dan el pié para decir ¿de qué experiencia tenemos que hablar, para que entonces, el gen, que tiene una parte indeterminada, se determine de otra manera? Exprese el ADN de otra forma, para plantearlo así, se trata de una experiencia simbólica, se trata de una experiencia donde se pone en juego el afecto, de una experiencia de aquella que yo les hablaba, que deja una huella mnémica, una huella que no se ve pero que produce efectos; la infancia esta conmovida por acontecimientos que lo hacen ubicarse en otro lugar, ¿qué hace un acontecimiento?, produce un quiebre, una discontinuidad, y a partir de ahí el niño comienza a imaginar de otra manera, ubica su cuerpo de otra forma, piensa y actúa, construye otro modo de aprehender, se trata del apropiarse, y en esta apropiación, bienvenida la plasticidad neuronal, y bienvenida la plasticidad simbólica, lo que ligamos, diría Freud, con decir… “la medicación sola no sirve”.

Pongámonos en un equipo a compartir con los compañeros sus descubrimientos, y tratar de encontrar ahí, no digo un punto intermedio, sino algo que no coincide del todo con la neurología, pero tampoco coincide del todo con el psicoanálisis, pero tampoco coincide del todo con la psicopedagogía, pero tampoco coincide del todo con lo escolar, entonces construimos un saber, la interdisciplina es rebeldía, es la imposibilidad de lo homogéneo, de lo estandarizado o del saber, de ese saber que es totalmente cerrado, hueco, es decir es muy difícil hacer interdisciplina, porque es el punto de quiebre del propio narcisismo, de la disciplina, es lo que “no sé”, es aquello que se produce en el choque, en el cruce de las disciplinas.

No nos quedemos en la postura opuesta, sabemos que hay muchos compañeros que están trabajando en esto y algunos efectos tiene, por eso el pensar que el concepto de plasticidad neuronal, es la posibilidad de pensar los efectos de la infancia de otra manera, porque antes teníamos un concepto del cerebro estático y fijo, antes cuando yo estudiaba esta dinámica era imposible de pensarla, si uno tenía una dificultad, “no hay más que hacer, no hay neurona, no se reproduce”, ahora estamos hablando de una plasticidad, de algo que está indeterminado, que depende del campo del otro, para nosotros, así como para otros dependerá del propio estímulo, no estoy de acuerdo con el propio estímulo, no se trata de estimularlo, se trata de armar una escena, en un escenario donde el otro pueda donar lo infantil de la infancia, y ese don no se da, ese don se construye en el escenario con el niño, es decir, ¿estamos formados para construir ese escenario, para poder construir con el niño no sólo una plasticidad

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neuronal, sino también simbólica?, aquella que le permite la niño construir su propio espejo, ¿produzco un acontecimiento, una huella que le permita apropiarse de?…, lo dejo como pregunta para meternos en este debate.

Llega un niño al consultorio, nunca llega un niño solo, primero vienen los padres, es un niño que está en preescolar, llegan los padres y me dicen que el niño tiene dos diagnósticos, uno es TGD no especificado, o ADD, no sabían que era, pero no era ni una cosa ni la otra, intentaban que yo les diga ¿qué es lo que era?

Y yo trataba de que me hablen de él, del niño, que muchas veces es todo un problema para poder encontrar esta posibilidad, por eso hace algunos años se me ocurrió que los padres me armen como una especie de historia, una historia clínica, no una historia de la patología sino una historia de su hijo, que me cuenten algo sobre el niño, algo de los que les pasa con el niño, una anécdota, alguien no me trae nada, otros me traen un cuaderno lleno, porque coincide con que los padres eran escritores, otros me traen una servilleta, … otros me traen algo en común cuando les pedí, uno papá y otro mamá, … no importa, …

Pero estos padres están angustiados, están angustiados porque no saben lo que va a pasar el año que viene, porque su hijo está en preescolar, opciones, … que repita preescolar, otra, que vaya a una escuela común no en la misma, otra, que vaya a una escuela con integración, otra que vaya a una escuela especial, otra que vaya a un hospital de día, trabaja con cuatro profesionales este niño, y ninguno se ha acercado demasiado a la escuela, ¿es posible que todavía la mayoría de los profesionales no vaya a la escuela?, sí la mayoría no va, no es un problema sólo del profesional, sino es un problema de la interdisciplina, no hay posibilidad de diagnóstico en este momento si no pasan por la escuela, de ver, ¿qué le pasa con ese niño con otros?, con el otro, con el amigo, con minúscula, no con el Otro, con aquel que le permite inventar cosas, con aquel que es semejante, con el pequeño otro, aquel que le permite al niño hacer algunas cosas sólo porque las hace el otro, es decir, arriesgarse a poner en juego su imagen, porque hay otro que se arroja para poner en juego eso, …

