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1 Universidad Pedagógica Nacional Licenciatura en Filosofía Seminario filosofía de moderna Cristian Camilo Sánchez Rodríguez Coponencia sobre el tema: “Las distinciones morales no se derivan de la razón” En el presente escrito me ocuparé de realizar un análisis a luz de la propuesta de Hume en lo que toca al hecho de que las reglas de la moralidad no son condiciones de nuestra razón, acompañado esto de los comentarios de Rossi en relación al asunto. Esto se hará con el fin de estudiar si la razón en última instancia puede relacionarse con la moral como una fuente de previsión, es decir que el sujeto como lo manifiesta el pensador Paul Ricoeur¨: “es capaz de comenzar algo en el mundo, de actuar por razones, de jerarquizar sus preferencias, de estimar los fines de su acción y, de este modo, estimarte a ti mismo como yo me estimo a mí mismo” (Ricoeur, pág. 202) Es decir, de pensar en un quién que es capaz de prevenir y si se quiere de responsabilizarse ante posibles daños perpetrados contra otros o si se quiere ante la solicitud del otro. Bajo ese presupuesto empezaré por manifestar apoyándome en Rossi que “Efectivamente (…) nuestras acciones no se guían a cabalidad atendiendo a preceptos de la razón, sin embargo tampoco parece posible sacar enteramente a la razón de este escenario, por lo que en un primer cuestionamiento(…)lo mínimo que se pediría para cualquier teorización, sería establecer una proporción de acción, es decir, dar cuenta del grado de intervención de cada ente mediador” (Rossi, 2013, pág. 1) Asunto que Hume efectivamente no deja a la vera del camino pues en el desarrollo de su propuesta manifiesta que “las reglas de la moralidad no son condiciones de nuestra razón”(T,III,I,p333) y para justificar este asunto se remite plantear como bien lo retoma Rossi que: (…)El objeto de nuestra razón, por excelencia, es aquello que puede ser susceptible de ser falso o verdadero, y en este sentido, son, o bien las relaciones entre ideas (reales: lo interpreto como tener un correlato en las impresiones) (…), o

Contraponencia Del Seminario de Hume

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Universidad Pedagógica NacionalLicenciatura en Filosofía

Seminario filosofía de modernaCristian Camilo Sánchez Rodríguez

Coponencia sobre el tema: “Las distinciones morales no se derivan de la razón”

En el presente escrito me ocuparé de realizar un análisis a luz de la propuesta de Hume en lo que toca al hecho de que las reglas de la moralidad no son condiciones de nuestra razón, acompañado esto de los comentarios de Rossi en relación al asunto. Esto se hará con el fin de estudiar si la razón en última instancia puede relacionarse con la moral como una fuente de previsión, es decir que el sujeto como lo manifiesta el pensador Paul Ricoeur¨: “es capaz de comenzar algo en el mundo, de actuar por razones, de jerarquizar sus preferencias, de estimar los fines de su acción y, de este modo, estimarte a ti mismo como yo me estimo a mí mismo”(Ricoeur, pág. 202) Es decir, de pensar en un quién que es capaz de prevenir y si se quiere de responsabilizarse ante posibles daños perpetrados contra otros o si se quiere ante la solicitud del otro.

Bajo ese presupuesto empezaré por manifestar apoyándome en Rossi que “Efectivamente (…) nuestras acciones no se guían a cabalidad atendiendo a preceptos de la razón, sin embargo tampoco parece posible sacar enteramente a la razón de este escenario, por lo que en un primer cuestionamiento(…)lo mínimo que se pediría para cualquier teorización, sería establecer una proporción de acción, es decir, dar cuenta del grado de intervención de cada ente mediador”(Rossi, 2013, pág. 1) Asunto que Hume efectivamente no deja a la vera del camino pues en el desarrollo de su propuesta manifiesta que “las reglas de la moralidad no son condiciones de nuestra razón”(T,III,I,p333) y para justificar este asunto se remite plantear como bien lo retoma Rossi que:

(…)El objeto de nuestra razón, por excelencia, es aquello que puede ser susceptible de ser falso o verdadero, y en este sentido, son, o bien las relaciones entre ideas (reales: lo interpreto como tener un correlato en las impresiones) (…), o bien las alusiones a los hechos, las herramientas que tenemos a la mano para discernir lo anterior. (Rossi, 2013, pág. 2)

