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Cristóbal Colón,pasajero canónico de sus
escritos y lecturas.
Ocho aftas antes del e¡uingentésimoaniversario del descubrimiento deAmérica. Granada se rinde nuevamentea los Reyes Católicos durante el rodajede la serie televisiva Cristóbal Colón.Un irlandés hace de Colón. una esta dunidense de la reina Isabel. un inglésdel rey Fernando. un sueco del reyJuan. un italiano de Medinaceli. otro in glés de Martín Pinzón y un sinnúmerode extras granadinos recoge los pasosde sus antepasados. España solamenteprovee los escenarios naturales para laserie. los elaboradores del guión (argentinos e italianos) manifiestan que suversión "se ciñe a textos rigurosamentehistóricos".
Si se aftade a esto los proyectadoshomenajes en Cuba. España y los Estados Unidos por los quinientos años -yaún el anunciado " Cristóbal Novato" deCarlos Fuentes- se está ante un con junto de circunstancias que da una visión sucinta y bastante representativade la apropiación histórica. crít ica. nacional. internacional y estética de Colóny la textualidad que le incumbe. Es por
. otro lado una expresión de los conti nuos intentos seculares de fijar la monumentalidad de Colón. del deseo dedesconstruirlo sin socavarlo . de conti nuar las aventuras "civilizacionales " deun mundo en otro. de juegos de conceptos. Precisamente. esto se confirmaen la reciente Contributi alla bibliografiacolombiana (1980) de Gabriela DePaoli. y hace poco (1983) EzquerraAbadía ha .publicado una puesta al díaselecta de los textos (libros. por lo general. mas no los artículos aquí anot~
dos) que se han publicado sobre Colon
entre 1930~1982.
... Cristóbal ' Colón: Tllxtos y documllntosCDmp'.tOs. RII'acionlls dll ViajlllS. cartas y mil """i.les. Alianza Editorial. Madrid. 1982.
la publicación que aquí se comentade Cristóbal Colón . salva a la voz colombina que normalmente se ha perdido entre los textos críticos sobre el Al mirante . Si en España el nuevo destinoextra -peninsular motivó un cambiocuantitativo y una profunda renovacióncualitativa . estos textos muestran queen Colón surgía una ambigua duplic i dad marltima en una lógica de sobrevivir y morir : progreso mater ialista en laapertura de un tiempo /espacio nuevo y"otro". más una ida y vuelta a un cor pus de narrativa mít ica que considera almar como fuente de existenc ia y símbolo de lo perecedero . SI los crít icosutilizan el concepto de descubrim ientopara analizar un todo social. que com opiejos culturales individuales o colscti vos (en igualdad o desigualdad) realizanentre sí. estos Textos también mues ·tran que para Colón pensar en el descu·brimiento (antes y después del hecho)era cuestionar la histOria Interna del suceso y procurar fundamentar su VISiÓnde mundos posibles en un elogiOde unpasado no exagerado y Sin desprecro desu presente.
Esta ediCión se diferenCia de suscontemporáneas en su acceSibilidad yformato . Este ordena cronológicamentenoventa documentos (dudosos o no) osea veintiléis más que en ediCionesanoteriores -e incluye un glosariO. indices.mapas y notas . Tratar ahora los tan co nocidos y citados textos de Colón exigeotra selectividad Quedan. sin embargo.dos enclaves sin resolver que agobiansiempre al lector de ellos. Uno es cómose los ha leído y concret izado: otro esqué configurac ión genérica ayudaría aubicar al texto colombino fuera de con sideraciones canón icas y de poder .Después de releerle . es difícil acusar aColón de estancarse totalmente en elrenacentismo preso aún de caracteresfantásticos respecto a lo extracontinental. la autodefensa de Colón. claramen te entorpecida por la mala lectura. y desoída. no quiso -como se ve por losdocumentos- ser escuchada. Estosdos problemas son tratados brevemente en el hábil y extenso prólogo de laeditora Consuelo Varela. que es otra di ferencia que mejora la recepción de estos textos.
Respecto a la configuración genéri -ca. Mignolo (1981) sugiere una revisión del género "crónica" y el término"cartas relatorias" para textos culturalmente marcados como los colombinos.
