Cuento La Rama Dorada - Copia

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  • 7/23/2019 Cuento La Rama Dorada - Copia

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    LA RAMA DORADA

    Voy a decir algo que puede parecer discutible pero en lo que creo firmemente, queel impulso que mueve al escritor a escribir sus libros es el impulso de la felicidad.

    Lo es, incluso, cuando el centro de stos pueda ser la desdicha, o llegue aescribirlos bajo el imperio de la desesperacin o el dolor. Cuando su escritura seauna agona insufrible, o su bsqueda, como quera !af"a, la de esos libros quehagan en nosotros el efecto de una desgracia, que nos duelan profundamente,como si furamos arrojados a los bosques, lejos de los hombres. #omero eraciego, y son numerosas las culturas que han hecho del ciego la figuraemblem$tica del narrador. %o es difcil saber por qu. &l ciego no ve con los ojoscomunes y se le cree capa', por tanto, de una segunda visin, entrar en contactocon esas fuer'as libres que constituyen la imaginacin del mundo. &l don m$s altode estas fuer'as es la inspiracin. (n don que recibimos, pero que en granmedida, como todos los verdaderos dones, debemos darnos a nosotros mismos.

    )ara ello, el centro de nuestro ser debe despla'arse del mundo del da, dondetodo es obra e*terior, c$lculo, instrumentali'acin, al mundo de la noche, queatiende a lo intensivo, a lo e*cepcional y a lo incondicionado. &ste mundo es elmundo de la imaginacin, y, por tanto, el de la literatura. )ara la imaginacin todoes paisaje interior, fabulacin, todos sus datos son incomparables y nicos. +ieneque ver con el deber ser, con el anhelo de una vida en que lo sorprendente y loprodigioso coe*istan con lo banal y lo cotidiano.

    ecuerdo ahora una peque-a historia. (na historia real, que tuvo lugar hace a-osen el aeropuerto militar de Villanubla. &ntonces no haban tra'ado an ladesviacin actual y la carretera cru'aba la pista de aterri'aje. (n agricultor se

    diriga a un pueblo pr*imo llevando en su camioneta a una vaca. La niebla, unerror ine*plicable, permitieron que la camioneta invadiera alegremente la pista

    justo en el momento en que aterri'aba un bombardero. &l choque fue clamoroso.%o hubo vctimas humanas, pero la camioneta qued completamente destro'ada yla vaca muri. &l agricultor trataba de e*plicarse lo sucedido cuando los soldadosle condujeron al puesto de guardia. ll le esperaba el coronel. &staba muynervioso y le habl de los riesgos inherentes a la vida militar y de lo difcil que eraafrontar sin errores las graves responsabilidades que e*iga el cumplimiento deldeber. #i'o una pausa, y le pidi disculpas por lo que acababa de suceder.&staban dispuestos a indemni'arle, a hacerlo valorando tanto su camioneta comosu vaca en un precio superior al que haba pagado por ellos. /lo le pona una

    condicin, nadie deba saber lo que haba sucedido esa noche en el aeropuerto. &lagricultor refle*ion unos momentos, y luego movi la cabe'a negando. %o podaser, contest tmidamente. )refera quedarse sin nada. Cualquier cosa antes de nocontar en su pueblo lo que le haba pasado a su vaca.

    Cabe preguntarse qu hay detr$s de una decisin as, una decisin tan contrariaal pragmatismo, al m$s elemental inters, una decisin que hace que nuestrocampesino prefiera renunciar al beneficio que poda haber obtenido a cambio de

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    mantener intacto el derecho a contar su historia. La respuesta no me parece difcil.Creo que la pasin de contar es inherente a la naturale'a humana. 0ue contar esvolver a vivir, pero ponindose a salvo del desorden propio de la, vida. 1 que, en elfondo, la verdadera vida no es tanto la que nicamente se vive, sino aquella que altiempo de vivirse se puede contar, o que se vive cont$ndola. Como si vivir

    verdaderamente slo fuera estar cont$ndonos algo. 2arnos el don de una historia.+ambin creo que para que e*ista una historia es preciso que se tenga elsentimiento de lo prodigioso.

