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Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España del euro* Joanna María Bashford Fernández Oviedo Efficiency Group [email protected] Manuel Hernández Muñiz Departamento de Economía Aplicada Universidad de Oviedo [email protected] Área Temática: 7. Mercado de trabajo y territorio Resumen Este trabajo explora un nuevo camino para cuantificar el efecto del crédito en el crecimiento del empleo regional. Partiendo del debate abierto por Sinai y Stokes (1972) sobre la importancia del crédito en la producción de las empresas, trasladamos el estudio al marco propuesto por Moretti (2010) y Faggio y Overman (2014) para estimar el impacto de la disponibilidad del crédito sobre las actividades no básicas regionales. Estas últimas comprenden aquellos empleos dedicados a la producción de servicios y bienes locales que conllevan algún grado de proximidad física, como por ejemplo las actividades industriales ligeras, la venta al por menor, la banca comercial, el gobierno local, los colegios públicos, los servicios sanitarios y las actividades de ocio. La distinción entre empleo básico y no básico nos permite arrojar luz sobre las implicaciones del credit crunch experimentado en el periodo 2008-2013 sobre la asignación del trabajo y la especialización económica a una escala territorial. La metodología propuesta comprende un periodo fundamental de España dentro de la Comunidad Europea, hasta el año 2013. Estimamos un modelo con datos de panel que incorpora la información disponible sobre la evolución del crédito en las provincias en el periodo 1995-2013. Palabras claves: crédito, credit crunch, integración financiera, especialización económica, actividades básicas y no básicas, provincias españolas, modelos de panel. Clasificación JEL: E510, G01, R11, R12. (*) Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en la 13th International Conference Developments in Economic Theory and Policy, organizada por el Departamento de Economía Aplicada V de la Universidad del País Vasco y el Cambridge Centre for Economic and Public Policy, Department of Land Economy, de la Universidad de of Cambridge (Bilbao, 23 y 24 de junio de 2016).

Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

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Page 1: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España del euro*

Joanna María Bashford Fernández Oviedo Efficiency Group

[email protected]

Manuel Hernández Muñiz Departamento de Economía Aplicada

Universidad de Oviedo [email protected]

Área Temática: 7. Mercado de trabajo y territorio Resumen

Este trabajo explora un nuevo camino para cuantificar el efecto del crédito en el crecimiento del empleo regional. Partiendo del debate abierto por Sinai y Stokes (1972) sobre la importancia del crédito en la producción de las empresas, trasladamos el estudio al marco propuesto por Moretti (2010) y Faggio y Overman (2014) para estimar el impacto de la disponibilidad del crédito sobre las actividades no básicas regionales. Estas últimas comprenden aquellos empleos dedicados a la producción de servicios y bienes locales que conllevan algún grado de proximidad física, como por ejemplo las actividades industriales ligeras, la venta al por menor, la banca comercial, el gobierno local, los colegios públicos, los servicios sanitarios y las actividades de ocio. La distinción entre empleo básico y no básico nos permite arrojar luz sobre las implicaciones del credit crunch experimentado en el periodo 2008-2013 sobre la asignación del trabajo y la especialización económica a una escala territorial. La metodología propuesta comprende un periodo fundamental de España dentro de la Comunidad Europea, hasta el año 2013. Estimamos un modelo con datos de panel que incorpora la información disponible sobre la evolución del crédito en las provincias en el periodo 1995-2013. Palabras claves: crédito, credit crunch, integración financiera, especialización económica, actividades básicas y no básicas, provincias españolas, modelos de panel. Clasificación JEL: E510, G01, R11, R12. (*) Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en la 13th International Conference Developments in Economic Theory and Policy, organizada por el Departamento de Economía Aplicada V de la Universidad del País Vasco y el Cambridge Centre for Economic and Public Policy, Department of Land Economy, de la Universidad de of Cambridge (Bilbao, 23 y 24 de junio de 2016).

Page 2: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

1

1. Introducción

El estudio de los efectos reales de la política monetaria sobre el sistema económico

continúa siendo un notable rompecabezas de la ciencia económica. La literatura es,

sencillamente, inabarcable y se complica aún más cuando se toma en consideración los

efectos locales, espaciales, de dicha política (Martin, 2009). Sin embargo, el examen y

la comprensión empírica de los efectos de la política monetaria a una escala territorial

suficientemente fina (Nuts 3) permanece como una laguna en la literatura empírica y

teórica. Este trabajo avanza por este cauce poco navegado con el fin de arrojar luz y

ayudar a entender los oscuros meandros por donde circulan los efectos sistémicos de la

política monetaria.

El propósito de este trabajo es doble: por un lado, se indaga la utilidad de un nuevo

enfoque metodológico –que bebe en una línea abierta en los años sesenta y setenta- y

por otro, se examina una experiencia histórica única y sobre la cual existe cierto

consenso académico (Tugores, 2015). Nos referimos a la evolución de la economía

española en la fase previa a la adopción del euro y el auge posterior provocado por unas

condiciones excepcionales de liquidez canalizadas por el sistema financiero de la zona

euro. Haciendo abstracción del caldo de cultivo institucional que propició este exceso,

concentramos la atención en la relación empírica existente entre el crecimiento del

crédito y el desarrollo de las actividades no básicas en la economía española.

Partiendo del debate abierto por Sinai y Stokes (1972; 1989) sobre la importancia del

crédito en la producción de las empresas, trasladamos el estudio al marco propuesto por

Moretti (2010) y Faggio y Overman (2014) para estimar el impacto de la disponibilidad

del crédito sobre las actividades no básicas regionales. Estas últimas comprenden

aquellos empleos dedicados a la producción de servicios y bienes locales que

conllevan algún grado de proximidad física en su provisión a los usuarios, como por

ejemplo las actividades industriales ligeras y de la construcción, la venta al por menor,

la banca comercial, el gobierno local, los colegios públicos, los servicios sanitarios y las

actividades de ocio. La distinción entre empleo básico y no básico nos permite

arrojar luz sobre las implicaciones del credit crunch experimentado en el periodo 2008-

2013 sobre la asignación del trabajo y la especialización económica a una escala

territorial.

Page 3: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

2

El trabajo se estructura de la siguiente forma. En primer término se da cuenta

brevemente de los orígenes del modelo base exportación y se relaciona este modelo con

la recuperación metodológica realizada por el trabajo de Enrico Moretti, que ha

brindado una importante expansión de la literatura empírica dedicada a estudiar ciertos

impactos, en forma de multiplicadores locales sobre el empleo. A continuación se

resume la literatura económica que trató el crédito como un factor omitido en la función

de producción de las empresas. Para evitar la fuerte controversia que impone este marco

conceptual, proponemos aquí encajar el estudio de los efectos del crédito sobre la

asignación intersectorial de la mano de obra entre actividades básicas y no básicas, un

enfoque más neutral y en cual es posible encontrar también interesantes referencias

(Gros y Hefeker, 2007; Tugores, 2015). La cuarta sección describe la base de datos y

asienta una estimación del empleo básico y no básico para las provincias españolas,

apoyada en la serie de puestos de trabajo de la Contabilidad Regional de España, base

2000 y en la serie de personas de la base 2010, para el periodo 1995-2013. Esta base de

datos permite formular la estimación de un modelo empírico descrito en la quinta

sección y que aprovecha la rica heterogeneidad de la estructura productiva de las

provincias españolas para observar el impacto del auge y la caída del crédito, un stock,

sobre el empleo no básico de cada provincia. El trabajo concluye con una síntesis final

donde se valoran los resultados obtenidos.

2. Nueva vida para un viejo modelo: el modelo base-exportación

El modelo base exportación tuvo un desarrollo muy importante a mediados del siglo

pasado y sigue siendo recogido con atención en numerosos manuales de economía

regional y urbana.1 La idea de la existencia de una base económica sobre la que se

sostiene el entramado de una región económico de una ciudad o región y su crecimiento

posterior ha tenido y sigue teniendo un atractivo muy poderoso en el mundo de las

ciudades y el estudio de la economía urbana. Sin embargo, desde su formulación más

explícita por North (1955) como descripción del crecimiento a largo plazo de algunas

regiones y estados de EEUU y Canadá que explotaban recursos naturales y atraían mano

de obra y capital móviles, fue objeto inmediato de críticas muy severas no exentas de un

1 Véase Hoover y Giarratani (1984), Armstrong y Taylor (2000) y McCann (2012).

Page 4: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

3

cierto fundamento.2 Ello no ha sido óbice para una importante renovación y una

respuesta metodológica más cuidada a muchas de las críticas recibidas.3

El renovado interés por el modelo base exportación procede de la literatura empírica

macroeconómica sobre el tamaño de los multiplicadores, que ha merecido una

importante atención como consecuencia de los efectos devastadores de la crisis

financiera en el empleo de muchas regiones y ciudades. También ha sido decisiva la

preocupación académica acerca del impacto real sobre la actividad económica de las

políticas fiscales contractivas del gasto público, siendo el empleo uno de los

termómetros más claros del efecto a corto plazo de las políticas de ajuste.

Gracias a la original interpretación del concepto de multiplicador ofrecida por el trabajo

de Moretti (2010) se ha podido avanzar en la estimación econométrica de su valor,

abriendo posibilidades nuevas para el estudio de otros impactos o variables.4 Por

ejemplo, para conocer los mecanismos de transmisión del gasto público y cómo se

traducen en una ganancia adicional de empleo permanente, una genuina preocupación

para las autoridades públicas y los ciudadanos (Faggio y Overman, 2014).

De este modo, modelos más afinados econométricamente y la disponibilidad de bases

de datos espaciales más desagregadas, como es el caso de EE UU, han permitido salvar

algunas críticas históricas que habían llevado a descartar, en la vieja literatura regional,

esta aproximación.5 En el siguiente apartado mostramos la interacción del crédito con la

dinámica de crecimiento del empleo no básico.

3. El crédito y la economía real

Dos corrientes principales cabe reconocer en la literatura económica a la hora de

examinar los efectos sobre la actividad económica real del dinero y el crédito. En esta

breve apretada síntesis, deseamos describir las principales ideas contenidas en las

contribuciones de la escuela de la neoclásica, la escuela post-keynesiana (Piégay y

Rochon, 2003) y un breve apunte sobre la perspectiva austriaca, que presta una gran

atención al papel del sistema financiero en la creación del crédito.

2 Para el sector agrario, véase Kilkenny y Partridge (2009). 3 Véase Thulin (2015) para una excelente revisión de la literatura. 4 Véase la cuidadosa réplica y crítica de los resultados de Moretti (2010) realizada por van Dijk (2014 y 2015). 5 Sobre estas limitaciones, véase Richardson (1978), pp. 65-67 y Hoover y Giarratani (1985), cap. 11, pp. 316-320.

Page 5: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

4

Cuando aconteció la llegada del euro y tal y cómo se había pronosticado, la eliminación

de la prima de riesgo ligada a la devaluación favoreció una rápida integración de los

mercados financieros, que aumentó el volumen de recursos disponibles y redujo los

costes monetarios de financiación de hogares y empresas. El sistema financiero fue la

pieza clave para la movilización de un volumen muy cuantioso de recursos desde las

economías del Norte hacia las economías del Sur.

