Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano Nº 04 Repensar la teoría del desarrollo, Declaración de Río de Janeiro. Los desafíos de la nueva generación. Globalización,

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    Declaracin de Ro de Janeiro. Repensar la Teora del Desarrollo. En publicacin: Cuadernos del Pensamiento CrticoLatinoamericano no. 4. Buenos Aires : CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Enero 2008

    Furtado, Celso. Los desafos de la nueva generacin. En publicacin: Cuadernos del Pensamiento CrticoLatinoamericano no. 4. Buenos Aires : CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Enero 2008

    Ferrer, Aldo. Globalizacin, desarrollo y densidad nacional. En publicacin: Cuadernos del Pensamiento CrticoLatinoamericano no. 4. Buenos Aires : CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Enero 2008

    Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano no. 4. Buenos Aires : CLACSO, Consejo Latinoamericano de CienciasSociales. Enero 2008. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/secret/cuadernos/furtado/furtado.pdf

    Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de Amrica Latina y el Caribe de la Red CLACSOhttp://www.clacso.org.ar/biblioteca

    [email protected]

    http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/secret/cuadernos/furtado/furtado.pdfhttp://www.clacso.org.ar/bibliotecamailto:[email protected]://www.clacso.org.ar/bibliotecamailto:[email protected]://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/secret/cuadernos/furtado/furtado.pdf
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    REPENSAR LA TEORA DEL DESARROLLO*

    DECLARACIN DE RO DE JANEIRO

    Las economas de Amrica Latina y el Caribe han cambiado significativamente desde los aos de la crisis de ladeuda externa, al inicio de la dcada del ochenta del siglo pasado. En los pases de la regin se ha aplicado una polticaeconmica fundada en el equilibrio presupuestal y el logro de un supervit primario, con el que se constituye parte de labolsa que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar el pago del servicio de la deuda. Estas medidasse han acompaado de las llamadas reformas estructurales que involucran la eliminacin de las restricciones a lamovilidad internacional de los capitales, la supresin de regulaciones en los sistemas financieros, la privatizacin deservicios pblicos y otras disposiciones ms que hacen parte de la propuesta del Consenso de Washington (CW).

    Las reformas econmicas neoliberales ejecutadas desde hace ms de quince aos en la regin han modificadosustancialmente la economa y la sociedad de los pases del rea. Sin embargo, no ha sido posible dinamizar laseconomas, disminuir la desigualdad social, ni abatir los niveles de pobreza. Estudios recientes del Banco Mundial y la

    CEPAL dan cuenta de estos hechos y sealan que Amrica Latina y el Caribe es la regin con mayor desigualdad social.Esta desigualdad se ha incrementado durante las ltimas dos dcadas. A fines del ao 2000 ms de 128 millones depersonas viven con menos de dos dlares al da, lo que representa el 25% de la poblacin total de la zona.

    Las economas latinoamericanas y del Caribe no han logrado altas tasas de crecimiento econmico por un largoperodo. Adems, se han presentado en forma recurrente crisis monetarias, cambiarias y bancarias, provocandodrsticas reducciones en el ingreso de amplios grupos de la poblacin, prdidas patrimoniales cuantiosas, ventas deactivos nacionales, quiebras de empresas, incremento del desempleo, ampliacin de la economa informal, crecimientode la migracin hacia otros pases y regiones desarrollados sin que la profundizacin del proceso de reforma econmicapermita lograr las promesas de estabilidad y crecimiento. Por el contrario, en aos recientes, varias economas del reahan tenido un pobre desempeo econmico, indicador de la gestacin de una tendencia al estancamiento, con lo cual lascarencias sociales, la desigualdad, la fragmentacin y el subdesarrollo se mantendrn.

    Los resultados de dos dcadas de reformas estructurales no son positivos y no existe argumento o propuesta

    alguna que muestre cmo puede cambiar la situacin econmica y social en tanto continen estas polticas econmicas.Veinte aos despus del inicio de la reforma neoliberal, la dependencia de nuestros pases con el exterior, y en particularcon respecto a Estados Unidos, es ms grande que nunca, a la vez que ha cambiado de formas. Nuestra preocupacines mayor, dado que el programa del Consenso de Washington ha sido instrumentado por gobiernos democrticamenteelectos y, en muchos casos, despus de difciles procesos de transformacin poltica mediante los cuales los pueblos dela regin han derrotado dictaduras y gobiernos autoritarios. As, hasta el momento, la democracia alcanzada no haimplicado mejora en las condiciones de vida, ni tampoco ha permitido establecer los medios para que las necesidadessociales de la mayora de la poblacin sean satisfechas.

