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PROYECTO NUEVA EDUCACIN BILINGE Y MULTICULTURAL EN LOS ANDES EDUBIMA

APUNTES PARA LA ETNOHISTORIA DEL ALTIPLANO PERUANO

CONSULTORES: RICARDO DELGADO RAMOS APUNTES PARA LA ETNOHISTORIA DEL ALTIPLANO PERUANO FERNANDO MEDRANO VERANO PEDRO OMAR BARTOLO LEON PRESENTACIN

APUNTES PARA LA ETNO-HISTORIA DEL ALTIPLANO PERUANO PRESENTACION PRIMERA PARTE I.- EPOCA ARCAICA EN EL ALTIPLANO 1.1.- EL HOMBRE PRE-HISTORICO El proceso de poblamiento en el altiplano, no signific un proceso paralelo a Europa, Africa el Asia1. Ello, se encuentra ms vinculado al proceso de poblamiento general de amrica2. Por sta razn, inferimos que el proceso cultural en la meseta1

Amrica y menos el Altiplano, no tuvieron participacin en el proceso de evolucin humana. Fue en el Viejo Mundo , donde se realizaron los procesos Bio-Dinmicos y evolutivos. Esto implic, que las olas migratorias se produjesen muy tardamente, cuando Europa confrontaba la poca del paleoltico superior. Consecuentemente, una vz que se produce el poblamiento Americano, antecede una gran separacin en el tiempo segn las diversas regiones ocupadas, por lo que, es evidente que nuestro continente haya quedado como zona retrazada , aunque haya estado representada por especmenes de una humanidad reciente. Al respecto, encontramos la cita de Roger Ravines que dice: Las grandes formas culturales llegaron tambin a stas regiones, pero en un momento ms tardo de su florecimiento en el viejo mundo. Esto es vlido no solo para las fases ms antiguas, sino tambin para el comienzo de la agricultura, la cermica la metalurgia. Igualmente, las altas culturas tambin son posteriores en varios milenios a sus similares de Asia, de lo que forman as como versiones conservadoras (Rabines___: 39) . Concluyentemente, esto nos conduce a comprobar que dentro del proceso histrico de la humanidad y las culturas, no hubo un desarrollo unilineal, una evolucin en un solo sentido, sino mltiples lineas de avance, que han configurado a una Amrica, como el Nuevo Mundo incluso desde los tiempos Pre-Histricos. 2 Actualmente, los Arquelogos estn de acuerdo en que el continente Americano comenz a poblarse, aproximadamente entre los 40,000 a.c. coincidiendo con el cuarto y ltimo periodo glaciar (Wisconsin para Norteamrica_ Lauricocha para el Per) . En esta poca, se habrn presentado hasta dos posibilidades migratorias : La primera, entre 50 y 40 mil aos, y la Segunda, entre 28 y 10 mil aos (Kauffman 1991: 34) . Estas posibilidades, pudieron darse gracias a que la geografa habra adquirido aproximadamente las cractersticas actuales. El primer flujo migratorio, hasta donde se sabe, estuvo caracterizada por tribus portadores de crneos de forma alargada (Dolicocfalos), en tanto que, del segundo flujo de migrantes, se sabe que ran los portadores de crneos ms cortos y ensanchados (Braquicfalos) propio de los Paleo-Mongoloides . Ambos tipos de migrantes, necesariamente tuvieron que atravezar el puente natural Bering, aparecido producto del descenso de unos 90 metros del nivel martimo, que facilit el intercambio de una fauna variada (Bisontes, Mastodontes, Mamuts, Caribus, Esmilodontes, Gliptodontes, entre las 19 especies hoy extintas), y el paso de mltiples tribus primitivas del viejo al nuevo continente. A stos primeros grupos, se habra sumado una tercera ola migratoria procedente de Oceana, y hasta otra ms

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andina (prosiguiendo el proceso de transformacin del paleoltico), debio estar marcado en sus inicios por los portadores de la tradicin CLOVIS : Industria ltica consistente en puntas acanaladas en forma de pescado, difundida por toda Norteamrica; que alcanz inclusive, regiones tn distantes como Mexico, Costa Rica, Panam, Ecuador, Per (Junn,Ayacucho), Bolivia (Vizcachani), Chile hasta llegar al extremo del continente, en la Patagonia (Rabines----: 45; Lumbreras 1974 : 37; Boero 1991: 30), que particularmente en nuestro contexto falta establecer. Sin embargo, an suponiendo su existencia no habra sido la nica, pus se conoce que en el altiplano surtieron el efecto de al menos tres tradiciones lticas: Las Puntas de Proyectil FOLIACEAS 3, pertenecientes a la cultura Solutrense de Europa (Beachene 1983: 474 ); Las Puntas de Proyectil LANCEOLADAS 4, pertenecientes a grupos del tipo Indio Ancestral (versin de Betty J. Meggers (1972) en : Kauffman 1991: 47); Las Puntas de Proyectil PEDUNCULADAS 5, que guardan correspondencia cronolgica con Ichua-Quellaveco, Chillicua y Toquepala (Palacios 1984). Dichas tradiciones lticas, an conforman parte integrante de un amplio bagaje cultural, en el cual, el Arte Parietal (pintura rupestre) igualmente se encuentra establecida, no solamente en los sitios sealados para el caso de los instrumentos lticos, sino en varios otros sitios del departamento de puno. Al respecto, un ltimo estudio (Hosting 2003), determina en forma concluyente, que Puno es el espacio de mayor profusin en el Per en cuanto a la existencia de asentamientos Pre-Cermicos6 . Los cuales actualmente vienen siendo depredados, y otros felizmente se encuentran IN STATU QUO (en el mismo estado que antes), esperando revelar el espectro global de la Pre-Historia del altiplano. Todos stos testimonios culturales, evidencian la presencia de los primeros pobladores en el altiplano hace aproximadamente 10,000 aos a.c. (Ayca 2,000:102; Lumbreras 1974: 35; Waisbard 1975:280; Stanish 1991) donde pequeos grupos de Cazadores-Recolectores,vivieron en campamentos y cuevas tanto en la zona de Cordillera como en la Zona Circunlacustre . Este poblamiento Inicial, como se puede inferir, se produjo en una poca coetnea al poblamiento de Hunuco, en razn a que a quedado establecido una correspondencia cronolgica en el proceso de poblamiento de los Andes. Obviamente, cabe traer a colacin la tesis de que Fue la tradicin Lauricocha que en forma, ms o menos generalizada empez a poblar los Andes, y que luego constituy la Cultura Bsica del Pre-Cermico (Cardish 1980:112), en la medida que establece ms fehacientemente un horizonte cronolgico para el Per y, porque se deduce de la tesis que se trat de un oleaje migratorio de transhumantes pertenecientes a un tipo Etnico especfico, cuyo flujo de dispersin era Seguir su camino hacia el Sur (Bonavia 1996: 43). Consecuentemente, es natural que los mismos se hallaban ocupando los espacios de Tacna y Moquegua en un tiempo relativamente similar, como lo evidencia La datacin obtenida por el C14 en la cueva de Toquepala en 9580 +_ 160 aos, en tanto que la cueva de Lauricocha sometida a identico proceso, revel ser habitada hace 9524 +_ 250 aos (Stingel 1984: 25). (Ibid: 43) . Lo cul permite verificar la presencia de mltiples tnias pertenecientes al tronco racial del Gnero Cro-Magon, y sus variantes raciales como el Wadjak, Boskop y Uper Cave, que evidencian la presencia de los tres grupos raciales importantes: Euro-Asiatico, Africano y Mongoloide en el continente Americano, y que stos preceden ampliamente al llamado Descubrimiento de Amrica. Ahora, tenindose en cuenta el Proto-Tipo indgena actual, la migracin tnica preponderante debi haber sido el de tipo Paleo-Mongoloide de ojos rasgados y tez amarillenta. De todos modos, el hecho que en el continente Americano haya confluido un tipo de migracin Multi-Etnica, ello configura una relevancia histrica para el conocimiento de otra diferente etapa, que deviene en un Paleoltico-Americano caracterizado por desarrollarse independientemente de otros continentes. S buscamos ser ms especficos para definir el nombre de algunas de las tribus ancestrales que atravezaron nuestro continente, podriamos sealar primeramente a los Laguidas, que utilizaron una ruta que va desde las costas del Atlntico, a las costas del Pacfico, pasando por los valles templados de los Andes y las Altas Mesetas del Kollao en la parte de Per, hasta colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, y el Uruguay (Waisbard 1975: 253) . Siguen, la tribu de los Indo-Arios, como los Mahor, que habiendo peridicamente penetrado las Amricas, sus pasos se orientaron hacia las Islas de Pascua en Chile (Hatcher 1994: 172) . Los Arawaks, que abarcaron este hemisferio extendindose hasta las Antillas, el Meridin de los Estados Unidos, Mexico y Centro Amrica; Los Caribes competan por siglos las mismas reas de dominio de los Arawaks, logrando en el tiempo arrebatarles las Islas Antillas; por sta razn, fueron los caribes los primeros habitantes de Amrica que entraron en contacto con los Europeos; Los Tupi-Guaranes cuyos espacios de dominio y residencia eventual se enmarcaba, sobre todo, hacia la zona Tropical de Bolivia, Paraguay y el Brazil (Valcarcel 1966: 37) ; Los Lomas comprendidos quiza como el primer grupo indio en la parte de Per (Mason 1991: 30 ; Stingel 1984: 20) . Finalmente, en el Sud-Este del Brasil y el Extremo Sur Americano existen arrinconadas en las regiones de las Minas Geris, la Patagona y tierra del fuego como: Los Botocudos, Patagones, Onas y Fueguinos pertenecientes a la poblacin inicial de Amrica (Valcarcel 1966: 29; Rivet 1943: 113; Boero 1991: 13-15) . 3 Vestigio Tipificado por Augusto Cardish (1980) como perteneciente a la tradicin Lauricocha (Morales 1993:109) . Este tipo de evidencia arqueolgica, a parte de haberse establecido su existencia en el llamado Complejo Ichua-Toquepala, tambin se ha evidenciado en los abrigos Kelkata (prov. Chucuito) y Tmuku (prov. Kollao), gracias a las exploraciones arqueolgicas realizadas por Percy Che Piu Salazar (1974) y el Antroplogo Felix Palacios Rios (1983). 4 Otro vestigio que, similarmente como el que antecede es de dispersin nacional, Regional y Local. Este tipo de Instrumento se ha evidenciado en la zona de Mallku-Amaya (dist. Puno), gracias a las exploraciones arqueolgicas realizadas por Felix Tapia Pineda y el Prof. Serapio Salinas Zevallos (1983-1984) en el taller ltico de Arco-Punco. 5 Industria ltica de mayor antigedad juntamente con las del tipo foliaceas, han sido evidenciadas principalmente en los sitios de Ichua, Toquepala, Vizcachani, como en la zona ya mencionada de Quelkata y Tumuku, lo cual , estara demostrando que estos si tios estaran en relacin a un pilar cronolgico. Al respecto, Roger Ravines seala: El complejo Ichua-Toquepala, representa a los grupos de cazadores-Recolectores del Sur de Per, que incluye a los actuales departamentos de Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno (Rabines___:74) . 6 xxxx....

