150
1 CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -CONCYT- SECRETARIA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -SENACYT- FONDO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -FONACYT- FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS Y FARMACIA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA USAC- INFORME FINAL Evaluación de la población de Quetzales (Pharomachrus mocinno mocinno de la Llave) del Biotopo para la Conservación del Quetzal y sus movimientos estacionales a través del paisaje PROYECTO FODECYT No. 40-2009 CARMEN LUCIA YURRITA OBIOLS Investigadora Principal GUATEMALA, MARZO DEL 2013

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1

CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -CONCYT-

SECRETARIA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -SENACYT-

FONDO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -FONACYT-

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS Y FARMACIA

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA –USAC-

INFORME FINAL

Evaluación de la población de Quetzales (Pharomachrus mocinno

mocinno de la Llave) del Biotopo para la Conservación del Quetzal y sus

movimientos estacionales a través del paisaje

PROYECTO FODECYT No. 40-2009

CARMEN LUCIA YURRITA OBIOLS

Investigadora Principal

GUATEMALA, MARZO DEL 2013

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AGRADECIMIENTOS:

La realización de este trabajo, ha sido posible gracias al apoyo financiero dentro del

Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología, -FONACYT-, otorgado por La Secretaría

Nacional de Ciencia y Tecnología -SENACYT- y al Consejo Nacional de Ciencia y

Tecnología -CONCYT-.

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3

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

Licda. Michelle Bustamante Castillo, Investigadora.

Lic. Manuel Alejandro Barrios Izás, Investigador.

Lic. Claudio Aquiles Méndez, Investigador.

Msc. Carmen Lucía Yurrita Obiols, Investigadora Principal.

Med. Vet. David Morán Villatoro, Investigador.

Br. Victoria Ríos Gálvez, Auxiliar de Investigación.

Br. Luisa Ranchos Monterroso, Auxiliar de Investigación.

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4

AGRADECIMIENTOS ESPECIALES

A la Licda. Mercedes Barrios y al Lic. Claudio Méndez por su gran apoyo durante la

ejecución del proyecto.

A la Licda. Mayra Oliva, Directora del Biotopo del Quetzal, por su gran apoyo a la

investigación y a las actividades realizadas dentro del Biotopo del Quetzal.

A Filiberto Herrera, guardarecursos del Biotopo del Quetzal, por su especial

colaboración y apoyo en todas las actividades de campo del proyecto.

A los guardarecursos del Biotopo del Quetzal, en especial a Matías Xol Quej, Pedro

Tení Caal, Isaías Ayu Juc, Oscar René Xicol y Abundio López, por su apoyo durante la

toma de datos en campo.

A los Biólogos Diego Juárez Sánchez, Bianca Bosarreyes Leja, Diego Elías y Liza

García Recinos por su colaboración en la toma de datos en campo.

A los Biólogos Rosario Rodas y Jorge Jiménez por contribuir a la identificación de los

especímenes botánicos colectados.

Al señor Jaime Medina por su apoyo a la investigación.

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5

RESUMEN 13

SUMMARY 14

PARTE I 15

I.1 INTRODUCCIÓN 15

I.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 17

I.2.1 ANTECEDENTES 18

I.2.1.1 CLASIFICACIÓN 18

I.2.1.2 HISTORIA NATURAL DEL QUETZAL 18

I.2.1.3 ECOLOGÍA DEL QUETZAL 21

I.2.1.4 COMPORTAMIENTO REPRODUCTIVO 24

I.2.1.5 DEPREDADORES 25

I.2.1.6 TAMAÑO POBLACIONAL 26

I.2.1.7 ESTADO DE CONSERVACIÓN 26

I.2.1.8 IMPORTANCIA SOCIAL E HISTÓRICA DE LA ESPECIE 27

I.2.1.8 ESTUDIOS DE LA ESPECIE EN MÉXICO 27

I.2.1.9 ESTUDIOS DE LA ESPECIE EN GUATEMALA 31

I.2.1.10 ESTUDIOS DE LA ESPECIE EN COSTA RICA 33

I.2.2 JUSTIFICACIÓN 36

I.3. OBJETIVOS E HIPOTESIS 37

I.3.1. OBJETIVOS 37

I.4 METODOLOGIA 38

I.4.1 ÁREA DE ESTUDIO 38

I.4.2 LAS VARIABLES 43

I.4.3 INDICADORES 43

I.4.4 ESTRATEGIA METODOLÓGICA 43

I.4.5 METODO 44

I.4.5.1 CONTEOS DE QUETZAL 44

I.4.5.2 TÉCNICA DE TELEMETRÍA 46

I.4.6 LA TÉCNICA ESTADÍSTICA 50

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6

PARTE II 53

I. MARCO TEÓRICO 53

I.1 TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE Y BIODIVERSIDAD 53

I.2 GENÉTICA DE POBLACIONES 68

I.3 LOS CICLOS FENOLÓGICOS Y SU EFECTO SOBRE LA MIGRACIÓN DE LAS AVES 69

I.4 TÉCNICA DE RADIO TELEMETRÍA 70

PARTE III 72

III.1 RESULTADOS 72

III.1.1 CONTEOS DE QUETZALES 72

III.1.2 MUESTREOS CON REDES DE NIEBLA 75

III.1.3 INFORMACIÓN DE AVES CAPTURADAS 76

III.1.4 QUETZALES CAPTURADOS 78

III.1.4.1 DATOS DE MEDIDAS Y PESO DE LOS QUETZALES CAPTURADOS 78

III.1.4.2 PERÍODOS DE MONITOREO Y RECURSOS ESPACIALES UTILIZADOS 80

III.1.4.3 ALIMENTO UTILIZADO 88

III.1.4.4 ALTITUDES Y DISTANCIAS RECORRIDAS 90

III.1.4.5 HÁBITOS ALIMENTICIOS 91

III.1.4.6 TIPO DE VEGETACIÓN Y GRADO DE CONSERVACIÓN DE LOS SITIOS UTILIZADOS POR LOS

QUETZALES 91

III.1.4.7 ANÁLISIS DE PAISAJE DEL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO 92

III.2 DISCUSIÓN DE RESULTADOS 100

PARTE IV 110

IV.1 CONCLUSIONES 110

IV.2 RECOMENDACIONES 114

IV.3 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 115

IV.4 ANEXOS 134

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7

PARTE V 150

V.1 INFORME FINANCIERO 150

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8

INDICE DE CUADROS

CUADRO 1. CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA DEL QUETZAL (PHAROMACHRUS MOCINNO).

18

INDICE DE TABLAS

TABLA 1. LISTA DE PLANTAS ALIMENTICIAS DEL QUETZAL REPORTADAS PARA LA

RESERVA DE LA BIOSFERA SIERRA DE LAS MINAS Y EL BIOTOPO DEL QUETZAL

22

TABLA 2. DATOS DE AVISTAMIENTOS DE QUETZAL POR TRANSECTO DE MUESTREO DENTRO

DEL BIOTOPO DEL QUETZAL, DE MARZO DE 2010 A JUNIO DE 2011.

72

TABLA 3. SITIOS DE MUESTREO DE AVES UTILIZANDO REDES DE NIEBLA DENTRO DEL

BIOTOPO DEL QUETZAL

76

TABLA 4. NÚMERO DE INDIVIDUOS POR ESPECIE, CAPTURADOS DURANTE LOS MUESTREOS

CON REDES DE NIEBLA EN EL BIOTOPO DEL QUETZAL

77

TABLA 5. DATOS DE PESO Y MEDIDA DE LOS QUETZALES CAPTURADOS EN EL BIOTOPO DEL

QUETZAL

79

TABLA 6. PLANTAS REGISTRADAS COMO ALIMENTO DEL QUETZAL DURANTE LOS RASTREOS

TERRESTRES DE QUETZALES MARCADOS CON RADIOTRANSMISOR

89

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9

INDICE DE FIGURAS

FIGURA 1. MÉTODO DE TRANSECTOS DE MUESTREO. EN LA FIGURA SE EJEMPLIFICA LA

FORMA EN LA CUAL FUERON UBICADOS LOS PUNTOS DE CONTEO SOBRE LOS TRANSECTOS DE

MUESTREO.

45

FIGURA 2. RADIOTRANSMISORES MARCA TELENAX, UTILIZADOS DURANTE EL ESTUDIO. A)

VISTAS VENTRAL Y B) VISTA LATERAL.

48

FIGURA 3. RADIORECEPTOR MARCA TELENAX UTILIZADOS DURANTE EL ESTUDIO.

49

FIGURA 4. ANTENA RECEPTORAS DE SEÑAL DE RADIO MARCA TELENAX UTILIZADAS

DURANTE EL ESTUDIO.

49

FIGURA 5. NÚMERO DE QUETZALES REGISTRADOS POR MES EN EL BIOTOPO DEL QUETZAL,

DE MARZO DE 2010 A JUNIO DE 2011.

74

FIGURA 6. ABUNDANCIA RELATIVA DE QUETZALES POR NIVEL ALTITUDINAL

EN EL BIOTOPO DEL QUETZAL, DE MARZO DE 2010 A JUNIO DE 2011.

75

FIGURA 7. ÁREAS PERTENECIENTES AL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

81

FIGURA 8. ÁREA UTILIZADA POR EL QUETZAL MACHO DE NOVIEMBRE DE 2010 AL 14 DE

ENERO DE 2011.

84

FIGURA 9. ÁREA UTILIZADA POR EL QUETZAL MACHO DURANTE EL MES DE DICIEMBRE DE

2012 EN EL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

85

FIGURA 10. ÁREA UTILIZADA POR EL QUETZAL MACHO DE DICIEMBRE A ENERO DE 2011 EN

EL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

86

FIGURA 11. ÁREA UTILIZADA POR EL QUETZAL HEMBRA DE FEBRERO A MAYO DE 2012 EN

EL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

88

FIGURA 12. DISTRIBUCIÓN ALTITUDINAL DE LOS SITIOS UTILIZADOS POR EL QUETZAL

MACHO MONITOREADO MEDIANTE RADIOTELEMETRÍA DENTRO DEL BIOTOPO DEL QUETZAL

Y SITIOS ALEDAÑOS DE JULIO DE 2010 A FEBRERO DE 2011.

90

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10

INDICE DE MAPAS

MAPA 1. MAPA DE DISTRIBUCIÓN DEL QUETZAL (PHAROMACHRUS MOCINNO). 20

MAPA 2. ÁREAS PERTENECIENTES AL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO, BAJA

VERAPAZ.

42

MAPA 3. MAPA DE DISTRIBUCIÓN DE LOS TRANSECTOS DE MUESTREO DE QUETZALES

DENTRO DEL BIOTOPO DEL QUETZAL.

44

MAPA 4. COBERTURA BOSCOSA CLASIFICADA POR TAMAÑO DEL CORREDOR BIOLÓGICO DEL

BOSQUE NUBOSO, BAJA VERAPAZ.

94

MAPA 5. CONECTIVIDAD DE LOS FRAGMENTOS DE BOSQUE DEL CORREDOR BIOLÓGICO DEL

BOSQUE NUBOSO, BAJA VERAPAZ.

95

MAPA 6. EFECTO DE BORDE DE LOS FRAGMENTOS A NIVEL DE PAISAJE DEL CORREDOR

BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO, BAJA VERAPAZ.

96

MAPA 7. MAPA DE CONSERVACIÓN DE LOS FRAGMENTOS DE PAISAJE DEL CORREDOR

BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

97

MAPA 8. HÁBITAT ACTUAL DEL QUETZAL EN EL CORREDOR DEL BOSQUE NUBOSO.

98

MAPA 9. CORREDORES PROPUESTOS PARA MANTENER EL FLUJO GÉNICO ENTRE LOS

QUETZALES DEL CORREDOR DEL BOSQUE NUBOSO Y LA SIERRA DE LAS MINAS.

100

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11

INDICE DE ANEXOS

ANEXO 1. APERTURA Y MARCAJE DE TRANSECTOS DE MUESTREO PARA LA TOMA DE DATOS DE

ABUNDANCIA DE QUETZALES EN EL SITIO DE ESTUDIO.

134

ANEXO 2. TOMA DE DATOS DE ABUNDANCIA RELATIVA DE QUETZALES SOBRE TRANSECTOS DE

MUESTREO.

135

ANEXO 3. COLOCACIÓN DE REDES DE NIEBLA PARA LA CAPTURA DE QUETZALES.

136

ANEXO 4. MUESTREOS CON REDES DE NIEBLA PARA CAPTURA DE QUETZALES.

137

ANEXO 5. CAPTURA, TOMA DE MEDIDAS Y MARCAJE DE QUETZAL MACHO.

138

ANEXO 6. CAPTURA, TOMA DE MEDIDAS Y MARCAJE DE QUETZAL MACHO.

139

ANEXO 7. CAPTURA, TOMA DE MEDIDAS Y MARCAJE DE QUETZAL HEMBRA.

140

ANEXO 8. SEGUIMIENTO DE MOVIMIENTOS DE QUETZALES MARCADOS CON RADIOTRANSMISOR

MEDIANTE LA TÉCNICA DE RADIO-TELEMETRÍA DENTRO DEL BIOTOPO DEL QUETZAL Y EN EL

CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

141

ANEXO 9. SEGUIMIENTO DE MOVIMIENTOS DE QUETZALES MARCADOS CON RADIOTRANSMISOR

MEDIANTE LA TÉCNICA DE RADIO-TELEMETRÍA EN EL CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE

NUBOSO.

142

ANEXO 10. SEGUIMIENTO DE MOVIMIENTOS DE QUETZALES MARCADOS CON

RADIOTRANSMISOR MEDIANTE LA TÉCNICA DE RADIO-TELEMETRÍA EN EL BIOTOPO DEL

QUETZAL Y CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

143

ANEXO 11. ALGUNAS ESPECIES DE AVES CAPTURADAS DURANTE LOS MUESTREOS CON REDES

DE NIEBLA DENTRO DEL BIOTOPO.

144

ANEXO 12. ALGUNAS ESPECIES DE PLANTAS NUTRICIAS DEL QUETZAL REGISTRADAS DENTRO

DEL BIOTOPO DEL QUETZAL Y CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

145

ANEXO 13. ALGUNAS ESPECIES DE PLANTAS NUTRICIAS DEL QUETZAL REGISTRADAS DENTRO

DEL BIOTOPO DEL QUETZAL Y CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

146

ANEXO 14. ALGUNAS ESPECIES DE PLANTAS NUTRICIAS DEL QUETZAL REGISTRADAS DENTRO

DEL BIOTOPO DEL QUETZAL Y CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

147

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12

ANEXO 15. ALGUNAS ESPECIES DE PLANTAS NUTRICIAS DEL QUETZAL REGISTRADAS DENTRO

DEL BIOTOPO DEL QUETZAL Y CORREDOR BIOLÓGICO DEL BOSQUE NUBOSO.

148

ANEXO 16. FOTOGRAFÍAS DE LA REUNIÓN DE PRESENTACIÓN DE RESULTADOS DEL PROYECTO

EN LAS INSTALACIONES DEL CENTRO DE ESTUDIOS CONSERVACIONISTAS DE LA UNIVERSIDAD

DE SAN CARLOS DE GUATEMALA. FEBRERO 2013.

149

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13

RESUMEN

Los movimientos estacionales son de importancia en la distribución espacial de una

gran cantidad de especies de aves y deben ser considerados en los esfuerzos de

conservación de los ecosistemas que utilizan.

El Quetzal es una especie que realiza desplazamientos desde sus hábitats

reproductivos hacia áreas a menor altitud. A lo largo de su distribución varias poblaciones

habitan dentro de Reservas Naturales, sin embargo muchos de los sitios que frecuentan se

encuentran fuera de áreas protegidas y están altamente degradadas. Por ello, es necesario

identificar los recursos que la especie utiliza a lo largo del año e identificar sus principales

amenazas con el fin de considerar esta información en la implementación de mejores planes

de conservación de la especie y su hábitat.

El presente estudio tuvo como objetivo evaluar los movimientos estacionales y estado

de conservación de la población de Quetzales del Biotopo del Quetzal. Para ello, se

llevaron a cabo conteos de Quetzales dentro del área y se monitoreó el uso de su hábitat

mediante telemetría. En base a los resultados se determinó que a finales de año, al menos

una porción de Quetzales del Biotopo utiliza otras áreas a mayor distancia y a menor altitud

durante varios meses para sobrevivir. Los resultados indican que la estacionalidad de los

desplazamientos de los Quetzales y la utilización de los recursos espaciales y temporales

muestran ciertos patrones que deben considerarse en los esfuerzos de conservación de la

especie a nivel local y regional. Además, los resultados evidencian la importancia de varias

áreas protegidas y no protegidas aledañas al Biotopo del Quetzal que contribuyen a la

conservación del Quetzal proporcionando sitios de alimentación y descanso. Así mismo, los

resultados indican que la conservación del Biotopo del Quetzal, del Cerro Verde y de Sierra

de las Minas, debe ser prioritaria tanto para fines de manejo de las áreas como para el

bienestar de las comunidades locales que dependen de la presencia del Quetzal para el

desarrollo de numerosas actividades económicas.

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14

SUMMARY

Seasonal movements are of importance in the spatial distribution of a large number of

bird species and should be considered in efforts to conserve the ecosystems they use.

The Quetzal is a species that performs movements from their breeding habitats to

areas at lower altitudes. Throughout its distribution several populations lives within nature

reserves, however many of the sites they frequent are outside protected areas and highly

degraded. It is therefore necessary to identify the resources that the species used throughout

the year and identify the principal threats to consider this information in implementing

better conservation plans for the species and its habitat.

This study aimed to assess the seasonal movements and conservation status of the

population of the Biotopo del Quetzal. To this end, Quetzals counts were conducted within

the area and monitored using telemetry. Based on the results it was determined that at the

end of the year, at least a portion of the Biotope´s Quetzals uses other areas further away

and lower altitude for several months to survive. The results indicate that the seasonal

movements of Quetzals and resource utilization show spatial and temporal patterns that

should be considered in efforts to conserve the species locally and regionally. Furthermore,

the results show the importance of various protected and unprotected areas adjacent to the

Biotopo del Quetzal contributing to the conservation of the Quetzal providing feeding and

resting sites. Also, the results indicate that the Biotopo del Quetzal, Cerro Verde and Sierra

de las Minas, must be a priority both for management purposes as areas for the welfare of

local communities dependent on the presence of the Quetzal for the development of many

economic activities.

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PARTE I

I.1 INTRODUCCIÓN

El Quetzal (Pharomachrus mocinno de la Llave, 1832) es una especie endémica

Mesoamericana que se distribuye desde Oaxaca y Chiapas en México hasta el oeste de

Honduras, este de El Salvador y la porción Nor-central de Nicaragua. Además, se encuentra

a nivel local en las montañas de Costa Rica (Montañas de Tilarán, Talamanca y Cordillera

Central) y en el noreste de panamá (Solorzano & Oyama, 2010; Johnsgard, 2000). Se

reconocen dos subespecies; separadas por las planicies de Nicaragua: la subespecie P.

mocinno mocino en la porción norte de su distribución y la subespecies P. mocinno

costaricensis, en la porción sur.

En Guatemala, la especie es de especial importancia debido a su papel como

dispersora de semillas de árboles característicos de bosque nuboso. Esta especie es

particularmente importante para la ecología de las especies de aguacatillo (Lauraceas)

representativas de los bosques nubosos. Es importante a nivel social como símbolo de

libertad y soberanía y es el símbolo nacional con el que la mayoría de los guatemaltecos se

identifica. Además, es importante a nivel económico pues muchas actividades económicas

se desarrollan en torno a la especie (Paiz, 1996).

Está catalogada a nivel mundial como cerca de estar amenazada (UICN, 2010). Es una

de las pocas especies centroamericana en el apéndice I de CITES (Convención sobre el

Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) (CONAP

2006), lo que otorga una estricta protección y la prohibición total de su comercio. En

Guatemala, la especie se encuentra en la categoría III de la lista roja del CONAP (Consejo

Nacional de Áreas Protegidas) lo que implica un manejo especial y uso controlado de la

especie (CONAP 2001). La principal amenaza que enfrenta la constituye la pérdida,

fragmentación y degradación de su hábitat (Solorzano & Oyama, 2010; Paiz, 1996: Powell

& Bjork, 1994). Otras amenazas para la especies son la tala de bosque y el cambio

climático (Berlanga et al. 2010).

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16

El Quetzal es una especie migratoria que realiza desplazamientos desde sus hábitats

reproductivos hacia áreas a menor altitud (Wheelwright, 1983; Powell & Bjork, 1995; Paiz,

1996).

Estos movimientos tienen implicaciones importantes pues, modifican la estructura de

las comunidades e implican cambios en el uso de los recursos a nivel espacial y temporal.

Por ello, es necesario identificar los recursos que el Quetzal utiliza a lo largo del año,

identificar las áreas que utiliza a lo largo de su ciclo de vida e identificar sus principales

amenazas con el fin de considerar esta información en el mejoramiento e implementación

de mejores planes de conservación de la especie y su hábitat.

En varios países Mesoamericanos la distribución del hábitat del Quetzal coincide con

Reservas Naturales, sin embargo muchos de los sitios que frecuenta se encuentran fuera de

áreas protegidas y están altamente degradados y fragmentados (Powell & Bjork, 1995; Paiz,

1996). En el caso de las poblaciones de Quetzales de Sierra de las Minas y Biotopo del

Quetzal, Paiz (1996) documentó la salida de varios individuos a varios remanentes de

bosques en sitios no protegidos en paisajes con matrices eminentemente agrícolas. Además

indico que es posible que muchos de los sitios que la especie utilizaba con anterioridad

hayan desaparecido reduciendo los recursos necesarios para la supervivencia de la especie

a nivel local.

El presente trabajo tuvo como objetivo evaluar la ecología, movimientos estacionales

y estado de conservación de la población de Quetzales del Biotopo para la Conservación

del Quetzal. Para ello, se llevaron a cabo conteos de Quetzales dentro del Biotopo del

Quetzal sobre seis transectos de muestreo distribuidos a lo largo del gradiente de elevación

del Biotopo (1680-2260 msnm). Además, se monitorearon los movimientos y el uso del

hábitat de una porción de Quetzales de la población de Quetzales del Biotopo del Quetzal

mediante la técnica de radio telemetría.

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I.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El Quetzal es una especie migratoria que realiza desplazamientos desde sus hábitats

reproductivos hacia áreas a menor altitud (Wheelwright, 1983; Powell & Bjork, 1995; Paiz,

1996). En varios países de Mesoamérica la distribución del hábitat del Quetzal coincide con

Reservas Naturales, sin embargo muchos de los sitios que frecuenta se encuentran fuera de

áreas protegidas y están altamente degradados y fragmentados (Powell & Bjork, 1995; Paiz,

1996). En el caso de las poblaciones de Quetzales de Sierra de las Minas y Biotopo del

Quetzal, Paiz (1996) documentó la salida de varios individuos a varios remanentes de

bosques en sitios no protegidos en paisajes con matrices eminentemente agrícolas. Además

indica que es posible que muchos de los sitios que la especie utilizaba con anterioridad

hayan desaparecido reduciendo los recursos necesarios para la supervivencia de la especie

a nivel local.

El Corredor del Bosque Nuboso se ubica en el departamento de Baja Verapaz, en

los municipios de La Unión Barrios y Purulhá. El paisaje esta compuesto por elementos

antropogėnicos y naturales, entre los que se encuentran: poblados, viveros, campos de

agricultura y ganadería, ríos, lagunas, bosques de pino, encino y nubosos; entre otros.

Dentro del Corredor del Bosque Nuboso residen varias poblaciones de Quetzales,

especialmente en los remanentes de bosque nuboso en donde se encuentran el Biotopo

Universitario para la Conservación del Quetzal y la Reserva Natural Privada Cerro Verde.