    Por ahora, la participacin ciudadana para un cambio de rumbo econmico ha tenido limitadas consecuencias, y losgobiernos electos no han podido alejarse de las frmulas promotoras del estancamiento del empleo. Todo ello expresa lamagnitud de los intereses en juego y el tamao del desafo que enfrenta la gran mayora de la poblacin de la regin,que mantiene la esperanza del desarrollo. Sin embargo, las transformaciones sociales continan y en aos recientes hantriunfado partidos polticos o coaliciones partidarias que desde posiciones progresistas se plantean combatir la pobreza yla desigualdad social considerando el crecimiento de sus respectivas economas y en relacin con la economa mundial.An ms, en el futuro inmediato es posible que partidos y movimientos sociales con perspectiva semejante alcancentriunfos electorales en otros pases de la regin. Frente a este conjunto de hechos, los cientficos sociales de AmricaLatina no pueden permanecer al margen. Es imprescindible profundizar la discusin y plantearse la construccin deopciones de crecimiento y desarrollo para los pases de Amrica Latina y el Caribe. Con ese propsito, los miembros dela Red Eurolatinoamericana de Estudios sobre el Desarrollo Celso Furtado y otros colegas de Amrica Latina nos

    * Todos los textos publicados en este Cuaderno de Pensamiento Crtico Latinoamericano son parte de la publicacin Repensar lateora del desarrollo en un contexto de globalizacin. Homenaje a Celso Furtado, coordinada por Gregorio Vidal y Arturo Guilln R. ycoeditada por CLACSO-Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico-Red Eurolatinoamericana de Estudios sobre el Desarrollo

    Celso Furtado. (Buenos Aires, Enero de 2007). Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar.

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    reunimos del 4 al 6 de mayo en Ro de Janeiro, Brasil, para discutir los problemas actuales de la regin y avanzar en el

    diseo de polticas alternativas frente al modelo neoliberal que an predomina en nuestra regin.La alternativa no es una decisin maniquea entre Estado y mercado. El neoliberalismo no ha significado ausenciade intervencin econmica del Estado. En los ltimos aos ha existido una amplia accin del Estado en la redefinicin delas economas del rea. Hay una continua gestin pblica de diversas decisiones econmicas, una actividad consistentepara alcanzar las metas acordadas con los organismos financieros internacionales, la ejecucin sistemtica de medidasde poltica econmica para mantener las condiciones de rentabilidad de los capitales que privilegian las colocacionesfinancieras. Adems, el proceso de la deuda pblica no se ha detenido y los presupuestos de los gobiernos funcionanprivilegiando el pago del servicio de la deuda.

    El desarrollo, tal como ha planteado Celso Furtado en sus trabajos, es un proceso no solamente de transformacinde estructuras sino de invencin, es decir, comporta un elemento de intencionalidad. En la actual situacin social denuestros pases no basta contar con cuantiosos recursos para la inversin para poder crear las condiciones de un mejorfuturo de la mayora de la poblacin. Como nos recuerda Furtado en su mensaje a nuestra tercera Conferencia, cuando

    el proyecto social da preeminencia a la efectiva mejora de las condiciones de vida de la poblacin, el crecimiento sufreuna metamorfosis y se convierte en desarrollo.Esa metamorfosis no es espontnea, es el resultado de un propsito, de una voluntad poltica que tiene por meta

    constituir una sociedad apta para hacerse cargo del proceso del desarrollo. Este es el punto nodal del momento actual dela historia de nuestros pases. Concitar la voluntad poltica que permita recuperar el crecimiento econmico sobre basesnuevas. Ese crecimiento debe estar fundado en el fortalecimiento de las capacidades productivas propias, lo quecomienza con la reproduccin de las condiciones productivas satisfaccin de las necesidades bsicas de loshabitantes de nuestros territorios. Debe garantizar la transformacin de la agricultura, la ganadera y otras actividadesprimarias, permitiendo que los campesinos y otros productores directos sean sujetos relevantes en el curso de loshechos econmicos. Asimismo, debe ser capaz de encontrar los medios para avanzar en la industrializacin con unaamplia combinacin tecnolgica, que incluya elementos de punta pero que tambin se funde en la ampliacin delconsumo de la poblacin. Una dinmica econmica que nos dote de recursos socialmente administrados, para resolver

    las carencias en materia de salud y universalizar la educacin.Dentro de una estrategia alternativa se requiere de un Estado econmico democrtico y fuerte, que encauce, que

    promueva el desarrollo, y que afronte decididamente los problemas sociales.Los firmantes no postulamos voltear la cara a la globalizacin y aislarnos de las fuerzas que hoy controlan el mundo.

    Planteamos s, construir una relacin a partir de un proyecto nacional. Ello implica, entre otras cosas, revisar losesquemas de apertura comercial, de privatizacin del patrimonio nacional y de pago del servicio de la deuda externa quese han impuesto a nuestros pueblos. Ello comporta priorizar el desarrollo y la solucin de los acuciantes problemassociales de nuestros pueblos sobre el pago de las deudas externa e interna, as como revisar los esquemas o proyectosde integracin en los que participamos (ALCA, TLCAN, MERCOSUR-Unin Europea) desde la perspectiva de nuestrasestrategias internas de desarrollo econmico, y negarnos a aceptar medidas de apertura que slo sean plataformas paraacrecentar los beneficios de un reducido grupo de grandes financieros, encabezados por colocadores, grandes rentistasy tesoreras de algunas grandes empresas de EE.UU.

    Aspiramos a una economa con una base nacional de crecimiento, en la que los servicios pblicos se administrenprocurando satisfacer las necesidades sociales, lo cual implica recuperar los espacios de soberana poltica que se hanerosionado con la globalizacin neoliberal. Se requiere que el acceso al crdito interno en moneda nacional sea un datorelevante del proceso de financiamiento; una sociedad en la que existan los medios para que los diversos grupossociales puedan opinar y decidir sobre los temas sustanciales de la conduccin econmica; una sociedad en la que secombinen las formas directas y representativas de la democracia, pero teniendo como materia los hechos econmicos ylas estrategias que en este campo deben adoptarse.