    %o se escribe sin un sentimiento as. Las historias se cuentan porque en algnmomento hemos visto brillar sobre nuestras cabe'as el resplandor de la ama2orada. +odos conocis ese hermoso pasaje de La Eneida.&l poeta cuenta cmo&neas se interna en un tenebroso valle y siguiendo dos palomas se vesorprendido de pronto por un e*tra-o resplandor. &s la ama 2orada. &sta ramase vincula con el murdago. Crece entre las ramas de los pinos, y todos noshemos sentido sorprendidos alguna ve' por su brillo, que es, efectivamente,dorado. Los romanos pensaban que las parejas que se besaran bajo una rama demurdago permanecan unidas para siempre y que su color amarillo era apto 3pormagia simp$tica4 para descubrir tesoros enterrados. &neas le sirvi parafranquear las puertas del infierno, y encontrarse con los muertos, y para nosotroses el smbolo de esa llamada que nos abre el dominio de la imaginacin.

    )ero quiero que se me entienda. La imaginacin no es una huida, sino uncompromiso m$s profundo con la realidad del mundo. %o es el palacio, encantadodel que nos habla riosto en Orlando furioso.&ste palacio pertenece al mago

    tlante y es una trampa en la que caen gran nmero de personajes de este libro,que de pronto creen ver en sus corredores la figura de lo que han perdido en elmundo, la visin de la mujer amada, de un enemigo inalcan'able, de un caballorobado. 1 cuando entran en su busca ya no pueden abandonarle. 2e forma que esun palacio vaco slo poblado por los que buscan. La literatura no tiene que vercon este mundo de la evasin. 2ebe transformarnos, y sobre todo debedevolvernos al mundo. (n personaje del Orlandollega a ese palacio provisto deun libro m$gico que e*plica cmo son los palacios de ese tipo5 se dirige a la losadel umbral, la levanta, y los corredores se hacen humo. Creo que la funcin de laliteratura es deshacer los hechi'os. 2emasiados prejuicios nos impiden ver deverdad el mundo, y el arte nos revela el camino que tenemos que seguir parareencontrarnos con l. Virgilio, aparte de La Eneida,escribi Las Gergicas.&raun largo poema destinado a animar a los campesinos a que regresaran a loscampos y emprendieran la labor de su cultivo, a cuya composicin dedic sietea-os de su vida. /iete a-os dedicados a contarnos cmo deba cultivarse la tierra,las atenciones que requera el ganado o el, cuidado de las colmenas. +ratando dehacernos conscientes de la necesidad de luchar contra el caos de lo real. 2eofrecernos tcnicas de adiestramiento, y de hablarnos, como hacen en el fondotodos los cuentos, de las facultades y aptitudes, que nos ser$n necesarias en lavida.

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    La imaginacin no se confunde con el castillo de 6rlando. %os ense-a a vivir. &sun puente entre nosotros y las cosas del mundo. )or ella aprendemos que la vidaes m$s amplia de lo que nuestras ra'ones y conveniencias creen, y que la misindel arte es devolvernos esas posibilidades incumplidas, contarnos esa otra historiade lo que somos, y ayudarnos a soportar el dolor debido a la separacin. )orque

