Cronología y Cuentos de Eorzea

8/18/2019 Cronología y Cuentos de Eorzea

1/45

Cronología y cuentos de Eorzea:

LA EDAD DE LOS TWELVE

La Edad de los Twelve es la Era en la que se dice que los Twelve

vivían en Eorzea. Se comentó que la tierra estaba habitada por

dioses y diosas. Esto se puede referir a los propios Twelve, a los

Twelve junto con los Primals y otras criaturas mágicas o se podría

tratar simplemente de una raza de naturaleza mágica. Actualmenteno lo sabemos.

Por Eorzea empezaron a aparecer tribus nómadas. Dado que hay

fechas específicas para el momento en el que la raza Miqo’te y la

raza Hyur aparecen en Eorzea, sólo podía tratarse de 3 razas:

Elezen, Lalafell o Roegadyn. También podría tratarse de una

antigua raza que derivó en alguna de las 3 anteriores, o

simplemente una raza (o varias) que se extinguió.

PRIMERA ERA UMBRAL - Elemento: Wind

Fecha Desconocida Las tribus nómadas empiezan aenfrentarse entre ellas. Los Twelve (dioses y diosas) se enojan y

les dejan a las tribus la tierra de Eorzea.

PRIMERA ERA ASTRAL

Fecha Desconocida Empieza la Edad del Hombre.


2/45

SEGUNDA ERA UMBRAL - Elemento: Lightning

Fecha Desconocida No se sabe nada de esta catástrofe.

SEGUNDA ERA ASTRAL

Fecha Desconocida No se sabe nada de esta era.

TERCERA ERA UMBRAL - Elemento: Fire

Fecha Desconocida Hipótesis no confirmada: Surgimiento

de Bahamut.

TERCERA ERA ASTRAL

Hace aprox. 5000 años

●

Xande crea el Imperio Allagan y se convierte así en el 1erEmperador Allagan. El Imperio Allagan se extiende por

todo el continente de Aldenard y posiblemente Vylbrand.

● El Imperio Allagan construye las vías Royal Allagan

Sunway y Royal Allagan Starway en Thanalan, aún

presentes en la actualidad.

●

El Imperio Allagan encierra a Bahamut. Posiblemente se

trate de lo que provocó el fin de la Tercera Era Umbral.

CUARTA ERA UMBRAL - Elemento: Earth



3/45

● La destrucción del Imperio Allagan marca el comienzo de la

Cuarta Era Umbral. Posiblemente debido al encierro de

Bahamut.

● ● Amon resucita al primer Emperador Xande, rstaurando la

Gloria Allagan al proceder Xande a ayudarles a conquistar

Meracydia que había resistido durante mucho tiempo a los

intentos del Imperio por tomarla.

● ● La Syrcus Tower provoca terremotos por su incapacidad

de manejar toda la energía que absorbía del sol. La Torre

comienza a hundirse en la tierra y Amon emplea su poder

para sumir a todos en el interior de la torre en un sueño

mágico.

CUARTA ERA ASTRAL Hace aprox. 3000-4000 años No se conoce nada de esta era.

QUINTA ERA UMBRAL - Elemento: I ce

Hace aprox. 3000-4000 años Ancestros de las tribus Miqo’te

cruzan los mares congelados en busca de comida.

QUINTA ERA ASTRAL


● Los Eorzeanos descubren la magia, lo que finalmente

provoca el final de la Quinta Era Umbral y marca el


4/45

comienzo de la Quinta Era Astral.

● Shatotto, una thaumaturge de gran talento, lanza Meteor

para hacer bajar a una ‘Estrella’ y utiliza los fragmentos

para crear la Stardust Rod .

● Muchos White Mages abusan de su poder, lo que finalmente

provoca el comienzo de la Sexta Era Umbral. Como

consecuencia, esta disciplina cae en desuso.

● Las Grand Companies se reúnen para prepararse para la

Sexta Era Umbral.

● La civilización Amdapor prospera en Southern Black

Shroud .

SEXTA ERA UMBRAL - Elemento: Water

Hace aprox. 1572 años● Una Gran Inundación inunda y destroza muchas partes de

Eorzea. Causado por el abuso de poder de los White Mages,

como consecuencia la disciplina empieza a desaparecer.

● La Guerra de los Magi estalla en Vylbrand. Esta el última

instancia destruye la civilización de Nym. Muchos de los

Nymianos acaban convertidos en tomberries a causa de una

plaga.

SEXTA ERA ASTRAL

Las fechas se corresponden con los años del calendario de la

Sexta Era Astral.


5/45

~ indica “alrededor del”

233 El teólogo Lewphon de Sharlayan escribe “Las Cinco

Edades. Una Cronología Eorzeana” con la intención de unificar

las dispares historias de las culturas eorzeanas en una sola.

¿Posible Archon?

~572

● La raza Hyur comienza a migrar a Eorzea en tres grandes

oleadas migratorias.

● Los padres fundadores de Ishgard se enfrentan a Nidhogg.

Haldrath coge la lanza de su señor asesinado y la clava en el

ojo de Nidhogg, convirtiéndose en el primer Dragoon.

~872

● Se funda Limsa Lominsa sobre los restos del Galadion. Esta

fue la nave insignia de la derrotada armada que fundaría esta

ciudad. La leyenda dice que el mismo Navegante guió a la

flota a salvo encallando entre las rocas de lo que más tarde

se conocería como la Bahía de Galadion.

● Lalafuto III gobierna como Sultán de Belah’dia. Se creía

que había sido asesinado pero aparentemente huyó de la

ciudad para estar con su amante.

~972 Se funda el Sultan Sworn, juramentados del


6/45

Sultán de Ul’dah. Se forjan tres espadas para los 3 Paladins que

fundaron el Sultan Sworn, creándose Curtana, Oathkeeper y una

tercera espada de nombre desconocido.

1022 Los Ixali se asientan en el Twelveswood y

lo llaman “Tinolqa” o “Bosque Bendecido” en la lengua común.

Edifican casas en los árboles y pueden volar. Adoran a Garuda a

quien llaman Empress of the Birds.

~1022~1072 Gridania es fundada conjuntamente a

las enseñanzas de la Conjury con la ayuda de los Elementals.

Existe la creencia de que fueron necesarias cinco decadas de

convivencia con los Elementals para recibir su permiso.

1022~1422 Los Elementals expulsan a los Ixali

del Twelveswood . Viajan a los cañones de Xelphatol en Gyr

Abania, en la parte noreste de Aldenard. Sus crías empiezan anacer sin plumas en las alas que les estaban permitiendo volar.

~1272 Baldric Thorne gobierna Ul’dah. Se

instaura el Little Ladies Day tras darse cuenta Baldric de su

comportamiento con la hija del molinero y su familia.

1272 Los Hecatonchires (unos gigantes)

que portaban los Magic Binding Helmet y trabajaban en las Minas

Copperbell se liberan de sus ataduras y comienzan la Gran

Revuelta Gigante durante la dinastía Thorne. Posteriormente

fueron enterrados en las minas, creyendo que perecerían en su

interior.

1272~1372 La civilización Sil’dih es destruida


7/45

tras su guerra con Ul’dah. Se dice que después fue sepultada por

tormentas de arena. Posiblemente aún podría permanecer. Los

acueductos se extienden hasta Nophica’s Well y las Copperbell

Mines.

1422

● Los Ixali inventan los ‘dirigibles’ para superar sus

impedimentos para volar.

● La Fiebre del Mythril Loco ( Mad Mythril Fever ) comienza

con los avances de las nuevas técnicas de refinado y

fundición. Se funda el gremio de Mineros bajo el mandato

de la Sultana Nanasha Ul Nasha.

1457 Nidhogg comienza un largo sueño en

Dravania que duraría alrededor de cien años.

1468 Ala Mhigo invade el Twelveswood ycomienza la Autumn War.

1469

● Ul’dah, Limsa Lominsa e Ishgard envían refuerzos a

Gridania. La ofensiva de Ala Mhigo es detenida y con el

tiempo la Alianza gana y Ala Mhigo se retira.

● Beltrant Durendaire, un explorador Ishgardiano, descubre

junto con su chocobo Ouranos a una avanzada secreta de

Ala Mhigo mientras patrullan. A pesar de estar muy heridos,

Beltrant y Ouranos regresan al campamento para avisar de

la posición de la patrulla Ala Mhigana. Ouranos muere


8/45

debido a sus heridas. Como consecuencia, se desarrolla el

Chocobo Barding para proteger a los chocobos ante un

posible combate.

~1472

● Comienza el Peregrinaje Goblin.

● 1st Patriarch Da Gu desencripta, descifra y decodifica la

leyenda del Black Mage.

● Ququruka se deja encerrar en la prisión de Marasaja Pit tras

realizar un ritual de magia negra con Kazibb Chah, de los

Amalj’aa, Hateli Meloc de los Ixali y Da Gu de los Kobold,

que resulta en la muerte de todos esos beastmen y la

creación de Barbatos, pero las cosas salen mal y debeencerrarlo.

● El Capitán Mistalle, de los Wood Wailer, funda el Gremio

de Lanceros, con la intención de combinar y perfeccionar las

multiples técnicas de lanza de los distintos rincones de

Eorzea.

1472~1477 Para unir a las ciudades estado de

Eorzea y reforzar el comercio tras la Guerra de Otoño crearon la

moneda “gil”, para hacer frente a los impredecibles tipos de

cambio.