    La Declaracin de Ro de Janeiro es un exhorto a acadmicos, cientficos sociales, personalidades, organizacionessociales, direcciones polticas de partidos y movimientos a desarrollar en cada uno de nuestros pases una discusinque, tomando en cuenta la perspectiva que en estas lneas se plantea, nos dote de una estrategia econmica distinta a laneoliberal, que haga posible el desarrollo en nuestras naciones. Es la contribucin mnima actual que los economistas

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    podemos dar a nuestras sociedades. Nuestra materia de estudio son mujeres y hombres, y las relaciones que entablan

    en la construccin de los medios materiales que permiten reproducir sus condiciones materiales de existencia.El problema de la satisfaccin de las necesidades sociales est en el centro de nuestra disciplina, que no secircunscribe al logro de ciertos equilibrios macroeconmicos. El estudio de los hechos econmicos tiene que volver acolocar a la humanidad en el centro. Lo otro es seguir beneficiando los intereses de un reducido grupo de grandesrentistas, de inversionistas externos y algunos socios internos. Nuestra tarea es participar en la profundizacin deopciones alternativas que consideren los medios, pero que tambin permitan identificar a los constructores de esavoluntad poltica colectiva. La democracia en la regin, participativa y representativa, comprende la decisin del tipo deeconoma que nos permita resolver las necesidades sociales.

    Gustavo Adolfo Aguilar, Honduras; Alonso Aguilar Monteverde, Mxico; Leonardo Asta, Italia; Carlos R. Azzoni, Brasil;Tnia Bacelar, Brasil; Ricardo Bielschowsky, Brasil; Rolande Borrelly, Francia; Luiz Carlos Bresser Pereira, Brasil; CllioCampolina Diniz, Brasil; Wilson Cano, Brasil; Fernando J. Cardin de Carvalho, Brasil; ngel Mara Casas Gragea,

    Espaa; Juan Castaingts Teillery, Mxico; Mario Cimoli, Chile; Ral Conde Hernndez, Mxico; Eugenia Correa, Mxico;Alberto Couriel, Uruguay; James Cypher, EE.UU.; Ral Delgado Wise, Mxico; Grard Destanne de Bernis, Francia; LuisEugenio Di Marco, Argentina; Theotnio Dos Santos, Brasil; Clara Fassler, Uruguay; Joo Carlos Ferraz, Brasil; JessFerreiro, Espaa; Aldo Ferrer, Argentina; Jos Lus Fiori, Brasil; Celso Furtado, Brasil; Rodolfo Garca Zamora, Mxico;Antonio Garrido Torres, Espaa; Alicia Girn, Mxico; Hctor Guilln Romo, Mxico; Arturo Guilln R., Mxico; ClaudioJelicky, Francia; Gerard Kbabdjian, Francia; Carlos Mallorquin, Mxico; Irma Manrique, Mxico; Ifigenia Martnez,Mxico; Carlos Medeiros, Brasil; Francisco de Oliveira, Brasil; Antonio Rao, Italia; Octavio Rodrguez, Uruguay; SalvadorRodrguez y Rodrguez, Mxico; Joo Luiz Maurity Saboia, Brasil; Ignacy Sachs, Francia; Pierre Salama, Francia; EdmarSalinas Callejas, Mxico; Claudio Salm, Brasil; Julio Sevares, Argentina; Roberto Smith, Brasil; Vctor Soria Murillo,Mxico; Osvaldo Sunkel, Chile; Alexander Tarassiouk, Mxico; Maria da Conceio Tavares, Brasil; Alejandro ToledoPatio, Mxico; Alejandro Vanoli, Argentina; Gregorio Vidal, Mxico; Tsuyoshi Yasuhara, Japn.

    II Conferencia InternacionalRed Celso Furtado (http://www.redcelsofurtado.edu.mx)

    Ro de Janeiro-Mxico Mayo-Junio de 2004.

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    LOS DESAFOS DE LA NUEVA GENERACIN

    CELSO FURTADOEconomista brasilero (1920-2004). Ph.D en Economa por la Universidad de Pars (1948). Catedrtico en la Universidad de Yale,Cambridge y Pars. Embajador Brasileo en la Comunidad Econmica Europea en Bruselas (1985-1986) y Ministro de Cultura del

    Brasil (1986-1990). Autor, entre otras obras, de: Formacin Econmica del Brasil (1959) y Desarrollo y Sub-desarrollo (1961).

    Hoy aqu se renen economistas de muchos pases para intercambiar experiencias y reflexionar sobre los gravesproblemas que afligen al mundo en desarrollo ante el modelo neoliberal impuesto por el proceso de globalizacin. En unpasado no muy lejano, los encuentros como este parecan ms bien concilibulos a los cuales tenan acceso sloalgunos iniciados. Hoy, gracias al avance de las tcnicas de la informacin, los temas que sern aqu tratados han sidodiscutidos en redes virtuales como la que organiza este seminario, en coordinacin con el Instituto de Economa de la

    Universidad Federal de Ro de Janeiro (UFRJ) y la CEPAL. Sus miembros, profesores y universitarios disponen as delos medios ms adecuados para dar continuidad y profundizar en el intercambio de ideas, y tambin para llevar alconocimiento de la opinin pblica informaciones valiosas que, con frecuencia, los centros de poder mantienen fuera delalcance del pblico.

