Cuento Del Leon

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cuento infantil con valores y moraleja.

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Iba un joven len por la selva pensando que haba llegado su hora de convertirse en rey, cuando encontr un len malherido

Iba un joven len por la selva pensando que haba llegado su hora de convertirse en rey, cuando encontr un len malherido.An se poda ver que haba sido un len fuerte y poderoso.

- Qu te ha sucedido, amigo len?-pregunt mientras trataba de socorrerlo.

El len herido le cont su historia.

- Cuando lleg el momento de convertirme en el rey de la selva,decid demostrar a todos mi fuerza y mi poder, para que me temiesen y respetasen. As que asust y amenac a cuantos animales pequeos me encontr. La fama de mi fiereza era tal que hasta los animales ms grandes me teman y obedecan como rey. Pero entonces otros leones quisieron mi reino,y as pas de golpear de vez en cuando a pobres animalitos a tener que enfrentarme a menudo con grandes leones. Gan muchos combates, pero ayer lleg un len ms grande y fuerte que yo y me derrot, dejndome al borde de la muerte y quedndose con mi reino. Y aqu estoy,esperando que me llegue la muerte sin un solo animal al que le importe lo suficiente como para hacerme compaa.

El joven len se qued para acompaarlo y curar sus heridas antes de proseguir su camino. Cuando al fin se march de all, no tard en encontrar un gigantesco len encerrado en una jaula de grandes barrotes de acero. Tuvo que haber sido muy fuerte, pero ahora estaba muy delgado.

- Qu te ha sucedido, amigo len? Por qu ests encerrado?

El len enjaulado le cont su historia.

-Cuando lleg el momento de convertirme en el rey de la selva, us mi fuerza para vencer al anterior rey, y luego me dediqu a demostrar a todos mi poder para ganarme su respeto. Golpe y humill a cuantos me llevaron la contraria, y pronto todos hacan mi voluntad. Yo pensaba que me respetaban, o incluso que me admiraban,pero solo me obedecan por miedo. Me odiaban tanto que una noche se pusieron de acuerdo para traicionarme mientras dorma, y me atraparon en esta jaula en la que morir de hambre, pues no tiene llaves ni puerta; y a nadie le importo lo suficiente como para traerme comida.

El joven len,despus de dejar junto a la jaula comida suficiente para algn tiempo, decidi seguir su camino preguntndose qu podra hacer para llegar a ser rey, pues haba visto que toda su fuerza y fiereza no les haban servido de nada a los otros dos leones. Andaba buscando una forma ms inteligente de utilizar su fuerza cuando se encontr con un enorme tigre que se diverta humillando a un pequeo ratn.Estaba claro que ese tigre era el nuevo rey, pero decidi salir en defensa del ratoncillo.

- Djalo tranquilo. No tienes que tratarlo as para demostrar que eres el rey.

- Quieres desafiarme, leoncito? -dijo burln y furioso el tigre.- Quieres convertirte en el nuevo rey?

El len, que ya haba visto cmo acababan estas cosas, respondi:

- No quiero luchar contigo.No me importa que seas t el rey. Lo nico que quiero es que dejes tranquilo a este pobre animal.

El tigre, que no tena ninguna gana de meterse en una pelea con un len,respir aliviado pensando que el len le reconoca como rey, y se march dejando en paz al ratoncillo.

El ratoncillo se mostr muy agradecido, y al len le gust tanto esa sensacin que decidi que aquella podra ser una buena forma de usar su fuerza.Desde entonces no toleraba que delante de l ningn animal abusara ni humillara a otros animales ms dbiles. La fama del len protector se extendi rpidamente, llenando aquella selva de animales agradecidos que buscaban sentirse seguros.

Ser el rey de una selva famosa y llena de animales era un orgullo para el tigre, pero pronto sinti que la fama del joven len amenazaba su puesto.Entonces decidi enfrentarse a l y humillarlo delante de todos para mostrar su poder.

- Hola leoncito - le dijo mostrando sus enormes garras- he pensado que hoy vas a ser mi diversin y la de todos,as que vas a hacer todo lo que yo te diga, empezando por besarme las patas y limpiarme las garras.

El len sinti el miedo que sienten todos los que se ven amenazados por alguien ms fuerte. Pero no se acobard, y respondi valientemente:

- No quiero luchar contigo.Eres el rey y por m puedes seguir sindolo. Pero no voy a consentir que abuses de nadie. Y tampoco de m.

Al instante el len sinti el dolor del primer zarpazo del tigre, y comenz una feroz pelea.Pero la pelea apenas dur un instante, pues muchos de los animales presentes, que queran y admiraban al valiente len, saltaron sobre el tigre, quien sinti al mismo tiempo en sus carnes decenas de mordiscos, zarpazos, coces y picotazos,y solo tuvo tiempo de salir huyendo de all malherido y avergonzado, mientras escuchaba a lo lejos la alegra de todos al aclamar al len como rey.

Y as fue cmo el joven len encontr la mejor manera de usar toda su fuerza y fiereza, descubriendo que sin haberlas combinado con justicia, inteligencia y valenta,nunca se habra convertido en el famoso rey, amado y respetado por todos, que lleg a ser.

Pedro Pablo Sacristan