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“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o esti- mará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mateo 6:24.) Cuando el dinero reina, el hombre que posee el dinero es el amo, y el hombre que quiere el dinero tiene que obedecerle. Pero cuando Cristo reina, Cristo mismo es el amo, y el hombre que quiere su bendición le sirve con gozo. ¿A quién sirve usted? ¿Sirve usted a los que tienen dinero, o sirve a Cristo? Como músico, ¿quién determina el canto que usted canta? Como trabajador, ¿de quién son los trabajos que usted hace? Como rotulista, ¿de quién son los letreros que usted pinta? Como escritor, ¿acerca de quién escribe usted? Como velador, ¿de quién son los tesoros que usted cuida? Como cocinero, ¿para quién prepara usted la comida? Como maestro, ¿de quién provienen las ideas que usted enseña? ¿Canta usted las melodías que agradan a los ricos? ¿Usa usted sus fuerzas y habilida- des para hacer reales los sueños de los ricos? ¿Promueve y vende usted la mercancía de los ricos? ¿Habla y escribe usted lo que exalta a los ricos? ¿Cuida usted la riqueza acumulada de los ricos? ¿Cocina usted delicadezas para el paladar refinado de los ricos? ¿Enseña usted las ideas que enriquecieron a los ricos? Considere la vida de Jesucristo, quien dijo, “Venid a mí... y aprended de mí.” Cristo andaba sirviendo, pero no por dinero. No mos- tró favoritismo hacia los ricos. Su tiempo no estaba en venta. Su cuerpo no estaba en venta. Sus palabras no estaban en venta. Su poder no esta- ba en venta. Nada, absolutamente nada, estaba en venta. Todo fue dado gratuitamente, y con la misma medida que Cristo daba, también recibía. Cuando el dinero reina, la gente come por medio de servir a los ricos. Cuando Cristo reina, la gente come por medio de servir a Dios. Cuando el dinero reina, se cree comúnmente que el dinero es el todopoderoso que provee todas las cosas, pero el dinero no puede vencer la muerte. Solo Jesús venció la muerte, y también ven- ció la idea de que el hombre tiene que servir a los ricos para vivir. Claro que tenemos que trabajar... ¿pero trabajar para quién? ¿Creemos en el dios dora- do del dinero, y nos hincamos ante los “sacer- dotes” que lo tienen? ¿O realmente creemos que existe otro Dios quien sostendrá a los que trabajan para los pobres y para los que no pue- den recompensarlos? Jesús dijo, “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitas- teis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” (Mateo 25: 36-40.) Asociación Amós 5:24 Para los Padres que quieren enseñar a sus hijos en casa. 14 May 2003 1 La Asociación Amós 5:24, Gonzalitos 210-B Nte, Col. Vista Hermosa, Monterrey, NL cp64620 México. Tel: (81)8348-4622 Dos direcciones de email: [email protected] [email protected] Sitio de Web: http://www.amos524.org Claro que tenemos que trabajar... ¿pero trabajar para quién? Cuando reina el dinero

Cuando reina el dinero 14 May 2003 Asociación Amós 5:24 · “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o esti-mará al uno y menospreciará

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“Ninguno puede servir a dos señores;porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o esti-mará al uno y menospreciará al otro. No podéisservir a Dios y a las riquezas.” (Mateo 6:24.)

Cuando el dinero reina, el hombreque posee el dinero es elamo, y el hombre quequiere el dinero tiene queobedecerle. Pero cuandoCristo reina, Cristo mismoes el amo, y el hombre quequiere su bendición lesirve con gozo.

¿A quién sirveusted? ¿Sirve usted a losque tienen dinero, o sirvea Cristo? Como músico,¿quién determina elcanto que usted canta?Como trabajador, ¿dequién son los trabajosque usted hace? Comorotulista, ¿de quién son los letreros que ustedpinta? Como escritor, ¿acerca de quién escribeusted? Como velador, ¿de quién son los tesorosque usted cuida? Como cocinero, ¿para quiénprepara usted la comida? Como maestro, ¿dequién provienen las ideas que usted enseña?

¿Canta usted las melodías que agradana los ricos? ¿Usa usted sus fuerzas y habilida-des para hacer reales los sueños de los ricos?¿Promueve y vende usted la mercancía de losricos? ¿Habla y escribe usted lo que exalta a losricos? ¿Cuida usted la riqueza acumulada delos ricos? ¿Cocina usted delicadezas para elpaladar refinado de los ricos? ¿Enseña usted lasideas que enriquecieron a los ricos?

Considere la vida de Jesucristo, quiendijo, “Venid a mí... y aprended de mí.” Cristoandaba sirviendo, pero no por dinero. No mos-tró favoritismo hacia los ricos. Su tiempo no

estaba en venta. Su cuerpo noestaba en venta. Sus palabras no

estaban en venta. Su poder no esta-ba en venta. Nada, absolutamentenada, estaba en venta. Todo fue dado

gratuitamente, y con lamisma medida que Cristodaba, también recibía.

Cuando el dinero reina,la gente come por mediode servir a los ricos.Cuando Cristo reina, lagente come por medio deservir a Dios.

Cuando el dinero reina,se cree comúnmente que eldinero es el todopoderoso

que provee todas lascosas, pero el dinero no

puede vencer la muerte.Solo Jesús venció lamuerte, y también ven-

ció la idea de que el hombre tiene que servir alos ricos para vivir.

Claro que tenemos que trabajar... ¿perotrabajar para quién? ¿Creemos en el dios dora-do del dinero, y nos hincamos ante los “sacer-dotes” que lo tienen? ¿O realmente creemosque existe otro Dios quien sostendrá a los quetrabajan para los pobres y para los que no pue-den recompensarlos?

Jesús dijo, “Porque tuve hambre, y medisteis de comer; tuve sed, y me disteis debeber; fui forastero, y me recogisteis; estuvedesnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitas-teis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces losjustos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándote vimos hambriento, y te sustentamos, osediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo tevimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y tecubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en lacárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey,les dirá: De cierto os digo que en cuanto lohicisteis a uno de estos mis hermanos máspequeños, a mí lo hicisteis.” (Mateo 25: 36-40.)

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La Asociación Amós 5:24, Gonzalitos 210-B Nte,Col. Vista Hermosa, Monterrey, NL cp64620 México.Tel: (81)8348-4622 Dos direcciones de email:[email protected] [email protected]

Sitio de Web: http://www.amos524.org

Claro que tenemos que

trabajar...¿pero trabajar para quién?

Cuando reina el dinero

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Aquí Cristo está hablando del trabajo que no sehizo por dinero, sino por el verdadero Amo, el Creadoramoroso. Tal trabajo es superior. (Véase Juan 6:27.)

Cuidar a nuestros niños también es trabajosuperior. Ellos realmente son almas necesitadasdesde el momento en que nacen. Jesús dijo que nohiciéramos tropezar a unos de estos pequeños. Noscuesta trabajo entrenarlos en la verdad y prote-gerlos de todas las influencias corrompidasdel mundo. No solo cuesta un esfuerzo oca-sional, sino un trabajo sostenido: los sietedías de la semana por muchos años. Este tra-bajo de entrenamiento es mucho más difícily consume más tiempo que trabajar simple-mente para suplir la comida y ropa para suscuerpos. El valor eterno de un ser humano essu alma, y el cuidado del alma es superior alcuidado del cuerpo. Jesús prometió que sinos esforzamos para la justicia que necesita elalma, entonces Dios nos “añadirá” las cosasfísicas que necesita el cuerpo. (Véase Mateo6:33.) Si vivimos por fe en esta promesa,podremos servir al Señor, y no estaremos obli-gados a servir a los ricos.

El trabajo de entrenar a nuestros hijosen justicia paga un sueldo seguro porqueDios es un patrón fiel. El Señor mismo nosdio esos niños, y él nos “pagará” por cuidar-los. Con todo ¿cuántos padres abandonan elentrenamiento de sus pequeños porque ellosperciben que es de poco valor comparadocon una carrera y un salario? Muchas familias estánsirviendo al dinero en vez de servir a Dios porque noentienden que Dios los sustentará. “Echa sobre Jehovátu carga, y él te sustentará; no dejará para siemprecaído al justo.” (Salmo 55:22.)

¿Por qué multiplicó Jesús los panes y los pes-cados en dos ocasiones? Para mostrar su deseo de pro-veer para los que dejan sus medios mundanos de soste-nimiento para seguirle a él. El dinero no fue necesario.