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Cuando se lee en el Diario del PrimerViaje este fragmento (Colón. 1982:99):" El rey se holgó mucho con ver al Almi rante alegre y entendió que deseavamucho oro. y díxole por señas que él sabia cerca de allí adónde avía d'ello muymucho en grande suma. y qu' estuviesede buen corecén . que él daría cuantooro quisiere (.. .1" el lector está en verdad ante un problema de lectura. Según Mignolo (1982 :59). Colón no intentaba alterar géneros literarios -añádase que probar lo opuesto es darle aposteriori una clarividencia cuestionable - ya que el objetivo de hombrescomo él " no es el de escribir. sino el dedescubrir y el de conquistar. Escribir essecundario y. en cierto sentido. una.obligación (... )"
Respecto a la lectura y concretización (el primer problema) de esta escri·tura. estas están pre-cod ificadas por laliterarledad que quieren atribuirle. Esmás. la herencia renacentista se lee ge·neralmente de una forma integrada alCristianismo ortodoxo. Dentro de estetrasfondo. la lectura del Descubrimiento rara vel se aparta de ser una que venuevos espíritus y nuevos instrumentostécnlcos·filol6gicos. Ejemplo recientede este continuo -al admitir los textoscolombinos como " literarios" y su lectura como " moderna" - es la monogra·lia de Jitrik (19831. Este texto merecelectura aparte. ya que ve la "rupturaepIStemológica" colombina como precursora de una escritura netamente hispanoamericana. Sin embargo. es unaVOle populi historiográfica decir que hay"destinatarios" (Jitrik. 1983:64) en vezde lectores. o establecer ...na vinculación "palimpléstica" para el Descubrimiento y la escritura . En oposición. noes reduccionista ni repetitivo argüir quelos textos de Colón no son un tamizdonde el hacer caprichos narrativos sefiltra y se pierde para arrojar. por la borda. únicamente el residuo: los peciossignos. Si hubo apropiación no sólo fuede la escritura sino también de las lecturas del mismo Colón. tal como lo concretiza lúdicamente Alejo Carpentier enEl arpa y la sombra.
Más o menos lo mismo ocurre concartas como la que escribe a los reyesen 1499 (Colón. 1982:2391: "de todoesto me acusavan contra toda justicia.como yo dixe y todo esto era porqueVuestras Altezas me aborreciesen a míy al negocio: mas no fuera así si el autordel descubrir d'ello fuera converso. por-
que conversos enemigos son de la propiedad de Vuestras Altezas y de loschristianos : mas echaron esta fama y tuvieron forma que llegase a se perder deltodo (. . .l" Un lector como NectarioMaría de la Salle. en su Cristóbal Colón.el descubridor de América, era españoly judío (1978). hallaría en la cita la reticencia del Almirante sobre su discutidojudaísmo. Pero la cita sobre todo recuerda que la crítica ha preferido ocuparse de fragmentos como éste en tér minos de cómo los ejemplos colombinos de antiautoritarianismo pudieroncundir. y de cómo el que sean imitadosera un peligro textual a atajar.
En sus Textos, Colón da instrucciones. cédulas , poderes. salvoconductos,provisiones, instituye mayorazgos, profet iza y cita autoridades en su ars com binatoria. Yasí puede Carpentier manipular una cita que Colón toma de Séneca, empleándola como leitmotiv colombino en El arpa y la sombra:
Vernán los tardos años del mundociertos tiempos en los cuales el marOccéano afloxerá los ata mentas delas cosas y se abrirá una grande t ierra ; y un nuebo marinero (. .. ) deseobr irá nuebo mundo y entonces nonserá la isla Tille la postrera de las tierras . (Colón, 1982:262).
Muy conveniente lectura de Colón.Pero de éste el lector extrae ademássubtextos. ya muy conocidos: la obsesión con el oro. lo nuevo innomable, belleza. lengua. el otro, egolatría. antropofagia. obsesiones teológicas. el agobiante topos del Paraíso Terrenal. Losdos últimos se combinan y repitenconstantemente : en el Diario del Primer Viaje (Colón . 1982:132); a travésde la Relación del Tercer Viaje (Colón.1982:217-22), en fragmentos de cartas a los reyes (1498-1500) ; y aunconvenientemente en carta al PapaAlejandro VI: " Creí y creo aquello quecreyeron y creen tantos sanctas y sacros theóloqos. que allí en la comar ca es el Paraíso Terrenal " . (Colón.1982:286l.
