Cristología en Femenino (María Teresa Porcile)

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  • 5/25/2018 Cristologa en Femenino (Mara Teresa Porcile)

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    RELaT 170

    Cristologa en femeninoM Teresa Porcile, Montevideo (Urga!"#

    $ntrodcci%n

    Si comenzamos esta reflexin por una mirada a las generalidades de la historia de la

    cristologa, observamos una evolucin creciente a partir de distintos aspectos y cambios

    culturales que no son aportacin exclusiva de las mujeres telogas y/o de la teologafeminista. partir de ah, juzgamos que, para tener un panorama m!s completo y una visin

    m!s cabal de la aportacin especfica de las mujeres telogas y de las distintas teologas

    feministas a la cristologa, habra que recorrer los comienzos y los senderos de la

    cristologa en "riente y en "ccidente# catlico$romana, protestante y ortodoxa. %simposible hacer aqu una historia de la cristologa& sin embargo, es necesario tener en

    cuenta ese marco de referencia, por lo menos al nivel de la conciencia(1), para ser capaces

    de situar y valorar con mayor exactitud, dentro de esa b'squeda y evolucin del lenguaje

    teolgico que se experimenta en todas las culturas, la aportacin original y propia de lateologa elaborada desde la mujer.

    (urante siglos, la teologa ha tenido como mediacin privilegiada y pr!cticamente 'nica ala filosofa y, sobre todo en "ccidente, la filosofa platnica y la aristot)lica. (esde el siglo

    *+* y comienzos del **, han surgido otras mediaciones cientficas# la crtica histrica, la

    arqueologa, las culturas comparadas, la lingstica, la filologa... -oy la conciencia de laueva %vangelizacin0, vista desde la inculturacin, hace pensar que el gran desafo de

    integracin1en el siglo ** y para el siglo **+1le viene de otras culturas, de la filosofa

    y la antropologa orientales y del di!logo interreligioso, en especial el judeocristiano. -ayuna verdadera b'squeda de lenguaje universal de perspectiva macroecum)nica. -abr! que

    integrar nuevas visiones psicolgicas y antropolgicas, nuevos lenguajes simblicos. %l

    fruto ser!n nuevos modelos eclesiales.

    %l objeto0 2risto, que dentro de un esquema dualista, cientfico, es visto desde

    definiciones dogm!ticas, hoy es enriquecido por el sujeto cognoscente. 3a no es

    exclusivamente el varn europeo de clase media, telogo cientfico y acad)mico0, quienhace teologa. -ay una elaboracin tradicional y cl!sica de la cristologa en la manualstica

    que hoy no satisface. 2ierto que existen enriquecimientos notorios# se ha incorporado una

    lectura bblica multi e interdisciplinar& el sentido literal del texto se ha ampliadoenormemente& por otra parte, la celebracin del 4isterio ha sabido incluir en la liturgia una

    gran creatividad& el lenguaje del smbolo revela aspectos de la belleza del 5ostro de 6es's

    que han estado menos presentes... %sto ha sucedido en distintos contextos histricos y

    socioculturales. 7a psicologa, la filosofa moderna y la fenomenologa tambi)n han dadosu contribucin. -an surgido teologas contextuales# la teologa de la liberacin en m)rica

    7atina, las teologas asi!ticas, africanas, la teologa negra, la teologa indgena, que ya

    renueva a la teologa de m)rica 7atina189 a:os despu)s de su surgimiento1con desafosculturales que recibe de la froamerindia...

    ;ero, dentro de la b'squeda de nuevos lenguajes, la aportacin de la mujer tiene las

    caractersticas m!s prometedoras para una renovacin del lenguaje teolgico. 7as mujeresconstituyen la mitad de la humanidad, presente, consciente y activa en todas las culturas,

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    razas, edades, clases sociales, religiones, confesiones cristianas... %s aportacin de cultura

    de mujer0, con su expresin, su historia, su experiencia, que, seg'n los distintos medios ycircunstancias, apenas lleva un siglo desde que empez a ser recuperada.

    %n resumen, la b'squeda del lenguaje sobre la fe y sobre el 4isterio de 6esucristo para el

    tercer milenio no es exclusiva de las mujeres. %l desafo al lenguaje de la cristologa no le

    viene slo del universo cultural de la mujer& en cierto modo, se trata de una provocacin yuna interpelacin pluriculturales, polifac)ticas. %s necesario tener en cuenta este contexto

    general para situar la aportacin hecha desde la ptica de las mujeres telogas.

    La renovaci%n de la teologa

    2omo punto de partida tomaremos la crisis modernista (2). %l modernismo ha sido

    considerado el punto de partida de la llamada teologa del magisterio0. 2omo movimientocultural, es complejo. Supone una )lite en desacuerdo con la cultura eclesi!stica y la cultura

    civil hegemnica. 7a +glesia del siglo *+* elige ser antimoderna. -abr! luego un

    renacimiento escol!stico tomista y de la escuela jesuita romana, como reaccin aliluminismo franc)s y alem!n. Son todos movimientos filosficos que van indicando una

    transformacin social y cultural. 7a matriz del modernismo es doble# tiene relacin con lafilosofa y con la crtica histrica. (esde la filosofa se busca revitalizar el pensamientoteolgico recurriendo a la filosofa de ?@A, habla de la revelacin como de una experiencia

    prof)tica an!loga a la experiencia artstica...