Paíz (1996) registró que algunos individuos capturados en la Sierra de Las Minas se

desplazaron hacia el Corredor del Bosque Nuboso durante la época no reproductiva y

regresaron a la Sierra de Las Minas en la época no reproductiva. Con base en los

desplazamientos antes mencionados, es importante considerar la posibilidad de que la

población de Quetzales de la Sierra de Las Minas represente una fuente importante en el

flujo genético hacia el Corredor del Bosque Nuboso. Dicho flujo podría verse amenazado

debido a la fragmentación y reducción del hábitat, eliminando los sitios de paso de los

individuos.

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18

I.2.1 ANTECEDENTES

I.2.1.1 Clasificación

Cuadro No.1 Clasificación Taxonómica del Quetzal (Pharomachrus mocinno).

Reino: Animalia

Filo: Chordata

Clase: Aves

Orden: Trogoniformes

Familia: Trogonidae

Nombre

científico:

Pharomachrus

mocinno de la Llave,

1832

Nombres

comunes:

Quetzal

I.2.1.2 Historia Natural del Quetzal

El Quetzal (Pharomachrus mocinno) es una especie endémica Mesoamericana que se

distribuye desde Oaxaca y Chiapas en México hasta el oeste de Panamá (Skutch 1944;

Johnsgard, 2000; IUCN, 2008; Solórzano et al., 2004; Avila et al., 1996) (Mapa 1). Su

distribución se restringe a los ecosistemas de montaña con bosque nuboso de Mesoamérica.

Fue descrito por primera vez por el Naturalista Mexicano Pablo de la Llave a partir de un

espécimen colectado durante la Real Expedición Botánica a la Nueva España (1787-1803)

(Solorzano & Oyama, 2010). La palabra que le da nombre a su género (Pharomachrus) se

deriva de las vocablos griegos pharos y makros, que significan manto y largo,

respectivamente, en referencia al largo de las plumas de su cola. El epíteto específico de la

especie hace referencia al naturalista mexicano José Mariano Mociño Suárez Lozano, quien

fue mentor de Pablo de la Llave y que tuvo una valiosa contribución a la expedición

(Eiserman, 1959).

Fuente: Especies de Costa rica. INBIO.

http://darnis.inbio.ac.cr.

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Tradicionalmente se ha considerado a las poblaciones de Quetzales del Norte y Sur

como dos subespecies, Ph. mocinno var. mocinno y costaricensis. La distribución de estas

subespecies esta separada por el valle del lago de Nicaragua que constituye una barrera

geográfica entre las poblaciones del norte y sur (Skutch, 1944; Johnsgard, 2000; Solórzano

et al., 2004). Estudios genéticos y morfológicos recientes, sugieren que dichas subespecies

puedan ser dos especies distintas y proponen utilizar esta nueva clasificación como una

estrategia para lograr la conservación de las poblaciones del norte, debido a que esta

fracción de la población se encuentra más amenazada (Solórzano & Oyama 2010;

Solórzano, García-Juárez, & Oyama 2009).

El Quetzal pertenece a la familia Trogonidae, única familia del orden Trogoniformes.

Este orden se considera un orden parafilético el cual esta estrechamente emparentado con

los órdenes Coraciiformes, Piciformes, Bucerotiformes y la familia Leptosomatidae

(Hackett et al., 2008). A nivel genético, a excepción del grupo Aphalarpactes, los grupos

del orden se consideran monofiléticos y se establece que los géneros del nuevo mundo son

el clado hermano de los trogones Asiáticos donde los trogones Africanos constituyen el

clado basal (Johansson & Ericson, 2004; Espinosa de Los Monteros, 1998).

La familia Trogonidae, comprende siete géneros y 42 especies distribuidas en el Sur de

África, La India, Sureste de Asia, Malasia, Las Filipinas, Sureste de Arizona, México,

Centro y Sur América e Indias Occidentales (Perrins, 2003). Los géneros del viejo mundo

comprenden a Harpactes, Apaloderma y Aphalarpactes y entre los géneros del nuevo

mundo se encuentran Priotelus, Trogon, Pharomachrus y Eupitolis (Hackett et al., 2008).

El carácter distintivo de la familia Trogonidae es la presencia de un pie heterodáctilo, en el

cual los dedos I y II están dirigidos hacia atrás, mientras que los dedos III y IV son

frontales y unidos en su parte media basal. Por lo tanto el halux (dedo I) es el más externo,

mientras que en las patas zigodáctilas son los dedos I y IV los que presentan la posición

dorsal.

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Mapa 1. Mapa de distribución del Quetzal (Pharomachrus mocinno).

Fuente: Dayer, 2010.

Los Quetzales machos se caracterizan por presentar una cresta de plumas, cobertoras

de las alas elongadas y las cobertoras dorsales de la cola extremadamente elongadas que se

extieneden en promedio 60 cm (Howell & Webb, 1995). Su pico es de color amarillo,

corto,con la base ancha y el culmen decurvado. Presenta una coloración verde y azul

verdosa intensa en sus plumas. Su vientre es de color rojo. Por su parte, la hembra es de

color verde opaco con partes de color café y pico negro. Su vientre es color gris, mientras

que la parte baja del vientre es color rojo. Los Quetzales inmaduros se asemejan con la

apariencia de la hembra (Howell & Webb, 1995).

El canto del Quetzal consiste en una serie de notas profundas pero suaves en un patrón

simple: keow kowee keow k'loo keow k'loo keeloo (Stiles & Skutch, 1989). Una

vocalización común de la especie que emite cuando esta en vuelo o agitada esta compuesta

por un sonido agudo similar a un cacaraqueo (Stiles & Skutch, 1989). Durante el cortejo el

macho suele emitir un sonido similar a este último (wac-wac) (Skutch, 1944;Stiles &

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Skutch, 1989). Skutch (1944) describió 5 diferentes vocalizaciones para la especie. En

Guatemala, LaBastille et al. (1972) reportó estas cinco vocalizaciones y registró otras tres

más. Ambos autores describieron dos vocalizaciones exclusivas del macho: 1) una

realizada por la mañana formada por un silbido de dos notas y 2) un canto agudo tipo piston

(gee-gee). Además, describieron las vocalizaciones compartidas por los dos sexos: 1) el

llamado de identificación wahc-ah-wahc (el wac-wac de Skutch) ; 2) wec-wec, un llamado

agitado acompañado de un movimiento de cola, 3) coouee, un silbido ascendente que

realiza desde árboles altos o desde los nidos de los árboles; 4) uwac, un llamado ascendente

durante el cortejo; 5) un sonido gutural realizado desde las copas de los árboles cuando son

molestados y 6) una vocalización nasal similar a un gemido o zumbido para comunicarse

con las crías.

I.2.1.3 Ecología del Quetzal

El Quetzal es descrito por varios autores como un ave que realiza movimientos

estacionales y altitudinales a lo largo de su hábitat (Wheelwright, 1983; Powell & Bjork,

1995; Paiz, 1996). Durante la década de 1990 se realizaron varios estudios con la técnica

de telemetría en México, Costa Rica y Guatemala, que permitieron confirmar la ocurrencia

de dichos movimientos. En Guatemala, Paiz (1996) encontró que los Quetzales de Sierra de

las Minas se desplazan desde sus hábitats reproductivos a aproximadamente 2,500 msnm

hacia sitios ubicados entre 1,200 y 2,000 msnm recorriendo entre 25 y 50 km.

Las causas de dichos desplazamientos no se conocen con certeza. Sin embargo, varios

autores sugieren que están asociadas a la disponibilidad de frutos de sus especies nutricias

(Bustamante, 2012; Solórzano, Castillo, Valverde, & Ávila, 2000; Wheelwright; 1983).

Wheelwrigth (1983) propusó que estos moviemientos se deben a una reducción de frutos de

la familia Lauraceae, ya que en Costa Rica el 43% de la dieta de esta especie esta

constituida por los frutos de los árboles de esta familia. Además, consideró como una

prueba adicional la coincidencia de la mayor disponibilidad de frutos de esta familia con la

época reproductiva de la especie.

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Los frutos de los árboles de la familia Lauraceae se consideran como uno de sus principales

alimentos del Quetzal. Además, de los frutos de la Famila Lauraceae, también se les ha

observado alimentándose de frutos de otras familias, incluyendo: Melastomataceae,

Moraceae, Myrsinaceae, Myrtaceae, Podocarpaceae, Rhamnaceae, Rosaceae, Rubiaceae,

Rutaceae, Solanaceae, Staphylacaceae, Symplocaceae, Theaceae y Verbenaceae

(Bustamante et al. 2009; García-Rojas 2006; Solorzano et al. 2000; Ávila et al. 1996;

Weelwright 1983). En la Tabla 1, se enlistan algunas especies

Tabla 1. Lista de plantas alimenticias del Quetzal reportadas para La Reserva de la

Biosfera Sierra de las Minas y el Biotopo del Quetzal.

No. Familia Especie Nombre Común

1 Celastraceae Zinowiewia tacanensis Siete Camisas

2 Clethraceae Clethra suaveolens Palo de Sana

3 Clusiaceae Clusia guatemalensis Oreja de Burro

4 Clusiaceae Clusia salvinii Oreja de Burro

5 Cornaceae Cornus disciflora Frutillo

6 Lauraceae Ocotea eucuneata Aguacatillo

7 Lauraceae Phoebe sabanarum Aguacatillo

8 Lauraceae Ocotea verapacensis Aguacatillo

9 Lauraceae Ocotea chiapensis Aguacatillo

10 Myrsinaceae Ardisia rarescens Guatitum

11 Myrsinaceae Parathesis leptopa Guatitum

12 Myrsinaceae Parathesis sessilifolia Guatitum

13 Myrsinaceae Synardisia venosa Guatitum

14 Podocarpaceae Podocarpus oleifolius Ciprecillo

15 Rhamnaceae Rhamnus capreifolia Palo Amarillo

16 Rosaceae Prunus brachybotrya Zapotillo

17 Rosaceae Rubus sp Mora Silvestre

18 Rutaceae Zanthoxylum acuminatum Naranjillo

19 Solanaceae Lycianthes chiapensis Bejuco de Chile

20 Staphyleaceae Turpinia paniculata

21 Styracaceae Styrax argenteus

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22 Symplocaceae Symplocos hartwegii Jocotillo

23 Symplocaceae Symplocos culmicola Manzanillo

24 Symplocaceae Symplocos vatteri Jocotillo

25 Urticaceae Cecropia peltata Guarumo

26 Urticaceae Cecropia silvicola Guarumo

Fuente: Paíz, 1996; Bustamante, 2012.

Los Quetzales se alimentan de los frutos de las ramas distales en pleno vuelo. La dieta

de las crías consiste de frutas, insectos y pequeños vertebrados. Debido a que la mayor

parte de su dieta en edad adulta son frutos y que logra tragar sus semillas y las defeca o

regurgita enteras, se considera un importante dispersor de semillas de los bosques nubosos,

especialmente durante la temporada no reproductiva cuando se desplaza varios kilómetros

(Ávila, Hernandez, & Valverde, 1996). Además, dentro de su hábitat se encuentran varias

especies que se alimentan de las mismas especies de plantas. Sin embargo, Ávila,

Hernandez, & Verlarde (1996) indican que al parecer únicamente la tucaneta verde

(Aulacorhynchus prasinus) puede ser considerada como una especie competidora pues es

un frugívoro especializado y se alimenta de la mayor parte de las especies nutricias del

Quetzal.

Al parecer, el Quetzal no necesita áreas compuestas exclusivamente de bosque

primario protegido, pues forrajea y anida en claros adyacentes a los bosques e incluso anida

cerca de sitios habitados o caminos poco utilizados (Skutch, 1944). Gomes, Oostra,

Nijman, Cleef & Kappelle (2008) encontraron que varias especies de aves frugívoras

(incluyendo el Quetzal) parecen ser tolerantes a la perturbación moderada de su hábitat (y

por tanto la heterogeneidad de la estructura de la vegetación) debido a la mejora de las

condiciones de luz para los árboles frutales, que conduce a un aumento de la producción de

frutas y por ende a un aumento en el suministro de alimento para las especies. Esto implica

que el Quetzal y los seres humanos puedan coexistir mientras que la perturbación de su

hábitat sea moderada (Renner y Markussen, 2005; Renner, 2005).

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I.2.1.4 Comportamiento reproductivo

La temporada reproductiva ocurre entre marzo y junio, dependiendo de la ubicación y

al parecer de las condiciones ambientales o disponibilidad de alimento (Johnsgard, 2000;

Wheelwright, 1983). Solórzano et al. (2000) indica que la reproducción en México se

desarrolla de enero a junio. Paiz (1996) observó que la época reproductiva de la especie en

Sierra de las Minas ocurre de marzo a junio, aunque observó variaciones en algunas

semanas en diferentes años. Además, observó Quetzales en preparación de nidos en marzo

y reportó la salida de los últimos pichones durante el mes de junio.

Se han identificado tres etapas principales: cortejo, empollamiento y crianza de

polluelos (Solorzano 2000). Al inicio de la época reproductiva el macho realiza

exhibiciones de vuelo, volando por encima de la copa de los árboles y posteriormente

ascendiendo mientras vocaliza (Skutch 1944). Wheelwright (1983) observó que algunas

parejas se habían formado antes de regresar de lo que llamó migraciones a sus zonas de cría

a mayores elevaciones en Costa Rica, mientras que algunas otras se formaban al llegar.

Entre los individuos que arribaron a los sitios reproductivos sin parejas, Wheelwright

(1983) observó hasta cuatro machos persiguiendo al mismo tiempo a una hembra.

LaBastille et al. (1972) también registró este tipo de cortejo en el cual los machos sin pareja

acechan a las hembras mientras vocalizando. La cópula al parecer ocurre al mismo tiempo

que la pareja construye el nido (Wheelwright 1983).

Los nidos de los Quetzales son cavidades, excavadas en árboles muertos en pie o

tocones similares a los de los pájaros carpinteros (Skutch 1944). Los nidos son excavados

por la hembra y el macho y suelen ser nidos abandonados por otras aves que ellos

acomodan para su nidada. Wheelwright (1983) encontró que la altura promedio de los nidos

en Costa Rica es de 8.8 m, mientras que para Guatemala Bowes y Allen (1969) reportaron

una altura promedio 9.5 m. Las cavidades de los nidos, según Bowes y Allen (1969) miden

10 cm en la entrada con una profundidad de 30 cm.

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El tamaño de la nidada de los Quetzales es de dos huevos (1944 Skutch, LaBastille et

al. 1972). Los huevos son de color azul brillante de forma subeliptica, miden en promedio

38.9 x 32,4 mm (LaBastille et al., 1972). Los huevos son depositados en la base de los

nidos sobre una capa de viruta (Skutch 1944). Después de la ovoposición, el macho y la

hembra colaboran en la incubación de los huevos. Skutch (1944) observó un nido que fue

encubado de 17 a 18 días, mientras que Wheelwright (1983) observó dos nidos que fueron

incubados durante 18 a 19 días. Skutch (1944) y LaBastille et al. (1972) observaron que los

Quetzales realizan turnos para la incubación y que el macho permanece encubando los

huevos alrededor de seis horas diarias.

Las crías nacen con los ojos cerrados (Skutch 1944). A los dos días comienzan a

crecerles plumas y a los siete días comienzan a desarrollar su plumaje externo. A los ocho

días, sus ojos se abren y a los diez días sus plumas de vuelo comienzan a brotar. Para el día

17 o 18 su plumaje de vuelo ya esta desarrollado y se observa su color verde. La dieta de

los pichones es variada e incluye frutos y proteína animal. Wheelwright (1983) observó que

el macho lleva mayor cantidad de alimento a las crías, principalmente insectos, mientras

que la hembra lleva mayor cantidad de frutos.

I.2.1.5 Depredadores

Wheelwright (1983) indico que el fracaso de las nidadas del Quetzal en la Reserva

Monte Verde en Costa Ricas es alto (67%-78%); e indica que probablemente la principal

causa de ello es la depredación por comadrejas (Mustela frenata). También notó que la

especie defendía bigorosamente sus nidos del ataque de ardillas y de tucanetas verdes

(Aulacorhynchus prasinus). Sugirió que otros depredadores como serpientes y otros

mamíferos podían depredar los nidos. En contranste, consideró que la depredación de los

adultos no era común y reportó conocer solo dos casos: uno causado por un águila de

especie desconocida y otra por un tigrillo (Felis weidii). Las ardillas (Sciurus aureogaster),

micoleones (Potus flavus) y varias especies de águilas grandes son consideradas como

potenciales depredadores (Bowes & Allen ,1969).

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I.2.1.6 Tamaño poblacional

A pesar de que existen pocos datos sobre tamaños poblacionales de Quetzales a lo

largo de su distribución, Bird Life International (2009) estima que el tamaño de la

población de Quetzales en toda su distribución esta dentro de 20,000 a 49,999 individuos.

Sin embargo, indican que es necesario realizar una estimación actual del tamaño de la

población a nivel regional.

I.2.1.7 Estado de conservación

Según la lista roja de UICN (BirdLife Internacional 2009), el Quetzal esta cerca de

estar amenazado. Además, es una de las pocas especies centroamericana en el apéndice I de

CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y

Flora Silvestres) (CONAP 2006), lo que otorga una estricta protección y la prohibición

total de su comercio. En Guatemala, la especie se encuentra en la categoría III de la lista

roja del CONAP (Consejo Nacional de Áreas Protegidas) que implica un manejo especial y

uso controlado (CONAP 2001). Además, Collar (2001) sugiere que posiblemente el

Quetzal sea el trongon (Familia Trogonidae) con el mayor grado de amenaza a nivel

mundial. Berlanga et al. (2010) señala que la perdida y degradación del hábitat del Quetzal

para el desarrollo de actividades productivas como la agricultura y la ganadería son la

principal amenaza de la especie.

Así mismo, Parece ser que, debido a la destrucción y fragmentación de su hábitat, la

distribución del Quetzal se limita a 22 sitios en América Central, mientras que, al parecer,

sólo cuatro son lo suficientemente grandes para sostener poblaciones viables (que deben ser

de aproximadamente 100 parejas reproductivas) (Solórzano, Castillo-Santiago, Navarrete-

Gutiérrez, Dario & Oyama, 2003). También, es posible que el cambio climático esté

afectando de forma negativa la cantidad de hábitat disponible para la especie, reduciendo

aún más su potencial de supervivencia a largo plazo (Solórzano, Castillo-Santiago,

Navarrete-Gutiérrez, Dario & Oyama, 2003).

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I.2.1.8 Importancia social e histórica de la especie

El Quetzal es un ave emblemática de los bosques nubosos de América Central. Varias

civilizaciones de la región lo han reverenciado. Por ejemplo; los aztecas llamaron a su dios

Quetzalcóatl en honor a ella y retrataron a esta deidad con un tocado prominente que

muestra las plumas de la cola anormalmente largas del Quetzal (LaBastille, 1969). Las

plumas de la cola fueron usadas por los gobernantes y dadas como tributo después de haber

sido arrancados de las aves. Incluso, existía la pena de muerte para cualquiera que matara a

algún individuo de la especie (Winter, 1998). La especie a continuado siendo un icono para

varias culturas y forma parte de la banderas, escudo de armas, sellos y billetes de

Guatemala (LaBastille, 1969; Winter, 1998). La reverencia hacia la especie esta relacionada

con la lucha por la independencia de Guatemala, ya que existía el mito popular que decía

que el ave moriría en cautiverio (LaBastille, 1969), por lo que se convirtió en símbolo de

libertad.

I.2.1.8 Estudios de la especie en México

En México se han realizado numerosos estudios acerca del Quetzal y su hábitat.

Recientemente, Ávila, Hernández y Valverde (1996), estudiaron la dieta y hábitos

alimenticios del Quetzal P.m. mocinno en el bosque lluvioso de montaña de la Reserva de

la Biosfera de El Triunfo, Chiapas, México. Los adultos se alimentaron de 15 especies de

plantas. Un 40 porciento de las especies y 63 porciento de los frutos consumidos

pertenecieron a la familia Lauracea. Los restantes a Theaceae (8.3%) y con 4.2 porciento

cada uno: Myrsinaceae, Araliaceae, Verbenaceae, Solanaceae, Myrtaceae,

Melastomataceae, Moraceae y Clusiaceae. Los Quetzales se alimentan de frutos, tomados al

vuelo de las ramas distales de los árboles. La proporción sexual promedio, en los grupos de

alimentación, fue de 1:1. Reportaron que la dieta de las crías consistió de frutas (24%, del

cual 38% fueron Lauraceas), insectos y vertebrados pequeños (76%), durante sus primeros

10 días de vida. Posteriormente, su dieta consistió en un 72 porciento de frutas y un 28

porciento de proteína animal, hasta el comienzo del vuelo. En la dieta de las crías se

incrementaron significativamente las frutas grandes y disminuyeron los animales blandos.

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Del total de frutas consumidas por los individuos estudiados, 50 porciento pertenecieron a

las Lauraceae (aguacatillos), en contraste con proporciones mayores encontradas para P m.

constaricensis. En la dieta total de las crías, los frutos de la familia Lauraceae constituyeron

el 19 porciento, valor cercano al encontrado para la subespecie costarricense. Los

resultados del estudio confirmaron que el Quetzal es un frugívoro especializado, que se

alimenta en alta proporción de frutos de la familia Lauraceae. Además, el estudio indicó

que los Quetzales son importantes dispersores de semillas, especialmente durante la

temporada no reproductiva, cuando pueden desplazarse varias docenas de kilometro.

Solorzano, Castillo, Valverde y Ávila (2006) estudiaron la dieta del Quetzal y los

cambios en la abundancia de frutos de las especies de las cuales se alimentan en la Reserva

de la Biosfera El Triunfo, en el sureste de México. Registraron 32 especies de plantas

nutricias del Quetzal, de las cuales 24 fueron nuevos registros en su dieta. Además,

estudiaron la fenología de frutos de 20 de estas 32 especies, durante dos años, con el fin de

describir la relación entre la abundancia de frutos y la abundancia relativa de Quetzales en

el lugar. Los resultados que obtuvieron mostraron que la abundancia relativa de Quetzales

en el área de reproducción está correlacionada con el número total de especies nutricias que

fructificaron, mientras que la correlación entre la abundancia relativa de Quetzales y el

número de especies de aguacatillos (Familia Lauraceae, un grupo de plantas importante en

su dieta) con frutos fue marginal. Otro análisis mostró que la abundancia de Quetzales está

marginalmente correlacionada con la disponibilidad total de frutos de sus plantas

alimenticias (número total de frutos por mes). Sin embargo, la correlación entre abundancia

de Quetzales y número de frutos de Lauracea no fue significativa. Los resultados del

estudio sugieren que la dinámica de los recursos alimentarios puede estar jugando un papel

importante en la conducta migratoria del Quetzal en esta área. El conocimiento de la dieta

del Quetzal puede ayudar en la caracterización del hábitat que es adecuado para su

conservación. Las observaciones de los autores sugirieron que los esfuerzos de

conservación para preservar esta especie deben concentrarse en la protección de su hábitat,

tanto de las áreas de reproducción como de sus áreas de migración.

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En el año 2009, Solorzano, Baker y Oyama analizaron la diversidad genética en 255

pb del dominio I de la región control del ADN mitocondrial en 25 Quetzales procedentes de

cinco países. Encontraron ocho haplotipos diferentes. La diversidad nucleotídica para

México (P. m. mocinno: 0.0021) y Panamá (P. m. costaricensis: 0.0026) fue baja, pero no

difiere de la estimada para otras especies de aves amenazadas o no amenazadas. El árbol de

haplotipos enraizado con P. pavoninus (una especie del genero Pharomachrus) mostró dos

clados recíprocamente monofiléticos, correspondiendo cada uno a cada subespecie, por lo

que propusieron que para planes de conservación cada subespecie sea considerada como

unidad evolutiva significativa independiente. Una red de distancias mínimas mostró que el

número de diferencias genéticas que separa a los haplotipos dentro de las subespecies fue

pequeño con respecto al número de sustituciones que existe entre ellas, indicando una

fuerte división poblacional (FST 0.37). En base a sus resultados propusieron que, con fines

de conservación prácticos, México-Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Panamá sean

considerados preliminarmente como unidades de manejo independientes ya que estos

presentan haplotipos únicos no compartidos entre localidades. Indican además, que estos

países deberían firmar acuerdos internacionales para proteger los corredores de vegetación

naturales entre los bosques de niebla de Mesoamérica y tratar de reducir el comercio ilegal

de los Quetzales.