1483~1492 Nace Solus soz Galvus (se ha dicho


9/45

que tiene 80 años)

1506 Roddard Ironheart crea el primer mapa

completo de Eorzea

1521 Bajo el mandato de Solus zos Galvus se

funda el Imperio de Garlemald

1542

● Los Elder Seedseer ordenan el cierre de Toto-Rak. Esta

prisión se consideró barbara e indigna de los gridanios.

●

Gerbald the Red, Aubriest Stillwater, Symon the Sweet,

Chiran Zabran, Thormoen Thousandgil, One-ilm Alesone, y

Sibold the Stoic - los Darklight Raiders aceptaron el trabajo

de entrar en Cutter’s Cry. Sibold sería el único que saldría

con vida, habiendo perdido a sus compañeros frente a la

Quimera.

1552 Theoderic, el Rey de la Devastación, lucha

para aniquilar al Puño de Rhalgr (los Monks) de Ala Mhigo. Casi

todos los Monks fueron aniquilados.

1557

● Tras crear malestar entre las gentes de Ala Mhigo, los

Garleanos consiguen capturar la ciudad sin apenas

derramamiento de sangre y ocupan la gran ciudad de los

Highlanders. Sin sus monks, los Ala Mhiganos no pueden

combatir contra el sorprendente poder de la tecnología


10/45

Magitek y las máquinas Garleanas.

● Nidhogg destruye la ciudad de Ferndale.

● El Dragoon Ser Alberic se enfrenta en combate a Nidhogg.

Ser Alberic sufre unas heridas que le hacen perder sus

poderes como Dragoon.

● Nidhogg inicia su hibernación tras las heridas sufridas

durante su batalla con Ser Alberic.

● ● La Batalla del Cruce del Grifón enfrenta los Ixiali con

Gridania, en este puente entre dos regiones de Coerthas.

Gridania sufre una humillante derrota.

1557~1562 Se invoca en Eorzea al Primer Primal ,

lo que provoca el cese del avance de los Garleanos.

1562

● El buque insignia Garleano Agrius invade Mor Dhona y

combate con los dragones. El Guardián del Lago,

Midgarsormr, aparece y destruye al Agrius y a la flota

Garleana. A la batalla se la llama “La Batalla de los Cielos

de Silvertear”.

● Los Primals son liberados con la explosión de Ceruleum

causada por el impacto de Agrius y Midgarsormr al chocar

con el Silvertear Lake.

● El Echo se despierta en masa.?

●

El paisaje de Mor Dhona empieza a cambiar como resultado


11/45

de la explosión y las alteraciones del aether .

● El Echo de las historias principales de las ciudades-estado

empieza cuando entramos en el mundo de Eorzea con

nuestros personajes.

● Los beastmen son expulsados de Ul’dah por miedo a

convertirse en el objetivo de los Garleanos.

● Bozja Citadel es destruida en un experimento para hacer

descender a la luna menor Dalamud.

●

En este incidente muere Midas nan Garlond.

● Cid nan Garlond y otros ingenieros abandonan el Imperio y

huyen a las ciudades estado de Eorzea. Allí crea Fundición

Garlond y junto a Aerolineas Vientofuerte logran conectar a

las tres ciudades estado con rutas aereas.

1564 Los Amalj’aa invocan a Ifrit en Mythril Pit T-3

1567

● Los Sahagin se vuelven más agresivos y empiezan a atacar.

● Posiblemente sea el año en el que La Compañía de Héroes

derrota a Titan y Leviathan.

●

Minfilia despierta el poder del Eco.

1570

● Aldis, un Espada de Nald, se va de Ul’dah por razones

desconocidas. Relacionado con la Primera Espada de los

Gladiadores, Mylla así como con Leavold, Espada de Thal,


12/45

que tras la partida de Aldis acabaría fundando el grupo

Alacren.

● Se funda el Path of the Twelve, organización que más tarde

daría lugar a los Scions of the Seventh Dawn.

1571 El Imperio reanuda su avance en Eorzea bajo las

órdenes de Nael van Darnus y la VIIª Legión.

1572

● Merlwyb Bloefhiswyn se convierte en Almirante de Limsa

Lominsa y reinstaura el Maelstrom.

● Raubahn Aldynn, el Toro de Ala Mhigo, se gana un sitio en

el Sindicato mediante sus victorias en la arena de gladiators

de Ul’dah. Con la ayuda de la Sultana, Raubahn reinstauralos Immortal Flames a pesar de la desaprobación de otros

miembros del Sindicato.

● La Elder Seedseer Kan-E-Senna regresa a Gridania y

reinstaura la Order of the Twin Adder . Resulta ser la que

más apoya el regreso de la Alianza Eorzeana, que acaba por

hacerse realidad con la ayuda de las Grand Companies de

las otras dos ciudades-estado y los propios aventureros.

● A pesar de haberse enfrentado con éxito a Titan y Leviatán

la Compañía de Héroes, un grupo mercenario, se desbanda

por motivos desconocidos.


13/45

SÉPTIMA ERA UMBRAL - Elemento: Desconocido o

Ninguno

~0 Dalamud llega a un punto crítico y Bahamut es

liberado de su prisión. Junto con los aventureros, la Alianza

Eorzeana y el Circle of Knowing luchan con la VIIª Legión del

Ejército Imperial Garleano en Carteneau Flats (una zona al

noroeste de Ul’dah y al suroeste de Mor Dhona). La destrucción

que desata Bahamut llega hasta Limsa Lominsa, marcando el

comienzo de la Séptima Era Umbral.

0 Bahamut es derrotado o sometido en algún

momento después de que los aventureros seamos enviados al

vacío para regresar pasados 5 años. Actualmente se desconoce

qué consiguió frenar la ira desatada de Bahamut.5 A Realm Reborn:

● Los nuevos Aventureros llegan a una de las 3 ciudades-

estado.

● Los Aventureros que fueron teletransportados durante la

Batalla de Carteneau Flats reaparecen en Eorzea,

enterándose que han sido olvidados por la gran mayoría.

Algunos aún recuerdan a los ahora Warriors of Light , pero

los recuerdos son vagos y/o resultan borrosos para la

persona que los tiene.


14/45

CUENTOS DE EORZEA:

1-. Lo que trae la victoria y la glor ia

Estamos perdidos, pensó Merlwyb Bloefhiswyn. Confinado durante eones

y por fin libre, el primal Bahamut devastó Carteneau Flats, calcinando por

igual a eorzeanos y garleanos. Pero encontraré una forma. Apartando su

vista de aquella barbarie, se mordió ligeramente la lengua — un viejo truco

de comandantes — y a pesar del ceniciento aire, la voz que surgió de su

garganta se oyó alta y clara.

“¡Las órdenes anteriores quedan anuladas! ¡Que todas las unidades del

Maelstrom retrocedan de inmediato!”. En la distancia, la Almirante

entrevio la decidida silueta del Arconte Louisoix, elevando sus brazos

durante el ritual de invocación. Ni siquiera los Doce pueden ayudarnos

ahora, pensó casi desesperada mientras subía a su montura. Dalamud se ha

abierto, y no hay hombre capaz de cerrar un huevo. “¡Prioridad para la

Foreign Levy! ¡Que el ejército principal cubra su retirada y la retaguardia!” Eynzahr Slafyrsyn soltó las bridas mientras Merlwyb se hacía con las

riendas. Vio que un fragmento de la falsa luna había atravesado la malla

bajo su brazo derecho. Brotó la sangre, densa y oscura. Seguramente su

ayudante no aguantaría una dura carrera. “Poned a esos aventureros a

salvo”, repetía. “Os mandaré a los rezagados. ¡Procurad reagruparlos!”.

“A sus órdenes, Almirante”, dijo Eynzahr al romper filas. Me conocedemasiado bien como para malgastar el tiempo discutiendo, pensó

Merlwyb mientras ponía a su fiel montura al galope. Y sabe que la mayor

parte de nuestros mensajeros están muertos o a punto de hacerlo. Un

agudo “¡Kweh!” la trajo de vuelta al presente. “Buena chica, Vicki”,

murmuró mientras el chocobo avanzaba raudo entre la muerte y la

desolación que les rodeaba.


15/45

“¡Retroceded! ¡Volved a la avanzada principal!” gritaba Merlwyb una y

otra vez hasta que el tumulto se hizo un arroyo, y después un río, fluyendo

hacia Eynzahr y — ojalá — a cubierto. Pero en la turba había un nudo,

abriéndose paso contracorriente hasta que emergió por la retaguardia y sedirigió hacia la posición garleana. Siempre, pensó Merlwyb sin rencor y

espoleó a su chocobo. Siempre están los que anteponen la gloria a la

victoria.

“No se esfuerce, Almirante. Haré que esos canallas garleanos lo paguen —

¡ya lo creo lo pagarán!”, escupió Rhoswen, y Merlwyb recordó el viejo

dicho — los piratas lloran con sus espadas, y sus lágrimas son rojas.“Tantos Sirens… Spleeny Ebrill no volverá a cantar, ni Annest Blackeye,

ni — ¡Os pillé, malditos bastardos!”; un placer salvaje llameó en los ojos de

Rhoswen cuando vio algo detrás de Merlwyb, y la comandante del

Maelstrom espoleó en el flanco izquierdo a Victory mientras desenfundaba

sus pistolas con un suave movimiento. Death Penalty ladró y un legionario

garleano cayó de espaldas. Dos agudas toses de Annihilator y cayeron máshombres — dejando ver el destello negruzco de la magitek armor coronando

la pendiente. Tiene un pico, pensó Merlwyb con inusual tranquilidad,

apretando sin pensar sus piernas contra el lomo de Victory. El chocobo

saltó cuando el cañón magitek rugió. Lo siguiente fue Merlwyb cayendo, el

mundo ahogándose en sangre y plumas, y no supo nada más.