    7a reaccin a toda esta b'squeda va a ser la teologa del magisterio0, que se presentar!

    como la teologa oficial para defender la objetividad de la fe y de la revelacin, dejando de

    lado la experiencia, por temor al subjetivismo. 7os modernistas, buscando puentes decomunicacin con la cultura moderna, haban insistido en la experiencia subjetiva. %s un

    elemento v!lido& tal vez en ese momento no haba instrumentos objetivos de ver lo

    subjetivo0# por falta de desarrollo de los datos de la psicologa, por desconocimiento deltema del inconsciente y del inconsciente colectivo, por ausencia a'n de un estudio

    cientfico de las distintas culturas, etc. Si siempre es difcil el di!logo, en ese momento

    faltaron elementos de comprensin entre los distintos sectores.

    7o cierto es que la cristologa y la soteriologa del siglo ** se construyen sobre las del

    siglo *+*. %n la cristologa catlica habr! que tener en cuenta nombres como el de

    Branzelin C>DA@, >?@EF, con su Tratado del Verbo Encarnado, 4. Scheeben, etc. %n >?89,2avaller, en su Teologa Positiva, formula una primera propuesta de la autoridad en

    teologa y establece este orden# 4agisterio, %scritura, =radicin. %n >?8A, (urst justifica

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    ese primado, exigiendo al 4agisterio el principio permanente, o sea, que la teologa como

    ciencia fuera regulada por el 4agisterio, convirti)ndose en una ex)gesis del mismo.

    %n la (ogm!tica 2atlica de 4. Schmaus, vale la pena detenerse en el segundo =omo,

    sobre la redencin, y comparar la primera edicin C4unich >?E?F con la sexta. %llo nos

    permite comprender algo de la evolucin de la teologa en esos veinticinco a:os.

    lrededor de los a:os cincuenta, por efecto del movimiento bblico, se sienten nuevos aires

    en la teologa bblica. partir de ah hay toda una renovacin de la teologa que precede y

    prepara el 2oncilio Gaticano ++. 7a teologa nueva Cdominicos de ;ars, etc.F, elredescubrimiento de la patrstica (Sources Chrtiennes...)en Brancia, la teologa

    Herigm!tica de 5omano Iuardini y la antropologa teolgica de

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    anthropos0, ser humano, sin referencia alguna a la cuestin de genero (5). %sta tem!tica y

    este nuevo desafo ser!n los que destaquen con fuerza desde la cristologa hecha por lasmujeres. -abr! que integrar b'squedas y lenguajes# Mcu!ndo, cmo y qui)n podr! hacerloN.

    Cristologa feminista

    %s a partir de esta visin panor!mica de la historia y de la b'squeda teolgica donde hay

    que situar la contribucin que hacen las mujeres telogas y la teologa feminista en general.

    ;oco a poco se va dando una reflexin de la historia de la cristologa en t)rminos de g)nero,

    con toda una reconstruccin de los temas cl!sicos de la teologa y, en este caso, de lacristologa. este respecto, abundan cada vez m!s los encuentros, congresos y di!logos

    entre telogas del =ercer 4undo Csia, frica y m)rica 7atinaF. 2oncretamente, en

    diciembre de >??K, 2osta 5ica fue escenario de una reunin muy reducida de mujerestelogas del ;rimer y =ercer mundos# cinco por 2ontinente...

    =odo ello significa un largo trabajo de reconstruccin que lleva implcito Cy muchas veces

    explcitoF un trabajo previo de deconstruccin. Se buscan equivalencias y alternativas, encada lenguaje y cultura a los elementos de la cultura helenstica. 7o amenazante0 para el

    discurso teolgico tradicional consiste en que lo que se deconstruye es nada menos que ellenguaje de las formulaciones dogm!ticas de los primeros siglos. Sin embargo, los telogosvarones haban expresado la dificultad del lenguaje, como ya vimos (6)%n el caso de la

    hermen)utica feminista, la sospecha es doble# se trata de una cultura helenstica Cpor ser

    una cultura particular, abstracta, propia de un tiempoF que es vehiculada por una culturapatriarcal. (oble sospecha y doble deconstruccin...

    Se descubre que es fundamental estudiar ese perodo de la +glesia primitiva donde hay un

    discipulado de iguales01expresin de otra importante contribucin de la teologafeminista en el trabajo de %lizabeth Schussler Biorenza1, estudiar el modelo de esas

    comunidades antes de que tomen la forma de la elesaconformada seg'n el demos0

    CpuebloF griego, donde las mujeres no tenan voz ni voto... (7)."tras telogas feministas,

    como 4ary (aly, al hablar de 6esucristo llegan a decir que se debe trascender la cristo$latra (8).

    %xiste una gran convergencia en la necesidad de revisar la historia, de volver a recuperar laexperiencia de los primeros a:os y siglos de cristianismo, los que preceden al 2oncilio de

    2alcedonia, con la conviccin de que ah existen elementos que se deben recuperar para la

    reconstruccin de toda la teologa (9). Se descubre que la cristologa cl!sica re'ne dos

    ideas# por un lado, la idea mesi!nica de un 5ey y una nueva era de redencin& por otro, la

    idea de la Sabidura, con su funcin de unidad de lo humano y lo divino. -oy se est!

    redescubriendo la importancia de la sabidura en el ntiguo =estamento como elementofemenino para hablar de (ios. 7a figura de la Sabidura en ;roverbios D y en el 7ibro de la

    Sabidura de Salomn es, teolgicamente, la misma que el uevo =estamento describir!

    como el 7ogos0 o el -ijo de (ios0. %s desde esa evolucin que va de la#o* hebrea $

    la So%ha griega al&ogosCtambi)n griegoF desde donde hay que tomar el hilo de la

    reconstruccin. %ste trabajo es previo a toda posibilidad de redimensionar el desarrollo

    cristolgico dogm!tico, que va a crear una conexin ontolgica entre el 7ogos y la

    masculinidad del 6es's histrico (10).

