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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
http://slidepdf.com/reader/full/congreso-internacional-de-teologia 1/83
DCA
Editores
Colección Iglesia en América
Medellín
Los textos de Medellín y el procesode éá111bioen ;
Rutilio
Grande,
Mártir de la evangelizacion rural en El
Los Obispos Latinoamericanos entre Medellín
y
Documentos episcopales de 1968 a 1978
Mons. Óscar Romero, Mons. Arturo Rivera, Ellacuría, Sobrino
Iglesia de los pobres y organizaciones populares
Puebla. La evangelizáción en el presente y el futuro de
R. Cardenal, Martín-Baró, Sobrino
La
voz de los sin voz, la palabra viva
de
monseñor
Comisión de Derechos Humanos en El Salvador
La
Iglesia
en
El
Salvador
La
fe de un pueblo
Historia de una comunidad cristiana en El Salvador·
María López Vigil,
Muerte y vida en Morazán,
testimonio de un sacerdote
María López Vigil, Don Lito de El Salvador
Colección Teología Latinoamericana
Jon Sobrino,
Jesús
en América Latina
Rodolfo Cardenal,
El poder
eclesiástico
en El
Ricardo Falla, Esa muerte que nos hace vivir
1. Ellacuría, Conversión de la Iglesia al reino de Dios
Rafael tle Sivatte, Dios camina con
su
pueblo
J. Brockman, La palabra
queda,
vida de Mons. Óscar
R. Cardenal, Historia de una esperanza , vida
de
R.
Jon Sobrino, Resurrección de la verdadera Iglesia
Jon Sobrino, Liberación con espíritu
Uca Editores, Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"
Apartado Postal 01-575, San Salvador, El Salvador, C.A.
.
REVISTA
8
MAYO
AGOSTO
LATINOAMERICANA
2010
AÑO XXVII
DE TEOLOGíA
RAFAEL
DE SIVATTE
y JON SOBRINO
Presentación
PEDRO CASALDÁLlGA
A os 30
años del
martirio
de
San
Romero
XAVIER
ALEGRE
La Iglesia que
nace
de la Pascua. Seguimiento de
Jesús
y
opción
por los
pobres
GUSTAVO
GUTIÉRREZ
La opción por los
pobres
hoy
MARíA CLARA
LUCHEnl
BINGEMER
La
fe:
otra mirada para leer
la
historia
Monseñor Romero: una clave
de
lectura testimonial
JOSÉ
COMBLlN
Fe y
política. Problema de
método
teológico
LUIZ CARLOS SUSIN
El
corazón
del Evangelio en
los márgenes del mundo
Para
una espiritualidad
del
martirio
JON
SOBRINO
Monseñor Romero: conversión
y
esperanza
"Otra Iglesia
es necesaria. Otra Iglesia
es
posible"
ÁLVARO
RAMAZZINI
Ser buen pastor hoy
JUAN HERNÁNDEZ PICO
Presentación
del No
sea sí
entre
ustedes. Ensayo sobre política y esperanza
HÉCTOR DADA
HIREZI
Comentario
al libro
de Juan Hernández Pico
No sea así
entre
ustedes
RODOLFO
CARDENAL
Una espiritualidad
para
luchar
por
la justicia
desde
la perspectiva
de Ignacio de Loyola
Centro
e
Reflexión Teológica
Universidad Centroamericana José Si meón Cañas
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
http://slidepdf.com/reader/full/congreso-internacional-de-teologia 2/83
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
http://slidepdf.com/reader/full/congreso-internacional-de-teologia 3/83
REVIST
8
MAYO
AGOSTO
LATINOAMERICANA
2010
AÑO XXVII
DE TEOLOGíA
ISSN 0259·9872
íNDICE
Rafael de
Sívatte y Jon Sobrino
Presentación ...
...............................................
...... .......... ......
...............................
.......... 137
Pedro
Casa/dálíga
A
os
30 años del martirio de
San
Romero....................................................................
139
Xavier
Alegre
La Iglesia que nace de la Pascua. Seguimiento de Jesús y opción por los pobres .....
141
Gustavo Gutiérrez
La opción por
los
pobres
hoy....................................................................................
.....
161
María Clara
Luchetti Bingemer
La fe otra mirada para leer la historia
Monseñor Romero: una clave de lectura testimonial..................................................... 175
José Comblin
Fe
y polftica.
Problema de método teológico
................................................................. 195
Luiz
Carlos Susin
El corazón del
Evangelio
en
los márgenes del
mundo
Íl'
Para una espiritualidad
del
martirio
205
Jon
Sobrino
Monseñor Romero: conversión y esperanza
"Otra' Iglesia es necesaria.
Ofra
Iglesia es posible"
215
Á/varo
Ramazzini
Ser buen pastor hoy 239
Juan
Hernández Pico
Presentación del libro No sea así entre
ustedes
Ensayo
sobre política
y esperanza
..
259
Héctor
Dada
Hirezi
Comentario
al
libro de Juan Hernández Pico No sea síentre
uetedes
275
Rodolfo
Cardenal
'\
Una espiritualidad para luchar
por
la justicia
desde
la perspectiva
de Ignacio de Loyola 281
,
Centro de Reflexión Teológica
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"
San Salvador, El Salvador, C.A.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVIST L TINO MERIC N DE
TEOLOGí
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J. Sobrino El Salvador
R
Sivatte El Salvador
Comité de dirección
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Boft Brasil
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Bolivia
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REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
Apartado 01-575, San Salvador, El Salvador, C.A.
www.ucaeditores.com.sv
Presentación
En esta edición especial de Revista Latinoamericana de Teología publi
camos las ponencias del Congreso Internacional de Teología celebrado en San
Salvador, del 17 al 23 de marzo de 2010, a los 30 años del martirio de monseñor
Romero. El Congreso fue organizado por el Departamento de Teología de la
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas .
El lector tiene ahora en sus manos las ponencias escritas. Pero nos parece
importante recordar que antes fueron palabra hablada en un ambiente singular
que dio un sabor especial al Congreso. Los lugares de esa palabra fueron
el Auditorio Ignacio EIlacuría , todavía con vivos recuerdos de palabras
suyas lúcidas y evangélicas, proféticas y utópicas; y la capilla en la que están
enterrados
los
seis jesuitas asesinados. Las fechas recordaban treinta años del
asesinato-martirio de monseñor Romero, la monstruosa iniquidad de los asesinos
y la desmesura del amor de monseñor por su pueblo. Lqs ponentes llegaron de
muchas partes. Aceptaron la invitación, a vuelta de corteo, y agradecieron no
solo poder participar en el Congreso, sino poder estar en el hospitalito donde
monseñor vivió y fue asesinado, y en la cripta donde está enterrado. La audiencia
fue importante. Fue numerosa, a veces hubo más de mil personas. Fue variada
por
su
procedencia (América Latina, Estados Unidos, Europa), condición social
y edad, detalle que no hay que minusvalorar. Asistió gente que conoció y vivió
con monseñor durante los tres años en que con él Dios pasó por El Salvador .
Otros le conoCÍan de oídas y leídas. Y era claro que todos los presentes quieren
a monseñor Romero, y desean mantener
vivo
su trabajo y utopía. En
el
ambiente
había un eco agustiniano: Monseñor, siempre antiguo y siempre nuevo . Y una
convicción: Sigue vivo .
El lector juzgará la calidad de las ponencias y su relevancia, pero, por lo
dicho, pensamos que este Congreso fue muy especial. Fue un acontecimiento
intelectual, dirigido al saber; pastoral, dirigido a la praxis y
al
compromiso;
testimonial, dirigido a la esperanza; evangélico, dirigido a la celebración de una
buena noticia. Las ponencias se agruparon en torno a temas que, por su impor
tancia, hay que mantener vivos. Fueron importantes para monseñor Romero, y en
él se puede encontrar apoyo para abordarlos
hoy
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍ
Las temáticas de los tres primeros días fueron Iglesia y pobres , Fe y
realidad histórica y Espiritualidad y martirio , realidades que han sido impor-
tantes en el pasado y que se deben mantener importantes en el presente ante
serios peligros de deterioro. También se presentaron dos libros de actualidad.
Uno, de Juan Hernández Pico sobre fe y política, que lleva .el título de
No sea
as entre ustedes.
Otro, de Dean Brackley,
Espiritualidad para la solidaridad.
Monseñor Álvaro Ramazzini, obispo de San Marcos, Guatemala, brindó en la
capilla de los mártires una ponencia muy personal sobre Ser buen pastor
Como captará el lector, entr¡; las ponencias unas fueron más sistemáticas
otras más bíblicas; unas más expositivas, otras más meditativas. Pero en todas
ellas los ponentes abordaron los temas con objetividad y seriedad conceptual,
y con un talante y lenguaje testimonial y espiritual. En cualquier caso, los
conceptos tenían pondus, peso, y aristas. No fueron discursos light y romos.
Por último, pensamos que las ponencias reflejan bien la perspectiva y
finalidad última del Congreso: conversión y esperanza. Lo primero expresa la
situación de la historia actual que exige conversión, lo que remite a una praxis
concreta. En palabras de Ignacio Ellacuría, hay que
revertir
la historia de una
sociedad gravemente enferma, para evitar un desenlace fatídico y fatal . Lo
segundo expresa una actitud evangélica fundamental: mantener, aunque sea
contra esperanza, la decisión en favor de la vida de los pueblos y el horizonte
de utopía. Fue esta siempre la actitud de monseñor Romero: Sobre estas ruinas
brillará la gloria del Señor .
Pedro Casaldáliga nos envió el texto que suele escribir en el aniversario de
monseñor Romero. Fue leído en el Congreso; todos y todas en En sus
bras finales mantiene la esperanza: Siempre y cada vez más, cuando mayores
sean los desafíos, viviremos la opción por los pobres, la esperanza 'contra toda
esperanza'. En el seguimiento de Jesús, Reino adentro . Y ante monseñor Romero
mantuvimos el compromiso con que termina don Pedro: Nuestra coherencia
será la mejor canonización de San Romero de América, Pastor y Mártir .
Ojalá este Congreso y es ta edición de nuestra revista ayuden a la mejor cano-
nización, no barata, sino cara, de monseñor Romero. Ojalá, junto con muchas
otras celebraciones de este aniversario, ayuden a la coherencia .
Rafael de Sivatte y Jon Sobrino
Departamento de Teología de la UCA
A los 3 años del martirio
de
San
Romero
Pedro Casaldáliga
Celebrar un jubileo de nuestro San Romero de América es celebrar un testi-
monio que nos contagia de profecía. Es asumir comprometidamente las causas,l a
causa
por
la que nuestro San Romero es mártir. Gran testigo él en el segu imiento
del Testigo mayor, el Testigo fiel, Jesús.
La
sangre de los mártires es aquel cáliz
que todos, toda. > podemos y debemos beber. Siempre y en todas las circunstancias
la memoria del martirio es una memoria subversiva.
Treinta años se pasaron de aquella eucaristía plena en la capilla del hospitalito.
Aquel día nuestro santo nos escribió: Nosotros creemos en la victoria de la
Resurrección . Y muchas veces dijo, profetizando un tiempo nuevo: Si me
matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño .
Y
con todas las ambigüedades de
la historia en proceso, nuestro San Romero está resucitando en El Salvador, en
nuestra América, en el mundo.
Este jubileo debe renovar en todos nosotros y nosotras una esperanza
crítica, pero invencible. Todo
es
gracia , todo es Pascua, si entramos a todo
riesgo en el 'misterio de la cena compartida, la cru z y la Resurrección.
San Romero nos enseña y nos cobra que vivamos una espiritualidad
integral, una santidad tan mística como política. En la vida diaria y en los
procesos mayores de la justicia y la paz, con los pobres de la tierra , en la
familia, en la calle, en el trabajo, en el movimiento popular y en la pastoral
encarnada. nos espera en la lucha diaria contra esa especie de mara mons-
truosa que es el capitalismo neo iberal contra el mercado omnímodo, contra el
consumismo desenfrenado. La Campaña de la Fraternidad de Brasil, ecuménica
este año, nos recuerda la palabra contunden te de Jesús: Ustedes no pueden
servir a dos señores, a Dios y al dinero .
* Texto que don Pedro Casaldáliga envió al pueblo salvadoreño en ocasión del 30.
0
aniversario del martirio de monseñor Romero y que el
P.
Jon Sobrino leyó durante el
Congreso de Teología.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVISTA LATINOAMERICANA
DE TEOLOGÍA
Respondiendo a aquellos que, en la sociedad y en la Iglesia, intentan desmo-
ralizar la Teología de la Liberación, el caminar de los pobres en comunidad, ese
nuevo modo de ser Iglesia, nuestro pastor y mártir replicaba: Hay un 'ateísmo'
más cercano y más peligroso para nuestra Iglesia:
el
ateísmo del capitalismo,
cuando los bienes materiales se erigen en ídolos y sustituyen a Dios
Fieles a los signos de los tiempos, como Romero, actualizando los rostros de
los pobres y las urgencias sociales y pastorales, debemos subrayar en este jubileo
causas mayores, verdaderos paradigmas algunas de ellas.
El
ecumenismo y el
macroecumenismo, en diálogo religioso y en koinonía universal. Los derechos de
los emigrantes contra las leyes de segregación. La solidaridad e intersolidaridad.
La
gran causa ecológica (precisamente, nuestra Agenda Latinoamericana de
este año está dedicada a la problemática ecológica, con un título desafiador:
Salvémonos con el Planeta ).
La
integración de nuestra América. Las campañas
por la paz efectiva denunciando el creciente militarismo y la proliferación de las
armas. Urgiendo siempre unas transformaciones eclesiales, con el protagonismo
del laicado, que pidió Santo Domingo, y la igualdad de la mujer en los minis-
terios eclesiales. El desafío de la violencia cotidiana, sobre todo en la juventud,
manipulada por los medios de comunicación alienadores y por la epidemia
mundial de las drogas.
Siempre y cada vez más, cuando mayores sean los desafíos, viviremos la
opción por los pobres, la esperanza contra toda esperanza . En el seguimiento
de Jesús, Reino adentro. Nuestra coherencia será
la
mejor canonización de San
Romero de América, Pastor y Mártir.
La Iglesia que nace de la Pascua
Seguimiento de Jesús opción
por los pobres
Xavier Alegre,
Centro de Reflexión Teológica, San Salvador,
Facultad de Teología de Cataluña, Barcelona
Introducción
Quiero empezar recordando unas palabras que dijo monseñor Romero en su
última homilía, comentando el Evangelio de Juan que acababa de leer:
Se nos advierte que de nada le sirve al hombre ganar todo el mundo si se
pierde a sí mismo. No obstante, la espera de una tierra nueva no debe amortiguar,
sino más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde
crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna manera
anticipar un vislumbre del siglo nuevo para esta tierra. Por ello, aunque hay
que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de
Cristo, sin embargo,
el
progreso temporal, en cuanto puede contribuir a ordenar
m ~ o r la sociedad humana, interesa en gran medida al Reino de Dios.
Estas palabras muestran la perfecta sintonía que unía a Mons. Romero con
Jesús y con las Iglesias que nacieron de la
Pascua. Y esta sintonía me parece
importante porque estas Iglesias son, gracias al testimonio que nos ha quedado
de ellas en los Evangelios, el punto de referencia fundamental, el criterio
de discernimiento evangélico, para toda Iglesia cristiana. Y si algo aparece
claramente en ellas
es
que son Iglesias que toman conciencia de que han de estar,
como lo estuvo Jesús, al servicio del Reino de Dios cfr. Lc 8,
1 .
De hecho, los Evangelios nos enseñan, sin lugar a dudas, que el Reino de
Dios, tal como lo promovió Jesús, debe ser la tarea fundamental de toda Iglesia
que se precie de ser fiel a Cristo cfr. Mt 4, 17; 10,7).
1
Homilfas. Monseñor Óscar A. Romero, vol. VI, San Salvador, 2009, p. 136.
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EVISTA LATINOAMERICANA
DE TEOLOGÍA
En los Evangelios, el Reino de Dios, que siempre es más grande, por ser de
Dios y superar cualquier realidad humana, es don gratuito de Dios y tarea a la vez.
Por un lado, es don que hay que pedir cfr. Mt 6, 10) humildemente, cons
cientes de que, en un mundo profundamente marcado por la injusticia personal
y estructural, lograr que Dios reine es algo que supera las fuerzas meramente
humanas y pide, por tanto, conversión. Sólo Dios, para.
q1liell
todo es posible
cfr. Mc
10,
27), puede hacer que el Reino de Dios sea una realidád plena en un
mundo dominado por la injusticia y en el que las inmensas mayorías empobrecidas
son las grandes víctimas de la historia. Por eso, porque el Reino es ante todo don
de Dios, monseñor Romero, siguiendo a Jesús cfr. Lc 5, 16; 6, 12; 11, 1-4), pasó
largas horas de oración llenándose de Dios y buscando la fuerza para promover
el Reino.
Pero, por otro lado, el Reino es también tarea que hay que realizar. Al fin y
al cabo, esto es lo que hizo Jesús, que estaba convencido de que había que poner
signos en este mundo de que Dios ya está reinando dinámicamente. Los milagros
cfr.
Lc
11,
20),
Y
el hecho de que su actuación era una buena noticia para los
pobres
cfr.
Mt 11,2-6), son un testimonio de ello. Pues aunque el Reino de Dios
"no es de este mundo"
cfr.
Jn
18, 36),
es decir, no comparte la lógica de este
mundo injusto, sin embargo, sí está en este mund02. todo el que es de la verdad
escucha la voz de Jesús y se deja configurar por la Verdad cfr. Jn 18,37), que es
Jesús mismo
cfr.
Jn
10,
6).
Ese doble aspecto lo entendió muy bien monseñor Romero, que supo unir
la dimensión trascendente del Reino con la inmanente. Cuando decía en su
última homilía que había que "distinguir cuidadosamente progreso temporal y
crecimiento del reino de Cristo", aludía a la dimensión trascendente del Reino.
Pero cuando añadía que "sin embargo, el progreso temporal, en cuanto puede
contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al Reino
de Dios", recordaba el aspecto inmanente del Reino de Dios, tal como
10
predicó
y encarnó Jesús. Por eso monseñor Romero supo, como Jesús, poner signos
palpables para los empobrecidos y excluidos de este mundo de que el Reino de
Dios ya se estaba haciendo presente prioritariamente para ellos, aunque no fuera
aún una realidad plena y definitiva.
Es bueno, por tanto, que empecemos este congreso, en el que recordamos
con cariño el
testimonio martirial de monseñor Romero, recordando cómo fue la
Iglesia que nació de.Ja Pascua, una Iglesia a la que monseñor Romero quiso ser,
y fue, siempre fiel. Fundamentalmente, fue una Iglesia totalmente impactada por
2. Cfr. X. Alegre,
Mi
reino no es de este mundo'
(Jn 18,
36). ConJlictividad de la
existencia cristiana en el mundo según el cuarto Evangelio", Estudios Eclesiásticos
54 (1979), pp. 499-525 (también en Id., Memoria subversiva esperanza para los
pueblos crucificados, Madrid, 2003, pp. 309-333).
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
la figura de Jesús de Nazaret, por su vida, su muerte y su resurrección. Por ello
fue una Iglesia que se sintió llamada, ante todo, a seguir a Jesús y a optar p or los
pobres, tal como lo había hecho
el
Maestro.
Jesús había dado su vida, esperando, contra toda esperanza meramente
humana, que Dios acabaría reinando en el mundo, pues con él Dios ya estaba
actuando decisivamente
en
la tierra cfr.
Mc
1, 15). Y, a la vez, lo hizo con
la certeza de que, como consecuencia de su actuación, un día Dios reinaría
plenamente
cfr.
Mc
13,
24-27.28-37. También lo entendió así Pablo, según 1
Cor
15,
20-28). Sería realidad, entonces, el cIelo nuevo y la tierra nueva en el
que no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo se habrá
desvanecido cfr. Ap 21,1-4).
Por ello, la Iglesia que nació de la Pascua fue una Iglesia que se distinguió
por tres cosas:
(1)
recuperó la
memoria
de Jesús, que había puesto toda su vida
al servicio del Reino de Dios; (2) puso a producir a la muerte de Jesús en la cruz,
testimonio martirial del amor sin límites y gratuito del Hijo; y (3) dio testimonio
de que Jesús seguía vivo, porque Dios había resucitado al Crucificado, dando la
razón a la Víctima frente a sus victimarios. Tres aspectos que fueron también
decisivos para la eclesiología que vivió y fomentó Mons. Romero.
1. Recuperar la memoria de Jesús, que puso su vida al servicio del Reino
de Dios
Lo primero que hizo la Iglesia que nació de la Pascua fue proclamar la
Resurrección del Crucificado como fundamento y garantía de la salvación
cfr.
Rom
10,
9). Es el núcleo del
kerigma
(predicación) de la primera Iglesia. El
mismo Pablo recuerda que él lo ha recibido de la tradición de la Iglesia que había
nacido de la Pascua
cfr.
1 Cor
15, 1-5).
Pero por las tradiciones que recogieron los cuatro Evangelios podemos saber
que, gracias a Pedro y a los demás discípulos y discípulas de Jesús, se recuperó
también la palabra y la vida pública de Jesús, partiendo del hecho de que
Jesús empezó a actuar por su cuenta, según Marcos, el Evangelio más antiguo,
cuando vio que metían en la cárcel y asesinaban a su maestro Juan Bautista
cfr.
Mc
1, 14-15)3.
Solo que ahora, después de la experiencia de la Pascua, la
cruz
y la
Resurrección les abrieron los ojos de la
fe
a los discípulos para
o m p r ~ n d e r
en
profundidad lo que en vida de Jesús les había costado comprender
cfr.
Mc 8,
17-21.31-33).
3.
También aquí podemos ver un paralelismo entre la vida de Jesús
y
la de monseñor
Romero, pues
\ J.e
precisamente el asesinato del
P.
Rutilio Grande lo que provocó un
cambio radicáfen la actuación pastoral del arzobispo de San Salvador.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
http://slidepdf.com/reader/full/congreso-internacional-de-teologia 8/83
144
145
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
Fue el don del Espíritu (cfr. Hch 2) lo que les capacitó para entender, en
primer lugar, la Escritura (cfr. Lc 24, 45-49), es decir, para comprender cómo el
Antiguo Testamento iluminaba la dimensión más honda de Jesús en su relación
con el Padre y en su relación con el mundo.
Y, a la vez, el Espíritu, además de recordarlesconfidelidaciloque Jesús había
hecho, les ayudó a actualizarlo (cfr. Jn 14,25-26; 16,12-13), primero en Jerusalén
y,
luego, en las Iglesias que fueron naciendo a 1 largo del espacio y del tiempo
(cfr. Jn 15,26-27; Hch
1,8 .
Por eso para Lucas, que ve a los Doce Apóstoles
como los garantes de la fidelidad de la Iglesia a su Maestro, solo pueden
formar parte de este círculo aquellas personas que han sido testigos de la vida
pública de Jesús y de su resurrección, desde Juan Bautista hasta la Ascensión
(cfr. Hch 1, 21-22).
La
recuperación de la memoria de Jesús fue decisiva, por tanto, para la Iglesia
que nació de la Pascua. Y lo siguió siendo cuando, al ir muriendo los primeros
testigos, se corrió el peligro de tergiversar y manipular el mensaje de Jesús, tal
como lo hicieron un poco más tarde los Evangelios apócrifos
•
Por ello, la recuperación de esta fidelidad a la memoria de Jesús fue la gran
aportación teológica del primero de los evangelistas hacia los años 70. Tal como
nos muestra el Evangelio de Marcos, seguido luego por los otros evangelistas, la
recuperación de la vida de Jesús es un criterio fundamental de discernimiento de
la fe cristiana, pues no se puede comprender la muerte y la Resurrección de Jesús
al margen de lo que fue su vida.
Para la primera Iglesia
¡y
para toda Iglesia, en principio ) no resultaba fácil
entender, y mucho menos encarnar en la propia vida, el proyecto que Jesús había
vivido. Él había sido un hombre extraordinario. Sin su apoyo en el día a día,
resultaba difícil para los discípulos vivir lo que habían vivido con él. Verle morir
en una cr uz favorecía el desaliento. Pero los primeros compañeros y compañeras
de Jesús lograron, gracias a la experiencia pascual y a la presencia del Espíritu
en medio de la comunidad, encontrar la fuerza que necesitaban para continuar el
proyecto de Jesús. Y se llenaron de esperanza.
1.1. l impacto de
l
persona de Jesús
A los primeros compañeros y compañeras de Jesús la persona de Jesús
les había llegado al 'corazón. Su entrega generosa al servicio de los enfermos,
pobres y marginados (cfr. Mt 8-9), su valentía para denunciar la injusticia de los
poderosos, causante de los males de las mayorías empobrecidas (cfr. Mc
26; Mt 23, 1-12; Lc 13, 31-32), su palabra iluminadora, llena de vida eterna
4, Cfr. X. Alegre, El Evangelio de Judas. ¿Un quinto Evangelio auténtico?, San
Salvador, 2006.
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
(cfr. Jn 6, 68; Mt
5,
3-10), fue algo que había marcado definitivamente su vida. No
es entonces casual que, según los Hechos de los Apóstoles, Pedro resumiera así
la vida de Jesús, en un discurso programático: "Pasó por el mundo haciendo el
bien y curando a los oprimidos por el diablo" (Hch
10,
38). El diablo simboliza
aquí todas las fuerzas del mal que se oponen
al
Reino de Dios y oprimen a los
seres humanos. Frente a ellas, la actuación de Jesús había sido sanadora y liberadora
(cfr.
Mc 1,21-28.32).
Por eso Lucas, el tercer evangelista, no duda en resumir así el proyecto de
Dios que Jesús de Nazaret había venido a realizar en este mundo, mostrando que
en
él se habían cumplido
(cfr.
Lc 4, 20) las promesas del Antiguo Testamento
(cfr. Is 61, 1-2):
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la
buena noticia a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los
cautivos y dar vista a los ciegos, a libertar a los oprimidos y a proclamar un
año de gracia del Señor. (Lc 4,18-19.)
Se trata, por tanto, de un proyecto liberador, en continuidad con el proyecto
de Dios revelado en el Antiguo Testamento, que tiene como destinatarios privile
giados a los pobres. Pues, como muy bien expresó monseñor Romero, "la gloria
de Dios es el pobre que vive". Por ello, solo si los empobrecidos de la tierra
pueden vivir humana y dignamente, podemos pensar que Dios reina en la tierra.
Insisto en este aspecto porque eso, que es fundamental para comprender bien
el proyecto de Jesús, lo entendió y lo vivió generosa y coherentemente monseñor
Romero en su actuación pastoral al frente de la Iglesia de la arquidiócesis.
De
hecho, Jesús fue
un
hombre bueno, entregado generosamente a los
demás, revelando así el rostro misericordioso del Padre (cfr. Lc 15, 11-32).
Nunca marginó a nadie. Al contrario, puso
su
vida al servicio de los pobres y
marginados, a los que consideró como el objeto privilegiado del amor de Dios,
pues tenían la vida más amenazada. Los curaba (cfr. Mc 1, 40-45), los reconci
liaba con Dios y con los demás (cfr. Lc 7, 36-50), compartía la mesa con ellos
(cfr. Mc 2,
15-17;
Lc 15,
1-2),
los invitaba a que le siguieran (cfr. Mc
1,
14),
los amaba (cfr. Lc
15).
Apasionado, como lo estaba, porque Dios reinara
en el
mundo, puso toda su vida al servicio de este proyecto de liberación de los pobres
y marginados social y religiosamente.
Se trataba de un
p r o y e t ~ u e
tenía sus raíces
en
el Antiguo Testamento. Pero
precisamente porque su proyecto era el Reino de Dios, Jesús no sólo destacó por
su bondad y su generosidad, sino que se señaló también por su talante profético
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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147
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
que le llevó (y monseñor Romero lo aprendió de él) a denunciar la injusticia de
los poderosos. Y la denominó pecado 5.
Por ello le acusaron a Jesús de meterse en política
6
y de poner en peligro al
Imperio romano (de lo contrario, no hubiera muerto crucificado como un terro
rista más).
Pero Jesús denunció la injusticia precisamente para ser fiel a la voluntad
de Dios, tal como esta había sido expresada en el Antiguo Testamento. Se lo
recuerda a Juan Bautista, cuando este quiere oponerse a que Jesús sea bautizado
por él: Deja eso ahora, pues conviene que cumplamos lo que Dios ha dispuesto
(Mt 3, 15; cfr. 5, 17-20).
De todos modos, la actuación de Jesús nos plantea una pregunta crucial:
¿por qué no solo los milagros de Jesús, reflejo de la misericordia del Padre, sino
también la denuncia de la injusticia forman parte esencial de la Buena Noticia de
Jesús, del Evangelio, tal como lo comprendió muy bien monseñor Romero?
5.
Iluminado por Jesús, dijo monseñor Romero en el discurso que hizo con motivo
del doctorado honoris causa que le dieron en Lovaina: Pecado es aquello que dio
muerte al Hijo de Dios, y pecado sigue siendo aquello que
da
muerte a los hijos de
Dios. Esa fundamental verdad de la fe cristiana la vemos a diario en las situaciones
de nuestro país. No se puede ofender a Dios sin ofender al hermano. Y la peor ofensa
a Dios, el peor de los secularismos es, como ha dicho uno de nuestros teólogos: oo. el
convertir a los hijos de Dios, a los templos del Espíritu Santo, al Cuerpo histórico de
Cristo en víctimas de la opresión y de la injusticia, en esclavos de apetencias económicas,
en piltrafas de la represión política'''. Citaba al
P.
Ellacuría,EC 353 (1978), p. 123.
6. Una acusación de la que también Mons. Romero tuvo que defenderse a menudo.
Recordemos lo que dijo cuando le concedieron el doctorado en Lovaina: La dimen
sión política de
la
fe
no es otra cosa que la respuesta de la Iglesia a las exigencias del
mundo real socio-político en que vive la Iglesia. Lo que hemos redescubierto es que
esa exigencia es primaria para la fe y que la Iglesia no puede desentenderse de ella.
No se trata de que la Iglesia se considere a sí misma como institución política que
entra en competencia con otras instancias políticas, ni que posea unos mecanismos
políticos propios; ni mucho menos se trata de que nuestra Iglesia desee un liderazgo
político. Se trata de algo más profundo y evangélico; se trata de la verdadera opción
por los pobres,
dé'
encarnarse en su mundo, de anunciarles una buena noticia, de
darles una esperanza, de animarles a una praxis liberadora, de defender su causa y
de participar en su destino. Esta opción de la Iglesia por los pobres es la que explica
la dimensión política de su
fe
en sus raíces y rasgos más fundamentales. Porque
ha optado por los pobres reales y no ficticios, porque ha optado por los realmente
oprimidos y reprimidos, la Iglesia vive en el mundo de lo político y se realiza como
Iglesia también a través de lo político. No puede ser de otra manera
si
es que, como
Jesús, se dirige a los pobres .
LA IGLESIA QU E NACE DE LA PASCUA
La razón está en la misión que había recibido de Dios. Jesús vino en nombre
de Dios a anunciar que el plazo se ha cumplido. El Reino de Dios está llegando.
Conviértanse y crean en el Evangelio (Mc 1, 15).
Pero ¿a qué se refería Jesús, sin explicarlo más concretamente, cuando
anunciaba el Reino de Dios? La respuesta nos la aporta el Antiguo Testament0
•
1.2. El reinado de Dios en
el
Antiguo Testamento
Según el Antiguo Testamento, Dios había escogido a un pueblo, Israel, para
reinar en él
y,
a través de él, reinar en todos los pueblos de la tierra. Por eso, sólo
Dios es el auténtico rey de Israel
y,
cuando Israel quiere tener un rey, Dios indica
que no es a Samuel a quien el pueblo rechaza, sino a Dios mismo cfr. 1 Sam 8, 6-9).
Pero el Dios que se revela en el Antiguo Testamento, y con el que Jesús está
en íntima relación, hasta ser uno con Él
cfr.
Jn 10, 30; 14,
9-11),
es un Dios
compasivo y misericordioso, que escucha el clamor del pobre y del oprimido
(Ex 3), se identifica con él, y pone en marcha un proyecto liberador que muestre
que otro mundo es posible 8.
