1
Sábado, 3 de marzo de 2012 LA GACETA 7 Salud Sección coordinada por Nicolás Retana y J. M. Fernández-Rúa A QUEL Madrid de los primeros cincuenta estaba lleno de contras- tes: había cartilla de racionamien- to de tabaco –sólo negro de cuar- terón–, pero fumábamos bubis, unos ciga- rrillos rubios para los peor dotados económicamente, en tanto que los que no pasaban penurias adquirían las marcas de prestigio en las escaleras del Metro. Ser estudiante de Medicina tenía un aquel que permitía hacer tertulia posprandial en las casas de lenocinio, hasta que por ley las cerraron, liberalizando la adquisición de las llamadas enfermedades secretas. Perdido el control sanitario del riesgo venéreo, el índice de los males de transmisión sexual empezó a subir como la espuma. En lo que a mí respecta, comencé a hacer prácticas en el Hospital de San Juan de Dios, solar del actual Gregorio Marañón, pronto remuneradas con 1.500 pesetas al año tras el preceptivo nombramiento como alumno interno de la Beneficencia Provincial. Eso y el título de practicante autorizado para la asistencia a partos normales, que obtuve de tacada en un examen, me permitieron ganar un dinerillo para mis necesidades extra. Los estudiantes no teníamos coche y a la Univer- sitaria se iba en unos tranvías 1001, de paten- te italiana, en los que se hacia el pepe –salti- tos simultáneos de la concurrencia– al pasar por un puentecillo todavía existente. Empe- zaban conatos de huelga y carreras ante los grises, con gigantescas bolas de nieve –enton- ces nevaba– en los raíles de los tranvías. A la mayoría, el régimen autoritario de Franco le traía al pairo. Nuestro existencialismo mas- culino contaba con tres premisas básicas: estudios, chicas y diversión. MEMORIA DE UN VIEJO GALENO Envejecer más lentamente Alumno interno con 1.500 pesetas al año Nicolás Retana Abigail Campos S IN querer quitarle mérito al cautivador verbo de Don Juan Tenorio, el secreto de la seducción masculina puede no residir en el arte de las bellas palabras que engatusen el ánimo de las féminas o en un cuerpo esculpido en el gimna- sio, sino en algo mucho más científico –y nada romántico–: la combinación hormonal. Un reciente estudio ha con- cluido que las mujeres se sienten atraídas por los hombres que están dotados de un buen siste- ma inmunitario. Así de sencillo, y aunque cueste aceptar que George Clooney o Brad Pitt en realidad son del agrado de la práctica totalidad de la población femenina, pero sólo porque están sanos y tienen buenas defensas. La doctora Fhionna Moore, de la Escuela de Ciencias Sociales y de la Salud de la Universi- dad de Abertay Dundee (Reino Unido), dirigió un estudio, ahora publicado en la revista Natu- re Communications, en el que midió la respuesta inmune de 74 hombres veinteañeros de Leto- nia a la vacuna de la hepatitis y determinó las concentraciones en sangre de testosterona –la hormona masculina por exce- lencia– y cortisol –una de las hormonas del estrés–. Luego pidió a un grupo de mujeres también letonas y de edad simi- lar que valoraran el atractivo facial de los participantes, en una escala del 0 al 10. Las jóvenes coincidieron en seleccionar cómo más atrac- tivos a aquellos hombres que registraban una mayor concen- tración de testosterona. Los individuos con menor nivel de Un nuevo estudio sugiere que los hombres que resultan más atractivos son los que poseen niveles más altos de testosterona, menos cortisol y mejor sistema inmunitario El secreto de la seducción está en las hormonas E L profesor Arturo Fernández-Cruz, uno de nuestros mejores internistas, que trabaja en el Hospital Clínico de Madrid además de en su consulta privada y preside la fundación que lleva su apellido, no se cansa de repetir que los clínicos están a punto de conseguir la detección temprana del proceso arterioescleroso sis- témico personalizado, con lo que se podrá practicar una medicina participativa con los pacientes, conciencián- doles de su edad vascular y de su futuro en base al estu- dio de sus genes y la longitud de la cola de los telómeros. Catedrático y jefe de ser- vicio de Medicina Interna y director del Área de Pre- vención Cardiovascular de ese centro sanitario, el profesor Fernández-Cruz subraya que los algoritmos que se obtienen de los facto- res de riesgo convencionales “siguen siendo las reglas de oro de nuestro buen hacer para definir el riesgo car- diovascular, siempre que no utilicemos el redondeo para definir las dianas terapéuti- cas”. Y como ejemplo, acude al colesterol. En su acredi- tada opinión, las cifras de seguridad para el coleste- rol malo (LDL) tienen que estar por debajo de 100 y del colesterol bueno (HDL) por encima de 45, junto con una cifra de triglicéridos menor de 150 y de apolipoproteínas B menor de 80 miligramos por decilitro. La tensión deseable es menor de 130/80 mm Hg. Y, como dice Fer- nández-Cruz, todos estos valores son independientes de los años, porque la frase popular “esto le pasa por la edad” es falsa. “Yo” –matiza este acreditado experto– “como paciente, buscaría al médico que me asegurara que, con sus cuidados, enve- jecería más lentamente”. esta hormona tendían a su vez a registrar una mayor concen- tración de cortisol, sugiriendo que su respuesta inmune podía estar reprimida por una mayor hormona del estrés. La relación entre la testos- terona y el sistema inmune ha sido estudiada científicamente en otras ocasiones anterio- res, pero esta investigación es la primera en relacionar directamente las opi- niones de las mujeres sobre el atractivo de los hombres según el buen estado de sus defensas natu- rales. La autora y sus colabora- dores sugieren que este com- portamiento, previamente observado en aves, podría explicarse en el hecho de que las muje- res buscan inconsciente- mente parejas con un sistema inmunitario más saludable para asegu- rarse una descendencia igualmente fuerte. Medicina y usted ¿La personalidad cuenta? El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo estima que las personas rígidas presentan mayor nivel de conflicto y reacciones desadaptadas que las personas flexibles, especialmente en situaciones que implican un cambio. Por otra parte, las personas ansiosas experimentan mayor nivel de conflicto. La doctora Moore espera ahora comprobar si estos resul- tados varían en función de la cultura o las edades. Sin embargo, el estudio no hace más que abrir una nueva vía de investigación, advierte el catedrático Arturo Fernán- dez Cruz, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos. “Simplemente se especula sobre si el cortisol puede ser un marcador del macho alfa, que tiene la tes- tosterona elevada, pero no más, porque no hay más expe- riencia”. Para Basi- lio Moreno, jefe de Endocrinolo- gía y Nutrición del Hospital Grego- rio Marañón, el estudio “no tiene justificación cien- tífica” y recuerda que simplemente el nivel de testos- terona elevado es el que puede conferir un mayor atractivo sexual por sí solo, sin necesidad de que esté relacionado con una menor concentración de cortisol. José Mª Fdez-Rúa BIOMEDICINA EFE