Este empleo de la repetición comoenclave retór ico y de poder textual estáabusado astutamente en El arpa y lasombra para hacer de Colón un textomultinacional y una especie de " santotransnacional". Pero no hay que enga.ñarse pensando que estas menciones
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del Paraíso Terrenal. como el " desnudos como sus madres los par ieron"(Colón, 1982:83 et passirn) . agotan laenfática buena intención del autor. García Márquez tal vez se base en estas repeticiones para afirmar en El olor de laguayaba que Colón es el personaje lite rario que más detesta . por " pavoso" . Esasí inevitable otear en estos Textos lapsicología colombina y los mat ices desus contextos. Mas la esenc ia de aque llos signos contradictorios se diluye. susingular universo -que representa lainterposición de casi mil seisc ientosaños en el terreno de cód igos mora les yvitales entre él y esta lectura - se escapa a la observación actual.
En última instancia. a Colón sólo sele puede releer después de tantas lecturas normativistas o revis ion istas . Susnotas al margen del Imago Mundi dePierre d'Ailly (en su edición Varela recoge algunas de estas apost illas . jun to a notas en italiano. recetas y " papeles" de Colón) simplemente aum ent anlas notas mentales que estos Textos sufrirán en lecturas actuales. Muchos textos pasan a of iciar como ayudamemoria en la confrontación con unsinnúmero de lecturas previas de texto s
Cristóbal Colón.
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colombinos. Al leer el documento del10 de octubre de 1492 (Colón,1982:28) : " Navegó al GÜesudueste.Anduv ieron (. .. ) 59 leguas. Contó a lagente 44 leguas no más. Aquí la genteya no lo podía cufr ir: quexávase del largo viaje . pero el Almirante los esforc;:eolo mejor que pudo (. . .]" , ya no se leepreocupac ión. error o buena intenciónde un hombre fal ible. Las lecturas biográf icas modernas (Martini. 1974;Kenney. 1981) leen intratextos: o retornan a explicaciones reveladas en tí·tulos como Colón no descubrió Améri·ca (1974) de Manuel López Flores: opostulan una tes is como la de Ivan VanSert ima en su l/s y étaient avant Christopbe Colomb (1981) Y que sostieneque los africanos llegaron primero a .Am érica: o concluyen proyectos deotros libros. como Colón y su secreto(1976) de Juan Manzano. ampliamentediscu tido por otra biógrafa del Almiran·te (Mahn-Lot. 1979). Tal vez por estoColón confiaba en los " poetas" . y nadalo prueba mejor que la alucinante recons trucción biográfica " Colón. el hijodel mar " de Huidobro .
Se disfrutará leer estos Textos sinandamiaje de otras lecturas : ya que es
esclarecedor tener presente que los comentaristas de Colón no siempre estánde acuerdo sobre cómo percibió la realidad novomundista [Olschki. 1941 ;Saint-Lu , 1981) ; especialmente cuandolas connotaciones propiamente paradi siacas de las descripciones de los primeros contactos -maravillosa abundancia de flora y fauna, el estadlilo inocente del indígena- no son tan evidentes como se supone. Lo mismo ocurrecon la antropofagia (Hulme, 1978). yaque se puede precisar que Colón nuncala vio como forma con economía, sinocomo economía y cambio hacia mayorpoder. Este poder se basó en parte en lafijación colombiana en las " naos" comotablas de salvación . Martínez (1983), alhablar de otros pasajeros con alucinante malaba rismo intelectual de logísticay estadística relat ivas a la apropiac iónde América , muestra lo tenue de la acti tud colombina, al confirmar que en elsiglo XVI las " naos" ya eran por lo menos del doble del tamaño de la SantaMaría.
