Contra Las Redes Sociales

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Contra Las Redes Sociales

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    y las falsas comunidades delredes socialesredes sociales

    Capital

    Contra las

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    SUMARIO

    - Contra las redes

    sociales y las falsas

    comunidades del

    Capital. p.3

    - Apendice I:

    Ciudadano ya ests

    muerto. p. 21

    - Apendice II:

    Ansiedad. p. 23

    - Apendice III:

    [poema] Antonin

    Artaud. p. 27

    Libros y otros materiales a preciosaccesibles...

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    [email protected]

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    y las falsas comunidades del capital 3

    Contra las redes sociales y lasfalsas comunidades del Capital

    Introduccin. Intento de entendimientoa partir de la totalidad

    Lo concreto es concreto, porque es

    la sntesis de mlples determinaciones,por lo tanto, es unidad de lo diverso.

    Grundisse, Karl Marx

    Las redes sociales son un producto de (y para) la demo-cracia1y su ideologa ciudadanista, stas a su vez son unaunidad inseparable y tienen como eje la siguiente premi-

    sa: el ocultamiento de los antagonismos de clases en la

    sociedad capitalista, y la reduccin de este antagonismo

    a simples categoras,en las cuales cada una de ellas slo

    cumple una funcin [nuevamente] deyparael Capital, esdecir su manutencin.

    En la democracia, el proletariado (como clase portado-

    ra de la negacin de las condiciones existentes) es desva-

    necidoy se anexa a la comunidad reicada y fetichizada

    del dinero(es decir, esa comunidad que naci de un largoproceso histrico, erigiendose por encima de la humani-

    dad y que ahora gobierna con leyes propias todas las rela-

    ciones de produccin, o en otras palabras: es un poder aje-

    no a los humanos pero creado por las mismas fuerzas sociales

    en las que ellos interactuaban).

    Dicha integracin se da en forma de individuos ciuda-

    danos y civilizados, libres e iguales para la compra e inter-

    cambio de mercancas. Claro, todo ello en detrimento deque esa libertad e igualdad, no son otra cosa que la despo-

    sesin (como proletarios) de nuestros medios de reproduc-

    cin de vida, orillndonos a intercambiar (en condicin de

    igualdad, comopartculas, como unidades) frente a la bur-

    1- Para profundizar en la crca de la democracia recomendamos el librode Miriam Qarmat, Contra la democracia en: hp://gci-icg.org/books/Contra_la_democracia_Miriam_Qarmat_enero_2006.pdf Otro texto dondese enmarcan estas posiciones en un hecho ms puntual es el Dossier Guerrade clases en Mxico: polvorn social y terror democrco: hps://ia600506.us.archive.org/16/items/DossierN2/Dossier-N2.pdf

    guesa nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario.

    Ese reino mercantil nos hace acreedores a una libertad,

    una facultad que consiste en elegir entre ser explotado o

    reventar de hambre en el paro.

    Todo lo anterior descrito es a resumidas cuentas el pro-

    ceso por el cual el Capital exprime nuestras vidas a su an-

    tojo y mediante el cual el sistema capitalista se fortalecey revitaliza. Sin embargo la actual crisis de valorizacin

    del Capital que viene agudizndose desde hace ya casi

    una dcada, no slo recrudece la lgica de explotacin ya

    impuesta, sino adems propicia tensiones blicas e impe-

    rialistas entre bloques burgueses; junto a un incremento

    acelerado de la extraccin de fuentes minerales y ener-

    gticas (cuya consecuencia ha sido la destruccin de los

    ecosistemas a ritmo vertiginoso); y a esto se suma que el

    proceso de reproduccin de la fuerza de trabajo, hoy msque nunca, no puede alcanzar [ni con zancadillas] una m-

    nima estabilidad, debido al exceso de mano de obra que

    no logra absorber el mercado esto dicho en palabras de

    los economistas, apologistas de la biologa del Capital.Por esta razn, el paroaumenta ao con ao en cada

    rincn del planeta, estimndose oscuras cifras que (den-

    tro de los prximos 40 aos) sobrepasarn arriba del 60%

    de la poblacin mundial en condiciones de precariedad.

    (porcentaje y cifras porque la ramicacin burguesa

    llamada estadsticaas nos delimita).

    Salta a la vista tambin, que para salvar (todava ms)

    la tasa de ganancia que reposa en las cuentas bancaras

    que la burguesa mundial auto-administra para s misma;

    la tasa de explotacin se ha agudizado al mismo tiempo, y

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    el Estado tiende a desembarazarse de todas las polticas

    econmicas que hace dcadas requiri implementar el

    Capital para revitalizar y recomponer la fuerza de trabajo,

    que haba sido mermada por las anteriores crisis y las lla-

    madas dos guerras mundiales.

    De este modo, los recortes salariales, de pensiones, losdespidos masivos, los contratos temporales, el outsoursing,

    y las jornadas cada vez ms extensas; son algunas de lassituaciones que diariamente presenciamos y vivimos en

    carne propia los proletarios.

    Y aunque esta nueva oleada de ataques brutales del

    capitalismo, ha tenido respuesta por parte de su antago-

    nista natural (histrico), mediante protestas y revueltas;

    aun as, la podredumbre no se detiene y las contradiccio-

    nes siguen agudizndose.

    Es en este escenario donde la burguesa procura con

    tenacidad incrementar su potencial contrarrevoluciona-

    rio, presentndose bajo nuevas caretas para colocar sus

    viejas ideologas como el nacionalismo, el ciudadanismoy la religin (las cuales ahora gozan de un nuevo discurso

    para maquillar mejor su carcter reaccionario). Siendo

    que hoy da ese aparato ideolgico tiene el respaldo in-

    telectual que la posmodernidad se ha encargado de asig-

    narle, mediante conceptos ultraliberales como: tolerancia,

    multiculturalismo, apertura, dialogo, libertad de palabra,

    libertad de prensa, libertad religiosa, atesmo, inclu-

    sin, salud, ecologa y culturizacin.

    Lo anteriormente expuesto, repetimos, es el bastin en

    el que la democracia, es decir la dictadura del Capital, se

    sustenta. Pero su poder no reside en una simple estruc-

    turacin con bases ideolgicas encargadas de separar y

    atomizar cada aspecto de la vida; la fuerza armada, mi-

    litar, policial y carcelaria para el control, la conquista y

    el dominio ha sido determinante para mantener funcio-

    nando las relaciones de valorizacin.Y sin embargo, tam-

    poco se limita a ese aspecto; el capitalismo siempre se ha

    valido de la ciencia (nunca neutral) en su diversidad de

    ramicaciones que posee, con el n de reproducirse, ex-

    pandirse, e incluso sustentarse ideolgicamente. Con la

    supuesta esquematizacin de lo que respecta al comporta-

    miento humano, la ciencia, bajo sus preceptos morales, ha

    desarrollado diversas teoras para aplicarlas a diferentes

    grados y escalas sociales: el conductismo, la psicologa, el

    psicoanlisis social, la psiquiatra (o cualquier otra de sus

    variantes).

    El conjunto de todos estos estudios que la burguesa

    desarrolla en esquemas y modelos en base a la experi-

    mentacin continua (tanto en humanos como animales),no se estimulan slo para la creacin de nueva produccin

    farmacutica que retribuye ganancias; no, pues su objeti-

    vo es hacer ms ecientes los esquemas que sirven para

    el manejo y control [a nivel social] de las conductas que

    estorban, entorpecen o impiden al Capital obtener de las

    las proletarias una fuerza de trabajo ms eciente.

    Y ya que se ha tocado el aspecto que concierne a la

    aplicacin de la ciencia en lo social, es imposible dejar de

    lado otro aspecto importante: la manipulacin de las psi-

    ques para amoldarlas y controlarlas, dando por resultado

    la reproduccin de las conductas deseadas. El miedo, el

    terror, la histeria y los shocksinfundidos en las crceles,

    pasando por los discursos de presidentes o los sermonesde los lderes religiosos, son la muestra que evidencia has-

    ta dnde ha llegado la burguesa para fortalecer su domi-

    nio.

    Las escuelas y los centros de trabajo son tambin re-

    cintos que cumplen la tarea de condicionamiento, disci-plinamiento, encuadramiento, mecanizacin (y por su-puesto, tambin de) ideologizacin. Desde la meritocraciaque contextualiza el ambiente escolar en una competen-

    cia, cuyo objetivo es clasicar a los alumnos en base a

    promedios, hasta llegar a la selectividad que se realiza en

    los ltros de las empresas llamados recursos humanos, los

    cuales determinan la permisiva o la refutacin de quienes

    pueden ingresar a los puestos de trabajo. Esto demuestra

    como los mtodos de terrorismo desarrollado por las cien-

    cias de la psicologa, se generalizan para impregnarse y

    ejercerse en todas las estructuras del Capital, vistos slo

    como seres productivos, para as, cuando dejemos de ser-

    lo, ser arrojados a la basura (destruidos y en condiciones

    nauseabundas). El punto nodal de todo este cmulo de

    premisas, es que el Capital debe cumplir todas esas me-

    didas (y muchas otras ms) para la manutencin de un

    sistema que gira en torno a su benecio.

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    El ocio mercantil es un fundamento parael embrutecimiento y la atomizacin

    La cultura dominante consta de una determinante bsica: transformar absolutamente todo sin que cambie nada en esencia.Las cadenas televisivas y de todos los medios de comunicacin saturan sus contenidos con ideologas varias anes al ordenburgus, eslos de vida hedonistas o de apariencia progresista, civilizada, pequeoburguesa a la masa popular se la retrata

    fesva, chvere, soadora, llena de fe religiosa. Los libros de autoayuda se venden por miles: recetas contra la depresin, lagordura, el amor y dems chucheras llenan las estanteras de las libreras. Literatura ocasional para un pblico ocasional:novelas de moda, literatura consagrada, Harry Poer, Crepsculo, lo lmo sobre el narco o la chatarra poliquera del

    momento. La msica es lo peor. El ruido es ms bello que las alabanzas a la idiotez que se oyen por todos lados.Esta es nuestra cultura, aparte del adiestramiento escolar y las tontas idas a los museos de arte moderno, alternavo, arteurbanoel teatro, o los conciertos de msica culta a las que a veces se asiste por puro esnobismo o casualidad. Las salas decine se atascan de familias y adolescentes aburridos, necesitados de experiencias asombrosas, sin tener que moverse de su

    butaca acojinada. Los conciertos, entre ms gente asista a uno, es sinnimo de la simplonera que se ejecuta sobre el escenario.Debemos escuchar la msica de moda, el llamado del amor de los canta-autores analfabetas elevados al nivel

    de poetas, el eco contagioso de los sonidos del gusto popular.Canciones de amor, o mejor dicho, de esa aberracin que se llama amor y se vende y se compra porque as el mercado lo

    ordena. Ese falso senmiento que destruye las relaciones humanas en vez de hacer lo contrario, por qu? Por estar podridode lugares comunes: lamentarse por la amada/o, por el inel, por la relacin terminada, y un sinn de ideas propias del mundo

    unidimensional en el que vivimos, que gusta de alojarse en el senmentalismo baratoms excesivo y depravado que podra encontrarse.

