Cuaderno de Pedagogía Waldorf

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  • 5/21/2018 Cuaderno de Pedagog a Waldorf

    1/764 CUADERNOS DE PEDAGOGA.N 428NOVIEMBRE 2012}N IDENTIFICADOR: 428.007-04

    Waldorf, en primera persona

    MARIV Y ANTXON

    Una exalumna de la Escuela Libre Micael, el director del Centro de Formacin de Pedagoga Waldorf de Madrid,

    dos docentes que ejercen y se han formado en esta pedagoga y el padre de dos alumnos cuentan, desde

    perspectivas complementarias, qu ha representado para ellos esta manera de entender la educacin, el aprendizaje

    y, en definitiva, la vida.

    AUTORACOMPARTIDAPara conocer ms a fondo el fundamento de la pedagoga Waldorf

    puede leerse la entrevista a Christopher Clouder

    (presidente del Consejo Europeo de Educacin Waldorf-Steiner),

    que Cuadernos publica en este mismo nmero.

    La pedagoga Waldorf, con casi cien aos de historia, hundesus races en los comienzos del siglo pasado, en el clamor ge-neral que surgi tras el caos de la primera guerra mundial. Cla-mor que se manifest en diversos movimientos sociales y, entreellos, en los movimientos pedaggicos de las Escuelas Nuevas

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    y de las Escuelas Activas, cuando muchas personas buscabannuevas ideas para la vida cultural y educativa, para la vida socialy para la vida econmica.

    As naci, en 1919, en Stuttgart (Alemania), la pedagoga Wal-dorf, para los hijos de los obreros de la fbrica de cigarros Wal-dorf-Astoria. Estos trabajadores le haban pedido a Rudolf Stei-ner, profesor de la Universidad Popular de Berln, que lesimparta conferencias en la misma fbrica, una escuela para sus

    hijos. Y la respuesta constituy el comienzo de un impulso pe-daggico que se extiende en la actualidad a ms de 80 pases,con cerca de tres mil centros escolares en todos los niveles edu-cativos y en educacin especial, pedagoga de apoyo Waldorf,pedagoga teraputica y artstica, etc.

    En Espaa, por razones histricas de sobra conocidas, nolleg a saberse de la pedagoga Waldorf hasta los aos se-tenta del siglo pasado, cuando un grupo de padres y maestros

    emprendi, en Madrid, la tarea de crear un Jardn de Infanciacon esta metodologa, el Jardn de Infancia Micael, que abrisus puertas en Las Rozas, Madrid, en abril de 1979. Y en ochoaos, de 1979 a 1987, se prepar la primera escuela de Edu-cacin Primaria Waldorf, que inici su andadura en septiembre

    de 1987 (as lo recogi Cuadernos de Pedagogaen un art-culo publicado en 1994 por Jaume Carbonell). Esta escuelacuenta, hoy, con cerca de 500 alumnos de dos a dieciochoaos.

    Adems, a lo largo de estos aos se han inaugurado otras ocho

    escuelas de Educacin Primaria: tres en Madrid, dos en Barce-lona, y una en Benidorm, Lugo y Vitoria. Asimismo, en toda Es-paa se han creado una veintena de escuelas de Educacin In-

    fantil y hay ms de quince nuevas iniciativas promovidas porpadres y maestros.La demanda de formacin y especializacin se cubre con

    cinco centros de formacin de maestros y profesores en peda-goga Waldorf. Tienen la acreditacin del Instituto de Formacin

    del Profesorado, del Ministerio de Educacin, de las consejeras

    de Educacin de las comunidades autnomas y de varias uni-versidades. Cerca de 600 maestros y licenciados, muchos deellos docentes en ejercicio en la educacin pblica y privada,realizan estos cursos. Adems, todos los centros escolares y deformacin permanente de profesores estn asociados en laAsociacin de Centros Educativos Waldorf de Espaa (www.colegioswaldorf.org).

    Una recreacin permanente e inclusiva

    La pedagoga Waldorf presenta un modelo de valores cristianos, amplio y universal, pero independiente de cualquier confesin religiosa.

    En este sentido, las escuelas Waldorf son laicas. Sin embargo, son inclusivas: porque integran valores de otras culturas del mundo: budismo,

    judasmo, islamismo, taosmo, bahasmo, gnosticismo y, sobre todo, el respeto y cuidado de la naturaleza, todo ello en el sentido abierto de

    religare.

