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Cátedra: Producción de Pequeños rumiantes y cerdos.
Tema: Sistemas de producción de fibras caprinas
Alumnos:
Acevedo Miño, Joaquín
Dellamea, Vanina
Ibarra, Marcos Alejandro
Tutor: Cappello Villada, Juan Sebastián
Año: 2017
1
INDICE
INTRODUCIÓN ........................................................................................... 2
SISTEMA DE PRODUCCIÓN CAPRINA .................................................. 3
PRODUCCIÓN DE FIBRA....................................................................... 4
MOHAIR .................................................................................................... 6
Producto .................................................................................................. 6
Base animal ............................................................................................. 7
Esquila ..................................................................................................... 8
CASHMERE .............................................................................................. 9
Producto .................................................................................................. 9
Base animal ........................................................................................... 10
Esquila ................................................................................................... 10
El chivito criollo del norte neuquino .................................................... 12
CONCLUSION ........................................................................................... 14
BIBLIOGRAFIA ......................................................................................... 15
2
INTRODUCIÓN
La producción de cabras tradicionalmente estuvo ligada a pequeños productores y
economías de subsistencia, orientados especialmente a la producción de carne. Esto se
viene revirtiendo gracias a la promoción, aporte de tecnología y al apoyo público - privado
para incorporar las producciones tanto de leche, de fibra, de cuero y materia fecal en el
mercado. Esto contribuye al desarrollo económico y social de zonas marginadas donde se
amplió y mejoró la oferta caprina y se trabaja para incrementar la eficacia productiva en
un marco de equidad y sustentabilidad.
Así, los hatos de cabras son una excelente alternativa de diversificación productiva
para los pequeños productores de la región. Esta estrategia juega un rol fundamental para
la retención de productores en el campo. Las explotaciones que crían cabras como
complemento de la actividad ovina o bovina han probado que son capaces de retener más
del doble de personas en el sistema de producción que los que solo crían ovejas o bovinos,
siendo capaces de emplear hasta un 80% más de mano de obra (De Gea, 2005).
3
SISTEMA DE PRODUCCIÓN CAPRINA
Dependiendo de dónde y cómo se desarrolle este sistema de producción caprina lo
podemos clasificar en:
a) Sistemas intensivos. Emplean mucho capital y poco terreno, con una administración
eficiente y alta tecnificación.
Es común que estén bien integrados en la transformación de sus productos, teniendo
generalmente tamaños de rebaños que exceden el mínimo para mantener los gastos
familiares básicos. Se ubican en regiones cercanas tanto a sus fuentes de insumos como
a sus mercados. Aunque constituyen una minoría de la caprinocultura, hay ejemplos en
el norte y centro del país.
b) Sistemas semi-intensivo. Se localizan en regiones con mayor productividad, en donde
se combina el pastoreo y ramoneo en parte del año, con el aprovechamiento de residuos
de cosecha y de la vegetación de áreas marginales.
Es frecuente que los recursos económicos que generan estos sistemas permitan que
se tecnifiquen e integren en forma apreciable, lo cual aunado a la calidad de la nutrición
permite una productividad por animal más elevada que los sistemas extensivos, y
programar la actividad reproductiva a través del año, sin aumentar mucho los costos de
producción. La caprinocultura de gran parte de la región templada del país es de este tipo.
c) Sistema extensivo. Se encuentran en los terrenos menos productivos, no aptos para
actividades agrícolas ni forestales y generalmente no disponen de otras fuentes de
alimentación por lo que emplean grandes extensiones de terreno. La tecnificación es
escasa o nula y es común encontrar sobrepastoreo, esto último ha ocasionado una gran
erosión del suelo y degradación de la vegetación. La escasez de alimentación induce otras
características del sistema como son: estacionalidad en la época de empadre, venta de los
cabritos al destete, nula o muy baja disponibilidad de leche para la venta, y escasa
reposición de vientres, manteniendo el plantel con animales viejos para mantener el
número de la majada general, siendo éstos animales improductivos de baja condición
corporal, baja eficiencia de conversión y baja fertilidad, haciendo disminuir la
productividad general.