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Haciendo un parntesis en lo referente al flujo migracional generalizado, queda sealar que de acuerdo a las evidencias Etno-Histricas, el poblamiento se habra producido por tribus de distinto tipo cultural, como los denominados CHUQILA que arribaron a travz de la zona Andina en su condicin de Cazadores de las zonas cordilleranas, seguidos por los URU que utilizando las vas fluviales de los Andes Centrales terminaron por establecerse en el Lago Titikaka, en su condicin de Cazadores-Pescadores y Recolectores y, las tribus procedentes de la Amazona como los ARAWAK y TUPI-GUARANIES, que remontndose desde el rio Amazonas y sus afluentes, accedieron hasta las cordilleras de Carabaya y el Apolobamba, donde en medio de sus corrugaciones tropicales instauraron poblaciones de tipo Selvtica. Estos grupos con el tiempo, constituyeron las culturas ms tempranas en la regin del altiplano. Ahora bin, es sabido que el paso de stas tribus estuvieron condicionadas por una fluctuante climatologa, derivada de varios periodos glaciales y post-glaciales que se ligaron ntimamente a las crecientes y decrecientes del Titikaka y los otros lagos conexos a el. Segn el informe ORSTROM (1987), hacia el ao 10,000 a.c. el nivel del lago era, aproximadamente, 05 metros ms alto que su costa actual (Bouysse-Cassae 1988: 34), de manera que su extencin ra mayor a la que actualmente se conoce (en el Norte ocupaba hasta los lagos conocidos como Umayo y Arapa, y en el Sur hasta el llamado Paleolago Tauca que cubra los lagos Poopo y Uro-uro). Por tanto, durante ste periodo gran parte del altiplano estaba bajo un gigantesco lago. A partir del ao 8,500 a.c. empieza una fase de sequa progresiva que alcanza su extremo hacia los 5,500 a.c. En aquel entonces, el Lago Tauca se sec y, ms al norte, el Lago Wiay Marka quedo completamente seco, mientras el gran lago de Chucuito bajo unos 50 a 60 metros, dejando seca la baha de Puno y la extremidad Nor-Oeste del Titikaka. Esto nos estara indicando, que la tendencia de ocupacin en el altiplano debi sujetarse siempre al nivel del espejo lacustre. Resultando de sta manera, que los emplazamientos humanos en las Zonas ms Altas , corresponden a ocupaciones tempranas y, en contrario, mientras ms bajos sean esos asentamientos (siempre en relacin a la ribera) sern ms tardios. Ahora entendemos mejor porque las culturas de Quelcatani, Pizacoma, Carabaya, Cruzero, Limbani, entre otros se desarrollaron sobre Terrazas Alto-Andinas o sobre antiguas Terrazas Lacustres; es decir, all donde existan las mejores condiciones naturales para la caza y la pesca. Despus de la gran sequa, las condiciones mejoraron y, entre los 5,000 a 2,500 a.c. (Lumbreras 1974 :43; Ayca 1995: 95; Lescano 1994 y Palao 1995: 20), se produce la domesticacin de la llama, alpaca y el cuy; as mismo, se inicia el cultivo de la papa, oca, quinua, caihua, entre otros. Ello, oper cambios muy importantes en el quehacer del hombre altiplnico; sobre todo, cuando lo tuvo que hacer en forma permanente. De manera que, los condujo al abandono de los habitos de tranhumancia para establecerse en un solo lugar por mucho ms tiempo. Este trnsito fue lento y dificultoso, hasta que se afianzaran los nuevos roles y prcticas colectivas, en el proceso de reocupacion habitacional desde el abandono de las cuevas, hasta el establecimiento de las primeras Aldeas. 1.2.- GRUPOS ETNICOS INICIALES 1.2.1.-LA ETNIA CHUQILA Constituyeron bandas de "Gente salvaje que vive en la Puna sustentandose con la caza" (Berthonio 1612) , cuya presencia fsica habra correspondido al primer oleaje de cazadores superiores del paleoltco superior que accedieron hasta el altiplano a travs de los andes, y que atravs del tiempo de les encuentra todava como una de las "diferentes poblaciones de los aymaras" (Garci Diez 1567). No se conoce con exactitud los rasgos tpicos de la etnia Chukila; pero algunos elementos aislados que permanencen en el contexto histrico nos hacen colegir que se trataba de hombres fornidos de raza rubicunda y "con barba" (Portugal 1984: 84) cuya denominacin identifica al cazador cordillerano, al "cazador de Wanakus salvajes" (Waisbard 1975: 255), al "Cazador de ganado bravo" (Matienso ... 276 ). En efecto, estas bandas de Chukila estaban compuestas por varias docenas de familias. Las bandas tenan jefes, y cada una dispona de un territorio propio por el cual migraban estacionalmente. Los jefes tenan escaso poder y una de sus pocas funciones era la de disponer rumbo de las migraciones y el orden de la caza. Los movimientos faunsticos determinaban los desplazamientos humanos en la cordillera. Esto se reflejaba en los acentamiento de estas comunidades, en los tiempos de sequ y de lluvias. Sus paraderos de la poca de sequa se situaban en las proximidades de la cordillera y anivel del lago, y en la poca de lluvias era exclusivamente ne las alturas de la cordillera. Las migraciones circunlacustre - cordillera segun por oo general los cursos de los ros afluentes al lago y la lnea de manantiales u ojos de agua en las cordilleras, las mismas que tomaban en cuenta para establecer sus campamentos. Llamas, wanakus, alpacas, wikuas, y suris (Avestruz andino)eran sus principales animales de caza. Al principio tenan que recorrer grandes distancias para ubicar sus presas; pero , cuando aprendieron a detectar el habitat de dichos auqunidos, inventaron el sistema de caza colectiva; es cedir, que varios grupos de cazadores iban cerrando un crculo predeterminado para cazar no uno , sino varios especmenes. A este sistema se le denimin chaku, el cual origin un tipo de caza ms selectiva y racional. Igualmente con el tiempo, aprendienron a destazar en el mismo sitio con cuchillos de piedra y repartirlos en presas menores para resolver el problema de su transporte hasta el campamento. A estas prcticas se sumaba el hbito de transportar el agua en odres de cuero, ya que, por las distancias recorridas era un elemento vital para su sostenimiento. Eran las mujeres las que se encargaban de llevar este lquido elemento a manera de ayudar con elcerco y la caza de animales menores. El arma fundamental pas a ser la boleadora o "liwi" que era de uso compartido con los Uru, adems que disponin del uso de lanzas con punta ltica. Pasando a otra faceta de los Chukila, resulta sorprenbdente descubrir que estos cazadores dominaron la totalidad de los espacios cordilleranos de Sur a Norte y viceversa, como podemos percatarnos en las respectivas ocupaciones7 . Esto es evidente no solamente por el instrumental ltico hallado, sino principalmente por la existencia del arte parietal o pintura rupestre en abrigos y cavernas y vaya sorpresa, en ellos precisamente se encuentra plasmado las prcticas y sistemas de casa realizadas; pero, no solamente eso, sino segn parece, habra precedido al acto de cazar un sistema ritual de caza, lo que se traduce la contextura de las pinturas que han sido una y otra vez retocadas, por el deterioro eventual que ocasionaba la "caza7

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ritual" sobre la misma piedra. Por eso tambin junto a los dibujos de los animales se encuentran plasmados, como raras excepciones, las huellas de la mano en negativo (la impresin es como una sombra de mano). En funsin a esta realidad, no resulta aventurado decir que durante las continuas jornadas de caza que estos Chukilas protagonizaran, habran aprendido a definir el ancestro primitivo de la llama 8 como un animal mtico y sagrado, representado plenamente como "wari", al igual que el wanaku salvaje (hoy existinguidos totalmente) distintos a la wikua. A quienes primeramente atrapaban sus espritus en las pinturas de abrigos y cabernas, y luego las caracterizaban en sus danzas rituales, naciendo posiblemente de esta tradicin el wari -runa, representado por un hombre rubio muy gil que tiene el cuerpo de wikula. Obviamente est dems decir que con el tiempo los herederos de los Chukila, hayan continuado con esta tradicin, aunque no de cazas efectivas, ms que todo a nivel de representaciones folklrica, como remembranza de sus antepasados. As, la danza que inicialmente habra sino el componente fundamental de la caza ritual, pas a representar con el tiempo las genuinas expresiones culturales de los pobladores cordilleranos. Para muestra solamente consideraremos lo que uno de los estudiosos de esta danza nos dice: " La danza del Chukila simboliza la caza y captura de los camlidos donde el personaje central: Wari wiraqucha, est identificado con el Chukila propiamente dicho quin porta mscara de wikua y simboliza el espritu protector" (Cuentas 1982). Finalmente, no podemos dejar de mencionar que los Chukila como etnia, desarrollaron la textitilera a partir de la lana y fibra de los auqunidos cordilleranos, y sobre la base de rsticas piezas de tejido que inicialmente les habra servido para contrarestar el fro de las punas; pero que con el tiempo, ello se convirti en la base fundamental de su derarrollo socioeconmico-cultural, antes que ellos descubriesen la prctica de la agricultura y de la cermica; pues, solo se conoce que necesitaron para sus actividades domsticas el utiliaje relacionado con la caza, carnicera y alimentacin. 1.2.2.- LA ETNIA URU Constituyo uno de los primeros grupos tnicos que iniciaron el poblamiento del Altiplano. A ciencia cierta, se desconoce los orgenes de su procedencia y la cronologa exacta de su aparicin . Pero, si se conoce que su cultura se baz en una forma primitiva de economa (Caza-Pesca-Recoleccin); que antecedieron en el tiempo a los Pueblos Agrcolas, y que ocuparon originalmente toda la cuenca fluvial y lacustre . Como todos los pueblos lacustres, los Uru han sido designados por varios nombres. Los ms comunes se ordenan en tres series: Primero, La autodenominacin que asume el propio grupo, los Uru se autodenominaron primigeniamente como los KOTSUNS (< QUTZHONI>), que devendra de su lengua originaria denominada como el URUQUILLA y, quiere decir Hombre del Lago ; Segundo, Las denominaciones otorgadas por otras tnias, los Aymaras por ejemplo los llamaban Chijchi Jausiris, expresin que significa los provocadores del granizo , devido a que, los Uru andaban casi desnudos; Tercero, Los nombres que se originan de sus espacios originarios como Iru-Itu u Ochozumas. Sin embargo, el trmino Uru ha sido todava utilizado en diferentes contextos a lo largo de todo el registro de la historia. En las crnicas, archivos y documentos de visita, sta a sido utilizado para referirse a la lengua, grupo lingstico, grupo tnico, clasificacin del nivel social, un agrupamiento para propsitos de impuesto y tributo, un estilo de vida de carcter econmico y como un epiteto despreciativo (La Barre 1941, 1963; Torero 1987; Julien 1982, 1983; Horn 1984; Buysse-Cassane 1986; Wachtel 1982, 1986). En el panorma de ocupacin Uru, desde el punto de vista etnolgico, se ha logrado establecer hasta dos MacroEspacios: Los Uru Altiplnicos; comformados por los Uru de la pennsula de Chucuito, los Uru-Puquina de la pennsula de Capachica y del ro Azangaro, los Uru-Ochozumas de Copacabana, los Uru-Iru-Itu del desaguadero y Machaca, los UruChipaya del lago Coipasa, Los Uru-Muratos del lago Poopo y los Uru-Charamocco de Cochabanba. Dentro de sta distribucin, cabe sealar que las concentraciones de Uru se Sub-diviedieron en dos grandes sectores a la vz : En la zona norte, estaba concentrado en el pueblo de Coata a orillas del Lago Titikaka, y en la zona sur, otra concentracin en Challacollo del pueblo de Oruro. En el otro Macro-Espacio los Uru Costeos; conformada principalmente por los Changos Camanchacos y los Atacameos, asentados desde Arequipa hasta la porcin costanera del norte de chile, dados fundamentalmente a la pesca marina dentro de formas culturales incipientes (Kauffman 1991: 68) . Evidentemente, exponer la ocupacin Uru en los terminos arriba sealados, no solamente implica poner en questin si el flujo de migracin Uru se habra realizado a travz de los Andes Centrales como lo evidencian ciertos investigadores (Stingel 1984: 261), s los Uru segn los clculos de Alcide D Aubigny (1844) habran salido de las selvas amaznicas para extenderse a lo largo de la Costa, donde sus miembros se convirtieron se convirtieron en verdaderos Fenicios del Pacfico . Si no tambin implica, establecer una distincin Etnico-Geogrfica entre los mismos grupos Uru. En el entorno altiplnico, Generalmente el Uru y el Chipaya se relacionan estrechamente (Wachtel 1986; Julien 1983; La Barre 1941), siendo la lengua Uru-Chipaya la misma que se hace referencia en los primeros documentos como URUQUILLA (Julien 1983: 62). El Uru Puquina, segn lo sealado por Leonidas Bernedo lo Constituian un gran pueblo que se extendi en toda la costa y las sierras de los departamentos de Moquegua, Arequipa, Tacna hasta Bolivia. Como es obvio, se trata de grupos relatvamente similares en su economa de subsistencia, pero la mayora est de acuerdo en que el Uru-Chipaya y el Puquina son lenguas separadas (La Barre 1941: 496-499; Torero 1987; Chanberlain 1910) . Sin embargo, a pesar que el Uru y el Puquina son dos lenguas distintas los hablantes de stos grupos lingusticos , fueron considerados como una sola agrupacin Uru (Erickson 1996: 273). Criterio ste, que tambin lo seal Mara Rostworosky : La mencin a Uru en el litoral no significa necesariamente que pertenecieron a las mismas tnias que los pescadores del Lago titikaka. Es posible que la voz Uru fuese una palabra genrica para designar el status de pescador y los de Atacama podan tener un orgen distinto (Rostworosky 1993: 225) . En este contexto, el caso de los Uru del litoral tiene otras connotaciones que es necesario aclarar : Por una parte, se considera a los Changos Camanchangos como pertenecientes al Uru-Puquina cuyo tronco racial sera el Arawak (Waisbard 1975: 257; Kauffman 1991, II: 68). Por otra parte, sta zona perteneciente a la regin Kolesuyo estuvo originalmente habitada por la Etnia Yunga los denominados Koli-Jaques (Rostworosky 1993: 219;8

