C21 Y ahora qu?Mientras ojo de guila Isa intentaba dilucidar qu
pasaba con las miradas de esas dos su amiga y su jefa dos entraba
Nacho, que haba ido hasta el sper a comprar un postre para el
Nano.
Mira lo que te he trado! le mostraba el pote de Petitdino y el
Nano, que era un goloso de aqullos, haca el ademn de lanzarse a por
l, por lo cual Macarena tuvo que bajarlo al suelo para que fuera a
por su postre.
Esther sonrea, Macarena sonrea, ambas dos endulzadas por el
nio?
Tu hijo es un guapetn. la jefa dos a Esther, con su mejor voz
terciopelo y sonrisa seductora.
S, es muy sociable. la otra, que no saba qu contestar a tal
comentario, una porque generalmente las mamis tratan de no parecer
babosas con respecto a sus hijos aunque lo sean y dos porque la
sonrisa de la wapetona jefa dos la estaba dejando rebol .
Guapo como la madre, la madre es tan sociable como el Nano? uy,
artillera pesada de la tal Macarena, como si de pronto todo su
abatimiento, pesadumbre y depresin se hubieran evaporado por efecto
de una nube de sonrisas-sol de la tal Esther.
Pues... sonrojada un poco Esther, qu ataque frontal!, no se lo
esperaba, bajaba el rostro sonriendo.
Generalmente, los nios son como las mamis, no? agregaba la jefa
dos, queriendo continuar la conversacin y si fuera posible
desplegar sus mejores dotes conquistadoras, parece que con esa
mujer frente a ella la tal Macarena senta el llamado urgente de .
sus hormonas!
Isabel a la distancia no terminaba de pescar qu hablaban esas
dos y ya la carcoma su natural chusmero innato, as que hacia donde
estaban fue, mientras el Nano gritaba mash am ene, que vendra a ser
algo as como que quera que le abrieran el Petidino se que tena en
la mano para comrselo, mientras Nacho estaba refeliz de que el
pendejo estuviera refeliz con el postre que le haba trado.
Esther, hay que darle el postre al Nano. Isa con cara de pocos
amigos, que digo de pocos amigos! cara casi de velatorio!, mirando
agudamente a su jefa dos, intentando ver las intenciones ocultas de
la depredadora, ex mujer de buen corazn segn su propia
definicin.
Ah, s! Esther, cada del catre, que se recuperaba del
embelesamiento de la sonrisa Maqustica, que no era envolvente y un
sol como la suya, sino que tena otras propiedades ms relacionadas a
hormonas, progesterona, calenturona y otras endorfinas.
Macarena sonrea, se daba cuenta que era el momento de retirarse
sus neuronas decan ya basta por hoy y se iba hacia la oficina o
cuchitril, no sin antes saludar con un besote al Nano que le haca
un mohn como siempre y la dejaba con sonrisa tierna, le deca un
hasta luego a Esther no sin antes clavarle una pupila en su pupila
o por lo menos Esther lo sinti as en su propia pupila y en su
propia osamenta y si te he visto no me acuerdo, no volvi a
aparecer, se meti en la Maca-cueva y cuando Esther se fue a su casa
ms tarde no lleg a captar ni un msero ojo de la
susodichaespiando.
Isabel no toc el tema de vuelta a la cocina de la oficina; Nacho
andaba revoloteando alrededor del Nano y no era cuestin de hablar
un tema tan sensible en presencia del muchacho.
Esa noche, cuando volvi al hogar, despus de los juegos con su
sobrino, ms el bao tradicional decada noche, Isabel esper a que
terminara la jornada habitual de darle la comida al cro, cenar
ellas tres, comentar esto o lo otro, esperar que doa Encarna se
fuera a dormir para al fin, en la tradicional copita que se tomaban
todas las noches mientras miraban algn programa de TV, en este caso
algn programa periodstico porque se venan las elecciones de la
Comunidad y se venan
2 Corazn Desharrapado de Sam BAires
devorando todas las declaraciones, aunque el voto de Esther
estaba ms que decidido en un sentido Manuelstico, qu otro voto se
poda esperar teniendo a molotov Isabel al lado!
Estaban viendo El Hormiguero.
Nacho me invit a ir al cine. Isa, lanzndose a la piscina con una
idea en mente.
No me habas dicho nada! Esther , a punto de escupir el mojito
que estaba degustando.
Fue despus que te fueras, por eso te lo digo ahora. la otra, sin
inmutarse y tomndose otro sorbo de su mojito.
Ahh!! Supongo que le dijiste que s. Esther, entusiasmada.
Le dije que le contestaba maana.
Eh?!! Por qu?!! Si te te gusta!!
Porque tengo la cabeza metida en otra cuestin.
Esther frunca el ceo y la miraba inquisidora.
Te vi hoy con mi jefa dos. Ella te miraba querindote morfar a
chupones y vos la mirabas parecido.
Queeee?!! no terminaba de entender todo lo que le deca en su
portesimo espaol pero captaba la esencia del comentario, o dicho en
otras palabras, la brujita Isa haba pescado al vuelo.
Mir Esther, no me importa que te guste mi jefa dos, ya te dije,
es buena mina, aunque vaya a saber uno por qu se le dio por meterle
los cuernos a su jermu, me gustara saber qu pasaba entre ellas dos,
esas cosas siempre tienen un por qu, salvo que, claro, una de las
dos sea siempre una infiel de aqullas, cosa que no me creo de mi
jefa dos. divagaba mientras se sorba unos cuantos tragos de mojito,
con lo cual su copa quedaba vaca y la miraba con angustia Me sirvo
otro.
Esther tena pintado el asombro en los ojos; Isabel nunca
terminaba de asombrarla lo suficiente; qu era toda esa declaracin
sobre la tal Macarena?, pero no se atreva a decir esta boca es
ma.
Bueno. volva Isabel con otro mojito en su copa Qu te pasa con
Macarena? Te gusta la mina? un sorbo y la miraba a los ojos.
Esther, como respuesta, slo bajaba la vista a su copa que no
haba terminado.
Ahhh! Ya entiendo! esta Isabel no necesita palabras, observa
actitudes, gestos y ya tiene todo claro Bueno. Hoy ya establecieron
contacto. Ahora qu?
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