“...Apostaría que es la vez que más ha descansado en años.” Merlwyb

despertó y lo que vio le resultaba familiar: sus cuarteles en el Triumph y

Eynzahr, con su cara marcada por el cansancio, pero vivo y coleando.

“¿Durante cuánto tiempo?”, preguntó. “¿Rumbo actual y velocidad?”

“Dos días, Limsa, ocho nudos.”, respondió él. “La Alianza se reagrupó en

Thanalan donde los alquimistas se encargaron de nuestras heridas. Querían


16/45

cuidarte en Ul’dah, pero les aseguré que no sería necesario. Estamos

cruzando el Estrecho de Merlthor rumbo a casa.”

“¿Los Sirens? ¿Rhoswen?”

Eynzahr soltó una carcajada. Merlwyb casi pudo oír el óxido que contenía.La comandancia, especialmente la de un ejército que se retira, era un

asunto peliagudo.

“Los Bloody Executioners le sacaron de allí como remeros con una red

hasta los topes, pero no consiguieron persuadir al Capitán Rhoswen para

que se retirase. Entonces llegó la última de las tres temibles cuadrillas

piratas, los Kraken’s Arms, y Carvallain la barrió sobre la montura como uncruento caballero de Ishgard. Cuando los vi por última vez estaban

lanzándose maldiciones.”

“Bien.”, dijo Merlwyb mientras deseaba que sus ojos se mantuvieran

abiertos. De pronto estaba muy cansada y no podía acordarse de los

nombres de todos los que habían estado presentes. No importa. Eynzahr lo

sabría. “En la retirada de Carteneau ordené que se le diera prioridad a unaunidad. ¿Los pusisteis a salvo?”

Eynzahr la miró con el ceño fruncido. “¿¡Disculpe, Almirante!? Mis

órdenes eran cubrir la retaguardia mientras la avanzada principal se

retiraba, juntando a cualquier rezagado que nos enviase y empezar a

reagruparnos. No ordenó que se le diese prioridad a ninguna unidad por

encima de las demás.”

Merlwyb y Eynzahr estuvieron muy ocupados los días siguientes como

para preocuparse demasiado de su extraño lapsus. Después de todo, se

había golpeado la cabeza, y era una insignificancia comparado con lo que

les esperaba en Vylbrand. Mientras el Triumph se acercaba a casa, vieron

extraños cristales estallando en Pharos Sirius, extendiendo su corrupción

por todas partes. Galadion Bay era un Carteneau flotante, con el mar lleno


17/45

de cuerpos, escombros y pesarosos supervivientes del maremoto que había

arrasado la costa. Eynzahr tuvo suerte, pensó Merlwyb mientras analizaba

la catástrofe. ¿Qué son estos fragmentos para hacer de este hermoso

muelle un vivo infierno? ¿Y qué hay de los que nos hemos salvado? ¿Cómo

podremos continuar, cuando se ha perdido tanto?

Encontraré una forma.

Merlwyb ordenó que la comandancia del Maelstrom se estableciera

temporalmente en Moraby Drydocks, resguardado de lo peor de la gran ola

por el God’s Grip. Desde allí, los restos de la gran armada de LimsaLominsa zarparon con comida y víveres, ayuda y protección, mujeres

fuertes y hombres compasivos. La Almirante Merlwyb durmió poco, pero

cuando lo hizo, siempre tenía los mismos dos sueños. En uno, se mordía la

lengua y después gritaba, Dadles prioridad. Que la avanzada principal

cubra su retirada. En el otro, montaba un destrero en una fría noche, y el

chocobo graznaba feliz mientras la jinete murmuraba “Buena chica, Vicki.”

Pasó el tiempo. Algunas heridas cerraron, mientras otras no lo hicieron.

Los barcos de pesca volvieron a hacerse a la mar, y los mercaderes,

estibadores y rateros regresaron a los muelles. La nueva Comandancia del

Maelstrom se estableció en los Upper Decks, las naves de la armada

regresaron al muelle al que pertenecían y los Moraby Drydocks fueron

reformados como astilleros.

Durante aquellos ajetreados días, quienes mejor conocían a Merlwyb — y no

eran muchos — comentaban que Carteneau le había hecho cambiar. No les

dio falsas esperanzas a los cientos que pidieron ayuda a la Almirante, pero

tampoco fue tan severa como había sido. Al contrario, habló de esperanza,

coraje y los guerreros perdidos que permanecieron junto al Arconte en

Carteneau Flats. Debido a esto, Merlwyb se ganó el cariño de su pueblo,


18/45

aunque luchaba por aceptarlo. Tanto parecía atormentarle ese pensamiento

que una noche, incapaz de dormir, vagó por la ciudad y se encontró a sí

misma en un establo ishgardiano en cuyo interior jóvenes aves

murmuraban medio dormidas.

Cuando Naldiq & Vymelli’s empezaron a trabajar en los nuevos buques de

la talasocracia, no hubo duda sobre quién tendría el honor de nombrarlos.

Un buen día poco después, la mitad de la ciudad salió para ver la puesta de

la quilla del Victory. Cuando la Almirante de Limsa Lominsa grabó su

nombre sobre el roble con una gran plumada, los gritos de júbiloretumbaron como el trueno por las tranquilas aguas de Galadion Bay,

haciendo que las gaviotas y los cuervos batieran sus alas en cada mástil.

2-. Los Siete de la Sul tana

Nanamo observó desde su terraza privada cómo los Immortal Flames salían

de Ul’dah. La tropa dejó la ciudad por la Puerta de Thal— una salida que

simboliza el pasaje que lleva al más allá — con la esperanza de engañar a la

muerte en el campo de batalla. Una muchedumbre se había reunido para la

ocasión y sus bulliciosos vítores resonaban por el sultanato, pero Nanamo

no los escuchó. Se quedó paralizada delante de la balaustrada mientras

Raubanh espoleaba a su montura, y ahí permaneció mucho después de que

el polvo se hubiera asentado tras el paso de la retaguardia. Se había

preparado para este momento, pero cuando por fin llegó, se encontró con

que su valentía la había abandonado de todas maneras. De repente, la

realidad de su aislamiento se hizo evidente, y solo pensar en ello hizo que

le faltara el aire. Estoy sola. Que los dioses me den fuerza.


19/45

A medida que avanzaban los días, empezó a notarse el peso de la

responsabilidad y la incertidumbre. Nanamo pasaba las noches en blanco.

No probaba bocado ni siquiera de sus platos favoritos, y sus rollizas

mejillas Lalafellin empezaron a hundirse. Estaba claro que, a pesar de losmejores cuidados de sus damas de compañía, su salud había empezado a

resentirse. Se volvió un fantasma de sí misma y dejó de atender a sus

obligaciones.

Siempre que se presentaba una dificultad, ella pensaba lo mismo, Si

Raubahn estuviera aquí , maldiciendo a su propia fragilidad, incluso

mientras la idea se estaba formando. Sabía muy bien que, como FlameGeneral , el lugar de Raubahn estaba con la tropa en Carteneau Flats. Era su

obligación capitanear a sus hombres en la batalla contra la XIVª Legión

Imperial. Pronto cumpliré dieciséis veranos. No puedo depender de otros

para siempre. Tarde o temprano tendré que valerme por mí misma. Solo

espero tener la fortaleza...

Otra comida se fue como vino. Al salir del salón comedor, Nanamo miró

disculpándose a la silenciosa sombra que era Pipin Tarupin, hijo adoptivo

de Raubahn y oficial de los Immortal Flames. El joven y serio soldado

permaneció a su lado por petición de su padre y se le confió su cuidado en

ausencia del Flame General . Pipin, tan obediente como era, nunca lo

admitiría, pero Nanamo sabía que pronto estaría luchando junto a sus

compañeros en Carteneau. No pudo evitar sentirse responsable por negarle

su deseo — ¿y para qué?. Aunque Pipin era el hijo de su padre, los dos

tenían muy claro que era a su padre a quien ella necesitaba.

Y así se fueron alargando los días, pasando de uno a otro, hasta que por fin

llegó la hora final.


20/45

“¡Su Graciosa Majestad, noticias de Mor Dhona! ¡La batalla ha

comenzado!”. Nanamo estaba en las Fragrant Chambers manteniendo una

audiencia privada con Thancred del Circle of Knowing cuando Pipin

irrumpió con las noticias. Todo lo que ella pudo dar como respuesta fue undébil “Ya veo”. Mientras Pipin se esforzaba por ocultar su desconcierto

ante tan apática frase, Thancred se apresuró en expresar lo que sentía.

“Con su permiso, Su Graciosa Majestad, pero esperaba un poco más de

entusiasmo.”. Desde que aceptó servir como consejero del sultanato, el

autoproclamado bardo se sentía en la corte como en casa, volviéndose más

irreverente aún en el proceso. “La última vez que miré, su pueblo le

necesitaba.”.