conflicto. y J. M. Fernández-Rúa Abigail Campos El secreto ...€¦ · cortisol puede ser un marcador del macho alfa, que tiene la tes - tosterona elevada, pero no más, porque

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: conflicto. y J. M. Fernández-Rúa Abigail Campos El secreto ...€¦ · cortisol puede ser un marcador del macho alfa, que tiene la tes - tosterona elevada, pero no más, porque

Sábado, 3 de marzo de 2012 LA GACETA 7

Salud Sección coordinada por Nicolás Retana y J. M. Fernández-Rúa

AQUEL Madrid de los primeros cincuenta estaba lleno de contras-tes: había cartilla de racionamien-to de tabaco –sólo negro de cuar-

terón–, pero fumábamos bubis, unos ciga-rrillos rubios para los peor dotados económicamente, en tanto que los que no pasaban penurias adquirían las marcas de prestigio en las escaleras del Metro. Ser estudiante de Medicina tenía un aquel que permitía hacer tertulia posprandial en las casas de lenocinio, hasta que por ley las cerraron, liberalizando la adquisición de las

llamadas enfermedades secretas. Perdido el control sanitario del riesgo venéreo, el índice de los males de transmisión sexual empezó a subir como la espuma. En lo que a mí respecta, comencé a hacer prácticas en el Hospital de San Juan de Dios, solar del actual Gregorio Marañón, pronto remuneradas con 1.500 pesetas al año tras el preceptivo nombramiento como alumno interno de la Beneficencia Provincial. Eso y el título de practicante autorizado para la asistencia a partos normales, que obtuve de tacada en un examen, me permitieron ganar

un dinerillo para mis necesidades extra. Los estudiantes no teníamos coche y a la Univer-sitaria se iba en unos tranvías 1001, de paten-te italiana, en los que se hacia el pepe –salti-tos simultáneos de la concurrencia– al pasar por un puentecillo todavía existente. Empe-zaban conatos de huelga y carreras ante los grises, con gigantescas bolas de nieve –enton-ces nevaba– en los raíles de los tranvías. A la mayoría, el régimen autoritario de Franco le traía al pairo. Nuestro existencialismo mas-culino contaba con tres premisas básicas: estudios, chicas y diversión.

MEMORIA DE UN VIEJO GALENO

Envejecer más lentamente

Alumno interno con 1.500 pesetas al añoNicolás Retana

Abigail Campos

SIN querer quitarle mérito al cautivador verbo de Don Juan Tenorio, el secreto de

la seducción masculina puede no residir en el arte de las bellas palabras que engatusen el ánimo de las féminas o en un cuerpo esculpido en el gimna-sio, sino en algo mucho más científico –y nada romántico–: la combinación hormonal.