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Bertonio 1612) . Consecuentemente, resulta complicado tener que explicitar la presencia simultanea por separado de dichas tnias en el altiplano. De todos modos, auque se reconoce la presencia Yunga en Copacabana y en el poblado de Yunguyo, es ms ampliamente reconocida la presencia Uru-Puquina en el Altiplano. Ahora bin, an hacen falta los estudios pertinentes para establecer explicitamente la presencia Yunga en el altiplano, al igual que la de los Uru-Puquina. Respecto del ltimo sealado, Therese Bouysse plantea la hiptesis que los Uru habran sido Puquinizados tempranamente (Bouysse-Cassane 1988: 53). Esto ltimo, esta sugiriendo la presencia de una colonia en el altiplano de los Uru-Costeos la puquinizacin realizada a partir de la presencia de los Arawak amaznicos en el altiplano ? . Nos abstenemos de sentar posicin, porque los estudios lingusticos han demostrado que la lengua Uru-Chipaya se vinculo con la lengua Yunga, que ahora est extinguida, pero que desempeo un rol importante como lengua franca Pre-Hispnica entre las culturas de la Costa. La lengua Yunga tuvo un vinculo evidente con la lengua Proto-Maya (Stark 1968, 1972). Otro autor Norte-Americano, Ronald Olsen (1964, 1965) a travz de un anlisis lingstico comparativo(lengua Maya--Lengua Uru-Chipaya), demostr el parentesco entre los dos sistemas fonticos, y sustent que los Uru-Chipayas se relacionan con los mayas desde un punto de vista gentico. Ser acaso mera coincidencia, la existencia de otros grupos de pescadores que igualmente viven en Islas Flotantes llamadas Chinanpas, del lago Xochimilco de Mexico y, que la hipotesis que sustenta que los Uros proceden de los Canoeros Mesolticos no sera nada descabellado ?. Ponemos punto a esta parte, reiterando que los Uru conformaron un pueblo de Cazadores y Pescadores que seoreo el Titikaka, el Desaguadero, el Sojapara, el Simiaqui, el Iru-Itu, el Poopo-Uru Uru y el Coipasa, el Lipez y an hasta el Litoral del pacfico. Antes de tocar los aspectos ms relevantes de la poca inicial Uru, veamos cual es la informacin que proporcionaron los propio Uru sobre su identidad. El Etnlogo Frances Jean Vellard, refiere el Testimonio del ltimo patriarca Iru-Itu Manuel Inta, que ha sido fielmente transcrito por el mismo como sigue: Los Uru somos el Tronco del Mundo. Desde pocas inmemoriales poblamos con los Chullpa la regin del titikaka. Esta fue la primera poca cuando no brillaba el Sol. Las tinieblas envolvan la Tierra solo alumbraba la Luna y las Estrellas. Los pantanos abarcaban la Puna. Muchos animales no existan . Sucesivas catstrofes aniquilaron a los Chullpa Pro-Hombres del Mundo. Los Uru sobrevivieron y formaron una nueva raza, la raza Uru (...) Nosotros no somos Humanos, Somos los KOTSUNS , la gente del Lago. Antes de los Inkas, mucho antes que TA TI TU, el gran padre del cielo creara a los Quechuas, a los Aymaras y a los blancos; mucho antes, cuando el titikaka se extenda hasta las ltimas fronteras de la puna, nuestros antecesores ya vivan aqu (...) Nosotros no somos seres humanos. Nuestra sangre es negra y no podemos ahogarnos. No sentimos el frio constante del lago en las noches de invierno. La humeda niebla que penetra a los seres humanos y los hace morir, no nos hace dao. Ningun rayo puede herirnos. No hablamos el idioma de los seres humanos y ellos no nos entienden. Nuestro crneo es diferente al de los humanos. Somos un pueblo nico, muy antiguo, los Kotsuns el pueblo del Lago (Vellard 1952). Obviamente, es sorprendente encontrar en pleno siglo XX el mismo tipo de mentalidad que asumieron los Uru Primigenios. Como ejemplo, se encuentra otro registro histrico de la poca del coloniaje, donde el cronista Antonio Herrera (1601) muy sorprendido narra la respuesta que obtuvo de un Uru en los terminos siguientes: Estos Uru son tan salvajes que preguntndoseles quienes eran, respondan que no eran hombres sino Urus, como si fueran otra especie de animales. La comparacin de los datos antiguos con los actuales sobre los Uru, permite identificar de manera recurrente, una constante que deviene desde la poca primigenia como es el caso que venimos conociendo, lo cual, con seguridad ratifica aquella profunda aversin al contacto de otros hombres ( Misantropa), que los Uru asuman como parte esencial de su comportamiento cultural. Sin embargo, segn aparece este comportamiento no significo ms que la defensa de su extirpe, como la de sus tradiciones. Pero que por razones an desconocidas (Porque lo descrito a travz de la historia no justifica el trato a que fueron expuestos), los Uru no fueron aceptados ni comprendidos por las otras tnias como los Aymaras, Quechuas, Incas y por los Colonizadores Espaoles. En el Contexto histrico propiamente dicho, segn los datos que aportan Jehan Vellard y Jos Mattos los Uru fsicamente presentaban los rasgos caractersticos de la Dolicocefala, siendo los cronistas Cieza de Len, Cobo, Oliva, Calancha, Acosta, etc. Quienes utilizando trminos duros y despectivos aseveraban que : los Uru andaban desnudos y slo cubiertos por un gorro de plumas, que eran encorbados y provistos de uas largas y que coman carne cruda, caracterizndose, segn el padre Calancha, como: gente brbara y obscena que habitan en lagos. Primigenia y contrariamente a lo que se cree, los Uru conocan perfectamente, aunque incipientemente, todo un sistema de AutoAbastecimiento a partir de la caza, recoleccin y pesca de los productos del Lago, principalmente en las zonas pantanosas que corran a lo largo de toda su franja costera, por un lapso de tiempo indeterminado hasta que, producto de sus carencias, sobretodo de las producidas por las inclemencias de la naturaleza y del medio ambiente habran descubierto el uso de la totora, y, a partir de ese momento, la planta lacustre significara la inmortalidad al proveerle comida y abrigo principalmente. Segn se ha llegado a saber, los Uru recolectaban raices dulces y los huevos de las aves lacustres; al mismo tiempo, cazaban las aves de la fauna lacustre con un peculiar sistema de trampas primitivas. Cuando descubrieron ms adelante el trenzado de la totora, construyeron embarcaciones rsticas y pequeas que les sirvi para aprender la pesca, y as fueron, cada vez, internndose en el lago, descubriendo zonas ms frondosas de totora donde supieron adaptarse en este habitat. gradativamente, aprovechando el descubrimiento del trenzado de la totora construyeron los primeros prototipos de las islas flotantes, sobre dos ms embarcaciones, de tal suerte, que eran dificiles de ubicar en un solo lugar. A partir de este nuevo avance los Uru ya no saldran a tierra y, all en el lago, descubriran nuevas facetas de vida. Estos hombres de sangre negra que tanto insistieron en no ser, en realidad, humanos, estos (llamados tambin por el padre Calancha , Uru, ) dividen su historia en dos pocas 9: la primera, cuando an no viva ningn hombre sobre la tierra (para los Uru hombres son los Pukina, Kollas, Aymara, Quechuas, otros), y cuando el9

Segn otra versin mtica expuesta por el Sr. Juan Palao, en su obra Los Hijos del Lago Sagrado, p. 14, refirindose a los Uru dice que nuestros antepasados ya vivieron en el lago antes que el sol alumbre, cuando el lago era mucho ms grande. En ese tiempo tuvieron una guerra con los Chullpas gente que viva en los lugares oscuros, en las cuevas de los

