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A yala A yala Cuadernos de REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 52 Octubre-Diciembre 2012

Cuadernos de A · 2017. 1. 31. · A yala Cuadernos de REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000

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A y a l aA y a l aC u a d e r n o s d e

REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICAY CIENCIAS HISTÓRICAS

ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 52 Octubre-Diciembre 2012

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [2]

E l 2 8 d e n o v i e m b r e d e 2 0 1 2 , e l E x c m o .Señor Genera l Jefe de l Estado Mayor de l E jérc i tode Tier ra , en uso de las competenc ias que t ienedelegadas por e l Min is t ro de Defensa, ha come-t ido e l e r ro r de aprobar su Ins t rucc ión Genera l06 /12 , por la que regu la l a au tor izac ión de usoe n e l u n i f o r m e d e r e c o m p e n s a s c i v i l e s ymi l i tares .

E l prob lema aparece cuando com-probamos que en rea l idad , esa Ins t ruc -c ión Genera l se re f iere además a las in-s ign ias de l as “Órdenes e Caba l l e r ía yo t r a s C o r p o r a c i o n e s h i s t ó r i c a s ” , c u y ouso se au to r i za sobre los un i fo rmes dediar io , de ga la , de et iqueta y de gran et i -que ta . Ap l i ca para e l lo las rea les ó rde-nes de 29 de marzo de 1926 y de 31 dedic iembre de 1927 (de dudosa v igenc ia) .

Esas “Órdenes de Cabal ler ía y o t ras Cor-porac iones h is tór icas” son las que expresa en losAnexos I I y I I I de d icha norma: la Orden de Mal -ta , las l lamadas Órdenes de Sant iago, Calat rava,Alcántara y Montesa, e l Real Cuerpo de la Noble-za de Madr id , las Reales Maest ranzas de Caba-l ler ía de Sevi l la , Granada, Valenc ia , Ronda y Za-ragoza; la Sacra y Mi l i ta r Orden Constant in ianade San Jo rge ; l a Orden de l San to Sepu l c ro deJerusalén, e l Real Cuerpo de la Nobleza de Cata-luña, los Muy I lus t res Solares de Tejada y de Val -deosera, la Real Hermandad de l Santo Cál iz deVa lenc ia , l a Rea l Hermandad de In fanzones deI l lescas, e l Real Estamento Mi l i tar de l Pr inc ipadode Ge rona , l a Co f rad ía de Nues t ra Seño ra de lPor t i l lo , e l Cabi ldo de Cabal leros y Escuderos deCuenca , y l a Maes t ranza de Caba l le r ía de SanFernando.

Todo esto no es s ino un puro d is la te , ins-p i rado por a lgún mi l i tar absolutamente ignorantede l a l eg i s l ac ión v igen te , y l a nueva no rma nov iene s ino a añadi r confus ión a un asunto de pors í in tenc ionadamente confuso.

En e l Re ino de España, la Nob leza so la-mente la in tegran hoy los Grandes de España ylos Tí tu los de l Reino, ten iendo además un carác-ter o f ic ia l reconoc ido la Excma. D iputac ión Per-manente y Consejo de la Grandeza de España, e lReal Cuerpo de la Nobleza de Madr id , y las c incoR e a l e s M a e s t r a n z a s d e C a b a l l e r í a d e S e v i l l a ,Granada, Valenc ia , Ronda y Zaragoza (Sentenc iadel Tr ibunal Supremo de 16 de febrero de 1988) .

Todas las demás son , o b ien asoc iac io -n e s p r i v a d a s , o b i e n h e r m a n d a d e s r e l i g i o s a s .Esas l lamadas Órdenes de Sant iago, Ca la t rava,

Alcántara y Montesa, no t ienen nada que ver quecon las h is tór icas, ext inguidas desde 1931 (Sen-tenc ia de l Tr ibunal Supremo de 28 de nov iembrede 2008) , s ino que son unas meras asoc iac ionesp r i v a d a s d e r e c r e a c i ó n h i s t ó r i c a f u n d a d a s e n1980. La Orden Constant in iana de San Jorge esot ra recreac ión h is tor ic is ta , aparec ida en España

en 1960, que no t iene ex is tenc ia legal yque nada t iene que ver con la homónimae h is tó r i ca Orden caba l le resca i ta l i ana .Asoc iac iones pr ivadas son Te jada, Va l -deosera, Cata luña y San Fernando. Her-mandades confes ionales cató l icas son e lSanto Cál iz , I l lescas, Gerona, Cuenca ye l Po r t i l l o . Pa ra co lmo , además de se rpr ivadas o confes ionales, es que ademásbuena par te de e l las son sex is tas -en lasl l amadas cua t ro Órdenes españo las not ienen ent rada las mujeres- . Suf ic i t .

Y, ent re las omis iones, las muy l lamat ivasde las has ta ahora au to r i zadas Orden M i l i t a r yHosp i ta la r ia de San Lázaro de Je rusa lén (cuyocarácter o f ic ia l y públ ico consta de l Bolet ín Of i -c ia l de l Estado desde 1940) y la Real Asoc iac iónde H ida lgos de España (que es tá dec la rada deut i l idad púb l ica y es tá tu te lada por la Corona. . .¡pero que ha comet ido e l imperdonable er ror deexpulsar a l t i tu lado Barón de Gavín! ) .

No se a lcanza a comprender que tan a l taAutor idad mi l i tar haya podido cometer este graveerror, c laramente cont rar io a los va lores const i tu-c iona les de igua ldad , capac idad y mér i to , y deaconfes iona l idad de l Es tado . Nada d igamos de lsex ismo subyacente. A lgu ien le ha engañado.

Algo de lo sucedido se at isba leyendo enel ú l t imo bole t ín de la Real Academia Matr i tensede Herá ld ica y Genea log ía , que esa en t idad haten ido mucha in tervenc ión en la faena cast rensede mis t i f i cac ión e in tox icac ión pseudonobi l ia r ia .¡Acabáramos! La Matr i tense es genera lmente co-noc ida por la inmora l idad y las fa lsedades nobi -l ia r ias de var ios de sus cap i tos tes, que han pa-s a d o p o r l o s t r i b u n a l e s d e j u s t i c i a , s a l i e n d oinc luso condenados. Como e l ar t ícu lo lo f i rma na-da menos que e l señor Barón de Gavín, de cuyamalandanza nobi l ia r ia b ien conocen los lec toresde Cuadernos de Ayala , ya está todo más c laro.

N o s p a r e c e l a m e n t a b l e t o d o e s t o , y e npa r t i cu la r que tan d igna Au to r i dad m i l i t a r hayapodido ser engañada y con la compl ic idad de a l -gunos de sus prop ios subord inados. Volveremossob re es te escánda lo en p róx imos números deCuadernos de Ayala , y más por menor.

EDITORIAL

En nuestra portada: don Carlos Íñigo y Gorostiza, Coronel de Reales Guardias Alabarderos, retratado porManuel Benedito en 1915 (obra propiedad de D. Ignacio de Ceballos-Escalera y Moyano, antiguo Gastador del

Regimiento de la Guardia de S.M. el Rey, a quien agradecemos su cesión para ilustrar este número)

DEL uSO DE INSIGNIAS NObILIARIAS SObRE EL uNIFORmE

mILITAR: uN GRAVE ERROR DEL EjéRCITO DE TIERRA

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Cuadernos de Ayala 56 - OCT/2013 [3]

De entre las altas institucio-nes históricas del Estado, una de lasmás peculiares es sin duda la Casadel Rey, que de ser el centro político,administrativo y cultural del reino enla época bajomedieval y moderna, seconfiguró en la edad contemporánea-es decir constitucional- como un or-ganismo ciertamente singular y apa-rentemente no dotado de poderes,pero que sin duda alguna ha sidosiempre y es aún hoy un verdaderopoder en la sombra. Porque, para nopecar de ingenuidad, hemos de reco-nocer que las cortes contemporáne-as, incluso en los regímenes no mo-nárquicos -o quizá más aún en esosprecisamente-, aunque sean tan soloun vestigio de lo que otrora fueron,conservan todavía un instrumento depoder verdaderamente grandioso: lacercanía al príncipe, cuya importanciapolítica ya fue percibida y perfecta-mente descrita por Castiglione(1), yque inevitablemente suele derivar enlo que desde antiguo se dio en llamarla privanza.

Dentro de la corte española, sobre la que porcierto existen hasta hoy muy pocos estudios serios(2),me propongo tratar del Cuarto Militar, una instituciónrelativamente moderna -poco más de siglo y medio,ya que fue creado en 1855, en pleno reinado isabeli-no-, pero ya de honda raigambre oficial.

Este estudio será necesariamente resumido,como preliminar que es de futuras investigaciones. Ladocumentación utilizada procede principalmente delArchivo General de Palacio (secciones Administrativay Reinados), del Archivo General Militar de Segovia(secciones Primera y Segunda), y sobre todo de laGaceta de Madrid y Boletín Oficial del Estado(3).

El nombre

La voz cuarto significa desde antiguo habita-ción, y según los diccionarios antiguos designaba laparte de la casa destinada para alguna persona consu familia. En Palacio se utilizaba ya desde tiemposde los primeros monarcas de la Casa de Austria comoun diminutivo de Casa, aplicado a una parte de esta,tanto en sentido físico -el Cuarto de la Reina en el pa-

lacio del Buen Retiro designaba allí elconjunto de habitaciones reservadaspara el uso de la soberana-, comoinstitucional. En este sentido, el Cuar-to del Príncipe, por ejemplo, lo forma-ban toda su familia, integrada por to-das las personas adscritas a sudirecto servicio, tanto los criados deescaleras arriba, como los de mediopelo-, et sic de ceteris. En este senti-do se aplicaba siempre a las Perso-nas Reales que por sí mismas no te-nían Casa propia puesta, porque enel caso del Rey solamente se habla-ba de su Casa como amo que era detodo el ámbito palatino.

Los orígenes

Desde tiempos remotos, losgenerales de todas las épocas sehan rodeado de un selecto grupo decolaboradores muy inmediatos a suspersonas, destinado a su servicio yasistencia sobre todo en cuanto a latransmisión de órdenes y mensajes,y tradicionalmente denominadosayudantes de campo o ayudantes de

órdenes. En el Ejército español, la figura aparece ya aprincipios del siglo XVI, cuando a consecuencia de lareorganización que introdujo las Coronelías y los Ter-cios, los maestres de campo hubieron de ser descar-gados del trabajo administrativo de aquellas unidades,que pasaron a ser competencia del sargento mayor; elcual a su vez hubo de ser auxiliado por un ayudante -oentretenido, o gentilhombre- en lo relativo a la transmi-sión de las órdenes. Según el tratadista contemporá-neo Bartolomé Scarion de Pavía, en su excelente y ra-ra Doctrina Militar (Lisboa, 1598), el ayudante delTercio debían de ser el alférez más práctico en la gue-rra y más conocedor de la unidad, y le servía de vía deascenso al empleo de capitán. En el siglo XVIII cadabatallón contaba con un ayudante, sin perjuicio de losque utilizaban los generales; y ya entonces estaba ge-neralizado en toda Europa su distintivo de los cordo-nes de oro o plata gruesos, sobre el hombro derecho.

La doctrina militar española fue muy estudiadae imitada en toda Europa. El Grand Siècle, el Rey LuisXIV irá un paso más allá, estableciendo en 1671 laMaison Militaire du Roi, una fuerza militar compuesta

DE RE INSTITUCIONAL

E L C u A R T O m I L I TA R D E L R E Y:L A I N S T I T u C I Ó N , L A S P E R S O N A S

por el Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta(del Instituto de Historia y Cultura Naval)

La Reina Doña Isabel II con el pecu-liar uniforme de capitán general delos Ejércitos Nacionales que usó yque se conserva en el Museo del

Ejército, luciendo el Toisón de Oro yla banda y placa de la Orden de SanFernando. En pleno reinado isabelinonació la que con el tiempo sería unainstitución militar fundamental de laCorona y de la Jefatura del Estado

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [4]

de tropas escogidas, para su escolta y seguridad. Ylas guerras de la Revolución francesa consolidarán elestado mayor como un instrumento militar imprescin-dible -y el del Emperador Napoleónsin duda fue eficacísimo-. La institu-ción de una Maison Militar inmediataa los presidentes de la IV República,iniciada en los días del mariscal Mac-Mahon -es institución contemporáneade la española de que tratamos-,consagrará ya esta clase de organis-mos político-militares. Precisamentepor la influencia francesa se solían di-ferenciar entre ayudantes de campoy de órdenes: porque entonces allíexistían los aide-de-camp, y los offi-ciers d’ordonnace de l’Empereur.Aunque no deja de ser curioso quelos franceses tomaran de la doctrinamilitar española en el siglo XVI la vozayudante de campo, bien traducidacomo aide-de-camp, y nos la devol-vieran afrancesada en el siglo XIXcomo edecán, voz que hizo fortunaen la España decimonónica y queaún hoy día se mantiene en algunosejércitos de Hispanoamérica.

Volviendo a España, sabe-mos que se sirvió de la figura de losayudantes de campo Don Felipe V,pues cuando este monarca creó lasReales Guardias de Corps en 1704,ordenó que el capitán (siempre unGrande de España con grado de te-niente general por lo menos) que es-tuviese de servicio ocupase un lugarinmediato a la Real persona, colocán-dose tras el soberano, en una sillapor delante de los propios Grandes -que no dejaron de protestar por estanovedad-; también de entonces datala costumbre de que el capitán deGuardias de Corps acompañasesiempre y constantemente al Rey entodas sus salidas de Palacio(4). Seríael Rey Carlos III el que regularía sudesempeño: lo hizo en sus celebra-das Reales Ordenanzas para el régi-men, disciplina, subordinación y ser-vicio de sus Ejércitos, promulgadas en 22 de octubrede 1768(5), asignando un número indeterminado a loscapitanes generales, dos a los tenientes generales yuno a los mariscales de campo, y cinco a los cuartel-maestres generales (uno por cada Arma, que eran en-tonces cinco: Infantería, Caballería, Dragones, Artille-ría e Ingenieros). En definitiva, del legado colectivo delos ayudantes de campo nacería en 1810 el Cuerpode Estado Mayor, consolidado a partir de 1838.

Una de las características más notables de losayudantes de campo fue su peculiar uniformidad, engeneral especial, casi caprichosa y siempre muy lla-

mativa -pero esto era necesario paradistinguir en el fragor de un combatea quien traía las órdenes-. Una realorden de 30 de junio de 1815 intro-dujo una nueva moda a lo húsar paralos ayudantes de campo de los ge-nerales en jefe y demás generalesempleados en campaña(6). De nuevoen 1844 la sobreabundancia de ofi-ciales empleados en esta clase decomisiones obligó al Gobierno a le-gislar sobre ello, mediante el real de-creto de 12 de julio (Gaceta de Ma-drid del 18), fijando el máximonúmero de ayudantes que cada ge-neral, empleado o no en destinos ac-tivos, podía tener a su servicio; pres-cribiendo que todos fuesen deInfantería o de Caballería, y nuncade los Cuerpos facultativos; y ade-más dictando un nuevo reglamentode uniformidad(7). Se mantuvo la uni-formidad peculiar en los dos realesdecretos de 23 de abril de 1857 (Ga-ceta de Madrid del 25), y de 7 deagosto de 1860 (Gaceta de Madriddel 8). Destaquemos solamente queen estas últimas normas se confirmóel uso del plumero de color en elsombrero bicornio (blanco para losayudantes de capitán general, rojopara los de teniente general, verdeoscuro para los de mariscal de cam-po), así como de los cordones de oroen el hombro derecho (con tres, doso un pasador o bola dorada en loscabetes, según el empleo de sus je-fes inmediatos).