    Para alimentar los debates que tendrn lugar, les pido que me permitan tratar algunas cuestiones que a primeravista pareceran especficamente brasileas, pero, a decir verdad, son problemas comunes de la gran mayora de lospases en desarrollo.

    A diferencia de lo que ocurra hace casi medio siglo cuando ocup la Cartera de Planeacin y dirig la elaboracindel Plan Trienal, hoy disponemos de un profundo conocimiento de las estructuras econmicas y sociales de nuestro pas.Gracias a ese conocimiento, se hizo evidente que en Brasil no hubo una correlacin entre crecimiento econmico ydesarrollo. Es comn la afirmacin de que el pas sera un caso conspicuo de mal desarrollo.

    Pocas regiones del mundo haban alcanzado, en los aos cincuenta y sesenta, una tasa de crecimiento tan elevada,

    y realizado un proceso de industrializacin tan intenso. La participacin de la inversin en el Producto Interno Brutobrasileo en ese perodo alcanz niveles raras veces igualados, lo que se tradujo en un considerable esfuerzo deacumulacin, particularmente en los sectores de transporte y energa. Sin embargo, en esos aos y en los deceniossiguientes, los salarios reales de la mayora de la poblacin no reflejaron el crecimiento econmico. La tasa desubempleo invisible, es decir, el de las personas ganando hasta un salario mnimo como ocupacin principal, se mantuvosorprendentemente alta. Y ms grave an, la gran mayora de la poblacin rural poco o nada se benefici de esecrecimiento. Es verdad que en ese perodo la clase media, antes raqutica, pas a ocupar un espacio creciente. Por otrolado, el surgimiento de una clase media en ascenso en medio de la pobreza, cuando no miseria, de prcticamente untercio de la poblacin, es la mayor evidencia del fracaso de la poltica de desarrollo adoptada.

    Si los veinte aos de rgimen militar agravaron esta situacin, cabra preguntarnos por qu ahora que la prcticade la democracia est incorporada en la sociedad brasilea an parece tan difcil promover cambios en ese sentido?

    Para tratar de dar una respuesta, no est de ms recordar ciertas ideas elementales: el crecimiento econmico tal y

    como lo conocemos se viene sustentando en la preservacin de los privilegios de las elites que satisfacen su afn demodernizacin; por otra parte, el desarrollo se caracteriza por su proyecto social subyacente. El disponer de recursospara invertir est lejos de ser condicin suficiente para preparar un futuro mejor para la mayora de la poblacin. Perocuando el proyecto social da prioridad a la efectiva mejora de las condiciones de vida de esa poblacin, el crecimientosufre una metamorfosis y se convierte en desarrollo.

    Esa metamorfosis no se da espontneamente. Ella es fruto de la realizacin de un proyecto, expresin de unavoluntad poltica. Las estructuras de los pases que lideran el proceso de desarrollo econmico y social no fueron elresultado de una evolucin automtica, inerte, sino de la opcin poltica orientada a formar una sociedad apta paraasumir un papel dinmico en ese proceso.

    En el caso brasileo, hay que enfrentar un problema que condiciona todo lo dems: la recesin. Es consensual laafirmacin de que la crisis que enfrenta Brasil tiene causas mltiples y complejas, pero tal vez ninguna sea de tanto pesocomo la falta de control por parte de los sucesivos gobiernos de las palancas econmico-financieras. La recesin que se

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    abate sobre Brasil tiene su principal causa en el corte desmedido de las inversiones pblicas, lo que genera efectos

    particularmente nefastos en las regiones ms dependientes de las acciones del gobierno federal. Forzar a un pas quetodava no ha atendido las necesidades mnimas de gran parte de la poblacin a paralizar los sectores ms modernos desu economa, a congelar inversiones en sectores bsicos como salud y educacin, a fin de cumplir con las metas deajuste de la balanza de pagos impuestas por beneficiarios de altas tasas de inters, es algo que escapa a cualquierraciocinio.

    Se comprende que esos beneficiarios defiendan sus intereses. Lo que no se entiende es que nosotros mismos nodefendamos con idntico empeo el derecho a desarrollar al pas. Si contina prevaleciendo el punto de vista de los quedefienden la recesin, que colocan los intereses de nuestros acreedores por encima de cualquier otra consideracin en laformulacin de la poltica econmica, tenemos que prepararnos para un perodo prolongado de retraccin econmica,que conducir al desmantelamiento de buena parte de lo que se construy en el pasado. La experiencia nos enseampliamente que si no se atacan de frente los problemas fundamentales, el esfuerzo de acumulacin tiende a reproducir,agravado, el mal desarrollo. En contrapartida, si conseguimos satisfacer esa condicin bsica que es la reconquista del

    derecho a tener una poltica de desarrollo, habr llegado la hora de la verdad para todos nosotros.Dos frentes seran, a mi entender, capaces de suscitar un verdadero cambio cualitativo en el desarrollo del pas: lareforma agraria y una industrializacin que facilite el acceso a las tecnologas de vanguardia.