Por último, estos textos permiten vercómo Colón interpretaba lo que le incumbía , cómo creaba metatextos. Si serecuerda que para sus comparacionessus referentes eran obligadamente peninsulares, es igualmente factible quesu fe sea forzosa y primeramente en símismo. Su sistema de significación -alconvertirse de causa de apogeo en causa de decadencia - en verdad nunca lodesvaloriza. La editora se concentra enla etapa portuguesa de Colón, en sustecnicismos; Y trata brillantemente lafiabil idad de las copias de los textos colombinos, con excelente transfondo pa- ·leográfico. Pero en su su admitida minibiografía de Colón no encuadra la hermenéutica de éste. Todorov provee unaclave en su polémico La conquéte defAmériqe :
Colon pratique une stratégie 'fina-. liste' de l'mterpr étación . á la maniéredout les Peres de I'Eglise interprétaient la Bible : le sens final est donné d'emblée (c'est la doctrine chrétienne) , ce qu'on cherche c'est lechemin qui relie le sens init ial (la signification apparente des mots dutexte biblique) avec ce sens ultime.Colon n'a rien d'un empiriste moder ne: rargument décisil est un argument d'autorit é. non d'experience ,(Todorov, 1982: 24-5).
Colón, extranjero en España, evidenció la más demente de las quimeras peninsulares e importó a América un enclave lingüístico cuya potencialidad revolucionaria y preñado contenido socialse viene interpretando desde entonces .A pesar de verlo moverse, actuar, calcular, leer y vivir en estos Textos, y ver
. que sus expectativas no se concretizan,como muchas de hoy, al pretender medir sus códigos se comprueba que sumetro siempre será otro.
WiII H, Corral
Referencias
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Hulme. Peter (1978). " Columbus and the Cannibals: A Study of the Reports of Anthropophagy in the Journal of Cristopher Colurnbus."Ibero-Amerikanisches Archiv IV. 2: 115 ·39.
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Todorov, Tzvetan (1982). Laconquéte del'Améri·que. La question de l'sutre. Paris: Editions duSeuil.
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El fuego secode la desgraci~
Enrique de Jesús Pimentel es un poblano que a los 30 años de edad entrega,en una agradablecolección editada porla universidad local, su primera excursión poética: Catacumbas. lV quién eseste nuevo poeta que pretende armarsu doble sintaxis -la literaria, la vitalcon piezas que de suyo son estigmasinveterados como -por sus palabras loconoceremos- desgarradura, destie·rro. acecho, vaho, rumor, sal calcio(cisne, ángel bestia), brandy, carne, vírgenes, ciegos, adulterio, muerte, sueño?
Esun poeta que se define, que buscadefinirse, por una voluntad de deSgracia. Pretende, con resultado aceptable,recuperar el camino de las trágicas:hermosas vocaciones románticas deltono más soterrado, Vivir para hacer unacopio de historias y encuentros personales desventuradosque sean los' leñoscon que forje lentamente su vida y supoesía, ambas por venir y ya inminentes, en el fuego más seco que podemosConcebir: el de la desgraciapura, Comoen varios de sus maestros, los conozcaél o no, hay unavoluntad de fracasoanterior a los hechos: se ama (se vive)para sufrir y experimentar de tal suerteuna esencialmuerte erótica desdedonde se escribirá.Entoncesno importaránni el tema del poema ni el desenlace dela historia vivida: será el momento de laposesión exacta de una vocación desgraciada capaz de personificarse encualquier sujeto externo a ella que será,entonces, su motivo solidario: En Pimentel se reconoce la voluntad de acudir alllamaélo de la desgracia, tan inspiradora.
No obstante. la obra del nuevopoetaestá todavía de este lado del infierno.Aún no ha acontecido dentro de ella(sin que exista una forzosa relación autobiográfica) el hecho letal que justifique y sostenga la visión sombría queacoja dentro de sí a todo el universoque quepa dentro del horizonte del autor. Catacumbas no es el lugar dondeocurre la desgracia fundamental de Pi·mentel; es, en cambio, el espacio donde se le conjuraaplicadamente,el tiem-
• Enrique de J"ú, Plmentel. C.tM:Um....Univeralded Aut6nome de Puebl.. Múleo,
1984 .