    Cantos de sirena, GAC (Grupo anarco comunista) 2012

    Las redes sociales tienen como basamento el ciudada-

    nismo, porque de entrada son parte de la dinmica del

    consumo de mercancas que ofrece el mercado de la pro-

    duccin del ocio; y el ocio no es otra cosa que el tiempo

    [colonizado] que el capitalismo se ha encargado de parce-

    lar. Es decir, lo que comnmente se conoce como el tiem-

    po libre no escapa a la lgica de la totalidad con la que el

    Capital domina el mundo.

    Siendo ms precisos, tal concepto el tiempo libre no

    es ms que una simple careta, la cual busca minimizar ladimensin catastrca que se vive bajo el Capital desde

    su aparicin, y tal dimensin real no es otra que la de cons-

    tituir la esclavitud moderna. El tiempo libre, en realidad esuna parte [inseparable] de la extensin de la jornada la-

    boral, que por un lado, ayuda a la valorizacin del Capital

    permitiendo a los proletarios un consumo ms variado de

    mercancas (cuando se descansa se producen mercancas,

    puesto que todo consumo es produccin y toda produc-

    cin es consumo); y por otro, con el tiempo librese dejan

    reposar momentneamente los cuerpos y las masas cef-

    licas de quienes da tras da tienen que desempear con

    igual o mayor eciencia, la produccin de mercancas en

    los [odiados] centros de trabajo [tortura].Pero por qu en la sociedad capitalista el tiempo

    libre es tan aorado?

    La destruccin de la comunidad primitiva (donde la

    actividad humana estaba enfocada a la produccin y re-

    produccin de las necesidades de la vida en su totalidad,

    sin aspectos separados, sin distincin de espacios, pues la

    caza, la recoleccin, el juego, la contemplacin y la expre-

    sin se fundan en un mismo conjuntodel ser) trajo consigo

    el desarrollo de las civilizaciones (con sus sistemas de do-

    minacin), dando por ltimo, el lugar para la instauracin

    del capitalismo a escala mundial. La concepcin de mun-

    do y de realidad que se nos hace acatar desde la cuna has-

    ta la tumba, no es otra que la de la clase dominante; o vale

    exponerlo como lo citan en Cuadernos de Negacin #6:

    La sociedad capitalista niega su propia historia, niega que

    ha conformado algo as como un mecanismo de pensamien-

    to social basado y ofuscado bajo sus preceptos. Ocultando su

    nacimiento oculta su muerte, y ocultando su lgica oculta la

    necesidad de una nueva imaginacin social.

    La burguesa siempre va remarcar que el trabajo, la ex-

    plotacin y su dominacin, son eternos y hasta necesarios,nunca vacilar en emplear cualquier discurso o mtodo

    que justique su existencia. Y si decimos que el sistema

    capitalista es totalitario, es porque su fundamento hist-

    rico tiende a que en esta relacin social de produccin

    (basada en la acumulacin en base a la ganancia) la vida

    es subsumida a cada aspecto de las relaciones sociales

    imperantes, a su lgica, la del dinero, la acumulacin, la

    cosicacin y el intercambio (puesto que esas categoras

    no son simples ideas, sino una fuerza social y material).

    No siempre el Estado emplea al ejrcito y la polica

    para imponer la sumisin; y cuando la religin de un Dios

    tampoco es suciente para amoldar las mentes inquietas,

    es aqu donde entra el trabajocomo mtodo til que re-toma el embrutecimiento religioso, mezclndolo con ladisciplina militar.

    No hace falta detenernos en explicar cada uno de los

    aspectos que hacen del trabajo una cotidianidad de muer-

    te. Bien se puede sintetizar ese punto, con la armacin

    que expuso Marx en los manuscritos de 1844: Primera-

    mente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no

    pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se

    arma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado;

    no desarrolla una libre energa fsica y espiritual, sino que

    mortica su cuerpo y arruina su espritu. Por eso, el traba -

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    jador slo se siente junto a s mismo fuera del trabajo, y en

    el trabajo fuera de s mismo. Est en su casa cuando no tra-

    baja y cuando trabaja no est en su casa. Su trabajo no es,

    as, voluntario, sino forzado, trabajo forzado.Por eso noes la satisfaccin de unanecesidad, sino solamente un me-dio para satisfacerlas necesidades externas al trabajo.Su

    carcter extrao se evidencia claramente, en el hecho de que

    tan pronto como no existe una coaccin fsica o de cualquierotro tipo se huye del trabajo como de la peste. Por lo tantoel trabajo representa la parte medular del capitalismo y

    el proceso revolucionario debe batirlo junto a todos sus

    fundamentos (el valor, el cambio, la mercanca y las unida-

    des autnomas de produc-

    cin).

    La repulsin natural

    que el proletariado siente

    hacia el trabajo (faltando

    a laborar con falsos justi-

    cantes, procurando llegar

    tarde, matando horas en el

    bao, extendiendo su re-ceso, jugando o bromean-

    do con sus compaeros, robando objetos de la ocina, etc.)

    es mermada con dosis ideolgicas de endiosamiento hacia

    el trabajo (otorgndole un carcter de dignicacin);

    ya sea para aminorar la dimensin catastrca que posee

    como fuente de explotacin y miseria universal, o abierta-

    mente para convertirlo en el elemento del hombre ideal

    que todo idiota tildebe acuar y defender.Adems no hay que olvidar que todo centro de traba-

    jo engendra un ambiente donde impera la hostilidad y

    la tensin (delacin, grupos de complicidad con el jefe,

    guardias de seguridad, etc.) Ese conjunto de hechos, lle-

    van nuevamente a rearmar en el proletariado su repudio

    hacia el trabajo.

    Sin embargo, una vasta mayora de los proletarios,

    que continan atrapados y sumidos en la dinmica de

    ciudadanos e individuos libres, contemplan la esclavitud

    asalariada como algo eterno, un destino que no pueden

    eludir; y por consiguiente la destruccin del capitalismo

    es impensable y a veces hasta indeseable (cuando de

    hecho, les es ms posible, ms viable, el advenimiento de

    un apocalipsis de cualquier tipo para el planeta en su

    totalidad).

    Y mientras esperan sin reticencias una redencin o

    un nal catastrco, se contentan con satisfacer sus frus-traciones (a las que llaman deseos) en el lapso de tiempoque les deja a disposicin el Capital. Pero la ccin del

    tiempo librees una falsa esperanza del espectculo bienmontado; el tiempo libreest supeditado al dinero, puesese tiempo que la burguesa asigna slo puede ser reali-zado mediante la posesin de ste (y la nica manera deobtenerlosin romper la legislacin burguesa que amena-za encarcelarnoses trabajando asalariadamente). Care-cer de dinero implica privarse de llevar a cabo cualquieractividad (desde trasladarse hasta adquirir un alimentodel ms bajo costo). No tener dinero nos excluye del inter-

    cambio de nuestras necesidades [convertidas ya en mer-cancas], en un mundo gobernado por el totalitarismo dela mercanca misma, del valor de cambio.

    Pero si se interioriza el rol de esclavo asalariado, el

    mercado ofrece opciones de cmo ocupar ese tiempo libre

    de forma variada, siempre dentro de los estndares que

    dicta la lgica ciudadana, es decir, en la permisividad que

    el Estado otorga y delimita, la cual no puede ser otra sinoaquella que se desenvuelve en el espacio que apropia, be-

    necia y contribuye a la reproduccin de la esfera mer-

    cantil, de la circulacin del dinero.

    Edicios histricos, calles, avenidas, parques, plazas,

    foros de eventos, estadios,

    museos, cines e inclusive

    reas naturales protegi-

    das estn unidas por un

    hilo comn: ser recintos

    para el espectculo2 que

    sustenta falsas comuni-dades (clubes, grupos de

    amigos, compaeros esco-lares, equipos deportivos,

    subculturas, etc.) entrelazadas por intereses mezquinos e

    individualistas. Cada ciudadano (idiota til) puede rego-cijarse de estar representado por alguna mierda de iden-tidad. Las comunidades del Capital dan a elegir desdellevar una vida sedentaria o una vida como deportista, ser

    seguidor de los reality shows o pertenecer a un club lite-

    rario, comer alimentos chatarra o comida orgnica salu-

    dable, pasar la noche en un antro o en un bar, pasear en

    bicicleta o en automvil, hacer turismo nacional o extran-

    jero, hacer ecoturismo o jugar videojuegos, asistir a un

    concierto de msica rock, punk,metal, pop, salsao de msi-

    ca folklrica, cultural, sinfnica; comprar ropa de marca o

    comprar prendas autctonas elaboradas artesanalmente,

    ser seguidor de una serie de tv o de otra, ser de izquierda o

    derecha, ser heteroogay En n, una extensa serie de op-

    ciones, en las cuales, la tecnologa misma (en colaboracin

    con las instituciones del Estado) tiene cabida para formar

    parte de esa gran familia ideolgica que har ms cabal

    la enajenacin y parcializacin, estableciendo su ideal de

    diversidad y elevando la paz social a niveles txicos e inso-

    portables de miseria ciudadana.

    2- A lo largo de este texto cuando se hace mencin del conceptoespectculoo sociedad del espectculo para nada nos limitamos a una referencia a losmedios de comunicacin o a la crca de los shows de TV y la farndula, sino queretomamos el trmino en su sendo total con el cual Guy Debord describe a lassociedades en las que el Capital llega a un nivel de alienacin donde la dictaduramercanldomina a plenitud; haciendo indispensable su manutencin en basea fuertes dosis de ideologa (falsa consciencia), aunado a la fragmentacin de lavida en parcelas especializadas (polca, economa, salud, educacin, trabajo,etc.) en donde se niega la realidad en su conjunto, adems del dominio de larepresentacin; donde la vida ya no es vivida directamente, sino por mediode sus representaciones fechizadas (imgenes, apariencias, simulaciones, falsaconsciencia, etc.). Ver La sociedad del espectculo, Guy Debord, en: hp://www.sindominio.net/ash/espect.htm y dems textos relacionados en: hp://www.hommodolars.org/web/spip.php?arcle2725

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    Las condiciones que dieron vida a las redes socialescomo facebook y twitter ya se gestaban desde hace dca-

    das, y con esto de ninguna manera nos referimos al aspec-

    to que concierne a los aos de investigacin cientca en

    la modernizacin satelital, las tecnologas sensoriales, la

    bra ptica, etc. Mucho menos tiene que ver la extensa co-

    mercializacin de los numerosos dispositivos que permi-

    ten su uso; nada de lo mencionado nos ayuda a entender

    la cuestin. Fuera de las pantallas del mundo aparencial

    que yacen en los dispositivos electrnicos, la ciudadaniza-

    cin ya es efectiva. En pleno siglo XXI, las comunidadesvirtuales son un complemento extra, efectivo para agudi-zar ms la clasicacin de las falsas comunidades iden-titarias, las cuales ya existen para los diversos espaciosdesignados a la reproduccin del credo a cada quien susmercancas.