    El desarrollo no es slo un proceso de acumulacin y aumento de la productividad macroeconmica, sinoprincipalmente el camino de acceso a formas sociales ms aptas para estimular la creatividad humana y responder a lasaspiraciones de la colectividad. Es comn que se diga que la reforma agraria constituye un avance en el plano socialpero que conlleva un elevado costo econmico. Esa es una opinin equivocada. El verdadero objetivo de la reformaagraria es liberar a los agricultores para que se transformen en actores dinmicos en el plano econmico. Las reformasagrarias que desembocaron en la colectivizacin de las tierras fracasaron desde el punto de vista econmico, ya que lasestructuras agrarias tradicionales engendran pasividad, razn por la cual sub-utilizan el potencial productivo del mundorural; y a la vez la gran empresa agrcola presupone un alto nivel de capitalizacin y slo presenta ventajas obvias en elplano operacional en sectores circunscriptos a la actividad agrcola.

    En el caso brasileo, la estructura agraria es el principal factor que causa la extrema concentracin de la renta. Notanto porque la renta est ms concentrada en el sector agrcola que en el conjunto de las actividades productivas, sinoporque, no habiendo en el campo prcticamente ninguna posibilidad de mejora de las condiciones de vida, la poblacinrural tiende a desplazarse a las zonas urbanas, incrementando la oferta de mano de obra no especializada.

    Una nueva estructura agraria deber tener como principal objetivo la posibilidad de dar elasticidad a la oferta dealimentos de consumo popular. Se trata de una pre-condicin, pero que por s sola no garantiza el desarrollo. Estepresupone la existencia de lo que los economistas acostumbran a llamar motor, o sea, un centro dinmico capaz deimpulsar el conjunto del sistema. Vale decir: no existe desarrollo sin acumulacin y avance tcnico. Su impulso dinmicoviene de la armona interna del sistema productivo en su conjunto, lo que slo se torna posible con la industrializacin. Elproblema crucial es definir el tipo de industrializacin capaz de generar un verdadero desarrollo.

    No pretendo trazar aqu siquiera un esbozo de la poltica industrial para el pas. Slo me gustara recordar un punto.La unificacin del mercado nacional alcanzada en los aos treinta fue exigencia de un cierto grado de industrializacin.Sus efectos negativos en las reas del tejido industrial ms frgil pudieron, por algn tiempo, ser amortiguados gracias alos elevados costos de los transportes inter-regionales. Desde los aos cincuenta, los transportes pasaron a serampliamente subsidiados mediante la construccin de carreteras y una poltica de bajos precios de combustibles. Hoyestamos en otro nivel, y el pas debera regresar a la industrializacin que le d acceso a tecnologas de punta. Pero lacuestin de fondo no debe ser olvidada: cualquier poltica de industrializacin en Brasil tiene que tomar en cuenta ladimensin continental y las peculiaridades regionales del pas.

    No es por arrogancia que me atrevo a hablar a mis colegas economistas en tono de consejero. La edad no nosotorga derechos pero la experiencia nos arma para enfrentar muchos sinsabores. Sabemos que una lucha de esamagnitud slo tendr xito con la participacin entusiasta de toda una generacin. A nosotros, los cientficos sociales,nos cabr la responsabilidad mayor de velar para que no se repitan los errores del pasado, o mejor, para que no sevuelvan a adoptar polticas falsas de desarrollo cuyos beneficios se concentran en las manos de pocos.

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    GLOBALIZACIN, DESARROLLO Y DENSIDAD NACIONAL

    ALDO FERRER

    Economista argentino. PhD en Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Coordinador de la ComisinOrganizadora del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (1965-1967) y Secretario Ejecutivo de CLACSO (1967-1970). Autor,

    entre otras obras, de: El capitalismo argentino (1998), De Cristbal Coln a Internet: Amrica Latina y la globalizacin (2000) y LaEconoma Argentina (2004-1ra. edicin 1963).

    La globalizacin constituye un sistema de redes en las cuales se organizan el comercio, las inversiones de lascorporaciones transnacionales, las corrientes financieras, el movimiento de personas y la circulacin de informacin quevincula a las diversas civilizaciones. Es, asimismo, el espacio del ejercicio del poder dentro del cual las potenciasdominantes establecen, en cada perodo histrico, las reglas del juego que articulan el sistema global. Uno de losprincipales mecanismos de la dominacin radica en la construccin de teoras y visiones que son presentadas como

    criterios de validez universal pero que, en realidad, son funcionales a los intereses de los pases centrales.Las redes de la globalizacin abarcan actividades que transponen las fronteras nacionales. Su peso relativo en elconjunto de la economa mundial ha crecido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las actividadesque se desarrollan dentro de cada espacio nacional constituyen la inmensa mayora de la actividad econmica y social.Las exportaciones representan el 20% del producto mundial, del cual el 80% se destina a los mercados internos. Lasfiliales de empresas transnacionales generan alrededor del 10% del producto y de la acumulacin de capital fijo en elmundo, lo que indica que el 90% del producto se realiza por empresas locales y otro tanto de las inversiones se financiacon el ahorro interno. Las personas que residen fuera de sus pases de origen representan el 3% de la poblacinmundial, vale decir que el 97% de los seres humanos habitan en los pases en los que nacieron.

