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  • CONOCEDORES DE LA CIENCIA Y VIRTUOSOS DEL IDEAL EDUCATIVO: FRANCISCO JOS DE CALDAS

    LuzMdrnd Duque M. Universidad del Vdlle

    Cdli, Colombia

    Resumen

    Es un estudio sobre el pensamiento educativo del sabio FRANCISCO JOS DE CALDAS, representante del pensamiento ilustrado, naturalista y cientfico en e! Nuevo Reino de Granada. En su dimensin terica presenta un estudio interpretativo sobre !a educacin en el siglo XVIII: los problemas para la introduc-cin de as nuevas ideas ilustradas y la importacin de libros. Analiza los proble-mas de !a Cultura en el siglo ilustrado; asimismo, los esfuerzos de los dspotas ilustrados para estimular el movimiento de las nuevas ideas.

    En los conceptos sobre el ideal educativo del sabio Caldas, seala la importancia de su obra educativa para la divulgacin de las ciencias y las humanidades en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, el peridico que dirigi entre los aos 1808 a 1811. Se interes por divulgar las ciencias y las artes y oficios manuales para progreso de la sociedad neogranadina. En sus discursos siempre sealaba la trascendencia dlos valores y las virtudes.

    Fuentes: documentos sobre el ideario de Caldas a travs de sus discursos y co-rrespondencia.

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  • Educacin y Cultura en Nueva Granada

    Desde los comienzos de la colonizacin espaola en la Nueva Granada la cultura estuvo regida por el estamento eclesistico. En 1550. despus de instalada la Real Audiencia, se dio autorizacin d los conventos para que impartieran cte-dras de gramtica y lectura, tanto a religiosos como a seglares. Franciscanos, agustinos y dominicos, que fueron las primeras rdenes monsticas que llegaron al Nuevo Reino, cumplieron con esa disposicin. En aos posteriores el monopolio de la enseanza correspondi a dominicos y jesutas. En 1605, Fray Bartolom Loboguerrero fund el Colegio de San Bartolom, en 1654, Fray Cristbal de To-rres, el Colegio Mayor de Nuestra Seora del Rosario. En 1623, los jesutas reci-bieron autorizacin para fundar la Universidad Javeriana y en 1626 los domini-cos establecieron la Universidad de Santo Toms. Podemos evaluar la magnitud de este control de la educacin si consideramos que con la expulsin de los jesu-tas de los dominios espaoles en el ao de 1767 se cerraron en la Nueva Granada, adems del Colegio de San Bartolom y la Universidad Javeriana. los colegios de Tunja, Cartagena, Momps, Pamplona, Pasto. Bugay Antioquia.

    El ciclo de estudios seguido tanto en los colegios de los jesutas como en los de los dominicos comprenda tres reas: Artes, Teologa y Cnones. Se estudiaba gra-mtica, retrica, lgica, latn, filosofa escolstica, derecho civil y cannico, mate-mticas y fsica aristotlica. La enseanza era en latn y el mtodo de estudio seguido era la dictatio y la disputatio.

    No iodo el mundo tena acceso a la educacin, el ingreso a eila estaba limitado a quienes comprobarn limpieza desangre, es decir, a descendientes de criollos y espaoles. Fue precisamente entre ellos que circularon los libros durante la colo-nia. En el siglo XVII! se conoci el pensamiento clsico y premoderno a travs de la corriente radcionsta espaola, en tanto que la corriente ms radical y el enciclopedismo francs entraron de contrabando: de ello nos deja testimonio Florentino Vezga' quien escribi: aunque era prohibida la importacin de libros extranjeros, sin embargo, el oro del pas, ms poderoso que la Inquisicin de Cartagena, haca venir de Francia los mejores libros, y con muchos otros que se encontraban en las bibliotecas de los jesutas y en las libreras de los particulares, no faltaba pbulo al buen gusto ni a la aplicacin... De la misma manera, Germn Marquinez Argote2 sostiene que las ideas de los ilustrados franceses se conocie-ron directamente en Santaf al finalizar el siglo XVlll. Es decir, los criollos neogranadinos tuvieron acceso a la cultura ilustrada moderna tanto a travs de los medios institucionales como extrainsiucionales. Si los habitantes de las colo-nias no fueron ajenos al espritu del pensamiento moderno, tampoco podan serlo