Pero el precedente directo delo que medio siglo después sería elCuarto Militar, lo hallamos en el gru-po de generales a los que en abril de1820 -con motivo de la segunda pro-clamación de la Constitución gadita-na de 1812-, nombró por sus ayu-dantes de campo el Rey Don

Fernando VII (uno de los monarcas españoles menosafectos al ámbito militar). Lo hizo, seguramente teme-roso del poder militar triunfante tras la sublevación delejército destinado a América, declarando su intención:siendo Yo por la Constitución de la monarquía el Gefesupremo del ejército, y proponiéndome vigilar por Mímismo en cuanto lo permitan las demás graves aten-ciones del reino, el buen estado de las tropas, he re-

Arriba, el Rey Don Felipe V, que en1704 estableció que el capitán de susReales Guardias de Corps le acom-

pañase siempre, inmediato a suReal Persona

Debajo, su hijo el Rey Don Carlos III,que en 1768 reglamentó la figura de

los ayudantes de campo

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [5]

suelto para tener a mi inmediación personas adecua-das que puedan transmitir mis órdenes, nombrar deentre los más acreditados generales ocho ayudantesde campo. Los nombrados con fecha24 de abril de 1820, todos ellos deuna neta tendencia liberal, fueron lostenientes generales don FranciscoBallesteros, el Marqués de Campo-verde, don Juan O’Donojú, don Pe-dro Villacampa y don José de Zayas;los mariscales de campo (recién as-cendidos) don Antonio Quiroga y donRafael del Riego; y -sin que sirvierade precedente- el simple brigadierque era entonces don Ildefonso Díazde Rivera, Conde de Almodóvar, ca-pitán general de Valencia. Se reservóel monarca proponer a las Cortes lossobresueldos y gratificaciones conve-nientes a tan alto destino, y ademásseñaló a sus nuevos ayudantes decampo un uniforme particular que, sinembargo de la escasa duración deeste servicio regio, perduraría: cordo-nes de oro en el hombro derecho, yplumero blanco en el sombrero. Elservicio de aquellos ayudantes decampo no duró más de lo que duró elpropio Trienio Constitucional, esto es,hasta la llegada y triunfo de los CienMil Hijos de San Luis: y ciertamentecasi todos ellos sufrieron en los añossiguientes de la ira regia, que a Rie-go por ejemplo le costó la propia vi-da(8).

Será mucho tiempo después,ya más que mediado el siglo XIX,cuando los monarcas españoles sedotarán de una institución castrensemás compleja, orgánicamente de-pendiente de su Casa: el denomina-do desde sus orígenes Cuarto Militar.Que tuvo por cierto uno orígenesbien curiosos, ya que parece eviden-te que, a pesar de su recia denomi-nación castrense, su origen fue netamente civil. Nosexplicaremos: efectivamente, cuando en 1855, en elcontexto de la reforma de la Real Casa dirigida a sim-plificarla por razones económicas -se quería entoncesreducir las plantillas para hacer economías-, la Reinadecida la supresión de varias plazas, seis de ellas se-rían las del mayordomo mayor, el caballerizo mayor, ylos cuatro gentileshombres de cámara que hasta en-tonces estaban adscritos al Cuarto de S.M. el Reyconsorte(9).

Y, para suplirlas, por real decreto de 15 deseptiembre de 1855 se mandó que en adelante ese

Cuarto del Rey consorte estuviese integrado por cincomilitares: de esa manera, la Real Casa se ahorrabalos emolumentos de los seis cortesanos precedentes,

ya que sus sustitutos militares pasa-ban a estar pagados por el Ministeriode la Guerra. Notemos que, en aque-llos primeros momentos, el Cuartodel Rey se llamará solamente así, ytodavía no se le añadirá el calificativode Militar.

El Cuarto del Rey Don Franciscode Asís

El citado real decreto de 15 deseptiembre de 1855, que dio origenal Cuarto de S.M. el Rey, destinabaal mismo a un mariscal de campo,con el título de primer ayudante y jefedel Cuarto; más cuatro brigadieres ocoroneles denominados segundosayudantes(10).

En la misma fecha se produje-ron los nombramientos mediantesendos reales decretos tramitadospor medio del mayordomo mayor yjefe superior de Palacio -y no por elministro de la Guerra: notemos esto-,siendo publicado en la Gaceta deMadrid del 20 de septiembre. El pri-mer jefe del Cuarto del Rey y su pri-mer ayudante, fue el mariscal decampo don Joaquín Fitor Álvarez,procedente de Caballería, aragonés,que era un veterano de las guerrascontra Napoleón y contra Don Carlos,curtido en el sitio de Zaragoza y enla batalla de La Albuera. Le secunda-ron, como segundos ayudantes, losbrigadieres don Ventura BarcáizteguiDonamaría (de Infantería) y don Pe-dro Falcón Morote (de Caballería), ylos coroneles don Victoriano AmellerVilademunt y don Francisco Gutiérrezde Terán (ambos de Infantería). Hu-bo al parecer, además, un cierto nú-

mero de oficiales de ordenanza adscritos al Cuarto.

La novedad duró apenas un año largo, pues lanorma antecedente fue derogada por el real decretode 15 de octubre de 1856 -con el cese automático detodos los miembros del Cuarto-, que dio paso a otrofechado el 16 de diciembre del mismo año en el quese reorganizaba toda la Real Casa, quedando el Cuar-to del Rey integrado por un primer ayudante y jefe(con grado de teniente general), más tres segundosayudantes de campo (los tres mariscales de campo),más cuatro oficiales de órdenes (todos coroneles),que desde 23 de abril de 1857 pasaron a denominar-se ayudantes de órdenes. A ellos se sumaban algu-

El Rey consorte Don Francisco deAsís, para quien se creó el primer

Cuarto Militar en 1855Debajo, el general don Joaquín Fitor,

primer jefe del mismo

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El 27 de septiembre de 1855se nombró ayudante-secretario delCuarto del Rey a don Manuel CamposDomínguez, coronel graduado y co-mandante de Infantería; pocos díasmás tarde, el 9 de octubre, se le equi-paró en sueldo y raciones a los ayu-dantes de campo. En esa primera eta-pa, este secretario dependía delmayordomo mayor y jefe superior dePalacio, en cuyas dependencias seocupaba de los asuntos del Cuarto delRey; pero la real orden de 21 de mar-zo de 1864 (Gaceta de Madrid del 27)dispuso que en el propio Cuarto hubie-se un secretario con grado de jefe delEjército y con las mismas considera-ciones que los ayudantes de órdenes.En 1863 se mandó que los miembrosdel Cuarto del Rey pasasen revistaanual de inspección como el resto delos integrantes del Ejército.

Las retribuciones a los miem-bros del Cuarto del Rey se realizabanen 1855 por la Tesorería General de laReal Casa y Patrimonio, pues estabamandado que aquellos disfrutarán so-bre su sueldo pasivo -o sea, el militar-el que percibían los mencionadosGentiles hombres que se habían supri-mido, a razón de 40.000 reales anua-les el primer ayudante, 30.000 realeslos segundos ayudantes brigadieres,24.000 los segundos ayudantes coro-neles, y 14.000 reales los ayudantesde órdenes. Sin embargo, el real de-creto de 4 de mayo de 1866 establecióque en adelante no se diesen gratifica-ciones a los generales, ni al secreta-rio, ni a los ayudantes de órdenes; pe-ro sí a los coroneles (1200 realesánuos), a los tenientes coroneles(1000 reales), y a los capitanes (600reales). Además, todos los integrantesdel Cuarto del Rey tenían la conside-ración de plazas montadas, y en talconcepto se les entregaban dos racio-nes diarias de pienso y forraje a losgenerales, y una ración semejante alos demás ayudantes.

Se conservan las cuentas delCuarto del rey presentadas, desde1863 a 1868, al administrador del RealPatrimonio: en general ofrecen pocointerés, pues los gastos eran muy mo-destos, limitándose al escritorio, co-

rreo, alumbrado, recados, pan, azucarillos, vino, viajes

nos ayudantes de ordenanza, en nú-mero indeterminado -en 1868 erancuatro, tres coroneles y un tenientecoronel-, que eran los oficiales subal-ternos asignados a las órdenes de to-do oficial general -y el Rey Don Fran-cisco de Asís lo era, así como el jefedel Cuarto-.

Entonces se nombró jefe delCuarto del Rey al teniente general donAntonio de Urbiztondo, Marqués de LaSolana, que procedía del campo car-lista y que falleció unos meses des-pués (el 26 de abril de 1857), siendosustituido por el teniente general donJosé Sanz Cuadrado, un antiguo mili-ciano nacional, antiguo jefe de Alabar-deros, y de la Brigada de Guardias dela Reina. Y apenas un año más tardeocupó el puesto el también tenientegeneral don José de Lemery e Ibarro-la, Marqués de Baroja, quien sin dejareste puesto marchó en septiembre de1860 para ocuparse de la CapitaníaGeneral de Filipinas, volviendo a de-sempeñar esta jefatura desde noviem-bre de 1862 hasta junio de 1866. Des-pués del segundo mando de Lemery,el último jefe del Cuarto del Rey con-sorte fue el teniente general don Ma-riano Belestá González, que ya habíasido segundo ayudante. Pero el se-gundo ayudante de campo fue, duran-te todo ese decenio de 1858-1868, elya citado mariscal de campo don Joa-quín Fitor.

Entre los ayudantes de campodel Rey consorte, notemos a los ma-riscales de campo don Antonio Maríade Alós y López de Haro, futuro Mar-qués de Alós y vicepresidente delConsejo Supremo de la Guerra; y adon Ignacio de Echevarría y Castillo(1817-1898), futuro Marqués de Fuen-te Fiel, ministro de la Guerra y directorgeneral de Carabineros.

Los integrantes del Cuartoasistían a todas las ceremonias palati-nas, en las mismas condiciones quelos gentileshombres de cámara -em-pleo por cierto del mayor prestigio, co-mo reservado en la práctica a losGrandes de España y a sus primogé-nitos-. Además, ya entonces acompa-ñaban al Rey en sus viajes al extranje-ro, siendo su jefe distinguido con cruces por el Rey dePortugal y por el Emperador Napoleón III.

Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [6]

Uniforme de ayudante del Rey con-sorte que perteneció al brigadier

Bouligny y se conserva en elMuseo del Ejército

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mente creado por real decreto de 3de febrero de 1871 (Gaceta de Ma-drid del 4)(12). En principio se com-puso de un teniente general jefe, yde los ayudantes de campo y deórdenes que se considerasen ne-cesarios para el real servicio, pro-cedentes tanto del Ejército comode la Armada, los primeros con elgrado de mariscal de campo a co-ronel, y los segundos con el de te-niente coronel a capitán.

El mismo decreto fundacionalmandó que todos ellos vistieran eluniforme respectivo de sus Cuer-pos de procedencia, aunque anun-ció la creación de un distintivo es-pecial. Se verificó esto por realorden de 27 de julio de 1871, porla que S.M. aprobaba el modelo dehombreras metálicas que debíanusar todos sus ayudantes, de cam-po y de órdenes(13). De un gustomuy italiano, se conserva ejemplarde ellas en el Museo del Ejército.

El reglamento definitivo, con-cebido y redactado por el tenientegeneral de la Gándara, fue aproba-do bajo la denominación de Ins-trucciones por real decreto de 10de enero de 1872 (Gaceta de Ma-drid del 11), e incluía muchas no-vedades. En primer lugar, confirmóla denominación de Cuarto Militar -recordemos que no fue ése elnombre oficial del que sirvió al Reyconsorte-. En segundo lugar, quelo que se quiso crear, y así estáexpresado en los documentos, fueuna distinguida Plana Mayor al ser-vicio del Rey constitucional y de-mocrático, y sobre todo profesionaly completamente ajena a los vaive-

nes de la política, en la que, en las propias palabrasde Gándara, no puede ni debe haber más títulos derecomendación que el valor, el saber, la experiencia,la capacidad, la virtud, la constancia, la lealtad. Portodas estas razones, sus dimensiones fueron muy cre-cidas, y sus dependencias numerosas. En tercer lu-gar, que se reconoció al jefe del Cuarto Militar un ran-go palatino igual, e incluso superior si su antigüedadera mayor, que el del propio mayordomo mayor. Encuarto lugar, que por primera vez se encomendó aese jefe la función de velar por la seguridad de la per-sona del Rey. En quinto lugar, que también por vezprimera los generales, jefes y oficiales de la Armadaformaron parte del Cuarto Militar, por cierto que en nú-

de los subalternos, adquisición dela Guía Oficial de España, suscrip-ción a la Gaceta de Madrid... y pocomás. Pero delatan la existencia deun portero y de dos escribientes, alos que se daba una gratificaciónanual.

Mención aparte merece launiformidad de los integrantes delCuarto del Rey. Ya hemos visto quelos uniformes de los ayudantes decampo solían ser llamativos, e in-cluso caprichosos; los del Cuartodel Rey se establecieron medianteel real decreto de 23 de abril de1857, y modificados por otra realorden de 7 de enero de 1859, quelos describía así: casaca azul iguala la levita, cartera con tres sardine-tas y otra en el cuello, con botón.Pantalón azul con galón de oro enla costura; bota larga y espolín deoro; sombrero apuntado con galónde oro, cadenilla con botones deayudantes; espada con empuñadu-ra de marfil, y cazoleta con las Ar-mas Reales; como abrigo, un ran-glán blanco, sin vivos, del largo deuna cuarta bajo la rodilla, y esclavi-na con cuatro botones. En el Museodel Ejército se conserva el uniformede ayudante del Rey consorte queperteneció al brigadier don Joaquínde Bouligny y Fonseca, que es ver-daderamente impresionante(11); estáademás representado en varias fo-tografías coloreadas de las colec-ciones del Palacio Real de Madrid -algunas de ellas ornamentan lasdependencias del actual Cuarto Mi-litar-. Todos los ayudantes de S.M.debían usarlo en Palacio, y ademásquedaban autorizados a continuarvistiéndolo después de su salida del Cuarto, pero sinlos cordones, y fuera de actos del servicio militar.

La revolución de septiembre de 1868 -la Glo-riosa- dio al traste con toda la corte isabelina, y conella desapareció el Cuarto del Rey. No hay noticias deque el general Serrano, Duque de la Torre y regentedel reino, tuviese a su servicio ninguna institución se-mejante.

El Cuarto del Rey Don Amadeo I

Al Rey Don Amadeo, que juró la Constituciónde 1869 el 2 de enero de 1871, se le preparó desde elMinisterio de la Guerra un verdadero Cuarto Militar -por vez primera se denominó así-, que se concibió ypreparó en diciembre de 1870, pero que fue formal-

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Retratos de dos coroneles ayudantes delRey consorte hacia 1866, que se conser-

van en el Palacio Real de Madrid(agradezco al general de la Corte su ama-

bilidad al facilitarme estas imágenes)

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mero significativo -los primeros de todos ellos fueronlos capitanes de navío don Eduardo Butler Anguita ydon Juan Romero Moreno-. En sexto lugar, que parael conveniente fomento y continuidadde los estudios, se propuso la creaciónde un pequeño Gabinete Topográfico yde una Biblioteca Militar técnica. Y, porfin, que aunque el nombramiento y elcese quedaron al arbitrio del Rey, elmonarca escogía sus ayudantes deentre los seis propuestos como másidóneos por Guerra o por Marina, esta-bleciéndose finalmente un plazo dedos años para el servicio de los gene-rales, jefes y oficiales en el nuevoCuarto Militar, pues transcurrido esetiempo debían salir de allí a otros des-tinos, sin que fuese posible el retornohasta pasados otros dos años.

El nuevo cuarto militar del pri-mer y único monarca de la Casa deSaboya quedó formado desde enton-ces por un jefe, capitán general o te-niente general, con el mismo rango pa-latino que el mayordomo mayor, nadamenos, y con el anejo cargo de direc-tor general del Cuerpo de Guardiasdel Rey(14); un segundo jefe y primerayudante de campo de S.M., subdirec-tor del Cuerpo de Guardias del Rey,con grado de mariscal de campo delEjército; seis ayudantes de campo congrado de generales; un secretario; ydoce oficiales de órdenes, tenientescoroneles y comandantes o capitanesde fragata y tenientes de navío de pri-mera clase. Estas plaza quedaron dis-tribuidas entre los jefes procedentesde Infantería y Caballería (tres tenien-tes coroneles y tres comandantes), Ar-tillería (un teniente coronel y un co-mandante), Ingenieros (una plaza),Estado Mayor (otra plaza, alternadaen grado con la del Cuerpo antecedente), y la Armada(un capitán de fragata y un teniente de navío de pri-mera clase).

Al mando del general jefe del Cuarto Militarquedaron, además de los mencionados veinte ayu-dantes de campo y de órdenes, y demás subalternos,el comandante general del Cuerpo de Guardias delRey (brigadier don Agustín de Burgos); el director dela Real Armería (don Juan Prats Argila, coronel de In-fantería); y el comandante la división naval de las Re-ales Falúas surtas en Aranjuez (don Victoriano DíazHerrera, capitán de fragata). Por vez primera hubo enel Cuarto un oficial médico de Sanidad Militar, con gra-do de primer ayudante mayor, que también atendía a

los guardias del Rey.

Los primeros nombramientos están fechadosen la última semana de diciembre de1870 -es decir, antes incluso de la for-mal creación del Cuarto Militar-. El pri-mer jefe fue el teniente general donJuan de Zavala y de la Puente, I Mar-qués de Sierra Bullones y Grande deEspaña, varias veces ministro de laGuerra, y además de Estado y de Ma-rina, y presidente del Consejo de Mi-nistros. Tras su dimisión en abril delmismo año, le sucedió con carácteraccidental el primer ayudante mariscalde campo de la Gándara, que fue titu-lar desde su ascenso a teniente gene-ral en noviembre de 1871. Dimitió a suvez en mayo de 1872. Los dos últimosjefes, Rossell y Tassara, lo fueron conel carácter de accidental, en su condi-ción de primeros ayudantes del Rey.