    Si las redes socialeshan brotado, es debido a que la pu-

    trefaccin social es su campo de cultivo para germinar.

    Siendo evidente que, adems de todo, en el capitalismo

    orece una sociedad esquizoide de la miseria genera-

    lizada. Pero este efecto de la sociedad, no se deja a la

    deriva sin una elocuente intervencin de los gestores del

    Capital, pues de no ser administrada adecuadamente esta

    psicosis social podra desbordarse y salirse de control

    (dando como resultado manicomios y crceles atascadas,

    u hordas de drogadictos y matones en las calles), hechoque afectara la productividad de las sacrosantas econo-

    mas nacionales.

    La democracia necesita procurar que sus esclavos/ciudadanos (al menos los que estn laborando o en con-

    diciones de hacerlo) permanezcan sucientemente cuer-

    dos para producir y consumir mercancas. Se les otorga el

    tiempo libre, y gracias a l, soarn, anhelarn, gritarn,

    drenarn y escupirn las frustraciones, los resentimien-

    tos, las angustias, las ansiedades en suma, vivirn revol-

    cados en la zozobra que les deja su esclavitud salarial (mi-

    serias de las que no escapan la familia y las relaciones

    personales].

    Nada de esa inmundicia se entender como fundamen-

    to de la sociedad capitalista destructible y superable;

    por el contrario, se le asumir como la realidadnatural

    e inevitable para justicarla, reproducirla y defenderla.

    Por lo tanto, el consumo de drogas, de sueos de xito e

    identidades (alicientes por excelencia en esta sociedad

    burguesa) podrn ser reforzados llevndose al plano de

    las comunicaciones tecnolgicas. Con la tecnologa quebrinda espacios virtuales, ms cmodos y ms accesibles,ahora se maneja y canaliza mejor la reproduccin de todala podredumbre cotidiana, til para llenar los vacos antela necesidad depertenencia a algn estndar o estereotipodictado por la publicidad, la moral imperante o las ideo-

    logas automarginalistas; por si fuera poco, la psicologaaplicada, complementar algunas de sus funciones en esos

    espacios virtuales, procurando un desempeo ms ptimopara manipular las emociones de los usuarios, quienes sinpercatarse de inmediato, terminarn enganchados a las

    Las redes sociales son la extensin de las falsascomunidades del Capital; y una brecha ms para la alienacin

    De nada vale interpretar, eso tambin es apariencia, es idea, es ccin, lo real es transformar, actuar, crear. Los esclavossomos espectadores pasivos, estamos bajo un mundo que nos somete a su dictadura, al control y manutencin del Estado, y nohacemos ms que negar todo ello en nuestros cerebros, es nuestras ideas, creemos que somos profesores, abogados, jvenes,

    viejos, escolares, desempleados, enamorados, buenos, hijos, padres, deporstas, hinchas, rockeros, etc., pero solo somos tuercasdentro de la maquinaria, sin vida propia, sin eleccin. No reconocemos quienes somos. El sistema te condena a tener diversas

    formas, diversas apariencias, permiendo que puedas imaginarte y pensar que eres nico y diferente, cuando tu base material esla misma de la de miles de millones humanos degradados a la raza proletaria. En conclusin eres un pobre

    y triste humano que vive para enriquecer a otro.Hacemos cosas que parecen nuestras, parecen individuales, parecen decisiones personales, pero solo seguimos la danza

    mercanl impuesta por los dueos y amos del mundo, que tambin se rigen por las leyes de la sacrosanta economa capitalistaEl sistema ha impuesto su lenguaje miscador y legalizado del mundo bajo la dictadura del dinero. El sistema habla, dialoga,

    te llama, te escucha, hace que hables y que lo criques (aparentemente) pero mientras no rompas con su esencia, con laproduccin mercanl, la propiedad privada, y la plusvala, todo seguir siendo parte del show, del espectculo. No importa si

    hablas, cricas, o le respondas al sistema, si le hablas en su lenguaje y dentro de l, todo conna intacto.Notas iconoclastas, Comit de Urgencia

    La fantasa es otro elemento que se uliza para favorecer el funcionamiento del orden existente. Introyectando en todos laidea de soar aquello que en la miserable realidad no se puede ni podr sasfacer. De antemano se hace hasta lo imposible por

    sobreponer el deber ser ( ideal) ante el molesto ser (realidad). Ser rico, atracvo, feliz, simpco, astuto, o, tener un auto,una pareja sexual y senmental envidiable, una casa grande con alberca y jardn, una carrera terminada, un doctorado, viajes

    alrededor del mundo, cientos de amigos, en n, xito. Aspiraciones excntricas que el Capital, por medio de su publicidad yeducacin, deposita en las conciencias de todos, hacindolas pasar como verdades absolutas, incuesonables e irrefutables.

    Fantasias. Sobre una teora del exito-fracaso, GAC (Grupo anarco comunista)

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    dinmicas de aquellas empresas a las que se han suscrito.Cabe hacer hincapi, que la burguesa no ha hecho

    otra cosa sino valerse, en este caso de las tecnologas co-

    municacionales para dinamizar y desarrollar su poder

    econmico y poltico, puesto que sus ejes giran en torno a

    diversas necesidades de su esfera privada. Los adelantos,

    se lanzan a la venta como nuevas mercancas al mercado

    y adems esas mismas tecnologas agilizan la movilidadde otras mercancas; por otra parte, se anexan a las tec-

    nologas de vigilancia y control; que por si fuera poco, son

    un excelente vehculo donde se reparten grandes dosis de

    ideologizacin.

    El xitoy elfracaso son las consignas que des-

    de luego deban enarbolar como bandera aquellas

    tecnologas que ya por s mismas constituyen parte

    del discurso del progreso y el desarrollo. El xitoy

    elfracaso,el ser aceptado o rechazado en base al

    estatus. Bajo el dominio del Capital, ser rechazado

    es un temor de la misma proporcin casi, o a veces

    mayor que el de morir de inanicin, bajo la bala

    de un esbirro o a causa de una enfermedad curable.Los lineamientos sociales marcados por la ley del

    valor de cambio, asignan las mismas categoras a la

    vida humana: la cuanticacin y el benecio.

    Las redes sociales que de entrada son empre-

    sas, su razn de existencia es perseguir el lucro

    dinerario, y ms que eso, operan como un autn-

    tico vertedero de mierda democrtico, basado en

    el sufragio mayoritario [sea de modo consciente

    o inconsciente, eso es irrelevante], por medio de

    funciones que exhiben el nmero de usuarios que

    respaldan, aprueban o desaprueban, lo que una

    empresa, grupo, marca, artista o individuo [adscri-

    to a esas redes] expone o dice. Las redes sociales

    fungen como tribunas de y para el individuo que

    se perla egosta y propietario. Los conceptos de

    mi privacidad, mis amigos, mis fotos, mis se-

    guidores, refuerzan an ms la ilusin de estar en

    posesin de algo o en estado de algo, o si se quiere,

    sirve para dotarse de una coraza que permita ais-

    lar, momentneamente, las carencias y vacos emo-

    cionales, para as continuar con el espectculo, no

    dejando lugar a las sospechas de que indaguen, o

    lleven a descubrir su existencia, como estndar a

    la de un ciudadano que es igual de miserable que

    los otros.

    Debido a eso, no nos es extrao que ser usuario de fa-

    cebook o twitter conduzca a padecer fuertes delirios que

    sumergen en estados crnicos de ansiedad, obsesin, frus-

    tracin, autismo, dependencia, narcisismo, etc. Despus

    de todo, esas plataformas son una extensin de las falsas

    apariencias, de la danza del espectculo mercantil donde

    todo se exagera o se sobredimensiona, donde se reprodu-

    cen las ideologas del Capital, y sobre todo, donde se lle-van a cabo experimentos depsicologa social para deducir

    cuanproductivosy maleablesse pueden llegar a ser.

    Cada quien se lamenta de la vida, de lo mal que le va en el amor, de la carrera trunca, de los hijos que se rebelan, de lasautoridades que abusan, y sin embargo, los podrs ver todos los domingos frente al televisor viendo

    el reality show en boga o el futbol de la liga europea.Seguirn votando por el pardo polco de siempre, deseando a las actrices de la TV, leyendo las revistas y peridicos de chismes.Ellos quieren ser como sus arstas de moda, como los que salen en la telenovela, como los rockstars que viajan en jets privados y

    cantan canciones de protesta, como el vecino prospero de la colonia, como el empresario millonario, como el narcotracante.Cantos de sirena, GAC (Grupo anarco comunista)

  • 7/21/2019 Contra Las Redes Sociales

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    y las falsas comunidades del capital 9

    Otra recurrente falacia que nos venden esas empresas

    es la de estar comunicados; desde luego, el contacto

    que se mantiene en dicha comunicacin no es otra cosa

    que transmisin y recepcin de basura: miserias de la so-

    ciedad civil, de la familia, la escuela, el trabajo, los ami-gos, o si se quiere (como la cita expuesta arriba) de nues-

    tras inconformidadesal sistema. Pero todo al nal, es una

    continuidad de la falsa interaccin que entablamos fuera

    de las redes, una comunicacin basada en moralismos, en

    la auto-complacencia o tambin, en los choques de egos.

    Sin embargo, esos aspectos mencionados son apenas una

    remota consecuencia que concierne al problema de la co-

    municacin.

    Histricamente desde su nacimiento y conforme se

    desarrolla, el capitalismo ha acaparado y se ha adueado

    del espacio comn, con la nalidad de extender la instau-

    racin tanto de sus reas de produccin (fbricas, talleres,

    campos, represas, puertos, minas) como de sus zonas des-

    tinadas a la circulacin de mer-

    cancas, conectadas unas con

    otras. La aplicacin tecnolgica

    al campo de las comunicaciones

    no slo se emple para los ca-

    minos carreteros, vas frreas,

    martimas y las construcciones,

    sino tambin para el desarrollo

    de instrumentos, de tcnicasque coordinasen mejor esa cir-

    culacin. Hoy en da ese factor

    es primordial para el poder delCapital, y por eso lo domina, en

    algunos aspectos mediante em-

    presas privadas, en otros directa-

    mente a travs de sus gobiernos

    (el quin administre los medios

    de comunicacin no constituye

    ninguna diferencia, pues son de

    antemano, un monopolio de la

    burguesa).