El Señor también sostuvo toda la nación deIsrael en el desierto por cuarenta años sin dinero.Seguramente él puede sostenernos también si estamostrabajando por él y obedeciéndole. Sin embargo, siestamos sirviendo a los poderes del dinero, no debe-mos esperar que el Señor nos sustente, pues esperamosque nuestro dinero nos sustente. Y lo hará... hasta cier-to punto. Jesús nunca suplió panes y pescados a los quese quedaban cerca de las fuentes de dinero y comida.

Solo proveyó para los que habían abandonado todo elsistema humano de demanda y oferta para seguirle a él.

El siguiente versículo se aplica al entrenamien-to de nuestros propios hijos si en verdad los cuida-mos en su debilidad y pobreza: “Bienaventurado elque piensa en el pobre; en el día malo lo libraráJehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; será bien-

aventurado en la tierra, y no lo entregarás a lavoluntad de sus enemigos.” (Salmo 41: 1-2.)

¿Están siendo entrenados nuestros hijospara servir a Dios o a los ricos? Las escue-las y universidades no disimulan el hechode que sus graduados pueden ganar muchodinero. Pero si examinamos las almas deesos graduados, encontramos que piensancarnalmente, carecen de espiritualidad yson prácticamente inútiles al Señor. Algrado que hayan escogido servir al dinero,

a tal grado son inútiles al Señor.Al grado que los hombres esco-

gen servir a “otros dioses”, se hacenanatema al Dios de los cielos. El dine-ro ha llegado a ser el dios más busca-do y admirado en le tierra.

La mayoría de la gente pone su fe en eldinero. No pueden creer que el Señor puedesuplir para ellos. “¿Dónde está el Señor?” sepreguntan a sí mismos. “Y hablaron contraDios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el des-ierto?” (Salmo 78:19.)

Dios está exactamente donde siempre ha esta-do. “A Jehová he puesto siempre delante de mí; porqueestá a mi diestra, no seré conmovido.” (Salmo 16:8.)Las obras admirables del Creador están por todoslados, y son mucho más permanentes que las obrasinciertas y raquíticas de los hombres. No obstante loshombres confían más en las obras de sus propiasmanos porque las pueden ver.

¿A quién debemos dar gracias por nuestro pandiario? ¿A la panadería donde fue horneado? ¿A nues-tro patrón que nos pagó? Al inclinar nuestras cabezas,¿debemos dar gracias a los hombres por nuestro pan?Empero la mayoría en sus corazones no creen que Diosprovee el sustento. Creen en el poder de su propiamano de generar dinero. Cuando pierden su trabajo ocuando es robado su dinero, ellos se sienten muy tristesy temorosos. ¿Qué ha de pensar Dios de estas actitudesidólatras en nuestros corazones?

¿Alguna vez dijo “gracias” Dios a la persona2

¿Entrenadospara servir

a Dios o

a los ricos?

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quien le dio una ofrenda? Antes laofrenda fue una manera de decirle“gracias” al Señor. El Señor notiene por qué decirnos “gracias”por algún beneficio. Cuando él nosconcede su favor y sus beneficios,es conveniente que le demos gra-cias porque toda buena dádivafluye de él. “De Jehová es la tierray su plenitud; el mundo, y losque en él habitan.” (Salmo24:1.)

Sin embargo, en estasociedad basada en el dinero,nosotros nos olvidamos de queDios es el dueño de todo. “Mía esla plata, y mío es el oro, diceJehová de los ejércitos.” (Hageo2:8.) Empezamos a creer que losricos son dueños de todo, y quenecesitamos buscar el apoyo de ellos y darles honor aellos. Esto no agrada al Señor porque estamos dandogloria a los hombres que debe ser dada solo a Dios.

Si Dios me utiliza para bendecir a otro herma-no de alguna manera, ¿me sentiría ofendido si el her-mano diera gracias a Dios en vez de darmelas a mí? Nodebo sentirme así. Somos solo canales, pasando lasbendiciones a otros. Dios es el verdadero dueño detodas las cosas. Los ricos solo se imaginan que son losdueños de la tierra y sus recursos. Están simplementeequivocados, y serán juzgados porque consideran quela riqueza de la tierra es su propio tesoro personal envez de considerarlo un depósito que se debe usar comodetermina el verdadero dueño (Dios). Lo que hemosrecibido de gracia, no debemos reclamar como propie-dad propia. Dios nos ha dado las manos y el cerebro. Elnos hizo, no nosotros a nosotros mismos. Así que real-mente cualquier talento o trabajo que hacemos no es denosotros mismos, sino es un don de Dios.

Quizás algunos piensan que son “ricos” porquetienen en reserva bienes acumulados. Que tenganmucho cuidado. En el día del juicio Dios les pedirácuenta de lo que hicieron con cada talento y cada donque les había dado. Cualquiera que haya escondido sutalento en la tierra, estará enlazado. No es justo guar-dar la riqueza para seguridad personal. Esto no está deacuerdo con el ejemplo de Jesús ni con sus palabras.

No espere usted que el Señor le diga “gracias”por devolverle lo que él le dio en un principio.

Debemos decir, “Siervos inútilessomos, pues lo que debíamoshacer, hicimos.” (Lucas 17:10.)Todo lo que tenemos nos fue dado,de modo que es nuestro deber usar-lo para servir al Señor.

¿A quién sirve usted? ¿De quiénson las labores que usted hace?¿Para quién pinta letreros? ¿Dequién es la historia que escribeusted? ¿De quién son los tesorosque usted guarda?

Dios escogió a María para con-cederle ser madre del Hijo de Dios,porque Dios sabía que María lo ibaa consagrar para el uso divino. Nolo iba a coger como posesión pro-pia para que fuera algún profesio-nal para proveer dinero para lavejez de ella. ¿Y usted? ¿Qué pien-

sa hacer con lo que Dios le ha dado?“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho,

hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gra-cias a Dios Padre por medio de él.” (Col. 3:17.) >

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Empezamosa creer que

los ricos son dueños de todo.

Estimados hermanos,Muchas gracias por el esfuerzo que ponen al elabo-

rar el boletín y los libritos que mandan periódica-mente.

A mí me gustaría ayudar a repartir el boletín a famil-ias que no tengan correo electrónico. Si saben dealguien que desee recibirlo pero no tenga correo elec-trónico, por favor mándenme sus datos. Vivo en la ciu-dad de Guadalajara, Jalisco.

Saludos, Guillermo Zepeda

Gracias hermano. ¿Habrá otro que desea hacer lo mismo?Escríbanos a: [email protected]

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El propósito de este artículo es volver los corazo-nes de los padres a las cosas espirituales que ellos y sushijos necesitan. Se dedica tanto tiempo a seguir el bien-estar material, y tan poco tiempo a las necesidades espi-rituales. El hombre promedio pasa muy poco tiempo consu familia porque está “proveyendo para su familia”.Aquí en México vemos que esto se lleva a extremoscuando los cristianos dejan a su esposa e hijos para irse atrabajar a los Estados Unidos. Están “proveyendo” dine-ro, pero no están proveyendo el ejemplo diario y la ense-ñanza que sus hijos realmente necesitan para poderseguir a Cristo. La mayoría de los padres no enseñan laBiblia a sus hijos de una manera más que superficial, noobstante dedican ocho horas al día a buscar el dinero.

¿Alguna vez ha calculado usted cuánto dinerorealmente necesita su familia? ¿Qué incluyó usted como“necesidades”? ¿Utilizó la definición del apóstol Pablode lo necesario, o la definición de nuestra sociedadmoderna en el año 2003? Pablo dijo: “Así que,teniendo sustento y abrigo, estemos con-tentos con esto.” (1 Timoteo 6:8.) Esoquiere decir comida y ropa. Jesúsnos dijo que le pidiéramos a Diosnuestro “pan de cada día”, nobodegas llenas para sostener-nos por muchos años.

Consideren el nivelde vida de Jesucristo.Consideren el nivel de vida delos apóstoles. Luego vean elsuyo propio. Cuanto más tiem-po se dedica al bienestar mate-rial, tanto menos tiempo hay parahacer verdaderos discípulos de losmiembros de nuestra familia.

No es misterio por qué le falta espiri-tualidad a la iglesia moderna. La verdadera espirituali-dad cuesta algo. La verdadera espiritualidad es el frutode haber hecho el esfuerzo que Jesús dijo que hiciéra-mos. La verdadera espiritualidad se encuentra solo porlos que tienen hambre y sed de justicia. Viene a los quela buscan con todo el corazón como si fuera plata esco-gida. No puede ser hallado por los que han escogidodedicar sus mejores esfuerzos a ganar y gastar dinero.