    Esto se concreta en la plasmacin de un currculo de la celebracin de los hitos del ciclo anual: solsticios y equinoccios, fiestas multiculturales,

    etc. y en la asignatura de tica que imparten los maestros.

    Una educacin humanista con mirada global tiene que recoger un triple impulso en su programa: la educacin cientfica, la educacin artstica y

    la educacin religiosa (en sentido espiritual y no confesional), pues tiene que despertar en sus alumnos las capacidades intelectivas y de pen-

    samiento, artsticas y del sentimiento, prcticas, activas y de la voluntad. Es a travs de esta triple capacitacin que podr expresarse, creativa-

    mente, la genuina individualidad del alumno en busca de sus propias metas. Este enfoque amalgamado con el inters, la motivacin y el entu-

    siasmo se plasma en el ampliado currculo Waldorf, adaptado siempre al desarrollo madurativo del alumno.

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    Empec en el jardn de infancia de la Escuela Libre Micael alos tres aos. La nube de recuerdos de mi infancia se componedel olor del pan recin hecho, el color del arco iris pintado conacuarelas, el sonido de canciones y el tacto de la arena con laque tanto jugbamos. De esto hace ya veinte aos y os asegu-

    ro que mis sentidos vuelven a despertar cada vez que visito miescuela, transportndome de nuevo a aquellos das en Las Ro-zas. Muchos me preguntan (escpticos e interesados, por igual)

    lo que significa haber estudiado en un colegio Waldorf. Yo que

    como alumna estoy orgullosa del centro, siempre estoy encan-tada de que me pregunten e intento explicar lo que es estaenseanza desde el punto de vista de un alumno. Y lo ciertoes que cada vez me cuesta ms hacer una descripcin de estetipo de enseanza, porque para m sera ms fcil describir miexperiencia en la escuela con un cuento o una combinacin decolores sobre un lienzo.

    Lo que s puedo contar, con seguridad, es que la escuela me

    ense a disfrutar del proceso de la vida, quizs porque en elda a da, en la escuela Micael, el camino del aprendizaje y lacreacin siempre era ms importante que el producto final, ytambin ms placentero. En nuestro colegio dbamos las clases

    principales Historia, Matemticas o Lengua por periodos, locual significaba que las tenamos todos los das por la maanadurante tres o cuatro semanas. A m esto me encantaba y antesde empezar un nuevo periodo ya estaba loca por saber mssobre aquel viaje que iba a comenzar y en el que da tras dadescubrira nuevas aventuras y conocimientos. En el colegio nonos hacan pensar en el examen final, ni siquiera se nos re-cordaba que bamos a ser evaluados; yo creo que nuestros pro-fesores nos observaban por el camino, mientras aprendamosenvueltos en las aventuras propuestas. Y as, sin presin, sinnimo de juzgar y casi sin que nosotros nos percatramos, nosiban guiando en la enseanza, dejndonos ser y encontrar nues-

    tros propios tesoros dentro de las asignaturas.Cuando algunas personas me preguntan cmo aprendamos

    Matemticas o Geografa, yo les respondo con una sonrisa: Es-

    cuchando. Nuestros maestros nos contaban historias atractivas

    sobre pases y pensadores, sobre la naturaleza y sobre cmonosotros nos envolvemos en ella. El proceso de escuchar lleva-ba despus a recordar la aventura vivida en el aula y esto des-encadenaba una explosin de creatividad en m, que se trans-formaba en narraciones con todo tipo de detalles, sobre lo

    aprendido en clase aquel da. Es difcil explicar lo que esto sig-nifica, es como si mi cuerpo y mi mente fueran capaces de filtrarel conocimiento y aadir pequeos toques de mi propia vida aese resultado final, que no era nada ms ni nada menos que mis

    deberes. Hoy creo que esto es aprender de verdad: compren-

    der con todo tu ser y desde ti misma

    la enseanza que otros te puedentransmitir.