4
Estos sistemas componen la mayor parte del inventario y la producción nacional. Los
sistemas orientados a producir carne en las zonas áridas, semiáridas y el trópico seco son
principalmente de este tipo.
En un sistema de producción caprina, la categoría de cabras en gestación nos
proveerá, luego de la parición los cabritos (hembras y machos) que ingresan al sistema,
estas cabras se convierten en cabras lactantes al amamantar a sus crías. Con los cabritos
al pie, estas madres vuelven a ser servidas por los chivatos, los cuales deben permanecer
separados de las hembras el resto del tiempo. En el momento del destete se realiza una
primera selección de cabrillas de reposición, enviándose a destino final de faena a las no
aptas y a todos los machitos, los cuales pueden ser sacrificados en ese momento o
castrados y recriados para su posterior venta o consumo como capones. Hacia el tercio
final de la gestación se realiza una selección de cabras vacías con algún problema, por lo
que ya no son aptas como madres y que son enviadas a faena. Las cabras preñadas inician
un nuevo ciclo.
PRODUCCIÓN DE FIBRA Los establecimientos productores de fibras se localizan principalmente en el norte
de la Patagonia, sur de Mendoza y oeste de La Pampa. Se estima que 6000 pequeños
productores crían en esta área más de un millón de cabras productoras de fibra.
La producción de fibras caprinas en Argentina se localiza en las provincias de
Neuquén, Río Negro y Chubut y parcialmente Mendoza y La Pampa. Los sistemas de
producción relacionados con la producción de fibras se caracterizan por ser extensivos y
tradicionales, con baja incorporación de insumos externos. Los productores caprineros
son exclusivamente minifundistas que se desarrollan dentro de una economía de
subsistencia. Los tipos sociales asociados a esta producción son en algunos casos
trashumantes como en el centro y norte de Neuquén, sur de Mendoza, práctica asociada
a la tradición ganadera de los pueblos originarios de la zona y que marca la dinámica
social y cultural de la región (Lanari et al., 2005).
El sistema de producción de fibra caprina requiere de ciertas prácticas para hacer
frente a las difíciles condiciones agroecológicas, así encontramos:
La Transhumancia, la ganadería caprina trashumante se basa en la búsqueda de
una segunda primavera, la de la alta cordillera. Las altas meseras argentinas, entre 3.000
y 4.000 m de altura, están compuestas por rocas sedimentarias microporosas que
5
almacenan el agua del derretimiento de las nieves en la primavera y la liberan en verano,
permitiendo el desarrollo de una vegetación de pradera inundada, típica de estas regiones,
llamada vega. Durante la primavera, se dan los arreos hacia las cumbres que se hacen
entre noviembre y diciembre, cuando las crías pueden trasladarse por sus propios medios
(duración del arreo 1 a 30 días). El traslado se hace normalmente a caballo. Los arrieros
llevan perros y mulas para transportar sus pertenencias. En verano durante la veraneada
se realiza el engorde de los animales aprovechando las pasturas que aparecen tras el
deshielo. Los campos están ubicados a partir de 1500 msmn, alejados de los
asentamientos urbanos y por lo general, son de acceso limitado. En otoño, el regreso de
la montaña se realiza entre los meses de marzo y mayo en función de las condiciones
climáticas y la ubicación y distancia de los campos. Llegando el invierno, la invernada se
da entre 700 y 1500 msnm, donde las temperaturas no son tan extremas. En este periodo
sucede la gestación que dura 5 meses.
El servicio que se realiza a campo durante la invernada, cuando el hato regresa de
las montañas. La fecha de inicio se define en función de la altura en que se encuentran
los campos y su ubicación geográfica.