    En el plano real de los recursos, la produccin, la inversin y el empleo, el espacio interno tiene un peso decisivo.Sin embargo, en la esfera virtual de las corrientes financieras y de la informacin, la dimensin global es dominante ycontribuye a generar la imagen de que se habita en una aldea global sin fronteras. Segn ella, los acontecimientos

    estaran determinados por el impacto de las nuevas tecnologas y, por lo tanto, por fuerzas ingobernables e incorregiblespor la accin pblica o de organizaciones de la sociedad civil. Una de las expresiones de esta postura es la teora de lasexpectativas racionales, segn la cual los actores econmicos anticipan e inhiben las decisiones del Estado quepretenden interferir en el funcionamiento natural de los mercados. Esta imagen fundamentalista de la globalizacin esfuncional a los intereses de los pases y los actores econmicos que ejercen posiciones dominantes en el orden global.En realidad, la aparente ingobernabilidad de las fuerzas operantes en el seno de la globalizacin no obedece afenmenos supuestamente indominables sino a la desregulacin de los mercados, que es una expresin transitoria delcomportamiento del sistema mundial.

    EL DESARROLLO

    La globalizacin no ha cambiado la naturaleza del proceso de desarrollo econmico. Este contina descansando en

    la capacidad de cada pas de participar en la creacin y difusin de conocimientos y tecnologas, y de incorporarlos en elconjunto de su actividad econmica y relaciones sociales. El desarrollo econmico sigue siendo un proceso detransformacin de la economa y la sociedad fundado en la acumulacin de capital, conocimientos, tecnologa, capacidadde gestin y organizacin de recursos, educacin y capacidades de la fuerza de trabajo, y de estabilidad y permeabilidadde las instituciones, dentro de las cuales la sociedad resuelve sus conflictos y moviliza su potencial de recursos. Eldesarrollo es acumulacin en este sentido amplio, y la acumulacin se realiza, en primer lugar, dentro del espacio propiode cada pas.

    El desarrollo implica la organizacin e integracin de la creatividad y los recursos de cada pas para poner enmarcha los procesos de acumulacin en sentido amplio. El proceso es indelegable en factores exgenos, que librados asu propia dinmica slo pueden desarticular un espacio nacional y estructurarlo en torno a centros de decisinextranacionales y, por lo tanto, frustrar los procesos de acumulacin, vale decir, el desarrollo. Un pas puede crecer,aumentar la produccin, el empleo y productividad de los factores, impulsado por agentes exgenos, como sucedi con

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    Argentina en la etapa de la economa primaria exportadora. Pero puede crecer sin desarrollo, es decir, sin crear una

    organizacin de la economa y la sociedad capaz de movilizar los procesos de acumulacin inherentes al desarrollo o,dicho de otro modo, sin incorporar los conocimientos cientficos y sus aplicaciones tecnolgicas en el conjunto de suactividad econmica y social.

    LAS RELACIONES

    La globalizacin y el desarrollo econmico de cada pas guardan estrechas relaciones. La globalizacin ofreceoportunidades como, por ejemplo, la ampliacin de los mercados o el acceso a inversiones y tecnologas. Pero planteatambin riesgos y amenazas. La globalizacin no es en s misma buena o mala. Su influencia en el desarrollo de cadapas depende de las vas por las cuales el mismo se vincula a las redes de la globalizacin. Por ejemplo, en el comerciointernacional, a travs del estilo de vinculacin con la divisin internacional del trabajo. El desarrollo requiere que lasexportaciones e importaciones guarden un balance entre sus contenidos de tecnologa y valor agregado para permitir

    que la estructura productiva interna asimile y difunda los avances del conocimiento y la tecnologa. En relacin a lasinversiones de filiales de empresas transnacionales, es preciso que su presencia no debilite las capacidades endgenasde desarrollo tecnolgico. A su vez, el financiamiento internacional debe ser consistente con la capacidad de pagosexternos y el equilibrio de los pagos internacionales. En resumen, el resultado, desde la perspectiva de cada pas, radicaen el estilo de insercin en el orden global o, en otras palabras, en la calidad de las respuestas a los desafos yoportunidades de la globalizacin.

    En el transcurso de los ltimos doscientos aos, las asimetras crecientes en el desarrollo econmico de los pasesresultan del ejercicio del poder por las potencias dominantes pero, en ltima instancia, dependen de la aptitud de cadasociedad para participar en las transformaciones desencadenadas por el avance de la ciencia y sus aplicacionestecnolgicas. En este ltimo sentido, puede decirse que cada pas tiene la globalizacin que se merece. Es claro que elejercicio efectivo de la soberana es un requisito para que un pas pueda dar respuestas propias al escenario global. Enel pasado, los pases subordinados a la condicin colonial estuvieron sujetos a las decisiones de sus metrpolis y su

    estilo de insercin en el orden global respondi a los intereses de las mismas. Pero aun en situaciones de dependenciacolonial, como por ejemplo en las trece colonias britnicas de Amrica del Norte o en los dominios britnicos de Canady Australia, fueron posibles, por sus propias condiciones internas y estilo de vinculacin con la metrpolis, respuestas a laglobalizacin compatibles con el desarrollo y la acumulacin en esos territorios, antes de su independencia. En sentidocontrario, pases soberanos como los de Amrica Latina, que conquistaron su independencia en los albores de larevolucin industrial a principios del siglo XIX, no lograron desde entonces erradicar el atraso y generar respuestas a losdesafos y oportunidades de la globalizacin consistentes con su propio desarrollo.

