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CUARTO ANIVERSARIO DE CREACIÓN DE LA UNIDAD DE GESTIÓN DE SEGURIDAD

INTERNA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA (UGSI-PR)

Quito, 13 de julio de 2011

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Queridas amigas, queridos amigos:

Desde el primer día del gobierno de la revolución ciudadana, entre todos los aspectos que implican el asumir una responsabilidad tan grande, nos preocupaba blindar a la gestión del gobierno contra un conjunto de amenazas que solo es posible combatir, sortear, con una adecuada labor de inteligencia, de prevención. El Estado tiene toda una institucionalidad dedicada a los temas del control, existen leyes y reglamentos, etcétera. Pero, nosotros queríamos… más bien sentíamos, que necesitábamos en el entorno inmediato contar con el apoyo de un equipo especializado, de alta confiabilidad, con una antena sensible, inteligente, perspicaz y discreta, para ayudarnos a salvaguardar la gestión de la seguridad interna de la Presidencia de la República y sus entidades dependientes. (Quizás intuíamos ya aquello que más tarde fue evidente, cuando descubrimos que los sistemas de inteligencia se encontraban a cargo de elementos que no respondían al interés de la Patria, sino a fuerzas ajenas, a poderes externos… a todo aquello que se hizo evidente el 1ro. de marzo de 2008 y que

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afectó ya no solamente al entorno inmediato del Gobierno sino a la soberanía y la seguridad misma del Estado ecuatoriano).

Fue sin duda una buena decisión constituir la Unidad de Gestión de la Seguridad Interna de la Presidencia de la República, la UGSI, muy al principio del gobierno de la revolución ciudadana. Recuerdo que empezamos a estructurar la Unidad ya en enero del 2007. Para junio de ese mismo año estaba casi lista. Y para mediados de agosto la UGSI inició su andadura al servicio de nobles e importantes objetivos. Desde entonces, hemos contado con un cuerpo eficaz, eficiente y muy profesional de colaboradores, de gente de mucha integridad…

En varias oportunidades la UGSI actuó con eficiencia en la detección oportuna de irregularidades. Le fueron encargados, por ejemplo, casos que en su momento intentaron ser capitalizados por aquellas fuerzas que desde los tiempos de la partidocracia, estuvieron siempre acostumbradas al juego sucio, al chantaje, a la negociación bajo la mesa, a la compra de conciencias en los organismos de representación popular… a ese

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juego al que no nos hemos prestado ni nos prestaremos jamás… Aunque nunca faltan cínicos detractores que intentan endosarle al Gobierno –o más precisamente al Presidente- tal o cual acusación; con nosotros se han equivocado, pues no tenemos rabo de paja y nos hemos caracterizado por la transparencia y la pulcritud.

Y como sabíamos y sabemos que la corrupción no se acaba por decreto, que para librarnos de la corrupción es necesario combatirla sin tregua, mientras se siembran las condiciones que irán galvanizando a la sociedad ecuatoriana contra ese y otros azotes; mientras se trabaja en el cambio profundo y rápido de la educación, de la salud; mientras se crean condiciones para la equidad, la inclusión social; mientras se rescata a las instituciones del abandono de décadas, como lo hemos hecho con nuestras Fuerzas Armadas y nuestra Policía Nacional; mientras se remueven hasta los cimientos de estructuras anquilosadas, inoperantes; mientras se cambian paradigmas, se cortan los abusos de los poderes fácticos, como lo hemos logrado, por fin, con la consulta popular que nos permitirá realizar cambios

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fundamentales, tocar temas sensibles, urgentes, con la fuerza del mandato popular…

Y como todo cae o resbala, de una u otra forma en el terreno de la seguridad, es un gran orgullo poder decir que el único caso comprobado de corrupción en el gobierno de la revolución ciudadana fue denunciado desde adentro, desde el propio gobierno, gracias en buena parte a la acción profesional, oportuna, de ustedes compañeras y compañeros de la Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia de la República.

En el ámbito de la reforma institucional, fueron ustedes, asimismo, quienes proveyeron al gobierno de la información de inteligencia necesaria que nos permitió detectar, conocer y describir, por ejemplo, las estructuras de corrupción que funcionaban en torno al Registro Civil (en Turubamba, aunque el patrón de irregularidades es el mismo en todas partes), para, acto seguido, en un esfuerzo coordinado de varias instancias del gobierno con la Dirección del Registro Civil, tener la capacidad de liquidar, de extirpar esas estructuras podridas.