    "tro problema que la cristologa feminista desarrolla es el de la idea del+esasdel ntiguo

    =estamento. 7a idea mesi!nica y hasta la palabra 4esas0, que significa el Jngido de

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    (ios0, son masculinos. %stablece una lnea a la descendencia del reinado de (avid Cel 5ey,

    -ijo de (iosF o en referencia representativa del modelo del pueblo de +srael ante (ios Cel-ijo del -ombreF& y todo ello, incluida la promesa del ni:o C+s ?, etc.F, en masculino.

    "tra gran tarea de la teologa feminista ha consistido en ir de nuevo a las fuentes de los

    %vangelios, tratando de reencontrar lo que 6oachim 6eremias llam las +psissima Gerba0,

    las palabras mismas de 6es's. o slo sus palabras, sino su conducta. %l problema es cmollegar al 6es's original sin la construccin dogm!tica posterior, vista ya desde una

    cosmovisin griega. 7os trabajos del exegeta alem!n 2onzelmann y otros sobre la figura de6es's en 7ucas han hecho inclinar los estudios hacia 4ateo y 4arcos. Seg'n 2onzelmann,

    7ucas ya est! aludiendo a un 2risto que escape0 de su contexto social. 7a scensin de

    6es's marca el fin de una era y el comienzo de otra, y es un aspecto que slo 7ucas

    transmite.

    7as mujeres que hacen cristologa tratan de releer con nuevos ojos el %vangelio mismo y

    redescubrir, incluso desde su experiencia concreta de mujeres concretas, otra perspectiva.

    Luscan redescubrir el verdadero rostro de 6es's de azaret. ;ara buena parte de la teologafeminista, la cristologa dogm!tica ha sido una patriarcalizacin de la cristologa que rigi

    durante los cinco siglos de transformacin del cristianismo, el cual, de ser considerado

    como una secta marginal dentro de los movimientos de renovacin mesi!nica del primersiglo del judasmo, pas a ser la nueva religin del +mperio.

    %n esta reconstruccin se descubre que, junto a la teologa de las frmulas oficiales de los

    grandes concilios, existieron corrientes cristolgicas que hoy se llamaran alternativas0. Sese:alan dos. 7a primera estara en la lnea de las cristologas andrginas, m!s cercanas a la

    tradicin mstica y a los evangelios gnsticos Clos %vangelios a los %gipcios o el %vangelio

    de =om!s...F. %sta tradicin se encuentra tambi)n, en cierto modo, entre los msticos del4edioevo C6uliana de orOich y los msticos cisterciensesF, que hablan de 6es's como

    4adre. Jna segunda corriente, dentro de estas cristologas alternativas, se encuentra en las

    cristologas que tienen en cuenta las corrientes prof)ticas Ccuyo texto base es -ch 8,>DF yque se desarrollan entre algunas sectas juzgadas her)ticas, por ejemplo el montanismo. %ste

    movimiento, en la %dad 4edia, lo descubriremos entre los seguidores de 6oaquin de Biore,

    que habla de que la Segunda %ra1la %ra del -ijo, representada por la +glesia clerical1sera sucedida por una =ercera %ra, la del %spritu. lgunos de sus seguidores vieron en esta

    =ercera %ra la posibilidad de un movimiento reivindicativo de la mujer. =ambi)n entre los

    seguidores de 6oaquin de Biore encontramos dos lneas# una, m!s oscura, tiene que ver con

    movimientos sectarios que buscan redescubrir nuevas visiones del misterio de (ios yendocontra el cristianismo establecido Cah se puede situar a 4ary LaHer %ddy o a algunas

    feministas reformistas, como Brances Pillard, que siente un entusiasmo casi mesi!nico por

    el movimiento emancipatorio de la mujer, que ella vincula a la profeca de 6oelF. 7a

    segunda lnea de los seguidores de 6oaquin de Biore se encuentra en el +luminismo, que creeen la fuerza de una ueva %dad de la luz, viendo la historia del cristianismo como una

    especie de )poca oscura de la humanidad. lgunos movimientos como el liberalismo, elsocialismo o el fascismo se sienten parte de esa ueva %ra que sustituye a la era cristiana.

    Jn feminismo de hoy centrado en el culto de la (iosa, con algunas variantes, se aborda

    desde esta perspectiva (11).

    La &regnta feminista

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    %n la cristologa tradicional no se plantea el hecho de la masculinidad de 6es's. 7a doctrina

    tradicional de la %ncarnacin se ocupa de la relacin entre la divinidad y la humanidad delGerbo. o se insiste excesivamente en la masculinidad de 6es's como tal. 7a teologa

    feminista se lo plantea de la siguiente manera# Mpuede un salvador masculino salvar a las

    mujeresN %sta pregunta de la teloga feminista 5osemary 5adford 5uether provoc un

    inusitado y fecundo inter)s de investigacin. 7as mujeres telogas se pusieron a estudiarcon profundidad e hicieron contribuciones que ser!n de gran enriquecimiento para toda la

    cristologa. -emos mencionado muchos nombres de telogas que han contribuido desde la

    investigacin. "tros esfuerzos convergentes se est!n haciendo desde la teologa feministadel llamado =ercer 4undo, cuyas representantes, muy numerosas, est!n haciendo valiosas

    aportaciones a toda la cristologa (12).