Una línea de análisis conocida y polémica se desarrolló a finales de los años sesenta:

diferentes autores examinaron el papel del crédito como un factor de producción más en

el marco neoclásico de la función de producción. Un tratamiento que levantó ampollas y

una considerable literatura empírica y teórica (Stokes, 1972; Fisher, 1974; Apergis,

2010; Betancourt y Robles, 1989; Betancourt y Kiguin, 1995). Desde las trincheras

post-keynesianas, esta senda de investigación y la polémica generada no dejó de

contemplarse con cierto estupor, teniendo en cuenta el escaso aprecio existente por el

concepto de función agregada de producción entre los economistas ligados a la escuela

de Cambridge (Inglaterra).6

En línea con sus raíces, la escuela neo y post-keynesiana ha subrayado el papel no

neutral del dinero y, en concreto, del crédito, sobre la actividad económica real. Buena

parte de la discusión ha girado sobre la idea de la capacidad del sistema bancario para

generar un crédito endógeno y multiplicar así la liquidez, de forma auto-sostenida, en un

mundo donde existe un prestamista de última instancia (Dow, 1996, p. 297), una de las

cuestiones menos claras de la arquitectura institucional y que se puso de manifiesto

cuando la crisis financiera se enquistó en la Eurozona. Esta corriente de literatura está,

en comparación con los derroteros neoclásicos, relativamente ayuna de trabajos

empíricos y se detiene mucho más en los meandros conceptuales y en las disputas con la

escuela neoclásica.7

Sin embargo, las dos escuelas coinciden en una pregunta básica en torno a la cual puede

haber un punto de reunión, un momento baconiano: ¿es el crédito neutral o tiene efectos

reales y estos son mensurables? Este trabajo indaga en esta cuestión tan precisa

brindando una experiencia histórica única y explotando una base de datos poco usada

6 Véase Davidson y Kerry (1979). 7 Véase Dow y Fuentes (1997), que contiene una interesante revisión en el mundo regional.

Page 6: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

5

que permite desarrollar una metodología capaz de identificar ese efecto y cuantificarlo

en una etapa concreta.

El caso español ofrece enseñanzas muy valiosas acerca de los mecanismos de

transmisión de la política de un banco central en una unión monetaria y sus potenciales

efectos asimétricos (Baldwin y Wyplosz, 2009, cap. 17, pp. 512-513). Como es sabido,

la adopción del euro significó la renuncia a la política monetaria y a la posibilidad de

condicionar la operación de los mercados de crédito nacionales: aquí comienzan las

diferencias en los mecanismos de transmisión de la política monetaria del Banco Central

Europeo entre los distintos países y regiones de la zona Euro, situados en posiciones

cíclicas diferentes.

El canal del crédito bancario dispersó un poder de compra masivo que se extendió por la

geografía española, gran parte del cual se asignó al sector de la construcción y dio un

impulso al resto de las actividades no básicas –bienes y servicios no comercializables,

que tienden a producirse localmente-. La transferencia de poder de compra masiva elevó

las tasas de rentabilidad a corto plazo de las actividades no básicas, con menoscabo

temporal de las actividades de bienes comercializables interregionalmente.

Un examen prima facie de los datos disponibles para España y sus provincias ponen de

manifiesto la existencia de importantes efectos asimétricos de la política monetaria a

escala nacional y provincial. Estos efectos vienen derivados, en parte, de las diferencias

en la estructura económica y financiera que hacen que la respuesta ante shocks

monetarios no sea homogénea entre las regiones, algo que las cifras de empleo revelan

con gran claridad.

El hecho de que el crecimiento económico sea interrumpido por etapas de recesión ha

sido una constante en la historia económica. De hecho, diversas teorías económicas

estudian los ciclos económicos, entre ellas, la teoría austríaca del ciclo económico,

desarrollada por economistas de la escuela de Viena, como F. A. Hayek y L.V. Mises.

La teoría austriaca del ciclo económico ha subrayado la importancia de la relación entre

el crédito bancario y los errores de inversión masivos que se acumulan en la fase alcista

del ciclo, condicionando así el proceso de crecimiento económico. Según esta escuela es

un error basar el crecimiento en una expansión crediticia no respaldada por ahorro

interno, pues provoca una burbuja que inevitablemente termina explotando y

Page 7: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

6

destruyendo el valor creado.8 La hipótesis de mala asignación coincide con la idea de

que puede ocurrir, en un área monetaria integrada, un cortocircuito inesperado y una

revisión de las expectativas cuando los prestamistas reevalúan sus creencias y cortan

súbitamente el flujo de refinanciación de la deuda acumulada por los prestatarios, si se

pone en cuestión su capacidad para devolverla.

El sistema financiero español ha vivido esta situación, desde mediados del año 2010.

Este sistema fue uno de los más beneficiados por la exuberante liquidez existente en los

mercados mayoristas durante la etapa del auge y fue uno de los más afectados por la

crisis financiera internacional, que produjo una súbita revaluación de la capacidad de

crecimiento de las economías más endeudadas y de la capacidad de los agentes privados

para devolver su deuda. La economía española se enfrentó así a un sudden stop que

comprometió, al mismo tiempo, la capacidad del Estado para financiar su propio déficit,

poniendo en cuestión el lado financiero de la economía la función estabilización de los

estados en una recesión.9

Como se puede comprobar, posiblemente las diferencias entre escuelas tienden a

exagerarse en exceso y existe un mayor grado de coincidencia entre ellas a la hora de

comprender el circuito del crédito y del dinero. Si aceptamos las profundas intuiciones

subyacentes en las explicaciones austriacas y keynesianas del papel del crédito, vamos a

examinar a continuación cómo y dónde aconteció la expansión crediticia que posibilitó

el crecimiento económico de la economía española durante la década siguiente a la

integración en la UME, en la fase alcista. A continuación mostraremos cómo el estallido

de la burbuja inmobiliaria arruinó muchos de los ‘avances’ logrados en el periodo 2002-

2008, al derrumbarse como un castillo de naipes, tal y como señalaba Huerta de Soto.

Los años siguientes a 2008 asientan las bases para una década perdida.

Para conocer la relación entre crédito y actividad económica se propone aquí retomar la

literatura que originalmente estudiaba la omisión del dinero como input en la función de

producción, trasladando el marco de la identificación a la literatura regional ligada con

el modelo base exportación. Nos mantenemos así agnósticos en relación con las críticas

que rechazan al crédito como factor explícito en una función de producción –un input 8 Como señala Huerta de Soto (1998, pp. 340-341): “[…] una vez que los bancos han emprendido una política de expansión crediticia, o se ha incrementado la oferta monetaria en forma de concesión de nuevos créditos sin respaldo de nuevo ahorro voluntario, espontáneamente se desencadenan unos procesos que hacen que, tarde o temprano, surja la crisis y la recesión. Las crisis económicas no se pueden evitar si previamente se produce una expansión crediticia”. 9 Wolf (2014) contiene una excelente narración de lo acontecido en la eurozona, en aquellos años.

Page 8: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

7

que presenta además una alta correlación con el stock de capital productivo, lo que

sugiere problemas de doble contabilización-. Esto nos brindará una oportunidad de

imbricar con más precisión el papel del sistema financiero local en relación con la

actividad económica y avanzar en una mejor comprensión de los arcanos subyacentes en

la relación empírica existente entre crédito y actividad económica.

4. Una serie homogénea de empleo no básico para las provincias españolas

La estrategia de identificación de los multiplicadores locales de empleo exige contar con

una serie temporal amplia del empleo básico y no básico en las provincias españolas.

Para ello utilizaremos los datos de la Contabilidad Regional de España elaborada por el

Instituto Nacional de Estadística, que ofrece toda una serie de datos idónea para

desarrollar un modelo empírico capaz de contrastar las teorías que buscan en el crédito

una explicación al desarrollo de la actividad económica.

El empleo nacional total (N) puede dividirse en: T NTN N N= + (1)

Para cada sector s, el empleo total se puede descomponer en básico y no básico:10 T NT

s s sN N N= + (2)

Con el fin de separar el empleo básico y no básico se propone utilizar aquí la

información revelada por el cociente de localización del empleo:

sp

ssp

p

nN

LQ = n

N

(3)

donde spLQ es un número no negativo calculado con la siguiente información por

provincias: spn denota el empleo en el sector s en la provincia p, sN es el total del empleo

para la economía española en el sector s, pn es el empleo total en la provincia p y N

denota el empleo total para la economía española. La variable utilizada son los puestos

de trabajo observados por la Contabilidad Regional de España, base 2000 (años 1995 a

1999) y la serie homogénea de la base 2010, medidos en personas.

10 En la Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística, base 2000, s denota a los siguientes sectores: agricultura, energía, industria, construcción, servicios de mercado, servicios de no mercado. En la Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística, base 2010, se amplía el número de ramas del sector servicios a tres.

Page 9: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

8

Cuando el cociente toma un valor mayor que la unidad (si spLQ >1), se puede estimar el

empleo básico del sector s en la provincia p de acuerdo con la expresión: 11

[( / ) ( / )] Tsp sp s p sn n N n N N= − ∗ (4)

y determinar el empleo no básico con la diferencia complementaria:

= NT Tsp sp spn n n− (5)

La expresión (4) mide el empleo básico como un “exceso” de actividad por la presencia

de un sector s en comparación con la distribución del empleo provincial. Si se supone

una identidad de preferencias en el consumo y que el consumo local de los bienes es

proporcional a la distribución del empleo, el empleo básico Tspn se estima a partir de la

distancia existente entre esas distribuciones del empleo:

( ) ( ) *Tsp sp s p sn n N n N N = −

Fuente: elaboración propia basada en T. Chapin (2004) y Bashford (2014). Para poder contar con este periodo temporal se ha realizado un enlace entre las dos

bases de la Contabilidad Regional de España disponibles, con el fin de expresar el

empleo de cada provincia en términos de personas. Para ello se han utilizado los niveles

de empleo, en personas, procedentes de la Contabilidad Nacional de España, base 2010,

para el periodo 1995-1999, que han sido repartidos entre las provincias teniendo en

cuenta el peso de la relación puesto de trabajos/personas en cada rama de actividad. Las

participaciones de cada provincia en el empleo total (puestos de trabajo, medidos por la

Contabilidad Regional de España, base 2000) fueron aplicadas a la serie de personas de

cada sector para obtener el empleo medido en personas, en el periodo 1995-1999.

Los resultados aparecen los cuadros A1 (empleo total), A2 (empleo básico) y A3

(empleo no básico) del anexo.

11 Véase Isserman (1977 y McCann (2012), pp. 160-161 y 164-165; también en el anexo, pp. 184-187.

Producción Consumo

Page 10: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

9

5. El impacto del crédito sobre las actividades no básicas 5.1. El modelo empírico ¿Qué efecto tiene el crédito sobre las pautas de especialización del empleo? Para

responder a este interrogante proponemos una especificación donde hacemos depender

el nivel de empleo no básico de cada provincia de un conjunto de variables: el empleo

básico, el crédito por provincias –en niveles-, la evolución de la ratio de trabajadores

seniors frente a jóvenes (Gómez y Hernández de Cos, 2008),12 junto con otras variables

de control, denotadas por el vector Z. La ecuación base estimada incluye, además de los

efectos fijos ( pµ ), un efecto que varía en el tiempo y que es constante para cada

provincia ( tω ):

(Cred) ( / )NT Tpt pt pt pt pt p t ptn n seniors jovenes Zα β λ θ γ µ ω ε= + + + + + + + (base)

Tal y como se explicaba en el apartado 2, el signo esperado para λ , el coeficiente de la

variable que mide el crédito, es positivo.