Debido a estudios anteriores que mostraban diferencias genéticas marcadas entre

poblaciones de Quetzales a lo largo de su área de distribución, en el año 2010, Solorzano y

Oyama, analizaron la variación morfométrica y genética de Quetzales con el fin de revisar

el estatus taxonómico de las dos subespecies de Quetzales que se reconocen (P. mocinno

mocinno y P. mocinno costaricensis). Analizaron ocho rasgos morfométricos de 41

Quetzales: la longitud del cuerpo, del tarso y de la cuerda alar, así como la longitud, el

ancho y la profundidad del pico, el peso corporal, y en el caso de los machos, la longitud de

las plumas cobertoras supracaudales. Usaron análisis multivariados para discriminar

diferencias morfométricas entre las subespecies. Compararon cada rasgo morfométrico

dentro y entre las subespecies a partir de comparaciones pareadas con el análisis no-

paramétrico de Wilcoxon. Además, realizaron análisis filogenéticos y de diferenciación y

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divergencia genéticas fundamentados en las variaciones nucleotídicas de cuatro secuencias

de ADN mitocondrial. La variación nucleotídica fue estimada en la región control, la

subunidad NDH6 y los tRNAGlu y tRNAPhe en 26 Quetzales de ocho localidades de cinco

países. Estimaron la divergencia y la diferenciación genética entre subespecies con base en

el modelo de equilibrio mutación-deriva. Obtuvieron el mejor modelo de mutación

nucleotídica siguiendo el procedimiento implementado en el programa Model test.

Construyeron las relaciones filogenéticas entre las subespecies con máxima parsimonia y

máxima verosimilitud usando PAUP, así con estadística Bayesiana.

Los análisis multivariados discriminaron dos grupos morfométricos y los individuos se

agruparon de acuerdo con la subespecie a la que pertenecen. Las comparaciones pareadas

entre las subespecies mostraron fuertes diferencias en la mayoría de los rasgos analizados.

En las cuatro secuencias de ADNmt identificaron 32 posiciones nucleotídicas que tienen un

nucleótido particular de acuerdo con la subespecie de Quetzal. La divergencia genética y la

diferenciación fueron marcadas y mostraron dos grupos dentro de P. mocinno que

correspondieron a las subespecies de Quetzales. El modelo seleccionado para los datos fue

el TVM+G. Los tres métodos filogenéticos usados recuperaron dos clados monofiléticos

robustos correspondiendo a cada una de las subespecies. Los resultados del estudio

mostraron una significativa y real división de P. mocinno en dos grupos genéticos,

morfométricos y ecológicos. Además, de acuerdo con las estimaciones, el flujo génico está

interrumpido entre las subespecies desde al menos hace tres millones de años. Por ello, los

autores proponen que P. mocinno sea dividido en dos especies independientes: P. mocinno

(especie norteña, desde México hasta Nicaragua) y P. costaricensis (especie sureña, Costa

Rica y Panamá). Según los autores, esta nueva clasificación de las subespecies de Quetzal

permitirá mejores logros en su conservación, dado que la evaluación de la clase y magnitud

de las amenazas serán más precisas.

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I.2.1.9 Estudios de la especie en Guatemala

Hasta el momento, son escasos los trabajos realizados sobre la especie en el país. Sin

embargo, estos estudios han permitido tener noción sobre la distribución, ecología y estado

de conservación de las poblaciones de Quetzales de Guatemala. A continuación, se resumen

los principales estudios hechos en el país sobre la especie.

En 1988 Muhlenberg y colaboradores (1989) llevaron a cabo un censo de Quetzales

en Sierra Yalihux, Chelemá, Baja Verapaz. Encontraron una densidad poblacional de 15

machos por cada 100 ha. En el año 2002, Renner (2004) llevo a cabo un censo equivalente

en la misma área y encontró una densidad similar (18 machos por ha). Registró 18 macho y

4 hembras en una parcela de 102 ha. Los machos fueron observados tanto en bosque

primario como en bosques secundarios jóvenes. Sin embargo, se registró mayor número de

individuos en el bosque primario. Se observó algunos machos moverse hasta 300 m a

través de pastos y tierras semi-agrícolas (con parches de cultivo de maíz, Zea mays).

Paiz (1996), estudió la migración estacional del Quetzal mediante la técnica de radio-

telemetría en la Región de la Reserva de la Biosfera Sierra de las Minas. Encontró que la

época reproductiva de la especie en el área de estudio ocurre de marzo a junio, aunque

observó variaciones de semanas en función del año. Observó Quetzales construyendo nidos

desde marzo y los últimos pichones salieron generalmente en el transcurso de junio.

Registró dos tipos de migraciones. En el primer tipo, el más común, los individuos salieron

del sitio de anidación hacia sitios de migración en los que permanecieron por varios meses.

En el segundo tipo de migración, los Quetzales se movilizaron a un sitio de migración

cercano al área de reproducción (a menos de 5 km) en el que permanecieron por varios

meses. Sin embargo, durante este período regresaron de forma ocasional a su sitio de

reproducción. Este tipo de migración, también fue observado en Costa Rica en un estudio

previo en donde algunos Quetzales que migraron de 1 a 4 km hacia la vertiente pacífica

entre julio y noviembre, regresaron ocasionalmente a pasar la noche a sus territorios de

reproducción. Los sitios a los que migraron los Quetzales de una misma población variaron

en un mismo año y el mismo individuo puede migrar a regiones diferentes año tras año.

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32

Tanto machos como hembras adultos y machos juveniles de por lo menos un año de edad

realizan ese tipo de migraciones. Sin embargo, observó que una parte de la población

aparentemente no migra todos los años.

Observo también que la estacionalidad de las migraciones no fue la misma en todos

los casos. Pero si observó que se marcan dos épocas principales de migración. La primera

de julio a septiembre, la cual coincide con la estación lluviosa. La segunda, de noviembre a

febrero, la cual coincide con la época más fría del año. Encontró que el inicio y duración

de las migraciones parecen estar determinadas por la combinación de condiciones

climáticas y de disponibilidad de alimento en los sitios de anidación y de migración. No

detectó un patrón espacial marcado de las migraciones que permita predecir los sitios a los

que migran los Quetzales de la población estudiada. Sin embargo, encontró que los

Quetzales se desplazan entre 5 y 25 kilómetros de distancia y que las altitudes oscilan entre

los 2,400 a 1,200 msnm. Además, observo que existen algunos sitios que son utilizados de

forma recurrente por diferentes individuos durante las migraciones. También, indicio que

las migraciones hacia diferentes sierras o unidades geográficas diferentes sugiere que existe

un mecanismo de dispersión genética entre poblaciones y que para asegurar la viabilidad de

las poblaciones de Quetzales y la sobrevivencia de la especie a largo plazo, es importante

mantener conectados los diferentes bosques nubosos de la Región.

Por su parte, Bustamante (2012) realizó un estudio que tuvo como objetivo determinar

si los Quetzales realizan movimientos estacionales a lo largo del año en un gradiente de

elevación; determinar si la producción de frutos de sus principales especies de plantas

nutricias varía a lo largo de un ciclo anual y en un gradiente de elevación y, si las dos

condiciones anteriores se cumplen, determinar si los Quetzales se mueven en relación a la

producción de frutos de sus plantas nutricias. Con base en los resultados determinó que las

plantas nutricias del Quetzal presentan variación en la producción de frutos a través del

tiempo e identificó el período de mayor productividad en la época lluviosa, entre junio y

septiembre. Sin embargo, no se observó diferencias significativas en la producción total de

frutos a lo largo del gradiente de elevación evaluado (1680 msnm - 2290 msnm). Además

apreció variación en el número de Quetzales a través del tiempo, siendo el período con

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mayor número de avistamientos de marzo a julio. No obstante, no observó variación

significativa del número de Quetzales entre niveles altitudinales. Por último, observó que a

finales del año, cuando la disponibilidad de frutos de las especies nutricias del Quetzal

disminuye significativamente dentro del área también ocurre una disminución del número

de Quetzales. Finalmente, concluyó que posiblemente la reducción en la producción de

frutos de las especies nutricias del Quetzal aunada a otras condiciones climáticas puede

influir en los movimientos de la especie a través de su hábitat.

I.2.1.10 Estudios de la especie en Costa Rica

En el año de 1983, Wheelwright publicó un estudio en el que se detallan varios aspectos de

la biología reproductiva de especies de plantas nutricias del Quetzal en el bosque bajo

montano en Monteverde, Costa Rica. Durante el estudio, que duró dieciocho meses,

documento un ciclo anual en la vida de los Quetzales y partes de varias épocas

reproductivas de la especie. Con el fin de determinar la dieta y movimientos estacionales de

la especie, el autor realizó muestreos bimensuales de abundancia relativa de Quetzales en

rutas de 7 km de largo registrando todos los Quetzales vistos u oídos. Los recorridos

abarcaron desde la porción alta de los bosques montanos hasta llegar al bosque seco a

menor altitud. Durante los muestreos, registro información sobre movimientos estacionales,

comportamiento alimenticio e historia natural de la especie. Como resultados, registro 43

especies de plantas nutricias de la especie. Observo que la familia Lauraceae (aguacatillo)

es la familia predomínate en la dieta del Quetzal. Observo que al parecer, los Quetzales se

movilizaron a través de su hábitat en relación a la disponibilidad de frutos de las especies

de esta familia. Además, describió detalles de la morfología de la especie que indica su

especialización para alimentarse de árboles con frutos grandes como las lauráceas y los

frutos del genero Procnias. Así mismo, describió el comportamiento reproductivo de la

especie y la dieta de los polluelos mediante la observación de varios nidos dentro del sitio

de estudio.

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Durante los años 1989 a 1991, Powell & Bjork (1995) estudiaron el uso del hábitat del

Quetzal utilizando la técnica de radió-telemetría en el área de conservación Arenal (ACA)

en el oeste de Costa Rica. El estudio demostró que las reservas existentes en esa área,

incluyendo la Reserva Biológica Monteverde y la Reserva Bosque Eterno de los Niños, no

protegen adecuadamente el hábitat del Quetzal. Para identificar el hábitat crítico para la

conservación del Quetzal, los investigadores marcaron Quetzales con radio-transmisores

con el fin de rastrearlos a través de su hábitat y a lo largo de un ciclo anual. Para el estudio,

utilizaron llevaron a cabo capturas en nidos y redes de niebla frente a árboles comedero.

Durante el estudio colocaron radiotransmisores en 19 Quetzales. A través de períodos

que variaron según el individuo, se monitorearon los movimientos a través de su hábitat.

Con el monitoreo de estas aves los autores observaron que los Quetzales tienen una

compleja migración que ocurre desde la Reserva Biológica Monteverde, en donde anidan,

hasta bosques en las zonas bajas de ambas vertientes, Pacifico y Atlántico. Las áreas en la

vertiente del Pacifico que fueron usadas por los Quetzales durante su migración se

encuentran fuera de las reservas y están fuertemente fragmentadas y frecuentemente

degradadas. Por ello, los autores concluyeron que para garantizar el futuro de los Quetzales

de esta área, deben llevarse a cabo planes que prevengan que los remanentes o parches de

bosques comiencen a aislarse de la Reserva y se conviertan en áreas inaceptables para los

Quetzales. En base a los resultados que obtuvieron propusieron un plan de conservación

regional que pretende proteger los parches de bosque, que son necesarios para garantizar

una población estable de Quetzal en el futuro. Para mantener conexiones entre estos

fragmentos y la reserva, designaron un sistema de corredores que se cree proveerá

suficientes vínculos para cumplir con el objetivo. Los corredores propuestos conectan las

principales áreas de alimentación con la Reserva y los sitios usados durante las

migraciones.

Solórzano, Castillo-Santiago, Navarrete-Gutierrez, & Oyama (2003) evaluaron los

efectos del cambio de cobertura del suelo en los bosques nublados a lo largo de la

distribución del Quetzal en cuatro regiones montañosas de Chiapas en México. El análisis

de cambio de cobertura forestal se realizó comparando imágenes satelitales de 1970 y 2000.

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Además, se realizó una simulación de la cantidad de bosques remanentes que existirá en 50

años para la región. La distribución del Quetzal utilizada se construyo en base a registros de

la literatura y registros de estudios recientes. Los resultados indican que en el año 1970 los

bosques ocupaban 973 km2 y para el año 2000 ocupan únicamente 312 km

2. Se estimó una

tasa de pérdida anual de 3.34 a 6. 85%. La simulación de perdida de cobertura forestal

sugiere que dentro de 50 años, sólo una región mantendrá bosque de este tipo. Además, se

documentaron, a través de registros de la literatura, 39 bosques en los cuales habitaba el

Quetzal. Sin embargo, para el año 2001 se encontraron únicamente 11 parches aislados de

bosque en los cuales habita esta especie. El estudio demuestra que para garantizar la

supervivencia de esta especie se deben realizar grandes esfuerzos para conservar y proteger

a la especie y su hábitat a lo largo de toda la región Mesoamérica.

En el año 2010, Siegfried, Linville & Hille compararon registros históricos y actuales

de alturas de tocones y medidas de nidos de Quetzales obtenidos en Guatemala (reportados

por Bowes & Allan, 1969) y Costa Rica (obtenidos para el estudio), con el fin de

determinar si existen diferencias en relación a la altura de los tocones electos para hacer

nidos o diferencias en relación a las medidas de construcción del nido entre las poblaciones

presentes en los dos países. Once de los registros provinieron de Atitlan en Guatemala y 10

de San Gerardo de Dota, Costa Rica. Encontraron que la altura de los tocones utilizados

para anidar en Costa Rica (promedio: 8.1 m) son más pequeños en promedio que los de

Guatemala (altura: 14 m). La altura del nido también fue más pequeña en Costa Rica (altura

promedio en Costa Rica: 6.3 m y en Guatemala: 10.8 m). Los resultados del estudio

proporcionan una mejor comprensión de los requisitos de colocación de nido artificiales

que pueden ser utilizados para contribuir a la reproducción y conservación de la especie a

lo largo de su área de distribución.

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I.2.2 JUSTIFICACIÓN

La configuración, estructura y composición del paisaje y su uso por parte de las

especies amenazadas, como el Quetzal, son importantes a considerar cuando se toman

decisiones para su protección o la de sus hábitats. Estos movimientos tienen implicaciones

importantes pues, modifican la estructura de las comunidades e implican cambios en el uso

de los recursos a nivel espacial y temporal. Además, para poblaciones pequeñas, como la

del Biotopo del Quetzal, la toma de decisiones debe incluir no solo las áreas que

constituyen el hábitat reproductivo de la especie, sino también aquellas áreas que sean

utilizadas para otras actividades (ej. alimentación o espaciamiento del territorio) así como

las áreas que sean de importancia para el flujo génico.

Por ello, es necesario identificar los recursos que el Quetzal utiliza a lo largo del año,

establecer las áreas que utiliza a lo largo de su ciclo de vida e identificar sus principales

amenazas con el fin de considerar esta información en el mejoramiento e implementación

de mejores planes de conservación de la especie y su hábitat.

El Corredor del Bosque Nuboso contiene remanentes de bosque nubosos de

importancia para la conservación de las poblaciones locales de Quetzales, que a su vez

pareciera mantienen intercambio génico con las poblaciones de Quetzales de la Sierra de

Las Minas. Por lo tanto, es necesario determinar como la configuración, estructura y

composición del paisaje puedan amenazar la conservación del paisaje.

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I.3. OBJETIVOS E HIPOTESIS

I.3.1. Objetivos

I.3.1.1 General

Evaluar la ecología, movimientos estacionales y estado de conservación de la

población de Quetzales del Biotopo para la Conservación del Quetzal que contribuya al

desarrollo e implementación de mejores planes de conservación de la especie y su hábitat

I.3.1.2 Específicos

a) Evaluar la ecología, movimientos estacionales y estado de conservación de la

población de Quetzales del Biotopo para la Conservación del Quetzal.

b) Estimar y evaluar el tamaño poblacional y propiedades demográficas de la

población de Quetzales del Biotopo del Quetzal.

c) Determinar las variaciones en el estado físico de los Quetzales del Biotopo del

Quetzal durante un ciclo anual.

d) Determinar y evaluar la relación de la configuración del paisaje con los

movimientos espacio-temporales de la población de Quetzales del Biotopo del

Quetzal.

e) Divulgar a las autoridades, actores sociales e instituciones en el campo de su

competencia la información obtenida de la investigación.

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I.4 METODOLOGIA

I.4.1 Área de estudio

I.4.1.1 Biotopo del Quetzal

El Biotopo Universitario Mario Dary Rivera para la conservación del Quetzal fue

establecido en 1,977 por iniciativa del Licenciado Mario Dary Rivera, quien lo adquirió en

usufructo de la Municipalidad de Salamá. Desde su creación le corresponde a la

Universidad de San Carlos de Guatemala su administración y protección (Paiz 1996). A

nivel mundial, esta área a sido utilizada como modelo de protección de zonas montañosas

(TNC, 1999). El área esta ubicada en la parte central del país, en el municipio de Purulhá,

en el departamento de Baja Verapaz (90º13′15′′ y Longitud 15º13′0′′). La entrada al área se

encuentra en el Km. 160.5 de la carretera CA-14. Tiene una extensión de 1,017 ha de

bosque nuboso alrededor de los cual se sitúa la zona de amortiguamiento con una extensión

de 5,241 ha.

El área del Biotopo se considerada sumamente escarpada. Esta formada

principalmente por las laderas y cumbres de dos macizos montañosos: Quisis con una

elevación máxima de 2348 msnm y Cerro Carpintero con una elevación máxima de 2011

msnm. La temperatura promedio en el área es de 18.1 ºC, con un rango promedio de 13.9

ºC a 20.4 ºC. Generalmente, las montañas del lugar se encuentran cubiertas de neblina,

característico del bosque nuboso. La lluvia registra un promedio anual de 2,092.4 mm,

siendo los meses de enero a abril los de menos precipitación y de junio a septiembre los de

mayor precipitación (Garcia 1998).

El paisaje general del área esta compuesto por fragmentos de bosque nuboso primaro

y pino-encino en diferentes estados de sucesión, así como campos de cultivo extensivos y

de sobrevivencia, pastizales y asentamientos rurales. Las comunidades que se encuentran

en la zona de amortiguamiento son Rincón del Quetzal, Río Colorado, Cuchilla del Nogal,

en Purulhá y La Unión Barrios en Salamá. El Biotopo presenta dos tipos de hábitat

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particulares. El primero ocupa la mayor parte del área representado por abundante

vegetación de bosque latifoliado que se desarrolla arriba de 1,500 msnm. Este tipo de

bosque se identifica fácilmente por la presencia abundante de helechos, musgos, líquenes,

orquídeas y tilandsias. El segundo tipo de hábitat, se encuentra en una pequeña zona al

extremo este de la reserva representado por varias especies de coníferas, principalmente por

Pinus tenuifolia (Garcia 1998).

La vegetación del Biotopo es exuberante y rica en especies, resultado de una mezcla

de formas neárticas y neotropicales, posiblemente influenciada por condiciones

microclimáticas particulares (Villar, 1986). Como usualmente esta selva se encuentra

cubierta por neblina se le denomina “selva nublada” o “bosque nuboso” y se caracteriza por

la abundancia de lianas, musgos, helechos y epifitas, principalmente orquídeas y tillandsias.

Otro rasgo importante lo constituye la presencia de numerosos árboles caídos y de tocones,

los cuales desempeñan papeles importantes dentro de la ecología de este bosque.

La riqueza de especies dentro del área es grande, habiéndose determinado hasta la

fecha un total de 326 especies distribuidas en 88 familias y 203 géneros. Las familias que

presentan mayor cantidad de especies dentro de la selva son: Orchidaceae, Polypodiaceae,

Rubiaceae, Bromeliaceae, Asteraceae y Piperaceae. Las especies se encuentran distribuidas

básicamente en siete estratos: arbóreo, arbustivo, herbáceo, lianas, epifitas, saprófito y

hemiparásito. El estrato arbóreo es muy diverso y abundante, está formado por 44 familias

y 95 especies, siendo las familias con mayor diversidad de especies arbóreas: Lauraceae

(Aguacates), Myrsinaceae (Guatitúes) y Rubiaceae. Otras familias importantes del estrato

en cuanto a diversidad arbórea son: Actinidaceae (mocos), Araliaceae (Manos de león),

Fagaceae (Encinos), Myrtaceae (Guayabillos) y Theaceae. Se estima que la densidad de

plantas en el área es de 1,461 árboles por hectárea, siendo las especies con mayor densidad

Hedyosmum mexicanum (Pata de chunto), Quercus spp. (Encinos), Hieronyma

guatemalensis (Palo colorado), Calyptranthes paxillata (Guayabillo blanco) y Myrcia

splendens (Guayabillo negro).

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I.4.1.2 Corredor Biológico Mesoamericano

La pérdida de diversidad biológica es un problema que afrontan los países

centroamericanos. A raíz de este problema, los Presidentes de Centroamérica firmaron el

Convenio para la Conservación de la Biodiversidad y Protección de las Áreas Silvestres

Prioritarias en América Central en donde se crea el Consejo Centroamericano de Áreas

Protegidas, encargado de fortalecer los sistemas nacionales de áreas protegidas, y establecer

el Corredor Biológico Mesoamericano como forma de integración ecológica de

Centroamérica (Godoy & Cardona 1996). Para el establecimiento del Corredor Biológico

Mesoamericano, es deber de cada país elaborar un informe en donde se propone un sistema

nacional de áreas protegidas unidas por corredores biológicos. La propuesta para

Guatemala fue publicada en 1996 por la Comisión Centroamericana de Ambiente y el

Consejo Nacional de Áreas Protegidas.

I.4.1.3 Corredor Biológico del Bosque Nuboso: Biotopo del Quetzal y Reserva

de la Biosfera Sierra de las Minas

Dentro de la propuesta nacional para el establecimiento de un sistema de áreas

protegidas unidas mediante corredores biológicos (Godoy & Cardona 1996), se propuso

unir al Biotopo del Quetzal con la Reserva de la Biosfera Sierra de las Minas por medio de

un sistema montañoso de bosques nubosos intermedios. En la propuesta se sugiere que este

sistema orogénico situado al noroeste de la Sierra de las Minas son la única conexión que

une los bosques nubosos de Sierra de la Minas con los bosques nubosos del Biotopo del

Quetzal y estos con los de las Verapaces. El principio básico de los corredores biológicos es

evitar el aislamiento geográfico de un área (en este caso el de las dos áreas protegidas). Este

aislamiento, que se puede interpretar como la formación de islas biogeográficas las cuales

tienen consecuencias negativas sobre la diversidad biológica (MacArthur & Wilson 1963).

Debido a las amenazas que presentan los bosques nubosos de la región en cuanto a

aislamiento geográfico y a la importancia biológica de estos ecosistemas, es importante

establecer el corredor biológico entre el Biotopo y la Sierra de las Minas, que permita y

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garantice la conservación de la biodiversidad (composición, estructura y función) de estos

ecosistemas.

Entre los objetivos generales que se proponen al establecer un corredor biológico

están (Godoy & Cardona 1996):

1. Proporcionar hábitat de residencia , como extensiones de las reservas y áreas

protegidas,

2. Permitir los movimientos estacionales de fauna silvestre,

3. Permitir la dispersión e intercambio genético entre núcleos de áreas protegidas,

tanto de flora como de fauna.