El secretario del Cuarto Militaramadeísta fue don José Almirante To-rroella (1823-1894), entonces coronelde Ingenieros y más tarde general ycelebérrimo escritor e historiador mili-tar. Y de entre las numerosas perso-nas que tuvieron destino en el CuartoMilitar, además del citado Almirante,son de recordar el también citado bri-gadier Burgos Llamas (1828-1892) yal brigadier don Segundo de la Portilla(1819-1884), ambos futuros tenientesgenerales y directores generales de laGuardia Civil; el comandante don Ce-lestino Fernández-Tejeiro Homet(1840-1911), muy distinguido luego enlas campañas de Filipinas; el tenientede navío don Emilio Díaz Moreu(1846-1913), futuro heroico coman-dante del acorazado Cristóbal Colónen el combate de Santiago de Cuba, amás de diputado y senador; y sobre

todo el mariscal de campo don José López Domín-guez, que tras distinguirse mucho en todas las campa-ñas de su tiempo llegaría a ser capitán general delEjército en 1895.

Notemos, entre los ayudantes de órdenes delRey, a los que lo eran del general Prim en el momentode su asesinato, incluido su hijo homónimo el capitánDuque de los Castillejos: por real decreto de 10 deenero de 1871, todos ellos fueron integrados en elCuarto Militar, o se les concedieron los honores deayudantes de órdenes. Porque fue entonces cuandose inició la costumbre de dar el nombramiento de ayu-dante de campo honorario de S.M., o de ayudante deórdenes honorario de S.M., a los más distinguidos ge-

Arriba, palas o caponas señaladasa los ayudantes del Rey AmadeoDebajo, retrato del general don

Juan de Zavala, Marqués de SierraBullones y primer jefe del Cuarto

Militar amadeísta

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nerales, jefes y oficiales, al tiempoen que cesaban en sus destinos enel Cuarto Militar. Una costumbreque pasó a ser ley mediante el artí-culo 15 del reglamento de 10 de fe-brero de 1872.

Un real decreto de 25 defebrero de 1871 aclaró cómo habíade ser la salida de los ayudantesde campo y de órdenes, al cesaren sus destinos; y una real ordende 10 de abril del mismo año reco-noció a todos ellos el derecho a te-ner soldados asistentes. Finalmen-te, otra dictada en noviembreasignó los siguientes sueldos, cier-tamente elevados: al Jefe del Cuar-to Militar, 80.000 reales anuales; alprimer ayudante, 30.000 reales; alos ayudantes de campo marisca-les de campo, 20.000 reales; a losbrigadieres, 16.000 reales; y a losayudantes de órdenes, 8.000 rea-les.

La primera República espa-ñola, proclamada por las Cortes el11 de febrero de 1873, abolió, natu-ralmente, la Casa del Rey el 15 defebrero de 1873, y con ella el Cuar-to Militar del Saboyano -el Cuerpode Guardias del Rey fue disueltodos días antes-. Ninguno de los su-cesivos dirigentes republicanos, in-cluido el ubicuo general Duque dela Torre -antiguo regente y despuésflamante presidente del Poder Eje-cutivo de la República- tuvo a suservicio una semejante institucióncastrense.

El Cuarto militar del Rey DonCarlos VII

El monarca carlista tuvo, almenos durante la tercera guerra(1872-1876) su propio Cuarto Mili-tar, del que conocemos pocos de-talles. Lo componían un general je-fe, un general secretario decampaña, entre dos y cuatro ayu-dantes de campo (todos generalessin mando), seis ayudantes de ór-denes, y un gentilhombre. Fueronsus jefes sucesivos el brigadier donVicente del Alcázar y Vera de Ara-gón, Duque de la Roca; el mariscalde campo don Bartolomé Benavi-des Campuzano; el teniente gene-

ral don Antonio Díez de Mogrovejo;y por fin el teniente general donRafael Tristany Parera, Conde deAvinyó. El secretario de campañalo fue durante toda la guerra el ge-neral don Isidoro de IparraguirrePortillo. Y ayudantes de órdenesdel monarca lo fueron don José deSuelves Montagut, Marqués de Ta-marit; don José María de OrbeGaytán de Ayala, primogénito delMarqués de Valdespina; donEduardo de Respaldiza; y don JoséPonce de León(15).

Del Cuarto Militar del Rey de-pendieron las tropas de Casa Real,es decir el Batallón de Guías delRey, fundado en 1873, que tomóparte en numerosos combates, su-cesivamente mandado por los co-roneles don Adolfo Barraute Elío ydon Carlos Calderón y Vasco; y elEscuadrón de Guardias a Caballo oReal Cuerpo de Guardias deCorps, organizado en junio de1874, que era el custodio del céle-bre estandarte de la Generalísimay que fue mandado sucesivamentepor los coroneles don Fernando Or-dóñez y don Manuel Fernández deVillavicencio Corral y Cañas, Mar-qués de Vallecerrato(16).

El Cuarto militar del Rey Don Al-fonso XII

Pocas semanas después de laproclamación de Don Alfonso XIImediante el golpe de estado in-cruento dado en los campos de Sa-gunto el 29 de diciembre de 1874,se produjo un movimiento político,bastante natural, de retorno a lasesencias monárquicas isabelinas.Muchas de las instituciones y leyesde aquel reinado, abolidas o modifi-cadas durante el turbulento Sexe-nio revolucionario, fueron puestasen vigor de nuevo.

En tal contexto, y dada la pre-cariedad del momento(17), nombróel Ministerio-Regencia como jefeen comisión del Cuarto Militar delRey(18)-y al parecer sin ampararseen disposición legal alguna- al te-niente general don Fernando Pri-mo de Rivera, futuro Marqués deEstella, quien apenas sirvió el car-

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Arriba, el general don Rafael Tristany,Conde de Avintó, último jefe del CuartoMilitar de Don Carlos VII en 1875-1876

En el centro, el general don Antonio Díezde Mogrovejo, que le precedió en dicho

cargo en 1874-1875Abajo, el Pretendiente con sus ayudantes,

en una imagen tomada hacia 1873

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go durante un mes.

El Rey, por real decreto de 29 de marzo de1875, dispuso ya el desempeño del servicio militar aMis inmediatas órdenes -notemosque en su texto no se menciona elnombre de Cuarto Militar-, por partede seis ayudantes de campo (todosoficiales generales del Ejército) yseis ayudantes de órdenes (todoscoroneles o tenientes coroneles delas distintas Armas del Ejército),nombrados y separados librementepor el monarca. Podría haber, ade-más, ayudantes de ambas clasesprocedentes de la Armada. El jefe detodos, con título de tal y de primerayudante del Rey, habría de ser ca-pitán general o teniente general delEjército. Novedad de esta norma fueque a todos los ayudantes regios seles permitía salir a campaña sin pér-dida del destino. Y ya en esa dispo-sición se mandó que el tiempo máxi-mo de permanencia en estosdestinos fuese el de dos años; plazoque fue ampliado a tres años por re-al de decreto de 22 de octubre de1883 (Gaceta de Madrid del 23). LaSecretaría del Cuarto Militar, nomencionada en el decreto pero quesin duda existió desde el primer mo-mento, la servía un jefe del Ejército,que a veces fue coronel y a vecescomandante. Finalmente, el real de-creto preveía la implantación de undistintivo propio para los ayudantesdel Rey.

Y ese distintivo fue aprobadopor real orden de 17 de noviembre de 1875, y consis-tió en un lazo de seda roja, con fleco de oro, sobre elcual figuraba la cifra del monarca en latón dorado. Ha-bía de lucirse sobre el lado derecho del pecho, encimade la onda que forman los cordones de oro, supri-miéndose en estos los tres pasadores de corona, sus-tituidos por un simple nudo. Más tarde se extendió eluso de este prestigioso distintivo a quienes cesasenen sus destinos de ayudante, por real orden de 24 deenero de 1877.

Se sucedieron en la jefatura del Cuarto Militar,a lo largo del decenio de aquel reinado alfonsino, losprestigiosos tenientes generales Marqués de Irún, donTomás O’Ryan, Marqués de Torrelavega, don EmilioTerrero Perinat, y Marqués de Peña Plata.

Al comienzo de este reinado de Don AlfonsoXII, el Cuarto Militar salió por vez primera a campaña,acompañando al monarca, que partió hacia el Norte

el febrero de 1875 para enfrentarse a las aguerridastropas de Don Carlos VII. Y en esa campaña hubo unsuceso bien notable, y fue en las posiciones de Lácar

(Navarra) el 3 de febrero, donde elRey Alfonso estuvo a punto de caerprisionero, salvándose gracias a laintervención de su pequeña escoltade Caballería... y de sus propios ayu-dantes de campo, que sin dudarlo unmomento empuñaron las armas paracubrir a la Real Persona.

Del plantel de generales y ofi-ciales que sirvieron a aquel monarcaen su Cuarto Militar -los primerosfueron nombrados por el MinisterioRegencia en 17 de enero de 1875-,notemos al brigadier don José Gó-mez de Arteche (1821-1906), el cé-lebre escritor militar, magno especia-lista en la guerra de laIndependencia; al capitán de navíodon Cesáreo Fernández Duro (1830-1908), no menos acreditado historia-dor naval y marítimo; al brigadier donJuan de Contreras Martínez (1834-1906), que en 1875 mandó la memo-rada carga de los Lanceros del Reycon la que se decidió la batalla deTreviño; a los brigadieres don JoséCoello de Portugal y Quesada (1830-1906), y don Luis Dabán (1841-1892), futuros tenientes generales ydirectores de la Guardia Civil; al bri-gadier don Juan Pacheco (1835-1917), y al coronel don Federico Ala-meda Liancourt (1826-1908), quellegarían a mandar ambos, siendo yatenientes generales, el Real Cuerpode Alabarderos; y al mariscal de

campo don Sabas Marín González (1828-1901), futurocapitán general y gobernador de Cuba y de Puerto Ri-co.

Como corresponde a una institución dotada deun neto carácter doméstico, como basada en la con-fianza personal del monarca, la muerte del Rey DonAlfonso XII en el otoño de 1885 causó el cese inme-diato de todos los altos jefes de la Real Casa. Un ceseque se manifestaba al público desde muy antiguo enel propio ceremonial de la corte, pues en el mismomomento en que, ya a las puertas de la real basílicade El Escorial, y abierta la caja del féretro, el mayor-domo mayor y jefe superior de Palacio, tras llamar portres veces en alta voz a su difunto soberano, le decíaal prior del Monasterio, presente allí como custodio delPanteón de Reyes: puesto que S.M. no contesta, escierto que muerto está, y yo os entrego ahora su cuer-po. Y, acto seguido, rompía con la rodilla su bastón de

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El lazo de seda roja con la Cifra Realque desde 1875 sirvió de insignia a los

miembros del Cuarto Militar del Rey

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( 1 8 3 9 - 1 9 0 9 ) ,distinguido en1898 en la bata-lla naval de San-tiago de Cuba; ya don Rafael deCeballos-Esca-lera y de la Pe-zuela (1832-1888), brigadierde Caballería ylaureado de SanFernando, cuyolazo emblemáti-co de tal ayu-dante se conser-va en mi casa.

No hubo varia-ción en punto auniformidad: losgenerales y je-

fes adscritos al Cuarto Militar habían de vestir el uni-forme de sus Cuerpos de procedencia, pero usandocomo insignia el lazo rojo con la cifra regia sobre el la-do derecho del pecho.

Finalmente, aunque se anunció en el decretoconstitutivo de 1886 la formación de un reglamentoespecial para los servicios de paz y de guerra, organi-zación del servicio y determinación del ceremonial pa-latino, no parece que el proyecto llegase a término.

El Cuarto Militar de la Reina Regente fue di-suelto por real decreto signado por aquella virtuosaseñora el 16 de mayo de 1902, esto es, la víspera dela mayoría de edad legal de su hijo el Rey Don Alfon-so XIII.

El Cuarto militar y la Casa militar del Rey Don Al-fonso XIII

El nuevo y jovencísimo monarca, mediante re-al decreto de 17 de mayo de 1902 (Gaceta de Madriddel 18), fecha en la que cumplía su mayoría de edad,creó su propio Cuarto Militar con la misma planta delque hasta la víspera había tenido el de su augustamadre. Pero, a diferencia de lo observado tanto por elRey Don Amadeo -que incluyó en su Cuarto Militar alos ayudantes del asesinado general Prim-, como porla Reina Regente Doña María Cristina -que hizo lomismo con los que habían pertenecido al Cuarto Mili-tar de Don Alfonso XII-, quiso quizá hacer un alardede su recién estrenada autoridad, nombrando nuevosjefes y ayudantes de su Cuarto Militar(20), sin acogeren esta nueva institución a ninguno de los que habíanintegrado la antecedente. Lo encabezó el teniente ge-neral don Rafael Cerero Sáenz.

Mayor alcance tuvo la reforma realizada me-diante el real decreto de 24 de septiembre de 1907(Gaceta de Madrid del 26), ya que el Cuarto Militar pa-

mando y dejabalos pedazos so-bre el cadáver,antes de cerrarseel ataúd, momen-to en el que yasu autoridad ce-saba de iure y defacto, como la detodos los jefes dela Casa del Reydifunto. Así severificó tambiénentonces por par-te del mayordo-mo mayor -el re-cordado Duquede Sesto y Mar-qués de Alcañi-ces-, el 29 de no-viembre de 1885.

El Cuarto militar de la Reina Regente

El 17 de diciembre de 1885 (Gaceta de Ma-drid del 18) firmaba la viuda, ya como Reina Regente -sin determinar si lo sería en nombre de su hija primo-génita la entonces Princesa de Asturias, porque sedesconocía el sexo de la criatura que en su seno lle-vaba-, el real decreto por el que se formaba su propioCuarto Militar(19). Este nuevo Cuarto Militar quedabaintegrado por un jefe, capitán general o teniente gene-ral; dos oficiales generales con grado de mariscal decampo o brigadier; un jefe de la Armada con grado decapitán de navío o de fragata; y tres jefes del Ejércitocon grado de coronel o teniente coronel. Además, laRegente integró también a todos los ayudantes decampo y de órdenes que lo habían sido de su difuntoesposo, hasta que fueran cumpliendo su respectivotiempo en el destino.

El real decreto de 5 de julio de 1888 (Gacetade Madrid del 6) aumentó hasta cinco el número de je-fes del Ejército adscritos al Cuarto Militar; y el de 2 deabril de 1891 hizo lo propio respecto de los jefes de laArmada, sumando uno más a la plantilla existente.Desde entonces, el Cuarto Militar quedó formado porun capitán general o teniente general, jefe; dos gene-rales de división o de brigada del Ejército; un contral-mirante o capitán de navío de la Armada; cinco coro-neles o tenientes coroneles del Ejército; y doscapitanes de navío o de fragata de la Armada.

De entre los militares y marinos que pertene-cieron al Cuarto Militar de la Reina Regente entre1886 y 1902, quiero recordar al general de divisióndon Ramón Echagüe Méndez de Vigo, Conde del Se-rrallo (1852-1917), que llegaría a ser jefe del CuartoMilitar de su hijo y comandante general de Alabarde-ros; al capitán de navío don Juan Cervera Topete

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El Rey Don Alfonso XII con su Cuarto Militar, hacia 1880Les acompaña la Reina Doña Mará Cristina, futura Regente

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só a denominarse Casa Militar de S.M. el Rey, deci-sión muy acorde con la vieja tradición de la Casa deAustria de ser el monarca el único que tenía Casa pro-pia, mientras que los demás miembros de la Real Fa-milia tenían señalado solamente un Cuarto. Además,su jefe pasó a ser el que fuera comandante general de

Alabarderos, con grado de capitán general o tenientegeneral. En caso de ausencia o enfermedad de estejefe, le sustituían dos de sus subordinados: en la CasaMilitar, el general ayudante de campo más caracteri-zado -es decir, más antiguo-; en el Cuerpo de RealesGuardias Alabarderos, su respectivo general de divi-

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En la página antecedente dieciséis de los sucesivos jefes del Cuarto Militar durante la Restauración: en el sentido de la lectura, lostenientes generales Fernando Primo de Rivera , Marqués de Estella (1875), Manuel de la Serna, Marqués de Irún (1875), TomásO’Ryan (1877), Francisco de Ceballos, Marqués de Torrelavega (1879), Emilio Terrero (1881), Ramón Blanco, Marqués de PeñaPlata (1883), Juan de Córdova (1886), Enrique Enríquez, Conde de las Quemadas (1889), Camilo García de Polavieja, Marquésde Polavieja (1894 y 1903), Vicente de Martitegui (1896), Rafael Correa (1897), Manuel Delgado Zuleta (1899), Ramón de Echa-

güe, Conde del Serrallo (1907), Joaquín Sánchez Gómez (1910), Ángel Aznar (1913) y Luis Huerta (1917)Y ya sobre estas líneas, los últimos jefes de la Casa Militar alfonsina: los tenientes generaless Joaquín Miláns del Bosch (1920),

José Cavalcanti, Marqués de Cavalcanti (1924), Dámaso Berenguer, Conde de Xauen (1926), y Felipe Navarro Ceballos-EscaleraBarón de Casa Davaillo (1930)

El Rey Don Alfonso XIII con su primer Cuarto Militar, en 1902

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sión segundo jefe. Integraban, además, la Casa Militartres ayudantes de campo, dos de ellos generales dedivisión o de brigada del Ejército, y el tercero contral-mirante o capitán de navío de prime-ra clase(21); siete ayudantes de órde-nes, cinco de ellos con grado decoronel, teniente coronel o coman-dante del Ejército, y los otros dos decapitán de navío, de fragata o tenien-te de navío de primera clase de la Ar-mada(22); y por último dos ayudantessecretarios (jefes del Ejército losdos). Se reservaba el monarca la po-sibilidad de servirse de otros genera-les o jefes de los dos ejércitos, conel carácter de sus ayudantes honora-rios.