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primer Sol se perdi a causa de las aguas, desaparecieron la mayora de los Uru, solamente una pareja se salv en una balsa dirigida por el orculo la piedra fundamental, que fue enterrada en 10 para que siga creciendo en el primer lugar de los Uru, pero cuando el Sol volvi le despojaron de sus ricos vestidos bordados de oro, para vestir a la piedra fundamental que, en el acto, se qued muda y petrific a muchos Chullpas. La tradicin dice que estos son los gigantes que se ven en Tiwanaku. En la segunda poca de su historia, cuando en la tierra no solamente existan los , sino tambin los humanos. La segunda generacin de los Uru, habran cado en desgracia por una serie de catstrofes del fuego y el segundo Sol desapareci porque el cielo cay sobre la tierra matando a todos los gigantes. Esta historia en suma, se complementa con otros datos muy antiguos donde se mencionan que los autnticos Uru soportaron cuatro catstrofes que llamaban los juicios de los dioses: El diluvio, el fuego, la peste y la guerra, que casi exterminaron sucesivamente a su pueblo salvndose algunos que volvieron a formar la raza Uru. Los Uru arcaicos slo posean para defenderse el , arma de lucha para lanzar, que consista en tres piedras redondas atadas a un juego de cuerdas. Es evidente que este medio fue insuficiente para resistir a los ataques sucesivos y prolongados de numerosos grupos enemigos mucho mejor armados, como los y y, despus, las tropas Inkas. Las luchas fueron sangrientas y los Uru no siempre perdieron, no obstante, por ser mucho menos numerosos y cada vez ms diezmados despus de cada encuentro, se habrian vuelto, como dicen los cronistas, personas groseras, intiles y ablicas. As tambin, los Uru tuvieron que soportar el desalojo (cuando estaban casi diezmados) de su hbitat en reiteradas veces ya por los pukina, y los aymara que fueron muy crueles con ellos; ya por los Inkas que trataron de asimilarlos, y finalmente, por los quechuas que se quedaron despus de los Inkas. 1.2.3.- LA ETNIA CHULLPA Dentro de las sociedades ancestrales del altiplano, los chullpa han constituido un grupo primigenio de naturaleza presolar, y perteneciente a una temida raza de gigantes. En nuestra actual sociedad ello se considera como producto de la versin mtica ya que son escasas las evidencias arqueolgicas y etno histricas que puedan justificar su existencia real. En esta disyuntiva, existen sin embargo vacin histricos que es necesario considerar, para arribar a un nivel de conocimiento que permita validar la posibilidad de sus existencia, o en otros de los casos asignarle un campo en la mitologa andina, pero con mejores elementos de juicio. As, considerando los documentos ms tempranos de los cronistas (Ciesa de Len 1553; Cobo 1565; Salas 1618 y Oliva 1631) se puede observar claramente el arribo de gigantes va martima a la "punta de Santa Elena" en los trminos de Puerto Viejo (Ecuador), aunque los mismos no coinciden en los puntos de procedencia de estos gigantes, ya que seala en un caso (Salas) la procedencia de Panam , y en otro (Cobo) la procedencia de la parte austral. Siendo el cronista Baltazar Salas el que establece la presencia especfica en el altiplano de : "Los gigantes Chullpa que siendo raza brava combatieron con los Antis sin vncerlos". Igualmente el cronista Fernando Montesinos (1643) afirma que: " Llegaron al Collao procedentes del Tucuman numerosas tropas de la familia de Hatun runas en busca de tierras y que fueron admitidos al servicio de Pirwa Pakari Manko (priemr jerarca de la dinasta Pirwa). Pero en trminos generales los cronistas sealados no solo refieren la presencia de los gigantes, sino que adems de referir hallazgos de huesos gigantescos en Punta santa elena, Trujillo, Tarija y Tucuman, refieren tambin los elementos descriptivos inherentes a los gigantes que es necesario tomas en cuenta: Los cronistas Ciesa y Oliva coinciden en sealar a los gigantes como "seres disformes y temertarios, y que eran tan grandes que una de ello tena tanto de la rodilla abajo, como un hombre ordinario en todo el cuerpo", siendo el cronista Ciesa quien brinda ms detalles de ellos en los siguientes trminos:"era cosa monstruosa ver las cabesas, con sus ojos que eran pequeos platos que sus cabellos les llegaba hasta la cintura. No tenan barbas y dicen que venan vestidos con pieles de animales y otros desnudos y que no trajeron mujeres consigo (... ) todo el mantenimiento que cerros. En ese poca apareci el Sol por primera vez aniquilando a los enemigos y a muchos de nosotros para luego desaparecer. Posteriormente otros hombres que haban sido trado por los dioses ofendieron al padre de los dioses que lleg a la tierra, el cual se retir por los aires enviando fuertes lluvias que lo inundaron todo, salvndose slo una pareja Uru en una balsa, surgiendo de ellos nuevamente el pueblo Uru. Transcurrido mucho tiempo fueron visitados varias veces por el padre de los dioses, pero en una oportunidad se burlaron de l por la vestimenta que llevaba, por lo que a varios de ellos los convirti en estatuas de piedra por eso los antiguos veneraban a las piedras. Pero, haba una piedra que hablaba, que anunciaba que aparecera un nuevo Sol, el cual lleg por el este quemando a muchos hombres, salvndose algunos Uru que se refugiaron en los totorales. Despus de todos esos acontecimientos recin aparecieron los hombres de nuestro tiempo. Tambin existen otras versiones con algunas variantes (Waisbard 1975: 258-259), (Azz 1978: 80-81, Tomo I).10

El espacio mitolgico de los Uru se situ en , es el centro de su mundo, una inminencia de una centenar de metros que se ve surgir a dos kilmetros de la desembocadura del ro desaguadero, cerca de Iruito, nico poblado terrestre de los primeros pobladores del Titikaka. En ese lugar se encontraba enclavada la piedra parlante con forma humana, que cumpla ancestralmente el rol de orculo y que por culpa de algn grupo Uru, la habran ofendido imponindole unas vestiduras, por lo que habra quedado muda, lo que posteriormente habra generado la prctica del (Waisbard 1975: 258) Resulta muy interesante, que esta etnia Uru haga referencia a una especie de hombre de piedra; ya que, dentro de las distintas tradiciones altiplnicas existe la tradicin de los hombres piedra, sean estos los hombres gigantes de Tiwanaku, , o segn el mito inka, las piedras se hacen hombres para salvar al imperio Inka (que histricamente se tratara de los hombres piedra, conocidos como los Allen-Kapac de ) de las hordas Chankas. La petrificacin del hombre tiene un papel importante en la mitologa pre-colombina de Amrica del Sur. A veces paraliza a un pequeo grupo, como tambin a una comunidad tnica, completamente.

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hallaban en la comarca la destruan y coman, tanto que dicen que uno de ellos coma ms vianda que 50 hombres, y que como no bastaba la comida, mataban mucho pescado en el mar con sus redes (...) vivan en gran aborrecimiento de los naturales, por que por usar de sus mujeres las mataban, y a ellos hacan lo mismo por otras causas". El cronista Baltazar Salas de igual manera, refiere detalles especficas a la genealogi de los Chullpas en el altiplano, como sigue: "despus que vino en diluvio y destruy a casi toda la gente se libraron nicamente de la raza de los Chullpas los que se nombraban Muyuris, Mamanis, Cunturis, Aymarus, Rokkes, Cisas, Rakku Kallas, Intillas, Llatarkus, Kkespis, Apazas, Aruayas y Aruquitas". El mismo cronista adems seala en el mismo contexto los nombres de los descendientes de las familias Intis, que segn aparece habran estado presentes en el altiplano a la llegada de los chullpas, y que por ser de inters para nuestra historia, damos cuenta de ello como lo refiere el mismo: " Los nombres y apellidos Intis son: Aymaras, Yapuwaras, Kollawas, Pattawaras, Taapakas, Cconahuaras, Ccanahuiris y Sayawaras". Mencin aparte merece las crnicas de viajes reportada por Hernando Magallanes (1520), que aparte de coincidir con la temtica que venimos tratando a nivel de los cronistas del siglo XVI, ello significa la mayor evidencia objetiva que la historia a podido adjudicarse en pro de la humanidad y la cultura. El hecho en concreto, deviene del viaje de Magallanes que al estar por el estrecho de la regin austral, su embarcacin recal en puerto San Julin (50 latitud sur), en la actual provincia de Santa Cruz, donde se produjo un autntico encuentro fsico con un grupo de gigantes que aldecir de su cartgrafo Antonio Pigaffeta : "eran tan grandes que nuetra cabeza apenas les llegaba a la cintura". Esta referencia histrica, como se puede inferir del mismo reporte de Magallanes haca alusin directa a los naturales de la regin austral, que precisamente por que los mismos dejaban unas huellas gigantescas de pies, el mismo Magallanes les de el nombre de Patagones. Actualmente, "Patagones" es una denominacin genrica que hace referencia a diversos pueblos, pero fundamentalmente a los Tehuelches y Onas y, de estos actuales decendientes, los tehuelches increiblemente continuan siendo un pueblo nmade, presentan los pies grandes, visten mantas de cuero y oh sorpresa !, dentro de sus mitos de origen "aparecen los gigantes" portando una boleadoras de 3 puntas de piedra, las mismas que justamente encontramos manejando a los Uru y Chuquilas como instrumento de caza y defensa. Este hecho es doblemente sorprendente, debido a que histricamente no se conoce algn tipo de vinculacin entre las etnias que sealamos, lo cual implcitamente est planteando que los patagones Habran arribado a nuestro altiplano? No lo sabramos decir; pero, s podemos decir que el tema de los gigantes no es un tema aislado, que solamente habra implicado a las tradiciones de las costas peruano- ecuatorianas y al extremo sur, sino que tambin comprometi a la misma Europa como los refieren las tradiciones relacionadas con los Pirineos de la pennsula Ibrica, pero, el hallazgo ms fehaciente lo reportaron en su oportunidad el mismo Ciesa de Len y Anellio Oliva cuando sealaron: "Escuch en este ao de 1550, que siendo Viso Rey y Gobernador Antonio de Mendoza de la nueva Espaa, que hallaron huesos tan grandes como la de estos gigantes... "estos gigantes seran semejantes a una casta presente en la nueva Espaa y en el dsitrito de Haskala". Este otro hecho, podra ser tipificado como un mito europeo? Tampoco lo sabramos decir, lo cierto es que en pleno siglo XVIII, "La fbula escrita por Ciesa de Len, fue declarada como vlida por el padre Juan de Velazco" (Crnica de Amrica 1990: 108). Pasando al plano histrico ms contemporaneo y en el contexto altiplnico las referencias ms inmediatas que reportan la presencia de gigantes se encuetra en los mitos de origen de los Uru, (Vellardt 1952) y los Chipaya (Gisbert 1987: 182), siendo el estudioso Juan Alberto Cuentas quin afirma categricamente que " Los Chullpas fueron los primeros de la meseta altiplnica (1969: 74; Wasibard 1975: 257) y que al oeste de Tiwanaku se hallaban acentadas poblaciones brbaras de Hatun Runas provenientes del Tukuman". (Cuentas 1968: 30). La arqueloga Simone Wasibard, podra decirse que es la nica que report el hallazgo en Puno de un craneo de gigante en los siguientes trminos: " Gustavo Snchez Sierra maestro de escuela, cabando en el cieno del lago descubri un craneo desmesurado, de un tamao del doble de los que se ven en los museos peruanos, notable por el contraste de una mandvula superior enorme y una inferior tan reducida que solo caban cuatro molares" (Ibid: 260). De igual forma se han reportado los hallazgos de Megafauna en los sitios de Choqo Coniri (Juli) y Jilahuata (Azngaro), quedando todava por reconocer la zona de Pirin (Taraco), donde tambin existen posibles yacimiento de Megafauna, todo lo cual auque no evidencien la presencia de los gigantes que aluden las crnicas, creemos que al menos evidencian la presencia de formas pre humanas o Hatun Runas, como los mismos Uru se proclamaban de no ser humanos y pertenecer a pocas presolares. Por que a los Chullpa inclusive se les atribuye haber utilizado como idioma el "Machaq Juyay" (Poblete 1988: 302) que es el idioma ms antiguo de Amrica. El mismo etnlogo Luis Valcarcel muy a pesar que considera que los restos paleontolgicos sealado por el cronista Cobo "ninguno corresponde a humanos", tambin concluye que dicha generacin debi extinguirse en ciclos atrs (Valcarcel 1978: Tomo V : 295-299). Un aspecto que no poda faltar en la historia de los Chullpa, es el que se encuentra inmerso en las tradiciones de los pueblos. Tomaremos para ser ms especficos el caso intrinsicamente ligado a los pueblos aymaras de Juli e Ilave en su versin indita: "Segn las antiguas tradiciones juleas, los gigantes Chullpas ocupaban sus comarcas como sus espacios de dominio; por eso a travs del tiempo la gente del mismo poblado se ufanaban de ser los desendientes de los Chullpas y era un motivo de superioridad que hasta hoy subyace presente. Pero lo peculiar de esta tradicin se aprecia en el tiempo histrico en que los Lupacas son gebernados por el "Khari Aymara", en donde la imagen de los Chullpas es reinterpretada ingeniosamente para adjudicarla al jerarca conquistador. As aparece la tradicin del "Gigante khari", la cual podemos verificar inclusive en la localidad de Karitamaya (Ilave) no lejos de las riveras del Titicaca, donde la tradicin local sita la tumba del "Gigante Khari" que se qued petrificado por el Sol, cuando quisieron retornar su cuerpo a Tiwanaku, la ciudad de gigantes. Posteriormente entre otras tradiciones la imagen de los kharis fue adquiriendo caracteres legendarios, que alcanz inclusive a algunos cronistas ( Que por razones obvias nos inhibimos de mencionar), que llegaron a sealar sus prodigiosos " Cuatro y hasta ms metros de alto" . Frente a esta situacin expueta, an queda sealar que en trminos actuales, la denominacin Chullpa est referida a las torres funerarias ciclopeas de manufactura Pre Inca. Denotando ello, una clara distorcin de la denominacin que originalmente le corresponde. Efectivamente no se conoce a algn cronista que haya utilizado esta denominacin para