Tal vez usted se ofende con eso, pero sinembargo es verdad. Pocas personas dejarán la búsque-da de un nivel de vida cómodo para buscar la justicia.

Buscan la justicia en sus horas libres. La mayoría soncomo el hombre que dijo: “Te ruego que me excuses,tengo que ir a ver mi nueva propiedad,” o el hombreque dijo, “Te ruego que me excuses, tengo que ir a tra-bajar con los bueyes.” Dedican ocho o diez horas al díaa buscar el dinero y las cosas que se pueden comprarcon dinero, pero solo unos pocos minutos a entender yaplicar la Palabra de Dios.

Ellos dicen, “Estoy proveyendo para los de micasa.” Pero están tratando de proveer un nivel de vidaque no se necesita y contra el cual Jesús nos advirtió:“Pero gran ganancia es la piedad acompañada decontentamiento; porque nada hemos traído a estemundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que,teniendo sustento y abrigo, estemos contentos conesto. Porque los que quieren enriquecerse caen ententación y lazo, y en muchas codicias necias y daño-sas, que hunden a los hombres en destrucción y per-

dición; porque raíz de todos los males es elamor al dinero, el cual codiciando algu-

nos, se extraviaron de la fe, y fuerontraspasados de muchos dolores.”

(1 Timoteo 6: 6-10.)Puesto que la mayoría

buscan un nivel de vida muchomás alto que esto, tienenmucho menos tiempo que loque se necesita para buscar alSeñor. Por consiguiente suvida espiritual está en peligro,

juntamente con la vida espiritualde sus hijos. Honestamente, la

juventud de la iglesia promedio noha sido entrenada por los padres por-

que los padres estaban buscando más queel sustento y abrigo. Sino mucho más.La vida espiritual es una carrera (2 Tim.4:7,

Heb 12:1, 1 Cor.9:24). Empieza con la fe en Jesucristo,y esa fe viene por oír la Palabra de Dios, y poner pri-mero lo de Dios . La fe no viene a la gente que está sir-viendo primero a los intereses del dinero. Viene a aque-llos que dejan la búsqueda del dinero para buscar aJesucristo. Jesús dijo que ninguno puede servir a dosseñores al mismo tiempo. Dijo que no se puede servira Dios y a las riquezas.

Ahora mucha gente está sirviendo a las riquezasy al mismo tiempo están convencidos de que ellos tienen

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¿Cuánto dinero necesita su familia?

COMIDA VacacionesCosméticosJoyas

Ropa Inversiones

Residencia Seguros

Muebles

Deco

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¿A qué velocidad va

usted?

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lo que Biblia llama “fe en Jesucristo”. Pero así comoexisten billetes falsos que no costaron nada, así tambiénexiste “fe” falsa que no cuesta nada. La fe falsa permi-te a los falsos discípulos seguir las riquezas. Jesús dijoque tal cosa es imposible. Cualquier “fe” que sirve pri-meramente a las riquezas no es fe en Jesucristo.

Simplemente no hay suficiente tiempo paraguardar el alma y guardar tesoros. No se puede. Hay quetomar tiempo para entender realmente la Palabra deDios. Hay que oír, masticar y digerir la Palabra. Hay quetomar tiempo para leer y pensar. Hay que tomar tiempopara conocer a personas piadosas que pueden contestarnuestras preguntas. Se necesita tiempo para entender lamente de Dios. Se necesita tiempo para ir y servir a otroscomo el Señor indicó. Sí, mucho tiempo. Y la gente noquiere calcular los gastos. También se necesita planear yesforzarse para enseñar la Palabra de Dios a nuestroshijos -- mucho tiempo: ¡horas y días y semanas y mesesy años! Y nadie le pagará un salario para dedicar todoese tiempo a la salvación de su alma y de sus hijos.

Con todo, las compañías y patrones le ofrece-rán un reparto diminuto para que usted dé su tiempo aun trabajo servil, y lo llamarán una “carrera”.Cualquier trabajo es servil comparado a la eterna sal-vación del alma. Cualquier salario es diminuto compa-rado al valor del alma. ¿Ha trabajado usted por unoscentavos, haciendo algo que realmente no es necesario,mientras que usted y sus hijos están pereciendo porfalta de esa fe que es como la fe de los apóstoles?

Considere esa cosa que Jesús llamó “fe”, ycompárela a esa cosa que las iglesias modernas llaman“fe”. ¿Son la misma cosa? ¿Cree usted que cualquier“fe” de todo hombre va a ser aceptada por Dios en elDía del Juicio? Los que prefieren trabajar por dineroque trabajar por la verdad serán descubiertos en aqueldía, y se demostrará que su “fe” era falsa.

Usted tiene que arrepentirse de esa actitud quele hace creer que necesita ganar mucho dinero. No escierto. Usted necesita trabajar con sus manos muy pocopara lograr sus necesidades básicas. Más que eso, ustedestá parado en una rama muy delgada, consumiendo suenergía en acumular posesiones en vez de lo que elSeñor llama “el reino de Dios y su justicia”. Tener unalto nivel de vida no es “justicia”. De hecho es injusti-cia. La justicia y las riquezas se encuentran en polosopuestos. Las riquezas constituyen un obstáculo a laverdadera fe y a la salvación. Yo no dije eso; Jesús lodijo. Muchas veces. Lea su Nuevo Testamento. Ustedverá que las riquezas y la justicia están por lados

opuestos. La mayoría de los pastores nos están enga-ñando porque no quieren perder el apoyo económico.Ellos también están buscando muchas posesiones.

Dios es galardonador de los que le buscan dili-gentemente, y da entendimiento a la persona que lobusca. El entendimiento y la fe son compañeros inse-parables. Los que entienden el evangelio del Señor, locreerán. Pero los que no lo entienden, no lo creerán.Jesús dijo, “Porque el corazón de este pueblo se haengrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y hancerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Yoigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y seconviertan, Y yo los sane.” (Mateo 13:15.) Un hombreno puede creer lo que su corazón no entiende. Y parallegar a entender se necesita tiempo y esfuerzo.

Al leer autobiografías misioneras, tales como“Bruchko” por Bruce Olson o “Patriarca Misionero”por John Paton, encuentro que los nativos que se con-virtieron a Cristo fueron aquellos que se esforzaronpara oír la Palabra de Dios, hacer preguntas, resolverdudas, y buscar el conocimiento del Señor. El entendi-miento y la fe no llegaron fácilmente, pero sí llegaron.Llegaron a los que tenían hambre y buscaban. No lle-garon a los que servían ávidamente a sus dioses anti-guos. Ya que la luz del entendimiento amanece en elalma, ese entendimiento hace que la persona desechesus falsos dioses antiguos. Pero los que siguen a los fal-sos dioses, y los sirven, todavía no han entendido laverdad y todavía no tienen fe en Cristo.

Para muchos judíos no fue cosa difícil llegar a lafe en Jesucristo porque ellos ya habían entendido muchascosas acerca de Dios, el pecado, los sacrificios de sangrey la obediencia. Estos ya habían oído la Ley y prestadoatención al mensaje de Juan el bautista. Percibieron queJesús era el Cristo que Dios había prometido enviar. Elloscreyeron en Cristo y llegaron a ser discípulos. Eran comola tierra buena que recibe la semilla y da fruto.

Para otros judíos fue tan difícil entender ycreer, que hubiera sido más fácil para un camello pasarpor el ojo de una aguja. Estos eran los poderosos y losricos. Estos eran como el “rico necio” en la parábola deJesús que consolaba su propia alma en la seguridad desus posesiones. Ellos eran como la tierra llena de espi-nos que ahogaba la semilla. Ya estaban ocupados conlas preocupaciones materiales de la vida y el engaño delas riquezas. Cuán ciegos somos si no podemos ver lacultura que nos rodea y ver esos espinos dondequiera.¿Qué? ¿Espera usted que las Escrituras sean falsas paraque usted pueda tener sus riquezas e ir al Cielo también?

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¿Hasta cuándo va a des-pertar usted y calcular elcosto de ser discípulo? Sualma eterna está en peli-gro, y ¿usted se preocupapor unos miles de dóla-res? ¿Está usted consolán-dose, pensando: Tengomucho ahorrado paramuchos años?

La verdadera vidaespiritual empieza conpelear por una fe genui-na, y luego agregar la vir-tud. La virtud significapureza. La pureza tam-bién implica una lucha yun esfuerzo. La mayoríade los pastores y miem-bros de las iglesias nohan añadido la pureza asu fe. Complacen sucarne con las ideas e imá-genes impuras que fluyende la televisión y de otrasfuentes parecidas. Elloshan provisto un hogarcómodo para sus hijos,pero no han provisto unambiente puro.