    Lo que se designa comunica-

    cin y libertad de desplazamiento

    ya estn mediados y regulados, pues en primer lugar el

    mundo capitalista se encuentra parcelado en territorios

    asignados polticamente de acuerdo a triunfos o derrotas

    en las conquistas y las guerras imperialistas que han te-

    nido lugar a travs de los siglos. Para el proletariado laclase explotada y sometida al trabajo no existe ni siquie-

    ra posibilidad de movimiento ni desplazamiento con res-

    pecto a su voluntad. Las lneas que dividen los mares y los

    continentes en los mapas, son los mrgenes fronterizos a

    los que estamos sometidos mediante controles territoria-

    les: patrullas, milicos, documentacin, registros, amenazas

    de deportacin, prisiones para quienes trasgreden las l-

    neas migratorias ilegalmente, etc.

    Si estamos separados geogrcamente de amigos o

    parientes, se debe a la imposibilidad de cubrir los costos

    de un viaje o a las restricciones legales de residir en otro

    territorio, no por nuestra voluntad, sino porque la regula-

    cin de la economay la seguridadlo demandan. O en su

    Medios de comunicacin = mediosde aislamiento y sumisin

    Recordemos las conversaciones que tenemos diariamente, hablamos y hablamos, dialogamos sin parar con la pareja, con lafamilia, con los compaeros del colegio, del trabajo, del barrio, con los amigos de empo, con los parientes lejanos, por facebook,

    por whatsapp, por celular, qu decimos, de qu hablamos: cmo vamos en los estudios, cmo va el trabajo, cmo va la familia,

    cmo van nuestras compras, las novedades en las endas, los sios de moda, los conciertos, las estas, las chicas, los chicos,el problema de salud de el o o de la abuela, en casos ms jodidos, del cansancio del trabajo, del mal gobierno de derecha(o izquierda), de la falta de dinero, del profesor que nos reprob, del aumento que no tuvimos, y en el caso ms radical de la

    movilizacin sindical de maana, del problema en Irak o en Espaa, del Imperialismo norteamericano, del sub-desarrollo, etc.Todo esto es slo una ilusin, nada de esto es real, estas conversaciones no son nuestras, no conversamos para destruir nuestra

    esclavitud sino que la dejamos en alguna parte del cerebro, encerrada, olvidada, no queremos saber, no queremos ornos, no

    queremos ser conscientes de lo que pasa realmente como dice la pelcula Una esclavitud voluntariaNotas iconoclastas, Comit de Urgencia

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    contra las redes sociales10

    defecto, son las situaciones de guerra o violencia ganste-

    ril [producto del Capital], las que obligana desplazarsehacia tierras lejanas, para muchas veces encontrarse ante

    una situacin no menos peor.

    El capitalismo, sin embargo, an pese a algunas leves

    limitaciones que le pueden acarrear las disputas impe-

    rialistas; permite a la burguesa, trasladarse a cualquier

    lugar en que vea oportuno instaurar sus negocios o haceruna invasin.

    Por otra parte, distribuye a los proletarios en dos for-

    mas, 1.- Como habitantes de un pas, basndose en sus c-

    ciones metafsicas depatria, nacin, raza, cultura. Y, 2.- Los

    separa an ms, connndolos en periferias, cercados,

    bajo condiciones insalubres, en espacios pequeos, satu-

    rados y/o devastados; pero sobre todo, apartados de los

    territorios donde se asienta la burguesa.

    Ante la carencia de dinero y permisos para viajar a

    ciertas distancias, se nos brinda una solucin como

    consuelo. Si antes se acostumbraba el simple carteo, los

    fax, el telfono y despus los e-mails, ahora el mercado

    ofrece modernos telfonos y computadores donde hay ac-ceso a las redes sociales. Ahora s estamos bien comunica-

    dos, pero esa situacin es equiparable a la situacin de

    un preso, quien recibe una visita mensual, para comuni-

    carse, pero est mediado por una cabina cubierta con un

    grueso muro y un grueso cristal con pequeos agujeros.

    Las redes sociales pretenden que nos traguemos la

    ilusin de que estamos bien comunicados, cuando en rea-

    lidad, nuestra ubicacin geogrca [y por ende, nuestra

    capacidad de traslado] estn supeditadas a nuestra condi-

    cin econmica y adems son controladas/reguladas por

    el Estado; mientras que para acceder a las tecnologas que

    permiten esa comunicacin, se deben cubrir determinadas

    cuotas por el costo de tarifas que las empresas asignan,tanto para adquirirlas como para mantenerlas funcionan-

    do. Se acepta la distribucin demogrca y la asignacin

    de espacios que el Estado hace a partir de las relaciones

    de clase; se acepta por consiguiente que el trabajo asa-

    lariado, el dinero y la mercanca en su conjunto, sean la

    nica realidad posible [y deseable] para el ser humano.

    Para concluir este punto, si las nuevas tecnologas nos

    ensimisman y nos evaden de entablar relaciones directas,

    es gracias a que previamente, las condiciones de indivi-

    dualizacin estaban en marcha desde mucho antes, es de-

    cir, mediante la ciudadanizacin de la vida, cuya proclamasupedita la totalidad hacia la exaltacin del individuo in-

    dependiente, egosta y del deber ser. Y porque la neurosisque reina en la sociedad capitalista, exacerba el uso de

    alicientes que conllevan, no a subvertir la realidad, sinode hecho, a defenderla y asumirla como una condicinnatural.

    La expansin de la informca y su dominio sobre todos los aspectos de lavida muestra que estamos somedos al rgimen del aislamiento controlado.

    Los estragos comedos en los 60 por la TV son amplicados por la micro-informca que permite a cada cual quedarse en casa

    conservando la ilusin de hablar con alguien.

    Os Canganceiros #3

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    y las falsas comunidades del capital 11

    Los reformistas, demcratas y socialdemcratas de

    toda monta, hacen demasiado escndalo cuando algn

    gobierno de su respectivo pas, insta a los directivos de

    facebook o google a implementar medidas que exijan a

    los usuarios de estos sitios proporcionar sus datos o mo-

    derar el contenido que deciden publicar. Su alarmismo es

    una falacia, puesto que las redes sociales y las empresas

    corporativas ms fuertes que dominan el internet no sonneutrales, ellas siempre han cumplido con las exigenciasde intereses particulares.

    Facebook, google, twitter, son empresas colaboradoras

    directas de los rganos de inteligencia como la CIA, la NSA

    y el FBI. Es por eso que la reciente poltica implementa-

    da por facebook, en la cual se exige asus usuarios proporcionar su nombre

    autntico abdicandodel uso de seud-

    nimos; era solo cuestin de tiempo para

    que se aplicara, de hecho, no extraara

    que en un futuro prximo las claves de

    ingreso a una cuenta personal de FB, se

    hagan obligatoria y nicamente posi-

    ble por medio de un registro de huellas

    dactilares o escaneo ptico.

    Por diversos medios se ha ltrado

    cantidad de informacin en la cual se

    revelan los diversos mtodos de extrac-

    cin de informacin que lleva a cabo lared social azul. El escaneo de caras en

    fotografas, el estudio detenido de todo

    texto que los usuarios escriben y que

    despus noenvan, el seguimiento delpuntero del mouse [incluso aunque no

    se haga click] con el n de rastrear las

    pginas que se visitan son algunas de

    las tareas que realizan los potentes or-

    denadores de las empresas que recaban

    informacin en distintas partes del glo-

    bo. La polica y los diversos rganos de

    seguridad nacional solicitan a las empresas a diario datos

    de usuarios, datos que desde luego son entregados.

    Tener una cuenta en Facebook (por muy austera y mo-

    derada que sea en la publicacin de datos personales) im-

    plica automticamente, proporcionar al Estado un medio

    rastreo y registro de las actividades que se realizan y las

    personas con quien se entabla alguna relacin. Es ah don-de reside el punto principal que delata la enorme estupi-dez imperante de los activistas, quienes consideran a lasplataformas de los poderosos(los mismos que reparten lamiseria en el mundo y adems dirigen masacres contra

    nuestra clase), como un medio de difusin de la lucha, o

    peor an, como un mtodo de lucha.

    El terrorismo capitalista se materializaen su desarollo tecnolgico

    El Estado, por una parte debilitado en extremo por los ataques del proletariado que al igual que su economa soporta

    diariamente desde hace diez aos, y de otra parte, por la incapacidad de sus gestores, puede disimular igual de bien ambascosas, encargndose de escenicar solemnemente el espectculo de la sacrosanta defensa comn contra el monstruo

    terrorista, y puede en nombre de esa piadosa misin, exigir de todos una porcin suplementaria de su exigua libertad, que

    reforzar el control policial sobre toda la poblacin. Estamos en guerra, y en guerra contra un enemigo tan potente quecualquier otra discordia y cualquier otro conicto seran actos de sabotaje y de desercin: no se ene el derecho de ir a la huelgageneral ms que para protestar contra el terrorismo. El terrorismo y el estado de urgencia permanentes, un estado de urgenciay de vigilancia, he aqu los nicos problemas, o al menos los nicos a los que est permido e incluso vivamente recomendado

    consagrarse. Todo lo dems no existe, y debe ser olvidado, por lo menos debe ser callado, guardado, reprimido en el inconscientesocial, ante la gravedad de la cuesn del orden pblico. Y, ante la obligacin universal de defenderlo, todos estn invitados ala delacin, a la cobarda, al miedo: la cobarda se convierte, por primera vez en la historia, en una cualidad sublime, el miedoest siempre juscado, el nico valor no despreciable es el valor de aprobar y sostener todas las menras, todos los abusos

    y todas las infamias del Estado. Como la crisis actual no excepta a ningn pas del planeta; la paz, la guerra, la libertad y laverdad no enen ya ninguna frontera geogrca: su frontera atraviesa igualmente a todos los pases,

    y todos los Estados se arman y declaran la guerra a la verdad.

    Sobre el terrorismo y el Estado, Gianfranco Sangine

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    contra las redes sociales14

    Las falsas crticas: apertura para el terreneoreformista que secunda la sociedad del espectculo

    Al igual que la proliferacin de las ciber-redes; las cr-

    ticas hechas a las plataformas como son facebook y twi-

    tter no se han hecho esperar. Tales crticas desde luego

    denuncian la complicidad y los nexos que guardan esas

    empresas con los rganos de inteligencia de los gobiernos

    en cada pas, as como del nivel de estimulacin que exa-

    cerba el narcisismo, el ensimismamiento y el autismo que

    ha dado como resultado el reforzamiento de una crisis en

    las relaciones humanas.