Hoy la mayoría de los trashumantes ya no son pastores sino propietarios de sus
rebaños, cada uno de ellos ocupa un sector particular de las altas mesetas argentinas,
llamado postura, delimitado por las líneas de cresta y la presencia de vegas. Las posturas
son asignadas a los ganaderos por los administradores de cada propiedad en función de la
calidad de los recursos forrajeros y del número de animales declarados. Pareciera que esta
gestión es reciente según los testimonios recogidos y podría traducirse como una
necesidad de rendir beneficio a tierras hasta ahora olvidadas.
Otra de las prácticas necesarias son las castronerías, que son un rasgo distintivo y
particular que ha surgido como la respuesta socialmente construida frente a la necesidad
de estacionar el servicio. En la comunidad un criancero, llamado castronero, se dedica al
cuidado de los machos de productores vecinos fuera de la época de servicio. La
retribución o pago por este servicio es una cabrilla por macho o su valor en dinero. La
introducción de los machos en el hato de cabras al retorno de veranada, induce la
sincronización de celos debido al denominado “efecto macho” (Lanari et al., 2003). Los
castrones se mantienen separados del hato entre los meses de noviembre a mayo. La
sanidad de los animales está a cargo de agentes sanitarios de la región y se desparasitan
especialmente contra fasciola hepática, llamada localmente “Saguaype”. Por otra parte se
revisan los reproductores de cualquier anomalía o defecto en el aparato reproductor. El
6
intercambio de machos es una práctica que se realiza entre vecinos para hacer una
rotación de castrones y evitar la consanguinidad dentro del hato. Otro momento de
intercambio menos frecuente es en la entrega de los animales al final del periodo de
verano. La proporción de machos en el hato es de 2%, dependiendo del estado general
del reproductor al momento de ingresar al servicio. La cantidad de castrones en la
provincia de Neuquén es de aproximadamente 11700 (INDEC, 2002).
MOHAIR (Trezeguet, 2010)
Producto
La fibra producida en la argentina no se considera pelo mohair, siendo clasificada
como “pelo cruza”, por la cantidad de fibra medulada que se encuentra en el vellón. La
industria textil tiene inconvenientes en procesar el producto, ya que esta fibra no toma el
teñido, las prendas confeccionadas producen picazón en personas de piel sensible y
además, a mayor porcentaje de fibra medulada disminuye su precio en el mercado.
La fibra mohair se caracteriza por tener alta resistencia a la tensión y es más lustrosa
que la lana. Las fibras son de color blanco claro o transparente, se tiñen bien y tienen de
16 a 18 cm. de longitud.
La producción de moahir aumenta con la edad del animal, hasta los 30 meses (4
dientes), a partir de allí comienza a declinar, y a los 5 años produce lo mismo que los
animales que tienen pocos meses de vida. El mejor vellón se produce entre año y medio
y tres años de vida del animal
Con respecto al diámetro de la fibra y la edad, el primero aumenta en forma
constante durante la vida del caprino de Angora. Cuando nace el cabrito la fibra tiene un
diámetro promedio de 33 a 36 micras y a medida que muda el pelo llega a 25 micrones a
los 9 meses, para volver a aumentar su diámetro hasta las 35 micras a los dos años. El
vellón incrementa su aspereza a partir de los cuatro años.
La cobertura de la cabra angora tiene dos tipos de fibra, a) largas y gruesa
comúnmente denominada pelo, b) cortas y finas que llamamos lana (fibra sin medula).
La relación S/P (folículos secundarios/folículos primarios) es de 7/3 al nacimiento
y pueden llegar a los 25/3 a los 7 meses de edad. La selección orientada a aumentar la
relación S/P tendera a bajar el diámetro de las fibras, al darle más uniformidad al vellón,
disminuirá el porcentaje de fibras meduladas y el kemp (pelo corto, lacio y ordinario)
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El vellón debe ser cerrado, esto hace que la fibra se conserve limpia, sin mucho
vegetal ni tierra, además demuestra un aumento del número de fibras por centímetro
cuadrado y por consiguiente en el peso del vellón.