Otras dos novedades supusoesta reforma: que el tiempo de per-manencia en la Casa Militar se am-plió a cuatro años; y que en adelantetodos los que fueren ayudantes decampo o de órdenes de S.M. tendrí-an, tras su salida de la Casa Militar,el título honorífico de ayudantes ho-norarios.

Del examen de las cuentasde aquel Cuarto Militar, que se con-servan muy completas desde1902(23), diremos que son de escasarelevancia y cuantía, limitándose alos gastos ordinarios de material deescritorio y viajes. Únicamente llamala atención, en las del año 1909, laadquisición en Austria de una ame-tralladora Steyr con todos su acceso-rios, en 8.021 francos ¿un regio capricho quizá?.

A lo largo de todo el reinado no se innovó na-da en cuanto a uniformidad: todos los miembros delCuarto Militar y de la Casa Militar del Rey continuaronvistiendo los uniformes reglamentarios de sus Cuer-pos de procedencia, sin más distintivo que el sólito la-zo rojo con la cifra del monarca, sobre el lado derechodel pecho. Los ayudantes titulares ostentaban los cor-dones dorados con tres bellotas en el hombro dere-cho, y los honorarios en el izquierdo.

Dos días después de la proclamación del régi-men republicano, el decreto del Gobierno Provisionalfechado el 16 de abril de 1931 declaró la disolución dela Casa Militar del Rey, y del Real Cuerpo de GuardiasAlabarderos.

El Cuarto militar de S.E. el Presidente de la Repú-blica Española

El golpe de estado incruento que en abril de1931 proclamó el régimen republicano (ya de por sípoco afecto al militarismo hasta entonces imperante),

llevó a la Jefatura del Estado a don Niceto Alcalá-Za-mora y Torres: una persona que, a pesar de haber si-do ministro de la Guerra, no era apenas aficionado a

los asuntos militares. Tampoco lo fue-es bien conocido- quien le sucedióen el cargo en la primavera de 1936,es decir don Manuel Azaña Díaz.Estas circunstancias políticas y per-sonales explican que la antigua Ca-sa Militar del Rey fuese sustituidapor un organismo de mucha menorentidad, y más bajo perfil político,como denota su propio nombre deCuarto Militar. De hecho, es muyprobable que el mantenimiento deun organismo castrense en la Casapresidencial obedeciera a una nece-sidad política de conservar el nexo -es decir, el control- con el estamentocastrense.

La Casa Oficial del Presidentede la República fue creada casi almismo tiempo en que se promulgóla Constitución republicana, esto es,por una ley fechada el 5 de diciem-bre de 1931(24), que la organizaba entres sencillas dependencias: la Se-cretaría General, el Cuarto Militar, yel Introductor de Embajadores. Laorden de 9 de diciembre del mismoaño (Gaceta de Madrid del 10) dictólas reglas para su formación, esta-bleciendo que hubiese en el CuartoMilitar seis ayudantes del Ejércitoprocedentes cada uno de EstadoMayor, Infantería, Caballería, Artille-

ría, Aviación -esto fue novedad- e Ingenieros, y dosayudantes de la Armada. Y que, entre los jefes y ofi-ciales agregados (que en todo caso tendrían la consi-deración de ayudantes de S.E.), se contasen un de laGuardia Civil y otro de Carabineros. Uno de esos je-fes agregados sería secretario del Cuarto Militar, quecontaría además con un oficial de Oficinas Militares.Los gastos de representación y gratificaciones sobreel sueldo asignadas a cada uno fueron las siguientes:al general jefe, 10.000 pesetas anuales para gastosde representación; al contralmirante, 6.000 pesetaspara idem; a los ocho jefes ayudantes, 4.000 pesetascomo gratificación; al comandante secretario, lo mis-mo; a los dos jefes agregados, 4.000 pesetas de gra-tificación; a los seis oficiales agregados, 3.000 pese-tas de gratificación; y lo mismo al oficial de OficinasMilitares. Este capítulo presupuestario sumaba, pues,80.000 pesetas al año, siendo el presupuesto generalde la Casa presidencial de 750.000 pesetas.

El Cuarto Militar presidencial quedó integradopor poco más de quince personas: un general de divi-

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El lazo de seda roja con la Cifra Realde Alfonso XIII, fue sustituida por losrepublicanos por la insignia metálica

que se muestra debajo de estas líneas

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Azaña, formalizada en suelofrancés el 27 de febrero de1939, y con ella tuvo lugar la di-solución de los restos de suCuarto Militar. Sus integranteshuyeron a Francia -como el ge-neral Masquelet, que no regresóhasta varios años después-, obien arrostraron las consecuen-cias de permanecer en Españaa la merced de los vencedores -como hizo el contralmirante donGuillermo Díaz Arias-Salgado(26)-.

La Casa militar de S.E. el Ge-neralísimo

Hasta la conclusión victoriosade la guerra civil el 1º de abril de1939, no quiso el Generalísimo

formar una verdadera Casa que le sirviera en sus obli-gaciones como Jefe del Estado español, estandoatendido hasta entonces por un castrense estado ma-yor, mucho más idóneo para las arduas jornadas béli-cas.

Pero el 5 de septiembre de 1939, cuando aúnestaba radicado en Burgos, dictó un decreto a travésdel Ministerio del Ejército (Boletín Oficial del Estadodel 10), disponiendo la creación de su Casa Militar,compuesta por un Cuartel General, Tropas y Servi-cios(27).

Diez días más tarde, un nuevo decreto del ge-neral Varela, ministro del Ejército (BOE del 17), dabaya forma a dicho organismo, estableciendo sus planti-llas, modificadas enseguida por una orden ministerialde 7 de octubre (BOE del 12). Al frente de la Casa Mi-litar se puso a un jefe con grado de general de divisióndel Ejército; integrando además el Cuartel General unsegundo jefe, general de brigada del Ejército; siete

sión primer jefe; un contralmi-rante segundo jefe; ocho ayu-dantes personales (sic) y unayudante honorario; más dos je-fes y cuatro oficiales agregados.

Notemos que una bue-na parte de quienes tuvierondestino en aquel Cuarto Militar,si no la mayoría, fueron muyafectos al régimen republicano.También, que fue entoncescuando se dio a la Armada unmayor reconocimiento, al reser-var la segunda jefatura delCuarto Militar a un contralmiran-te.

El 15 de febrero de1932 se creó el Distintivo de losGenerales, Jefes y Oficiales delCuarto Militar de S.E. el Presidente de la República,que consistía en una estrella roja de cinco puntas, file-teada de oro y terminadas cada una en una bola delmismo metal. En el centro, un círculo morado, filetea-do de oro, con la inscripción “Cuarto Militar del Presi-dente de la República”, y al centro el cuartelado deCastilla, León, Aragón y Navarra y Granada, y encimala corona mural. En los ángulos, una ráfaga de oro desiete medias cañas lisas de remate reducido. Las di-mensiones del círculo que formaba la estrella eran de50 mm, el círculo central tenía un diámetro de 23 mm,la ráfaga central tenía 7 mm, y la corona 11 mm. Estedistintivo seguía las pautas de presentación monárqui-cas, esto es: se lucía en el lado derecho del pecho, enel centro y a la altura del segundo botón de la guerre-ra; los jefes y oficiales que hubiesen abandonado taldestino lo lucirían de la misma manera pero en el ladoizquierdo del pecho(25).

Tras la completa derrota de los de su bandoen la guerra civil se produjo la dimisión del presidente

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Arriba, tres de los cuatro sucesivos jefes del Cuarto Militar de S.E. el Presidente de la República Española: los generalesGonzalo Queipo de Llano (1931), Domingo Batet (1934) y Carlos Masquelet (1936)

Debajo, un grupo de jefes y oficiales del Cuarto Militar republicano en actitud jocosa, en 1933

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viles, 6 autocares y 7 camiones pesa-dos. Por último, la Pagaduría y Habilita-ción. El batallón de fusileros estaba acargo de la guardia exterior de la resi-dencia de S.E., reforzada en punto aseguridad por la compañía de la Guar-dia Civil. La guardia interior de la resi-dencia quedó encomendada a una com-pañía integrada por hombres del Partidoúnico muy seleccionados por su adhe-sión al Caudillo.

Casi diez años después se produjo laprimera reforma importante de la CasaMilitar de S.E. el Jefe del Estado, y serealizó según lo dispuesto en el decretode 4 de febrero de 1949 (BOE del 11).Desde entonces quedó integrada por unteniente general, jefe; un general de di-visión, segundo jefe, procedente de

cualquiera de los tres Ejércitos; siete ayudantes decampo, todos generales o jefes de cualquiera de lostres Ejércitos; y un número indeterminado de ayudan-tes honorarios.

La antigua agrupación de Tropas y Servicios

ayudantes de órdenes de S.E., todos je-fes de cualquier arma o cuerpo del Ejér-cito; tres ayudantes de campo de losgenerales jefe y segundo jefe, igual-mente jefes del Ejército; y a otro jefe ydos oficiales subalternos del Ejército en-cargados de la Secretaría. En esta últi-ma dependencia se ubicaban una cen-tral telefónica, un gabineteradiotelegráfico y una estafeta de corre-os.

Aparte, la Casa Militar disponíade una agrupación de Tropas y Servi-cios al mando de un coronel, con suplana mayor de mando y su plana ma-yor administrativa; un batallón de trescompañías de fusileros, otra de fusile-ros moros, otra de guardia interior, yuna banda de música; un escuadrón decaballería mora y una sección de caballerizas; unacompañía mixta al mando de un capitán (destinos,motoristas y automovilismo); y otra compañía de laGuardia Civil con su capitán. Entre los elementos detransporte, 126 caballos, 35 motocicletas, 20 automó-

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Arriba, ocho de los quince sucesivos jefes de la Casa Militar de S.E. el Generalísimo: los tenientes generales José Moscardó, Con-de del Alcázar de Toledo (1939 y 1945), Agustín Muñoz Grandes (1943), Pablo Martín Alonso (1946), Francisco Franco Salgado-

Araujo (1954), Antonio Barroso (1956), Emilio Esteban Infantes (1957), Carlos Asensio Cabanillas (1958), Juan Castañón de Mena(1966) y Luis Díez-Alegría (1972)

Durante el Régimen franquistase retornó al uso del lazo de

seda roja y flecado, pero susti-tuyendo la cifra personal por unóvalo esmaltado con las armas

del Generalísimo

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pasó a denominarse Regimiento de la Guardia de S.E.el Jefe del Estado, y quedó bajo el mando directo deljefe de la Casa Militar. Por eso desde entonces, aun-que se mantuvo en general la costumbrede que los jefes y ayudantes vistieran susuniformes privativos de sus Cuerpos deprocedencia, el jefe de la Casa Militar ha-bría de vestir el vistoso uniforme del Re-gimiento. También se recuperó el uso dellazo rojo con sus flecos dorados comodistintivo, pero en vez de la cifra del Cau-dillo lucía sobre él un óvalo de latón dora-do con el emblema propio de la Casa Mi-litar -que no era otro que el escudo dearmas de Franco-.

La orden de 3 de julio de 1959(BOE del 17 de agosto) creó además, ba-jo el concepto de premio, el distintivo depermanencia en la Casa Militar y Regi-miento de la Guardia de S.E. el Jefe delEstado y Generalísimo de los Ejércitos, alque podrían optar todos los generales, je-fes, oficiales, suboficiales y personal delCuerpo Auxiliar Subalterno del Ejércitoque hubiesen estado allí destinados du-rante más de dos años -por cierto, concarácter retroactivo, es decir desde 1939-. La insigniaconsistía en un óvalo de latón dorado, de 37x30 milí-metros, esmaltado en rojo con el borde dorado, y ensu centro el escudo de armas de Franco, esmaltadoen sus colores.

De entre los muchos distinguidos militares quepertenecieron a aquella Casa Militar a lo largo de casicuarenta años, quiero recordar tan sólo a mi amigo elgeneral don Antonio Galbis Loriga, Conde de Morphy(1918-2003), que como coronel de Artillería fue ayu-dante del Generalísimo, pasando en noviembre de1975 a dar el mismo servicio a su sucesor el Rey. Re-cuerdo haber visto en su casa, bien enmarcadas, lasllaves de los despachos de ambos mandatarios.

La muerte del anterior Jefe del Estado causó,como es natural, el cese de todos los miembros de suCasas Civil y Militar, evidenciada públicamente en laescalinata de la basílica del Valle de los Caídos porlos respectivos jefes, don Fernando Fuertes de Villavi-cencio y el teniente general don Ernesto Sánchez-Ga-liano(28).

El Cuarto militar de S.m. el Rey Don juan Carlos I

La Casa de S.A.R. el Príncipe de Asturias fuecreada de facto, es decir sin que mediase acto oficialalguno, muchos años antes de su designación comoPríncipe de España en julio de 1969. Tuvo, pues,aquella Casa, de la que fue jefe el general Marquésde Mondéjar, un carácter palatino preferentemente do-méstico y semi-oficial, conservando S.A.R. todas lasposibilidades para el nombramiento y separación de

quienes la integraron. No contó, naturalmente, conninguna institución análoga a un Cuarto Militar, al me-nos hasta su designación como sucesor en el repetido

verano de 1969; pero ciertamente a partirde aquella fecha fueron varios los milita-res que estuvieron a su servicio. Esto ex-plica que por orden de 30 de abril de1974 (BOE del 13) se crease un distintivopropio para todos los generales, jefes, ofi-ciales y suboficiales destinados en la Ca-sa de S.A.R., consistente en un óvalo delatón dorado, de 35x30 milímetros, es-maltado de azul marino con el borde do-rado, y en su centro el escudo de armasel Príncipe. El distintivo era permanentetras dos años en dicha Casa, y tras salirde ella se lucía en el lado izquierdo delpecho, sobre los pasadores.

Tras la muerte del Generalísimo el 20de noviembre de 1975, se formó ensegui-da la Casa de S.M. el Rey, según real de-creto 2942, de 25 de noviembre (BOE del26): en virtud de esta norma, ciertamentemuy escueta, integraban esta instituciónla Jefatura de Protocolo, el Cuarto Militar,la Secretaría de S.M. y la Intendencia de

la Casa del Rey y Patrimonio(29). Los miembros de lasextinguidas Casas Civil y Militar del Generalísimo seintegraron en ella, junto a los miembros de la Casa delhasta entonces Príncipe de España.

Poco después, el 31 de diciembre de 1975,una orden del Ministerio del Ejército (Diario Oficial delEjército del 3 de enero de 1976) creaba el Cuarto Mili-tar -nombre, ya lo hemos visto, poco apropiado al tra-tarse del propio monarca-, bajo la jefatura de un te-niente general del Ejército de Tierra en situación deactividad, con atribuciones análogas a las de los capi-tanes generales de Región Militar -salvo las de justi-cia-, y cuyos principales cometidos serían los de ins-pección del Regimiento de la Guardia de S.M. el Rey,y de todos los servicios del Cuarto Militar. Los compo-nían además seis ayudantes de campo, todos con ca-tegoría de jefes, pertenecientes respectivamente ca-da uno a Infantería, Caballería, Artillería e Ingenierosdel Ejército, y los dos restantes a la Armada y al Ejér-cito del Aire; no obstante, ése número podría aumen-tarse si las necesidades del servicio lo aconsejasen.Finalmente, integraban el Cuarto Militar una Secreta-ría Técnica y el Regimiento de la Guardia de S.M. elRey.