    Por ms informacin

    que aporten y por ms con-

    testatarias que se muestren

    las denuncias, todas esas

    crticas son limitadas por

    no rebasar el terreno del

    reformismo; el cual se de-dica a parcializar, a aislar y

    reducir el problema a una

    cuestin de malaadminis-

    tracin y abusiva gestin

    de ciertas tecnologas. No

    se comprende que ese ex-

    cesivo y sosticado control

    al que asistimos hoy en da,

    es producto de una poltica

    de contencin social que

    el capitalismo implementa

    junto a otros elementos como la militarizacin, la moder-

    nizacin de drones, la video vigilancia, la construccin de

    crceles y los controles fronterizos para lograr una mayor

    manutencin y eciencia de los intereses que se nutren

    de la acumulacin de valor.

    Los reformistas expresan en sus discursos variopintas

    modalidades para quejarse, desde el dejar de usar las re-

    des sociales(presentado como una opcin personal, como

    iniciativa individual), po-

    sicionndose a favor de

    la privacidad, por el

    derecho a la libertad de

    expresin, por el cese a la

    censura, etc. Reforzndose

    la falacia que asimila los

    nuevos productos [enaje-nantes] del mercado como

    derechos universales, y luego

    exigiendo al Estado que Al

    igual que la proliferacin

    de las ciber-redes; las cr-

    ticas hechas a las platafor-

    mas como son facebook y

    twitter no se han hecho es-

    perar. Tales crticas desde

    luego denuncian la compli-

    cidad y los nexos que guar-

    18 de agosto de este mismo ao [2012], coincidiendo con la visita del Papa a Madrid, ene lugar en el centro de la ciudad una

    manifestacin de protesta. En la Puerta del Sol se cruzan manifestantes y peregrinos, se produce cierta tensin y en un momento

    dado la polica comienza a cargar en diferentes zonas de la plaza, algunas de las cuales se encontraban en una situacin de

    absoluta calma. Un compaero es agredido mientras camina tranquilamente, sin aviso y sin contexto de enfrentamiento

    alguno; la porra de los andisturbios le abre una brecha en la cabeza de la que mana abundante sangre. Se levanta como

    puede y se mezcla entre la gente que abarrota el centro de Sol. Miradas de perplejidad y un sinn de cmaras de fotos y mviles

    inmortalizando la escena (que por otro lado, y desgraciadamente, no ene nada de inslita). El empo pasa, la gente hace fotos,

    al nal sale un chaval que ofrece su ayuda. Nadie le secunda. Saca a nuestro compaero hasta llegar a un portal, est mareado

    y la sangre ofrece una estampa ms aparatosa que grave. Se acercan varias personas. Primero preguntan qu ha hecho el

    agredido, despus uno de ellos comenta: Puedo sacarte fotos para mi blog?. La respuesta no se demora: No. Puedes

    conseguirme una botella de agua y algo para limpiarme la herida?. El bloguero y sus

    compinches desaparecen calle arriba, nunca ms se supo de ellos.

    El acto compulsivo de fotograar y grabar se repite de igual manera en el cumpleaos de un hijo, que en un evento deporvo

    cualquiera o en un concierto. La imagen es el irritante tesmonio que nos asegura que estuvimos all, y que adems nos permite

    pregonarlo a los cuatro vientos (principalmente por medio del correo electrnico y las tediosas redes sociales). Un acto en

    apariencia intrascendente, pero que arroja un mensaje desolador sobre las formas y

    estrategias comunicavas que se van imponiendo.

    Por qu se hacen fotos?, a qu exigencia responde esa prcca?, comunicava?, documental?, arsca? Hay relacin

    entre la candad de imgenes que circulan entre nuestros cuerpos (alrededor de ellos, a travs de ellos y sobre ellos) y el

    aislamiento que dene la vida en la ciudad?, se fotograa y graba todo porque estamos solos o estamos solos porque nos

    dedicamos a este po de conductas que nos separan y escinden de la accin real (y por tanto comparda, vivida)? Podemos

    realmente responder a la pregunta de qu es lo que hay detrs de las imgenes?La trana de la imagen, (Blog)

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    y las falsas comunidades del capital 15

    dan esas empresas con los rganos de inteligencia de los

    gobiernos en cada pas, as como del nivel de estimulacin

    que exacerba el narcisismo, el ensimismamiento y el au-

    tismo que ha dado como resultado el reforzamiento de

    una crisis en las relaciones humanas.

    Por ms informacin que aporten y por ms contesta-

    tarias que se muestren las denuncias, todas esas crticas

    son limitadas por no rebasar el terreno del reformismo;el cual se dedica a parcializar, a aislar y reducir el pro-

    blema a una cuestin de mala administracin y abusiva

    gestin de ciertas tecnologas. No se comprende que ese

    excesivo y sosticado control al que asistimos hoy en da,

    es producto de una poltica de contencin social que el

    capitalismo implementa junto a otros elementos como la

    militarizacin, la modernizacin de drones, la video vigi-

    lancia, la construccin de crceles y los controles fronteri-

    zos para lograr una mayor manutencin y eciencia de los

    intereses que se nutren de la acumulacin de valor.

    Los reformistas expresan en sus discursos variopintas

    modalidades para quejarse, desde el dejar de usar las re-

    des sociales(presentado como una opcin personal, comoiniciativa individual), posicionndose a favor de la pri-

    vacidad, por el derecho a la libertad de expresin, por el

    cese a la censura, etc. Reforzndose la falacia que asimila

    los nuevos productos [enajenantes] del mercado como de-

    rechos universales, y luego exigiendo al Estado que inste a

    las empresas a no cometer abusos en la utilizacin de da-

    tos. De esta manera, se crea un enorme sesgo que sita a

    las redes (y por consiguiente, las empresas que las gestio-

    nan) como entidades aparte, independientes de los rganos

    de poder de la burguesa.

    Por otro lado no cabe duda que el sensacionalismo y el

    sentimentalismo son emociones que conguran la moralburguesa imperante en las redes sociales (lo polticamen-

    te correcto). No es una casualidad que en los ltimos aos,

    cuando se documentan y se realizan reportajes de mani-

    festaciones en las redes sociales, los grupos ms incontro-

    lados que deciden llevar a cabo acciones transgresoras de

    sabotaje, son objeto de denuncia, calumnias y delacin,

    por parte de todos los buenos ciudadanos apstoles del

    pacismo.

    Y si todos los reformistas y socialdemcratas no en-

    cuentran mejor espacio para verter sus ideas que el de las

    redes sociales; es porque ese terreno es frtil para la pro-

    pagacin de sus ideologas de contencin (puesto que sus

    seguidores, o mejor dicho espectadores, obedecen sin mu-cho esfuerzo a los designios de quienes encumbran como

    sus lderes o guas). Las redes sociales son como sus segun-

    das tribunas, de esta manera ya no solo las asambleas son

    los nicos espacios donde pueden sabotear las iniciativas

    ms radicales. Ahora con el apoyo del mundo virtual han

    adquirido una relativa ventaja para echar abajo cualquier

    tentativa subversiva, anulndola mediante trminos cuan-

    titativos, que sin vacilar en gastrselas para fabricar cuan-

    ta calumnia y mentira que consideren pertinente, podrn

    respaldarse democrticamente tras las mayoras [repre-

    sentadas en likes], contribuyendo en conjunto a reforzar

    los corrales de la poltica civiloide y parlamentaria.

    En qu forma? De igual manera que en los mtines

    los lderes polticos y sindicales berrean sus discursos

    emotivos a quienes estn bajo los templetes, para que

    al concluir el ritual reciban sus respectivos aplausos, gri-

    ten sus demaggicas consignas y nalmente exhorten a

    los asistentes a retirarse de la misa; en las redes socia-

    les, todos los sectores de la izquierda socialdemcrata yclasemierderapublicarn su propaganda que surtir elmismo efecto de pasividad e inmovilismo, consiguiendo

    crear atmsferas de triunfos, indignacin e inclusive

    crticas, que desde luego, no rebasan el contexto de lo

    polticamente correcto.

    Este punto no sera completo sin remarcar un aspecto

    importante que acontece en el mundo aparencial y de lo

    polticamente correcto que impera en las redes sociales,

    el cual ha dado un lugar destacado a la indignacin

    como forma de protesta para reaccionar ante la injusti-

    cia(concepto burgus). La indignacinsirve y ha servidopara fomentar todo tipo de ideologas3 victimistas que

    nicamente propician subsumirse ms al poder del Esta-do, concibindolo en una forma paternalista, evadiendo yocultando su intrnseco carcter de gendarme del Capital.En resumen, la indignacin es un buen germen para laaccin pacista y asctica-cristiana, es decir, para la man-sedumbre y el sometimiento de los explotados ante el te-rrorismo de Estado y sus fuerzas del orden.

    3- La ideologa, como tal, debemos entenderla como una conguracinfragmentaria de la realidad, o falsa conscienciaque pretende ser explicacin dela generalidad (en base a ideas). La ideologa parte de la misma incomprensinde la totalidad. Fundamentalmente la ideologa cuando ene la pretensin deser la verdad, deviene de una doctrina, un sistema de ideas o un tal conoci-miento parcial de algo y lo posiciona como explicacin de la generalidad delmundo.

    La ideologa busca amoldar la vida social eminentemente prcca y

    contradictoria, a sus presupuestos fantscos y espectaculares. Entonces,

    la ideologa no es una simple quimera (Debord), es decir no es un conjunto

    de ideas que asimiladas individual o grupalmente buscan permanecer como

    tales. La ideologa es falsa conciencia material, en tanto pracca deformada,

    que acta como un cuerpo vivo que, atado de pies y manos, camina de rodillas

    como solucin mgica a su paraplejia. La sociedad capitalista es la sociedad

    de la ideologa por excelencia, aturde la praxis real, la separa y consuma en su

    pasividad latente, recrea imaginarios y razones que juscan su espectacular

    sistema de explotacin, dominacin, alienacin, pero tambin de contradiccin

    y antagonismo. La ideologa es la solucin desde la conciencia social de las

    contradicciones de clase que no han sido superadas realmente. (Marx) Sobre

    todo, en periodos histricos contrarrevolucionarios.

    Ver ms en: hp://www.hommodolars.org/web/spip.php?arcle5374

  • 7/21/2019 Contra Las Redes Sociales

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    contra las redes sociales16

    Las redes Nuestras aliadas?