    Pero quizs lo ms bello del pro-

    ceso en mi cole era llegar al da

    siguiente a clase y compartircon el resto de los compae-

    ros las reflexiones del daanterior. Ya fuera leyen-do nuestras narraciones

    en voz alta, haciendoun resumen o saliendoa la pizarra a explicar lo

    aprendido. Y de lo que

    me doy cuenta ahora es

    de que, en cada uno de

    esos momentos com-

    partidos, todos estba-mos unidos en la escucha,el respeto y la aportacin, to-dos contribuamos al proceso de

    aprender.Otro aspecto que llevo conmigo

    de la escuela Micael, y quizs por esoacab siendo artista, es la bsqueda de la belleza en todo. Des-de pequeos se nos animaba a embellecer nuestros trabajosmediante el arte. Aprender en mi escuela era percibir que todoel ambiente que nos envolva contribua a la transmisin de laleccin, desde los diferentes colores de las tizas hasta las cortinas

    cerradas o abiertas para modular la luz. Muchos creen que lasescuelas Waldorf solo son para artistas y que la mayora de nos-otros acabamos en algn sector artstico, pero no es as; tengotantos compaeros de escuela en ciencias, humanidades y tec-nologas como en las artes. Para m, el trabajo artstico en el co-legio fue, sobre todo, una forma de desarrollar y enriquecernuestro potencial para comunicarnos como seres humanos, uti-lizando la esttica como canal para establecer conexiones conlos otros. Y esto, creo yo, me ha dado fuerza y habilidad duran-te toda mi vida para entablar relaciones con aquellos que mehan ido brindando oportunidades a lo largo del tiempo.

    Quizs, esta s que es una escuela para aquellos que quierenser artistas, puesto que qu es un artista si no un explorador y

    un aventurero de la vida, siempre curioso y atento a las historiasque se encuentra por el camino? Siempre disfrutando de la be-lleza presente en cada instante de la vida y siempre, siempre,compartiendo con el resto de nuestros compaeros aquello apren-

    dido a lo largo del camino.

    El arte de encontrar nuestros propios tesoros

    ANDREADELACRUZBARRAL

    Exalumna de la Escuela Libre Micael.

    Coordinadora de eventos, productora y estudiante de arte dramtico en Central School of Speech and Drama, Londres.

    Correo-e: [email protected]

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    Como cofundador de la primera Escuela Waldorf de Espaay con 33 aos de recorrido en la Escuela Libre Micael, de LasRozas, Madrid, tengo experiencias acumuladas, miradas sucesi-vas de la paulatina construccin de la educacin Waldorf ennuestro pas. Todo ello marcado por un hecho biogrfico: inscri-

    birme en el Curso para Maestros del Centro de Formacin deMaestros Waldorf, de Pars, cuando termin la licenciatura deHistoria y Geografa, en 1976. Las experiencias pioneras, envuel-

    tas en entusiasmo e idealismo, se mezclan con los queha-ceres cotidianos: educativos, acadmicos, administrati-

    vos, legales, etc., y con una intencin primera decarcter social, que se concreta en formar una

    asociacin mixta, de padres y de maestros,

    para poder autogestionar la escuelapor nosotros mismos, sin concier-

    tos econmicos con la Admi-nistracin, y poder ensa-

    yar nuevas formas de participacin y de responsabilidadescompartidas en la comunidad educativa. Esta ha sido una de lasmayores enseanzas para el aprendizaje de la convivencia social,

    pues hemos constatado que esta autogestin lleva al mutuoapoyo y a la confianza maestros-padres, por lo que se puede

    construir la libertad pedaggica que como maestros nece-sitamos para la creatividad en el aula.

    Este es uno de los aspectos de las nuevas ideas sobre el de-sarrollo organizacional la llamada triformacin social queimpuls Rudolf Steiner frente al caos social de su poca y quellev el nacimiento de la pedagoga Waldorf, que implica crearuna nueva cultura de colaboracin permanente entre maestrosy padres, entre escuela y familia, con el fin de que el nio sea elmayor beneficiario. Un completo calendario de reuniones maes-tros-padres individuales o de grupo clase, grupos de trabajo,presentaciones de trabajos, fiestas y exposiciones pedaggicasalimentan esta relacin.

    El camino de ir creciendo y madurando, ampliando el n-mero de unidades, de aulas, de alumnos y familias; de ir levan-tando los edificios prefabricados que se iban necesitando, aun-

    que con cientos de problemas econmicos y de todo tipo,alentaban entre padres y maestros renuncias, apuestas, soli-daridad, seriedad y mucha esperanza. As son los procesos dela vida y as ha sido el proceso de la construccin de todos losniveles de enseanza, de Infantil a Bachillerato, en la EscuelaLibre Micael.

    Otro aspecto, no menos importante, fue el encuentro conlos compaeros maestros que como yo en 1977 se fuerona los Centros de Formacin de Profesores Waldorf, de Pars,Stuttgart, Londres, etc. y que volvan a Madrid para unirse alequipo de docentes, al claustro de maestros en formacin. Enun todos a una, nos unimos para la creacin de una Escue-la Nueva, no solo para que existieran unas instalaciones, sinopara dar cuerpo a lo pedaggico, lo metodolgico y, sobretodo, lo colegial.