Todos los miembros del Cuarto Militar eran li-bremente designados y separados por el Rey, y trassu salida de la Casa recibían automáticamente elnombramiento de ayudante honorario (llevando loscordones hacia el brazo izquierdo). En cuanto a la uni-formidad, la orden establecía que todos ellos, con laexcepción del teniente general jefe y de los seis ayu-

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Desde 1975, los miembrosdel nuevo Cuarto Militar deS.M. dejaron de utilizar el

tradicional lazo de seda ro-ja, flecado de oro, creado

un siglo antes, usando des-de entonces una simple

chapa de latón dorado, es-maltado con las armas del

Rey Don Juan Carlos I

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tuyese el del Cuarto Militar, que siempre se colocaríaprotocolariamente por delante de los subsecretariosdel Gobierno. Finalmente, la Secretaría Técnica pasóa denominarse Secretaría de Despacho.

La anterior normativa fue modificada por el re-al decreto 1677/1987, de 30 de diciembre (BOE del31), que afectaba directamente a la jefatura del CuartoMilitar: desde entonces, bastaba ser oficial general decualquier grado -y no ya teniente general o almirante-para ser jefe del Cuarto Militar; pero perdió la facultadde sustituir al jefe de la Casa de S.M. en sus ausen-cias. Las facultades de mando e inspección sobre laGuardia Real se le conservaron, pero expresándoseque las recibía por delegación del Jefe de la Casa.

Mayor importancia tuvo la reorganización de laCasa del Rey llevada por el real decreto 434/1988, de6 de mayo (BOE del 10), levemente modificado por elreal decreto 657/1990, de 25 de mayo (BOE del 26).Se trata de una norma de particular interés, por ser laúnica atinente a la Casa de S.M. el Rey que tiene unaexposición de motivos, lo que permite comprender lasrazones e intenciones del legislador. La Casa quedóintegrada por la Jefatura, la Secretaría General (Des-pacho, Actividades y Programas, Relaciones con losmedios de comunicación, Protocolo, Intendencia, Co-municaciones e Informática, y además el Archivo, y laSecretaría de la Reina), el Cuarto Militar y la GuardiaReal, y el Servicio de Seguridad.

El Cuarto Militar no sufrió apenas variaciónrespecto de lo legislado en 1987, pero son notablestanto la creación de un Gabinete (que sustituyó a laSecretaría de Despacho), como la decisión de quedesde entonces quedasen integrados en el propioCuarto Militar los ayudantes de campo que en su díase designasen al Príncipe de Asturias.

La última reestructuración del Cuarto Militar,es decir la que le proporciona su configuración actual,se regula por el real decreto 1183/2006, de 13 de oc-

dantes (que lucirían los cordones privativos al hombroderecho), usasen del mismo uniforme que el Regi-miento de la Guardia, además de lucir todos el distinti-vo especial de su destino.

Tan solo un mes más tarde la orden ministerialmencionada fue modificada por otra de 28 de enerode 1976 (D.O. del Ejército del 31), que se limitaba aaumentar a ocho el número de ayudantes de campode S.M., para que fuesen dos los de la Armada (unodel Cuerpo General, el otro de la Infantería de Mari-na), y otros dos los del Ejército del Aire (uno de la es-cala del Aire y el otro de la de Tropas y Servicios).

El distintivo del personal perteneciente a laCasa del Rey -en realidad, el mismo designado en1974 para la Casa del Príncipe, pero sustituyendo lacorona de príncipe por la corona real- fue aprobadopor real decreto de 23 de julio de 1977 (BOE del 26).

Una nueva reorganización de la Casa de S.M.la produjo el real decreto 310/1979, de 13 de febrero(BOE del 23), en virtud del cual quedó compuesta porla Jefatura, el Cuarto Militar, la Secretaría General, laGuardia Real y el Servicio de Seguridad. Desde en-tonces, el jefe de la Casa asumió todas las competen-cias de los demás organismos de la misma, en parti-cular la Guardia Real y la Seguridad. El Cuarto Militarfue descrito legalmente por vez primera (artículo41,1), señalándose que era la representación de ho-nor de los Ejércitos al servicio inmediato del Rey, den-tro de la Casa de S.M. Y, además, con este real de-creto concluyó el secular predominio del Ejército deTierra, pues desde entonces la jefatura del Cuarto Mi-litar pudo ser encomendada a cualquier teniente gene-ral de Tierra o Aire, o almirante de la Armada, en situa-ción de actividad. Además, al tradicional título de Jefese sumó el de Primer Ayudante de S.M. el Rey; se lemantuvo como inspector del Regimiento de la Guar-dia; y se aumentó su rango palatino, pues se dispusoque en caso de ausencia del Jefe de la Casa, le susti-

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Arriba, retratos de cuatro de los hasta ahora doce sucesivos jefes del Cuarto Militar de Su Majestad el Rey: los tenientes generalesy almirantes Fernando Poole (1990), Gonzalo Rodríguez de Austria (1998), Antonio González-Aller (2002),

y Felipe Carlos Victoria de Ayala (2006)

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guer, fueron presidentes del Consejo de Ministros;otro, Muñoz Grandes, vicepresidente del Consejo deMinistros; y ministros de la Guerra o del Ejército fue-ron los generales Urbiztondo, Zabala (éste, además,de Estado y de Marina), Primo de Rivera, O’Ryan, Ce-

ballos, Polavieja, Martitegui, Aznar,Echagüe, Cavalcanti, Berenguer,Masquelet, Muñoz Grandes, MartínAlonso, Barroso, Asensio Cabani-llas, Menéndez Tolosa y Castañónde Mena(30). También lo fueron otrosantiguos ayudantes, como el gene-ral don Luis Bermúdez de CastroTomás. Siete de aquellos generalesjefes fueron promovidos a la supre-ma dignidad y empleo de capitángeneral de los Ejércitos: Zabala(1874), López Domínguez, BlancoErenas y Primo de Rivera (todostres en 1910), Polavieja (1910),Moscardó (1956) y Muñoz Grandes(1957). Y recibieron el collar de laInsigne Orden del Toisón de Oro losrepetidos generales jefes Zabala(1878), López Domínguez (1908) yPrimo de Rivera (1908).

Como decíamos al comenzar,la bibliografía sobre la Casa del

Rey -la corte, en fin- es muy escueta, tanto en lo quese refiere al llamado Antiguo Régimen, como en cuan-to toca a la época del Sistema Constitucional, y no di-gamos ya si queremos referirnos a la época más con-temporánea. Es más: cuando se trata de lasinstituciones actuales, suele establecerse una especiede barrera historiográfica entre unos y otros textos, eincluso entre historiadores de las instituciones y juris-tas hodiernos. Es posible que ello obedezca a dosconcepciones histórico-jurídicas hoy muy en boga, nosolamente distintas, sino hasta contrapuestas e in-compatibles: de un lado se sitúan quienes consideranque la Corona es hoy una institución que empieza ytermina en el texto literal de la Constitución de 1978,ni más ni menos -sector encabezado por el profesorTorres del Moral, declaradamente republicano, y susdiscípulos-. Del otro lado, aquellos profesores univer-sitarios que consideramos que la Corona española esverdaderamente una institución metajurídica o, mejordicho, metaconstitucional, ya que tiene su origen entiempos muy anteriores a 1978, y además se enrique-ce con un secular legado institucional que muchas ve-ces es de una naturaleza jurídica de compleja defini-ción e identificación -a veces, puramente espiritual-.Por todo ello, la Corona excede a la Constitución vi-gente.

Este breve estudio institucional, así lo cree-mos, viene a demostrarlo cumplidamente, ya que nosería posible comprender históricamente, ni explicar

tubre (BOE del 14), según el cual el Cuarto Militar seencarga de la preparación de las actividades militaresde los miembros de la Familia Real y de las relacionescon autoridades del Ministerio de Defensa en ese te-rreno. Del jefe del Cuarto Militar depende el Regimien-to de la Guardia de S.M. el Rey,por delegación del Jefe de la Casadel Rey. Además, el Jefe del Cuar-to Militar cuenta, para apoyo y co-laboración inmediata, con un Gabi-nete, un asesor jurídico militar y uninterventor militar. Lo integran unoficial general jefe y primer ayu-dante de S.M., perteneciente acualquiera de los tres ejércitos;nueve ayudantes de campo, conlos empleos de coronel o capitánde navío, teniente coronel o capi-tán de fragata, o comandante o ca-pitán de corbeta, cuatro de ellosprocedentes del Ejército de Tierra,dos de la Armada (uno de ellosadscrito al Cuerpo General, y elotro a la Infantería de Marina), dosal Ejército del Aire, y el noveno -no-vedad notable- a la Guardia Civil;los ayudantes de campo del Prín-cipe de Asturias; y un Gabinete. Yen total, en el Cuarto Militar están hoy destinados casiun centenar de militares de todos los ejércitos y em-pleos.

Algunas conclusiones

El Cuarto Militar del Rey ha sido, a lo largo delos tiempos, una institución pública de carácter mixto,es decir palatino y doméstico, y al mismo tiempo ofi-cial. Nacida con un carácter civil, devino enseguida unelemento útil para mantener los imprescindibles vín-culos entre el Rey y los Ejércitos.

Su impronta institucional fue tal, que sin ape-nas cambios se trasplantó a la Casa presidencial re-publicana, como a la Casa Militar de Franco. Y duran-te su más que centenaria historia ha mantenido unamisma y única sede, esto es, el Palacio Real de Ma-drid, en la qe nació en 1855 (o si se quiere, en 1820),y en donde permanece hoy.

Ha sido ciertamente, al menos hasta tiemposrecientes, una institución magra en cuanto al númerode sus miembros, que nunca superó la docena y me-dia -descontadas, naturalmente, las anejas fuerzas delas Guardias-, como nos muestra el cuadro que sigue.

La calidad humana y profesional de sus inte-grantes ha sido siempre proverbial. Sin entrar en unprolijo examen de todos y cada uno de ellos, baste re-cordar que muchos de los generales jefes del CuartoMilitar ocupan merecidamente lugares destacados enla historia de España: dos de ellos, Zabala y Beren-

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El teniente general Antonio de la CorteGarcía, que desde 2010 es el jefe delCuarto Militar de Su Majestad el Rey

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02-07-1858 Don José de Lemery Ibarrola, I Mar-qués de Baroja, teniente general (sin dejar el cargo,fue capitán general de Filipinas desde 29-09-1860 a30-09-1862). Dimitió en 1866.

17-07-1866 Don Mariano Belestá González, te-niente general; sirvió hasta fin de septiembre de 1868.

Cuarto militar de S.m. el Rey Don Amadeo I

04-01-1871 Don Juan Zabala de la Puente, I Mar-qués de Sierra Bullones, teniente general; dimitió el 29de abril de 1871 (GM del 30).

01-11-1871 Don José de la Gándara Navarro, te-niente general (GM del 2); dimitió el 7 de mayo de1872 (GM del 8).

08-05-1872 Don José Rosell del Piquer, mariscalde campo primer ayudante, jefe accidental; dimitió el18 de septiembre de 1872 (GM del 19).

18-09-1872 Don Carlos García de Tassara, maris-cal de campo primer ayudante, jefe accidental; dimitióel 7 de febrero de 1873 (cinco días antes de la abdica-ción del Rey).

jurídicamente, lo que hoy es el Cuarto Militar de S.M.el Rey, si se decide prescindir arbitrariamente de to-dos los antecedentes históricos e institucionales delmismo.

Los jefes del Cuarto militar

Estando en curso la formación de una proso-pografía acuciosa de todos los militares que han for-mado parte del Cuarto Militar de S.M. -como de losdel presidente de la Segunda República, y del Gene-ralísimo Franco), ofrecemos por ahora el elenco dequienes han ostentado la suprema jefatura del mismo,puesto por su orden cronológico:

Cuarto de S.m el Rey Don Francisco de Asís

18-09-1855 Don Joaquín Fitor Álvarez, mariscal decampo.

16-12-1856 Don Antonio de Urbiztondo, I Marquésde la Solana, teniente general (†Madrid 26-04-1857).

05-05-1857 Don José Sanz Cuadrado, tenientegeneral, dimitió.

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14-10-1886 Don Juan de Dios de Córdova y Go-vantes, teniente general (GM 288).

20-03-1889 Don Enrique Enríquez García, I Con-de de las Quemadas, teniente general (GM 80).

11-11-1891 Don Pedro Cuenca y Díaz de Rábago,teniente general (GM 316).

02-12-1894 Don Camilo García de Polavieja y delCastillo, I Marqués de Polavieja, teniente general (GM337).

22-10-1896 Don Vicente de Martitegui Pérez deSanta María, general de división, jefe interino (GM298).

03-02-1897 Don Rafael Correa García, tenientegeneral31 (GM 35).

29-04-1899 Don Manuel Delgado y Zuleta, tenien-te general (GM 120); cesó el 16 de mayo de 1902.

Cuarto y Casa militar de S.m. el Rey Don AlfonsoXIII

17-05-1902 Don Rafael Cerero Sáenz, tenientegeneral (GM 138).

23-11-1903 Don Camilo García de Polavieja y delCastillo, Marqués de Polavieja, teniente general (GM328).

24-09-1907 Don Ramón de Echagüe y Méndez deVigo, III Conde del Serrallo, Grande de España, te-niente general y comandante general de Alabarderos.

30-08-1910 Don Joaquín Sánchez Gómez, tenien-te general y comandante general de Alabarderos.

Cuarto militar de S.m. el Rey Don Carlos VII

1872 Don Vicente del Alcázar y Vera de Ara-gón, Duque de la Roca, brigadier.

1874 Don Bartolomé Benavides Campuza-no, mariscal de campo.

1874 Don Antonio Díez de Mogrovejo, te-niente general.

1875 Don Rafael Tristany Parera, Conde deAviñó, teniente general.

Cuarto militar de S.m. el Rey Don Alfonso XII

17-01-1875 Don Fernando Primo de Rivera Sobre-monte, I Marqués de Estella, teniente general (GM19).

19-02-1875 Don Manuel de la Serna Hernández-Pinzón, I Marqués de Irún, teniente general (GM 52).

11-07-1877 Don Tomás O’Ryan Vázquez, tenientegeneral (GM 174).

17-07-1879 Don Francisco de Ceballos y Vargas, IMarqués de Torrelavega, teniente general (GM 179).

27-07-1881 Don Emilio Terrero Perinat, tenientegeneral (GM 208).

17-08-1883 Don Ramón Blanco y Erenas, I Mar-qués de Peña Plata, teniente general (GM 229).

Cuarto militar de S.m. la Reina Regente Doña ma-ría Cristina

18-12-1885 Don Ramón Blanco y Erenas, Mar-qués de Peña Plata, teniente general (continua).

Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [21]

Sorpresa de Lácar (Navarra), el 3 de febrero de 1875, en la que doce batallones carlistas desbordaron a las fuerzas alfonsinasy el propio Rey Alfonso XII estuvo a punto de quedar copado y caer prisionero de su primo el Rey Carlos VII

Fue aquella la única ocasión en que el Cuarto Militar del Rey desenvainó los sables y se halló en primera línea de combate

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04-03-1913 Don Ángel Aznar y Butigieg, tenientegeneral y comandante general de Alabarderos.

07-07-1917 Don Luis Huerta y Urrutia, teniente ge-neral y comandante general deAlabarderos (GM 188).

27-05-1920 Don Joaquín Mi-láns del Bosch y Carrió, tenientegeneral y comandante general deAlabarderos (GM 149).

15-06-1924 Don José Caval-canti de Alburquerque y Padierna, IMarqués de Cavalcanti, tenientegeneral y comandante general deAlabarderos (GM 167).

06-11-1924 Don José Zabalzae Iturriría, teniente general y co-mandante general de Alabarderos(GM 311).

02-09-1926 Don Dámaso Be-renguer y Fusté, I Conde deXauen, teniente general y coman-dante general de Alabarderos (GM245).

28-03-1930 Don Felipe Navarroy Ceballos-Escalera, Barón de Ca-sa Davalillo, teniente general y co-mandante general de Alabarderos(GM 87).

10-08-1930 Don Pío López Pozas, teniente gene-ral y comandante general de Alabarderos (cesó el 16de abril de 1931).

Cuarto militar de S.E. el Presidente de la Repúbli-ca

08-12-1931 Don Gonzalo Queipo de Llano Sierra,general de división (GM 343); hasta el 7 de marzo de1933).

25-09-1933 Don Leopoldo Ruiz Trillo, general dedivisión (GM 269).

29-03-1934 Don Domingo Batet Mestres, generalde división (GM 90).

18-03-1936 Don Carlos Masquelet Lacaci, generalde división (GM 140).