El pelo de los animales adultos de invierno es unas dos micras más delgadas que el
de los animales adultos de verano, es más uniforme en grosor y en longitud de la fibra,
debido a que el frio estimula el crecimiento del pelo. También influye la zona anatómica
donde se encuentra implantado el vellón, las regiones superiores del tronco del animal
producen pelo de mejor calidad, en cambio la de la cabeza, vientre y extremidades es más
corto.
Las características indicadores de densidad del vellón son:
Buena longitud del mohair inmediatamente por detrás de los cuernos
Cuello bien cubierto hasta el nacimiento de la mandíbula
Piernas y corvejones bien cubiertos
Costillas bien cubiertas.
Se calcula que hay 6000 a 8000 fibras por centímetro cuadrado en cabras
productoras de pelo fino con grasa suficiente para proteger la fibra contra agentes
atmosféricos y estar libres de kemp. Se da el nombre de kemp. Las cabras pedigrí tienen
un porcentaje de kemp menor al 1%, y las cruzas llegan al 10%.
El pelo más fino presenta un mayor número de ondulaciones, de 15 a 18, longitud
y finura medianas de 8 a 10 y las gruesas y largas de 1 a media ondulación cada 2,5cm de
largo.
Base animal
La fibra de mohair se obtiene de la raza Angora, el cuerpo se encuentra cubierto de
un pelo blanco, fino, suave, sedoso y muy lustroso que se curva en bucles de 200 a 250
mm de largo, con un mínimo de grasa, requisito para el crecimiento de pelo de la más
alta calidad.
Su tamaño es pequeño, la altura a la cruz en las hembras es de 50-60 cm y en los
machos 60-70 cm. El peso de la hembra adulta es 32 a 50 kg y los machos pueden llegar
a 70 kg. El cabrito al nacer puede pesar entre 1,5 a 2,7 kg y a los 12 meses de 18 a 27 kg.
El color de la piel es rosado pero el pelo debe ser blanco, pudiendo presentar una tonalidad
amarillenta plateada.
Una buena cubierta consiste en fibras con uniformidad de finura, sedosa y brillante
de 20 a 30 cm de extensión, cubriendo todo el cuerpo del animal y cayendo en mechas
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largas y onduladas hasta abajo de las rodillas y corvejones. Con copete sobre la frente y
solamente la cara, el hocico, las orejas y las extremidades de los miembros se encuentran
descubiertas. Una cobertura de pelos toscos y ásperos en la cabeza, orejas y cola son un
signo claro de exceso de kemp en el vellón. Por el contrario, un suave fleco y cubriendo
por completo alrededor de las orejas y atrás de los cuernos y una suave cubierta sobre la
cara y las orejas indican que el animal se encuentra libre de kemp.
Esquila
En cuanto a la esquila si se realiza a principios de septiembre y hace frió aun, puede
haber mortandad de animales, y si se hace posterior a esa fecha, se pierde pelo, por la
muda natural que realizan las cabras de Angora.
Lo habitual es que se realice en el mes de octubre en los animales dientes de leche
a dos dientes, en los capones, en las hembras vacías o en las que han perdido sus crías.
En el centro de Rió Negro y Neuquén en el manejo tradicional realiza una esquila
parcial en el mes de marzo, denominado “recorte” o “poncho”, que consiste en esquilar
el animal desde la mitad del costillar hacia abajo, esto se realiza para que las cabras no
tengan pelos largos en el vientre, porque quedarían atrapadas por la nieve, al formarse
conglomerados de pelo con nieve, y morirían.
Realizándose una esquila total en el mes de marzo, en la esquila de primavera el
vellón es más parejo, en cuanto al largo, factor importante para la industria durante el
hilado.