    LAS RESPUESTAS

    El orden global proporciona un marco de referencia para el desarrollo de cada pas. Pero la forma de insercin en sucontexto externo depende, en primer lugar, de factores endgenos, propios de la realidad interna del mismo pas. Lahistoria del desarrollo econmico de los pases puede relatarse en torno a la calidad de las respuestas a los desafos yoportunidades de la cambiante globalizacin a lo largo del tiempo. Este enfoque es aplicable, por ejemplo, al estudio dela formacin de la economa en el actual territorio argentino, desde los tiempos fundacionales de la conquista hasta laactualidad.

    Cules son entonces los factores endgenos que determinan aquellas respuestas? Qu circunstancias conducenal xito, vale decir, a su desarrollo? El anlisis comparado de casos exitosos (Ferrer, 1998) contribuye a responder talesinterrogantes. La muestra incorpora pases que, al inicio de su despegue, estaban relativamente atrasados respecto de laeconoma y potencia lder de la poca. En el transcurso del Segundo Orden Mundial durante el siglo XIX, se hacereferencia a pases grandes (Estados Unidos, Alemania y Japn) y pequeos (Suecia y Dinamarca) que estabanrezagados respecto de la potencia hegemnica al principio del perodo, Gran Bretaa. En la segunda mitad del siglo XX,los dos casos probablemente ms notables son la Repblica de Corea y la provincia china de Taiwn, que figuraban

    entre los ms atrasados al concluir la Segunda Guerra Mundial.

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    La muestra abarca dos pocas distintas de la globalizacin y pases muy diferentes por la dimensin de su territorio y

    poblacin, disponibilidad de recursos naturales, tradicin cultural y organizacin poltica. Sin embargo, en todos los casosse verifica la existencia de condiciones endgenas, internas, necesarias, que resultaron decisivas para que esos pasesgeneraran progreso tcnico y lo difundieran e integraran en su tejido productivo y social; vale decir, para poner enmarcha procesos de acumulacin en sentido amplio, inherentes al desarrollo. Este conjunto de circunstanciasendgenas, insustituibles y necesarias al desarrollo pueden resumirse en el concepto de densidad nacional.

    LA DENSIDAD NACIONAL

    Entre esas condiciones figuran la integracin de la sociedad, los liderazgos con estrategias de acumulacin de poderfundado en el dominio y la movilizacin de los recursos disponibles dentro del espacio nacional, y la estabilidadinstitucional y poltica de largo plazo.

    En los casos exitosos, la totalidad o mayora de la poblacin particip en el proceso de transformacin y crecimiento

    y en la distribucin de sus frutos. Esos pases no registraron fracturas abismales en la sociedad fundadas en causastnicas o religiosas, ni en diferencias extremas en la distribucin de la riqueza y el ingreso. En todos los casos, la mayorparte de la poblacin particip de las oportunidades abiertas por el desarrollo.

    Los pases considerados en la muestra contaron con liderazgos empresarios y sociales que gestaron y ampliaron supoder por medio de la acumulacin fundada en el ahorro y los recursos propios, y de la preservacin del dominio de laexplotacin de los recursos naturales y las principales cadenas de agregacin de valor. Los ncleos dinmicos deldesarrollo en cada etapa fueron reservados para empresas nacionales o sujetas a marcos regulatorios que integraban alas filiales de empresas extranjeras al proceso de desarrollo endgeno. Los liderazgos promovieron relaciones nosubordinadas de sus pases con el resto del mundo, y en el caso de aquellos que se convirtieron en grandes potencias,relaciones dominantes.

    En todos los casos considerados prevalecieron reglas del juego poltico institucionales capaces de resolver losconflictos inherentes a una sociedad en crecimiento y transformacin. Bajo distintos regmenes de organizacin poltica,

    republicana o monrquica, federal o unitaria, el ejercicio del poder estuvo respaldado en la aceptacin de las reglas deljuego por todos los actores sociales y polticos involucrados. La interrupcin de la paz interior por conflictos internos(como la guerra civil norteamericana, la unificacin alemana bajo el II Reich y la eliminacin del shogunato en Japndurante la Restauracin Meiji) o la derrota militar y la ocupacin extranjera (como en el caso de Alemania en las dosguerras mundiales del siglo XX y de Japn en la segunda) fueron sucesos transitorios y ocurridos posteriormente por laestabilidad del sistema poltico institucional en el territorio nacional de esos pases. En los pases exitosos predomin enla sociedad un sentido de pertenencia y destino compartido.