Los beneficios que ofrece el corredor biológico al permitir movimientos poblacionales

entre dos áreas, son dudosos para ciertos organismos de poca movilidad como lo son

salamandras y mamíferos menores entre otros (Haddad 1999). Estas especies podrían ser

beneficiadas por el corredor, solamente si éste proporcionara una mayor extensión a su

hábitat natural, con el objeto de albergar una mayor población de éstas especies y así no

permitir una endogamia que pudiera debilitar la poblaciones.

El área del Corredor del Bosque Nuboso, se localiza en la parte central del país; en los

municipios de Purulhá, Salamá y San Gerónimo al noreste del departamento de Baja

Verapaz. Su función, como se mencionó anteriormente, es mejorar la conectividad de la

Reserva de Biosfera Sierra de las Minas con el Biotopo Universitario Mario Dary Rivera

para la Conservación del. Este corredor Biológico tiene un área de 28, 638,9 ha, que

incluyen 9 comunidades y 8 reservas naturales Privadas. La señalización permite ubicarlo

en el tramo comprendido entre el kilómetro 172 a 142 de la carretera CA-14 que conduce

de la ciudad de Guatemala a la cabecera departamental de Cobán. El parche de vegetación

de referencia es el del Biotopo del Quetzal cuyas coordenadas son latitud 90º 13'15'' y

longitud 15º 13'0''. (CECON 1999). Dentro de esta área se encuentran distintos parches de

bosque nuboso. Los principales parches en relación a su tamaño, estado de conservación y

diversidad incluyen al Biotopo Universitario para la Conservación del Quetzal (1761 Ha),

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Posada del Quetzal (8.9 Ha), Cerro Verde (1,498.6 ha.); y Biotopín (25.3 Ha) con un área

de 2, 293.8 ha. (Mapa 2). (CECON 1999).

Mapa 2. Áreas pertenecientes al Corredor Biológico del Bosque Nuboso, Baja

Verapaz.

Fuente: www.Birdwaching.com.gt/.../mapa-verapaces1. jpg

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I.4.2 Las Variables

I.4.2.1 Variables dependientes

Abundancia de Quetzales

Movimientos de los Quetzales

I.4.2.2 Variables Independientes

Elevación

Composición del paisaje

Estructura del paisaje

Configuración del paisaje

I.4.3 Indicadores

Índice de aislamiento (IA),

Índice de geometría (IGeom)

Índice de tamaño (IT)

Mapa de usos de los Quetzales de los elementos del paisaje.

I.4.4 Estrategia Metodológica

I.4.4.1 Población y Muestra

La población esta constituida por los Quetzales del Corredor

del Bosque Nuboso y la muestra por los Quetzales avistados

en los transectos de muestreo y los Quetzales capturados y

marcados con radiotransmisores.

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I.4.5 METODO

I.4.5.1 Conteos de Quetzal

Se utilizó el método de muestreo por puntos de conteo. Este método permite

determinar presencia-ausencia de especies al igual que abundancias relativas y tendencias

poblacionales (Wunderle 1994). Inicialmente, se dividió el área en tres niveles de

elevación [nivel inferior (1,680 msnm-1,850 msnm), nivel medio (1,960 msnm-2,020

msnm) y nivel superior (2,120 msnm-2,290 msnm)]. Sobre cada nivel se establecieron dos

transectos de muestreo de aproximadamente 1 Km de largo (Mapa 3).

Mapa 3. Mapa de distribución de los transectos de muestreo de Quetzales dentro del

Biotopo del Quetzal.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Biotopo del Quetzal

Transecto 2

Transecto 1

Transecto 6

T.3 Transecto 4

Transecto 5

Entrada de Visitantes

Cerro Quisis

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45

Sobre cada transecto se marcaron 15 puntos de conteo separados uno de otro por 50 m

lineales. Cada punto fue marcado utilizando cinta forestal indicando el número de transecto

y número de punto de conteo (Figura 1).

Figura 1. Método de transectos de muestreo. En la figura se ejemplifica la forma en la

cual fueron ubicados los puntos de conteo sobre los transectos de muestreo.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Los muestreos se realizaron regularmente de 6:00 am a 11:00 a.m. Se muestreó

durante 10 minutos en cada punto, empleando no más de 5 minutos para desplazarse de un

punto de conteo al siguiente. En cada punto se registró el número de punto de conteo, la

hora y el número de individuos observados o escuchados y cuando fue posible el sexo del

individuo registrado. Una vez identificados se tomaron datos de comportamiento al

momento de la observación que incluyó actividades tales como alimentación, percha, vuelo,

canto, entre otros. De igual manera, al momento de detectar a los individuos de las especies

focales, se tomaron puntos de referencia con GPS para tener la posición exacta de las

observaciones y contar con información sobre los hábitats que las especies focales están

utilizando. Los datos fueron anotados en libretas de campo.

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I.4.5.2 Técnica de Telemetría

I.4.5.2.1 Captura de Quetzales con redes de niebla

La captura de Quetzales se realizó utilizando redes de niebla verticales y horizontales.

Las redes verticales se ubicaron en árboles comedero de Quetzal a nivel de los frutos y las

redes horizontales en sitios de paso de Quetzales. La colocación de las redes verticales

sobre árboles comedero se realizó lanzado un peso de plomo, atado a hilo de pescar. El

peso fue lanzado con una honda de hule sobre la rama de interés. Después de que el peso

logró elevar el hilo sobre la rama del árbol, se desato el peso y a ese mismo extremo se

sujetó una cuerda plástica. La cuerda plástica se haló hacia el lado contrario y a esta se

sujetó el palo con el que se elevó la red. La cuerda de sujetación se utilizó para elevar las

redes a una altura de entre 5 y 7 m, dependiendo de la altura a la que se encontraba la rama

y de la ubicación del alimento. Este sistema de poleas permitió bajar las redes hasta el suelo

cuando las aves fueron capturadas.

Por su parte, las redes horizontales se colocaron en sitios de paso de Quetzales

reconocidos dentro del área. Se colocaron utilizando tubos de metal desplegables que

permitieron elevarlas entre 4 y 5 m de altura.

Se utilizaron 5 redes verticales y de 4 a 5 redes horizontales en cada muestreo. Las

redes fueron ubicadas en varios sitios de muestreo, tanto dentro como fuera del Biotopo del

Quetzal. Los sitios fueron seleccionados en base al avistamiento de Quetzales. Se colocaron

en sitios en los que se consideró que era probable la captura de algún individuo de la

especie. La mayoría de muestreos se realizaron en la porción baja del Biotopo cerca de la

estación de investigadores y en el área de parqueos del Biotopo. Cada muestreo se prolongó

de 5 a 7 días. Generalmente, se realizaron de 5:30 am a 5:30 pm, los días muestreados. En

cada muestreo se registró la fecha, número de redes empleadas, hora de inicio y finalización

del muestreo y los nombres de investigadores encargados. Después de ser extraídas de la

red, las aves fueron colocadas en sacos de manta para ser transportados al sitio de

procesamiento. Para cada individuo se tomaron los siguientes datos: especie, sexo, peso (en

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gramos) y edad (cuando fue posible). Los datos de captura se registraron en boletas de toma

de datos. Posteriormente, las aves fueron liberadas.

I.4.5.2.2 Procesamiento de Quetzales capturados

Después de ser extraídos de las redes, los Quetzales capturados fueron introducidos en

bolsas de manta individuales y transportados al lugar de procesamiento. Se anotó la fecha,

hora de captura, localidad y ubicación de la red. De cada individuo se tomaron datos de

peso, largo de la cola, ancho del tarso, largo y ancho del pico, porcentaje de grasa corporal

y sexo. También, se anotó la condición reproductora de los individuos capturados, el grado

de desarrollo del plumaje (principalmente de las plumas de la cola) y la medida alar. La

condición reproductora se estableció mediante la identificación de los diferentes estadios de

la protuberancia cloacal y el parche de incubación, en base a los códigos propuestos por

Ralph et ál. (1996). Además, se estableció la edad aproximada de los individuos

(generalmente mediante la inspección del cráneo y/o del plumaje) tomando como base los

códigos propuestos por el mismo autor.

I.4.5.2.3 Marcaje con radiotransmisores y liberación de Quetzales marcados

Después del registro de datos morfológicos de los Quetzales capturados, se llevó a

cabo la colocación de los radiotransmisores. Se utilizaron radiotransmisores marca

TELENAX, modelo TXN-008B, fabricados en México (Figura 2). Los radiotransmisores

fueron diseñados para emitir señal durante por lo menos 7 meses (tiempo de duración de la

batería), con un rango de cobertura de 20 km (en línea recta y sin obstáculos), con

frecuencias MHz individuales. Los radiotransmisores se sujetaron a la espalda de los

Quetzales por medio de un arnés de cintas de teflón. El teflón es un material flexible,

liviano e impermeable. Los radiotransmisores cuentan con espacios que permiten la

sujetación de cuerdas de amarre. Las cintas de teflón salen de estos espacios de sujetación,

se cruzan en el pecho de las aves y pasan por debajo de sus alas, para juntarse de nuevo en

la parte inferior del transmisor en la porción baja de la espalda del animal. Los extremos de

las cintas de teflón fueron aseguradas con puntadas hechas con hilo de algodón. El arnés y

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el radiotransmisor en conjunto pesaron menos de 6 gramos, lo que equivale a un 3% del

peso promedio de los Quetzales (225 g. individuo adulto); por lo que se considera que su

peso no afecta significativamente el comportamiento del animal y no causa ningún daño.

Figura 2. Radiotransmisores Marca Telenax, utilizados durante el estudio. a) Vistas

ventral y b) Vista lateral.

Fuente: http/.www.telenax.com.mx

La recepción de la señal se realizó utilizando radioreceptores Marca Telenax, modelo

RX-TLNX, fabricados en México (Figura 3). Los radioreceptores y la antena de recepción

metálica que se utilizó (Figura 4), tienen la capacidad de recibir señal de radiotransmisores

ubicados a más de 20 Km de distancia (línea recta y sin obstáculos).

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Figura 3. Radioreceptor Marca Telenax utilizados durante el estudio.

Fuente: http/.www.telenax.com.mx

Figura 4. Antena receptoras de señal de radio marca Telenax utilzadas durante el

estudio.

Fuente: http/.www.telenax.com.mx

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I.4.5.2.4 Rastreo de Quetzales marcados

Los monitoreos se realizaron siguiendo los movimientos de los Quetzales marcados

mediante la búsqueda y rastreo de la señal de radio de cada individuo. De esta forma se

estudian los desplazamientos de los individuos en su hábitat, se determinan los rangos

hogareños y se obtiene información sobre sus hábitos alimenticios, comportamiento

reproductivo, interacciones inter-especificas e intra-especificas, entre otros.

Los rastreos se realizaron durante varios días al mes los meses muestreados. Los

rastreos iniciaron los días posteriores a la puesta de los radiotransmisores en los individuos

capturados y se prolongaron hasta que la batería de los mismos se agotó. Los rastreos se

realizaron regularmente de 5:00 am a 5:30 pm los días muestreados. Durante los rastreos se

registraron los movimientos de los individuos y se realizó una descripción de sus

actividades y comportamiento (ej: alimentción, descanso, acicalamiento, desplazamientos,

entre otras). Además, se realizó una descripción general de los sitios que visitaron. Esta

descripción incluyo, tipo hábitat (Bosque Nuboso, Bosque de Pino-Encino, Bosque de

regeneración, entre otros), altitud, datos de georeferenciación, grado de conservación del

lugar, tipo de alimento disponible, tipos de parches de bosque más cercanos, entre otros.

Todos los datos fueron registrados en libretas de campo e ingresados a la base de datos de

rastreos del proyecto.

I.4.6 La Técnica Estadística

I.4.6.1 Análisis

I.4.6.1.1 Conteos de Quetzales

Inicialmente, se realizó un análisis exploratorio de los datos y se generaron graficas de

tendencias. A partir de los datos obtenidos en los conteos de Quetzales se determinaron los

cambios de frecuencias de avistamiento de Quetzales por nivel altitudinal. Para determinar

si existió diferencia significativa sobre la frecuencia de avistamientos se realizaron pruebas

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de Kruskal-Wallis entre los meses y entre los transectos; considerando como significativos

valores menores a 0.05.

I.4.6.1.2 Análisis del Paisaje

Con la utilización de un sistema de información geográfica se elaboraron mapas de

cobertura y mapas fotográficos de las áreas pertenecientes al Corredor Biológico del

Bosque Nuboso a partir de ortofotos del año 2006. Los principales elementos digitalizados

fueron bosques, cultivos, centros poblados, carreteras y ríos. Sobre estos mapas se ubicaron

los puntos en los que se registraron los Quetzales marcados con el fin de analizar los

patrones de movimientos, cambios de elevación y uso del hábitat de la especie.

Con respecto al análisis del paisaje del Corredor Biológico del Bosque Nuboso, las

variables analizadas se definieron de la siguiente manera:

Distancia entre parches: continua

Perímetro: continua

Tamaño: continua

Para obtener el perímetro y tamaño de parche se utilizó el comando “Table

Operation/Calculate…” de Xtool Pro para ArcGis Desktop. Este comando agregó

directamente a la tabla de operaciones las áreas y perímetros, sin necesidad de activar la

edición del archivo de cobertura.

Para obtener las distancias del parche de colecta hacia el resto de fragmentos se

generó inicialmente una red de 100 puntos en todo el perímetro de los fragmentos de

bosque digitalizados a través del comando “Feature Conversions/Convert Features to

points” de Xtool Pro, luego se medieron las distancias a través del comando “Analysis

Tools/Distances Between points” de Hawths Analysis Tools. Por último, se obtuvo el

promedio de las distancias. Finalmente se generaron índices de aislamiento (IA), geometría

(IGeom) y tamaño (IT). Cada uno de los índices se representa en las siguientes ecuaciones:

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Ecuación 1. IA= Distancia prom. parche X1..n / Distancia prom. mayor

Ecuación 2. IGeom= 1 / (1-(Área/Perímetro))

Ecuación 3. IT= Área parche X1..n / Área del parche más grande

Por último, se generó un Índice de Conservación del paisaje, el cual se explica en la

siguiente ecuación:

Ecuación 4. ICP= IT * IGeom * (1/IA)

De tal manera que los fragmentos con valores más altos presentarán hábitats menos

perturbados y viceversa.

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PARTE II

I. MARCO TEÓRICO

I.1 Transformación del paisaje y biodiversidad

La acelerada pérdida de la biodiversidad en las últimas décadas a nivel global se

atribuye principalmente a la pérdida de la cobertura forestal producto del cambio del uso

del suelo y a otras actividades como la cacería, introducción de especies exóticas y

extracción de especies silvestres de su hábitat para comercio ilícito (Bradshaw et al. 2009,

Hannon et al. 2001). Algunos desastres naturales como inundaciones, erupciones

volcánicas, cambio climático, enfermedades infecciosas y dispersión de especies invasoras;

entre otras, también producen la pérdida de biodiversidad aunque no con la magnitud que

ocasiona la modificación del paisaje producto de las actividades humanas (Gillespie 2008,

Smith et al. 2006, Ambrose 1998).

Los procesos asociados al cambio del paisaje actúan, en la mayor parte de casos, de

forma simultánea y deben ser abordados desde una perspectiva de paisaje, principalmente

porque (Watts et al. 2005): 1) la persistencia de poblaciones viables de muchas especies

dependen de la red de parches de hábitat, 2) muchas especies utilizan recursos en áreas

separadas espacialmente y se mueven a través del paisaje para supervivir, 3) algunos

fenómenos que ocurren en determinado parche están relacionados con la combinación de

las condiciones de otros parches y del paisaje que los rodea y 4) el arreglo espacial de los

parches afecta los procesos ecológicos tales como la dispersión, patrones de forrajeo,

incrementa las perturbaciones naturales y flujos físicos.

En general se pueden describir cinco procesos mediante los cuales el paisaje puede ser

modificado: perforación, disección, fragmentación, eliminación y reducción del hábitat. El

impacto causado por estos procesos ocasiona la disminución en el tamaño promedio de los

parches, el incremento en la distancia promedio entre los parches, la disminución de la

conectividad entre parches y un incremento en el radio borde:tamaño. Todos los efectos

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negativos sobre la biodiversidad producidos por estos impactos pueden verse

incrementados por los cambios en los flujos de los procesos físicos y de nutrientes (Fisher y

Lindenmayer 2007).

I.2 Efectos de la Fragmentación sobre la diversidad Biológica

Las principales tendencias que se han producido en la dinámica de los paisajes a nivel

mundial durante las últimas décadas son la reducción y fragmentación de hábitats naturales

y la homogeneización de los paisajes agrícolas (Jongman, 2002). Ambas tendencias,

estrechamente relacionadas entre sí, se han producido por profundos cambios en los usos

del suelo y en las prácticas de aprovechamiento de los agrosistemas (Díaz, 2001). Así,

presentan una vital importancia las actividades antrópicas, manifestadas en los usos del

suelo del territorio y en las prácticas de manejo de los ecosistemas, como agentes

moldeadores de los paisajes humanizados, en general y de los procesos de fragmentación,

en particular.

La fragmentación se manifiesta, no sólo como proceso, sino como patrón dentro del

espacio geográfico. Es por esto que la disposición espacial de los fragmentos de hábitat en

el territorio influye sobre la movilidad de las especies silvestres entre los mismos y por

ende, sobre la dinámica de poblaciones.

Dentro de las consecuencias sobre los procesos ecológicos derivadas de variaciones de

los patrones espaciales del paisaje, se encuentran las que sobre la vida silvestre se producen

por efecto de procesos de fragmentación de hábitats. Éstos, en términos funcionales se

traducen en pérdidas de conectividad ecológica, entendida como la capacidad con la que

cuenta el paisaje para permitir los desplazamientos de determinadas especies o poblaciones

entre los remanentes de hábitat con recursos (Taylor et al., 1993). La conectividad

ecológica mantiene una serie de procesos vitales entre los que destacan los desplazamientos

de los organismos para alimentarse, refugiarse, reproducirse o dispersarse. Sin ellos, la

supervivencia de la mayor parte de los organismos silvestres se ve seriamente

comprometida.

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En la medida en que los procesos de reducción y fragmentación de hábitats son

apuntados por la comunidad científica como una de las principales causas, si no la

principal, de la actual crisis de biodiversidad (Primack , 2002; Fahrig, 2003; Crooks y

Sanjayan, 2006), se buscan y plantean soluciones aplicadas para hacer frente a esta

problemática, de forma que la conservación y, en su caso, la restauración de la conectividad

del paisaje conforma una de las principales líneas de investigación y planificación en la

actualidad.

I. 3 Efectos de la Fragmentación sobre la Vida Silvestre

Efectos sobre la composición y riqueza de las comunidades biológicas

En general, se derivan ciertas tendencias en cuanto a la composición de las

comunidades biológicas en paisajes fragmentados. Por un lado, la reducción de los hábitats

naturales o seminaturales, favorece el incremento demográfico de especies generalistas y el

descenso de las especialistas (Gascon et al., 1999). Además, diversos autores han

constatado que la homogeneización y fragmentación del paisaje provoca un mayor

incremento de las especies invasoras (Rivard et al., 2000, With et al., 2002; Bakker y

Wilson, 2004). En el extremo opuesto, en las grandes reservas naturales, escasas a nivel

mundial, las especies asociadas a los hábitats de interior bien conservados representan la

mayor parte de los organismos de la comunidad biológica.

La Teoría de la Biogeografía de Islas (Macarthur y Wilson, 1967) supuso una primera

aproximación a la dinámica de la composición de las comunidades en fragmentos. La

evidencia de que, para un hábitat homogéneo, contienen menos especies las islas alejadas

del continente y las ínsulas menores respecto a las de mayor superficie, constituyó el punto

de partida de esta teoría. Concretamente, propone que el número de especies que forman la

comunidad biológica de una isla tiende a un equilibrio dinámico determinado por un

balance entre la tasa de colonización de nuevas especies y la tasa de extinción de taxones

residentes en la misma. La tasa de colonización depende fundamentalmente del

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distanciamiento de la isla respecto al continente, mientras la tasa de extinción de especies

es mayor cuanto menor es el área de la isla. Su modelo se extrapoló al caso de los hábitats

naturales del continente en paisajes fragmentados, por tratarse de manchas rodeadas de

hábitats de carácter antrópico, funcionando como “islas” naturales en un “mar” de espacios

transformados. No obstante, es preciso señalar que actualmente la teoría insular se

considera desfasada, especialmente en el plano de la gestión ambiental, dado que parte de

un modelo espacial simplificado que no considera la heterogeneidad del paisaje y otras

variables como la calidad del hábitat.

Con base en la teoría insular, Diamond (1975) propuso una serie de reglas para el

diseño de redes de reservas, fundamentadas en que una reserva grande preserva más

especies que varias menores y en que las reservas deben encontrarse lo más cerca posible

unas de otras. Esto abrió un amplio debate durante los años 1970 y 1980 al que se le dio el

nombre de SLOSS (Single Large or Several Small). Los opositores argumentaban que es

posible encontrar un mayor número de especies en varias reservas menores separadas

geográficamente, dada la mayor diversidad de hábitats (Simberloff y Abele, 1976;

Simberloff, 1982). No se consiguió alcanzar un consenso, debido a que no existe un patrón

universal por el que se pueda validar una determinada regla al respecto. El debate SLOSS

contribuyo a que en el año 1979 diera inicio el mayor proyecto de investigación sobre los

efectos de la fragmentación forestal que se ha realizado en el mundo. El proyecto

Dinámicas Biológicas en Fragmentos Forestales (Biological Dynamics of Forest Fragments

Project, BDFFP) sustentado por el Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical de

Panamá y el Instituto Nacional para la Investigación Amazónica de Brasil. El proyecto

planta el seguimiento de las dinámicas en fragmentos boscosos de diferentes tamaños.

Después de 26 años de investigación, el proyecto ha dado lugar a notables y numerosas

aportaciones (Laurance y Bierregaar, 1997; Bierregaard et al., 2001).

En base a los fundamentos de la teoría insular, es preciso destacar que la relación

especies-área, que responde a una mayor riqueza a medida que aumenta el tamaño de una

mancha de hábitat (Preston, 1962), constituye una de las reglas ecológicas más estudiadas y

consensuadas (Rosenzweig, 1995). No obstante, se ha apuntado que esta relación especies-

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área podría cumplirse de forma genérica a partir de una superficie mínima dada, teniendo

en cuenta que en los parches más pequeños la riqueza variaría independientemente de la

superficie, fenómeno que se ha denominado efecto de las islas pequeñas (Lomolino, 2000).

Según Lomolino y Weiser (2001) el tamaño crítico de las manchas a partir del cual la

riqueza varía con la superficie es generalmente mayor en mamíferos no voladores,

intermedio en aves, reptiles y coleópteros, y menor en plantas. En general, los animales de

mayor tamaño requieren de dominios vitales más extensos en comparación con los de

menor tamaño, los carnívoros más amplios que los herbívoros, los endotermos mayores que

los ectotermos y los gregarios superiores a los solitarios.

De esta manera, la reducción de los bosques provoca procesos de extinción local en

cadena, comenzando por las especies forestales que presentan menor densidad poblacional

por unidad de superficie (Tellería y Santos, 1999; Tellería, 2001). Por ejemplo, Díaz et al.

(2000) comprobaron en dos sectores de la meseta septentrional ibérica que la lagartija

colilarga (Psammodromus algirus) se encuentra en fragmentos boscosos de un tamaño

mínimo de 90 ha. Sugieren que la mortalidad supera a la natalidad en los fragmentos más

pequeños, debido fundamentalmente a la mayor tasa de depredación sobre la especie

debido al efecto de borde. Todo esto se relaciona con la noción de área mínima viable de

las especies (Shaffer, 1987) y con el concepto de los umbrales ecológicos (ecological

thresholds) (Huggett, 2005).