    Claustros vivos

    Solo desde una nueva forma de entender el Colegium detodos los maestros y profesores la llamada por Rudolf Steiner

    Republica de Maestros, en la que todos somos portadores

    y corresponsables del da a da pedaggico, formaramos losclaustros vivos que permitiran recrear la pedagoga Waldorfdesde nuestra cultura, desde nuestra idiosincrasia. Precisamen-

    te aqu radica una importante razn que ha hecho posible larenovacin continua de la pedagoga Waldorf durante casi un

    Un maestro pionero

    ANTONIOMALAGNGOLDEROS

    Profesor de Ciencias Sociales de la Escuela Libre Micael, de Madrid.

    Presidente de la Asociacin de Centros Educativos Waldorf de Espaa y director del Centro de Formacin de Pedagoga Waldorf (Madrid).

    Correo-e: [email protected]

    MARIV Y ANTXON

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    siglo, en tantos lugares del mundo con culturas tan diferentes,desde Mxico hasta Japn y desde Suecia hasta Sudfrica. Losclaustros semanales, de todos los jueves, es la verdadera Escue-

    la de Formacin Permanente de los Maestros Waldorf. Y estoes as porque el estudio e inters por el nio es el objetivo esen-cial del claustro. Centrarse en los procesos evolutivos y de desa-rrollo madurativo del nio hacia el despliegue de su individualidad,

    de su yo, es la mejor manera de asegurarle un camino hacia laautonoma, hacia la libertad y la responsabilidad.

    Pero con ser importante todo lo expresado anteriormente, lonucleico, lo ms grande han sido los encuentros en el aula, lasexperiencias en el aula, verdadero espacio de vida en el quese estimula el desarrollo y se producen los mayores aconteci-mientos en la evolucin de los nios y de los maestros, facilitados

    en este caso por las condiciones de trabajo waldorfianas.En mi vida como maestro ha sido crucial poder mantener la

    tutora de una misma clase durante los ocho aos de enseanza

    general bsica, en dos ocasiones y, ltimamente, en una terceraronda, desde primero de ESO hasta segundo de Bachillerato,como tutor y como profesor de Ciencias Sociales. Es la maneraperfecta para cultivar el vnculo humano, vnculo de confianza,fundamental para la comunicacin entre los alumnos y el maes-tro. La educacin solo se puede dar en los encuentros humanosmantenidos con perseverancia e inters. Pues del inters por elalumno, y su entorno familiar y social, inters por su yo y su cir-cunstancia, al decir de Ortega y Gasset, surge el verdaderoafecto pedaggico, el amor pedaggico, el humor y la alegranecesarios para que se produzca el verdadero acto pedaggico.

    De este mirarse mutuamente, de este reconocimiento entreseres humanos surge la verdadera inspiracin para la didctica,

    para la creatividad escolar, para los aprendizajes concedidosde unos hacia los otros, entre alumnos, padres y maestros. Asse convierte el colegio en una escuela para la vida, para toda

    la vida.

    Fue en el ao 1973 cuando dos estudiantes de Filosofa y Le-tras en la Universitat de Barcelona descubrimos, investigandosobre escritores de la Generacin del 98, que haba existido algo

    llamado Institucin Libre de Enseanza (ILE). Fue para nosotrosuna rfaga de aire fresco. Aquel descubrimiento dirigi nuestrospasos hacia la pedagoga Waldorf.

    Un segundo encuentro aclarara ms an nuestra vocacinpedaggica: lleg a Barcelona una profesora exiliada en Mxico,

    Maria Sol de Sellars. Esta habl, ante un grupo de jvenessedientos de novedades, de una pedagoga que desde 1919 sehaba extendido por el mundo. Al igual que la ILE, la pedagogaWaldorf no utilizaba ni exmenes ni libros de texto; tanto una

    como otra daban tanta importancia a la formacin artstica y mo-ral como a la formacin intelectual.

    Tras diez aos de trabajo en centros privados y estatales de-cidimos pedir una excedencia y marchar a Pars a realizar unaformacin en pedagoga Waldorf. Qu supuso para nosotros

    aquellos dos aos de formacin tan distintos de las formacionesacadmicas al uso?