“¿¡Qué podría hacer un débil títere como yo!?”, contestó bruscamente

Nanamo, arrepintiéndose al instante de su irritabilidad.

Sin embargo, el bardo no se amilanó y respondió con inusual ímpetu. “ No

es débil, Su Graciosa Majestad. Puede rezar por la salvación de Eorzea.”

¿Rezar?, pensó ella. ¿De verdad había quedado para eso? Pero claro queera así. Incluso mientras hablaban, Dalamud se acercaba más y más. Según

el Arconte Louisoix, sólo el poder de los Doce podía devolver a la luna

menor a los cielos y evitar la llegada de la Séptima Era Umbral. Y sólo con

las oraciones del creyente podría invocarse ese poder. Los soldados de la

Alianza Eorzeana — con Raubahn entre ellos — luchaban ahora en Carteneau

para conseguir que el ritual de invocación se desarrollara sin trabas.

Thancred continuó con un tono de voz algo más amable. “Si reza, también

lo hará su pueblo. Y la fuerza conjunta de su fe elevará a los cielos su

súplica por la salvación de Eorzea.”

Hubo un momento de silencio. Si todo lo que puedo hacer es rezar,

entonces lo haré con todo mi corazón. Calmándose una vez más, asintió, se

levantó de su asiento y se dirigió hacia Arrzaneth Ossuary.


21/45

Al llegar al templo, Pipin ayudó a Nanamo a arrodillarse y montó guardia

mientras ella rezaba. Ella sabía que en la otra punta de la ciudad, en

Milvaneth Sacrarium, Thancred estaba haciendo exactamente lo mismo.

Dioses de mis antepasados, libradnos de la destrucción. Dioses de mis

antepasados, devolvedme a Raubahn sano y salvo.

El caos surgió a las pocas horas de estar rezando. El Ossuary tembló

violentamente, como si hubiera sido golpeado por el puño de un gigante,

haciendo que Pipin se acercara más porque la mampostería había caído

cerca de ellos. Sus oídos se llenaron de aterrados gritos, pero Nanamo no se

dejó llevar por el pánico. Haciendo caso omiso del tumulto a su alrededor,rezó con todo su ser.

Su determinación fue pronto recompensada. El pedestal de piedra con la

señal del Dusk Trader empezó a brillar. Poco después, surgió una columna

de luz, envolviendo a la imagen de Thal que estaba sobre él, iluminando

cada rincón de la sala. En ese instante, Nanamo sintió la presencia de la

divinidad. Mientras se deleitaba con la sensación, en su mente resonó unavoz familiar. “Que Eorzea renazca”, dijo.

Louisoix, pensó, y no supo nada más.

Nanamo despertó encontrándose a sí misma tendida en el liso suelo de

piedra del Ossuary. Oyó pisadas a su alrededor. Por el rabillo del ojo vio a

Pipin incorporándose, como luchando por quitarse de encima el mismo

letargo que la había paralizado a ella. Permaneció quieta un momento,

complacida con la visión del pedestal de piedra. Notó vagamente que su luz

divina había desaparecido.

Un estridente chillido la sacó de su ensueño. “¡Rebeldes en Sapphire

Avenue! ¡Se dirigen aquí!”

El desconcierto se apoderó del sem blante de Pipin. “¡Su Graciosa

Majestad, no podemos demorarnos! ¡Regresemos a palacio!”


22/45

“¡No me esconderé mientras mi pueblo sufra!”; la respuesta surgió

espontáneamente de sus labios, con una rapidez que le sorprendió incluso a

ella. Poniéndose en pie, examinó su entorno. Figuras encapuchadas se

agitaban por todas partes, sacando valiosos tomos y artefactos, seguramente para ponerlos a salvo. En el centro del bullicio, una figura pequeña aunque

imponente gritaba órdenes. Nanamo reconoció a Mumuepo, Sumo

Sacerdote de la Orden de Nald’thal y Maestro del Gremio de

Thaumaturges.

“!No se puede permitir que los rebeldes profanen el Ossuary!”, gritó con

claridad el hombre. “¡Incinerad a cualquiera lo suficientemente necio como

para acercarse!”.

Estas palabras agitaron la sangre de Nanamo. “¿¡Y te haces llamar a ti

mismo un hombre del clero!?”. Controlando su furia, se dirigió a todos los

presentes. “Nuestros ciudadanos están aterrados. Solo quieren que alguien

les tranquilice. ¿Quién de entre vosotros va a ayudarme?”.

Pipin dio un paso al frente, como Nanamo sabía que haría. “Aunque soy un pobre sustituto de mi padre, sólo vivo para servirle, mi sultana. Ordene lo

que considere oportuno.”

El siguiente fue Papashan del Sultansworn, seguido por cinco

thaumaturges del gremio — todos Lalafells y hermanos. Sin embargo, nadie

más respondió a la petición de la sultana. Sólo siete, se lamentó mientras

contaba a sus voluntarios. Pero serán suficientes. Tienen que serlo.

Nanamo salió a las agitadas calles de Ul’dah con los dientes apretados. Por

iniciativa propia, su improvisada escolta formó un anillo protector a su

alrededor, y caminaron juntos entre los escombros y el humo. Allá donde

mirara sus ojos se encontraban con escenas dantescas. Una niña lloraba

sobre el cuerpo carbonizado de su madre. Un hombre gemía con sus

piernas aplastadas bajo un montón de piedras. Lo que estaban pasando le

encogía el corazón, pero no podía pararse a ayudarles. Primero tenía que


23/45

acabar con la insurrección o puede que no quedara consuelo. Regresaré con

todos vosotros. Lo prometo.

Cuando el grupo de Nanamo llegó a Emerald Avenue, vieron al tropel de

rebeldes. Las tiendas y las casas habían sido saqueadas a su paso y sushabitantes huían para salvar sus vidas. Sin amedrentarse, Nanamo siguió

avanzando hasta estar lo suficientemente cerca como para oír al gentío que

avanzaba, donde se paró, tomó aliento, y se puso manos a la obra.

“¡Papashan! ¡Tengo que atraer su atención!”. Asintiendo, el anciano

paladin emitió un destello cegador que sorprendió a algunos rebeldes.

Muchos de ellos, sin embargo, siguieron con sus saqueos haciendo casoomiso.

“¡Thaumaturges! ¡Iluminad el cielo!”. Al unísono, los cinco hermanos

Lalafellin, a modo de alerta, desataron una descarga de hechizos sobre sus

cabezas. El más impresionante de ellos fue la conflagración desencadenada

por el hermano con la cara vendada. Los rebeldes que antes no habían

prestado atención lo hicieron ahora.Complacida, Nanamo se volvió hacia Pipin. “Protégeme.”

Con una voz atronadora que no tenía nada que ver con su tamaño, Nanamo

se dirigió al gentío. “¡Atended, mis amados ciudadanos!”, comenzó, “El

reino se encuentra al borde de la Séptima Era Umbral. Y mientras vivamos

no debemos de olvidar nuestra compasión. Ahora no es el momento de

robarle a vuestro vecino, sino de tenderle la mano del auxilio.

“Los valientes hombres y mujeres de los Immortal Flames arriesgan sus

vidas para que nosotros podamos seguir con las nuestras. ¿Queréis que

regresen a una Ul’dah que se ha destrozado a sí misma?”. En las car as

cubiertas por la suciedad aparecieron signos de vergüenza. “Os pido que

seáis fuertes. No cedáis ante el miedo o la desesperación. Si permanecemos

unidos, no habrá adversidad que se nos resista. Curemos juntos las heridas

de nuestra nación — ¡de nuestro hogar en común!”.


24/45

Al escuchar estas conmovedoras palabras de su sultana, la locura empezó a

desaparecer de los ojos de los rebeldes para ser sustituida por el destello de

la cordura.

Poco después, el orden regresó a la ciudad, y la ayuda humanitariaorganizada comenzó en serio.

Algunos días después, lo que quedaba de los Immortal Flames regresaba a

duras penas a Ul’dah, entrando a la ciudad por la Puerta de Nald. Los

soldados estaban heridos y fatigados, pero seguían teniendo casas a las que

regresar. En mitad de la reconstrucción, Nanamo emitió un decreto por elque despojaba a Mumuepo de todos sus títulos oficiales y los privilegios

correspondientes. Aunque tal acción habría estado normalmente más allá

de su propia autoridad, fue posible gracias a una inteligente maniobra por

parte de Pipin. Se encontraron pruebas de una creciente corrupción, con el

sumo sacerdote en el centro de ella, y su orden no tuvo otra opción que

acatar la voluntad de la sultana. En el lugar del encarcelado Mumuepo, loscinco hermanos Lalafellin fueron nombrados maestros del Gremio de

Thaumaturges.

Durante los siguientes meses y años, Nanamo recordó a menudo los

acontecimientos de aquel fatídico día. No soy débil , se recordaría a sí

misma. Hay cosas que incluso un títere puede conseguir . Si pudo cumplir

con su deber como sultana en medio de la Catástrofe, seguro que podría

cumplir con todo lo demás.


25/45

3-. De los amigos perdidos y encontrados

La batalla había terminado, pero nadie podía decir que la paz había

regresado a Carteneau. La luna menor — y la alada abominación que había

surgido de su vientre — había traído la devastación a las antaño fértiles

marismas, no dejando más que un terreno baldío lleno de cicatrices hasta

donde alcanzaba la vista.

Matrona, ten piedad… He muerto y estoy en el séptimo infierno.