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referirse al tipo de construcciones funerarias, salvo el lingusta Ludovico Berthonio (1612) que traduce la palabra Chullpa como "entierro o sern donde metan a sus difuntos"; pero el mismo Berthonio dando la traduccin del trmino espaol sepultura como casa sobre la tierra traduce: " Amaya Uta" o cuando se refiere a la sepultura como casa de muchas piedras para enterrar a los principales debajo de tierra, traduce: " Callca". Por lo tanto inequvocamente se colige que es impropio aplicar el trmino Chullpa para referirse a las torres funerarias, dada la traduccin ambigua del concepto de entierro o sepultura en la lengua aymara. Adems por efectos culturales es necesario resarcirnos de este gravsimo error, otorgando la verdadera denominacin que corresponde a las tumbas funerarias Kolla; as como, restituir la real dimensin que ocupa en el altiplano la etnia Chullpa. Por que cunto tiempo tendremos todava que permanecer buscando una explicacin a la luz de nuevos acontecimientos y por ahora no podemos darnos el lujo de ir destruyendo las bases de nuestra identidad cultural. 1.2.4.- LA ETNIA PUQUINA Constituyeron un amplsimo grupo de cazadores y pezcadores, procedentes segn parece, de los acentamientos de Arequipa, Moquegua, Tacna, Arica, Tarapac y Atacama, que se hallaban establecidos en el litoral del pacfico y en la pocas de los ros, como se puede colegir de su registro histrico en las "relaciones geogrficas de Indias", as como de los estudos realizados por Leonidas Bernedo como qued anotado. Conformaron evidentemente segn sus costumbres desarrolladas en un habitat martimo la misma categora de los Uru altiplnicos como han sido reconocidos por las relaciones; pero este hecho no supone que habran pertenecido a la misma etnia uru sino que su presencia en el altiplano plantea el problema de su real procedencia, ya que de acuerdo a lo establecido, los Puquina pertenecera a la raza troncal Arawak y su lengua demuestra una notoria diferencia con la de los pescadores del lago Titicaca. En efecto, no se puede concebir que los Puquina hayan llegado al altiplano por un accidente fortuito ni que los grupos precedentes inconcientemente hayan sedido sus espacios a gente extraa ni que no habra existido algn tipo de relacin entre las colonias o un intercambio de posiciones entre los dos ecosistemas. Es decir, que los Puquina ya conocan del ingente potencial de recursos que obrecia el altiplano, como seguramente lo han de ver conocido los otros pueblos que arribaron con posterioridad. Es por este motivo que suponemos que el origen del coloniaje Puquina, surgi como consecuencia de un afn ms que todo de ampliar sus espacios de dominio econmico, auque no descartamos que tras de ello debe haber imperado un espritu de conbquista. Lo que no impide que, anteriormente a esta situacin, pudiera existir alguna suerte de intercambio entre las dos regiones, que no hizo ms que agudizar la creciente necesidad de apoderarse de la zona altiplnica o circunlacustre. Existen pocas referencias sobre los grupos de pescadores Puquina, pero de lo que se ha llegado a conocer, es que se trato de un grupo de orda con caracteres ms evolucionados comparativamente con la de sus predecesores. Cuya "presencia temprana" (Bouisse-Cassagne 1988) se dio en condiciones de grupo sedentario, fundamentallmente por que habran desarrollado la pesca en niveles superiores, que los distingui frente a los otros grupos pre establecidos en la cuenca flubial y lacustre. As se puede resptablecer en el estavblecimiento de las primeras aldeas en su forma incipiente a los largo de la zona norte del lago, donde paulatinamente fueron asimilando a los grupos existentes y establecieron un eje de dominio econmico territorial, en un poca considerada pre aimara. Como reiteramos, las similitud de los hbitos que los Puquinas tenan respecto a los Uru del lago les condujo al posicionamiento de playas, caleta y lagunas propias a cada grupo. Y no solo eso, sino que parece que hallaron un complemento bilateral con los Uru para mejorar sus dominio del ecosistema lacustre, adems que aparecen con ciertos conocimeintos del dominio agrcola que traan segn parece de su relacin con los Yungas del litoral. Pero sobre todo las actividades prodominantes que identifican a los Puquinas, estn muy vinculadas a la prctica de una tradicin religiosa, que se ha descubierto estaba relacionada con deidades sobre naturales, como la que establecieron en la isla del Sol, y que es tan ancestral que representa un ser mtico denominado "Thecse Khasa" (Ramos Gavilan 1618) , que ha originado la visin de esta isla, como la isla de los orgenes desde donde se enraizaron las primigenias poblaciones del altiplano, inclusive la de los Incas. Igualmente, muy cerca de este centro de culto principal se atribuye a los Puquina como los propiciadores del culto a la serpiente bajo la adbocacin de "Khoa", en otras islas de Copacabana que precisamente llevan el nombre de Khoa y Khoati. Lgicamente, lo dicho no implica que los Puquina hayan creado el concepto mismo del Mito de los orgenes a partir de sus Huacas en el lago, sino que el establecimeinto de aquellos cultos en el lago, habr+a recompuesto la visin sagrada que gozaba el algo mismo como fuente de origen. Adems que la prctica de ambos cultos, facilit la ingracin de los Puquina a un primordial substrato Colla. Ene ste contexto, a juzgar por las circunstancias en que se desenvolvan los Puquina, cabra sealar que de la misma forma los pobladores predecesores habran admitido la adjudicacin de la denominacin del lago bajo trminos Puquina (no podemos establecer si esto se produjo por imposicin, conciliacin o compadrazgo), como histricamente se puede reconocer. As, encontramos al historiador Waldemar Espinoza, que basndose en el cronista Guamn Poma, afirma: " El antiguo y verdadero nombre del lago Titicaca era "Lago Poquina" , despus se llam Chucuito y tardamente Titicaca tomando este nombre de la isla" (Espinoza 1980). Obviamente que de los hechos sealados, entre otros que corresponde a otras etapas, puede entreverse que los Puquina habran tenido en el tiempo una importante participacin en la gesta del seora Kolla , ya que es la misma historia la que ha venido dando cuenta de una serie de situaciones, que asemejan la presencia Puquina como que se tratara de la misma poblacin Kolla. Un ejemplo claro de este ltimo lo encontramos justamente en las referencias que derivan de los documentos ms tempranos, como del cronista Bernab Cobo (1565) que al escribir sobre los pobladores de Copacabana y sus islas dice al respecto: "Antiguamente estaban pobladas de indios Kolla y que los naturales de Copacabana eran de la misma nacin". Sin embargo para el cornis Martn Morua (1590) cura de Capachica: " Eran los pobladores de Capachica los que tuvieron adems de las islas de Copacabana, otra casi general Wak'a hacia Warina Intika". El cronista Guamn Poma (1615) sobre el mismo punto afirma: "Eran los Uru kollas y Puquna Kollas, los pobladores que rendan culto a la wak'a Titicaca" los cuales segn la sevidencias no eran otros que los Uru Puquina de Capachica y Coata. Como es de ver los reportes referidos estn estableciendo desde pocas ancestrales la presencia Puquina,

