16

Click here to load reader

Conocimiento de Mi Mismo

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Conocimiento de Mi Mismo

CONOCIMIENTO DE MI MISMO

¿Quién soy? ¿Qué soy?Soy una criatura. Creada por amor de Dios, con todos los dones que El me da.

¿Por qué me crea Dios?Por amor, para que comparta su felicidad.

¿Para que me crea Dios?El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro señor, y mediante esto salvar su alma (EE.23).Y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para el que es criado (EE.23).De donde se sigue, que el hombre tanto ha de usar dellas, quanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto para ello le impiden (EE.23).

“TANTO CUANTO”

TODOS ESTAMOS LLAMADOS A LA SANTIDAD. DIOS ME CREO PARA SER SANTO.

-Es imposible que quien no se conozca pueda alcanzar la perfección, por que se forjara ilusiones acerca de si mismo (ya sea cayendo en un optimismo presuntuoso o en un desaliento deprimente).-El conocimiento claro de mi mismo, de los dones que Dios me ha dado, y de los defectos y debilidades que por naturaleza caída tengo me ayudará a trabajar sobre un terreno seguro.-Este conocimiento debe ser completo, es decir abarcar: cualidades y defectos naturales, tanto como dones y debilidades sobrenaturales, del plano espiritual. Se debe tener cuidado con degenerar el conocimiento de si mismo en un análisis puramente psicológico.

VAMOS A DEFINIRLO…Comúnmente se confunde entre temperamento y carácter, son dos cosas diferentes pero muy relacionadas.

TEMPERAMENTO: es el conjunto de tendencias o inclinaciones que brotan de la constitución fisiológica de un individuo.Es la característica dinámica de cada individuo que resulta del predominio fisiológico de un sistema orgánico sobre otro. Es la índole natural, innata, la naturaleza nos lo impone: no desaparece enteramente nunca.

CARÁCTER: es el conjunto de las disposiciones psicológicas que resultan del temperamento, modificados por la educación y los esfuerzos de la voluntad, y estabilizado por los hábitos (buenos o malos).Es como la síntesis de nuestros hábitos. La manera de ser habitual del hombre que lo distingue de los demás, y le da una personalidad moral propia. Es la marca moral de un individuo.Tiene muchísimas influencias externas: el nacimiento, el ambiente exterior y la propia voluntad.

GENERALIDADES DE TEMPERAMENTODijimos que es algo innato, impreso en el alma, que nunca se borra. Corresponde a nuestra constitución fisiológica (como los ojos claros, ser altos o bajos, gordos o flacos).Es una disposición fundamental del alma que se manifiesta particularmente cuando esta recibe una impresión, ya sea por ideas y representaciones o bien por acontecimientos exteriores.

¿DE QUE ME SIRVE CONOCER MI PROPIO TEMPERAMENTO Y EL DE LOS DEMÁS?

Page 2: Conocimiento de Mi Mismo

En primer lugar, ya lo dijimos, para llegar a la santidad, al reinado total de Jesús en nuestro corazón. Trabajaremos más acertadamente en esto, ya que todos nuestros esfuerzos se reducen a cultivar las cualidades y combatir las deficiencias.Nos comprenderemos mejor a nosotros mismos, nuestro ánimo, nuestras propiedades, nuestra vida pasada… El colérico siempre deberá luchar contra su terquedad, ira y orgullo. El melancólico contra su desaliento y miedo a la cruz. El sanguíneo contra su locuacidad e inconstancia. El flemático contra su pachorra y pereza.Seremos mas humildes por que lo bueno nuestro es natural, consecuencia de mi temperamento dado por Dios. El colérico hablara con más modestia de su fuerza de voluntad, de su energía. El sanguíneo de la facilidad que tiene en tratar caracteres difíciles, de su serena concepción de la vida. El melancólico de la profundidad de su alma, de su amor a la oración. El flemático de su suavidad y sosiego de espíritu.

Por otra parte conociendo el temperamento de los que nos rodean tendremos grandes ventajas para la vida social y nuestra relación con los demás:Comprenderemos mejor al prójimo: conocer al hombre significa sobre todo conocer su temperamento, para sacar provecho de sus cualidades y perdonar sus debilidades.Lo trataremos con mas justicia: conquistamos a un colérico exponiéndole razones con tranquilidad, por que las palabras severas lo irritan, lo obstinan, lo mortifican hasta el extremo. El melancólico se vuelve tímido con palabras duras o una mirada fuerte, sin embargo, si lo tratamos atentamente lo veremos más confiado y fiel. De la palabra de un colérico puede uno fiarse pero no de las promesas mas formales de un sanguíneo.Lo sobrellevaremos con más paciencia: si sabemos que sus flaquezas son por temperamento será más fácil disculparlos. No me irritaré si un colérico es agrio, duro, violento y terco; o si un melancólico es tímido e indeciso, no habla mucho y lo que dice lo dice impropiamente, con mal uso de sus palabras; o si un sanguíneo habla demasiado, es irreflexivo e inconstante en lo que dice; o si el flemático no sale nunca de su tranquilidad.

CLASIFICACIONLa clasificación mas divulgada es la de los antiguos clásicos, que tiene su origen aparentemente en el mismo Hipócrates. Según ella, los temperamentos fundamentales son 4: sanguíneo, colérico, melancólico, flemático. De estos derivan temperamentos mixtos, ya que no es matemático y es raro encontrarlos puros (aunque siempre hay uno que predomina sobre el otro).