    Lo ms importante fue adquirir una idea, completa, positiva yestimulante del ser humano: ese fue el primer paso para cambiarla manera de educar a los seres humanos en ciernes. Ser cons-cientes de las necesidades y de las capacidades del nio en cadaedad y comprender la psicologa de las diferentes fases evolutivas

    del nio nos permiti estar mucho ms seguros de lo que con-vena hacer en cada caso ante un nio o un adolescente. Toda lametodologa que Rudolf Steiner describe para las escuelas Wal-dorf es coherente con las necesidades concretas del nio. Nossentimos autores del trabajo diario que desarrollaban en cada

    clase. Nos liberamos de la tirana de libros de texto, de la presinde las industrias audiovisuales, de las directivas administrativasincoherentes y de otros agentes nocivos para la infancia.

    En 23 aos como maestros en diferentes escuelas Waldorfhemos podido comprender que si hasta los siete aos el nio es

    Liberarse de la tirana de los libros de texto

    Mara Jess Manzano y Pedro lvarez-Montesern

    Maestros Waldorf.

    La misin del maestro es la de retirar obstculos del camino de los alumnos y la de favorecer el desarrollo de sus

    capacidades

    Rudolf Steiner

    Qu suerte tengo! Puedo estar cada da en contacto con el futuro de la humanidad y adems me pagan

    Francisco Giner de los Ros

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    bsicamente un ser voluntarioso: por qu meterle en compli-caciones intelectuales tan abstractas para l como la lectoescri-tura, el clculo, y otras muchas?, por qu no dejarle jugar entoda la amplitud del trmino y permitirle descubrir el mundoexperimentando con la mayor gama posible de materiales ysensaciones? Construir castillos de arena, amasar pan, tejer, pin-tar, cantar, escuchar cuentos con asombro son experiencias

    insustituibles como bases del desarrollo emocional e intelectual

    del nio. Comprendimos que con el prvulo no hay que teorizarsino ser una persona bondadosa y ejemplar. Porque, atencin!,el menor de siete aos tiene una tendencia natural a imitar a losque tiene cerca.

    Comprendimos que, entre los siete y los catorce aos, el mu-chacho es, adems, un sujeto de emociones y de sentimientos,y que antes de despertar a lo intelectual debe recibir impresio-nes emotivas y estimulantes del mundo, que le vayan preparan-do para la posterior visin cientfica del mismo. Escribir, leer,calcular; descubrir la historia, la geografa, los reinos de la natu-raleza, las ciencias fsicas y qumicas; dominar los idiomas, losoficios y las artes, todo supone un esfuerzo, pero puede ser undeleite, tambin, si se hace de forma artstica.

    Como maestros aprendimos a no obligar al nio a tragarconceptos fsiles de los libros de texto, sino a transmitirles

    de viva voz relatos, experiencias, emociones, etc. queel alumno pudiese reflejar en sus cuadernos, bien

    escritos y bellamente ilustrados. La belleza y la vi-veza tienen que envolver todo lo que el mucha-

    cho descubra al lado de su querido y respe-tado maestro.

    Aprendimos tambin a establecer lazos

    verdaderos y duraderos con los alumnos

    y con sus familias, que agradecen el res-

    peto y el cario con que se educa a sus

    hijos y que colaboran gustosamente conlos maestros en la tarea vital de dar a luza seres humanos libres y capaces de lle-var adelante la tarea personal que cadauno quiera realizar en la vida.

    Autoeducacin

    La educacin viene del encuentro entre el entorno humano y social y la

    aspiracin personal y profesional. El proceso es muy diferente para

    cada persona. Sin embargo, la continua autoeducacin es imprescindi-

    ble para ser maestro, para sentirse, hacindose maestro de escuela.De dnde nos viene a los maestros el impulso para proponernos la

    autoeducacin? Viene de la autocrtica y del deseo de mejorarnos y

    mejorar el quehacer pedaggico y vivencial con los alumnos.

    Esto significa que al preparar la clase, cada tarde, hay que colocar

    en el hbito y vida corriente cuatro acciones que se van a convertir en

    capacidad:

    Revisar las experiencias del da en el aula, pensando en el proceder

    de cada uno de los alumnos y en el mo propio. Este recordar puede

    ser muy inspirador.

    Preparar la presentacin de los contenidos de la asignatura en forma

    creativo-imaginativa con sus procedimientos posibles.

    Pensar, concretamente, en los alumnos, en su evolucin y progreso

    y en sus circunstancias familiares, para dotarnos de ideas que impul-

    sen su desarrollo.