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Ha sido un trabajo constante el del Gobierno de la revolución ciudadana, profesional y patriótico, de compromiso con el cambio estructural e institucional del país. El Registro Civil era la Cenicienta de las instituciones del Estado, y es ahora la institución símbolo del nuevo tiempo, del nuevo Ecuador ciudadano, de la Patria altiva… Ustedes, compañeras y compañeros, han aportado a esa noble tarea, que es parte de la gran tarea de cambiar para bien, de cumplir la orden que nos diera nuevamente nuestro pueblo el pasado 7 de mayo, y que nos la ha dado en consecutivas ocasiones, más de 7, en las urnas, la orden de llevar adelante cambios profundos, rápidos y en paz, por un Ecuador más justo e inclusivo, por el buen vivir de las y los ecuatorianos.

Desde hace dos años la UGSI pasó a ser un Subsistema de la Secretaría de Inteligencia. Desde ese mismo tiempo contamos con la UGSI en Guayaquil, donde el Primer Mandatario asiste todos los martes con las consecuentes necesidades de seguridad, multiplicadas. El trabajo de la UGSI nos procura la tranquilidad que necesitamos para cumplir de mejor manera con el nuestro, de

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servir al pueblo ecuatoriano, como sus mandatarios.

Debo hacer una mención especial, ustedes ya lo han visto, lo que de acuerdo a cierta prensa corrupta nunca existió, ¿verdad?, nunca pasó: el 30 de septiembre de 2010, fecha aciaga que nos gustaría borrar de la memoria personal; y, sin embargo, la memoria histórica, la memoria colectiva, la responsabilidad con la Patria nos exige –por sanidad social y por respeto a las víctimas de aquel funesto día- recordar con precisión, mantener presente y perseverar hasta sancionar a los responsables de al menos cinco muertos, cientos de heridos, del velado intento, azuzado por las fuerzas más oscuras y mediocres, corruptas de la política nacional, de alterar el orden legítimamente constituido. Ojalá recuerden ustedes que entre los rumores que se corrían antes del 30 de septiembre, entre otras cosas, es que con la LOSEP iba a desaparecer esta Cooperativa… Para que vean cómo nos manipularon y cómo nos engañaron…

El 30 de septiembre, digo, la gente de la UGSI estuvo allí, fueron testigos privilegiados de los

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hechos, lo hemos visto en las diapositivas presentadas por el mayor Mena, permanecieron, en coordinación con el Servicio de Protección Presidencial, junto al Primer Mandatario, en todo momento, arriesgando la vida, con lealtad, con firmeza, con talento, con discreción e inteligencia, protegiendo la seguridad de la Primera Autoridad del Estado.

Jamás olvidaré eso, compañeros, tengan mi gratitud eterna, no por mí, por el país, porque estuvieron protegiendo al Presidente para que pueda cumplir con su trabajo, con su responsabilidad histórica, y nos queda el orgullo de que no cedimos en lo más mínimo, a diferencia de gobiernos de la partidocracia que decían “dónde más firmo”; nosotros, dijimos: “salimos como Presidente o salimos como cadáver”. Gracias a Dios, pudimos ser rescatados sanos y salvos, en lo que de acuerdo a cierta prensa corrupta nunca existió: la retención durante horas del Presidente en el Hospital de la Policía Nacional; y gran parte de ese rescate, y gran parte de que saliera ileso el Presidente de la República se lo debemos a los miembros de la UGSI, que, como hemos visto en estas

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diapositivas, estuvieron ahí, al pie, arriesgando la vida, junto al Presidente.