Para llegar al conocimiento de nuestro propio temperamento, vamos a hacernos una serie de preguntas…

¿Cómo te comportas cuando algo te impresiona? ¿Qué sentimientos te invaden? Por ej. Cuando eres alabado o reprendido, o cuando alguien te ofende, cuando tienes simpatía o antipatía por otra persona, o cuando viene a tu mente un peligro inminente?Estas son preguntas generales, ahora depende de las respuestas el temperamento de cada uno:

1) Ante tales impresiones, el alma se excita con rapidez y fuerza, o con lentitud y debilidad.

2) Se siente obligada a obrar inmediatamente y reacciona con rapidez, o siente la inclinación de esperar y tranquilizarse? Se ve movida a obrar activamente, con ardor, o a quedarse en un estado de pasividad?

3) Esta excitación del alma, dura mucho o poco tiempo? Quedan grabadas las impresiones de tal modo, que con solo volver a recordarlo se renueva la excitación; o se sobrepone de inmediato, fácilmente, y lo olvida muy pronto?

Page 3: Conocimiento de Mi Mismo

Con las respuestas a estas preguntas llegaremos al primer indicio del temperamento:

- Si se excita fácil y fuertemente, se ve impulsado a reaccionar inmediatamente y la impresión queda en el alma por mucho tiempo y conduce fácilmente a otra excitación: COLERICO

- Si se excita fácil y fuertemente, se ve impulsado a reaccionar inmediatamente pero la impresión se borra enseguida: SANGUINEO

- Si se excita muy poco ante las impresiones del alma, la reacción o no se produce, o llega después de pasado un tiempo, pero las impresiones sin embargo quedan muy profundamente grabadas en el alma: MELANCOLICO

- Si se excita muy poco, la reacción o no se produce, o llega después de pasado un tiempo, y las impresiones se borran enseguida: FLEMATICO

Los temperamentos colérico y sanguíneo son activos, con fuerte inclinación a la acción.Los temperamentos melancólico y flemático son pasivos, con inclinación a la tranquilidad.Los temperamentos colérico y melancólico son apasionados, conmueven y repercuten hondamente en el almaLos temperamentos sanguíneo y melancólico no tienen grandes pasiones, ni inducen a fuertes arranques del alma.

Nos será más fácil verlo respecto de las ofensas que recibimos, luego de las preguntas anteriores, nos hacemos las siguientes:

- ¿Recibo las ofensas con dificultad y a regañadientes?- ¿las guardo por mucho tiempo en mi interior?

Si a estas preguntas nos contestamos…- No puedo olvidar las ofensas, las guardo muy adentro mío. Con solo

recordarlo me enojo nuevamente, por mucho tiempo sigo de mal humor y trato de no cruzarme con la persona que me ofendió.

Entonces somos coléricos o melancólicos.Podemos en cambio responder

- No guardo rencor nunca, ni siquiera me puedo enojar por mucho tiempo, no puedo menos de quererlos, a pesar de la ofensa, y aunque hago el esfuerzo y quiero mostrar mala cara, no puedo hacerlo más que por una o dos horas.

Entonces somos sanguíneos o flemáticos.

Si ya sabemos que somos coléricos o melancólicos, seguimos preguntando…- ¿las ofensas me afectan con fuerza y rapidez?- ¿esto se deja ver en mis palabras y mis modos?- ¿siento un fuerte impulso al desafío inmediato y a responder con

otra ofensa?

- o soy capaz de mantenerme exteriormente tranquilo aunque hierva por dentro?

- ¿Me perturban y desalientan tanto las ofensas, que no encuentro las palabras para responder y por eso me resigno a callar?

- Me pasa muy seguido que en el momento de la ofensa no me siento muy ofendido, pero después de unas horas, cuando me doy cuenta, caigo en un estado de humillación terrible?

Si respondemos a las primeras preguntas con SI, somos coléricosSi respondemos con SI a las últimas, somos melancólicos

En cambio, si ya sabemos que somos sanguíneos o flemáticos, entonces nos preguntamos:

- al recibir una ofensa, me enciendo y enojo al instante, actuando precipitadamente?

- O, consigo mantener la tranquilidadEn el primer caso somos sanguíneos, en el segundo, flemáticos.

Page 4: Conocimiento de Mi Mismo

¿CUANDO ES DIFICIL CONOCER LOS TEMPERAMENTOS?1-cuando el alma esta en pecado, y los sigue cometiendo todavía, porque la pasión pecaminosa resalta mas que el temperamento. Por ej. Un sanguíneo que por temperamento se lleva bien con todo el mundo, por conceder tanto con la ira y la envidia moleste mucho a su prójimo.2-cuando el alma ya progresó mucho en la perfección, y los lados débiles son apenas perceptibles. Por ej. San Ignacio de Loyola, un colérico apasionado logró tal dominio de sus pasiones que en lo exterior parecía exento de pasiones, tanto que los que lo rodeaban creían que era flemático. Los santos melancólicos nunca dejan exteriorizar la tristeza, el mal humor y el desaliento.3-cuando el alma se conoce poco. No conoce sus buenas o malas cualidades, no es capaz de hacer un juicio sobre la intensidad de sus pasiones, y al preguntarle da respuestas falsas por no conocerse.4-cuando la persona es muy nerviosa, porque las manifestaciones de nerviosidad (variable de la conducta, irritación, inconstancia de sentimientos y resoluciones, inclinación a la tristeza y desaliento) se ven de tal grado, que el temperamento queda relegado a segundo plano. Por ej. En histerias o patologías psicológicas muy comunes hoy en día.5-cuando la persona es de temperamento mixto, en el cual predomina un temperamento, mezclado con particularidades de otro. En esto ayuda saber el temperamento de los padres, que nos dará el del hijo. Con el pasar de los años y pruebas se pondrá de manifiesto el temperamento mas dominante.