La estrategia de identificación del efecto del empleo básico sobre el empleo no básico es

muy importante y es objeto de una amplia discusión en la literatura.13 Dadas las

características de la estructura económica de las provincias españolas, con un peso

importante en algunas provincias de la especialización agraria o de las actividades

turísticas, dichas interacciones son relevantes para elegir una estructura de datos de

panel. El mercado laboral de una provincia puede sufrir una perturbación exógena no

observable para el investigador, que reduzca la producción y el empleo básico y no

básico simultáneamente. Imaginemos, por ejemplo, una bajada de temperatura que

afecta a los viñedos de La Rioja, una sequía que afecta solamente a Jaén y que reduce la

cosecha de aceitunas –una actividad intensiva en trabajo- o una temporada de lluvias

inesperada llegada con el otoño a Alicante; recíprocamente, que actos terroristas fuera

del país desvíen viajeros hacia las zonas turísticas de la costa española. Estos hechos

12 La ratio de madurez del mercado de trabajo, una suerte de indicador de relevo generacional, viene dado por el cociente de las cohortes con experiencia (trabajadores senior) sobre las cohortes de mano de obra de jóvenes (en un sentido amplio). Para favorecer la comparabilidad con el artículo citado, se incluye la cohorte de población de 15 años:

54

3534

15

(seniors/jóvenes)pt

pt

pt

pob

pob=∑

13 Bashford (2014) aproxima el efecto a largo plazo del empleo básico en el empleo no básico mediante variables instrumentales.

Page 11: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

10

locales que no podemos conocer o aislar en el panel con suficiente precisión suponen

una ignorancia del investigador que puede ser considerada como una variable omitida,

que actúa en el modelo como un error de especificación.

La omisión de estas variables quedará incluida en la perturbación aleatoria estará

indudablemente correlacionada con el empleo básico Tptn , un hecho que producirá la

correlación entre la perturbación y los regresores, creando un sesgo en la estimación de

dichos coeficientes. Una estimación mediante datos de panel puede ayudar a paliar este

problema y controlar ese sesgo; usaremos el contraste de especificación de Hausman

(Baltagi, 2013, pp. 76-80) para escoger el modelo más adecuado e interpretar los

resultados que mejor describen la información disponible para el caso español.

5.2. Las series y el orden de integración de las variables

Una vez descrita la base de datos y el modelo que queremos emplear, un paso

importante a dar dentro de la modelización econométrica es estudiar el orden de

integración de las variables. Este análisis es indispensable por cuanto va a determinar

las técnicas econométricas que debemos utilizar. Así, si demostramos que las variables

incluidas en nuestro estudio no presentan una raíz unitaria, entonces podríamos emplear

técnicas de estimación tradicionales sugeridas en el apartado anterior.

Por contra, la presencia de raíces unitarias en las variables sometidas a estudio obliga a

la aplicación de técnicas relacionadas con el análisis de cointegración. En primer lugar

vamos a presentar una breve inspección de las series usadas y a continuación los

resultados de la aplicación de algunos tests estadísticos apropiados para determinar las

propiedades temporales de las variables incluidas en la base de datos aquí usada.

El gráfico 1 muestra la evolución de los datos agregados de la economía española para

el empleo básico y no básico estimado con las ecuaciones (4) y (5) presentadas en el

apartado anterior. Como se puede observar, la serie agregada del empleo no básico

presenta una tendencia notable al crecimiento hasta el año 2008 y después acusa una

caída, con motivo de la crisis, hasta el año 2013. En cambio, la evolución del empleo

básico no presenta una tendencia tan clara al crecimiento, interrumpida en el año 2009.

Sin embargo, la estructura de datos de panel contiene una rica información para

cincuenta y dos series de empleo básico y no básico correspondiente a otras tantas

provincias. De igual forma, el análisis debe extenderse a las variables de control

incluidas en la especificación escogida para el modelo (sección 5.1).

Page 12: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

11

Gráfico 1. Empleo básico y no básico en la economía española, 1995-2013 (personas)

0

5,000

10,000

15,000

20,000

25,000

Mile

s de

pe

rson

as

19951996

19971998

19992000

20012002

20032004

20052006

20072008

20092010

20112012 (P)

2013 (P)

Básico No Básico

Fuente: elaboración propia con los datos de la Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea y 2010, serie homogénea, Instituto Nacional de Estadística.

Los gráficos 2 y 3 presentan la evolución del empleo básico para siete provincias

españolas con distintas orientaciones productivas: industriales y eminentemente

exportadoras, o de base agrícola y orientadas a la producción de servicios (Almería y

Murcia), a modo de ilustración para quienes no conozcan la estructura productiva de la

economía española.

Como se puede observar, las series describen una evolución muy diferente, reflejando la

heterogeneidad productiva regional. Algunas crecen claramente mientras que otras

declinan (Asturias), para luego estabilizarse en torno a un valor al final del periodo.

Precisamente esta es la disyuntiva que han de resolver los estadísticos que analizan la

presencia de raíces unitarias en el estudio individual de cada una de las series. Dada la

escasa longitud temporal parece adecuado emplear estadísticos basados en el empleo de

técnicas de paneles de datos, lo que aprovecha al máximo toda la información

disponible en la muestra (Choi, 2015, p. 191).

Page 13: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

12

Gráfico 2. Empleo básico en la economía española, 1995-2013 (personas), selección de provincias

10

20

30

40

50

60

Mile

s de

per

son

as

19951996

19971998

19992000

20012002

20032004

20052006

20072008

20092010

20112012 (P)

2013 (P)

Zaragoza Navarra Guipúzcoa Vizcaya

Fuente: elaboración propia con los datos de la Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea y 2010, serie homogénea, Instituto Nacional de Estadística. Gráfico 3. Empleo básico en la economía española, 1995-2013 (personas), selección

de provincias

0

10

20

30

40

50

60

Mile

s de

per

son

as

19951996

19971998

19992000

20012002

20032004

20052006

20072008

20092010

20112012 (P)

2013 (P)

Almeria Asturias Murcia

Fuente: elaboración propia con los datos de la Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea y 2010, serie homogénea, Instituto Nacional de Estadística.

Page 14: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

13

La literatura sobre el contraste de raíces unitarias en estructuras de datos de panel

conoció un rápido auge a comienzos de los años noventa y ahora se encuentra bastante

estabilizada, sin alcanzar un grado desarrollo equivalente al logrado en el ámbito de las

series temporales (Choi, 2015, pp. 191-192). Dado el carácter exploratorio de este

trabajo, aquí se han aplicado los tests conocidos como de primera generación, que se

enuncian bajo la hipótesis de independencia entre las secciones de corte transversal (es

decir, ausencia de correlación entre las secciones cruzadas).14

A continuación se indican los principales resultados obtenidos, dependiendo de la

especificación de los tests usados (constante, constante con tendencia, sin constante):

- el test Levin, Lee y Chu (LLC en adelante) rechaza la hipótesis nula de la existencia

de una raíz unitaria común en todas las secciones cruzadas, para las series de

Empleo básico, Empleo no básico, Crédito, Densidad de población y GAP.15 La

única excepción es la serie con la ratio Ratio Seniors/Jóvenes, para la cual se aporta

evidencia de la existencia de una raíz unitaria. Este test es recomendado, por el

proceso de inferencia asintótica, cuando el tamaño relativo de N a T es pequeño

(Baltagi, 2013, p. 279-280) y en comparaciones con el test de Breitung se reconoce

que en situaciones con raíces próximas a la unidad, el test LLC carece de suficiente

potencia para discriminar;

- el test de Breitung contiene al menos una especificación que rechaza la existencia de

una raíz unitaria común en todas las series (Empleo básico, Empleo no básico,

Crédito, Ratio Seniors/Jóvenes, Densidad de población y GAP). Este test es

recomendado para pequeños conjuntos de datos (N = 25 y T = 25) ya que la

potencia del contraste se deteriora cuando T es fijo y N aumenta (manual de Stata

13). Por otro lado, este test se computa sin la necesidad de incluir la corrección del

sesgo de Nickel necesaria en el procedimiento de obtención del test LLC;16

14 Se trata de un supuesto restrictivo pero que puede aceptarse provisionalmente al nivel de desagregación que operamos y si tenemos la inclusión del empleo básico como variable explicativa del modelo. El crédito opera como un shock común a todas las regiones, que será asimilado bottom up en función de las características productivas de cada territorio. 15 Esta variable es un cociente de localización que mide la evolución relativa de la brecha existente entre los créditos y los depósitos de los otros sectores residentes, para cada provincia, en relación con la misma brecha en el conjunto de la economía española. Las variables monetarias estaban expresadas en euros constantes del año 2010, usando el deflactor implícito en el VAB de la CRE base 2010, para cada comunidad autónoma. Los deflactores del año 2000 se extrapolaron hasta 1995 usando la tasa de variación del deflactor equivalente obtenido para comunidad en la CRE base 2000. Sobre la evolución de esta variable, véase Fuentes Egusquiza (2008). 16 Se toman en consideración aquí los resultados obtenidos con la versión Eviews 5 del test de Breitung. Los

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14

- El test de Im, Pesaran y Shin (IPS) aporta evidencia clara a favor de la existencia de

un proceso estacionario para las series de Empleo básico, Empleo no básico, Crédito

y Densidad de población. Para las series Ratio Seniors/Jóvenes y GAP no se puede

rechazar la hipótesis nula de la existencia de una raíz unitaria común;

- El test ADF-Fisher (ADF-Fisher Chi-square y ADF-Choi Z-stat) rechaza la hipótesis

nula de la existencia de una raíz unitaria individual en las secciones cruzadas, para

las series de Empleo básico, Empleo no básico, Crédito y Densidad de población.

Los resultados aparecen mezclados en la serie con la ratio Ratio Seniors/Jóvenes (el

test ADF-Fisher Chi-square señala un proceso estacionario al nivel del 5%, cuando

se especifica una tendencia lineal, mientras que ADF-Choi Z-stat, en la misma

especificación, no rechaza la existencia de raíces individuales). La misma

indefinición aparece para la serie GAP, donde se aporta evidencia de raíces unitarias

individuales en el panel;

- El test de Phillips-Perron-Fisher es el que contradice con más fuerza los resultados

precedentes. Descarta únicamente la presencia de una raíz unitaria individual en la

serie de Empleo básico (con constante y con tendencia lineal) y aporta evidencia a

favor de su presencia en las series de Empleo no básico, Crédito, la ratio

Seniors/jóvenes, densidad de población y GAP;

- Finalmente, el test de Hadri contrasta la existencia de raíz unitaria común en el

panel. La hipótesis nula supone la existencia de un proceso estacionario y la

alternativa la presencia de la raíz. De acuerdo con los resultados recogidos en el

cuadro A4, se rechaza dicha hipótesis y se reconoce la existencia de una raíz unitaria

para todas las series consideradas.

El examen realizado hasta aquí no es muy concluyente y los resultados aparecen

mezclados. El criterio de decisión usado en este trabajo es el siguiente, bajo un enfoque

de prudencia:

(a) Al menos un test, en una determinada especificación, reconoce la posibilidad de que

la serie sea estacionaria; esto habilita para la aplicación de las técnicas convencionales

de datos de panel. Como hemos visto, tres de las series más importantes de la

especificación propuesta parecen no contener una raíz unitaria (empleo básico, empleo

no básico y crédito), de acuerdo con los resultados obtenidos por los tests LLC,

resultados de este test difieren totalmente en las versiones Eviews 7 y Eviews 8, lo que sugiere la existencia de un cambio importante en la forma de computación del test.