Dios muestra que reina en el mundo precisamente en el hecho de que,
siendo bueno y misericordioso con todas sus criaturas (Salmos 86, 15;
145, 9),
transforma una realidad histórico-social injusta en otra justa, en la que reina la
solidaridad y no hay pobres
cfr.
Dt 15, 4).
Pero para poder hacer realidad esa utopía, poniendo signos de ella ya en este
mundo, Dios necesita un pueblo que viva de acuerdo con lo que pide la Alianza
cfr.
Ex 19, 8) Y así se convierta en un reino sacerdotal , porque es el instru
mento del reinado de Dios en el mundo cfr. Ex 19, 6; Ap 1,6). La elección
del pueblo de Dios, por tanto (yeso vale obviamente también para la Iglesia,
que tiene su raíz en el pueblo de Israel, como subraya Pablo en Romanos 11),
no es la consecuencia de los méritos del pueblo cfr. Dt
7,
6ss), ni un privilegio
exclusivo, ya que Egipto y Asiria también son amados por Dios
cfr.
Is 19,
19-25),
sino un servicio a la liberación y salvación de todos los pueblos de la tierra
cfr.
Gn
12,
1-3).
Por eso, Dios le pide a Israel que, dando gracias por la liberación gratuita
que ha experimentado cuando era esclavo en Egipto cfr. Dt 26, 5-12), al llegar
7.
Este aspecto lo desarrollo más en mi artículo El Reino de Dios y las parábolas en
Marcos ,
Revista Latinoamericana de Teología
23 (2006), pp. 3-30 (reproducido en
mi libro
La palabra no está encadenada
San Salvador, 2009, pp.
191-230).
8.
Por eso, cuando un discípulo de Pablo proclama que Dios quiere salvar a todo el
mundo
cfr.
1 Tim 2, 4), no podemos ignorar este trasfondo veterotestamentario si no
queremos correr el peligro de espiritualizar indebidamente el proyecto salvador de
Dios, tal como Jesús nos lo reveló. (_
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48
49EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
a
la
tierra prometida cumpla lo que Dios le pide en la Alianza
cfr.
Ex 19,
5;
Dt 26, 18-19 .
Cumpli r la Alianza impl ica que. estructuren las leyes del pueblo de modo
que no haya pobres en medio de ellos cfr. Dt 15, 4 Y todo el cap. 15), porque
comparten cfr. Dt 26,13-14), perdonan las deudas cada 7
años y
cada 50 años
vuelven a repartir la tierra para que todas las familias tengan una posibilidad de
vivir humana y dignamente cfr. Lv
que, si Dios tiene tanto interés en que el pueblo guarde unas
leyes que protejan al pobre y al emigrante Dt 11-13 , es porque Dios se
caracteriza por ver el sufrimiento, oír el clamor del oprimido y acudir a liberarlo
cfr. Ex 3,7-10; Ex 14-15; SIlO,
17-18 .
Por eso el rey, si quiere ser un buen lugar
teniente de Dios, debe defender al pobre cfr.
SI
72, 1-4.12-14), posibilitando así
que Dios reine realmente.
Éste había sido el proyecto de Dios al escoger a IsraeL Pero cuando Jesús
apareció en Galilea, el pueblo de Dios no había conseguido cumplir con la tarea
que Dios le había encomendado. No había dejado a Dios reinar, sino que había
cambiado el Dios vivo por ídolos, como el poder y el dinero, que son la ruina
de las mayorías empobrecidas de este mundo. Profetas tan significativos como
Amós o Isaías no se habían cansado de denunciarlo cfr.ls 1, 10-31; Am 5-6).
Jesús recoge la antorcha de estos profetas, como aparece claramente en el
bautismo, donde toma conciencia de su vocación profética, marcada por la figura
del Siervo de Yahvé cfr. Mc 1,9-11 a la luz de Is 42, 1-2 . Piensa que Dios le
ha enviado a Israel para que, finalmente,
el
pueblo de Dios pueda dar el fruto
de salvación universal que Dios espera de él
cfr.
Mc 12,
1-12 .
Es, pues, en
este contexto, que Jesús quiso llamar a la conversión a este pueblo, anunciando
la Buena Noticia de que Dios, con él, ya estaba reinando cfr. Mc 1, 14-15).
Precisamente
el
hecho de que es Buena Noticia para los pobres y que ayuda a
los enfermos y marginados es señal de que él es el Profeta esperado por Israel
cfr.
Mt 11, 2-6). Este aspecto de Jesús, las Iglesias que nacieron de la Pascua lo
comprendieron muy bien y lo encamaron en sus vidas cfr. Mt 10, 7-8), convir
tiéndose así en modelo de lo que luego fue la actuación de monseñor Romero.
A la vez, Jesús, como los profetas, no se cansó de denunciar la injusticia y las
causas,
hoy
diríamos estructurales, que provocaban, ya en su tiempo, la marginación
de las mayorías empobrecidas de su pueblo. Y lo hace, a veces, con palabras
claras y duras que molestaron, como le ocurri6 también a monseñor Romero, a
las personas que él llamaba a la conversión:
¡Ay
de ustedes, los ricos , porque ya han recibido su consuelo. ¡Ay de ustedes,
los que ahora están hartos , porque tendrán hambre.
¡Ay
de ustedes los que
ahora ríen , porque tendrán aflicci6n y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres
LA IGLESIA
QUE
NACE DE LA PASCUA
hablen bien de ustedes , pues lo mismo hacían sus antepasados con los falsos
profetas. (Lc 6, 24-26.)
A modo de
conclusión
de esta parte, quisiera añadir, por último, que hay otro
aspecto de la actuaci6n de Jesús en la que este fue profundamente fiel al Antiguo
Testamento, un aspecto que también monseñor Romero supo encamar en su
actuación pastoral en la arquidiócesis de San Salvador. Me refiero a la unión
indisoluble que hay para Jesús entre el amor a Dios y al pr6jimo
cfr.
Mc 12,
38-44 con Dt 6 4-5 y Lv
Para Jesús es obvio que en el inicio de la vida cristiana se encuentra el amor
gratuito de Dios, un amor que, como explica muy bien san Pablo, se revela clara
mente en
el
hecho de que, cuando éramos pecadores, Cristo muri6 por nosotros
cfr.
m 5, 5-10). Pero se trata de un amor que pide respuesta por nuestra parte.
Por eso, para Jesús no respondemos al amor de Dios, no lo amamos realmente,
si no amamos al pr6jimo como a nosotros mismos
cfr.
Mc 12, 28-34 par). Por
eso es precisamente el amor al hermano, al prójimo, el que encama la voluntad
última de Jesús, su testamento cfr. Jn
13,34-35; 15,11-17).
De hecho, para Jesús la regla de oro, el criterio decisivo para poder ver si
cumplimos o no la voluntad de Dios, es el amor radical al prójimo: "Traten a
los demás como quieran que ellos les traten a ustedes, porque en esto consisten
la ley y los profetas" (Mt 7, 12 . Por eso, consciente de la importancia de esta
afirmaci6n de Jesús, la Iglesia que nace de la Pascua insiste también en la unidad
indisoluble del amor a Dios y al prójimo. Y en que el amar al prójimo como a
uno mismo es la quintaesencia de la voluntad de Dios expresada ya en el Antiguo
Testamento cfr. Rom 13,8-10).
De hecho, la Iglesia de Mateo fue aún más radical y concreta en esta identi
ficación de cuál es realmente la voluntad de Dios para su Iglesia. Pues termina
el último de los cinco grandes discursos de Jesús con una parábola que no tiene
desperdicio, ni debe ser manipulada. Nos dice que, cuando comparezcamos ante
Dios el día del juicio final, Jesús, el Hijo del hombre, nos preguntará
cfr.
Mt 25,
31-46) hasta qué punto hemos sido solidarios y hemos liberado de su sufrimiento
a los pobres y marginados. Más aún, nos dirá que él se ha identificado plena
mente con los que consideramos a veces los más pequeños, con los que padecen
hambre y sed, sufren desnudez y están enfermos o en la cárcel. Y subraya que
Dios nos iuz¡rará por nuestro comportamiento frente a ellos, y no por determi
por más solemnes que hayan sido.
Este último aspecto, que fue fundamental para la Iglesia de Mateo, monseñor
Romero supo encarnarlo bien en su actuación pastoral al servicio prioritario de
los pobres y excluidos por un sistema económico, político, y a veces religioso,
iqjusto, que provocaba, como ya ocurría en el tiempo de Jesús, el sufrimiento y la
muerte de las mayorías empobrecidas de su arquidiócesis y de su
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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151
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOJJOGíA
Y,
a
la
vez, monseñor Romero
9
como Jesús, y este aspecto lo ha subrayado
sobre todo la Iglesia de Lucas cfr. Lc 16, 13), no se cansó de interpelar a los ricos
y a los causantes del sufrimiento injusto de las mayorías populares, para
que se
convirtieran, como Zaqueo
cfr. Lc
19, 1-8). Y para que se abrieran a
la
Buena
Noticia del Reino dedos maneras: compartiendo sus bienes con los necesitados
y transformando unas estructuras económicas y políticas, que eran las causantes
de
tanto sufrimiento innecesario. Pa ra Jesús es evidente que no se pue de servir al
mismo tiempo a Dios y al Dinero cfr. Lc
16, 13).
Con ello, Jesús
está
haciendo
alusión a un pecado que hoy llamamos "estructural", y que puede afectar a todo
el mundo, porque tiene sus raíces en el pecado personal que no nos deja ver,
ni
tratar, a todas las demás personas como hermanos y hermanas.
1.3. Continuidad entre Israe l
y
la Iglesia
Es, entonces, en este contexto del Reino de Dios donde aparece
la
continuidad
entre Israel y la Iglesia que nace de la Pascua cfr. Romanos
Llama
la
atención que Jesús,
de
entrada, no intentó fundar una Iglesia. Es
algo obvio.
La
Iglesia, el pueblo de Dios, ya existía.
El
había venido más bien
a cumplir las promesas hechas por Dios a su pueblo en el Antiguo Testamento
y, por tanto, a reunir las ovejas perdidas
de
la casa de Israel cfr. Mt 9, 36-38),
tal como había prometido Dios a través del profeta Ezequiel
cfr.
Ez 34). Jesús
sabía que Dios había escogido a Israel, por pura gracia cfr.
Dt
7, 6ss), para que
se convirtiera en
una
luz y
en
una bendición para todos los pueblos
de
la tierra
cfr. Gn 12,
1-3).
Y que debía serlo por su estilo de vida, alternativo a los falsos
valores
de
este mundo, mostrando, con su modo de vivir, que "otro mundo es
posible", un mundo en e l que no hubiera pobres porque hasta las leyes del pueblo
los protegían. Y porque todos comparten lo que tienen con los más pobres
cfr.
Dt
26, 11ss), a fin de poder erradicar
la
pobreza de este mundo, donde los
empobrecidos son mayoría.
Todo el sermón
de la
montaña cfr. Mt 5-7) quiere ser una radicalización de
estos valores que resultan alternativos, contraculturales, para un mundo egoísta.
9.
Recojo aquí s610 un texto significativo: "Un llamamiento a la oligarquía. Les repito
lo que dije la otra vez: No me consideren juez ni enemigo. Soy simplemente
l
pastor,
el
hermano,
el
amigo de este pueblo, que sabe de sus sufrimientos, de sus hambres,
de sus angustias; y, en nombre de esas voces;
yo
levanto mi voz para decir: no idola
tren sus riquezas, no las salven de manera que dejen morir de hambre a los demás,
compartir para ser felices. El cardenal Lorscheider me dijo una comparación muy
pintoresca: 'Hay que saber quitarse los anillos para que
no
le quiten los dedos'. Creo
que es una expresión bien inteligible. El que no quiere soltar los anillos se expone
a que le corten la mano; y
l
que
no
quiere dar por amor y por justicia social
se
impone a que se
10
arrebaten por violencia" (Homilía del 6 de enero de 1980).
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
Pero son estos valores· precisamente los que la Iglesia, como pueblo
de
Dios,
está llamada a encarnar para poder ser así sal de
la
tíerra y luz del mundo
cfr.
Mt 5, 13-16).
No es casual, entonces,
en
este contexto, que, sorprendentemente
para
la
lógica
de
este mundo (una lógica a la que Israel desgraciadamente demasiado
a menudo había sucumbido, ¡lo cual es una advertencia para la Iglesia ), Jesús
no quisiera realizar el proyecto liberador desde el poder, sino desde el servicio,
simbolizado
por
la figura misteriosa del Siervo de Yahvé, que carga con las
consecuencias del pecado y así nos libera
cfr.
Mt
8, 16-17; 12, 15-21).
Sin embargo, Jesús actúa con una autoridad,
diríamos
' ~ m o r a l l O , que
sorprende a sus mismos compañeros y compañeras, porque ~ u p e r con creces
la autoridad de los escribas y fariseos cfr. Mc
1,
22.27; Mt 7, 28-29). Era una
autoridad que brotaba
de
su unión íntima con Dios, al que llamaba familiarmente
Abbá, papá
querido". Y con el que entraba, como hará luego también monseñor
Romero, en relación profunda en largas horas de oración
cfr.
Mc 1,35;
Lc
5, 16;
11,
1-4; 22, 39-46, etc.).
Desgraciadamente, el anuncio de
la
venida del Reino de Dios,
tal
como
Jesús lo encarnaba, provocó la división entre la gente
cfr. Le
2, 34-35). Por un
lado, provocó el entusiasmo entre el pueblo (sobre todo en los inicios: cfr. Mc
1,
28.37.45;
2,2;
3, 7.20; 4,
1;
6,31-34). Y fue así porque "pasó haciendo el bien y
sanando a los oprimidos por el diablo" (Hch
10;
38;
cfr.
Mt 8-9).
Pero pronto provocó también
oposición
entre sus adversarios
cfr.
Mc 3, 6),
una oposición que cada vez fue creciendo más, como le ocurrió a monseñor
Romero. Pero a medida que creció
la
oposición, Jesús fue radicalizando su
predicación
cfr.
Mc 8,31-10,45) para evitar malentendidos
cfr.
Mc 8,27-30). Y
él mismo se marginó con los marginados
cfr. Lc 9,
57-58) para acabar muriendo
en
una cruz, como un marginado más
de
este mundo.
2. Poner a producir su martirio, su muerte en la cruz, testimonio máximo
de amor
La
muerte de Jesús en
la
cruz, por amor a la humanidad y al Padre, es el
fundamento del amor cristiano. Y
la
expresión máxima del amor
de
Dios a la
humanidad cfr. Jn 3, 16). De hecho, nadie ama más que el que
da la
vida por los
demás
cfr.
Jn 15,
13).
Pero, ¿por qué tuvo que morir Jesús? ¿Cómo pudieron acusarle
de
blasfemo
y terrorista? ¿Por qué son calumniados y tienen que morir, al igual que Jesús,
profetas y pastores tan maravillosos como monseñor Romero?
10.
¡También monseñor Romero tuvo una autoridad moral indiscutible
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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153
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍ
Cuando la Iglesia que nace de la Pascua se pregunta por qué Jesús, que fue
un hombre lleno de bondad y de compasión, un hombre que transparentaba la
misericordia del Padre cfr. Lucas 15), tuvo. que morir en una cruz, llega a la
conclusión de que fue la injusticia personal y estructural que domina nuestro
mundo la que quiso acabar con Jesús. En eso coinciden todos los Evangelios.
Como dice muy bien
J.
L González Faus, Jesús tuvo que morir porque los
hOmbres matamos . Y Jesús quería poner punto final a esta espiral de violencia
que tanto sufrimiento innecesario provoca en el mundo.
Pero fue también el 'amor fiel de Jesús al proyecto del reinado de Dios lo que
hizo que Jesús estuviera dispuesto a morir en una cruz, antes que abandonar el
proyecto liberador que el Padre le había confiado. Y en eso, monseñor Romero
también le siguió.
Jesús no buscó, de entrada, la confrontación. Pues, como acabamos de ver,
quería reunir, por encargo del Padre, las ovejas perdidas de la casa de Israel
cfr. Mc 6, 34) y reconstituir el pueblo de Dios, tal como Dios había prometido
en
el
Antiguo Testamento cfr.
Ez
34; Lc 15, 3-7). Pero
el modo
omo
hacía presente el Reino de Dios
se fue volviendo cada vez más
conflictivo
cfr. Mc 2, 1-3,6; 6, 1-6a), escandaloso para los que no se querían convertir a la
Buena Noticia del Reino de Dios, y difícil de entender y de vivir para los que
querían seguirlo cfr. Mc
8,
32-33; 9, 32ss; 10,42-45). Pues la lógica de Jesús, que
es una lógica configurada por el amor gratuito de Dios cfr. Rom 5, 6-1L20b),
no era evidentemente la lógica de este mundo, como le recuerda Jesús a Pedro,
cuando este se opone a que Jesús pueda morir en una cruz
cfr.
Mc 8, 21-33;
cfr. también Mt 20,
1-16;
25, 31-46; Lc
14,
15-24).
Es muy significativo que cuando Marcos quiso indicar por qué Jesús encontró
una oposición tan radical hasta el punto de que quisieran asesinarlo, da una
respuesta muy sencilla: porque puso el bien del ser humano como criterio deci
sivo para cumplir la voluntad de Dios.
El amor al prójimo en necesidad expresa algo tan fundamental y sagrado que
puede pasar incluso por encima de leyes tan importantes para Israel como la ley
de Dios que mandaba guardar el sábado cfr. Ex 20,
8-11).
Pues, si en Mc
3,
6
los partidarios de una religiosidad tan popular y comprometida, como la de los
fariseos, y los políticos, partidarios del rey Herodes, deciden matar a Jesús, ello
se debe a que ha curado en sábado a un hombre que tenía la mano paralizada
cfr. Mc 3,1-5). Y una religión que prioriza el bien del pobre y del necesitado, por
lo visto, no les interesa, más aún, les resulta peligrosa para sus propios intereses.
Por otro lado, y como acabamos de ver en el Evangelio de Mateo, lo que Dios
espera de cualquiera de las personas que formamos su Iglesia, es que seamos
solidarios de todas las personas marginadas, empobrecidas y que padecen
1)ecesidad. Según Jesús, ellas son el gran sacramento que nos pone en contacto
L IGLESI QUE
NACE
DE L
PASCUA
con él, identificado precisamente con ellas y no con los sacerdotes del Templo
de Jerusalén o con las personas poderosas y socialmente significativas en el
pueblo de Dios cfr. Mt 25, 31-46). Por eso, la opción por los pobres, que tan bien
supieron explicitar Medellín, Puebla y Aparecida, está en
el
corazón mismo de la
revelación del Nuevo Testamento. Y de toda Iglesia que quiera ser fiel seguidora
de Jesús.
De hecho, fue Marcos el primer evangelista que puso por escrito esa toma
de conciencia de que era precisamente el modo de vida que Jesús había llevado,
y la predicación concreta que había hecho, lo que había provocado que tuviera
que morir en una cruz, condenado por las autoridades políticas, económicas y
religiosas de su mundo.
Yeso
le pareció a Marcos tan fundamental, que estructura todo su Evangelio
de modo que la sombra de la cruz penda sobre toda la obra
•
Pues a medida
que va quedando cada vez más claro que el modo como Dios va a reinar no es
creando un reino poderoso, alternativo al de los romanos, sino liberando al pobre
y al oprimido, la oposición va creciendo.
En eso, la vida de monseñor Romero se pareció a la de Jesús. Lo formuló muy
agudamente, con su clarividencia habitual, Ignacio Ellacuría en 1985, cuando la
VC le concedió a Romero el doctorado honoris causa:
En una sociedad configurada por los poderes de la muerte, él [monseñor
Romero], que era promotor de los principios de la vida, no pudo ser tolerado.
Como la de su gran maestro Jesús de Nazaret, su misión pública al frente
del arzobispado sólo duró tres años. Reunidos los poderes de las tinieblas,
decidieron acabar con quien, como en el caso de Jesús, fue acusado de andar
soliviantando a la gente desde Galilea hasta Judea, desde Chalatenango hasta
Morazán. Y 10 acallaron de un tiro mortal porque el pueblo no hubiera permi
tido que lo crucificaran en público. Sólo así pudieron acallar al profeta. Pero
ya para entonces la semilla había fructificado y su voz había sido recogidá
por miles de gargantas que con Monseñor habían recobrado su voz perdida.
Los sin voz ya tenían voz, la suya y la de Monseñor. Y al quedar huérfanos,
podían alcanzar
su
mayoría de edad convertirse así [Monseñor] en padre de
nuevos hijos, innumerables como las arenas del mar. Y es que el asesinado
era un mártir. Lo mataron porque iluminaba y denunciaba desde l Evangelio
los males del país y a quienes los perpetraban, pero murió porque el amor de
Dios y el amor del pueblo le estaban pidiendo dar su vida en testimonio de lo
que creía y de lo que practicaba. Por eso resucitó en el pueblo por el que había
11. X. Alegre, Marcos o la corrección de una ideología triunfalista. Pautas para
la lectura de un Evangelio beligerante comprometido ,
Revista Latinoamericana
de Teología 2 (1985), pp. 234 Y ss. (también en Id., Memoria subversiva, óp. cit.,
pp. 96 YS8.).
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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155
EVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGÍA
muerto, y por eso esperó también la resurrección cristiana
en
la que confiaba
sin asomo de duda.
Ante la realidad de la muerte y Resurrección de Jesús, la Iglesia que nace
de
la
Pascua toma conciencia de que la manera como puede poner a producir
todo el amor que ha quedado testimoniado en la cruz de
e ~ ú s
es prosiguiendo el
proyecto por el que él había dado la vida. Por eso no es casual que, pa ra explicar
10
que significó para sus discípulos la pascual , todos los
contaran, desde la luz de
la
Pascua, lo que había sido
la
vida de Jesús, que le llevó
a la cruz y a la Resurrección. Y es muy significativo que fuera precisamente el
primer evangelista (seguido, luego, por los demás evangelistas) el que quiso recu
perar toda la vida de Jesús situándola en el marco de un llamamiento a
seguir a
Jesús
cfr. Mc 1, 16-20 con 16, 7). Un seguimiento que implicaba, como en Jesús,
la
opción por los pobres.
De todos modos, llama la atención, ante la creciente oposición que va encon
trando Jesús, que el Maestro no se desalentara, ni abandonara o edulcorara el
proyecto que Dios le había confiado. Ante la creciente oposición, incluso por
parte de los (sumos) sacerdotes del pueblo de Dios, Jesús no renuncia a anunciar
el Reino, porque piensa que el esfuerzo merece la pena, ya que el Reino de Dios
es como un tesoro, una perla preciosa, por el que vale la pena renunciar a todo lo
demás cfr. Mt 13,44-46).
Y, por otro lado, no se deja desalentar por los fracasos aparentes que acom
pañan su actuación y que le llevan a tomar conciencia de que acabarán asesinán
dolo. Pues desde su honda relación con Dios, y en eso fue seguido por monseñor
Romero, piensa que hay motivos para tener esperanza, aunque el éxito superficial
no acompañaba su actividad cfr. Mc 4, como después tampoco acom
pañará la de las Iglesias que vayan naciendo de la Pascua. Estas Iglesias serán
también perseguidas cfr. Mc 13,9-13; Mt 10, 16-33; Lc 21,12-19), como lo había
sido su Maestro cfr. Jn
15, 18-21). De
hecho, Jesús siguió, a pesar de la creciente
oposición y de las amenazas de muerte, fiel a
su
proyecto yen esto fue seguido
también por monseñor Romero), porque estaba convencido de que el Reino es
algo que está en manos de Dios y tiene una fuerza imparable, como la semilla
que crece por
sí
sola cfr. Mc 4, 26-29).
Pero mantener firme la esperanza en medio de los fracasos aparentes y de la
oposición creciente no resultaba nada fácil. Como tampoco resulta fácil seguir
a Jesús en su opción preferente por los pobres y en la denuncia de la injusticia.
Por esto las Iglesias que nacen de la Pascua insisten, basándose en la enseñanza
de Jesús, en que para poder vivir trabajando por el Reino hay que convertirse
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
continuamente y perseverar en la oración, como muy bien lo comprendió más
tarde monseñor Romero
12
•
Jesús, en todo caso, no se arrugó ante las amenazas de muerte. Más aún,
confió en que su entrega generosa por el proyecto del Reinado de Dios sería
semilla
fecunda que
haría
que el Reino
pudiera
desarrollarse plenamente
Jn 12, 24). Y aunque fue muy lúcido y anunció que acabarían matándolo
Mc 9, 31; 12, 6-8), anunció también que la muerte no sería la última palabra
de Dios sobre él, sino que Dios le resucitaría personalmente, de modo que, como
recuerdan los Evangelios, acabaría convirtiéndose en
la
piedra angular sobre la
que se edificaría la Iglesia que nacería de la Pascua cfr.
Mc
12, lO-In. Por eso
entregó su vida libre y generosamente
cfr.
Jn 10,
17-18 .
Esa
generosidad frente a la propia muerte y l a confianza de que ésta no sería
inútil, sino que serviría para la realización del proyecto salvador de Dios, es la
que inspiró sin duda a monseñor Romero cuando, al prever que lo iban a matar,
expresó su fe en Dios, que resucita a los muertos, y confió en que resucitaría en
el pueblo salvadoreño:
He
sido frecuentemente amenazado de muerte. Debo decirle que como
cristiano no creo en la muerte sin resurrección; si me matan, resucitaré en
el pueblo salvadoreño. Se lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande
humildad: como pastor estoy obligado por mandato divino a dar la vida por
quienes amo, que son todos los salvadoreños; aun por aquellos que vayan a
asesinarme. Si llegaran a cumplirse las amenazas, desde ya ofrezco a Dios mi
sangre por la redención y resurrección de El Salvador.
El martirio es una gracia que no creo merecer; pero si Dios acepta el sacri
ficio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la
esperanza será pronto una realidad. Mi muerte, si es aceptada por Dios, sea
por la liberación de mi pueblo y como un testimonio de esperanza en el
futuro. Puede decir usted, si llegasen a matarme, que perdono y bendigo
a
quienes 10 hagan; ojalá sí se convenzan de que perderán su tiempo. Un obispo
morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás.
12.
Monseñor Romero dijo en su homilía el 13 de noviembre de
1977:
Yo, que les estoy
hablando, necesito convertirme continuamente. El pecador,
el
religioso, la religiosa,
el colegio católico, la parroquia, el párroco, la comunidad, la Iglesia, pues, tiene que
convertirse a
lo
que Dios quiere en este momento de la historia de El Salvador. Si
uno vive en un cristianismo que
es
muy bueno, pero no encaja con nuestro tiempo,
que no denuncia las injusticias, que
no
proclama el Reino de Dios con valentía, que
no
rechaza el pecado de los hombres, que consiente, por estar bien con ciertas clases,
los pecados de esas clases, no está cumpliendo
su
deber, está pecando, está traicio
nando su misión .
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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156
157
EVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGíA
3. Dar testimonio de que Dios resucitó a Jesús, el Crucificado, daudo la
razón a la Víctima frente a los victimarios
La Resurrección de Jesús es el fundamento de la esperanza cristiana
cfr. 1 Cor 15, 13-14). De hecho, el aparente fracaso de Jesús muriendo en una
cruz podía llevar a pensar que Dios
no
estaba con él Y que su vida. por.tanto, no
merecía la pena. Jesús habría sido, al menos para· sus amigos, tan sólo una más
de las numerosas personas buenas e idealistas en la historia, que han acabado
víctimas de los poderes constituidos de este mundo, que tan a menudo se dejan
dominar por el egoísmo
cfr.
Mc 10,
42).
Pero la experiencia de la Resurrección cambió radicalmente la visión de la
muerte de Jesús. En la conciencia de los amigos y amigas de Jesús, profunda
mente marcados por la religión judía, la Resurrección implicaba que Dios había
tomado partido a favor de Jesús. Y si Dios había dado la ra7,ón a la Víctima frente
a los victimarios, ello significaba que valía la pena vivir como Jesús vivió. Y que,
al final,
el
bien, que Jesús había encarnado en su vida, triunfaría sobre el mal.
Reflexionando sobre el significado de la Resurrección de Jesús, Jon Sobrino
saca una consecuencia importante:
Dios ha resucitado a quien, por haber vivido de una determinada manera,
había sido crucificado. En una palabra, Dios ha resucitado a un justo e
inocente
y,
por ello, a una víctima. La Resurrección de Jesús, pues, no es sólo
símbolo de la omnipotencia absoluta de Dios -como si Dios hubiese deci
dido arbitrariamente, sin conexión con la vida y el destino de Jesús, mostrar
su omnipotencia y revelarse así como Dios-, sino que es presentada como la
defensa que hace Dios de la vida del justo y de las víctimas.
Por eso se puede afirmar que la Resurrección de Jesús es una Buena Noticia
para las víctimas. Y la garantía de que Dios les hará justicia. A la vez que una
invitación a vivir tal como Jesús había vivido en su vida pública.
Fijémonos en que esta experiencia fundamental posibilitó el nacimiento de la
Iglesia después de la Pascua. Los discípulos tomaron conciencia del gran privi
legio que habían tenido al poder ser testigos de la vida de Jesús, de su modo de
hablar de Dios y de su acción liberadora, generosa hasta dar la vida por ello. Era
un don que se les convertía a ellos ahora en tarea. Había que dar testimonio de
algo que c m b i b ~ radicalmente
el
modo de ver la realidad. Y que era una Buena
Noticia para el mundo entero. Y, a la vez, daba una luz nueva a la manera como
el Dios de Israel se había hecho presente una vez más y había actuado en este
mundo, tan necesitado de salvación.
Ahora
1
fundamental para sus discípulos no era llorar su muerte. Ni buscar
entre los muertos al que
les
había salido al encuentro y se les había revelado
como vivo cfr. Mc ]6, 1-8; Mt 28, 1-8; Lc 24, 1-8; Jn 20, 1-18). Lo fundamental
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
era recuperar el proyecto de Jesús y procurar vivirlo, tal como
él
lo había
enseñado y vivido, hasta dar su vida por ello en una cruz. Y había que hacerlo
siguiendo a Jesús y haciendo, como él lo había hecho, una opción por los pobres.
Aunque ello pudiera llevar -como de hecho llevó- a los discípulos a ser
perseguidos. Ya se los había advertido
el
Maestro, preparándolos para lo que les
ocurriría después de Pascua:
Les he dicho esto para que
su fe
no sucumba en la prueba. Porque les expul
sarán de la sinagoga. Más aún, llegará un momento en el que les quitarán la
vida pensando que dan culto a Dios. Y actuarán así porque no conocen al
Padre ni me conocen a mí. Se los digo de antemano para que, cuando llegue
la hora, recuerden que ya se los había anunciado yo.
(Jn
16,
1-4.)
Por eso en el corazón de la vida de la Iglesia que nace de la Pascua resuena
sin cesar la palabra de Jesús: "Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie
a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga" (Mc 8, 34). Pues a la luz del
Crucificado, a quien Dios ha resucitado, "una vida crucificada y entregada al
servicio y en defensa de los crucificados es la mejor expresión de fe viva en
el
Resucitado"l3
La
experiencia pascual llevó a la Iglesia, como muy bien formula Mateo
28,16-10), por un lado, a participar plenamente de la vida de Jesús, gracias al
bautismo, que expresa el don del amor gratuito de Dios, que lleva a la comunión
con Pero, por otro, implicó también la misión de convertir a todo el mundo en
discípulo de Jesús, enseñándole a guardar todo lo que Jesús había enseñado en su
vida terrena
14
•
Pero no se trataba de reproducir las palabras de Jesús como
si
fueran un fósil.
Por la Resurrección de Jesús, la Iglesia sabía que Jesús seguía vivo. Por ello, la
13.
J.
A. Pagola, Creer
en
el Resucitado. Esperar
en
nuestra resurrección, Santander',
1991, p. 17. En la misma línea, J. Sobrino ("La Pascua de Jesús y la revelación
de Dios desde la perspectiva de las víctimas", Sal Terrae 83 [1995], p. 205) saca
la
siguiente conclusión: "Por decirlo desde el principio, el misterio pascual revela:
(1)
a un Dios parcial hacia las víctimas, a las que hace justicia; (2) a un Dios
en
lucha con los dioses, 'perdedor' y 'vencedor', digamos, a 10 largo de la historia;
(3) a un Dios que es, a la vez, mayor y menor, dialéctico por
lo
tanto; y, por ello, (4) a
un Dios que sólo al
final
será todo
en
todo, y de ahí su futuridad. Correlativamente,
la fe en el sentido de fides qu en ese Dios significa: (1) esperanza en que el
verdugo no triunfará sobre la víctima; (2) praxis agonista contra los ídolos; (3) dejar
a Dios ser Dios, misterio absoluto; y (4) caminar humildemente en la historia hasta
su consumación".
