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Cáritas Genovés Hoja informativa de Cáritas Parroquial
Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores; www.parroquiagenoves.org Número: 10, Diciembre 2012
En Navidad pon en circulación la moneda
de la Gratuidad
Vivamos el Año de la Fe
haciendo circular esta “moneda”. La Gratuidad es la moneda de los bienes humanizadores, de los bienes relacionales. Es
todo lo que yo puedo dar sencillamente de mi persona al otro. Esta moneda da calidad y cali-
dez a nuestras relaciones humanas, las fortalece y consolida. Contribuye a tejer redes y en-
tornos sociales más humanos, más comunitarios, más fraternos, más sanadores. Esta moneda
de la Gratuidad provoca unos efectos humanizadores y relacionales tan fuertes, que influye
positivamente en el modo en que se usa la moneda de los bienes materiales, corrigiendo sus
desviaciones, contribuyendo a la humanización de la sociedad y de la economía, colocando al
ser humano en primer lugar y como principal capital a cuidar. Esta moneda la acuña cada
persona. Tu moneda de la Gratuidad será fuerte, y con valiosa cotización en el Mercado de las
Relaciones humanas, si tu banco del corazón tiene muy buenos fondos, es decir, si invierte en
valores seguros, es decir, VALORES HUMANIZADORES y VALORES ESPIRITUALES. Si
así ocurre, esta moneda no se agota. Cuanto más se da más se tiene, el Banco del Corazón no
deja de agrandarse y emitir más Gratuidad. Constata una y otra vez, en todas sus operacio-
nes monetarias de Gratuidad, que “hay más alegría al dar que al recibir” (Hch 20,35). En esta
moneda de la Gratuidad no existe la calderilla, la más pequeña de sus monedillas puede
obrar auténticos milagros si es entregada desde el corazón.
Esta moneda de la Gratuidad tiene una importante peculiaridad, que resulta ser una
gran ventaja y garantía para las personas que son creyentes. No sólo existe el Banco del Co-
razón de cada persona, sino que también existe el Banco Central situado en el mismísimo co-
razón de Dios. Él es el que nutre a todo ser humano de la moneda de la Gratuidad, con cons-
tantes y continuas transferencias a fondo perdido y sin ningún interés, inyectándolo diaria-
mente en el corazón de cada persona. Los fondos son ilimitados y están garantizados para
todo aquél que opta, en su día a día, por el uso de esta moneda. Es inspiradora de una gran
CONFIANZA a prueba de crisis, y la rentabilidad que ofrece a largo plazo es muy atractiva:
la divisa de la ESPERANZA. Así no hay duda de que otro mundo sí es posible.
Moneda de 1 céntimo de la Gratuidad......El otro me importa, es mi hermano
Moneda de 2 céntimos de la Gratuidad.....Mirada Cálida, Sensible
Moneda de 5 céntimos de la Gratuidad.....Regalar Sonrisa
Moneda de 10 céntimos de la Gratuidad...Tratar con respeto, con dignidad
Moneda de 20 céntimos de la Gratuidad...Escuchar de corazón
Moneda de 50 céntimos de la Gratuidad...Empatizar, ponerse en su lugar
Moneda de 1 entero de la Gratuidad.........Palabras Amables, de corazón
Moneda de 2 enteros de la Gratuidad........Dar Confianza en sí mismo
Billete de 5 enteros de la Gratuidad............ Dar Ánimo, Apoyo
Billete de 10 enteros de la Gratuidad.......... Dar Compañía, Tiempo
Billete de 20 enteros de la Gratuidad.......... Dar Ayuda, Compartir
Billete de 50 enteros de la Gratuidad.......... Ser Acogedor
Billete de 100 enteros de la Gratuidad........ Integrar en el grupo humano
Billete de 200 enteros de la Gratuidad........ Defender Derechos y la Justicia
Billete de 500 enteros de la Gratuidad........AMAR Y HACER FELIZ
ENTREVISTA A DON VICENTE ALTABA, DELEGADO EPISCOPAL DE CÁRITAS ESPAÑOLA
«Hay que ayudar al otro a reafirmar su dignidad» ¿Cuáles son los problemas que más preocupan hoy?
Considero preocupantes la pretensión de construir la sociedad sobre el individuo, más que so-
bre la dignidad de la persona, y la dualización creciente de nuestra sociedad en ricos y pobres. Aquí,
como en los países en desarrollo, los ricos son cada día menos, y más ricos, y los pobres son más, y
más pobres.
¿Algo más les preocupa detrás de lo señalado, que no es poco? Sí, detrás de eso hay otras preocupaciones, como la dependencia de los poderes financieros que
escapan al control de los Estados, o esta cultura en la que pareciera que se ha impuesto la lógica del
mercado como la única posible. Nos preocupa también el escándalo de los desahucios llevados a ca-
bo por instituciones financieras, muchas de ellas sostenidas con dinero público y que han especula-
do sin escrúpulos con el dinero de los ciudadanos. Nos preocupa que hayamos construido casas sin
personas, y que cada día tengamos más personas sin casa. A esto añadamos los graves problemas
del paro, de la juventud sin acceso al trabajo, del número creciente de familias con todos sus miem-
bros sin recursos económicos…
¿Cuál es el papel fundamental que está jugando la Iglesia hoy ante estos problemas? El primero es estar junto a las víctimas, estar del lado de los más débiles y pobres, y desde ahí
ayudarles en la medida de nuestras posibilidades, haciendo en muchos casos de manera subsidiaria
lo que tendría que hacer la administración del Estado. En segundo lugar, aportar elementos de jui-
cio y criterios de acción desde la fe y la DSI. Y, por encima de todo, procurar que los más pobres y
excluidos no se sientan abandonados. Que se sientan acogidos, acompañados y amados.
¿Qué elementos de juicio nos aporta la DSI para un momento como éste?
El primero, la centralidad de la persona y de su desarrollo integral, pues el primer capital que
se ha de salvaguardar es el ser humano. El segundo, la necesidad de buscar el bien común y promo-
ver la corresponsabilidad. Tercero, la necesidad de superar la lógica del mercado con la lógica del
don y de la gratuidad, pues, aun en las actividades empresariales y legítimamente lucrativas, el be-
neficio no puede ser el único objetivo, hay que dar espacio a la gratuidad. Por último, señalaría la
necesidad de una autoridad política efectiva y capaz de controlar de manera real el poder absoluto
de los poderes financieros. No puede ser que tengan pasaporte supranacional.
¿Cómo se materializa la acción de la Iglesia? Aquí la lista puede ser interminable. En Cáritas, que es lo que conozco de cerca, todo lo que se
refiere a primera asistencia, como ayudas para comida, vivienda, hipotecas, educación, salud; ade-
más de los comedores, los albergues, los roperos, los asesoramientos jurídicos para defender los pro-
pios derechos..., tenemos una gran cantidad de programas.
¿En qué campos, principalmente, se desarrollan esos programas? Además de acogida y asistencia, que es el programa en que atendemos a más personas –a más
de un millón–, los más importantes están dedicados a personas mayores, empleo, personas sin ho-
gar y cooperación internacional. Pero hay otros dedicados a infancia, familia, mujer, personas enfer-
mas de VIH, drogodependencia, etc. Y dentro de estos programas, son múltiples las actividades que
se desarrollan. Por ejemplo, en empleo, las acciones van desde acompañar en la búsqueda de em-
pleo, hasta promover cursos y talleres de formación, ayudar al autoempleo mediante asesoramiento
y microcréditos, y crear empresas de inserción.
Un plato de comida ayuda, pero... ¿Cómo se continúa? Agradezco la pregunta, porque mucha gente piensa que lo importante es el plato de comida, la
ropa que se da o la emergencia doméstica que se soluciona. Y esto es importante, pero no lo funda-
mental. Lo importante en la acción caritativa y social es ayudar al otro
a reafirmar su propia dignidad y encontrar su lugar en la comunidad.
Y esto se realiza mediante el acompañamiento, que es la tarea menos
visible, pero más necesaria para el desarrollo de las personas.
La desesperanza nos invade. ¿Cuál es nuestro mensaje? La red familiar ha puesto a flor de piel en medio de la crisis un
gran signo de esperanza. Como lo es la gran cantidad de donantes –la
mayoría pequeños– que tiene Cáritas, y el aumento de voluntarios. Y
los cristianos tenemos otro motivo más radical para la esperanza: sa-
ber que Dios se ha comprometido con esta historia y no nos tiene aban-
donados de su mano. El Espíritu es capaz de hacer de nosotros hom-
bres y mujeres nuevos, y de hacer de esta tierra una tierra nueva.
En este tiempo de Navidad, Cáritas lanza la primera fase de su CAM-
PAÑA INSTITUCIONAL 2012-13 en la que apuesta por construir un mo-
delo de sociedad donde el trabajo sea una fuente de desarrollo perso-
nal y social a partir de la cual podamos reconstruir juntos el bien
común, y donde conceptos como el reparto del trabajo o la renta bási-
ca de ciudadanía puedan contemplarse como caminos reales y posi-
bles para hacer un mundo más justo y sostenible.
Cambiar nuestra relación con el trabajo Bajo el lema “Vive con sencillez y trabaja por un mundo más justo”,
la campaña de Navidad de Cáritas nos invita, en este contexto de
crisis cada vez más incierto y desconcertante, a reflexionar sobre
nuestra relación con el trabajo, con lo que significa y con lo que espe-
ramos de él. Esto significa:
Que sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer.
Un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los tra-
bajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad.
Un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean res-
petados, evitando toda discriminación.
Un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se
vean obligados a trabajar.
Un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz.
Un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito
personal, familiar y espiritual.
Un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.
Recuperar el valor de la sencillez Vivir sencillamente no se reduce a una pura cuestión material de conformarse con tener pocas cosas,
sino que abarca a todo el ser de la persona. Implica una opción de vida; es un compromiso personal de
tener un estilo de vivir contracorriente a los valores que promueve el modelo económico y social ac-
tual, llevando a la práctica el valor evangélico de la sencillez, con todo lo que implica de desprenderse
de lo que nos deshumaniza y aleja de lo que es importante y sustancial en la vida personal y relacio-
nal, para hacer posible un mundo mejor, un “cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justi-
cia” (2P 3, 13). Por ello, la Campaña de Cáritas es una invitación a romper:
Con el vivir subidos en la ola del consumismo, del afán de tener y poseer para hacer una opción de
vivir sencillamente, ser activistas de la sencillez.
Con el vivir individualista, encerrado en mi mundo de intereses y poner en circulación la moneda de
la Gratuidad para que crezcan los bienes relacionales.
Con el vivir aceleradamente descuidando las cosas importantes de la vida, y dedicar tiempo para la
vida, para llenarse de vida y ser “contagiador” de Vida.
Concepto Cantidad 16/10 Pañales 17,50€ 29/10 Leche Bebé 13,59€ 7/11 Recibo de luz 86,22 13/11 Leche Bebé 7,56€ 13/11 Pañales 35€ 27/11 Leche bebé 7,56€ 27/11 Alimentos 126,70€
TOTAL 294,12
Información Económica
Cáritas Parroquial Del 16 de octubre al 27 de noviembre de 2012
Colabora con una pequeña aportación en
Bankia: 2038-6146-89-3000121254 Las ayudas a la Iglesia Católica y a Cáritas desgravan en el IRPF
Comunión Cristiana de Bienes El día 6 de diciembre los matrimonios de la
Parroquia estuvieron en la Casa de Acogida
de Palma de Gandía. Cáritas Parroquial ha
colaborado con un donativo para la gran
obra que están desarrollando los Hermanos
de la Tercera Orden de
San Francisco.
Para seguir colaborando
con ellos nos dieron
calendarios para vender
y seguir con el mandato
de dar de comer al
hambriento y vestir al
desnudo.
Los encontrarás
en la Parroquia.
Noticias Cáritas Cáritas Jerusalén pide
“Justicia y paz entre los dos
pueblos de Tierra Santa” Cáritas. 29 noviembre de
2012.- En una carta remiti-
da a todas las Cáritas del
mundo con motivo del Día
Internacional de Solidaridad
con el Pueblo Palestino que
se celebra hoy, 29 de no-
viembre, la secretaria gene-
ral de Cáritas Jerusalén, Claudette Habesch, ha lanzado
una petición de “justicia y paz entre los dos pueblos de
Tierra Santa”. Este es el contenido íntegro del mensaje
Queridos amigos y colaboradores:
«¿Qué os diré o qué puedo deciros añadido a mi ante-
rior mensaje?
Desde 1948, nosotros los palestinos hemos sufrido expo-
liación y exilio. Nuestra diáspora cuenta hoy con más de
nueve millones de personas repartidas por todo el mun-
do. Desde 1967, nosotros los palestinos continuamos
viviendo bajo ocupación. Puntos de paso con controles
policiales, muro de separación, falta de accesos a los
campos de cultivo y humillaciones que forman parte de
la vida diaria. Desde hace muchos años, estamos pidien-
do justicia y paz entre los dos pueblos de Tierra Santa.
Desde hace muchos años estamos reclamando justicia y
un estado palestino independiente. Tras décadas de ne-
gociaciones infructuosas y enfrentados con una disminu-
ción territorial, nos sentimos impulsados a acudir a las
Naciones Unidas para pedir el completo reconocimiento
del Estado de Palestina, pero solamente ocho de los
quince miembros del Consejo de Seguridad votaron por
este reconocimiento; y necesitamos 9 votos.
El 29 de noviembre, el presidente Mahmoud Abbas vol-
verá de nuevo a la Asamblea General de la ONU para
instar el status de “estado no-miembro”. Hemos estado
un año sin conversaciones de paz. Y ha sido un año en el
cual las condiciones económicas de los palestinos se han
deteriorado, los asentamientos o enclaves israelíes en la
Orilla Occidental (Cisjordania) han aumentado en nú-
mero y la prometida reconciliación entre las facciones
palestinas han fracasado sin materializarse.
Permitidnos, en este Día Internacional, reafirmar nues-
tro cometido para convertir la solidaridad en acciones
positivas. La comunidad internacional necesita contri-
buir para dirigir esta situación hacia un histórico acuer-
do de paz. Un error en este cometido de lograr confianza
condenará a las siguientes generaciones de palestinos e
israelíes a enfrentarse y sufrir. En este Día de Solidari-
dad, deseamos no perder en justicia, paz y reconoci-
miento de los derechos inalienables de los palestinos.
Gracias por vuestras plegarias, vuestra solidaridad y
vuestro valor a la hora de alinearos con el pueblo pales-
tino.
Claudette Habesch,
secretaria general de Cáritas Jerusalén.»
A propósito del Año de la Fe Benedicto XVI:
"Fe y caridad son inseparables” La Liturgia de la Palabra de este domingo nos pre-senta como modelos de fe las figuras de dos viudas. Nos las presenta paralelamente: una en el Primer libro de los Reyes (17,10-16), la otra en el Evangelio de Marcos (12,41-44). Ambas mujeres son muy pobres, y justo en esta condición demuestran una gran fe en Dios. La pri-mera aparece en el ciclo de las narraciones sobre el pro-feta Elías. Él durante un tiempo de carestía, recibe del Señor la orden de acudir a las proximidades de Sidón, fuera de Israel, en territorio pagano. Ahí encuentra a es-ta viuda y le pide agua de beber y un poco de pan. La mujer le responde que solamente le queda solo un puña-do de harina y un poco de aceite, pero, porque el profeta insiste y le promete, que, si lo escuchará, harina y aceite no faltarán, satisface su petición y es recompensada. La segunda viuda, aquella del Evangelio, es notada por Je-sús en el templo de Jerusalén, precisamente ante el arca, donde la gente colocaba sus ofrendas. Jesús vio que esta mujer colocaba en el arca dos moneditas; entonces llamó a sus discípulos y explicó que su óbolo es mayor del de los ricos, porque, mientras ellos dan lo que les sobra, la viu-da ofreció "todo cuanto tenia para vivir" . De estos dos episodios bíblicos, sabiamente pre-sentados, se puede recabar una preciosa enseñanza so-bre la fe. Ésta aparece como la actitud interior de quien funda la propia vida sobre Dios, sobre su Palabra, y con-fía totalmente en Él. Aquella de la viuda, en la antigüe-dad, constituía de por sí una condición de grave necesi-dad. Por esto, en la Biblia, las viudas y los huérfanos son personas de las cuales Dios cuida en modo especial: han perdido el apoyo terreno, pero Dios permanece su Espo-so. Su Padre. Pero la Escritura dice que la condición obje-tiva de necesidad, en este caso el hecho de ser viuda, no es suficiente: Dios pide siempre nuestra libre adhesión de fe, que se expresa en el amor por Él y por el prójimo. Nin-guno es tan pobre que no pueda donar alguna cosa. En efecto ambas viudas demuestran su fe realizando un ges-to de caridad: una hacia el profeta y la otra ofreciendo limosna. Así testimonian la unidad inseparable entre fe y caridad, como también entre el amor a Dios y al amor prójimo -como nos recordaba el Evangelio del domingo pasado. El Papa San León Magno, del quien ayer celebra-mos la memoria, afirma: «En la balanza de la justicia di-vina no se pesa la cantidad de los dones, sino el peso de los corazones. La viuda del Evangelio depositó en el teso-ro del templo dos monedas y superó los dones de todos los ricos. Ningún gesto de bondad carece de sentido ante Dios, ninguna misericordia permanece sin fruto» La Virgen María es ejemplo perfecto de quien se ofrece todo entero confiando en Dios; con esta fe ella dijo al Ángel «Aquí estoy» y acogió la voluntad del Señor. Que María ayude también a cada uno de nosotros, en este Año de la fe, para reforzar la confianza en Dios y en su Palabra. Roma, 11 de Noviembre de 2012