Los padres handecidido buscar el dineroen vez de la pureza.Trabajan ocho horas aldía para comprar cosasmateriales, pero no dedi-can tiempo para limpiarsu hogar de las cosasimpuras, tales como latelevisión, la músicamundana, las revistas yfotos inmundas. A menudo las esposas trabajan por suel-do también porque no se contentan con “sustento y abri-go”. Puesto que se ausentan las madres, los hijos seinvolucran en toda clase de problemas morales. Elmundo es un campo de “minas” explosivas, y un hijodesatendido va a caer en muchas tentaciones.

La vida espiritual aumenta si la mundanalidad

disminuye. Para conocer aCristo, Pablo había renun-ciado a todo lo que habíasido importante en su vidade incredulidad: su posi-ción, posesiones, tradicio-nes y seguridad. Escuchena Pablo: “Pero cuantascosas eran para mí ganan-cia, las he estimado comopérdida por amor deCristo. Y ciertamente, aunestimo todas las cosascomo pérdida por la exce-lencia del conocimiento deCristo Jesús, mi Señor, poramor del cual lo he perdi-do todo, y lo tengo porbasura, para ganar aCristo.” (Filipenses 3:7-8.)

¿Puede usted ver quePablo no podía tener ambascosas? Renunció a su posi-ción segura en el mundopara sufrir aflicción con elpueblo de Dios. No solorenunció, ¡sino la estimócomo basura! Y no soloeso, sino quería participaren los sufrimientos deCristo, y aun llegar a sersemejante a él en su muer-te. Pablo dijo, “Sed imita-dores de mí, así como yo deCristo.” (1 Corintios 11:1.)

Los cristianos moder-nos no han pagado el pre-cio de desechar sus “dio-ses” antiguos y estimarloscomo basura. Han dado ala vida espiritual una baja

prioridad, y han dado alta prioridad a su quincena, susletras de pago y sus posesiones.

La vida eterna es un don, pero la mayoría de lagente tiene los bolsillos tan llenos que no puede recibirel don. El corazón de muchos está lleno del amor a susposesiones. Escuche la advertencia: “No améis almundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno

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Un experto puede identificar una falsificación

Genuino Falso

Falso Falso

Falso Falso

Así como se examina una pintura al óleo para verificar su autenticidad, así se examinará

nuestra fe en el tribunal de Cristo.

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ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porquetodo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, losdeseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no pro-viene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2: 15-16.)

Muchos cristianos simplemente rehusan enseñarla Biblia a sus hijos porque no tienen tiempo. Su altonivel de vida es un hábito que les cuesta casi todas lashoras del día, y no hay tiempo para buscar la justicia.Están buscando un nivel de vida que no será aprobado enel Día del Juicio. Muchos se encontrarán por el lado delos “chivos”, no de las “ovejas”. En aquel día el Señormostrará que ellos habían puesto su fe en el dinero, noen Cristo, y la evidencia va a ser la cantidad de tiempo yesfuerzo que ellos habían dedicado para aumentar suspropiedades en vez de usar su tiempo en la tierra paraobedecer a Cristo. El Señor les dirá: “Nunca te conocí.”

Por tanto, le aconsejo a dejar de seguir la multi-tud, y empiece a seguir el camino angosto que lleva a lavida. Use sus bienes como indica el Nuevo Testamento,y líbrese de condenación. Inevitablemente, el corazón delhombre estará donde está su tesoro. Su fe y su confianzaestarán allí. Esa verdad jamás cambiará. Las riquezas sonun estorbo a nuestra fe. Las riquezas y las posesiones nonos proporcionan seguridad. Si usted puede hallar un ver-sículo en el Nuevo Testamento que dice que podemostener un tesoro para la seguridad de nuestra familia,entonces me voy a retractar de todo lo que he dicho.

Dios creó al hombre con un propósito, y esepropósito no era el de poseer muchas cosas para poder“salvar su propia vida”. Dios no nos puso aquí parasubastar nuestro tiempo al postor que ofrece másdinero. Dios nos ha valorado en más de milmillones de dólares, ofreciendo a su Hijopara redimirnos. ¿Cómo entonces pudiéra-mos vender nuestro tiempo en sola-mente 100 dólares la hora? Nuestropropósito en la vida tiene que sermás que eso. Nuestro propósitodebe ser digno del equipo increíble-- cuerpo, alma y espíritu -- queDios nos ha dado gratuitamente.

Jesús dijo que nuestropropósito es conocer al Dios ver-dadero y anunciar sus virtudes enmedio de esta generación perver-sa. Las preocupaciones y presio-nes que roban nuestro tiempo, y ese trai-dor llamado “las riquezas”, ahogan elconocimiento y el carácter de Dios en

nuestra alma.Hay peligro de que Dios nos mirará y dirá, “No

te reconozco como una de mis ovejas.”“Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel;

y porque te he de hacer esto, prepárate para venir alencuentro de tu Dios, oh Israel.” (Amós 4:12.) >

Ahora La CruzEs Redonda

Ahora la cruz es redonda, lo que Satanás ocupa Para captar bien las ondas por las que el mundo se pre-ocupa.La televisión en casa que la ven como hermosura,Pero todo eso ante Dios vale mucho menos que basura.

Hay antenas en todo el mundo y en toda la naciónPara cegar a los hombres y no vean la salvación.La ciencia se ha aumentado en sistema muy sencillo:De un pequeño transistor hacen un televisorTan pequeño y reducido, hasta cabe en un bolsillo.

Todo eso nos destruye y nos pone en disensiónCon el amor de Jesucristo, y nos da tribulación.Si te quieres ir al cielo, ya no veas televisión.

Hay satélites en el aire que el hombre colocó Para captar la imagen y desviar la salvación:Esa luz que es tinieblas, porque es televisión.Un altar en cada hogar se congregan para ver:La imagen que va a hablar a través de un cristal,El que no tiene poder.

Ya se ve por todo el mundo una gran tribulación:Una guerra espiritual de nación contra nación.

Unos quieren predicar; y otros ver tele-visión.Dios nos habla en su palabra y nos ofrece

una mansión.Si tú quieres aceptarla, ya no veas televisión.

-- por Isidoro Pacheco R., 1994

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¿Tenemos que obedecera Jesucristo para ser salvos?

La Ley de Moisés fue dada solo a los judíos. Diosnunca mandó a las naciones a obedecerla. Pero ahora sepredica el reino de Dios a todas las naciones: Se declaraJesús como rey, su sangre como válida para perdón depecados, y su palabra como ley. Esta proclamación es elevangelio del Señor Jesucristo. Al corazón lleno de fe enJesús, sus mandamientos son dulces. No son gravosos.

Los mandamientos realmente son instruccio-nes. ¿Alguna vez ha estado perdido usted, y pidió ins-trucciones? Cuando alguien le explicó cómo llegar, suspalabras eran “mandamientos”. Esa persona le dijoalgo así: “Primero camina dos cuadras, luego voltea ala izquierda. Sigue derecho, pasa la escuela, y voltee ala derecha en el primer semáforo.”

¿Sintió usted que no podía obedecer esos man-damientos? Claro que se puede seguir instrucciones.

Vamos a ver un ejemplo de seguir las instruc-ciones de la Biblia. En 1 Samuel 30, cuando David ysus hombres regresaron a la aldea de Siclag, encontra-ron que su esposa e hijos habían sido llevados presospor el enemigo. Los hombres de David estaban tan tur-bados que hablaban de apedrear a David. CuandoDavid preguntó a Jehová si debiera perseguir al enemi-go, éste le contestó: “Síguelos, porque ciertamente losalcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.”

Ahora bien, cuando David oyó la palabra deJehová, diciéndole, “Síguelos”, no sintió que un pesointolerable se había colgado al cuello. No sintió que elmandamiento de Dios era un yugo difícil. Al contrario,¡la Palabra del Señor le dio esperanza! El mandamientovenía conectado a una promesa, asegurándole de que ibaa rescatar a los cautivos. El mandamiento del Señor nonos lleva a cautiverio, como dicen muchos falsos maes-tros religiosos, sino que nos lleva a librar a los cautivos.

Las palabras de Jesús nos conducen a la vidaabundante. Nos indican el camino donde vamos ahallar libertad y gozo. Sus mandamientos son verdad,y nos indican lo que tenemos que hacer para hallar lavida eterna.