Nos presta ayuda también la expresión de los ojos y el modo de caminarColérico: mirada firme, resuelta, enérgica. Camina con firmeza y decisión y avanza deprisa.Sanguíneo: mirada serena y alegre, despreocupada. Andar ágil y ligero de pie, paso corto y a veces danzanteMelancólico: mirada triste, preocupada. Paso lento y torpe.Flemático: mirada lánguida, débil, inexpresiva. Camina perezosamente y a sus anchasEn el cuerpo también se ven detalles como la formación del cráneo, el color de la cara y cabellos, o la constitución del cuello y la nuca, pero no adentraremos en esto.

Previo a describir cada temperamento es preciso aclarar que cuando digo el colérico, el sanguíneo, etc. “hace así las cosas” no quiero decir “tiene que hacerlo así’ o “lo hace siempre así”, sino que significa “lo hace ordinariamente así” o “se inclina a hacerlo así”. No es definitivo, es una inclinación del alma.

Temperamento sanguíneoComo ya dijimos se excita fácil y fuertemente por cualquier impresión, la reacción suele ser también inmediata y fuerte, pero la duración suele ser corta. El recuerdo de cosas pasadas no provoca tan fácilmente nuevas emociones.

Buenas cualidades:Es afable y alegre, simpático y obsequioso para todos, en sus palabras y conducta, y se comunica fácilmente con desconocidos. Es sensible y compasivo con las desgracias del prójimo, siempre dispuesto a ayudarle con sus palabras serenas y alentadoras. Es muy atento, hace favores con tanta naturalidad, que resulta muy fácil aceptarlos. Tiene el don especial de hacer notar los defectos del prójimo, sin que este se sienta herido, y no le cuesta mucho dirigirle una reprensión. Para comunicar cosas desagradables conviene preparar el terreno con un sanguíneo.Es cierto que al ser ofendido reacciona con ira, e indeliberadamente, pero luego del desahogo, lo olvida todo, sin guardar rencor a nadie.Es dócil y sumiso ante sus superiores, porque no le genera dificultad la virtud de la obediencia, que generalmente se tiene por difícil de guardar. Es sincero y espontáneo (a veces hasta la inconveniencia), y sabe desahogarse sin dificultad ante su director espiritual, incluso de los pecados más vergonzosos. Desconoce en

Page 5: Conocimiento de Mi Mismo

absoluto la obstinación y terquedad, y no guarda rencores si es reprendido o castigado. Dotado de una exuberante riqueza afectiva, es fácil y pronto a la amistad, y se entrega a ella con ardor y a veces apasionadamente.Su inteligencia es viva, rápida, asimila fácilmente, pero sin mucha profundidad. Dotado de una memoria feliz, y una imaginación ardiente. Tiene mucho interés por las cosas pequeñas, y triunfa fácilmente en la poesía, el arte y la oratoria pero no alcanza la talla del sabio. Tiene una serena concepción de la vida, todo lo considera bajo su aspecto mas sereno. No conoce dificultades, sino que siempre confía en el buen éxito. Y si algo le sale mal, se consuela muy fácilmente y no se aflige. Tiene un gran gozo por la vida y no puede menos que sorprenderse cuando los demás se enojan por una broma poco agradable, que le parecía a el la cosa mas natural y simpática del mundo.Carece de pasiones arraigadas, sus pasiones se parecen a un fuego de paja que se consume enseguida, mientras que las del colérico son como un incendio devorador. Esta cualidad le es de gran utilidad, porque lo priva de grandes tempestades internas, y lo ayuda a servir a Dios con sosiego, tranquilidad y alegría.Tiene un gran sentido práctico de la vida, y es más inclinado a idealizar a los demás que a criticarlos. Se sacrifica con desinterés. Su entusiasmo es contagioso y arrebatador; su buen corazón cautiva y enamora, ejerciendo una especie de seducción en torno suyo.

Malas cualidades:Es superficial, no penetra hasta lo profundo, ni va al todo. Antes de concentrarse en algo, las nuevas impresiones ya captaron su atención, y es difícil convencerle de este defecto, porque le parece haber entendido cualquier problema que se le cruza, y en realidad lo percibió de forma incompleta. De ahí proceden sus juicios apresurados, e inexactos con frecuencia. No se concentra de buena gana en lo interior. Esta superficialidad o gusto por lo exterior se ve en el interés por la hermosura de su casa, en la forma elegante del trato con los demás...La soberbia se manifiesta en ellos como vanidad. Gusta mirarse en el espejo, se siente feliz de ser halagado, y se deja inducir a necedades por medio de elogios o lisonjas. Es inclinado a los galanteos, la envidia y los celos, al dar tanta importancia a las cosas exteriores, se inclina fácilmente a las amistades particulares y amoríos, pero su amor inconstante no le penetra hasta el fondo del alma.Es inconstante, consecuencia de no quedarse mucho tiempo en las impresiones. Rápido pasa de la risa al llanto. En sus opiniones, hoy defiende con tesón lo que impugno la semana pasada. Esta inconstancia hace sospechar a veces que el sanguíneo no tiene carácter ni principios. Abandona sin remordimiento su punto de vista, planes y proyectos, al presentársele uno nuevo. El mismo niega esta inconstancia, porque esta convencido y da las razones para cada uno de sus cambios. Al ser inconstante en lo bueno, se entrega de buen grado a la dirección de otros, y se deja seducir cayendo en manos de hombres perversos y livianos. Se entusiasma rápidamente por lo bueno, pero pronto se debilita su entusiasmo: como San Pedro salta con valor de la barca, queriendo caminar sobre el agua, mas luego le viene el temor de poderse sumergir. Como San Pedro, saca impetuosamente la espada a favor de su maestro, para luego huir. Como San Pedro se junta con la mejor intención a los enemigos de Cristo, y lo niega poco después.También en sus diversiones, le gusta variar, semejante a un niño que enseguida se cansa de su juguete nuevo. Son enemigos del sacrificio, del esfuerzo duro y continuado, les resulta poco menos que imposible refrenar la vista, el oído, la lengua y guardar silencio. Se distraen fácilmente en la oración.La sensualidad encuentra terreno abonado en la naturaleza ardiente del sanguíneo. Se deja arrastrar fácilmente por los placeres de la gula y la lujuria. Reacciona prontamente contra sus caídas, se arrepiente pronto y de verdad de sus pecados, pero vuelve a ellos en la primera ocasión. Al ser victimas de la impresión del momento, sucumben ante la tentación con facilidad.Tiene activos los 5 sentidos, todo lo tiene que ver y oír, y de todo tiene que hablar, llaman mucho la facilidad, vivacidad e infinidad de palabras, que a veces es demasiado para los demás. Al confiar siempre en el buen éxito, no mira las dificultades, y esto hace que sus empresas tan frecuentemente fracasen.