14. Al
indicar que el Resucitado se aparece en una montaña de Galilea, Mateo está
pensando, de modo especial, en el Sermón de la Montaña, al inicio del Evangelio,
que es como la carta magna de la Iglesia de Mateo «fr Mt
5-7).
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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159
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
fidelidad a Jesús debía ser creadora
l5
, encarnando el proyecto de Jesús en cada
Iglesia, teniendo en cuenta los signos de los tiempos, es decir, la realidad que
vivía cada Iglesia. Para ello tenían la ayuda del Espíritu, quien, además, les posi
bilitaba la unión íntima con el Resucitado, a semejanza de la manera como la vid
está unida al sarmiento, pues solo si la Iglesia se mantenía unida a Jesús, podía
dar fruto abundante, aunque encontraraoposíción y no tuvíeraéxito aparente
cfr.
Jn
15, 1-10).
4 Conclusión
¿Cómo fueron, pues, las Iglesias que nacieron de la Pascua? Fueron Iglesias
que, recuperando la memoria de lo que Jesús había dicho y hecho, se sintieron
llamadas, por don gratuito de Dios, a ser pueblo de Dios, realizando la Nueva
Alianza cfr.
Mc
14,22-25; 1
Cor
11,23-25; cfr.
Jer
31, 31-34;
Ez
36, 24-27)16.
Por
eso, cuando Lucas nos quiere presentar el modelo de Iglesia a inicios del cristia
nismo, nos describe la primera, la Iglesia madre de Jerusalén, como una Iglesia
en la que no hay pobres, porque todos comparten cfr. Hch 2, 42-47; 4, 32-35).
Así se cumple lo que Dios había encargado a Israel a través de Moisés
cfr. Dt 15, 4). Y señala que el "pecado original", que introdujo la muerte en esta
comunidad, fue el de Ananías y Safira, quienes mintieron a los Apóstoles para no
tener que compartir todo lo que tenían con los demás cfr. Hch 5,
1-11).
Por otro lado, fueron Iglesias que pusieron a producir la muerte de Jesús,
recordando fielmente lo que este había hecho y dicho a lo largo de una vida
vivida totalmente para los demás, sobre todo a favor de los más pobres y margi
nados. Por ello, después de Pascua y por fidelidad a Jesús, desde la conciencia
de que Dios había dado la razón al Crucificado, se sintieron llamados a seguir a
Jesús y a optar
p r
los pobres, como lo había hecho el Maestro. Fueron Iglesias
que se distinguieron radicalmente por su servicio al mundo y a los pobres
cfr.
Mc
10,42-45;
Jn 13,
1-20),
respetando, por obediencia a Jesús, la fraternidad
radical de todos los miembros de la Iglesia cfr. Mt 23, 1-12)17.
15.
La Iglesia
de
Juan testimonia
muy
bien este aspecto.
16. Cfr.
X. Alegre, "Utopía: La Iglesia tal como Jesús la quería", en
Íd., Iglesia, ¿de
dónde vienes?, ¿a dónde vas?, Barcelona, 1989, pp. 19-52 (también cn Íd., Memoria
subversiva, óp. cit., pp. 171-200).
17. Quisiera recordar' sólo dos textos de Mons. Romero que muestran su afinidad con
la Iglesia servicial y fraternal que quería Jesús, según los Evangelios: "Así, como
hermano, como amigo, es como quiero ser considerado en mi ministerio, es como
yo
he hablado en esta carta, para alegrarme precisamente de que Dios me ha preparado
un pórtico inesperado para entrar en mi nuevo ministerio jerárquico" (17 de abril
de
1977).
"Los obispos
no
mandamos con un sentido despótico.
No
debe ser
así.
El obispo es el más humilde servidor de la comunidad, porque Cristo
lo
dijo a los
Ap6stoles,
los
primeros obispos: el que quiera ser más grande entre ustedes, hágase
LA IGLESIA QUE NACE DE LA PASCUA
Por ello fueron Iglesias perseguidas (Mc
13,
9-13) por los poderes injustos
de este mundo, como lo había sido JesÚs
l8
• Pues fueron Iglesias valientes que se
pusieron alIado y del lado de los pobres, <Lenunciando a los ídolos de este mundo,
los poderes injustos, que amenazan al pobre (Ap 13; Rom 1, 18-32). Y nunca
perdieron la esperanza
l9
•
y fueron también Iglesias profundamente ricas
y
plurales, de modo que a
ellas se aplicará bien la imagen de Pablo que habla de la Iglesia como del Cuerpo
de Cristo, en el que, formando una íntima unidad,
l
pluralidad de dones y servicios
es
10
que las distinguía
cfr.
1 Cor 12-14)2°.
Fueron, finalmente, Iglesias dialogante s y respetuosas de la pluralidad de
formas que fueron adquiriendo las Iglesias a medida que se fueron encarnando
en los diversos lugares y culturas cfr. Ga 2,
1-10;
Hch 15). Y, a la vez, apasio
el
más chiquito, sea
el
servidor de todos. Nuestro mandato es
servlclO;
nuestra
conducción, nuestra palabra es servicio" (Homilía del
23
de abril de 1978).
18. También en este aspecto, la Iglesia liderada por monseñor Romero fue afín al
Evangelio: "Y me da
más
alegría todavía, cuando
el
Evangelio termina diciendo:
'Hasta vuestros padres y parientes y hermanos y amigos os traicionarán, y matarán
a algunos de vosotros, y todos
os
odiarán por causa de mi nombre'. Hermanos,
¿quieren saber si
su
cristianismo es auténtico? Aquí está la piedra de toque: ¿con
quiénes están bien?, ¿quiénes te critican?, ¿quiénes no te admiten?, ¿quiénes te
halagan? Conoce allí que Cristo dijo un día: 'No he venido a traer la paz, sino la
división y habrá división hasta en la familia'. Porque unos quieren vivir más cómo
damente según los principios del mundo, del poder y del dinero, y otros, en cambio,
han comprendido el llamamiento de Cristo y tienen que rechazar todo
lo
que no
puede ser justo
en
el mundo" (Homilía del13 de noviembre de 1977).
19.
También en esos rasgos
se
descubre la profunda sintonía que tuvo monseñor Romero
con las Iglesias que nacieron de la Pascua. La esperanza resuena a menudo en
sus sermones. Recordaré sólo un texto: "¡Qué hermoso es ser cristiano De veras;
es abrazar la palabra de Dios encarnada, hacer suya la fuerza de salvación, tener
esperanza aun cuando todo parece perdido. Por eso, mi trabajo, hermanos, aquí en
catedral y en mi ministerio episcopal, y mi mayor satisfacción y alegría es cuando
escucho
al
pueblo, como
lo
he escuchado en esta semana en diversas manifestaciones,
que dicen que les transmitimos esperanzas, despertamos su fe" (Homilía del 16 de
julio de 1978).
20
También este aspecto
lo
supo valorar monseñor Romero. En su homilía del
30
de
septiembre de
1979, dijo:
"Por eso, queridos hermanos
y
yo aquí
ya
bajando a la
realidad de nuestra arquidiócesis-, quiero admirar y darle gracias
al
Señor porque
en ustedes, pueblo
de
Dios, comunidades religiosas, comunidades ecJesiales de base,
gente humilde, campesinos, ¡cuántos dones del Espíritu Si yo fuera celoso como los
personajes del Evangelio y de la primera lectura, diría: '¡Prohíbasele, que
no
hable,
que
no
diga nada,
s610
yo,
obispo, puedo hablar '. Y no,
yo
tengo que escuchar qué
dice
el
Espíritu por medio de
su
pueblo
y,
entonces, sí, recibir
del
pueblo y anali
zarlo, y, junto con el pueblo, hacerlo construcción de la Iglesia ".
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVISTA I.ATINOAMERICANA
DE TEOLOGÍ
nadas por la unidad entre todas ellas, sin menoscabo de su pluralidad cfr. Jn 17,
20-23; 1 Cor 1, 10_13 21.
Esto es lo que comprendió muy bien monseñor Romero, de quien estamos
celebrando
el
trigésimo aniversario de su martirio. Por eso
su
servicio eclesial
estuvo marcado por la fidelidad a Jesús de Nazaret y a las Iglesias que nacen de
la Pascua, unas Iglesias que han quedado atestiguadas en .el Nuevo Testamento.
Su recuerdo sigue vivo entre nosotros y en el mundo entero; Pues tal como él
mismo anunció, ha resucitado en el pueblo salvadoreño. Y forma parte, como
anuncia
el
Apocalipsis, de una muchedumbre enorme que nadie puede contar.
Son gentes de toda nación, raza, pueblo y lengua, que están de pie, resucitados,
delante del trono y del Cordero. Visten de blanco, llevan palmas en las manos
y claman con voz potente: H nuestro Dios, que está sentado en el trono,
y al
Cordero,
se
debe la salvación cfr. Ap
7,
9-10).
Pongamos, pues, a producir, la memoria de San Romero de América, como
bellamente dijo monseñor Pedro Casaldáliga, para que así podamos seguir más
fielmente a Jesús, tal como 1 hizo monseñor Romero.
21. Son muchísimos los textos de Romero en los que él subraya su comunión con el Papa
y con la Iglesia ulliversaL
a opción por los pobres hoy
Gustavo Gutiérrez,
Lima
Siempre ha sido para mí una gracia poder estar presente en estos aniversarios
de la entrega martirial de monseñor Romero. Son jalones muy importantes en
nuestras vidas, entre otras cosas, o tal vez sobre todo, porque nos ponen en
contacto y sin cortapisas con las fuentes mismas del mensaje cristiano. A los que
estamos aquí, y a muchos otros, nos llaman a una reflexión.
Yo
diría, incluso, a
una revisión de nuestras vidas.
Recordar a Romero significa volvernos a poner ante el reto del Evangelio,
su mensaje y su vida, preguntarnos por nuestra fidelidad, y también, ¿por qué
no?, por nuestras infidelidades. Monseñor nos desafía a mantener muy ligadas la
cercanía a Dios y la cercanía al pobre.
Jon Sobrino ha dicho hace un momento que él fue quien escogió el título
de esta ponencia mía. Siendo él jesuita y yo dominico, muestra la intuición de
Jon. Estoy muy de acuerdo con
el
título y su importancia. Y otra cosa más antes
de entrar en materia. En la introducción, José María Tojeira ha mencionado lo
que algunos están diciendo sobre la muerte de la teología de la liberación . Y
también veo que ustedes están interesados en el tema porque sobre eso mismo
le han preguntado a Xavier Alegre después de su excelente ponencia. Yo sólo
les puedo asegurar
en
este momento no sé muy bien si como testimonio o
anti test imoni o- que a mí nunca me han invitado al entierro de la teología de la
liberación. Y creo que algún mérito he hecho para que me inviten.
El papa Juan XXIII, el 11 de septiembre de 1962, exactamente un mes antes
del inicio del Vaticano II, en un radiomensaje relacionado con
el
Concilio, de
manera algo sorprendente pronunció unas palabras que nos han marcado mucho:
la Iglesia de los pobres .
Voy
a repetir toda la frase, que es muy breve: Frente a
los países subdesarrollados, es decir, frente a la pobreza en el mundo, la Iglesia es
y quiere ser una realidad germinal y un proyecto, la Iglesia de todos
y,
particular
mente, la Iglesia de los pobres . No hay una palabra de más. Este planteamiento J
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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163
REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
fue muy importante, aunque, a decir verdad, y por razones que fácilmente
podemos comprender, no tuvo gran peso en los documentos del Concilio. Pero
sí tuvieron gran repercusión entre nosotros, en este continente de mayoría cris
tiana y de alta proporción católica y al mismo tiempo de población pobre y
marginada. Un escándalo, ¿no es cierto?
Si por cristiáno entendemos todo lo que Xavier nos 'harecúrdado hace un
momento, vivir en un continente cristiano con esta ' pobreza inhumana, esta
muerte de tantas personas, prematura e injusta, es una contradicción terrible y
escandalosa. Por esa razón la perspectiva de la Iglesia de los pobres nos marcó
tanto, y en
los
años que siguieron
al
Concilio fue agarrando fuerza en América
Latina. A ello ayudaron también las circunstancias históricas y sociales del
continente, pues creció la presencia de los pobres incluso en forma
novedosa-
en la escena histórica, social y política de América Latina. Esas experiencias y
esas reflexiones se sintieron con mucha fuerza en Medellín, en 1968. ...J
1. Memoria, recuerdo y servicio
Para hablar de
lo
que es y debe ser la realidad y del proyecto de una Iglesia
de los pobres quisiera tomar como hilo conductor un breve texto de monseñor
Romero: Hay un criterio para saber si Dios está cerca
de
nosotros o si está
lejos, todo aquel que se preocupe del hambriento, del desnudo, del pobre, del
desaparecido ...
.
i
Comienza con una clara referencia a Mateo 25, pero continúa mencionando lo
que no está explícitamente en Mateo: el torturado, el prisionero, toda carne que
. sufre . Llama al ser humano carne , y dice que la carne que sufre tiene cerca
á1
Dios . El que se preocupa del pobre, del desaparecido, tiene cerca a Dios. Ese es
/ el criterio. La garantía de mi plegaria es muy fácil de conocer, cómo me port0.J
l .con el pobre, pues ahí está Dios .
Como dije, quisiera comentar esta frase y tomarla como hilo conductor,
porque me parece que, entre muchas otras frases y otros acentos que hubiéramos
podido tomar de monseñor Romero, ésta indica bien 10 que mencionaba hace
unos minutos: la cercanía al pobre y la cercanía a Dios.
Comienzo con este lenguaje de doble cercanía, aunque, a un nivel más
profundo, lo más importante que hizo monseñor fue hacer ver el lazo que une a
esas dos cercanías hasta el punto de decir que
si
faltaba una de ellas, tampoco
existía la otra. No hay manera de acercase a Dios sin acercarse al pobre. Y desde
una perspectiva cristiana, acercarse al pobre
es
acercarse a Dios. Y mantengo
el término acercarse porque está en el texto que he leído, pero también
porque es hermoso.
No
se trata únicamente de creer , sino de estar cerca ,
familiarmente cerca.
LA OPCIÓN
POR
LOS POBRES HOY
Mi primer punto tiene coincidencias con el primer punto de Xavier. Lo
expondré de dos maneras, aunque el tema de fondo es muy similar, si
no
el
mismo.
Una primera exigencia de una comunidad cristiana y eclesial y voy a usar
términos colectivos, aunque no para escapar del desafío personal es hacer suya
la práctica de Jesús. De eso se trata, de hacer nuestra la práctica de Jesús. Ahora
bien, según los Evangelios, Jesús nos dejó dos indicaciones sobre cómo hacerlo, y
para ello se refirió a
un
tema bíblico central: la memoria de Dios. La Biblia está
llena de esa idea. Acuérdate que Yahvé te sacó de Egipto . Los salmos, dirigidos
a Dios como oración, frecuentemente entonan un acuérdate . La raíz hebrea de
memoria aparece cientos de veces en el Antiguo Testamento, y también en el
Nuevo.
Antes de entrar en detalles, digamos una palabra sobre lo central de la
memoria La meI®O,i' saca a la luz el recuerdo, y
en
c i e r t ( ) I D . . Q º ~ t J l : L l i b e r a · ' " L
de sus límites s p a ~ i a l e s y temporales para h a c e r l , ? ~ i Y i . ~ ~ ~ ~ j J ~ s e . m . ~ : Esto no l
tlenenadli-de raro; y;'·asC·cü'andOleOéCimos-auña persOna que
se
va de viaje
acuérdate de mí , no le estamos diciendo acuérdate de que éramos amigos,
amigas , sino acuérdate de que lo seguimos siendo . La lllemoria apuntªª-JJ..U
J
r
presente, no queda fijada en u . J ~ ª ? l l i k L y _ m . ~ Q ; l . ~ I J I R ~ ~ 2 . ~ 0 1 0 r . . ~ ~ ( : ~ ~ . .
-. --- .
- - ~ - - ~
. ~ - - - ~
-,
, , -
Otra cosa
es
la nostalgia. Esta supone alguna forma dolorosa de conocimiento
que nos puede remitir a realidades de vida anteriores. A veces, nos ponemos muy
nostálgicos y pensamos que hubo momentos en nuestra vida, en la vida política
de América Latina, en la Iglesia, que eran sensacionales. Nos pasamos el tiempo
lamentándolo, pero no lo podemos volver a vivir, Por mucho que manoseemos
el calendario, la historia no regresa. Por eso a los muy nostálgicos les suelo
aconsejar que escuchen durante media hora música de boleros. Así se desahogan
y vuelven al presente.
.
Pues bien, la memoria va a lo esencial, va al significado de las cosas, no a
108'1
detalles. Los cuatro Evangelios son memoria, memorias de Jesús, y por eso van
j
al fondo. Coinciden en 10 esencial y se diferencian en los detalles, lo cual ocurre
siempre. Permítanme una pequeña comparación. Ocurre un accidente en la
esquina y varias personas lo presencian. Una dice: el auto venía por la derecha ;
otra dice: no, venía por la i7,quierda ; era de color verde ; no, era azul . Lo
que importa es que es un carro,
¿no?
Eso son los Evangelios. Son memorias
porque van a
lo
esencial, al fundamento. Entonces, cuando digo que nos han ( )
dejado memorias me estoy refiriendo a este tipo de memoria.
y algo más sobre la noción de memoria . En la Biblia la memoria debe
'1J'
ser puesta en práctica. No es un recuerdo simplemente conceptual, agradable o.
desagradable. Es sobre todo algo que nos lleva a vivir. La memoria que nos es
más conocida
y
voy
a abreviar
mucho
es
la de la última cena: hagan esto
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REVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGÍA
en memoria mía".
La
"memoria" está muy clara.
¿Y
qué es "esto"? ¿Es solamente
la cena,
el
rito de la cena? No.1Se trata de hacer memoria de Jesús, de su
v i d ~
su enseñanza, sus curaciones, sus diálogos, su compasión, su muerte, sus sufri-
mientos, su Resurrección. De eso se trata
el
"hagan esto en memoria mía". Es la
memoria de Jesús, ahora en el contexto de la cena.
1
Y hay que saber cómo hacerlo, porque de alguna manera la Íllstitución de la
eucaristía sintetiza muchos aspectos y es una celebración comunitaria. Memoria
de Jesús no es solo una memoria ritual, pero tampoco va contra el rito; lo que
hace es darle sentido. El rito o la costumbre puede ser muy formal, pero si no
tiene contenido, no tiene sentido. A esto fueron muy sensibles los profetas del
Antiguo Testamento, y Jesús los cita: "No quiero sacrificios, quiero corazones
contritos". No es tanto no querer el sacrificio, sino decir que el sacrificio, el acto
cultual, puede estar enteramente vacío. El corazón contrito, arrepentido, debe
darle contenido. Jesús nos dirá en el Evangelio de Juan que mandará
al
paráclito,
al abogado, al defensor, para que nos recuerde todo lo que él había enseñado.
Y también en Timoteo hay textos que repiten "acuérdense de Jesucristo". En la
memoria de Jesús se trata, pues, de recordar la cena con todo
el
contenido del
testimonio que Jesús dio cuando estuvo presente en nuestra historia.
f'/ v
Paso ahora a una segund. a forma de "memoria" sin que aparezca la palabra. En
----
J -
1r
el Evangelio de 'Juan aparece la última cena de despedida con largos discursos,
pero sin institución de la eucaristía. Juan
no
habla de ella. ¿Qué hace en su lugar?
Jesús toma una toalla, una jofaina con agua y lava los pies a sus amigos, servicio
humilde con el que en la época se acostumbraba a recibir a los invitados. Lo
hacían los sirvientes
y,
a veces, el dueño de casa. Jesús es el anfitrión, les lava los
pies y
-después
de las palabras de Pedro, siempre
primario-
les dice: "¿ustedes
han comprendido lo que he hecho? Lo he hecho para que ustedes también lo
hagan". Es decir, "les he dado ejemplo para que ustedes también lo hagan". Noten
la presencia de los dos verbos,
"hagan
esto en memoria mía", "para que ustedes
también lo
hagan",
Se trata, pues, de "hacer" el servicio sencillo y humilde,
e n ~ í
la forma como el maestro,
el
Señor, lava los pies a sus amigos, sus discípulos.
Una vez más, la memoria va a lo esencial.
No
se trata de hacerlo litúrgicamente
el Jueves Santo, en que se pierde mucho de su significación.
Lo
que queda, el .,-t
sentido, es
el
servicio a otra persona.
Estas dos memorias son las que nos deja Jesús para que hagamos nuestra su
práctica. Es la práctica de recordarlo plenamente, de recordar su enseñanza, su
testimonio, su presencia en medio de nosotros, y la práctica del servicio. Pero
hay que tener presente las dos memorias
-"hagan,
hagan"
-
son inseparables,
ambas deben estar presentes. A
mí
me gusta mucho la eucaristía, pero no tengo
mucho tiempo, tengo trabajo". Y se puede perder uno de los dos lados. Pero eso
es perder los dos. El que dice que se quiere quedar con
la
mitad, se queda sin
nada. Y la eucaristía pierde sentido, si no está allí el servicio.
LA OPCIÓN POR LOS POBRES HOY
165
Y además recuerdan
el
texto de Mateo en el capítulo
5:
"si en el momento de
ir a presentar tu ofrenda ante el altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra
ti, da media vuelta, reconcíliate con tu hermano y vuelve a presentar la ofrenda".
Si
me permiten la comparación geométrica, es como una elipse,
no
un círculo. Hay
dos centros. Ir a presentar al altar es contemplación, es dimensión religiosa, eso va
hacia Dios. Pero si recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
no
la presentes,
reconcíliate con tu hermano
y,
una
vez
reconciliado,
ve
a presentar la ofrenda. De
nuevo, la memoria apunta al significado. La reconciliación, es decir, la comunión,
la amistad con
el hermano, la hermana, es condición para ofrecer algo ante el altar.
Al hablar de estas cosas, bien podemos recordar una frase de San Vicente
de Paúl. Ese gran santo dice en una carta enviada a las religiosas vicentinas, las
hermanas de la caridad: "Si fuera voluntad de Dios que tuvieran que asistir a un
enfermo en domingo, en vez de oír misa, aunque esto fuera obligación, habría
que hacerlo". Y termina con esta frase brillante: A eso se llama dejar a Dios por
Dios". Se deja a Dios porque no se va a misa, pero en verdad no se deja a Dios.
No está diciendo que la misa
no
tiene importancia, sino que está recordando esta
otra memoria: "he hecho esto para que ustedes también lo hagan".
Ya
dije que
no
se puede escoger una de las dos memorias. Lo correcto sería hablar de una sola
•memoria que comprende estos dos aspectos. Esto es lo que va construyendo una
comunidad cristiana.
Una Iglesia de los pobres, como la que construyó monseñor Romero, Iglesia
de todos, pero particularmente de los pobres, tendrá que vivir esas dos memorias.
Una cosa muy impresionante de m o n s e ñ o r R o m e r o ~ s justamente la unidad con
que vivió ambas cosas, la dimensión religiosa y la humildad de su disposición al
¡
servicio y sencillez. Eso es lo que hizo en su vida. Fue alguien profundamente
inmerso en la historia de su país y del mundo, y, al mismo tiempo, sumamente
atento a dar gracias al Señor.
En el comienzo del Evangelio de Lucas hay una oración, un salmo, que
conocemos bien. Es
el Magnifica ,
en donde están estos dos aspectos. Comienza:
~ ~ _ _ w -
"Engrandece mi alma el Señor", y toda la primera parte es
a 9 c i Ó l L d L g : ~ c i a s
por
los bienes, por las gracias que esta joven judía ha recibido de Dios. Luego, en la
segunda parte, habla de derribar a los
p o d e r Q s . Q ~
de sus tronos y de despedir a los
ricos con las manos , . .
Un conocido político francés de comienzos del siglo XX escribió que
habría que pedir a Roma que cambiara ese texto del Evangelio. Ignorancia. El
Magnificat
es un texto que anticipa el capítulo cuarto del Evangelio. Mantiene
claramente las dos cosas. El anuncio de la buena nueva a los pobres y la acción
de gracias. Ésta deber estar acompañada y sostenida por el servicio, y el servicio
iría, de algún modo, colocado en el contexto de la acción de gracias. Creo que
'\
,
esto debe ser una nota de la Iglesia de los pobres. No es una Iglesia aparte de la
Iglesia. Es una Iglesia que vive las dos memorias.
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167
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLO GÍA
2. Gratuidad justicia
Quisiera pasar a un segundo punto. Esas memorias, o esa sola memoria ,
en unidad, pero sin confusión, deben ser comunicadas. Es 10 que Isafas pide en
el capítulo 50: hay que tener lengua de discípulo . Y aquí hay también como
dos carriles. El primero es el. lenguaje de .la gratuidad, ya
m e n c i o n d ~
El Dios
que nos ama aunque seamos pecadores incluso antes de que existiéramos, como
dice Efesios en el primer capítulo: nos llamó a ser hijos e hijas de Dios antes
de la creación del mundo . El lenguaje de la gratuidad, no es solo el lenguaje
de la acción de gracias, sino también de proceder gratuitamente. En la primera
carta de Juan, en frase breve y maciza, Dios nos amó primero . Es el punto de
partida. Nuestro amor por Él y por los demás es una respuesta a la iniciativa de
amor que tiene Dios: nos amó primero . Y otra sentencia, también joánica dice:
ámense como
yo
los he amado , es decir, gratuitamente. Tanto amó Dios al
mundo que envió a su propio hijo , y hay que amar como él.
Eso pone una condición a la evangelización, que Bartolomé de las Casas
cumplió a cabalidad en la primera evangelización en este continente. Es lo
que dice Jesús en Mateo. Debemos dar gratis lo que hemos recibido gratis .
Parece sencillo, ¿verdad? Pero
si
ese amor de Dios es gratuito, démoslo también
gratuitamente. Lo que Bartolomé de las Casas tenía en mente al decir la frase
mencionada era una teología, increíble pero real, en que se suponía, o se pensaba,
que Dios había dado las minas y las riquezas de este continente a los europeos
para que, a cambio, estos quisieran llegar a evangelizar.
Incluso hay una parábola de la segunda mitad del siglo XVI que dice: Había
un rey que tenía dos hijas, una muy bonita y la otra muy fea. En un momento
dado decidió casarlas, y claro, cuando presentó a la bonita, había cola de
pretendientes, naturalmente. A la presentación de la fea no llegó nadie. Entonces,
le dio una dote, una gran riqueza, y así las dos hijas se pudieron casar . ¿Qué
significa esta parábola? Europa era tan bonita que los evangelizadores corrieron
presurosos a evangelizarla. Pero América, estos indios, no es lo mismo. Para que
alguien venga a evangelizar acá hay que darle una mina, un terreno.
Si
no, no
vendrían. Todo eso está escrito en un documento de la historia peruana, que es
además muy crítico en contra de De las Casas.
Volvamos al tema: dar gratis lo que hemos recibido gratis . No se trata solo
del
amor gratuitg de Dios, sino que también el nuestro debe ser gratuito. Hay
muchas personas que hablan de los pobres agradecidos , y a esos es a los que
hay que ayudar. Pero hay que ayudar a alguien no porque agradezca, sino porque
es pobre. Y la razón es dar gratis
10
que hemos recibido gratis .
hay algo más en
el
lenguaje de la gratuidad y cuando hablo de lenguaje
no me refiero únicamente a palabras, sino también a gestos, actitudes-o Es
el
lenguaje de la amistad. La amistad es el terreno del amor y de la gratuidad.
LA
OPCIÓN POR
LOS POBRES HOY
Recuerden el texto de Juan: no los llamo ya siervos porque el siervo no sabe
1
que hace
su
amo, los he llamado amigos . Y añade la razón, que es lo impor
tante: porque todo lo que dice mi Padre se lo he dado a conocer . La razón de
llamarlos amigos es que
el
Hijo ha compartido lo que el Padre le ha dado, y al
compartirlo los hace amigos y no siervos. El texto dice que al siervo le dan una
orden y la cumple, el amigo no. Al amigo no se le puede dar una orden ni hay
que explicarle por qué quiere uno algo.
Somos amigos,
no
siervos, y la amistad es una cuestión de igualdad. No
hay amor auténtico si no hay igualdad entre las personas me refiero a la
igualdad fundamental, pues puede haber diferencias de todo tipo, de edad, de
conocimientos-o Pero
hay
una dignidad humana que nos iguala. Habría que
decir que no hay amor sino entre iguales; si no es así,
lo
que hay es protección,
engreimiento, favor que hacemos. El amor supone igualdad.
En la Conferencia Episcopal de Aparecida hay un hermoso texto sobre la
amistad. Solo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profunda
mente los valores de los pobres de hoy sus legítimos anhelos, y su modo propio
e
vivir la opción por los pobres debe conducirnos a la amistad con los pobres .
No
demos esto por supuesto. Se puede hacer una opción por una clase social,
un
género, una cultura, una etnia. Y es legítimo. Pero lo que quiero señalar es que
el
compromiso debe ser fundamentalmente con las personas. Ellas, y esto hay que
tenerlo en cuenta, pertenecen a esas categorías, pero el compromiso es con las
personas, con María, Pedro, Juan, Luzmila, es con ellos y ellas.
Muchos de ustedes tienen experiencia de trabajar en ambiente pobre y saben
lo que eso significa y lo que significa para los pobres. Es también lo que se
planteaba muy claramente monseñor Romero en unos de sus textos, hablando
de lo que habían hecho con unos catequistas, Felipe de Jesús y otros. A uno
lo llamaban Polín. Dice monseñor: los he llorado de veras y con ellos a otros
muchos que fueron catequistas, trabajadores de nuestras comunidades . Los,
lloró, eso
es
amistad. Uno llora ante la persona que uno quiere. Lloró. Si quieren,
esto es compasión en el mejor sentido del término. Pero es gratuidad, forma
parte de este mundo de la gratuidad. Y quiero aclarar que
no
he empleado el
término gratuidad como sinónimo de arbitrario , como a veces ocurre en el
lenguaje corriente: gratuitamente, me insultó . Con gratuidad me he referido
a este gesto primero: Dios nos amó primero ; y naturalmente, nosotros también
. debemos hacerlo.
Nuestro compromiso y solidaridad con el pobre significará tomar la iniciativa,
yendo hacia ellos, como en la famosa parábola del samaritano, saliendo de
nuestro camino y acercándonos a un hombre desnudo, personaje central de la
parábola. Por cierto, el herido en el camino es el único personaje del cual no se
dice que tuviera alguna responsabilidad. De todos los otros sí: de los ladrones,
su responsabilidad era robar; el levita tenía el estudio; el sacerdote,
el
culto. El
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169
EVISTA LATINOAMERICANA
DE TEOLOGÍA
samaritano no sabemos qué hacía, pero era samaritano, miembro de un pueblo
marginado y despreciado por el mundo judío. Finalmente, el hospedero. De todos
sabemos algo, del herido nada. ¿Quién era? Un cierto hombre ,
anthropos ,
que puede significar anónimo . Narrativamente hablando, el personaje central
es este marginado al borde del camino casi muerto. De eso se trata. Desde otro
punto de vista, también el samaritano es centraL Es el que tiene el gesto. No
se preguntó: ¿merecerá este hombre que lo ayude, será compatriota mío, será
hebreo, qué hará? . No se preguntó nada de eso. Simplemente, salió y lo atendió.
El segundo lenguaje es el profético o el de la justicia. De alguna manera
corresponde a la memoria del servicio, así como el de la gratuidad corresponde a
la memoria de la acción de gracias por la presencia de Jesús entre nosotros. Con
el lenguaje de la justicia, estamos otra vez ante un tema absolutamente central
en la Biblia. El tema es tan rico que para Pablo la justificación , justificar,
hacer justicia, llegó a convertirse en salvación. Estamos hablando de justicia, en
lenguaje contemporáneo del reconocimiento de los derechos de otra persona.