    Sin embargo, resulta necesario ubicar el contexto en que surge esa pregunta sobre el servarn0 de 6es's de azaret. %n >?AQ la 2ongregacin para la (octrina de la Be hace una

    (eclaracin, denominada,nter ,nsigniores, dando razones para la negacin del sacerdocio

    ministerial a las mujeres. Jna de las razones era la semejanza natural con el Se:or6esucristo, cuya encarnacin se efect'a en un varn. raz de esa (eclaracin se produjo la

    renuncia de cinco biblistas de la 2omisin Lblica +nternacional de la Santa Sede y sesuscit en todos los continentes una serie de reflexiones, congresos y publicaciones (13).

    Si miramos a la evolucin de la b'squeda teolgica, se ve que hoy, en >??9, veinte a:os

    m!s tarde, sigue en pie la postura de negar el sacerdocio a la mujer C2arta -rdinatio

    Sacerdotalis, de 6uan ;ablo ++, 88 de mayo de >??KF, pero no se da como razn lamasculinidad de 6es's. =ampoco es mencionada en eluevo Cateciso. Sin embargo, tuvo

    su sentido histrico, puesto que desencaden toda una serie de estudios sobre la

    normatividad teolgica de la masculinidad y la sexualidad de 6es's. 7a variedad, cantidad ycalidad de reacciones en este campo ha demostrado ciertamente que para las mujeres no es

    indiferente el ser o no consideradas salvadas0...

    %n realidad, el tema, que es reciente en la cristologa, ha permitido descubrir la herencia deuna antropologa dualista cuyas races podemos encontrarlas desde Biln de lejandra

    hasta santo =om!s1por limitarnos a la esfera de los escritos teolgicos1, pero que

    podramos ampliar con la historia, la filosofa y todo el quehacer cultural. o es posibleolvidar que las mujeres, de hecho, no acceden al mundo universitario hasta bien entrado el

    siglo **, y a la teologa acad)mica slo despu)s del Gaticano ++, o sea, hace treinta a:os. 3

    tampoco se puede olvidar que lo que acabamos de decir se refiere al hemisferio orte y amujeres blancas de clase media0, que son las que tienen posibilidades sociales y

    econmicas de estudiar. 7os primeros a:os de descubrimientos teolgicos son pol)micos, y

    las mujeres deben hacer un esfuerzo de madurez humana y eclesial para vencer

    indignaciones y sorpresas al descubrir en la teologa elaborada a trav)s de dos milenios

    muchas justificaciones a su estado de postergacin social y eclesial. %l libro de la excelentebiblista 2arolyn "siecH,/e$ond Anger, es bien elocuente ya en su titulo C4!s all! de la

    indignacin0F. -oy ya pueden verse los abundantes frutos de una gran evolucin en untiempo tan breve.

    7a pregunta Mpuede un salvador masculino salvar a las mujeresN0 podramos generalizarla

    del siguiente modo# MRu) es lo normativo en la vida terrestre de 6es's# su ense:anza, su4isterio ;ascual, sus milagros, su encarnacin, su ser judo, su ser subordinado al +mperio

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    5omano, su ser masculino...N =al vez no tardaramos en caer en la cuenta de que se tratara

    de una fragmentacin.

    7a expresin el Gerbo se hizo hombre0 ha sido siempre considerada desde un punto de

    vista universal. Siempre se asumi de modo inclusivo para el varn y para la mujer. %sa es

    la razn de que esta postura reciente del 4agisterio, que ha insistido en el aspecto sexual de

    la %ncarnacin, haya sido un elemento pol)mico en la cristologa. 7as telogas haninterpretado que ...la masculinidad de 2risto pone en peligro la salvacin de las mujeres...

    %l primitivo aforismo cristiano lo que no se asume no se sana resume la idea de lasolidaridad salvadora de (ios con la humanidad...# et homo factus est& pero si, de hecho,

    lo que se entiende es et vir factus est, si la masculinidad es esencial para la funcin

    crstica, entonces las mujeres est!n separadas del lazo salvador, pues la sexualidad humana

    no fue asumida por el Gerbo hecho carne. s, para la pregunta investigadora de 5osemary5adford 5uether, Mpuede un salvador masculino salvar a las mujeresN, la interpretacin de

    la masculinidad de 2risto como esencial slo puede responder no, pese a la creencia

    cristiana en la universalidad del intento salvador de (ios0 (14).

    partir de ah se plantea un esfuerzo de reconstruccin de la cristologa y la antropologa

    que ha dado abundantes frutos. la luz del bautismo y de la eucarista, que es sacramento y

    vnculo de unidad, queda relativizada la masculinidad de 2risto. 3, sin embargo, lasmujeres se han preguntado# Mpor qu) el acceso a algunos0 de los sacramentos y no a

    todosN (esde el punto de vista soteriolgico, Mcu!l es el valor sacrificial universal de la

    muerte de 6es'sN

    La Encarnaci%n del 'io de )ios en forma masclina ! la l%gica de la *+nosis

    (e todos modos, desde el punto de vista de la figura histrica de 6es's, subyace y persistela pregunta# M;or qu) la %ncarnacin tuvo lugar en un varn y no en una mujerN 7a teologa

    feminista se pregunta por qu) un (ios ;adre y un -ijo. . . 2ierto que la investigacin y la

    recuperacin de la figura del (ios$Sopha y el -ijo$Sopha son una contribucin riqusima

    para toda la cristologa. ;ero subsiste la forma histrica masculina de un salvador0 y nouna salvadora0...