    Muy de moda est darles un protagonismo central a las redes sociales en el desarrollo de los movimientos sociales, en elasociacionismo proletario. Se llega hasta decir que son ellas las que crean el movimiento, o que son los actores principales delos movimientos que han surgido lmamente. Cuando, por el contrario, el capitalismo ha creado y desarrollado el individuo

    egosta, separado y aislado; y todos los aparatos de enajenacin, desde la televisin, al computador, a esas redes, son elementoscentrales en la atomizacin de los seres humanos. Esas tcnicas enen la funcin central de limitar, todo lo posible, las relaciones

    humanas directas y sustuirlas por una comunicacin basada en la mediacin espectacular de las imgenes y textos. Porotro lado, esas ideologas llegan hasta hacer una apologa del desarrollo tcnico del capitalismo, para as ocultar, debilitar, al

    verdadero sujeto en desarrollo, es decir al proletariado en lucha como el protagonistadel asociacionismo de los movimientos sociales.

    Por ello, sera ms correcto armar que es a pesar de esas redes que los proletarios se asocian, y que ulizan esas tcnicasdesviando, pirateando y rompiendo sus lmites para desarrollar un contenido totalmente antagnico al porqu fueron creadas.

    Revista Comunismo #63

    En Facebook, las cuentas (o pginas) ajenas al conteni-

    do ciudadanizado, no dieren de la dinmica de los sitios

    administrados por socialdemcratas, pacistas, artistas,

    marcas de productos, frikis, pedlos, etc. Todo lo que

    forma parte de ese mundo virtual, nos conna a la ato-

    mizacin y al aislamiento, a tomar el rol de espectadores,

    a no dar la cara ante situaciones reales, a enmascarar la

    cobarda con el ego, formando parte de las falsas comu-nidadesen este mundo cosicado, demostrando as, quelas redes sociales nos han quitado ms cosas de la que su-puestamente nos han dado.

    Es sumamente desagradable que muchos grupos, co-

    lectivos y dems personalidades que se asumen del medio

    revolucionario, se empecinen en no hacer ruptura con las

    idealizaciones posmodernas y progresistas que han propi-

    ciado reforzar el poder del ciudadanismo y la democracia.

    Es detestable que an con el conocimiento que se tiene

    sobre los efectos nocivos que propician las redes sociales/ciudadanistas, se hagan concesiones promoviendo el uso

    de esas plataformas en las que el enemigo nos vigila y as-

    la.

    Repetimos: las redes sociales son, como ya se expuso,

    parte de ese conglomerado que ha reforzado la dispersin,

    en vez de propiciar saltos cualitativos. Facebook, twitter,

    cadenas de correo, whatsapp, etc., son en su conjunto,

    una especicidad que acenta la ideologa de la burgue-

    sa (individualismo, egosmo, ciudadanismo, atomizacin,

    narcisismo), incentiva el espectculo (o sociedad del es-

    pectculo), sobredimensiona informaciones para provocar

    efectos psicolgicos de histeria, terror y resignacin, y por

    ltimo, ayuda a hacer ms efectivos los aparatos estatalesde vigilancia y espionaje.

    Mientras, elementos fundamentales para la lucha de

    nuestra clase, tales como la discusin, el debate y la ac-

    tividad, son reducidos a una vulgaridad caricaturizada

    en todos los aspectos. La abundancia de informacin e

    imgenes que circulan a diario por las redes, refuerzalapasividad y el conformismo, fomentando unhacer basado

    en el cumplimiento del deber moral. En las redes sociales,

    no importa si se es muy anarquista, muy comunista,muy

    ecologista radicalo muy feminista, an las tentativas de di-

    fusin de imgenes y textos que se pretenden radicales

    (bajo el pretexto de romper los esquemas comunes de lo

    que se acostumbra a publicar ah), pasan inmediatamente

    a ser nulicadas; pues todo posicionamiento publicado

    (posteado), obedece a desazolvar cargos de conciencia (re-

    siduos de complicidad con la pasividad), creyendo que se

    hace algo til alpublicar, dar likeo compartirdetermina-

    dos contenidos en especco.

    Por citar algn ejemplo: acciones de propaganda como

    la pega de carteles y la pinta de consignas contestatarias

    en las paredes de las calles, que previamente requieren

    una articulacin organizativa, ahora resultan innecesa-

    rias puesto que hay una nueva alternativams cmoda

    que sustituye esa necesidad. Basta conpegaruna ima-

    gen incendiaria en el muroy compartirla con tus contac-

    tos.

    Parafraseando a Guy Debord: no se puede combatir la

    alienacin bajo formas alienadas; es decir, de igual mane-

    ra que no se puede destruir a este sistema de domina-cin mediante el camino de su ideologa, sus mtodos y

    estructuras; en el caso de las redes socialesdebe quedar

    ms que claro el rol que desempean. La comunidad de

    lucha proletaria mundial, se materializa realmente en su

    prctica por fuera y en contra de todos los rganos, ideo-

    logas y aparatos del Estado-Capital. Es evidente que las

    plataformas cibernticas son algo superuo que no ayuda

    a la consolidacin de nuestra lucha, puesto que ah, en lasredes sociales nunca hubo ni habr lucha, solo una falsarepresentacin de ella.

    Es reduccionista y absurdo plantear que el internet es

    una de nuestras armas en este siglo, puesto que eso pasa in-

    mediatamente a armar que la lucha es dependiente deldesarrollo tecnolgico (y el desarrollo tecnolgico siem-

    pre es por y para el Capital). Adems no se debe olvidar

    que el asociacionismo proletario se desarroll desde el

    inicio de las sociedades capitalistas sin ser ste determi-

    nado por los avances tecnolgicos, por lo tanto, el in-

    ternet no resuelve ni va a resolver las problemticas que

    conciernen a las implicaciones del desarrollo de la lucha

    y la estructuracin de la fuerza necesaria para vencer al

    enemigo.

    La crtica expuesta, no busca que nos rompamos la ca-

    beza pensando cmo podramos crear tal cosa como: un

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    y las falsas comunidades del capital 17

    medio de comunicacin y difusin puro ajeno totalmente

    a internet.Lo que se pretende decir, es que, la efectividad

    de la lucha depender NO de lo que se discuta a travs de

    los computadores sino de lo que seamos capaces de arti-

    cular partiendo de la experiencia y posiciones histricas

    e invariantes de nuestra clase en la lucha contra el capital

    mundial, sus representantes, defensores y falsos crticos.

    La destruccin del capitalismo y la instauracin dela comunidad humana, depende de cuanta claridad, ge-neralizacin, extensin y fuerza se tiene durante la agu-dizacin de los antagonismos de clase, en que el asocia-cionismo del proletariado revolucionario empuje a forjarun programa verdaderamente radical, de ruptura con losfundamentos que dan pie a la dominacin existente.Yesto quiere decir que entre ms se desarrolle la lucha enla calle, los centros de estudio, de trabajo, en los barrios,en la lucha contra el despojo,es decir, en las necesidadesmateriales de los acontecimientos; ms se evidenciar

    cuan superuo y obsoleto es el crear una lucha en base a

    plataformas cibernticas-virtuales.

    Aun as, de antemano, como proletarios partidariosde la insurreccin generalizada, no tenemos reservas en

    armar que, tanto en las presentes y futuras revueltas,

    as como en la agitacin armada generalizada contra el

    Estado es y ser inevitable el uso de la tecnologa que la

    burguesa ha creado (transportes, armas, medicinas, dis-

    positivos electrnicos, etc.). Tal hecho no nos asusta, pero

    lo que debe quedar claro es que su uso no delimita un

    carcter poltico a nuestro favor slo por el hecho de uti-

    lizarlo. An (en el caso de los dispositivos tecnolgicos)

    en su uso ms subversivo, tal como hackear para robar o

    sabotear sistemas informticos, militares y de seguridad

    del Estado capitalista; sera absurdo que a partir de eso se

    hiciera un fetiche del internetpara izarlo como bandera.

    Crear, desarrollar y utilizar mtodos que nos eviten

    emplear las plataformas comerciales y otras sujetas a

    la vigilancia por parte del Estado, si bien, es una tarea

    importante y fundamental para diversas situaciones, de

    nada sirve si de nuevo, a partir de ello, se cae en impulsar

    una falaz premisa como una guerra social virtual por medio

    de los sistemas computacionales, al estiloAnonymous, Snow-

    den oAssange.Tal planteamiento, nos arrastrara de nuevo

    a una deplorable situacin donde unos especialistas son

    los encargados de cumplir ciertastareas, mientras el resto

    apoya fungiendo en la condicin de simple espectador.

    Los postulados del ciber-activismo, al enfocarse y redu-

    cir su actividad a un terreno deguerra ciberntica, saltan

    por encima de muchos aspectos cruciales, contribuyendo

    a agudizar la confusin acerca de quin es el enemigo;

    careciendo de esa perspectiva, los ciber-activistas incu-

    rren fcilmente en posicionarse a favor de determinados

    gobiernos de izquierda/progresistas, auspiciando de estemodo toda la propaganda que alienta la adhesin en las

    diversas pugnas que se gestan en los conictos interbur-

    gueses, contribuyendo a las guerras imperialistas! Por

    consiguiente, la nula claridad que porta la ideologa ci-

    ber-activista hace de sus posiciones un cuerpo igual de re-

    accionario que no dista en su contenido de aquellas ideo-

    logas gestionistas/comunalistas que plantean superar o

    destruir el capitalismo sin revolucin social mundial.

    De qu sirve indagar continuamente con informacio-nes que develan los negocios, trampas y suciedades querealizan tras el teln todos los gobiernos, si se sigue acep-tando la existencia de estos bajo cualquier forma? o peor

    an Para qu insistir en sensibilizar, cuando frente a losataques rapaces que la burguesa ejecuta a diario en con-tra nuestra, es la pasividad quien domina y da apertura ala inmovilidad frente al terrorismo del Estado?

    Finalizando este apartado, remarcamos que aunque seexhorte a dejar de estar suscrito a las redes sociales, estono recae como solucin sujeta a iniciativas individuales ogrupales, ni se debe a que Mark Zuckenberg es escoria(y desde luego lo es). Es indispensable romper con las re-

    des junto con todo el conglomerado democrtico que nos

    parcela en identidades y sus hacinamientos de miseria

    ciudadana; es imprescindible hacer ruptura con los apa-

    ratos y estructuras en donde la burguesa busca encua-

    drarnos (partidos polticos, sindicatos, iglesias, escuelas,

    institutos). Ms importante an, hay que destruir todos

    los fundamentos que dan pie a este mundo y su concep-

    to de felicidad, o mejor dicho: hay que descartar toda

    posibilidad de vivir con plenitud y bienestar real bajo el

    dominio de la dictadura de la mercanca! la nica mane-

    ra en que podemos armar la vida, es mediante la lucha

    radical en comunidad contra el Capital!