La esquila de primavera es conveniente realizarla en la primera quincena de
septiembre antes de que comiencen los partos y las mudas. También es conveniente
realizar dos esquilas completas, una en el mes de marzo y otra en la primera quincena de
septiembre. La doble esquila anual aumenta la producción de pelo en más de 300 gramos
por cabeza con respecto a la esquila única.
Tanto en la esquila manual como a máquina se debe sacar el vellón en forma
uniforme sin dejar partes más largas o cortas con respecto a la piel y se debe tener cuidado
de no realizar cortes sobre la piel.
Algunos esquilan primero el pecho y vientre del animal, separando ese pelo del
resto del vellón terminando luego de esquilar la cabra (lomo, espalda, costillar), otros
esquilan el animal en su totalidad conformando una sola unidad de vellón. La esquila
siempre es conveniente realizarla sobre piso limpio, si es de madera, mejor.
9
Extraído el vellón, se lo coloca en la mesa de envellonar para su clasificación. En
esta mesa se separan los vellones de 12 meses de crecimiento, los de menos de 8 cm (muy
cortas), los que poseen colores, vegetales, etc.
Las cabras media sangre Angora producen 400 a 600 g, la 7/8 sangre Angora de
800 a 1.300 g y las puras 2 a 3 kg.
En Argentina la esquila se realiza en forma manual, con tijeras y se utilizan lienzos
de 80 a 100 kg para guardar el pelo.
CASHMERE (Lanari & Pérez Centeno, 2009).
Producto
La producción mundial de fibra de aproximadamente 11 a 14 mil toneladas, es
liderada por China y Mongolia, quienes producen el 85% del total en sistemas extensivos,
frecuentemente nómadas o trashumantes. Otros países asiáticos así como Nueva Zelanda,
Australia y Reino Unido completan la oferta que se presenta insuficiente ante la demanda
mundial de esta fibra. Los países productores no tradicionales, han impulsado la
producción sobre la base de poblaciones asilvestradas que presentaban doble capa de
vellón con características de finura comercialmente aceptable. La finura de la fibra
comercializada como cashmere varía ente 13,5 µ y 19 µ. Entre los más finos y de mayor
valor se encuentran los procedentes de China y Mongolia, entre 13 y 16 µ, ubicándose en
el otro extremo los provenientes de Asia Central con finuras entre 16 y 19 µ.
La producción de cashmere en nuestro país se encuentra en sus primeras etapas de
desarrollo, dentro del proceso de caracterización y definición de la raza Criolla Neuquina
iniciado en 1997 y orientado a la valoración de los productos del sistema como estrategia
para su desarrollo sostenible. A partir del año 2004 se inicia la difusión de la producción
dentro del sistema real con la introducción de los peines para colecta de la fibra y diversos
trabajos de experimentación e investigación.
Los colores naturales de esta fibra son variados. Se debe considerar que las
poblaciones y razas caprinas, potenciales productoras de cashmere son principalmente
utilizadas como productoras de carne, y es en función de este producto que han sido
tradicionalmente seleccionadas. La variabilidad existente en estas poblaciones en relación
con características de fibra como finura, largo de mecha, cantidad, colores y patrones de
crecimiento, es un elemento favorable para futuros trabajos de selección.
10
Actualmente se observa un crecimiento en el número de productores interesados en
incorporar esta producción como un complemento de la producción de chivitos. La
cadena de valor del cashmere se encuentra en desarrollo, superando paso a paso los puntos
críticos del mismo. Desde la producción primaria, la cosecha de la fibra su
comercialización y usos sean industriales o artesanales. Las proyecciones sugieren un
potencial de producción en el mediano plazo de 5 tn de cashmere de buena calidad, que
representarán un aporte genuino a los sistemas productivos regionales. No obstante surge
como un desafío desarrollar la cadena de valor de modo de lograr una justa distribución
de la renta.
