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Crisis en los partidos políticos 08:00PM Por: Henry A. Murillo Arteaga La crisis en los partidos políticos es palpable. El desgastes en unos, la ignorancia en otros. Algunos partidos existen solo para servir de escaleras a los centenarios y poderosos, por favores y coimas que les brindan para aprobar acuerdos políticos. El otrora glorioso Partido Liberal, cuyo pensamiento es de centro derecha, ha sentido en dos ocasiones cismas que han provocado que una gran cantidad de sus afiliados se agrupen y conformen un nuevo partido como son los casos del Partido Nacional y el Partido Libertad y Refundación. Muchos gobernantes han salido de las entrañas de este partido, personas de vanguardia que rompieron ciertos eslabones de las cadenas que nos han atado. Siempre sumisos y a las órdenes del imperio norteamericano, los gobernantes de turno repartieron tierras y se montaron las líneas férreas para sacar las bonanzas, se fundaron hospitales, bancos, comisariatos y el precio por estar en este ambiente era pagar con la vida por los venenos contra la Sigatoka que se impregnaban en la piel y nariz de los rociadores de platanales. Más la sublevación se dio y el Partido Liberal hizo la Ley del Código del Trabajo; la seguridad social fue otro logro como el primer hospital de especialidad; el Materno Infantil. Más esto resultó caro porque la propaganda de la oligarquía era que todo era comunismo y fue así como un 3 de octubre de 1963 se da el golpe de Estado dejando en la llanura por 16 años al Partido Liberal, más no así el Partido Nacional, que siempre ha sido chafista y acompañante de la dictadura militar. Sin embargo, el desgaste de los militares culpables de los petrodólares, de la guerra de baja intensidad, de la venta del país, de adiestrar ejércitos extranjeros, de los desaparecidos, de la compra a gallo muerto de empresas nacionales dio en el traste a su gobierno.

Crisis en Los Partidos Políticos

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Page 1: Crisis en Los Partidos Políticos

Crisis en los partidos políticos

08:00PM Por: Henry A. Murillo Arteaga

La crisis en los partidos políticos es palpable. El desgastes en unos, la ignorancia en otros.

Algunos partidos existen solo para servir de escaleras a los centenarios y poderosos, por favores y coimas que les brindan para aprobar acuerdos políticos.

El otrora glorioso Partido Liberal, cuyo pensamiento es de centro derecha, ha sentido en dos ocasiones cismas que han provocado que una gran cantidad de sus afiliados se agrupen y conformen un nuevo partido como son los casos del Partido Nacional y el Partido Libertad y Refundación.

Muchos gobernantes han salido de las entrañas de este partido, personas de vanguardia que rompieron ciertos eslabones de las cadenas que nos han atado.

Siempre sumisos y a las órdenes del imperio norteamericano, los gobernantes de turno repartieron tierras y se montaron las líneas férreas para sacar las bonanzas, se fundaron hospitales, bancos, comisariatos y el precio por estar en este ambiente era pagar con la vida por los venenos contra la Sigatoka que se impregnaban en la piel y nariz de los rociadores de platanales.

Más la sublevación se dio y el Partido Liberal hizo la Ley del Código del Trabajo; la seguridad social fue otro logro como el primer hospital de especialidad; el Materno Infantil. Más esto resultó caro porque la propaganda de la oligarquía era que todo era comunismo y fue así como un 3 de octubre de 1963 se da el golpe de Estado dejando en la llanura por 16 años al Partido Liberal, más no así el Partido Nacional, que siempre ha sido chafista y acompañante de la dictadura militar.

Sin embargo, el desgaste de los militares culpables de los petrodólares, de la guerra de baja intensidad, de la venta del país, de adiestrar ejércitos extranjeros, de los desaparecidos, de la compra a gallo muerto de empresas nacionales dio en el traste a su gobierno.

Vino la democracia, se eligieron presidentes a través del voto secreto y Honduras comenzó con una nueva pesadilla: los electos que debieron servir a los intereses nacionales empezaron a organizarse y formar argollas políticas/económicas, los intereses se dirigieron hacia el bolsillo izquierdo y aunque robaran y asesinaran no podían ser tocados porque ellos tenían la inmunidad política.

Surgieron los nuevos ricos y poderosos, comenzaron los mercados de venta de dispensas, favores políticos y la llegada de miles de paracaidistas que engrosaron el aparato estatal. Se modificaron artículos que los afectaban y violentaron la Constitución cuantas veces quisieron.

La crisis del 2009 provocó que nuevamente el Partido Liberal sufriera cisma, se fundó un nuevo partido que vino a quedar en segundo lugar en las elecciones pasadas y este es Libre.

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Ayer que se insinuaba la reelección a través de la cuarta urna y la cual dejó a un país dañado y dividido era pecado. Hoy, este fantasma vuelve a resurgir y es virtud. Los partidos de oposición de manera solapada hacen el amague que están en contra de este capricho, si todos los hondureños sabemos que en el fondo de su ser todos los presidentes han deseado continuar saboreando las mieles del gobierno si existiera la reelección.

Los partidos están desgastados, el Partido Nacional que no ha podido combatir la delincuencia, ha elevado el gasto público, vendieron bonos a precios y porcentajes elevados dejando una deuda interna y externa estratosférica, siguen esquilmando el bolsillo del pueblo que cada día es sometido a la miseria quitándonos hasta el último centavo a través de nuevos impuestos, precios de combustibles elevados (con respecto a los bajos precios internacionales), tasón de seguridad, impuesto por ajustes de combustible, una seguridad social tirada al trasto de la basura al robarle impunemente y a sabiendas del gobernante de turno que lo único que hizo fue sonreír porque los pícaros lo hacían “quedito y así se miraban más bonitos”.

Y el nuevo que realmente no es nuevo porque es un apéndice del partido rojo, blanco y rojo, ha dejado mucho que desear ya que parecen famélicos que luchan encarnizadamente por un pedazo del pastel.

Los otros dos ni se mencionan; ya fenecieron. Uno de los nuevos llamado Pac está vigente, pero con serios conflictos a su interior.

La situación política es deprimente y ahora que murió el Chapulín Colorado... ¿quién podrá defendernos?