Page 6: Conocimiento de Mi Mismo

Solo un perfecto sanguíneo logra hacer penitencia por sus pecados pasados, el ordinario vive según el principio de que la absolución sacramental borró los pecados, y ve inútil y hasta perjudicial el apesadumbrarse por las faltas anteriores.

Educación del sanguíneoDebe procurar a su exuberante vida afectiva un cauce noble y elevado. Debe aprender a reflexionar mucho en lo material como en lo espiritual cultivara los ejercicios de piedad que requieren reflexión, como la meditación matutina, la lectura espiritual, el examen particular, la meditación en el rezo del Santo Rosario y frecuentes actos de la presencia de Dios. En sus negocios debe decirse siempre: no creas haber deliberado lo bastante el asunto, considera todos los detalles, no seas demasiado confiado ni optimista. Debe ejercitarse diariamente en la mortificación de los sentidos, dominar la vista, los oídos y la lengua, endurecer su tacto, preservar su paladar de las golosinas... Debe seguir las instrucciones de los buenos (no de los malos), aconsejado por un director espiritual. Le hará mucho bien un horario bien regulado, o en la vida común, la observancia de la regla de la orden a la que pertenece. La aridez de larga duración es una prueba especialmente saludable para purificar la vida sentimental.Debe además perfeccionar sus buenas cualidades, como el amor al prójimo, la obediencia, la sinceridad, la alegría de alma… y combatirá la complacencia de si mismo, la predilección por las amistades particulares, los celos, la sensualidad, la inconstancia. Si logra enamorarse fuertemente de Dios, llegara a ser un Santo de primera categoría. Fueron sanguíneos: San Pedro, Santa Teresa de Ávila, San Francisco Xavier, San Agustín.

Temperamento coléricoComo ya dijimos se excita fácil y fuertemente por cualquier impresión, la reacción suele ser también inmediata y fuerte, pero la impresión le queda en el alma por mucho tiempo.

Buenas cualidades:Actividad, entendimiento agudo y voluntad fuerte que no se amilana ante las dificultades, sino que persevera a costa de grandes sacrificios. Concentración, constancia, magnanimidad, liberalidad: son excelentes dones de este temperamento riquísimo.Son los grandes apasionados y voluntariosos. Prácticos, despejados, son mas inclinados a obrar que a pensar. El reposo y la inacción repugnan a su naturaleza. Siempre están acariciando en su espíritu algún proyecto grande, sea en las cosas temporales ambicionando una fortuna grande, una casa magnifica, o en las espirituales sintiendo un vehemente deseo de santificarse y de salvar muchas almas. La virtud innata del colérico es la generosidad que desprecia lo bajo y vil y suspira por lo grande. Apenas se han propuesto un fin ponen manos a la obra, sin arredrarse por las dificultades. Entre ellos abundan los jefes, los conquistadores, los grandes apóstoles. No son de dejar para mañana lo que deberían hacer hoy, mas bien hacen hoy lo que deberían dejar para mañana. Si surgen obstáculos e inconvenientes, se esfuerzan en superarlos y vencerlos.Un colérico solidamente formado no siente mayores dificultades para mantenerse recogido en la oración, ello se explica tomando en cuenta que por naturaleza sabe concentrar con gran intensidad toda su atención en un determinado asunto, por eso llegan tan fácilmente a la contemplación. Puede soportar por largo tiempo el estado de aridez espiritual gracias a su insensibilidad. Un mal entendida compasión no le hará abandonar el camino del deber. Bien educado es sacrificado en los sufrimientos, constante en penitencias y mortificaciones. Por su naturaleza insensible y dura tiene pocas tentaciones de concupiscencia y con gran facilidad puede llevar una vida casta. Sin embargo entregándose al vicio de la impureza resultan atroces y horrendas en el las erupciones de esta pasión.Se siente incitado a la actividad y al trabajo, no pueden estar desocupados. Puede colocárselos sin cuidado en puestos difíciles y confiarles grandes cosas. En el hablar

Page 7: Conocimiento de Mi Mismo

es breve y conciso y enemigo de inútiles repeticiones, lo que les da autoridad. Además saben callarse como un sepulcro. A pesar de sus ímpetus irascibles cuando logran reprimirlos por la virtud alcanzan una suavidad y dulzura de la mejor ley. Fueron coléricos: San Pablo, San Ignacio de Loyola y San Francisco de Sales.