Base animal
La cabra de cachemira es un animal no muy grande, pero fuerte. Normalmente su
color es blanco aunque a menudo también se encuentran cabras de color rojo pardusco,
beige, gris e incluso negro. Tiene también cuernos de color marrón y de forma curvada.
Con temperaturas que bajan a menos de 40 grados bajo cero, las cabras de cachemira
desarrollan una fina y suave capa interior que se caracteriza por su calor y ligereza y que
permite a las cabras soportar los fríos.
Su existencia fue inicialmente documentada en nuestro país para el norte de
Neuquén en la Cabra Criolla Neuquina. Bedotti (2001) describe la presencia de vellones
de doble capa en la Cabra Colorada Pampeana y sugiere que estos animales productores
de fibra se originan a partir de la introducción al país de cabras de origen asiático en el
siglo XIX. La presencia de marcadores genéticos de este origen en la raza Criolla
Neuquina es demostrada por Lanari (2013).
Esquila
El Peine para esquila de cachemir permite la recolección de la fibra sin eliminar la
cubierta de chilla del animal. La esquila coincide con las pariciones (finales de invierno),
por lo que esta técnica disminuye los riesgos que implica la esquila tradicional debida a
factores climáticos (Lanari & Pérez Centeno, 2009).
Este peine permite la recolección de la fibra sin eliminar la cubierta de chilla del
animal, con lo que se evitan los riesgos que implica la esquila tradicional debidos a
factores climáticos, ya que su recolección debe realizarse desde finales del invierno en
forma simultánea con la parición. El peine tiene de 10 a 15 dientes acerados de 3 mm de
diámetro y 20 cm de longitud, insertos en una base con empuñadura. Los dientes son
curvos y flexibles, con el extremo aguzado. El peine se pasa en forma regular a lo largo
11
del animal, comenzando desde la región dorsal, en forma descendente sobre los flancos y
los cuartos traseros. Previo al pasado del peine es necesario efectuar una limpieza de
cachemira remanente de la temporada anterior, así como de restos vegetales que pudieran
encontrarse enredados en la fibra (Lanari & Pérez Centeno, 2009).
Actualmente estos peines son utilizados por más de 50 pequeños productores del
norte de la provincia de Neuquén, cuyos sistemas de producción son ganaderos extensivos
basados, fundamentalmente, en la crianza de caprinos. La particularidad de esta crianza
está dada por la trashumancia entre campos de invernada y veranada, en las áreas
agroecológicas homogéneas de sierras y mesetas, monte y cordillera norte. Para realizar
el “peinado” de los animales es necesario disponer de un espacio reparado, como puede
ser una esquina de un corral, o bien un cobertizo o un galpón, que cuente con un piso
limpio (lona, nylon o alisado) para impedir que la fibra se ensucie. El reparo puede
fabricarse fácilmente añadiendo una malla media sombra a una estructura existente. El
tiempo de colecta de cachemira dependerá del tipo de pelaje del animal criollo. En los
tipos chilludos puede demorarse entre 15 y 30 minutos por animal, mientras que en los
biotipos “pelados” se necesitan alrededor de 15 minutos para realizar el peinado (Lanari
& Pérez Centeno, 2009).
Esta tecnología, incorporada en el curso de los últimos dos años a la región,
posibilita la recolección de la fibra sin poner en riesgo la producción de chivitos ni la
supervivencia de la chiva. Además, permite un aprovechamiento de la fibra que antes no
se realizaba puesto que era desconocida en cuanto a sus características y valor de
mercado. Si se compara con la esquila, como tecnología tradicional, el peinado es una
tecnología económica y de simple ejecución. La tarea es más simple que la labor de
esquila, ya que puede efectuarse sentado al lado del animal, sin necesidad de que sea
maneado. Sólo es necesario sujetarlo desde sus cuernos (Lanari & Pérez Centeno, 2009).
