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Cuando grita el corazón

Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

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Page 1: Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

Cuando grita

el corazón

Page 2: Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego!que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del almapor ser gritos encendidosen el volcán del abismo.

Page 3: Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

Cuando el corazón grita ¡fuego! los ojos se vuelven gacelas que saltan por los rastrojosbuscando por montes y valles la chispa que incendió aquella hoguera abrasante.

Page 4: Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

Hasta llegar al borde bravío del acantilado marino y con sorpresa verque un barco mercantezarpó ayerpor donde hace tiempo navegó un sueño errante.

Page 5: Cuando grita el corazón Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego! que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del alma por ser gritos encendidos

Mas si el fuego huido no fue capaz de incendiar la mar es que nunca la hoguera brotó del volcán,fue sóloilusión fugazde tu imaginación.

Juan Manuel del Río

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Los gritos del corazón son gritos de ¡fuego!que se ven y se oyen sólo en el silencio dormido del almapor ser gritos encendidosen el volcán del abismo.

Cuando el corazón grita ¡fuego! los ojos se vuelven gacelas que saltan por los rastrojosbuscando por montes y valles la chispa que incendió aquella hoguera abrasante.

Hasta llegar al borde bravío del acantilado marino y con sorpresa verque un barco mercantezarpó ayerpor donde hace tiempo navegó un sueño errante.

Mas si el fuego huido no fue capazde incendiar la mar es que nunca la hoguera brotó del volcán,fue sóloilusión fugazde tu imaginación.

Juan Manuel del Río