    A los explotados no nos queda otra opcin que reven-

    tar todo ese espectculo, para avanzar consolidando la va

    revolucionaria.

    Lo que intentamos subrayar es que si puede exisr algo como la cibermilitancia, sta no viene a corromper una militancia real,sino que viene a aparecer cuando esa militancia est en declive o desaparecida.

    La falta de perspecva internacionalista hace patente esta realidad. El proletariado no es ms internacionalista gracias aInternet y sus innumerables foros mundiales, sios web de contrainformacin, etc. Dcadas y dcadas atrs, protestas mundiales

    como las de apoyo a Sacco y Vanze, o por los sucesos de Chicago, la misma 1 Internacional, el asumir en innumerablesregiones como propios el desarrollo revolucionario en Rusia o Espaa, demuestran como el proletariado se comunicaba, viajaba,

    se solidarizaba y coordinaba sin las actuales tecnologas. No podemos sencillamente culpar a estas tecnologas de la falta deinternacionalismo, pero tampoco poner expectavas en que nuevos medios de comunicacin posibiliten, faciliten o incluso

    resuelvan esta necesidad histrica del proletariado. Incluso el exceso de informacin, su democrazacin en la web dondeparece que todo debera importar por igual, los miles de comentarios, opiniones, charlataneras; colaboran en paralizar, en

    corroer los ejes de discusin, y adems deja el paso libre a la confusin,

    a la tergiversacin de los hechos, a las falsas informaciones.Cuadernos de Negacin #8

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    La accin revolucionaria en tiempos desesperados

    El proletariado no puede ahorrarse ningunaautocrca, pues solo la verdad puede aportarlela victoria: la autocrca ha de ser por lo tanto,

    su elemento vital.Gyorgy Lukcs

    Cuando los revolucionarios planteamos que para la

    humanidad solo hay dos alternativas, la de revolucin o

    catstrofe; pareciera ser que la realidad imperante solo

    hace viable la segunda.

    La ciudadanizacin, que constituye el sometimiento a

    la democracia, mantiene con rmeza el atolladero de su-

    misin donde abunda la indiferencia y el rechazo hacia el

    proletariado que est luchando a contracorriente; crean-

    do un efecto desmoralizador que desalienta toda tentati-

    va de contraponerse a este sistema de muerte, y una vez

    aceptado esto, se es capaz de condescender a la ideologa

    del enemigo, ya sea aceptando sus designios o abogando

    por sus falsas alternativas que buscan modicar super-

    cialmente lo existente.

    Si bien, la ciudadanizacin es todava brutalmente

    fuerte en amplios sectores proletarios, tambin resulta

    cierto que sta no es lineal ni inalterable. Incluso, sien-

    do ms puntuales, la ciudadanizacin es un aspecto de la

    pseudo-concrecin en la realidad imperante, puesto que

    es incapaz de suprimir las contradicciones y antagonis-mos que se gestan en el Capital. Los procesos de hervide-

    ro acelerado que vivimos actualmente, revientan ollas de

    presin, y la ruptura con la ciudadanizacin se hace laten-

    te. La intransigencia contra el capital que durante muchos

    aos pareca ser exclusividad de las minoras, cada vez en-

    cuentra ms posibilidades de extender la comunidad de

    lucha, rompiendo el aislamiento y planteando nuevas po-

    sibilidades de reapropiacin de nuestras vidas, mediante

    la subversin completa de este mundo.

    En distintas partes del globo, el proletariado encara la

    domesticacin y se torna ms salvaje, rompiendo la din-

    mica de protesta que el enemigo le impone. Sin embargo,

    tales procesos no acaecen con un contenido suciente-

    mente revolucionario, pues como ya hemos mencionado,

    al ser procesos estn delimitados por contradicciones in-

    ternas que pueden hacer retroceder su marcha y por con-

    siguiente, ofuscar toda perspectiva radical. De este modo,

    cuando el proletariado se empodera durante los periodos

    de revuelta o protesta masiva, aun logrando organizarse y

    asociarse, es recurrente que no sepa cmo proceder (o se

    teme romper tapujos y esquemas), optando por los cami-

    nos ms inmediatistas, es decir, los terrenos de la reforma

    del Capital.

    Aun as, por muy decadente que se vislumbre la situa-cin actual, como proletarios, somos el reducto de la mise-

    ria humana que el Capital ha creado, pero tal miseria es

    ms que miseria, pues como contradiccin alberga en s

    misma un potencial subversivo, de negacin y por lo tanto

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    contra las redes sociales20

    Frente a todo esto, que no nos lleva ms que a reproducir las condiciones existentes es necesario seguir apostando por elconicto, por la negacin y por la crca de todas estas ideologas.

    Toda tarea construcva o posiva que no se base en la contraposicin al dominio del capital solo sirve para fortalecerlo, No haynada posivo a salvar! Los explotados no tenemos nada que gesonar, construir,

    ni proponer para que funcione mejor esta sociedad.

    La tarea de los revolucionarios consiste en la negacin de este sistema de muerte, con su trabajo, sus mercancas, sus jerarquas,su progreso, su ciencia, su familia, sus ideologas, sus religiones, todos sus muros, prisiones y hospitales,

    Este sistema en el que no puede exisr otra comunidad que la del dinero, es totalitario, y por lo tanto ha de ser destruidototalmente. Lo nico que es necesario armar es la comunidad de lucha para abolir este orden social y pelear contra todos

    los espejismos que nos proponen para salvarlo. Y esta comunidad nicamente se abre paso en la negacin, en la ruptura, enla crca, en la destruccin de todo lo que nos destruye. Es en esa inmensa tarea destrucva donde se halla el germen de la

    verdadera comunidad humana.Bolen Voladura #0

    de superacin de la contradiccin. Esa unidad dialctica,

    en movimiento continuo, es la que erige sobre los escom-

    bros de este mundo muladar una comunidad histrica delucha (que nos precede), perteneciente a una clase quecombate para auto suprimirse revolucionariamente.

    Tanto el inmediatismo como el reduccionismo propi-

    cian casarse con una concepcin ahistrica de la situacin,

    asignndole un carcter de facto, inamovible; y cuandose acepta esa dinmica, se avala cualquier iniciativa en

    torno a concepciones individualistas y voluntaristas, que

    refuerzan ms el aislamiento en el que la civilizacin bur-

    guesa nos recluye.

    Nuestra clase, el proletariado, slo puede liberarse con-

    jugndose en comunidad [como fuerza y partido], como

    clase opuesta y antagnica al Capital. Si el proletariado

    hoy est en una situacin de gran desventaja frente a su

    enemigo de clase, escindido de la continuidad del comba-

    te, desarticulado y mermado tericamente; este cmulo

    de debilidades residen en un hecho histrico: el proleta-

    riado revolucionario NO fue vencido por su propia volun-

    tad, fue derrotado y aplastado con las armas en manos

    durante el siglo XX. Primero en la brutal represin de los

    aos 20s, luego en lasegunda guerra mundial, y despus en

    la represin militar contrarrevolucionaria de los aos 70s.

    Debilidades, sesgos, y errores traducidos en faltas de

    ruptura, son los elementos que tambin nos llevaron como

    clase a la derrota. No es nada nuevo armar la importan-

    cia de la crtica y que su debida importancia la obliga a

    trascender minoras para extenderse a procesos ms am-plios de los combates venideros; de cualquier modo, la

    extensin y generalizacin de la lucha, ha sido y seguir

    siendo una tarea que nos concierne como clase hasta la

    destruccin de todo lo que nos niega como seres humanos.

    CONTRA LAS FALSAS COMUNIDADESDEL CAPITAL

    DOTEMOS DE MS FUERZA A LA COMUNIDADDE LUCHA MUNDIAL

    POR LA DESTRUCCIN DEL CAPITAL

    Revolucin Mundial 2015

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    vecino no iba a saber?, cmo el almacenero de la esquina podano haberlo remarcado? y la familia? Sencillamente eso es imposi-ble en frica (aunque ya no en las grandes ciudades de ese con-nente!) como es todava imposible en la mayor parte de Asia, deAmrica, Europa... o en realidad en todas partes si salimos de lasgrandes urbes. Y tambin como hubiese sido imposible e inconce-bible hace un siglo en cualquier parte del mundo.

    La comunidad humana casgada y oprimida subsisa parcial-mente, a pesar del desarrollo secular del individuo atomizado,producto histrico del mercado y del valor. La soledad no era tangeneralizada. Todava ese hoy omnipresente individuo libre de laslmas fases del atroz progreso capitalista no haba conquistadosu total autonoma y soledad. El progreso no haba todava crea-do tanto egosmo. Todava predominaba un tejido social mnimoy el reinado total del individuo puro y libre no era totalizador. Elarrglate como puedas y el cada cual para s, tan importante enla estructuracin de la dominacin y opresin capitalistas, aunquesecretados permanentemente por el mercado y la democracia, noeran todava tan omnipresentes.

    Hoy la cuesn no es llorar ante ese o esos, muertos en la ms

    terrible soledad, que a pesar de su diversidad y banalidad, mues-tran la tragedia de una humanidad derrotada, de una clase socialadormecida, aletargada, entumecida. Hoy por el contrario la cues-n es subrayar que esa terrible realidad se rompe en pedazos,cuando y solo cuando el proletariado lucha. Muchos ejemplos re-cientes (como el de Argenna, Bolivia, Argelia...) muestran que esalibertad y egosmo individual son a su vez destruidos y superadoscuando la accin directa proletaria da un salto cualitavo y reemer-ge el asociacionismo, cuando l mismo se organiza territorialmentepor barrios y por organismos de coordinacin por ciudad y/o pas.

    La publicidad que hace la sociedad burguesa de esas muertes

    aisladas sirve a nuestros enemigos para armar la ideologa de la

    naturaleza eternamente egosta del Individuo y reper hasta elcansancio que el hombre es un lobo para el hombre, que siempre

    fue as y que nada lo podr cambiar.

    Ese individuo, del que tanto sehabla y a parr del cual se constru-ye toda la superestructura de la so-ciedad, es en realidad un producto,relavamente moderno, de la socie-dad mercanl, de la propia sociedadburguesa, una proyeccin aclasistay ahistrica del burgus mismo, quesolo busca la maximizacin de su ga-nancia(1) y a quien justamente le im-

    porta un carajo el individuo exceden-te. Una vez consumida la fuerza detrabajo del proletario, ese individuoexcedente socialmente ya no enevalor, y es tratado como tal, por todala sociedad, cmo esos 15.000 viejosproletarios, asesinados por la cancu-la del verano de 2003 en Francia. S,asesinados, a pesar de las absurdas

    juscaciones gubernamentales fran-cesas.