Con la utilización de este peine se espera lograr el aprovechamiento de la fibra
existente en el norte de la provincia de Neuquén, que es del orden de los 20.000 a 30.000
kilos y que, en la actualidad, se vuelan luego de la muda primaveral. La incorporación de
esta tecnología permitiría incrementar tanto los ingresos de la familia rural como los
niveles de ocupación. El aprovechamiento de dicha fibra, valuada en el mercado en U$S
30, permitiría aumentar en un 30-40% el ingreso actual de los sistemas productivos e
incorporar trabajo a éstos sin modificarlos. La tecnología no produce efectos sobre el
ambiente (ni adversos, ni positivos), pero sí tiene efectos sociales positivos (mayor
12
ingreso económico global, aumento en los niveles de ocupación y desarrollo de
actividades artesanales, movilizando conocimientos existentes en el área).
El chivito criollo del norte neuquino (SAGPyA, 2010)
Año tras año se renueva el rito ancestral de la trashumancia de los pequeños
crianceros del norte neuquino, herencia transferida de padres a hijos desde hace tiempo.
La región conocida como norte neuquino comprende una gran área de pastoreo de
más de dos millones de hectáreas que abarca los departamentos de Chosmalal, Minas,
Pehuenche, Ñorquin, Añelo y Loncopus.
Los crianceros productores dedicados fundamentalmente a la crianza de chivos son
los herederos de esta tradición ancestral, trasladan año tras año sus animales desde los
agrestes campos de invernada a los fértiles valles de veranada.
En el área existen más de 1500 familias crianceras que aparte de pastorear caprinos,
también pastorean vacunos y ovinos.
Las chivas son descendientes de razas españolas y fueron introducidas en el siglo
XVII desde Chile, en años sucesivos se fueron cruzando con otras razas traídas desde el
norte de Argentina. Con el paso del tiempo y condicionadas por la dureza del ambiente,
se adaptaron, ganando una rusticidad y capacidad de supervivencia. La característica más
sobresaliente de la morfología de la criolla neuquina es su vellón con dos capas de fibras,
una exterior de fibras gruesas y una interior de fibras muy finas tipo cachemira. Este
vellón les da una gran protección contra el frío y les permite soportar la nieve, el viento
y aun la alta radiación solar imperante en la región.
De acuerdo al largo del pelo se diferencias dos tipos de criollo: el pelado o pelo
corto, generalmente de colores variados, ubicados en la zona de barrancas y al norte del
volcán Domuyo. El segundo es el chilludo de pelo largo, distribuido en casi toda la zona
norte
Hoy en día la cabra criolla neuquina es una raza reconocida como una entidad
genética propia caracterizada por su morfología y aptitud reproductiva. Son parte de la
identidad del norte neuquino.
Como consecuencia de las duras condiciones climáticas de la región, el servicio se
produce en los meses de Abril y Mayo, que aseguran el nacimiento de las crías en
primavera cuando las condiciones ambientales son más favorables para su supervivencia.
13
Para poder controlar el servicio, los machos son enviados durante la temporada de
verano al cuidado de los castroneros o chiveteros. Esto permite decidir el momento exacto
del servicio así como su duración en el tiempo.
Las cabras criollas neuquinas son excelentes madres, producen buena calidad y
cantidad de leche aun en un ambiente degradado. Presentan altos porcentajes de partos
dobles dependiendo de la cantidad de forraje disponible. Son características notables de
una raza criada en condiciones tan difíciles.
La prolificidad puede ser considerada como un indicador de rusticidad y
adaptación, por lo cual esta población ocupa sin duda un lugar destacado en el sistema
productivo local que ninguna raza exótica ha podido igualar, tal como lo verifican las
experiencias de productores con Angora y Anglo Nubian, que no encontraron en el área
norte una verdadera adaptación al medio.
Las particularidades del paisaje, del “saber hacer” que poseen las familias
crianceras y de la raza criolla caprina de Neuquén se conjugan para ofrecer un producto
único, que son sus chivitos.
