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CONTRA LA GUERRA efraínrojasbruschetta “Tú no pediste la guerra, madre tierra, yo lo sé.” (“Adagio en mi país”, Alfredo Zitarrosa) Hay ruido en el país. Hay un crescendo de sonidos contrapuestos: en tanto se multiplican las voces que desde el pueblo exigen verdad, justicia, paz, libertad, democracia auténtica, desde las esferas del poder un coro vociferante pretende imponer las alabanzas al statu quo y sus bondades, mientras realmente van marchando al compás de tambores de guerra. Porque en México hay guerra. Y también en ese sentido existen dos realidades yuxtapuestas y contrapuestas. Por un lado, existe desde 1994 la declaración de guerra del EZLN contra el gobierno mexicano, cosa que se olvida constantemente, dado que los combates abiertos cesaron casi desde el principio, al establecerse una tregua –no la firma de la paz, ni mucho menos la rendición del EZLN- respondiendo al llamado de la sociedad civil. Tregua que el zapatismo sigue respetando, al costo de ser ellos quienes siguen poniendo los muertos, bajo el ataque constante del gobierno, la traición de la clase política y el letargo y desmemoria de esa misma sociedad civil. Por otra parte, y no abiertamente declarada, pero criminalmente letal, está la guerra sistemática del gobierno, la clase política y los intereses que representan, contra el país entero, y especialmente contra los sectores sociales que resisten el modelo económico antipopular y el modelo de dominación política que lo impone. Y así llevamos ya alrededor de 200 mil muertos y más de 20 mil desaparecidos. Ayotzinapa es el símbolo de esta guerra, y la sucia campaña de desprestigio y olvido que se ha desatado contra ese reclamo, desde los cínicos llamados del Presidente a “no quedar atrapados en la tragedia” hasta las hipócritas declaraciones de una parte de la jerarquía religiosa, pasando

Contra La Guerra

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Artículo sobre los riesgos actuales de estallido de guerra en México.

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CONTRA LA GUERRA efranrojasbruschettaT no pediste la guerra,madre tierra,yo lo s.(Adagio en mi pas, Alfredo Zitarrosa)

Hay ruido en el pas. Hay un crescendo de sonidos contrapuestos: en tanto se multiplican las voces que desde el pueblo exigen verdad, justicia, paz, libertad, democracia autntica, desde las esferas del poder un coro vociferante pretende imponer las alabanzas al statu quo y sus bondades, mientras realmente van marchando al comps de tambores de guerra. Porque en Mxico hay guerra. Y tambin en ese sentido existen dos realidades yuxtapuestas y contrapuestas.

Por un lado, existe desde 1994 la declaracin de guerra del EZLN contra el gobierno mexicano, cosa que se olvida constantemente, dado que los combates abiertos cesaron casi desde el principio, al establecerse una tregua no la firma de la paz, ni mucho menos la rendicin del EZLN- respondiendo al llamado de la sociedad civil. Tregua que el zapatismo sigue respetando, al costo de ser ellos quienes siguen poniendo los muertos, bajo el ataque constante del gobierno, la traicin de la clase poltica y el letargo y desmemoria de esa misma sociedad civil.

Por otra parte, y no abiertamente declarada, pero criminalmente letal, est la guerra sistemtica del gobierno, la clase poltica y los intereses que representan, contra el pas entero, y especialmente contra los sectores sociales que resisten el modelo econmico antipopular y el modelo de dominacin poltica que lo impone. Y as llevamos ya alrededor de 200 mil muertos y ms de 20 mil desaparecidos.Ayotzinapa es el smbolo de esta guerra, y la sucia campaa de desprestigio y olvido que se ha desatado contra ese reclamo, desde los cnicos llamados del Presidente a no quedar atrapados en la tragedia hasta las hipcritas declaraciones de una parte de la jerarqua religiosa, pasando por los lamentables pronunciamientos de la oficialidad militar y la manipulacin de los medios de difusin, demuestran que el poder vertical no cede un pice, cueste lo que cueste.

En el marco de la aplicacin sistemtica de la Guerra de Baja Intensidad (ese conjunto de medidas de todo tipo que los manuales militares gringos recomiendan para desarticular toda oposicin a sus intereses), los poderosos de este pas y sus amos trasnacionales le apuestan al aumento de la militarizacin y la represin, desde arriba, y por abajo, a la polarizacin social, encubierta bajo el discurso manipulador de la paz y el orden social en el marco del actual estado de cosas y el modelo econmico neoliberal. El proceso electoral en marcha en 2015 cumple en este sentido la funcin de distraer, mediatizar y neutralizar la energa de la protesta social, fomentando la ilusin de la institucionalidad democrtica violentada y corrompida por el Estado mismo- como un supuesto patrimonio colectivo nacional a cuidar, con defectos secundarios y superables: los muertos se sepultan en las urnas funerarias y se olvidan en las urnas electorales. Punto.En el fondo, sin embargo, tres escenarios que hace no mucho parecan impensables se han ido dibujando: dictadura fascista, guerra civil, e invasin yanqui. Lo paradjico es que ya estn aqu, disfrazados por la habilidad del Estado mexicano para implementarlos sin que se les reconozca abiertamente. Justo en eso consiste lo que Octavio Paz esboz en El ogro filantrpico y Vargas Llosa consagr como la dictadura perfecta. Si histricamente el Sistema de Partido de Estado se construy en Mxico mediante el control corporativo de la sociedad civil, su progresiva inclinacin a la derecha y su subordinacin cada vez ms abierta al imperialismo, sostenidos en una represin creciente, son ya la dictadura fascista. El fraude electoral con que la partidocracia neoliberal se ha venido imponiendo solo ha sido posible por los mecanismos clientelares de ese mismo corporativismo que impuso a Pea Nieto, y al apostarle a la beligerancia de los grupos bajo su control (como Antorcha Campesina y sus recientes demostraciones de fuerza), incluyendo la estrategia de la paramilitarizacin (como en Chiapas contra el EZLN) y el papel contrainsurgente del crimen organizado en connivencia con el gobierno (como se revel en Iguala), el Estado fomenta una guerra civil embozada. La militarizacin y policializacin crecientes que esto conlleva, promovidas por el gobierno estadounidense bajo el pretexto de la lucha contra el narcotrfico y condensadas en la Iniciativa Mrida (cuya funcin es garantizar las condiciones de desarrollo depredador del capital trasnacional en nuestro territorio), implican la invasin no declarada y s descarada que desde hace mucho tenemos encima.

En este marco, el supuesto discurso pacifista del poder no es ms que la paz de los sepulcros: su verdadero rostro es la guerra. Toda iniciativa por la paz, para ser vlida, deber cambiar este estado de cosas. Deber significar libertad, democracia, dignidad y justicia, construidas desde abajo. Volviendo a Zitarrosa:Canta mi pueblo una cancin de paz.Detrs de cada puerta, est alertami pueblo, y ya nadie podrsilenciar su cancin, y maana tambin cantar.https://www.youtube.com/watch?v=K7p2OcJVItA