    El anlisis comparado revela que esos tres planos estn ntimamente relacionados. La integracin social contribuya formar liderazgos que acumularon poder dentro del propio espacio nacional, conservando el dominio de las actividadesprincipales e incorporando el conjunto o la mayor parte de la sociedad al proceso de desarrollo. A su vez, la participacinde la sociedad en las nuevas oportunidades viabiliz la estabilidad institucional y poltica, y esta afianz los derechos depropiedad y la adhesin de los grupos sociales dominantes a las reglas del juego poltico e institucional.

    Estas condiciones endgenas y necesarias para el desarrollo fueron acompaadas por otras, tambin decisivas. Lasideas econmicas fundantes de la poltica econmica de los pases exitosos nunca estuvieron subordinadas al liderazgointelectual de pases ms adelantados y poderosos que ellos mismos. Respondieron siempre a visiones autocentradasdel comportamiento del sistema internacional y del desarrollo nacional. Cuando estos pases aceptaron teorasconcebidas en los centros, lo hicieron adecundolas al propio inters. Fueron visiones y enfoques funcionales a la puestaen marcha de procesos de acumulacin en sentido amplio, fundados en la movilizacin de los recursos propiosdisponibles. Concibieron las empresas y prstamos extranjeros como subsidiarios del proceso de acumulacin asentadoen la preservacin del dominio de las actividades ms rentables y fuente principal de la ampliacin de la capacidadproductiva.

    El Estado fue el instrumento esencial para poner en prctica las ideas del desarrollo nacional y la vinculacinsoberana con el contexto externo. En virtud de las circunstancias propias de cada caso y cada poca, el Estado intervino

    todo lo que hizo falta, raramente ms de lo necesario, para regular los mercados, abrir o cerrar la economa e impulsar,

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    orientando el crdito interno y por mltiples otras vas, las actividades consideradas prioritarias. El Estado fue un

    protagonista principal, con mayor o menor grado de vinculacin con la actividad privada segn los casos, en el desarrollode los sistemas nacionales de ciencia y tecnologa para promover la innovacin y la incorporacin de los conocimientosimportados en el propio acervo. La complejidad creciente de la actividad econmica ampli y diversific la demanda detecnologa, que fue atendida en gran medida por la propia oferta de bienes complejos y conocimientos. La elevacin delos niveles educativos y la promocin de la ciencia y la tecnologa fueron objetivos importantes en la accin pblica de lospases exitosos, mientras el propio desarrollo multiplicaba los incentivos para que el sector privado llevara adelante suspropias actividades de investigacin y desarrollo.

    La convergencia de estas condiciones endgenas, necesarias, permiti consolidar el derecho de propiedad,asentndolo en espacios cada vez ms amplios de rentabilidad, y reducir los costos de transaccin que facilitaron lasactividades de los operadores privados. Posibilit, asimismo, mantener los equilibrios macroeconmicos de largo plazo,incluyendo el presupuesto, el balance de pagos, la moneda y la estabilidad de precios. Los desvos, cuando ocurrieron aun los casos extremos como la hiperinflacin alemana de la dcada del veinte, fueron transitorios. En ningn caso se

    instalaron desequilibrios sistmicos, como un exagerado nivel de endeudamiento externo de largo plazo.La globalizacin pone a prueba la densidad nacional de los pases. En la actualidad, se acrecent la intensidad delas fuerzas globalizadoras y se fortalecieron las reglas del juego diseadas por los pases centrales. Pero, al mismotiempo, se multiplicaron las oportunidades y la apertura de nuevos espacios para el desarrollo econmico, incluso en lospases rezagados. La calidad de las respuestas a los desafos y oportunidades de la globalizacin resulta as msdecisiva an que en el pasado para determinar el xito o el fracaso. Tales respuestas siguen dependiendo, en primerlugar, de las condiciones internas, endgenas, de cada pas en aspectos crticos como la integracin social, elcomportamiento de los liderazgos y la estabilidad del marco institucional y poltico.

    DENSIDAD NACIONAL E IDENTIDAD NACIONAL

    Es preciso diferenciar ambos conceptos. La identidad nacional se refiere, esencialmente, a la cultura. Una sociedad

    de baja densidad nacional, por la insuficiencia de las condiciones endgenas, necesarias para el desarrollo, puede, sinembargo, crear valores culturales de reconocimiento universal. Argentina y Amrica Latina proporcionan ejemplosnotorios en tal sentido.

    La cultura expresa la creatividad de la sociedad en buena medida al margen del sistema de poder y la estratificacinsocial. Abarca as todo el arco social y se enriquece con el aporte de todos. Argentina incluye a Eduardo Arolas y aBorges, Victoria Ocampo y Arturo Jauretche, a Jos Hernndez y Federico Leloir, y as a todos los creadores de lamsica, la literatura, la ciencia y las mltiples expresiones del ingenio humano procesado en las condiciones propias delespacio vernculo.

    ARGENTINA

    La formacin de la economa argentina, en el transcurso de sus diversas etapas, es parte de la historia de laglobalizacin inaugurada a fines del siglo XV con el descubrimiento del Nuevo Mundo y la apertura de la va martima decomunicacin entre Europa Occidental y Oriente. Desde la conquista hasta la actualidad, principios del siglo XXI, laevolucin de la sociedad y la economa en el actual territorio argentino bajo el dominio colonial, y luego como nacinindependiente, es el resultado del contrapunto entre la realidad interna y el contexto mundial.