Lo que en últimas quiere decir que la razón desde esta perspectiva cumple con dos misiones, o si se quiere su labor se percibe como definida, y entre ellas no cuenta el hecho de hacer distinciones morales, por lo que el autor del tratado propone que : “Nuestras pasiones, voliciones y acciones no son susceptibles de una concordancia o discordancia tal por ser los hechos y realidades originales completos en sí mismos y no implicar referencias a otras pasiones, voliciones y acciones” (T,III,I,p333) asunto que llama la atención de Rossi quien se inclina por analizar más adelante la mención de Hume en relación al concepto de “completos en sí mismos” pues según su parecer este concepto en la propuesta de Hume: “es lo que parece excluir, en términos de los hechos, a las pasiones, voliciones, etc, de entrar en una relación semejante (existencia real) y susceptible de juicio de valor (falso o verdadero)” (Rossi, 2013,pág. 2); de lo anterior manifiesta que intentara volver más adelante.

Este último asunto llama mi atención pues las intenciones de Rossi en dicha cita no son muy claras, empezando por el hecho de que manifiesta que el concepto de completos en sí mismos

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parece excluir a las pasiones de entrar en una denominada por él relación semejante (existencia real), cuestión que me llama a la reflexión porque no se entiende de entrada a que se hace referencia con el concepto existencia real. Ante esto puedo manifestar que posiblemente se esté refiriendo a la no relación de las pasiones en la forma en que se pueden relacionar por medio de la razón ciertas ideas. Pero esto no llevaría a pensar en una existencia real o carencia de la misma, pues en este caso a pesar de que la razón no sea la aparente directriz de las pasiones y voliciones no se sigue que no exista una existencia real, sino que más bien el acontecer de la pasión se antepone a un uso prescriptivo de la razón.

Para continuar, Rossi trae a colación un asunto que en Hume sirve para despejar dudas en relación a la cercanía entre la razón y la moral, dicho asunto en la obra del empirista se manifiesta de la siguiente manera:

Se ha observado que la razón, en un sentido estricto filosófico, puede tener una influencia sobre nuestra conducta solamente de dos modos; cuando excita una pasión, informándonos de la existencia de algo que es objeto de ella, o descubriendo el enlace de causas y efectos de tal forma que nos proporcione los medios para ejercer una pasión.(T,III,I,p334)

Dicho asunto es de suma relevancia porque Hume manifiesta que evidentemente la razón si puede tener algún tipo de relación con nuestra conducta, pero con el tono particular de que el error y la falibilidad si se quiere son asuntos que priman en esta relación entre razón y moral. Ante dicha manifestación de Hume, Rossi se remite a sintetizar y comentar apartados que le siguen al anterior:

• Puede haber error respecto al objeto de una pasión en particular y por lo tanto sufrir eventualmente pena, por algo que en realidad no produce algo de ese tipo.• Puede que haya error en el enlace de causas y se agilice o se retrase alguna realización de un objeto de alguna pasión. • Esta condición no conlleva a inmoralidad alguna, siendo este punto de vital importancia, puesto que hace ver como “inocente” a alguien que eventualmente comete un delito. Dándose esta posibilidad en la medida en que es un error atribuible a la razón y se podría decir que en sentido estricto nadie tiene porque nacer virtuoso al respecto, es decir, respecto a su correcto uso, respecto al correcto discernimiento de lo verdadero y lo falso. (Rossi, 2013, pág. 2)

Este tercer punto es de relevancia, pues en la medida en que es un error atribuirle a alguien la culpabilidad de un crimen por incorrectos discernimientos, quedaría preguntar ¿cómo obraría la justicia ante argumentos de este tipo, en los que tambalea un discernimiento de lo verdadero y lo falso?. Dicho asunto se encuentra emparentado con otro que señala Hume y que Rossi manifiesta que quedaría abierto a la discusión: “Podrían discernirse situaciones en las que mi intención no sea la de causar un juicio erróneo, teniendo en cuenta las posibilidades de error anteriormente descritas” (Rossi, 2013, pág. 3) La discusión en esta esfera se relaciona con el hecho de que Hume en principio no hace mención directa de posibilidades en las que mi intención sea la de causar un juicio erróneo, para ahondar en este asunto me remitiré al ejemplo dado en el Tratado:

Es cierto que una acción en muchas ocasiones puede dar lugar a falsas conclusiones en los otros y que una persona que por una ventana me ve conducirme de una manera galante con la mujer de mi vecino puede ser tan simple que imagine que es la mía propia. En este caso mi acción se parece de algún modo a la mentira o falsedad, tan solo con la diferencia importante de que yo no realizo la acción con la intención de dar lugar al falso juicio de la otra persona, sino únicamente