Casa militar de S.E. el Generalísimo y jefe del Es-tado

29-08-1939 Don José Moscardó Ituarte, general dedivisión (BOE 244)

31-01-1943 Don José Moscardó Ituarte, tenientegeneral, en comisión (BOE 31)

04-03-1943 Don Agustín Muñoz Grandes, tenientegeneral, en comisión (BOE 63)

07-03-1945 Don José Moscardó Ituarte, tenientegeneral (BOE 66)

12-07-1946Don Pablo MartínAlonso, teniente general (BOE195)

27-09-1951Don Saturnino Gonzá-lez-Badía Rubio, teniente general(BOE 272)

26-02-1954Don Francisco FrancoSalgado-Araujo, teniente general(BOE 68)

07-08-1956Don Antonio BarrosoSánchez-Guerra, teniente general(BOE 220)

11-03-1957 Don Emilio Esteban-In-fantes Martín, teniente general(BOE 74)

14-06-1958Don Carlos AsensioCabanillas, teniente general (BOE142)

21-12-1962Don Camilo MenéndezTolosa, teniente general (BOE305)

06-03-1964Don José SamaniegoGómez de Bonilla, teniente gene-ral (BOE 58)

03-11-1965 Don Valero Valderrábano Samitier, te-niente general (BOE 53).

01-02-1966 Don Juan Castañón de Mena, tenientegeneral (BOE 27).

21-11-1969 Don Joaquín González Vidaurreta, te-niente general (DO 283).

13-01-1972 Don Luis Díez-Alegría Gutiérrez, te-niente general (DO 17).

09-10-1975 Don Ernesto Sánchez-Galiano Fer-nández, teniente general (BOE 245).

Cuarto militar de S.m. el Rey Don juan Carlos I

02-12-1975 Don Ernesto Sánchez-Galiano Fer-nández, teniente general del Ejército de Tierra (BOE291).

12-01-1977 Don Joaquín de Valenzuela y Alcíbar-Jáuregui, Marqués de Valenzuela de Tahuarda, Gran-de de España, teniente general del Ejército de Tierra(BOE 12).

12-01-1983 Don Manuel Manso Quijano, almirantede la Armada (BOE 12).

08-03-1985 Don Gonzalo Puigcerver Romá, te-niente general del Ejército del Aire (BOE 59).

Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [22]

Desde la creación del oficio de capitán deReales Guardias de Corps, allá por 1704,los jefes del Cuarto Militar del Rey han ve-nido desempeñando un papel discreto, pe-ro fundamental cerca de la Real Persona,excediendo en tal desempeño las funcio-

nes puramente militares

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [23]

12-11-1986 Don José Santos Peralba y Giráldez,teniente general del Ejército del Aire (BOE 272).

02-01-1988 Don Jaime Barra Alcántara, tenientegeneral del Ejér-cito de Tierra(BOE 2).

16-11-1990Don FernandoPoole Pérez-Par-do, almirante dela Armada (BOE281).

10-12-1994Don José MaríaPérez Tudó, te-niente generaldel Ejército delAire (BOE 296).

25-09-1998Don Gonzalo Ro-dríguez de Aus-tria Rosales, te-niente generaldel Ejército deTierra (BOE232).

11-03-2002Don Antonio González-Aller Suevos, almirante de laArmada (BOE 61).

22-12-2006 Don Felipe Carlos Victoria de Ayala,teniente general del Ejército del Aire (BOE 309).

10-02-2010 Don Antonio de la Corte García, gene-ral de división del Ejército de Tierra (BOE 37).

N O T A S

1) Baltasar de CASTIGLIONE, El cortesano (la primera edi-ción italiana es de 1528).

2). Sobre la corte española, los trabajos de Frances MintoELLIOT, Old Court Life in Spain (Londres, 1893, 2 vols.); De-metrio CASTRO ALFÍN, “La cultura nobiliaria. Corte y civiliza-ción”, en Nobleza y Sociedad en la España Moderna, I (1996),págs. 225-242. Fernando BOUZA ÁLVAREZ, “Servir de lejos.Imágenes y espacios del cursus honorum cortesano en la Es-paña de los Austrias”, en Ángel Vaca Lorenzo (coord.), Euro-pa: proyecciones y percepciones históricas (Salamanca,1997), págs. 71-86; y “Tiempo y espacio en la corte de CarlosV. Vidas de palacio”, en Carlos V. Europeísmo y universali-dad. I, La figura de Carlos V (Madrid y Granada, 2001), págs.47-56. Pero, sobre todo y como paradigma de buen hacer eneste campo, el muy reciente estudio dirigido por José MARTÍ-NEZ MILLÁN y María Antonietta VISCEGLIA, La monarquíade Felipe III: la Casa del Rey (Madrid, 2008, 2 vols.).

3) Agradezco a mis buenos amigos los almirantes don Fer-nando Poole Pérez-Pardo y don Antonio González-Aller Sue-vos, ambos antiguos Jefes del Cuarto Militar del Rey, sus au-xilios en forma de noticias, precisiones y sugerencias.

4) Conde de CLONARD, Memoria para la historia de las Tro-pas de la Casa Real de España (Madrid, 1828), págs. 158-165.

5) Reales Orde-nanzas, tratado VII,título II, artículo 3;y título III, artículo10. Véase tambiénJosé ALMIRANTE,Diccionario Militar(Madrid, 1869),págs. 120-123.

6) Descrito así:pantalón y dolmanazul celeste conpelliza blanca, bor-dado de oro aquely con trencilla de lomismo el dolman yla pelliza, chacó dehúsar con escudodorado que tendráel lema Ayudantedel General en ge-fe, con cordonesde oro alrededordel mismo chacó,sable con tirantes,portapliegos, y lasmantillas del caba-llo azul celeste conuna cinta blanca

ancha, guarnecida con cordoncillo de oro, y con borlas de lomismo en sus picos; permitiéndoles que puedan usar panta-lón encarnado y de fraque azul celeste cerrado o abotonadopor el pecho, con vuelta y cuello blanco y botón dorado, de-biendo llevar en ambos trages unos cordones largos de oro,pendientes del hombro derecho, y usar sombrero de tres pi-cos guarnecido de galón de oro cuando vistan de fraque. Elde los ayudantes de los demás generales será el mismo, dife-renciándose en que el color del pantalón, pelliza y fraque seráazul turquí con vuelta y cuello amarillo, dolman también ama-rillo, cuyos colores pondrá en las mantillas del caballo; el es-cudo del chacó tendrá el lema Ayudante de campo, y el som-brero de tres picos sin galón.

7) Casaca encarnada con dos hileras paralelas de botones,pantalón azul con galón de oro, cordones pendientes delhombro derecho, portapliegos de paño encarnado galoneadode oro con las Armas de España, sombrero bicornio galonea-do de oro y con llorón de plumas encarnadas. Los que estu-viesen al servicio de un capitán general lucirían vueltas y cue-llo blancos; los de los tenientes generales, verdes; y los demariscal de campo, negros. Para los ayudantes de órdenesde los brigadieres, el mismo uniforme, pero con vueltas y pi-cos amarillos, y palas y cordones de plata.

8) El general Riego fue ejecutado en Madrid el 7 de noviem-bre de 1823. Ballesteros (1770-1833), condenado a muerte,pudo emigrar a París. Villacampa (1773-1854), el más longe-vo, también pudo huir por mar a Francia; llegaría a ser capi-tán general del Ejército. Zayas (1772-1827) perdió todos susempleos y honores, y murió retirado. Quiroga (1784-1841),condenado a muerte, emigró a Londres, como el Conde deAlmodóvar (1777-1846), quien después pasó a Bruselas; estefue ministro de la Guerra años después. El único en quien no

Puerta del Príncipe en el Palacio Real de Madrid.El Cuarto Militar ocupa desde 1855 las habitaciones situadas en la planta baja,

a la izquierda de dicha puerta

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pudo vengarse el monarca fue en O’Donojú, porque había fa-llecido en México en 1821; mientras que don Luis GonzálezTorres de Navarra y Castro, Marqués de Campoverde(1772-1832) no sufrió persecución porque se habíadeclarado absolutista ya en 1820. Sobre ellos vé-ase Alberto GIL NOVALES (dir.), DiccionarioBiográfico del Trienio Liberal (Madrid, 1991).

9) En la corte española, o Real Casa, la pa-labra Cuarto (por ejemplo, el Cuarto del In-fante Don Carlos) se utilizó desde muyantiguo como sinónimo de los que másadelante, ya en el siglo XX, se llamó Ca-sa (por ejemplo, la Casa de los InfantesDon Francisco de Paula y Doña LuisaCarlota).

10) La documentación atinente a este pri-mer Cuarto del Rey se conserva en AGP,Administrativa, legajos 437-440; y en AGMSegovia, 2ª sección, 10ª división, legajo 74.

11) Museo del Ejército, inventario 41015.

12) La documentación atinente al Cuarto Militardel Rey Don Amadeo se conserva en el ArchivoGeneral de Palacio (AGP), Administrati-va, legajo 441; y en el Archivo GeneralMilitar de Segovia, 2ª sección, 10ª divi-sión, legajo 74.

13) AGM Segovia, 2ª sección, 16ª divi-sión, legajo 25 (impreso con litografía del modelo aprobado).

14) La documentación atinente, en AGM Segovia, 2ª sección,10ª división, legajo 150. Este Cuerpo de Guardias del Rey noha sido apenas estudiado hasta ahora, salvo recientementepor Manuel GÓMEZ RUIZ y Vicente ALONSO JUANOLA, ElEjército de los Borbones, VII (Madrid, 2006), págs. 305-318.Lo formaban dos compañías, una de Infantería y otra de Ca-ballería, vestidos todos con unas características casaquillasrojas con vivos y vueltas blancas, y pantalón o calzón blanco.Esos colores fueron causa de que el castizo pueblo de Madridlos llamase los cangrejos. En la Biblioteca Nacional existenláminas que los representan bien, y en el Museo del Ejércitose conservan cascos, corazas y armas de aquel cuerpo, queciertamente delatan un marcado estilo italiano, o mejor dichopiamontés -no en vano lo había diseñado todo el marquésDragonetti, íntimo del monarca-.

15). Francisco HERNANDO, Recuerdos de la guerra civil: lacampaña carlista (1872 a 1876) (París, 1877), pág. 386. Ba-rón de ARTAGÁN, Cruzados Modernos (Barcelona, 1910),págs. 119-123 (Díez de Mogrovejo). Jaime del BURGO, Car-los VII y su tiempo (Pamplona, 1994), págs. 250, 257 y 281(Duque de la Roca). Enrique ROLDÁN, Estado Mayor Generalcarlista (Madrid, 1998), págs. 125 (Tristany), 134-135 (Roca),142 (Benavides) y 149 (Mogrovejo).

16) Barón de ARTAGÁN, Cruzados Modernos, págs. 263-265(Vallecerrato). Jaime del BURGO, Carlos VII y su tiempo,págs. 250, 295-296.

17) Baste decir que para dar escolta y guardia interior en Pa-lacio durante las primeras semanas de la residencia allí del jo-ven Rey, hubo que recurrir a una poco conocida Guardia Realcadetil, pues se organizó a base de los cuarenta cadetes másdestacados de cada una de las Academias de Infantería, Arti-llería, Ingenieros, Estado Mayor, Caballería y AdministraciónMilitar, que al mando de uno de sus profesores y de otro pro-fesor ayudante, hicieron el servicio de Palacio cada día y porel orden indicado, a partir del 13 de enero de 1875.

18). La documentación atinente al Cuarto Militar del Rey DonAlfonso XII se conserva en AGP, Administrativa, legajo 441; y

en AGM Segovia, 2ª sección, 10ª división, legajo 74.

19) La documentación atinente al Cuarto Militar dela Reina Regente se conserva en AGP, Adminis-

trativa, legajo 441; y en AGM Segovia, 2ª sec-ción, 10ª división, legajo 74.

20) La documentación atinente al CuartoMilitar del Rey Don Alfonso XIII se conser-va en AGP, Administrativa, legajo 442; yen AGM Segovia, 2ª sección, 10ª división,legajo 74.

21) El real decreto de 3 de julio de 1917(Gaceta de Madrid del 4) sustituyó am-bas denominaciones por las de vicealmi-rante o contralmirante.

22) Idem idem, por la de capitán de corbe-ta.

23) AGP, Administrativa, legajo 442.

24) Las noticias acerca de esta institución presi-dencial proceden todas de la Gaceta de Madrid, la

Gaceta de la República y la Guía Oficialde España (1935).

25) Orden del Ministerio de la Guerra de15 de febrero de 1931, extensiva a laMarina (Diario Oficial del Ministerio de laGuerra número 38, de 16 de febrero).

26) Su biografía, escrita por el autor, está pendiente de publi-cación en el Diccionario Biográfico Español, de la Real Aca-demia de la Historia.

27) Las noticias sobre la Casa Militar de Franco proceden delBoletín Oficial del Estado.

28) El entierro del Generalísimo se realizó según el viejo cere-monial de la Corte española que ya he recordado antes: poreso, en el Valle de los Caídos, ante el féretro, el jefe de la Ca-sa Civil llamó en alta voz por tres veces al difunto FranciscoFranco -palabras solemnes a las que los miles de franquistasallí presentes, confundiendo ese antiguo ritual con el propiode la Falange, respondieron a gritos ¡Presente!-; y tras com-probar así la muerte, los dos jefes citados juraron ante el mi-nistro de Justicia, notario mayor del Reino, que aquellos eranlos restos del general, entregándolos al abad de la basílicapara darles luego cristiana sepultura.

29) Las noticias sobre el Cuarto Militar de Don Juan Carlos Iproceden del Boletín Oficial del Estado, y se han completadocon los estudios de Luis María DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, “Ré-gimen jurídico de la Casa del Rey (un comentario al artículo65 de la Constitución)”, en Revista Española de DerechoConstitucional, 6 (1982), págs. 115-138; Javier CREMADESGARCÍA, La Casa de S.M. el Rey (Madrid, Civitas, 1998); yFrancisco Javier DÍAZ GONZÁLEZ, “El régimen jurídico de laCasa de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I”, en Anuariode la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá, VIII(2000), págs. 213-233. Agradezco además los comentarios ysugerencias de los almirantes don Fernando Poole y don An-tonio González-Aller, antiguos jefes del Cuarto Militar.

30) José Ramón URQUIJO GOITIA, Gobiernos y Ministrosespañoles 1808-2000 (Madrid, CSIC, 2001).

31) En 8 de diciembre de 1896 fue nombrado otra vez donRamón Blanco y Erenas, Marqués de Peña Plata, pero estegeneral no aceptó el cargo.

El brigadier Rafael de Ceballos-Escalera yde la Pezuela, ayudante de campo

del Rey Don Alfonso XII

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [25]

Gisela Roitman, EL juDAÍSmO ENEL PAíS DE LOS ESPEjOS: Em-bLEmÁTICA Y SImbOLOGÍA ju-DEO-HISPÁNICAS. Zaragoza, Insti-tución Fernando el Católico, 2010.ISBN 978-84-9911-056-1. 270 pági-nas, con ilustraciones a color. La re-putada historiadora argentina ha de-dicado esta obra al descubrimientode los monumentos, los objetos y losdocumentos que contienen símbolosatribuibles a las comunidades hebre-as de la Península Ibérica, y a su in-terpretación en el contexto de suspeculiaridades culturales y religio-sas, y en el contexto de su respecti-va aparición en el tiempo. Para elloha examinado los símbolos principa-les del Judaísmo a través de lostiempos, según los textos bíblicos ydoctrinales, y su utilización ritual ocostumbrista. Por sus páginas desfi-lan la Estrella de David y la Menorá,junto a los rosetones mozárabes, ro-mánicos y góticos; los tefilín (filacte-rias), los talit (mantos), los tzitzit (cor-dones) y las shofar (cuernos ycornetas); los mezuzat (postes), losmatzot (panes ácimos) y la Shnei Lu-jot (Tablas de la Ley); el encendidode velas, las banderas, la janukiá(lámpara de ocho velas) y el maguén(escudo). Un estudio profundo, ame-no, lleno de curiosidades, y de parti-cular interés para el genealogistahispano, que apenas suele conocerel pasado judaico peninsular, y quecon justicia mereció el Premio Dra-gón de Aragón en el año 2006 (MF).

José Antonio Beguería Latorre e Ig-nacio Perurena Borobia, EL CONDEDE FuENTES. VIDA, PRISIONES YmuERTES DE ARmANDO PIGNA-TELLI. Zaragoza, Institución Fernan-

do el Católico, 2009. ISBN 978-84-7820-991-0. 392 páginas, con ilustra-ciones en blanco y negro. Acuciosabiografía del XVIII Conde de Fuentesy de Egmont (1770-1809), un ilustra-do prerromántico, idealista, tan ricocomo derrochador, coleccionista dearte y de amores, bon vivant españolnacido y criado en la Francia prerre-volucionaria y en el Londres finisecu-lar, que fue miembro destacado delpartido aragonés del Conde de Aran-da, mariscal de campo de los RealesEjércitos desde 1799,y al fin una pie-za clave en las intrigas que en 1808llevaron en Bayona la Corona de Es-paña de la Casa de Borbón a las ávi-das manos de Napoleón Bonaparte.Preso por los patriotas en Zaragozaen 1808, donde pasó encerrado losdos sitios, fue al fin libertado por lasfueras imperiales, pero murió a laspocas semanas. Un estudio muybien documentado y bien escrito so-bre un Grande de España que repre-senta a la parte minoritaria de la No-bleza española que se declarójosefina (ACE).