    Si subrayamos esos incidentes,

    es para rearmar que lo que se presenta como una comunidad(acaso no es linda la vida? repiten sin cesar radios y televisiones)es la ms individualista y egosta de todas las sociedades que hanexisdo. A pesar de la propaganda sosa, bajo el capital todos es-tamos solos, la gente no se ve, la gente no se toca, no se habla, no

    se siente, no se quiere, no se ama!

    De manera general, decir que el hombre se ha vuelto ex-

    tranjero a su propio ser genrico, es decir que los hombres sehan vuelto extranjeros los unos con respecto a los otros y que

    cada uno de ellos se ha vuelto extranjero a la esencia humana

    Marx, Manuscritos de 1844, captulo sobre el trabajo enajenado.

    Pero el capital no lograr aniquilar la contradiccin entre susnecesidades de valorizacin y las necesidades humanas, a pesar deque las mismas sean necesidades enajenadas. Cuanto ms endea deshumanizarnos, a hacernos vivir y reventar como subhuma-nos en un anonimato atroz, ms se rearma en contraposicin aesa no-vida, la perspecva de la transformacin radical de todaslas relaciones sociales y la destruccin del dinero. Son las atrocescondiciones de supervivencia que crean, en negavo, las determi-naciones de nuestra lucha por una sociedad humana.

    Negacin de lo que nos niega!

    Destruccin de lo que nos destruye!

    Es lo que hacen los proletarios en lucha en todos los rinconesdel mundo. Resisten, pelean, y se enfrentan contra lo que los des-truye y cuando, por desgracia, mueren peleando, su muerte eneun valor para toda la comunidad de lucha y no esa indiferencia ge-neral que suscitan esos muertos de los que hablamos antes.

    Esa es nuestra lucha, retomemos la bandera de la REVOLUCINMUNDIAL.

    Grupo Comunista Internacionalista

    1- Ver Contribuciones a la crca de la economa en Comunis-mo.Nmeros 21, 22, 23.

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    Apndice II

    Ansiedad

    Nerviosismo, inquietud, inseguridad, angusa... ansiedad. Sondisntas formas de describir estados en los que nos encontramos a

    menudo. Se pueden manifestar en forma de tensin, falla de concen-

    tracin, dicultad para tomar decisiones, sensacin de prdida del

    control sobre nuestra propia vida... Tambin puede aparecer comopalpitaciones, mareo, sequedad en la boca, movimientos torpes o sin

    una nalidad concreta, evasin de situaciones, etc.La ansiedad es una reaccin emocional ante una amenaza o peli-

    gro y es l porque nos prepara para afrontarlos. Las condiciones de

    vida en que nos desenvolvemos marcan de manera decisiva nuestrosestados de nimo y, estos a su vez, inuyen en la relacin que tenemos

    con nuestro entorno. Conseguir los medios necesarios para vivir nosobliga a vender gran parte de nuestro empo y esfuerzo.

    RECURSOS(para explotar) HUMANOS

    As es como se llama en el mundo empresarial al departamento,seccin o responsable encargado de conseguir que el empresario sa-

    que mayor benecio de la explotacin de los trabajadores: que nosexpriman ms y mejor.

    Entre sus funciones est la de elegir a quien se contrata y a quin

    no, la de sealar a quien se debe renovar y a quien despedir, la deevaluar a cada trabajador para decidir sobre su futuro, la de establecer

    a quien y como se dan los incenvos, la de elaborar planes de forma-

    cin que faciliten la introduccin de las nuevas tecnologas, la de hacer

    que el trabajador idenque sus intereses con los de la empresa, lade servir de pantalla protectora de la direcva en momentos de con-icvidad laboral, la de informar a la direccin del clima existente y la

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    de hacer cumplir las rdenes de sta a los trabajadores. Si en los aos40s el jefe de personal era un administravo de conanza del direc-tor o un exmilitar, la evolucin de la estructura y del funcionamiento

    empresarial ha hecho que quienes componen este departamento hoysean psiclogos, trabajadores sociales y abogados. Asimismo se han

    separado las funciones de recursos humanos (rr.hh.) de las de relacio-

    nes laborales y estas lmas se ocupan ahora de los asuntos adminis-

    travos y de las reclamaciones de los trabajadores. Tambin se endeactualmente a la descentralizacin del departamento y su descarga enlos jefes de lnea; as como a un funcionamiento como suministrador

    de servicios a la empresa, cuyo producto es la mejor explotacin de lamercanca ms importante: las personas.

    La creciente importancia de la direccin de rr.hh. se debe al contex-

    to cambiante en que se mueven las empresas y su connua necesidadde adaptacin se debe a la introduccin de nuevas tecnologas, a los

    cambios en la organizacin interna de la empresa, a la aparicin denuevas leyes, pero sobre todo se debe a que se dan las condiciones

    para un recrudecimiento del enfrentamiento entre empleadores y em-

    pleados. Cuando los empresarios prevn una poca de conicvidad

    es cuando el departamento de rr.hh. toma verdadera importancia pac-

    tando con los lderes sindicales a espaldas de los trabajadores, chanta -jeando, reprimiendo o despidiendo a los menos domescados.

    La relacin con el mundo laboral es la responsable de muchas denuestras tensiones codianas,no hay ms que mirar a nuestro alrede-

    dor para observar las consecuencias: dicultades para relacionarnos,actudes autodestrucvas, bsqueda de chivos expiatorios, etc.

    Las salidas falsas que se nos ofrecen al trabajo asalariado (auto-

    empleo, cooperavismo, supervivencia a base de robo o subsidios)

    no son ms que maneras disntas de sobrevivir que, en muchos ca-

    sos, solo contribuyen a empeorar nuestra frgil estabilidad emocio-

    nal. As pues, queramos disfrazarlo o no, estamos obligados a rela-

    cionamos con el mercado laboral a lo largo de casi toda nuestra vida.

    Los cambios que se estn produciendo en la forma en que se de-

    sarrolla el trabajo asalariado nos inuyen directamente, no solo en el

    momento de trabajar sino en toda nuestra vida. La palabra que mejor

    dene la relacin que hoy tenemos con el trabajo es la de: inseguridad.

    Inseguridad a la hora de conseguir un empleo, inseguridad unavez que lo hemos conseguido por la posibilidad de perderlo cuandoquiera el jefe (sin consecuencia alguna), inseguridad cuando estamos

    trabajando porque se nos puede cambiar de puesto (de contenido detrabajo) en cualquier momento; inseguridad en los ingresos que pue-

    den variar a gusto del patrn en cualquier momento. El resultado es

    que vivimos en un estado de permanente incerdumbre, en el cual,de un da para otro, por circunstancias ajenas a nosotros, nuestra vidapuede dar un vuelco (siempre a peor, claro) a causa de la relacin queestamos obligados a mantener con el trabajo asalariado.

    El mismo proceso de transformacin del mercado laboral ha hechoque el colecvo de trabajadores asalariados quede fragmentado a su

    vez en varios subgrupos, por las condiciones en que se desarrolla nues-

    tra explotacin. Hay quienes manenen seguro su puesto por que al

    capital le conviene de momento que as sea, hay quienes pierden pocoa poco esa seguridad porque son cada vez mas prescindibles, estamosquienes nos movemos en las relaciones laborales totalmente inciertas

    e inseguras y estn tambin quienes directamente han sido excluidosdel mundo laboral, a su pesar y sin posibilidad de conseguir los medios

    bsicos de supervivencia.En este contexto de fraccionamiento laboral y de debilidad de la

    conciencia de pertenencia a una misma clase, la trabajadora, el apoyo

    mutuo escasea. Slo las luchas y los choques con quienes nos explo-tan pueden hacer resurgir la solidaridad entre explotados.Mientras

    tanto, la sensacin de soledad y de indefensin contribuyen todavams a aumentar nuestra ansiedad. A esto hay que aadir las condicio-

    nes en las que trabajamos y la presin calculada a la que nos sometennuestros empleadores para extraer lo mximo de nosotros.

    La frustracin que implica vernos obligados a bloquear nuestros

    propios deseos y necesidades por la urgencia de mantener, por unpoco de empo ms, nuestro empleo temporal aade todava ms

    angusa a nuestra existencia.El resultado de todas estas tensiones supone habitualmente

    un desgaste lento que va socavndonos poco a poco. Desgaste que

    mina nuestra seguridad en nosotros

    mismos, que nos hace senrnos insig-

    nicantes frente a nuestros explotado-

    res y que, muchas veces, hace que nos

    sintamos responsables de situaciones

    que no hemos elegido. Un desgasteque puede acabar convirndonos en

    vegetales deseosos de que toda estapesadilla acabe cuanto antes, mientras

    descansamos viendo caricaturas de

    nosotros mismos en el programa tele-visivo de moda.

    Cuando reconocemos la ansiedaden nuestra vida reaccionamos auto-

    mcamente, es natural. Sin embargo,muchas veces, esta reaccin no solo no

    nos alivia sino que nos confunde toda-

    va ms y contribuye a la perpetuacin

    de la situacin miserable.Gran parte de estas reacciones vie-

    nen dictadas por creencias que nos han

    inculcado y no hemos sabido o querido

  • 7/21/2019 Contra Las Redes Sociales

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    y las falsas comunidades del capital 25

    cuesonar. Creencias dictadas en muchos casos por los mismos quequieren mantenernos como explotados inofensivos y obedientes.

    Creencias les para confundirnos y empujarnos a aceptar con resig-

    nacin nuestra condicin de esclavos. Creencias y hbitos que debe-

    ramos destruir para afrontar de forma realista la situacin en la quevivimos.

    Asumir el papel de vcma es una de estas imposiciones. Desde to -

    dos los mbitos se refuerza esta idea. Y, en parte, es cierto que somosvcmas de un sistema que se sosene sobre nuestra explotacin de la

    mayora para el benecio de unos pocos. Pero esto es solo una porcinde la realidad. Tenemos tambin parte de responsabilidad en que esto

    siga siendo as, mantenernos en el papel de vcmas contribuye a au-

    mentar nuestra impotencia y confusin. Solo luchando contra los quese benecian de nuestra situacin sentaremos las bases para acabar

    con la explotacin.Desarrollar nuestra capacidad para analizar las razones que nos

    manenen somedos, es el primer paso para salir de la fosa vicmista.Asumir que tenemos capacidad para intervenir en el presente y defen-der nuestra dignidad enfrentndonos a nuestros amos, es el siguiente.

    Otra reaccin ante la ansiedad es culpabilizarnos de nuestra propia

    situacin, asumiendo que somos los responsables exclusivos de todolo que nos pasa. En este sendo va dirigida la propaganda instucio -

    nal que trata de descargar en nosotros la responsabilidad por nuestras

    condiciones de vida. Tambin desde la propaganda del sistema