Cuento Rosa Azul

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Rosa del olvido Cuenta la leyenda, que un rico comerciante alentado por una fiel sirvienta, de l os amores de Elisa su unica hija, hacia Roberto el hijo del panadero del pueblo, envio a la muchacha a la casa de unos parientes. Alertando a los mismos de que c ualquier nota o carta que intentase enviar que no fuese dirigida a el , fuese de struida sin que ella lo supiese. La Muchacha partio una tormentosa noche, despues de haberse jurado horas antes a mor eterno con Roberto, y prometiendo escribirse diariamente, puesto que descono cia el tiempo que habria de pasar en casa de sus parientes. Una semana mas tarde de la partida de Elisa, el padre empezo a divulgar rumores sobre una relacion de su hija con el hijo de unos viejos amigos de la familia. D estrozado el pobre Roberto y con la imposibilidad de poder descubrir la verdad, partio del pais en busca de fortuna y con la esperanza de olvidar a la unica muj er que habia amado. Mientras tanto la enamorada Elisa seguia escribiendo diariamente a su dulce amor , desconociendo que sus cartas eran destruidas a las pocas horas. Extraada de no recibir correo de Roberto, envio una carta a su padre, pidiendole que la dejase regresar a casa. Unos meses mas tarde, Elisa feliz y enamorada volvia a su hogar. Espero durante unos dias a que Roberto hiciese aparicion por los jardines de la villa, pero su amor no venia. Extraada por la ausencia de Roberto, Elisa pregunto inocentemente a su padre por las buenas nuevas del pueblo. El padre comenzo detallando las bue nas ventas de sus productos, los viajes que habia realizado en su ausencia, y lo s muchos de regalos que la esperaban en la bodega. Luego le realto los acontecim ientos principales que habian acontecido en el pueblo, la boda del hijo del alca lde, la muerte del zapatero, la llegada la mundo del hijo del tabernero, y por u ltimo que el joven Roberto habia marchado del pueblo en busca de fortuna, y que por lo que comentaban los lugareos, habia conocido a una muchacha, y se habia cas ado. Cuando Elisa escucho que su amado Roberto se habia casado creyo morir, la pena s e instalo en su mirada y ocultando las lagrimas a los ojos de su padre, marcho a la alcoba, donde dio rienda suelta a su dolor. Pasaron los dias, y Elisa empeoraba, se negaba a comer, e incluso a pasear por e l jardin, encerrada en la alcoba dia tras dia, sin mas contacto con el mundo que las visitas de su padre para preocuparse cada dia un poco mas por el estado de su hija. viendo que el dolor la estaba matando, decidio ir en busca del joven y consentir los amorios de ambos, pero la vida a veces da giros insopechados, y cu ando hallo al joven Roberto, en verdad se hallaba casado y muy bien situado econ omicamente. Roto de dolor por haberle causado tal afliccion a su dulce hija volv io al hogar, con muchos regalos para la joven, pensando que estos alegrarian el corazon de la misma. Pero ni los regalos, ni las joyas o vestidos, hicieron que Elisa volviera a sonreir. Unos dias mas tarde la joven cayo enferma, el padre mando llamar a los mejores m edicos de la provincia, pero ninguno hallaba la causa del mal que consumia a la joven. Desesperado el padre mando llamar a los mas ilustres, pero tampoco estos daban con la causa de su mal. Atormentado con la idea de que Elisa moria por su culpa, el padre partio hacia l ugares lejanos, con la esperanza de encontrar un remedio para el mal de Elisa. Y en una recondita isla, un anciano del lugar despues de escuchar la historia del

comerciante sobre al enfermedad de su hija, le respondio: "Su hija parece que s ufre de pena de amor, y si no consigue que olvide a ese joven, esta pena la dest ruira" -Eso quisiera- contesto el atormentado padre - pero por mas que hago no consigo ni una minima sonrisa, sus ojos estas muertos, es como si no viesen el presente. Elisa vive en un mundo al cual yo no puedo acceder. - Vaya al monasterio de la colina, cuente su historia al abad y este le dara un remedio- contesto el anciano Sin pensarlo dos veces el padre emprendio el camino hacia el monasterio, y una v ez alli, pidio audiencia con el abad del mismo. Este despues de escuchar el rela to, le pidio que le acompaara hasta el jardin. Pasearon por los hermosos jardines en silencio, hasta que se detuvieron frente a un hermoso rosal, de rosas azules . el abad con mucha ternura corto una de las hermosas rosas y se la entrego al c omerciante. - Regalele esta rosa a su hija - dijo- cuando respire el perfume de la rosa el dolor que habita en su corazon desaparecera. - El perfume de la rosa? -pregunto extraado el padre. - Si - Esta hermosa y extraa rosa es conocida por la Flor del Olvido, y solo actu a sobre aquellos que en verdad han amado mas que a su vida misma. No pierda mas tiempo aqui, y corra hacia Elisa cada segundo que pasa es vital para ella. El padre partio de inmediato hacia su hogar. Al llegar al mismo, se encontro a t oda la servidumbre cabizbaja y llorosa, pensando que ya era demasiado tarde, y c on el corazon destrozado, subio hacia la alcoba de Elisa, encontrandola postrada en la cama, con la cara palida como de cera, y hermosa como un lirio. Arrodilla do a su lado lloro desconsolado, inclinandose ante ella para depositar un beso e n su frente, noto la calidez de una entrecortada y lenta respiracion. alegrado p or la idea de que Elisa aun vivia, cogio la rosa, y la acerco a su nariz, y a me dida en que la joven iva respirando la fragancia de la rosa, el color volvia a s us mejillas, mientras el de la hermosa rosa desaparecia, hasta volverse negra. Elisa abrio los hermosos ojos verdes, y sonriendo a su padre le beso. No recorda ba nada de su pasado amoroso, volvia a ser la traviesa chiquilla llena de vida q ue hacia las delicias de su padre.