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dentro del substrato Kolla, o lo que es lo mismo los han identificado como los mismos kollas a pesar de la sucesivas fragmentaciones que se sucedieron en el poblamiento del altiplano. Sin embargo, esta temprana Puquinizacin sobre el altiplano nos llever a considerar otros elementos ms adelante, hasta que alcancemos a discurrir sobre las sub-siguientes etapas histricas de los Puquinas. 1.2.5. LA ETNIA ARUWAK Los Aruwak, pueblo de agricultores y tejedores, fueron originarios de las regiones tropicales y sub tropicales de la Guayana y del Amazonas junto a numerosas tribus. Caracterizados como un grupo pacfico y por sus necesidades de expandirse para procurarse nuevas tierras para su cultivo tropical de tipo extensivo, los Aruwak se extendieron remontando el ro Amazonas y sus afluentes, llegando a la regin andina peruana, hasta "acceder a las cordilleras en oleadas sucesivas, estableciendose en valles, quebradas y altiplanicies", (Sivirichi 1970: 49) . As en el ltimo tramo habran tomado como principal punto de acceso la zana del Apolobamba y la zona norte de Puno (Sandia - Caravaya) que es la pyerta ms directa a la amazona, donde se ha establecido su parentesco con los chunchos de Yawar Mayu y Eskilaya ( diezmados durante la poca de la explotacin del caucho), donde inclusive puede verse, habrin establecido contacto cultural con los pastores de la cordillera oriental de Caravaya. Pus, en la Zona de Macusani Existe una prueba irrefutable que Simone Waisbard precisa como sigue : all por las paredes paralelas de un Caon muy cerrado, por donde serpentea el ri macusani frente a las chullpas funerarias de < Pati Patac > y de , el grupo al abrigo de , todava mas elevado, presenta cacera de auqunidos y tarucas, y lo mas curioso, por primera vez estn provistos de arcos (Waisbard 1975, 272). Este hecho que habra ocurrido entre los 5 mil aos A.C., no solo habra significado un arribo espordico, si no el comienzo de un proceso de convivencia pacifica con las etnias reynantes del altiplano. El misionero antroplogo de Asturias Ricardo lvarez, tiene una opinin que bin podra complementar este aspecto : Se comprueba que se produjeron migraciones de la selva hacia el Altiplano, en donde nativos selvticos se habran radicado dejando el hbitat, caluroso y hmedo de la selva, a cambio de otro fri y seco del altiplano, cultivando incluso plantas selvticas que fueron heredadas, ya domesticadas y aclimatadas, por los indios serranos(lvarez 1984; 21). Nosotros por nuestra parte, hemos visto sorprendidos como en objetos de bronce(en las zonas de Juli y Pomata), se encuentran plasmadas las alianzas andino-amaznicos, a travs de esplndidos diseos, donde claramente se pueden apreciar en forma bifronte, los elementos simblicos de la etnia amaznica representada por el Jaguar y la serpiente, en tanto que la etnia altiplanica lo hace a travs de la representacin del varayoc con cabeza de llama, completando la representacin humana (masculino-femenino) de los jerarcas de ambas etnias en cada lado del inusual objeto de bronce. Este grupo fue una raza troncal poseedores igualmente de una lengua considerada como "tronco lingstico", que Posnansky denomin Aruwak en razn a que encontr que conservan restos de la ancestral lengua UR- ARUWAK. As, han sido conocidos como Arawakos, Arawak, Arawakones, etc. Pero en esencia de su nombre se traduce como los hacedores de harina, no eran nmades, pus posean cultura y el solo hecho de definirse, como hacedores de harina implica que saban elaborar el pan. Como razas del tipo mongoloide y presenta cuando sus individuos no se hallan muy mesclados con los Kollas, una caractersitca antropolgica bastante uniforme. Solo eventualmente vivieron en aldeas; en general levantaron paraderos conformados por una cuantas chozas o una sola denominada Maloka enorme que era la morada de todo un grupo y que en algunos caso protegian con empalizadas. La comunidad no fue la tribu sino la macro-familia, forma identica a la aldea y podan ser patrilineales o matrilineales. El jefe gozaba de poca autoridad y solamente en caso de guerra se juntaban varias aldeas para elegir a un jefe. fUe un etnia de orda, que con sus diversas mesclas constituan las nueve dcimas partes de la poblacin del continente. La base econmica de estos primitivos emigrantes de la amazona, no era nicamente la casa recoleccin y pesca sino que paralelamente practicaban la agricultura, dentro de ello la aclimatacin de plantas. Hasta donde se sabe ello fueron los que introdujeron el cultivo de maz en la zonas ceja de selva de sandia y Caravaya y en las islas de Taquile y Amantan : as tambin introdujeron el cultivo de la coca en la zona de San Juan del Oro, San Gaban y en la zona tropical de Bolivia. Adems los Aruwak disponan del uso de papas, yuca, frejol, mandioca, aj, algodn y caas para las flechas. En cuanto a sus hbitos de consumo se sabe que masticaban la hoja de coca con cal, que se alimentaban a base de frutos de plantas silvestres y carne animal solo en escala reducida. En la caza eran selectivos hacia los animales menores como los roedores, aves, etre otros; raramente cazaban los siervos y venados por que no era parte de su tradicin, adems que no se incluan en los dominios de otros. Los Arawak, tambin supierosn distinguirse como excelentes artesanos de la cermica, cetera, hilado y tejido. Realizaron estupendos adornos de plumas como gorros, mantas, capas, bonetes, diademas, coronas y cofias de plumas. Tambin tejieron las tnicas, fajas de trensado entre otros, caracterizados por un arte textil de lazadas con dobles hiladas, y principalmente del uso del llamado telar Arawak que influy en todo el Per. tambin confeccionaban los collares de dientes de animales, de madera y piedras de colores y de huesos llamados Chequiras. Mencin aparte merece la confeccin de bastones ceremoniales con adornos especiales, la pintura y el tatuaje corporal; el utiliaje domstico producido a travs de la madera, la greda cocida, la sestera y canastera. Completa la gama artesanal de los Arawak, la confeccin de instrumentos musicales para efectos rituales como las flautas largas de strombus y el tambor de seales. En el gran chaku oficiaron de intermediarios en el trfico de los productos incaicos . Finalmente, no podemos dejar de mencionar algunos elementos de su sistema de ideas y creencias. Los Arawak por decirlo en forma general mantenin creencias animsticas, y totemsticas. Su culto principal estaba relacionado con el Jawar. Ello no limit para nada el culto a los muertos, ya que en su concepto los muertos pertenecan al crculo de los vivos y eran enterrados dentro de sus casas o en una fosa cercana. Era notoria por otra parte su creencia en demonios, espritus de difuntos o de la naturaleza, gnomos de la selva y seres acuticos que asechaban al hombre. Los btujos jugaban un papel preponderante dentro de la tribu, eran los que curaban con su magia, controlaban el tiempo, la fertilidad, conjuraban a los espritus y se elevavan por medio de ayunos y brevajes psicticos. En fin, una visin del mundo ms relacionada a la amazona de la cual

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vario elementos han pasado a conformar el patron de comportamiento del hombre altiplnico a travs de las sucesivas etapas histricas como seguir habiendo ms adelante. Actualmente, se sabe que los Arawak habran retornado a la amazoni dejando solamente a sus descendientes en la regin norte de Puno, debido a que en el panorama altiplnico, habran irrumpido los temidos Tupi Waranes. Pero producto de una larga convivencia inter etnica se conoce que los Arawak, hoy estn representados por las tribus como los Mojos de Bolivia, los Paressi Cabexi, los Culina y tribus semi bagabundas; y lo ms interesante de todo esto es que los arawak como generacin originaria an se encuentran presentes en la amazona del alto Ucayali, conviviendo con los Matziguenga, los Pano Amahuacas, los Piro y los Campas (Alvarez 1984: 248) . 1.2.6. LA ETNIA TUPI-GUARANI Ms conocidos dentro de la historia como los Guaranies fueron grupos portadores de una cultura amaznica que establecieron sus establecimientos a lo largo del ro Paran. Este grupo mixto es originario del norte de Brasil. Inicialmente tienen una historia por separado, sobre todo a partir de la poca de su extensin, donde mientras los Tupis se despalzaron por la parte central del continente alcanzando y surcando los ros madera, Beni, Mamore y Madre de Dios, hasta llegar a la zona andina. Los Guarani se desplazaron siguiendo las costas donde haban penetrado al Matto Grosso, Paraguay, Paran, Uruguay y el Chaco. Posteriomente los Tupis y guaranies unidos influyeron en la regin del altiplano (Loaysa 1972: 68) . Estos nativos de la costa del Brasil, segn los estudios se encuentran tipificados como etnia de tipo canival y guerrero en cuyo grupo lingstico predomina en Tupi. Sin embargo, se sabe que tambin practicaban la agricultura, como la horticultura. Cultivaron el maz, mandioca, algodn, y tabaco mediante el mtodo de roce; asi como practicaron la caza, pezca y recoleccin. Su vivienda se caracteriz por ser del mismo tipo de los Arawak, y tanto su industri ltica, como la cermica, presentan formas incipientes, son caractersticos de ellos las tembetas o besote labial y las grande urnas funerarias. La caracterstica principal de sus grandes travesas canoeras, fueron frecuentemente provacadas por el ansia mtica de encontra "la tierra sin mal" , mito que paradgicamente evoca una especie de paraiso terrenal, donde los verdaderos hombres encontraran su armona interior y escaparan a toda muerte. Segn este mismo mito, la tierra habiendo sido destruida una vez con los hombres que lo poblaban, debe serlo una segunda vez. Por eso, para escapar al cataclismo los Guaran deben encontrar el camino que conduce a la tierra sin mal. Tal vez la creencia en este mito, explique las grande migraciones Guaranes antes de la llegada de los europeos. Hoy todava ocurre que un individuo una familia, un grupo Guaran, de los que ya no se necuentran en el altiplano, vayan a la bsqueda de la tierra sin mal. Los etnlogos Anie Jacques Meunier y Marie Savadn (1969), en su obra : " Le Chant Du Silvaco" describen as a los tupi Guaran : " Se han puesto en persecusin de un sueo; los das caan uno a unoi y ellos caminaban, nunca la miseria alcanzaba sus miradas. He aqu los hijos de otro siglo! , cargados con la tristeza original de Amrica del Sur, atormentados con la idea de la muerte, rodos por las utopas y la melancola ellos son los grandes romnticos del continente" . La concreta visin que enarbolan los Tupi Guaran en sus grandes travesas, es contraria sin embargo al mito tradicional del tiempo guerras - fiestas, que les permiti mantener el culto de las cabeza - trofeo y el canibalismo ritual (Metraux 1967), lo que le otorga un carcter complejo a esta especfica sociedad amaznica. Otra caracterstica de la sociedad Tupi Guaran, recida en su poligamia, con cierto grado de jerarquizacin y jefaturas destacadas socialmente, a cuyo mando estaba el jefe de tribu asistido por un consejo de ancianos y grupos de caciques secundarios. Se puede decir que tenan concepciones animistas y prcticas chamnicas por medio del uso de psicticos. Tambin, crean en una deidad creadora y civilizadora como Tupa o Tumpa . otros mitos Guaranes se refieren al uclto de la serpiente llamada "Katari", lo cual se establece ms enraizada en la cultura altiplnica, aunque de igual manera podra establecer una relacin intrnseca de la deidad Tupa o Tumpa con Thunupa. El contacto cultural Guarane se estableci principalmente a partir de los pueblos andinos orientales, en especial con los pastoriles. De acuerdo a los estudios se conoce como sus aportes culturales los siguientes elementos: a) Mitos cosmognicos sobre la creacin de hombres, astros, (Sol, Luna) y animales como el Jaguar. b) El culto a la serpiente: Katari o Amaru c) Arte textil: lazadas con nudos falsos, fajas de algodn o plumas. d) Adornos de plumas, collares, brasaletes, etc. e) Cermica: Urnas funerarias, como tinajas de grandes proporciones. f) Procedimiento de momificacin de los cadveres. g) Uso de plantas medicinales, lo cual dio origen a la tradicin de curanderos. h) Institucin de la esclavitud. De aqu para adelante, se conoce que "en la poca histrica comenzando el dominio espaol en el Per, doce mil Guaranes invadieron el llamado Antisuyo que estrechamente estaba ligado al territorio boscoso del Amazonas" (Valcarcel 1966: 37), espacio precisamente donde tenan sus dominios la tnia Inca, situacin esta, que nos hace ver el potencial guerrero de los Tupi Guaran; lo que es inesperado, la penetracin de esta etna en la amazona peruana donde viven actualmente, hasta la zona tropical de Bolivia, donde tambin se les puede ubicar. II.- EPOCA FORMATIVA EN EL ALTIPLANO 2.1.-PERIODO FORMATIVO INFERIOR (1800-1300 a.c.) 2 2.1.1.-POBLACIONES PRE-PUKARA 1.-ETNIAS URU-PUQUINA 3 2.-ETNIA TARAKO 4 3.-KALUYO (1600 - 800 A.C.) Kaluyo se encuentra ubicado a la altura del Km. 110 de la carretera que se dirige al Cusco. Fue dada a conocer a partir de 1949, por el arquelogo puneo, Manuel Chavez Ballon (Ayca 1992;40) (Loayza 1972; 153). El grupo Kaluyo, se encuentra tipificada como una sociedad de tipo aldeana, con yacimiento-tipo en forma aglutinada, construidas precisamente