El trabajo de ustedes, que implica arriesgar la vida si es necesario y se cobija por igual bajo el lema de lealtad hasta el sacrificio (que ahora involucra no solo a los Granaderos de Tarqui sino a todo el personal de los servicios de seguridad de la Presidencia de la República), requiere vocación, compromiso, temple, integridad, patriotismo…

Este gobierno, nunca perdamos de vista aquello, este gobierno no está administrando un sistema; está cambiando el sistema y por eso los peligros son mayores, se afectan privilegios, se afectan poderes, se afectan relaciones económicas sociales que han dominado durante mucho tiempo nuestro país desde su fundación. Hemos dicho que hace falta ser valientes, no temerarios; que tenemos que ser prudentes sin ser cobardes; que no podemos darnos el lujo de distraernos ni un instante, en ningún frente… Ahí están conspirando, ahí están esperando cualquier error, cualquier resquicio que les permita desestabilizarnos, que les permita derrocarnos, que les permita truncar este

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sueño colectivo que es la Revolución Ciudadana. No podemos distraernos ni un instante en este combate diario para construir el país de dignidad, la Patria altiva por la que dieron sus vidas nuestros próceres.

En estos cuatro años, queridos amigos, ustedes conocen un poco al Presidente, saben que estamos dispuestos también hasta a dar la vida por cumplir la misión que nos ha encomendado nuestro pueblo, saben que no estamos aquí por pasar a la historia, por prebendas personales, sino por darlo todo por dejar una patria mejor: esa Patria nueva, esa Patria libre, esa Patria digna. Ustedes saben que no puede haber un lugar de esta Patria soberana al que no pueda acudir el Presidente de todas y todos los ecuatorianos, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, la Primera Autoridad del Estado. Ustedes saben que las funciones que el pueblo ecuatoriano nos ha encomendado, que la orden reiterada de cambiar el sistema de injusticia, implican riesgos, y grandes riesgos, inmensos riesgos; si fuéramos funcionales al sistema no pasaría nada, pero estamos cambiando ese sistema, y lo estamos cambiando en forma irreversible, eliminando

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ese modelo perverso que ha creado tanta miseria, tanta inequidad durante siglos.

He manifestado en alguna ocasión similar a esta, que tal vez tememos dejar solas a nuestras familias, dejar esta misión incompleta, y que también por eso es importante la seguridad. Tenemos responsabilidades que van más allá de nuestras personas: cumplir, acabar la tarea que nos encomendó el pueblo ecuatoriano y, por supuesto, el deber con nuestras familias. Por eso, no olvidar, es importante la seguridad, y les agradezco la valentía con que enfrentan el día a día; pero, recuerden que lo más valioso que tiene todo ser humano es su vida. Así que recuerden: prudentes sin ser cobardes, valientes sin ser temerarios.

Compañeras, compañeros:

Como respuesta a los nuevos requerimientos del Estado, hemos redefinido la naturaleza jurídica, la estructura organizativa de los cuerpos de seguridad presidencial y creado el SERVICIO DE PROTECCIÓN PRESIDENCIAL, adscrito a la Presidencia de la República, con autonomía operativa, administrativa y financiera; hemos

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implementando un sistema de gestión por procesos que permite lograr calidad, seguridad y control sobre los factores humanos. Ese Sistema incorpora las mejores prácticas y estándares de calidad, así como una adecuada reglamentación y legislación interna y externa. Prácticamente no existía, al llegar al gobierno, servicio de protección presidencial, cuando en otros países son unidades extremadamente especializadas, son carreras enteras solo para la seguridad presidencial. La UGSI es parte esencial de ese sistema; ustedes han cumplido y cumplen su trabajo con tesón y eficacia, incluso más allá de lo que el deber exige, con abnegación y entrega. La tranquilidad del Presidente, de su familia, sentirnos seguros, es la mejor contribución que ustedes dan para ayudarnos a cumplir este objetivo, este sueño de todos los ecuatorianos de alcanzar el Buen Vivir, objetivo que por voluntad de nuestro pueblo nos corresponde liderar, asumir la mayor responsabilidad.

Por todo lo dicho, reciban en este cuarto aniversario, y siempre, el testimonio de nuestra amistad, reconocimiento y profunda

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gratitud. El mayor Mena, con la sencillez que caracteriza a nuestros policías, a nuestra Fuerza Pública, me ha agradecido estos cuatro años; por supuesto, son experiencias inolvidables, intensas, ¿verdad?, se aprende muchísimo; pero soy yo el que les tengo que agradecer desde el fondo del alma todo lo que han hecho y siguen haciendo, agradecerles su amistad, su entrega, su lealtad.

Muchísimas gracias…

Y ¡Hasta la victoria siempre!

Rafael Correa Delgado

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR