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Bajo el toque de humor introductorio de Tony River, el Teatro Arlequín de Madrid se sumerge en la vida musical de Carlos Berlanga. La historia transcurre a partir de la estancia de Óscar en un hospital donde está atendido por Sor Yvonne, una enfermera un tanto perversa. Narco- tizado entre jeringuillas, Óscar empieza a recordar trozos de su vida que reflejan a los asistentes la década de los 80. Más allá de esta breve sinopsis, este mu- sical se presenta como una muestra de la “movida madrileña”, donde el destape, el espectáculo y la sexualidad protago- nizan las dos horas de duración de la obra. Camila desata un duelo amoroso entre Óscar y Ángel y se cuenta la histo- ria a través de las grandes canciones de Carlos Berlanga como Un hombre de verdad, ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí? o Perlas ensangrentadas. Los toques de humor no faltan en este musical, haciendo que en ningún mo- mento apartes la vista de cada escena. Fabiolo, amigo fiel de Óscar, asegura las risas en cada escena que representa, con un vestuario colorido y exótico. Algo que caracteriza a este musical es que nunca sabes dónde va a comenzar cada escena; algunas puedes verlas en el es- cenario de este pequeño teatro y, otras, entre las columnas que lo sujetan, cre- ando un movimiento de abrir y cerrar de puertas ininterrumpido y desconcertante. El vestuario cambia en cada escena, donde en muchas de ellas los personajes aparecen en ropa interior, con colorido y ropas muy dispares. Destacamos el papel del murciano Hugo Ruíz a quien entrevistamos hace unas semanas; un camarero que desvaría, agresivo en al- gunas escenas, con un acento marcado y humorístico y con poca habilidad para la barra. El musical cuenta con un elenco de gran talla donde encontramos ex concursan- tes de Operación Triunfo como Iván San- tos (Ángel) o Cristina Esteban (Camila) y bailarines con muchos años de experien- cia que aseguran coreografías divertidas y amenas. Destacan los solos musicales de Iván Santos con una voz muy cálida. Si tuviéramos que señalar los puntos fuertes y débiles de musical destacaría- mos como lo mejor el papel de Sor Yvonne con una interpretación perfecta, cómica y seria a la vez aunque parezca imposible, representando a la perfección cada escena. Lo peor es el sonido. A Ca- mila apenas se la podía escuchar en este teatro y había que intuir algunas de las canciones, sin contar el acople de sonido que se producía entre los micros de los protagonistas. Sin lugar a duda, la rareza y el descon- cierto de este musical enganchan y anima a acabar “bailando”. A ritmo de Ni tú ni nadie se cierra este musical con un vestuario espectacular de Francis Mon- tesinos. Un musical muy distinto a lo que estamos acostumbrados donde se refleja el ambiente de la época. Nuevas Voces “A quién le importa”, un musical de entradas y salidas desconcertantes Crítica

Crítica musical "A quién le importa"

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Una crítica sobre el musical "A quién le importa" que se representa en el Teatro Arlequín de Madrid.

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Page 1: Crítica musical "A quién le importa"

Bajo el toque de humor introductorio deTony River, el Teatro Arlequín de Madridse sumerge en la vida musical de CarlosBerlanga. La historia transcurre a partirde la estancia de Óscar en un hospitaldonde está atendido por Sor Yvonne,una enfermera un tanto perversa. Narco-tizado entre jeringuillas, Óscar empiezaa recordar trozos de su vida que reflejana los asistentes la década de los 80.Más allá de esta breve sinopsis, este mu-sical se presenta como una muestra dela “movida madrileña”, donde el destape,el espectáculo y la sexualidad protago-nizan las dos horas de duración de laobra. Camila desata un duelo amorosoentre Óscar y Ángel y se cuenta la histo-ria a través de las grandes canciones deCarlos Berlanga como Un hombre de

verdad, ¿Cómo pudiste hacerme esto a

mí? o Perlas ensangrentadas.Los toques de humor no faltan en estemusical, haciendo que en ningún mo-mento apartes la vista de cada escena.Fabiolo, amigo fiel de Óscar, asegura lasrisas en cada escena que representa,con un vestuario colorido y exótico. Algoque caracteriza a este musical es quenunca sabes dónde va a comenzar cadaescena; algunas puedes verlas en el es-cenario de este pequeño teatro y, otras,entre las columnas que lo sujetan, cre-ando un movimiento de abrir y cerrar depuertas ininterrumpido y desconcertante. El vestuario cambia en cada escena,donde en muchas de ellas los personajes

aparecen en ropa interior, con colorido yropas muy dispares. Destacamos elpapel del murciano Hugo Ruíz a quienentrevistamos hace unas semanas; uncamarero que desvaría, agresivo en al-gunas escenas, con un acento marcadoy humorístico y con poca habilidad parala barra.El musical cuenta con un elenco de grantalla donde encontramos ex concursan-tes de Operación Triunfo como Iván San-tos (Ángel) o Cristina Esteban (Camila) ybailarines con muchos años de experien-cia que aseguran coreografías divertidasy amenas. Destacan los solos musicalesde Iván Santos con una voz muy cálida.Si tuviéramos que señalar los puntosfuertes y débiles de musical destacaría-mos como lo mejor el papel de SorYvonne con una interpretación perfecta,cómica y seria a la vez aunque parezcaimposible, representando a la perfeccióncada escena. Lo peor es el sonido. A Ca-mila apenas se la podía escuchar en esteteatro y había que intuir algunas de lascanciones, sin contar el acople de sonidoque se producía entre los micros de losprotagonistas. Sin lugar a duda, la rareza y el descon-cierto de este musical enganchan yanima a acabar “bailando”. A ritmo de Ni

tú ni nadie se cierra este musical con unvestuario espectacular de Francis Mon-tesinos. Un musical muy distinto a lo queestamos acostumbrados donde se reflejael ambiente de la época.

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“A quién le importa”, un musical deentradas y salidas desconcertantes

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