Gregorio Salinero e Isabel TestónNúñez (coords.), uN juEGO DE EN-GAÑOS. mOVIIDAD, NOmbRES YAPELLIDOS EN LOS SIGLOS XVIA XVIII. Madrid, Casa de Velázquez,2010. ISBN 978-84-96820-41-8. 396páginas. Los estudios sobre ono-mástica no son muy frecuentes, apesar de que en el campo genealógi-co son de superior interés: de ahí laimportancia de este volumen, frutode las varias jornadas celebradas enla Casa de Velázquez madrileña y enla Universidad de la Sorbona parisi-na, en mayo de 2007 y en noviembrede 2008, sobre la relación entre lahistoria de los nombres y la movili-dad espacial y social de las perso-nas. Los trabajos incluidos son, entreotros, los de Gregorio Salinero, Sis-temas de nominación e inestabilidadantroponímica moderna; RobertoBizzocchi, Por un programa de in-vestigación sobre apellidos en Italia;Maria Giovanna Arcamone, Diversitéétymologique et brassage dans lesnoms italiens; Enric Porqueres i Ge-né, Llinatges xuetes. Límites y enta-jas de la aproximación antroponími-ca; José Antonio Ballesteros Díez,Flexibilidad nominal y estudios de lasfiliaciones en Mérida, siglo XVI; Ana

Zabalza Seguín, La herencia durade-ra: los apellidos en la Navarra mo-derna; Isabel Testón Núñez y RocíoSánchez Rubio, Identidad fingida ymigraciones atlánticas (siglos XVI-XVIII); Óscar Recio Morales, El las-tre del apellido irlandés en la Españadel siglo XVIII; Ciaran O’Shea, Nomi-nación de los irlandeses en España,rechazo y asimilación (1600-1680);Éamon Ó Ciosáin, L’apport de l’anth-ro- ponymie à l’étude de la migrationirlandaise en France (XVIIe et XVIIIesiècles); Paolo Rossi, La distributiondes noms, outil pour l’analyse desdynamiques migratoires; Susan Eli-zabeth Ramírez, Bajo el nombre delos antepasados: la memoria viva enlos Andes, siglos XVI-XVII; ManuelLobo Cabrera, Indígenas canarios,moriscos y negros; Rocío PeriáñezGómez, ¿Cómo se llaman los escla-vos en la Extremadura moderna?;Christiane Klapisch-Zuber, Nombresde artistas y linajes facticios en la Ita-lia del Renacimiento; Bartolomé Be-nassar, Nombres y apellidos de losrenegados; José Emilio Sola Casta-ño, Espías muladíes: los nombres dela información en las fronteras delMediterráneo; y Claude Denjean,Jeux anthroponymiques identitairesdes juifs et convertis de l’Est de lapéninsule Ibérique, XVe siècle. Unarecopilación fundamental, del mayorrigor científico y del mayor interéspara los estudios genealógicos (MF).

Juan Gómez Díaz: EL GENERALCONTRERAS Y EL SITIO DE TA-RRAGONA. Madrid, Foro para el Es-tudio de la Historia Militar de Espa-ña, 2012. 176 páginas con ilus-traciones en blanco y negro. ISBN978-84-935384-4-6. El cronista oficialde Lillo (Toledo), con su habitual

REvISTA DE LIBROS

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buen hacer, nos presenta una com-pleta biografía de don Juan Senénde Contreras y Torres (Lillo 1760-Ma-drid 1830), teniente general de losReales Ejércitos y gran cruz laurea-da de la Orden de San Fernando,quien tras recorrer Francia, Alema-nia, Austria, Polonia Flandes e Ingla-terra (1787-1791), y distinguirse enlas campañas de Turquía (1788),Francia (1793-1795) y Portugal(1799), alcanzó la fama en durante laguerra de la Independencia y en par-ticular en la defensa de Tarragona(1811), donde un monumento recuer-da su gesta. Después sería capitángeneral de Galicia. Una biografíabien ajustada y muy oportuna (MF).

Rafael Domínguez Casas: ImAGOPINTIANA. HERÁLDICA, EmbLE-mAS Y FASTOS DE LA uNIVERSI-DAD DE VALLADOLID (SS. XVI-XXI). Valladolid, Universidad deValladolid, 2012. 234 páginas conilustraciones en color. ISBN 978-84-8448-717-3. El profesor DomínguezCasas ha realizado un extenso y pro-fundo estudio sobre los emblemasde la Universidad vallisoletana (lasinsignias pontificias y el roble, elcuartelado castellano-leonés y el le-ma), desde su adopción en el sigloXV hasta la actualidad, que viene amejorar el defectuoso conocimientoque aún se tiene sobre las peculiari-dades de la heráldica de las colecti-vidades, dando además continuidad,con algunas aportaciones novedo-sas, al gran estudio que en 1997 pu-blicó su colega el profesor MartínezLlorente con el título de Escudo, Se-llo, Pendón de la Universidad de Va-lladolid; pero se nota mucho el es-fuerzo de Domínguez Casas para nocitar a su colega (MF).

Pierre Daniel de Losada y Martí, AR-mORIAL DES SCHImEONES. SEN-TENCE EXéCuTOITE D’HIDAL-GuÍA Du LINAGE XIméNEZ DEENCISO. Nimes, Lacour Editeur,2012. 118 páginas con ilustracionesen color. ISBN 978-2-7504-3010-8. Através del pormenorizado análisis deuna sentencia ejecutoria de hidalguíalibrada en 1598 a los hermanos Die-go, Pedro, Gonzalo, Damián y An-drés Ximénez de Enciso, comercian-tes con las Indias avecindados enSevilla y originarios de La Rioja, elautor (respetado armerista francésde origen español), presenta un aca-bado retablo de la importancia socialde la hidalguía castellana, haciendoespecial énfasis en sus bases lega-les y jurídica. Notemos que el hijomayor de Diego fue afamado poeta ydramaturgo sevillano. En fin: paraalabar el mérito de este estudio bas-te decir que ha merecido el prólogodel Marqués de la Floresta (MRM).

Daniel Jesús García Riol: EL SuL-TANATO DE SuLÚ Y LA REAL YHACHEmITA ORDEN DE LA PER-LA. Madrid, Colegio Heráldico de Es-paña y de las Indias, 2012. 132 pági-nas ilustradas en color. Triplementeprologado por el actual Sultán de Su-lú -el Joló hispánico-, por el CancillerAndres Linholm, y por el docto y ge-orgiano Vizconde de Portadei, se tra-ta de un estudio histórico del archi-piélago filipino que sirve de asiento yda nombre al antiquísimo Sultanatode Sulú -de tantos recuerdos históri-cos por su secular lucha contra elpoder colonial español radicado enManila-, y que igualmente trata de lafamilia sultanal y de sus símbolos ypatrimonio heráldico y premial, enparticular la Orden de la Perla, a laque se dedica la segunda parte de laobra. Se trata de una Orden relativa-mente moderna, pero cuyas insig-nias son de factura bellísima. Un ex-celente trabajo el que ha realizado elprofesor García Riol (MF).

Cristóbal Crespí: DIARIO DEL SE-ÑOR D. CRISTÓVAL CRESPÍ DES-DE EL DIA QuE FuE NOmRADOPRESIDENTE DEL CONSEjO DEARAGÓN. Madrid, Boletín Oficial delEstado, 2012. 414 páginas. ISBN978-84-340-2040-5. Tengo dicho quelos diarios y memorias son fuente im-portantísima para la historia de los

sucesos, y así este diario de índolecortesana y social lo es en grado su-mo, máxime al abarcar los años de1652 a 1671, es decir la segunda mi-tad del reinado de Don Felipe IV, ylos primeros años de la gobernaciónde su viuda a nombre del menor DonCarlos II. La edición, muy cuidada (laha preparado uno de los descendien-tes del propio autor, que es licencia-do en Historia), comprende la trans-cripción completa del texto, pero vaprecedida de un estudio acerca de lapersona del autor y texto del Diario, yluego seguida de unos útiles índicesonomástico y temático (MRM).

Ignacio Gómez-Zarzuela Ros, ELREY Y EL mAR. juAN CARLOS I,HISTORIA DE uNA PASIÓN. Barce-lona, RBA, 2012. 220 páginas ilustra-das en color y en blanco y negro.ISBN 978-84-9006-434-4. Este librose inicia con un insólito prefacio deS.A.R. el Príncipe de Asturias, y hasido escrito por un periodista espe-cializado en el mundo de la marinadeportiva (por eso el libro tiene tex-tos cortos y ninguna nota erudita).Sin embargo, está bien concebido yestructurado, y por sus páginas sesuceden los capítulos dedicados alos orígenes de la vela en España,en los inicios del reinado de Don Al-fonso XIII, y la vida marinera de DonJuan de Borbón, para enseguida me-morar por largo toda la vida maríti-mo-deportiva de Su Majestad, desdesu formación junto a su padre a bor-do del Saltillo en aguas portuguesasy su participación en las Olimpiadasde Munich en 1972, pasando por laAdmiral’s Cup, la Copa del Rey deVela, el buque Fortuna, la CopaAmérica, el Bribón, etcétera. Tam-bién hay abundantes noticias de ladedicación a la vela por parte de laReina, Príncipe e Infantas (MF).

REvISTA DE LIBROS

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EN LA ESPAÑA mEDIEVAL, 35(2012). En esta entrega hallamos losartículos de Jean Pierre MOLÉNAT,Les noms des mudéjars revisités, àpartir de Tolète et de Lisbonne; MiguelÁngel LADERO QUESADA, Don Enri-que de Guzmán, el "buen conde deNiebla" (1375-1436); Álvaro ARAGÓNRUANO, Linajes urbanos y ParientesMayores en Guipúzcoa a finales de laEdad Media (1450-1520); AlfonsoFRANCO SILVA y Rafael CRUZ MARI-ÑO, Juan Pacheco, privado de EnriqueIV, y el oficio de corregidor de Jerez dela Frontera; Enrique J. RUIZ PILARES,El mayorazgo del veinticuatro PedroCamacho de Villavicencio "el rico"(1507). El patrimonio del caballero je-rezano más acaudalado de su tiempo(MF)

IL mONDO DEL CAVALIERE, 48 (oc-tubre-diciembre 2012).Con un editorialque se refiere a La nuova precisazionedella Segretaria di Stato della SantaSede in merito algli Ordini Equestri,nos presenta los artículos de AlfonsoMARINI-DETTINA, Considerazionisull’aprobazione e conferma dell’Ordi-ne Costantiniano; Francesco ATANA-SIO, L’Ordine di San Lazzaro: dalleCrociate a Casa Savoia; y Ettore d’A-LESSANDRO, L’Ordine della Giarret-tiera negli studi di Carlo Padiglione(MF).

ATAVIS ET ARmIS, 28 (octubre 2012).En este número aparecen los artículosde Luis MANUEL DE VILLENA CABE-ZA, Pasión por la Genealogía; JoséMaría de MONTELLS GALÁN, El Du-que de Nemours, XLVI Gran Maestre(1967-1970); Rafael PORTELL PASA-MONTE, Don Ataulfo de Orleáns, unPríncipe lazarista; y Manuel RODRÍ-GUEZ DE MARIBONA DÁVILA, Ladescendencia de don Francisco deBorbón y de la Torre, IV Duque de Se-villa (MF).

NObILTÁ, 110 (septiembre-octubre2012). Trata el editorial de la Santa Se-de ed Ordini cavallereschi: nulla è in-novato, y entre otras colaboracionesnos trae este número las de Enzo CA-PASO TORRE, Il pensiero di Otto d’As-burgo nei miei ricordi; y Fabio BIAN-CHETTI, La Compagnia dei Custodidella Santa Croce fu un Ordine di Ca-valieri? (LCE).

NObILTÀ, 111 (noviembre-diciembre2012). Tras un editorial titulado “I figliso figli, so tutti piezze ‘e core”, en quetrata de la filiación matrimonial y nomatrimonial, se contienen, entre otros,

los artículos de George CADEDDU,L’impedimento di consanguineità: unconfronto tra il Codice pio-benedittinoed il Codice di diritto canonico; Marce-llo INTOTERO FALCONE, Il sopranno-me fra le famiglie nobili e particolar-mente nel Regno di Napoli; y Fabio LACOLA, Alcuni rilievi araldici nel poematrecentesco Sir Gawain e il CavaliereVerde (MF).

HIDALGOS, 533 (invierno 2013). Nospresenta los artículos de Mario JARA-MILLO CONTRERAS, Padilla, Bravo yMaldonado: los hidalgos comuneros;Vicenta María MÁRQUEZ DE LA PLA-TA, Marquesa de CASA REAL, DoñaMaría Pacheco (¿1495?-1531): el últi-mo comunero; Luis VALERO DE BER-NABÉ, Marqués de CASA REAL, Laheráldica británica; Juan Carlos GA-LENDE DÍAZ y José María de FRAN-CISCO OLMOS, Carta de privilegio yconfirmación de los Reyes Católicos allinaje de Tejada (1491). Aspectos diplo-máticos; Paulina LÓPEZ PITA, El com-portamiento del hombre medieval en lamesa: urbanidad y protocolo de la co-mida; Manuel PARDO DE VERA DÍAZ,Coto, señorío y mayorazgo de Oca; yde la Redacción, Cuerpo de la Noblezadel Principado de Asturias (MF).

bOLETÍN DE LA ASOCIACIÓN RIO-jANA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDI-CA, 2 (2010). Con los artículos de Ma-nuel RUIZ DE BUCESTA ÁLVAREZ,Aldeanueva de Ebro. Armas vivas. Ar-mas perdidas; Fernando HIDALGOLERDO DE TEJADA, Emigrantes rioja-nos en Andalucía: fuentes para su es-tudio (II); Txomin GONZÁLEZ MENDI-ZÁBAL, El cargo de Mayordomo comofuente de nobleza; José Mª SAN MAR-TÍN PÉREZ, Las raíces riojanas de laReina Fabiola de Bélgica; Silvia GALA-RRETA, Archivo General del Ministeriode Fomento. Las sorpresas que depa-

ran sus expedientes; y Alfonso MORE-NO ORTIGOSA, De lo difícil que pue-de ser casarse, o de lo que puede elamor (II) (MF).

ASCAGEN, 5 (2011). La revista deCantabria nos trae los trabajos de Vir-ginia CALVENTE IGLESIAS, Las ca-sas de Terán y Calderón, dos mayo-razgos en el Valle de Cabuérniga, yuna rama de segundones, los Mier yTerán de Ruente; Carlos ARGÜESOSECO, Otra rama de los Barreda Bra-cho en Oreña; Borja del RIVERO SIE-RRA, Heráldica y genealogía (falsas)de los Duques de Cantabria; y ElisaGÓMEZ PEDRAJA, Carlos Mª Lópezde Arenosa y Fernández de Castro(MF).

ANTZINA, Número Extraordinario 1(2011). La revista vascongada nos pre-senta los textos de Anabella BARRO-SO Y Juan José ZUBÍA, Más fuentes,más posibilidades de investigación;Ramón MARTÍN SUQUÍA, Documen-tos notariales de archivo como fuentede información para la historia de fami-lias procedentes de Euskal Herria; Iña-ki MON- TOYA ORTIGOSA, Orienta-ciones para la investigación geneal-ógica en los fondos judiciales de Nava-rra; Victoriano HERRERO LICEAGA,Archivos municipales y genealogía:fuentes documentales para la recons-trucción familiar; Arantzazu OREGIGOÑI, Los archi qué? Visita guiada alservicio de Archivo municipal de Ber-gara. Y dos colectivos: Investigacióngenealógica en archivos on-line (Ipa-rralde), e Investigación genea- lógicaen archivos on-line (Euskadi y Nava-rra) (MF).

PARATGE, 24 (2011). La cuidada re-vista de la Societat Catalana de Gene-alogia, Heràldica, Sigil.lografía,Vexil.lología i Nobiliària incluye en estenúmero, entre otros, los interesantesartículos de Enric ESCAYOLA SOLSO-NA, Genealogia i entorns empresarials;Jaume PÉREZ ALEJANDRE, Il Palio diSiena: Banderes i tradició (segle XVI-segle XXI); Roser REY FREIXA, Lescàrreges a l’heràldica catalana; LeticiaDARNA GALOBART, Lápida sin identi-ficar en el museo Frederic Marès deBarcelona; Alan CAPELLADES RIE-RA, Guillem de Torroja (1127-1174):aproximació biogràfica; Guillem RUBIÓBADIA, El llitnage Azcón, senyors deCastarnés; Francesc RODRÍGUEZBERNAL, Folc II, vescomte de Cardo-na, bisbe electe d’Urgell i bisbe de Bar-celona (c.1040-1099) (MF).