Pero semánticamente el término se carga de tanto significado que se convierte en
sinónimo de salvación.
En la Biblia es muy claro que ese lenguaje remite a la justicia social y
está ligada fundamentalmente al pobre. No es que no haya justicia para otras
personas, pero el acento está puesto en la justicia hecha al pobre, al más débil
de la sociedad. Este lenguaje profético tiene en cuenta el detalle de la historia,
,lo que sucede día a día con las injusticias, postergaciones, maltratos, muertes,
sufrimientos. Así como el hablar de Dios es lenguaje de gratuidad; contemplativo
o místico no místico en el sentido de misterio del que no entendemos nada,
sino como algo que no entra totalmente en nuestros conceptos- y es lenguaje
de creación de un mundo justo. Monseñor Romero se quejaba de un lenguaje
muy espiritualista -noten que recalca el muy y el espiritualista , pues hay
que tener un respeto muy grande por la palabra espiritual . Denunciaba una
palabra muy espiritualista, sin compromiso con la historia, que puede sonar en
cualquier parte del mundo porque no es de ninguna parte y no crea problemas ni
conflictos .
La comunicación de las memorias tiene estas dos vertientes, pero como
en el caso anterior, tampoco podemos separar el lenguaje de la gratuidad, o
contemplativo del lenguaje profético, o de la justicia. Si queremos quedarnos
con uno, perdemos los dos , ciertamente en una perspectiva bíblica y cristiana.
Hay
una frase muy linda de san Agustín. De una homilía. Y san Agustín es el
único predicador que tenía sermones más largos que los de monseñor Romero.
Con una diferencia. Hipona era un pueblo muy chico, no había circo, el único
entretenimiento era la homilía del obispo. Pues bien, san Agustín, que es tan fino
para sus cosas, le decía a su gente: canten, pero caminen . Canten , oración,
lO
canto, agradecimiento a Dios. Pero caminen , historia. Es una intuición cris-
LA OPCIÓN POR LOS POBRES HOY
tiana. No se queden cantando todo el día, con eso no somos discípulo's de Jesús.
y no se trata
ú n ~ c _ a l " f ~ n ~ _ d ~ ª m i l ~ L s j 1 Q . . Q ~ s l a r g . r ~ < : i ¡ t ~ _ H a y
caminantes que
cantan en el camino, van caminando y cantando. Eso es lo que debemos hacer. El
canto como algo gratuito, bello, no estrictamente necesario. Y el caminar, porque
hay que ir ha:craüi1higar. Es contemplar y practicar, es gratuidad y justicia, es
mística y profecía.
El lenguaje de la gratuidad
da
horizonte al de la justicia, lo coloca en el
marco del amor gratuito de Dios, de Dios como amor. Dios no es amor porque
ama, sino que ama porque es amor. No es justo porque hace justicia, sino que
hace justicia porque es justo. Este poner el lenguaje de la gratuidad, de la justicia,
en este marco del amor, y yo diría de la fineza también en el trato con el otro,
de la amistad, le puede quitar una cierta dureza al lenguaje de la justicia, que se
preocupa más de la justicia que de la persona que vive la injusticia. El lenguaje
de la gratuidad le da sentido, le da horizonte. Y a su vez, el lenguaje de la justic ia
le da concreción histórica al de la gratuidad o al contemplativo, porque de otra
manera el lenguaje
de
la gratuidad corre el gran peligro de ser etéreo.
Volvamos a monseñor Romero. ¿Podemos decir que esta expresión de
cercanía personal le quitó concreción histórica y le quitó fuerza para defender
los derechos de esas personas maltratadas? De ninguna manera. Le dio más bien
fuerza para hacerlo. ¿Podríamos decir que
su
lucha por la justicia le hizo olvidar
la acción de gracias? Jamás. Me parece que, una vez más, como en el caso de las
dos vertientes o de las dos memorias, Romero es alguien que justamente al tener
en cuenta esas cosas, que están en la Biblia, en el mensaje de Cristo, al juntarlas
hizo que adquirieran una fuerza, una dimensión y un alcance muy grande, mucho
más que si se quedara con una de las partes y descuidara
l
otra.
3
Pobreza espiritual y pobreza real
Estas dos cosas, estas dos indicaciones de memoria, caminar por estos dos
carriles, se entrelazan. Me refiero a la pobreza espiritual , que tiene como
texto mayor, no el único, bienaventurados los pobres de espíritu . La pobreza
espiritual muchas veces la tomamos como desprendimiento de los bienes de este
mundo, pero no es esa la primera acepción. Esto es consecuencia de otra cosa
mucho más honda, y es poner nuestras vidas en manos de Dios. Eso es la pobreza
espiritual. Naturalmente, una consecuencia ineludible es estar desprendido de los
bienes de este mundo. No se trata de no considerarlos. El mensaje de ese texto,
como ocurre con otros de los Evangelios,
no
comunica a veces lo esencial de la
confianza en la Providencia. Es el único texto poético de Mateo, quien no tenía
vena poética, aunque sí otras. En realidad el gran tema es la libertad: no se
afanen, no se afanen , dice seis veces. No se preocupen, no se afanen .
¿Cómo podemos ser libres en la vida cotidiana? Estableciendo prioridades,
sabiendo qué es primero, qué es segundo y qué es tercero. Eso es lo que nos
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EVISTA ~ T I N O M E R I N DE TEOLOGÍA
Pastor del pueblo de Dios en la Iglesia de El Salvador, enseñaba de palabra
y con el ejemplo. Testigo de Jesucristo, fue coherente con 1 que entendía que le
pedía el Evangelio que profesaba y con el Dios en quien creía, hasta
dar
su vida
por aquello en que creía. Tuvo la oportunidad de frecuentar los salones de los
poderosos y dialogar con ellos para buscar soluciones a la situación de tremenda
violencia e injusticia en que vivía su país. Pero prefirió, decidida y claramente,
ponerse del lado
de
las víctimas
los
pobres y perseguidos de muchas
formas-
y correr la misma suerte que ellas y ellos.
Hace treinta años fue asesinado mientras celebraba
la
eucaristía, pero sus
palabras están vivas en nosotros y en todos aquellos que, hoy como ayer, luchan
por un mundo más humano y más según el corazón de Dios.
En esta ponencia intentaremos reflexionar sobre la síntesis de fe e historia que
nos parece ser el gozne central del dinamismo interior y del proceso vivido por
monseñor Romero en los últimos años de su vida. Buscaremos, primero, asentar
el marco teológico sobre cómo la historia desafía a la fe cristiana desde siempre,
una vez que el Dios de la revelación se manifiesta y dice su nombre en situa
ciones muy concretas de tiempo y espacio,
en
medio de conflictos y realidades
imprevisibles.
Trataremos, después, de ubicar a monseñor Romero dentro de ese dinamismo
histórico. Nuestro intento será ver cómo su segunda conversión , ya nombrado
arzobispo, fue producida por los desafíos que la realidad histórica le ponía
delante y que él intentaba leer con una mirada iluminada por la fe. Aparecerá
no solo la transformación de su mirada a la realidad
de
la injusticia socio-econó
mica-política de su país, sino también al interior de la Iglesia y de la manera de
concebirla.
Eso nos llevará a nuestro tercer punto, que será reflexionar sobre monseñor
Romero como mártir de Jesucristo. Nuestro intento aquí será ver cómo la vida y
la muerte de monseñor Romero, en perfecta coherencia y conexión la una con la
otra, nos remiten a
la impresionante semejanza con la pasión de Jesús de Nazaret,
y a la manera como el profeta galileo vivió y asumió su destino. Y mostraremos
cómo el martirio del obispo salvadoreño ha sido semilla fecunda no solo para su
Iglesia particular, sino para muchas otras comunidades y personas alrededor del
mundo.
Finalmente, nos detendremos en el Dios que estaba en el centro de la fe de
monseñor Romero. El Dios que era el sujeto y el objeto de su fe, Aquél a quien
se dirigían sus pensamientos, sus acciones, su amor, sus decisiones. Intentaremos
ver cómo para él ese Dios era inseparable de la historia y sus vicisitudes, y sobre
todo era inseparable del pueblo a quien servía como pueblo de Dios.
Esperamos que el itinerario de esta reflexión teológica pueda llevarnos a
algunas conclusiones sobre el legado de monseñor Romero treinta años después
LA FE:
OTRA
MIRADA PARA
LEER
LA HISTORIA
de su martirio, para que las comunidades puedan seguir bebiendo de esa fuente
fecunda que es su figura, su vida y su muerte. Ojalá en estos nebulosos y difíciles
tiempos postmodernos en que vivimos, parcos en utopías, podamos encontrar
renovado fervor, contemplando el testimonio de fe de ese pastor totalmente
entregado a Dios y a su pueblo.
1.
El desafío de la historicidad
El ser humano es un ser histórico, además de ser un ser relacional, intersub
jetivo, dialogal. La historia, sin embargo, es siempre historia de una comunidad
de
un
pueblo
más que de uno o más individuos. Es el conjunto del acontecer
universal como determinación y obra del ser humano.
¿Pero cómo puede la palabra humana hablar de Dios dentro de la historia?
¿Cómo relacionar a Dios e historia, si Dios trasciende la historia? ¿No es Dios el
motor inmóvil, atemporal, intemporal? Y la historia ¿no es el terreno de
10
provi
sorio, de 1 contingente, de la caducidad? Más aún, ¿no es la historia el terreno
del conflicto, de la lucha, de la ambigüedad? ¿Cómo puede Dios, que es Verdad
absoluta y transparente, revelarse en medio de las sombras y dolores del tiempo
y del espaci0
2
?
Aunque la revelación también se dé a través de la naturaleza, de la crea- 1
ción, del mundo visto y contemplado que nos eleva en su belleza, revelando
la
presencia del artista que 10 concibió, la historia, unida a la creación, es un espacio
donde el pueblo de Israel y la primera comunidad cristiana percibieron de forma
privilegiada la presencia y la acción de Dios.
Para el cristiano, por lo tanto, es fundamental la convicción de que Dios
además de revelarse en la creación y de poder ser encontrado a partir y a través
de
la naturaleza
también se reveló y se revela en
la
historia. No hay que salir
de
la
historia para oírlo, encontrarlo y recibir su revelación. Pero es en
la
historia
misma, en esta historia concreta, donde podremos oír su Palabra y captar lo que
ella quiere decir.
La
revelación cristiana, por tanto, además de se r una revelación
cósmica (que se da a conocer en el mundo, en
la
creación, en la naturaleza), es
una revelación histórica
3
•
El hecho
de
un Dios que se comunica con hombres y mujeres, hablando con
ellos y ellas en medio de
la
historia, es central en la visión cristiana. Por esto el
pueblo de Israel fue percibiendo que las cosas que iban ocurriendo en su historia
de cautiverio y liberación, en su lucha por encontrar asentamiento en una tierra,
en su necesidad de organización política, etc. no eran acontecimientos separados
2. Cfr. K. Rahner, Curso fundamental sobre la fe, Grado 5.°: Historia de la salvación
de la revelación , 1979, pp. 172-213.
3. Ibídem.
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179
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
78
y distantes entre sí, ni tampoco cosas que solo decían algo sobre lo inmediato de
cada momento. Llevaban en sí un sentido mayor que era necesario escuchar con
mucha atención, porque allí estaba, en persona, el mismo Dios
4
•
Experimentando la comunicación de Dios y oyendo su Palabra en medio
de los acontecimientos históricos e interpretando esa experiencia, el pueblo fue
configurando el proyecto histórico y salvador que Dios deseaba. Y entendió 1
que después escribió sobre la revelación de Dios a Moisés, lo que desembocó en
la liberación del pueblo del cautiverio de Egipto y en su caminar hacia la tierra
de la liberación. Dios se revela hablando a Moisés
de
lo que ve en la historia del
pueblo y de aquello que pretende hacer en esta historia, en favor de este pueblo \
que tanto ama: He visto la opresión de mi pueblo en Egipto,
he
escuchado sus
¡
quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos.
Y
he bajado a
í
liberarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil
y espaciosa, tierra que mana leche
y
miel. .. La queja de los israelitas ha llegado a
mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios (Ex 3, 5-9).
Por eso también el pueblo de Israel, lejos
ya
del cautiverio de Egipto y
asentándose en la tierra de promisión, para
no
olvidarlo repetía todos los días la
revelación de ese Dios que se había mostrado tan poderosamente en su historia:
Mi padre era un arameo errante; bajó a Egipto y residió allí con unos pocos
hombres; allí se hizo un pueblo grande, fuerte
y
numeroso. Los egipcios nos
maltrataron y nos humillaron, y nos impusieron dura esclavitud. Gritamos al
Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz; vio nuestra
miseria, nuestros trabajos, nuestra opresión. El Señor nos saeó de Egipto con
mano fuerte, con brazo extendido, con terribles portentos, con signos y prodigios.
Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel
(Dt 26, 5-9).
La experiencia que tiene este pueblo según la Biblia es paradigmática para
nosotros. Y ciertos acontecimientos, claramente históricos en la historia del
pueblo de Israel, apuntan más allá de sí mismos a una disposición y una provi
dencia divinas. Y por eso deben ser narrados, contados, repetidos, una y otra vez,
siempre, para que el pueblo crea y 1 transmita a las generaciones futuras
5
.
Del mismo modo, en el Nuevo Testamento, la presencia y la revelación de
Dios paradójicamente se dejan verificar en la impotencia y en el fracaso de
la cruz, acontecimiento histórico que sitúa al cristianismo naciente, teniendo
que encontrar su identidad en un hombre que nació, vivió, sufrió y murió
4. Ibídem.
Cfr.
1. B. Libanio, Teología da Revela{:iio a partir
da
modernidade,
Revela¡;:ao e história: reflexao introdutória, pp. 283-306.
5.
Cfr.
P.
Ricoeur, Herméneutique de l'idée de Révélation , en
P.
Ricoeur et
álii
La
révélation,
Bruxelles, Publieation des Facultés universitaires Saint-Louis,
1977,
pp. 10-27.
LA FE: OTRA MIRADA PARA LEER LA HISTORIA
violentamente en
un
determinado período de la historia humana. El sufrimiento
y la muerte no son frontera para Dios. Y la primitiva comunidad cristiana
lo
1
comprendió porque, cuando hizo la experiencia de su Resurrección, escuchó 1
que Dios decía a través de la muerte de Jesús. A partir de ella, releyó la historia
y comprendió que se encontraba ante un acontecimiento no m'eraiñente lineal
y cronológico, sino ante algo que hacía girar a la historia sobre sus goznes.,J
Comenzaba una nueva era, en la que era necesario anunciar la Buena Noticia
y construir el Reino a
fin
de que la propuesta de Jesús pudiera expandirse por ..
el
mundo y no quedara sofocada por instituciones que no le eran adecuadas. El r
cristianismo está, pues, fundado sobre el anuncio del Reino de Dios por Jesús,
hecho acontecido en la historia, y por
el
anuncio de Jesucristo reconocido perso
nalmente como Palabra viva de Dios, pronunciada sobre la historia. J
Sin embargo, no podemos disponer de la totalidad
de
la historia. Asumimos
la totalidad solo
bqjo
forma de anticipación, expectativa y acción inspirada por
ella. La historia no transcurre según las leyes de la necesidad. Está hecha por el
ser humano y está condicionada por la libertad humana.
¿Pero qué sentido tiene afirmar que Dios preside la historia
y,
en verdad,
percibir en esta historia los condicionamientos, parcialidades y provisionalidades
que nuestra limitación introduce en ella? Si todo fuera absurdo, también lo sería
nuestra propia existencia,
y no
podríamos vivir
ni un
instante más. El sentido no
es solo la meta del hacer humano, sino también su fundamento y presupuesto.
Experimentamos fragmentariamente el sentido que nos remite al Sentido
apenas
vemos algunos signos
y
señales que marcan la historia y nos remiten al
paso de Dios, Señor de ella, que nos abre camino-o
Afirmar un sentido presente en la historia es afirmar que comprometerse
en
la historia, luchar por la justicia, la paz y la libertad, es coherente, justo y nece
sario. Esperando y confiando siempre, pues Dios no es solo el Dios que habló a
un pueblo
en
el pasado, sino igualmente
el
Dios que habla
hoy,
en la vida y la
muerte de los hombres y mujeres que viven, sufren y se alegran a nuestro lado. Y
es igualmente el Dios que viene, que va delante de nosotros abriéndonos futuro.
La
fe
cristiana, por tanto, tiene como elementos una Escritura siempre por
descifrar e interpretar; una palabra siempre para ser escuchada y retransmitida
a interlocutores, siempre otros y nuevos, de un acontecimiento históricamente
situado que no cesa de reactualizarse en nuestra historia, desde el horizonte
del
final de los tiempos; una tarea ética
de
humanización a ser llevada adelante en la
secularidad de la historia con todas las personas de buena voluntad. Así es como
la
fe
cristiana, que es fe en la revelación de Dios, escapa a la fascinación de lo
sagrado, donde nacen otras religiones, y trasciende los ritos y observancias donde
aquéllas buscan su ejercicio y su culminación.
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180
REVISTALATINOAMERICANADETEOLOGÍA
Ahíestá un caminoimportanteparalafe cristianaenelmundocontempo
ráneo: recuperarlanarrativa deDios que genera la
fe.
Y también,yno menos
importante,recuperarla narrativade los testigos que tejieronesa historia con
su experiencia,con
su
compromiso, con
su
testimonio,con su sangre.
Yeso
sólo se da pensandoesa
fe
comoacontecimiento, comoexperienciaque seda
enmediode
la
historia.Comomirada,comoperspectivaparaleereinterpretar
esahistoria.Comoclavedelecturaquepermitecomprenderlahistoriadesdela
miradadeDios.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero es uno de esos testigos. Una deesas
personas que son marcos luminosos, luces dentro del tiempoy se convierten
enclavede lecturapara permitirnosanosotros,cristianosdel sigloXXI, leere
interpretaresahistoriaenlacualestamos inmersosyenlacualsomosllamados,
tambiénhoy,comoélhacetreintaaños,adarrazóndenuestraesperanzayadar
testimoniodenuestra fe.
2. Romero,
un
testigode
la
fe
dentro
de
la
historia
Como hombre de su tiempo,monseñorRomero estaba configurado porla
formación que había recibido. Una formación que le fue dada poruna Iglesia
preconciliar,dondelavivenciadela
fe
ylaprácticadelareligióneranconcebidas
un tanto desvinculadasde lavida realy cotidianade laspersonas. Hombrede
feydeoración,pastordedicadoa susovejas,asíhabíavividodurantesus años
de seminaristay sacerdote,y sus primeros añosdeobispo. Cumplíafielmente
lasexigenciasde sucondicióny desu vocación,pero noestaba tanatentoa la
realidadhistóricacomo
locus
privilegiadoy fuente primordialparabeber,leer,
interpretaryvivirsu
fe
cristiana.
El caminodemonseñorRomero,enesecomoen otrosaspectos,es extremamente
coherente con el camino cristiano alo largode 2,000años dehistoria. La
fe
cristianafuedesdesus comienzosunafe basadaeneltestimoniodeotros.Los
discípulos creyeron en Jesús, en quien reconocieron y a quien proclamaron
TestigoFiel
6
•
Las mujeres creyeronque latumbanoerael lugarde aquél que
estaba vivo, y de eso dieron testimonio. Los Apóstoles -después decierta
resisten cia- creyeronalasmujeres.Yasícomenzóel caminodeesapropuesta
devidaque.fueconquistando el mundoconocidodeentonces.Su fuenteestaba
en la palabrade algunos débiles seres humanos que decían: "Eso es verdad
porqueyo vi,yo experimenté.Doytestimonioysoycapazdemorirporello"7.
6.
Ap
1,5;
3,
14.
7.
J. L González-Faus, Calidad cristiana. Identidad y rws del cristianismo
Santander,SalTerrae,2006,pp.85-103:Antropologíacristiana
y
martirio.
LAFE:OTRA MIRADAPARA
LEER
LAmSTORIA
181
La
fe
cristianadesdesusinicioses,porlotanto,una
fe
detestigosynotanto
detextos
s
.Cadavez sevuelvemásverdaderay verificable laafirmacióndeque
hayquehacerunateologíano tantode textos,sinodetestigos. Apelandoalos
testimoniosdehombresymujeresquefueronalcanzadosporDiosenmedio de
la
historia,sehacemásevidenteladiferenciaentre fe yreligión,fe einstitución.
Lal
fe
es
un
caminovital,unaexperienciaexistencialeinalienablementehumana.La
fe
dasentidoalavida.Lareligióneselsoportedoctrinalymoral, la expresiónritual
yculturaldela fe. Estáinfluenciadayconfiguradaporunacultura,unasituación,
unatradición.Algunasdesusexpresionespuedenydebenserrelativizadas. .
Cuandoaprendemosadistinguirloqueconstituyelaidentidadmásprofunda
deloshombresymujeresde
fe lo
quesomosllamadosaser,asícomoaayudar
aotrosa
serlo-,
enestaconfusaydifusacontemporaneidaden
la
quevivimos,
aprendemos mejor a distinguir
fe
y religióny dara cadaunasu debido lugar
y
su
debida importancia. Nuestros contemporáneos,con
su
visión crítica, sus
interpelacionesmuchas vecesdesconcertantes,suincredulidadosu religiosidad
distintaalanuestra,seconviertenenbuenosinterlocutoresparanosotros.Ellosy
ellasnosmuestranquelafecristianatodavíatienehoy
un
papelquedesempeñar,
siempreque nopierda suidentidaden mediode los tiempos nebulososen que
vivimos. Para rescataresa identidad, los textos son necesarios, pero a veces
pueden no comunicar todo lo que seríanecesario comunicar, seaporque son
deotraépoca,seaporqueellenguajeesinadecuado,seaporquelaculturadela
imagenyaexigeotrasformasdecomunicación.Encambio,el testimoniosigue
siendoelocuente,siempreverdadero,siempretransparente,siempre impactante .
Los testigos siguen siendo los mejores teóricos'de la
fe
que profesamos yque)
deseamoscomunicarhoycomoayer.Enese sentido,siguensiendolos teólogos
primordiales.
, 1
MonseñorOscar ArnulfoRomeroes uno deesos testigos.Su testimoniode
viday
su
muerteiluminaron,ysigueniluminando,elcaminoylavidadevarias
generaciones. Siguen señalandoque seguir aJesús deNazaret no se hacepara
calmarnuestrasansiedadesyangustiasydejarnosdormirtranquilos,sinoquees
unapropuestaquedebellevarnoshaciaelcorazóndelarealidadtalcomoesy
ponernosen
el
epicentrodelosconflictosde lahistoria,alladodelas víctimas,
tomandopartidoylevantandolavozendefensa
de
lavida.Esaactitud
-que
fue
la delosprofetasylade Jesús- esarriesgadaypuedeexigirquenosmanten
gamosenella,nosolohablandoodenunciando,sinodandolavidaporaquelloen J
quecreemosysobre
10
quehablamos.
Comosacerdote,ÓscarAmulfoRomerofue
de
cortetradicionaLEjercíasu
pastoralmásalinteriordelaIglesia,celebrandomisas,impartiendosacramentos,
8. Esaexpresiónes adoptadapor algunosteólogos contemporáneosen susobras más
recientes,talescomo
J.
B. Metz
yJ.
Sobrino.
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201
REVISTA LATINOAMERICANA
DE
TEOLOGí
social la Iglesia trata de mantener por lo menos
su
poder ideológico y lucha para
salvar las normas de la moral cristiana por ejemplo en materia de sexo y familia.
El esquema imperial todavía no ha muerto
en
la imaginación y en la acción
política de la Iglesia. Esta ejerce una acción política para defender lo que le
queda de los privilegios de la antigua cristiandad por ejemplo en América Latina
o en Europa. Trata de imponer la moral católica en los países que fueron parte
de la antigua cristiandad.
El
papa ejerce un poder político aunque sea siempre
menos eficiente. No permite que los católicos tomen actitudes políticas distintas
de las suyas. En la Iglesia sólo el papa puede definir y hacer la política.
En toda la histor ia de la cristiandad y también después de ella hubo
movimientos inspirados por
el
Evangelio que pidieron reformas de la sociedad
llamada cristiana estuvieron en la base de revoluciones sociales y políticas
criticando y rechazando la sociedad establecida aunque tuviera el apoyo y
estuviera asociada al poder del clero.
Todos
fracasaron y finalmente
las
revoluciones
se hicieron por los que se habían separado de la Iglesia aunque invocaran
el
Evangelio. La oposición entre Evangelio y religión fue reemplazada por la
hostilidad entre la Iglesia y las repúblicas laicizadas. Siempre hubo dos políticas
cristianas en la cristiandad y después de la cristiandad. En ese estado de virtual
guerra los que daban prioridad al Evangelio quedaron reprimidos.
En América Latina tuvimos en
el
siglo una manifestación visible de
esa oposición. La política romana buscó siempre la alianza con los Gobiernos
dictatoriales contra los movimientos r e f o r m i s t ~ o revolucionarios. Sin embargo
en la base de esos movimientos había siempre una inspiración evangélica y
representantes de una parte del clero disidente de la política de los papas. Aún
hoy en
el
siglo XXI la Iglesia romana se opone a los movimientos de transfor-
mación social en Venezuela Bolivia Ecuador Honduras. Pero hay católicos que
los
apoyan en nombre del Evangelio. La razón es que la Iglesia romana da la
prioridad al polo religión y la religión es defendida por las dictaduras de derecha.
La
oposición se inspira en
el
Evangelio.
La entrada en
el
Imperio romano como religión de Estado y la cristiandad
que de ella resultó tuvo también consecuencias inmensas en
el
régimen interno
de la Iglesia. Esta se constituyó según
el
modelo imperial. Poco a poco nació un
derecho eclesiástjco inspirado en
el
derecho romano de Justiniano.
En el
derecho
romano todos los poderes están
en
la persona del emperador. Este delega sus
poderes a sus funcionarios de todos los niveles. El pueblo es puramente pasivo:
su
misión es obedecer. Todas las decisiones vienen desde arriba y bajan por
inter-
medio de los
niveles
de oficiales
del
Imperio. En la Iglesia
el
modelo imperial estaba
directamente en oposición al modo de vivir de las comunidades cristianas.
No
había clero como clase superior. La liturgia la enseñanza de la
fe
las decisiones
relativas a la comunidad se definían localmente con la participación del pueblo
cristiano incluso
la
elección de los obispos cuando estos aparecieron.
FE
Y
POLíTIC
La implantación del modelo romano
no
fue fácil ni rápida porque se oponía
a la antigua tradición cristiana. Pero cuando los papas asumieron la dirección de
la cristiandad empezaron a imponer la uniformidad imperial a todas las partes
de la cristiandad. Durante siglos lucharon para controlar la doctrina con los concilios
medievales la liturgia romana fue eliminando las otras
lo
que finalmente se
logró en el Vaticano
11.
Los papas lucharon por
el
nombramiento de los obispos
lo que se logró con
el
Código de Derecho Canónico de 1917 finalmente aplicado
a casi todas las diócesis. Cuando los obispos dejaron de ser nombrados por los
reyes
el
papa asumió
el
cargo en lugar de devolver ese nombramiento a las
iglesias locales como era la tradición antigua.
La organización imperial de la Iglesia católica impidió el desarrollo del
pueblo cristiano. Los laicos fueron infan tili zados por los sacerdotes lo que
constituye el gran problema de la Iglesia en medio del mundo moderno laicizado.
Siempre hubo protestas propuestas de volver a las tradiciones antiguas de la
Iglesia pero los papas y su curia romana siempre impidieron todas las manifesta-
ciones en ese sentido. La Iglesia se ha transformado
en
un imperio religioso
bajo
el
pretexto de que la Iglesia no es una democracia. Sin embargo ella debía
parecerse más a la democracia que al imperio
si
examinamos las fuentes de los
orígenes cristianos.
En América Latina al comienzo de la conquista hubo misioneros franciscanos y
dominicos que vinieron con la intención de predicar el Evangelio y de constituir
una Iglesia diferente de
]a
que había en sus países de origen que conocían las
corrupciones de la cristiandad. Cuando los imperios de España y Portugal se
consolidaron en América se implantó el régimen de cristiandad
en
forma radical
y
el
polo religión predominó hasta
el
siglo XX casi hasta el principio de Vaticano
n
Los sacerdotes y religiosos fueron organizadores de la institución eclesiástica
pero dejaron a los indígenas a los esclavos negros y al pueblo mestizo sin
conocimiento del Evangelio y solo con fragmentos de la religión de las
metrópolis.
Después del Vaticano
T
sucedió el milagro de Medellín confirmado por
Puebla. Hubo una generación de obispos sacerdotes religiosos y religiosas que
adoptaron
el
polo Evangelio sin romper con la religión. Fue una generación que
comenzó con Vaticano
TI
después de algunos precursores y duró más o menos
hasta mediados de los años ochenta. No todos entraron en
el
movimiento pero
este constituyó la tendencia dominante en las Iglesias de América Latina en
general aunque no en todos los países.
Ahora estamos
en
otra fase de la historia. Predomina
el
polo religión con
el
pontificado de Juan Pablo II prolongado por el papa actual. Los obispos que
hicieron Medellín fueron reprendidos y castigados. Fueron acusados de hacer
política en lugar de administrar la religión de su diócesis. Desde entonces predo-
mina una vigorosa campaña en contra de Medellín y Puebla.
La
teología de la
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2 2
2 3
EVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGÍ
liberación fue condenada y sigue siendo c99denada. Las comunidades eclesiales
de base cayeron en sospecha y fueron prácticamente abandonadas por la mayoría
del
clero. Reapareció una teología tradicional, con seminarios tradicionales, una
vida sacerdotal tradicional, todo ello anterior al Vaticano II. El Concilio se repite
verbalmente, pero la pastoral promovida por Roma es un· regreso a la estructura
anterior al Vaticano II.
Prevalecen en la Iglesia romana y en todos los países, los movimientos
burgueses que todavía creen que es posible volver a formar una cristiandad
gracias a la reconquista del poder político. Ignoran la situación de las grandes
masas humanas, de los pobres de modo particular. Es verdad que muchos obispos
no creen en esa ficción, pero no se manifiestan porque Roma está vigilando.
El papa está dirigiendo un gran combate contra el relativismo. Ahora bien, el
relativismo es todo
el mundo contemporáneo interpretado en esa forma. Creen
que una pequeña minoría
de
defensores fanáticos
de
las estructuras establecidas
será capaz de rehacer una cristiandad. De allí la alianza con todos los movi-
mientos burgueses en la sociedad, con la política de los Estados Unidos y de
la Unión Europea, y de modo general con los partidos conservadores. Por eso
nunca aparece una condena del capitalismo, aun después
de
la gran crisis que
se
ha
manifestado desde 2008. No se nota que el documento de Aparecida haya
provocado un cambio real en la política eclesiástica.
Esta rápida evocación de la historia
de
la cristiandad nos permite entender
por qué es necesario reexaminar el método de la teología. Esta revisión ya
empezó en América Latina, pero fue frenada con mucha fuerza por Roma. Si
existen dos polos contradictorios en la Iglesia como institución, aunque no como
pueblo
de
Dios, la teología debe estudiar ambos polos.
Por un lado, una teología cristiana consiste en buscar desde los orígenes
hasta hoy la tradición
del
Evangelio vivido en la Iglesia. ¿Dónde se encuentra en
cada época de la historia? ¿Cómo fue vivido el mensaje
del
Evangelio en toda la
historia? ¿Qué significa
el
mensaje evangélico en la actualidad? ¿Dónde podemos
verlo hoy día?
No se trata de doctrinas, sino de vida. El Evangelio es una vida y el mensaje
es
su
vida, como el mensaje
de
Jesús fue
su
vida terrena. Vidas humanas vivieron
el Evangelio y lo viven aún hoy día. ¿Dónde?
El
objeto primordial de la teología
no son las doctrinas enseñadas desde los siglos pasados hasta hoy. Las doctrinas
son creaciones humanas. Aunque el Espíritu pueda trasmitir un mensaje por
medio de ellas, las doctrinas nunca son sencil1amente la enseñanza del
Siempre son relativas al alcance de la inteligencia humana, relativas a la cultura
en la que fueron elaboradas. Los llamados dogmas no son sencillamente la
palabra del Espíritu. La vida mostrará lo que era
del
Espíritu y lo que era
del
pensamiento humano.