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  • las autoridades de las mismas. Recordemos que la educacin fue uno de los pila-res de la ilustracin, que los ilustrados espaoles, consideraron que ella era la base para cualquier cambio en la economa y en la poltica.

    La cultura, figura clave de la ilustracin espaola

    Sarrailh3 seala la importancia concedida a la cultura -concepto ms amplio que el de educacin- en la Espaa del siglo XV11L La minora selecta -gobernantes y asesores- que tena acceso a ella consideraba que la cultura poda regenerar el pas y devolverle su dignidad y su libertad al individuo; por ello estimaron que era necesario difundirla para hacer de Espaa un pas grande. Pensaban que la cultura era el nico medio de hacer al ser humano digno de la confianza puesta en l. devolvindole el sentido de su importancia, pues le permitira desarrollar su razn, facilitndole conocer y dominar la naturaleza. A nivel ms inmediato, consideraban que la cultura permitira luchar contra la filosofa escolstica y con-tra el principio de autoridad, prevalecientes en la educacin hasta ese momento. Al otorgrsele tanta importancia, lleg a proponerse que esa cultura deba ser un servicio del Estado, y por ello, se le concedi un voto de confianza al trono para que legislara en pro de ella. El trono deba ser el dispensador y orientador de la cultura, entre otras razones, porque la tarea era tan grande que se haca necesa-ria una direccin firme y nica; adems, propiciara un secularizacin de la mis-ma. La expulsin de los jesutas durante el reinado de Carlos 111 podra conside-rarse como un hecho sintomtico del proceso de secularizacin de la cultura y de apertura a la asimilacin de los adelantos de la cultura europea moderna; aun-que se sabe que hubo otras razones, de carcter ms poltico, que buscaban controlar las posiciones de dominio que haba adquirido esta comunidad en to-dos los pases donde se haba establecido; pues en lo que se refiere a su accin educativa, sta era de avanzada: ensearon la ciencia moderna, aplicando aquel principio, comn a los espaoles de la poca de separar los campos de razn y fe. Posterior a la expulsin de los jesutas se implemento una reforma a la educacin. que propona programas y mtodos de estudio nuevos, de sello laico, y que se proyectaba para todas las universidades espaolas. La reforma a la enseanza se fundaba en que los ilustrados crean que la pobreza, la injusticia, la arbitrariedad que reinaban en el mundo, se deban a la ignorancia, y que una vez abatida sta por las luces, desaparecan las primeras. Para ello era necesario, entre otras co-sas, transformar la orientacin especulativa, dndole prelacin a la enseanza de las ciencias tiles, era preciso implementar la educacin cientfica y tcnica con el objeto de fomentar el progreso econmico y la felicidad de los pueblos. Como bien afirma Gonzalo Anes4: No cabe duda de que la preocupacin utilitaria fue uno de los mviles fundamentales para el progreso de las ciencias. La qumica se

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  • desarroll por este motivo, como auxiliar de la metalurgia, y de a industria textil, y el desarrollo de la botnica est, ntimamente ligado con el de la agricultura y la medicina.