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para satisfacer mi lasciva y pasión. Produce, sin embargo, un error y falso juicio por accidente,y la falsedad de sus efectos puede ser adscrita, mediante un modo singular de hablar figurado, a la

acción misma (T,III,I,p334)

El punto en cuestión radica en que es concebible un tipo de actitud en la que la intención en principio sea la de producir un juicio erróneo en un tercero, caso que se puede poner en los mismos términos del ejemplo anterior pero cambiando el asunto de la intencionalidad y manifestando que el personaje busca que se piense que en apariencia aquella mujer en efecto es su esposa y no su vecina, cosa que en últimas ayudaría a cobijar si se quiere la posible intención primera de satisfacer la pasión. Asunto que posiblemente exponga cierta característica que tiene la razón de manera efectiva para direccionar voluntades, acciones y concretar de la mejor manera si se quiere cometidos proyectados de manera anticipada.

Al último asunto que me remitiré de los comentarios hechos por Rossi se relaciona con su último párrafo en el que manifiesta que:

En consecuencia, es de valorar que hasta el momento Hume ha mantenido las fronteras entre el ser y el deber ser, puesto que como bien lo indica, la tradición se ha ocupado eminentemente, en estos terrenos éticos, de prescribir, por encima de, por lo menos una sensata descripción (Rossi,2013)

En principio me remito a este sección del último párrafo en la medida de que Rossi hace referencia manifestando que como bien lo indica Hume la tradición se ha ocupado “en estos terrenos éticos”, siendo que en principio se ha venido hablando del tema de la moral, y en esta ocasión se manifiesta la esfera de la ética sin un previo anuncio o si se quiere distinción intertextual del vinculo y abismo que puede existir entre lo que se ha denominado ética y lo que se trabaja bajo el nombre de moral. Es decir, que en este apartado de la obra de Rossi existe una remisión a Hume, pero con la introducción de un concepto, ética, que no viene siendo trabajado explícitamente ni desarrollado con la misma intensidad y dinamismo que el concepto de moral.

De otro lado, me parece pertinente la distinción que realiza Rossi entre el ser y el deber ser, y más aún el hecho de que plantea que Hume ha mantenido las fronteras entre el ser y el deber ser, lo que me atrevo a interpretar como una distinción entre lo deontológico (deber ser) y circunstancias que en apariencia parecen desbordar cualquier posibilidad de un deber ser que dictamine y guie el accionar humano por el mejor sendero. La pregunta que surge en relación a esas fronteras de las que hace mención Rossi y con la que pienso cerrar este parte del escrito es la siguiente: ¿existe la posibilidad de conciliarlas, o simplemente son dimensiones que nunca se tocaran del todo?.

Una vez se ha hecho esta remisión a la reconstrucción del texto Las distinciones morales no se derivan de la razón realizada por Rossi me ocupare de defender la idea de Paul Ricoeur quién manifiesta que el sujeto: “es capaz de comenzar algo en el mundo, de actuar por razones, de jerarquizar sus preferencias, de estimar los fines de su acción y, de este modo, estimarte a ti mismo como yo me estimo a mí mismo” (Ricoeur, pág. 202) Asunto que de entrada se puede intentar relacionar con la obra de Hume en la medida que el francés posteriormente a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y su estadía en campos de concentración, apela por el hombre capaz, es decir por un hombre que está en la posibilidad de reconocer al otro en parámetros si se quiere horizontales, donde la responsabilidad puede ser mediada y si se quiere

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dictaminada por la razón con el objetivo en principio de evitar ciertas repeticiones en la historia, o si se quiere de reconocer que el daño que se le genere al otro, es un daño que no gustaría que fuese generado sobre un yo que en principio fue perpetrador. Asunto que evidencia la plena remisión a la tradición judeo- cristiana, pero no de manera piadosa, sino tomando ciertas premisas como el “amaras al otro como a ti mismo” para que el sujeto comprenda que relacionando la razón y ciertas reglas de oro como la anterior, es posible discernir y evitar si se quiere repeticiones históricas, malos tratos y acciones que posiblemente no gustaría que se viesen devueltos. Asunto que en últimas aproxima a pensar que la razón en relación a la moral se puede pensar como un componente de previsión existencial, claro está, que como un tipo de previsión que tiene como precedente la experiencia, el desarrollo de la historia, pero que a su vez el desarrollo de esa historia da pie para ciertas formas si se quiere de orienten el actuar.

BibliografíaHume. (s.f.). Tratado de la Naturaleza Humana.

Ricoeur, P. (s.f.). Sí mismo como Otro. España: Siglo XXI.

Rossi, J. P. (2013). De la virtud y le vicio en general. Bogotá.