    Cultivar la autocrtica para renovar continuamente el sentido de mi

    trabajo.

    MARI

    V

    YANTXON

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    7/770 CUADERNOS DE PEDAGOGA.N 428}

    En el verano de 1992, estaba de vacaciones en Israel visi-tando a unos amigos en su granja. Tras la sobremesa nos en-searon la escuela donde estudiaban sus hijos: Es el nicocolegio del pas donde conviven nios palestinos e israelitas,me dijeron. Inslito, pens.

    Tres aos ms tarde, mientras paseaba distrado por NuevaYork me encontr con una escuela Waldorf que hay prxima

    a Central Park. Entr en el jardn de infancia e inmediatamen-te reconoc el lugar: era como la escuela que haba visitadotres aos antes en Israel. Estaban acuadas con la misma sus-tancia.

    Unos meses despus visit la Escuela Libre Micael (Madrid,Espaa) y al conocer el jardn de infancia volv a tener la misma

    sensacin que en Nueva York. Entonces supe que estaba anteun fenmeno educativo transcultural, idea que me parecisumamente atractiva, excitante, dira yo. Pero nada compara-ble con el efecto que poco a poco he ido descubriendo, gra-cias a que mis hijos entraron a formar parte de la escuela.

    En septiembre del 2001 el Jardn de Infancia de la Escuela

    Libre Micael daba la bienvenida a mi hija Itsaso, y dos aosdespus a Lucas, su hermano menor.Desde el momento en que nuestros hijos ingresaron en la

    escuela, en cierto sentido, toda la familia ingres tambin.Estamos viviendo dira una experiencia extendida en laque los adultos de casa tenemos la oportunidad de convivircon personas que estn siendo respetadas en sus talentos in-natos y gozan del tempo de maduracin que necesitan paraamasar y entregar al mundo su don.

    Siento que nuestra familia ha recibido un regalo eligiendoesta escuela para nuestros hijos. El regalo consiste en aprender

    y disfrutar de lo que acontece en la convivencia con nios in-vitados a sacar la mejor versin de s mismos.

    En estos aos he visto como la pedagoga Waldorf no limi-ta la escuela a ser un proveedor de contenidos ms o menoseficaz, sino que la configura como un entorno que activa y dacauce al deseo de aprender que los nios traen consigo, per-mitindoles maravillarse del mundo que los rodea.

    En la escuela Waldorf el conocimiento no se transmite, seexperimenta. Este fenmeno posibilita a nuestros hijos reco-nocer cmo brota dentro de ellos la chispa del insight, enten-dido como ese instante-celebracin en que uno reconoce algo

    como verdad: descubrir que el verde surge al mezclar el ama-rillo con el azul; descubrir la resta aminorando y la suma cre-ciendo; descubrir el fruto de la colaboracin cuando en el coro

    surge algo superior a la suma de las partes; descubrir que dela ira a la alegra solo hay un paso y que depende de ti; des-cubrir el placer de contar una historia con amor, mientras elalumno de sexta clase escribe su regalo en forma de cuentoal alumno de primera clase a quien apadrina

    Este arte de educar protege ese momento en el que los ni-os pueden ejercer su derecho a descubrir el conocimientopor s mismos. Me parece sencillamente maravilloso, y es loque me ayuda a entender por qu una escuela rural en Israely otra en el corazn de Manhattan tienen la misma atmsferareconocible: ambas se basan en el respeto al ser humano ensu camino de aprendizaje. Son expresin de un lenguaje uni-

    versal.Y funciona. Cuando asistes a las fiestas de despedida de los

    alumnos que concluyen su etapa en la escuela te das cuenta deque esta pedagoga cosecha sus frutos en forma de adultos em-poderados, creadores, comprometidos y motivados a contribuir.

    Caes en la cuenta de que la escuela Waldorf expide un ttu-lo, el de soberano de uno mismo.

    Existe modo ms eficaz para navegar la incertidumbre, seacual sea el signo de los tiempos?

    Existe mayor satisfaccin que contribuir a la vida con lo que

    cada uno es?

    Carbonell Sebarroja, Jaume (1994): Escuela Libre Micael, en

    Cuadernos de Pedagoga, n. 229 (octubre).

    para saber ms

    Waldorf, un regalo para la familia

    LUSMIGUELBARRALGONZLEZ

    Padre de Itsaso y Lucas Barral Kintana, alumnos de la Escuela Libre Micael.

    Correo-e: [email protected]