En el campo de estudio de los procesos de fragmentación y pérdida de conectividad

poblacional, un umbral sucede cuando la respuesta de una especie o un grupo de especies

no es lineal a la pérdida del hábitat, sino que cambia abruptamente a cierto nivel de pérdida

(Turner y Gardner , 1991; With y Crist, 1995; With y King, 1999; Toms y Lesperance,

2003; Mandujano y Estrada, 2005; Schultz y Crone, 2005). De esta forma, la identificación

de umbrales críticos de fragmentación y distancia de aislamiento para las especies es una de

las prioridades de investigación en territorios con intervención antropogénica (De Lucip et

al., 2003). Además, es importante que en base a ellos se pueden establecer prioridades para

desarrollar acciones de conservación de especies o grupos de especies, así como optimizar

los recursos necesarios para su ejecución (Radford et al., 2005).

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Se ha detectado además un patrón general en base al cual la densidad de individuos de

las especies asociadas a un hábitat disminuye a medida en que el tamaño de fragmento se

reduce (Connor et al., 2000; Bowman et al., 2002; Tischendorf et al., 2005), superando así

los modelos simplificados en los que la densidad de una población se mantiene constante,

al crecer el número de individuos linealmente con el área disponible. En general la relación

densidad-área estaría condicionada fundamentalmente por el balance emigración

inmigración en los parches a medida que varía el tamaño de éstos, de forma que en función

de la sensibilidad de la especie a los bordes (Tischendorf et al., 2005), de su capacidad

dispersiva y comportamiento inmigratorio (Bowman et al., 2002) dicha relación puede ser

positiva o negativa (Debinski y Holt, 2000; Bender et al., 1998).

Numerosas especies hacen uso de diversos tipos de parches para completar sus ciclos

de vida. Esto se relaciona con el concepto de unidad funcional, definido por Merriam

(1984) como el conjunto de elementos paisajísticos utilizados por una especie en su ciclo de

vida. Así, las especies multi-hábitat, que son aquellas que requieren de diferentes elementos

paisajísticos para realizar sus funciones y completar su ciclo vital, se asocian

necesariamente a paisajes heterogéneos (Law y Dickman, 1998). Además, la coexistencia

de distintos grupos de especies, asociados a diferentes tipos de hábitat, es una circunstancia

que incrementa la biodiversidad global y que se produce en paisajes estructuralmente

heterogéneos (Pino et al., 2000; Atauri y De Lucio, 2001). De hecho, la teoría de la

heterogeneidad del hábitat predice que una mayor heterogeneidad del paisaje se asocia con

una mayor biodiversidad, al existir una mayor diversidad de tipos de hábitats (Williams,

1964), de forma que en general las áreas mayores, al contener un rango más amplio de

diferentes recursos, presentan mayor riqueza de especies que las menores. No obstante, esto

no siempre es cierto ya que la disposición y las características de los elementos del mosaico

paisajístico, además de factores históricos y biogeográficos, tienen un papel decisivo en la

configuración de las comunidades tradicionales con áreas y retazos de vegetación natural

(Gonzales Bernaldez, 1981; Farina, 1998; Blodel y Aronson, 1999).

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Así, la homogeneización de los paisajes agrarios, como consecuencia de la

intensificación de los aprovechamientos, ha provocado la pérdida de numerosas especies

asociadas a los agrosistemas tradicionales (Tucker, 1997; Donald, 2004). También el

abandono de la actividad agrícola en áreas menos productivas causa, en numerosos casos,

la disminución de la diversidad biológica asociada al territorio (Gonzales Bernalde, 1991;

Naveh, 1994; Diaz et al. 1998; Suarz-Seoane et al., 2002), al existir una numerosa

comunidad de organismos adaptados a los agrosistemas estructuralmente heterogéneos. No

obstante, niveles altos de heterogeneidad pueden estar asociados a un elevado grado de

fragmentación de los hábitats y a la consiguiente presencia de manchas muy pequeñas

incapaces de albergar poblaciones viables de ciertos organismos. Así, el incremento de la

diversidad asociado a la heterogeneidad puede presentar un valor máximo por encima del

cual empiece a disminuir (Santos y Tellería, 1998).

I. 5 Efecto borde sobre los fragmentos de hábitat

Fruto de los procesos de fragmentación, el aumento de la relación perímetro/

superficie de los fragmentos de hábitat en el paisaje provoca la mayor permeabilidad de

éstos ante la influencia de los ambientes periféricos. Los diversos procesos asociados que

inciden sobre las dinámicas y condiciones que tienen lugar en los fragmentos son conocidos

como “efecto borde” (Murcia, 1995; Laurance, 1997; Wolf y Batzli, 2002; Desrochers et al,

2003; Schtickzelle y Baguette, 2003). El efecto borde decrece conforme aumenta la

distancia hacia el interior del fragmento, aunque de manera diferente en cada caso. La

importancia de las alteraciones ecológicas causadas por el efecto borde sobre los

fragmentos es modulada por el carácter más o menos abrupto del ecotono, lo cual depende

en buena medida del grado de contraste entre el hábitat fragmentado y los medios que le

rodean.

Así, los efectos en fragmentos embebidos dentro de una matriz estructuralmente

similar al hábitat original serían menores a los inmersos en un entorno hostil para la biota

asociada al hábitat del fragmento (Lindenmayer y Franklin, 2002). En función del grado de

contraste estructural y condiciones de naturalidad, se diferencian las transiciones entre

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hábitats de “borde duro” y “borde blando” (Wiens et al. 1985). Las primeras poseen un

elevado contraste y son más frecuentes en paisajes transformados, mientras las segundas

presentan cambios graduales y una mayor transitabilidad por especies de fauna silvestre.

Así, a pesar del aumento de la heterogeneidad ambiental que introducen en el paisaje

los ecotonos o zonas de transición entre ecosistemas, que poseen flora y fauna

características y pueden actuar como una comunidad funcional distinta de las otras dos que

contactan (Odum, 1958), cuando presentan una elevada proporción en superficie respecto al

hábitat de interior, éste sufre procesos de degradación progresiva por efectos de borde a

diferentes niveles. En pequeños fragmentos el efecto borde llega a afectar a la totalidad de

la superficie de los mismos. Por todo ello, la proporción de superficie de borde en relación

al área de los fragmentos tiene gran importancia en el efecto global que la fragmentación

provoque sobre el hábitat.

En primer lugar, cabe destacar que la fragmentación de los bosques provoca

modificaciones en el microclima interno (Didham y Lawton, 1999), por incremento de la

insolación y de la exposición al viento, a las lluvias y a las heladas en los fragmentos.

Como consecuencia, los regímenes de humedad y temperatura se ven alterados en los

fragmentos boscosos (Lovejoy et al., 1986). Estos cambios tienen efectos sobre la

estructura y composición de la vegetación, con las consiguientes repercusiones sobre la

comunidad faunística asociada (Palil y Murphy, 1990; Balde, 1999). Ésta se ve afectada

tanto por la variación de los recursos vegetales disponibles como por el aumento de la

vulnerabilidad ante los cambios climáticos. Asimismo los bordes pueden afectar a las

interacciones bióticas. El predominio de las áreas de borde incide sobre las interacciones

entre las especies de la comunidad biológica (Fagan et al., 1999; Matlack y Litvaitis, 1999).

A través de los bordes los fragmentos pueden recibir la penetración de organismos

generalistas y la invasión de especies exóticas, así como sustentar una mayor presencia de

especies asociadas al propio ecotono o a la matriz.

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Así, debido al efecto borde, plantas invasoras pueden llegar a desplazar a especies

nativas que proveen alimento a la fauna forestal. Además, derivada de la presencia de

especies invasoras animales, la mayor competencia por los recursos alimenticios, como

frutos y semillas, puede dañar la capacidad de regeneración de la vegetación del fragmento

así como comprometer la supervivencia de especies especialistas del hábitat por exclusión

competitiva (Barrett et al., 1994). A su vez, al aumentar la proporción de bordes en los

fragmentos de hábitat, aumenta la accesibilidad de especies depredadoras que habitan en la

periferia sobre aquellos taxones faunísticos de interior que constituyen presas para aquellas.

Estas últimas son algunas de las razones por las que determinados autores también han

puesto en cuestión el diseño de corredores más o menos lineales o estrechos entre manchas

de hábitat (Del Barrio, 2000; De Lucio, 2003).

Por otro lado, en algunos estudios se ha comprobado un descenso en el éxito

reproductor en los bordes de fragmentos forestales, al ser mayor la depredación de huevos y

el parasitismo de nidos (Wilcove, 1985; Andrén Y Angelstam, 1988; Willson et al., 2001),

si bien en otros estudios no se han detectado diferencias entre bordes e interior (Andrén,

1995; Chalfoun et al.; 2002 y Stephens et al., 2003 para revisiones). Las características

estructurales del borde afectan en gran medida a la tasa de predación de nidos, de forma

que los de vegetación más densa presentan mejores tasas de éxito reproductor (Hartley y

Hunter, 1998). Como consecuencia de estas interacciones biológicas pueden producirse

diversos efectos secundarios en cadena. Por ejemplo, la reducción poblacional de

organismos polinizadores y dispersadores de semillas puede afectar a la subsistencia de los

fragmentos a largo plazo. Asimismo, la menor abundancia de aves insectívoras puede

conllevar un aumento de insectos fitófagos y el incremento de los índices de defoliación de

las plantas. Entre las actividades antrópicas que se desarrollan en la periferia de fragmentos

de hábitat que pueden producir efecto borde sobre éstos, se encuentran aprovechamientos

agrícolas intensivos, en la medida que provocan la contaminación del suelo mediante el uso

los fertilizantes y fitosanitarios.

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Además, la ocurrencia de plagas en los fragmentos puede aumentar por su proximidad

a las zonas agrícolas. El ganado, por su parte, puede afectar a la regeneración de las plantas

situadas en el borde del fragmento por la fuerte presión que ejerce sobre yemas, frutos y

semillas. Tanto es así, que en fragmentos residuales de escasa superficie el conjunto de

herbívoros silvestres y domésticos puede consumir la totalidad de la producción de frutos y

semillas. En cuanto a la frecuentación de personas que acceden a la periferia o interior de

los fragmentos, actividades como la tala de ramas y troncos, las molestias a la fauna, el

furtivismo y el abandono de basuras contribuyen a la degradación del hábitat. El impacto de

estas actividades fluctúa dependiendo de la época en que se lleven a cabo. Así, sería

máximo en época de celo y cría y mínimo, en periodo de hibernada o reposo.

I. 6 Efectos sobre la dinámica de poblaciones

La pérdida de efectivos en las poblaciones y el paulatino aislamiento de éstas respecto

a otros grupos de individuos son los principales factores estrechamente relacionados con los

procesos de reducción y fragmentación de hábitats que causan problemas de inviabilidad a

numerosas especies silvestres en paisajes humanizados. En primer lugar, los procesos de

reducción y fragmentación del hábitat provocan localmente una paulatina disminución del

número de individuos en las poblaciones de organismos silvestres que dependen de él. En

este sentido, los cambios en los patrones de abundancia producto de la fragmentación del

hábitat pueden responder a fenómenos demográficos que modifican el crecimiento de las

poblaciones que habitan los fragmentos (Dooley y Bowers, 1998; Jules, 1998; Bruna y Oli,

2005).

En este contexto, el concepto de población mínima viable (MVP, mínimum viable

population) (Shaffer, 1981; Gilpin y Soulé, 1986), es un estimador del número mínimo de

individuos de una población aislada que tiene máximas probabilidades de sobrevivir a largo

plazo, dada su capacidad de evitar o superar posibles factores negativos que pueden

conducir a la especie a la extinción (estocasticidad demográfica, ambiental y genética, y

catástrofes naturales). Complementariamente, el concepto de área mínima viable (MVA,

mínimum viable area) (Shaffer, 1987; Whittaker, 1998; Brook, 2003) se refiere a la

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superficie mínima de hábitat aislado que necesita la población para sobrevivir, es decir, el

área que requiere la población mínima viable para mantenerse. Más allá de la reducción del

tamaño de una mancha de hábitat preexistente, ésta puede quedar dividida en varios

fragmentos, de forma que a la reducción de superficie total de hábitat se le suma la

discontinuidad del mismo en el espacio. Las poblaciones afectadas no sólo dispondrán de

menor superficie de hábitat, sino que además tendrán que atravesar espacios transformados

de la matriz para moverse entre las teselas con recursos. Así, dentro del dominio vital de la

especie, ésta debe ser capaz de acceder a sus lugares de alimentación, refugio o cría y, en su

caso, de realizar los desplazamientos estacionales que requiera.

Asimismo la especie ha de ser capaz de realizar desplazamientos dispersivos con los

que mantener ciertos niveles de intercambio genético entre poblaciones y con los que

eventualmente ocupar territorios adecuados en los que asentarse. Por tanto, la conectividad

ecológica, entendida como la capacidad del territorio para permitir el desplazamiento de las

especies entre las teselas con recursos, se configura como un aspecto vital en la dinámica de

las poblaciones fragmentadas.

Además, es preciso tener en cuenta que puede haber sectores de hábitat óptimos donde

una especie prospere y sectores subóptimos donde ésta se mantenga gracias al aporte de

individuos procedentes de hábitats mejores. Esta forma de interacción poblacional con el

medio responde al Modelo Fuente-Sumidero propuesto por Pulliam (1988), en base al cual

la presencia de una especie en los hábitats sumidero está supeditada a que exista una

inmigración continua de individuos desde los hábitats fuente. El grado en que los procesos

de fragmentación y homogeneización del paisaje afectan a la conectividad de las

poblaciones determina en gran medida la viabilidad de las especies en el paisaje. Si los

efectivos de una especie que habitan el conjunto de parches separados presentan altas tasas

de desplazamiento entre los mismos, siguen formando una población. En cambio, si la

permeabilidad de los espacios que rodean los fragmentos al flujo de los individuos

disminuye de tal manera que éstos presentan tasas medias o bajas de dispersión, puede

decirse que la población tiende a dividirse en varias subpoblaciones. En esta línea, los

organismos pueden distribuirse en un conjunto de poblaciones locales que habitan en los

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fragmentos y que mantienen un cierto intercambio de individuos entre sí, de tal forma que

muestran una distribución groseramente continua. Este modelo de distribución y de

relaciones dio lugar al concepto de metapoblaciones, introducido por Levins (1970). Por

último, si el flujo de organismos entre los fragmentos es muy bajo o nulo, cada parche

contiene una población distinta.

La dinámica de metapoblaciones es el enfoque más utilizado en el estudio de las

poblaciones fragmentadas, ya que la presencia de poblaciones locales distribuidas en

diferentes parches conectadas por migración limitada constituye, además de un patrón

común en especies asociadas a hábitats fluctuantes o con perturbaciones frecuentes, el

estadío más habitual en el que se encuentran las especies afectadas por procesos de

fragmentación de hábitats. Así, numerosas especies se distribuyen en grupos de poblaciones

locales relativamente pequeñas que habitan manchas de hábitat separadas e interactúan a

través de individuos que se mueven entre ellas. Estas poblaciones locales interactuantes

forman en su conjunto una metapoblación. Si bien las poblaciones locales son por su

pequeño tamaño propensas a la extinción, la metapoblación persiste mientras se mantenga

un equilibrio entre extinciones locales y recolonizaciones de parches (OPDAM, 1991;

Hanski y Gilpin, 1997; Hanski, 1999). De esta forma, la dinámica de la metapoblación

determina la persistencia regional de una especie.

Sin embargo, si se produce un descenso en los niveles de conectividad ecológica en el

paisaje, el intercambio de individuos entre parches disminuye, al igual que las tasas de

colonización, de forma que las poblaciones locales van quedando aisladas. La disminución

de la conectividad entre las poblaciones puede deberse al aumento de la distancia entre

fragmentos, a cambios en las características de la matriz, que la hacen menos permeable, o

a una combinación de ambos factores. De esta forma, las poblaciones locales, que por su

pequeño tamaño eran de por sí tendentes a la extinción, ven aumentada esta tendencia

debido a su aislamiento. El escaso o nulo intercambio genético con otras poblaciones

locales, la gran dificultad para ser suplementadas por individuos de otra población o la

práctica imposibilidad para colonizar parches vacíos hacen que la metapoblación deje de

funcionar como tal. Las bajas tasas de inmigración en los fragmentos impiden que se

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65

produzca el denominado efecto rescate (Brown y Kobric-Brown, 1977), que favorece la

viabilidad de las poblaciones mediante la suplantación de poblaciones reducidas y de

incluso parches vacíos mediante individuos inmigrantes. Se llega así al estadio en que se

forman poblaciones distintas, sin intercambio de individuos, lo cual las hace muy

vulnerables ante factores determinísticos y estocásticos de extinción.

Por todo, el aumento de la vulnerabilidad de las poblaciones fragmentadas, afectadas

por la reducción demográfica y el aislamiento genético, tiene como consecuencia última

que se desencadenen procesos de extinción de especies, ya sea a escala local, regional o

global. La incidencia de todo tipo de perturbaciones sobre estas poblaciones pequeñas y

genéticamente mal dotadas, acelera los procesos de extinción.

Así, cuanto más pequeña (menor número de efectivos) es una población aislada, más

vulnerable es. Esto se debe a que una población numerosa tiene mayor capacidad para

responder a los procesos determinísticos y menor sensibilidad a los procesos estocásticos

que pueden llevarla a la extinción. Los procesos determinísticos de extinción son aquellos

que tienen una relación causa-efecto sobre las poblaciones y generalmente son generados

por las actividades antrópicas (como la degradación del hábitat, la introducción de especies

depredadoras, la caza, etc.). Los factores estocásticos de extinción, en cambio, son

aleatorios e impredecibles, pudiendo dividirse en los siguientes:

- estocasticidad demográfica, que se refiere a variaciones aleatorias en parámetros

poblacionales como la tasa de natalidad, la tasa de mortalidad o la sex ratio.

- estocasticidad genética, derivada de procesos genéticos aleatorios que pueden

cambiar las características genéticas de la población (pérdida de variabilidad genética,

incremento de las mutaciones, etc.)

- estocasticidad o incertidumbre ambiental, causada por enfermedades, por

variaciones impredecibles en el clima, en los recursos alimenticios, en las poblaciones de

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66

competidores, depredadores y parásitos, etc. También dentro de este grupo aparecerían las

catástrofes naturales, como incendios, inundaciones o terremotos.

Como factor de extinción notablemente fomentado por la fragmentación del hábitat

cabe destacar la estocasticidad genética. Fruto de la consanguinidad y de la deriva genética

en poblaciones pequeñas y aisladas, la pérdida de variabilidad genética de la población

puede impedir a ésta adaptarse y responder a cambios del medio o superar problemas con

los que ya se había enfrentado eficazmente en el pasado. Así, como consecuencia del alto

grado de apareamientos entre individuos emparentados (cruzamientos consanguíneos) en

las poblaciones pequeñas y aisladas, se modifican las frecuencias génica, genotípica y

fenotípica. El problema que plantea la endogamia o consanguinidad en la población es que

alelos recesivos deletéreos pueden alcanzar altas concentraciones y manifestarse en muchos

de los individuos de la misma, produciendo una disminución de la adaptación y del

rendimiento biológico. Además de la consanguinidad o endogamia, la deriva genética es

otro problema genético que afecta a poblaciones pequeñas y consiste en la pérdida aleatoria

de variabilidad genética. Cuando el número de efectivos es reducido, crece la probabilidad

de que algunos alelos se pierdan porque ninguno de los individuos que lo poseen lo

transmite a la descendencia.

Además de los problemas de viabilidad genética, en las etapas finales de los procesos

de fragmentación, tal y como advierten Santos y Tellería (2006), se pueden producir efectos

negativos sobre la condición corporal y la estabilidad durante el desarrollo de los

individuos (Lens et al., 1999; Díaz et al., 2005). También se ocasionan descensos en la

fecundidad, debido a una baja densidad poblacional y a la consiguiente dificultad o retraso

de los emparejamientos, fenómeno denominado efecto Allee (Alle et al., 1949).

I.7 Sensibilidad a la fragmentación

El grado de incidencia de los procesos de fragmentación del paisaje sobre la dinámica

de poblaciones varía en función de la sensibilidad que presenten las especies hacia los

mismos. Esta sensibilidad depende de múltiples factores relacionados con los

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requerimientos de hábitat y la biología de las especies. Según los estudios realizados al

respecto, las especies más sensibles a la reducción y fragmentación de su hábitat y por tanto

las más propensas a sufrir extinciones a diferentes escalas espaciales y temporales por este

motivo poseen alguna o algunas de las siguientes características (Laurance, 1990; Noss y

Cutsi, 1994; Henle et al., 2004):

- Ocupan posiciones elevadas en la cadena trófica, se distribuyen en bajas densidades

de individuos y requieren extensas áreas de campeo. Por ejemplo grandes mamíferos

carnívoros.

- Requieren hábitats específicos, de forma que tendrán dificultades para atravesar la

matriz. Por ejemplo especies estrictamente forestales no voladoras.

- Dependen de fuentes de alimento específico, de forma que no podrán optar por otras

alternativas. Por ejemplo los insectos saproxílicos, tal y como advierte Schiegg (2000).

- Requieren de recursos estacionales, de forma que utilizan determinadas

combinaciones de hábitats y necesitan desplazarse entre ellos. Por ejemplo ciertas aves

esteparias, como la avutarda (Otis tarda).

- Dependen de recursos fluctuantes, cuya disponibilidad puede variar en el espacio y

en el tiempo. Por ejemplo los anfibios.

- Dependen de hábitats particularmente vulnerables al cambio climático. Por ejemplo

el águila imperial ibérica (Aquila adalberti).

- Su distribución se limita a zonas elevadas en altitud o en latitud, de forma que dicha

distribución puede tender al acantonamiento como consecuencia del cambio climático.

- Poseen baja capacidad de dispersión en relación a las distancias entre los

fragmentos. Por ejemplo ciertos invertebrados que se desplazan por tierra o con escasa

capacidad de vuelo.

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- Presentan una baja fecundidad, de forma que tienen dificultades para la recuperación

poblacional tras periodos regresivos y tienden a sufrir tempranamente problemas de

diversidad genética. Por ejemplo el oso pardo Ursus arctos.

- Presentan un comportamiento marcadamente social, de forma que no prosperan en

bajas densidades. Por ejemplo diversas especies de hormigas forestales.

- Ocupan solamente el hábitat de interior de ciertos tipos de parches. Son por tanto

sensibles a los bordes y no ocupan parches pequeños. Por ejemplo los pícidos especialistas

de hábitat, como el pico mediano Dendrocopos medius.

- Son vulnerables a la explotación humana por caza y la fragmentación del hábitat,

que las hace más accesibles. Por ejemplo ciertos ungulados silvestres.

I.2 Genética de Poblaciones

El objetivo primordial de la genética de poblaciones es el de comprender los factores

que determina los cambios evolutivos o el estatismo relativo de las poblaciones de seres

vivos; así como la variación genética dentro de una población, entre poblaciones o la

dinámica del flujo genético entre dos o más poblaciones (Hedrick, 2009).

La diversidad genética de una población se puede ver afectada por la selección,

endogamia, deriva genética, flujo de genes, mutaciones y recombinación (Allendorf y

Luikart, 2006). Cada uno de estos factores puede tener diferente efecto e intensidad sobre la

variabilidad genética de una población, así como la combinación de estos factores, según

sea la situación (Hamilton, 2009).

Uno de los conceptos básicos en los que se sustenta la genética de poblaciones es el

equilibrio Hardy-Weinberg. Este establece que después de una generación con

apareamiento al azar, las frecuencias de genotipos con posiciones simples pueden ser

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representadas por funciones binomiales o multinomiales de las frecuencias alélicas (Hartl y

Clark, 2006). A pesar de que en muy raras ocasiones es posible observar el Equilibrio de

Hardy-Weinberg, este resulta de gran utilidad ya que los factores que producen cambios en

la frecuencia alélica pueden ser medidos a través del desequilibrio que provocan (Hedrick,

2009).