Page 16: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

15

Breitung (Eviews 5), IPS y ADF-Fisher. Cabe postular así que la mayor parte de las

series individuales contenidas en la base de datos usada son estacionarias o estacionarias

alrededor de una tendencia y que podemos aprovechar su rica heterogeneidad para

capturar el efecto del crédito sobre el empleo no básico, cuando se controla también por

la información del empleo básico y de otras variables. Por tanto, podemos aplicar las

técnicas convencionales de estimación para el panel formado por las cincuenta y dos

provincias españolas en el periodo comprendido entre los años 1995-2013.17

Finalmente, se procederá a comprobar que los residuos de la regresión están libres de

una raíz unitaria.18

(b) Al menos un test y en al menos una especificación apuntan en la dirección de la

existencia de una raíz unitaria en alguna de las series consideradas para el modelo

empírico, lo que puede comprometer los resultados. Este es el caso concreto del test de

Hadri, que rechaza la estacionariedad de todas las series consideradas para estimar el

modelo de la sección 5.1. Haciendo omisión de la dirección del test de Hadri, existe

evidencia aportada por otros contrastes en favor de la raíz para la ratio

(Seniors/jóvenes), que presenta una clara tendencia ascendente, para la serie GAP y, de

igual forma, el test de Phillips-Perron-Fisher compromete a otras series relevantes para

el modelo postulado. Cabe dar pie así al uso de técnicas de cointegración en panel con

el fin de confirmar la existencia de una relación relevante entre las variables del modelo.

6. Resultados y discusión

Los resultados del modelo empírico descrito en la ecuación base aparecen recogidos en

el cuadro 6.1. La especificación escogida incluye la densidad de la población como

variable de control, junto con la ratio que observa la madurez relativa de la estructura de

la población por provincias, una variable que recoge la composición de la edad de las

provincias españolas, un componente demográfico con una importante incidencia en la

evolución del mercado de la vivienda y su efecto sobre la demanda de créditos.

Todas las variables resultan estadísticamente significativas, con la excepción de la

densidad de población. La evolución relativa de la brecha del crédito a los depósitos

17 La tendencia a la regresión espuria en datos de panel es más fuerte que en series temporales (Breitung y Pesaran, 2008, p. 307). 18 No se trata de un procedimiento muy aceptado (Breitung y Pesaran, 2008, pp. 306-307) pero al fin y al cabo se trata de una buena práctica profundamente asentada en la estrategia de contraste de raíces unitarias inspirada por la metodología de Engle y Granger.

Page 17: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

16

(GAP) es estadísticamente significativa en la especificación de efectos fijos. La relación

entre cohortes demográficas es significativa y negativa (columna 2 del cuadro 1, fila

4).19 El coeficiente obtenido es estadísticamente significativo y el valor del coeficiente

del empleo básico asciende a 0,819 empleos no básicos por cada empleo básico (modelo

2, cuadro 1), modelo seleccionado por el test de Hausman.

Cuadro 6.1. Impacto del crédito sobre el empleo de las actividades no básicas, en el periodo 1995-2013

Mínimos cuadrados ordinarios

Efectos fijos

Efectos

aleatorios

(1) (2) (3)

Constante -3.860773 445.4078*** 358.6235*** (29.66819) (40.06696) (39.04174) Empleo básico 4.29152*** 0.819368*** 1.590776*** (0.153009) (0.100561) (0.093002) Crédito 0.004566*** 0.003013*** 0.003127*** (0.000170) (0.00005) (0.0005) Ratio Seniors /Jóvenes -30.16641 -247.7390*** -220.390*** (30.4997) (44.819) (43.66429) Densidad de población -0.012623*** -0.010381 -0.015591 (0.004386) (0.01358) (0.009649) GAP 108.737*** -36.0689*** 5.6949 (13.95782) (13.03855) (12.43427) Número de observaciones 988 988 988 R cuadrado ajustado 93.3 99.5 82.5 Test de Hausman 455.41

La variable dependiente es nNT y el error es pt p t ptu µ ω ε= + + . El test F (18, 913) para

el contraste de los efectos fijos y temporales toma un valor de 20,2779 (p-value=0,000). La desviación típica aparece entre paréntesis. ***denota estadísticamente significativo a un nivel del 1%, ** denota estadísticamente significativo a un nivel del 5%, * denota estadísticamente significativo a un nivel del 10%.

Cabe preguntarse por la exogeneidad estricta de dos de los regresores incluidos en el

modelo base (empleo básico y crédito). La forma utilizada para estimar el empleo

básico puede ocasionar dudas sobre la simultaneidad, mientras que el crédito podría ser

impulsado por la bonanza del empleo no básico o básico. Con este fin, presentamos los

resultados complementarios de la ecuación base con una ligera modificación, donde se

rezaga un periodo al empleo básico y al crédito. El cuadro 6.2 contiene los resultados de

dicha estimación por mínimos cuadros ordinarios, el modelo de efectos fijos y el

modelo de componentes de varianza (o de efectos aleatorios). La columna (5) del

cuadro 6.2 muestra que la especificación preferible es de nuevo el modelo de efectos

19 El cuadro A5 del anexo presenta las estimaciones de los parámetros cuando no se incluyen los efectos fijos temporales.

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17

fijos (test de Hausman) y que los coeficientes mantienen los signos estables de los

coeficientes estimados y que estos son estadísticamente significativos.

Cuadro 6.2. Impacto del crédito sobre el empleo de las actividades no básicas, en el periodo 1995-2013

Mínimos cuadrados ordinarios

Efectos fijos

Efectos

aleatorios

(4) (5) (6)

Constante 15.50697 505.8655*** 407.4366*** (33.99740) (49.82117) (48.10432) Empleo básico retardado 4.908229*** 1.203655*** 2.282872*** (0.164696) (0.122782) (0.110459) Crédito retardado 0.004008*** 0.002478*** 0.002601*** (0.000187) (0.00006) (0.0006) Ratio Seniors /Jóvenes -53.19847 -289.5203*** -273.7031*** (34.63138) (55.09414) (53.13260) Densidad de población -0.013368*** -0.002850 -0.013852 (0.004746) (0.016667) (0.010652) GAP 102.3953*** -62.28559*** -8.719189 (15.25134) (16.15220) (15.21287) Número de observaciones 936 936 988 R cuadrado ajustado 92.7 99.3 82.5 Test de Hausman 460.22

La variable dependiente es nNT y el error es pt p t ptu µ ω ε= + + .

La desviación típica aparece entre paréntesis. ***denota estadísticamente significativo a un nivel del 1%, ** denota estadísticamente significativo a un nivel del 5%, * denota estadísticamente significativo a un nivel del 10%.

Los resultados aquí presentados apuntan en la dirección esperada y subrayan la

existencia de una relación estable entre el crédito y el empleo no básico, cuando se

controla por otras variables económicas y se tiene en cuenta una variable que podría

estar omitida (el empleo básico). Finalmente, un análisis del orden de integración de los

residuos de las regresiones de los modelos (2) y (5) permite corroborar que los mismos

son estacionarios (los test LLC, IPS, ADF-Fisher –en las variantes ADF-Fisher Chi-

square y ADF-Choi Z-stat- y Phillips-Perron-Fisher, este último en una especificación

sin constante). Únicamente el test de Hadri rechaza la hipótesis nula de estacionariedad

de los residuos y aporta evidencia a favor de la existencia de una raíz unitaria.

Con estos resultados preliminares de la versión inicial del modelo, resta completar el

análisis presentando los resultados del enfoque alternativo indicado más atrás y que

consideraba el riesgo potencial de la inclusión de alguna serie no estacionaria en la

ecuación de regresión base. Con este fin se realiza s contrasta en primer lugar la

existencia de una relación de cointegración de las series incluidas en el panel, para lo

Page 19: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

18

cual se emplean los test de cointegración de Pedroni y de Kao.20 Finalmente se estima la

relación de cointegración en panel con la técnica de mínimos cuadrados ordinarios

completamente modificados (Pesaran, 2015, pp. 850-852; Pedroni, 2000), un método

que permite obtener unos estimadores asintóticamente eficientes e insesgados y

distribuidos normalmente.21 El modelo estimado supone la existencia de una relación de

cointegración homogénea para todas las secciones del panel.

Los resultados del contraste de cointegración de Pedroni y de Kao aparecen en los

cuadros A6 y A7, respectivamente. En el primer caso, para once relaciones posibles, al

menos seis de ellas son significativas al 5% y rechazan la hipótesis nula de no

cointegración. El test de Kao, basado en el contraste de Dickey Fuller aumentado

también rechaza la hipótesis nula de no cointegración (la existencia de unos residuos no

estacionarios) en favor de la alternativa (residuos estacionarios).

A partir de este precedente favorable, podemos formular una suerte de modelo

‘definitivo o final’ mediante la regresión en panel por mínimos cuadrados ordinarios

completamente modificados (cuadro 6.3). Las ecuaciones seleccionadas en dicho cuadro

responden a la naturaleza de los contrastes de raíces unitarias realizados previamente.

Usando esta información hemos especificado una constante como componente

determinista (ecuación 7), una constante y, como regresor adicional, una tendencia

determinista (ecuación 8). Finalmente, la ecuación (9), que presenta una varianza de

largo plazo mínima, se estima con una constante como componente determinista y toma

en consideración la heterogeneidad de los residuos en la primera etapa de regresión del

modelo.22

Los resultados obtenidos son plenamente satisfactorios, pues se confirma el signo y el

tamaño del multiplicador del empleo básico y el valor del coeficiente de crédito, que

mide el impacto sobre el empleo no básico. El principal cambio arrojado por este

método de estimación es una variación en el signo de las variables ratio

(Seniors/jóvenes) y GAP, que ahora pasan a tener un coeficiente positivo y

estadísticamente significativo, a diferencia de lo obtenido en el modelo de efectos fijos.

20 Véase Baltagi (2013), pp. 293-294 y pp. 296-297 y Manual de Eviews 8, tomo 2, cap. 26, pp. 862-868. 21 En esencia, el estimador FMOLS de panel modela las posibles relaciones de endogeneidad entre las variables explicativas y la perturbación aleatoria. Para ello procede a realizar dos correcciones: en primer lugar en la variable explicada -en nuestro caso, el empleo no básico- y, en segundo lugar, en la fórmula con la que se determinan los coeficientes de los regresores. Véase Breitung y Pesaran (2008), p. 310 y Manual de Eviews 8, tomo 2, cap. 24, p. 811. 22 Véase Manual de Eviews 8, tomo 2, cap. 24, p. 801.

Page 20: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

19

Cuadro 6.3. Impacto del crédito sobre el empleo de las actividades no básicas, en el periodo 1995-2013 (FMOLS)

Periodo de estimación: 1996-2013

(7) (8) (9)

Empleo básico 0.651397*** 0.552524*** 1.204516*** (0.165981) (0.166315) (0.037590) Crédito 0.003090*** 0.003136*** 0.002980*** (0.000082) (0.000082) (0.0000185) Ratio Seniors /Jóvenes 36.72232** 41.75504** 12.48026*** (15.45051) (15.48168) (3.566672) Densidad de población -0.014472 -0.020726 -0.007634 (0.020695) (0.020737) (0.004687) GAP 42.92424** 42.88297** 43.52942** (19.0527) (19.09370) (4.315515) Número de observaciones 936 936 936 R cuadrado ajustado 99.3 99.3 99.4 Varianza de largo plazo 2250.128 2259.214 115.4097

La variable dependiente es nNT. (7) Estimación de panel, componente determinista (constante). (8) Estimación de panel, componente determinista y regresor adicional con tendencia. (9) Estimación de panel, componente determinista (constante), con residuos heterogéneos de primera etapa usados en la estimación de los coeficientes de largo plazo Estimación de la varianza de largo plazo: Newey-West fixed Bandwidth selection y Kernel de Bartlett. La desviación típica aparece entre paréntesis. ***denota estadísticamente significativo a un nivel del 1%, ** denota estadísticamente significativo a un nivel del 5%, * denota estadísticamente significativo a un nivel del 10%.