Así que David y sus varones persiguieron al ene-migo, de acuerdo a la palabra de Jehová, y encontrarona un joven egipcio tirado en un campo. Este había sidoabandonado por su amo porque estaba muy enfermo, yno había comido ni tomado agua por tres días. Despuésde que los hombres de David le dieron agua y alimen-

to, este joven les dijo que había sido parte de la bandaarmada que había atacado a Siclag. Dijo que si Davidprometiera no matarlo, les iba a guiar al lugar dondeestaban aquellos enemigos.

Ya que David y sus hombres seguían las indica-ciones de este joven, ¿cree usted que ellos las considera-ban difíciles o una carga pesada? De ningún modo.¿Cree usted que estaban quejándose porque las instruc-ciones del joven eran demasiado difíciles para seguir?Lejos de eso. Nadie estaba quejándose. Nadie estabadiciendo, “No es necesario seguir lo que ese joven dice.”

Pero los maestros falsos modernos tienen unaactitud muy negativa hacia los mandamientos de Jesús.Dicen, “Ay, es imposible obedecer los mandamientosde Jesús. Tratar de obedecerlos es legalismo. Solo traecondenación. Jesús solamente nos dio esos manda-mientos para mostrarnos que es imposible obedecerlos.El sabía que nadie podía cumplirlos. El no espera quelo hagamos. El sabe que no podemos. Pues nadie esperfecto. La salvación no tiene nada que ver con obe-decer a Jesús. No es por obras.”

Así razonan los falsos maestros que invalidan laPalabra del evangelio. Hablan mal de los mandamien-tos de Jesús, así como los diez espías que hablaron malde entrar en la tierra prometida, y desanimaron el cora-zón del pueblo. La gente lloraba y quería apedrear aJosué y Caleb por pensar que podían obedecer a Diospor fe. Igualmente, los falsos maestros de hoy noshacen sentir que algo está mal con pensar que se puedeobedecer los mandamientos de Jesús.

Pero David y sus hombres no pensaron que algoestaba mal con obedecer al egipcio. Quiero que veamosque este guía joven era un vocero de la GRACIA deDios, y que obedecerle no eran “obras”. Dios les prove-yó un guía que realmente los llevara a librar a los cauti-vos, y Dios también envió a su Hijo Jesús, que fue aban-donado por los gobernadores de Israel, dejado por muer-to por tres días, y resucitado para guiarnos a la salvación.

Ahora que Jesús ha venido, ¿vamos a decir queno necesitamos obedecer sus palabras? ¿Vamos a decirque tratar de obedecerle causará esclavitud? ¿Vamos adecir que obedecer a Jesús es buscar la salvación porobras? ¿Vamos a llamarles “legalistas” quienes tratande seguir las instrucciones de Jesús? Les diré por quémucha gente considera que los mandamientos de Jesússon una carga pesada e innecesaria: por la misma razónque Eva pensó que el mandamiento de no comer lafruta prohibida era una carga innecesaria.

Mis amigos, Jesús vino para dar testimonio a la8

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verdad. Su palabra es verdad. Su palabra indica el cami-no. Jesús mandó a sus apóstoles a todo el mundo a predi-car el evangelio y mandar a los creyentes a guardar todassus enseñanzas, (Mat 28: 18-20.) Obedecer a Jesús no esconfiar en las “obras”; es confiar en el Hijo de Dios.

De modo que David y sus hombres siguieron alegipcio, y la Biblia dice que los llevó al lugar donde losenemigos estaban gozándose en todo el botín. David ysus hombres los atacaron y rescataron a todos los cau-tivos. La historia termina con estas palabras: “Y no lesfaltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como dehijas, del robo, y de todas las cosas que les habíantomado; todo lo recuperó David.” (1 Samuel 30:19.)

Por tanto vemos que seguir el mandamiento de“seguirlos”, llevó a David a la victoria. Los mandamien-tos del Señor no son una atadura, sino un camino hacia lalibertad. Jesús dijo que si permanecemos en su palabra,conoceremos la verdad y seremos libres. (Juan 8: 31-32.)

Somos salvos por le fe en Jesucristo. “Por fe”sabemos que la sangre de Jesús es la paga por nuestrospecados. “Por fe” no nos apoyamos en nuestra propiaprudencia, sino que sabemos que tenemos que guardartodos los mandamientos de Jesús en vez de los manda-mientos de hombres. “Por fe” sabemos que “todo lopuedo en Cristo que me fortalece”. Mientras que conti-nuamos en su Palabra, estamos caminando “por fe”,estamos andando en la luz, y somos hechos libres.

Por todos lados somos tentados a no obedecer alSeñor, sino obedecer a los hombres. Hace poco, le pedíinstrucciones a un tránsito en la Ciudad de México.Inmediatamente, él me pidió la licencia, y reteniéndola,me dijo, “Hágase a un lado allá adelante. Le voy ainfraccionar por tener los vidrios polarizados.”

Ahora bien, esto es una ilustración de cómosacan provecho los falsos maestros de los cristianos. Eltránsito fácilmente pudiera haberme dicho las instruc-ciones para llegar adonde yo iba, pero si me decía eso,no iba a ganar dinero. Igualmente, los falsos maestrosfácilmente pudieran decirnos los mandamientos deCristo, y animarnos a obedecerlos, pero entonces ellosno ganarán nada.

Hay una ganancia monetaria que se le da acualquiera que desanima a la gente a obedecer al SeñorJesús. Cualquiera que inventa un pretexto creíble quepermite a la gente desobedecer a Jesús, recibirá unarecompensa en este mundo.

La esencia de su falsa enseñanza es esta: La “fe”no tiene nada que ver con lo que Jesús mandó. Se puededecirle “Señor, Señor”, sin tener que obedecer lo que

manda, y todavía aseverar que uno tiene “fe en Cristo”.Esto no es verdad. Cuando una persona tiene

“fe”, realmente cree en el Señor, y cree que los cami-nos del Señor son más altos que nuestros caminos, yque el Señor no puede mentir. Entiende que los manda-mientos del Señor son palabras de vida eterna, y portanto, las obedece gozosamente. No hay problema parala persona que tiene “fe”; vive en gozo y obediencia alos mandamientos del Señor. Todo le parece un yugofácil y una carga ligera.

Pero ¿qué de la persona que no tiene “fe”? Talpersona duda del Señor en muchas áreas. Posiblementedude de que la Palabra del Señor es más alta y efectivaque los milagros de la ciencia moderna. Posiblementedude de que el Señor pueda proveer panes en el desier-to. Tal vez dude de que un hombre no pueda divorciarsede una mujer y casarse con otra. Tal vez dude de otrosmandamientos del Señor. Para tal persona sin “fe”, losmandamientos de Jesús parecen una carga pesada. Talpersona será como el joven rico que se apartó del Señormuy triste porque Jesús le dijo que regalara sus rique-zas a los pobres. ¿Y por qué triste? Porque no tenía “fe”en Jesús. Antes tenía “fe” en sus riquezas.

Empero inmediatamente después de que el jovenrico se fue (Lucas 18:23), Jesús conoció a Zaqueo, quiengozosamente dio su dinero a los pobres (Lucas 19:8.) ¿Ypor qué tan gozoso? Porque tenía “fe” en Jesús.

De estos dos, ¿cuál dijo Jesús que había sidosalvado? El que creyó, es decir, Zaqueo.

Es un engaño decir a la gente que puede tener“fe” en el Señor sin obedecerle. El hecho de que noobedece a Jesús (como el joven rico) significa que notiene “fe” en Jesús.

Los legalistas a quienes Pablo se refería eranlos que enseñaban que la salvación dependía de obede-cer la Ley de Moisés (que Dios había dado solamentea la nación de Israel). Pablo refutó a los legalistas,diciendo que la salvación es por la “fe en Jesucristo”, yno por la obras de la Ley. Pero obedecer los manda-mientos de Jesús no son “obras de la Ley”, sino obe-diencia al evangelio, y es lo mismo que tener “fe enJesucristo”. Si alguien no obedece los mandamientosde Jesús, eso indica incredulidad en Jesús.

Jesús y sus mandamientos son inseparables. Sepuede aceptar los dos, o rechazar los dos. La Palabra deJesús es una parte de su ser. “Porque el que seavergonzare de mí y de mis palabras, de éste se aver-gonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su glo-ria... ” (Lucas 9:26.) >

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La Guerra espiritual de las palabras

“¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéisescuchar mi palabra.” (Juan 8:43.)

Cada palabra en el diccionario tiene autoridad. Cuandose pronuncia una palabra, con otras palabras o sola,tiene poder y autoridad para producir cierto significadoen la mente del oyente. Cuando digo la palabra “gato”,inmediatamente la idea de ese animal llega a tu mente.