Malas cualidadesLa tenacidad de su carácter les hace propensos a la dureza, obstinación, insensibilidad, ira y orgullo. Si se les resiste y contradice se tornan violentos y crueles. Usan palabras duras, que pronunciadas en forma cortes y correcta, hieren, por el tono en que las profiere. No hay nadie que pueda herir tan dolorosamente con menos palabras que un colérico. Pero lo mas agravante es que en su ira hace recriminaciones falsas y exageradas y llega a interpretar mal y tergiversar las mejores intenciones y estos falsos supuestos los reprocha con las expresiones mas amargas. La justicia con que trata a sus semejantes hace que se enfríen sus mejores amistades. Su ira termina en la rabia y de aquí a un solo paso el odio reconcentrado. Los grandes insultos jamás los olvida. Es capaz de abandonar proyectos acariciados durante años solamente por no ceder a un capricho: “el colérico prefiere la muerte a la humillación”. Vencidos, guardan el odio en su corazón hasta que viene la hora de la venganza. Tiene en alta estima sus cualidades personales y sus éxitos y se tiene el mismo por algo excepcional. Hasta sus mismas faltas, como el orgullo, la terquedad y la cólera, las considera justificables y dignas de toda aprobación. Es muy caprichoso y ergotista (abusa de silogismos). Cree tener siempre razón y quiere tener la última palabra, no cediendo en nada. Rechaza la ayuda ajena, le gusta hacer solo sus trabajos por que se cree mas apto que los demás. Difícilmente se convence de que en las pequeñas cosas requiere el auxilio divino, por lo cual no es de su agrado impretar la gracia de Dios, y quisiera con sus propias fuerzas resistir victoriosamente grandes tentaciones. Por esta presunción cae en muchos y graves pecados y esta es la razón por la que tantos coléricos a pesar de sus grandes sacrificios no llegan nunca a hacerse santos. En el radica una buena parte del orgullo de Lucifer, se conduce como si la perfección y el cielo no debieran atribuírsele en primer lugar a Dios sino a sus personales esfuerzos.Desprecia a su prójimo, lo tiene por tonto débil, torpe y lerdo, por lo menos en comparación suya. Esto se pone de manifiesto en sus palabras despreciativas y en su proceder altanero con los que lo rodean hasta la crueldad.Por lo general son ambiciosos y mandones, todo debe doblegarse ante ellos, siempre quiere figurar en primer término, ser aplaudido y suplantar a los demás. Empequeñecen, combaten y persiguen a los que se le cruzan en el camino, no raras veces con medios poco nobles. El único derecho que reconocen es la satisfacción de sus apetitos y la realización de sus designios. Se siente muy herido cuando es avergonzado y humillado. Con mal humor recuerda sus pecados, pues le obligan a tenerse en menos.Tienen más paciencia que el sanguíneo, pero no conocen tanto la delicadeza de sentimientos y comprenden menos el dolor de los demás. Sus pasiones fuertes e impetuosas ahogan esas afecciones dulces y esos sacrificios desinteresados que brotan espontáneamente de un corazón sensible. Su fiebre de actividad y su ardiente deseo de conseguir lo que se proponen les hace pisotear violentamente todo lo que les retarda y aparecen como unos egoístas sin corazón.Hipocresía y disimulo: Pudiendo ser muy noble y sincero por naturaleza, no queriendo confesar una debilidad, disimula “si es castigado no corrige sus vicios, antes bien, los oculta”. Al ser un hombre intelectual su vida interior no se halla desarrollada, si no ha quedado raquítica. La imprudencia es un obstáculo sumamente peligroso en su aspiración a lo grande. Se lanza ciegamente hacia la meta sin siquiera reflexionar. Ve este único camino elegido sin darse cuenta que por otro pudiera llegar al fin con más facilidad: llega a perforar la pared con la cabeza, teniendo al lado una puerta que le franquea la entrada. De este modo malgasta sus energías y termina aislado y mal visto en todas partes. Después de echar a perder sus más bellos éxitos todavía niega que el mismo es la causa principal de sus fracasos.

Page 8: Conocimiento de Mi Mismo

Es insensible y duro. Puede permanecer indiferente frente al dolor ajeno. Y si su propio encumbramiento lo reclama no vacila en pisotear despiadadamente la felicidad que otros disfrutan.

Educación del coléricoCuando ponen su vitalidad característica al servicio de bien, llega a ser un instrumento sumamente apto para la gloria de Dios y bien de las almas. Pueden por sus facultades ser de gran utilidad a la familia, a la comunidad y al estado, pues ha nacido para ser jefe; por el contrario si no combate sus malas cualidades, como la ambición y la obstinación, puede causar grandes estragos en estos ámbitos. Los menos aprovechados de talento o con sus facultades poco desarrolladas, puede llegar, con el cargo de superior en las manos, a grandes desaciertos y amargar la vida de quienes lo rodean, obstinándose en sus ordenanzas, aunque no tengan claros conceptos de lo que se trata, según el axioma: así lo quiero, así lo ordeno; baste mi voluntad por razón.Serian de un precio inestimable si supieran dominarse. Muchísimos santos canonizados por la iglesia eran coléricos. Cuando logran encausar sus energías son tenaces y perseverantes y no cesan hasta alcanzar lo más elevado. Hay que llevarles a la verdadera humildad de corazón, a compadecerse de los débiles, a no humillar ni atropellar a nadie, a no dejar sentir su propia superioridad con violencia, a tratar a todos con suavidad y dulzura.

Temperamento melancólicoSe excita débil y difícilmente pero es fuerte y profunda la impresión en el alma, sobre todo si es repetida. Su reacción, si es que reacciona, es asimismo débil. La duración suele ser larga: el nervioso no olvida fácilmente. “Las impresiones en el alma del melancólico se parecen a un poste, que, a fuerza de martillazos se va hundiendo en la dura tierra en creciente tensión, fijándose con tanta firmeza que no es fácil arrancarlo”.