    3, sin embargo, si observamos bien la teologa de la eleccin en la Liblia, llama la atencinque hasta ahora la teologa feminista no haya visto la respuesta m!s sencilla y evidente# la

    que responde a la lgica de la H)nosis0. trav)s de toda la Liblia, la preferencia de (ios

    siempre ha sido por lo m!s peque:o, lo vulnerable y lo d)bil, unida siempre a una

    exhortacin a ser fieles a esa condicin. (e +srael su pueblo, el pueblo que le esconsagrado, leemos# o porque se!is el m!s numeroso de todos los pueblos se ha

    prendado 3ahv) de vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los

    pueblos...0 C(t A,A& cf. >@,>9& >K,8F. %ntre los hijos de +saac, elige a 6acob sobre %sa', enesa misma lgica de eleccin# ...el mayor servir! al peque:o0 CIn 89,8EF& entre los hijos

    de 6es), tambi)n se escoge a (avid, el m!s peque:o C> Sam >Q,>>F& Lel)n es la m!s

    peque:a de las ciudades de 6ud! C4iq 9,>F& e incluso...Mde azaret puede salir algobuenoN0 C6n >,KQF. -asta lo que quedar! de ese pueblo peque:o C(t A,AF... es un peque:o

    resto... CSof 8,EF. %s lgico, pues, que la %ncarnacin haya seguido esta lgica de lo

    peque:o0.

    ;ablo, retomando el himno cristolgico m!s antiguo conocido CBlp 8F, dice que se abaj,

    tomando forma de siervo0 Ccon todo lo que ello evoca y contiene de la figura del Siervo

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    Sufriente, que no es agradable de ver# cf. +s 9EF. 3 el mismo ;ablo dir! que en 2risto ya no

    hay ni griego ni judo, ni esclavo ni libre, ni varn ni mujer CIal E,8DF, planteando as lasgrandes divisiones socioculturales de la )poca. 7o interesante para nuestro punto de vista es

    que la %ncarnacin se hace desde la posibilidad de anular la divisin, de asumirlo todo.

    (icho de otro modo# poda haber sido griego y fue judo& poda haber sido libre y fue

    esclavo Cperteneciente a un pueblo sometido al dominio poltico del +mperio 5omanoF& ypor eso es lgico que poda haber sido mujer, pero eligi ser varn. Iuarda as la lgica de

    lo m!s peque:o, de lo vulnerable, de lo d)bil en todos los !mbitos# el cultural y el religioso,

    el poltico y el antropolgico. sumir el v)rtice invertido de un cono es la posibilidad deasumirlo todo. o se trata de una encarnacin en la cumbre de una pir!mide..., ni de la tribu

    de 7ev ni de la casta sacerdotal& ni fue emperador romano ni filsofo griego... %n esa

    lgica de lo subordinado en el orden cultural, social y poltico, busc lo peque:o en loantropolgico. ;or eso asumi la naturaleza humana en su forma de lo m!s peque:o0.

    %sta posicin no ha sido trabajada en la teologa feminista (15). Si se tratara de encontrar

    razones0 para la encarnacin y la masculinidad de 6es's, Macaso no es una buena lgicaNunque al principio la tomemos con una pizca de sal y sentido del humor0, es razn

    antropolgica de encarnacin masculina.

    -ay otra razn0 para una encarnacin masculina, una razn sociocultural e histrica, delorden del mnimo de credibilidad de fe que poda ser capaz de suscitar la Luena oticia. Si

    al -ijo de (ios no le creyeron, si ni siquiera los "nce creyeron en la 5esurreccin, sino que

    tomaron las palabras de las mujeres por un desatino C7c 8K,> >F, Mqui)n habra credo, enese contexto sociocultural, a una mujer que hubiera comenzado a predicar, a hacer

    milagros, a anunciar el 5eino, etc., etc.N i siquiera habra podido hacer nada que hubiera

    causado la persecucin... o la crucifixin. Sencillamente, nadie la habra escuchado. %s detodo punto imposible, en ese contexto, imaginar una encarnacin en femenino. Si a eso le

    agregamos el hecho de la conducta tan absolutamente J%G de 6es's para con las

    mujeres, llegamos justo a la afirmacin contraria# era muy conveniente la encarnacin

    masculina para la salvacin de las mujeres. Si hubiera sido una mujer que hubiera tratado alas mujeres como seres humanos e hijas de (ios, Mdnde habra estado lo culturalmente

    llamativo y prof)ticoN 7a encarnacin en forma masculina, unida al trato absolutamente

    'nico de 6es's para con las mujeres, nos permite afirmar, en la lgica paradjica delmisterio, que, cuando el Gerbo se encarna en el pueblo m!s peque:o, los puede salvar a

    todos& que, cuando lo hace en el estado sociopoltico de sometimiento, anuncia la liberacin

    m!s amplia& que, cuando asume la naturaleza humana en su forma m!s necesitada de ayudaCcf. In 8,>DF, la 5edencin es absolutamente universal.

    3 la lgica de lo peque:o Mno haca madura, por otro lado, la plenitud de los tiempos para

    Lel)n y azaret, y la masculinidad como forma Hentica del Gerbo de (iosN %s tan v!lido

    el planteamiento de esta pregunta como lo ha sido durante siglos la afirmacin indiscutidade lo contrario.