La deriva génica también juega un papel fundamental en la genética de poblaciones,

aunque para que esto suceda es necesario que el tamaño poblacional sea pequeño y que la

tasa de fijación de mutaciones y de migraciones sea baja. El tamaño poblacional puede

variar de acuerdo a ciclos temporales, de tal manera que en cada uno de estos ciclos

solamente algunos ancestros son los que dan origen a las siguientes generaciones, a este

fenómeno se le denomina como “efecto de cuello de botella” (Hartl, 2000).

Bajo condiciones naturales y dentro de una estabilidad relativa, los tamaños

poblacionales no suelen ser bajos. Sin embargo, estos casos son frecuentes cuando la

dinámica poblacional se encuentra sujeta a un sistema de extinción y recolonización.

Generalmente la recolonización es efectuada por unos pocos individuos y por lo tanto las

frecuencias génicas son bajas o limitadas, a este caso se le denomina “efecto fundador”

(Hamilton, 2009).

Otro caso muy común de poblaciones con número de individuos bajo es el de las

especies en peligro de extinción. Estas especies en la actualidad se encuentran con

poblaciones reducidas, por lo general, por el impacto que el ser humano ha causado en

ellas, por cacería no contralada o en su mayoría por transformación y eliminación del

hábitat (Hartl, 2000).

I.8 Los ciclos fenológicos y su efecto sobre la migración de las aves

La fenología se refiere al estudio de los eventos periódicos involucrados en el ciclo de

vida de las plantas acomodados a cierto ritmo periódico como el brote de hojas, la

maduración de los frutos y la producción de flores (Fournier & Charpantier 1975).Con

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70

respecto a la migración de muchas especies de aves las fluctuaciones en la disponibilidad

de alimento al parecer, influyen en los ciclos de vida de las especies que dependen de estos.

Esa dependencia a la fenología del alimento parece ser más evidente en especies frugívoras.

Poulin et al. (1992) demostró que la fenología de alimento, aunado con características

climáticas como la precipitación, afectan varios aspectos de la fenología de las aves,

principalmente la muda y la anidación.

Se ha observado que la producción de frutos varia temporalmente y espacialmente en

diferentes tipos de hábitat y generalmente, los períodos de mayor disponibilidad en tiempo

y espacio se relacionan con los períodos de mayor abundancia de aves para algunos sitios

(Levey 1988; Loiselle y Blake 1991). Loiselle y Blake (1991) realizaron muestreos de tres

sitios a lo largo de un gradiente altitudinal (50, 500 y 1000 msnm) por un año completo

comparando períodos de mayor abundancia de frutos y aves de sotobosque y encontraron

que estos se relacionan. De esa manera, se puede explicar la presencia de esas aves en

altitudes diferentes a lo largo del año y las migraciones para esas especies.

I.9 Técnica de Radio Telemetría

Los avances tecnológicos en las comunicaciones han sido utilizados recientemente

para el estudio de las aves. Uno de ellos es la telemetría, que permite estudiar la posición y

movimientos de aves con ayuda de transmisores de radio muy pequeños fijados en su

cuerpo. Las señales emitidas por los radiotransmisores son captadas por un receptor que

toma los datos sobre su ubicación (Figura 3). De esta manera ha sido posible estudiar el

tamaño de los territorios de algunas especies y sus movimientos en diferentes épocas del

año, aportando información sobre áreas de reproducción y alimentación, localización de

nidos y cantidad de individuos que mueren o sobreviven, sin interferir en su

comportamiento. Como un avance de la telemetría, se han desarrollado transmisores muy

potentes que emiten señales de radio detectadas por satélites en el espacio.

Muchos estudios con animales silvestres relacionados con uso y preferencia de hábitat

han sido desarrollados utilizando métodos de radio telemetría (Aebischer & Robertson

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1993), especialmente aquellos que han tenido como objeto generar información sobre la

selección de hábitat para movilizarse a través de paisajes fragmentados (Chapin et ál. 1998,

Bakker & VanVuren 2003, Cohen & Lindell 2004, Castellón & Sieving 2005). Durante las

últimas décadas la utilización de radiotransmisores en aves silvestres se ha convertido en

una técnica utilizada cuando se trata de estudios que requieren de monitorear con exactitud

la ubicación y movimiento de los individuos. Estos métodos han sido ampliamente

utilizados en aves grandes, pero también en aves pequeñas en cuyo caso se recomienda que

los transmisores no excedan el 5% de la masa corporal de los individuos (Gaunt & Oring

1997).

Existen dos limitaciones importantes que deben tomarse en consideración cuando se

desea colocar transmisores en animales silvestres 1) la propagación de la señal a partir del

transmisor y 2) el tamaño del individuo que llevará el transmisor (Kenward 1987). Entre los

métodos más comunes utilizados para adherir los radiotransmisores a los individuos que se

desean monitorear, se encuentran: collares, tail mounts (sobre la cola), en forma de

implantes, en forma de pequeñas mochilas que se colocan en la espalda de los individuos,

paquetes para el cuello, como etiquetas de oreja (ungulados), métodos misceláneos y

finalmente pegamento. El método que utiliza pegamento para adherir el radiotransmisor al

individuo ha demostrado ser especialmente eficiente para aves pequeñas (Raim 1978,

Bayne & Hobson 2001, Bowman et al. 2002, Bosschieter & Goedhart 2005). Por otro lado,

se trata de un método menos invasivo en comparación con los implantes que resultan ser

una opción bastante atractiva cuando se trata de radiotransmisores muy pequeños.

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72

PARTE III

III.1 Resultados

III.1.1 Conteos de Quetzales

De marzo de 2010 a junio de 2011 se llevaron a cabo 13 conteos de Quetzales dentro

del área de estudio. Se registró un total de 29 Quetzales (Tabla 2). Se logró identificar a 9

machos y 7 hembras. La mayor parte de los registros se realizaron de 6:00 a 9:00 am. La

mayor parte de los registros se realizaron mediante la detección de los cantos de la especie.

Con respecto a las actividades realizadas por los individuos observados, las dos actividades

más frecuentes fueron la percha y la alimentación. En la mayoría de las detecciones se les

observó posados en árboles de diferentes especies como frutillos, guarumos, palos de sana,

robles, encinos, entre otros. Algunos individuos se alimentaron de los frutos de árboles

como el frutillo (2 avistamientos en junio de 2011), guarumo (1 avistamiento en marzo de

2010) o de la oreja de burro pequeña (1 avistamiento el mes de mayo de 2010). La mayoría

de individuos fueron observados solos (14 veces) y con menor frecuencia en pareja (3

avistamientos), tríos (1 avistamiento) o en grupos mayores de tres individuos (1

avistamiento). Además, se observó un grupo de seis Quetzales en actividades de cortejo en

el mes de marzo de 2010.

Tabla 2. Datos de avistamientos de Quetzal por transecto de muestreo dentro del

Biotopo del Quetzal, de marzo de 2010 a junio de 2011.

Sexo Tipo de Registro

Año Mes Día Transecto Punto Hora Número de

individuos ♂ ♀ Canto Avistamiento

2010 Marzo 27 4 15 11:16 6 4 2 X X

2010 Marzo 28 5 11 08:56 1 D 1 X

2010 Abril 20 2 8 08:08 1 D D X

2010 Abril 21 7 6 07:38 1 D D X

2010 Abril 22 4 4 07:27 1 D D X

2010 Mayo 23 1 4 06:35 1 D D X

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73

2010 Julio 19 5 12 8:27 1 D D X

2010 Agosto 23 7 13 6:11 1 D D X

2010 Agosto 24 2 11 08:23 1 D D X

2010 Julio 20 2 6 07:05 2 2 D X

2010 Octubre 26 1 8 07:33 1 D 1 X

2011 Marzo 10 7 10 07:04 2 1 1 X X

2011 Marzo 15 1 13 09:38 1 D D X

2011 Junio 10 4 2 08:07 1 D 1 X X

2011 Junio 10 4 3 08:22 3 1 D X

2011 Junio 10 4 11 10:19 2 1 1 X X

2011 Marzo 18 3 11 09:02 1 D D X

2011 Junio 7 1 1 06:37 1 D D X

2011 Junio 14 2 7 08:44 1 D D X

Total 29 9 7

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009. *D: desconocido

El número de Quetzales observados fue mayor de marzo a agosto de 2010 y de marzo

a junio de 2011, coincidiendo con la época reproductiva de la especie (febrero a julio)

(Figura 5). Durante la época inter-reproductiva, el número de registros de Quetzales fue

comparativamente más bajo. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas

entre los meses de muestreo (Kruskal Wallis p=0.9186).

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74

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Durante la época reproductiva de la especie, el nivel de elevación superior registró

mayor número de avistamientos de Quetzal seguido del nivel inferior (Figura 6). Durante la

época inter-reproductiva el número de Quetzales avistados se mantuvo relativamente bajo

en los niveles medio e inferior y no se obtuvo ningún registro en el nivel superior. Sin

embargo, no se encontraron diferencias significativas entre los meses de muestreo (Kruskal

Wallis p=0.9186).

0

1

2

3

4

5

6

7

8

MA

R_1

0

AB

RIL

_10

MA

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JUL

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1

JUN

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1

Núm

ero

de

Quet

zale

s

Época Reproductiva

Época Inter- Reproductiva

Época Reproductiva

Mes

Figura 5. Número de Quetzales registrados por mes en el Biotopo del Quetzal, de

marzo de 2010 a junio de 2011.

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75

Figura 6. Abundancia relativa de Quetzales por nivel altitudinal en el Biotopo del

Quetzal, de marzo de 2010 a junio de 2011.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

III.1.2 Muestreos con redes de niebla

De julio de 2010 a enero de 2012 se llevaron a cabo 19 muestreos de aves dentro del

Biotopo del Quetzal. La mayoría de muestreos se realizaron cerca de la estación de

investigadores y en el área de parqueos del Biotopo del Quetzal. En el Tabla 3 se resumen

los datos de ubicación y número de muestreos realizados en cada sitio de muestreo.

0

1

2

3

4

5

6

7

8M

AR

_1

0

AB

RIL

_1

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Y_10

JUN

_10

JUL

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Ab

un

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Mes

Inferior

Medio

Superior

Época Reproductiva

Época Inter- Reproductiva

Época Reproductiva

Nivel Altitudinal

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76

Tabla 3. Sitios de muestreo de aves utilizando redes de niebla dentro del Biotopo del

Quetzal.

Nombre del Sitio Coordenadas Cantidad de Muestreos

Entrada a Quisis 15.20885, -90.22247 1

Rancho 1600, Sendero Largo 15.20841,-90.21773 1

Esquina con Hotel Ranchitos del Quetzal 15.21247, -9021952 3

Parqueo de Visitantes 15.21500,-90.21871 7

Parqueo de Investigadores 15.21500,-90.21871 4

Orilla de la Carretera CA-14 15.21500,-90.21871 3

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

III.1.3 Información de aves capturadas

Durante los muestreos con redes de niebla se capturaron 243 individuos pertenecientes

a 27 especies de aves agrupadas en 14 familias; incluyendo dos Quetzales (Tabla 4). Las

familias con mayor número de especies fueron Turdidae (5), Parulidae (4) Furnariidae (3) y

Dendrocolaptidae (3). De todas las especies reportadas únicamente las especies Seirus

motacilla y Dendroica virens son consideradas como especies migratoria, las restantes 25

como residentes (Howell y Webb, 1995). En general, las especies características de bosque

nuboso Chlorospingus ophthalmicus, Lampornis viridipallens, Miadestes unicolor y

Basilleuterus belli fueron las más abundantes. El resto de especies son consideradas

especies típicas de bosques montanos. No se realizaron análisis más profundos de los datos

de captura de aves debido a que los muestreos no se hicieron de forma sistemática, pues su

finalidad principal fue la captura de Quetzales.

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77

Tabla 4. Número de individuos por especie, capturados durante los muestreos con

redes de niebla en el Biotopo del Quetzal.

No. Familia Especie Nombre Común

en Ingles

Número de

individuos

1 Corvidae Aphelocoma unicolor Unicolored Jay 19

2 Emberizidae Atlapetes brunneinucha Chestnut-capped Brushfinch 9

3 Dendrocolaptidae Lepidocolaptes affinis Spot-Crowned Woodcreeper 7

4 Dendrocolaptidae Xiphorhynchus flavigaster Ivory-billed Woodcreeper 4

5 Dendrocolaptidae Xyphorynchus erytrophygus Spotted Woodcreeper 6

6 Furnariidae Automolus rubiginosus Ruddy Foliage-gleaner 10

7 Furnariidae Sclerurus mexicanus Tawny-throated Leaftooser 6

8 Furnariidae Xenops minutus Plain Xenops 8

9 Icteridae Psarocolius wagleri Chestnut-headed Oropendola 3

10 Parulidae Basileuterus belli Golden-Browed Warbler 21

11 Parulidae Dendroica virens Black-throated Green

Warbler 4

12 Parulidae Myoborus miniatus Slate-throated Whitestart 16

13 Parulidae Seiurus noveboracensis Northern Water-Trush 7

14 Picidae Colaptes rubiginosus Golden-olive Woodpecker 1

15 Ramphastidae Aulacorhynchus prasinus Emeral Toucanet 18

16 Thraupidae Chlorospingus ophthalmicus Common-Bush Tanager 29

17 Trochilidae Lampornis viridipallens Ruby-throated Hummingbird 22

18 Trochilidae Lamprolaima rhami Garnet-throated

Hummingbird 2

19 Troglodytidae Henicorhina leucophrys Grey-breasted Wood-Wren 7

20 Trogonidae Pharomachrus moccino Resplendent Quetzal 2

21 Trogonidae Trogon collaris Collared Trogon 1

22 Turdidae Catharus dryas Spotted Nightingale-Thrush 5

23 Turdidae Catharus frantzii Ruddy-capped Nightingale-

Thrush 2

24 Turdidae Myadestes unicolor Slate-colored Solitaire 22

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25 Turdidae Turdus grayi Clay-colored Thrush 10

26 Turdidae Turdus plebeyus Mountain Thrush 1

27 Tyranidae Zimmerius vilissimus Paltry Tyrannulet 1

Total 243

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009

III.1.4 Quetzales capturados

Se capturaron dos Quetzales, un macho y una hembra. El Quetzal macho fue

capturado el 17 de julio de 2010, en el parqueo del Biotopo del Quetzal. Fue capturado con

una red vertical ubicada a una altura aproximada de 6 m sobre un árbol de guarumo

identificado previamente como árbol comedero. La hembra fue capturada el 24 de enero de

2012, en el parqueo de visitantes del Biotopo del Quetzal. Fue capturada con una red

horizontal ubicada a una altura aproximada de 3 m, en un sitio de paso de Quetzales, frente

a un árbol de aguacatillo identificado como árbol comedero.

Después de ser extraídos de las redes, ambos individuos fueron medidos, pesados y

marcados con radiotransmisores.

III.1.4.1 Datos de medidas y peso de los Quetzales capturados

En base al análisis del cráneo y del plumaje del macho, se determinó que era un

individuo adulto (Ver tabla 5). Pesó 214 gramos y no presentó grasa corporal. Su cola

midió 42.5 centímetros. No presentó parche de incubación ni protuberancia cloacal lo que

indica que no se encontraba en estado reproductivo. Después de ser pesado y medido fue

marcado con un radiotransmisor. Se le asignó el nombre común de Hugo para facilitar su

identificación.

La hembra fue identificada como un Quetzal adulto en base al análisis de su cráneo y

a su plumaje. Pesó 210.7 gramos y presentó una reserva de grasa moderada principalmente

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79

en los flancos y en el vientre. Además, presentó una ligera protuberancia cloacal, lo que

sugiere que se encontraba en período reproductivo y que probablemente ya contaba con una

pareja o que se preparaba para anidar. Su cola midió 18.20 centímetros. Esta hembra fue

nombrada como Nesha.

Tabla 5. Datos de peso y medida de los Quetzales capturados en el Biotopo del

Quetzal.

Nombre del Individuo Hugo Nesha

Sitio de Captura Biotopo del Quetzal Biotopo del Quetzal

Fecha 17/07/2010 24/02/2012

Hora 13:20 06:30

Peso (g) 214 210.7

Largo Cola (cm) 42.5 18.2

Tarso (mm) 3.52 3

% Grasa Corporal 0 2

Sexo M F

Edad A A

Protuberancia Cloacal 0 1

Parche de incubación Ausente Ausente

Frecuencia de Radio 151.06 151.021

Fotografía

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009

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80

III.1.4.2 Períodos de monitoreo y recursos espaciales utilizados

Los períodos de monitoreó para cada Quetzal fueron diferentes. El Quetzal macho se

monitoreo durante siete meses, de julio de 2010 a enero de 2011. La hembra se monitoreo

durante cinco meses, de febrero a junio de 2012. A continuación se

detallan los sitios y recursos utilizados por los Quetzales estudiados:

Hugo

El Quetzal macho permaneció dentro de los límites del Biotopo del Quetzal y en áreas

aledañas durante los primeros cuatro meses de monitoreo. Sin embargo, de noviembre de

2010 a principios de enero de 2011 abandonó el Biotopo del Quetzal y utilizó otras áreas

para dormir y alimentarse. Posteriormente, a finales de enero de 2011 regresó al Biotopo

del Quetzal y permaneció ahí hasta que la batería de su radiotransmisor se agotó.

Para el Quetzal macho se identificaron tres temporadas principales en relación a los

recursos espaciotemporales que utilizó:

1. Temporada Post-reproductiva

Este período abarcó de julio a octubre de 2010. Durante este período permaneció

dentro de los límites del Biotopo del Quetzal, en la Reserva Natural Privada Biotopín y

dentro del área perteneciente al hotel los Ranchitos del Quetzal. En la Figura 7 se observa

el área utilizada por el individuo durante este período.

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Figura 7. a) Áreas pertenecientes al corredor Biológico del bosque Nuboso. El contorno rojo

delimita varias áreas protegidas del Corredor del Bosque Nuboso. El contorno amarillo delimita las

áreas visitadas por el Quetzal en estudio. b) Áreas utilizadas por el Quetzal macho de julio a octubre

de 2010. El contorno amarillo delimita el área utilizada por el Quetzal; el contorno rojo delimita el

Biotopo del Quetzal y el contorno verde la Reserva Natural Privada Biotopín.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Biotopo del Quetzal

Ranchitos

del

Quetzal

3

Biotopín

3

Carretera CA-14

Nombre del Área

1. Biotopo del Quetzal

2. RNP Biotopín

3. Hotel Ranchitos del

Quetzal

4. RNP Cerro Verde

5. RNP Posada del

Quetzal

1

2 3

3

4

4

5

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El Biotopo del Quetzal fue la principal área para dormir, comer y descansar de este

individuo. Generalmente, para dormir utilizó un sitio conocido como entrada a Quisis

(coordenadas: 15.20885, -90.22247), ubicado a 1,959 msnm. Dentro de esta área utilizó tres

sitios principales de alimentación. En el primer sitio, conocido como Rancho de

Conclusiones (Coordenadas 15.21274, 90.22045) a 1,809 msnm, se alimentó de Guarumo

(Cecropia peltata y Cecropia silvícola), Cipresillo (Podocarpus oleifolius) y orugas de

mariposas. En el segundo sitio, ubicado cerca del sendero Los Helechos (15.21301,

90.21694) a 1,625 msnm, se alimentó de Guarumo, Frutillo (Cornus disciflora) y

Cipresillo. En el tercer sitio, a orillas del Biotopo del Quetzal (entre 1,600 msnm y 1,630

msnm), a lo largo de la carretera CA-14, se alimentó de Guarumo, Frutillo, Palo amarillo

(Rhamnus capreifolia) y Oreja de Burro Pequeña (Clusia guatemalensis). Los tres sitios

mencionados se encuentran ubicados en la zona de Uso Extensivo del Biotopo del Quetzal.

El área del hotel los Ranchitos del Quetzal fue otro sitio importante de alimentación y

descanso de este individuo. Esta área ubicada a 300 m de la entrada al Biotopo del Quetzal

presenta bosque nuboso primario y constituye una continuación del bosque presente en el

Biotopo del Quetzal. Dentro de esta área el Quetzal se alimentó de Guarumo, Frutillo y

Prunus sp. La mayoría de los avistamientos se realizaron desde la carretera y el Quetzal se

encontraba cercano al parqueo (Coordenadas: 15.21247, -90.21952). Usualmente, al igual

que dentro del Biotopo, se le observó acompañado de otros dos Quetzales, una hembra y un

macho.

La Reserva Natural Privada Biotopín esta ubicada en el Kilometro 160.5 de la

Carretera CA-14 frente a la entrada del Biotopo de Quetzal. Es una reserva de 21.94

hectáreas en la que se encuentran porciones de bosque nuboso primario y porciones de

bosque con pino de reforestación. Dentro del área hay un hotel, senderos interpretativos y

un restaurante. Esta área fue empleada como sitio de alimentación y descanso. Dentro de

esta área fue registrado en tres puntos principales: cerca del parqueo del restaurante, a lo

largo del bosque ribereño que esta dentro del área y cerca de las instalaciones del hotel.

Dentro de esta área se alimentó de Frutillo, Palo Amarillo y Guarumo.

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2. Temporada con desplazamientos estacionales

Este período comprendió desde principios de noviembre de 2010 a mediados de enero

de 2011. Durante este período el Quetzal abandonó el Biotopo del Quetzal y las áreas

aledañas a este y utilizó otras áreas más alejadas para dormir y alimentarse. El registro de

los movimientos del individuo durante este período se dificulto debido a que continuamente

se movilizó de un área a otra aparentemente en busca de alimento. Durante este período se

localizó en la Finca Santa Teresa, ubicada en la aldea La Unión Barrios y en la cuenca del

río Panimá, cerca del caserío Panimaquito, en el municipio de Purulhá (Figura 8). Sin

embargo, es posible que halla utilizado otras áreas que no pudieron ser registradas pues el

seguimiento de sus movimientos fue irregular. A pesar de esto, durante este período el

individuo no fue registrado dentro del Biotopo del Quetzal ni en las áreas contiguas a este.

Las áreas que utilizó durante este período pertenecen a la zona de amortiguamiento

del Biotopo del Quetzal. La zona de amortiguamiento del Biotopo es la franja o espacio

periférico ubicado alrededor del Biotopo que fue establecida con la finalidad de que actuara

como una barrera o área de contingencia a las influencias externas.

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84

Figura 8. Área utilizada por el Quetzal macho de noviembre de 2010 al 14 de enero de

2011. Los contornos amarillos delimitan las dos áreas empleadas por el Quetzal

durante este período. El contorno rojo corresponde a los límites del Biotopo del

Quetzal y de la Reserva Natural Privada Biotopín.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

La finca Santa Teresa está ubicada en el área suroeste de la zona de amortiguamiento

del Biotopo del Quetzal. Esta área se identifica como una de las amenazas más

significativas y directas que tiene el Biotopo del Quetzal. Esto se debe principalmente a la

buena infraestructura de acceso que posee, la cual ha permitido el desarrollo de numerosas

actividades agrícolas. Además, en ella se ubica la mayor cantidad de áreas cultivadas con el

helecho ornamental conocido como Leather leaf (Rumohra adiantiformis), originario de

Sudamérica y Sudáfrica (Figura 9). Gran parte del área de la Finca se emplea para el cultivo

de este helecho ornamental. Sin embargo, aún presenta remanentes de bosque nuboso en los

que se encuentran especies alimenticias del Quetzal. El Quetzal fue registrado dentro de

esta área los días 21, 25 y 29 de noviembre de 2010. En esta área se alimentó de Jocotillo

Biotopo del Quetzal

Biotopín

Finca Santa Teresa

Panimá

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85

(Ocotea sp), Manzanita Rosa (Syzygium jambos) y Aguacatillo (Persea donell-smithii).

Durante sus visitas a este sitio estuvo acompañados por 2 hembras y un macho.