“¡ Elder Seedseer ! ¡Venga rápido!”

Kan-E-Senna se volvió sobresaltada por el repentino grito que la había

sacado de su momentáneo ensueño. Obligó a sus ojos a enfocar a quien

hablaba; un joven Serpent con su armadura cubierta de sangre y suciedad

que hacía señas con una mano ensangrentada.

“¡Mi señora! ¡Hay algo atrapado bajo la bestia de acero!”

Reuniendo fuerzas, Kan-E-Senna se acercó al joven que estaba al lado de la

segadora magitek caída. Desde debajo de los escombros pudo distinguir los

angustiosos gemidos de alguien que se aferra débilmente a la vida.

¿Uno de los nuestros…? ¿Aplastado por la coraza de un enemigo caído?

Por orden de la Elder Seedseer , cinco soldados aunaron esfuerzos y

lentamente levantaron a la destrozada mole para liberar a la desdichada

alma atrapada debajo. Sin embargo, a medida que la pesada masa se

desplazaba a un lado, se iba haciendo patente que el superviviente no había

jurado lealtad a los Twin Adder ni a ninguna otra company de la AlianzaEorzeana.

Cubierto con una armadura del mismo acero impuro que el del monstruo

magitek que le había sepultado, el joven Hyuran miraba a Kan-E-Senna.

Ahí estaba, aún un niño, ensangrentado y maltrecho en este campo de

batalla olvidado de la mano de los dioses. Ten piedad, Nophica — no es más


26/45

que un niño. Obligado a combatir, como no, en contra de su voluntad —

obligado a dar su vida por una causa que apenas entiende.

Un robusto Serpent Elezen dio un paso al frente, agarrando con una mano

enguantada el hombro del muchacho y acercando el filo de su espada conempuñadura de jade a la garganta del chico.

“Ordénelo, mi señora. El chico no sufrirá.”

“Baja tu mano.”

La voz de Kan-E-Senna era suave, pero firme.

“Puede que haya combatido contra nosotros en el campo de batalla, pero la

lucha ha terminado. Ahora no es más que un niño herido que necesitaayuda —ayuda que nadie excepto nosotros podemos proporcionar.”

“S-sí, mi señora.”

El soldado enfundó rápidamente su espada con una expresión

esmeradamente neutra. Levantando Claustrum, el legendario báculo tallado

a partir de un árbol milenario, la Elder Seedseer avanzó y centró sus

pensamientos en el joven herido.“Oh guardianes de esta tierra, dejad que el aliento de la vida cruce esta

llanura para que repare el dañado cuerpo de este niño y sane sus heridas…”

Lo que salió como un susurro de los labios de Kan-E-Senna resonó como

un eco por toda la marisma. Una apacible brisa rompió la escalofriante

quietud del aire, silbando mientras giraba alrededor del sitio donde yacía el

chico. La mueca atormentada de la cara del joven se relajó lentamente. Sus

ojos se abrieron un instante, y volvieron a cerrarse en un calmado sueño.

“El chico vivirá. Llevadlo a la retaguardia y aseguraos que recibe alimento

y descanso.”

“Como deseéis, mi señora.”

Durante las horas siguientes — quizás todo un día, no podía decirlo — Kan-

E-Senna anduvo por el campo de batalla, atendiendo a los heridos.


27/45

Eorzeano, Garleano, amigo o enemigo, no importaba. Esta gente me

necesita para aliviar su sufrimiento. Abriéndose camino a través de la

masacre, lanzó los conjuros que cerrarían las heridas y aliviarían el dolor,

llevando el consuelo a quienes sufrían.Y aún así, por cada uno que salvaba, había montones que no podían

salvarse. Mirando por encima de los cuerpos de los caídos, la Elder

Seedseer dijo “Dieron sus vidas en nombre de la esperanza.”. Y la

esperanza los abandonó, fue la silenciosa respuesta. Jamás habrían venido

aquí sino hubiera sido por mí.

Como líder de Gridania, una nación a tiro de piedra del territorio Garleano,fue Kan-E-Senna la primera que contactó con sus homólogos en Ul’dah y

Limsa Lominsa, iniciando así los eventos que llevarían a la reforma de la

Alianza Eorzeana. Siendo como es alguien que busca la armonía en todas

las cosas, la Elder Seedseer nunca tuvo ninguna intención de llevar a su

pueblo a un conflicto armado. Serenidad, pureza, santidad — las virtudes

que tanto apreciaba brillaban por su ausencia en los desolados campos deCarteneau. ¿Pero qué otra opción había? La profetizada catástrofe no podía

ignorarse sin más — no si Eorzea quería tener alguna esperanza de un futuro

en paz. Si existía una mínima posibilidad de impedirlo, ¿no era su

obligación intentarlo?

Lamentablemente, la tarea le había sobrepasado. Dalamud había caído,

desatando la terrible venganza de Bahamut sobre la tierra, y ahora había

llegado la Séptima Era Umbral. A pesar de todos sus esfuerzos, el sueño de

esperanza de Eorzea había dado paso a una pesadilla muy real.

Kan-E permaneció en Carteneau durante varios días, buscando a los pocos

supervivientes que quedaban y salvando a aquellos que aún podían ser

salvados. A menudo, mientras observaba impertérrita la desolación y la

devastación, pensaba sobre las decisiones que había tomado antes de aquel


28/45

nefasto día. ¿Eran inevitables sus sufrimientos y sus sacrificios? No podía

asegurarlo.

Su incertidumbre tampoco se limitaba a lo ocurrido en el pasado. ¿No le

estaba fallando a su pueblo quedándose tanto tiempo en Carteneau? ¿Noestaba su sitio con ellos, en Gridania? Ellos también están sufriendo. En

más de una ocasión decidió volver al Twelveswood , pero volvía a

reconsiderarlo. Sus hermanos y también Seedseers, A-Ruhn y Raya-O, se

quedaron atrás para proteger el bosque, como hicieron muchos expertos y

compasivos Oyentes. Entonces confié en ellos. Debo confiar en ellos

ahora. Aquellos que se sacrificaron en el campo de batalla lo hicieron en sunombre. Hasta que no haya hecho todo lo que pueda por ellos, mi sitio está

aquí .

Continuó sin apenas parar para comer o dormir. Encontraba las fuerzas

para continuar en las caras de los hombres y mujeres que salvaba del dolor

y la muerte. El sol salía y volvía a ponerse, y un día daba paso al siguiente.

Pero cerca ya del fin de la primera semana, los grupos de búsqueda habíanempezado a regresar con las manos vacías. La moral estaba baja entre los

soldados que se habían quedado para ayudar en las tareas de búsqueda.

Habían visto los cadáveres de demasiados compañeros, y sus pensamientos

se volvieron inevitablemente hacia los familiares y amigos que esperaban

su regreso.

Ya les he pedido suficiente. Es el momento.

Llamando a sus oficiales de mayor rango a su tienda, Kan-E dio la orden

tan esperada, “Comenzad los preparativos para la retirada. Volvemos a

casa.”

Después de que sus hombres se dispersaran, la Elder Seedseer salió a la

desolada llanura una última vez. Mi trabajo aquí aún no ha terminado.

Siempre había estado ahí, en un rincón de su mente, pero hasta ahora se

había concentrado demasiado en la sanación de los heridos como para


29/45

hacerlo presente. Siguiendo el rastro de sus desgarrados recuerdos y las

corrientes de aether del aire, Kan-E-Senna barrió todo el campo de batalla.

Los minutos se hicieron horas, y su búsqueda solo encontraba devastación.

Sé que está aquí . “Arconte Louisoix—muéstrame el camino.” Las palabras aún estaban en sus labios cuando lo vio. Allí, al abrigo de un

ennegrecido risco, descansaban los quebrados restos de un bastón.

Tupsimati.

Kan-E reconoció el gran bastón nada más verlo. Incluso hecho añicos, su

poder era palpable. Pudo sentir las energías de aether que emanaba de la

misma forma que podía sentir el calor del sol.Lo que no podía decir es cómo había sabido que el bastón había

sobrevivido a la furia del legendario primal . Allí de pie, casi parecía como

si la benévola mano del Arconte la hubiera guiado. Este pensamiento le

reconfortó y se olvidó de lo que le dolían las piernas. Tu muerte no será en

vano, amigo mío. Aunque Eorzea había perdido para siempre la gran

sabiduría de Louisoix, al menos aquellos destinados a continuar con sulegado tendrían su más preciada reliquia.

Al día siguiente, Kan-E regresó a casa, para alivio de sus compatriotas.

Gridania no se había salvado de la ira de Bahamut, y el regreso de la Elder

Seedseer supuso una fuente de bienestar para todos mientras se esforzaban

por recomponer sus destrozadas vidas. Son fuertes ante tal adversidad,

pero el camino no será fácil . Mientras supervisaba la reconstrucción de su

hogar, Kan-E-Senna se reunió con dos miembros del Círculo del

Conocimiento del Maestro Louisoix que se habían quedado para prestar su

ayuda a Gridania en los momentos de necesidad. Un día, cuando el

momento parecía oportuno, se acercó a ellos.

“Yda, Papalymo. Amigos míos…”


30/45

Kan-E-Senna buscó las palabras adecuadas, pero estas no surgían.

Ofreciendo una decorada caja de palisandro con la marca del Gremio de

Carpinteros, asintió sin más.