    3, sin embargo, lo fundamental sera que el fruto m!s maduro de esta b'squeda fuera capazde abrir a una teologa de contemplacin y al misterio de la =rascendencia. =odo lo cual nos

    tendra que llevar a una cristologa apof!tica, en perspectiva de adoracin, sin querer dar

    razones que no tienen m!s autoridad que la de una0 )poca, una0 lectura, una0interpretacin... %l resultado de esta b'squeda tendra que llevar a una verdadera

    admiracin0 del misterio de la %ncarnacin del Gerbo, sin argumentaciones que enseguida

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    hacen caer en la cuenta de lo ridculo que resulta querer explicar0 lo entra:able de un

    (ios$mor$+nfinito que se hace creatura limitada.

    -oy estamos frente a desafos antropolgicos de cultura, de g)nero, que plantean temas

    para los que ni siquiera hay muchos elementos en la tradicin. %s el desafo de una ueva

    Sntesis0. Si el segundo milenio ha sido el milenio de la divisin, el tercer milenio, a trav)s

    de la aportacin de la mujer1ser humano con especial carisma de comunicacin y capaz decomunin1, Mpodr! ser el milenio de la construccin de la comunin eclesialN

    La cristologa del tercer milenio

    7a cristologa del tercer milenio tendr! que integrar gran variedad de desafos de lenguaje,

    de cultura, de expresin, etc. Gendr!n de distintas geografas, razas e historias. =al vez los

    desafos que aporte la mujer sean de los m!s radicales& pero ciertamente habr!n de ser delos m!s universales, porque mujeres hay en todas las culturas, razas, geografas y

    religiones. %l arte y la imagen ya hacen la sntesis# existen im!genes de 2ristos africanos,

    latinoamericanos, asi!ticos..., mientras que la cristologa tradicional, coincidente en eltiempo con las formulaciones dogm!ticas, nos haba ofrecido un 2risto greco$romano, una

    figura imperial de ;antocrator, se:alan las telogas feministas.7a deconstruccin del lenguaje abrir! el camino a la teologa apof!tica en "ccidente. -abr!que rescatar la perspectiva simblica del lenguaje# una perspectiva din!mica, abierta,

    inclusiva... Ser! tarea de futuro, y ojal! que, siendo una cristologa de inclusin del

    anthropos, del ser humano, y no de la exclusividad de lo masculino, sea tambi)n unacristologa capaz de generar la comunin eclesial y un estilo de ser +glesia donde las

    relaciones sean las del discurso de despedida de 6es's en el evangelio de 6uan. 6es's

    aparece como el siervo, y a los discpulos les llama amigos0. %l contexto es el del anunciodel envo del %spritu. %ste hecho tendra que haber generado siempre una relacin

    cristologa$pneumatologa. Su integracin es tarea de futuro.

    'acia na cristologa dinmica, a-ierta, inclsiva

    Ruedarse con 6es's de azaret en su modelo histrico y en sus condicionamientos

    socioculturales, polticos y sexuales, limitados a su tiempo y a su espacio, puede ser una

    visin perversa y her)tica, se:alan las teologas feministas. %l reducir a la sexualidad lasemejanza entre el varn CsacerdoteF y 2risto, como ha hecho un cierto discurso teolgico

    masculino, es visto por algunas telogas feministas como algo grotesco.(16).

    ;osiblemente, el modo en que se dicen muchas veces las cosas en el contexto culturalanglosajn puede resultar chocante en un medio latino (17). ;ero, de hecho, es honesto

    reconocer que, a pesar de que el lenguaje anglosajn suscite a veces reaccin en la teologa

    y en la investigacin, habra que ser libre y capaz de trascender reacciones primarias dellenguaje, para buscar lo esencial de una aportacin nueva. -asta ahora, estos 'ltimos veinte

    o treinta a:os de revisin feminista de la cristologa tradicional han tenido un efecto m!sbien iconoclasta.

    -ay autores m!s o menos radicales. (epende de las hermen)uticas# pueden causar temor o

    rechazo. Sin embargo, es sntoma de madurez humana e intelectual afrontar crticamente la

    sospecha tambi)n acerca de los posibles temores0 y defensas0 que se despierten. o esmaduro quedarse en temores sin estudiar los significados. 7as mujeres han hecho

    aportaciones fundamentales, y a'n hoy la gran mayora de los telogos varones las

    desconoce. =al vez han credo que se trataba de cosas de mujeres0, sin darse cuenta de que

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    es el cambio cultural m!s radical, total y totalizante de la historia de la humanidad. o se

    ha estudiado seriamente la aportacin de la teologa feminista. M%n qu) Bacultad de=eologa catlica hay una c!tedra sobre el temaN =odo hace pensar que, si no hay un

    cambio, muchas mujeres de formacin crtica, intelectual, tendr!n que luchar con la triste

    tentacin de abandonar la +glesia en su realidad institucional. %s una realidad que se palpa

    cada da. 2ierto quo estamos a'n en una etapa un tanto adolescente0 Ccon todo lo que elt)rmino evoca de doloroso0F de reafirmacin de identidades. Se adolece de falta de

    madurez, de di!logo, de humildad, de escucha mutua, de oracin, de apertura al %spritu