REvISTA DE REvISTAS

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ACTOS DEL CuERPO DE LA NObLEZA DEL PRINCI-PADO DE ASTuRIAS

El sábado 13 de octubre, ha tenido lugar en eltemplo ovetense de San Tirso el Real (edificado en el si-glo IX), la ceremonia anual del Cuerpo de la Nobleza delPrincipado de Asturias, que bajo el gobierno de su Con-sejero Magistral Don Francisco de Borbón, Duque de Se-villa y Grande de España, reúne a casi dos centenaresde miembros, entre los que se cuentan S.A.R. el Duquede Braganza, Jefe de la Casa Real de Portugal; su her-mano el Infante Duque de Coimbra; S.A.R. Don VictorManuel de Saboya, Príncipe de Nápoles, Jefe de la CasaReal de Italia; S.A.I. y R. Andreas Salvator de Habsbur-go-Lorena, Archiduque de Austria; y S.A.I. y R. el Prínci-pe Franz Wilhelm de Prusia. Ofició la misa solemne ycantada D. Jesús Junquera, canónigo de la catedral deMadrid, y han sido recibidos como caballeros D. Iñigo deArteaga del Alcázar, Marqués de Távara, Grande de Es-paña (representado por el Vizconde de Ayala), apadrina-do por el Duque de Sevilla; D. Carlos María Texidor Na-chón, Marqués de Casa Riera, apadrinado por elMarqués de Bacares; D. Juan Ramón García del Campode Ucedo y D. José Mª del Pozo y Fina, apadrinados porD. Manuel Luis Ruiz de Bucesta; D. Felipe de Grado yGascón, apadrinado por el Duque de Maqueda; D. San-tiago de Llobet y Masachs, y D. Mauricio López-Velascoy Aguirre, apadrinados ambos por D. Manuel María Ro-dríguez de Maribona y Dávila; D. Ignacio Alvargonzález yRodríguez, apadrinado por el Conde de Cabra; y D. Her-menegildo Franco Suanzes, apadrinado por D. CarlosFranco y Suanzes. Como damas han sido recibidas DªMaría de las Mercedes Mora y Narváez, Marquesa de

Casa Riera, amadrinada por la Duquesa de Maqueda; DªAna María Rodríguez-Peláez y Peña, amadrinada por laVizcondesa de Campo Grande; y Dª María Paz Cardín yGarcía, amadrinada por la Condesa de Cabra. A la so-lemne ceremonia han asistido, representadas, la Ordendel Santo Sepulcro, la Sacra y Militar Orden Constanti-niana de San Jorge, la Real Maestranza de Caballería deZaragoza, el Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña, elReal Estamento Militar del Principado de Gerona, las Ma-estranzas de Caballería de San Fernando y de Castilla, yla Real e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios deSan Ildefonso y San Atilano de Zamora. Los actos hanconcluido en el Real Club de Tenis, donde Don Franciscode Borbón, Duque de Sevilla, ha entregado los galardo-nes que concede anualmente el Cuerpo de la Noblezade Asturias. Que en este año se han discernido así: elPremio Conde de Latores a la labor humanitaria, a la Or-den del Santo Sepulcro (fue recogido por el Lugartenien-te, Teniente General Duque de San Pedro de Galatino);el Premio Carreño Miranda a la labor en las Bellas Artes,a la Ópera de Oviedo (fue recogido por su presidente D.Jaime Martínez y González-Río); el Premio Trelles-Villa-demoros a la labor cultural, al Ayuntamiento de Viana(fue recogido por D. Gregorio Galilea, Primer Teniente deAlcalde); y el Premio Conde de Campomanes, a la revis-ta Hola (que fue recogido por D. Fernando Junco y Agua-do). Seguidamente se entregó la Gran Cruz de la Corpo-ración a D. Juan González de Quirós, por los méritoscontraídos a favor de la misma; y la Medalla de Plata alprofesor Dr. D. Félix Martínez Llorente, catedrático de laUniversidad de Valladolid, por su decisiva aportación alas jornadas histórico- culturales tituladas Los Principa-dos y Títulos del heredero de la Corona en el V Centena-rio de la reunificación política de los Reinos de España(1512-2012). Por último, se hizo entrega de la Corbatade Honor del Cuerpo al Regimiento de Infantería Mecani-zada Asturias nº 31, como continuador del glorioso Terciode Asturias y en memoria de su primer jefe, el ilustre ge-neral asturiano Marqués de Santa Cruz de Marcenado;presea que fue recogida por su Coronel D. Carlos Díezde Diego, quien agradeció la distinción con unas senti-das palabras, plenas de patriotismo y de espíritu castren-se. La jornada concluyó con el tradicional brindis porS.M. el Rey y por España, al que siguió una amena cenade hermandad.

DE GENTES HONRADAS

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VI SEmINARIO IbéRICO DE HERÁLDICA

En los días 16 y 17 de noviembre la Aca-démie Internationale d’Héraldique ha ce-lebrado este importante encuentro científi-

co, conjuntamente organizado por laUniversidad de Sevilla y la Academia Andaluza

de la Historia, sobre el tema La Nobleza de España yPortugal en la transición del feudalismo a la monarquíaabsoluta, y las comunicaciones presentadas fueron lasde Manuel González Jiménez, Alfonso X el Sabio y susrelaciones con Portugal; J. Fernando Agudo Sánchez, LaCasa de Ceballos durante la baja Edad Media: formacióny evolución de sus armerías, a la luz de documentos ymonumentos; Juan Luis Carriazo Rubio , Heráldica paraun nuevo David: Rodrigo Ponce de León y la batalla delMadroño; Gloria Lora Serrano, Obispos y abades, arce-dianos y deanes: la aristocracia eclesiástica al serviciode la Corona de Castilla; Luis Manuel de la Prada, Unprelado entre dos reinos: don Pedro Tenorio, obispo deCoimbra y arzobispo de Toledo; José Mª Martín Huma-nes, Élites rurales en el Estado de Osuna, Morón de laFrontera 1499-1528; José Domínguez Requena, La No-bleza y la guerra de Granada. Modelo metodológico parael estudio del cambio social; Félix Martínez Llorente, Lasarmerías del Infante Don Fernando de Austria (1516-1521): a propósito de un ejemplar desconocido localiza-do en Simancas; Juan Cartaya Baños, La Nobleza y elfenómeno asociativo en la España del siglo XVII: la Ma-estranza de Caballería de Sevilla; Juan Manuel Bermú-dez, La defensa de la Inmaculada Concepción por la no-bleza corporativa española, bajo los reinados de FelipeIV y Carlos II; Fernando de Artacho Pérez-Blázquez, En-tre España y Portugal: el Señorío de Chiloeches, Abolle-que y La Celada; Vitor Escudero de Campos, Ex-librisheráldicos. Os primitivos portugueses e o esplendor daCiencia Heroica; Luis Parejo Fernández, Sellos y blaso-nes inéditos del linaje de los Guzmanes de la Casa Du-cal de Medina Sidonia; Segismundo Ramires Pinto, A in-vençâo da gloria: as cartas de brasâo de armasportuguesas de D. Afonso V a D. Manuel I (1448-1521);Miguel Cruz, Un tema lusitano en la Literatura española:el mito sebastianista en el teatro; Manuel Romero Tallafi-go, Un señorío perdido, un privilegio rodado y cancelado:los Pérez de Guzmán, Señores de Sanlucar de Barrame-da (1297-1757); Manuel Ferreira Coelho, Um Grande deEspanha, fidalgo portugués que nâo conheciu Portugal:Ruy Gomes da Silva; Antonio Sánchez González, Pre-

mio a una fidelidad: Títulos lusos “españolizados” por Fe-lipe Iv tras la independencia de Portugal; Luis Valero deBernabé, Marqués de Casa Real, Diferentes tendenciasheráldicas existentes en las armerías gentilicias españo-las; y Óscar Caeiro Pinto: Pedro Vaz Pinto, cavaleiro emCeuta, senhor da honra de Loivos. La conferencia declausura, pronunciada por el Dr. Marqués de la Floresta,se ha referido a Una injuria heráldica cometida en Ovie-do en la Pascua florida de 1496. Después de la clausurale fue entregado en los salones de la Excma. DiputaciónProvincial de Sevilla el III Trofeo Ibérico de Heráldica alDr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués dela Floresta, cronista rey de armas de Castilla y León.También allí se firmaron los convenios de cooperacióncultural entre la Académie Internationale d’Héraldique, laAcademia Andaluza de la Historia, la Academia Portu-guesa de Ex-Libris y la Academia de Letras e Artes.Unas jornadas gratas, fructíferas y memorables.

LA REAL Y mILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO

Como colofón a las conmemoraciones del bicen-tenario de la fundación de la Real y Militar Orden de SanFernando Cádiz, suprema recompensa al valor militar, elInstituto de Historia y Cultura Militar ha organizado entreel 15 y el 18 de noviembre un ciclo de conferencias, quehan sido pronunciadas respectivamente por el GeneralD. Miguel Alonso Baquer, La valentía en grado heroico;el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marquésde la Floresta, Historia de la creación y trayectoria de laOrden de San Fernando; y el Coronel D. José Luis IsabelSánchez, La Orden de San Fernando a través de sus ca-balleros. El ciclo se clausuró con una mesa redonda enla que intervinieron los ponentes, junto a los GeneralesD. José Sánchez Méndez y D. Miguel Martínez García, yel Capitán de Navío D. José María Madueño Galán.

CAbALLEROS LAuREADOS: LA CAbALLERÍA

En la Academia de Caballería, sita en Valladolid,ha tenido lugar el 21 de noviembre la presentación públi-ca de la obra Caballeros de la Real y Militar Orden deSan Fernando - Caballería, publicada por el Ministerio deDefensa, y de la que son coautores D. José Luis Isabel,el Dr. Marqués de la Floresta y el Dr. D. Carlos JavierPuente de Mena. Durante el acto, que fue presidido porel General Director, tomaron la palabra el Coronel Isabely el Marqués de la Floresta, que ilustraron diversos as-pectos de esta importante obra, y de la presencia de laCaballería en la Real y Militar Orden.

DE GENTES HONRADAS

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [30]

CEREmONIA DE LA mAESTRANZA DE CAbALLERÍADE CASTILLA

La Real Iglesia de San Ginés, una de las másantiguas de Madrid, ha acogido la ceremonia de recibi-miento de nuevos miembros en la Maestranza de Caba-llería de Castilla, institución nacida en 1992 bajo los aus-picios del Augusto Señor Conde de Barcelona (q.e.p.d.).Presidió la Santa Misa, solemne y cantada por la ScholaGregoriana, monseñor Montes Toyos, prelado de honorde Su Santidad; y el acto de recibimiento el actual dipu-tado decano, el Vizconde de Ayala y Marqués de la Flo-resta. Durante la ceremonia, ordenada por don RafaelFeria y don Mariano Rivera, hicieron la promesa estatu-taria y fueron recibidos como maestrantes D. Franciscode Borbón y Escasany, Duque de Sevilla, Grande de Es-paña (apadrinado por el Marqués de Távara, Grande deEspaña); el bailío sanjuanista D. Fernando Gómez deOlea y de la Peña (apadrinado por el Marqués de TorreAlta); el embajador D. Jaime de Ferrá, gentilhombre deSu Santidad (apadrinado por D. Arturo Llerandi y Morán);el Conde de Tarifa (apadrinado por don Fernando de Ar-tacho y Pérez-Blázquez); el Marqués de Torre Hoyos(apadrinado por el Duque de Maqueda); el Marqués dela Regalía (apadrinado por D. Manuel Miralles y Sangro);D. Mauricio de Melgar Jiménez (apadrinado por D. Fran-cisco Fuster); y D. Jacobo de Melgar Jiménez (apadrina-do por D. Fernando Agudo y Sánchez); la Marquesa Viu-da de Torre Alta; la Marquesa de Torre Alta y Vizcondesade los Villares; la Duquesa de Montemar; doña AlejandraOsorio de Moscoso y Sanchiz; la Marquesa del Valle dela Reina; Dª María Salomé García de Jiménez Abbad; yDª María de la Paz Jiménez de Abbad; todas ellas ama-

drinadas por la Duquesa de Maqueda. Y como maestran-tes de hermandad ingresaron D. Arturo Cardelús Muñoz-Seca (apadrinado por D. Carlos Franco Suanzes); D. An-tonio de Garay y Aritio (apadrinado por D. Arturo Llerandiy Morán); D. Mariano Rivera Vázquez, Hermano Mayorde la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora dela Soledad y Desamparo (apadrinado por D. Manuel Ma-ría Rodríguez de Maribona); el magistrado D. Emilio Mo-reno Bravo (apadrinado por el Marqués de Casa Riera);D. Daniel San Martín Viscasillas (apadrinado por el Mar-qués de Casa Real); D. Luis Valero y Aranda (apadrinadopor el Marqués de Armunia); D. Isidro Ginés Conesa Ló-pez (apadrinado por D. José Antonio Dávila y García-Mi-randa); D. Gerardo Ramos Garrido (apadrinado por D.Manuel María Jiménez de Abbad); y D. Federico Escude-ro Feito, Presidente de la Agrupación Narváez de Amigosde la Guardia Civil (apadrinado por D. Rafael de Ceba-llos-Escalera y Gila). Asistieron al acto la Princesa Bea-triz de Orleáns, y representaciones de la Sacra y MilitarOrden Constantiniana de San Jorge, de la Orden Military Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, del Real Es-tamento Militar del Principado de Gerona, del CuerpoColegiado de la Nobleza de Asturias, de la Maestranzade Caballería de San Fernando, y de la Casa Troncal delos Doce Linajes de Soria. Concluida la Misa con un res-ponso por los maestrantes difuntos y sus familiares, ycon el canto de la Salve Marinera, la Maestranza e invita-dos se trasladaron al cercano Teatro Real, en cuyo res-taurante tuvo lugar una animada cena de hermandad,durante la cual se ofreció el nombramiento de maestran-te de hermandad a S.E. Yuri Korchagin, embajador de laFederación de Rusia en España, y se brindó por S.M. elRey y por España.

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [31]

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Cuadernos de Ayala 52 - OCT/2012 [32]

VERSOS DE HISTORIA Y TIEmPO

A merced de los reyes

que labran a su mérito las leyes,

los valientes soldados,

para ser en la guerra señalados,

orlaron con gloriosos intereses

de empresas y divisas sus paveses:

cuyas jactancias sumas

emularon después bandas y plumas,

porque el ser conocidos

los obligase a ser más atrevidos,

que el empeño es mayor

cuando el empeño

va en sus señas diciendo:

éste es mi dueño.

Pedro Calderón de la Barca

(1600-1681)

Las Órdenes Mil i tares

(auto sacramental, 1662)

En este número:

[2] Editorial: Del uso de insignias militares sobre

el uniforme militar: un grave error del Ejército

de Tierra

[3-24] El Cuarto Militar del Rey: la institución, las

personas, por el Dr. Marqués de la Floresta

[25-26] Revista de libros

[27] Revista de revistas

[28-30] De gentes honradas

[32] Versos de historia y tiempo: Pedro Calderón

de la Barca, Las Órdenes Militares. Humor

(norcoreano).

Cuadernos de AyalaGaceta trimestral de información varia y miscelánea

sobre Historia institucional, Órdenes y condecoraciones,genealogía y heráldica, Historia nobiliaria, iconografía,

ceremonial y protocolodirigida por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

CONSEJO DE REDACCIÓNDr. D. Félix Martínez Llorente (Universidad de Valladolid), Dra. DªAna Belén Sánchez Prieto (Universidad Complutense), Dr. D. JuanVan Halen (Universidad de Alcalá), D. Manuel Rodríguez deMaribona (Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía), Dr. D.Luis de Cevallos-Escalera (Academia Melitense), D. José A. Dávila(Real Academia de Toledo), D. Conrado García de la Pedrosa (RealAcademia Matritense de Heráldica y Genealogía), Dr. D. Fernandode Artacho (Academia Andaluza de la Historia), Dr. D. Luis Valero deBernabé, Marqués de Casa Real (Colegio Heráldico de España y delas Indias), Dr. D. José Mª de Montells (Academia de Alfonso XIII),Dr. D. Antonio de Sousa Lara (Universidad de Lisboa).

Edita Palafox & Pezuela S.L.Chopo, 1 - 28023 Madrid - España

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Generales norcoreanos haciendo seriamenteun cómico uso de sus condecoraciones en acto oficial