    A pesar de la conciencia de la necesidad de transformar la enseanza, los proyectos ilustrados no dieron mayores frutos en el seno de las universidades espaolas porque stas se haban convertido en el baluarte del conservadurismo y de la resistencia a toda innovacin. En la Nueva Granada lleg a considerarse como una necesidad la reforma de los estudios superiores y la creacin de una nueva universidad, de carcter pblico. Fue as como en 1774 el Virrey Manuel Guirior le encomend al Fiscal Francisco Moreno y Escandn la elaboracin de un plan para aplicar en la universidad que se propona fundar -aprovechando los bienes ex-propiados a la Compaa de Jess- y en los otros centros de estudio existente!. El Plan presentado por Escandn trataba de armonizar la tradicin con a necesidad de reformas. Era innovador en el mtodo de enseanza, eliminaba el juramento de fidelidad a la doctrina Santo Toms y condenaba la sofstica, el memorismo y el criterio de autoridad no nica fuente de conocimientos; propona que la filo-sofa se enfocara hacia el estudio de naturaleza, y que los contenidos de la ense-anza se guiaran hacia la geografa, historia natural, observaciones meteorolgi-cas, agricultura y de minerales preciosos.

    Qu se entenda por "ciencias tiles"?

    La utilidad se pensaba respecto a aquel conocimiento que pudiera servir a los propsitos del Estado. El despotismo ilustrado no propiciaba la igualdad sino el gobierno y el control por parte de los monarcas ilustrados, una suerte de reyes filsofos tal como lo propone Platn en La Repblica, que se empeaban en di-fundir las luces a todas las instancias sociales, decidiendo qu conocimiento era ms necesario a cada estamento social. Cules eran las necesidades del Estado y de qu manera el conocimiento poda ser til a la resolucin de las mismas? Transformar la rigidez de la divisin estamental, las tradiciones econmicas y culturales del antiguo rgimen. Por ejemplo, tos oficios estaban divididos segn las clases sociales y se consideraba que noble no poda desempear oficios viles, es decir manuales, ni un miembro de lo llano poda llegar a formar parte de los gremios de los nobles. Las creencias, el deshonor que implicaba el ejercicio de determinados trabajos manuales, muy extendidas en la Espaa del antiguo rgimen. La mayora de los historiadores consultados5 coinciden en mostrarnos como caractersticas generales, una sociedad conservadora, que no estaba inte-resada en el cambio, y en la cual cada estamento pretenda usufructuar y seguir hacindolo en el futuro los beneficios a que le da acceso. A pesar de los esfuerzos

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  • del clero y de la nobleza por conservar sus privilegios, con el aumento de la poblacin y el consiguiente aumento de la demanda de productos de todo tipo, fue necesario aumentar la produccin y para ello, admitir aquellos que podan participar con su trabajo en el proceso productivo. La transformacin cultural, particularmente la lucha contra las supersticiones y la tradicin escolstica, se llev a cabo en las instituciones educativas; pero la transformacin de las prcti-cas econmicas requiri de otras estrategias; instituciones como las Academias y las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas lograron mejores resultados en el cumplimiento de estos propsitos, tanto en Espaa como en la Nueva Granada. Jos Lus Abelln6 nos dice que en la Espaa de la segunda mitad del siglo XVlll la cultura se entiende como algo eficaz, en que predominan las ciencias tiles -sobre todo, las tcnicas- frente a las humanidades, pues slo a travs de esas tcnicas se piensa que es posible racionalizar la vida social en la agricultura, en el comercio y en la industria, como va de enriquecimiento del pas.

    Destacado papel de Gaspar Melchor de Jovellanos. quien -junto con Eeijo -fue-ron los ilustrados cuyas ideas ejercieron mayor influencia en los planes educati-vos de las colonias. En 1790, Jovellanos dio un reglamento y un minucioso plan de estudios al Colegio imperial de Calatrava. All defini las ciencias tiles y el mtodo apropiado para aplicarse a su estudio7.