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de piedra. Su base economica la obtuvieron de la domesticacin del cuy silvestre, la llama, alpaca, vicua y huanaco, del cultivo de especies adaptadas al medio como la papa, oca, quinua entre otros. Complementada con la pesca y casa de fauna lacustre. Tuvieron una agricultura sin irrigacin de lo cual lo mas conocidos son los waru-waru, como los que se pueden apreciar en la zona de paucarcolla, hatuncolla y Nicasio, entre otros, en el entorno de lago; asi como, supieron acondicionar los espacios para las Ccochas. Para seguir detallando mas elementos de los que constituyeron su cultura, resulta difcil rastrear en su pasado historico por metodos tradicionales, ya que ningun cronista los menciona por este nombre que aparece recien e insuficientemente en estudios actuales. Por ello, tratando de capitalizar lo mas que se pueda, pasamos a detallar otros segmentos. Desde pocas tempranas, los kaluyo habran emprendido la talla de la piedra, as lo podemos reconocer en la versin del investigador Palao, cuando dice Durante esta fase realizaron el tallado de esculturas o monolitos que representaban figuras humanas con los brazos sobre el torax; el pez suche, batracios y serpientes acompaados de crculos o con cabeza en ambos extremos. Estos monolitos muestran tallados en sus cuatro costados o por lo menos en dos (Palao 1995; 23). Pero la mxima expresin ltica, que denota la manifestacin de un arte cosmognico lo habran representado en la construccin artificial de un promontorio que adopta la forma mtica del pez suche, que bien describe el investigador Palao En el promontorio artificial de kaluyo se pueden distinguir diversas plataformas sucesivas, a manera de pirmide escalonada, teniendo en la parte superior una plaza o patio hundido, delimitado por piedras talladas. En su interior, aun se encuentra una piedra muy deteriorada, pero otra, con la figura de un suche, que fue retirada hace varias dcadas (Palao 1995; 24). Con lo que estarian demostrando su identificacin como pueblos lacustres y de provenir de una larga data.Para esto ltimo, bastara tomar en cuenta la afirmacin de Ravines: En Puno las primeras manifestaciones de poblaciones que utilizan cermica datan de 1500 aos a.c. y se vinculan con el estilo Kaluyo con decoracin pintada. Corresponden a pueblos AgrcolasSedentarios(Ravines___;148). En esta fase temprana de Kaluyo,puede entreverse que tanto los materiales lticos como los de la cermica tipo kaluyo se encuetran en todo el espacio circunlacustre como en Taraco, Capachica, Sillustani, Ichu(tunuhuiri), camata, Yunguyo, Islas Taquile y Amantan y tambien en el actual territorio de bolivia, mostrando la gran extensin de esta fase cultural, que John Rowe inclusive determino su dispersin hasta muy cerca del Cuzco. Durante el desarrollo de la cultura kaluyo se encontraban vigentes las culturas chavin (Ancash), Marcavalle y Chanapata (Cuzco), y Chiripa en Bolivia. En este periodo se observan los primeros asentamientos humanos ms organizados y con muestras de manifestaciones culturales avanzadas(Curo 1996; 25). En cuanto a la practica de la cermica en la fase kaluyo, podria decirse que se trata de una produccin incipiente, rustica y acromtica, que el investigador Palao define con mayores detalles: Esta cermica, por la presencia de mica gruesa, cuarzo y mucha arena es algo deleznable y al romperse muestra una superficie irregular. El acabado no es muy fino ni cuidadoso. Su decoracin es variada, aunque la hay sin ella, siendo pintados con lneas o curvas de colores oscuros como marrn sobre un fondo claro. Se utilizan tambin diseos incisos profundos. Las formas predominantes son como cuencos de base plana, con lados rectos y tambin divergentes (ob, cit; 23), pero lo sorprendente de este tipo de cermica, de acuerdo al mismo autor, demuestran una antigedad de mil seiscientos cuarenta aos (1,640 a.c.), y que mantuvieron presentando algunas caractersticas hasta el ao 800 a.c. 2..2.- PERIODO FORMATIVO MEDIO (1300-900 a. c. ) 2.2.1-POBLACIONES PRE PUKARA 5 a).-HUATTA 6 b).-SEOROS SIMPLES DE LA REGIN JULI - POMATA 7 c).-CUSI PATA ( 800 - 300 a.c ) Esta es la fase donde se hacen mas notorios los avances culturales tanto en la ltica, cermica, agricultura, domesticacin de auqunidos, entre otros. Tratndose de una fase Pre-Pukara (Mujica 1987), que presenta mayores riquezas y siendo tratada por el investigador Palao, es que nos remitimos a su trabajo sobre la descripcin de esta fase: A partir del ao 800 a.c. la cermica se muestra mas consistente, habiendo agregado feldespato y mica dorada laminada, tiene acabados mas finos y cuidadosos; su factura sigue siendo irregular. El diseo inciso es mas delgado y superficial delineando los motivos que han de pintar. As en la decoracin presenta varios estilos 11, tales como cusipata pintado, cusipata inciso, cusipata engobe rojo y cusipata mica llano. Entre las formas se tienen las vasijas cerradas como ollas y cantaros de cuello corto. Las vasijas abiertas son los cuencos, que tienen los lados divergentes y ligeramente acampanados, que rematan en un borde pronunciado con bisel en el interior, lo cual es una persistencia de la fase anterior. Las lito-esculturas son realizados sobre bloques de caras planas a manera de lapidas, que por sus dimensiones y diseos tambin han sido denominadas estelas. En ellos se representan animales como: serpientes, batracios y peces; figuras curvilneas, espiraladas y zigzagueantes, que dan la impresin de curso de agua y rayos; tambin acompaan figuras geomtricas en dmero y escalonados. En ellos se puede admirar criterios estticos muy elaborados basados en la simetra.11

Cusi Pata Pintado : A la vasija pulida y baada con arcilla coloreada de rojo, se la ha pintado un espacio negro o marrn y sobre el se hicieron dibujos en forma de rombos escalonados, tringulos o lneas de color crema. Cusi Pata Inciso : Tiene diseos con incisiones delgadas, realizadas sobre la vasija cuando estaba casi seca; luego de la coccin se aplico colores negro y crema, despus de haberle dado una inmersin en arcilla coloreada de rojo. Los dibujos son geomtricos en forma de escalones y rectngulos. En los cuencos abiertos esta decoracin se halla en el interior mayormente. Cusi Pata Engobe Rojo : Solo han recibido el tratamiento de inmersin en arcilla coloreada de rojo, no han sido pintados ni tienen incisiones. Cusi Pata Mica Llano : No han tenido ningn tratamiento decorativo, podra corresponder a la denominada cermica utilitaria.

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Las construcciones de plataformas escalonadas con patios hundidos fueron remodeladas y ampliados durante esta fase, que habra durado hasta el ao 200 a.c. En sus diversos centros aldeanos del rea circunlacustre la cermica presenta similitud, as como las lito-esculturas. El incremento de la actividad agrcola sobre los campos elevados, desarrollando la hidro-escultura, les habra permitido obtener excedentes importantes, estableciendo relaciones de intercambio con otros espacios geogrficos como los valles del Cuzco, con los asentamientos de chanapata, y hacia el oeste los paracas, donde habran observado y adoptado algunas representaciones iconogrficas, como los personajes con cabezas trofeo degolladores y hasta el personaje de los cetros de inspiracin chavn, as como los atributos felnicos (ob. Cit; 24-28). En realidad, es un notorio avance en sus diferentes reas descritas por el autor; pero, en su mayora no han sido catalogadas y dateadas para tener la certeza del periodo a que pertenecen. Eso, sin duda alguna corresponde a una instancia estatal o privada. Sin embargo, el autor presenta una lito escultura, con diseos de gran desarrollo geomtrico de la fase cusipata, la misma que de acuerdo al investigador de la estetica del arte andino: Zadir Milla, pertenecera a la extensin Arapatiwanaco, y poseeria una antigedad de 1 000 aos A.C. (Milla 1990; 19 y 90). 2.3.- PERIODO FORMATIVO SUPERIOR (500 a. c. - 400 d. C.) 8 2.3.1.- PUKARA : PRIMERA GRAN CULTURA ALTIPLANICA No se conoce exactamente la denominacin etnonmica del grupo que ocupo este espacio, donde se desarrollo la Cultura Pukara, concebida como una cultura puente entre Chavin y Tiwanaku. Son escasos los estudios existentes sobre ello, especialmente cuando se trata de alguna investigacin especifica. Es verdad, que en la literatura cientfica existe alguna informacin sobre el tema que nos ocupa; pero ello, resulta insuficiente cuando buscamos caracterizar esta cultura en su real dimensin. No sera pecar de hereja, si comenzamos diciendo que la mayoria de estudios que existen sobre la cultura Pukara, la ubican entre un perodo relativo a su fase superior (200 y 300 aos A.C.), cuando los antecedentes historicos de Pukara se remontan hasta el periodo formativo temprano12, donde la cultura Kaluyo (Fase inferior de Pukara), que es casi equivalente a Chavin (Lumbreras 1990; 174) a jugado un rol preponderante en la conformacin de la Cultura Pukara, y lamentablemente Kaluyo no ha merecido el interes cientfico (Salvo excepciones) para que nos sirva de base y poder mejor fijar el horizonte cultural del altiplano. Pukara ... el comienzo...! Fue en la sede poblacional ubicada al Nor Este del Lago Tikaka, entre Ayaviri y Azangaro; departamento de Puno, distrito de Pukara, Provincia de Lampa. En que se habran asentado un gran contingente de pobladores, probablemente de habla Puquina, primeramente en el area de ocupacin Kaluyo. Posteriormente, habria tenido lugar la influencia de otras etnias, que les habra permitido abarcar en diversos periodos, un radio de aproximadamente 50 kilometros contados desde la sede principal de Pukara. Esto, sin tomar en cuenta, otros puntos ms alejados que dominaron durante su expansin. La denominacin toponmica de Pukara, deviene segn el propio poblador originario de Pukara: Salvador Jara de la voz Quechua, que significa fortaleza o valuarte de defensa (Jara 1995; 3). Esto sera tomando solamente en cuenta la versin contempornea, ya que no se conoce alguna fuente historica que pueda darnos referencias sobre su significado contextual. As tambin existira otro significado, que devendra del elemento litico usado en las construcciones de esta gran ciudadela pre-tiwanaquense, que estara referido a la denominacin PUKA RUMI, que igualmente sera un vocablo quechua, conformada por dos palabras: Puka...significa rojo y Rumi ... piedra (Curo 1996;18). Pero nosotros hemos podido observar el uso de otra lengua en la denomincacin de sus elementos culturales; as por ejemplo: la Fase inicial de Pukara la denominan Kaluyo, que es un sustantivo compuesto que deviene de dos raices (Puquina o Aymara) donde Kala... significa piedra y uyo ...Cerco o canchon . En otro caso, a la principal construccin arquitectnica de Pukara la denominan Kalasaya y nuevamente descomponiendo en sus raices tenemos... Kala ... significa piedra y Saya ... significa descanso, que equivale decir donde descansa la piedra. Tengase presente tambin que el principal templete arquitectnico de Tiwanaku se denomina Kalasasaya. Este pueblo de antiqusima data en tiempos post diluviales habra albergado en su seno a los sobrevivientes lacutres como los Ayar Makas y Pinahuas, que en su exodo desde el Altiplano hasta la cuenca del Vilkanota, tuvieron que reorganizarse y redistribuirse a partir de Pukara. La historia en si misma del pueblo de Pukara, para llegar a consolidarse como una gran cultura, ha tenido que pasar por tres fases de desarrollo que pasamos a detallar: PUKARA, LA CULTURA MADRE...! Como hemos podido ver, la cultura pukara parte desde sus origenes aldeanos enplazados cerca al lago titicaca, donde sus pobladores valindose del pastoreo, pesca y caza, fueron poco a poco desarrollndo las tcnicas agrcolas, y principalmente las constructivas en base a la piedra labrada. Son prueba de ello, las estructuras arquitectnicas del orden civil, administrativo y religioso; asi como todo la gama de estelas y monolitos en bulto donde plasmaron su arte y concepcin cosmogonica. Todo esto, les habria permitido alcanzar un alto nivel de desarrollo, que en la epoca de su mayor esplendor y florecimiento cultural, les posibilito ejercer una enorme influencia, empezando desde los grupos acentados en el entorno del lago y llegando hasta tiwanaco. En las lineas siguientes continuaremos abordando otros detalles. Ahora, pasemos a conocer mas de cerca otro de los segmentos de mayor profusin, que se refiere a la fase final de pukura.12

Todava no existe acuerdo entre los especialistas con respecto al momento de inicio y tiempo de duracin del periodo formativo, plantendose distintas consideraciones y sub-periodos. Por ejemplo, para el arquelogo Federico Kauffman el formativo temprano tuvo su inicio en el 2000 A.C. y se extendi hasta el 300 D.C.; para el antroplogo Luis Lumbreras el formativo tendra su inicio hacia los 2000 A.C. hasta los 100 D.C., y otras posiciones que plantean el comienzo desde los 2500 A.C. hasta el 1000 D.C. (Sondereguer-Punta 1999; 153).