En el principio Dios creó la autoridad de laspalabras. El habló, y causó que los hombres entendie-ran sus palabras. Por medio de las palabras, Dios hizoque Adán y Eva pensaran y supieran qué hacer. Lesdijo, “Fructificad y multiplicaos... He aquí que os hedado toda planta que da semilla, que está sobre toda latierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla;os serán para comer.” (Gen. 1: 28-29.)

Fue por medio de las palabras que el Espíritu deDios se comunicaba con los espíritus de los hombres.No fue por medio de los sentimientos, ni visiones, niexperiencias místicas. El hablar es la forma más espiri-tual de comunicación. Cuando Dios habla por mediode sueños y visiones, está hablando oscuramente, perocuando habla a un hombre cara a cara, habla palabras.

El lenguaje es una cosa espiritual. Las palabrasafectan los pensamientos de nuestros corazones. Laspalabras que oímos pueden añadir, o disminuir deltesoro del entendimiento en nuestros corazones. Laspalabras verdaderas lo aumentan; las palabras falsas lodisminuyen. Las palabras falsas nos apartan de Dios,nos conducen a pecar, a morir, y a sufrir vergüenza yconfusión perpetua. Pero las palabras de verdad noshacen nacer de nuevo con la vida de arriba, como indi-can los siguientes dos versículos:

“Siendo renacidos, no de simiente corruptible,sino de incorruptible, POR LA PALABRA de Diosque vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1:23.)

“El, de su voluntad, nos hizo nacer POR LAPALABRA de verdad, para que seamos primicias desus criaturas.” (Santiago 1:18.)

Dios es Espíritu, y sus palabras son espíritu yverdad. Jesús dijo, “El espíritu es el que da vida; lacarne para nada aprovecha; las palabras que yo os hehablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63.) Noten:Jesús dijo que sus palabras son espíritu.

Dios es eterno, y para siempre permanece supalabra en los cielos. (Salmo 119:89.) “El cielo y la tie-rra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (EstaEscritura ocurre tres veces: Mateo 24:35; Marcos13:31; Lucas 21:33.)

Las palabras de Dios transmitían un significadoexacto a Adán y Eva. También Dios permitió que Adánnombrara a los animales y así creara nuevas palabras,sin alterar los significados de las palabras viejas. “Elles dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de loscielos es semejante a un padre de familia, que saca desu tesoro cosas nuevas y cosas viejas.” (Mateo 13:52.)

Idealmente, mientras crece un idioma, las pala-bras viejas retienen sus significados originales, mien-tras que se agregan nuevas palabras. De este modo losconceptos y la verdad se pueden comunicar inalteradosde Dios a los hombres, de persona a persona, y degeneración a generación. Cuando cada palabra reinacomo rey sobre un reino de significado, y cuando seagregan nuevas palabras al surgir nuevos significados,entonces hay entendimiento y comunicación.

Pero cuando los hombres empezaron a rebelar-se contra la autoridad de Dios, también se rebelaroncontra la autoridad del lenguaje. Se rebelaron contralos significados precisos de las palabras, y los ensan-charon y los revisaron. En Génesis 4 Dios había pues-to una marca sobre Caín para protegerlo de ser matado.“Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera quematare a Caín, siete veces será castigado.” (Gen 4:15.)Pero pronto Lamec dijo, “oíd mi voz; mujeres deLamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré pormi herida, y un joven por mi golpe. Si siete veces serávengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete loserá.” (Gen 4: 23-24.) Vamos a considerar lo que esta-ba diciendo Lamec. Dijo, “oíd mi voz... escuchad midicho”. Con su voz él iba a cambiar el significado de lapalabra “vengar” de 7 a 77 veces. Este es un pequeñoejemplo, pero nos da una idea de cómo los hombres“ensancharon” el significado de las palabras. Cuandoun hombre cambia el sentido de una palabra, está usur-pando la autoridad de esa palabra. Lamec no tenía laautoridad para modificar la palabra “vengar”.

Hoy cuando alguien usa la palabra “suave” o“picudo” o “padre” para expresar su aprobación de unevento u objeto, esas palabras ya no se usan de acuer-do al significado correcto de esas palabras. ¿Quiéncambió esas palabras? ¿Vamos a participar en esa ten-dencia a cambiar las palabras? ¿Creemos que no esimportante? ¿Qué quiere decir la palabra “santo” a un

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católico romano? ¿Qué significa la palabra “salvo” aun evangélico? ¿Qué quiere decir la palabra “libertad”a un pentecostés? Puesto que una palabra es espiritual,cambiar el significado de las palabras no es menos quela guerra espiritual. Satanás está engañando al mundoentero con palabras pervertidas.

Jesús dijo, “No sólo de pan vivirá el hombre,sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”(Mateo 4:4.) No se puede hacer que una palabra signi-fique cualquier cosa que usted desea. Usted tiene quesujetarse a la autoridad de las definiciones ya estable-cidas. Jesús se sometía a cada palabra de Dios, y poreso, “Y se admiraban de su doctrina; porque les ense-ñaba como quien tiene autoridad, y no como los escri-bas.” (Marcos 1:22.) Jesús se sometía a cada palabra deDios, y por eso hablaba con autoridad. Cada palabrasonaba fiel. Cada palabra tenía poder de lo alto.

Cuando un líder humano tuerce el sentido deuna palabra, entonces esa palabra ya no comunica lomismo. Ha habido una interrupción de comunicación.Esto es parecido a un nervio cortado. Sin el nervio, elbrazo se cuelga inútil, y sin el verdadero significado decada palabra de Dios, la gente pende inútil. Una pala-bra alterada suena igual, pero ya no quiere decir lomismo. Si el significado ha cambiado, ya no es la pala-bra viva de Dios. Las palabras “FE”, “GRACIA”,“SALVACION”, y “AMOR” son palabras de Dios solosi todavía quieren decir exactamente lo mismo queJesús quería.

La palabra “amar” en la frase “porque de talmanera amó Dios al mundo” no tiene nada que ver conel romance, sino con el afecto paternal de un padrehacia sus hijos. El uso popular de esta palabra paraindicar un deseo sexual ha causado que aun otro nerviose corte entre Dios y los hombres.

La Torre de Babel

Ya que los hombres no se conformaron al pro-pósito original del lenguaje (que fue unir al hombrecon Dios y promover la vida justa), entonces Dios nopermitió que el lenguaje sirviera para unir a los hom-bres y promover la maldad. Cuando los hombres empe-zaron a confundir el lenguaje, Dios lo confundió aunmás. Vio que los hombres estaban rechazando sus pala-bras, torciendo el sentido que Dios había dado a cadapalabra para sus malvados propósitos. Por eso Diosconfundió su lenguaje, causando la división de nacio-nes en la torre de Babel. Muchos idiomas resultaron.

Desde entonces, las palabras han estado en flujo entreidiomas y dentro de idiomas. Los significados de laspalabras son inestables, cambiando con el paso de losaños. El diccionario cita varias definiciones de muchaspalabras, y todas las palabras están gradualmente cam-biando su sentido.

Si el pueblo de Dios está postrado en delitos ypecados, es porque la Palabra de Dios se ha alterado, yel nervio que conecta la cabeza al cuerpo se ha corta-do. Esto ha resultado del trabajo de los falsos profetas,cuyas palabras hacen lo mismo que las palabras de laserpiente hicieron a Eva. El fruto de esas palabras fueel pecado.

Hoy cuando los labios de la gente hablan laspalabras “amor”, “libertad” y “Espíritu Santo”, pero susvidas contienen adulterio, inmundicia, codicia, mentiray pleitos, es evidente que la Palabra de Dios no estáviviendo entre ellos. Jesús observó, “Este pueblo delabios me honra; mas su corazón está lejos de mí.” (Mat15:8.) Solo hay un ruido vacío, el sonido de palabrashuecas que carecen de sentido. El sonido de las palabrases la misma, pero la idea que expresan es distinta. Laspalabras se han adulterado, y quieren decir otra cosa.

Todos dicen que “creen” en Dios, pero sumanera de “creer” no quiere decir “confiar exclusiva-mente”. La gente confía en muchas cosas: en sí mis-mos, en la ciencia, en el dinero, en las posesiones, y enlos hombres. No es cierto que “creen” en Jesucristocomo la Biblia demanda. Sus labios dicen “creo”, perosus corazones están creyendo en otras cosas.Realmente creen que la educación y los estudios haránque sus hijos sean “alguien” y abrirán paso para ellos.No creen que Dios les hará alguien y que Dios les abri-rá paso.