    El estudio de las ciencias fsicas no tiene ms que un fin: Id utilidad. Debe fundarse en experiencias repetidas, y hechas con el mayor cui-dado:.., siendo muy peligroso en estas ciencias y muy daoso a sus progresos elevar las opiniones di grado de verdades, no debe ser dado por cierto sino lo que se haya demostrado por observaciones y experimentos constantes e irrefregables aunque los sistemas, las hi-ptesis, los mtodos y clasificaciones son de mucho auxilio para a enseanza, y el estudio de estas ciencias debe alejara sus discpulos del peligro que hay en generalizarlas verdades naturales, el profe-sor debe advertirles continuamente que la naturaleza se compone de individuos sueltos y convencerlos de que su conocimiento se cifra todo en el conocimiento individua! de los entes que la componen y sus propiedades.

    En las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas el fomento de la educacin estuvo orientado principalmente a la preparacin para el desempeo de las artes y de los oficios. Educacin y economa estuvieron estrechamente ligadas en el pensamiento de los ilustrados espaoles. Para contribuir al desarrollo de la eco-noma deban desterrarse los prejuicios acerca de la nobleza o vileza de los of-

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  • dos, que an prevalecan. A combatir estos prejuicios lo mismo que a reglamen-tar la enseanza de las artes y los oficios y de sus tcnicas modernas estuvo dirigido el Discurso sobre la Educacin Popular de los artesanos y su fomento, de Pedro Rodrguez de Campo Manes, que fuera Fiscal del Consejo de Castilla durante el reinado de Carlos 111. El mismo Campomanes sostuvo que La educacin es la norma de vivir las gentes, constituidas en cualquier sociedad bien ordenada; aadi que Es diferente y respectiva a las clases de la misma sociedad; y para que se arraigue entre los hombres se ha de dar desde la ms tierna edad. Tiene la educacin principios comunes a todos los individuos de la repblica: tales son los que respetan a la religin y al orden pblico.3 Aparecen aqu dos elementos que encontraremos despus en Francisco Jos de Caldas; me refiero al sealamiento de la necesidad de la educacin religiosa, por un lado, y al aprendizaje del respeto del orden pblico por el otro, que Caldas considera lo distintivo de un hombre de honor.

    Algunos aspectos de Id ilustracin neogranadina

    La mayora de los historiadores de la cultura colombiana consideran a Jos Celestino Mutis como el impulsor del cambio cultural que se produjo en la Nueva Granada en la segunda mitad del siglo xvill, cambio estrechamente vinculado con el co-nocimiento y apropiacin del pensamiento ilustrado. A pesar de la relevancia de la figura de Mutis, no podemos pensar que ese conocimiento y apropiacin se debieron exclusivamente a su encomiable labor. En nuestra tierra se conocieron textos de los pensadores de aquella poca, los principales a pesar de las trabas puestas por la Inquisicin. Y no slo se conocieron y discutieron los libros, sino tambin las publicaciones peridicas de las Academias Cientficas y de los crcu-los ilustrados de ese entonces. Tambin jugaron un importante papel las expedi-ciones cientficas europeas a tierras americanas por el inters que despertaron hacia las ciencias naturales en los habitantes de estas tierras y los viajes de ame-ricanos al Viejo Mundo. En su primera fase la ilustracin fue un movimiento refor-mista orientado a cambiar las viejas estructuras pedaggicas, econmicas y ad-ministrativas de la colonia. Los criollos ilustrados an conservaban una estrecha relacin con Espaa, se preocupaban por el atraso cientfico, la decadencia eco-nmica y poltica de Espaa y su imperio en relacin con las naciones mas avan-zadas de Europa. Podemos sealar como caractersticas de la ilustracin neogranadna; la lucha contra el abuso de las argumentaciones silogsticas; el pronunciamiento contra la enseanza en latn y la propuesta de recuperacin del idioma espaol; la manifestacin contra el argumento de autoridad en lo que respecta al conocimiento de la naturaleza, y por el contraro, la propuesta de la razn y la experiencia como fuentes de conocimiento; la fe en las ciencias, sobre

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  • todo en las que llamaban tiles, y la confianza de que la aplicacin de esas ciencias sera la base del progreso humano y de las sociedades; el deslinde de campos entre el saber cientfico y la conciencia religiosa, privilegiando para el primero la razn y la experimentacin y conservando para el segundo la primaca de fe; el despertar de la conciencia de nacionalidad.