7. Conclusiones

La economía española ha conocido en los dos últimos lustros uno de los períodos más

críticos en su historia reciente. Tras la llamada “década prodigiosa” que vivió España

con la incorporación en la Unión Monetaria Europea (UME), el país ha chocado con los

factores que impulsaron anteriormente su crecimiento, entre ellos, la expansión del

crédito y del endeudamiento facilitados por la adopción del euro como moneda común.

El ritmo del 3,5% al que llegó a crecer anualmente el PIB español y la creación de unos

7.000.000 de puestos de trabajo en el período 1995-2008, se vio frenado a partir de

2008, en un contexto internacional de credit crunch. El PIB español registró una caída

sin parangón entre los años 2009 y 2013, de la cual no se ha recuperado completamente

con la fase del trienio 2014-2016.

Este trabajo ha acercado la lupa a una escala local para intentar examinar y comprender

los efectos empíricos del canal del crédito sobre el empleo de las provincias españolas.

Sin llegar a esclarecer los meandros por donde circula la acción de intermediación del

sistema bancario, es indispensable al menos tener una cabal comprensión empírica del

efecto del crédito sobre el sistema productivo. Con este fin hemos reunido una base de

Page 21: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

20

datos original y amplia –en el sentido temporal y espacial- donde hemos aislado, con los

datos provinciales disponibles para España del crédito a otros sectores residentes, el

impacto en las actividades no básicas y en la asignación territorial del trabajo entre

actividades básicas y no básicas.

Los resultados obtenidos son muy prometedores: sin necesidad de adoptar un marco

conceptual controvertido teóricamente (crédito en la función de producción), el enfoque

de Moretti (2010) ha permitido examinar el efecto real del crédito sobre una parte muy

importante de la actividad económica (el empleo no básico). Al separar y distinguir el

empleo básico del empleo no básico, aislamos a cada provincia y observamos la

dinámica interna propia. Al incluir el crédito como variable explicativa, introducimos en

el modelo un factor común en la dinámica local y regional de la economía española, que

ha sido el vector fundamental del ciclo económico en los últimos veinte años. Esta

variable contiene información genuina y su omisión no quedaría resuelta mediante el

uso de modelos econométricos más complejos, como podría ser algunos modelos

dinámicos de factores comunes, para tener en cuenta la dependencia de corte

transversal. La variable crédito es el factor común omnipresente que engrasa y genera el

ciclo regional, tal y como corroboran las distintas regresiones mínimo-cuadráticas aquí

presentadas y que aportan evidencia sobre el valor de su multiplicador.

El trabajo explota a fondo los diferentes métodos de estimación existentes en un panel

de datos convencionales con una dimensión temporal apreciable. La estimación

descansa en un panel estático y con las variables en niveles, que aísla eficazmente el

impacto del empleo básico y del crédito sobre el empleo no básico, en presencia de

algunas variables de control económicamente relevantes. El uso de los datos de panel

permite aumentar la calidad de las inferencias y tener en cuenta otras variables omitidas

que pudieran estar relacionadas con las variables explicativas del modelo. Para

complementar este procedimiento convencional, se aporta una regresión de

cointegración en panel que presenta la relación a largo plazo existente entre las

variables consideradas, cuyos resultados se mueven en la misma dirección que los

obtenidos con el panel estático.

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21

ANEXO

Cuadro A1. Empleo total por provincias (personas, en miles)

Provincias 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Almería 153.3 207.3 218.2 234.0 249.9 229.2 237.7 242.6 242.6 254.9 275.6 287.3 Cádiz 278.9 310.8 323.0 321.5 329.8 366.1 375.8 373.4 380.4 394.4 417.6 442.3 Córdoba 206.4 195.5 200.8 211.5 217.9 227.8 234.7 238.4 254.5 270.3 281.0 297.0 Granada 215.6 207.5 215.3 222.8 233.9 247.3 254.8 269.8 284.3 292.0 306.8 330.0 Huelva 121.9 132.2 139.3 134.4 142.9 147.6 151.9 149.8 163.7 162.8 179.5 188.1 Jaén 162.8 151.7 164.1 175.9 178.6 194.7 203.1 205.8 220.8 221.3 223.3 234.0 Málaga 331.6 335.4 357.3 375.4 401.7 432.5 459.4 463.9 494.5 528.8 568.9 588.9 Sevilla 501.2 478.9 498.7 513.4 533.6 572.1 595.5 622.7 643.2 674.3 696.3 733.3 Huesca 81.6 76.5 77.2 82.8 83.4 92.1 95.6 99.3 99.7 102.0 105.7 109.5 Teruel 50.7 57.4 58.3 57.4 57.1 51.6 57.1 57.5 57.5 60.0 63.7 64.7 Zaragoza 320.6 328.8 346.0 355.7 369.1 397.0 400.8 413.2 424.1 437.5 450.4 463.8 Asturias 348.8 341.3 351.4 355.3 359.1 370.4 382.3 387.2 400.8 408.2 425.3 440.5 Baleares 281.4 300.1 326.0 348.5 374.6 406.4 421.7 431.4 444.0 460.5 492.8 513.1 Las Palmas 265.3 275.7 283.2 302.7 330.0 350.0 370.1 380.6 395.6 418.5 428.0 448.9 S. C. de Tener. 261.9 267.9 280.3 292.1 310.9 313.0 326.6 339.0 350.0 363.1 385.8 403.5 Cantabria 169.3 173.1 178.3 186.8 196.0 206.4 215.2 222.4 226.1 232.8 242.6 248.8 Albacete 56.4 53.5 53.9 58.7 56.8 61.4 59.4 57.9 60.6 63.0 64.2 66.2 Ciudad Real 131.7 135.6 143.7 143.8 146.7 148.3 149.8 156.2 163.3 168.0 173.9 174.7 Cuenca 172.0 157.8 161.6 163.4 170.9 165.3 171.7 167.9 172.8 176.5 190.6 196.3 Guadalajara 60.6 59.2 62.4 68.6 64.9 66.7 67.2 70.6 70.7 73.0 73.9 74.7 Toledo 120.6 118.6 117.4 120.1 115.3 126.4 132.9 134.9 138.0 138.0 136.3 139.1 Ávila 58.2 62.6 61.5 63.3 65.3 64.5 64.3 65.8 68.5 69.9 74.9 76.7 Burgos 34.5 35.6 38.2 40.8 41.3 40.8 41.3 42.3 42.9 42.9 42.2 43.3 León 190.6 191.7 192.5 193.6 204.1 217.8 220.1 223.9 224.7 229.2 240.3 250.4 Palencia 62.0 60.4 58.8 65.5 66.4 63.2 65.6 66.2 65.8 68.8 69.8 70.2 Salamanca 106.9 107.6 113.7 122.9 127.2 133.6 137.7 140.7 137.9 145.9 150.5 151.9 Segovia 146.1 137.4 146.3 149.2 154.4 173.2 169.5 176.2 182.9 188.9 191.0 201.2 Soria 62.3 62.6 67.4 77.7 75.2 72.5 76.0 77.9 78.3 82.3 82.9 86.8 Valladolid 51.4 55.1 59.8 62.4 63.9 62.5 64.8 66.5 67.6 72.4 82.1 87.7 Zamora 173.4 201.3 198.6 211.5 211.6 201.0 215.1 223.2 235.6 241.1 255.1 264.9 Barcelona 1,822.9 1,849.3 1,921.7 2,004.6 2,123.7 2,261.9 2,312.5 2,320.6 2,408.9 2,505.0 2,623.1 2,730.8 Girona 230.6 240.4 251.4 266.6 274.6 296.3 309.8 326.8 335.5 354.2 367.8 386.0 Lleida 153.7 183.8 185.7 195.3 195.2 194.0 190.9 198.4 199.5 208.2 201.2 210.0 Tarragona 216.8 225.7 228.9 246.8 267.3 284.0 296.9 317.9 326.7 333.4 349.8 366.3 Alicante 438.9 481.0 498.9 520.2 528.5 553.0 576.3 601.2 633.8 675.8 702.2 728.9 Castellón 180.6 189.6 194.9 210.5 213.9 215.9 218.7 228.6 234.5 239.2 265.6 280.3 Valencia 806.2 769.3 802.6 834.9 888.0 934.5 957.5 987.3 1,013.1 1,047.7 1,071.9 1,120.4 Badajoz 179.5 191.6 194.7 204.6 215.1 218.6 220.4 223.2 226.3 229.3 239.9 243.3 Cáceres 129.1 117.4 113.2 117.7 122.2 121.8 123.4 126.9 132.4 139.2 141.3 145.3 A Coruña 393.8 399.8 391.3 392.6 387.5 382.1 404.2 419.2 437.1 447.7 461.9 485.8 Lugo 161.6 138.5 132.0 124.3 117.8 120.2 121.8 125.2 128.7 133.1 150.3 151.1 Ourense 138.5 110.5 106.1 105.8 107.1 113.8 118.3 123.7 123.6 122.9 124.1 130.3 Pontevedra 312.9 323.0 322.9 328.0 335.0 351.1 358.6 357.1 367.6 386.8 395.2 407.0 Madrid 2,025.9 2,051.1 2,162.2 2,287.6 2,454.2 2,601.7 2,716.1 2,808.3 2,897.8 3,025.3 3,164.3 3,319.5 Murcia 356.6 359.1 383.3 406.2 425.0 439.5 465.4 493.3 518.9 550.0 574.8 604.3 Navarra 213.2 219.3 232.2 250.7 263.7 282.5 287.1 292.8 298.6 303.7 314.1 319.6 Álava 108.6 120.9 124.8 131.4 135.5 137.8 143.4 151.7 158.1 159.2 169.5 175.0 Guipúzcoa 258.6 260.4 269.4 283.7 289.9 316.0 334.7 333.8 337.2 343.7 357.0 372.3 Vizcaya 392.8 388.5 407.6 426.1 458.2 478.0 484.1 498.4 517.1 521.8 533.4 543.1 Rioja 105.1 106.0 110.3 115.0 120.7 126.4 129.3 132.3 135.0 140.1 141.2 146.2 Ceuta 20.3 20.2 21.0 22.3 22.5 25.2 25.6 25.5 26.5 27.3 28.1 28.4 Melilla 20.3 20.1 21.7 22.4 22.7 25.4 25.4 24.2 25.5 26.1 26.3 26.5

España 13,844.614,044.9 14,570.215,208.9 15,900.9 16,681.117,238.1 17,683.618,273.8 18,961.0 19,774.0 20,598.2

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

Page 23: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

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Cuadro A1. Empleo total por provincias (personas, en miles) (continuación)