Un reciente estudio ha con-cluido que las mujeres se sienten atraídas por los hombres que están dotados de un buen siste-ma inmunitario. Así de sencillo, y aunque cueste aceptar que George Clooney o Brad Pitt en realidad son del agrado de la práctica totalidad de la población femenina, pero sólo porque están sanos y tienen buenas defensas.

La doctora Fhionna Moore, de la Escuela de Ciencias Sociales y de la Salud de la Universi-dad de Abertay Dundee (Reino Unido), dirigió un estudio, ahora publicado en la revista Natu-re Communications, en el que midió la respuesta inmune de 74 hombres veinteañeros de Leto-nia a la vacuna de la hepatitis y determinó las concentraciones en sangre de testosterona –la hormona masculina por exce-lencia– y cortisol –una de las hormonas del estrés–. Luego pidió a un grupo de mujeres también letonas y de edad simi-lar que valoraran el atractivo facial de los participantes, en una escala del 0 al 10.

Las jóvenes coincidieron en seleccionar cómo más atrac-tivos a aquellos hombres que registraban una mayor concen-tración de testosterona. Los individuos con menor nivel de

Un nuevo estudio sugiere que los hombres que resultan más atractivos son los que poseen niveles más altos de testosterona, menos cortisol y mejor sistema inmunitario

El secreto de la seducción está en las hormonas

EL profesor Arturo Fernández-Cruz, uno de nuestros mejores internistas,

que trabaja en el Hospital Clínico de Madrid además de en su consulta privada y preside la fundación que lleva su apellido, no se cansa de repetir que los clínicos están a punto de conseguir la detección temprana del proceso arterioescleroso sis-témico personalizado, con lo que se podrá practicar una medicina participativa con los pacientes, conciencián-doles de su edad vascular y de su futuro en base al estu-dio de sus genes y la longitud de la cola de los telómeros.

Catedrático y jefe de ser-vicio de Medicina Interna y director del Área de Pre-vención Cardiovascular de ese centro sanitario, el profesor Fernández-Cruz subraya que los algoritmos que se obtienen de los facto-res de riesgo convencionales “siguen siendo las reglas de oro de nuestro buen hacer para definir el riesgo car-diovascular, siempre que no utilicemos el redondeo para definir las dianas terapéuti-cas”. Y como ejemplo, acude al colesterol. En su acredi-tada opinión, las cifras de seguridad para el coleste-rol malo (LDL) tienen que estar por debajo de 100 y del colesterol bueno (HDL) por encima de 45, junto con una cifra de triglicéridos menor de 150 y de apolipoproteínas B menor de 80 miligramos por decilitro. La tensión deseable es menor de 130/80 mm Hg. Y, como dice Fer-nández-Cruz, todos estos valores son independientes de los años, porque la frase popular “esto le pasa por la edad” es falsa. “Yo” –matiza este acreditado experto– “como paciente, buscaría al médico que me asegurara que, con sus cuidados, enve-jecería más lentamente”.

esta hormona tendían a su vez a registrar una mayor concen-tración de cortisol, sugiriendo que su respuesta inmune podía estar reprimida por una mayor hormona del estrés.

La relación entre la testos-terona y el sistema inmune ha sido estudiada científicamente en otras ocasiones anterio-res, pero esta investigación es la primera en relacionar directamente las opi-niones de las mujeres sobre el atractivo de los hombres según el buen estado de sus defensas natu-rales.

La autora y sus colabora-dores sugieren que este com-portamiento, previamente observado en aves, podría explicarse en el hecho de que las muje-r e s b u s c a n inconsciente-mente parejas con un sistema inmunitario más saludable para asegu-rarse una descendencia igualmente fuerte.

Medicina y usted¿La personalidad cuenta?

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo estima que las personas rígidas presentan mayor nivel de conflicto y reacciones desadaptadas

que las personas flexibles, especialmente en situaciones que implican un cambio. Por otra parte, las personas ansiosas experimentan mayor nivel de conflicto.

La doctora Moore espera ahora comprobar si estos resul-tados varían en función de la cultura o las edades.

Sin embargo, el estudio no hace más que abrir una nueva vía de investigación, advierte el catedrático Arturo Fernán-dez Cruz, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico

San Carlos. “Simplemente se especula sobre si el

cortisol puede ser un marcador del macho alfa, que tiene la tes-tosterona elevada, pero no más, porque no hay más expe-riencia”.

P a r a B a s i -lio Moreno, jefe de Endocrinolo-gía y Nutrición del Hospital Grego-rio Marañón, el estudio “no tiene justificación cien-tífica” y recuerda que simplemente

el nivel de testos-terona elevado es el que puede conferir un mayor atractivo

sexual por sí solo, sin necesidad de que esté

relacionado con una menor concentración de

cortisol.

José Mª Fdez-Rúa

BIOMEDICINA

EFE