Por supuesto, tal teología nunca coincide con la verdad. Habrá muchas inter-
pretaciones diferentes, lo que es previsible en toda obra
~ u m a n a
Pero
1
que el
pueblo cristiano necesita en primer lugar es el mensaje de
lh
vida.
Por otro lado, la teología contempla también toda las tradiciones eclesiásticas
que en el decorrer de los siglos han transformado la Iglesia y la han llevado a
sus estructuras actuales. Se trata de la doctrina, de la liturgia, de la moral y de
la organización eclesiástica. Se trata de todo lo que se ha añadido al mensaje
de
Jesús. En la teología moderna se enseñó que junto a la Biblia hay verdades
reveladas no escritas que fueron trasmitidas oralmente désde los Apóstoles. Pero
en la práctica es muy difícil identificar esas tradiciones. Salvo si se considera
como tradición todo lo que existe en la Iglesia actual. Pero históricamente no
puede mantener. Además,
el
Concilio de Trento había sido más prudente y
no había enseñado que existen verdades no escritas en la Biblia y trasmitidas
solamente por vía oral.
Esta parte de la teología comienza con un estudio histórico de la construcción
de
todas las estructuras que existen en la institución Iglesia católica. A partir de
eso, la teología busca el origen de las transformaciones, que
es 1
que viene
de
algunas personalidades fuertes o de algunas instituciones cristianas particulares,
o lo que viene de las tradiciones populares, o de las religiones
de
los pueblos
con los que la Iglesia estuvo en contacto. Debemos examinar especialmente las
raíces posibles en los pueblos que han sido evangelizados por la conquista militar
b política. Todo eso incluye una historia de los dogmas y
de
las doctrinas, una
historia del culto, de la moral, de la institución de gobierno.
Todas esas tradiciones pueden y deben cambiar porque son relativas a la
cultura de su tiempo. Además,
su
significado cambia en las diversas épocas de
su
historia.
Esas tradiciones son buenas en la medida en que conducen al Evangelio,
son
malas si apartan del Evangelio. Hay tradiciones que deben cambiar porque
ya no corresponden a la cultura contemporánea. Por ejemplo, podemos citar el
mundo sagrado de los pueblos gennánicos (santos, milagros, reliquias), el mundo
penitencial que vino de los monjes irlandeses o ingleses (sistema penitencial
prácticas ascéticas extremas), la filosofía griega que entró en el siglo XIII y
condicionó todo el pensamiento cristiano y que es incomprensible en la cultura
la devoción moderna su individualismo espiritual propio de una época
en la que todo apartaba de las instituciones eclesiásticas.
Hay tradiciones que hay que interpretar de modo diferente, por ejemplo, los
sacramentos y todo el sistema
de
bendiciones. Podemos añadir la organización
de los ministerios, de tal modo que el pueblo pueda ocupar el lugar al que tiene
derecho en la Iglesia.
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REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
En toda religión, incluso en la religión cristiana, hubo y hay aspectos
negativos y aspectos positivos. Como negativos podemos recordar la conquista
de los pueblos bárbaros por medio de la guerra, las Cruzadas, las guerras de
religión, todo en nombre de Dios. También en nombre de Dios, la Inquisición,
las torturas, quemar a los supuestos herejes, la represión sangrienta de las here-
jías, la ignorancia de los derechos humanos, la ignorancia de la miseria obrera
durante tanto tiempo, la conquista de América y la destrucción de los pueblos
indígenas justificados por la donación del papa, la importación de millones de
esclavos africanos, el actual silencio sobre el capitalismo y todo lo que produce
en los pobres que son sus víctimas, la destrucción de África por los poderes
económicos extranjeros, incluso las guerras financiadas por los pueblos desarro-
llados con el silencio de sus autoridades, el reciente silencio de la jerarquía en
muchos países de América Latina durante las dictaduras militares como en la
Argentina, en América Central y otros países siempre con el apoyo de Roma y
de las nunciaturas, el silencio sobre las guerras de Estados Unidos en el mundo
musulmán de Asia en nombre de Dios. Son solo algunos aspectos más evidentes.
No se justifican eomo errores de algunos cristianos, sino que fueron hechos en
nombre de Dios por las supremas autoridades de la Iglesia. La misma religión
cristiana estuvo y está comprometida, y los laicos no recibieron la orientación
que debían recibir. Hay en la religión fermentos perversos que hay que combatir
sin guardar silencio.
Por otro lado, la religión cristiana creó una civilización en Europa occidental
entre los siglos V y XII, sobre todo por las obras de los monjes. Salvó los
monumentos literarios de la civilización grecorromana. Dejó inmensas obras
artísticas y literarias en los siglos pasados. Estamos hablando aquí de la religión
y no de la tradición evangélica que se trasmitía en medio de la institución
eclesiástica, muchas veces en conflicto con ella.
Todo esto es materia de una teología que esté al servicio del pueblo cristiano
porque no puede limitarse al estudio de las doctrinas, sino más bien dedicarse al
estudio de la vida entera. Las doctrinas no dejan de ser un aspecto secundario
en la vida.
Lo
que hace vivir es el Evangelio de Jesucristo y no las doctrinas que
durante la historia han tratado de enunciar en forma intelectual, con los recursos
de la cultura de su tiempo, el contenido del Evangelio.
El corazón del Evangelio
en los márgenes del mundo
Para una espiritualidad del martirio
Luiz Carlos Susin*,
Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur,
Brasil
Mártir es el que da testimonio, el testigo que arriesga incluso su vida y su
sangre. Juan es el evangelista que mejor expresa la dimensión martirial de Jesús,
el testigo por excelencia de Dios, el Padre!. Visto desde esta perspectiva es
espantoso y trágico lo que dice Juan en el comienzo de su Evangelio: "Vino a los
suyos y los suyos no lo recibieron" (Jn
1, 11 .
Y si se tiene en cuenta la procla-
mación grandiosa y esperanzada que le procede, la constatación es sorprendente,
totalmente inesperada y sin aparente lógica: "E n el principio, la Palabra estaba en
Dios y todo se hizo y tomó vida por la Palabra de Dios. Esa Palabra es la vida del
mundo, la luz que alumbra en la oscuridad. Estaba en el mundo el mundo fue
hecho por ella, pero l mundo no la conoció. Vino para lo que era naturalmente
suyo, pero los suyos no lo han recibido" cfr. Jn 1, 1-11 . Y mataron a Jesús, la
Palabra, amparándose en justificaciones legales. Pero Juan añade una segunda
constatación que sí es una buena noticia. "A los que recibieron la Palabra de
Dios, les dio poder de hacerse hijos de Dios, nacidos de Dios"
eir.
Jn
1, 12s .
sin embargo, la intrigante pregunta: ¿por qué el mundo no
conoce a su autor? ¿Por qué los suyos no lo han recibido? ¿Será mala voluntad o
es algo estructural en este mundo?
Carlos Susin, fraile capuchino, licenciado en filosofía doctor en teología por
la Universidad Gregoriana de Roma, es profesor en la Pontificia Universidad Católica
de Río Grande del Sur, Brasil. Es también miembro del equipo de reflexión teológica
de la Conferencia de los Religiosos de Brasil (CRB), miembro del equipo editorial
de la Revista Internacional de Teología
oncilium
secretario general del Foro
Mundial de Teología Liberación.
\. En este texto, más bien meditativo, nos fijaremos en el Evangelio de Juan desde su
estructura interna. Cfr. J. Mateos J. Barreto,
El
Evangelio de Juan. Análisis lingüístico
comentario exegético, Madrid, Cristiandad,
1979 2:
ed.
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213
EVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGíA
con que se libera y se redime el mundo son fruto de una libre decisión. También
es posible permanecer y perecer en un mundo de odio.
La Pascua victoriosa de Cristo no produce una fascinación que seduce y que
elimina la libertad. Es una invitación en libertad, serena y pacífica, para entrar
en la nueva lógica, la lógica divina: No se convierte en espectáculo, ni se acerca
con ostentación. Si Dios, en Jesús, se acercó
al
mundo en los márgenes, desde
abajo, en la piel de los pequeños, entonces sabemos cuál es el lugar, no sólo de su
revelación, sino también el lugar donde puede comenzar la Pascua de un nuevo
mundo posible: en el reconocimiento, en la acogida y ayuda a los más pequeños,
en la lucha por la vida de los que están más abajo, allá donde el mismo Dios está
en el mundo. Obviamente, es esta una vocación arriesgada, especialmente para la
Iglesia de los discípulos de Jesús.
Quiero terminar mi intervención recordando un hecho que pasó casi inadver-
tido con ocasión de la elección de Juan Pablo 1. Entrevistado pocos días después,
con humor dijo a los periodistas que la historia de la Iglesia no es exactamente la
historia de los papas, sino la historia de los santos. Es cierto que hay santos entre
los papas, aunque no todos. Lo que Juan Pablo 1 quería decir es más profundo: el
corazón de la Iglesia, el hilo dorado de la historia de la Iglesia, no es la institu-
ción y quienes la encarnan, sino quienes aman al mundo y dan sus vidas por el
mundo.
Para finalizar, recuerdo que en los inicios de los años ochenta, cuando yo era
estudiante en la Universidad Gregoriana de Roma, tuve en mis manos un folleto
sobre los sufrimientos en América Latina, sobre todo en los países de América
Central en aquel preciso momento. Al final de un texto se podía leer: ... son
centenas los laicos, catequistas, ministros de la palabra, militantes cristianos,
curas... mártires de nuestro tiempo". Un compañero de estudios, al leerlo,
expresó una duda: "¿Son mártires o son
imprudentes? .
Mi reacción fue inme-
diata y acalorada: "Con prudencia, Jesús hubiera muerto de viejo en la cama,
no en una cruz". La prudencia es una virtud humana y, por supuesto, cristiana.
Pero puede ser también una actitud de los hijos de las tinieblas, cuando callar y
esconderse es infidelidad y traición.
Hay situaciones e l
las que la fidelidad llama a superar lo que parecería \
prudencia. Yeso me llevó a volver a leer a san Agustín cuando analiza cómo
distinguir el martirio del suicidi0
3
•
No era solo curiosidad mental. Es la nece-
sidad de aclararse cuando surge una duda importante sobre la verdad, y sobre
todo cuando el precio del testimonio es la pérdida de la vida. De hecho, san
Agustín, entre la noble herencia de los estoicos, por una parte, y la herencia de
años y años de mártires cristianos, por otra, recuerda que los estoicos presentan
3
Cfr.
Agustín de Hipona,
La Cíudad de Dios,
XIX, 4.
EL CORAZÓN DEL EVANGELIO
EN
LOS MÁRGENES
DEL
MUNDO
el suicidio, quitarse la vida, mejor dicho, desprenderse y despedirse de la vida,
como la virtud más racional cuando
ya
no vale la pena vivir, o como diríamos
hoy, cuando ya no hay "calidad de vida", incluida la vida política. Fue el caso
de Sócrates y de Séneca. Como ocurriría hoy ante la falta de calidad de vida
productiva o consumista, se retiraron.
C
No ocurre así con los mártires: En pleno vigor de sus vidas, no
se
retiran,
I
sino que dan la vida. Mueren por aquello por lo que vale la pena vivir. Y con tal
lealtad que,
si
por eso vale la pena vivir, también por eso vale la pena morir. Por
decirlo al revés: ¡solo vale la pena vivir por aquello por lo que vale la pena morir
San Agustín termina sus reflexiones afirmando que el gesto de los estoicos no es
un gesto de valentía, como aquéllos enseñaban, sino de cobardía.
Hoy sabemos que, dadas las complicaciones, sobre todo de carácter psicoló-
gico, no debemos comprender el suicidio necesariamente como acto de cobardía,
pero sí es un gesto de retirarse, de pérdida trágica. Los mártires, al contrario
hay
que subrayar con san
Agustín
son amantes de la vida y de todo lo que
es verdadera vida, ya que en definitiva solo vale la pena vivir por
10
que vale la
pena morir, y viceversa. Ir viviendo e ir muriendo es, ontológicamente, lo mismo.
Por eso son mártires: porque han amado al mundo y han dado intensa y
decididamente su vida por el mundo. Así es su seguimiento de Jesús: amaron
con fidelidad un mundo que les ha odiado, y no se callaron. A este mundo han
dado testimonio de la verdad, sin temor de los que pueden matar. El mundo, no
ellos, les ha quitado la vida del cuerpo. Pero, como monseñor Óscar Romero y
centenares de mártires de nuestro tiempo, viven en el testimonio, en el amor con
que Dios ama y rescata a este mundo.
Esto es ser cristiano. Ser del Reino victorioso de Jesús, que vence alodio del
mundo, rompiendo el círculo del odio en el momento preciso de la ent rega y de la
aparente victoria del odio. De esta forma, el mismo mundo puede ser salvado en
la Pascua de los mártires, inaugurando con signos muy cercanos el "otro mundo
posible".
Permítanme finalizar con una exhortación de san Francisco de Asís, que
viene al caso después de lo que hemos dicho:
Consideremos, hermanos, al buen pastor que
ha
dado su vida por sus ovejas.
Los santos
10
han seguido en la tribulación y en la persecución, en la
vergüenza y en la tentación.
y
sería una gran vergüenza para nosotros que los
santos hayan hecho las obras y nosotros nos contentemos con contarlas y con
eso recibir la gloria.
4
..
;
4. Francisco de Asís, Exhortación VI.
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219
REVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGíA
en dos cosas:
1)
la Iglesia es la congregación de todos con igual dignidad, por
lo cual el pueblo de Dios es presentado no sólo cronológica, sino esencialmente,
antes de la diferencia entre jerarquía y laicos. 2) El pueblo de Dios está en la J
historia humana, caminando entre peligros y tribulaciones..
a) Comencemos por lo segundo, pues apunta a lo fundamental. Siempre es
difícil aceptar las dificultades inherentes a la metáfora pueblo : caminar sin
estancarse, unas veces por el desierto y otras entre conflictos, en búsqueda de
una meta que nunca se alcanza adecuadamente y ni siquiera se vislumbra en el
horizonte. Ser en verdad pueblo de Dios es costoso. Por ello, apuntarse a ser
pueblo de Dios exige la humildad de todo caminar.
y
lo más fundamental: ser pueblo de Dios remite al misterio absoluto sin
muchos apoyos que habían sido tradicionales en otras formas de ser Iglesia. El
Dios de un pueblo no es un Dios estático, sino en marcha . El Dios del culto
es más accesible que el Dios en marcha.
Ese Dios siempre mayor y novedoso, en el cristianismo es también menor.
El caminar cristiano
-que
retoma
la
exigencia de Miqueas 6,
8:
practicar la
justicia y amar con ternura - lleva a la cruz, como a Jesús. Y allí Dios no es
sólo un Dios con los hombres y un Dios par a los hombres , sino que es un
Dios a merced de los hombres . Camina r con y hacia ese Dios no es cosa fácil.
El camino, que tiene mucho de v ía crucis.
Con 'esto queremos indicar que pueblo de Dios , antes de ser un concepto
eclesiológico configurador de la Iglesia, tiene una fuerte carga teologal y de
espiritualidad. Su redescubrimiento en el concilio fue gozoso, pero también
exigente, como lo es todo lo que tiene que ver con Dios.
b)
Dicho esto, en el día a día y en la dimensión social de
la
Iglesia,
lo
que
hoy más impide que sea pueblo de Dios es la tradición de siglos, vertical y
autoritaria, contraria a la dimensión democrática , al todos del pueblo de
Dios. Es difícil para quienes desean mandar e imponerse y también par a quienes
prefieren someterse y evitar inseguridades, responsabilidades y En la
actualidad, lo más nocivo para que la Iglesia sea pueblo de Dios es el exceso de
jerarquía con potestas poder sagrado, presentado como si fuese diseñado y
exigido por Dios -'ignorando el modo de proceder de Jesús in actu- de modo
que el ser-con-poder y el tener-más-poder-que-otros otorgado por la ordenación
ministerial, se le convierta en segunda naturaleza. Y como contrapartida, el
déficit de palabra y libertad de los miembros no jerárquicos de la Iglesia, el
déficit de igualdad en dignidad entre la jerarquía y los supeditados, que muchas
veces es clamoroso. Más allá del término, se trata del rechazo a aceptar la
democracia
en su significado social-antropológico, como dimensión configuradora
de la Iglesia.
MONSEÑOR ROMERO: CONVERSIÓN Y ESPERANZA
Con la excepción de los primeros siglos, la igualdad imp1icada en el pueblo
de Dios no ha tenido mucho éxito. Fue mérito del Vaticano n volver a introdu
cirla en la conciencia eclesial y sacar conclusiones: todos los bautizados forman
parte del pueblo con igual dignidad; todos son sacerdotes -aunque se insista
en que existe una diferencia esencial, no de grado, lo que en principio chirría
con el concepto de y todos son portadores de carisma.
La
verdad
de la
fe es comunicada en directo a la tota1idad de los creyentes. Y lo más
novedoso es que, al menos en la teoría, la jerarquía, el poder sagrado, deja de
ser eficazmente centro y referente último de la Iglesia. Es bien sabido, pero sin
sacar las consecuencias, que en
la
Lumen gentium antes que el capítulo tercero
sobre la jerarqu{a está el capítulo segundo sobre el pueblo de Dios. El problema
hermenéutico fundamental es qué capítulo se debe entender a partir del otro.
Desafortunadamente, en
la
realidad no se entiende la jerarquía a partir del pueblo
de Dios, sino este a partir de aquella. Y cuenta con el peso de muchos siglos
a su favor.
e)
y
no sólo eso. Después del Vaticano II, relativamente pronto comenzó
el declina r oficial del pueblo de Dios , incluso en el concepto. En el sínodo
extraordinario de obispos de 1985, el entonces cardenal Joseph Ratzinger dijo
que el concepto era peligroso por sus connotaciones sociológicas. Se pretendía
acabar con él. Y como alternativa proponía el concepto communio para definir la
esencia de l a Iglesia, lo que el sínodo explicó así: Fundamentalmente se trata de
la comunión con Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo (II C
1).
Es correcto,
pero nada dice de
cómo
historizar dicha comunión. Y al analizar este problema
entramos en
10
que lleva a otra marcha atrás : qué hace que la comunión sea
comunión jesuánica.
Hace ya muchos años,
J.
Moltmann se preguntaba: ¿En dónde está
la
verda
dera
Iglesia: en la
comunidad
manifiesta a través de la palabra y el sacramento,
o en la fraternidad latente del juez universal oculto en los pobres? 5. No es una
disyuntiva, evidentemente, pero es decisivo mantener la pregunta, porque poner o
no en el centro a Mt 25 sigue siendo la gran batalla eclesial, solo resuelta, como
veremos, en Medellín.
Con monseñor Romero la Iglesia fue comunión
pero ante todo alrededor de
los crucificados. Así fue pueblo de Dios, pueblo de pobres que camina hacia su
liberación.
y añadamos que poner en el centro a los crucificados, se trate de pueblo de
Dios de cuerpo de Cristo o de comunión en el Espíritu es el mejor antídoto
contra l peligro
de
aburguesamiento que amenaza siempre a la Iglesia en
cualquiera de sus configuraciones. Insistir, por ejemplo, en nuestros derechos,
5
La Iglesia juerza del Espíritu Salamanca, 1978, p. 160.
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221
REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
garantizados por ser miembros del pueblo de Dios, no puede hacernos olvidar
que ante los crucificados no tenemos derechos. Nos podemos rebelar con
razón contra una autoridad que somete y priva de derechos y dignidad, pero no
para desentendernos de algo más primordial: la autoridad de los que sufren
(J. B. Metz).
1.2:
Marcha atrás
con respecto a Medellín:
la
Iglesia de los
pobres
(a)
El pueblo de Dios del Vaticano 11, y su dimensión democrática, no
es hoy toinado en seri0
6
,
y mucho menos lo es la Iglesia de los pobres . Sus
orígenes se encuentran en la ilusión de Juan XXIII poco antes de comenzar
el Concilio: proclamar que la Iglesia es Iglesia de los pobres ? El cardenal
Lercaro tuvo un emotivo y lúcido discurso a favor al final de la primera sesión
en 1962. Y monseñor Himmer, obispo de Tournai, dijo: ''primus locus in ecclesia
pauperibus reservandus est . Pero de la Iglesia de los pobres no quedó nada
importante en los textos del Concilio.
Varios obispos captaron pronto que a la mayoría les era lejano el tema de una
Iglesia volcada a los pobres de este mundo, en pobreza y sin poder. Y siguiendo
la inspiración de Juan XXIII se reunieron confidencialmente y con regularidad
en Domus Mariae, en las afueras de Roma, para tratar el tema de la pobreza de
la
Iglesia .
Pocos días antes de la clausura del Concilio, cerca de
40
padres conciliares
celebraron una eucaristía en las catacumbas e Santa Domitila. Pidieron ser
fieles al espíritu de Jesús , y al terminar la celebración firmaron lo que llamaron
pacto de las catacumbas: una Iglesia servidora y pobre . Uno de los propulsores
del pacto fue don Hélder Oimara.
El pacto era un desafío a los hermanos en el episcopado a llevar una
vida de pobreza y a ser una Iglesia servidora y pobre . Los signatarios -entre
ellos muchos latinoamericanos, a los que se unieron
otros-
se comprometían a
vivir en pobreza, a rechazar todos los símbolos o privilegios de poder y a colocar
a los pobres en el centro de su ministerio pastoral. Es un texto singular que
tendría un fuerte influjo en la teología de la liberación. Así comienza:
6. De ahí las numerosas críticas y exigencias de volver al Vaticano 11. En Italia la
fundación Ambrosianum ha impulsado un portal de Internet con el propósito de
relanzar l Concilio Vaticano 11". Entre los promotores hay prominentes personajes
eclesiales: los cardenales Cario María Montini, Roberto Tucci, Roger Etxegaray,
Silvano Iovanelli, Achille Silvestrini, Dionigi Tettamanzi y una veintena de obispos.
7. Frente a los países subdesarrollados, es decir, frente a la pobreza en el mundo la
Iglesia es y quiere ser una realidad germinal y un proyecto, la Iglesia de todos
y,
particularmente, la Iglesia de los pobres , Radiomensaje,
11
de septiembre de 1962.
MONSEÑOR ROMERO: CONVERSIÓN y ESPERANZA
Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano 11, conscientes de las
deficiencias de nuestra vida de pobreza según el Evangelio; motivados
los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha
evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en
el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro
Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras
respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la
Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras
diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también
con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como
gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue.
y enumeran su compromiso en 13 puntos, todos ellos alrededor de vivir en
pobreza y sin poder g.
(b) La idea y el compromiso fueron recogidos por Medellín en l capítulo
Pobreza de la Iglesia . En él los obispos se preguntan por su propia pobreza y la
de sus iglesias. Y como es más conocido, desde la pobreza real y la opresión que
vivían las mayorías del continente comprendieron centralmente la misión de la
Iglesia en los dos capítulos inaugurales sobre Justicia y Paz .
Pues bien, también en relación a la Iglesia de los pobres , reconocida por
los obispos de Medellín, se ha dado una marcha atrás. Y no es sorprendente.
A diferencia del Concilio, Medellín, por hacer central a los pobres y su libera
ción, tuvo en su contra desde el principio a los poderes económicos, militares,
policiales y en buena parte también mediáticos del' continente. Recuérdese el
informe Rockefeller de 1968, el documento de la reunión de Santa Fe en 1980,
las reuniones de militares en el Cono Sur en la década de los ochenta. Fueron
campañas crueles, a las que a veces se unió una parte de la Iglesia institucional.
y han sido campañas duraderas allá donde la Iglesia se ha mantenido
fiel
a
Medellín y es esencial recordar e insistir en que fueron también épocas
de martirio, que fue lo más jesuánico que ocurrió en la Iglesia. Sobre ello
volveremos-o
Sin embargo, desde un punto de vista cristiano, lo más grave ocurrió al inte
rior de la Iglesia institucional.
La
persecución exterior asustó a la Iglesia insti
tución, comprensiblemente. Pero además vio con temor que Medellín, muchos
obispos prominentes
-más
la teología de la
liberación-
concedió adultez y
libertad a los cristianos, para obedecer a Dios y defender a los pobres. Sentían
que el poder de la jerarquía se tambaleaba. Eso fue juzgado como grave mal para
la Iglesia. Y la jerarquía reaccionó.
8. El texto puede verse en Carta a las Iglesias 590 (junio 2009), pp. 6-8.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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EVISTA LATINOAMERICANA DE
TEOLOGíA
Volver , al Concilio, a Medellín, a monseñor Romero, es una mrulera
de
formular la necesidad de conversión de la Iglesia como hecho y de apuntar a
contenidos fundamentales que
la
configuren teologal, cristológíca y evangélica
mente. Volver no tiene nada de nostalgia
ni
de ingenuidad. Dados los cambios
históricos y de paradigmas, es evidente que ningún intento de imitacion sería
sensato, además de ser imposible.
Y
para
una fe utópica tampoco es deseable,
pues haría desaparecer el elemento de novedad esencial en
la
esperanza. Pero
no es desatino, aunque haya que historizarlo adecuadamente, volver a lo que fue
fundrunental en la irrupción. si a pesar de todo produce desasosiego oír hablar
de volver a Medellín, quizás ayuden las siguientes reflexiones.
1.
Salvadas las distancias, igual o mayor desatino sería
pedir
volver a la
Pascua
de
Jesús , sobre todo
"al
Crucificado .
De
hecho, ocurre con gran difi
cultad. Pero no por ser cosa del pasado , sino por ser cruz . Lo mismo ocurre
con Medellín: no se trata
de
volver simplemente al pasado, sino a los pobres
y oprimidos, lo cual suele llevar a
la
cruz, aunque esta hoy no
sea
como
la de
antaño.
2.
Al
soñar un futuro mejor, los profetas se remiten al origen, pero, de nuevo,
no
por
haber ocurrido en el pasado, sino por
ser
principio que principió reali
dades salvíficas. Hablan así
de
un nuevo éxodo, recordando la realidad y las
exigencias que acompañaron al antiguo : cercanía de Dios y liberación, por un
lado; exigencia al pueblo
de
justicia y fraternidad; lucha contra los ídolos que
exigen víctimas
para
subsistir,
por
otro.
3. Nunca, que yo sepa, como en Medellín
y
creo que más todavía con
monseñor Romero-
la
Iglesia ha superado con eficacia las crisis más graves que
la han runenazado desde el principio: el docetismo es decir,
la
irrealidad de su
estar en el mundo; y el gnosticismo es decir,
la
irrealidad en ofrecer salvación
-llevándola
al mundo del conocimiento esotérico, descarnado e
individual-,
tentación que Marcos intuyó con toda claridad y
por
eso presentó a un Jesús
inmanipulablemente real . Pienso que ni siquiera en el Concilio,
tan
importante
por
muchísimos capítulos,
la
Iglesia fue realidad tan real como en Medellín y
con monseñor Romero. Ambos son una seria llamada de atención en contra del
distanciamiento de la realidad conflictiva, en contra del solemnismo que se
ha
apoderado de la Iglesi; y que se comunica interesadamente por los
medios-,
con lo que se puede crecer en número, pero no en calidad cristiana. Y en contra
de ofrecer alivio en medio de una vida de sufrimientos, pero sin comprometerse
a erradicar la injusticia que en bue na medida los produce.
11. Cfr.
Según
W.
Kasper ante la gnosis, movimiento espiritual que
amena7,ó
en su
sustancia la esencia de la fe cristiana , la Iglesia cayó quizás en la crisis más
profunda que jamás ha tenido que superar y que fue mucho más peligrosa que la
persecución exterior
de
los primeros siglos .
En
Jesús el Cristo Salamanca, 1976, p. 243.
MONSEÑOR ROMERO: CONVERSIÓN Y ESPERANZA
4.
En
El Salvador, después
de
monseñor Romero,
han
proliferado movi
mientos espiritualistas, muchas veces infantilizantes; y otros integristas y
egoístas, facilitando y bendiciendo buen vivir
de
minorías. Se mantiene
la
religiosidad alrededor de algún Cristo, pero el Jesús del Evangelio, el que asomó
con
fuerza en Medellín como liberador, con frecuencia parece como si hubiera
desaparecido; peor aún, como si hubiese sido escondido, secuestrado. si se
recuerda cómo en aquellos años estuvo presente entre nosotros el Jesús histó
rico , no falta quién
en
otro lenguaje- diga lo del gran inquisidor: Señor,
vete y no vuelvas más . Par a superar cristologías que, evangélicamente hablando,
más parecen a-cristologías, e incluso anti-cristologías, mucho ayudará volver a
Medellín.
Éste me parece a
mí
que es en definitiva el problema fundamental al hablar
de
otra Iglesia es necesaria : recuperar una Iglesia con Jesús de Nazaret en l
centro. Y con él, los pobres de este mundo.
2.
"Otra Iglesia es posible . La conversión de y
desde
monseñor Romero
Sería simplismo preguntarse qué haría hoy monseñor Romero ante la marcha
atrás y el deterioro eclesiaL Pero
para
mantener la esperanza de que otra Iglesia
es posible y poner manos a la obra, mucho ayudará conocer
su
reacción, una vez
elegido arzobispo de San Salvador, ante las exigencias de la realidad, del pueblo
y de Dios.
A monseñor Romero le llamamos pastor , profeta y mártir , y esas
dimensiones suyas han sido bien analizadas. Pero pienso que no se suele analizar
ni valo rar suficientemente, sino que se
da
como
por
sabido, que
el
obispo Romero
llegó a ser el monseñor Óscar Romero, arzobispo, y que para ello pasó
por
un
innegable y esencial proceso de crunbio . Queremos insistir en que, dicho en
forma lapidaria, monseñor Romero se convirtió , aunque haya que explicar bicn
el significado del término. A ello ya ha aludido María C lara Bingemcr.
2.1.
La importancia
del
cambio-conversión en monseñor Romero
A monseñor Romero no le gustaba que se hablase de ese cambio en términos
de
conversión , y es comprensible. También monseñor Urioste prefiere que
se use otro lenguaje: A monseñor
se
le fue cayendo
la
venda de los ojos .
Ciertamente, el cambio no consistió en dejar de hacer el mal
para
hacer el bien
ni siquiera en pasar de ser un buen cristiano a ser un cristiano comprometido.
Pero aunque esto es verdad, no nos parece bueno ignorar
la
profundidad del
cambio que configuró toda su vida posterior, y lo que posibilitó tal radicalidad.
En
su vida hubo un antes y un después. Si se olvida esto, no solo se ignora un
hecho biográfico fundamental, sino que no se entiende a cabalidad qué tipo de
pastor, profeta y mártir llegó a ser monseñor. Ni se entiende qué Iglesia deseó y
ayudó a
dar
a luz.
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227
REVISTA LATINOAMERICANA
DE
TEOLOGÍA
Cambio o conversión , lo cierto es que nadie, ni pobres ni oligarcas, ni
laicos ni jerarcas, habían visto cosa igual. Monseñor llegó a ser un salvadoreño
y un obispo muy otro. El suyo fue un cambio descomunal, es decir, fuera de lo
común.
Es cierto que había sido siempre hombre piadoso, sensible y compasivo con
los pobres
. Su conducta ética fue intachable, y siempre fue sacerdote celoso
de las almas, con amor y obediencia a la Iglesia, también en su dimensión
institucional.
Pero le faltaba la aceptación cordial de Medellín: hacer central el clamor
de los oprimidos que llega hasta Dios y la esperanza de liberación de todas sus
esclavitudes. En términos de ideas Medellín le asustó, y más todavía la teología
de la liberación. En términos de praxis no pensaba que fuese asunto de sacer
dotes y obispos enfrentarse a estructuras de injusticia y provocar los conflictos
que dicho enfrentamiento conlleva.
Lo decisivo para comprender al nuevo monseñor es que la conversión no
acaeció regionalmente, solo en el ámbito ético-moral, por así decirlo, sino que
lo
configuró en su identidad total: en su saber, su actuar, su esperar -siguiendo a
Kant - yen
su celebrar, lo que incluye centralmente recibir y dar un
eu-aggelion.