Buenas cualidadesTienen una sensibilidad menos viva que la de los sanguíneos, pero más profunda. Su pensamiento tiende hacia lo profundo, siguiendo las causas y la conexión de las cosas, indaga las leyes activas de la vida humana. Son naturalmente inclinados a la reflexión, a la soledad, a la quietud, a la piedad y vida interior. Sus reflexiones van acompañadas de un misterioso anhelo. Al meditar sobre sus planes y particularmente sobre asuntos religiosos, se siente conmovido en su interior, pero apenas deja traslucir esta emoción. Practica con facilidad y gusto la oración mental. La seria concepción de la vida, el amor a la soledad, son muy provechosos para conseguir una gran intimidad en su vida de oración. Posee una natural disposición a la piedad: contemplando lo terreno, piensa en lo eterno; caminando en la tierra, el cielo le atrae. En el trato con Dios, halla una indecible paz. Como nadie entiende las palabras de San Agustín: “Nos has creado para Ti, oh Dios, e inquieto esta nuestro corazón hasta que no descansa en Ti”.Se compadecen fácilmente de las miserias del prójimo. Son bienhechores de la humanidad, saben llevar la abnegación hasta el heroísmo, sobre todo al lado de los enfermos. Es para los demás un guía en el camino hacia Dios, un buen consejero en las dificultades, un superior prudente, benévolo y digno de confianza. Su inteligencia suele ser aguda y profunda, madurando sus ideas con la reflexión y la calma. Es pensador y gusta del silencio y la soledad. Puede ser un intelectual seco y egoísta, encerrado en su torre de marfil, o un contemplativo que se ocupe de las cosas de Dios y del espíritu. Siente atractivos por el arte y tiene actitud para las ciencias. Su corazón es de una gran riqueza sentimental. Cuando ama se desprende fácilmente de sus afecciones, por que en el las impresiones se arraigan muy adentro. Sufre con la frialdad e ingratitud. La voluntad sigue las vicisitudes de sus fuerzas físicas: es débil y casi nula cuando el trabajo le ha agotado, fuerte y generosa cuando disfruta de salud o un rayo de alegría ilumina su espíritu. Es sobrio

Page 9: Conocimiento de Mi Mismo

y no siente apenas el desorden pasional que tanto atormenta a los sanguíneos. Fueron nerviosos el apóstol San Juan, Santa Teresa del niño Jesús, San Bernardo.

Malas cualidadesEl lado desfavorable es la tendencia exagerada hacia la tristeza y melancolía. Cuando han recibido alguna fuerte impresión les penetra profundamente en el alma y les produce una herida sangrante. Difícilmente podrá olvidar provocándole un dolor difícil de superar, llegando a apenas mirar a las personas que lo ofendieron, siendo disgustoso su solo recuerdo. Es muy difícil de desvanecer esta antipatía. No tienen el corazón en la mano como el sanguíneo sino muy en el fondo, y allí saborean a solas su amargura. Se sienten inclinados al pesimismo, a ver siempre el lado negro de las cosas, a exagerar las dificultades. Le gusta lamentarse en sus conversaciones, llamar la atención sobre el lado serio, quejarse de la malicia de los hombres, de la decadencia de las buenas costumbres, de las adversidades… Si se abandonan a eso, llegaran a ser pesimistas, que en todas partes esperan mal éxito, hipocondríacos, que encuentran en pequeños padecimientos enfermedades peligrosas, y misántropos, que manifiestan aversión al trato humano. Con su natural inclinación a la piedad, sin embargo encuentra en su temperamento una dificultad para la oración, porque, desanimándose en las adversidades y sufrimientos, le falta la confianza en Dios y así se distrae con sus negros pensamientos de pusilanimidad y tristeza. Incurren por sus pecados en temibles angustias, penetrando más que otros en lo profundo del alma por el anhelo hacia Dios, se resiente muy en particular del pecado. Más que nada le abate el pensamiento de estar separado de Dios por el pecado mortal. Y si alguna vez cae profundamente, se levanta con mucha dificultad, ya que le cuesta mucho el confesarse, por la humillación a la que se debe someter. Vive asimismo en constante peligro de recaer en pecado, pues, de continuo cavilando en sus pecados pasados, le causan estos siempre nuevas y graves tentaciones, en las cuales de buen grado se deja llevar de sensiblerías y tristes sentimientos, que aumentan aun mas la fuerza de la tentación. La obstinación en el pecado le sumergen en una profunda y prolongada tristeza que poco a poco le va privando de la confianza en Dios y en si mismo. Y cae en semejantes pensamientos: no tengo las fuerzas necesarias para levantarme, ni Dios me envía su auxilio oportuno; Dios ya no me quiere, y por el contrario, busca condenarme. Esto se puede convertir en cansancio de la vida: el melancólico quisiera morir, pero teme la muerte. Por fin su infeliz corazón se rebela contra Dios, haciéndole amargos reproches y sintiendo en si la excitación del odio y de la maledicencia contra si Creador.No se siente bien en la compañía de los hombres, encerrándose en si mismo, se aísla de lo que le rodea y emplea mal sus sentidos. Se distrae fácilmente en presencia de otros y no escucha ni atiende, por ocuparse de sus propias ideas. Ni siquiera saluda a sus amigos en la calle. Semejante desatención y soñar a ojos abiertos le trae mil contrariedades en sus tareas y vida cotidiana. Difícilmente se acerca a personas extrañas. Revela su interior con suma reserva, y solo a los que tiene confianza, y entonces no halla las palabras, y hasta desahogarse debe superar numerosas dificultades, y en el discurso será tan torpe, que a pesar de su buena voluntad no encontrara la calma. Tales experiencias le hacen todavía mas reservado. Pierde fácilmente la confianza en sus semejantes, en particular a sus superiores y a su confesor, por descubrir en ellos defectos insignificantes o por recibir leves reprensiones.Son retraídos y tímidos, propensos a la desconfianza en sus propias fuerzas, al desaliento, a la indecisión, a los escrúpulos. Son desconfiados también de los demás, temiendo siempre que no se busque su bien. En general teme a peligros que no existen. No conoce el obrar acelerado, impulsivo y laborioso del colérico y el sanguíneo, ni es fácil empujarlo a acciones rápidas. Así se explica su miedo a los sufrimientos, y su temor a los esfuerzos interiores y a la abnegación de si mismo. Son irresolutos por miedo a fracasar. El nervioso “nunca acaba de acabar”. Es el hombre de las oportunidades perdidas. Lo que pudiera hacer en un instante, lo deja para mañana o pasado, luego se olvida de ello, y así le sucede pasar meses enteros en lo que pudiera hacer en una hora. Muchos necesitan largos años hasta poner en claro su vocación religiosa y tomar el habito. Mientras los demás están ya del otro