    El ideal educativo de Francisco Jos de Caldas

    Francisco Jos de Caldas, criollo neogranadno .-1768-1816-, desempe un im-portante papel en la difusin de las ideas de la ilustracin, las cuales expuso principalmente en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, peridico que dirigi entre 1808 y 1811, Adems de la exposicin pblica de su pensamiento en el peridico arriba mencionado, sostuvo un permanente intercambio de ideas a travs de la correspondencia que mantuvo con Jos Celestino Mutis y con sus amigos, particularmente con Santiago Arroyo y Antonio Arboleda Arraechea. Pues bien, es a travs de sus cartas como nos enteramos del juicio que tena Caldas respecto a la educacin que recibi en el Seminario de Popayn, su ciudad natal, la cual calificaba como adocenada9, aunque reconoca que cont con la suerte de tener como maestro un hombre ilustrado, Jos Flix de Restrepo, quien le en-se Aritmtica, Geometra, Trigonometra, Algebra y Fsica Experimental. En carta a Santiago Arroyo10 le cuenta los sinsabores que ha pasado por haber escrito unos comentarios a propsito de la educacin antigua:

    Yd habr visto ustednuestros papeles y nuestras descargas en Con-clusiones, pero amigo, ha hecho demasiada sensacin en el nimo de algunos sujetos que amo y que respeto, me he arrepentido de haber escrito principalmente aquella que dice: Si cinco o seis aos se ade-lanta mi nacimiento, haba quedado infaliblemente envuelto en a barbarie.. Se ha pensado que yo he dicho que todos los que han estu-diado cinco o seis aos antes que yo, estn envueltos en la barbarie, -pero crame, mi Santiago, que de nada estaba tan ajeno como de hacer esta injuria a mis paisanos ilustrados: y bien ve usted que lo que no he dicho es que la educacin antigua era brbara, y esta es una verdad incontestable.

    En qu consista el barbarismo de la educacin antigua? Es posible que la res-puesta est en esta otra afirmacin de Caldas, ya de no carcter privado ni hecha como una confidencia a un amigo, sino publicada en el Semanario del Nuevo Reino de Granada. En el artculo Estado de la geografa del Virreinato de Santaf de Bogot, en relacin a la economa y al comercio11, dice Caldas: Si este pro-

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  • yecto presenta dificultades, no nos queda otro recurso, para conocer nuestra Pa-tria, que mejorar nuestros estudios. S en lugar de ensear a nuestros jvenes tantas bagatelas; si mientras se les acalora la imaginacin con la divisibilidad de la materia, se les diese noticia de los elementos de astronoma v de geografa, se les ensease el uso de algunos instrumentos fciles de manejar, si la geometra prctica y la geodesia ocupasen el lugar de ciertas cuestiones tan metafsicas como intiles: si al concluir sus cursos supiesen medir terreno, levantar un plano, determinar una latitud, usar bien de la aguja, entonces tendramos esperanzas de que, repartidos por las Provincias, se dedicasen a poner en ejecucin los prin-cipios que habran recibido en los colegios y a formar la carta de su patria.