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PUKARA LA URBE ( 300 a.c. 400 d.c. ) El sitio tipo-pukara (106 Km. De Puno), esta ubicado en el espacio sub-secuente al de Kaluyo, presenta un complejo de cuatro estructuras arquitectnicas, de las cuales tres aun no han sido bien determinadas. El primer investigador que llego a esta zona y realizo interesantes hallazgos fue el doctor Luis E. Valcarcel (1929), quien a travz de un informe arqueolgico dio a conocer la existencia de varios elementos lticos como: la pilastra de la lluvia, el gato lacustre, un sapo, dos pumas y los monolitos de el degollador y devorador (Canahuiri 1999; 39). En 1939, A. Kidder-II realizo las primeras excavaciones sistemticas en la sede principal de pukara hallando una estructura principal (plazoleta hundida) y restos de viviendas; estos ultimos algunos de ellos de planta circular trabajadas con piedras sin labrar y unidas con barro (Kauffman 1983; 288). La plazoleta hundida esta a dos metros de profundidad del suelo de la planicie. Esta enchapada por sus cuatro lados con bloques de piedra talladas y pulidas, esta particularidad acenta su vinculacion a las plazas hundidas presentes en chavin de huantar (Kauffman 1991; 188). El cronista Cieza de Leon trae las primeras referencias a la litica de pukura. Escribio al respecto lo siguiente: Lo que vi en este pukara es grandes edeficios ruinados y desbaratados, y muchos bultos de piedra, figurados en ellos figuras humanas y otros cosas dignas de notar (Cieza 1553 }1973; 230-231). John H. Rowe y Catherine Brndel (1969-70), han sealado que pukara representa una especie de puente cultural, en el sentido que florece sobre tradiciones culturales Andino-Peruanas hasta de origen costeo, como paracas/cavernas, los que habrian retransmitido a Tiwanaku del Titicaca en Bolivia. Esto ultimo planteado por Tello en el sentido que en pukara esta el origen de la cultura Tiwanaku. En 1971, el investigador Nuez del Prado di a conocer estatuas del tipo pukara, pero presentes en , en la provincia de Lucanas, a 150 Km. Al nor-este de pukara. Durante las labores de retiro de escombros (1979), los arquelogos del Plan Copesco hallaron estructuras soterradas que consideraron tempranas en la historia del sitio. Precisamente en una de las hornacinas de uno de los recintos pudieron ser identificados In situ, dos monolitos, con rastros de haver sido cubiertos originalmente con pintura roja: uno de ellos representa un personaje y el otro una cabeza humana. Ambos pertenecen al estilo pukara, que se expresa en cermica y esculturas de piedra. Otras estatuas de tipo pukara se encuentran dispersas, mas alla de este sitio. Por ejemplo, los de chumbivilcas, identificados por Victor Nuez del Prado Bejar, y la muestra de Azapa descrita por Sergio Jorge Chavez (Kauffman 1991; 190). Tomando en cuenta la informacin surgida de estas informaciones, ya podemos inferir algunos aspectos caractersticos de la cultura pukara. Pero, ello no es suficiente si queremos encontrar sentidos ms amplios. Por eso, es necesario puntualizar que pukara en su fase final se constituyo en una sociedad compleja, dada su privilegiada ubicacin, que le permiti entablar un nivel de relaciones de cambio y contacto entre las culturas de la costa sur, de la sierra central y sur. Una muestra de ello, se puede apreciar en pukara, donde la presencia de elementos de la tradicin paracas permite sugerir el posible pasaje de elementos culturales del norte hacia el altiplano boliviano (R. Rabines 98-101). Una situacin que habra coadyuvado a imprimir el carcter de una sociedad compleja, estara dada precsamente en la misma necesidad de expansin y principalmente en la necesidad de aprovisionarse de otros productos para complementar su alimentacin, asi como sus usos domsticos. Por eso, no es nada extrao encontrar a los pukaras como los grandes impulsores del sistema andino de intercambio (Trueque). As, llevando y/o enviando lana y fibras de los auquenidos, el charqui, la quinua, papas, entre otros. Habrian accedido por el oeste hasta el ocano pacifico, donde se abastecan de pescado; los tejidos, ceramios y otros productos tenian que obtenerlos mas hacia el norte, por otra ruta de actividad comercial. Se ha llegado ha saber de su presencia, gracias a este tipo de actividad, en otras zonas del trapecio andino (Apurimac, Huancavelica, Ayacucho, otros), en Ica y otros lugares de la costa (Edicin Fasicular del diario Ojo 2001; 81). Pukara tambien representa un proceso de integracin de los sistemas ecolgicos de la sierra, costa y montaa por intercambio de experiencias agrcolas, especialmente la difusin del sistema de siembra a diferentes pisos altitudinales, adaptacin de recursos agropecuarios de diverso origen en todas partes y altitudes, construccin de terrazas, drenaje y quizas el riego artificial (Yupanqui 1988; 10). Talvez, hacia los 1000 aos A.C., en pukara habria pasado lo mismo que en chavin, la sociedad agraria y aldeana se convierte en sociedad urbana que controla y explota a travs del tejido o servicio especializado a los productores del campo que se convierte en campesinos (Lumbreras 1982; 19-20). La centralizacin del poder poltico y economico sujerida por la presencia del asentamiento de pukara, debio permitir la organizacin comunal a una escala mayor, especialmente efectiva para trabajos agrcolas y para edificaciones monumentales. En esta epoca se contruyeron los camellones en las pampas alrededor del titicaca que sirvieron para drenaje, riego, aumento de la fertilidad y proteccin contra las heladas. Los sistemas de agricultura intensiva alimentaron una gran poblacin que, ademas, debieron ampliar el potencial economico del centro que los aglutino. Son pues, varios factores que intervinieron en el crecimiento poblacional, y su desarrollo es tal que, segn lumbreras, la influencia de pukara va del Cuzco a Desaguadero, y en ella no se siente el impacto de Chavin, como sucede al norte del Cuzco (Lumbreras 1982; 18-22). En cambio para Rabines, la distribucin geografica del estilo pukara, hasta ahora conocida, se limita al altiplano del lago Titicaca, siendo sus puntos extremos el distrito de Urcos, en la provincia de Quispicanchis, Cuzco, y tumari en el distrito de Juli, Puno.Para Elias Mujica, la sociedad Pre-Tiwanaku de Pukar, logr unificar toda la cuenca norte del Titicaca, iniciando un proceso de Expansin hacia el valle del Cusco, por el norte, y hacia los valles occidentales (Moquegua y Tacna) por el sur. Este proceso expansivo, fue a travz de colonias salpicadas por el valle del vilcanota, en el primer caso, y a travz de intercambios comerciales con poblaciones del litoral en el segundo (Mujica 1996: 172) . Dentro de estos indicadores de desarrollo, ya entre los 500 a 400 aos a.c., pukara se encontraba dentro de un proceso de florecimiento (Cuando Chavn perdia su hejemona y con anterioridad al periodo clsico de tiwanacu), donde destacan particularmente su rica escultura, la mas antigua de la regin, y su cermica de formas curvilneas, planos

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redondeados con colores negro y amarillo, sobre una capa roja pulida. De su arquitectura monumental destacan las de planta en forma de C, con camaras radiales iregulares. Esta tradicin ejercer una notable influencia en la cultura de tiwanacu, de la que puede considerarse un antecedente (Crnica de America 1990; 37). A partir de entoces, suponemos que las aldeas menores que ya habran ingresado a su control, se va produciendo una integracin o desarrollo de ayllus cada vez ms consolidados, con visos de ir generando la conformacin del primer estado regional. As, la jerarqua de pukar a este nivel de su desarrollo, ya tenan las bases fundamentales para configurar un estado teocrtico. Pues, en pukara la religin desempeo un papel preponderante, como lo muestra toda la gama de elementos culturales, representados tanto en la cermica como en la escultura. Donde representan una concepcin mitolgica muy particular y a la vez subsecuente a las culturas de nazca, Chavn, Paracas, Sechn, entre otros. Que para unos constituyen misteriosas creaciones, para otros no es si no las huellas de una cultura del horror y la crueldad extremada (Waisbard 1975; 229-231), y para otros, resultan mitologas inventadas para el servicio de la nobleza (Edicin Fascicular del Diario Ojo 2001; 82) De todo esto, resulta comprensible la probabilidad que an en las primeras decadas de nuestras era, toda la cuenca del Titicaca estuviera integrada al asiento de pukara, y que al haberse convertido en el ncleo de intercambio regional, pukara habra constituido el estado mas solido contra Chavin. Si ello no fue asi, pukara tuvo un papel diferente, que hoy resulta desconocido. Lo que si parece evidente, es que gran parte de las creencias y organizacin pulitica, economica y social, que fueron fundamental en el estado tiwanaco, se originaron en la cultura pukara (Ravines__; 101). PUKARA...VESTIGIOS ARQUEOLGICOS Fue en pukara donde se realiz el ms importante proceso formativo, revelando un notable desarrollo tanto en la arquitectura, escultura, litica y la cermica. En el contexto cientfico, el sitio arqueolgico de pukara, corresponde al formativo tardio, 300 aos A.C. (Lumbreras 1990; 175) (Sondereguer Punta 1999; 111); Kauffman Doig, por su parte, vincula pukar al periodo tiwanaku temprano (Carrasco 1989; 130). Pukara en su epoca, fue un inmenso centro urbano-ceremonial. El conjunto arqueolgico de lo que fue su centro ceremonial y administrativo se extiende en un radio de 8 Km2, de los cuales, un espacio de 4 kmts. esta constituido por un ncleo de 4 complejos de templetes, recostados por sus lados norte y oeste al Pen del Puma Mitico (Puka Orcco), y un area considerable de edificios an no determinados. La estructura mas importante y mejor conocida es la llamada PIRMIDE KALASAYA, que esta conformada por un sistema de plataformas (terrazas) superpuestas y escalonadas, que van ascendiendo hasta comformar una pirmide trunca, en cuya plataforma superior se ubican tres plazas semi-hundidas de planta cuadrangular, de 16 x 16 metros, dispuestos de norte, oeste y sur, con un desnivel de 2.5 metros bajo la plataforma superior. En el entorno de la plaza central, se levantan las bases de nueve recintos que rematan en Hemicirculo, que recuerdan a los templos Chavinoides en forma de U ( Kauffman 1983; 288), entendindose idealmente, que en las plazas semi-hundidas laterales, habrian otros recintos dispuestos de la misma manera. Cada una de ellos se ubica con el frente oriental abierto; en los muros laterales sin vanos aparecen, en cada recinto, piedras talladas a manera de altares, en forma de T (Caceres 1989; 58). El recinto mas estudiado, consiste de una plaza semi-hundida, delimitado por lozas blancas cuadradas de forma rectangular; al medio de cada uno de los lados se encuentra u