La gente servirá al poder que controla el signi-ficado del idioma, quienquiera que sea. El que definelas palabras, reina sobre los hombres. La gente sirve alpecado porque Satanás les enseña el sentido de laspalabras.

Cuando Jesús se refirió al diablo como el“padre” de los judíos, quería decir que ellos habíanaprendido las definiciones satánicas de las palabras.Todavía tenían las Escrituras, pero ellos las habíanhecho de ningún valor. Jesús les dijo, “Vosotros sois devuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padrequeréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, yno ha permanecido en la verdad, porque no hay verdaden él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque esmentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44.)

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Una “mentira” no es solamente decir “Juanitotomó los dulces” cuando en realidad era otro. Cambiarel sentido de las palabras es MENTIR, y de hecho, lamentira más grande es alterar el sentido de las palabrasde Dios. “Mas yo os digo que de toda palabra ociosaque hablen los hombres, de ella darán cuenta en el díadel juicio.” (Mateo 12:36.)

El uso correcto de las palabras

¿Cómo aprendemos el sentido de las palabras?A través de usarlas. Los buenos compañeros nos ense-ñarán los significados correctos. Malos compañerosnos enseñarán significados erroneos. “El que anda consabios, sabio será; mas el que se junta con necios seráquebrantado.” (Prov 13:20.)

Las palabras se definen por su uso en la vidadiaria, en la Biblia, en el hogar y en la iglesia. Las pala-bras también se pueden definir por su uso en la escue-la, y en los medios de comunicación masiva (televi-sión, películas, radio, música, novelas, revistas, perió-dicos).

Principalmente la guerra espiritual es la batallapor la verdad, y la verdad depende de las definicionescorrectas de las palabras. Si se enseñara la Biblia dili-gentemente a los hijos desde la niñez, como manda elSeñor, entonces entenderían sus palabras y conceptos.Por esto siempre les animamos a que pongan a sushijos a copiar la Biblia. Este es el ejercicio más espiri-tual que un hijo puede hacer con sus manos. Por mediode copiar la Palabra de Dios, el hijo “oirá” las mismaspalabras en su contexto vez tras vez, y aprenderá susentido correcto. “Y vosotros, padres, no provoquéis aira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amo-nestación del Señor.” (Efesios 6:4.) Lo que disciplina yamonesta tiene que ver con la pura leche de la Palabrade Dios. La Palabra de Dios es lo que el cielo llamaría“educación”.

Sin embargo, si los niños miran la televisión,escuchan la música secular, estudian libros que exaltanal hombre, ven revistas seculares, leen la fantasía y fic-ción, o andan con amigos que hacen estas cosas, enton-ces la rebeldía de las palabras mundanas reinarán ensus mentes. ¿Puede ver usted lo que está pasando? Lossignificados del mundo ahogan los de Dios. Los espi-nos están ahogando la buena semilla de la Palabra deDios. No se puede mezclarlos: la verdad con el error.No se puede sembrar la Palabra de Dios juntamentecon los espinos.

Ir a las reuniones de la iglesia por cuatro horasa la semana, y participar en unas pocas actividadesbuenas no es suficiente para definir las palabras en lamente de su hijo. Se aprenden las palabras a través deescucharlas en el hogar hora tras hora, día tras día. Elsentido se aprende a través de copiar las mismas pala-bras bíblicas en contexto vez tras vez. El contextomismo explica el significado.

Cuando un misionero ve que un nativo alza uncoco, pronunciando al mismo tiempo una palabra,entonces el misionero entiende del contexto que esapalabra quiere decir “coco”. Igualmente, cuando lapalabra “expiación” se usa nueve veces en Exodo 29-30 y otras nueve veces en Levítico 4-5, y catorce vecesen Levítico 16, el niño empieza a saber del contexto dela Biblia el significado de la palabra. Lo mismo pasacon todas las palabras de la Biblia.

Debemos leer la Biblia en voz alta como fami-lia. Debemos explicarla utilizando las mismas palabrasbíblicas. No reemplace usted las palabras bíblicas conpalabras modernas, porque las modernas han perdidosu sal. Por ejemplo, no reemplace la palabra “pecado”con “ser malo”. No reemplace la palabra “justicia” con“ser bueno”. No reemplace la palabra “arrepentirse”con “sentirse apenado”. Use las palabras bíblicas, y pormedio del contexto sus hijos aprenderán su sentido.

Recuerde usted que ninguna palabra cambió susentido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Lossignificados fueron establecidos en el AntiguoTestamento, y en el Nuevo Testamento las palabrasretienen el mismo sentido. Dios todavía es Dios. La ver-dad todavía es la verdad. El pecado todavía es el peca-do. La expiación todavía es la expiación. La misericor-dia todavía es la misericordia. Perdonar todavía es per-donar. Arrepentirse todavía es arrepentirse. Creer toda-vía es creer. Fe todavía es fe. Obedecer todavía es obe-decer. Sanar todavía es sanar. Profetizar todavía es pro-fetizar. La salvación todavía es la salvación. La santi-dad todavía es la santidad. El juicio todavía es el juicio.La justicia todavía es la justicia. La falsedad todavía esla falsedad. La idolatría todavía es la idolatría. El adul-terio todavía es el adulterio. El cielo todavía es el cielo.Lo eterno todavía es lo eterno. Un espíritu todavía es unespíritu. La gracia todavía es la gracia.

La permanencia de las palabras de Dios es unaclave importante para entender la Biblia. Jesús dijo,“Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que sefrustre una tilde de la ley.” (Lucas 16:17.)

Las palabras son de naturaleza espiritual. Son12

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pronunciadas por un espíritu, vuelan a otro espíritu, ylo impactan. Las palabras engendran ideas, y las ideasson substancias espirituales. La guerra espiritual es unabatalla de los significados de las palabras. Un espírituposee ideas, no carne ni huesos. Un espíritu disparapalabras, no flechas ni balas. Su arma es la lengua.

Un espíritu es justo si los pensamientos de sucorazón son justos y verdaderos. Pero si los pensa-mientos son falsos, imaginarios y torcidos, entoncesese espíritu es malo. Los malos espíritus son “malos” acausa de los pensamientos e ideas que abrigan. Esto seaplica a espíritus angelicales y humanos.

Puede haber ángeles malos y puede haber hom-bres malos. Los espíritus malos, sean ángeles u hom-bres, cayeron en esa condición por palabras falsas,palabras cuyos significados fueron alterados. La ser-piente hizo caer a Eva con palabras falsas. Luego Evahizo caer a Adán con palabras falsas. De esta maneralos espíritus malos hacen caer a más espíritus en elfango de los malos pensamientos. Los espíritus hierencon la lengua y hacen que otros espíritus se llenen demalos pensamientos.

Por siglos los espíritus malos han atacado laspalabras de la Biblia. Las palabras tales como “peca-do”, “fe”, “gracia”, “verdad” y “santidad” han sido ata-cadas y su sentido parcialmente oscurecido, atado yligado. Esta condición paralizada es el resultado de laguerra espiritual. Los significados de estas palabras yde todas las palabras que han sido ordenadas por elEspíritu de Dios, han sido alteradas, abreviadas, trun-cadas, cortadas, descabezadas, magulladas, mutiladas,desfiguradas, estropeadas, mez-cladas, y aun puestas al revés einvertidas.

Jesús dijo que la Palabrade Dios había sido invalidada porlos líderes religiosos que habla-ban la palabra con sentidos alte-rados. Cuando la gente oye laPalabra hoy, no causa el mismoimpacto porque las palabras nosignifican lo mismo. La autoridadde esas palabras ha sido socavaday derrocada.

La Palabra de Dios es undepósito sagrado que tenemosque atesorar y defender. Pablo ledijo a Timoteo, “Retén la formade las sanas palabras que de mí

oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda elbuen depósito por el Espíritu Santo que mora en nos-otros.” (2 Tim. 1: 13-14.)

Que ganen o que no ganen nuestros hijos unbuen salario, es insignificante. Que poseamos o que noposeamos dinero o casas, tiene la importancia de unjuego de niños comparado con la importancia de laguerra espiritual que se está peleando por las palabrasde Dios. Si la Palabra de Dios yace en las calles, ¿debe-mos estar sentados en sillones?

Cualquiera que tuerce la Sagrada Escrituratiene una mente torcida que no está abierta al razona-miento. No es de provecho discutir con él acerca delsentido de las palabras. No se puede convencer a unamente dialéctica con razones, sino por medio de estarparado firme en la verdad. “Y habiendo acabado todo,estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestroslomos con la verdad...” (Efesios 6: 13-14.) Jesús no tra-taba de razonar con el diablo solo le contestaba,“Escrito está...”.