    La anterior cita nos sirve para indicar varios aspectos del pensamiento de Caldas; en primer lugar, gue ha optado por la enseanza de las ciencias tiles y que por ello ha pensado en los beneficios gue este tipo de educacin le reportar no solo a los jvenes que se apliquen a ella sino tambin al Estado; en segundo lugar, da testimonio de una de sus principales preocupaciones a lo largo de su vida: la necesidad de levantar la Carta de la Nueva Granada, y de que la misma fuera ejecutada por neogranadnos y no por cientficos visitantes europeos. Como pue-de notarse el payanes hace estas afirmaciones en 1808, es decir, cuando ya resi-da en Santaf, haca parte de la Expedicin Botnica y de la lite culta de la poca, cuando ya haba fundado el Semanario del Nuevo Reino de Granada v poda divulgar las ideas ilustradas a travs de sus pginas. Desde las mismas, Caldas propuso la fundacin de una Sociedad de Amigos de la Nueva Granada que se encargara de luchar contra el atraso cultural y econmico en que se en-contraba, mediante la difusin de las luces en todas las clases de la sociedad, la formacin de agricultores y artistas, el establecimiento de industrias, etc. Enton-ces -corran los aos de 1810- Caldas se reconoca a s mismo como parte de un grupo selecto de sabios, hombres de letras que deba hacerse cargo de las tareas arriba descritas, contando con el apoyo de la autoridad. Todava no se haba roto con Espaa y an exista confianza en el papel que podan desempear los go-bernantes ilustrados, reyes o virreyes, en estos proyectos. Al ao siguiente, re-flexionando a propsito del significado de su trabajo en el Observatorio Astron-mico, escribi: Observar el cielo por observarlo sera una ocupacin honesta, pero no pasara de la curiosidad estril que llenase los momentos del hombre ocioso v acomodado. Esta observacin seria intil, y la patria lo mirara como un consumidor de quien no espera nada. Nosotros no queremos representar este papel en la sociedad: queremos que nuestros trabajos astronmicos mejoren nues-tra geografa, nuestros caminos y nuestro comercio.12

    Pero volvamos atrs, al ao de 1793, cuando Caldas regres Popayn con el

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  • titulo de Bachiller en Derecho, despus de haber seguido los estudios de Leyes en el Colegio Mayor del Rosario en Santaf para complacer a su padre. Como deca-mos, al regresar a Popayn fue nombrado Padre General de Menores. Como tal present una propuesta al Seor Gobernador y Comandante General de la Provin-cia del Cauca en la cual recomendaba que todos los jvenes -nobles y plebeyos-se dedicaran a las artes y oficios. Su propuesta segua muy de cerca la formulada por Campomanes en el Discurso sobre la educacin popular de los artesanos y su fomento, sobre todo en lo que se refiere a encomendar la educacin de los jve-nes al maestro de un taller, quien velara no slo por los aspectos tcnicos de la misma sino que hara las veces de tutory lo preparara para la vida. Campomanes aspiraba a que la clase laboral se distinguiera por su obediencia y resignacin cristianas, por su amor al trabajo, por su aseo personal por sus sanas costumbres y por su correcta forma de vestir; algunos de estos requisitos deba cumplirlos, sobre todo, para contribuir a desterrar de la mente del comn de las gentes la idea de que los oficios manuales eran viles. A diferencia de Campomanes, Caldas juzgaba que las artes y oficios tambin podan ser aprendidas y desempeadas por jvenes nobles; la razn: alejarlos de los vicios y conducirlos haca la virtud, provecho del que tambin se beneficiaran los jvenes plebeyos, ms de prepa-rarse en un oficio que les permitira vivir honradamente cuando adultos. Veamos lo que nos dice:

    Este ser quiz el medio de destruir en lo sucesivo la ociosidad en los jvenes nobles, y queyd no, veamos la flor de 3 juventud ocupada en menear naipes, en sostener tertulias indecorosas, en vegetar sin fruto, en ...(...) Quiza, repito, ser un medio seguro para que desva-necindose de! capricho de muchos la idea falsa de bajeza que tie-nen las artes, y viendo no han perdido nada de su hidalgua y noble-za, los padres mismos los apliquen al trabajo y ocupacin y acaben de entender que solo aquel es hombre de bien que cumple con fas obligaciones que fe impone nuestra sagrada religin y el Estado, es-tando til y honestamente entretenidos.13

    Y para quien pudiera pensar que el payanes se limitaba a hacer estas recomen-daciones a otros, pero no tenerlas en cuenta para su propia vida, resultar intere-sante la carta que remiti a Santiago Arroyo en 1799, despus de una noche de observaciones astronmicas:

    lAh! cramelo usted, no me habra trocado en la noche del ltimo noviembre por Cesar despus de la batalla de Farsalia, i Qu pueriles se me hacan los gustos y placeres de los poderosos! Slo el contento

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  • monos, conozcamos nuestra nada y nuestro destino, mejoremos de conducta y seamos ms virtuosos.