Page 10: Conocimiento de Mi Mismo

lado del río, el esta pensando y reflexionando sin atreverse a pasarlo. Al ejecutar un encargo desagradable, o internarse en un terreno desacostumbrado, muestra desaliento y timidez. Dispone de firme voluntad, y no le falta talento y vigor, pero le faltan valor y animo suficientes: “hay que tirarlo al agua para que aprenda a nadar” ante una dificultad de poca monta en sus emprendimientos, quiere dejarlo todo. Es lento en su pensar: considera todo con atención. Es lento en el hablar: cuando lo apuran a contestar, se intranquiliza, no encuentra las palabras, da respuestas falsas e insuficientes. Deja sin acabar las frases, emplea mala sintaxis y anda en busca de la propiedad de expresión. Es lento en sus trabajos: trabaja solidamente, pero con mucho tiempo. El mismo, sin embargo, no se cree lento en sus trabajos.El orgullo tiene su aspecto muy peculiar, no aspira a honores, sino que tiene cierto miedo de mostrase en publico y aceptar alabanzas. Teme mucho las humillaciones. Se retrae con apariencia de modestia y humildad, pero en realidad es por el temor a la humillación. Cede puestos a personas menos aprovechadas, y se siente sin embargo herido por no habérselo valorado lo suficiente. Se indigna sobremanera al notar desordenes e injusticias, y se siente obligado a intervenir, lo que le genera un problema, en la corrección y reprensión a los demás, por que no tiene animo ni habilidad para ello. O lo hace con tanta ternura que apenas merece el nombre de reprimenda, o quiere dominar esta timidez, y llega al extremo contrario de nerviosidad y enojo, con palabras demasiado severas, no alcanzando ningún fruto. Es la gran cruz de los superiores melancólicos. Sufren mucho, y sin quererlo hacen sufrir a los demás. Santa Teresa curaba a sus hijas melancólicas prohibiéndoles la larga oración y haciéndolas divertir.

Educación del nerviosoSe debe tener en cuenta la fuerte inclinación sobre si mismo. El sanguíneo es franco y abierto en la confesión.; el nervioso en cambio quisiera desahogarse por medio de un coloquio espiritual, pero no puede. El colérico pudiera expresarse, pero no quiere; el flemático en fin ni puede ni quiere hacerlo.Hay que infundirle una gran confianza en Dios y amor a la cruz. Estos serán los dos pilares, ya que su gran desgracia esta en que no lleva su cruz, siendo su salvación aceptarla con gusto y alegría. Debe tener en consideración a la Divina Providencia, la bondad del Padre celestial, que envía la cruz para nuestro bien. Debe procurar también un sereno optimismo de la vida, debe decirse siempre a si mismo: no esta tan mal como te lo imaginas, ves las cosas demasiado negras. Inspirarle una gran confianza en si mismo. Aprovechar su inclinación a la reflexión para hacerle comprender que no hay motivo para ser retraído y desconfiado. Debe estar todo el tiempo ocupado, para no dar tiempo a las cavilaciones. Sobre todo hay que combatir su indecisión y cobardía haciéndole tomar resoluciones firmes y lanzarse a grandes empresas con ánimo y optimismo.Cultivara sus buenas cualidades, en particular la inclinación a la vida interior y la compasión por las desgracias de los hombres. Santa Teresa dice: “con muy poca atención se podrá ver que se inclinan de un modo particular a imponer su voluntad, a proferir todo lo que les viene a la mente, a detener la consideración en las faltas de los otros, para ocultar las propias, y a buscar su satisfacción y su paz en su propio capricho”.Con frecuencia esta tan excitado y abatido, ocupándose de las faltas de los demás, que puede caer en el mal humor y desaliento. Entonces debiera preguntarse ¿no te has detenido nuevamente y en demasía en las faltas de tu prójimo? ¿O no resulto tal o cual cosa según tu deseo y voluntad? Convéncete de una vez por todas de las palabras de la Imitación de Cristo: ¿porque te turbas si no te sucede lo que quieres y deseas? ¿Quién es el que tiene todas las cosas a medida de su voluntad? Por cierto, ni yo, ni tu, ni hombre alguno sobre la tierra. Ningún hombre hay en el mundo sin tribulación y angustia, aunque sea Rey o Papa. Pues, ¿Quién es el que esta mejor? Ciertamente, el que puede padecer algo por Dios (Im I, 22)

Temperamento flemáticoNo se excita nunca o lo hace débilmente. La reacción es también débil o falta por completo. Las impresiones desaparecen pronto y no dejan huella en su alma.