“¿Para nosotros? Oh, Kan-E, no deberías d —.” La sonrisa de Yda se congeló al levantar la tapa.

“E-el Maestro Louisoix… Dijeron que había… Pero… pero tenía la

esperanza…”

Kan-E vio cómo las lágrimas asomaban en los ojos de la chica y,

enseguida, su hombros empezaron a temblar. Incluso Papalymo, no muy

dado a las muestras de emociones fuertes, fue incapaz de contener su dolor.Y así fue como los tres compartieron un momento de duelo por el Arconte

caído.

El Lalafell fue el primero en tranquilizarse. Aclarándose la garganta,

procedió a hablar sobre la reliquia y sus orígenes, tanto para distraer como

para instruir, como Kan-E supuso. Tupsimati, explicó, se creó a partir de piedra tallada con ancestrales conjuros y un valioso cuerno de hueso

heredado durante generaciones. Como su difunto maestro había dicho, el

bastón era la luz de guía que invocaría a los Doce para que descendieran de

los cielos portando la salvación de Eorzea.

“Has sido muy bondadosa con nosotros, Elder Seedseer ,” continuó

Papalymo. “Aunque nadie excepto el Maestro Louisoix posee el poder para

llevar a Tupsimati, me estremezco al pensar qué habría pasado si hubiera

caído en las manos equivocadas. Puedes estar segura que lo mantendremos

a salvo.”

“No… no sé cómo darte las gracias,” añadió Yda. “Si el Maestro Louisoix

estuviera aquí… Siempre sabía lo que decir…”

Papalymo continuó rápidamente, quizás notando que se avecinaban más

lágrimas, “Mi señora— ahora que estás a salvo con tu pueblo ha llegado el


31/45

momento de que partamos. Podríamos quedarnos más tiempo para ayudar

con la reconstrucción, pero tenemos que atender a otros asuntos…”

El erudito Lalafell procedió a explicar que la Senda de los Doce y el

Círculo del Conocimiento iban a unirse en una sola entidad — unaorganización que lucharía por hacer realidad el sueño por el que el Arconte

Louisoix había dado su vida: la paz de Eorzea.

El reino había perdido a su mayor héroe, y la amenaza que suponían los

primals, el Imperio Garlean y quién sabe qué más, aún pesaba sobre el

horizonte. Y aún así , pensó Kan-E mirando a los ojos de los dos

Sharlayanos, con valerosas almas como estas para defenderla, aún hayesperanza para Eorzea.

“Con independencia de los males que tengamos que afrontar en el futuro,

sabed que Gridania siempre estará con vosotros.”

* * *

Cinco años después de aquel fatídico día, las heridas dejadas por la

Catástrofe empezaron a curarse en el Twelveswood y en el reino en general.

En aquellos escasos momentos en los que tenía un descanso de sus

obligaciones, Kan-E-Senna a menudo reflexionaba sobre el camino que

había elegido. ¿Nos estás observando desde ahí arriba, Louisoix? ¿Ha

hecho Gridania — he hecho honor a tu legado?

“ Elder Seedseer —el Consejo solicita su presencia.”

Kan-E se giró sobresaltada. Delante de ella había un joven Hyuran con una

armadura de piel del blanco más puro — uno de los Guardianes de la

Serpiente Entrelazada, la guardia de honor personal de la Elder Seedseer ,

creada después de la Catástrofe.

“... Gracias. Diles que me reuniré con ellos enseguida.”


32/45

El joven soldado asintió respetuosamente. Cuando se volvió para irse, sus

ojos se encontraron, y los recuerdos — siempre a flor de piel — volvieron a

ella, con unas imágenes tan vívidas como lo fueron hace cinco años. Le

sacamos de los escombros. No era más que un niño, solo y asustado… “Espera—iré ahora. Acompáñame.”

“Como deseéis, mi señora.”. El joven hizo una pequeña reverencia mientras

se situaba a su lado.

Hay algunas heridas que el tiempo no puede curar. Incluso aquellos que

una vez se enfrentaron como enemigos en el campo de batalla, con esfuerzo

y entendimiento, puede que un día se encuentren hombro con hombrocomo acérrimos aliados.

Lanzando una silenciosa oración por el Arconte Louisoix y los amigos que

había perdido, Kan-E pensó acerca de los amigos que ahora estaban con

ella, y los compatriotas que buscaban su sabiduría y su auxilio. El

verdadero renacimiento de este reino no ha hecho más que comenzar .

Mientras la cálida luz del sol se derramaba por entre las hojas y sobre elcamino delante de ella, Kan-E-Senna avanzó con paso decidido. Los

mayores retos aún están por llegar, pero nos levantaremos para

afrontarlos — juntos, como uno solo.

4-. La Senda del Caminante

Blanco y rojo. Un aluvión de pétalos, cayendo hacia el cielo. Como la

lluvia regresando a las nubes.

Por favor, Padre, vuelve conmigo. Por favor…

Incienso y ungüento. No puedo respirar… Ella esperó el delator subir y

bajar de su pecho. Con los ojos cerrados, parecía como si estuvieradormido. Casi. No estoy preparada para decir adiós.


33/45

Abrasador. El sol del desierto quemaba su nuca mientras ella apretaba sus

puños y miraba fijamente a los embusteros.

Su padre le había advertido que Ul’dah era peligrosa— que no debían

hablar con nadie y evitar llamar la atención de forma innecesaria. Al final,sin embargo, no fue un agente imperial el que le quitó la vida, sino un

goobbue, liberado de sus mágicos grilletes durante un desfile. Un

accidente. Mi culpa.

“Lo siento mucho, Ascilia. Jamás pensé… Nunca quisimos que…”

Su culpa.

“Sé que este daño no podrá repararse, pero te juro que haré todo lo que esté

en mi mano para enmendarlo.”

Asesinado. Había sido su plan. Habrían parado al goobbue y la gente los

vería como héroes. Nadie tendría que haber muerto. Pero vosotros lo

haréis. Todos vosotros.

Pero F’lhaminn resistió sus maldiciones y la abrazó más fuerte. Incluso

aunque te duela hacerlo. Y aunque el odio que una vez llenó su corazón nodesapareció, dio paso a otra sensación — una Ascilia cariñosa que creyó

haber perdido.

Madre. No era más que una forma de seguir engañándose. Los espías

Garleanos de su padre aún perseguían a Ascilia por la traición de su padre,

pero nadie buscaría a “Minfilia”, una Ala Mhigana huérfana adoptada por

una mujer Ul’dahna buscando llenar el vacío dejado por la muerte de su

amante. Otra mentira, se dijo a sí misma. Urdida con la verdad, pero una

mentira al fin y al cabo.

Y entonces, un día, ya no estaba.

“Un regalo por el santo de mi querida Minfilia. Tardío, lo sé, pero en mi

profesión los retrasos inesperados no lo son en absoluto.”


34/45

El runrún de la conversación en el Quicksand hizo que la llegada del bardo

pasara desapercibida. Minfilia guardó rápidamente los restos de sus

recuerdos y se volvió hacia él.

Siempre de paso, Thancred llevaba años entrando y saliendo de su vida.Había cumplido diecisiete cuando se conocieron — cinco años mayor que

ella. O eso dijo él. Su comportamiento despreocupado revelaba muchos

secretos, además de su destreza con la espada. La forma en la que se había

enfrentado a la criatura que mató a su padre era prueba de ello. Por

supuesto, él prefería un método más sutil cuando las circunstancias lo

permitían.“¿Minfilia?”

Su nombre es tan suyo como mío, pensó irónicamente Minfilia. No había

hecho sino elegirlo. Mientras se sentaban juntos al fondo del bar, más

tranquilo, ella estaba sorprendida por su simpatía mutua, y sintió que el

rubor le subía por el cuello.

El paquete que recibió por su decimoctavo cumpleaños contenía una dagade mithril y una carta sellada. “De mi mentor”, explicó Thancred. “El

hombre responsable de transformar a una Lominsana rata de embarcadero

en el dechado de virtud que tienes enfrente.”

Minfilia arqueó una ceja. “¿Y puede saberse cuántas doncellas ha

desflorado dicho modelo de virtud?”

Thancred sonrió burlonamente y señaló la carta que Minfilia tenía en las

manos. A quién debo el placer , se preguntó Minfilia mientras desplegaba el

pergamino.

La letra era fluida y elegante.

“¿Te has adentrado en los recuerdos de otros, no es verdad?”

Se apartó de Thancred, con el pergamino arrugado en una mano mientras la

otra buscaba la empuñadura de la daga de mithril. “¿Qué le has contado?”

soltó ella de pronto.


35/45

En un momento de debilidad, Minfilia le había hablado a Thancred acerca

de sus visiones — fragmentos del pasado que había empezado a ver un año

antes. Nadie más sabía lo que ella había visto. O que había escuchado Su

voz. Si el bardo se había sorprendido por su reacción, no lo demostró. “Sigue

leyendo”, dijo tranquilamente. “Hasta el final. Solo te pido eso.”

“Se dice que en el apogeo de una Catástrofe Umbral, surgirán individuos

bendecidos con el poder del Echo,” proseguía la carta. “Durante la Sexta

Era Umbral, cuando las aguas se alzaron para cubrir la tierra, los doce

Arcontes que se enfrentaron a la oscuridad portaban esta bendición.” Minfilia levantó la mirada y se encontró a Thancred mirándola a ella. Él se

volvió bruscamente.