Pero se puede razonar con nuestros hijos. Ellospueden aprender las palabras de verdad fácilmente sinosotros los protegemos de las fuentes de falsedad.Jesús dijo, “Dejad a los niños venir a mí, y no se loimpidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.”(Mateo 19:14.) Los niños vendrán a Jesús si les ense-ñamos la verdad, y si guardamos sus corazones dili-gentemente de todo error.

La Palabra de Dios producirá una cosecha detrigo. Las palabras de falsedad producirán cizaña. Estaes la guerra espiritual de las palabras. >

¿Han visto una piñataque habla como

dragón?

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Después vi otra bestia que subía dela tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de uncordero, pero hablaba como dragón.Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en pre-sencia de ella, y hace que la tierra y los moradores deella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fuesanada. También hace grandes señales, de tal maneraque aun hace descender fuego del cielo a la tierradelante de los hombres. Y engaña a los moradores de latierra con las señales que se le ha permitido hacer en pre-sencia de la bestia, mandando a los moradores de la tie-rra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida deespada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a laimagen de la bestia, para que la imagen hablasee hiciese matar a todo el que no la adorase. (Apocalipsis 13: 11-15.)

Gracia y feLa gracia y la fe son dos cosas separadas, y

AMBAS se requieren para la salvación. La gracia es laparte de Dios, y la fe es la parte del hombre.

Somos salvos “por gracia” porque no somosdignos. Somos salvos “por fe” porque tenemos quecooperar con Dios a través de creer el mensaje delevangelio lo suficiente para obedecerlo.

Las palabras de Jesús a la adúltera indican queambas cosas -- la gracia y la fe -- son necesarias. Jesúsle dijo, “Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” (Juan8:11.) La primera parte es GRACIA: “Ni yo te conde-no...”. La segunda parte es FE: “vete, y no peques más.”

El Día del Juicio fue hecho posible por la GRA-CIA. Si no fuera por la gracia, no habría ninguna nece-sidad de un juicio final porque todos los hombres yaserían culpables y condenados. Entonces ¿qué cosaserá juzgada en el Día del Juicio? No la GRACIA, por-que la gracia es de Dios, y es perfecta. Nuestra FE serájuzgada para ver si era genuina o un pretexto falso.

Ante el tribunal de Cristo se examinarán todosnuestros hechos. Pablo dice, “Por tanto procuramostambién, o ausentes o presentes, serle agradables.Porque es necesario que todos nosotros comparezcamosante el tribunal de Cristo, para que cada uno recibasegún lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor delSeñor, persuadimos a los hombres...” (2 Cor 5: 9-11.)

Cuando Pablo dijo, “Procuramos también, oausentes o presentes, serle agradables,” no quería decirque somos salvos por obras. Pablo también dijo enEfesios que somos salvos por gracia, mediante la fe.Pero aquí dice que “procuramos serle agradables”. ¿Lesuena esa palabra como obras? Quizás usted piensa quela palabra “procurar” indica un esfuerzo, y de hechoeso es cierto, pero Pablo no pensaba que “procurarserle agradable” significa salvarse por obras.

Hay obras que proceden de la fe, tal como laofrenda en que Abraham ofreció a su hijo Isaac enholocausto sobre el altar. Pero también hay obras queprovienen del orgullo y la rebelión, tal como el becerrode oro que hizo Jeroboam, y todos los holocaustos quese ofrecían a ese ídolo. La verdadera fe produce verda-deras obras que la validan. De otro modo “la fe sinobras está muerta.” (Santiago 2:26.) Las obras muertasde los fariseos estaban de acuerdo con su tradición, nocon la Palabra de Dios.

Viene un día cuando las obras serán probadaspara ver de cuál tipo eran. El trigo y la cizaña se sepa-rarán, el trigo será recogido en el granero del Señor, yla cizaña será quemada. Así que Pablo dice,“Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos alos hombres.” ¿Persuadirles de qué? De que estén pre-parados para comparecer ante el tribunal de Cristo.

El evangelio de Mateo hace referencia al mismotribunal de Cristo, diciendo, “Cuando el Hijo del Hom-bre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reuni-das delante de él todas las naciones; y apartará los unos

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He aquíla piñata

que habla comodragón

hablaba como dragón.

la imagen hablase

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de los otros, como aparta el pastor las ovejas de loscabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabri-tos a su izquierda.” (Mateo 25: 31-33.)

El que está sentado en el trono es el “Hijo delHombre”, Jesucristo mismo. El va a separar las “ove-jas” de los “chivos”, una separación basada en sushechos buenos o malos. ¿Quiere decir esto que somossalvos por “obras”? De ninguna manera. Las obras delas ovejas indicaban que poseían verdadera fe. Pero lasobras de los “chivos” indicaban que no tenían fe enJesús, sino en otras cosas.

¿No sabe usted que su “fe” va a ser examinadapara comprobar si es genuina o no? A muchos el Señordirá,” ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis loque yo digo?” (Lucas 6:46.) Cualquiera que dice quetiene fe, pero rehusa hacer lo que el Señor dice, soloestá engañándose. No tiene fe, y por lo tanto no puedeser salvo por una fe que no existe.

Después de hacer la pregunta mencionada arri-ba en el versículo 46, Jesús explicó en el versículo 47que la verdadera fe se confirma por hacer lo que élmanda. “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabrasy las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejantees al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó ypuso el fundamento sobre la roca; y cuando vino unainundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa,pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre laroca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hom-bre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento;contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fuegrande la ruina de aquella casa.” (Lucas 6: 47-49.)

Por esto Pablo nos anima a examinar nuestrapropia fe antes de aquel gran día para ver si es genuinao no. El dijo, “Examinaos a vosotros mismos si estáisen la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéisa vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, amenos que estéis reprobados?” (2 Cor. 13:5.)

¿Por qué les dice Pablo a los cristianos que seexaminen? No les dice, “Mis hermanos, claro que su fees suficiente. No hay duda de que son salvos.” ¿Por quédebemos examinar nuestra propia fe?

Pablo sabía que los falsos apóstoles y falsosprofetas habían hecho mucho daño. Por eso la fe demucha gente no estaba fundada en la Palabra de Dios,sino en las doctrinas erróneas de los hombres. Su ferealmente no era la fe en Cristo y la obediencia a suPalabra, sino la fe en “otro evangelio” que no requeríala sumisión y obediencia a Jesucristo.

No hace daño examinar nuestra propia fe. Pablo

nos dice que lo hagamos. Si somos “ovejas”, vamos avivir como ovejas y comer como ovejas. No vamos adesear lo que desean los “chivos”. Vamos a tener nues-tro deleite en la misericordia y la verdad, no en lariqueza y la comodidad. >

El Canal de PanamáLos buques más grandes del mundo pueden

pasar por el canal de Panamá de un océano al otro. Sinembargo la lluvia y los arroyos llevan tierra y lodo alcanal. Esto se acumula en el canal y hay que sacarlocon dragas inmensas. Si no se hiciera ésto, el canal sellenaría lentamente, y los buques grandes ya no podrí-an pasar. Más tarde ni aun los buques más chicos podrí-an pasar el canal.

Ahora bien, Jesucristo es el camino, y la verdady la vida. Por él podemos entrar. Sin embargo el mundoestá continuamente añadiendo tradiciones, palabrasfalsas e ideas erróneas al evangelio.

Tenemos que trabajar mucho por la pureza delevangelio, sacando todo lo que impide el paso de nues-tras almas al Cielo. >

¿Por qué la tragedia?La tragedia es tan dolorosa que hace que la per-

sona tome decisiones que no hubiera tomado de otramanera. Si usted está pasando por una tragedia, Dios leayudará a tomar decisiones.

Es verdad el dicho : “Después del niño ahoga-do, se tapa el pozo.”

Es mejor decir: “Jehová es mi pastor... me guia-rá por sendas de rectitud.” No espere que la tragediasea su pastor. Deje que Dios le guíe con su palabra.

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Observación:Felipe tiene tres años de edad. Su papá le dijo que nodebe caminar descalzo fuera de la casa por la nocheporque los alacranes empiezan a salir cuando serefresca la tierra. Una noche su papá salió de la casadescalzo, y directamente tras él salió Felipe, sinzapatos. Su papá lo vio y exclamó, “¡Felipe! ¿Quéestás haciendo acá afuera sin zapatos?” Felipe con-testó, “¿y tú, papá?”