Provincias 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Almería 301.1 296.5 274.3 269.0 249.7 237.5 228.6 Cádiz 451.5 441.1 411.0 402.1 396.8 378.7 361.4 Córdoba 308.4 307.0 286.6 278.5 270.0 254.9 249.0 Granada 341.2 338.3 312.1 305.6 299.7 288.7 285.8 Huelva 194.1 192.0 179.1 175.8 171.1 165.5 162.6 Jaén 241.6 239.7 226.9 225.7 218.0 198.7 197.2 Málaga 610.6 614.0 574.6 572.1 551.8 524.4 512.5 Sevilla 772.7 769.2 721.1 700.7 681.1 649.0 631.4 Huesca 111.4 115.4 108.8 106.0 103.6 99.5 97.4 Teruel 68.8 68.3 62.8 60.1 58.1 56.5 54.6 Zaragoza 476.3 479.7 449.3 442.7 428.6 413.9 397.2 Asturias 454.2 459.3 428.0 415.5 411.7 394.2 377.5 Baleares 535.8 538.3 507.1 494.1 480.4 468.8 453.7 Las Palmas 470.1 467.9 432.9 415.1 404.4 388.9 385.1 S. C. de Tenerife 418.1 405.2 373.1 377.4 367.4 352.0 344.7 Cantabria 256.8 258.8 244.0 234.3 228.4 218.5 212.5 Albacete 70.0 66.8 62.9 60.2 59.7 59.2 57.7 Ciudad Real 178.3 183.9 172.2 169.9 165.2 158.8 148.8 Cuenca 198.2 196.4 186.6 183.7 178.1 173.1 165.5 Guadalajara 76.6 75.6 72.6 71.6 70.8 68.9 66.0 Toledo 140.3 139.7 135.8 130.5 126.9 123.5 116.8 Ávila 78.0 75.1 68.8 68.1 66.4 62.4 60.7 Burgos 46.3 46.2 43.4 43.3 43.0 41.1 40.5 León 258.1 254.6 240.3 236.6 229.8 220.0 211.7 Palencia 72.3 71.1 68.2 69.4 68.1 64.7 60.8 Salamanca 157.7 159.2 152.3 149.4 143.7 137.1 133.6 Segovia 209.4 205.0 188.6 193.0 185.9 179.3 172.0 Soria 88.7 87.8 82.4 81.8 79.6 76.3 72.9 Valladolid 93.5 97.8 91.5 86.9 83.4 80.5 77.7 Zamora 277.8 281.0 255.0 243.4 233.0 219.1 210.8 Barcelona 2,822.9 2,827.1 2,656.6 2,618.6 2,545.9 2,437.9 2,359.0 Girona 390.6 381.4 356.8 352.9 341.1 324.1 316.6 Lleida 216.8 219.9 208.7 206.4 205.6 200.0 196.1 Tarragona 379.2 387.2 363.0 355.9 344.8 326.4 311.7 Alicante 756.6 741.8 673.9 653.7 625.4 606.5 587.9 Castellón 282.4 279.5 252.5 242.9 230.9 218.7 211.0 Valencia 1,159.1 1,154.2 1,048.5 1,021.9 997.5 956.3 927.4 Badajoz 248.8 252.1 236.2 232.6 225.9 214.3 210.1 Cáceres 149.9 148.6 139.2 138.7 132.4 128.6 124.6 A Coruña 504.3 507.1 480.9 481.0 469.2 450.1 436.8 Lugo 152.1 150.8 143.6 143.4 140.0 133.6 128.4 Ourense 136.3 139.8 129.3 126.0 123.9 118.8 112.6 Pontevedra 428.2 425.4 395.0 376.4 361.8 347.2 338.1 Madrid 3,403.6 3,464.7 3,316.5 3,264.6 3,216.3 3,093.5 3,017.4 Murcia 636.0 637.8 594.1 592.4 569.6 547.7 536.9 Navarra 329.3 329.7 307.0 304.7 298.3 284.6 277.4 Álava 180.0 184.0 172.5 169.4 166.4 162.3 157.7 Guipúzcoa 381.4 375.0 354.5 351.7 339.6 333.2 323.9 Vizcaya 554.8 570.9 540.5 538.7 519.8 503.0 485.0 Rioja 148.5 148.0 138.5 137.6 134.8 129.7 126.2 Ceuta 28.6 29.6 29.1 29.3 29.0 28.4 28.1 Melilla 27.1 27.7 26.9 27.3 27.0 26.5 26.4

España 21,274.4 21,313.2 19,976.1 19,628.6 19,099.6 18,325.1 17,786.0

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

Page 24: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

23

Cuadro A2. Empleo en actividades básicas (personas, en miles) Provincias 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Almería 21.4 49.7 51.5 58.6 59.5 36.0 36.3 37.9 37.8 42.0 49.2 48.1 Cádiz 19.2 29.6 30.2 23.5 21.2 29.2 29.9 27.3 26.0 24.5 29.6 31.7 Córdoba 18.4 20.2 17.4 16.2 16.6 18.9 20.1 18.8 18.2 19.4 22.8 23.7 Granada 21.9 20.8 21.2 25.8 33.5 25.5 27.7 27.8 27.8 29.0 28.5 30.7 Huelva 8.0 8.2 10.0 13.5 15.7 14.5 17.7 16.7 20.7 18.0 21.9 21.6 Jaén 15.0 18.3 22.1 24.9 25.2 28.0 30.0 26.1 29.6 29.8 21.5 25.3 Málaga 37.4 46.1 47.7 53.3 55.1 51.9 51.3 51.6 54.5 56.4 57.6 58.6 Sevilla 43.6 44.8 50.8 51.2 51.4 47.8 45.9 50.9 40.6 39.0 30.9 36.6 Huesca 10.3 7.0 7.8 10.1 8.3 13.5 14.4 13.8 12.3 13.8 12.4 11.9 Teruel 10.3 13.5 12.5 9.6 9.6 4.9 6.1 6.6 6.7 8.2 8.8 8.7 Zaragoza 17.9 18.8 20.9 23.0 22.6 28.3 27.4 29.4 28.8 32.8 32.5 33.8 Asturias 30.9 26.3 22.6 19.4 17.6 15.7 12.6 9.9 9.6 8.1 8.8 11.7 Baleares 49.0 52.3 58.9 62.2 65.7 73.9 73.0 67.2 68.2 66.5 71.2 67.5 Las Palmas 32.7 42.0 42.3 44.0 49.9 54.8 54.6 54.2 54.3 57.6 57.0 61.3 S. C. de Tener. 30.1 29.9 32.3 36.7 39.4 49.7 48.5 47.9 43.4 43.6 44.3 42.0 Cantabria 4.9 6.8 7.3 7.3 7.3 8.2 8.7 10.5 10.5 9.5 9.5 11.4 Albacete 10.4 7.0 7.9 7.9 8.5 8.4 7.4 7.4 8.8 9.6 9.0 8.3 Ciudad Real 9.4 18.2 20.8 17.4 21.4 20.0 19.1 19.5 18.8 21.9 20.9 20.8 Cuenca 22.2 22.3 23.6 22.2 21.3 16.4 17.4 13.6 12.1 14.8 16.9 14.5 Guadalajara 5.4 8.9 10.8 12.7 9.8 9.3 9.3 10.4 10.2 10.0 10.5 9.7 Toledo 16.6 14.4 15.3 15.1 15.1 14.8 15.6 16.9 15.2 13.4 12.3 12.8 Ávila 3.1 4.6 4.6 5.6 4.4 9.0 8.1 8.2 8.5 8.1 7.8 6.5 Burgos 3.4 4.9 5.6 6.7 7.8 6.8 7.3 7.0 6.7 6.6 6.6 6.6 León 16.2 16.3 14.5 10.8 11.3 15.3 12.4 13.1 16.4 12.1 12.1 12.5 Palencia 12.1 9.9 11.7 15.1 13.8 10.7 11.5 12.1 11.2 11.7 11.7 11.2 Salamanca 7.1 10.0 9.2 10.6 12.9 16.0 13.1 12.1 9.7 13.8 12.8 13.6 Segovia 14.2 22.6 24.7 25.1 27.3 30.6 23.1 22.9 22.5 23.4 20.4 21.7 Soria 9.9 13.9 15.7 20.4 18.3 14.9 14.8 16.2 16.0 15.7 12.0 12.2 Valladolid 3.9 9.7 9.9 9.4 11.0 6.3 6.5 6.3 5.9 6.9 6.3 7.7 Zamora 18.8 13.2 19.2 22.2 25.3 26.5 29.1 27.9 28.5 28.3 31.7 31.4 Barcelona 245.1 266.0 265.8 274.8 296.4 274.9 269.9 257.7 247.5 242.6 252.3 237.0 Girona 25.4 26.1 25.7 26.2 25.7 21.2 24.7 24.2 23.3 27.0 23.6 27.6 Lleida 13.8 29.6 29.7 33.5 33.9 19.5 14.4 18.3 16.9 16.8 16.7 18.3 Tarragona 22.5 15.4 15.2 16.1 18.2 20.1 17.5 16.3 16.2 19.2 21.5 22.8 Alicante 35.0 39.6 39.0 32.9 28.6 34.7 34.3 38.3 41.4 40.8 38.5 37.1 Castellón 22.9 27.0 25.2 27.2 25.6 20.8 24.1 24.9 24.9 29.5 29.5 27.4 Valencia 47.5 50.4 48.0 48.4 53.9 54.8 58.5 52.5 53.1 52.3 48.2 48.5 Badajoz 27.6 29.0 30.7 31.7 35.2 39.7 38.9 35.7 35.0 34.1 34.7 32.2 Cáceres 21.7 19.3 19.5 20.6 21.3 18.6 19.2 20.7 22.0 20.6 19.6 21.4 A Coruña 41.6 51.6 46.3 38.1 30.7 18.7 16.0 20.4 19.9 18.7 17.5 17.9 Lugo 45.5 29.2 24.8 17.1 14.9 13.2 14.3 14.5 15.8 18.2 18.7 18.1 Ourense 31.0 12.5 10.3 11.0 9.0 10.9 11.5 11.5 10.2 9.7 8.8 10.4 Pontevedra 34.7 42.7 38.6 33.3 32.1 34.6 34.4 35.6 34.7 35.1 37.8 38.6 Madrid 210.5 221.1 238.0 265.7 289.1 283.9 319.3 336.6 345.3 363.2 367.0 384.4 Murcia 16.4 16.1 19.6 23.6 25.1 24.3 23.6 24.1 29.3 35.5 37.0 42.7 Navarra 24.1 23.4 24.4 27.2 28.4 28.9 30.1 31.3 32.4 34.8 34.5 35.5 Álava 15.4 18.5 18.9 19.6 21.8 22.2 25.0 25.8 27.7 29.8 29.7 30.7 Guipúzcoa 33.2 36.8 38.7 38.6 40.7 46.5 47.3 48.7 49.6 48.9 49.0 49.5 Vizcaya 30.6 24.0 23.8 25.5 27.8 26.0 27.8 28.2 27.3 29.0 27.9 28.9 Rioja 15.4 16.2 17.2 17.5 19.2 19.4 19.7 19.3 18.9 19.9 18.5 18.1 Ceuta 5.2 5.7 6.2 6.5 6.9 8.4 8.5 8.2 8.1 8.1 8.5 8.7 Melilla 5.1 5.9 6.2 6.7 7.1 8.2 8.0 7.9 7.9 7.9 8.1 7.9

España 1,493.5 1,616.01,660.91,721.7 1,798.51,755.41,785.61,791.3 1,787.1 1,836.0 1,845.0 1,877.6

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

Page 25: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

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Cuadro A2. Empleo en actividades básicas (personas, en miles) (continuación)