En sus últimos años de obispo de Santiago de María, monseñor ya había
sentido la crueldad de la injusticia
, pero fue elegido arzobispo de San Salvador
con una finalidad definida: apaciguar los ánimos liberacionistas
de
comunidades
y parroquias, grupos de sacerdotes diocesanos, la Conferencia de religiosos y
religiosas, la UCA... Ellacuría lo dijo con agudeza: No se le eligió para que
fuera a ser lo que fue; se le eligió casi para todo lo contrario 14.
Pero cambió, y milagro fue que monseñor Romero llegase a ser práctica
mente lo contrario de aquello para
lo
que fue elegido. Tenía
59
años, edad en la
que los seres humanos han fraguado sus estructuras psicológicas y mentales, su
vivencia de la su espiritualidad y compromiso. Y acababa de ser constituido
12. Jesús Delgado, en su libro sí
tenía que morir. ¡Sacerdote Porque
así
vivió Mons.
Ósear A. Romero, Ediciones de la Arquidiócesis de San Salvador, 2010, pp. 26 Y
S. cuenta anécdotas de cuando estudiaba en Roma, de 1937 a 1942. Una ancianita
pidiendo pan, muerta de frío
y
de hambre,
l
impactó mucho más que el imponente
templo del Gesu que tenía delante. En el seminario donde vivía solfa llevar pan
del comedor a su cuarto, lo que estaba prohibido, para repartirlo después entre los
mendigos.
13. Zacarías Diez
y
Juan Macho, "En Santiago de María
me
con la miseria". Dos
años de la
Vida
de Mons. Romero (1975-1976). Años de cambio, 1994
14.
L ElIacuría, Monseñor Romero. Un enviado de Dios para salvar a los hombres ,
Sal
Terrae (diciembre 1980), p. 827.
MONSEÑOR ROMERO: CONVERSIÓN Y ESPERANZA
en máxima autoridad de la institución eclesial en el país, lo cual casi siempre
suele favorecer la continuidad, cuando no la marcha atrás, y asegurar el poder.
Pronto intuyó también lo que se le venía encima: las iras de la oligarquía,
Gobierno, partidos políticos, Ejército y cuerpos de seguridad; las críticas de
casi todos sus hermanos en la Conferencia Episcopal y de dicasteríos vaticanos.
Hasta del Gobierno de Estados Unidos. Pero nada detuvo a monseñor. Y para
comprender la profundidad de su conversión es igualmente esencial recordar que
pronto también sintió el amor del pueblo, el cariño de los pobres y el respeto de
toda la gente de bien. Le acompañaron hasta el final.
2.2. El origen del cambio y conversión
La dificultad de un cambio como el de monseñor es evidente, y más para un
colectivo como la Iglesia. Por ello es importante conocer su raíz, si la Iglesia
quiere en verdad ponerse en trance
de
conversión. Veámoslo brevemente,
teniendo presente aquello que más puede iluminar y animar a trabajar por otra
Iglesia posible, que hoy, además, es necesaria.
En el origen está un crucificado . Monseñor se convirtió ante el asesinato
de Rutilio Grande, junto con el niño Nelson y Manuel, un señor mayor, expresión
de la opresión radical del pueblo que ya había empezado a sentir en Santiago de
María. Dios y la historia le pusieron ante un crucificado. Y como en las mejores
tradiciones cristianas -sin reducirlas a palabrería
piadosa-
el crucificado le
concedió la gracia de la conversión. En mi opinión, aquí está el misterio más
hondo del nuevo monseñor: una irrupción de Dios en un crucificado, su amigo
Rutilio, y una irrupción del pueblo salvadoreño, simbolizado en un niño y un
anciano, que enseguida comprendió como pueblo crucificado, sacramento de Cristo.
No ocurrió todo de golpe, pero la reacción de monseñor ante el asesinato
de Rutilio fue inmediata. Esa misma noche en Aguilares exigió al Gobierno el
esclarecimiento de los tres asesinatos. Prometió no asistir a ningún acto oficial
mientras no se esclarecieran. Prometió solemnemente no abandonar al pueblo.
y
nunca se echó atrás. El cambio fue espectacular: en El Salvador nunca nadie
había visto cosa igual.
Sin pretenderlo, l nuevo monseñor estaba re-creando la estructura de la vida
de Jesús de Nazaret. Rutilio fue para monseñor el detonante que Juan Bautista
había sido para Jesús. Apresado Juan, marchó Jesús a Galilea . Asesinado
Rutilio Grande, comenzó monseñor Romero"15.
El asesinato de Rutilio fue el origen del nuevo monseñor. Y
lo
que le mantuvo
para siempre y le llevó a plenitud fueron los pobres del pueblo, sufrientes y
esperanzados. Por ellos hizo una opción total y con ellos tuvo una identificación
15.
Años más tarde añadimos: Asesínado monseñor Romero, surgió Ignacio Ellacuría .
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EVISTA LATINOAMERICANA
DE
TEOLOGÍA
total. A ellos les anunció la buena noticia de la liberación y el amor de un Dios
liberador. En ellos vio a Cristo crucificado, en ellos escuchó la voz de Dios y en
ellos se encarnó. Eso lo cambió todo.
Lo
que rantes del cambio] era una palabra
opaca, amorfa e ineficaz se convirtió en un torrente de vida, al pual el pueblo se
acercaba para apagar
su sed"16.
.
Para los campesinos, sobre todo los perseguidos, acosados por el Ejército,
paramilitares y escuadrones de la muerte, monseñor Romero significó un antes
y un después. En él vieron, en medio de aberraciones y crueldades, mayor posi
bilidad de vivir y de vivir con dignidad. En vida, monseñor los defendió con
su
palabra, y en alguna medida significó algún tipo de freno ta l era su peso en el
país-
de capturas, torturas y asesinatos
-aunque
ciertamente no pudo evitar
muchas barbaries-. Pero los campesinos sintieron que, sin él, corrían todavía
mayor peligro. Después de muerto, creció la barbarie ya sin el freno de monseñor,
pero
su
recuerdo producía aliento y esperanza a los oprimidos. Mínimos podrá
decirse, pero importantes.
en ese pueblo monseñor encontró don y gracia: Con este pueblo no cuesta
ser buen pastor. Es un pueblo que empuja a
su
servicio
(18
de noviembre de
1979).
en el pueblo encontró su lugar natural. Cerca del final dijo sin ninguna
jactancia: Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño (marzo de 1980).
y
monseñor, admirado y venerado por su pueblo, fue sobre todo querido -cosa
nada frecuente-o Hasta el día de hoy el amor que le tuvo y le t iene- el pueblo
permanece como
lo
más entrañable.
Pero, recordémoslo, todo comenzó con una conversión . Y monseñor
Romero vivió siempre
en
disposición de conversión como algo esencial, para él,
para los cristianos y para la Iglesia. Lo decía con convicción.
Todos debemos convertirnos. Yo, que les estoy predicando, soy el primero
que necesita conversión; y le pido a Dios que me ilumine mis caminos para
no decir ni hacer cosas que no sean de su voluntad, que debo de convertirme
a lo que Él quiere, que debo de decir lo que Él quiere, no lo que conviene
a ciertos sectores o me conviene a mí, si es contra la voluntad del Señor.
(23 de octubre de 1977.)
Yo, que les estoy hablando, necesito convertirme continuamente. (13 de
noviembre de
1977.)
2.3. Las
raíces de
la nueva Iglesia de
monseñor
Romero
La
conversión de monseñor se produjo en lo escondido, pero se expresó visi
blemente en su modo de ser y actuar. Ahora lo vamos a analizar en su modo de
construir Iglesia . Y comenzamos con una aclaración.
16.1. ElIacuría, Monseñor Romero ,
6p
cit.
p. 829.
MONSEÑORROMERO: CONVERSIÓN Y ESPERANZA
En el índice analítico de la edición crítica de sus homilías, de UCA Editores,
la entrada que aparece más veces es Iglesia . Pero lo importante es que, ya como
arzobispo, monseñor Romero usó el término en sentido preciso, no en forma
genérica, lo que en la práctica dice poco o nada. Y menos en forma reduccio
nista, lo cual, consciente o inconscientemente, suele significar
la Iglesia oficial
y,
en definitiva,
la
jerarquía , Roma .
Monseñor Romero también usó otras expresiones vigorosas y menos ambi
guas, como pueblo de Dios
1
? e Iglesia de los pobres
18
• Y con esos términos,
mejor que con el término Iglesia , ponía de relieve la dimensión histórica,
popular, democrática, salvífica, jesuánica y teologal de la Iglesia.
Al hablar de monseñor Romero y la Iglesia, se suele recordar que, al ser
nombrado obispo en 1970, eligió como lema de su episcopado sentir con la
Iglesia . Así fue, y quizás en aquellos años lo entendiese en sentido convencional.
Pero desde
1977, ya
arzobispo, concretó su significado evangélica y tcologal
mente. En palabras de Ricardo Urioste, vicario general e íntimo colaborador
suyo, para monseñor sentir con la Iglesia significaba estar arraigado en Dios,
defender a los pobres y aceptar todos los conflictos procedentes de la fidelidad
al
Señor"19.
Sentir no significa aquí simplemente identificarse con lo que dice la Iglesia
ni afectarse y defender cualquier actuación suya, sino que es un vigoroso acto
del espíritu: estar arraigado , defender , aceptar . Y el sentir así entendido,
no cualquier sentir , remite a algo que va más allá de la Iglesia . En concreto,
remite a Dios , realidad transcendente; y a pobres y conflictos , realidades
históricas. Esto quiere decir que para conocer a monseñor Romero no se avanza
mucho sólo analizando términos y conceptos sobre la Iglesia , sino viendo a
monseñor in actu construyendo la Iglesia.
Comencemos. Monseñor no empezó
de
la nada. En El Salvador, ya en
1970,
tuvo lugar una asamblea eclesial nacional, llena de vida e ilusiones, y con grandes
tensiones. Grupos de sacerdotes trabajaban para que Medellín se hiciese realidad
en el país. De los obispos, algunos ni siquiera asistieron a la asamblea, otros se
asustaron. El mismo monseñor Romero no participó y s e refugió en el seminario.
Al final se escribieron dos distintos textos de conclusiones. Uno, escrito por los
sacerdotes. Otro, enviado por los obispos y el nuncio a Roma. Rutilio Grande
captó lo que estaba en juego en aquel conflicto eclesial por haber tocado a fondo
17. En sus Homilías en I, 38 veces;
n
42; III, 22; IV, 45; V, 45; V, 19.
18
INd.
en
I, 2 veces;
n
7;
III,4;
IV, 6;
V,
2;
VI,
1.
Su
segunda carta pastoral de 1977
lleva por título La Iglesia, cuerpo de Cristo en la historia .
19.
Citado en D. Marcouiller, El sentir con la Iglesia
de
Monseñor Romero San
Salvador,
p.
28.
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Ser buen pastor hoy*
Monseñor Álvaro Ramazzini
Obispo de San Marcos
Guatemala
Muchas gracias por la presentación que ha hecho el padre Juan. Es cierto que
siempre he mantenido una relación de amistad y fraternidad con estos hermanos
jesuitas, especialmente cuando trabajaban en la Ciudad de Guatemala y vivían
en la zona 5 Thvimos muchas ocasiones para reflexionar sobre la situación del
país antes de que aumentara el nivel de violencia y de represión, que causó tantas
víctimas y ocasionó el éxodo de cientos de miles de guatemaltecos hacia la zona
de Chiapas en San Cristóbal de las Casas y hacia la zona de Campeche. Otros se
quedaron en la selva del Ixcán, y formaron lo que se llamaron comunidades de
población en resistencia .
El padre Juan ha recordado el encuentro que tuve con el padre Ricardo Falla,
y en
l
memoria y el corazón se me han agolpado sentimientos y recuerdos.
Cabalmente, el día de ayer hizo ocho días que el párroco de unas comunidades,
llamadas Cuarto Pueblo y Pueblo Nuevo, en el Ixcán, me invitó a celebrar
los veintiocho años de la masacre de Cuarto Pueblo. Fueron asesinadas 480
personas. Formaban parte de las cooperativas del Ixcán, un proyecto muy intere-
sante y muy útil. Desgraciadamente, fue aplastado por la represión. Y también lo
dificultó la muerte del padre Guillermo Woods, padre de Maryknoll. Se dijo que
murió cuando la avioneta en que viajaba cayó a tierra por fallas mecánicas, pero
la investigación apunta a que no fue esa la causa, sino que fue un atentado.
Vivían totalmente escondidos en la selva. Y estando con ellos, cuando
ya salieron a la luz después de muchos años, uno va descubriendo cómo hay
*
Ponencia pronunciada en la capilla de la UCA. En su introducción, monseñor
Ramazzini mencionó al padre Juan , refiriéndose al padre Juan Hernández
Pico, S.J., profesor de teología de la UCA; y al padre Ricardo Falla, S.J., quien
trabaja en la Plataforma Indígena en Santa María Chiquimula.
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EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
guerrilleras
e l
ORPA se desarrolló en San Marcos y ahí tuvo todo su campo
de acción-o Entonces, ustedes se pueden imag inar la represión que hubo en esa
región.
Yo
llegué a San Marcos en
el
mes de febrero de 1989, y en el mes de
septiembre ya contabilizábamos 22 personas desaparecidas. Jall1iis se supo qué
había pasado con ellos. Este es el ambiente.
4. Volvamos a nuestro tema. El número
131
de Aparecida dice: "El llama
miento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad". Y la explica con
estas palabras que citamos en lo fundamental. En la Antigüedad, los maestros
invitaban a sus discípulos a vincularse con algo trascendente, una doctrina, una
tesis... y los maestros de la ley les proponían la adhesión a la Ley de Moisés.
Jesús invita a encontrarnos con
Él No es una idea. No es una tesis. No es algo
trascendente. Es alguien. Eso es muy importante. Y para que nos vinculemos
estrechamente a Él porque Él es
la
fuente de la vida y sólo Él tiene palabras
de vida eterna. Pronto, los discípulos descubren dos cosas en confrontación
con otros seguidores de otros maestros. Primero, que no fueron ellos los que
escogieron a su maestro. Fue Cristo quien los eligió.
Y
en segundo lugar, que no
fueron convocados para algo
-purificarse
aprender
la
ley-
sino para alguien.
Elegidos para vincularse íntimamente a su persona. Jesús los escogió para que
estuvieran con Él y enviarlos a predicar. Para que lo siguieran con la finalidad de
ser de Él y formar parte de los suyos y participar de su misión. Esto no se refiere
a los pastores, sino que se refiere a los cristianos en general porque estamos
hablando del discipulado, y los bautizados somos discípulos y discípulas. "El
discípulo experimenta que la vinculación íntima con Jesús en el grupo de los
suyos es participación de la Vida salida de las entrañas del Padre, es formarse".
Y esto es 10 que me interesa recalcar: es formarse para asumir su mismo
estilo de vida y sus mismas motivaciones. Ese es el discipulado: asumir el estilo
de vida de Jesús y asumir las motivaciones de Jesús, correr su misma suerte.
Monseñor Romero siguió la suerte de Jesús. Los mártires de la UCA siguieron
la suerte de Jesús, porque Jesús terminó crucificado. Correr la misma suerte y
hacerse cargo de su misión de hacer nuevas todas las cosas. Sin esta convicción
fundamental no se puede ser buen pastor. Y esto lo digo por mi experiencia
personal. A veces, nosotros, sacerdotes, creemos que por ser sacerdotes no
estamos obligados a sef cristianos. Parece contradictorio,
Sólo les pongo un ejemplo sin ánimo de juzgar. Simplemente, son hechos.
¿Qué piensan ustedes de una parroquia en la que, cuando la gente entra, en la
oficina parroquial el párroco ha escrito un texto donde dice: "Aquí no aceptamos
migrantes"? Es histórico, no es mentira, aunque a veces
no
hace falta escribir "no
aceptamos migrantes", pues en la práctica puede ser que no los aceptes. Una de
las dificultades que tenemos en el tema de las migraciones
es
lograr sensibilizar
a los cristianos y cristianas en general, incluidos sacerdotes y también nosotros,
obispos, en el tema de que en el migrante está presente Jesús.
SER BUEN PASTOR HOY
Me encanta el texto del Apóstol Santiago: "Si ustedes están reunidos y de
repente entra alguien, sucio, roto, que huele mal -bueno eso no lo dice Santiago,
eso lo añado YO- que va todo barbudo, los tenis rotos porque a saber desde
cuándo viene caminando, ¿qué es lo que ustedes hacen?". Según Santiago, los
reunidos le dicen: "Siéntese hasta allá atrás, hermano, por favor, hasta allá
atrás". "Ah, prosigue Santiago, pero si entra alguien bien vestido, con anillos en
las manos y con ropas elegantes, ustedes le dicen: 'Por favor, hermano, véngase
hacia aquí adelante, este es su lugar'''.
¡Qué difícil es descubrir a Cristo Jesús en los migrantes Hace años, con un
hermano campesino -somos amigos, no hermanos
solamente-
nos invitaron a
ir a Alemania, porque hay allá una organización campesina que quería relacio
narse con otra organización campesina de San Marcos. Llegamos al aeropuerto
de Frankfurt y nos tocó pasar por migración. Yo iba adelante, con alzacuello,
y pasé. Después, seguí para recoger el equipaje, y en eso volteé a ver y él no
venía. Me quedé esperando, pasaron diez, quince, veinte minutos, y él no salfa.
Entonces, me acerqué a alguien para que me dijera qué pasaba y no me supieron
decir nada. Tuve que salir porque ya nos estaban esperando fuera, y les expliqué:
"Miren, ahí atrás se quedó el hermano campesino, no sale. Ustedes vayan a
averiguar. Ustedes son alemanes, hablan alemán, vayan a ver qué pasa". A los
treinta y cinco minutos lo sacaron. Entonces,
yo
mequedé pensando: ¿por qué 10
detuvieron? Porque vieron su aspecto. No iba con traje como yo. Lo vieron una
persona bastante sencilla.
Saber descubrir en el otro al ser humano igual a mí, y desde la fe cristiana,
descubrir en el otro a Cristo presente, eso es una piedra de toque para llegar
a descubrir hasta dónde tú eres discípulo de Jesús y hasta dónde tú asumes el
estilo de Jesús. No olvidemos eso en el caso de los sacerdotes. Si un sacerdote,
un obispo, hace acepción de personas no solo va a escandalizar a los que tienen
sensibilidad, sino que sobre todo va a herir profundamente el alma y el espíritu
de aquellos que son discriminados. Y
la discriminación no es solamente, como
en el caso de Guatemala, que te digan: "Sos indio, sos terco como un indio", una
frase que uno muchas veces escucha. Allá en Guatemala utilizan otra expresión,
dicen: "Sos jashto". No sé de dónde viene la palabra "jashto". Pero "jashto"
quiere decir que "sos indio, no vales nada, sos
t e r c o ~ .
"Sos terco como un indio".
¿Qué hay en el fondo de estas palabras? Un espíritu racista y discriminatorio.
Hay que asumir, pues, el estilo de Jesús para ser sus discípulos y para ser
sus seguidores. Por eso la respuesta a la llamada del discipulado -partiendo
de lo básico, para aplicarlo después a la vida sacerdotal- exige entrar, como
dice Aparecida, en la dinámica del buen samaritano. Nos lanza el imperativo de
hacernos prójimos, especialmente con el que sufre, y de generar una sociedad sin
excluidos, siguiendo la práctica de Jesús que come con publicanos y pecadores.
"Mira, Zaqueo, bájate de ahí. Hoy voy a comer en tu casa". El Evangelio dice
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Saben lo que ha significado para ellos ir a cortar el café en las fincas, pasar
hambre, mojarse porque llueve y hay que trabajar.
Los explotados, los hermanos y hermanas campesinos, niñosy niñas some
tidos a la prostitución infantil.
Yo
creo que la Iglesia católica nunca ha rá lo sufi
ciente para pedir perdón por todos los casos de abusos de menores. Es una herida
muy profunda que la Iglesia va a tener que
ir
sanando y curando no solamente
pidiendo perdón, sino buscando otras maneras para asegurar que realmente
estamos en un proceso de conversión y en un proceso en el que la justicia tiene
que prevalecer.
Niños víctimas del aborto, millones de personas y familias que viven en la
miseria, dependientes de las drogas, personas con discapacidades, enfermos de
VIH-sida, los que sufren la soledad, ancianos .. Es el número 65 de Aparecida:
los rostros de los que sufren. El pastor que no sepa descubrir en ellos la presencia
de Jesús, que no sepa contemplar
el
rostro de Cristo en estas personas sufrientes,
que no se plantee qué clase de cristiano es, no se plantea qué clase de discípulo
es. Estamos llamados a ser pastores, no mercenarios. Jesús lo dice claramente en
el Evangelio de Juan, en el capítulo 10: El buen pastor da la vida
por
sus ovejas".
El mercenario, el asalariado, no. Dispuestos a dar la vida por el rebaño que nos
ha sido confiado, ponernos en la primera fila, sin condiciones, sin temores, sí,
sin temores, porque el Señor ha dicho: "¡No tengas miedo, yo estoy contigo ".
Aunque uno en el fondo siente miedo, ¿verdad? "¡Pero no tengas miedo, yo estoy
contigo ".
Una profunda y total entrega de nosotros mismos hasta hacernos pan partido
para los hambrientos yagua fresca para los sedientos. Qué triste cuando un fiel
viene donde uno y le dice: "Mire, monseñor, fíjese que fui a buscar al padre
fulano. Tenía necesidad urgente de que él me escuchara. Estaba pasando por un
momento muy serio, muy difícil. Y llegué con el padre: '¿Padre, pudiera usted ser
tan amable de atenderme?'. 'Ah', dice. 'No, no, ahorita no puedo porque tengo
¿Por qué no regresa dentro de tres días?'. 'No, no padre, es que es algo urgente'.
'Mire, ahorita no puedo'. Sí podía, pero dice: 'No puedo, regrese dentro de tres
días"'. Entonces, este fiel me dice: "¿Para qué voy a regresar dentro de tres días si
yo necesitaba en ese;nomento que el padre me hubiera escuchado siquiera cinco
minutos? Era lo único que yo necesitaba". Por lo tanto, la entrega de uno mismo.
El pastor no solamente lava los pies a sus hermanos y hermana s, sino que entrega
su existencia de modo radical en favor de los demás. No se trata solo de ser
pacientes, amables, generosos, altruistas, buenos contadores de chistes para estar
alegres. No se trata solo de eso. Eso está bien, porque la risa es remedio infalible
y ayuda. Cuando el sacerdote cuenta un chiste alegra a la comunidad. Pero es
mucho más: morir cada día, momento a momento en favor de los otros.
SER BUEN PASTOR HOY
8. Yo creo que todo esto se
o
tenemos que decir con mucha claridad a los
seminaristas: "¿Ustedes quieren ser pastores? ¡Esto es lo que les espera No
tienen que querer ser sacerdotes porque, una vez ordenados, 'voy a tener mi
carro, voy a tener mi aparato de televisión, voy a tener mi computadora, voy
a tene r todo . .'. Mira, ¿tú de dónde vienes? Yo conozco de dónde vienes. Sé
quiénes son tus papás. Sé que tu papá s e gana la vida cada día con esfuerzo. ¿Por
qué estás pensando que s er sacerdote es para cambiar estatus de vida? Si lo haces
por esa intención, ¡ándate mejor Así no". Seamos menos, pero de calidad , y no
un montón, de solo cantidad. Ahí está el reto de un obispo antes de ordenar, de
imponer las manos, a un sacerdote.
Yo
se las impuse a Manfredo y estoy seguro
que él anda bien, y no me va a hacer quedar mal aquí, delante de todos.
El buen pastor es servidor, no somos ni jefes ni caciques. Es triste, pero
en Guatemala se usa esta frase: No hay peor cuña que la del propio palo". Y
es verdad. Uno a veces descubre que sacerdotes que vienen de comunidades
indígenas se vuelven caciques con sus propias comunidades, olvidan que son
servidores, imponen, mandan, son autoritarios, no fomentan el diálogo. Si el papa
Pablo VI dijo que el diálogo es el arte de la comunicación, ¿por qué no dialogas?
"No, yo aquí soy el párroco.
Yo
aquí soy el que manda". ¿Consejo pastoral?
"¡Ustedes solo tienen que hacer lo que yo aquí mando ". Pero si no te formamos
así en el seminario. Te formamos para que fueras hombre de diálogo, que escu
ches. Estás peor que los presidentes de la república que ya no oyen el clamor de
la gente. Estás peor que los diputados del Congreso a quienes les vale lo que la
gente les dice. Dialogantes, respetuosos de las diferencias. Me enca nta esta frase
de monseñor Romero: "El pueblo me enseña", algo así es la frase.
claro, tenemos que ser promotores de la justicia, de una nueva sociedad.
Pero eso nace euando, como muy bien decía monseñor Romero, el sacerdote, el
obispo, tiene la conciencia de comprometerse más y más para asimilarse más y
más a Jesucristo.
Leí
esa frase que él escribió en uno de sus retiros espirituales.
"Tengo que poner atención en irme haciendo más y más conforme a la imagen
del Señor". No es la frase exacta, pero esa era la idea: transformarme más y
más para vivir la radicalidad del Evangelio. Porque somos pastores, no somos
mercenarios.
9 En Aparecida también dijimos cosas fundamentales para los que queremos
ser pastores, sobre todo en el tema de la opción preferencial por los pobres En el
tema 8 del documento de Aparecida, "Reino de Dios y promoción de la dignidad
humana", escribimos lo siguiente, en el número 396: "Eso es una responsabilidad
y un compromiso que tomamos. Y ahora nuestro esfuerzo es tratar también de
que los sacerdotes, nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestros colaboradores
vivan de esa manera. Nos comprometemos a trabajar para que nuestra Iglesia
latinoamericana y caribeña siga siendo con mayor ahínco compañera de camino
de nuestros hermanos más pobres incluso hasta el martirio".
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TEOU GÍA
No sé si caímos en la cuenta de lo que escribimos y firmamos, pero ahora está
escrito y firmado. Queremos ratificar y potenciar la opción del amor preferencial
por los pobres hecha en las conferencias anteriores: Medellín, Puebla, Santo
Domingo. Que sea preferencial implica que debe atravesar todas nuestras estruc-
turas y prioridades pastorales. Por eso ustedes se han fijado que en
el
mensaje
que mandó Pedro Casaldáliga dice "mística y política". Ahí está. Si te metes en
la política, en la búsqueda del bien común, excelente. Pero si no lo haces desde la
mística, no vas a ser constante, vas a ceder muy fácilmente a las tentaciones del
poder, del dinero, del quedar bien .. Pero si lo haces desde la mística, vas a
a ser mártir como monseñor Romero. Ese va a ser tu destino en estos países, así
que prepárate. Bueno, de repente no, porque Dios no quiere eso para
posible que sea así.
10. ¿Cuáles son, a mi juicio, las dificultades para ser buen pastor Primero.
Lo decía muy bien el papa Benedicto XVI en
el
mensaje cuaresmal. El primer
obstáculo es la autosuficiencia: "No necesito de nadie. Yo lo puedo arreglar
todo". También el buen pastor tiene que evitar el complejo de superioridad y el
complejo de inferioridad. Eso tiene que ver con la madurez humana.
Otra dificultad es el aislamiento. Cuando el sacerdote no se integra en su
presbiterio, cuando no se integra en la comunión de la comunidad, cuando no
trata a las hermanas religiosas como hermanas, cuando no trata a los laicos y
laicas como su familia, se va aislando y va dejando de ser el buen pastor y se
convierte en un individuo que lo que busca es hacer las cosas por si mismo. Esto
tiene que ver con la autosuficiencia, y no hay quien lo aguante. Claro que a veces
tiene que ver con la soledad, sobre todó en las aisladas, montañosas,
donde la soledad muchas veces es mala consejera.
Otra gran dificultad para ser buen pastor
es
el ansia de "carrerismo". Pienso
que en la Iglesia habría que quitar los títulos porque son una gran tentación.
"Monseñor aquí, monseñor allá, canónigo aquí. ..
.
Gracias a Dios, en la nueva
legislación de la Iglesia quedó la posibilidad de suprimir los capítulos de canó-
nigos. En algunas diócesis lo hicieron, en otras no. Mejor hubiera sido eliminarlos
de una vez, prohibirlos. Y en las que están, que desaparezcan. En Alemania o en
Italia eso son palabras serias. "Voy a suprimir el consejo de los canónigos", y le
cae todo el mundo encima. Pero habría que preguntarse
si
por esa fisura no
va
entrando la falta de credibilidad en la Iglesia institucional. Dejarse llevar por el
afán de carrera, ¡gravísimo , ¡gran tentación Y por eso habría que entrar a los
cambios estructurales que la Iglesia necesita. Pero ni ustedes ni yo vamos a ver
esos cambios, así que no vale la pena hablar de ellos. Sería gastar energías.
un gravísimo peligro, una gravísima dificultad.
El
pastor no va a ser buen
pastor si en lugar de dejarse llevar por el Espíritu, trata de imponerse al Espíritu.
Jesús diío: "El Espíritu sopla donde quiere". Y uno a veces se pregunta: "¿Señor,
SER BUEN PASTOR HOY
qué es lo que quieres de mí?". Y ahí entra el discernimiento espiritual, en lo
que son expertos los jesuitas: hacer de la vida una realidad tal, que de veras
busquemos siempre ajustarnos a
10
que Dios quiere y no a lo que yo quiero.
El papa Benedicto XVI dice en el mensaje cuaresmal: "¿Cuál es el concepto
de justicia en el Antiguo Testamento?". Y señala que es doble. Por un lado,
justicia quiere decir ajustar mi vida a la voluntad de Dios.
Y,
por
el otro, tener
un comportamiento de equidad hacia los más vulnerables, que
en
el Antiguo
Testamento son los forasteros, los huérfanos y las viudas. Buscar en todo la
voluntad de Dios para que sea Él quien aparezca y no
yo.
Termino. El reto siempre va a ser escuchar: "Yo te llevo a donde quiero". Y
decir al Espíritu: "¡Llévame adonde Tú quieras ". Y a veces los caminos de Dios
son inexplicables.
Les agradezco su paciencia, de veras.
Pregunta. Monseñor, ¿qué se está haciendo en la diócesis de San Marcos en la
lucha por la dignidad de la mujer y la igualdad de derechos?
Ramazzini.
En San Marcos tenemos un programa que se llama "Pastoral de la
mujer", a cargo de una comunidad de religiosas y también de mujeres no consa-
gradas. Como en Guatemala el machismo es muy fuerte, se hace el esfuerzo para
que en el programa participen los esposos y así también ellos escuchen un poco
lo que se les dice a sus esposas. También estamos reforzando mucho la pastoral
En el caso de lo social, lo económico y lo cultural, estamos tratando de
revalorizar la dignidad de la mujer porque hay muchos casos de violencia doméstica,
de abusos sexuales de familiares contra jovencitas, y hay también muchos casos
de madres solteras. A nivel intraec1esial, tratamos de que haya participación de
las mujeres en los ministerios laicos, ministras de la eucaristía, lectoras de la
palabra de Dios, animadoras de las comunidades. Y también estamos insistiendo
mucho en la participación más directamente política de las mujeres.
P. Nuestra Iglesia, como institución, necesita una gran reforma para lograr los
objetivos de Aparecida. ¿Es Aparecida un a utopía?
R. No, para mí no
es
una utopía. Indudablemente,
va
a exigir un cambio de
mentalidad en nosotros, obispos y sacerdotes, que tenemos una mayor respon-
sabilidad, y en un laicado también comprometido. Y va a ser un proceso que
va a tomar sus años. Pero no es una utopía, porque no estamos diciendo cosas
exageradamente nuevas, ni imposibles. Sí hay todavía caminos por recorrer en
Aparecida, sobre todo en
el
tema de cambiar estructuras ec1esiales. Pero yo no
considero que sea una utopía.