Por lo tanto vienen con esta pregunta angustiados por lo que se van y yo me quedo angustiado, si porque la verdad que uno se pone a pensar que es lo que va a hacer este niño, yo no lo conozco todavía pero tiene todas las expectativas, yo la verdad no sé muy bien, cuando uno no sabe muy bien no sé si a ustedes les pasa pero uno esta como inquieto, busco, pienso y sin todavía conocerlo; llega un niño, que mira con una mirada no sé si les pasó, con los ojos bien abiertos como con miedo, con temor, … y dice, - vos sos Esteben?, ¿Vos sos Esteban?, ¿vamos a jugar?, ¿ acá se puede jugar?, ¿vamos a jugar?, … ( habla casi sin pausa); dice.- ¿puedo tirar el auto?, (al mismo tiempo que lo tira), ¿el auto se mueve?, ¿es posible…?.

Yo me quede quieto paralizado, a medida que va sacando las cosas, las iba tirando, y pregunta.- ¿esta pelota es anaranjada?-, yo le digo- sí… al mismo tiempo que dice - ¿Porqué será anaranjada?, ¿ yo hago quilombo?, ¿por qué hago quilombo?, ¿puedo hacer quilombo?, … ¿ el auto va y viene?, ¿ porqué van y vienen las cosas?, ¿ las cosas van y vienen?, … - no sólo él estaba como perdido, sino que yo también estaba como…, como decirles, ahora pensaba, ¿cómo armar una experiencia con él?, y ustedes dirán, bueno Esteban contanos, ¿ cómo se dona?.

Cuando trabajamos con la clínica, nos encontramos con esto, con el sufrimiento, terminé la primera entrevista con todo el consultorio dado vuelta, yendo y viniendo, y decía.- ¿me inflas un globo azul?, - yo iba y le inflaba un globo azul, cuando uno está en esta situación se plantea que, bueno, tiene que hacer lo que el otro le dice porque quizás, de esa manera podemos armar una relación, no sé, eso es lo que yo pensaba en ese momento, me quedé un poco

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preocupado porque yo estaba inflando, inflando, y al mismo tiempo se desinflaba todo, la idea era esto construir una experiencia dramática de sufrimiento donde no habría él “me”, no se podía apropiar de eso que pasaba, eso que le pasa, pero no me pasa.

La segunda entrevista, también me siento como muy conmovido porque sigue con la misma cosa pero yo empiezo a responder, y en la segunda sesión, más preocupado que la anterior, yo en un momento me quedo en un rincón, y él seguía, - ¿ te tiro esto?, ¿ te duele lo que te tiro?, … entonces en el consultorio yo tengo un títere, que es como un tigre, yo lo agarro, y empiezo a decir, - ah, ah, ah, me da miedo, - se lo tiro- agárralo Julián, - Julián lo agarra, se ríe, (por lo menos no hace preguntas), y me lo tira, y yo – ah, ah, ah, no, no, no, me da miedo, bueno estuvimos así un rato, yo se lo tiraba, y él me lo tiraba a mí, se ríe se acerca, como un gesto cómplice, y en realidad yo estaba con miedo, y le digo que lo voy a esconder, lo escondo, pero él lo va a buscar y me lo vuelve a tirar, y así volvimos a que él me lo tiraba, yo lloraba, el se reía, y él me tiraba el malo, pero después encontré otro títere que era el bueno, entonces él me tiraba el malo y yo buscaba el bueno, ...

Entonces, lo que quiero plantear es esto, el diagnóstico empieza a ser diagnóstico cuando puedo relacionarme con el otro, cuando se abrió una vía para alguna situación que se modifica, algo de esto es la plasticidad simbólica, es decir, si un niño arma una experiencia fija, sea del orden del síntoma o sea del orden del estereotipado, podemos pensar que falta plasticidad, para hablar en forma general, la plasticidad simbólica es aquellas experiencia que provoca un corte, y arma otra experiencia algo del orden de la diferencia.

Una experiencia de la cual, puedo a empezar a darme cuenta, que hay algo del orden de lo infantil que se comienza a jugar, jugar a tener miedo, jugar a que el otro es malo, jugar a que nos tiramos un objeto pero ya no preguntamos, sino que actuamos, casi sin darnos cuenta estamos en una posición de sujeto y no de objeto, este niño venía de cuatro tratamientos, que ninguno había ido a la escuela, que les daba además distintos colores para que aprenda los colores, les decían a los padres que este nene no aprendía los colores, entonces les decían a los papás que por una semana no les den golosinas, porque entonces cuando este nene diga bien los colores ellos le daban. Usaban el premio y el castigo.

¿Si ellos hubieran seguido, este niño aprendía los colores?... Si

¿ Se armaba plasticidad? … Si, plasticidad neuronal, pero no simbólica, y esta es la cuestión.