Provincias 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Almería 53.6 55.3 49.5 50.6 46.3 43.6 38.9 Cádiz 32.0 30.0 27.2 28.3 28.5 28.8 29.1 Córdoba 26.0 27.5 27.3 26.1 22.3 19.2 20.3 Granada 34.5 34.0 27.4 27.0 27.4 26.8 29.3 Huelva 20.6 18.8 17.9 19.5 17.7 19.5 21.6 Jaén 27.6 28.4 28.5 29.1 25.6 19.6 22.1 Málaga 57.6 58.5 53.1 53.7 50.3 46.5 45.0 Sevilla 41.5 45.6 41.2 35.6 30.8 31.6 33.9 Huesca 11.7 11.8 12.3 12.6 12.3 13.0 12.8 Teruel 9.6 9.0 9.1 9.0 8.5 8.1 7.6 Zaragoza 33.7 33.6 31.5 27.8 27.1 24.8 25.7 Asturias 13.9 13.8 13.1 14.7 14.7 13.6 12.2 Baleares 71.3 68.4 66.6 65.9 64.0 63.2 59.1 Las Palmas 63.2 66.3 59.1 53.7 53.7 49.4 51.3 S. C. de Tenerife 40.2 37.5 32.0 35.4 35.9 35.5 33.2 Cantabria 11.9 14.0 13.3 12.1 10.2 10.1 8.9 Albacete 9.3 9.0 8.7 8.4 7.1 6.7 7.0 Ciudad Real 22.4 21.3 19.2 19.6 19.3 19.0 17.5 Cuenca 13.0 11.8 11.8 12.2 9.3 9.1 9.4 Guadalajara 9.4 9.5 8.4 8.5 8.7 8.3 9.1 Toledo 13.2 12.6 12.0 12.0 11.9 13.3 11.3 Ávila 7.0 7.5 5.5 6.2 6.1 6.3 6.3 Burgos 7.0 7.4 6.9 7.2 6.9 6.7 6.9 León 12.7 13.3 12.4 10.0 9.5 7.1 9.7 Palencia 10.4 8.9 8.3 8.5 8.2 8.4 7.6 Salamanca 13.6 12.3 13.6 13.9 14.2 13.2 13.0 Segovia 24.7 24.8 22.2 20.9 18.9 20.1 18.5 Soria 11.9 11.5 11.2 10.4 10.4 11.0 11.3 Valladolid 6.5 4.7 5.5 7.0 7.4 6.2 4.2 Zamora 35.5 38.2 30.6 24.9 23.5 22.8 20.8 Barcelona 231.8 207.4 174.7 182.9 177.6 173.1 166.6 Girona 29.0 28.6 26.3 26.4 25.4 26.5 25.9 Lleida 18.1 17.2 17.2 17.6 16.9 16.2 15.8 Tarragona 25.1 24.4 22.7 18.8 17.4 17.0 19.2 Alicante 42.6 42.2 36.2 30.3 25.1 28.9 31.5 Castellón 30.2 27.6 21.4 20.4 20.1 19.0 18.3 Valencia 41.9 41.5 32.9 31.7 37.8 31.4 26.1 Badajoz 31.0 32.0 30.5 28.7 27.0 25.4 25.5 Cáceres 21.6 21.1 18.9 20.0 19.4 18.1 15.7 A Coruña 19.8 21.9 21.4 17.0 15.8 15.8 13.0 Lugo 20.1 20.3 19.4 20.9 20.2 19.6 17.0 Ourense 10.8 11.2 10.7 11.8 12.4 11.2 10.3 Pontevedra 36.6 37.1 32.7 29.8 28.2 28.4 28.2 Madrid 394.0 395.4 357.2 357.7 341.2 324.6 312.6 Murcia 46.2 43.3 36.8 46.5 43.3 42.1 42.4 Navarra 35.9 38.4 35.2 35.9 36.1 34.4 34.5 Álava 32.7 34.4 31.1 28.7 29.1 28.5 27.0 Guipúzcoa 53.7 54.8 50.7 51.9 49.6 45.6 43.1 Vizcaya 30.6 28.8 26.9 25.3 24.3 25.1 26.5 Rioja 17.2 17.2 17.3 18.2 18.1 18.0 17.3 Ceuta 8.5 8.3 8.2 8.4 8.7 8.5 8.3 Melilla 7.9 7.5 7.6 7.6 7.8 7.5 7.5

España 1,930.7 1,905.9 1,721.2 1,707.4 1,638.2 1,576.0 1,535.7

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

Page 26: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

25

Cuadro A3. Empleo en actividades no básicas (personas, en miles) Provincias 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Almería 130.5 152.2 160.1 167.7 183.2 193.2 201.4 204.7 204.8 212.9 226.4 239.2 Cádiz 258.3 280.9 292.8 297.3 307.7 336.9 345.9 346.1 354.4 369.9 388.0 410.6 Córdoba 186.0 173.1 181.5 193.6 199.2 208.9 214.6 219.6 236.3 250.9 258.2 273.3 Granada 192.5 185.8 192.9 195.6 198.4 221.8 227.1 242.0 256.5 263.0 278.3 299.3 Huelva 113.5 124.2 129.0 120.5 126.5 133.1 134.2 133.1 143.0 144.8 157.6 166.5 Jaén 146.0 131.0 138.7 147.2 149.5 166.7 173.1 179.7 191.2 191.5 201.8 208.7 Málaga 294.8 289.9 310.6 323.4 348.0 380.6 408.1 412.3 440.0 472.4 511.3 530.3 Sevilla 456.5 434.4 448.9 463.2 482.4 524.3 549.6 571.8 602.6 635.3 665.4 696.7 Huesca 70.0 68.7 68.2 71.2 73.9 78.6 81.2 85.5 87.4 88.2 93.3 97.6 Teruel 40.0 43.2 45.2 47.6 47.1 46.7 51.0 50.9 50.8 51.8 54.9 56.0 Zaragoza 302.0 309.4 324.2 332.2 345.9 368.7 373.4 383.8 395.3 404.7 417.9 430.0 Asturias 320.2 318.0 332.3 339.6 345.9 354.7 369.7 377.3 391.2 400.1 416.5 428.8 Baleares 237.1 252.0 272.0 291.5 314.0 332.5 348.7 364.2 375.8 394.0 421.6 445.6 Las Palmas 234.1 235.9 243.4 261.8 283.5 295.2 315.5 326.4 341.3 360.9 371.0 387.6 S. C. de Tener. 232.8 238.0 248.6 256.5 272.8 263.3 278.1 291.1 306.6 319.5 341.5 361.5 Cantabria 164.2 165.7 170.2 178.8 188.2 198.2 206.5 211.9 215.6 223.3 233.1 237.4 Albacete 45.1 45.9 45.1 50.0 47.5 53.0 52.0 50.5 51.8 53.4 55.2 57.9 Ciudad Real 121.9 116.3 121.4 125.5 123.9 128.3 130.7 136.7 144.5 146.1 153.0 153.9 Cuenca 151.4 137.3 139.6 142.9 151.6 148.9 154.3 154.3 160.7 161.7 173.7 181.8 Guadalajara 55.0 49.7 50.5 54.7 54.6 57.4 57.9 60.2 60.5 63.0 63.4 65.0 Toledo 102.6 103.2 101.0 103.9 99.2 111.6 117.3 118.0 122.8 124.6 124.0 126.3 Ávila 54.6 57.8 56.5 57.1 60.5 55.5 56.2 57.6 60.0 61.8 67.1 70.2 Burgos 30.5 30.1 31.7 33.1 32.3 34.0 34.0 35.3 36.2 36.3 35.6 36.7 León 173.6 174.5 177.3 182.5 191.6 202.5 207.7 210.8 208.3 217.1 228.2 237.9 Palencia 48.6 49.5 45.6 48.5 50.7 52.5 54.1 54.1 54.6 57.1 58.1 59.0 Salamanca 99.1 96.5 103.5 110.8 112.3 117.6 124.6 128.6 128.2 132.1 137.7 138.3 Segovia 131.1 113.3 119.9 122.3 124.8 142.6 146.4 153.3 160.4 165.5 170.6 179.5 Soria 51.1 47.1 49.6 54.4 54.1 57.6 61.2 61.7 62.3 66.6 70.9 74.6 Valladolid 47.2 44.3 48.6 51.8 51.3 56.2 58.3 60.2 61.7 65.5 75.8 80.0 Zamora 152.7 187.2 177.4 187.1 184.3 174.5 186.0 195.3 207.1 212.8 223.4 233.5 Barcelona 1,594.6 1,602.7 1,676.4 1,750.3 1,848.4 1,987.0 2,042.6 2,062.9 2,161.4 2,262.4 2,370.8 2,493.8 Girona 206.9 216.2 227.5 242.1 250.6 275.1 285.1 302.6 312.2 327.2 344.2 358.4 Lleida 139.5 151.8 152.8 158.3 157.9 174.5 176.5 180.1 182.6 191.4 184.5 191.7 Tarragona 194.7 211.7 214.9 231.9 250.6 263.9 279.4 301.6 310.5 314.2 328.3 343.5 Alicante 406.3 444.2 462.6 489.4 501.9 518.3 542.0 562.9 592.4 635.0 663.7 691.8 Castellón 157.2 161.7 168.6 181.9 187.2 195.1 194.6 203.7 209.6 209.7 236.1 252.9 Valencia 759.3 719.7 756.0 788.2 835.9 879.7 899.0 934.8 960.0 995.4 1,023.7 1,071.9 Badajoz 149.7 160.1 160.7 169.2 175.5 178.9 181.5 187.5 191.3 195.2 205.2 211.1 Cáceres 106.2 97.2 92.4 95.6 99.6 103.2 104.2 106.2 110.4 118.6 121.7 123.9 A Coruña 349.1 343.1 340.2 351.1 354.8 363.4 388.2 398.8 417.2 429.0 444.4 467.9 Lugo 110.6 106.1 103.9 104.8 100.7 107.0 107.5 110.7 112.9 114.9 131.6 133.0 Ourense 104.5 97.1 95.1 94.4 98.0 102.9 106.8 112.2 113.4 113.2 115.3 119.9 Pontevedra 273.8 275.5 280.1 291.6 299.7 316.5 324.2 321.5 332.9 351.7 357.4 368.4 Madrid 1,825.2 1,838.6 1,937.3 2,035.9 2,179.3 2,317.8 2,396.8 2,471.7 2,552.5 2,662.1 2,797.3 2,935.1 Murcia 338.0 341.0 361.1 379.6 396.5 415.2 441.8 469.2 489.6 514.5 537.8 561.6 Navarra 189.1 196.1 207.6 222.5 234.0 253.6 257.0 261.5 266.2 268.9 279.6 284.1 Álava 92.8 101.8 105.1 111.0 112.7 115.6 118.4 125.9 130.4 129.4 139.8 144.3 Guipúzcoa 226.2 225.0 232.0 246.3 250.3 269.5 287.4 285.1 287.6 294.8 308.0 322.8 Vizcaya 365.4 367.2 386.5 403.4 433.2 452.0 456.3 470.2 489.8 492.8 505.5 514.2 Rioja 88.9 88.9 92.1 96.3 100.2 107.0 109.6 113.0 116.1 120.2 122.7 128.1 Ceuta 14.9 14.3 14.6 15.5 15.2 16.8 17.1 17.3 18.4 19.2 19.6 19.7 Melilla 14.9 13.9 15.2 15.4 15.1 17.2 17.4 16.3 17.6 18.2 18.2 18.6

España 12,351.112,428.9 12,909.213,487.1 14,102.4 14,925.715,452.5 15,892.3 16,486.7 17,125.0 17,929.0 18,720.6