    la imaginacin es una llamada a la totalidad. 7os Le'ama Lima habra escrito8 9&limpulso alegre hacia lo desconocido9. %ecesitamos historias que nos cuenten loque es el mundo y lo que pasa en nuestro interior, pero sobre todo que nos hablende lo prodigioso, porque la vida es indisociable de la espera y la reali'acin delprodigio.(na de esas historias es la historia de talanta, y me vais a permitir que os larecuerde brevemente. talanta no quera casarse porque un or$culo le haba dichoque correra un gran peligro si se una a un mortal. )resionada por su padre,decidi hacerlo, pero slo con aquel que la venciera en una carrera 3talanta,amamantada por una osa y criada por unos ca'adores, haba crecidoejercit$ndose un da tras otro en la ca'a y en la carrera, y nadie haba que laaventajara en tales actividades4. 1a haba dado muerte a varios pretendientescuando apareci #ipmenes, que llevaba consigo tres man'anas de oro que lehaba regala do frodita, y que en plena carrera fue arrojando al suelo obligando a

    talanta a detenerse para recogerlas, con lo que, finalmente, pudo vencerla ydesposarse con ella. talanta, como la sirenita o tantas criaturas del mundo de loscuentos o del mito, es una de esas criaturas intermedias, no enteramentehumanas, situadas en una suerte de limbo, entre la vida y la muerte, m$s all$ delos lmites acotados por nuestra ra'n. 0ue absorben en su ser los oscuros ypeligrosos fenmenos de la vida imbuyndoles de dul'ura. &l hombre ha huido deellas, pero necesita volver a su lado. 2esposarse con ellas es desposarse con loreal. +iene sus riesgos. &s la pregunta de la ratita presumida8 90u me har$s porlas noches:9. %osotros somos los pretendientes, y la imaginacin es el jardn delas #esprides, frodita d$ndonos el fruto dorado. /lo esas man'anas hacendetenerse a la fogosa joven, que es smbolo de nuestra propia al manos permitir$nvencerla y al estrecharla en nuestros bra'os devolverla al mundo.

    #ay una versin del mito que an me gusta m$s. talanta est$ enamorada y fingeun inters por las man'anas que en realidad slo siente por el muchacho que lapersigue. &n suma, que si se detiene a recoger las man'anas es para dejarseganar. Creo que el mundo de la imaginacin es ese pacto. 1 que la literatura escomo la actuacin de los magos en los escenarios. (n truco tras otro, fingir que esposible lo que no puede ser. +ambin que todo es un problema de conviccin.!ier"egaard dijo que la fe era tentar a 2ios, y cre que con la imaginacin

    tentamos al otro. Le hacemos actuar como si esa man'ana que le damos fuera deverdad de oro. 1 al hacerlo logramos que algo semejante a esa naturale'a $ureapase a todas las man'anas de la tierra.&s la ense-an'a de 2on 0uijote. )arece un iluso, pero termina contagiando atodos de su locura. 2e hecho, llega a cambiar las reglas que gobiernan losmovimientos de los hombres en el espacio abierto del libro y del mundo. )or esonuestro campe sino no poda aceptar la pro puesta del coronel. &sa propuestanegaba la vida, transformando los hechos en una mera transaccin comercial.

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    )ero lo que sucedi fue algo m$s. %o es el aeropuerto, el camin renqueante, laniebla y la prdida de la vaca. &s, sobre todo, la posibilidad de encontrar unsentido a lo que nos pasa, y a travs de ello conseguir un poco de cordura. &saverdadera cordura que, segn el dictamen de Chesterton, opona al dominio de loinstrumental las ra'ones del alma. Creo que se escribe con la vaga ilusin de que

    el alma hable a travs de nosotros. %o siempre ocurre8 ella cuenta cosas, pero nose puede contar nunca con ella 3no es calculable ni previsible4. 1 el alma buscasiempre acortar las distancias. brirnos, en suma, al misterio del otro, quedebemos encandilar con nuestra historia. &scribimos para que se detenga y nosoiga contar. %o importa lo que contemos, sino que est a nuestro lado y que nosescuche. )orque contar una historia es, por encima de cualquier otra cosa,contemplar el rostro del que la escucha. %o cono'co otro cobijo frente a lacrueldad del mundo que esa contemplacin.

    Gustavo Martn Garzo