    Santo en el silencio... por ambos lados# el representado por una postura tradicionalista0 yel representado por la teologa feminista. (e hecho no existe, aterialente, ni di!logo ni

    encuentro. M;or qu) no ha de ser posibleN Si hay b'squeda orante y estudiosa de la verdad,

    el resultado podra ser de preciosos frutos de unidad. +maginemos... una reunin detelogos formados en una teologa exclusivamente dogm!tica y tradicional, por ejemplo,

    con un grupo de telogas feministas de todo el mundo... Mo sera ese un precioso signo

    prof)ticoN Mcaso no es posible pensar que el sue:o de 6es's de amor, unidad y esperanza

    sea visible en su +glesiaN MSer! utpico pensar en esta pobreza de %spritu, en esta apertura

    al %sprituN M2uando llegar! el momento en que recibamos la ;alabra de 6es's# osconviene que 3o me vaya... el %spritu os conducir! a la Gerdad completa...0 Ccf. 6n lQFN

    -acia eso vamos caminando en fatigosa marcha, con la certeza de que un da el(esconocido har! arder el corazn, mostrando el sinsentido de tanta vacilacin Ccf. 7c 8KF.

    Surgir! una cristologa del caminante y del 2amino, una nueva sntesis, una cristologa

    abierta, din!mica, trascendente, inclusiva. Jna cristologa del tercer milenio que admitir!como compa:eros de camino a todas las b'squedas llegadas desde el di!logo inter$religioso

    y, sobre todo, del di!logo judeo$cristiano. Ser! una cristologa que tome en serio la

    %ncarnacin dentro de una cultura determinada y en un marco histrico concreto. 7ateologa tradicional dej de lado el hecho de que 6es's fue judo. 3 slo a partir de los

    horrores del -olocausto0 en %uropa y de la apertura inaugurada por 6uan **+++ fue

    posible empezar a pensar en 6es's como judo. 7a amistad judeo$cristiana que existetambi)n desde el post$concilio tiene mucho que aportar a la cristologa del tercer milenio.

    -ay muchos brotes de esperanza para esta nueva mirada sobre el misterio de 6es's. 7a tarea

    o el aspecto de la oracin ser! fundamental. %l !rbol est! lleno de brotes y flores, y llegar! adar fruto maduro.

    .raci%n ! contem&laci%n

    Jna cristologa hecha por mujeres tendr! que incluir la experiencia actual y secular demujer& al lado de los Santos ;adres, las Santas 4adres& la patrologa y la matrologa0.

    =endr! que detenerse a considerar acad)micamente, como lenguaje teolgico, las

    intuiciones msticas de mujeres de la %dad 4edia, de mujeres santas, de innumerables y

    maravillosas mujeres fundadoras de congregaciones religiosas o de asociaciones m'ltiplesen la sociedad civil y en la eclesial& mujeres (octoras de la +glesia, que hay muchas... Son

    mujeres que han escrito desde una experiencia del Se:or& mujeres, por tanto, expertas0 Cesla misma raz de la palabra experiencia0F en el Se:or y poseedoras de un conocimiento

    muy profundo, fruto del %spritu Santo. -abra que hacer una relectura de esta experiencia,

    que es verdadero conocimiento Ccf. 2ol EF, desde el punto de vista de la filosofa, la

    fenomenologa, la axiologa, la gnoseologa y la psicologa. 7a teologa que hace siglos hanhecho las mujeres es verdadero testimonio, porque ellas han tocado al Gerbo de la Gida.

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    7a cristologa que har!n las mujeres ser! una cristologa de banquete de la vida, abierto a

    todos los que quieran entrar al festn# una multitud hambrienta que ocasiona la compasinde 6es's C6n QF. 7a ueva Sntesis debe ser totalmente inclusiva.

    Si por la accin del %spritu, por (on de la Iracia, esto se diera, el conocimiento del

    4isterio de 6esucristo sera vehiculante de unin y configuracin. 5etomaramos la

    inocencia0 de decir en 2risto0, conformes a %l0, sin pensar si es %> o %lla...& habramosllegado a la experiencia de 6esucristo 5esucitado resplandeciente de Iloria& habramos

    aprendido algo de lo que significa el 4isterio ;ascual y el 2orazn abierto, lugarfundamental de la conformacin CBlp 8F, donde se aprende la mansedumbre y la humildad

    Ccf. 4t >>,8A$8DF. 7os msticos y los santos nos ense:aran teologa y cristologa, y nuestro

    conocimiento de 6es's de azaret sera el del 4isterio de la =ransfiguracin# la visin de la

    Lelleza y de la 7uz en el silencio y la adoracin.

    /otas

    C>F. (e hecho, recomendamos leer alg'n (iccionario de =eologa, en su artculo

    2ristologa0, para situar con m!s justicia una evolucin.

    C8F. 2f. B5+, 4arcela, policopiado del uxilium0, 5oma, sobre Cristologafeinile, >??K.

    CEF. +bid., nota Q.

    CKF. 255, nne, Transforing 'race, San Brancisco >?DD, pp. >A8$>AD. =ambi)n se

    deben tener en cuenta todos los estudios sobre la conciencia de 6es's, la aportacin de

    SchillebeecHx.

    C9F. Santo =om!s lo aplica en relacin al sacerdocio ordenado y a la representatividad de

    2risto 2abeza& Sua Theologicap. +, q. ?8& p. +++, supplementum, q. E?, a >, y p. +++, q. >$

    9?.

    CQF. 2f. nota + y 72-%S2-4+(, 5obert, 2ristologa y Soteriologa0, enCGorgrimler, -. y Gan der Iucht, 5., eds.F&a Teologa en el siglo 00, 4adrid >?AK.