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

Page 27: Crédito y multiplicadores locales de empleo en la España

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Cuadro A3. Empleo en actividades no básicas (personas, en miles) (continuación)

Provincias 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Almería 247.5 241.2 224.8 218.4 203.4 193.9 189.7 Cádiz 419.5 411.1 383.8 373.8 368.3 349.9 332.3 Córdoba 282.4 279.5 259.3 252.4 247.7 235.7 228.7 Granada 306.7 304.3 284.7 278.6 272.3 261.9 256.5 Huelva 173.5 173.2 161.2 156.3 153.4 146.0 141.0 Jaén 214.0 211.3 198.4 196.6 192.4 179.1 175.1 Málaga 553.0 555.5 521.5 518.4 501.5 477.9 467.5 Sevilla 731.2 723.6 679.9 665.1 650.3 617.4 597.5 Huesca 99.7 103.6 96.5 93.4 91.3 86.5 84.6 Teruel 59.2 59.3 53.7 51.1 49.6 48.4 47.0 Zaragoza 442.6 446.1 417.8 414.9 401.5 389.1 371.5 Asturias 440.3 445.5 414.9 400.8 397.0 380.6 365.3 Baleares 464.5 469.9 440.5 428.2 416.4 405.6 394.6 Las Palmas 406.9 401.6 373.8 361.4 350.7 339.5 333.8 S. C. de Tenerife 377.9 367.7 341.1 342.0 331.5 316.5 311.5 Cantabria 244.9 244.8 230.7 222.2 218.2 208.4 203.6 Albacete 60.7 57.8 54.2 51.8 52.6 52.5 50.7 Ciudad Real 155.9 162.6 153.0 150.3 145.9 139.8 131.3 Cuenca 185.2 184.6 174.8 171.5 168.8 164.0 156.1 Guadalajara 67.2 66.1 64.2 63.1 62.1 60.6 56.9 Toledo 127.1 127.1 123.8 118.5 115.0 110.2 105.5 Ávila 71.0 67.6 63.3 61.9 60.3 56.1 54.4 Burgos 39.3 38.8 36.5 36.1 36.1 34.4 33.6 León 245.4 241.3 227.9 226.6 220.3 212.9 202.0 Palencia 61.9 62.2 59.9 60.9 59.9 56.3 53.2 Salamanca 144.1 146.9 138.7 135.5 129.5 123.9 120.6 Segovia 184.7 180.2 166.4 172.1 167.0 159.2 153.5 Soria 76.8 76.3 71.2 71.4 69.2 65.3 61.6 Valladolid 87.0 93.1 86.0 79.9 76.0 74.3 73.5 Zamora 242.3 242.8 224.4 218.5 209.5 196.3 190.0 Barcelona 2,591.1 2,619.7 2,481.9 2,435.7 2,368.3 2,264.8 2,192.4 Girona 361.6 352.8 330.5 326.5 315.7 297.6 290.7 Lleida 198.7 202.7 191.5 188.8 188.7 183.8 180.3 Tarragona 354.1 362.8 340.3 337.1 327.4 309.4 292.5 Alicante 714.0 699.6 637.7 623.4 600.3 577.6 556.4 Castellón 252.2 251.9 231.1 222.5 210.8 199.7 192.7 Valencia 1,117.2 1,112.7 1,015.6 990.2 959.7 924.9 901.3 Badajoz 217.8 220.1 205.7 203.9 198.9 188.9 184.6 Cáceres 128.3 127.5 120.3 118.7 113.0 110.5 108.9 A Coruña 484.5 485.2 459.5 464.0 453.4 434.3 423.8 Lugo 132.0 130.5 124.2 122.5 119.8 114.0 111.4 Ourense 125.5 128.6 118.6 114.2 111.5 107.6 102.3 Pontevedra 391.6 388.3 362.3 346.6 333.6 318.8 309.9 Madrid 3,009.6 3,069.3 2,959.3 2,906.9 2,875.1 2,768.9 2,704.8 Murcia 589.8 594.5 557.3 545.9 526.3 505.6 494.5 Navarra 293.4 291.3 271.8 268.8 262.2 250.2 242.9 Álava 147.3 149.6 141.4 140.7 137.3 133.8 130.7 Guipúzcoa 327.7 320.2 303.8 299.8 290.0 287.6 280.8 Vizcaya 524.2 542.1 513.6 513.4 495.5 477.9 458.5 Rioja 131.3 130.8 121.2 119.4 116.7 111.7 108.9 Ceuta 20.1 21.3 20.9 20.9 20.3 19.9 19.8 Melilla 19.2 20.2 19.3 19.7 19.2 19.0 18.9

España 19,343.7 19,407.3 18,254.9 17,921.2 17,461.4 16,749.1 16,250.3

Fuente: elaborada con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Contabilidad Regional de España, base 2000, serie homogénea, marzo de 2011 y Contabilidad Nacional de España, base 2010, septiembre de 2015 y Contabilidad Regional de España, base 2010, serie homogénea, diciembre de 2015.

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Cuadro A4. Análisis del orden de integración de las variables del modelo. Contrastes de raíces unitarias y de estacionariedad

Estadístico

Probabilidad

Espec. Número de secciones

Obs.

Empleo básico (nT )

Levin, Lee y Chu t* (LLC) -6.75351 0.0000 F 52 899 Breitung t-stat 5.12371 0.0000 F, T 52 842 Im, Pesaran and Shin W-stat 7.43141 0.0000 F 52 899 ADF - Fisher Chi-square 251.566 0.0000 F 52 899 PP - Fisher Chi-square 522.487 0.0000 F 52 936 Hadri Z-test 12.6079 0.0000 F 52 988 Empleo no básico (nNT ) Levin, Lee y Chu t* (LLC) -9.73201 0.0000 F 52 880 Breitung t-stat 13.4881 0.0000 F, T 52 863 Im, Pesaran and Shin W-stat -3.83443 0.0001 F 52 880 ADF - Fisher Chi-square 142.757 0.0070 F 52 880 PP - Fisher Chi-square 97.5624 0.6589 F 52 936 Hadri Z-test 14.7021 0.0000 F 52 988 Crédito Levin, Lee y Chu t* (LLC) 16.3187 0.0000 F 52 869 Breitung t-stat -24.6757 0.0000 F, T 52 802 Im, Pesaran and Shin W-stat 7.37662 0.0000 F 52 869 ADF - Fisher Chi-square 218.591 0.0000 F 52 869 PP - Fisher Chi-square 49.4925 1.0000 F 52 936 Hadri Z-test 17.4790 0.0000 F 52 988 Ratio Seniors /Jóvenes Levin, Lee y Chu t* (LLC) 20.5371 1.0000 F 52 877 Breitung t-stat -3.18674 0.0007 F 52 825 Im, Pesaran and Shin W-stat 25.4703 1.0000 F 52 877 ADF - Fisher Chi-square 137.240 0.0161 F, T 52 864 PP - Fisher Chi-square 13.7134 1.0000 F 52 936 Hadri Z-test 20.3252 0.0000 F 52 988 Densidad de población Levin, Lee y Chu t* (LLC) -14.3842 0.0000 F 52 873 Breitung t-stat -11.4856 0.0000 F, T 52 764 Im, Pesaran and Shin W-stat -6.91121 0.0000 F 52 873 ADF - Fisher Chi-square 236.567 0.0000 F 52 873 PP - Fisher Chi-square 27.9641 1.0000 F 52 936 Hadri Z-test 17.9082 0.0000 F 52 988 GAP Levin, Lee y Chu t* (LLC) -3.13945 0.0008 F 52 889 Breitung t-stat -3.85428 0.0001 F, T 52 831 Im, Pesaran and Shin W-stat -1.74643 0.0404 F 52 889 ADF - Fisher Chi-square 123.673 0.0914 F 52 889 PP - Fisher Chi-square 94.1182 0.7459 F 52 936 Hadri Z-test 12.6138 0.0000 F 52 988

LLC y Breitung t-stat suponen la existencia de una raíz unitaria común. Im, Pesaran y Shin W-stat, ADF-Fisher Chi-square y PP-Fisher Chi-square suponen una raíz unitaria individual en cada sección. Hadri Z-test tiene como hipótesis nula la estacionariedad de la serie (ausencia de una raíz unitaria). Los tests de esta tabla se han computado con Eviews 5 y Eviews 8. Espeficificación del test: N, sin variables exógenas; F, efectos fijos y T, efectos individuales y tendencia individual.

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Cuadro A5. Impacto del crédito sobre el empleo de las

actividades no básicas, en el periodo 1995-2013

Mínimos cuadrados ordinarios

Efectos fijos

Efectos

aleatorios

(A1) (A2) (A3)

Constante -3.860773 153.6331*** 107.1099*** (29.66819) (13.85509) (17.60713) Empleo básico 4.29152*** 1.23770*** 2.067108*** (0.153009) (0.114427) (0.104186) Crédito 0.004566*** 0.003091*** 0.003195*** (0.000170) (0.0000588) (0.0000584) Ratio Seniors /Jóvenes -30.16641 17.21933 5.724431 (30.4997) (10.86571) (10.75451) Densidad de población -0.012623*** -0.010121 -0.011541 (0.004386) (0.014957) (0.009935) GAP 108.737*** 43.60867*** 71.00103*** (13.95782) (13.53398) (12.67786) Número de observaciones 988 988 988 R cuadrado ajustado 93.3 99.3 79.2 Test de Hausman 353.44

La variable dependiente es nNT y el error es pt p ptu µ ε= + .

La desviación típica aparece entre paréntesis. ***denota estadísticamente significativo a un nivel del 1%, ** denota estadísticamente significativo a un nivel del 5%, * denota estadísticamente significativo a un nivel del 10 %.

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29

Cuadro A6. Contraste de cointegración de residuos de Pedroni.

Series de Empleo no básico, empleo básico, crédito, ratio (Seniors/jóvenes) y GAP Periodo muestral: 1995-2013 Número de observac. 988 Secciones 52 Hipótesis nula: No hay cointegración Supuestos sobre la tendencia : Sin tendencia determinista Selección automática de los retardos con un SIC Newey-West automatic Bandwidth selection y Kernel de Bartlett Hipótesis alternativa: proceso AR común (dimensión sección de corte transversal)

Valor test Prob. Valor

ponderado test

Prob.

Panel v-Statiscti -0.713120 0.7621 -3.395800 0.9997 Panel rho-Statistic 4.265347 1.0000 4.597363 1.0000 Panel PP-Statistic -5.263318 0.0000 -7.865130 0.0000 Panel ADF-Statistic -5.952140 0.0000 -8.956794 0.0000 Hipótesis alternativa:proceso AR individual (dimensión entre grupos) Valor test Prob. Grupo rho-Statistic 7.353425 1.0000 Grupo PP-Statistic -11.98452 0.0000 Grupo ADF-Statistic -8.589574 0.0000

Cuadro A7. Contraste de cointegración de Kao Series de Empleo no básico, empleo básico, credito, ratio (Seniors/jóvenes) y

GAP Periodo muestral: 1995-2013 Número de observac. 988 Hipótesis nula: No hay cointegración Supuestos sobre la tendencia : Sin tendencia determinista Selección automática de los retardos con un criterio de información (Schwarz) Newey-West automatic Bandwidth selection y Kernel de Bartlett Valor test Prob. ADF -13.18763 0.0000 Varianza residual 230.6468 0.7621 Varianza HAC 431.2297 1.0000

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