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EVISTA LATINOAMERICANA
DE TEOWGÍA
desengañada y desencantada, ¿habrá alguien que se atreva a intentar sacarnos,
arriesgando su poder, su dinero y su prestigio? ¿Podremos nosotros participar
en una política que se arriesgue a enrumbar el timón hacia un horizonte de una
humanidad mejor y más solidaria? ¿Tendrá que ver Dios con una .nueva lucha por
la emancipación y la liberación, que impida que a nuestra libertad la embrujen
y coopten los aires contaminados del consumismo insaciable, ese nuevo rostro
de un salvaje capitalismo para minorías, sin escrúpulos para embargar hogares
y ahorros
-como
en las casas hipotecadas y embargadas de los EE. UU. o en el
'corralito'
argentino-
y para exigir
la
disminución del gasto social
es
decir,
de la inversión para sacar de la pobreza a mucha gente, aunque no haya clima
de inversión
lucrativa-
y para someter a la ley del lucro las pensiones de la
ancianidad?
¡:Tendrá que ver Dios con un fundamento de la política que, en lugar
de llamarse interés privilegiado, se llame esperanza de los pobres? ¿O nos ahoga
remos todos en el lento pero seguro naufragio de la naturaleza y de la historia,
a través de la muerte de los mil cuchillos, de
la
Tercera Guerra Mundial ya
estallada en la agujereada capa de ozono y en el cambio climático, en el Ártico
y la Antártida y en el Amazonas, en los Balcanes, en Liberia y Sierra Leona, en
Zimbabue, en Darfur y en
el
Congo, en los barrios marginados de El Salvador,
Honduras y Guatemala, en las favelas de Río, en las selvas de Chiapas y en los
Cuchumatanes
- los
montes
azules-
de Huehuetenango, en los golpes de Estado
redivivos como el de Honduras, en las atrocidades de Chechenia, Afganistán,
Cachemira, Myanmar y el Tíbet, en los atentados de la India e Indonesia, en
los exterminios de Perú y Sri Lanka, en los miles de prisiones de emigrantes y
en los innumerables campos de desplazados y refugiados, en Colombia, Gaza,
Cisjordania, Tel Aviv Líbano, Irak, y los S, 11 M y 7 J del mundo rico
amenazado? .
Hoy, en nuestras calles y plazas y en las encuestas sobre creencias religiosas
que se pasan a nuestros contemporáneos, comienzan a destacar sobre autobuses
de servicio público o en grafitis sobre paredes antes vacías respuestas de No
creo en Dios y leyendas con la frase Dios no existe . Esta confesión de ateísmo
se considera tan digna de publicidad propagandística como, por ejemplo, aquella
otra de Coca Cola: La chispa de la vida . En todas partes
la
pregunta sobre
creencias que más no es recibe como respuesta, incluso entre personas que han
respondido que sí creen en la existencia de Dios, es ¿cree usted en la resurrec-
1
ción de los muertos? , o ¿cree usted que hay otra vida después de la muerte? . \
La gente, pues, no tiene mucha esperanza en una vida más allá de la vida sobre \
esta tierra.
0
en todo caso, esa esperanza está en declive... o parece estarlo. j
Puede ser que nunca fue tan sólida como se creía al interior de la Iglesia
-¿no
sería diferente esta tierra si hubiera sido tan sólida aquella
esperanza?-
y que,
por tanto, tampoco haya sido
su
declive tan grande como se piensa.
De todas maneras, desde nuestro punto de interés en este libro, existe también
un contrapunto. En no pocos países las instituciones que peor puntuación
PRESENTACIÓN DEL
LI RO O SE Si ENTRE USTEDES
reciben cuando en las encuestas de opinión pública se pregunta al público por la
confianza que les merecen o por la manera como funcionan son las instituciones
políticas. Y los líderes políticos rara vez reciben la aprobación de más del 50%
de los encuestados, excepto, en todo caso, durante su primer año de mandato.
Casos como los de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Ricardo Lagos en Chile,
que han punteado alrededor del 70% de aprobación o más después de seis años
de gobierno, y el 84% de aprobación con que Michelle Bachelet ha dejado la
presidencia de Chile incluso después de un bárbaro terremoto, son altamente
excepcionales. Tanto la esperanza religiosa como las expectativas políticas se
mueven hoy en una zona gris, al menos en Occidente.
Este libro se remonta nada menos que hasta hace veintiocho años. No es
que se haya estado veintiocho años seguidos escribiéndolo, aunque sea un poco
grueso. Pero sí ha estado en mi corazón y en mi pensamiento, porque en 1982 en
una reunión en Petrópolis, Brasil, de especialistas en teología y en las ciencias
sociales orientados por el
pathos,
la sensibilidad profunda de la liberación en
América Latina, me comprometí a escribir un libro sobre fe y política -¡nada
menos que
fe y poUtica -,
y
así, sobre una política que pueda llegar a ser amor
más eficaz y servicio a la humanidad. De lo que se trataba, con una iniciativa
que partió fundamentalmente de Leonardo Boff, de Gustavo Gutiérrez y de
Sergio Torres, tres grandes impulsores de la teología de la liberación, era hacer
una colección de libros que desarrollaran todos los temas de la teología bajo la
perspectiva de la liberación, para mostrar que este pensamiento no era una espe
cialidad dentro de la teología, como, por ejemplo, la teología
e
la revolución o
la teología de las realidades terrestres, sino una perspectiva para tratar todos los
temas de la teología desde el lugar teológico de los pobres. Jesucristo liberador
fue, por ejemplo, el título que aportó Jon Sobrino. María, mujer profética, el de
Ivone Gebara y María Clara L. Bingemer.
Creación e historia en el proceso de
liberación,
el de Pedro Trigo.
La Trinidad, la sociedad la liberación,
el
de
Leonardo Boff. Y así, sucesivamente, otros temas de Dios, de los sacramentos,
de los rostros de Dios en los pueblos amerindios, de la moral, de
la
historia de
la Iglesia, etcétera. Me tocó y me quedé con
l
tema de
fe
y política. ¿Por qué?
Porque siempre me he ubicado en mi trabajo intelectual y pastoral en la frontera
entre la teología y las ciencias sociales, y he tratado de tender puentes entre
ambas. Y además porque en aquel momento
-estamos
hablando del comienzo
de los
ochenta-
era normal pensar en las muchas cristianas y cristianos que se
comprometían con la política motivados por
su fe.
Por una serie de circunstancias, muy difíciles de explicar, principalmente por
momentos de mucha densidad de sufrimiento en mi vida, porque en una hora
dada vi y sentí acumularse alrededor de mi persona todas las sangres , la sangre
de muchos amigos y la sangre de mucha gente pobre, no me sentí con el impulso
investigador y la imaginación creativa necesarios para escribirlo. Nombro a tres
personas mártires que fueron para
mí
de gran influjo en mi vida: Myrna Mack,
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267
EVISTA LATINOAMERICANADE
TEOLOGÍ
poder divisar a Jesús en medio de la multitud; si Zaqueo, un rico y corrupto jefe
de cobradores de impuestos, escucha que Jesús viene a Jericó,
su
ciudad, y siente
curiosidad por verlo y tiene la buena fortuna de que Jesús se dirija a él y le invite
a su mesa diciéndole: "baja aprisa, pues hoy tengo que hospedarme en tu casa",
y él baja del árbol y le abre las puertas de
su
casa, lo que ocurre ahí es que Jesús
lo valora como persona y entra en su casa sin importarle que murmuren contra
él "porque entraba a hospedarse en casa de un pecador". La forma como Jesús
valora su 4ignidad humana impacta hondamente a Zaqueo y lo lleva a dar la
mitad
de
sus bienes a los pobres, y a devolver cuatro veces a cualquiera que haya
defraudado (Lc 19,1-9). Tal vez no le quedara mucho después de eso. Lo impor
tante es que Zaqueo se ha sentido acogido en Jesús por un Dios diferente del
Dios de los líderes religioso-políticos que lo condenan. Es como si los directivos
de un banco actual, moderno, quisieran hacer lo que hizo Zaqueo con aquellas
personas a quienes han prestado; al final se quedarían sin bóveda, sin caja
fuerte, después de haber invertido la mitad del capital de su banco en proyectos
sociales rentables solo humanamente, y de haber devuelto una cantidad cuatro
veces mayor a todas aquellas personas deudoras a quienes les hubieran cobrado
intereses altísimos por
sus
tarjetas, o a aquellas personas a quienes no hubiesen
considerado razonable para los intereses del banco concederles m i r o r é d i ~ o s ni
siquiera para construir un ranchito y para comprar unas palmas o unas láminas
para techar una casucha en cualquier suburbio urbano marginado de nuestras
ciudades.
El gran mensaje religioso-político de Jesús fue tratar que las mujeres y
hombres de su entorno, sus amigas y amigos que se sintieron discípulas y
discípulos suyos, fueran captando que Dios no era solamente el Dios del sábado,
sino por encima de todo el Dios de los seres humanos, a favor de cuyo descanso
el mismo sábado había sido instituido; y que las necesidades
de
las personas,
especialmente de los enfermos y de los pobres, estaban, por consiguiente, por
encima de la observancia hiperescrupulosa del descanso del sábado (Mc 2, 23-27
Y 3, 1-5). Su mensaje fue también tratar de que captaran que la misericordia,
la compasión ante
el
sufrimiento humano, valía más que todos los sacrificios
(Mt 12,
7)
y que por consiguiente Dios, mucho más que el Dios del culto sacri
ficial en el templo de Jerusalén, era el Dios del culto "al Padre en espíritu y de
verdad" (Jn 2, 13-16 y '4,
23).
El mensaje religioso-político de Jesús retomaba
lo que ya se había dicho en la profecía de Isaías, que la misión del profeta era
"dar una buena noticia a los que sufren" (ls 61, 1), pero
lo
radicalizaba, según
Lucas, afirmando que la misión de Jesús era dar "la buena noticia a los pobres".
Teniendo en cuenta la versión lucana de las bienaventuranzas, donde la felicidad
de los pobres está dialécticamente contrapuesta a la lamentable situación de los
ricos (Lc 6, 20-26), Jesús está afirmando revolucionariamente con gran radica
lidad que Dios no es el Dios de los ricos insolidarios, sino el Dios de los pobres
necesitados. Revolucionariamente, porque en una corriente tradicional bíblica
PRESENTACIÓN DEL
LIBRO
NO SE sí ENTRE USTEDES
anterior a Jesús solía aparecer "la riqueza como señal de bendición divina, que
recompensa una conducta intachable .. o como recursos para dar limosna y
socorrer las necesidades del pobre"2, mientras que en el Nuevo Testamento,
entre el destino de los ricos ostentosamente despreocupados de los pobres y los
pobres que sufren esa despreocupación, "se abre un abismo inmenso", infran
queable (Lc
16,
26), porque las personas "no pueden servir a Dios y al dinero"
sin ser idólatras
(Le 16,
13). Por eso Pablo dirá que la avaricia "es una especie
de idolatría" (Col 3,
5).
Y en las Cartas Pastorales se llegará a afirmar que "la
raíz de todos los males es la codicia"
(1
Tim 6, 10), una afirmación con una
gran resonancia actual cuando se ha llegado a decir hoy que la crisis económica
mundial, que deja tras de sí millones y millones de desempleados, es "una crisis
de avaricia"3.
El mensaje religioso-político de Jesús cambiaba también al Dios de la ley
por el Dios de "la misericordia, la justicia y la lealtad" (Mt 23,
23).
El mensaje
religioso-político de Jesús afirma que Dios es más el Dios del amor al prójimo
que el Dios de los sacrificios y holocaustos (Mc
12,
28-34 Y Mt 25, 31-46).
Finalmente, el mensaje religioso-político
de
Jesús cambiaba al Dios exclusivo
de los judíos por el Dios abierto a todos los pueblos y todas las personas justas.
Comentando la fe de un centurión romano, Jesús dijo: "Se 1 aseguro, una fe
semejante no la he encontrado en ningún israelita; les digo que muchos vendrán
de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino
de
Dios. Mientras que los ciudadanos del reino serán expulsados a las tinieblas de
fuera ..." (Mt 8, lOb-12a). Karl Barth afirmó lo siguiente en tiempos de la exal
tación nazi de la raza aria como raza de superhombres: "Ninguna proposición
es más peligrosa, ninguna más revolucionaria que ésta: que Dios sólo hay uno,
que nadie se le puede comparar .. Frente a la verdad de que Dios sólo hay uno
fracasará y se cubrirá de oprobio el Estado de Adolfo Hitler''''', que quiso hacer
de
la raza aria una divinidad.
Así de peligrosa fue también la proposición de Jesús de Nazaret, de que Dios
es el Dios de los pobres. Ese mensaje religioso-político fue su gran "política",
y consistió en el cambio revolucionario de la imagen de Dios. Nada había más
revolucionario y peligroso en su tiempo. No puede, por lo tanto, parecernos
extraño que sea por eso por lo que lo condenan, al final de la gran controversia
práxica, es decir, teórico-práctica, sobre el Dios verdadero que fue su vida. Lo
2. J. Fitzmyer, El Evangelio según Lucas l/l Madrid, Cristiandad, 1986, p. 724.
3. Tanto Joaquín Almunia, comisario de la DE para Economía y Moneda, como el
mismo presidente Obama
lo
han afirmado así.
4. K Barth,
Die Kirchliche Dogmatik
[La dogmática de la Iglesia], n
]: Die Lehre
von Gott [La Enseñanza sobre Dios], vierte Ausgabe [cuarta edición], Evangelischer
Verlag AG [Editorial Evangélica, S.A.), Zollikon,
1958.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
o
sí la imagen de Dios de estas personas, sus antiguos amigos, y pretendiendo
.oscitar en ellas un deseo de conversión a la justicia y al amor al prójimo pare
ido al que Jesús suscitó en
l
rico Zaqueo, ahí sobrevino la controversia y ahí
umero fue poco a poco abandonado por casi todos sus amigos de antes. Volver
oherentemente a la imagen de Dios de Jesús de Nazaret, esa fue la gran contri
ución política
de
Óscar Romero desde
el
centro de su
fe
cristiana.
Romero no pretendió ser candidato a la presidencia de la república, como lo
aria décadas
más
tarde Fernando Lugo, por ejemplo, quien legítimamente dejó
u obispado, se apartó de su oficio y servicio jerárquicos en
la
Iglesia y como
iudadano laico común, se metió a la política. Romero
no
hizo eso. Romero, como
rzobispo de San Salvador, como hombre de Dios, religioso, como representante
ficial de la Iglesia, anunció con fidelidad el Evangelio de Jesús y cuando llegó
pedir a los soldados que no obedecieran las órdenes de matar represivamente
ue daban sus oficiales en la Fuerza Armada, eso resultó
ya
blasfemo para mucha
ente, y subversivo también para muchas personas. El resultado fue que culmi
aron la conspiración que ya habían iniciado contra él, lo condenaron a muerte
n la clandestinidad y lo mataron realmente por el Dios
de
Jesús que anunciaba,
or el Evangelio de Jesús que predicaba, y que, por
su
enorme atractivo en El
alvador, un país tan religioso, se volvía políticamente agitador y subversivo.
or eso lo mataron, por la
fe
y la justicia que la misma
fe
exige, cpmo a Jesús de
\lazaret, y no por otra cosa. Y por eso, como mártir, debería estar ya canonizado
iesde hace décadas. Sin embargo, en opinión del obispo auxiliar de San Salvador,
::Jregorio
Rosa Chávez, no ha sido canonizado aún fundamentalmente porque los
iucesivos Gobiernos del partido Arena se han opuesto diplomáticamente con
uerza ante el Vaticano. ¿Por qué? La Comisión de la Verdad investigó y afirmó
lue
el fundador de Arena, mayor Roberto D'Aubuisson, fue la inteligencia detrás
lel
crimen. Canonizar a monseñor Romero sería como desautorizar directamente
1
fundador de Arena.
El Evangelio de Jesús de Nazaret, el Dios de Jesucristo muerto y resucitado,
.redicado hoy con verdad en una sociedad cualquiera de este mundo actual,
s una fuerza subversiva del orden establecido, de la civilización del capital y
e la riqueza, y mucho más en una sociedad que no está todavía fuertemente
ecularizada como, por j ~ m p l o lo están muchas de las sociedades europeas hoy
lÍsmo. Pero,
en
cambio, en Centroamérica, donde vivimos todavía envueltos
n una atmósfera en la que se respira un aire bastante religioso, tal vez no tanto
ntre los jóvenes universitarios y algunos de sus profesores, tal vez ahí un poco
lenos religioso o de menor afiliación a las Iglesias, según alguna encuesta ya
un
oco antigua
8
, pero de todas maneras así es fundamentalmente en los departa-
Ver Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), "La religión para los
salvadoreños en 1995", Estudios centroamericanos (ECA), n.o 563, septiembre 1995.
pp. 849-862.
PRESENTACIÓN
DEL
LIBRO NO SE 'AASi NTR USTEDES
mentos salvadoreños de San Vicente, Ahuachapán, Chalatenango, o Cabañas,
por ejemplo, y así es en los barrios de clase media baja y pobre, tan populosos,
de San Salvador y su área metropolitana. Así es en Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Costa Rica y Panamá, y en México, Bolivia, Brasil o Colombia. Por
eso, precisamente, para unas personas que vivían tranquilas con sus riquezas
y su poder y
su
olvido de la enorme mayoría del pueblo, como el anónimo
rico del Evangelio olvidado del pobre Lázaro (Lc 16, 19-21), legitimadas en su
mentalidad y en sus sentimientos por
el
"dios" de los ricos, la predicación del
Evangelio que hizo Romero lo ubicó en el mismo papel de Jesús frente al poder
de su tiempo.
Es
decir, lo que hizo Romero fue quitar el fundamento religioso a
las posiciones de clase de muchas personas que vivían en la riqueza y quitarles
la buena conciencia de ser ricas y opresoras sin mayor inquietud religiosa.
Oyendo a Romero ya no se podía vivir con la misma tranquilidad y allí estaba
su mensaje político desde la fe. ¿Por qué? Porque aun siendo un mensaje tremen
damente religioso era un mensaje con una incidencia fuertemente política en la
vida social y en la cotidianidad. Y porque, al igual que Jesús, el arzobispo Óscar
Romero
no
vino "a traer paz, sino espada" y "a enemistar a un hombre con su
padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra" (Mt
10,
34-35), es decir,
el anuncio del Evangelio fue tan conflictivo en Romero como lo había sido en
Jesús de Nazaret. Todo eso es lo que hizo exclamar a Ignacio Ellacuría: "¡Con
monseñor Romero Dios pasó por El Salvador ".
Al fin y al cabo, en 1967, el mensaje cristiano social del papa Pablo VI
en su carta encíclica
El desarrollo de los pueblos,.
profundamente crítico del
capitalismo desde el Evangelio, tuvo una serie de respuestas altamente coléricas.
En Estados Unidos, el famoso periódico
The New ork Times,
por ejemplo,
pretendió desprestigiarlo llamándolo editorialmente "marxismo recalentado",
como ya hemos dicho antes. Y en 1968, al terminar la II Conferencia General
del Episcopado Latinoamericano en Medellín y ser publicados sus documentos,
el ex presidente de Colombia Alberto Lleras Camargo escribió un comentario
en la revista Visión previniendo a los obispos de que sus posiciones les iban
a acarrear un muy profundo desagrado
¡notable
eufemismo - de parte de
la gente de bien de sus mismas Iglesias. En ese mismo año el Informe sobre
América Latina del vicepresidente electo de Estados Unidos Nelson Rockefeller
señalaba a la incipiente teología de
la
liberación como peligrosa para los intereses
estadounidenses. Y en los años ochenta los dos Informes de Santa Fe, producto
de la Heritage Foundation para los dos períodos presidenciales de Ronald
Reagan, profundizaban ese mismo tema.
4. El
m n s ~
de Jesús en l situación actual de secularización alrededor del
mundo
La
política en el mundo actual, analizada con las herramientas que nos dejó,
por ejemplo, el gran teórico marxista Gramsci, es una política secular. Gramsci,
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
con el problema de organizar la esperanza, es decir, darle un cuerpo político a
la
esperanza cristiana, que es la esperanza de confesores y mártires, pero que es
también principio esperanza de no poca gente ho creyente.
¿Cómo se puede organizar la esperanza? La esperanza es una virtud cristiana.
La esperanza a
mí
a veces no se me presenta como se
le
presentó al poeta francés
de comienzos del siglos XX, Charles Péguy, no se me presenta como una niña
débil, como la más débil de las virtudes cristianas. Se me presenta más bien en
el mundo actual como aquella anciana, seguro que se recuerdan ustedes, del final
de esa película que muchas y muchos habrán visto, Titanic que mantiene toda
la vida el recuerdo de su primer amor y que cuando puede contar lo que sucedió
en aquel momento, entonces ella, llena de años, arrugada, ya no aquella joven
de la que se enamoró el joven quc dio la vida por ella en las aguas heladas del
Atlántico en
el
naufragio del Titanic, ella echa al mar el diamante. Ha encontrado
al fin de cuentas lo mejor de
la
vida: ha encontrado el cumplimiento de su amor.
La esperanza es como una mujer anciana, gastada de años que, como dice el
1
Apóstol San Pablo, no tiene más remedio que ejercitar esa realidad, esperar
con paciencia (Rom 8, 25). Porque la realidad concreta no ofrece muchos
motivos para la esperanza,
si
bien hay realidades como las políticas de Lagos,
Lula, Bachelet, Evo o Correa, que, a mi juicio, proyectan o contienen esperanza.
Contra muchos otros, tal vez abrumadores, signos de desesperanza, hay mujeres
y hombres entre nosotros que tienen esperanza. Y tienen esperanza incluso de
que la política un día, a pesar del desastre del sandinismo en Nicaragua, a pesar
del desastre de otras revoluciones que hemos intentado en América Latina y en
el mundo, sea verdaderamente servicial, pero para eso hay que organizar la espe
ranza. No podemos vivir la esperanza aislados. Tenemos que juntarnos en una
acción conjunta para levantar este ideal de una política servicial, que corresponda
a la palabra de Jesús: No sea así entre ustedes . Entonces, organizando la espe
ranza, organizándonos nosotros como gente y agentes de esperanza, podemos
luchar para poner entre nosotros una imagen de servicio y no de dominación, una
imagen de verdad y no de engaño. Ni siquiera con la ideología de la beneficencia.
Esto es lo que intento decir fundamentalmente en el libro, pero obviamente,
como estoy hablandordel Estado, y estoy hablando de la sociedad civil, para
ser honesto, no puedo dejar de hablar también de la Iglesia y de
la
Iglesia que
tantas veces es tentada por el poder, y no por el poder servicial, sino por el
poder dominador, por
el
poder de
la
ley y por eso en el libro trato también de
una historia triste, que es la historia de la seducción, de la rendición de la Iglesia
frente al poder y del ejercicio eclesial de un poder no servicial. Porque desde
desde la humildad de nuestra pertenencia como cristianos a
la
Iglesia, o por lo
menos desde
la
humildad de mi propia pertenencia a la Iglesia, se puede hablar
de la esperanza en la política pero también de la esperanza en una Iglesia que use
la autoridad de Jesús servicialmente al modo de Jesús, y no
el
poder secular
al
modo de los
Que
dominan.
omentario al libro de
Juan Hernández Pico
No
se sí entre
ustedes
Héctor Dada Hirezi
Este libro, que ustedes deben leer, parte de una pregunta básica a
la
que
apunta el subtítulo: ¿es posible seguir teniendo esperanza en la política?
Yo
{'
diría que es una pregunta válida, pero que hay que contestarla con una respuesta
precisa: tenemos obligación de tener esperanza.
Hay que decir también que la forma de nuestra aproximación a la política
r
depende de nuestra aproximación al Evangelio, a la palabra de Jesús de Nazaret,
como prefiere decir Jon Sobrino. Y uno no puede aproximarse al Evangelio en r
una visión lineal. La Biblia solo es interpretable dentro de los límites que esto
supone
con una visión dialéctica.
Hace ya un buen número de años uno de los teólogos que estuvo presente
entre nosotros, cuando estábamos en un pequeño círculo, decía que si Dios
pudo haber cometido algún error fue el de habernos hecho libres. A mi juicio, la
I '
libertad es en lo que más nos parecemos a Dios, pues Él es esencialmente libre,
un ser infinitamente libre. Pero la libertad es también lo que nos permite equivo-
J
carnos,
y
sin embargo, el uso de la libertad es la primera responsabilidad que el
cristiano pone en juego cuando se mete a la política. No se trata solo de construir J
libertad, sino de vivir la libertad; y es esa difícil combinación
la
que uno vive {
constantemente en la política. Hay que actuar en un colectivo, respetar la acción
conjunta, pero sin perder la capacidad
e
reflexión y de decisión personal. Y ello
significa una dialéctica que difícilmente es tenida en cuenta por una decisión
teórica.
Además, hay que saber vivir con dos mensajes de la palabra de Dios aparen
temente contradictorios. Por un lado, nos manda: Creced y multiplicaos y
* Transcripción de la intervención oral del comentarista, a la que se le han hecho sólo
correcciones de forma.
~ f o ; t c , '
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277
REVISTA LATINOAMERICANA
DE
TEOLOGÍA
dominad la tierra .
Y
por otro, afirma que
mi
reino no es de este mundo . Esta
aparente contradicción
- los
teólogos aquí presentes lo saben
bien-
en el fondo
no existe, por más que se haga presente en el razonar de no pocos cristianos. A
nuestro juicio, se trata de saber vivir con una doble realidad: .la obligación de
construir el mundo inmersos en él,
y
a la vez, saber que el
fin
del cristiano no es
el reino de este mundo, sino el reino del otro mundo, pero que se construye desde
éste. Y como nos decía Juan Hernández Pico citando a Karl Rahner, no hay otra
manera'de eonstruir el Reino de Dios sino desde este mundo.
Un problema fundamental que muchos cristianos viven en la política es la
tentación de pretender que la fe nos da respuestas a los problemas concretos, a
los retos que deben ser respondidos a partir de la libertad y por lo tanto de
la responsabilidad- y de la capacidad de raciocinio de las que Dios ha dotado
a los seres humanos. La fe ilumina la política, le da su sentido trascendente. A
través de la ética que se deriva de nuestra fe nos da los marcos fundamentales de
acción al poner en primer lugar la igualdad intrínseca de los seres humanos, pero
no nos proporciona soluciones unívocas.
Haciendo un paréntesis, permítanme mencionar que para no pocos cristianos
se vuelve difícil aceptar
la
acción política desde la visión peyorativa que se tiene
de esa actividad humana, que es noble por naturaleza como exigencia de compro-
miso con la solidaridad y con el bienestar de todos. En el fondo, se confundel
lo político con la mezquindad
en
la que a veces cae la disputa partidaria. Y por
otro lado, para algunos esta visión peyorativa de la política es una forma de
encubrir la visión ideológica que intenta imponer soluciones a los problemas de
la sociedad con el argumento de que requieren respuestas técnicas alejadas de la
disputa política.
Retomando el hilo de este tipo de razonamiento, como muy bien lo señala
mi amigo Juan Hernández Pico -quizás muy brevemente en una frase muy
importante dellibro-, por razón de nuestra fe no tenemos una superioridad en el
diseño de las políticas. No tenemos superioridad, pero tenemos responsabilidades \
Entrar a la política desde la para nosotros señala límites )
de la política: los límites de la ética, que no es solo .
sino que es una ética que nos lleva a entender d e acuerdo a la \
doctrina ortodoxa de fa Iglesia- que la ética social es tan importante como la
ética individual. Dicho de otra manera, no hay ética individual sin ética social, y
viceversa.
El
libro de Juan Hernández Pico hace un reeorrido por una serie de pensadores
según una secuencia cronológica que resalta la evolución de sus ideas de forma
muy eficiente. En ese recorrido,
l
autor nos conduce, a través de la evolución de la
política, a una creciente secularización, hasta llegar a nuestros días en la que ésta
es el signo de los tiempos.
COMENTARIO AL LIBRO DE JUAN HERNÁNDEZ PICO
Secularización de la política no quiere decir que la fe no tiene relación con
la política, sino, dicho con precisión, quc la política no está al servicio del poder
religioso, sino, más bien, que la visión religiosa, la fe está al servicio de una
política más solidaria, más humana, fundada en el amor, en la caridad cristiana y
con requisitos de verdad, como nos enseña la última encíclica del papa Benedicto
XVI.
En la política no estamos exentos de tentaciones. Cuando pienso en las rela-
ciones del cristiano y del poder me acuerdo de aquellos dos Apóstoles que, apro-
vechando su cercanía con Jesús, le piden estar a su lado en el Reino de los
uno a
la
derecha y otro a la izquierda, lo que es muy próximo a la búsqueda de un
tráfico de influencias. No estamos exentos de tentaciones, y estas pueden llegar
a veces hasta a poner en juego nuestra fidelidad a la fe en Jesús de Nazaret, en
momentos álgidos de la política. Como tampoco Pedro estuvo exento de negar
a Cristo en el momento en que corría peligro frente al poder de su tiempo. Ni
podemos rechazar a los que vienen de hacer cosas diferentes, cosas contrarias a
nosotros, y con quienes, luego de la evolución existencial, la vida misma nos lleva
a compar tir visiones. Como tampoco el Señor rechazó a Pablo porque había sido
perseguidor de cristianos.
La política la hacemos seres humanos que tenemos la obligación de buscar
ser perfectos, pero que no lo somos ni logramos serlo. Y esas pretensiones
de perfección son las que a veces niegan el verdadero sentido libertario del
Evangelio y las políticas que los cristianos tenemos que hacer.
Si bien ahora la política se seculariza,
la
utilización de la religión para
ponerla al servicio de una visión política determinada es una tentación presente,
y no siempre a partir de actitudes de la Iglesia, como no pocas veces ha sucedido
en la historia de la humanidad.
Por citar un ejemplo, tengamos presente que
la
derecha suele decir que ellos
separan la fe y la política. Pero si uno lec ese documento olvidado y que
todos los cristianos debiéramos releer frecuentemente, el
nforme Rockefeller
de finales de los sesenta-, encontramos un mensaje que demanda la utilización
de visiones religiosas para obtener resultados políticos frente al progresismo
creciente de entonces, alimentado en parte por la encíclica Populorum progressio
y los documentos de Mede llín y Puebla, aprobados po r la Conferencia Episcopal
Latinoamericana
(calificados
por
algunos portavoces del
statu
quo
como
marxismo recalentado
-como
cita Hernández
Pico-,
aunque muchas veces
hubo marxistas que los tildaron de capitalismo amoroso).
A partir de entonces se originó con gran intensidad la estimulación de una
interpretación escapista de la fe afirmando que hay que soportar pasivamente )
todas las desgracias que Dios nos impone en este mundo
para
ganarnos .la
salvación. Como si Dios nos mandara a este mundo a ser infelices y no a trabajar
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EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGíA
por
la
realización plena como seres humanos, tanto en el plano personal como
en el social. En esa tarea no solo han participado y participan algunas deno
minaciones religiosas llamadas evangélicas, sino también grupos católicos con
tendencias sectarias. Esto último es citado por HernándezPico, resaItando la
tergiversación del Evangelio, la Buena Nueva de Jesús de Nazaret, para escapar
del sentido social intrínseco a la palabra de Dios.
Una de las más graves tentaciones citada al principio del libro es la visión que
afirma que la economía no tiene responsabilidad moral, a la que le acompaña la
predicación creciente de que los problemas sociales y políticos tienen soluciones
técnicas, unívocas, no sujetas a la discusión en el espacio político, y por consi
guiente a cargo de los técnicos .
Cuando creemos que
la
técnica da soluciones a los problemas políticos, le
damos a la técnica una misión que no tiene, pues
el
papel de la técnica es señalar
opciones, y la política es el espacio de las decisiones. Ni aun en temas en los que
la decisión parece estar lejos de la política, como es el de las infraestructuras, en
\
el fondo las decisiones se toman a partir de prioridades que se definen desde la
política. Y aun si, exagerando la nota, aceptamos que la técnica no tiene por qué
sujetarse a normas éticas
lo
que al menos es
discutible-
al fin de cuentas en la
decisión hay un componente ético que para los cristianos es una responsabilidad
inexcusable. Y no olvidemos que desde la llamada hegemonía de la técnica, en
años recientes se tomaron decisiones sobre temas económico-sociales de gran
importancia, con graves consecuencias para la vida de las mayorías, muchas
veces sin que hubiera cristianos que se decidieran a asumir la defensa de los
principios de solidaridad humana que nos predica la palabra del Señor.