    Su actitud cristiana y su religiosidad tambin dan luces para explicar sus diferen-cias con el Barn de Humboldt; de hecho, sa fue la razn que aleg frente a Mutis:

    La Providencia me dio u nos padres celosos de la pureza de sus hijos, stos a fuerza de desvelos enfocaron mis pasiones, y puedo decir que me oprimieron. A los diez y nueve aos me mandaron a esta capital a continuar mis estudios; cuidaron de darme unos que hicieran sus veces en Santaf que no es cedan en celo; entr en otra feliz opre-sin. Mis aos se aumentaban, y yo con tra un hbito dichoso de retiro y cierto gusto a a pureza; la religin complet esta obra.20

    Esta cita resulta interesante! Pues nos dice que fue oprimido hasta que esa opre-sin se transform en hbito. Su actitud cristiana fue consistente a lo largo de su vida, an en los momentos finales cuando, ya hecho prisionero por Smano, le escribi fina carta a su esposa Mara Manuela Barahona, dndole cristianos con-sejos21 pero su cristianismo es seal de profundo convencimiento o de temor al castigo eterno? No hay en ocasiones un asomo de mojigatera en sus palabras? Pues, como le escribi tambin a Mutis en la misma carta, en ocasiones senta enojo contra el Barn de Humboldt al tiempo que lo compadeca por estar tan perdido en medio del pecado. Para un hombre como Caldas, austero y casi mona-cal, debi haber resultado insultante -por decir lo menos- conocer a un brillante cientfico como Humbodt que haba logrado serlo sin negarse placeres ms mun-danos que los puros placeres de la ciencia. No obstante, Caldas puso en entredi-cho la rigurosidad de los trabajos y observaciones realizados por el Barn en Quito, donde estuvo ms disipado, segn su percepcin. En 1812, despus de haberse opuesto a Marino y que ste le confiscara sus bienes, le escribi a su esposa.

    Yo te mando... que me traigas la Virgen, mis libros y mis'instrumen-tos, con todo lo que se pueda conducir Te encargo especialmente mis papeles, y que Snchez pida mis bienes y mis Instrumentos que es-tn en el Observatorio.22

    A pesar de que encarga especialmente sus papeles, lo primero que pide le trai-gan es la imagen de la Virgen!

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  • Para terminar, vale la pena mencionar las recomendaciones que dio en el Discurso Preliminar que ley el ciudadano Coronel Francisco Jos de Caldas el dd en que dio principio di Curso Militar del Cuerpo de ingenieros de i a Repbcd \ Antioqua, pronunciado en 1815. All, adems de practicar el honor, el valor, la i fidelidad, la obediencia, el guardar secretos, la paciencia, la vigilancia y la ver- i dad, recomendaba elogiar con justicia y ser modesto ante los elogios y amar la | profesin; adems, a los jefes los exhorta a hacerse amar de los soldados, a obra? con desinters, firmeza, templanza, pureza, castidad y decencia. La mayor parte del Discursovt dedicada a la exaltacin y descripcin de las virtudes militares, dedicndole especial atencin a la primera, el honor:

    El honor en general, y respecto del que le obtiene, no es otra cosa, y consiste esencialmente en el cumplimiento exacto de tes obligacio-nes que nos imponen Id religin, la naturaleza y la sociedad, pero respecto a los dems, es la reputacin o concepto ventajoso que for-mamos de las virtudes de aquel. Un hombre que falta a Dios, que no oye los gritos de la naturaleza y que hace traicin a su Patria, no tiene honor. Cmo puede tenerlo el que no adora en espritu y en verdad al Autor de su ser y al Creador del Universo? Cmo puede tenerlo el que a taca y pisa su ley santa Cmo puede ser honrado el que mira con indiferencia la suerte de su Patria?23.