Page 11: Conocimiento de Mi Mismo

Buenas cualidadesEl flemático trabaja despacio, pero asiduamente, con tal de que no se le exija un esfuerzo demasiado grande. No se irrita fácilmente por insultos, fracasos o enfermedades. Permanece discreto, sosegado y juicioso. Es sobrio y tiene un bueno sentido práctico de la vida. No conoce las pasiones vivas del sanguíneo ni las profundas del nervioso, ni las ardientes del colérico; diriase que carece en absoluto de pasiones. Su lenguaje es claro, ordenado, justo, positivo, más que colorido, tiene energía y atractivo. El trabajo científico, fruto de una larga paciencia le conviene mejor que grandes producciones originales. El corazón es bueno pero parece frío. Se sacrificara hasta el heroísmo si es preciso. Pero le falta entusiasmo y espontaneidad, por que su naturaleza es indolente y reservada. Es prudente, sensato, reflexivo, obra con seguridad, llega a sus fines sin violencia, por que aparta los obstáculos en lugar de romperlos. A veces su inteligencia es muy clara. Físicamente, el flemático es de rostro amable, de cuerpo robusto, de andar lento y cachazudo. Santo Tomas de Aquino, fue flemático llevando a cabo un trabajo colosal con serenidad y calma imperturbables.

Malas cualidades Su calma y lentitud le hacen perder muy buenas ocasiones por que tarda demasiado en ponerse en marcha. No se interesa mayormente por lo que pasa fuera de el. Vive para si mismo, en una especie de concentración egoísta. Muestra pocas ganas por el trabajo, da sin embargo gran preferencia al descanso. Es además perezoso (lerdo) y negligente en el cumplimiento de sus obligaciones. No tiene energía ni se propone un elevado ideal, siquiera sea en su devoción.No vale para el mando y el gobierno. No es aficionado a la penitencia y a la mortificación. Santa Teresa los describe “las penitencias que hacen estas almas son tan concertadas como su vida… no halláis miedo que se maten, pues su razón esta muy en si”. En los casos más agudos se convierten en hombres átonos, dormilones y vagos, completamente insensibles a las voces de orden superior que podrían sacarles de su letargo.

Educación del flemáticoSe les debe inculcar convicciones profundas y exigírseles esfuerzos metódicos y constantes hacia la perfección. Despacio, llegaran muy lejos. Pero hay que sacudirle de su letargo, empujarle hacia las alturas, encender en su corazón apático la llamarada de un gran ideal. Hay que llevarle al pleno dominio de si mismo, excitándole y empleando sus fuerzas adormecidas. Es menester explicarles todo, hasta en sus detalles, repitiéndoselo mil veces para que al menos comprendan algo. Se deben acostumbrar además a una vida bien ordenada.

Temperamentos mixtosConcluyendo hay que tener en cuanta, que ningún temperamento existe en la realidad en estado químicamente puro. Con frecuencia encontramos en la práctica, reunidos en un solo individuo, elementos de los temperamentos mas dispares. Sin embargo predomina un temperamento principal, cuyas cualidades buenas o malas se atenúan o acentúan bajo el influjo del otro temperamento.Por otra parte, dadas las intimas relaciones entre alma y cuerpo, debemos de guardarnos de concederle una importancia exagerada (sobre todo en lo relativo a la moralidad de nuestros actos) a la manera de ciertos racionalistas, que atribuyen al temperamento nativo la responsabilidad única de nuestros desordenes.

Temperamento colérico-sanguíneo: La excitación es instantánea, como así mismo la reacción, la impresión en cambio no es tan duradera como en el colérico puro. La soberbia se mezcla con vanidad, su ira y terquedad se templan y moderan, su corazón se ablanda. Resulta por tanto, una mezcla muy feliz.

Temperamento sanguíneo-colérico: se parece al anterior, solo que los distintivos del sanguíneo pasan a primer plano. La excitación y la reacción se siguen

Page 12: Conocimiento de Mi Mismo

inmediatamente y con vehemencia, mientras que la impresión no se pierde tan pronto como en el sanguíneo puro, pero tampoco va tan a fondo como en el colérico puro. Los defectos del sanguíneo, como su ligereza, superficialidad, distracción y locuacidad, están mejorados por la serenidad y firmeza del temperamento colérico.

Temperamento colérico-melancólico y melancólico-colérico: entran en unión dos temperamentos serios y apasionados: el orgullo, la terquedad y la ira del colérico, con el carácter taciturno, gruñón y rudo del melancólico. El hombre provisto de semejante mezcla, debe tener un gran dominio de si mismo, a fin de alcanzar la paz del alma y de no ser cargoso a los que viven y trabajan con el.

Temperamento melancólico-sanguíneo: se caracteriza por una débil susceptibilidad de impresiones, por una reacción igualmente débil, y una impresión no tan duradera como en el melancólico. El sanguíneo comunica al melancólico algo de su movilidad, alegría y serenidad. Los melancólicos con un colorido sanguíneo son aquellas buenas gentes y almas de Dios incapaces de ofender a nadie y siempre emocionadas; las cuales por otra parte, pecan por falta de fuerza y energía. Parecido es el sanguíneo-melancólico, solo que en esta mezcla resalta más la superficialidad e inconstancia del sanguíneo.

Temperamento melancólico-flemático: hombres de tal índole se prestan mejor para la vida común que los puramente melancólicos. Les falta lo gruñón, hosco y cavilador del melancólico, lo cual se reemplaza por el sosiego y la insensibilidad del flemático. Estas personas no se escandalizan tan fácilmente, saben soportar insultos y en sus trabajos saben mantenerse tranquilas y constantes.