“Las historias ofrecen una imagen fantástica de estas privilegiadas almas.

Mediante incontables narraciones, las hazañas de los Arcontes se

convirtieron en un mito y sus poderes se asemejaban más a los de los

dioses que a los de los hombres. Sin embargo, hay dos cosas que ahora sécon seguridad. En primer lugar, su don, el Echo, les dio el poder de

adentrarse en los recuerdos de otros. En segundo lugar —”

Aunque Minfilia sabía cómo acabaría la frase, se quedó sin aliento cuando

leyó las siguientes palabras de Louisoix Leveilleur.

“Has sido bendecido con el mismo poder.”

Tras un momento, ella habló. “No puede decirlo en serio.”

“Sí,” respondió Thancred. Por una vez, la voz del bardo sonaba sincera. “El

Maestro Louisoix cree que estamos al borde de una Catástrofe Umbral, y

que tu don es la clave para asegurar nuestra supervivencia.”

Feliz en tu día, pensó Minfilia aturdida. Sobrecogida, escuchó cómo

Thancred revelaba que en realidad él era uno de los miembros del Círculo

del Conocimiento, una organización fundada por su mentor Sharlayano

para prevenir la llegada de la Séptima Era Umbral. Había sido enviado


36/45

junto con sus compañeros a tres enclaves importantes de Eorzea para

acelerar la misión a toda costa. Un embustero, pensó ella. Pero eso estaba

claro desde el principio.

“Tú decides cómo usar tu don.”, concluyó. “Llegado el momento no

tendrás ninguna obligación ni con nosotros ni con el reino. Pero para bien o

para mal, este es tu legado. No puedes huir de él sin huir de ti misma.”

Ella se mordió el labio. No estoy preparada para afrontar esto.

Pero lo haré.

Aunque les separaban muchísimas malms, Minfilia y Louisoix buscaronrespuestas juntos, pero dado que ella no era un erudito, Minfilia buscó el

conocimiento de otra forma.

“Hay más como yo, pero diferentes,” le escribió. “Vagamos solos a ciegas,

pero si nos juntamos y compartimos nuestras experiencias, puede que

consigamos entender el Echo —y quizás hasta controlarlo.”

“Una idea espléndida, aunque llena de peligros,” advirtió Louisoix.“Como bien sabrás, los hombres suelen temerle a los privilegiados. Sé

cautelosa, mi niña, y no permitas que se sepan tus verdaderas

intenciones.”

Minfilia no pudo evitar sonreír. Esta niña tiene más experiencia de lo que

crees.

Para los extraños, la Senda de los Doce no era más que una entre un mar de

oscuras sectas religiosas consagradas a la búsqueda del conocimiento

espiritual. Su carismática Antecedente, la Dama Minfilia, estaba al frente

de un pequeño pero devoto grupo de “caminantes”, llamados así por su

decisión de seguir la senda con ella. Una mentira urdida con la verdad.

El Círculo del Conocimiento fue de gran ayuda al principio,

particularmente a la hora de identificar a quienes habían recibido el don del


37/45

Echo. Sus filas aumentaban, y dos años después de que ella hubiera

aprendido el nombre de su don, empezó a instruir a otros en su uso.

Y así pasaron los días — algunos más rápido que otros. La orden creció, y

con ella se expandió su misión. Al igual que los riesgos. Hubo días decelebración; de pesar; de esper a; de saludos y despedidas… Y a veces todo

ello junto.

Nael van Darnus está muerto. Debería de haber acabado. Minfilia

deambulaba sola por la Sala del Primer Paso. En lo alto, la luna menor

Dalamud seguía su descenso hacia Eorzea, aparentemente indiferente alfallecimiento de la cabeza pensante del proyecto Meteor . ¿No se puede

hacer nada más?

Como respondiendo a la pregunta, se oyó como llamaban suavemente a la

puerta. El canoso Elezen que entró no era lo que se había imaginado

cuando escribía la invitación. Ahora es más viejo, pensó ella. Como lo

somos todos nosotros. “Arconte Louisoix. Es un honor conocerle al fin,” comenzó. “Aunque

ahora que lo he dicho, de alguna forma suena… mal.”

“Así es,” contestó Louisoix. Mientras sostenía su mirada, una pausada

sonrisa se extendió por el ajado rostro del Arconte, y ambos aguantaron la

risa para después soltar una carcajada.

Hablaron de tiempos mejores y de compañeros a los que querían, de

emocionantes descubrimientos y logros compartidos. Fue algo natural. Sin

forzarlo. Es como si nos conociéramos desde siempre. Como si fuéramos

familia.

Poco a poco la conversación fue decayendo. No podían posponer el asunto

para el que estaban allí, porque había llegado el momento decisivo. “¿Y…

ahora qué?” comenzó Minfilia.


38/45

Louisoix sacudió su cabeza. “Ahora debemos separarnos. Adonde yo voy

tú no puedes seguirme.”

El plan del Arconte era invocar a los Doce utilizando artes prohibidas que

sólo él conocía. Estaba seguro que podría impedir la caída de la luna menorcon su fuerza conjunta. Tal poder, sin embargo, suponía una amenaza en sí

mismo. Si las deidades protectoras de Eorzea asumían una forma física,

parecía más que probable que tuvieran los mismos apetitos que los dioses

de los beastmen. Si eso fuese así, su mera presencia drenaría la vida de la

tierra. Y es por ello que Louisoix solo invocaría una mínima parte del

poder de los Doce — lo suficiente para frenar el descenso de Dalamud ynada más.

“No parece nada fácil. ¿Estás seguro que puedes hacerlo?”

La voz de Louisoix sonaba distante. “Quizás no. Pero no podemos

arriesgarnos a que los Doce pisen suelo Eorzeano.” Y entonces hizo una

reverencia y le contó el resto.

No. Minfilia tembló, sintiendo frío y debilidad de repente. Tenía que lucharcontra el deseo de frotarse los brazos. “¿Realmente no hay otra forma?”

“Ninguna la mitad de fiable.” Puso una mano en su hombro. “Si no regreso,

los otros te buscarán. Debes de estar preparada para guiarlos.”

Pero no estoy preparada. Se volvió, cerrando los ojos en un intento de

contener las lágrimas. “¿Saben ellos lo que intentas?”

“Saben lo suficiente.” Avanzó. “Nos esperan días oscuros. Pero sabemos

que donde hay oscuridad, siempre habrá luz.” Su voz era suave y

reconfortante. La voz de un padre. “Minfilia, conocerás la verdad cuando

tengas enfrente a alguien que porte la luz. Alguien que tenga el don, como

tú. Juntos recibiréis al amanecer.”

Minfilia se volvió para mirar a Louisoix una vez más. En el claro azul de

sus ojos había un brillo de frío acero. Sostuvo su mirada hasta que no pudo

soportarla más.


39/45

Por favor, regresa con nosotros. Por favor…

Después de la Catástrofe, Minfilia y Thancred llamaron a los miembros quequedaban de la Senda de los Doce y el Círculo del Conocimiento para una

reunión conjunta. Mientras Minfilia compartía la voluntad del difunto

Louisoix Leveilleur, todos los presentes escuchaban con silenciosa

solemnidad, y cuando preguntó si había objeciones ante la unión de ambas

organizaciones, nadie se opuso.

“A partir de ahora seremos conocidos como los Vástagos del Séptimo

Amanecer,” dijo ella, y todos estuvieron de acuerdo en que era un nombre

muy apropiado.

En momentos difíciles, a menudo miraba los fragmentos de Tupsimati,

expuestos en la pared de sus aposentos del nuevo Waking Sands. Qué fue lo

que te dio la fuerza, se preguntaba. ¿Qué te guió a través de la oscuridad?

Durante cinco años cumplió religiosamente con su voluntad — cinco añosdurante los que mantuvo su fe y creyó en sus palabras.

Cinco años dedicados a trabajar, observar, esperar. Pero no en vano.

Porque cuando el aventurero entró en la sala para saludar a los Vástagos,

entonces lo supo.

Estoy preparada.

5-. Tras la estela de Louisoix:

La nave se alejó planeando del puerto, tomando poco a poco velocidad

mientras sus velas atrapaban la vigorosa brisa costera. Junto a su padre, de

pie en lo alto del muelle de atraque, Alphinaud y Alisaie observaron la

partida de la embarcación — como si Louisoix Leveilleur, su querido

abuelo, fuese arrastrado por el mar.


40/45

“Se ha ido.”. La voz de Alphinaud era apenas un susurro mientras miraba

fijamente a la menguante figura de la nave. Alisaie miró a su hermano con

los ojos enrojecidos, pero no dijo nada.

Los gemelos habían recibido la noticia del próximo viaje de su abuelo demodo muy diferente. Mientras que uno aceptó su decisión con sereno

pragmatismo, la otra protestó y lloró. Aún así, viéndolos a los dos en el

muelle con sus bracitos sosteniendo voluminosos grimorios como si sus

jóvenes vidas dependieran de ello, uno tendría que esforzarse para

distinguirlos.

No eran tan diferentes como querían creer.“Aunque no hubierais sido admitidos en el Studium — y me sentí

sumamente orgulloso cuando lo hicísteis — estos regalos siempre han sido

vuestros. Tomad — uno para cada uno. Cuando se leen juntos, estos dos

grimorios forman un único tomo. Siempre que os ayudéis mutuamente en

vuestros estudios, no dudo que pronto entenderéis las lecciones que hay

inscritas en ellos.”. Los tomos que Louisoix le dió a sus nietos pocas horasantes de partir eran realmente curiosos. Fabricados de tal forma que los

contenidos de uno no podían descifrarse sin el otro, daban pistas sobre el

travieso humor que danzaba tras el a menudo solemne semblante de los

extraordinarios eruditos y sabios de Sharlayan.