Pero existe también otro problema central que los cristianos debemos
resolver l: la visión del poder. Algunos cristianos resaltamos excesivamente una
visión de sacrificio, de entrega desinteresada por los demás, en nuestra acción
política, y nos cuesta concebir el poder con el equilibrio necesario para estar
en él con la capacidad de ejercerlo eficazmente con sentido ético, y no utilizándolo
inadecuadamente. Los cristianos debemos aceptar la necesidad del poder \
para transformar la sociedad, y requerimos de una adecuada visión de cómo
se construye el poder,
y
por supuesto, no podemos olvidar la necesidad de la
organización social para poder generar poder, un poder real que permita trans
formar la sociedad. Esta reflexión de parte de aquellos católicos que hacemos
política
y
de los poJitólogos
cristianos-
debe estar centrada sobre esa relación
difícil entre
l
poder y la visión de la vivencia política del cristiano que muchas
veces tenemos.
1 Lo ponemos entre comillas porque la forma de enfrentarlo es hist6rica, es decir,
depende
de
cada momento concreto,
y
nunca se logrará una solución definitiva.
COMENTARIO AL LIBRO DE JUAN HERNÁNDEZ
PICO
El ejercicio del poder plantea tentaciones.
Y
como expresa muy claramente
Juan Hernández Pico, los que creemos en la palabra de Jesús no podemos justi
ficar la utilización indebida del poder, de forma contraria a
la
ética, sea que 10
haga la derecha, como tradicionalmente 10 ha hecho, sea que lo haga la izquierda.
Y menos que lo hagamos quienes nos profesamos cristianos. Y no basta decir
que la satisfacción de necesidades humanas básicas da espacios para tolerar
l
graves violaciones a los derechos intrínsecos de los seres humanos.
Esa difícil combinación de eficacia y eficiencia social con el ejercicio de la
libertad es un requisito ético fundamental del cual
no
nos podemos desprender.
Cómo participar en el ejercicio real del poder respetando la libertad de los ciuda
danos y trabajando para construir una sociedad más equitativa es un reto que hay
que enfrentar cotidianamente, y que exige tomas de decisión nada fáciles. Pero
ya sabemos que no es fácil ser cristiano, y ya San Pablo decía que el cristianismo
es una gran locura. Y tampoco es fácil combinar la acción política con las
responsabilidades de la
fe.
El libro que ahora comentamos nos ayuda a la reflexión sobre estos temas.
Ojalá lo leamos todos. Nuestro reconocimiento al amigo Hernández Pico.
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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i
¡
Una espiritualidad para luchar
por la justicia desde la perspectiva
f
de Ignacio de Loyola
Rodolfo Cardenal
El Congreso de Teología, organizado por el Departamento de Teología
de la
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas para conmemorar los treinta
años del martirio de Mons. Ósc ar A. Romero, es lugar apropiado para presentar y
comentar la obra
de
Dean Brackley, Espiritualidad para
l
solidaridad Nuevas
perspectivas ignacianas (UCA Editores, 2010), porque contribuye a enriquecer la
espiritualidad de
la
liberación. Intentaré presentar y comentar
l
libro al mismo
tiempo. Aun cuando toda presentación siempre es una interpretación, me esforzaré
por
ser fi l a su pensamiento, al mismo tiempo que comento sus aportes más
sobresalientes.
En particular, me interesa destacar la novedad de esta obra para la espiritualidad
ignaciana y también para la espiritualidad
de
la liberación. ean Brackley
consigue, desde su experiencia personal y desde su perspectiva teológica y
espiritual, encarnar los
Ejercicios espirituales
de Ignacio
de
Loyola en el mundo
actual, algo que en
la
década de 1970, Ignacio Ellacuría ya había sugerido.
Así, pues, este libro pertenece a la corriente de
la
teología de la liberación.
La
perspectiva histórica y liberadora no es u n añadido,
ni
una superposición a la
experiencia espiritual ignaciana, porque su estructura interna la reclama.
1
n
testimonio de fe actualizado e histórico
Espiritualidad para l solidaridad Nuevas perspectivas ignacianas es
un
libro que no deja indiferente, aun cuando se desconozca o no se haya pasado por
la experiencia de los Ejercicios espirituales de Ignacio
de
Loyola. Sus páginas
tocan fibras profundas de la realidad perso nal y social, que interpelan a quien las
lee. En efecto, la claridad y la propiedad con las que Dean Brackley explora
la
realidad humana pueden ayudar a quienes se encuentran en búsqueda o a quienes
luchan por alcanzar
la
plenitud.
283UNA ESPIRITUALIDAD PARA LUCHAR POR LA JUSTICIA
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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282
EVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
No deja de ser curioso que la primera sorprendida por este libro haya sido
su editora, Ellen Calmus. El contenido del texto la cambió de tal manera que
se ha tomado la libertad de colocar un prólogo de su propia cosecha, dirigido a
escépticos o agnósticos como ella, a quienes invita a tomar con int erés una obra
que puede ayudarlos a encontrar lo que buscan con tanto tesón. La editora habla
desde
su
experiencia. Tomó el libro sin mayor pero el estilo directo y
agudo de Brackley la impulsó a leerlo de corrido. A medida que avanzaba, éste
la 11evó desde su problemática personal hasta Ignacio de Loyola y su experiencia
del Dios de Jesús. De esta manera, descubrió que el libro podía ayudar a otras
personas a encontrar respuesta a las cuestiones que tanto les preocupan, así
como también podía ayudarlas a tomar decisiones importantes, para las cuales
nadie se encuentra preparado. Constata con admiración que Ignacio de Loyola
se habría anticipado varios siglos a la psicología moderna en el descubrimiento
de las dificultades para comprenderse sí mismo, para superar los fracasos y las
frustraciones, y para decidir aun en contra de los proyectos personales o para
emprender caminos contrarios a los previstos. Otra de las características del libro
que sorprende a la editora es la habilidad de Brackley para discutir las ideas reli
giosas en el contexto de la modernidad y la postmodernidad. Al final, ella misma
se convierte al Dios de Jesús. Aun cuando no puede garantizar este resultado a
otras personas, sí les asegura que sus páginas pueden abrirles un horizonte hasta
ahora desconocido.
Cuando hace ya algunos años, leí por primera vez este libro, en la edición
inglesa, animé a Brackley a traducirlo al español para publicarlo en VCA
Editores, porque pensé que haría mucho bien a mucha gente. En él pueden encontrar
un comienzo de respuesta quienes sufren las consecuencias de la desarticulación
cultural del cristianismo occidental. Gracias a su capacidad para comunicar
ideas complejas, Brackley consigue exponer
el
genio de Ignacio de Loyola en
el contexto de la modernidad y la postmodernidad. De esta forma, ofrece una
alternativa válida y provocadora a quienes buscan una espiritualidad para llenar
el vacío que los angustia y atormenta. Sobre todo a quienes se lanzan a la caza
de experiencias novedosas, incluso esotéricas, más allá del cristianismo. Ante un
Dios experimentado como ausencia, Brackley ofrece
un
Dios cercano e interesado
en las personas y
su
futuro. No es, pues, necesario acudir a las innumerables
ofertas del mercado religioso actual. A quienes desconfían de una institución
eclesiástica que ya no orienta, ni integra, ni expresa la experiencia religiosa
personal, Brackley les presenta un camino para aprender a confiar en el Dios de
Jesús o en 10 que él llama "el Santo Misterio", para evitar susceptibilidades
inútile s-o En este sentido,
Espiritualidad para l solidaridad
responde al deseo
profundamente sentido por encontrar respuesta satisfactoria a las cuestiones clave
de la vida humana. Esta es una obra de espiritualidad que abre horizontes nuevos
a quienes buscan un sentido para su vida.
Espiritualidad para la solidaridad
es un libro para un tiempo de crisis
de Dios
y,
en consecuencia, también de crisis de humanidad. La inseguridad
provocada por estas crisis suscita la proliferación de tendencias gnósticas,
cuyas incontables posibilidades ofrecen respuestas al margen de las confesiones
religiosas y de la institucionalidad eclesiástica. Por lo tanto,
la
religiosidad
no
ha
desaparecido, pues las expresiones religiosas, incluso místicas, son muchísimas,
pero sin Dios. Estas corrientes afirman de manera tan absoluta la individualidad
y la interioridad que llegan a identificar a la persona con Dios o absorberla en
Dios y a Dios en
la
persona. Los mitos gnósticos, clericales y anticlericales, sofis-
ticados y elitistas, pero siempre vulgarizaciones, se encargan de explicar cómo
la salvación se encuentra en la interioridad individual, en la autorrealización y
el individualismo. Esta religión no puede fallar, porque su dios está arraigado
en el yo
aunque al
mismo tiempo está desterrado más allá del cosmos, en
algún lugar infinitamente remoto-o En todo caso, desvincula la salvación de lar:
historia, con lo cual hace desaparecer la dimensión histórica de la
fe
y Dios deja
de ser Dios. El antiguo ideal de cambiar el mundo es reemplazado por la trans
formación individual. El compromiso político es sustituido por la experiencia
·
mística y la emoción efervescente.
La
responsabilidad ética se diluye en una (
enorme variedad de valores, todos ellos relativos y válidos, pero sin posibilidad
de verificación. No
hay visión de futuro, ni utopía. Lo único que importa es la
verdad del instante.
En cambio,
Espiritualidad para
l
solidaridad
deja a Dios ser Dios y, por 10
tanto, mantiene la relación entre salvación e historia. No niega la individualidad,
ni la interioridad de la persona, pero enfatiza
su
apertura a los demás, a la tras
cendencia y a la utopía. Sin desconocer el profundo deseo personal y social de
salvación, señala que esta pasa por los pueblos crucificados y la solidaridad. La \
J
tentación real de refugiarse en la intimidad y la emoción es contrarrestada por
la dimensión práctica de la fe cristiana, que exige cierta reciedumbre y madurez.
La necesidad de salvar la historia retorna a la ética y a la acción eficaz como
criterios de verificación imprescindibles de una verdadera experiencia de Dios.
Finalmente, señala un camino viable para conquistar la libertad para amar y
para dejarse amar, una dimensión del amor que suele ser pasada por
alto o
La
transformación del mundo necesita de personas libres para amar y para dejarse
amar.
Este libro no es una simple introducción a los
Ejercicios espirituales
sino una
aproximación a la experiencia ignaciana, desde la realidad histórica, personal y
social. Dean Brackley recrea la experiencia de Ignacio de Loyola desde la seria
crisis de identidad y de fe de su juventud, desde sus experiencias en el Bronx
York
y
Perú y El Salvador, en concreto, Jayaque. Asimismo, recoge
impresionantes testimonios de grandes creyentes del siglo XX. Estos relatos
y testimonios introducen los diversos temas y, así, los actualizan y los hacen
comprensibles a la mentalidad contemporánea. El punto de partida de cada tema
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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
UNA ESPIRITUALIDAD PARA LUCHAR POR LA JUSTICIA
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donde es más vulnerable en la humillación, la impotencia y el sufrimiento-o
Dios sufre con la humanidad las consecuencias del pecado del mundo
la
avaricia, el desprecio, la idolatría del poder y de la violencia, la adicción, la
ceguera culpable, el rechazo al forastero y la denegación del perdón-o Esta
manera de ser Dios cuestiona la idea tradicional de la divinidad. El poder divino
no se manifiesta en obras portentosas, sino en ponerse a disposición de la huma
nidad para liberarla del pecado opresor. Es la divinidad escondida la que, de
manera desconcertante, revela el poder divino en todo su esplendor. De la misma
manera que la pasión y la muerte de Jesús nwestr¡m .dónde encontrar a Dios, la.
pasi ón y muerte del inocente indican dónde encontrarlo en la actualidad. Por eso,
Jesucristo sólo se deja ver por quienes han reconocido su divinidad escondida
en su pasión y su muerte. Se deja ver a los pobres con espíritu y entre las
víctimas de la injusticia y la violencia, a quienes da esperanza y anima a luchar
para salvar el plan de la creación.
Intentar bajar a los crucifieados de la cruz, impedir que la injusticia cause más
estragos y defender a las vÍCtimas del poder opresor suele ser conflictivo y desata
la persecución
y,
no
pocas veces, la muerte. Contrario a
la
idea predominante,
Brackley defiende que el conflicto es parte del Evangelio y de la construcción
del reino de Dios. Por lo tanto, en sí mismo, no es malo, ni debe ser evitado, ni
tampoco suprimido. En consecuencia, el seguimiento de Jesús exige una espi
ritualidad para esos tiempos recios, la cual, según Brackley, se caracteriza por
conservar la paz interior, en el conflicto y la persecución, por confiar en Dios, en
la oscuridad y el abandono, por actuar con audacia, creatividad y en comunidad,
y por amar a los enemigos.
Los Ejercicios espirituales culminan con la llamada contemplación para
alcanzar amor , una experiencia que Brackley considera en sí misma revolu
cionaria. Esta contemplación se propone experimentar
el
amor de Dios, por lo
general, en las maravillas de la creación. La experiencia de ese amor suscita una
respuesta agradecida. Ahora bien, no cualquier respuesta es válida, sino solo la
determinación de servir al mundo. La gran novedad de Ignacio de Loyola estriba
en afirmar que Dios puede ser encontrado en todas las cosas y en todas las acti
vidades. El amor es concebido como aetividad - en todo amar y servir La
proximidad con Dios'es tal que la acción se vuelve contemplación, pues siempre
lo encuentra. La intimidad con Dios facilita la comunicación, aun ahí donde
ésta parece imposible. Esta meditación es una especie de Pentecostés, un tema
ausente en los
Ejercicios
al igual que el Espíritu Santo, mencionado sólo en seis
lugares. Ignacio de Loyola no enfatiza su acción quizás para evitar una condena
de la Inquisición por alumbrado . De hecho, el cristianismo occidental aprecia
poco la acción del Espíritu Santo.
La familiaridad con Dios también revoluciona el concepto de la oración.
Contemplar es dejar que la realidad penetre y remueva la manera de sentir y de
289
pensar. Hacer oración es ser realista. Dios habla desde el centro de la realidad
personal e histórica. Cuando esta forma de orar se convierte en hábito, se
proyecta en la acción y la transforma en contemplación. Ignacio de Loyola, por
lo tanto, concibe la oración como contemplación en la acción. Tradicionalmente,
la oración está asociada a la vida retirada, según un falso ideal monástico, que
contrapone las figuras de Marta y María. Esta concepción valora el retiro
y
la
contemplación con menoscabo de la acción transformadora del mundo o de la
salvación de la historia. Por lo tanto, la oración contemplativa sería la medida de
la santidad. Ignacio de Loyola, en cambio, rechaza como criterios de perfección
la soledad y las largas horas de oración. Tampoco las considera como medio
preferencial para la unión con Dios. Aun cuando la oración en soledad es siempre
necesaria, no es lo ideal. La unión con Dios no ocurre en la oración, sino en la 1
búsqueda y en la puesta en práctica de su voluntad. Se ora en la medida en que la 1
contemplación influye en la acción. La radicalidad de esta propuesta consiste en
permanecer en unión con Dios, en la vida diaria. Es la práctica del amor la que J
une a Dios, quien, a su vez, se hace presente en el amar.
No obstante, tal como señala Brackley, ese amor es histórico, porque el
objeto de su actividad o servicio por amor- es la liberación de los pobres y
los oprimidos, y porque la gratitud es auténtica cuando la vida es experimentada
no como algo dado, sino como una conquista cotidiana. En efecto, Dios se
hace presente en toda acción buena, pero de manera especial y específicamente
cristiana, en la acción histórica, que libera del pecado opresor y homicida y así
da vida. Indudablemente, Dios se revela en la belleza de la creación
a
lo cual 1
suele contribuir el ambiente idílico de las casas de ejercicios-, pero sólo a quien
también puede reconocerlo en los pobres y los oprimidos, porque ellos se colocan
forzosamente en su presencia. Si
no
se es capaz de reconocerlo en la humanidad
quebrantada, Él tampoco se deja ver en las maravillas naturales. Jesucristo sólo
.1
se deja ver cuando se
ven
las cruces históricas. Esto no es obvio, porque su
crueldad impulsa a volver la mirada hacia el otro lado. La acción contemplativa
que comunica la voluntad de Dios es la acción del seguimiento histórico. De esta
manera, la liberación es el lugar privilegiado para la acción, que en su secula
ridad, transparenta la presencia y la acción del Dios salvador - Dios se hace
presente al hombre haciendo y el hombre hace presente a Dios y se hace presente
a Dios haciendo (Ellacuría)-.
Al igual que Ignacio de Loyola, Brackley también recomienda la oración t
breve y transida por los afanes de la vida entregada con generosidad
en
r
contraposición a la oración prolongada
y
tranquila. Por eso, la mejor preparaciÓn),
para la oración, un recurso muy recomendado por Ignacio de Loyola, consiste en
colocarse delante de los crucificados del mundo y dejar ellos nos liberen de
los prejuicios y nos interpelen sobre lo que haremos para bajarlos de la cruz. Este
A
s
es un método eficaz para evitar las demandas de
un
amor abstracto. SI, pue ,
291
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UNA ESPIRITUAUDAD PARA LUCHAR POR LA JUSTICIA
7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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290
contraponer oración y acción es una artimaña teórica para huir de la historia y de
sus reclamos de salvación.
La
oración es uno de los momentos de la acción. Es
cuando la acción, en su modalidad cristiana, se capta a sí misma reflexivamente.
Seguir a Jesús hoy según Ellacuría, es· ser contemplativo en
la
acción por la 1
justicia, unido a Dios en la lucha por un mundo más justo.
A Dios, por lo tanto, lo encontramos en
la
actividad secular e histórica. En
concreto, en las encrucijadas. Ahí donde se decide la vida y la muerte de la
mayor parte de la humanidad. Dios siempre es Dios en y con la humanidad. Se
hace presente en la persona en acción y la persona se hace presente a Dios y
vuelve presente a Dios en la acción. Pero para ello es necesario estar libre de y
tener libertad para entrar en comunicación con
Él.
'
3.
Libres
para
la solidaridad el amor
Espiritualidad para la solidaridad,
al
igual que los Ejercicios espirituales,
es un libro práctico. Ambos intentan ayudar a adoptar decisiones sabias
y
por
lo tanto, apuntan a la acción que se propone dar continuidad a la misión de
Jesús. Así, pues, ninguno de estos libros es totalmente contemplativo, tal como
pudiera pensarse a priori. Tampoco se mantienen en el reino de la pasividad. Sino
que invitan a reformar la vida y a transformar la historia, en la línea del Reino
de Dios. Esta dimensión práctica es necesaria para verificar la veracidad y la
bondad de la elección. En definitiva,
Espiritualidad para la solidaridad
puede
ser de mucha utilidad para
el
postmoderno interesado en descubrir su vocación
personal.
A diferencia de las corrientes gnósticas, aquí la respuesta ética es obligatoria. \
De lo contrario, la responsabilidad se diluye en filantropía vaga e ineficaz.
Redescubrir o retornar a
la
religiosidad sin compromiso ético es esnobismo.
La
derecha divina espiritualista, en concreto, comete la temeridad de obsesionarse
con la búsqueda de experiencias nuevas y excitantes, que se agotan en sí mismas.
Espiritualidad para la solidaridad, en cambio, anima a descubrir la vocación')
primaria al amor y a la solidaridad en los pueblos crucificados o en el sufri-
miento de la humanidad. Ahora bien, ese descubrimiento no depende únicamente
del esfuerzo humano.
J. a
iniciativa proviene de una llamada "suave y delicada",
pero clara e inconfundible, por la cual Dios irrumpe en la vida de las personas.
; 1
La contribución humana se da en un segundo momento, en la respuesta a esa ,
invitación. Una respuesta que debe ser inmediata y personal, que compromete a \
toda la persona al mismo tiempo que la introduce en una nueva manera de vivir.
J
Aunque, por lo general, esa llamada se deja escuchar en la juventud sin compro-
miso,
no
es un don reservado a unos cuantos privilegiados, sino que incluye a
toda persona descosa de hacer el bien.
Antes, esta llamada se entendía como invitación a colaborar con la obra
salvífica de Dios y con la misión de la Iglesia. Pero en la actualidad, advierte
Brackley, solo es comprensible si es entendida como participación en la, lucha
para quitar el pecado del mundo y salvar la historia. En cualquier caso, la
respuesta a la llamada de Dios es un desafío. Obstáculos de toda clase impiden
que la buena disposición inicial se concrete en acciones salvíficas. Algunas
veces, la respuesta es incompleta; otras veces, se malogra por completo. Los
mejores proyectos con frecuencia arrojan realidades demoníacas. El espíritu de
Jesús tiende a la libertad y la vida, pero el egoísmo innato empuja a la esclavitud
y la muerte. La fantasía contemporánea
La guerra e las galaxias
y
El señor
de los nillos
comparte esta visión dual de la vida y la historia, pero
no
saca
sus consecuencias. Ignacio de Loyola, experimentado conocedor de la ambi-
güedad de la realidad humana, nos coloca ante esa alternativa con connotaciones
religiosas
-Jesucristo
y
Lucifer-.
Debemos escoger entre ellas, porque no solo
son fuerzas que se excluyen, sino que, además, se encuentran enzarzadas en una
constante y encarnizada lucha. En la llamada meditación de "las dos banderas",
intenta ayudarnos a elegir la libertad y la vida en lugar de la perversión
y la muerte.
Aun cuando esta meditación penetra en lo más recóndito de la persona,
Brackley abre nuevas perspectivas desde la solidaridad.
La
decisión sobre el
rumbo que tomará la vida no concierne únicamente a la persona, pues tanto una
como la otra poseen dimensiones sociales e históricas. La trilogía "riquezas,
honores y soberbia", en la que Ignacio de Loyola sintetiza de manera magistral
la objetivación del pecado, también explica, según Brackley, el mundo capitalista
y patriarcal. En la actualidad, el capitalismo exacerba el deseo universal de
poseer bienes materiales y recompensa la codicia con mayor generosidad que en
el pasado, cuando la posición social dependía de las relaciones familiares. Peor
aún, fomenta la arrogancia, el desprecio a los demás, la ambición y la voluntad de
poder, es decir, induce a la soberbia, cuya lógica empuja hacia arriba. El soberbio
'1
se coloca por encima de los demás y convierte en razón de su existeneia alcanzar
los primeros puestos de la jerarquía sociaL Por eso, desprecia y resiente a quienes
se encuentran por encima de él y a quienes percibe como rivales. Entre más
estrecha es la ruta del ascenso social, la lucha por escalar a los primeros lugares
es más despiadada.
a
medida del éxito, y de lo humano, la dan quienes llegan
¡
a la cima. Ellos son quienes ejercen la autoridad y el poder, indispensables para J
la vida social, como dominación para contener a los fracasados y los débiles y
para mantenerlos en
la
dependencia, la ignorancia y la desorganización. Esta
1
dinámica social engendra y propaga la agresividad y la corrupción, pero, sobre
todo, el miedo, la desconfianza y la supremacía. No obstante su naturaleza
J
diabólica, la lógica de la soberbia es presentada como sentido común y atrapa por
igual a hombres y mujeres, ganadores y perdedores sociales. No es, pues, fácil
modificarla.
REVISTA LATINOAMERICANA
DE
TEOLOGÍA
UNA ESPIRITUALIDAD
PARA
LUCHAR P R LA JUSTICIA
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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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292
La
trilogía opuesta de
pobreza, oprobios y
humildad sintetiza la
objetivación del bien, pues representa
la
respuesta
de
Jesús a las tentaciones
del desierto, expresa el servicio y define la estructura de la liberación cristiana.
En clave de solidaridad, estas fuerzas delbieil empujan hacia abajo y desatan
una dinámica alternativa a las fuerzas del mal. Según Brackley, la solidaridad
es
el criterio objetivo de
la
pobreza.
La
movilidad hacia abajo introduce en el
mundo
de
los pobres, invita a asumir su causa
y
en alguna medida, también su
condición, incluidas la oscuridad, el malentendido y el desprecio.
La
superación
del capitalismo no consiste en que los pobres sean ricos, sino en compartir los
bienes comunes
de
la creación y en comprometerse con la transformación
de
este mundo injusto en otro distinto, de acuerdo a los valores del Reino de Dios.
El compartir y el colaborar revierten la lógica
de la
movilidad hacia arriba y
ofrecen
una
alternativa real
para
la competencia salvaje.
La
solidaridad también
es el sentido social de la humildad, pues identifica con los despreciados
por
la
soberbia, comparte con ellos el sufrimiento y prefiere la pobreza y el rechazo
social. De esta manera, la humildad es el fundamento
de
la sociedad justa, donde
la
dignidad humana es reconocida con independencia de la posición social, pues
todo es don de Dios y nada es mérito propio.
Las riquezas, los honores y la soberb ia son tanto pecados como principios de '(
pecado,
es
decir, constituyen
la
vida personaL Esta trilogía conduce a toda clase \
de vicios, a la comisión de toda clase de injusticias y a la justificación de cualquier
conducta. La penetración diabólica es objetiva y universal
y
por 10 tanto, fácil-
mente reconocible, pese a su carácter teologal. Por el otro lado,
la
penetración
de las fuerzas del bien la pobreza, los oprobios y la humildad- también es
objetiva y universal. En concreto,
la
humildad es una fuerza activa y transfor-
madora. Piensa y actúa en grande, pues siempre busca el mayor bien posible,
conoce su potencial y lo pone a producir en esa dirección, es espontáneamente
generosa, capta las ironías de
la
vida con su profundo sentido del humor, no
se
pierde en trivialidades y es superior a
la
mezquindad. Sin embargo, Brackley
pone en guardia contra las falsas ideas de la humildad. No debe confundirse con
la negación
de
sí mismo, pues ésta fomenta el pecado
de
omisión y obstaculiza
la acción creativa. Tampoco con el resentimiento, que niega la bondad y
la
auto-
ridad interior y ocultaelos talentos. Paradójicamente, los oprimidos son quienes
con mayor facilidad dudan de sí mismos y quienes tienden a refugiarse en la
pasividad. Los poderosos, por el otro lado, resienten la dignidad de los d ~ b i l e s
Estas falsas humildades son una rémora para el reino de Dios, pues impiden
seguir el impulso del Espíritu pa ra hacer el bien.
La lucha librada por las fuerzas del bien contra las del mal es teologal y \
al mismo tiempo, siempre es histórica. Por eso, es obligado tomar partido
por
una
de ellas. Toda persona debe decidir si realiza su vida desde la solidaridad
{h
o desde
la
soberbia. Sin embargo, es muy común no decidir. A veces se sale del
paso sin saber cómo se rcaeciona a la situación. No en vano, observa Brackley,
la habilidad más importante de
la
vida
es
aprender a adoptar decisiones sabias.
La
meditación de las dos banderas intenta reclutar para luchar del lado de las
fuerzas del bien y de la solidaridad y en contra de la soberbia y
de
las fuerzas
diabólicas. Aparentemente, la soberbia no sería
una alternativa, pero, en realidad,
no es así. El deseo tan humano de seguridades suele conducir a
la
absolutización
de los medios que controlan el entorno e l dinero, el poder, el armamento y el
prestigio social-o Una vez absolutizados, esos medios se convierten en ídolos
que esclavizan a sus devotos y les exigen sacrificar vida humanas, incluso
la propia. Aun los medios más necesarios, aquellos que facilitan
la
vida y
la
1
vuelven más cómoda, pueden dominar a quien se descuida.
La
incertidumbre es
el caldo de cultivo de la peor soberbia.
La
plenitud no depende de la posesión de -:
bienes, en sí mismos, buenos y necesarios, sino del abandono en las manos de
Dios. Entonces,
la
cuestión es cómo
dar
este paso
de
fe profunda y cómo tener
seguridad de que ese abandono se
ha
consumado.
El abandono en las manos
de Dios supone
la
liberación de los ídolos, las
compulsiones y los apremios más refinados y socialmente más estructurados.
Pero esa liberación no es algo dado
de
una vez por todas, sino que es
una
conquista permanente. A medida que
se
goza de libertad interior se es indife-
rente para percibir y asumir el bien más universal, aun cuando este parezca ser
contrario a las propias inclinaciones.
De
nuevo Brackley advierte contra
una
falsa concepción de la indiferencia, que ni siquiera es cristiana. Ser indiferente
no es impasibilidad estoica, ni supresión del deseo,. tal como pr oclaman algunas
corrientes religiosas orientales. La indiferencia no es tanto desprenderse de las
cosas como disponibilidad para entregarse al amor
- una
generosidad magnánima,
una entrega en las manos de Dios -. Es el más de la exigencia cristiana
- estar
comprometido
con
tanta pasión y determinación, estar
tan
enamorado, que
estamos dispuestos a sacrificar cualquier cosa, hasta
la
propia vida,
por
el fin
supremo -.
El
medio para avanzar
con
cierta seguridad hacia el abandono total en las
manos de Dios es el discernimiento de los estados emocionales. Ignacio de
Loyola descubrió que la consolación y la desolación son fuerzas emocionales
sutiles y contagiosas, que surgen desde las profundidades de cada persona y que
actúan a través de la personalidad, en especial, de la psicología y del entorno. No
obstante su apariencia tan humana, son de origen trascendente, lo cual dificulta
definir sus límites.
La
consolación está asociada
con
el bienestar, mientras que
la
desolación lo está con la depresión. La primera ilumina la inteligencia, sana
la psicología y el cuerpo y en definitiva, humaniza; mientras que la segunda
se ceba en la debilidad moral y la neurosis para deshumanizar y destruir.
El
discernimiento es necesario porque la voluntad
de
Dios no se reduce a principios
universales y porque el signo de los tiempos no es unívoco, sino que debe ser
REVISTA LATINOAMERICANA DE TEOLOGÍA
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7/25/2019 Congreso Internacional de Teología
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interpretado. Asimismo, el discernimiento permite reconocer la actuación de las
fuerzas del mal y ayuda a resistir sus embestidas. Las artimañas de las fuerzas
diabólicas son más sutiles cuanto más completa es la entrega a Dios.
Ignacio de Loyola plantea tres cIases de discernimiento. En la primera, .
la acción del Espíritu no deja dudas sobre cuál es la voluntad de Dios. En
l
segunda,
se
examinan las consolaciones y desolaciones. Y en la última, se recurre
al
análisis racional. La espiritualidad ignaciana ha privilegiado la segunda clase
?
de discernimiento, complementada con la tercera, porque la primera siempre ha
suscitado desconfianza. De esta manera, la consolación, a través de la cual el
inspira audacia, fortalece en la lucha y el fracaso, e infunde alegría y
paz interior, sería el criterio fundamental para decidir. Ni el discernimiento ni,
por lo tanto, la voluntad de Dios, recuerda Brackley, están reservados a una elite
l
espiritual. Ambos están al alcance de cualquier persona, dispuesta a descubrir
esa voluntad y a dejarse llevar por el impulso del Espíritu. La convicción de
haber descubierto la voluntad divina se fundamenta en la
fe
en la bondad de Dios
y en su deseo de comunicar esa buena noticia a la humanidad. Pero la voluntad
de Dios
no
es
un
dato dado de una vez para siempre, sino que cambia, de acuerdo
a las circunstancias históricas y personales. Por lo tanto,
el
discernimiento debe
j
ser una actividad constante.
Dean Brackley enfatiza que el prinCIpIO hermenéutico de los jercicios
espirituales de Ignacio de Loyola es la realidad histórica, porque el Dios de
Jesús es inaccesible al margen de la salvación de la historia. Cuando la justicia
sea realidad, vendrá tu reino de la vida y las nuevas relaciones sociales, y de
la liberación de la pobreza, del hambre y del llanto. El camino que conduce a la
realización humana plena pasa, pues, por la opción por los pobres. En definitiva,
ser recibido bajo la bandera de Cristo , el tema central de la espiritualidad igna
ciana, significa, según Brackley, solidarizarse con los pobres y oprimidos, y por
consiguiente, rechazar la riqueza y optar por la pobreza material y
el
desprecio
que ellos experimentan. Ser puestos con
el
Hijo , la meta de la meditación de
las dos banderas , es ser colocados ahí donde el Hijo dijo que estaría, entre
los pobres y los oprimidos. Alabar, hacer reverencia y servir a Dios en la
actualidad es, por consiguiente, el servicio de la
fe
y la promoción de la justicia .
La tarea a la cual Mons. Romero y los mártires de la
VC
consagraron sus vidas
y por la cual las entregaron con generosidad total.
Panamá, Managua y San Salvador, febrero-mayo de 2010