    CAF. S2-JSS7%5 B+"5%T, %lizabeth,,n +eor$ of #er, eO 3orH >?DE.

    CDF. (73, 4ary, 'od /e$ond the 1ather, Loston >?AE.

    C?F. 2f. 5(B"5( 5J%=-%5, 5osemary, Se2is and 'od Tal, 7ondon >??E.

    C>@F. 6"-S", %lizabeth, 6esus, the Pisdom of Iod. Liblical Lasis for on

    ndrocentric 2hristology0, en %phemerides =heologicae 7ovanienses 7*+, Basc. K C(ec.

    >?D9F& de la misma autora, She 3ho ,s, eO 3orH >??E.

    C>>F. ;"52+7% S=+S", 4ara =eresa, 7a teologa feminista y el cuestionamientotem!tico de toda la teologa0, en&a +uer! es%acio de Salvaci4n, 4adrid >??K.

    C>8F. 7a aportacin de las telogas del =ercer 4undo Csia, frica y m)rica 7atinaF ha

    buscado contextualizar un lenguaje sobre 2risto que sea comprensible para las respectivas

    situaciones socioculturales.

    C>EF. 2f. (eclaracin sobre la cuestin de la admisin de la mujer al Sacerdocio

    4inisterial, 2iudad del Gaticano, >9 de octubre de >?AQ.

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    C>KF. 6"-S", %lizabeth, 7a masculinidad de 2risto0, en 2oncilium 8ED C>??>F, ;.

    K?@.

    C>9F. =uve oportunidad de exponer algo de este punto en el 2ongreso sobre

    Bundamentos filosficos y antropolgicos para lo masculino y lo femenino0, en

    4arianum, 5oma, oviembre >??K Cvolumen del 2ongreso en preparacinF. lo largo del

    2ongreso y de las distintas intervenciones fue quedando en evidencia que hasta ahora lafilosofa no ha proporcionado instrumentos para un discurso sobre la diferencia. %s reciente

    la aportacin interdisciplinar Cbiolgica, som!tica, antropolgica, neurofisiolgica...F que

    habla de que las superioridades0 a nivel de cerebro, neurotransmisores, longevidad,fortaleza, resistencia, etc., etc., parecen estar del lado del sexo fuerte, que parece ser el

    femenino... o sabemos a'n lo que nos revelar! la ciencia, y todo parece anunciar que no

    sera extra:o descubrir una superioridad biolgica de la mujer. %n este sentido, es necesario

    se:alar los estudios del antroplogo americano shley 4"=IJ, en especial su libroThe atural Su%eriorit$ of 3oen. (e hecho, y en relacin a la edad del casamiento, en

    casi todas las culturas se asume que el varn necesita m!s tiempo de maduracin que la

    mujer& tambi)n se admite que los viudos son m!s dependientes que las viudas& etc. %s este

    un terreno muy nuevo de investigacin.

    C>QF. 5osemary 5adford 5uether dice que parecera que la condicin sine qua non para

    representar a 2risto sera la de poseer una sexualidad masculina Cop. cit., p. >8QF.

    C>AF. 4arcela Barina se:ala que el aporte m!s humanista del lenguaje teolgico de

    %spa:a e +talia, con su componente mediterr!neo, puede contribuir a una mayor

    comprensin.

    La Encarnacin del Hijo de Dios en formamasculina

    y la lgica de la knosis

    J/KENOSIS ENC/FEMINISMO

    De todos modos, desde el punto de vista de la figura histri!a de Jes"s, su#$a!e $persiste la pregunta% &'or (u) la En!arna!in tuvo lugar en un varn $ no en unamu*er+ a teolog-a feminista se pregunta por (u) un Dios 'adre $ un .i*o Cierto (uela investiga!in $ la re!upera!in de la figura del Dios0Soph-a $ el .i*o0Soph-a son una!ontri#u!in ri(u-sima para toda la !ristolog-a 'ero su#siste la forma histri!amas!ulina de un 1salvador2 $ no una 1salvadora2

    3, sin em#argo, si o#servamos #ien la teolog-a de la ele!!in en la 4i#lia, llama laaten!in (ue hasta ahora la teolog-a feminista no ha$a visto la respuesta m5s sen!illa$ evidente% la (ue responde a la 1lgi!a de la 6)nosis2 7 trav)s de toda la 4i#lia, lapreferen!ia de Dios siempre ha sido por lo m5s pe(ue8o, lo vulnera#le $ lo d)#il,unida siempre a una e9horta!in a ser fieles a esa !ondi!in De Israel, su pue#lo, elpue#lo (ue le es !onsagrado, leemos% 1No por(ue se5is el m5s numeroso de todos los

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    pue#los se ha prendado 3ahv) de vosotros $ os ha elegido, pues sois el menosnumeroso de todos los pue#los2 :Dt ;,;< !f =>,=?< =@,AB Entre los hi*os de Isaa!,elige a Ja!o# so#re Esa", en esa misma lgi!a de ele!!in% 1el ma$or servir5 alpe(ue8o2 :n A?,AB< entre los hi*os de Jes), tam#i)n se es!oge a David, el m5spe(ue8o := Sam =,==B< 4el)n es la m5s pe(ue8a de las !iudades de Jud5 :Mi( ?,=B'5gs =; ss

    http#//OOO.mercaba.org/B+2-S/6%SJS/encarnacionUformaUmasculina.htm