    Antes de terminar el Discurso sostuvo, adems, que a las virtudes militares habia que sumar el conocimiento del arte de la guerra y as el Curso Militar constaba de unos preliminares: Aritmtica, Geometra, Trigonometra, Algebra y el conocimiento de la parbola. Y de seis tratados: Arquitectura militar o fortificacin, Artillera, Arquitectura hidrulica, Geografa militar, Tctica y Arquitectura civil.

    Citas Bibliogrficas

    1 VEZGA, E la Expedicin Botnica Cdli.CdrvdjaI.297L p.179.

    2 MARQUINEZA.. G., Filosofd de id lustrador) en Colombid. Bogot, Editorial El Buho, 1982.

    * SARRAILHJ.. Id Espaa ilustrada de Id segunda mitad del siglo XVIII p.155.

    4 ANES, G., El Antiguo Rgimen: os Borbones Madrid. Alianza Editorial, 2. de., 1976, p.44.

    s ANES, G., op. c/r, Sarrdilh, J.. op. al, Abelln. J.L, Historia Crtica del Pensamiento Fspa, 9ol, Tomo 3, Madrid, Espaa Calpe, 1979.

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    6 ABELLN, J.L, Op. O, p. 473.

  • 7 Citddo por GONZLEZ P, Marcos, Francisco Jos de Caldas y la Ilustracin en la Nueva Granada, Bogot, Tercer Mundo, 1984.

    8 CAMPOMANES, Op. Cit. p. 39.

    9 CALDAS, F.J., Cartas,No. 41 a Jos Celestino Mutis, 1801.

    10 CALDAS. Op. Cit, N-40. 1801.

    n CALDAS, F.J., Estado de la geografa de! Virreinato de Santaf de Bogot, en relacin a la economa y el comercio (1808), en Obras Completas.

    12 CALDAS. F.J., Preliminarespara e! Almanaque de 1811. en Obras Completas. Bogot Imprenta Nacional. 1966.

    ,3 CALDAS, F.J., Cortas, No 2, al Seor Gobernador y Comandante General, 1793.

    CALDAS. F.J.. op. cit., N24, a Santiago Arroyo Valencia.

    |; Para llenar estos das vacos de negocios, y separado de las conversaciones de los ciudadanos, me ha llamado la naturaleza: ella me encanta, me arrebata, y ya estoy hecho un observador comn: todo me ama la atencin y mueve m curiosidad. ( ... ) La multitud de plantas nuevas para mi y verdaderamente raras me han llenado mu-chas horas; los peces, animales, ros, colinas, genios, usos, costumbres, comercio, po-blacin, vicios, virtudes de sus habitantes llenan todos mis momentos. Una cadena de observaciones y discursos me divierten mis flatos, de que estoy mejor. Ojal hubiera hallado este medio diez aos atrs, CALDAS, Cortas, No. 7.

    i6 CALDAS, Suplemento al Semanario, en Obras Completas, p. 432.

    ,7 CALDAS. F.J., Op. Cit., No. 90.

    , CALDAS. F.J., Op. Cit., N- 52, 1801.

    i9 Al hombre.

    2(l CALDAS, Cartas, No 64, a Jos Celestino Mutis. 1802.

    21 CALDAS, Op. Cit., NI 191, mayo 31 de 1816.

    22 Ibid. No 172.1812.

    23 CALDAS, Discurso Preliminar que ley el ciudadano Coronel Francisco Jos de Cal das el da en que dio principio al Curso Militar del Cuerpo de Ingenieros de la Rep blica de Antioquia. en Obras Completas, p. 57.

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