“Gracias, abuelo.”. Alphinaud aceptó su grimorio con dignidad y un

practicado garbo. Alisaie, sin embargo, recibió su regalo distraídamente, y

reanudó rápidamente sus intentos para apartar a Louisoix de su rumbo.

“¿Tienes que irte, abuelo? ¿No hay nada que pueda decir para que te

quedes?”

“Por favor, mi niña. Hemos hablado de esto.”.

Hacía casi un mes desde que los gemelos sabían que el Arconte Louisoix

saldría desde Sharlayan hacia las costas de Eorzea. Su objetivo, como él les


41/45

había explicado pacientemente, era ayudar al lejano reino a prepararse para

la desastrosa llegada de la Séptima Era Umbral.

Siendo consciente de la firmeza de la decisión de su abuelo, Alphinaud

había decidido tragarse su tristeza y no protestar. No así su hermana, ymucho menos su padre, Fourchenault. Alisaie se quejaba del viaje

meramente por su permanente apego a Louisoix y la insoportable idea de

su ausencia; las atronadoras objeciones de Fourchenault eran más de

carácter político. El hijo mayor de Louisoix era un influyente miembro del

Forum, la persona encargada de definir la política sharlayana, y como

muchos de sus colegas se oponía incondicionalmente a la intervenciónmilitar. La labor de sus compatriotas, pensaba, era registrar los asuntos

internacionales, no interferir en ellos.

Cuando los blindados lobos del Imperio Garleano cayeron sobre Ala

Mhigo, fueron Fourchenault y sus compañeros quienes intentaron pactar

una tregua. Sin embargo, como amarga consecuencia de las fallidas

negociaciones, no vieron otra opción que abandonar la colonia que habíanlevantado dentro de las fronteras del reino en peligro de guerra. Tras cinco

años de una elaborada y concienzuda preparación, el plan para evacuar

hacia el archipiélago septentrional de su tierra natal a toda la población del

asentamiento se puso en marcha.

En el año 1562 de la Sexta Era Astral, la ciudad de Sharlayan — un afamado

centro de enseñanza, situado en las vegas Dravanianas — pasó a ser en una

sola noche una franja deshabitada. Los gemelos sabían que habían formado

parte del éxodo, pero no podían acordarse del crucial acontecimiento

porque por entonces no habían cumplido ni un verano.

“Padre, la guerra es el recurso preferido de los salvajes y los ignorantes”,

empezó a decir Fourchenault, tratando de lanzar su propio ataque

apoyándose en la súplica de su hija. “Los sabios reniegan de ella. Como

Sharlayanos, nuestro cometido es observar — trazar el curso de la historia,


42/45

no cambiarlo. La civilización no progresará por mezquinas disputas, sino

por la transmisión de generación a generación del conocimiento

documentado.”

“No voy a cambiar de idea, Fourchenault,” respondió Louisoix

cansadamente. Habían tenido esta conversación, casi palabra por palabra,

quizás una docena de veces en otros tantos días. “Ignorar la situación de

aquellos que uno quizás pueda salvar no es sabiduría — es indolencia. Y me

temo que una postura tan pasiva nos aleja de la senda del progreso. Que

quieras evitarle a estos pequeños los horrores de la guerra es una decisión

con la que estoy totalmente de acuerdo. Por eso me abstengo de incitarte nia ti ni a nadie para que vuelva conmigo a Eorzea. Todos debemos proteger

lo que más apreciamos como consideremos oportuno.” Y así acabó la

conversación como siempre lo había hecho, sin que ninguno estuviera

dispuesto a desviarse del guión de su tan ensayado papel.

Hay que decir que Alphinaud y Alisaie eran unos niños con una

inteligencia excepcional. Estaban tan avanzados en sus estudios de teoríaetérea y otras materias esotéricas similares que ambos habían sido

aceptados en el Studium a la tierna edad de once años.

Es por ello que el inteligente Alphinaud, aunque podía entender la lógica de

los argumentos de su padre, también podía ver que la causa de su abuelo

era justa. Que el chico permaneciera entonces en silencio no era por simple

estoicismo, sino por una fuerte percepción de su propia incapacidad — la

comprensión de que sus aún toscas habilidades supondrían más un

obstáculo que una ayuda para el cometido de Louisoix.

Sin ser menos inteligente, Alisaie despreció la remilgada madurez de su

hermano, y dio rienda suelta a su disgusto, maldiciendo todo el tiempo en

su interior a Alphinaud por su silenciosa aceptación de la decisión de su

abuelo. ¿Como puede estar ahí sin decir nada?

Entre los hermanos había surgido una pequeña pero notable brecha.


43/45

El aciago día llegó mucho después de que Louisoix hubiera subido a la

embarcación y se hubiera desvanecido en el horizonte. Alphinaud y Alisaie

se habían juntado con sus profesores y un tropel de compañeros en elobservatorio del Studium. Los sabios y aspirantes a letrados congregados se

apiñaron alrededor de la base del gigantesco telescopio, turnándose entre

ellos para observar el amenazador espectáculo de la luna roja, Dalamud.

“¡Dalamud ha saltado en pedazos!” gritó Alisaie, apretando tanto su cara

contra la lente del telescopio que este se hundió en su mejilla. La imagen

que generaban todas las lentes de aumento del telescopio estaba borrosa ydistorsionada, pero la suerte del satélite no dejaba lugar a dudas — podía ver

su silueta carmesí desintegrándose en el cielo sobre Carteneau.

“¿¡Destrozado!? ¿¡Pero… antes de caer al suelo!?”

“¿¡Cómo es posible!?”

Tanto de los profesores como de los pupilos estallaron frenéticos

murmullos y precipitadas teorías.“¡Lo ha conseguido! ¡El abuelo ha salvado Eorzea!”. Alisaie se volvió para

encontrarse con la cara de su hermano, cuyos ojos brillaban con lágrimas

de alegría y alivio. Desde hace algún tiempo, el Arconte Urianger había

tenido la amabilidad de entregarles breves informes acerca de los logros de

Louisoix en aquellas lejanas tierras sumidas en el caos. Fue él quien les

había hablado de la presencia de su abuelo en Carteneau Flats y de la

batalla que aún hacía estragos bajo aquel sangriento cielo.

Empujando con el hombro a su hermana, que sonreía frenéticamente,

Alphinaud entornó la vista al mirar a través de la lente. Aunque el aire era

denso y se veían oleadas de nubes de humo y ceniza, no tuvo otra opción

que estar de acuerdo con el análisis de Alisaie — Dalamud ya no existía.

Pero hay algo extraño… Alphinaud siguió escudriñando el lejano paisaje.

El sangriento fulgor de la luna roja había sido sustituido por una lluvia


44/45

incandescente igualmente inquietante, como si los propios cielos estuvieran

llorando lágrimas de luz. Terriblemente extraño…

La espectacular desaparición de Dalamud dio lugar a un raudal de energíaetérea que inutilizó las linkshells por muchos días. Durante este tiempo, los

hermanos Leveilleur se quedaron preocupados por los prodigios que habían

visto a lo lejos. Entonces, después de semanas sin saber absolutamente

nada, llegó una carta de Urianger.

La elegante escritura del Arconte describía horrores que los gemelos

apenas podían imaginar. Del resquebrajado caparazón de la luna roja habíasurgido un primal dragón de proporciones descomunales — un ser cuyas

enfurecidas llamas habían asolado la tierra en varios malms a la redonda.

Impávido, Louisoix había seguido con su plan de invocar el poder de los

Doce, y así fue como, según parecía, se había expulsado a la abominación.

Eorzea estaba a salvo.

Sin embargo, cuando los hermanos llegaron al final del asombroso relatode Urianger, la pálida llama de esperanza que ambos habían albergado se

extinguió definitivamente.

En los devastados campos de Carteneau, mi querido mentor — vuestro

amado abuelo — se hizo de luz y emprendió su último viaje.

Los hombros de Alphinaud temblaron con serena tristeza, mientras que

Alisaie lloró amargamente sin preocuparse de quien pudiera oír su dolor.

Cinco años después, de nuevo una nave se alejó planeando del puerto.

Alphinaud y Alisaie permanecían de pie en la balanceante cubierta,

observando la cada vez más pequeña figura de su padre, solo en el muelle.

Recién licenciados en el Studium, los gemelos tenían ahora dieciséis

años — lo suficiente para que se les considerase mayores de edad en la

sociedad Sharlayana. Y por ello, aunque se opuso al planificado viaje de

sus hijos, Fourchenault no intentó impedírselo.


45/45

“Ahora nos toca a nosotros.” murmuró Alphinaud, recordando el día de la

partida de su abuelo.

“Seguiremos la estela del abuelo.” respondió Alisaie inclinando la cabeza.

Mirándola, Alphinaud se sorprendió de lo que diferían sus creencias. Sinembargo, mientras se agarraban a la barandilla, con idénticos grimorios

colgando ahora de sus cinturones, uno apenas podía distinguirlos.

No, no eran tan diferentes como querían creer.

Documents

Cronología y Cuentos de Eorzea