Figura 9. Área utilizada por el Quetzal macho durante el mes de diciembre de 2012 en

el Corredor Biológico del Bosque Nuboso. El contorno amarillo delimita el área

utilizada por el Quetzal dentro de la Finca Santa Teresa. El contorno rojo indica los

límites del Biotopo del Quetzal.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Carretera CA-14 Finca Santa Teresa

Finca Santa Teresa

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Durante diciembre de 2010 y los primeros días del mes de enero de 2011 el Quetzal fue

registrado en varias ocasiones en el bosque de la cuenca del río Panimá frente a la aldea

Panimaquito (Figura 10). Los registros se lograron únicamente rastreando la señal del

radiotransmisor, pues la porción de bosque en la que se encontraba era una hondonada de

pendiente muy pronunciada a la cual no se tuvo acceso. La señal fue registrada en varios

puntos desde la carretera de terracería (uno de ellos con coordenadas 15.22684, 90.20194) a

una altitud de 1,479 msnm. Sin embargo, es probable que se encontrara a una altitud

aproximada de 1,350 msnm pues la señal provino de la porción más baja de la cuenca que

se encuentra próxima a esa altitud.

Figura 10. Área utilizada por el Quetzal macho de diciembre a enero de 2011 en el

Corredor Biológico del Bosque Nuboso. El área amarilla delimita el área utilizada; el

contorno rojo delimita el Biotopo del Quetzal.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Panimaquito

Biotopo del Quetzal

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87

3. Temporada Reproductiva

Abarcó de mediados de enero a febrero de 2011. Durante este período el individuo

regreso al Biotopo del Quetzal y volvió a utilizarlo como área para dormir y como sitio

principal de alimentación y descanso, visitando regularmente las áreas aledañas a este.

Durante este período la señal del radiotransmisor comenzó a cambiar de frecuencia y a

disminuir en potencia. A finales del mes de febrero la batería del radiotransmisor se agotó

por lo que los rastreos terrestres finalizaron en ese momento. Sin embargo, debido a que el

Quetzal permaneció marcado con el radiotransmisor se pudo continuar recabando datos

acerca del uso de su hábitat. Generalmente, se le ha observado cerca de la entrada principal

al Biotopo del Quetzal y en otros lugares cercanos en donde encuentra alimento.

Nesha

Durante el período en el que fue monitoreada, la hembra de Quetzal permaneció

dentro del Biotopo del Quetzal y en la Reserva Natural Privada Biotopín (Figura 11). Para

dormir utilizó un sitio cercano a la estación de investigadores del Biotopo del Quetzal. La

mayor parte del día permaneció dentro del Biotopo del Quetzal, alimentándose de frutos de

varios árboles de aguacatillo, zapotillo (Prunus brachybotrya) y frutillo, ubicados en el

parqueo de visitantes y a orillas del área. Además, también se alimentó, pero con menor

frecuencia, de los frutos de varios árboles de frutillo ubicados en la Reserva Natural

Privada Biotopín. Por la tarde, aproximadamente a las 5:30 pm solía retirarse a descansar.

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88

Figura 11. Área utilizada por el Quetzal hembra de febrero a mayo de 2012 en el

Corredor Biológico del Bosque Nuboso. El contorno amarillo delimita el área

utilizada durante este período. El contorno rojo corresponde a los límites del Biotopo

del Quetzal.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

III.1.4.3 Alimento utilizado

Se observó al Quetzal alimentarse de 12 especies de plantas pertenecientes a 8

familias de plantas típicas de bosques nubosos (Tabla 6). Todas estas especies fueron

reportadas con anterioridad como especies nutricias del Quetzal, a excepción de la oreja de

burro pequeña (Clusia guatemalensis) y el cipresillo (Podocarpus oleifolius). A través de

los monitoreos se observó que los Quetzales seleccionaron y variaron su alimentación, al

parecer, en relación a la disponibilidad de frutos de sus especies nutricias. El Quetzal

macho ingirió ciertas especies con mayor frecuencia a lo largo del monitoreo. Durante el

período de julio a agosto de 2010 ingirió principalmente los frutos del guarumo (Cecropia

Biotopo del Quetzal

Ranchitos del

Quetzal

Biotopín

Carretera Hacia

Cobán

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89

peltata), de septiembre a octubre de 2010 mostró preferencia por los receptáculos carnosos

de los conos del cipresillo (Podocarpus oleifolius) y de enero a febrero de 2011 se alimentó

principalmente de frutillo (Cornus disciflora). Durante el período de febrero a marzo de

2012, la hembra ingirió principalmente los frutos del aguacatillo (Persea donnell-smithii) y

del Frutillo (Cornus disciflora). A partir de mayo de 2012, cuando los frutos del aguacatillo

disminuyeron, se alimentó principalmente de frutillo.

Tabla 6. Plantas registradas como alimento del Quetzal durante los rastreos terrestres

de Quetzales marcados con radiotransmisor.

No Familia Especie Nombre Común

1 Clusiaceae Clusia salvinii Hemsl. Oreja de

burropequeña

2 Cornaceae Cornus disciflora DC Frutillo

3 Lauraceae Ocotea sp. Jocotillo

4 Lauraceae Persea donnell-smithii Mez ex Donn.

Sm

Aguacatillo

5 Podocarpaceae Podocarpus oleifolius D.Don Ciprecillo

6 Rhamnaceae Rhamnus capreifolia Schltdl. Palo Amarillo

7 Rosaceae Prunus brachybotrya Zucc Zapotillo

8 Rosaceae Prunus sp. Malacatillo

9 Rosaceae Rubus sp Mora Silvestre

10 Myrtaceae Syzygium jambos (L.) Alston Manzanita Rosa

11 Urticaceae Cecropia peltata L. Guarumo

12 Uriticaceae Cecropia sylvicola Standl. &

Steyerm.,

Guarumo

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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90

III.1.4.4 Altitudes y distancias recorridas

Las distancias recorridas por los Quetzales durante los monitoreos no excedieron los

5.34 km. dentro del hábitat reproductivo de ambos espécimenes.

Las diferencias en altitud de los sitios empleados por el Quetzal fueron relativamente

pequeñas (Figura 12). El Quetzal macho utilizó sitios ubicados desde los 1,925 msnm, en

su área de reproducción, hasta aproximadamente 1,350 msnm, durante sus desplazamientos

estacionales. Además, en un mismo día se movilizó hasta 350 m de altitud desde sus sitios

de pernoctación hacia sitios de alimentación. Por su parte, la hembra se movilizó

únicamente dentro de un rango altitudinal comprendido entre los 1,600 msnm a 1,700

msnm.

Figura 12. Distribución altitudinal de los sitios utilizados por el Quetzal macho

monitoreado mediante radiotelemetría dentro del Biotopo del Quetzal y sitios

aledaños de julio de 2010 a febrero de 2011.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

0

250

500

750

1000

1250

1500

1750

2000

2250

2500

Quis

is

R.

Co

ncl

usi

on

es

Sen

der

o H

elec

hos

Ori

lla

del

Bio

topo

Pan

imá

Fin

ca

Alt

itu

d

Sitios

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91

III.1.4.5 Hábitos alimenticios

Como se mencionó con anterioridad, durante la mayor parte del monitoreo, el Quetzal

macho utilizó el Biotopo del Quetzal como principal área para dormir, descansar y

alimentarse. Al amanecer, alrededor de las 5:00 y 5:45 am según la época del año, inició su

descenso desde su sitio de pernoctación hacia sitios a menor altitud en busca de alimento.

Generalmente, su descenso fue lento, con varias pausas en el camino, por lo que empleó

alrededor de 30 minutos para llegar a sus áreas de alimentación. Generalmente, utilizó

lapsos de alrededor de 30 minutos para alimentarse. Después de finalizado un lapso de

alimentación, empleo alrededor de 45 minutos a 1 hora para descansar. Durante estos

períodos de descanso permaneció perchado en las ramas del árbol del que se alimentó o en

las ramas de algún árbol cercano. Durante su descanso realizó actividades como el

acicalamiento o regurgitación de los frutos consumidos. En varias ocasiones se lograron

colectar algunos frutos regurgitados, incluyendo frutos del aguacatillo (Familia Lauraceae),

frutillo (Cornus disciflora), manzanita rosa (Syzygium jambos) y zapotillo (Prunus

brachybotrya). Al parecer, los frutos fueron regurgitados por no estar lo suficientemente

maduros o por tener semillas muy grandes, algo reportado con anterioridad por Avila, L. et

al. (1996). Aunque con frecuencia el Quetzal macho “Hugo” fue avistado solo, en varias

ocasiones se observó que se encontraba en compañía de una hembra y otro macho.

Habitualmente, entre las 5:00 pm y 5:30 pm inició su ascenso hacia el sitio que utilizaba

para dormir.

III.1.4.6 Tipo de vegetación y grado de conservación de los sitios utilizados por los

Quetzales

Todas las áreas empleadas por los Quetzales estudiados constituyen parches de

diferentes tamaños de bosque nuboso. Durante gran parte del monitoreo los Quetzales

permanecieron dentro de los límites del Biotopo del Quetzal, en la Reserva Biotopín y el

área del Hotel Los Ranchitos del Quetzal. Los primeros dos forman parte del Sistema

Nacional de Áreas Protegidas y dentro de los tres se realizan actividades turísticas de bajo

impacto, lo que ha permitido la conservación de sus bosques. Sin embargo, estas áreas son

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bastante pequeñas y altamente amenazadas. La principal amenaza para estas áreas la

constituye la deforestación con fines agrícolas. Muchas de las fincas aledañas han sido

parceladas y otorgadas en alquiler a campesinos quienes remueven la cobertura boscosa con

el fin de establecer cultivos, principalmente de papa, tomate, brócoli, maíz u otros. Otras

amenazas importantes son las invasiones, los incendios forestales, el aumento de los

asentamientos humanos, la extracción de flora y fauna nativa y la cacería.

Es importante mencionar que los sitios empleados por el Quetzal durante su período

de desplazamiento estacional, no se encuentran bajo ningún régimen de conservación. Estas

áreas forman parte de la porción este y sureste de la zona de amortiguamiento del Biotopo.

En ellas se realizan diversas actividades agrícolas y el cultivo bajo sombra artificial de

helechos ornamentales, que genera deforestación a gran escala. Todas estas prácticas se

constituyen en las principales causas del progresivo aislamiento de estos importantes

remanentes de bosque utilizados por el Quetzal durante sus movimientos a través del

paisaje.

III.1.4.7 Análisis de Paisaje del Corredor Biológico del Bosque Nuboso

El área analizada dentro del corredor del Bosque Nuboso comprende una extensión

total de 58,179.21 Ha. La matriz del paisaje es eminentemente agropecuaria (los viveros de

helechos no se incluyen) con una extensión de 31,697.75 Ha (54.48%), los principales usos

de esta matriz son campos de pastoreo de ganado bovino, cultivos de maíz, frijol, papa y

café; entre otros. El segundo elemento de paisaje con mayor cobertura está constituido por

bosques nubosos, pino, encino y bosques mixtos de pino-encino; poseen una extensión de

16,943.70 Ha (29.12%). Posteriormente se encuentran áreas que están sujetas a manejo

forestal y que en su mayoría son bosques de pino y encino que han sido replantados o son

producto de la regeneración natural; algunos de ellos se encuentran incentivados por los

programas del Instituto Nacional de Bosques (INAB); con una extensión de 5,836.34 Ha

(10.03%). También, se determinó que 3,229.34 Ha (5.55%) se encuentran deforestadas, sin

uso aparente alguno, probablemente se utilicen para pastar ganado bovino durante algunas

épocas del año. Por último, se encuentran algunos elementos de paisaje como viveros de

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93

helechos y viviendas rurales con extensiones de 137.13 Ha (0.24%) y 136.94 Ha (0.24%);

respectivamente. Otros elementos del paisaje (ej. Carreteras) ocupan una extensión de

3,427.35 Ha (5.89%).

Dentro del área de estudio se encontraron 105 fragmentos de bosque con

extensiones comprendidas entre 0.0169 y 4,710.59 Ha. En el mapa 4, se pueden apreciar en

color rojo 58 fragmentos pequeños (0.0169 - 86.770 Ha); en color amarillo 8 fragmentos de

tamaño medio (104.003 - 657.937 Ha) y en color verde se aprecian tres fragmentos de

mayor tamaño (2,380.186, 2,435.913 y 4,710.586 Ha). Los tres fragmentos de mayor

tamaño corresponden a la Sierra de Las Minas, el fragmento en el que se encuentra la

Reserva Natural Privada “Cerro Verde” y el fragmento en el que se encuentra el Biotopo

Universitario para la Conservación del Quetzal “Mario Dary Rivera” (Mapa 4). Los

fragmentos de bosque se componen de especies vegetales características de los bosques

nubosos, pino y encino.

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94

Mapa 4. Cobertura boscosa clasificada por tamaño del Corredor Biológico del Bosque

Nuboso, Baja Verapaz.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

En el mapa 5 se puede apreciar el grado de aislamiento de los fragmentos estudiados.

En este caso, es importante considerar que al oeste del área estudiada se encuentran los

bosques secos de Salamá, al norte se encuentran los bosques de coníferas de Tactic, al sur

se encuentran los bosques de pino-encino y al este se encuentran bosques latifoliado

subtropicales por debajo de los 800 msnm; por lo que los ecosistemas perimetrales no

constituyen hábitat potencial del Quetzal, a excepción de los bosques nubosos que se

encuentran en la Sierra de Las Minas. Con base en el análisis realizado se aprecia que los

fragmentos ubicados al centro del mapa son los que poseen mejor conectividad, seguidos

por los fragmentos del lado oeste y por último por los fragmentos del lado este.

Sierra de las Minas

Cerro Verde

Biotopo del

Quetzal

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95

Mapa 5. Conectividad de los fragmentos de bosque del Corredor Biológico del Bosque

Nuboso, Baja Verapaz.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

En relación al efecto de borde que presentan los fragmentos de bosque, en el Mapa

6, se puede apreciar que la mayor parte de fragmentos tienen un bajo efecto de borde y

solamente los fragmentos más pequeños tienen un alto efecto de borde. Es importante

considerar que el efecto de borde únicamente se midió a nivel de paisaje y geometría y no

representa el efecto de borde que tenga la matriz sobre las especies.

Biotopo del Quetzal

Cerro Verde

Sierra de las Minas

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96

Mapa 6. Efecto de borde de los fragmentos a nivel de paisaje del Corredor Biológico

del Bosque Nuboso, Baja Verapaz.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

Con base en el análisis elaborado a través del Índice de Conservación (ver Mapa 7);

el cuál reúne la interacción del tamaño, la conectividad y la geometría de los fragmentos de

bosque; se puede apreciar que los fragmentos en donde se encuentran el Biotopo

Universitario para la Conservación del Quetzal y la Reserva Natural Privada “Cerro Verde”

poseen los mejores índices de conservación en relación al resto de fragmentos y que los

fragmentos grandes y medianos del este poseen un nivel relativamente bueno de

conservación; mientras los fragmentos más pequeños y aislados poseen niveles más bajos

de conservación en relación al resto de fragmentos y desde una perspectiva de paisaje.

Biotopo del Quetzal

Cerro Verde

Sierra de las Minas

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97

Mapa 7. Mapa de conservación de los fragmentos de paisaje.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

III.1.4.8 Análisis del hábitat del Quetzal en el Corredor Biológico del Bosque Nuboso

A partir del análisis del paisaje, se estimó que las poblaciones de Quetzales del área de

estudio podrían tener una extensión de hábitat de 199.9 Kms2, aunque esta estimación toma

en cuenta una porción de terreno en el área de Matanzas con potencial para restauración del

hábitat del Quetzal (Ver Mapa 8, sombreado azul). Los fragmentos de bosque de mayor

importancia para la Conservación del hábitat del Quetzal son los que contienen al Biotopo

del Quetzal, Cerro Verde y una porción de la Sierra de Las Minas. Es importante considerar

que el Sistema de Áreas Protegidas solamente cubre 78.21 Kms2 de este territorio

(39.12%).

Sierra de las Minas

Cerro Verde

Biotopo del Quetzal

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98

En el mapa 8 se puede apreciar un mosaico de parches de menor tamaño con alta

relevancia para la conservación de la especie en el lugar. Se consideró que aquellos parches

que tuvieran como mínimo 250 Ha podrían sostener al menos un evento de reproducción de

Quetzales, aunque no poblaciones de Quetzales (Mapa 8, sombreado celeste). Esto implica

que estos parches son importantes, ya que pueden proveer de alimento a los individuos que

se encuentran en la periferia de los parches de mayor tamaño o bien de sitios de

anidamiento o apareamiento. Estos parches tienen una extensión total de 31.41 Kms2, de los

cuales solamente 12.12 Kms2 (38.58%) se encuentran protegidos por el SIGAP.

Por último, hay un mosaico de parches de bosque de pequeño tamaño y con un alto

efecto de borde y fuertemente aislados (Figura 8, sombreado amarillo). Se considera que

estos parches de bosque no son capaces de sostener eventos de reproducción aunque

podrían tener una función importante en los movimientos de los Quetzales a través del

paisaje, funcionando ya sea como sitios de refugio o como fuentes de alimento.

Mapa 8. Hábitat actual del Quetzal en el Corredor del Bosque Nuboso.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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Con base en el análisis de hábitat disponible para la manutención de poblaciones de

Quetzales y en base al área que utilizó el Quetzal macho (“Hugo”) durante el proyecto, se

estimó que el paisaje estudiado puede tener entre 82 y 330 Quetzales. Aunque se conoce

poco sobre las dinámicas poblacional de los Quetzales y de los procesos de flujo génico

entre las poblaciones, se considera que este es un número bastante bajo para la viabilidad

genética de la población a largo plazo. Sin embargo, esta dificultad puede ser resuelta si la

población se encuentra sujeta a la inmigración de individuos procedentes de la Sierra de

Las Minas.

En el mapa 9, se elaboró una propuesta de corredores que supondrían el intercambio

de individuos entre los tres fragmentos de hábitat de mayor tamaño. Para ello, se

consideraron sitios cercanos que no estuvieran separados por elementos de paisaje difíciles

o imposibles de recuperar (ej, zonas pobladas o con fuerte inversión en infraestructura). La

carretera que conduce de Matanzas a Cobán no constituye una limitante para la

interconexión de los parches de bosque, ya que los Quetzales pueden atravesarla de un lado

a otro fácilmente. Sin embargo, sí constituye un factor de riesgo para los individuos ya que

muchos Quetzales se alimentan de algunas plantas en el borde de las carreteras y fácilmente

pueden ser atropellados por vehículos de transporte pesado que tienen una altura entre 4 y 6

metros y que pueden alcanzar velocidades cercanas a los 100 kms/hr sobre la ruta.

Se identificaron dos corredores prioritarios para la interconexión de los parches de

hábitat del Corredor del Bosque Nuboso (Mapa 9). El primer corredor interconecta los

parches que contienen al Biotopo del Quetzal y Cerro Verde y se encuentra protegido por el

Biotopo del Quetzal, Ram Tzul y la Posada del Quetzal. Estas áreas protegidas poseen más

de 10 años de encontrarse dentro del SIGAP y tienen una fuerte actividad turística, por lo

que podrían ser viables a largo plazo. El segundo corredor interconecta a los tres

fragmentos de bosque; sin embargo solamente se encuentra protegido por la RNP Cerro

Verde y RNP Saq Ha. Por ello, los esfuerzos para proteger este corredor deben ser mayores.

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100

Mapa 9. Corredores propuestos para mantener el flujo génico entre los Quetzales del

Corredor del Bosque Nuboso y la Sierra de Las Minas.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

III. 1.4.9 Divulgación de la información obtenida durante el proyecto

Durante la fase de elaboración del informe final del proyecto de investigación se llevó a

cabo una presentación de los resultados del proyecto en las instalaciones del Centro de

Estudios Conservacionistas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ver Anexo 3).

Esta reunión, desarrollada el mes de febrero de 2013, tuvo como objetivo presentar los

resultados del proyecto a los integrantes de esta institución. Como primer punto, la Licda.

Mercedes Orozco coordinadora del Centro de Datos para la Conservación del CECON dio

la bienvenida a los participantes. Seguidamente, el Licda. Michelle Bustamante Castillo y

el Lic. Manuel Barrios Izás, investigadores del proyecto, presentaron la información

obtenida durante el proyecto, utilizando una presentación en el formato Power Point.

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101

Posteriormente, los asistentes dieron sus comentarios y propusieron varias actividades

necesarias para lograr la conservación de la especie a nivel nacional.

Gracias a esta reunión, se concluyó que es necesario el desarrollo de una Estrategia

Nacional de Conservación del Quetzal en Guatemala. Se pretende por lo tanto, llevar a

cabo una serie de talleres que tendrán la finalidad de reunir a las autoridades y actores

sociales competentes para el desarrollo de dicha estrategia en base a la información

obtenida en este proyecto.

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102

III.2 Discusión de Resultados

III.2.1 Conteos

III.2.1.1 Variaciones de abundancia relativa de Quetzales a través del tiempo

Los datos obtenidos en los conteos revelan variaciones en la abundancia de Quetzales

a través del tiempo y muestran un claro descenso a finales del año dentro del Biotopo del

Quetzal. Esto sugiere la ocurrencia de movimientos estacionales de por lo menos una

porción de la población de Quetzales del Biotopo del Quetzal hacia sitios a menor

elevación u otros parches de bosque cercanos. Conclusiones similares fueron obtenidas por

Paíz (1996) y Powell y Bjork (1994) quienes mediante la técnica de radio-telemetría,

registraron movimientos estacionales de Quetzales fuera de sus áreas reproductivas hacia

sitios a menor altitud a finales del año. Así mismo, otros autores han observado la

reducción del número de registro de Quetzales en sus hábitats reproductivos los últimos

meses del año, sugiriendo la ocurrencia de desplazamientos estacional de la especie

(Solórzano, Castillo, Valverde, & Ávila 2000; Renner 2005).

Los resultados de los conteos mensuales de Quetzales también indican que la

abundancia relativa de Quetzales es mayor en la parte alta del Biotopo durante la primera

porción del año, posteriormente desciende y se mantiene relativamente baja en los tres

niveles de elevación y finalmente, decrece hasta un punto en que no se registran individuos

en toda el área por varios meses. Resultados análogos fueron obtenidos en la Montaña de

Talamanca en Costa Rica (García-Rojas 1996), donde se registró mayor abundancia de

Quetzales a mayores altitudes y en Sierra Yalijux, Baja Verapaz, en la cual el número de

registros de Quetzales se redujo a cero los últimos meses del año (Renner 2005). Esto

sugiere que los cambios de abundancia relativa de Quetzales pueden ocurrir de forma

paulatina, evidenciando el descenso o salida de los individuos de sus hábitats reproductivos

hacia otros sitios o hábitats complementarios.

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103

Por otro lado, durante los conteos se registró mayor número de Quetzales en el nivel

superior durante la época reproductiva de la especie. Esto podría deberse a que

posiblemente en este nivel altitudinal la disponibilidad de tocones para la construcción de

nidos sea mayor debido a la antigüedad y estado de conservación del bosque. En relación a

esto, Renner (2004) indica que la formación de tocones para la elaboración de nidos del

Quetzal ocurre casi exclusivamente en los bosques nubosos primarios, presentes en las

partes altas de las montañas, pues es necesario que los árboles mueran en pie y sufran un

proceso de descomposición de varios años, incluso de décadas. Además, el hecho de que

dentro del Biotopo se registre un alto número de Quetzales durante la época reproductiva de

la especie, sugiere que el Biotopo es un sitio importante para la conservación de la especie

pues al parecer proporciona el hábitat adecuado para la reproducción de los individuos que

habitan la zona.