Los chivitos nacidos en primavera, alimentados exclusivamente con leche materna
alcanzan a los dos meses de edad los 10kg, peso adecuado para la faena. Los chivitos
mamones se obtienen entre los meses de octubre y diciembre.
Los chivitos de veraneada, son los que se producen luego del arreo, cuando
comienzan a pastorear, entre los meses de Enero y Junio. El peso del animal vivo oscila
entre 16 y 24 kg, presentando una adecuada terminación.
Estos elementos originales que presenta este sistema productivo justifican la
solicitud de Denominación de Origen para el chivito criollo del norte neuquino
La Denominación de Origen es un mecanismo legal amparado por la ley Nº 25380
mediante el cual se protege a los productos típicos con un sello que garantiza a los
consumidores la elaboración integra del producto dentro de una región particular. Su
finalidad es proteger la identidad regional, preservando de esta manera el patrimonio
cultural y genético de un sistema de producción tradicional cuyas particularidades se
deben esencialmente al medio geográfico, los factores naturales y humanos.
La concesión del uso del nombre de una región del territorio nacional es otorgada
por la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación a un grupo
de productores, comercializadores y transformadores organizados mediante un consejo
de promoción de la denominación de origen.
14
CONCLUSION
Llegamos a la conclusión de que la producción caprina es muy interesante y que
quizás no tiene la difusión e importancia que merece, clasificándola siempre como una
producción alternativa, de sustento y de zonas con baja oferta forrajera.
No hay tanta información y difusión en comparación con otros tipos de
producciones, así como la tecnificación y desarrollo de mercado que sí se puede observar
en bovinos y ovinos. Este último punto es fundamental para el desarrollo de la
caprinocultura en todo el país, y es el punto de partida a fortalecer la oferta de los
productos que ofrece esta especie.
Específicamente la producción de fibra se encuentra relegada a zonas marginales y
sistemas extensivos trashumantes, donde la extracción de productos elaborados requiere
la formación de cooperativas de productores, con apoyo de instituciones gubernamentales
científicas y de financiación para facilitar la oferta y distribución de los productos.
Con respecto al cabrito criollo neuquino, algo que nos llamó la atención, aparte de
su peculiar sistema de manejo, es la elevada proporción de personal de avanzada edad.
Uno de los problemas que podría enfrentar a futuro este tipo de producción es la falta de
personal joven que siga con la tradicional cría de caprinos en la región de Neuquén. Los
objetivos tendrían que apuntar a que sea un trabajo sustentable para el personal y que
estos no migren a las zonas urbanas.
15
BIBLIOGRAFIA
Bedotti, D. (2001). Caracterización de los sistemas de producción caprina en el oeste
pampeano. Argentina. Tesis Doctoral. Univ. de Córdoba. España.
De Gea, G. S. P., Mellano, A. M., Bonvillani, A., Turiello, A., de Gea, P. G. S., Petryna,
A. M., Mellano, A.; Bonvillani, A. y Turiello, P. (2005). El ganado caprino en la
Argentina. 1ª edición - Río Cuarto. Edit. U.N.R.C., 198.
INDEC, 2002. Censo Nacional Agropecuario (CNA 2002). Última visita 03/08/2017.
Disponible en: http://www.indec.mecon.gov.ar/agropecuario/cna_defini2.asp
Lanari, M. R. (2013). Producción de fibras caprinas-Mohair y Cashmere-en Argentina.
Revista Argentina de Producción Animal, 28(3), 255-259.
Lanari, M.R. & Pérez Centeno, M. J. (2007). Catálogo de tecnologías para pequeños
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Buenos Aires, Argentina, 97-99.
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. (2011). Caracterización del
sector caprino en la Argentina. PlaNet Finance, 41. Última visita 01/08/2017.
Disponible en:
http://www.alimentosargentinos.gob.ar/contenido/procal/estudios/04_Caprino/Sector
Caprino_Argentina.pdf
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentos y Forestación (SAGPyA),
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