III.2.2 Telemetría

III.2.2.1 Uso del hábitat

Los Quetzales estudiados mediante la técnica de telemetría utilizaron el Biotopo del

Quetzal como hábitat principal. Sin embargo, también utilizaron otras áreas aledañas al

Biotopo del Quetzal como hábitat complementario durante la mayor parte del año. En este

caso, la Reserva Natural Privada Biotopín y el Hotel Ranchitos del Quetzal constituyen

porciones de hábitat que contribuyen a la conservación de la población de Quetzales del

Biotopo proporcionando sitios de alimentación y descanso. Esto implica que las partes

bajas del Biotopo y los bosques aledaños a este, son de gran importancia para la

sobrevivencia de la especie a nivel local. Desafortunadamente, tanto el Biotopo del Quetzal

como las áreas adyacentes a este, están siendo amenazadas por el desarrollo de diversas

actividades antropogénicas que constantemente aumentan su grado de aislamiento y

reducen su conectividad. La disminución y transformación del hábitat original de la zona,

así como la perdida de continuidad entre los parches de bosque nuboso remanentes, son el

resultado de actividades como la tumba y quema de bosques con fines agrícolas y

ganaderos, invasiones, creación de carreteras y caminos, aprovechamiento forestal, quemas,

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104

incendios, entre otros. Además de estas áreas identificadas como hábitat complementario

para los Quetzales del Biotopo del Quetzal, seguramente existen otros sitios contiguos al

Biotopo que son utilizados por esta población con el fin de obtener recursos para su

supervivencia durante todo el año. Por ello, es necesario identificar estas áreas y

conservarlas con el fin de mantener una porción mínima de hábitat que permita el

mantenimiento de la población de Quetzales del Biotopo del Quetzal.

Los datos de telemetría también sugieren que a finales de año, al menos una porción

de Quetzales del Biotopo del Quetzal utilizan otras áreas a mayor distancia y a menor

altitud durante varios meses para sobrevivir. Paiz (1996) mediante la técnica de telemetría,

encontró que una parte de la población de Quetzales del Biotopo del Quetzal se desplaza a

zonas a menor altitud a finales del año en busca de condiciones diferentes de las presentes

en este sitio en esas fechas. Estas áreas aunque bastante degradadas, al parecer aún

proporcionan hábitat para la alimentación, pernoctación y descanso de los Quetzales del

Biotopo. Datos similares fueron obtenidos por otros autores quienes indican que los

Quetzales realizan movimientos altitudinales estacionales a finales del año (Paiz 1996;

Powell y Bjork 1994). En este caso, se determinó que el bosque presente en la cuenca del

río Panimá colindante con la comunidad Panimaquito en el municipio de Purulhá y el área

boscosa de la finca Santa Teresa, constituyen parches de bosque que funcionan como

hábitat inter-reproductivo que proporcionan recursos alimenticios y espaciales a los

Quetzales del Biotopo durante los últimos meses del año. A pesar de su importancia, la

deforestación causada por una amplia variedad de actividades humanas como la tala ilegal,

el uso excesivo del suelo, la cacería y la agricultura, están provocando la perdida estos

bosques, reduciendo los recursos espaciotemporales necesarios para la supervivencia de

estos individuos cuando realizan desplazamientos durante la época inter-reproductiva.

Los meses en los que se observó la salida del Quetzal macho del Biotopo del Quetzal

así como las distancias que recorrió y algunos de los sitios que visitó, coinciden con lo

registrado para otros individuos de Sierra de las Minas y del Biotopo del Quetzal durante

sus desplazamientos estacionales (Paiz 1996). Esto indica que la estacionalidad de los

desplazamientos de los Quetzales de esta zona y la utilización de los recursos espaciales y

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105

temporales muestran ciertos patrones que deben ser considerados en los esfuerzos de

conservación de la especie a nivel local y regional. El hecho de que los individuos de

diferentes poblaciones muestren similitudes temporales y espaciales en la utilización de su

hábitat proporciona información importante para la formulación de estrategias de

conservación de la especie y su hábitat.

Las causas principales de los desplazamientos estacionales de Quetzales a través del

paisaje no se conocen con precisión. Sin embargo, varios autores sugieren que estos

movimientos están relacionados con cambios en la disponibilidad de frutos de las plantas

de las que se alimentan (Skutch 1944; Wheelwright 1983, Avila et al. 1996; Solorzano et

al. 2,000). Bustamante (2012) indica que la producción de frutos de las especies nutricias

del Quetzal dentro del Biotopo del Quetzal cambia a través del tiempo y que a fínales del

año ocurre un descenso significativo de la disponibilidad de frutos dentro del área. Por lo

tanto, esta reducción de disponibilidad de frutos a finales del año podría tener implicaciones

importantes en los movimientos de la especie dentro de su hábitat, pues podría causar el

desplazamiento de individuos fuera del Biotopo en busca de recursos alimenticios hacia

otros parches de bosque cercanos.

Además, otros autores sugieren que cambios en las condiciones microclimáticas del

hábitat de la especie podrían influenciar el uso y patrones de movimientos de los individuos

a través de su hábitat (García-Rojas M.2006; Estudillo 2000; Paiz 1996). En relación a esto,

a pesar de que la temperatura y la precipitación dentro del área del Biotopo son las

características de los bosques nubosos, a finales del año se registran las temperaturas más

bajas y precipitaciones moderadas (Paiz 1996). Posiblemente, la reducción en

disponibilidad de frutos de las especies nutricias del Quetzal aunada a otras condiciones

climáticas como una combinación de precipitación y menor temperatura puedan causar el

movimiento de los individuos del Biotopo hacia parches de bosque aledaños.

El bosque y los recursos utilizados por el Quetzal macho durante su desplazamiento

estacional fueron similares a los de su área de reproducción. Paiz (1996) observó que los

Quetzales del Biotopo utilizaron únicamente parches de bosque nuboso durante sus

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106

movimientos estacionales. Sin embargo, reportó el uso de otros tipos de bosque durante los

desplazamientos estacionales de los Quetzales de Sierra de las Minas. Esto sugiere que el

hábitat principal de la población de Quetzales del Biotopo durante sus movimientos

estacionales son los bosques nubosos que forman parte del Corredor Biológico del Bosque

Nuboso por lo que la conservación de estos bosques es indispensable para la conservación

de esta población.

III.2.3 Hábitos alimenticios del Quetzal

Durante el estudio, los Quetzales se alimentaron principalmente de frutos de varios

árboles y arbustos del lugar, lo cual concuerda con los datos de otros autores quienes

afirman que la especie es predominantemente frugívora en edad adulta (Skutch 1944;

Wheelwright 1983; Ávila, Hernandez, & Verlarde 1996; Solórzano, Castillo, Valverde, &

Ávila 2000). Sin embargo, se observó al macho adulto ingerir una larva de mariposa

durante la época no reproductiva, lo cual es poco común ya que la captura de proteína

animal suele ocurrir durante la época reproductiva con fines de alimentación de las crías

(Skutch 1944; Wheelwright 1986; Ávila 1996). Esto indica que los Quetzales incluyen,

aunque con poca frecuencia cierta cantidad de proteína animal en su dieta incluso en edad

adulta.

A pesar de que el estudio no determinó las preferencias alimenticias del ave, se

observó que varias especies tienen un papel importante en su dieta. El Frutillo (Cornus

disciflora), Cipresillo (Podocarpus oleifolius), Guarumo (Cecropia peltata y C. Sylvicola),

Aguacatillo (Persea donnell-smithii) y Moras Silvestres (Rubus sp.), fueron alimentos

importantes en relación a la frecuencia con la que se observó al ave alimentarse de ellos

tanto en los conteos como mediante la técnica de radiotelemetría.

Además, se observó que los Quetzales seleccionan y varían su alimentación, al

parecer, en relación a la fenología de sus especies nutricias. En general, se observó que los

períodos en los cuales los Quetzales se alimentaron de una especie en particular

corresponden con los períodos reportados como los de mayor disponibilidad de frutos para

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107

esa especie (Bustamante, 2012). Por ejemplo, de julio a agosto de 2010, el Quetzal macho

estudiado mediante telemetría y los Quetzales observados en los conteos mostraron

preferencia por los frutos del Guarumo, período reportado como el de mayor disponibilidad

de frutos para esta planta dentro del Biotopo (Bustamante 2012). Esto sugiere que la dieta

del Quetzal va acoplándose a los períodos de mayor disponibilidad de frutos de ciertas

especies de las que se alimenta. Datos similares se observaron para el Cipresillo y para las

Moras Silvestres.

Por otro lado, varios autores describen a las diferentes especies de aguacatillos

silvestres (Familia Lauraceae) como parte importante de la dieta del Quetzal (Welwhight

1983; Skutch 1994; Ávila 1996; Paiz 1996). Durante el estudio, se observó que la hembra

mostró preferencia por los frutos del aguacatillo (Persea donnell-smithii) durante la mayor

parte del período en el que fue monitoreada, a pesar de que también estaban disponibles

frutos de otras especies como el frutillo y el zapotillo. Seguramente, como lo reportan otros

autores (Welwhight, 1983; Skutch 1994; Ávila 1996; Paiz, 1996), los frutos de esta familia

son de especial interés para el Quetzal debido probablemente a la alta cantidad de aceites

que la pulpa de sus frutos posee. Sin embargo, para conocer las preferencias alimenticias de

la especie es necesario llevar a cabo un estudio específico del tema que incluya la mayor

parte de las especies nutricias del Quetzal a lo largo de su hábitat.

III.2.4 Estado físico de los Quetzales estudiados

La salud o estado físico de las aves se determina en base a varios parámetros físicos

que son medidos en campo. El peso y el acúmulo de grasa son buenos indicadores de la

salud de las aves. La cantidad de grasa acumulada por un ave puede indicar períodos de

estrés, disponibilidad de alimento y otras condiciones que pueden proporcionar información

indirecta sobre la calidad del hábitat en el que fue capturado el individuo (Ralph et ál.

1996). En este caso, el peso del Quetzal macho (240 g.) estuvo dentro del rango reportado

por otros autores (Paiz 1996, (202 g-249 g)) y similar al promedio reportado por Solórzano

y Oyama (2010) (217 g). Sin embargo, su peso relativamente bajo y la ausencia de reservas

de grasa sugieren que es posible que el animal se encontrara en un período de estrés

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108

moderado. Probablemente, esto se deba a que fue capturado a finales de la época

reproductiva durante la cual seguramente, realizó actividades de cortejo demandantes

energéticamente. Por su parte, el peso de la hembra estuvo dentro del rango reportado por

Paiz (1996) (190 g- 225 g) y por arriba del promedio reportado por Solorzano y Oyama

(2010) (204 g). Además, presentó una reserva de grasa moderada principalmente en los

flancos y en el vientre y una ligera protuberancia cloacal. Todos estos datos sugieren que

esta hembra se encontraba en período preparatorio para la época reproductiva. A pesar de

que se pudo establecer el estado físico de los Quetzales estudiados al momento de su

captura, no fue posible volver a capturarlos por lo que no se tienen datos que permitan

determinar cambios en su estado físico a través del tiempo.

III.2.5 Estado de Conservación y Conectividad de los parches de bosque del

Corredor Biológico del Bosque Nuboso

Los movimientos estacionales de Quetzales entre diferentes parches de bosque

podrían tener implicaciones importantes para la conservación de la especie a largo plazo,

pues el flujo de individuos entre diferentes poblaciones mantiene el intercambio genético

que asegura mayor viabilidad de las poblaciones silvestres (Hamilton, 2009; Paiz, 1996;

Powell y Bjork, 1992). El presente estudio, al igual que otros llevados a cabo en la misma

área y áreas cercanas (Paiz 1996; Renner 2004) evidencia la ocurrencia de

desplazamientos estacionales de Quetzales entre parches de bosque nuboso que forman

parte del complejo Sierra de las Minas-Sierra de Chuacús.

Los resultados del análisis del paisaje del Corredor Biológico del Bosque Nuboso,

indican que el Biotopo del Quetzal y Cerro Verde constituyen dos parches de bosque

nuboso relativamente grandes, a la escala del paisaje estudiado, que aún mantienen cierto

grado de conectividad entre sí. Esto implica, que el flujo de Quetzales entre estas dos áreas

aún es factible a pesar de que existen ciertas zonas en las cuales la conectividad entre

ambas es baja debido al avance de la frontera agrícola y al establecimiento de gran cantidad

de asentamientos humanos (Figura 15). En este caso, se observó que durante sus

desplazamientos a finales de año, el Quetzal estudiado utilizó parches de bosque nuboso

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109

que mantiene cierto grado de conectividad con el Biotopo del Quetzal. Seguramente, otros

individuos de la población de Quetzales del Biotopo requieren la utilización de estos

parches para movilizarse hacia Cerro Verde y Sierra de las Minas y viceversa. Además, el

análisis del paisaje permitió determinar que Cerro Verde representa la única vía de

comunicación entre el Biotopo del Quetzal y Sierra de las Minas. Estos resultados indican

que la conservación de la Reserva Cerro Verde es crucial para la conservación del Quetzal

a nivel local.

Además, la conservación de estos tres remanentes de bosque nuboso y de los parches

de bosque circundantes debe ser prioritario tanto para fines de manejo de las áreas así como

para el bienestar de las comunidades locales pues el mantenimiento de numerosas

actividades económicas dependen de la presencia del Quetzal en la zona; además de los

bienes y servicios ecosistémicos que se obtienen del Bosque Nuboso.

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110

PARTE IV

IV.1 CONCLUSIONES

1. A través del estudio se evaluaron diversos aspectos de la ecología, movimientos

estacionales y estado de conservación de la población de Quetzales del Biotopo para

la Conservación del Quetzal. Se concluyó que la especie se encuentra altamente

amenazada por la fragmentación y perdida de su hábitat y que la configuración del

paisaje tiene una influencia importante sobre los movimientos estacionales de la

especie determinando los sitios y rutas de desplazamiento que puede seguir a través

del año.

2. Se estimó que la población de Quetzales del Corredor del Bosque Nuboso posee

entre 82 y 330 individuos. Aunque no existen estudios detallados de los nidos de los

Quetzales y de la proporción de machos y hembras al nacer, se pudo determinar, a

partir de recorridos y seguimientos con telemetría, que la proporción de individuos

machos y hembras va desde 1:1 hasta 2:8.

3. El estado físico de los dos Quetzales estudiados al momento de su captura fue

saludable. Sin embargo, debido a que no fue posible volver a capturarlos no se

tienen datos que permitan determinar cambios en su estado físico a través del

tiempo.

4. Se determinó que la configuración del paisaje tiene una influencia importante sobre

los movimientos estacionales de la especie determinando los sitios y rutas de

desplazamiento que puede seguir a través del año y los recursos alimenticios

necesarios para su supervivencia.

5. Mediante la divulgación de los resultados del proyecto se concluyó que es necesario

el desarrollo de una Estrategia Nacional de Conservación del Quetzal en Guatemala.

Se pretende por lo tanto, llevar a cabo una serie de talleres que tendrán la finalidad

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de reunir a las autoridades y actores sociales competentes para el desarrollo de dicha

estrategia en base a la información obtenida en este proyecto y otras

investigaciones relacionadas con la especie.

6. Como es de esperar la mayor parte de pichones de Quetzal se avistan

inmediatamente después de la época reproductiva entre los meses de febrero y julio.

7. Se determinó que los Quetzales tienen un ámbito hogareño que utilizan la mayor

parte del año. El Quetzal macho llamado “Hugo” utilizó un área de

aproximadamente 2.42 Kms2 y el lugar donde permaneció durante más tiempo fue

la microcuenca que se encuentra entre el Biotopo del Quetzal y la RNP Biotopín

fue el

8. Se identificaron tres patrones de uso del paisaje. El primero, abarcó de los meses de

julio a octubre durante el cual “Hugo” pernoctó en la parte baja de la Cresta noreste

del Biotopo del Quetzal, luego al amanecer entre 5:30 y 6:30 descendió hasta la

carretera y se alimentó de diferentes plantas en el Biotopo del Quetzal, el Biotopín y

el Hotel y Restaurante Los Ranchitos del Quetzal. Una hora antes de atardecer el

Quetzal regresaba a la cresta de la microcuenca, alimentándose en el camino de

frutos e insectos. En el segundo patrón, que abarcó el mes de noviembre “Hugo”

permanció durante el día y la noche en la microcuenca que se encuentra entre

Panimaquito y Cerro Verde. Y el tercer patrón, entre los meses de diciembre a

enero, “Hugo” se desplazó hacia lugares en donde no pudo ser detectado por

telemetría, probablemente hacia afuera del Corredor del Bosque Nuboso.

También se determinó que los primeros dos patrones continuaron ocurriendo desde

julio de 2010 hasta la presente fecha (enero del 2013).

9. Se determinó que dentro del Biotopo del Quetzal ocurren variaciones en la

abundancia de Quetzales a través del tiempo lo que sugiere la ocurrencia de

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movimientos estacionales de por lo menos una porción de la población de Quetzales

del Biotopo hacia otras áreas.

10. Los resultados evidencian la importancia que tiene el Biotopo del Quetzal en la

conservación del Quetzal a nivel local ya que al parecer proporciona el hábitat

adecuado para la reproducción de los individuos que habitan la zona.

11. Varias áreas protegidas y no protegidas aledañas al Biotopo del Quetzal contribuyen

a la conservación del Quetzal proporcionando sitios de alimentación y descanso

para los individuos que se reproducen dentro del Biotopo. Esto implica que las

partes bajas del Biotopo y los bosques aledaños a este, son de gran importancia para

la sobrevivencia de la especie a nivel local.

12. Los datos de telemetría sugieren que a finales de año, al menos una porción de

Quetzales del Biotopo del Quetzal utilizan otras áreas a mayor distancia y a menor

altitud durante varios meses para sobrevivir.

13. Los resultados indican que la estacionalidad de los desplazamientos de los

Quetzales de la zona de estudio y la utilización de los recursos espaciales y

temporales muestran ciertos patrones que deben ser considerados en los esfuerzos

de conservación de la especie a nivel local y regional.

14. Posiblemente, la reducción en disponibilidad de frutos de las especies nutricias del

Quetzal aunada a otras condiciones climáticas como una combinación de

precipitación y menor temperatura puedan causar la salida de los individuos del

Biotopo hacia parches de bosque aledaños.

15. Los resultados sugieren que el hábitat principal de la población de Quetzales del

Biotopo durante sus movimientos estacionales son los bosques nubosos que forman

parte del Corredor Biológico del Bosque Nuboso por lo que la conservación de

estos bosques es indispensable para la conservación de esta población.

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16. Varias especies de plantas son particularmente importantes para la alimentación del

Quetzal. El Frutillo (Cornus disciflora), Cipresillo (Podocarpus oleifolius),

Guarumo (Cecropia peltata y C. Sylvicola), Aguacatillo (Persea donnell-smithii) y

Moras Silvestres (Rubus sp.), fueron alimentos importantes en relación a la

frecuencia con la que se observó al ave alimentarse de ellos.

17. Los datos indican que los Quetzales seleccionan y varían su alimentación, al

parecer, en relación a la fenología de sus especies nutricias. Esto sugiere que la dieta

del Quetzal va acoplándose a los períodos de mayor disponibilidad de frutos de

ciertas especies de las que se alimenta.

18. Al momento de su captura los Quetzales presentaron buen estado de salud. Sin

embargo, no fue posible volver a capturarlos por lo que no se tienen datos que

permitan determinar cambios en su estado físico a través del tiempo.

19. Los resultados indican que el flujo de Quetzales entre el Biotopo del Quetzal y

Cerro Verde aún es factible a pesar de que existen ciertas zonas en las cuales la

conectividad entre ambas áreas es baja. Esto implica que la conservación de la

Reserva Cerro Verde es crucial para la conservación del Quetzal a nivel local y para

el desplazamiento de individuos entre el Biotopo del Quetzal y Sierra de las Minas.

20. La conservación de los tres remanentes principales de bosque nuboso del Corredor

del Bosque Nuboso (Biotopo del Quetzal, Cerro Verde y Sierra de las Minas) y de

los parches de bosque circundantes debe ser prioritario tanto para fines de manejo

de las áreas así como para el bienestar de las comunidades locales pues el

mantenimiento de numerosas actividades económicas dependen de la presencia del

Quetzal en la zona.

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IV.2 RECOMENDACIONES

1. Se recomienda que las actividades de reforestación de las áreas pertenecientes al

Corredor Biológico del Bosque Nuboso y otras aledañas al Biotopo se realice

utilizando especies nativas del lugar, en especial aquellas que tengan importancia

alimenticia para el Quetzal. Además, se recomienda la creación de viveros

forestales en los cuales se cultiven especies nativas del lugar incluyendo especies

nutricias del Quetzal.

2. Fortalecer el sistema de educación ambiental en el área con el fin de fomentar la

conservación del Quetzal y su hábitat.

3. Promover la conservación del Corredor Biológico del Bosque Nuboso y de los

parches de bosque aledaños al Biotopo del Quetzal con el fin de proveer sitios

adecuados para la realización de movimientos estacionales de los Quetzales del

lugar.

4. Se recomienda la conservación de los tres principales remanentes principales de

bosque nuboso del Corredor del Bosque Nuboso (Biotopo del Quetzal, Cerro Verde

y Sierra de las Minas) y de los parches de bosque circundantes debido a que su

mantenimiento promueve el bienestar de las comunidades locales ya que numerosas

actividades económicas dependen de la presencia de parches conservados de bosque

nuboso y de la presencia del Quetzal en la zona.

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134

IV.4 ANEXOS

Anexo 1. Apertura y marcaje de transectos de muestreo para la toma de datos de

abundancia de quetzales en el sitio de estudio.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009

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135

Anexo 2. Toma de datos de abundancia relativa de quetzales sobre transectos de

muestreo.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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136

Anexo 3. Colocación de redes de niebla para la captura de quetzales.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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137

Anexo 4. Muestreos con redes de niebla para captura de quetzales.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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138

Anexo 5. Captura, toma de medidas y marcaje de quetzal macho.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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139

Anexo 6. Captura, toma de medidas y marcaje de quetzal macho.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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140

Anexo 7. Captura, toma de medidas y marcaje de quetzal hembra.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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141

Anexo 8. Seguimiento de movimientos de quetzales marcados con radiotransmisor

mediante la técnica de radio-telemetría dentro del Biotopo del Quetzal y en el

Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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142

Anexo 9. Seguimiento de movimientos de quetzales marcados con radiotransmisor

mediante la técnica de radio-telemetría en el Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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143

Anexo 10. Seguimiento de movimientos de quetzales marcados con radiotransmisor

mediante la técnica de radio-telemetría en el Biotopo del Quetzal y Corredor

Biológico del Bosque Nuboso.

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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144

Anexo 11. Algunas especies de aves capturadas durante los muestreos con redes de

niebla dentro del Biotopo.

(Chlorospingus ophthalmicusTraupidae) (Seiurus noveboracensis: Parulidae)

(Myadestes unicolor: Turdidae) (Dendroica townsendi: Parulidae)

(Aulacorhynchus prasinus: Rhamphastidae) (Tyranidae)

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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145

Anexo 12. Algunas especies de plantas nutricias del quetzal registradas dentro del

Biotopo del Quetzal y Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Oreja de Burro (Clusia salvinii).

Palo Amarillo (Rhamnus capreaefolia).

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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146

Anexo 13. Algunas especies de plantas nutricias del quetzal registradas dentro del

Biotopo del Quetzal y Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Mora Silvestre (Rubus sp).

Frutillo (Cornus disciflora).

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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147

Anexo 14. Algunas especies de plantas nutricias del quetzal registradas dentro del

Biotopo del Quetzal y Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Guarumo (Cecropia peltata).

Sapotillo (Prunus brachybotrya).

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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148

Anexo 15. Algunas especies de plantas nutricias del quetzal registradas dentro del

Biotopo del Quetzal y Corredor Biológico del Bosque Nuboso.

Guatitum (Synardisia venosa).

Aguacatillo (Persea donell-smithii)

Fuente: Proyecto FODECYT 40-2009.

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149

Anexo 16. Fotografías de la Reunión de Presentación de Resultados del Proyecto en

las instalaciones del Centro de Estudios Conservacionistas de la Universidad de San

Carlos de Guatemala. Febrero 2013.

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150

PARTE V

V.1 INFORME FINANCIERO